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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En Amor y Misericordia hoy los encuentro aquí, así como Me he encontrado con el resto de Mis hijos en Medjugorje, momento en el cual su Madre Celeste celebra junto a Sus hijos, no solo el aniversario de las apariciones, que hace más de treinta y seis años he venido realizando no solo por Bosnia y Herzegovina, sino también por el resto del mundo.
Celebro en esta noche la devoción y el cariño de Mis hijos, el amor que tienen los hijos de Dios por la Reina de la Paz.
Hoy vengo desde Medjugorje y uno los dos hemisferios del planeta bajo el Principio del Amor y de la Sabiduría.
Así como en Medjugorje llevé un mensaje de paz para el mundo, en este lugar Yo pude traer un mensaje de consciencia para el mundo, algo que la mayoría de Mis hijos, y sobre todo de la Iglesia de Cristo, demorará en reconocer.
Pero esa no es Mi preocupación, hijos Míos. Mi preocupación, hijos Míos, es su salvación y redención, que vivan la cristiandad que Mi Hijo les enseñó por medio de Su Amor y de Su Misericordia infinita.
En todas Mis apariciones realizadas en el mundo, a lo largo de los tiempos, he traído el mismo mensaje a la humanidad en diferentes tiempos, momentos y circunstancias que los que la humanidad necesitaba del Llamado de Dios, de la Palabra de Dios, de la advertencia para poder cambiar y transformarse.
Se acerca el tiempo y el momento, hijos Míos, en el que la Reina de la Paz se recogerá, así como la Rosa de la Paz también se recogerá.
En sus memorias y en sus corazones deberá estar Mi Presencia, todo lo que Yo les he enseñado a través de los años. De una forma semejante a San Pablo y a San Pedro, ustedes deberán vivir este tiempo. Nada ni nadie les podrá quitar lo que Yo les he entregado aquí, porque lo que Yo he dejado aquí y dejaré, es un profundo tesoro espiritual e inmaterial, del cual las almas se podrán servir en el fin de estos tiempos, para aprender a atravesar el momento más agudo de la humanidad.
Yo agradezco en esta noche la confianza de los que creen en Mí y, sobre todo, el amor que expresan al Reino de Dios por todo lo que han recibido. Eso es inconmensurable, eso es lo que Me trae aquí en esta noche: la respuesta de los que confían y de los que aman, más allá de sus miserias o imperfecciones, porque la verdadera Iglesia de Mi Hijo está en sus corazones y no en los cimientos.
Las verdaderas bases de la espiritualidad de Mi Hijo son el testimonio verdadero de su conversión y redención, de su oración diaria y servicio por la humanidad y los Reinos de la Naturaleza. Ese es el camino hacia la nueva humanidad, no es el camino hacia la nueva era.
Nunca la mente humana podrá comprender el Misterio de Dios. ¿Hasta cuándo Mis hijos, que no entienden, lo desafiarán?
Yo vine a traer a Medjugorje y a este lugar la Gracia maternal de Mi Corazón y eso es lo que se debe perpetuar en sus corazones y almas, ese será el mayor testimonio de amor de sus vidas por Dios y por todo Su Plan de Amor en la humanidad.
Yo vengo a traer un llamado, como he traído un llamado en cada parte del mundo en la que he aparecido a lo largo de los tiempos.
Y en esta noche, Yo puedo recoger de cada lugar, en donde he aparecido y en donde he establecido un santuario de amor y de oración, el amor y la devoción de Mis hijos. Eso es lo que coloco hoy a los Pies del Creador, de los que persisten en la transformación, de los que viven en comunión con Mi Hijo, de los que practican incesantemente el verbo de la oración. Allí están las bases de su fe y de su reconciliación con el Padre Eterno.
Ahora, hijos Míos, con esta consciencia que hoy les traigo por medio de palabras tan simples pero profundas, podrán sentir y percibir cómo la Madre de Dios está aquí y en Medjugorje reuniendo a la consciencia de todos los pueblos y razas, porque Mi mensaje es para toda la humanidad y no solo para una única religión.
Yo les traigo aquí, hijos Míos, la oportunidad de amar por medio de la reverencia al Verbo de Dios que Yo les he traído a lo largo de los tiempos y, sobre todo, en estos últimos años.
Hoy Mi Corazón Inmaculado no solo recoge las súplicas de los hijos de Dios, sino también recoge el amor de los hijos de Dios. Es ese amor, que ustedes pueden tener y vivir por el Padre y por Mi amado Hijo, el que curará y regenerará la Tierra, y pondrá fin a lo que la humanidad hoy está viviendo y atravesando.
Mientras que las religiones y los pueblos no profundicen en el amor y lo vivan verdaderamente con sus semejantes, la humanidad no se renovará. Este es el importante mensaje que hoy les traigo, porque lo deberán recordar y, sobre todo, practicar en este tiempo.
Hijos, como Reina de la Paz, estoy aquí para ayudarlos, para conducirlos y para guiarlos hacia Mi Hijo. Yo les traigo el mismo mensaje y la misma revelación que Mi Hijo les entregó hace más de dos mil años. En el nombre de Mi Hijo, les vuelvo a decir: ámense los unos a los otros, así como Mi Hijo los amó y los sigue amando eternamente.
Es solo eso lo que les pido, porque lo necesitarán. Será por vuestro bien.
Y ahora dedico Mi mensaje a Mis hijos de África, a Mis queridos y pequeños hijos de la santa y humilde Casa Santa Isabel, en Angola.
Así como Yo visité a Mi prima hace más de dos mil años, aunque Yo deje de venir a este lugar desde 8 de agosto, Yo los visitaré, extraordinariamente y milagrosamente, y tendré la dicha de consagrarlos como Mis hijos definitivamente. Esa será la gran y última peregrinación extraordinaria.
Sigan rezando, amando, sirviendo y suplicando por el mundo. Dios, a pesar de lo que ve de la humanidad, está feliz por la voz de sus súplicas, porque Él, el Todopoderoso y Misericordioso, solo puede vivir y morar en los corazones simples y humildes. Dios no mora en las instituciones, Dios está presente en los más pequeños y lejos de los que se dicen poderosos.
Hoy se vuelve a cumplir, hijos Míos, uno de los pasajes de la Biblia. Dios revela Sus misterios a los humildes y pequeños, y derrota a los poderosos y soberbios.
En los más pequeños, como en Mis hijos de África, está el Amor de Dios. Un Amor que precisa ser curado, redimido y cicatrizado por la Mano bondadosa y misericordiosa del Redentor.
Iré a África, cuando el tiempo y el momento lo permitan, pero no falta mucho tiempo. Vivan en Mi tiempo y no sentirán mucho la espera, sino que el tiempo pasará rápido, y así como hoy Me encuentro aquí con Mis hijos, Me encontraré con ustedes en el Amor, en la Gracia y en la Misericordia.
Quisiera dedicar este momento a Mi amada África, que espera hace más de quinientos años por el alivio de su esclavitud y persecución.
Con toda la gloria y el poder que Me ha dado Mi Hijo, peregrinaré especialmente a Angola, para que juntos celebremos el día de la gran unión entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y África.
Mis últimas Palabras ya hacen eco en los corazones que las saben reconocer. Estas últimas Palabras que los Sagrados Corazones anuncian al mundo, son las Palabras más salvíficas y redentoras que las almas necesitan para prepararse para el momento importante del Retorno de Mi Hijo.
Beban de la fuente de las Palabras de los Sagrados Corazones. Revivan todos los días Nuestros Mensajes. Les hemos dejado todo lo que necesitan para el tiempo que llegará, el tiempo definitivo que el mundo ya está viviendo y que muchos no quieren reconocer.
Ingresen dentro de su corazón y sientan lo que les dejamos. Los Cielos están cerrando un ciclo antes de lo esperado; pero Mi Amor no los abandonará, cada vez que oren Conmigo allí estaré, Mi Gracia será su fortaleza cuando Yo ya no esté aquí.
El mes de julio y el mes de agosto son los últimos y grandes momentos para la humanidad, de intercesión de los Sagrados Corazones por todas las almas. No pierdan estos dos últimos meses porque llegó el tiempo de la síntesis en sus vidas, de una síntesis espiritual e interior.
Es necesario que vean y recuerden todo lo que ha sucedido en estos últimos doce años, para que puedan comprender lo que sucederá después, así como Dios lo necesita.
Reciban en sus manos una flor de Luz. La blanca flor de Luz es la primera señal que les dejo para que se preparen para el fin del tiempo. Lleven esa flor de Luz, que es el espejo de Mi Amor, hacia sus corazones y sean bendecidos por Mi maternidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quiero llevar en Mi Corazón, antes de retirarme, una canción importante para Mí, que es parte de esa síntesis espiritual que ustedes tienen que hacer unidos a Mi Corazón.
Esa canción revela una historia, pero también una inspiración, un testimonio verdadero, humilde y simple, que Yo les enseñé en Aurora.
