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Queridos hijos:
La familia unida es el don más preciado de Dios. La familia es el tesoro original del Proyecto del Padre Eterno.
A través de los tiempos y de las diferentes humanidades, el arquetipo espiritual de la familia estuvo presente para que, en la unión entre sus miembros, se representara la virtud auténtica y espontánea que tiene cada familia.
Cada familia, para Dios, tiene un propósito de vida. Cada familia tiene una meta que alcanzar y concretar; pero esa concreción del propósito espiritual de la familia no se da por separado, sino que la familia, en el ejercicio perseverante del entendimiento, de la tolerancia y del amor, más allá de todas las cosas, permitirá expresar ese don espiritual que cada miembro de la familia tiene que manifestar.
En otros tiempos, como lo fue en la Sagrada Familia de Nazaret, ese Don de Dios, reflejado a través de la familia por medio de la caridad, del servicio y de la ayuda al necesitado, abrió las puertas internas para que nuevas familias se formaran, la célula del Proyecto de Dios se ampliara y las almas que formaron los grupos de familias pudieran alcanzar las mismas virtudes que una vez alcanzó la Sagrada Familia de Nazaret.
Hoy, los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, una vez más, emanan interna y espiritualmente el mismo impulso que fue gestado en el Sagrado Nacimiento de Jesús, para que las familias estén bajo el amparo y la protección de su propósito espiritual, a fin de que las familias del mundo, martirizadas y perseguidas por todas las amenazas de estos tiempos, puedan llevar adelante la expresión de ese arquetipo de familia, que es auténtico y original en cada familia que fue formada.
Por eso, la novena por las familias del mundo entero, en este mes de diciembre, nos recuerda que la familia es el centro de la Nueva Humanidad y el posible cumplimiento de la Voluntad del Padre a través de las familias.
Rezo todos los días por las familias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Las Leyes Evolutivas del Núcleo-Luz
Si esos principios y reglas fueran aplicados, los miembros que formen o que formarán un Núcleo-Luz, aprenderán cosas nuevas y no perderán tiempo ni espacio para ayudar a la Jerarquía en todo lo que Ella deberá establecer en el fin de estos tiempos.
¡Les agradezco por colocar estos principios en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
Siento una alegría inmensa e inexplicable para ustedes, al poder retornar a una de Mis casas predilectas y Núcleo de Servicio por la humanidad.
Después de una larga caminata, su Maestro y Señor llega al corazón de cada uno de los presentes para que, en adoración y en silencio, Él pueda reposar junto a Sus discípulos y orantes peregrinos.
Este es un momento especial porque, a partir de hoy, los Núcleos-Luz se prepararán, después de tantos años, para algún día convertirse en Centros de acogimiento y de soporte humanitario en el tiempo actual de transición.
En los Núcleos-Luz existe el arquetipo principal de los atributos de las Comunidades-Luz, ellos son los brazos y las manos extendidas al mundo que pueden acoger, recibir y aliviar a los que sufren. Todo esto es un tesoro de la Jerarquía Espiritual, porque los Núcleos-Luz son espacios dedicados a ayudar a las almas a dar los primeros pasos en la fraternidad, en el bien y, sobre todo, en el amor.
Si los Núcleos-Luz no existieran como sustentadores y pilares fundamentales de la Obra de la Jerarquía, hoy no sería posible llevar el servicio humanitario y fraterno al mundo, porque los Núcleos-Luz no solo son espacios para reconectarse con el sentido del mundo interior, sino que ellos representan la experiencia y la síntesis de las Comunidades-Luz.
En síntesis, los Núcleos son frutos del árbol sagrado, de un árbol que a través de las almas y de los servidores deberá seguir sembrando el perdón y la redención en los corazones espiritualmente más necesitados.
Desde siempre estoy agradecido por el eterno y amoroso servicio de las almas de este y de todos los Núcleos-Luz. Estoy agradecido por los que en la fe aún sostienen la antorcha de su Señor sobre la superficie de la Tierra.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hijos:
En este tiempo, todo está permitido.
Está permitido que los hombres expresen el desequilibrio que hay en su propio interior a través de acciones desmedidas y vacías de amor, vacías de Dios. Y al mismo tiempo, está permitido que el espíritu de la unidad pulse en el interior de los puros de corazón y se manifieste en la expresión del amor entre las razas, las culturas y las religiones.
Está permitido que las familias se disuelvan y vivan bajo las leyes del caos y de la desarmonía, generando conflictos y desamor entre los seres que se unieron para aprender juntos a amar. Pero de la misma forma, está permitido que las familias se curen y expresen el arquetipo de la nueva vida, evolucionando y creciendo como grupo familiar que camina en dirección a Dios.
Está permitido que el caos disuelva la paz interior de los seres y les cause desesperanza. De la misma forma está permitido que un amor desconocido emerja del corazón de los que dicen "sí" y creen en el milagro de la renovación del Amor de Dios a través de sus esencias.
Todo está permitido, sin embargo, todas las cosas suceden según las elecciones de cada ser.
Está permitido que haya caos y mal en el mundo, pero también está permitido que surja un amor capaz de curar todas las cosas.
Por eso, en este tiempo de definiciones, en los cuales las leyes celestiales tocan la Tierra para batallar con las falsas leyes del mundo e instituir la nueva vida, decídanse y defínanse según la pureza de sus esencias, según aquello que hay dentro de ustedes y que los hace semejantes a Dios.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que haya paz en sus corazones, hijos Míos, amor y misericordia, hoy y siempre.
Con las bendiciones de su Madre Celestial, adéntrense en el nuevo ciclo, en el principio de un nuevo tiempo, en que la Tierra comienza a salir de la ilusión en la cual vivía y, poco a poco, reconoce la Verdad de Dios que se revela.
Ahora que ya están en el camino del aprendizaje del amor, podrán unirlo al camino del despertar de la consciencia a la vida superior y, de esa forma, hijos Míos, unir su mente y su corazón al Propósito Divino para que puedan recordar lo que vinieron a hacer a este mundo, cuál es su origen, cuál es el propósito de la vida y hacia dónde deben caminar para evolucionar como hijos de Dios.
Con sus corazones plenos en el amor y con sus consciencias permeadas por la Verdad Divina es que podrán cruzar este ciclo que se inicia. Llegó el tiempo de la madurez espiritual, hijos Míos, de tomar consciencia del momento que viven y de ya no estar buscando satisfacciones ni el cumplimiento de sus propias necesidades, sino de estar buscando el eterno servicio, de estar buscando la forma correcta de servir a Dios y de ser parte de Su Plan, dondequiera que estén.
Si sus corazones están unidos al Mío, Yo los ampararé día y noche dentro de Mi Consciencia Divina y aunque vivan pruebas fuertes todas ellas serán superadas con el espíritu de amor y de gratitud que, estando en Mí, ustedes siempre podrán vivir.
En este primer momento, dejen que se termine de purificar, de transformar y de definir aquello que vive dentro de ustedes y que aún está viviendo su purificación. Ríndanse de una vez a la Voluntad Divina, porque Dios los necesita preparados para auxiliar a este planeta.
