APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 19

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Campanario Celestial ya resuena. Su sonido despierta a las almas y le señala al corazón de la Tierra que ha llegado el tiempo de la renovación.

El Campanario Celestial resuena, y su sonido anuncia que ha llegado el tiempo del cumplimiento de las profecías. Escuchen, hijos, con los oídos del corazón este sonido divino.

El Campanario Celestial ya resuena y, a través de su vibración, activa los Espejos del Cosmos, que se vuelven hacia la Tierra para irradiar los principios divinos que provienen del Corazón de Dios.

El Campanario Celestial resuena, y su vibración hace eco en los universos, a través de las dimensiones. Todo lo que es vida siente la vibración de su sonido. Los ángeles tocan el Campanario Celestial y, a través de su sonido, despiertan a las fuentes de los Rayos Inmateriales para que, de lo profundo del universo, desciendan sobre la consciencia material para transformar la vida manifestada según los principios divinos, y así comenzar la reconstrucción de la Tierra en todas sus expresiones.

El Campanario Celestial resuena en el universo, y su sonido toca lo profundo de las consciencias que no comprendieron la existencia humana y que no se abrieron a la renovación del Amor de Dios. A través del Campanario Celestial, las criaturas del universo comienzan a comprender la esencia de la vida y se disponen a colaborar con la Tierra en el despertar de la Nueva Humanidad.

Cuando el Campanario Celestial resuena, el Amor de Dios, latente en el corazón de Sus hijos, comienza a despertar y les trae una comprensión mayor. Ese Amor, hijos, que emerge de las criaturas de la Tierra, se enciende y puede ser visto a través de las dimensiones y de los universos. Es de esa forma que una esperanza surge en el interior de todas las criaturas más allá de la Tierra, más allá de este universo.

El Campanario Celestial marca el tiempo de la reconstrucción, cuando la dualidad ya promovió la transformación de la consciencia humana, cuando el sufrimiento se transforma en sacrificio, y la humanidad ya no vive el dolor, sino la entrega de sí misma, así como Cristo lo hizo, transformando cada Llaga en una ofrenda que transustanciaba la vida, que transfiguraba a los seres y les concedía una nueva oportunidad.

Así también acontecerá en el corazón de todos los que vivan el poder de la entrega y que, en el Tiempo de Dios, sean Sus instrumentos para transformar la vida en todas las dimensiones, en todas las expresiones del cosmos.

El Campanario Celestial resuena en el Tiempo del Universo, llamado Tiempo Real, porque en él todo ya se concretó; la vida humana ya fue transformada, y el Propósito Divino ya fue alcanzado. Escuchen el resonar del Campanario Celestial, porque su sonido despierta al Templo de la Esfera, y este Templo, que guarda la historia de la consciencia humana, irradia como un Espejo la vibración de una nueva vida, para que todas las consciencias despierten en sí el potencial de un nuevo ser.

Cuando el Campanario Celestial resuena, su sonido también resuena en lo profundo de la Tierra y la vida inmaterial, que se oculta en su interior, comienza a emerger espiritualmente para tornarse una con la vida terrestre en la superficie del planeta. Es así que los seres humanos sentirán una voluntad desconocida de conocer aquello que no se ve; sentirán un deseo imperioso de profundizar en su vida espiritual, porque la vida material no les traerá respuestas.

Cuando la vida inmaterial del interior de la Tierra comienza a emerger hacia la superficie, despierta en las consciencias una imperiosa voluntad de recordar y de retornar a su Origen Divino. Lo desconocido ya no causará temor, pero será por el firme propósito de las consciencias que no encontrarán satisfacción en la Tierra, pero sí en lo profundo del propio corazón.

El Campanario Celestial resonará y podrá ser escuchado en el interior de los seres. Todos los que se silencien para buscar la vida superior, escucharán su sonido y despertarán con su vibración.

El Campanario Celestial, hijos, es una herramienta divina, manifestada en el principio de la vida, antes que las criaturas encarnaran en las dimensiones materiales; porque, antes que el Creador enviara a Sus hijos a la materia, Él manifestó el Campanario Celestial para llamar a Sus Criaturas a retornar a Su Corazón cuando fuera el tiempo.