Tendré la Gracia en esta noche, entre ustedes y con ustedes, de escuchar "Revelaciones de Aurora".
Les agradezco.
El fin de algunas experiencias
Como una vez ya se los dije, compañeros, Mi tiempo entre ustedes se está terminando y cuando ese tiempo llegue, todo se desencadenará.
Hoy quiero anunciarles que no solo está llegando el tiempo y el ciclo del fin de los impulsos diarios, sino que también está llegando el fin de muchas experiencias crísticas que algunos de los Míos, los más próximos, vivieron en estos últimos seis años y que, por diversas elecciones, perdieron la experiencia espiritual Conmigo y solo quedaron con el recuerdo de lo que alguna vez vivieron Conmigo.
Con esto quiero explicarles y advertirles claramente, que la elección que hicieron algunos de los que estaban Conmigo, en Mi camino, y que ahora no lo están, los llevó a perder la gran experiencia crística de toda su vida, ya que fueron prisioneros de la ilusión y de la creencia de una supuesta invulnerabilidad a los asedios.
En verdad, se dejaron vencer, se rindieron y perdieron fuerzas internas por dejarse llevar por sus flaquezas.
Este es el tiempo del fin de las experiencias, y las almas que quedan sin la experiencia crística pierden el estado de Gracia que, por Misericordia y Piedad, una vez recibieron.
En verdad, la gravedad de las desmedidas elecciones de algunas almas no está en la acción, sino en la pérdida absoluta del sentido común y de la realidad, y del sentido espiritual de la vida.
Por ese motivo, y cuando esas situaciones suceden, la Jerarquía Espiritual ya no puede intervenir o rescatar, porque aquellas almas más miserables que recibieron todo del Universo y ridiculizaron y ofendieron a los tesoros espirituales de la Jerarquía, pasan a estar dentro del caos planetario y del común denominador del sufrimiento inerte de la humanidad.
Es perder absolutamente la posibilidad de estar en comunión con su propio espíritu, porque el espíritu de ese ser, que se desvincula del camino crístico, pierde la experiencia, la que es ultrajada y robada por Mi adversario, en el arte de su astucia y engaño.
¿Comprenden compañeros?
Estar con la Jerarquía Espiritual y vivir en el ámbito en el que está la Jerarquía, como por ejemplo son las Comunidades-Luz, no significa hacer, cumplir o realizar la voluntad propia.
Es obedecer por amor, y en la obediencia estricta y amorosa, poder profundizar en la confianza de la Guía que viene de lo Alto, y así seguir caminando en la transformación.
Quiero que todos comprendan que estar con la Jerarquía no es estar como con un amigo, familiar o con un coordinador de tarea.
Estar con la Jerarquía es corresponder y responder a un comando que proviene del plano espiritual, que es el que después se refleja en el plano mental y por último en el plano material.
En todo este movimiento de integración con la Jerarquía no hay elecciones o gustos, pareceres o ideas propias.
Es unirse a una corriente divina y cósmica superior que una vez los contactó, y así cumplir una Voluntad Suprema.
En claras palabras: estar y seguir a la Jerarquía es no ser nada.
Eso evita que ingresen en el caos de estos tiempos, en la pérdida innecesaria de profundas experiencias espirituales, las que una vez robadas por el adversario, quedan desactivadas del núcleo de la esencia.
Que el proceso de la purificación personal no sea el centro de la atención de ustedes.
Que el centro de atención sea la donación de sí y el amor a lo divino y cósmico, porque así no perderán los últimos impulsos que están descendiendo desde el Universo, y serán así el ejemplo de una transformación y de una redención verdadera.
La Jerarquía Espiritual se desdobla dentro de un campo hostil de batalla permanente, en donde la guerra de todos contra todos ya comenzó.
Pero ustedes deben aplicar la inteligencia del tercer rayo y no dejarse arrastrar por sus propios procesos o traumas, sino que deben sentirse impulsados y ascendidos por las últimas Palabras de la Jerarquía Universal.
Los tres días de oscuridad llegarán y las Islas de Salvación deberán estar preparadas y acondicionadas para el movimiento en masa que habrá que atender como emergencia humanitaria sin precedentes, la que se presentará, de la noche a la mañana, para ser atendida y aliviada.
Toda la preparación y formación que vivan los ayudará a estar a la altura de los acontecimientos.
Por otro lado, la Jerarquía los invita a todos a seguir colaborando en la manifestación y el orden de la vida de las Comunidades.
Pero también, la Jerarquía Espiritual invita a que las consciencias que, en este momento no estén a la altura de las necesidades del Plan, puedan reubicarse en otros lugares fuera de las Comunidades, para que ciertos procesos de purificación no continúen bloqueando la concreción de un propósito que, como les dije, es divino.
La Jerarquía siente en Su Corazón el esfuerzo y el amor de todos, pero no hay más tiempo, y ustedes deben escoger por su transformación verdadera o por su salida.
El Plan ha corrido riesgos importantes y, en este momento, la unidad de la Jerarquía Divina y la asistencia de algunos servidores en la superficie sostiene la realización de una meta que ya había sido desestimada.
Es momento de que cada uno sea sincero con la Jerarquía; que no se engañe más a sí mismo y que no dé tanto trabajo, así como lo da el resto de la humanidad.
Estamos navegando mar adentro en la única barca de la Hermandad, la que está viviendo la tempestad y el naufragio para que se pueda salvar la mayor cantidad de consciencias indiferentes, sea como sea.
Hoy vengo con Palabras de dolor y silencio a decirles todo esto, porque es responsabilidad y madurez de todos dar lo mejor a Dios, por todo lo que Dios les ha dado y les sigue dando después de estos últimos doce años de apariciones.
Como ustedes saben, el ciclo se cerrará y eso no significa que todo termine y que después de eso ustedes se alimenten de fuentes no seguras ni espirituales para poder sentir sus carencias suplidas.
Significa asumir con madurez este planeta, la redención de todo el género humano y, en el servicio abnegado, preparar las bases para el retorno de Cristo.
Son tiempos en los que la necesidad del cambio y de la purificación de las consciencias los colocará ante un universo de responsabilidades.
Muchos de los que hoy ya no están, todavía creen haber salido invulnerables, y creen estar libres de la Ley, porque no aceptaron ser ayudados, corregidos y enderezados como el pobre árbol que estaba torcido.
Ahora no hay tiempo de retroceder, es tiempo de avanzar, de dar ese testimonio que Yo tanto les he pedido y que muchos no comprendieron su significado.
El Corazón de su Señor y el de su Madre Celeste muchas veces se sienten solos, abandonados por las mezquindades, por las ofensas y ridiculeces que cometen frecuentemente, perdiendo la consciencia, el sentido, el discernimiento.
¡Ya basta de todo eso!
Porque es hora de crecer y no de reclamar. Es hora de agradecer todos los días lo que muchos no tienen, pero agradecer de verdad.
Cuando ustedes hayan leído muchas veces todo esto que les dije, Me demostrarán de verdad algún cambio. Mientras eso no suceda, todo seguirá en el mismo punto.
En Ruanda advertimos sobre el genocidio y nadie lo creyó. Hoy advertimos sobre la urgencia de muchos cambios, para que después su arrepentimiento no sea demasiado tarde.
Son momentos de madurar, pero también de abrir espacios o de colocarse hacia un lado para no bloquear lo que otros, con tanto esfuerzo, sí quieren concretar conforme lo pide la Jerarquía.
Llegó el momento de que escuchen claramente y que no se cierren, porque si se cierran a la instrucción, serán presa fácil de Mi enemigo.
Que el fuego de Mis Palabras los impulse y los coloque en otro escalón del Plan, para que las verdaderas emergencias humanitarias, que son muchas, puedan ser atendidas.
¡Les agradezco por tener valentía y amor para escuchar la verdad!
Los bendice y espera por su verdadero cambio,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Nuestros últimos mensajes, las últimas instrucciones que serán entregadas a la humanidad serán contundentes, determinantes y reveladoras.
Todo el conocimiento de la Jerarquía, guardado desde los Patriarcas hasta el presente, se conocerá y la humanidad será colocada, definitivamente, para dar su último y gran paso.
Este movimiento que impulsará la Jerarquía Espiritual, vendrá de la mano de la concreción de obras y de proyectos de caridad que beneficiarán a la humanidad y serán inimaginables, porque se concretarán de la noche a la mañana.
Por eso les digo a todos que aprovechen al máximo los últimos momentos en los que la Jerarquía los instruirá y los guiará, antes de que lleguen los tres días de oscuridad, los tres ciclos de transición, porque así estarán a la altura de los acontecimientos y no serán sumergidos en la indiferencia global.
Aprovechen al máximo los últimos impulsos, no pierdan ni una palabra de la Jerarquía, porque allí podría estar su salvavidas en el gran momento de la tempestad espiritual.
Estén atentos y sobre todo muy agradecidos.