A través de sus oraciones y de la madurez espiritual de sus consciencias, ustedes podrán auxiliar a los que están perdidos y que no consiguen comprender ni aceptar lo que viven en este mundo, porque están apegados y afirmados en el viejo hombre y en la vieja vida, cuyas bases desaparecerán porque algo nuevo vendrá en su lugar.
El Espíritu de Dios vendrá para inspirar a los corazones y a las consciencias de los hombres a la vivencia de un nuevo patrón de conducta y de vida; él les enseñará a todos, desde el corazón, cómo vivir la transición de los tiempos y adentrarse en el verdadero arquetipo de la consciencia humana, aquello que Dios pensó para los seres desde el principio, pero que, sin embargo, pocos fueron los que supieron vivirlo.
Para recibir y vivir las inspiraciones del Espíritu de Dios, ustedes deberán estar dispuestos, de corazón y en consciencia, a abrazar la Voluntad Divina y no la propia. Que la base de sus vidas sea la necesidad de expresar una nueva vida, y no de alimentar los viejos principios y tendencias humanas.
Coloquen en la consciencia el propósito evolutivo para que todo lo que busquen, aspiren o ansíen esté orientado hacia la vida espiritual y hacia la manifestación del Plan de Dios, y no hacia las necesidades humanas.
Es tiempo de elevar sus consciencias a lo que es real y verdadero para comenzar a atraer el Reino de Dios hacia este mundo y que, al mismo tiempo en que el planeta se purifica y vive su prueba final, los corazones de los que son conscientes y consecuentes estén siempre dirigidos hacia Dios, para atraer al mundo las nuevas leyes y la nueva vida.
Sustentando en oración y en paz a este planeta, ustedes darán el permiso, ante el Universo y ante Dios, para que el sufrimiento de los hombres no sea mayor que su posibilidad de soportarlo, para que las consciencias puedan vivir un aprendizaje de amor y para que los que despertarán tarde reciban una oportunidad de vivir la Misericordia.
La base de todo, hijos, se encuentra en la oración, pero ahora su oración debe partir del corazón hacia la consciencia y tornarse vida.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No temas a la verdad, a la transparencia o a lo que te es desconocido.
No temas estar delante del mundo sin capas, sin máscaras o sin los velos que ocultan tu condición humana.
No temas ver tus miserias con transparencia y tus imperfecciones con claridad.
No temas sentirte peor que los demás cuando, a lo largo de toda la historia humana, los seres buscaron sentirse superiores a sus hermanos.
No temas ingresar en otras Leyes, en otro tiempo, en otro arquetipo de vida. Déjate desnudar delante de la verdad y, con valentía, ve caer las capas de tus orgullos y de tus vanidades. La humildad que nace en el corazón de los que se dejan humillar, con sinceridad, es el mayor tesoro de su evolución.
Experimentar la verdad y la transformación es la verdadera realización humana.
No estás en la Tierra para crear un personaje que se adapte a los gustos y admiraciones humanas, y que sea alabado por todos. Estás en la Tierra, hijo, para seguir el ejemplo de Aquel que fue humillado, coronado de espinas y crucificado y que, así, rompió con todos los arquetipos de honra y de gloria humanas, y mostró a los seres cuál es el verdadero legado que un hombre debe dejar en la Tierra: el Amor sin condiciones.
Deja caer por tierra todos tus orgullos, tus vestiduras de vanidades y de egoísmos. Deja que este ciclo llegue con intensidad y te transforme, quebrando, dentro y fuera de ti, tus más profundas resistencias.
Sin temor, siéntete pequeño, pobre y miserable. Vacía el cáliz de tu corazón y la morada de tu interior porque llegó el momento de que ellos sean ocupados verdaderamente por Dios y no por ti.
No temas sufrir, no temas perder lo que crees haber construido porque finalmente, hijo, dejarás de construir para permitir que Dios construya en ti Su fortaleza.
Esto no será fácil. Superará todos tus límites y romperá todas tus barreras, pero finalmente te revelará el verdadero motivo de tu existencia. Y más que saber que el Amor Crístico existe, podrás vivirlo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dar a luz a un nuevo hombre es permitir que sus almas expresen lo que verdaderamente son, dejando que la semejanza con Dios emerja de su interior y se revele al mundo, pero, sobre todo, a ustedes mismos.
Dar a luz al nuevo hombre es amar más las cosas del Cielo que las cosas de la Tierra y saber que la vida en este mundo es un corte en el tiempo y en el espacio y que, para estar aquí, dejaron en lo oculto de sus espíritus una historia y una realidad que revela el verdadero motivo del caos en la Tierra, de la dualidad y, sobre todo, de la gran necesidad de amor.
Contemplen esta vida como un momento de transición, como una escuela que los ayuda a dar un salto evolutivo, perdonando y curando errores desconocidos con la potencia del amor.
El hombre nuevo nace para renovar la genética de toda la vida a partir de una nueva raza generada en el amor y que expresa ese amor hasta aun en su respiración. Con ella, tanto la vida en el cosmos como en la Tierra jamás será la misma. Todo se renovará.
El hombre nuevo, dentro de ustedes, los invita a una batalla contra las tendencias retrógradas humanas, contra la condición de egoísmo y de desamor. Una batalla que es trabada en la consciencia, en la mente, en las emociones, en el corazón y hasta aun en sus células, para que ellas den espacio a un arquetipo nuevo de vida y comprendan que esta condición degenerada de la humanidad debe llegar a su fin.
El hombre nuevo, en su interior, trae consigo un nuevo tiempo y un nuevo sentido de la vida. Abracen esta transformación, con gratitud y sin resistencia, y verán que donde reina el amor, reina la paz, y allí no hay miedo ni angustia. No importa lo que suceda en este mundo, su fortaleza estará sustentada en los Cielos.
Si quieren abrir espacio a este hombre nuevo, amen plenamente. Si no saben amar, sirvan y ayuden al prójimo, así despertarán al amor.
Y, por encima de todo, más allá de amar y servir, oren, porque este es el diálogo con Dios, y solo el Padre los mantiene firmes en este tiempo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el Universo Celestial, en lo más íntimo del Pensamiento Divino, existe un arquetipo sublime de una vida superior, en el que las criaturas viven el amor y el respeto, a pesar de las diferencias, y caminan hacia la meta de la unidad con Dios, teniendo como su mayor aspiración que el prójimo pueda llegar a unirse al Padre.
En esa vida superior la paz habita en los corazones de los hombres, porque no hay entre ellos ninguna necesidad de competencia, de vanidad o de arrogancia. No hay entre ellos ninguna necesidad de control, de poder o de maldad. La paz que proviene de la aspiración para que todos alcancen el amor, nace en el Corazón del Padre y se manifiesta en los corazones de los seres.
El Padre tiene este arquetipo de vida guardado en Su interior y, de vez en cuando, lo coloca en Sus Manos y se lo ofrece a la humanidad, porque esa es la Voluntad de Dios para los hombres.
El Señor no le ofrece, este, Su Propósito, a seres evolucionados y a sabios en el amor y en la gracia; se lo ofrece a los que más erraron, a los que más pecaron y a los que más se distanciaron de Su Corazón. Seres que, reunidos en la Tierra, reciben todos los días una oportunidad de redimirse y de vivir ese arquetipo perfecto que Dios tiene para ellos.