Este es el tiempo.

En el Tiempo Real del Universo, en el que no existe pasado ni futuro, sino solo el Eterno Presente, el Campanario Celestial ya resuena. Su sonido fortalece a los corazones para que, a pesar de todo lo que aún deberán experimentar en el planeta, sepan que el Propósito ya se cumplió. Que su fortaleza sea el sonido del Campanario Celestial porque, a pesar de todas las pruebas que aún vivirán, el camino de retorno ya comenzó a ser recorrido.

Cuando no puedan soportar el caos del mundo, la transición de los días, silénciense y escuchen el Campanario Celestial; porque, a partir del momento en el que él comienza a tocar, no se detiene hasta que la última criatura retorne al Corazón del Padre.

Encuentren fortaleza en el espíritu, encuentren fortaleza en el silencio, porque es a través del silencio que la verdad les será revelada.

Hoy, hijos, experimenten la presencia del Real Tiempo del Universo, experimenten el Propósito Divino concretado, sus misiones realizadas, sus espíritus transformados.

Hoy, experimenten ingresar en el Templo de la Esfera, ese Templo Espiritual que habita en el interior del planeta como una parte del Corazón de Dios. Y que esa experiencia sea para ustedes como una promesa de que todo pasará y que el Plan se cumplirá.

Enséñenles a los corazones a encontrar el silencio, para que así reencuentren el equilibrio de sus mentes y de sus emociones, para que así permitan que los impulsos retrógrados que el planeta les envía, todo el tiempo, sean transmutados y liberados de la consciencia humana.

Enséñenles a los seres a silenciarse, a contemplar la naturaleza y reencontrar a Dios a través de ese simple ejercicio. Esta será una llave para cuando todo parezca perdido. Guarden en sus corazones lo que les digo, para que no se olviden de que a través del silencio pueden encontrar el Tiempo de Dios, y saber que, en este Tiempo Real, todo ya está cumplido.

La Argentina deberá reerguirse de adentro hacia afuera. Por eso, sus corazones están aquí, congregados en este Centro Sagrado, experimentando el Templo de la Esfera en el que códigos divinos son depositados en sus esencias, en sus células y en sus consciencias, para que puedan reconstruirse y, así, impulsar a esta nación que debe tornarse una cuna de una nueva vida, que debe estar pronta para prepararle el camino al Redentor y que, con sus corazones reconstruidos, ayuden a reconstruir la vida en la Tierra.

Que todos los Centros Sagrados, que habitan en el interior de esta nación, puedan reencenderse para que las almas vuelvan a sentir la esperanza y la fortaleza interior.

Que se activen los Discos de Amor para despertar a las almas y elevar a las consciencias. Esta debe ser su misión en este tiempo: elevar la vibración de esta nación como la de este planeta, para sustentar y sustentar, hasta que todo esté cumplido en todas las dimensiones y en todos los tiempos.

Nosotros los acompañaremos y caminaremos lado a lado de cada uno de los servidores. Solo les pido que perciban Nuestra Presencia y que cuenten con Nosotros, en oración y en silencio, para establecer la paz.

Que se coloquen de pie los que se postularon para consagrarse como Hijos y Amigos de San José.

Hoy, reciban, hijos, un impulso espiritual y una Gracia Celestial que provienen no solo de Mi Casto Corazón, sino también del Corazón del Padre Creador, para que sus almas siempre encuentren fortaleza para perseverar.

Hoy, reciban el don de la sabiduría para saber siempre dónde estar y cómo proseguir; para saber conducir a las almas cuando estén confusas, para traerles una palabra de aliento o un silencio intercesor a aquellos que más necesitan; para que así, como la Sagrada Familia, sus corazones sean corazones servidores en el silencio y también en sus acciones, para que puedan reflejar en la vida los dones que hoy se guardan en su interior.