Ya les hemos dado todo para que puedan triunfar en la humildad, háganlo antes de que nos vayamos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo Soy la Madre de la Piedad, de la Compasión, la Madre de la Esperanza. La Madre que, silenciosa, ruega por Sus hijos, cela por ellos en Su Corazón e intercede ante Dios para que aprendan a amar y a perdonar.
Hijos Míos, estoy aquí para llamarlos al arrepentimiento de corazón para que permitan que su pasado sea curado, que su presente sea transformado y que su futuro sea escrito con las Manos de la Voluntad Divina y no con las manos de la voluntad humana y superficial.
Vengo a llamarlos para que reconozcan las Gracias y advertencias que, repetidamente, su Señor y Creador le envía a esta nación a fin de limpiar sus pecados y hacerlos retornar, verdaderamente, al camino del Corazón de Dios.
Yo vengo como Madre y Guardiana de la Santa Eucaristía para que, con el Cuerpo y la Sangre de Cristo consagrados en Mis manos y en Mi Corazón, pueda reparar todas las manchas que le causaron aquellos que elevaron los elementos para la consagración, pero que su corazón no estaba consagrado a Dios y aquellos que comulgaron con la Eucaristía Viva y no permitieron que ella ingresara en su corazón, a pesar de estar en su boca.
Vengo, hijos, en nombre de Dios y de Mi Hijo, a conceder la Gracia del perdón para aquellos que se arrepientan de corazón y a mostrarles el camino hacia la pureza.
No vengo a juzgarlos, sino a mostrarles sus faltas porque el Corazón de Dios está herido por los ultrajes que le cometieron. Yo estoy aquí para despertar los corazones a la santidad, para llamarlos a amar el propósito de su existencia, para revelarles que hay verdades superiores que aguardan a que rindan la propia ignorancia ante Dios para que, entonces, les sean reveladas.
Mi Corazón es firme, pero piadoso, porque no puedo dejar de advertirle al mundo sobre sus faltas. La Justicia de Dios ya se precipita sobre la Tierra y urge que se arrepientan de corazón y enderecen sus caminos según la Voluntad Divina.
El tiempo de la ilusión dará lugar al tiempo de la Justicia de Dios y todo el lodo que antes se ocultaba en la consciencia de los hombres y de las naciones emergerá y serán sofocados por él. Será lo que hay dentro de ustedes mismos, hijos, lo que los hará perecer o los salvará, según lo que cultiven en sus propios corazones.
Por eso, no teman solo a Dios, sino que témanse a sí mismos porque la Justicia Divina tocará lo que está oculto en ustedes y será el propio peso de los hombres lo que los hará pender de los abismos. Y entonces, todo se revelará por sí mismo y no habrá diferencia entre las religiones, el estatus social, la cultura y las naciones. Será la pureza, en los corazones de los hombres, la que los hará erguirse entre aquellos que se perdieron. La paja será separada del trigo, no por las Manos de Dios, sino por las acciones humanas, por lo que hay en su propio corazón.
Hoy, hijos, no vengo a colocar temor en sus corazones, sino que vengo a despertar a su consciencia para que cultiven un corazón puro, a pesar de ser imperfectos, para que intenten todos los días equilibrar los males del mundo a través de la oración, para que transformen sus conciencias y corazones en verdaderos instrumentos de Dios, para que perciban que no están aquí solo por la propia salvación, sino por un Propósito mayor, universal y divino que busca el despertar de un amor nuevo en el corazón de todos los seres.
Sé que se sienten distantes de la concreción de este Plan, pero hoy Yo les extiendo Mis manos y les muestro el camino de la Gracia y de la Misericordia de Mi Hijo para que no corrompan sus corazones, sino que encuentren la paz en el servicio y en el amor verdadero a Dios y a sus semejantes.
Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí, respondiendo a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día especial, en el que los peregrinos y devotos del mundo recuerdan la primera aparición de la Divina Señora en Fátima, que de la misma forma, desde hoy y para siempre, Mis hijos de Sicilia recuerden esta amorosa visita de su Madre Celeste al sur de Italia.
Por amor e inmensa Misericordia, hijos Míos, he llegado a través del grupo peregrino hasta Sicilia para que este pueblo alcance la Piedad de Dios y el Perdón de Mi Hijo Jesucristo, sabiendo que su pueblo fue testigo, y sigue siéndolo, de acontecimientos de la vida social y humana que no cumplen los Mandamientos de Dios, inclusive dentro de la Iglesia.
Por eso, hijos Míos, como Madre de la Gracia me aproximo a ustedes para que sientan Mi Amor maternal y escuchen atentamente Mis palabras, a fin de que perciban que este encuentro de hoy es único y que dependerá de todos Mis hijos de Sicilia que el mismo se vuelva a repetir.
Todos ustedes, hijos de Sicilia, saben que están muy necesitados de amor, de perdón y especialmente de penitencia. Porque por medio del ejercicio de estos atributos en la vida diaria, ustedes alcanzarán la Gracia Divina para que a través del camino de la conversión se vuelvan dignos hijos de Dios.
En este tiempo, hijos, todo es posible. Si sus esfuerzos e interés por cambiar sus hábitos y modos de vida fuesen verdaderos y no aparentes, le demostrarán al Universo que ese urgente cambio de la consciencia sucederá y que, amorosamente, serán protegidos por los Brazos de Dios.
Vengo hasta Sicilia para que la forma de vida que hoy llevan pueda cambiar y que sus corazones arrepentidos puedan ser tocados por la divina Misericordia de Dios.
Como Madre me presento, como en otros lugares del mundo, para darles una advertencia. Y esa advertencia es que aún están a tiempo de poder vivir ese cambio de vida y de consciencia para que no solo ustedes, hijos Míos, sean permeados por los Divinos Atributos, sino también sus familias y conocidos sean ayudados por el Amor de Dios.
Este cambio que hoy les pido, como Madre, no es un cambio religioso ni se refiere a una conversión hacia alguna institución. Yo les hablo, hijos, del cambio de la forma de vida que desde décadas llevan adelante y sé que comprenderán de lo que les hablo.
Ustedes, Mis hijos, deben vivir un cambio espiritual e íntimo, entre ustedes y Dios, para que las puertas de la redención no se cierren antes de tiempo.
Hijos de Sicilia, viviendo su conversión, vivirán su esperada redención y Mi Hijo los tendrá en cuenta para que, redimidos y perdonados, sean parte de Su rebaño de Amor y de Luz.
Les pido, escuchen Mi llamado, sientan Mi Corazón. Vengo hacia ustedes como una Madre que los ama y que espera verlos inmersos en la Luz y en el Bien.
¡Les agradezco por responder a Mi Llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, hijos, vengo a este lugar, en un día tan importante para Mí, para traer las Gracias y las bendiciones que puedo verter sobre el mundo, por medio de las oraciones de Mis hijos, para que esta nación se redima y este pueblo se libere de las cadenas del error y del pecado.
Hoy vengo a secar Mis lágrimas con el Sol que se enciende en Fátima por las oraciones victoriosas de todos los orantes que se unen a Mi Inmaculado Corazón. Vengo a expandir Mi Reino de Paz entre las naciones para que los hombres ya no estén bajo el yugo de la oscuridad, sino bajo la Luz de Mi Amor.
Vengo hasta aquí, en este día, no solo para derramar lágrimas, sino sobre todo, hijos Míos, para entregarles una advertencia y una oportunidad de redención.
Arrepiéntanse de sus pecados y clamen por Misericordia. Retornen, en oración, al Corazón de Dios mientras haya tiempo. Pidan perdón al Padre por todo lo que fue vivido hasta ahora y decídanse a renovar sus caminos y sus almas.
Como su Madre Celeste, vengo a este lugar con Mi Cetro de Luz y con la potencia de Mis Espejos Celestiales, Universales y Divinos para liberar y curar todo lo que Me permitan con la sinceridad de sus oraciones.
El milagro que vengo a realizar en este día es espiritual, un milagro de redención y de reconciliación con Dios para que reconozcan en Mi presencia, la presencia divina y, ante el Padre, clamen por el despertar.
Oren Conmigo para retirar de la esencia de los mares el sufrimiento y el dolor de las almas que allí se perdieron y que lloran, constantemente, por no conocer la paz. Oren Conmigo para encender aquí una Luz Divina, para abrir el camino hacia el Cetro de la Voluntad de Dios, liberando la potestad del mal y del engaño para que así, hijos, no pierdan la oportunidad de conocer el amor y el perdón.
Vengo no solo a evidenciar sus faltas, sino a mostrar el camino para redimirlas. Escuchen a Mi Inmaculado Corazón y clamen Conmigo. Si tan solo abren sus corazones y se arrepienten sinceramente, Yo podré interceder, por ustedes y por todas las almas, ante Cristo para que vuelvan a conocer la paz.
Aspiren, en este día, a recobrar la pureza que se corrompió en sus corazones y a fortalecer la fe y la unidad con Dios.
Su Madre Celestial viene a su encuentro por Voluntad Divina y no por voluntad humana. Pedí estar aquí, en este día, para traer los potentes rayos de redención que hoy emanan de Fátima para ser vertidos sobre esta nación y así, las raíces de la oscuridad puedan ser arrancadas de sus vidas.
Por eso, hoy acompáñenme con amor y no busquen entender las cosas de Dios, sino ábranse para que Su Sabiduría les dé a conocer Su Verdad y para que el sentimiento puro de Mi Amor Celestial sea suficiente, a fin de que sus corazones sepan que Yo estoy aquí.
Hoy escucho sus oraciones y acojo sus corazones. Sé cuánto padecen y cómo sus almas aspiran a encontrar a Dios. Por eso oren, oren Conmigo y encontrarán la paz y la liberación para estar en Mi Reino.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de las Lágrimas de Siracusa
En un día como este, hace más de cien años,sobre este cielo reposaba Mi Inmaculado Corazón, advirtiendo al mundo sobre las pruebas de todos los tiempos, llamando a los hombres a la penitencia y a la oración para consagrar a este mundo a Mi Corazón y para que la humanidad viviera un tiempo mayor de paz.
En un día como este, hace más de cien años, Mi Corazón abría un nuevo ciclo para el mundo, atrayendo Leyes universales y divinas que, con la presencia de Mis ángeles y arcángeles, hacían descender sobre este planeta la pureza original, manifestando aquí su morada.
En un día como este, hace más de cien años, Yo traje a la Tierra los Espejos de la Pureza que irradian hacia toda la vida la esencia más pura del Amor y de la Gracia Divina, el pensamiento que Dios emanó al crear a Su Madre Celestial, al emanar el Vientre Divino del que surgirían todas las cosas, del que algún día nacería Su Hijo Primogénito en este planeta.
En un día como este, hace más de cien años, Dios concedió una Gracia única para el planeta y la llave para acceder a ella es el poder de la oración sincera y la pureza del corazón.
El Padre Creador les entregó a Sus hijos los dones que les permitirían retornar a la Fuente y, además, santificar y consagrar a la humanidad a través del código crístico de amor y de sabiduría.
El Sol que brilló aquí, disipando las nubes que había en el cielo, trajo una luz eterna a la Tierra, removiendo las raíces milenarias del error y del mal en el corazón de los hombres, las que los instigaban a las guerras y a la autodestrucción.
Hoy, hijos, vengo con un nuevo Sol, un Sol espiritual y profundo que desciende a la Tierra con nuevas Leyes, instituyendo y abriendo un nuevo tiempo y un nuevo ciclo. La oración continuará siendo la llave para que encuentren lo que les digo.
Hoy vengo a advertirles que el mundo aún necesita paz, pero no solo la paz que disipa las guerras, sino una paz espiritual e interna que les devuelva la vida a aquellos que la perdieron, aunque circulen por este mundo como si estuvieran vivos.
Los seres humanos están perdiendo su esencia original, su pureza divina. Y hoy vengo con un nuevo Cielo para impedir y detener el avance de las tinieblas sobre Mis hijos. Mi Reino se debe revelar a este mundo. La Verdad Universal se debe convertir en una realidad en la vida de todos los seres para que recobren el sentido de su existencia.
No tengan miedo de acompañar Mis pasos. No tengan miedo de entregar sus vidas por amor a Dios y de perder el control y el poder humanos para que Dios reine en ustedes.
En este tiempo urge que las almas despierten y que el Reino de Dios se establezca. Urge que la Verdad suprema venga a la luz, que los seres reciban los Dones de Dios, que las naciones se rediman y que los espíritus retornen a sus orígenes con el aprendizaje del Amor crístico.
Solo les pido que Me acompañen con la oración, pero también con la acción, con la instrucción y con la transformación de sus vidas.
Las flores de Dios, que son las almas preciosas de Sus hijos, se están secando en este mundo por no conocer la Verdad y el Amor del Padre.
Por eso, ya no teman anunciar lo nuevo. Ya no teman ingresar en otras Leyes. Ya no teman percibir que están en este mundo para anunciar, atraer y vivir algo diferente y, por más que sean perseguidos, humillados y rechazados, no teman.
El amor y la mansedumbre de sus corazones deben hablar más alto que las críticas de los hombres. La verdad espejada en el testimonio y en el ejemplo de sus vidas debe ser la señal de la santidad que le hable al mundo sobre la presencia de los Mensajeros Divinos.
Una nueva realidad se debe establecer en las consciencias, una nueva instrucción debe descender a la Tierra. Y para eso, no bastará que las almas instructoras enviadas por Dios le hablen al mundo, sino que todos ustedes, Mis hijos, deberán acompañar sin miedo este nuevo ciclo.
Sean los precursores de un nuevo tiempo. Sean los santos de los últimos días, los que se vencen a sí mismos por amor a un Plan y a un Propósito Mayor.
Hoy bendigo y amparo a Mi querida hija, la que envié para representar a Mi Maternidad ante todos ustedes. Y les digo que no bastará que ella dé todo de sí, cada uno de ustedes deberá acompañar y amparar esa entrega.
Sean un solo cuerpo y una sola Obra que, en nombre de la humanidad, responde a la Voluntad y a los Designios de Dios.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Su Madre, María, Rosa de la Paz y Señora del Santo Rosario de Fátima
Cómo recibir Misericordia
Hijos Míos:
Vengo al mundo, en este tiempo, no solo para enseñarles a clamar por Misericordia, sino también a generar méritos para que sean merecedores de la expiación celestial que la Divina Misericordia trae para sus vidas y para el mundo.
Vengo para advertirlos sobre la realidad del planeta, el que agoniza delante de los ojos indiferentes de la mayor parte de los seres humanos de la Tierra.
Vengo para retirarlos de la ignorancia, porque la ignorancia y la indiferencia humana no tienen nación, no tienen religión y no tienen cultura.
La ignorancia y la indiferencia están en la consciencia humana, como raíces profundas que fueron creciendo y ganando espacio a lo largo de todo su desarrollo como humanidad.
Y hoy estas raíces son alimentadas por las modernidades, por las comodidades y por las facilidades que este mundo les ofrece, a través de cosas que son creadas a costa del sacrificio de los hombres y de los Reinos, y por el ultraje de la Tierra.
Por eso, hijos Míos, llego en este tiempo para cortar esas raíces, para conducirlos hacia una nueva vida, para mostrarles una opción que el mundo no les muestra, porque la oscuridad se apoderó del día a día de muchos seres humanos.
Es con la finalidad de despertar en sus corazones el amor que los conduce a la Verdad que los llamo al servicio y a la caridad, los llamo a la oración.
Solo el corazón que comienza a servir puede comprender lo que les digo y, si no experimentan por sí mismos, jamás beberán de la Fuente de la Sabiduría, la que nace de la experiencia y no tanto de las palabras.
Mis Palabras son impulsos divinos, son como la Luz que se enciende en un cuarto oscuro para que encuentren la puerta para salir de la prisión de estos tiempos. Por eso, hijos Míos, escuchen hoy Mi llamado, Mi Voz que se pronuncia por una Voluntad Divina, superior a todas las cosas y que trasciende el entendimiento humano.
Escuchen Mi Voz y síganla.
Este mundo está ciego y su Madre Celeste viene, a pedido de Dios, para traerles la Luz para que puedan volver a ver, para traerles la vida a los que murieron y no lo percibieron, porque día a día se caen en los abismos de la ignorancia y de la indiferencia.
Vengo a una nación que está llena de conocimientos, colmada de ciencias y de filosofías, con la aspiración de transformarse; pero hoy Yo les digo, hijos Míos, que no solo deben cuidar de sus propias vidas. Este mundo, como un todo, es su casa y todos los seres que en él habitan, en todos los Reinos de la Naturaleza, son sus hermanos y son criaturas sagradas de su Padre Celestial.
Hoy vengo a llamarlos para dejar de lado las ciencias y las filosofías, y todo el conocimiento que colma sus mentes en estos tiempos, para que reciban de Dios el Conocimiento, el Entendimiento y la Sabiduría Divina.
Y les digo que no hay otra forma de recibir lo que el Padre les ofrece que no sea cruzando la puerta de la humildad y, de rodillas y en oración, clamar por Misericordia.
No son las riquezas del mundo las que colmarán sus almas, sino la plenitud de saber que todo lo hicieron para que todos sus hermanos tuvieran una oportunidad de sentir y de vivir el amor y la verdadera alegría; la plenitud de saber que cumplieron con su parte y de poder llegar al Padre, delante de Su Altar Celestial, con el corazón limpio y en paz.
Escuchen, hijos Míos, las advertencias de su Madre Celestial. Sirvan, oren y clamen por Misericordia.
Vayan al encuentro de los que más necesitan, y que la caridad actúe en sus corazones transformando su condición humana, cortando las raíces más profundas de la ignorancia y de la indiferencia. Así sabrán y comprenderán lo que Yo les digo.
¡Les agradezco por escuchar Mis Palabras y por abrirse de corazón a los impulsos divinos que hoy les traigo!
Yo los bendigo y los amo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Schoenstatt
Mi Rosario de Luz se extiende al mundo
Hijos Míos:
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo y los llama a la verdadera oración del corazón, para que, más allá de celebrar Conmigo un aniversario más de Mis Apariciones en Fátima, sus corazones sepan interceder junto a Mí por este mundo lleno de dolor y de angustia.
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo y a cada corazón humano, llamándolos a todos para que oren y reparen el Corazón de Dios, herido por las guerras y conflictos; herido por los ultrajes cometidos a los Reinos de la Naturaleza; herido por no poder derramar sobre Sus hijos el manantial de Amor y de Gracia que proviene de Su Sagrado Corazón.
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo llamándolos para orar un poco más por este planeta, para que las profecías que un día Yo anuncié en Fátima no se cumplan, no se manifiesten delante de sus ojos.
El mundo aún corre el riesgo de ver cumplir Mis Palabras, porque no estuvo atento a las advertencias que Yo le hice ni a los pedidos que realicé para que un tiempo mayor de misericordia estuviese sobre la Tierra.
Hijos Míos, hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo y los llama para orar más por la vida en el planeta, porque ella se está perdiendo, se está degradando y se está corrompiendo por la distancia que hay entre los hombres y Dios.
Hoy Mi Rosario de Luz se extiende al mundo para que oren por el fin de las guerras y de los conflictos, oren por la perdición que viven los jóvenes, para que ellos encuentren el camino que los lleva al Padre y ya no se pierdan en las distracciones de estos tiempos.
Hoy, hijos Míos, como Señora del Santo Rosario, extiendo estas cuentas al mundo y los llamo para orar Conmigo por un tiempo mayor de paz.
Encuentren en la oración la puerta para develar los misterios de este tiempo.
Encuentren en la oración el bálsamo para curar las enfermedades de esta era.
Encuentren en la oración el secreto para vivir la paz y establecer la paz en el mundo.
Encuentren en la oración el camino que los une como consciencia humana.
Encuentren en la oración la comprensión que les hace trascender culturas, razas y religiones, y descubrir la Unidad que hay entre todas las criaturas, porque todas ellas son partes vivas de un Dios Único.
Hoy, hijos Míos, su Madre Celeste, extiende Su Rosario de Luz al mundo, demostrándoles que la oración y la unión con Dios es el único camino seguro en este tiempo de tribulaciones y de caos.
Oren para comprender los acontecimientos del mundo y oren para que sean ustedes una luz para los que están ciegos. La humanidad necesita de ejemplos vivos para seguir y Mis hijos deben ser esos ejemplos.
Hoy, su Madre y Señora los llama para dar un paso más en la oración consciente por la vida sobre la Tierra y así, hijos Míos, podrán adentrarse en los misterios que Yo guardo para los corazones que despiertan.
Quisiera revelarles muchos misterios; quisiera entregarles muchas Gracias; quisiera traerles conocimientos divinos, ante los cuales permanecen ignorantes desde que los velos cubrieron sus rostros al llegar a la Tierra.
Pero hoy, hijos amados, delante de la necesidad del mundo, Yo solo extiendo Mi Rosario de Luz a todos ustedes y los llamo para orar Conmigo por la paz.
Que se unan culturas, razas, naciones y religiones; que se unan los corazones en la semejanza con Dios; que se unan sus manos a Mi Rosario de Luz y así se establezca la paz, dentro y fuera de los hombres.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Santísimo Rosario de Fátima
La Presencia diaria de Mi Hijo en este ciclo es para reforzar la advertencia sobre un cambio inmediato en la consciencia de la humanidad, antes de que todo se desencadene rápidamente.
Por eso, hijos, será importante una actitud consciente y responsable ante los acontecimientos de la vida del planeta.
Será necesario que todos los días, la humanidad, como civilización, revise dentro de sí todo lo que hace, eso le permitirá madurar y estar más preparada para enfrentar los próximos tiempos. Esa revisión debe estar colmada de reflexión y madurez para que tenga un efecto positivo en la consciencia.
De esa forma, de una gran parte de la raza nacerán espíritus más dispuestos a revertir lo que la mayoría comete contra la evolución espiritual y física del planeta.
Es momento de que cada ser humano se vuelva responsable de todo lo que hace, capaz de buscar los medios internos y espirituales para poder revertir todas las cosas, a fin de generar un equilibrio mundial que en este tiempo está faltando.
Ese paso ayudará en la manifestación de una Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A través de Mi presencia y de la presencia del grupo que peregrina junto a su Madre Celeste, Yo estoy desactivando espiritualmente lo que podría hacer desaparecer por completo la mitad de esta ciudad, que en su mayoría es indiferente al llamado de Dios y no lo acoge.
Es así que su Madre Celeste y sus misioneros en sacrificio, se ofrecen para estar durante el mes de octubre en el Estado de San Pablo para que las consciencias de aquí perciban que es hora de salir del punto al que llegaron, de no permanecer en la comodidad.
Por eso, hijos Míos, el Cielo y todo lo que forma el Universo Celestial está con la mirada detenida en los acontecimientos que se viven en esta ciudad de San Pablo; así como también el Universo observa si los servidores de la Madre Santísima están comprendiendo la importancia de mantener viva la casa ofrecida para la adoración al Señor.
Ya no es tiempo, Mis amados, de justificarse delante de la urgente necesidad de responder a un llamado, como también a la advertencia que les hace su queridísima Madre Celeste.
Por esta razón, un estado de transmutación permanente se ha instalado y algunos de Mis misioneros participan y colaboran con esa coyuntura, la que intentará, hasta el final de octubre, dejar una semilla de mayor consciencia.
Es por eso que todos los paulistas, así como todos Mis hijos del Brasil y del mundo, deberían tener como meta la colaboración con su Madre Celeste, para que un equilibrio y una armonía extraordinarios se instalen sobre la ciudad de San Pablo y esta sea merecedora de un tiempo mayor de paz.
Su Madre Celeste los invita a colaborar con la misión a Centroamérica y México en nombre de todos los que podrían hacerlo y no lo hacen.
Quiero de ustedes una constante actitud operativa y no estática. Deseo que, como en otros tiempos, los paulistas puedan salir de sí y ayudar en la sustentación que su casa ‒el amado Núcleo e isla de salvación‒ desempeña para el Plan Divino.
Les agradezco por acoger cada una de Mis palabras.
Los espera más despiertos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Así como hace más de dos mil años, las profecías se volverán a cumplir. Los libros sagrados dejarán de ser solo sagrados, para volverse vivos nuevamente, frente a los ojos de los hombres.
Hijos Míos, cuando Jesús llegó al mundo y manifestó por medio de una expresión humana las palabras de Dios y de los profetas, aquellos que en apariencia lo esperaban no quisieron verlo, porque Él llegaba para apartar de las manos de los hombres el falso poder sobre las almas y sobre los templos, los que deberían volver a ser sagrados, para que los puros de corazón y los que en verdad buscaban a Dios pudiesen encontrarlo.
Los doctores de la ley no quisieron reconocerlo; prefirieron continuar con su falso poder y humillar al Hijo de Dios que rendirse a Él y al nuevo Evangelio que Él traía. No quisieron renovar su fe con la escritura viva, porque era más fácil someter a las almas a la espera de un Mesías que nunca llegaba.
La humanidad de aquel tiempo, Mis amados, temió renovar la propia fe y completar las escrituras con lo que Jesús escribió en Su llegada al mundo. A pesar de todo, Mi Hijo derribó el poder de los hipócritas y de los arrogantes con Su humildad; porque cuando menor se hacía ante los hombres, más se colmaba de Dios y de Su Amor.
Hijos, les digo esto, porque a pesar de tantas guerras, tantas persecuciones y tanta negación, Mi Hijo reescribió la historia y dejó al mundo un nuevo Evangelio que renovó las escrituras y aproximó a las almas aún más a Dios. Ahora, de nuevo llegó la hora de cumplir Sus profecías, de volver a renovar el Evangelio de Cristo a través de la vida. Llegó el momento de ver Su retorno; porque aquellos que hace dos mil años pensaron haber aceptado Su presencia entre los hombres, están vestidos otra vez con el falso poder y han tomado para sí mismos el control sobre la fe de las almas y de los corazones. Ellos saben que Mi Hijo llegará, pero no Lo proclamarán y negarán Su Espíritu como negaron Su Cuerpo y Su Sangre hace tantos siglos.
Pero esto no impedirá que Cristo retorne al mundo y demuestre una unión y semejanza con Dios aún más profunda. Él vendrá Resplandeciente y cegará los ojos de los que pensaban que veían la luz pero que estaban en tinieblas.
Así como el profeta Juan advirtió a la humanidad para que se arrepintiera porque el Reino de Dios estaba próximo, ahora, hijos Míos, Yo les digo a través de Mis videntes, que nuevamente se arrepientan, pidan perdón y renuncien ante el Cristo crucificado, a todo falso poder que piensan que tienen entre sus manos.
¡Que todas las almas preparen sus moradas! Que las iglesias reparen sus faltas y renuncien a las acumulaciones materiales y espirituales que con tanto esmero aseguran en sus casas.
El Redentor llegará y exigirá a los que dicen ser Sus apóstoles, la vivencia de Su Evangelio. No fue Él, hijos, quien colocó sobre los Suyos, vestiduras semejantes a las de un rey. Cristo vino entre los pobres y despojó a Sus discípulos y apóstoles de todo y sobre todo de sí mismos. Sin embargo, el hombre volvió a adornarse y a llenarse de oros y de piedras, en nombre de Cristo, sin comprender por qué el Mesías vino al mundo en un pesebre y no en un palacio.
Mis amados, no les digo estas cosas para herir sus corazones, sino para que revean sus vidas. Que todos renueven sus votos ante Cristo, porque solo los simples de corazón lo reconocerán.
¿Estarán preparados, hijos Míos, para despojarse de todo en nombre del Cristo Resplandeciente y verlo reescribir los libros sagrados con enseñanzas que trascienden la existencia humana? ¿O apretarán con fuerza el oro y el falso poder en sus manos y preferirán esperar a que se destruya el templo de este mundo, para poder comprender que el Hijo de Dios retornó a la Tierra?
Santifiquen verdaderamente sus vidas. Aquel que es puro y trasparente ante Dios, no necesita temer nada; por eso, hijos, no digan que vengo a amenazarlos o a causarles temor. Yo vengo para advertir a los que están sordos y ciegos en sus vanidades y creen servir a Cristo.
Retomen la pureza de sus corazones. Oren Conmigo para que Yo les muestre la verdad y el camino. Deje que lave sus ojos y les muestre la luz, preparándolos para estar una vez más ante Mi Hijo, pero ahora en entrega y con sincera disposición para seguirlo.
Los amo y les digo todo eso para que no se pierdan. Quisiera que hasta la última alma viviente reconociese la llegada de Mi Hijo; Su Espíritu ya está entre ustedes, pero muchos lo niegan.
Les dejo Mi Paz, para que con ella reflexionen y renueven sus compromisos con Dios.
Les agradezco.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Hijos, reconózcanse como parte de un infinito, al que ignoran, por su propia pequeñez.
El hecho de que la Creación les resulte incomprensible o que no todos los conocimientos estén en sus mentes, no significa que ellos no existan.
La Obra de Dios en este tiempo debe ser definitiva y generar el despertar que las almas tanto esperan desde hace cientos de años.
En todas las religiones, como también en todos los grupos espirituales que existieron en la Tierra y que comenzaron con principios puros, la interferencia de la mente humana desvió muchas veces el Propósito de Dios, y eso hizo que las almas se preguntaran si las religiones son guiadas, en realidad, por Dios o por los hombres.
Así fue que la fe se comenzó a perder en el corazón humano y el Creador envió a Sus Mensajeros para que guíen a la humanidad.
Los Mensajeros Divinos, hijos, no estamos solo con ustedes. También procuramos guiar y advertir a otros grupos y religiones, pero aún así, ellos no fueron capaces de escuchar.
La Voz de Dios está intentando acallar al hombre para enderezar su camino y apartar el poder y la potestad humanos, que algunos piensan que tienen sobre las almas a lo largo del mundo entero.
El corazón humano perdió la confianza en sus semejantes, porque aquel que no es confiable no puede confiar en el prójimo. Es por esto, hijos, que muchos niegan las Palabras de Dios, pronunciadas a través de los tiempos.
Aquel que es transparente y verdadero en su fe, reconoce la verdad cuando ella está ante sus ojos y no teme ni duda cuando escucha las Palabras de Dios, porque sabe que es capaz de seguirlas, inclusive más allá de sí mismo.
Hijos, si quieren reconocer la verdad, sean verdaderos. Si quieren vivir la plenitud y lanzarse a la Voluntad Divina sin miedo de engañarse, entonces no engañen al prójimo, no mientan, no manipulen, atraigan hacia sí solo la sabiduría y la verdad.
Vivirán en paz y sin desconfiar cuando puedan sembrar la paz y la confianza en el mundo por medio de sus obras, de sus sentimientos y de sus palabras.
Solo podrán autoproclamarse apóstoles de Cristo cuando en verdad sigan Sus Palabras y vivan para Él y no para sí mismos.
Los hombres no temerían por la destrucción de la iglesia si no supieran que ella está por caer debido a sus propias acciones. No necesitarían temer por la destrucción de la Obra de Dios si supieran que ella, en verdad, es de Dios y no de los hombres y si supieran que harán todo en obediencia a los Designios del Padre para que esta Obra se mantenga.
Hoy, hijos, les enseño a ser verdaderos, porque así reconocerán la verdad. No hay otra forma de perpetuar una Obra sino con la verdad y con el ejemplo vivo que ofrecen al mundo.
No teman las palabras de los hombres, porque quien señala falsas mentiras en el prójimo es porque intenta esconder las propias.
Sigan a la verdad y trabajen todos los días para ser cada vez más trasparentes ante Dios. Así, las máscaras de la ilusión caerán por sí mismas.
Aquel que los advierte para que sean verdaderos y humildes,
San José Castísimo
La bestia de los últimos tiempos y la Mujer de todos los tiempos
Una señal inminente se precipitará sobre el mundo y revelará claramente a todos que los últimos tiempos han llegado.
Esa señal, que llegará al mundo, abrirá el último y gran abismo; y la bestia furiosa, que estaba presa en sus infiernos, saldrá a la superficie. El mundo no verá una bestia material, pues ella con su astucia ya está conquistando a muchos e inocentes corazones.
Esa señal, que llegará al mundo desde el universo, le revelará a los orantes cuánto la bestia ha reinado en las consciencias principales de este planeta. Su gran ostentación es llevar a los corazones al constante pecado; por eso, la bestia, que está aún en su abismo, se fortalece con los deseos que viven todos los hombres en esta vida material.
A la bestia no le apetecen las almas que son más conscientes, sino que ella siembra con su astucia la indiferencia y la omisión.
Ella no desiste de buscar a los más valientes; sus garras están sobre los grandes gobiernos del mundo, los que en consecuencia someten la dignidad de las almas y su evolución.
Cuando la bestia salga de su abismo, todos los pecados capitales estarán en una gran y decadente exacerbación; como muchos están pensando, todo estará permitido, aun el libertinaje y la superstición.
La bestia se alimenta del fracaso de sus semejantes; pero no sabe que la oración vuelve invisible a las almas y las aparta de sus garras. La bestia desenvuelve su furia a través de los conflictos y todos los que viven en conflicto atraen hacia sí la furia de la propia bestia.
En cambio, el alma que ora construye y se eleva, sabe sustentarse a sí misma y al planeta, y está más libre de la decadencia. Pero la bestia ya sabe que deberá ir en búsqueda de los hijos del Sol.
Por eso en esta hora, la Mujer Vestida de Sol está corriendo al desierto y les está señalando a Sus amados hijos que es hora de trabajar inteligentemente.
La bestia no solo intentará que no nazca ningún Cristo, sino que con su falso poder intentará destruir todo lo que una consciencia de la Luz haya construido internamente. Para estar protegidos de esos embates de la bestia, deberán estar atentos y vigilantes a todos los estímulos externos que les harán perder los verdaderos códigos crísticos.
La bestia, desde su reinado, manipula a las naciones y al mismo tiempo a sus gobernantes. Quien en verdad no está en Dios, no conseguirá escapar de esas filosas garras, porque la bestia se crea y se recrea en los pecados capitales que, en verdad, son las raíces de la maldad y de la perdición de millones de almas en el mundo.
Cada vez que una consciencia abre la puerta de su ser a esas tentaciones, aunque sea esporádicamente, la bestia se satisface con esas energías y dicha consciencia ingresa conscientemente en el reino de la bestia.
La bestia que somete al mundo es generada, de tiempo en tiempo, por los hombres; y los propios hombres reciben de la bestia todo el castigo. Pero una Luz esperanzadora desciende del universo y la Madre de Dios, la Mujer de todos los tiempos, batalla con la bestia de otra forma, para poder disiparla cada vez más de la consciencia del planeta.
La bestia sabe que le queda poco tiempo; pero en ese tiempo que le resta, querrá llevarse a su abismo a la mayor cantidad de estrellas caídas y no caídas. Por eso, los hijos de la bendita Mujer no podrán dormirse, porque ante cualquier movimiento astuto de la bestia, la batalla podría perderse.
Que la inteligencia de los soldados esté en la vigilancia de sus deseos y expectativas, la bestia se revuelca como un cerdo en las cosas superficiales y mediocres.
Para debilitar a la bestia, que la propia humanidad ha creado y que ahora es incontrolable, será necesario amar el Plan de Dios y vivirlo como si fuera lo primero en sus vidas, porque la bestia no conoce el amor interior de las criaturas, no conoce el amor que enseña Cristo; ese amor que la hace débil y la enferma al punto de dejarla inmóvil muchas veces.
Si ese amor siempre fuera lo suficientemente grande y verdadero, la bestia ya no tendría su reinado en Medio Oriente.
Que la escuela del Amor de Cristo motive a las consciencias para que abandonen la ilusión; porque mientras sus consciencias estén en dos caminos, estarán abriendo la puerta para que la bestia entre. Sean inteligentes y que, por su oración, la bestia sea desactivada.
La Mujer de todos los tiempos les vuelve a indicar y a marcar el camino, para que la mayoría de las almas no se desvíe del camino de la Luz.
Pero para vencer a la bestia, la Mujer deberá contar con soldados consagrados física y espiritualmente para que, a nivel universal, ese acto de consagración testimonie y confirme que la bestia será expulsada del planeta.
La propia humanidad deberá generar las condiciones para que todo pueda revertirse. Mientras el deseo desenfrenado y los pecados capitales sigan alimentando a la bestia, el planeta no tendrá paz.
Por eso, con más consciencia e inteligencia que la propia bestia, ayúdenme a vencerla a través del amor y de la unidad que aún no vive la humanidad.
Todos los días, refúgiense en el desierto de la Santa Mujer para estar protegidos, porque la bestia no conoce el vacío de sí, no sabe de qué se trata.
Por eso, sin motivaciones externas, que son las cosas que atraen a la bestia hacia la superficie de este planeta, trabajen en este tiempo para crear condiciones evolutivas opuestas a las condiciones que desde siempre han vivido en esta humanidad.
Que en esta hora, Mis hijos perciban que ya estamos en otro tiempo y que es urgente cambiar de actitud verdaderamente, porque así la máscara de la ilusión y de la ceguera caerá de muchos rostros que aún están dormidos y no consiguen ver la Luz de la Divina Misericordia.
Quisiera ver a Mis soldados bien despiertos y no inertes, porque la bestia se alimenta y se estaciona también en la comodidad y en el mínimo esfuerzo; ella es repelida por el sacrificio.
La bestia le teme a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por acompañar en consciencia los últimos y esperados tiempos!
Los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El tiempo de mudanza y la mudanza de los tiempos
Así como el sol nace en el horizonte, así será la señal de la mudanza del tiempo, y el cambio vendrá apresuradamente de la noche a la mañana.
Situaciones inexplicables sucederán con el planeta, con los Reinos de la Naturaleza y con la humanidad.
La consciencia planetaria vivirá un último ápice de iluminación y de sabiduría, lo que ayudará antes de que comience el último y gran ciclo de la purificación.
La mudanza de los tiempos será vista no solo en el planeta, sino también en este Universo local, formado por esta parte del sistema solar al cual pertenecen.
Será una mudanza de toda la raza, la cual por las Leyes universales será llevada a un gran cambio en la consciencia. Esta mudanza traerá efectos inesperados, y solo los que hayan vivido la oración los podrán comprender y nada los atormentará.
La mudanza de los tiempos es algo previsto por el Padre desde el principio, desde el momento en que Adán y Eva vivieron el pecado original. Desde allí la humanidad fue llevada a tener libre albedrío, lo que la ha colocado siempre en intensas experiencias y en situaciones límites.
Esta mudanza de los tiempos también es generada a partir del punto en que se encuentra la actual humanidad y, sobre todo, por la indiferencia que ella emite a través de cada sentimiento, pensamiento y acción.
El hipnotismo del cual Yo les he hablado, queridos hijos, es la raíz fundamental de ese estado de indiferencia que coloca al mundo en un plano de profunda precariedad espiritual.
Todas las advertencias ya fueron hechas, pero la sordera incesante de las consciencias presiona al tiempo del Universo para que se lleve adelante una gran mudanza planetaria.
El Universo tiene un principio de Jerarquía y las Leyes también lo tienen. Cuando en algún plano ese principio es interferido por alguna causa, las Leyes se organizan para corregir y hacer fluir lo que en el Universo se encuentra desordenado.
La mudanza de los tiempos exigirá de todos una definición interior, pero veo cómo las criaturas de la Tierra reaccionan cuando piensan que deben abandonar su vida para vivir una mudanza; aunque algunas consciencias necesitan dar ese paso, la mayoría se aleja del Propósito para así no enfrentar su propia definición ante el Plan.
Esta mudanza de los tiempos no es personal ni humana, ella abraza el ámbito del cosmos y el propósito de las humanidades.
La mudanza de los tiempos llega al planeta para corregir los desvíos y las maldades de la humanidad, pero los orantes, devotos y fieles al Plan podrán ayudar en este ciclo en la sustentación de lo que está a punto de precipitarse sobre la humanidad: un cambio determinante.
Todos los seres orantes del planeta deberán aprender a convivir con la mudanza de los tiempos, porque a medida que todo se purifique dentro o fuera de las consciencias, mayor será la necesidad de permanecer en oración y en vigilia.
No habrá continente, nación, estructura ni religión que esté libre de la mudanza de los tiempos. Se verán cosas increíbles en diferentes sectores de la humanidad, como también en las consciencias que hasta ahora mantenían en secreto sus propias acciones.
Nadie podrá escapar de la mudanza de los tiempos porque esa mudanza es universal y forma parte del Apocalipsis.
La mudanza que llegará dejará en evidencia lo bueno y también lo que no es bueno. Todo será purificado, corregido y recolocado en el lugar que le corresponde dentro del Universo material.
Todo el planeta y la raza aún están a tiempo, antes de esa gran y profunda mudanza de los tiempos, de corregir su vida material, su mundo interior y su consciencia a través del gran fluir de la oración.
Esta mudanza de los tiempos llevará a la humanidad a que ingrese en una nueva etapa y vibración después de que todo se haya purificado.
Quien trate de resistirse a la mudanza de los tiempos en su propia vida, entorno o existencia sufrirá, porque estará en contra de la corriente de las Leyes universales.
Quien se disponga, se esfuerce por cambiar y se pacifique, conseguirá acompañar la mudanza de los tiempos.
Recuerden, hijos Míos, que esta mudanza se originó desde el momento en que la humanidad se creyó autorrealizada ante el Universo.
Todo esto forma parte de una lección de humildad.
¡Bendiciones para todos Mis hijos de Argentina!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Universo
Para que la paz sea una realidad en el mundo, debe comenzar a existir en el corazón y en la vida de algunos hombres, aunque sean pocos.
Para ser pacíficos, deben aprender a disolver los obstáculos que la propia consciencia coloca en el camino de los que intentan vivir en paz. Y esto se alcanza de dos formas: en el silencio y en el servicio.
El silencio debe tener como base la humildad y como meta la paz. El servicio debe tener como base la fraternidad, para llegar a la meta de la paz.
El corazón que se dispone a silenciarse alcanza la paz para sí y para el prójimo, evitando conflictos, desavenencias y discusiones incentivadas por el enemigo. El corazón que se dispone a servir, que asume para sí aquello que nadie quiere hacer y con buena voluntad lleva la paz a la vida diaria en su entorno, sin percibirlo está siendo un canal de Dios en el mundo, para disolver conflictos distantes y aplacar la ira de muchos corazones que él desconoce.
Cuando ustedes consagran sus vidas a Dios, todo lo que hacen con consciencia y en ofrenda se convierte en un servicio para toda la humanidad.
Ahora, les hago una advertencia: no sean indiferentes en su silencio ni dejen que sus mentes critiquen ni juzguen mientras hagan algo que nadie quiso hacer. Si no hay amor ni gratitud en sus acciones, es mejor que sean como la mayoría de la humanidad común, porque peor que no hacer es hacer sin ser verdadero.
Les traigo estas instrucciones no para que cambien sus vidas, sino para que cambien la vida planetaria, porque ustedes son células vivas del cuerpo de este planeta. Por eso, todo lo que hagan repercutirá en toda la consciencia planetaria. Yo los amo y les agradezco, desde ya, la respuesta de ustedes y la consciencia que tendrán orientada hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
Su amado padre,
San José Castísimo, guiando a la humanidad en las cosas simples, para que un día alcancen el Reino de Dios.
Para que la paz sea una realidad en el mundo, debe comenzar a existir en el corazón y en la vida de algunos hombres, aunque sean pocos.
Para ser pacíficos, deben aprender a disolver los obstáculos que la propia consciencia coloca en el camino de los que intentan vivir en paz. Y esto se alcanza de dos formas: en el silencio y en el servicio.
El silencio debe tener como base la humildad y como meta la paz. El servicio debe tener como base la fraternidad, para llegar a la meta de la paz.
El corazón que se dispone a silenciarse alcanza la paz para sí y para el prójimo, evitando conflictos, desavenencias y discusiones incentivadas por el enemigo. El corazón que se dispone a servir, que asume para sí aquello que nadie quiere hacer y con buena voluntad lleva la paz a la vida diaria en su entorno, sin percibirlo está siendo un canal de Dios en el mundo, para disolver conflictos distantes y aplacar la ira de muchos corazones que él desconoce.
Cuando ustedes consagran sus vidas a Dios, todo lo que hacen con consciencia y en ofrenda se convierte en un servicio para toda la humanidad.
Ahora, les hago una advertencia: no sean indiferentes en su silencio ni dejen que sus mentes critiquen ni juzguen mientras hagan algo que nadie quiso hacer. Si no hay amor ni gratitud en sus acciones, es mejor que sean como la mayoría de la humanidad común, porque peor que no hacer es hacer sin ser verdadero.
Les traigo estas instrucciones no para que cambien sus vidas, sino para que cambien la vida planetaria, porque ustedes son células vivas del cuerpo de este planeta. Por eso, todo lo que hagan repercutirá en toda la consciencia planetaria. Yo los amo y les agradezco, desde ya, la respuesta de ustedes y la consciencia que tendrán orientada hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
Su amado padre,
San José Castísimo, guiando a la humanidad en las cosas simples, para que un día alcancen el Reino de Dios.
Para que la paz sea una realidad en el mundo, debe comenzar a existir en el corazón y en la vida de algunos hombres, aunque sean pocos.
Para ser pacíficos, deben aprender a disolver los obstáculos que la propia consciencia coloca en el camino de los que intentan vivir en paz. Y esto se alcanza de dos formas: en el silencio y en el servicio.
El silencio debe tener como base la humildad y como meta la paz. El servicio debe tener como base la fraternidad, para llegar a la meta de la paz.
El corazón que se dispone a silenciarse alcanza la paz para sí y para el prójimo, evitando conflictos, desavenencias y discusiones incentivadas por el enemigo. El corazón que se dispone a servir, que asume para sí aquello que nadie quiere hacer y con buena voluntad lleva la paz a la vida diaria en su entorno, sin percibirlo está siendo un canal de Dios en el mundo, para disolver conflictos distantes y aplacar la ira de muchos corazones que él desconoce.
Cuando ustedes consagran sus vidas a Dios, todo lo que hacen con consciencia y en ofrenda se convierte en un servicio para toda la humanidad.
Ahora, les hago una advertencia: no sean indiferentes en su silencio ni dejen que sus mentes critiquen ni juzguen mientras hagan algo que nadie quiso hacer. Si no hay amor ni gratitud en sus acciones, es mejor que sean como la mayoría de la humanidad común, porque peor que no hacer es hacer sin ser verdadero.
Les traigo estas instrucciones no para que cambien sus vidas, sino para que cambien la vida planetaria, porque ustedes son células vivas del cuerpo de este planeta. Por eso, todo lo que hagan repercutirá en toda la consciencia planetaria. Yo los amo y les agradezco, desde ya, la respuesta de ustedes y la consciencia que tendrán orientada hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
Su amado padre,
San José Castísimo, guiando a la humanidad en las cosas simples, para que un día alcancen el Reino de Dios.
Hijos del Dios Altísimo:
La agonía del mundo no terminó, y el Corazón de Cristo sigue siendo flagelado todos los días por las acciones injustas de la humanidad. Abran los ojos y vean a su alrededor que el Apocalipsis se precipita en el mundo. Transformen sus vidas, vivan del bálsamo de la oración y den de beber de esta agua de vida, que es la unión con Dios, a las almas sedientas y desamparadas.
¡Que la humanidad escuche el llamado definitivo de los Mensajeros de Dios! Que todos aquellos que se consideran despiertos y conscientes caminen a grandes pasos en su transformación.
¡No pierdan más tiempo con las mezquindades de la vida! Reconcíliense con aquellos que no les permiten vivir en el espíritu de la paz. Amen a sus enemigos y que estos ya no existan entre hermanos de una misma raza, unidos por un único Propósito Divino.
Perciban que ustedes ya están transitando los últimos tiempos del planeta y que ya no es hora de pensar en sí mismos, ni de concretizar planes ni aspiraciones personales. ¿De qué les valdrá construir un proyecto de una vida material si aquellos que no se sustenten en la fortaleza del espíritu desaparecerán en medio de la tormenta del caos y del mal?
Queridos compañeros, les hablo con palabras claras porque naciones enteras se están perdiendo por el avance de la oscuridad. ¿En dónde están los soldados de Dios? ¿Qué están haciendo los que se comprometieron con Cristo?
Ya no es hora de emociones ni de entrega a medias. Oren con el corazón, con el espíritu y vivan como verdaderos discípulos de Cristo. Demuéstrenle al mundo que hay una única salida para la tribulación en que vive el planeta, y esa salida es el Corazón Infinito de Dios.
Ustedes fueron traídos hasta aquí, hasta este mundo, para vivir el amor y el perdón; entonces, vívanlo. Mi corazón de padre les advierte, porque, en el Cielo, el Creador aguarda la respuesta de los seres humanos para darles nuevas indicaciones sobre el desarrollo de Sus Planes.
No permitan que el tesoro más precioso del universo se pierda. Ustedes aún están a tiempo de corregir los errores de sus vidas, pero sean rápidos y estén dispuestos a responder al llamado de los Mensajeros de Dios.
Oración, conversión y fe es todo lo que el mundo necesita.
San José Castísimo, en la conducción de las almas para los tiempos de definición y entrega.
Mientras el mundo duerme un sueño profundo de ilusión, Yo los llamo al verdadero despertar.
Mientras muchos ven que se abren los infiernos y arden en el fuego del eterno sufrimiento, Yo vengo a mostrarles el Reino de los Cielos y les entrego llaves simples que los conducen a la Eternidad de Dios.
Mientras el mundo demanda esfuerzos de los seres humanos para vencer en la competencia con el prójimo, Yo les pido que luchen para vencerse a sí mismos y para ser derrotados por el Poder de Mi Hijo.
Mientras el mundo les pide que sufran para adquirir bienes materiales y que entreguen hasta la última gota de sudor de vuestros rostros para construir el propio reinado material, Yo vengo del Cielo para decirles que nada de lo que acumulen en este mundo ingresará en Mi Reino y aquel que quiera seguir Mis pasos deberá despojarse de todo y dejar para la vida de ilusión lo que de ella proviene y solamente a ella pertenece.
Yo vengo al mundo para cambiar las leyes y reformar los conceptos humanos. Vengo como Reina del Cielo, como Madre y Señora de la Creación, para colocarlos otra vez en el camino que los lleva a la Consciencia de Dios.
Estoy aquí para hacer que desaprendan, que mueran para el mundo y renazcan para la vida del espíritu. Pero muchos prefieren seguir aferrados a la propia voluntad y a sus tendencias que seguir la Voz de Dios, manifestada en la Tierra por medio de Sus Mensajeros.
Muchos creen que están siguiendo el camino dictado por Dios por el simple hecho de escuchar Mi voz y Yo vengo para decirles que mientras no vivan Mis palabras, no estarán recorriendo ningún camino y se estarán engañando a sí mismos al estar ante Mi presencia, creyendo que es suficiente con venir a Mi encuentro.
Hijos, hoy les digo que, a lo largo de la historia de la humanidad, muchos estuvieron delante Mío, pero la imperiosa necesidad de seguir las propias aspiraciones fue mayor que la voluntad de seguir Mis pasos. E incluso hoy, después de tantos siglos de existencia, la humanidad sigue corriendo el riesgo de no cumplir con los Planes de Dios y la mayoría de los hombres no teme perder su evolución, porque ni siquiera reconoce la existencia de este camino evolutivo.
Con todo esto, les quiero decir que no solo espero verlos delante Mío, porque eso no es suficiente. ¿De qué sirve venir a Mi encuentro si después de algunos minutos nuevamente están sumergidos en las energías de este mundo y no son capaces de elegir la fraternidad antes que la competencia, la comprensión antes que la ira, el amor y el perdón antes que la indignación?
Vivir Mis palabras, Mis amados, no es realizar grandes obras heroicas de sacrificio y conversión.
Quiero verlos eligiendo el camino de Dios, cuando el adversario intente convencerlos para que sigan sus pasos de disociación. Quiero verlos diciendo "no" a las ilusiones de este mundo y "sí" al cumplimiento de los Planes de Dios. Quiero encontrarlos buscando con todas sus fuerzas el camino de la Luz, siendo un faro para los que habitan en la oscuridad y no cayéndose en los mismos abismos que sus semejantes.
Mi voz no resonará en el mundo por mucho tiempo. Dios Me pide que anuncie a los seres la llegada de los tiempos de transición, momento en que la humanidad deberá elegir, por si sola, seguir los Planes de Dios y no los propios. Solo será en ese momento, cuando el poder del amor por el Creador sea más grande que las fuerzas del caos en el propio interior, que Su Hijo cruzará los Cielos y descenderá de las nubes, anunciando Su victoria definitiva.
Mis amados, no jueguen más con el camino de la evolución, porque no hay más tiempo. Es tiempo de que se definan.
Yo los amo, los guio y los despierto a la manifestación de los Planes del Altísimo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Reina del Verbo Divino
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más