Por eso, hijos, hoy vengo para mostrarles esta aspiración divina, para que la amen y se unan a ella, aspirando también ustedes, profundamente, a expresar la Voluntad y el Amor de Dios.
Coloquen delante de sus corazones esta meta y todos los días pídanle al Padre la gracia de poder vivir y expresar ese arquetipo divino para la humanidad. Pidan que Dios despierte dentro de ustedes ese potencial de amar, único y perfecto, que habita en sus corazones y que los hace semejantes a Él. Y crean que, mediante el esfuerzo diario por amar, es posible trascender la actual condición humana y abrazar el arquetipo divino de la vida sobre la Tierra.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Yo estoy cerca Mis hijos para protegerlos y traerles la Paz, porque las batallas de estos tiempos son el anuncio de Mi Reino venidero y el establecimiento del Plan de Dios en este mundo.
Yo Soy la Madre de todos los Tiempos y de todas las eras, porque en el Principio, sus esencias surgieron de Mi Vientre Creador. Los hijos de Dios nacieron de Mí, por la fecundación divina del Espíritu Santo, así como Su Primogénito expresó el Espejo de la Creación Universal cuando en la Tierra fue gestado en Mi Ser.
Yo Soy la Madre de todos los Tiempos, porque los gesté en el principio y los gestaré en el final, para que renazcan en Mí como una nueva humanidad.
A pesar de estar en la vida, ustedes están espiritualmente dentro de Mí, y Yo los protejo para que en el momento correcto puedan renacer. Hago de sus corazones el Espejo de Mi Vientre materno y gesto en ellos al nuevo ser.
Pensarán que renacerán por sí mismos y que el Amor de Cristo emergerá de sus esencias como un milagro divino; pero Soy Yo, hijos Míos, que como Madre de todos los Tiempos, lo estoy gestando en ustedes.
El Vientre Divino se espeja en todas las criaturas y en ellas gesta la nueva vida y el nuevo ser. Todo lo que emerge de nuevo en ustedes, como en toda la Creación, tiene su principio en Mí, porque Yo Soy la Madre de todos los Tiempos.
Sientan en el propio interior el reflejo de la vida que gesto en Mí y espejo a través de ustedes. Reconozcan el misterio de la Unidad de la Madre con Sus hijos y glorifiquen a Dios, por el poder de esa Unidad.
Dejen que Mi Vientre Universal geste en ustedes un nuevo hombre, un nuevo ser, digno de llamarse Hijo, así como Su Primogénito fue llamado en todo el Universo y en toda la Creación.
Así como gesté en Mi Vientre al Hijo del Hombre, hoy gesto al Hijo del Nuevo Hombre, el Niño Nuevo, que deberá expresar la victoria del Creador y la renovación de la evolución para todos los universos, superando las expresiones de Amor y de entrega vividas hasta hoy en este y en todos los mundos.
Sientan que Mi Vientre Creador los renueva y hace perecer toda la materia vieja que se descompone como polvo en la consciencia humana, porque ya no construye el Plan de Dios y Su Voluntad. Den lugar a lo que gesto en ustedes, en sus corazones y en sus consciencias, para que inclusive sus mentes se abran y reconozcan la Nueva Ciencia Universal, que trasciende el entendimiento humano.
Dejen que la irradiación de ese Espejo Creador en sus esencias se expanda por todo su ser y expulse de ustedes lo viejo. Salgan del capullo de la ignorancia y de la ceguera humana, para que la renovación de la Creación les dé alas para llegar a Dios, y que su vuelo inspire a otros para renacer y volar.
Yo Soy la Madre de todos los Tiempos y ustedes son Mis hijos. Yo los amo tanto como al Hijo Primogénito de Dios, porque cada uno de ustedes representa una oportunidad tan grande para la Vida como la que Él representó, como Él fue, es y será siempre.
Den lugar a lo Nuevo que gesto en ustedes, y eso comenzará a abrir el corazón y la consciencia para vivir lo que no comprenden, y decir “sí” a lo que no conocen y nunca vivieron.
Los viejos patrones deben quedar atrás, junto a la vieja humanidad, porque el Creador aspira a que la Nueva Jerusalén descienda pronto sobre el mundo, y para que eso ocurra, Sus hijos también se deben renovar.
El Creador no hará descender sobre la Tierra un nuevo arquetipo de vida, que tiene como base Leyes Divinas y Gracias insondables, si la humanidad no se renueva y renace para volverse digna de habitar en esa Tierra. La Nueva Jerusalén solo se manifestará con toda su pureza, cuando el hombre sea puro y digno de habitar en ella.
El Hijo del Hombre no volverá al mundo para ser crucificado por segunda vez. Sus compañeros deben cargar la cruz de estos tiempos y vivir la transformación en Cristo, antes de que Él retorne, porque Él vendrá a consumar el Plan de Su Padre y a demostrar a los Suyos que pueden ser tan Hijos de Dios como Él lo es.
Él fundará la Nueva Jerusalén con Sus compañeros y dará a gobernar la Tierra a los mansos y puros de corazón, porque los nuevos gobernantes no serán aquellos que saben someter y subyugar, sino los que saben rendirse a Dios, respetar a sus hermanos y humillarse ante ellos, reconociendo al Creador presente en todas Sus criaturas.
Será el Hijo del Nuevo Hombre quien habitará la Tierra Prometida, y todo lo que hoy está viejo y descompuesto se renovará en los Estanques de la Creación como algo nuevo, para que todo se pueda recrear. Yo Soy la Madre de todos los Tiempos y de todas las cosas, y hoy les anuncio la Gracia que les espera al renacer. Contemplen en el propio interior al Espejo de la nueva gestación universal y sean celadores de lo que nace en ustedes.
Así como tomé en los brazos a Mi Hijo, cuando Él expresó la gloria de Dios en la fragilidad de un niño, quiero un día, hijos amados, tomar en los brazos lo que hoy se gesta en vuestro interior y contemplar el triunfo de Dios en la vida humana, teniendo la certeza en Mi Corazón de que toda batalla y todo dolor habrán valido la pena para ver llegar este momento.
Los gesta en Su Vientre Creador,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de todos los Tiempos
Bienvenidos a un nuevo ciclo de evolución, ciclo que exigirá de todos la madurez espiritual que les permitirá vivir en armonía los tiempos que llegarán.
Este nuevo ciclo será marcado por las pruebas internas, en las cuales las consciencias estarán delante de grandes responsabilidades, con poca experiencia interior para asumirlas. Sin embargo, la adhesión que cada uno presente a la Voluntad de Dios y el esfuerzo por realizarla harán que desciendan del Universo la Gracia y la Misericordia que necesitan para cumplir con su misión.
Hijos, delante de los desafíos que vendrán, siempre digan sí, aunque les parezcan imposibles de ser vividos y superados. Cuando dicen sí, el Creador recibe el permiso para operar verdaderos milagros en sus consciencias y curar en ellas todo aquello que les impide dar el salto que necesitan.
Los desafíos los harán crecer y los prepararán para los ciclos que vendrán después y que serán pruebas mayores y decisivas, no solo para ustedes, sino para toda la humanidad y para todo el universo. No teman lanzarse a lo desconocido ni dar los pasos que los llevarán por caminos que ustedes no saben dónde terminarán.
No teman perder todo, principalmente, perderse a sí mismos, porque, a pesar de dolorosa, esta es la meta de la humanidad. Recuerden que el vacío de sí los conduce a la Verdad, al Arquetipo, al Origen.
Hoy les deseo un inicio de ciclo colmado por Dios y por la vida universal. Este nuevo tiempo estará marcado por el despertar de la humanidad a esta vida.
Todas las ciencias estarán unidas espiritualmente en la ciencia universal y todas las religiones verdaderas tendrán en común la vivencia del amor. El conocimiento y la religión se unirán para develar nuevos mundos y principios universales y descubrirán que la mayor ciencia, que es la vivencia del amor, los conduce a nuevos horizontes, a nuevos universos. Así, ustedes no temerán conocer la Verdad y, con el conocimiento colmado de espiritualidad y la religión plena de sabiduría, cruzarán los portales hacia una nueva vida.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Cumple con alegría la misión que Dios te encomendó, la misión de vivir en la Tierra principios que provienen del Cielo y manifestar en el mundo una Nueva Humanidad.
Muchos se preguntan todos los días, si están haciendo lo que deben hacer como almas y como espíritus; se preguntan, en dónde deberían estar, con quién y haciendo qué. Pero pocos, muy pocos están esforzándose para verdaderamente abrir el corazón y atraer un arquetipo de la vida que aún no existe en la superficie del planeta.
Si quieres vivir lo que Dios pensó para ti, comienza por disponer tu corazón para algo nuevo. Busca dentro de ti lo que debe ser perdonado y lo que debes perdonar. Busca dentro de ti la fuerza para vencerte a ti mismo y ser más manso, más humilde, más servicial y pacificador.
Trata de romper dentro de ti las barreras que te separan del prójimo y trabaja en ti todo aquello que juzgas en los demás. Permanece todos los días con el espejo del corazón dirigido hacia ti mismo y, antes de irritarte o de criticar algo que ves en el otro, observa el espejo del corazón y mírate a ti mismo reflejado en aquel defecto que no puedes soportar.
Trata de comprender al otro como te comprendes a ti mismo: así como sabes que tienes infinitas dificultades y miserias, los otros también las tienen. Así como intentas dar los pasos y te esfuerzas de buen corazón, el otro también lo hace.
Solo la comprensión mutua abre el corazón para la vivencia del amor.
Si no consigues controlar las reacciones de tu mente ni de tus emociones, no te preocupes tanto; pero que ellas duren poco y que energías como la ira, la envidia, la codicia o aun el sentimiento de superioridad no tengan tu permiso para permanecer dentro de ti.
Si amas al Plan de Dios, hijo, o por lo menos quieres amarlo, reflexiona siempre que el Creador necesita de una raza de Cristos y no de uno solo, y que no será suficiente que tú te cristifiques. Recuerda que no necesitas ser mejor ni peor que nadie, pero que tanto tú como aquel que tienes al lado deben llegar a la meta de la unión con Dios.
Ese es el gran misterio de la existencia humana y, por eso, vienes como espíritu hasta aquí, para curar los errores del pasado en el universo.
Para que el Plan de Dios se cumpla, los seres humanos deben ayudarse mutuamente. Recuerda esto hijo, todos los días y, antes de colocar trampas en tu camino, deseando que este o aquel desaparezca de la Tierra, acuérdate de que sin ellos tu vida tampoco tiene sentido.
Acuérdate de que no importa cuán imperfecto seas tú o el otro, pues existe algo dentro de cada ser que lo asemeja a Dios y que abre los portales entre las dimensiones para que toda la Creación se una al Padre.
Si quieres que tu espíritu se aproxime y que tu alma te conduzca por el camino de la Voluntad del Creador, ábrete primero a la transformación, a la vivencia del amor y de la fraternidad, y después el propio universo conducirá tus pasos y no tendrás que andar tan preocupado contigo mismo.
Escucha con atención Mis palabras y vuelve a escucharlas una y otra vez, porque es mucho más fácil olvidarlas que ser verdaderamente transformado por ellas, ya que tu humanidad no está acostumbrada a buscar lo Divino, sino solo aquello que la engrandece y la afirma como materia.
Ilusión de ilusiones es no buscar ser nada como hombre, creyendo que la vida comienza y termina en ti. No conoces lo que es ser en verdad un ser humano semejante al Padre, pues para eso, hijo, debes vivir la unidad con Él: morir para ti y nacer de novo dentro del Creador.
Te dejo Mi paz y Mi bendición, para que descubras la verdad sobre ti mismo, olvidando lo que piensas ser.
Ábrete para ser nada y ahí encontrarás Todo.
San José Castísimo
Muchos se preguntan de dónde partirá la unidad entre las diferentes culturas, religiones, razas y naciones. ¿Cómo unir tanta diversidad?
Pocos descubrieron la potencia del Amor de Dios y casi nadie vive la verdad que es saber que, si un Dios tan infinito fue capaz de crear tanta diversidad, Él se encuentra en todas las cosas y también en las diferentes religiones inspiradas por Él.
Las criaturas están dentro de la Consciencia de Dios, y Dios en ellas, pero la ignorancia que cerró sus ojos no les permite ver que el Creador está ahí, en lo profundo. Y, así, viven una ilusión, una vida separada de Él, solo por el hecho de no saber que Él Es en todo lo que fue creado. No lo ven y no lo sienten porque no se abrieron para saber que Él está en el interior de los seres.
El Creador, en Su posibilidad inconmensurable de amar, a lo largo de la existencia de la humanidad, concibió muchas religiones. Cada una conduciría una parte de Su Creación, pero al mantener viva su esencia todas llevarían a un único fin.
Cuando María dice que unirá, en Su Inmaculado Corazón a las diferentes religiones, pueblos y razas, no significa que todos reconocerán a la persona de María como Madre de Dios. María es la propia Unidad, pues Su Manto ampara en sí a toda la Creación. Como Unidad, Ella conduce a las diferentes religiones al Amor, que es el Principio que expresa Su Hijo.
Puede ser que muchos no reconozcan a la persona de Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, pero aquellos que creen en el Amor y viven en el Amor están en Cristo, sin saberlo.
El Amor que Cristo expresa trasciende la existencia de la persona de Jesús. La Unidad que expresa María trasciende la persona de María. Ellos ya no son parte material de una Creación. Aquellos que provinieron de un Espíritu Único se manifestaron en la Tierra para construir un camino, para expresar un arquetipo, para dar un ejemplo vivo y, ahora, en las diferentes escalas de evolución, siguen dando ejemplos y dejando Sus pisadas en todas las dimensiones, para que incluso los ángeles sigan Sus pasos.
Los principios de Amor y de Unidad son posibles de vivir para todas las religiones verdaderas e, incluso, aquellos que no tienen una religión guiada por una institución, pero que, en sus corazones, buscan religarse con Dios todo el tiempo por el Amor y por la Unidad. Es así como Cristo y María conducen a la humanidad.
Ser cristiano es más que creer en Cristo. Si quieren llegar a la religión del corazón, en la cual todos son hermanos, hijos de un único Dios, crean en el Amor y en la Unidad.