Expresen lo que son, para que las virtudes no solo permanezcan latentes en el corazón, sino que puedan expresarlas con la simplicidad de la vida que se consagra a Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

Traigan aquí incienso y agua bendita.

Que esta agua los lave y los purifique, que simbolice para ustedes la pureza del corazón para que siempre puedan encontrarla, aun en tiempos de caos y de tantas impurezas en la consciencia humana. A través de este don, les concedo la purificación para que sus corazones estén prontos.

Que este incienso sea bendecido para simbolizar la consagración y su eterna aspiración de tornar la vida sagrada. A través de él los bendigo y consolido en su interior las Gracias que hoy les entrego, para que nada sea capaz de retirarles lo que recibieron de Dios. Sean dignos de ser llamados Hijos de Dios, representantes de Cristo, precursores de una nueva vida, para que así el Propósito Divino se establezca.

Que la Luz del Templo de la Esfera permanezca encendida en sus corazones. Recuerden retornar allí siempre que necesiten auxilio, siempre que precisen una respuesta. El silencio será la llave que les abrirá esas puertas y a través de los cristales de sus corazones se les señalará que pueden ingresar.

Hoy, los bendigo, los consagro y les concedo una oportunidad más de recomenzar.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en paz, bajo la Gracia Divina.

Les agradezco.


Hermana Lucía de Jesús:

A pedido de San José, vamos a entonar una vez más la canción de la unidad y a prepararnos para la Comunión.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la paz esté en este lugar, en esta ciudad y en el mundo entero.

Que la paz se expanda a través de sus corazones, iluminando cada espacio oscuro de este mundo, porque eso es posible cuando son verdaderos de corazón.

Que la paz ilumine sus mentes, les traiga armonía, equilibrio y discernimiento en estos tiempos de tribulación.

Que la paz les retire sus dudas, convierta sus errores y los conduzca por el camino de Cristo.

Hoy, con Mi Santa Esposa y Reina, les traigo la paz, paz que falta mucho en el mundo y en los corazones que en él viven. 

Vengo una vez más a despertarlos a la realidad superior, a preparar sus consciencias para los tiempos que vendrán, para que puedan crecer, madurar sus espíritus, vivir la redención y manifestar la perfección de Dios en sus vidas. 

Hijos, muchos aún están confundidos con las cosas del mundo, porque aún es necesario que vivan en él, pero no para adherirse a sus tendencias, sino para transformarlo. 

Desde el comienzo de este proyecto humano, el Creador permitió que aquí existiesen los dos opuestos de la dualidad del universo, una gran oscuridad, un gran mal, sin embargo también un gran amor, una infinita luz que viene al mundo no solamente a través de Cristo, sino también a través de cada corazón que despierta para expresar esa luz que habita en lo profundo de su esencia y que, si aún está oscurecida, es por las cosas del mundo y no por la Voluntad de Dios.

Aún no conocen, hijos, la perfección que habita dentro de ustedes y de sus hermanos.

Muchos Me preguntan, en sus corazones, como conciliar la vida del espíritu con la vida en sus familias, en sus trabajos, en su día a día.

Quiero que cada uno de ustedes sea ejemplo para el prójimo, un ejemplo de persistencia, de perseverancia, de amor a los Planes de Dios.

Amar al otro no es ser consecuente con sus errores. Amar al prójimo, además de aceptarlo como es, es también cuando ven un error, poder dar un ejemplo de algo que lo equilibre, haciendo lo contrario, porque de esa forma lo convertirán no con el juicio ni con la crítica de sus mentes, sino con el ejemplo de sus corazones. 

En estos tiempos, hijos, las mentes están muy confusas y, si bien reconocen que no están en el camino correcto, no saben hacia dónde ir. Mucho más fuerte dentro de sus seres es la oscuridad que permea al mundo que del amor que intenta aparecer. Por eso, les pido en este día que den ejemplos verdaderos a sus familias, en el día a día, en cada instante de sus vidas. Si quieren transformar al prójimo, transfórmense a sí mismos, porque esa es la única forma de que este mundo se transforme de una forma verdadera. 