El Amor y la Unidad los llevarán al Origen. Esta es la razón de la existencia humana: vivir esos dos atributos universales, que un día se hicieron carne y que hoy retornaron al Corazón Purísimo del Creador, para que toda criatura que vive, desde la materia hasta el espíritu, pueda retornar a Dios.
Quiero que anuncien al mundo que Dios es único y que los une a Él en los principios del Amor y de la Unidad. No importa que el camino sea aparentemente diferente, porque unos tendrán más apertura para seguir los pasos de Mahoma; otros, los de Buda; otros, de Cristo; otros, de María; pero todos pueden unirse, en espíritu, en el Propósito de Dios para la humanidad, que es único: el Amor y la Unidad para llegar a Él.
Vivan con esa certeza en el corazón y no duden, ni un solo instante, de la posibilidad de que Dios, del cual provienen todas las cosas, pueda hacer retornar hacia sí, todo lo que un día Él creó.
Yo los amo, los bendigo y les pido que sigan orando por la Paz en el planeta. Todos los días recuerden que sus espíritus ya viven en Dios y que, solo de ser conscientes de la Presencia de Él dentro de ustedes, ya son portadores del mayor misterio de Amor y de Misericordia de esta Creación.
Oren por los que desconocen el Amor de Dios y por aquellos que creen que lo aman, pero que no conocen el verdadero Amor ni la verdadera Unidad que llevan al Creador.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Contempla el mundo en el cual vives y, por un instante, silencia los pensamientos de tu mente y las emociones de tu ser.
Observa cómo tu mundo interior reconoce que la vida expresada en la Tierra en nada se asemeja al Pensamiento de Dios.
Ve cómo dentro de ti habita el arquetipo para la humanidad y para la expresión de todo el planeta.
Siente cómo tu corazón tiene ansias de vivir la fraternidad y de conocer el verdadero amor, aquel que te lleva a dar la vida por tus amigos y a perdonar a los enemigos, amándolos tal como si fueran parte de ti.
¿Qué harás con eso que habita en tu interior? ¿Callarás tu corazón, como lo hace la mayoría de los seres humanos, o renunciarás a los pareceres mundanos para instituir en el planeta una nueva vida, aunque parezcas loco a los ojos del mundo?
La era del Armagedón, hijo, ya llegó al planeta, pero la mayoría de tus hermanos está buscando conceptos científicos, filosóficos y espiritualistas que coloquen en un patrón de normalidad lo que hoy sucede en el mundo. Son las mentes humanas intentando acallar el corazón.
Aquellos que escuchan la Voz de Dios en su interior saben que un tiempo final se inició en el mundo y que, sin el establecimiento de la paz en el corazón humano, el caos establecerá su reinado y gobernará las mentes y los espíritus de los que no se abrieron a la Verdad.
Los que se unen a Dios y silencian la mente para dejar que la sabiduría de la esencia surja no temen conocer la Verdad y no quieren acallar la Voluntad de Dios. Ellos saben que, al final de toda esta batalla, triunfará el Bien. Por eso, reconocen la urgencia de la necesidad de transformación, reconocen la imperiosa voluntad interior de renunciar al viejo hombre y a sus tendencias y de abrirse para que lo Nuevo destituya el reinado de los antiguos vicios humanos, por más que para la mente humana esas energías retrógradas y degradadas, cuando se manifiestan en la materia, a veces, sean denominadas “tecnologías”.
El camino del retroceso, hijo, es conocido por la mente humana como avance. Aquellos que siguen las tendencias de esos llamados “avances” no percibieron que el camino de la evolución quedó atrás cuando la consciencia humana rechazó la simplicidad, la fraternidad y el amor y cuando, en la era industrial, que marcó el retroceso espiritual del hombre, ella se abrió a la competencia, a la esclavitud, al usufructo obsesivo y a la negación casi absoluta de la vida espiritual.
En otras eras de decadencia, como al final de la Atlántida y de la Lemuria, el ansia de manipulación del poder espiritual hique el hombre perdiera el camino de la pureza y de la unidad. Ahora, nuevamente, el falso poder se apropia de la mente y de la aspiración de los hombres que creen que pueden colocarse por encima del Creador con el libre albedrío.
El hombre degradado cree que tiene poder sobre la vida y sobre los Reinos de la Naturaleza. Al enviar a Su Hijo, que venció la muerte y perpetuó Su Resurrección, el Creador quiso demostrarle a la humanidad que solo Suyo es el Poder y que todo lo que existe, debajo de Su Poder, pertenece a la fuerza que se pierde y se desvanece como polvo ante el fuego de la Gloria de Dios.
Pero te digo, hijo amado, que muchos de tus hermanos no aprendieron con el ejemplo de Cristo y eligieron un sufrimiento aun mayor: un aprendizaje que trascendiera la experiencia de un único hombre y que incluyera en sí a toda la humanidad y a todos los Reinos de la Naturaleza. El Armagedón es la Pasión de la consciencia planetaria.
Podrás estar en esa Pasión de tres formas, como Cristo o como los ladrones crucificados a Su lado: ambos ladrones pensaban solo en sí mismos, aunque, al final de todo, uno de ellos aceptó la Voluntad de Dios y se convirtió a tiempo; el otro decidió permanecer en su orgullo y ni siquiera con todo el sufrimiento se rindió al Perdón de Dios. O, entonces, podrás estar como Cristo, siendo tú quien vivirá los mismos pasos de la Pasión de todos los seres de la Tierra, pero no con espíritu de castigo, de culpa, de furia, de frustración ni de dolor, solo ofreciendo al Padre cada paso con la cruz del mundo, para que una Nueva Raza redimida pueda surgir de tu ofrenda de amor y de perdón.
Hijo, deberás elegir desde ahora el camino que seguirás: si tus pisadas estarán sobre las pisadas de Cristo, confirmando la victoria de Dios; si escogerás sufrir en la ignorancia y permanecer en tu propio parecer para rendirte en la última hora; o si permanecerás en tu orgullo sin límites y, aun en Presencia de Dios, elegirás el camino del abismo.
La cruz te será entregada de todas formas. Sujétala firme y da tus pasos.
Los primeros pasos en la Pasión planetaria dictarán el destino de la humanidad. Por eso, desde ahora, en tu Getsemaní interior, renuncia a las tentaciones y acepta la redención; así, Dios estará contigo, los ángeles te ampararán y cargarás tu cruz, solo contemplando la victoria de tu Padre Altísimo.
Después de todo, reinará la paz.
San José Castísimo, que viene a abrir los ojos de la humanidad.
La manifestación del Plan de Dios tiene como vehículo la energía de los rayos celestiales. Esos rayos descienden al mundo por intermedio de la Ley de la Atracción o de la Ley de la Correspondencia y, de esa forma, impregnan las consciencias que tanto interna como externamente se disponen a vivir en síla Voluntad del Dios Supremo. Poco a poco, esa Voluntad va ganando espacio en la vida del planeta y, uno a uno, impregna a los seres que se inspiran en el ejemplo de otros para transformar su vida.
Así como sucede con los individuos, también ocurre con los arquetipos de la vida; tanto en la sociedad como en la vida de las diferentes naciones. Muchos se preguntan de dónde vendrá la manifestación de la Nueva Humanidad y a partir de cuál principio surgirá.
Cuando seres humanos se congregan para unir su disposición de manifestar el Plan de Dios y así atraer los arquetipos creadores de los rayos celestiales hacia la vida, esos rayos no solo descienden en los individuos, sino también por intermedio de ellos impregnan la consciencia grupal y encaminan naturalmente la vida grupal hacia la manifestación de lo que Dios pensó para la sociedad humana.
La vida humana sagrada y orientada siempre hacia la obediencia al Divino comenzará a surgir en pequeños puntos de luz en el mundo. Así como algunos individuos inspiran a otros que den nuevos pasos por medio de su transformación, las pequeñas comunidades que dan ejemplo de una vida fraterna y crística, en un arquetipo de sociedad humana, inspirarán a masas de personas e incluso a naciones para que sigan el mismo ejemplo.
Es así como nace la Nueva Humanidad. La Nueva Humanidad es fruto del esfuerzo de cada uno. Después, tendrá su cuna en la unión de los esfuerzos de dos o más que comiencen a constituir una vida grupal y, así, poco a poco expandan esta vida sagrada por el mundo, consagrándolo al Plan de Dios.
Es por este motivo que les pido que jamás piensen que sus esfuerzos no serán suficientes, porque a veces les parecerá que reman contra la corriente de otros miles de millones de seres humanos que hacen cosas contrarias a la Voluntad Divina. Cristo también era uno solo, pero Su Amor por Dios y por Su Plan cambió el destino de la humanidad. Hoy, ustedes son mucho más que uno; son millones de seguidores de Cristo, que deben comenzar a unirse para cumplir con la meta de cambiar el destino, no solamente de la humanidad, sino también de toda la Creación.
Yo los bendigo y los guiaré siempre.
San José Castísimo
Abre los ojos y ve cruzar el cielo, al Rayo de la Misericordia que el Señor envía al mundo. Ve abrirse los portales de un Reino Sublime, donde habita lo más puro y bello que existe en la creación. Abre los ojos y ve llegar al mundo las Huestes Celestiales, para auxiliar a los que padecen y rescatar a los que están perdidos.
Abre la puerta del corazón y descubre el misterioso acontecimiento que se acerca a tu vida. Ábrete hijo Mío, en consciencia, para un nuevo despertar, para una nueva vida.
Mis amados, un nuevo amanecer surge en el horizonte del mundo y un nuevo sol despunta para iluminar la vida de todos los seres y para hacerlos ver todo aquello que hasta este momento estaba oculto en sus vidas. Este sol llega al mundo para retirar de la ilusión a las almas perdidas y hacerlas reencontrar el camino del cual se desviaron hace tanto tiempo.
Hoy solo les digo que abran los ojos, el corazón y la consciencia. Esto se hace con la intención y con la oración verdadera. Ábranse para descubrir las nuevas posibilidades de la vida que Dios entrega a la humanidad; ábranse para descubrir una posibilidad de vivir en Paz en un mundo que agoniza; una posibilidad de volverse servidores y pacificadores de este mundo.
Mis amados, los convido hoy a ser curadores de esta Tierra herida, sanadores de almas perdidas y moribundas, que mueren en vida y entregan al enemigo todas sus posibilidades de Redención.
Hoy los llamo urgentemente a despertar hacia una vida de unidad, que supere las fronteras de las religiones, de las razas, de las creencias y de las naciones. Hoy los llamo a la Reconciliación con el prójimo y con Dios, para que no teman aceptar lo Divino que se aproxima a sus vidas y que les ofrece nada más que una vida de entrega permanente, de servicio y de Paz.
Vengo al mundo para que la humanidad despierte del sueño en que vive y para que se manifieste en la Tierra el arquetipo del Amor que Dios pensó para el hombre.
Hijos Míos, sus vidas son preciosas delante de Dios y no importa cuánto le fallaron a lo largo de los siglos, la Grandeza de Dios está en lo imprevisible de sus consciencias y Su Gloria se manifiesta en la conversión de las almas del mundo.
Este es un tiempo de urgente conversión, porque todas las Gracias ya fueron derramadas sobre el mundo y muchos se negaron a percibir. Mi presencia llegó al mundo de diferentes formas y Me hice visible a muchos de Mis hijos, para que todos los seres tuviesen la posibilidad de estar a Mi lado. Dios intentó llegar a todas Sus criaturas, pero ellas están ciegas y sus corazones están tan cerrados, que no quisieron ver y sentir esta presencia.
No nieguen más, hijos Míos, el auxilio que se les está enviando. No ignoren más los tiempos que se aproximan, pues hoy el despertar les llega pleno de Misericordia. Mi Amor toca suavemente sus corazones llamándolos a vivir una vida de Paz y fortaleciéndolos para que alcance esta Paz en cualquier circunstancia. Mañana llegará al mudo la Justicia, que despertará a muchos a través del sufrimiento y del dolor y eso sucederá por la elección que cada alma realizó ante las oportunidades que Dios les ofreció.
No vengo para causarles temor, hijos Míos, solo vengo para advertirlos de que otros tiempos llegarán y las consecuencias de las acciones de la humanidad ya están sobre el mundo.
Elijan la Paz y vivan la oración.
Oren con fervor y pidan Misericordia para los que aún duermen.
Les agradezco por acompañar Mi Misión de Salvación de las almas.
María, Madre y Reina de la Paz
Entra directamente en Mi océano de Paz y, a través de la oración, encuentra el aliento y el refugio de tu alma, mente y cuerpo. Ejercita estar en Mi Corazón todas las veces que sea posible y aspira cada vez más a vivir este encuentro Conmigo; cada día que entran en contacto con la Paz que traigo de los Cielos, fortalecen y maduran la morada interior, el espacio de eterna Paz que construyo en vuestros corazones.
Quiero que Mis hijos aprendan de la constancia y de la perseverancia porque sin estos dos atributos, los pasos interiores de vuestros seres no podrán consolidarse.
Hoy, es necesario que alcancen algo más que una experiencia interna Conmigo, algo más que un momento de encuentro con Mi Corazón. Es necesario que puedan alcanzar la vivencia de lo que les traigo, la imitación de Mi Consciencia, que así como la de Jesús y la de José, expresaron el modelo perfecto de vida sobre la Tierra.
Aprendan de la serenidad y la paz e intenten una y otra vez, salir de la vida común de la consciencia humana, pues hoy les traigo esta posibilidad, tal como les traje a lo largo de los siglos.
Hijos Míos, aquellos que sepan ver y recibir las Gracias de Dios, percibirán en el corazón, que no hubo en el mundo un momento más precioso que este que viven hoy.
Los Mensajeros Divinos, llegan a varias partes del mundo, entre las diferentes consciencias que se expresan en la Tierra, llegan en diferentes naciones, con diferentes culturas, mas trayendo un mismo Mensaje.
No vengo para crear una nueva religión, sino para unir en el Corazón de Dios todas las religiones que ya existen.
No les pido que sigan alguna creencia, secta o doctrina. Mi enseñanza parte del Corazón de Dios y para Él debe estar orientada.
No les traigo en este momento un arquetipo de religión, sino un arquetipo de vida, permanente. No son palabras para que solo las mediten en el interior de un templo, o de una iglesia, son impulsos divinos que serán vividos, aplicados en la consciencia, transformando toda la materia corrompida a lo largo de los siglos.
Mis amados, les pido hoy, que den un gran salto en la consciencia. A aquellos que se animen y se propongan este salto, aún más Mis brazos los ampararán y los elevarán hasta el grado que deberán alcanzar.
Pero es necesario que cada uno tenga la firme decisión de lanzarse en esta transformación de vida y, con valentía se dirija a un mundo nuevo, que no encontrarán fuera de ustedes mismos, que no verán en la vida material hasta que no lo construyan en su propio interior.
La Vida Divina ya existe en cada ser; Dios es en Sus criaturas, pero estas deben saber encontrarlo escondido y silencioso en el propio corazón.
Busquen con paciencia este Dios escondido y no teman equivocarse en esta búsqueda, porque caer forma parte del caminar espiritual. Cada vez que se enfrentan con un error, pacientemente extiéndame sus manos y Yo los colocaré nuevamente en pie.
Sigan así, entre pequeñas y grandes caídas, de esta forma el camino se hará más corto y, más cerca estará el Reino de Dios.
Los que se animan a trascender las barreras de su existencia y superan los límites impuestos por la propia mente, se llevarán una sorpresa en sus vidas y en sus esencias y todo lo que les parece tan misterioso y tan distante, se volverá pequeño y cercano a sus vidas.
Es entonces, que surgirán otros misterios y más grandes abismos desconocidos serán visibles y, en la vastedad del Universo, seguirán esta jornada propuesta por Dios para Sus criaturas.
Cuando caminar permanentemente sea la única meta, verán con los ojos del espíritu la Consciencia Divina que los abraza.
Les agradezco por estar hoy Conmigo, develando las palabras de Mi Corazón.
María, Madre y Reina de la Paz
Mis amados:
Vengo en Corazón, en Espíritu y en Esencia Divina para anunciar el último tiempo de Redención para la Tierra. Retorno una y otra vez al mundo para dar nuevas oportunidades a aquellos que, a lo largo de los siglos, prefirieron continuar en su sueño profundo a despertar para la vida del espíritu.
Hoy Mi Corazón llega, como portador del Espíritu de Dios y de la Voluntad Divina, para colocar en cada corazón y en cada consciencia el propósito despierto, la Voluntad de Dios para cada una de Sus criaturas.
Mis amados, como Madre y Reina de la Paz, vengo a sembrar en el mundo un proyecto de Vida y de Redención para que florezca en el corazón de los hombres una vida divina y suprema, la vida de Amor idealizada por el Creador de todas las cosas.
Mas, para que este propósito se manifieste, incluso aquellos que se consideran despiertos deben convertir sus vidas; en este camino de eterna e infinita transformación siempre habrá algo guardado en el interior para ser convertido y redimido.
Hoy, anuncio al mundo la posibilidad de una nueva vida, vida que se gesta en cada corazón y que madura en el proprio interior, antes de manifestarse en la materia.
Muchos, a lo largo de los siglos, intentaron manifestar en la materia una vida espiritual y sagrada pero se olvidaron que, antes de todo, esta vida debe estar madura en la esencia interior del ser.
Por eso, en este momento planetario llegan los Mensajeros Divinos de Dios, que anuncian los acontecimientos del mundo y anuncian la Voluntad del Padre, para que a través de Su verbo, Su silencio y Su simple presencia, puedan transformar el mundo interior de las criaturas.
Mis amados, si hoy la nueva vida les parece algo distante es porque aún necesitan hacerla madurar en el propio mundo interior. Las señales de una vida que ya ha madurado es la visión de lo imposible y de lo inalcanzable, como algo totalmente al alcance de vuestros corazones.
Para una esencia que está despierta lo imposible deja de existir, porque el despertar la hace que contemple la grandeza de Dios y de Sus Universos y, delante de la Magnificencia de la Creación nada le es imposible.
Por eso hoy les digo que, en oración, no contemplen el mundo como hoy sus ojos pueden verlo, sino que lo contemplen como vuestras esencias pueden idealizarlo. Así, a través de la intención y del pensamiento creador, encontrarán el Arquetipo Divino y auxiliarán a Dios en la manifestación de ese Arquetipo en la vida material.
Mis amados y pequeños hijos, grande es el misterio guardado en el Universo Celestial; si confían en Mis palabras y alimentan la pura intención de vivirlas, podrán percibir la transformación interior que Mi Amor maternal realizará en vuestros corazones y, a través de este Amor, serán preparados para el Retorno glorioso de Mi Hijo y para la nueva vida con Él en esta Tierra Sagrada.
Les agradezco hoy a cada uno de Mis hijos de Belo Horizonte, porque una vez más abrieron las puertas del corazón para que Mi presencia llegue para redimir al mundo.
A través de la devoción de vuestros corazones, Dios encuentra aliento y Paz; encuentra la posibilidad de verter sobre el mundo Su Misericordia.
Yo los bendigo.
María, Madre y Reina de la Paz
Escucha en tu corazón la historia que Te voy a contar. Deja que Mis palabras fluyan como agua pura en el río de tu mente y que los misterios de Mi vida corran dentro de esta agua con la misma armonía. Confía en el compromiso que tu corazón tiene Conmigo, porque muy poco es lo que el mundo sabe sobre esta historia y muy poco seguirá sabiendo, hasta que ingrese en el Reino de los Cielos.
Nací de una gestación de infinita pureza, preparada por los ángeles, como si crearan una flor, pero era Mi alma que crecía en el vientre materno de Mi santa madre. Le digo santa porque sobre ella descendió el Espíritu Santo y, a través de sueños, fue preparada por los ángeles para comprender la maternidad que viviría, de un niño poco común para su época.
Mi madre me cantaba al corazón, oraba y preparaba su gestación con profundo amor; amor que Dios le infundía para inspirar a su creación, que sería la semilla de lo que vendría a ser José, el llamado hijo de David.
Nací y crecí acompañado por los ángeles; Mi santa madre, adornada por el Espíritu Santo, fue quien desde los inicios me enseñó a realizar las primeras obras de caridad. Me enseñó que, para el prójimo, se ofrecería siempre lo mejor y, quien así procediese, dando al prójimo lo que mejor tenía, recibiría de Dios lo mejor que Él tenía del Reino de los Cielos.
De esta forma fui comprendiendo las Leyes de Dios, que eran muy diferentes a las leyes de la Tierra y, cuanto más Mi consciencia infantil se sumergía en ese Reino, más me veía fuera de todas las leyes del mundo; sobretodo las leyes de la materia, estas que prenden al hombre y lo hacen rehén de las energías capitales.
Dotado de profunda unión con Dios, el Señor jamás permitió que las leyes de la Tierra actuasen sobre Mi consciencia juvenil.
Aprendí del trabajo y de la soledad, del silencio, de la oración y del ayuno y, crecí en estos hábitos diarios. De familia simple y pobre, así fue reflejándose la vida en Mi alma, crecí simple y pobre de las cosas del mundo.
La soledad me enseñó la humildad, pues en soledad profundizaba en los misterios de la Fe y en la ciencia del Reino de Dios, lo que me hacía comprender día a día, cuán pequeño era delante de la Grandeza de Dios Altísimo.
Es verdad que hice voto de castidad a los 12 años; en verdad, la castidad y la pureza Me fueron infundidas por Voluntad Divina y eran virtudes naturales de Mi pequeño ser. Cuando a los 12 años comprendí parte de la Voluntad de Dios para Mi pequeña consciencia, Me confirmé en esa Voluntad y ofrecí el voto de castidad perpetua.
No solo hice este voto delante de Dios, sino también le prometí ser eternamente servicial en todas las cosas; mientras viviese e incluso en la Eternidad sería Su fiel siervo y obrero, sirviendo eternamente a Su Santidad y a todos Sus hijos, a aquellos que más necesitan.
Cuando me casé con María, encontré en Ella también la perfecta caridad, de lo cual fuimos ejemplo como familia y como personas.
Todo trabajo realizado por Mis manos era ofertado a los pobres, a los más pobres que nosotros y, como había aprendido de Dios, cuando daba a los que necesitaban, por Obra y Gracia del Espíritu Santo, recibíamos en nuestra mesa todo cuanto necesitábamos para subsistir.
María era también ejemplo de caridad espiritual; formaba en el Amor a Dios a todas las que lo necesitaban, desde las ancianas a las más jóvenes, estaba siempre rodeada de mujeres de Nazaret y de Jerusalén.
En Mi trabajo de carpintero ejercía el oficio siempre unido a la Voluntad del Señor, y esto permitía que los instrumentos confeccionados fuesen dotados del Espíritu Santo. Muchos milagros acontecieron, dentro y fuera de Mi conocimiento; milagros por los cuales pedía perpetuo silencio a los que los recibían y atribución total a la Gracia Divina y a Su Santa Voluntad y Obra.
En Mi carpintería formaba a los jóvenes y niños de Nazaret; entre ellos estaba el Niño Jesús, que más me enseñaba que lo que aprendía. Con Su presencia, los milagros realizados a través de los objetos que confeccionábamos comenzaron a crecer.
Como nuestras confecciones estaban hechas para gente muy pobre pero de mucha Fe, no les costaba creer en las Obras del Espíritu Santo y, aunque profundamente agradecidos a aquella familia tan misteriosa de Nazaret, viendo tan profunda humildad y pureza, no dudaban en atribuir estas santas obras a Dios.
La vida de José fue por sobretodo una vida de silencio, de trabajo y de oración. Dice el Señor que este es el arquetipo de la vida consagrada; una vida que existió hace tantos años y que para muchos puede ser considerada como superada, vino para demostrar al mundo el arquetipo de las familias sobre la Tierra.
José y María se completaban en las virtudes y en la devoción, en el Amor a Dios y en los cuidados a Jesús. Jesús aprendió en Su infancia todas las virtudes de Sus padres y sobresalió en todas, creciendo en ellas y enseñando a sus humildísimos padres a vivir bajo la Ley de Dios.
La Sagrada Familia era el complemento de la perfecta santidad, Obra purísima del Creador, vista desde los mínimos detalles y preparada no solo en José y María, sino en todas las últimas catorce generaciones de ambos padres de Jesús.
Estas generaciones fueron creciendo en pureza y santidad para ofrecer a los dos santos la santidad más pura que pudiese existir sobre la Tierra y, de esta unión perfecta, pudiera nacer protegido del mundo y amparado por el Espíritu Santo, el Hijo dilecto de Dios, Su primogénito, Jesús Cristo.
Lo que aparece escrito en la “Mística Ciudad de Dios” se complementa con lo que está en el Evangelio.
Todo debe ser leído y estudiado con el corazón para que a través de él sea transmitido.
Que esta devoción nazca primero en vuestros corazones para que después recorra el mundo.
Vuestro amado Hermano e Instructor, San José Castísimo.
Quiero dar a conocer al mundo los Misterios del Espíritu Santo, porque ya se aproxima el tiempo en el que este Santo Espíritu cumplirá con Su misión primordial de vivir en la materia y así, divinizarla.
De la Consciencia de Dios nace Su Espíritu Santificado que habitará en Su Creación y traerá la vida divina a aquello que es materia física y no física.
El Espíritu Santo vive en Dios porque no solo proviene de Él, sino que también Él lo Es. El Espíritu Santo vive como una parte propia de Dios, Consciencia Suya separada de Su Gran Consciencia, pero que actúa como Dios, como Su Voluntad y Principio, porque lo Es.
Siendo Dios, el Espíritu Santo es como Su Brazo activo y vivificador que anima a todo lo que toca, colmándolo de Divinidad, de Alma Divina. Es como un Fuego, porque el Fuego en Él representa a la vida activa en Dios, la Luz que vive e incendia la materia y los espacios.
El Espíritu Santo es como el Corazón vivo de Dios, que recorre el Universo Celestial para tocar la Creación de Dios y dar vida a toda ella, vida divina.
Así, el Reinado de Dios se fue expandiendo en los Cielos. El Espíritu Santo vivía en lo que Dios creaba; y Él se tornaba como Dios, Padre-Madre de toda la Creación Celestial.
El Espíritu Santo no tiene nombre, porque está en todo, Él Es para vivir en todo, para ser Dios en todas las cosas.
El Espíritu Santo nace, cuando nace en el universo la necesidad de que exista el Amor, un Amor diferente al que ya existía en el Cielo, un Amor que sea el propio Amor de Dios en Sus criaturas. Y, para que eso fuera posible, era necesario que el Amor de Dios encarnara en la materia, que era lo que había de más denso y distante del Reino de los Cielos; porque tan infinito era ese Amor que, para vivir en su plena extensión, nacería en lo más bajo y alcanzaría lo más Alto, el Reino de todos los Reinos, la Casa del Padre de todos los Padres del Universo.
Fue así que Dios retornó a la materia nuevamente .
Muchos se preguntan: "¿Porqué el Señor, que era todo Divino, manifestó Su Amor en la materia?" Porque desde ahí y hasta que alcanzara el Cielo, la extensión de ese Amor sería única.
Así fue como Dios envió a Su Hijo a la Tierra, Espíritu que provenía de Su Espíritu Santo, Verbo que encarnaría y traería a la Tierra Su Verbo Divino. De ahí nació el Cristo, Jesús, hijo de María y de José, de la estirpe de David.
Su Madre en la Tierra era como Su Madre en el Cielo, de la misma forma que Su Espíritu Crístico nació del Espíritu Santo. Para que ese Amor viviera, en carne y alma, sobre la Tierra, fue necesario que se hiciera en la Tierra como fue hecho en el Cielo. El Espíritu de Dios tomó de la Creación un cuerpo santo, un alma pura e inmaculada, limpia de cualquier mancha, eternamente santa como Su Espíritu. Así, nació la Virgen María, parte encarnada del Espíritu de Dios, arquetipo de Su más pura creación.
Con estas palabras, les dejo este nuevo impulso de Dios para que abran el corazón y no teman conocer los grandes misterios de la Divinidad y todas las Faces del Espíritu Santo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más