Podrán comprender los misterios celestiales y vivenciarlos cuando dentro de ustedes exista la determinación de seguir el Plan de Dios. Eso no significa herir al otro, porque no juzgarán ni criticarán a nadie, solo darán ejemplos puros de su unión con Dios, y la unión con el Creador, por sí misma, transformará todas las cosas. 

Como siempre, quisiera hablarles de cosas divinas, universales; quisiera contarles el verdadero motivo por el cual sus espíritus vinieron al mundo, revelarles que esta no es la primera vez ni la última que están sobre la Tierra.

Quisiera mostrarles, al corazón, cuántos aprendizajes, cuántos triunfos y cuántos errores cometieron a lo largo de su existencia para que así pudieran aprender que no son perfectos, pero que no todo está perdido, porque una experiencia de amor verdadero existe dentro de sus seres, si no fuera así, jamás estarían aquí.

Aquellos que hoy escuchan Nuestras Palabras en los cuatro puntos del mundo, a lo largo de la historia de la humanidad ya escucharon el eco de la Voz de Dios muchas veces; sea a través de los profetas, de los patriarcas, de los santos, de Mi Hijo Jesús; sea del propio Creador que les sopló en el corazón la esencia de una verdad para que, solo con ese soplo, se comprometieran con Él durante toda la historia, y en este fin de ciclo en el que la humanidad debe manifestar definitivamente Su Voluntad, ustedes pudieran recordar y finalmente cumplir con el Propósito Divino.

Les digo estas cosas porque mientras hablo les muestro al corazón estas verdades, atraigo sus almas y sus espíritus para que reconozcan, hijos, que no son solo esa materia, esa mente que Me escucha, ese corazón que Me siente. 

Existe algo entre ustedes y Yo que es único, que nos une, que nos hace semejantes a Dios.

Sus esencias partieron de un Origen Divino, pero nunca perdieron el vínculo con el Origen, nunca perdieron el vínculo con el Creador. Una parte de sus consciencias permanece en la Fuente como una promesa de su retorno al Corazón de Dios.

Por eso, hoy les hago sentir a aquellos que se abren de corazón esa esencia. Reconstruyo el hilo que los une a Dios y le prometo al Señor que cuidaré de ustedes siempre, para que ese hilo no se rompa otra vez, pero sí que la luz de la esencia divina pueda fluir cada vez más en sus corazones. 

Hoy vengo al mundo no solo para conversar con ustedes, sino para darles un impulso espiritual que repercutirá en toda la consciencia humana. Quiero que salgan de aquí colmados por el Espíritu de Dios, para que pierdan el miedo de anunciar el Retorno de Su Hijo y, más que eso, preparar en su interior la morada de Cristo, porque su Esencia Crística ya está ante sus corazones. Abran los brazos, abran el corazón y dejen que ese Cristo se exprese y disuelva de sus seres todos los vínculos con el mal. 

Hoy les muestro el Reino de Dios, ese que pocos conocen porque muchos buscan comprender con la mente humana algo que es divino. El orgullo y la vanidad de la humanidad no les permite golpear a las puertas del Cielo, porque aún prefieren sentirse autosuficientes a pedir el auxilio de Dios. 

Hijos, pierdan el miedo de sentir la alegría y la plenitud de encontrar al Creador. Pierdan el miedo de decir sí a una nueva forma de unirse a Dios que no se encuentra en ninguna religión, en ninguna creencia; que se encuentra en lo profundo de sus seres. Es una unión que siempre existió, pero que la humanidad nunca quiso ver. 

Las religiones son una puerta para que puedan encontrar al Padre, pero llegó el momento de cruzar las limitaciones de toda la enseñanza que recibieron hasta hoy, para aprender del acto de religarse que existe dentro de ustedes y que ninguna institución podrá enseñarles. Las religiones existen para congregar a las almas, formar los rebaños, despertarlos y conducirlos hacia un camino único, que es el Amor del Creador. Si viven un amor verdadero, aman al prójimo como a sí mismos y a Dios por sobre todas las cosas, no importa por dónde sigan, porque encontrarán al Creador, y Él mismo les mostrará Su Verdad, disolverá las ilusiones, romperá las barreras y transformará la comprensión humana acerca de Su Verdad, de Su Reino, de Su Origen. 

Hoy vengo con Mi Santa Esposa María para que reciban una Gracia especial, una expiación divina, porque no Nos cansamos de entregarle Gracias al mundo; al contrario, Nuestros brazos están siempre llenos, pero el corazón humano también está lleno de sí mismo. 

Vacíense de todo concepto, de toda idea de Dios, vacíense de toda comprensión, tórnense nada, porque así todo les será comprensible. 

Los mayores misterios del Creador se guardan en las cosas más simples, por eso vinimos al mundo, porque la humanidad buscaba grandes enseñanzas, grandes rebuscamientos que la engrandecían a sí misma y no la unía a Dios. 

Por eso venimos como los Sagrados Corazones, porque esa fue la expresión de la simplicidad en la Tierra y, es de esa forma, con ese ejemplo, que llegarán a conocer los misterios divinos y serán capaces de vivirlos. En la simplicidad, todas las instrucciones se tornarán vida, y no precisarán leer tantos libros, porque el mayor libro se escribe en la historia y en la experiencia de la humanidad. Ese es el libro de aquellos que visten vestiduras blancas. Ese es el libro más sagrado que escriben y reescriben todos los días. Si quieren leer una gran historia, escríbanla y la leerán en el universo.

Traigan aquí la comunión, el símbolo de que el misterio más grandioso se encuentra en las pequeñas cosas. ¿Serían capaces de creer que en este pequeño pedazo de pan y en este fruto de la uva están escondidos la Presencia de Dios, el sacrificio de Su Hijo, cada uno de Sus pasos con la Cruz; Su Sangre y Su Agua derramadas hasta su última gota por la salvación de la humanidad? 

¿Creerán, hijos, que comiendo este pan y bebiendo este vino se unirán a este sacrificio de Amor y serán invitados a renovarlo en cada pequeño sacrificio de sus vidas? Pues esta es la mayor verdad que hoy les traigo. Y como símbolo de esa verdad, les muestro esa grandeza en la conversión que cada día viven aquellos que comulgan del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

Por la potestad que Dios Me dio, hoy Me visto como Sacerdote Celestial, porque antes de que Mi Hijo la viviese en la Cruz, Yo ya contemplaba Su entrega y comulgaba día a día de Su sacrificio permanente. Aprendí con Él a convertir la materia y a colocar en estos elementos Su Presencia Divina.

Oren Conmigo un Padre Nuestro en arameo, como en otros tiempos oraban con Mi Hijo y así, nuevamente, retomen sus compromisos con Dios, desvincúlense de todo el mal, libérense de todo dolor y encuentren la paz en la unión con Cristo. 

Padre Nuestro en arameo.

Comulguen de estos elementos como comulgaron en otros tiempos. Pierdan el miedo, como lo perdieron en otros tiempos, entreguen sus vidas, como las entregaron en otros tiempos. En este mundo ya no hay tantos desiertos, pero sus voces deben hacer eco ahora entre las ciudades, en el corazón de los hombres y mujeres de este mundo, para que todos conozcan la grandeza de Dios y todos se preparen para el Retorno del Su Hijo. Que todos sepan que Su Espíritu ya está sobre la Tierra y que llegó la hora de despertar. 

Con eso les agradezco, y con Nuestras manos sobre ustedes, les dejamos Nuestras bendiciones. Recíbanlas y guárdenlas en lo profundo de sus seres, para que sean un alimento divino que los impulse siempre a caminar, a transformarse, a convertirse en una imagen viva de la semejanza con Dios. 

Por la bendición y la redención que les conceden los Sagrados Corazones, Yo los libero, los limpio, lavo sus almas y dejo sobre ustedes la señal de la Santa Cruz. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Sigan en paz y renovados.

Les agradezco.

 

En ese momento, Fray Elías del Sagrado Corazón compartió el Mensaje diario transmitido por la Virgen María ese mismo día, 19 de octubre de 2016.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto