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Queridos hijos en purificación y en redención:
Lleven reflejada en sus rostros la alegría de la purificación y de la conversión. Y hoy no desesperen, que sus almas no duden, porque Mi Corazón de Piedad contempla las innumerables y graves miserias que corroen al mundo entero.
Yo desciendo desde la gran Casa de Mi Padre para demostrarles el poder de Mi Amor y de Mi Constancia con cada uno de los Míos.
Que sus corazones se alivien y dejen de llorar por aquello que aún no está transformado. Como ya se los he dicho, es el Amor eterno y constante, omnipresente y seguro de Mi Corazón que los librará del peso que cargan desde hace tanto tiempo.
Yo, que Soy su Luz en la oscuridad y su Sol en la noche de las tinieblas, vengo al encuentro de ustedes para resucitar aquello que ya ha muerto en algunas almas y lo que ya se ha secado en otros corazones.
En estos tiempos, Mi Misericordia viene para reparar lo que está roto, viene a reconstruir y a sanar lo que ha quedado herido y nadie lo ha podido curar en el amor.
Pero antes, por intermedio de Mi Luz, deberá morir lo viejo, lo que está más allá de sus consciencias, aquello que los detiene en el tiempo. Por eso vivan, actúen y sean por medio de Mi Infinita y Piadosa Misericordia; así sus pecados serán perdonados, y la nueva alma nacerá otra vez a la vida después del destierro que ha padecido por parte de la mente.
A través de Mi Gracia, la fuerza del espíritu en cada ser dará vida a lo verdadero y a lo único, así el nuevo ser será colmado por el Amor del Hijo de Dios.
Podrán ver cómo la humanidad está en una constante e interminable crisis espiritual.
Así como en el día de ayer Yo les pedí que adoraran Mi Sagrado Corazón, hoy les anuncio un extraordinario ejercicio de piedad y de misericordia, al que denomino Maratón de la Divina Misericordia que se realizará los días 5 y 6 de agosto de este año, preparando el importante encuentro de oración en el Centro Mariano de Aurora.
Esa Maratón tendrá la finalidad de pedir a Dios, a través de Su Hijo Primogénito, la Divina Misericordia para el mundo entero, para que las almas puedan ser tocadas por la Mano de Dios y para que la humanidad alcance la paz y la misericordia en estos tiempos de crisis.
Será una oración mediadora, que cumplirá con el pedido del Maestro Jesús a todos los fieles seguidores del Sagrado Corazón, de orar mil quinientas cuentas de la Coronilla a la Divina Misericordia.
Aquellas consciencias que acepten vivir este misericordioso desafío alcanzarán, como almas, la oportunidad de revertir los aspectos profundos de la vida, y el mundo tendrá un tiempo más de paz. Mi Corazón Misericordioso estará presente entre todos los peregrinos que con fe, amor y devoción lo hagan, los que conocerán durante esos días el Poder Liberador de Mi Corazón.
Buen ejercicio espiritual para todos los que crean en Mi Amor Eterno.
Bajo la Gloria de Dios, sean misericordiosos todos los días.
Gracias por obedecer Mis Palabras con amor y devoción.
Cristo Jesús
En el Océano de Mi Misericordia las heridas más profundas son curadas por el Espíritu en todas las consciencias que despiertan a la devoción a Mi Sagrado Corazón.
En el manantial de Mis Gracias, las almas encuentran siempre la alegría para renovarse y así liberarse del pasado.
Todos los que veneran Mi Corazón Misericordioso e invocan el poder de Mi Sangre y de Mi Agua, son renovados desde lo más sublime de sus seres, y estos prodigios derramados por Mi Consciencia Sacerdotal tocan hasta la vida material de ustedes.
En la hora preciosa de las tres de la tarde los corazones de todos los seres del mundo, espiritualmente, son contemplados en Misericordia por Mi Visión Paternal y por el efecto de la divina Coronilla a la Misericordia; de esta forma Mi Corazón de Amor vierte Su Piedad sobre aquellos que se están condenando día a día a los submundos del Infierno.
En estos tiempos de grandes cambios para el interior de muchas almas, Mi Océano Inagotable traspasa los umbrales más profundos de los Infiernos; para que así algún día, bajo el amparo poderoso de los Ejércitos Celestiales, Mi Corazón libere la oscuridad y logre la victoria del Reino de Dios sobre ella, y todo el mal sea disuelto en el corazón de los soberbios y de los vanidosos.
El Amor Infinito una vez alcanzado por Mi Corazón en la Cruz despertó la Gloria sobre la muerte hacia donde la humanidad se encaminaba, la muerte del espíritu de todos los hombres. Fue así que Dios envió desde el Cielo a una parte de Su Gran Consciencia y nació el Hijo Primogénito, que por amor liberó del pecado al mundo y ahora en humildad sirve eternamente a Dios, por amor a Sus hermanos de la Tierra.
Y un día de la misma forma que Él se elevó, aparecerá entre las nubes, y un gran Sol misericordioso brillará en la esencia de todos los corazones, los que podrán reconocer el camino de retorno a la Casa del Padre Celestial; y la Divina Misericordia terminará de descender sobre el mundo para que él alcance la redención.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
En esta tarde de inacabable misericordia y de prodigios infinitos para las almas del mundo entero, veo con alegría a los corazones reunidos en Mi Nombre, corazones que en verdad intentan seguir Mi Camino de consagración y de apostolado.
A ustedes y a todos los que Me siguen, Yo les doy Mis Misericordias celestiales para borrar de sus corazones cualquier aflicción, impedimento o limitación que los separe de Mí. El camino para llegar a Mí será la oración misericordiosa.
Todos los que Me acompañan de corazón y se unen a Mi Fuente Inagotable de Misericordia son bendecidos a pesar de las grandes circunstancias de la vida. Todos los que siguen Mi Camino de Misericordia a las tres de la tarde, serán purificados por la luz de Mi Corazón y a la hora de la gran tribulación no sentirán miedo alguno, sino que sentirán paz, alegría, gracia por ser un digno y alabado hijo de Dios.
Todos los que oran Conmigo la Coronilla a la Divina Misericordia, como también sus familias, serán altamente contemplados por Mi Corazón Compasivo, y nadie perderá la esperanza de entregarse por entero a Mi Reino Eterno.
Los que oran la Coronilla a la Divina Misericordia Me ayudarán a interceder ante el Universo por esta humanidad y ningún alma perderá la oportunidad de encontrarme en algún momento de su vida. Mi Misericordia es infinita, penetra los espacios más profundos de los corazones y cura las heridas espirituales que parecen irreversibles para las consciencias.
Todos los que a las tres de la tarde se unen a Mí, reciben el mérito de la redención absoluta o al menos la oportunidad de conocer Mi Reino Celestial en el Universo. Nadie quedará sin saber quién Soy Yo, porque cuando el alma siente Mi Amor Redentor, cura su pequeño corazón.
A las tres de la tarde Dios contempla, a través de Su Hijo, las plegarias de todos los apóstoles y rebaños que, unidos como uno solo, alivian por Gracia el peso de la Ley sobre el mundo. Mi Misericordia despierta Gracias y Perdones nunca antes comprendidos por la humanidad.
Aquellos que tengan fe en Mi Promesa no se arrepentirán porque hoy Yo les traigo la Buena Nueva que los liberará de ustedes mismos y así estarán Conmigo por toda la eternidad.
Aspiro, como Maestro, a que puedan ser Mis Células vivas de amor y redención para todos los que mueren día a día sin conocer la grandeza de Mi Amor.
Los necesito incluso cuando estén en el error. Yo los perdono y, sobre todo, los amo profundamente.
¡Adelante Mis compañeros!
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por interiorizar Mis Santas Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Salvador
Fray Elías del Sagrado Corazón: Al final del mensaje diario, Cristo Jesús nos transmitió lo que Él denominó el Devocionario a la Divina Misericordia, ejercicio de oración y devoción a la Divina Misericordia de Jesús. Ese devocionario está compuesto por dos oraciones para que las recemos todos los días.
La primera es una oración reparadora para ser recitada en nombre de los pecadores más empedernidos y por la humanidad para que ella alcance Misericordia.
Oración Reparadora a la Divina Misericordia
Agua, Sangre, Vida y Redención,
que brotaron del Bendito Corazón herido de Jesús,
ten piedad, Misericordia y compasión
por todos nosotros.
Amén.
Nuestro Señor Cristo Jesús enseguida nos transmitió el complemento de la primera oración, que Él llamó Oración Restauradora al Padre Creador, la que deberá ser rezada luego de la Oración Reparadora a la Divina Misericordia.
Oración Restauradora al Padre Creador
Padre Celestial,
Suprema Unidad,
Suprema Consciencia,
Supremo Amor,
compadécete de todos nosotros
y de toda la humanidad.
Amén.
¿Han percibido cuántas veces Mi Consciencia Redentora ingresa a las tres de la tarde en cada lugar de la Tierra?
Cuando en cada lugar del mundo se cumplen las tres de la tarde, Mi permiso celestial se expande como amor y como luz y toca a las esencias más desprovistas de misericordia.
Entre las tres y las cuatro de la tarde de cada día, Mi Corazón Eucarístico se irradia hacia las esferas más distantes de la Tierra, en donde exista un alma que esté clamando por Mi Misericordia. Yo doy todo para que ella esté en Mis Brazos, para consolarla y darle nuevamente la vida.
Cuando un alma devota Me contempla y Me adora mediante la Coronilla a la Misericordia, no solo Me abre la puerta de su corazón para que Yo ingrese, sino que también, si ora con amor, Mi Consciencia Pastoral con su Omnipresencia, en segundos, instruye a las almas del Purgatorio; y así las eleva lo más cerca posible de Mi Reino para que terminen de aprender y, al final, formen parte de Mi Gloriosa Eternidad en el Paraíso.
Las puertas del Paraíso se abren a las tres de la tarde. Esta es una misión que cumplen los ángeles del Cielo para elevar a todas las consciencias que están desorientadas sobre la faz de la Tierra.
A las tres de la tarde, Mi Corazón Misericordioso recoge las plegarias de todos los corazones simples y Mi Amor las irradia, transformándolas en rosas de paz y gloria para el Trono de Dios.
Cada vez que Me dicen: “Por Su dolorosa Pasión...”, de la corona de espinas, que aún Yo cargo para aliviar al mundo y que es representada por la Coronilla, es liberada una espina de Mi Frente.
La corona de espinas que una vez fue colocada durante Mi Pasión fue transmutada por el poder de la Coronilla a Mi Misericordia, la que fue entregada a la venerable Apóstol Faustina Kowalska.
Todos aquellos que persistan en la fe y recen la Coronilla a la Misericordia, no Me ocasionarán dolor como el mundo lo hace día a día, sino que a las tres de la tarde sus manos en oración estarán retirándo espiritualmente las espinas de Mi Corazón y cicatrizarán Mi Espíritu con su amor por la oración.
Vean, Mis queridos, qué grande es el misterio del Amor que Yo tengo por todos ustedes que mientras Me clavaban en la Cruz derramé Misericordia, en vez de derramar dolor; derramé Amor y Agua de Vida desde Mi Costado, en vez de derramar justicia sobre el mundo.
Porque pertenezco a ustedes como Corazón y como Maestro, nací entre ustedes y, como ascendí a los Cielos, retornaré para dar testimonio de Mi Gloria y de Mi Verdad.
Bajo la Paz Absoluta del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Instructor
Vengo y retorno al mundo en búsqueda de nuevos depositarios de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Al igual que hice con Santa Faustina Kowalska, estoy congregando apóstoles de la Divina Misericordia de Cristo Jesús para que, de la misma forma como los apóstoles y discípulos lo hicieron en el pasado, difundan antes de Mi Regreso los méritos alcanzados por Mi Sagrado Corazón.
Por eso estoy preparando día a día, a través de Mis Palabras, a todas las almas que en el amor al Plan de Dios quieran, de forma humilde y simple, representarme como vertientes y rayos de Mi Misericordioso Corazón para el mundo entero.
Como una vez llamé y busqué a los pescadores de Galilea, hoy como Pescador y Maestro de corazones convoco a Mi Mesa a los que junto a Mí y ante Mi Eterno Padre de las Alturas se han comprometido a ser palabra viva, ejemplo y testimonio de Mi Mensaje Redentor en sus vidas.
Hoy Mi Corazón florece en amor y en honra por todos aquellos que en estos tiempos y sin saber nada, llaman por Mi Divina Misericordia. Todos aquellos que oran la sagrada Coronilla a la Divina Misericordia de Jesús, a las tres de la tarde, espiritualmente son liberados por el poder redentor de Mi Sangre y son reconciliados por la fuerza inacabable de la Fuente de Mi Agua Eterna.
En reverencia a los que en el amor realizan y oran Conmigo el ejercicio de la Divina Misericordia, Mi Consciencia se mostrará como un Salvador. A la hora de la muerte no seré su juez ni verdugo, seré la Fuente que los nutrirá y los librará de cualquier dolor que hayan ocasionado al Corazón de Mi Padre durante su pasaje por la Tierra.
A aquellos que hasta el último minuto de vida oren con esfuerzo y amor la Coronilla a la Divina Misericordia, les digo que pasarán rápidamente al Jardín de Mi Reino, reposarán en Mis Brazos y conocerán el poder insondable de Mi Amor. Por eso, en sus manos está la llave segura para su salvación, para todos los días de sus vidas. Y aquellos que difundan la Gracia de orar esta Coronilla a la Misericordia, en el Cielo serán reconocidos como discípulos de Mi Sagrado Corazón.
En verdad les digo que aún no conocen la grandeza del Amor de Dios en Mi Eterno y Glorificado Corazón. Hoy los animo a amar la Divina Misericordia porque es la puerta necesaria para su salvación.
Bajo la Misericordia y la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús Misericordioso y Redentor
En la Hora de Mi Misericordia, la Luz del Reino Mayor se expande por todos los confines de la Tierra y esa Luz Divina y Espiritual toca todo aquello que esté abierto en alma y en espíritu para que resida el Amor de Dios.
A las tres de la tarde de cada nuevo día, Mi Consciencia Universal reúne y congrega a todas las esencias que a lo largo de los tiempos fueron Mis predilectos apóstoles y llevaron alguna vez Mi Mensaje Redentor.
Hoy, en este nuevo ciclo de cambios y desafíos para la humanidad, Mi Poder, que es el Poder de Dios, cae como una lluvia de Gracias sobre los corazones que están atentos a las Sublimes Señales del Cielo.
Hoy estoy ante discípulos del pasado que reverberan como esencias dentro de Mi Reino Celestial y Yo vengo a despertarlas a la verdadera faz de la tarea mundial que Dios les encomendó mediante la presencia de Mi Sagrado Corazón.
Queridos, es una alegría reunir a todos Mis compañeros del cenáculo, seguidores, devotos y adoradores de Mi Bendito y Sagrado Corazón con el fin de compartir el tiempo de Mi última Misericordia sobre la humanidad.
En la hora misericordiosa se cierran las puertas del Infierno y de la perdición para las almas, tan solamente por la oración de aquellas criaturas que se disponen a llamarme en alegría y amor. Así Mis Brazos acogen todas las necesidades de Mis hijos en la Tierra y la Divina Misericordia –Fuente de sabiduría, amor y salvación– es irradiada a los corazones de todos los hombres, sobre todo aquellos que no la merecerían por el estado de pecado en el que viven.
Reúno así a Mis rebaños, llamándolos al tiempo del apostolado, de la oración y del servicio, porque así Mi Corazón se hará presente entre las almas más pequeñas y humildes del mundo. Hoy están en Mi Fe y en Mi Regazo de amor.
Bajo el Bien Mayor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por reverenciar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor del mundo
Queridísimos hijos:
Hoy los reúno a todos ustedes porque, en el nombre de Mi Hijo, sus pequeños corazones están en Mis brazos, para que puedan así sentir la maternidad y el amor transformador de Mi Inmaculado Corazón.
Por este motivo, queridos hijos, que todas sus intenciones se eleven por amor hacia los Cielos, para que Mis manos puedan recoger las necesidades de sus seres, necesidades espirituales que son escuchadas por el gran oído de Mi Corazón.
Hijos Míos, hoy derramo muchas bendiciones sobre sus corazones, para que ellos así puedan reconocer el poder de la Misericordia de Dios.
Queridos hijos, que sus almas encuentren reposo y refugio en el Corazón de Mi Hijo, porque en él, Mi Corazón los guiará a través de los pasos que sus consciencias deben dar hacia el Señor.
Que sus ojos vislumbren el gozo de Mi espíritu, que sus manos estén en constante oración y devoción para que puedan ser distanciados de las normalidades del mundo, porque son planes del enemigo sobre Mis hijos que despiertan a la conversión.
Para que se cumpla el plan de Mi Paz, sus oraciones fortalecerán la venida de la Misericordia de Mi Hijo sobre la humanidad.
Por eso, durante esta noche, vayan en absoluta y agradecida paz, porque Mi Corazón los contempla y mañana, en un nuevo día de bendiciones, Yo los aguardaré desde el Cielo para después descender e irradiarles Mi Amor materno.
Que sus corazones abiertos sean partícipes del Amor de Dios. Nunca se cansen de amar lo que Dios les envía para aprender. Todo es contemplado por el Corazón Universal de Dios.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
Los ama siempre,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Se aproxima el día del aniversario de Mis mensajes diarios cuando Dios Me concedió la Gracia de guiarlos y acompañarlos.
Hijos Míos, por eso, a través de todas las instrucciones que Mi Corazón ha entregado, los invito a ejercitar nuevamente la lectura del corazón, o sea, la lectura de todos Mis mensajes desde vuestro corazón. Yo los invito a que vivan Mis mensajes, a que ustedes los practiquen de manera simple y humilde.
Queridos hijos, el inicio de los anuncios de Mis palabras diarias tuvo origen en Medjugorje, cuando Mi Corazón Materno preparó a Mis videntes para que cumplieran la tarea que se ha llevado adelante, en nombre de Dios, a lo largo de este último año de apariciones.
Hoy quiero invitarlos, unidos a Mis treinta y un años en Medjugorje, a caminar en la fe y en la conversión, porque si ustedes día a día transforman vuestros corazones, estarán transformando el abismo de la humanidad.
Queridos hijos, vuestra conversión, vuestra penitencia y vuestro ayuno ayudarán en la salvación de almas que están en faltas irreparables y, sobre todo, permitirán la llegada de la Divina Misericordia.
Cuando Yo los llamo a la conversión, a la penitencia y al ayuno, los estoy llamando a dar un poco más de parte de vuestros seres sin vivir grandes privaciones, pero sí donando desde el corazón todo aquello que se puede transformar y redimir.
Los llamo a la oración porque así vuestros corazones estarán elevándose como un ave se eleva hacia lo alto de una montaña.
Queridos hijos, que vuestros pies suban al monte de la gratitud y de la devoción para que vuestros corazones se unan a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
En Medjugorje, el día 15 de noviembre del 2011, hace ya un año, Mi voz anunciaba el surgimiento de la Obra de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Hoy es una Obra muy amplia gracias a la respuesta de Mis soldados.
Pero a todos ustedes, queridos hijos, los que Me acompañan mes a mes en Mis apariciones, les pido que auxilien y que colaboren para que esta obra corredentora, que está unida al Maestro Jesús, pueda expandirse aún más al igual que se difundió la obra de Medjugorje hace treinta y un años.
Hijos Míos, quiero decirles que toda la Obra que realiza en América del Sur la Bienaventurada Virgen María, debe ser apoyada con la pequeña colaboración de todos Mis hijos. Les pido una colaboración verdadera desde el corazón, una entrega a Dios desde vuestro ser interno, porque una obra en la Tierra acontece y se manifiesta a través de los obreros que en ella trabajan, y esos obreros necesitan de recursos para realizarla.
Así Dios cuida de Sus obreros y al mismo tiempo de la Obra.
Hijos, está todo unido por un mismo eslabón y vuestra oración ayudará para que Mi obra corredentora pueda proseguir tocando doloridos y sufridos corazones.
Queridos Míos, los invito a que Me acompañen, como Madre Peregrina, para que la Luz pueda llegar a los que niegan el Amor Misericordioso de Mi Hijo.
Obremos mediante la oración para que la Obra de Dios se cumpla en el Sur de América.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que vuestras palabras no juzguen a los demás corazones, que vuestros labios solo oren por la paz y el amor en el mundo entero.
Hijos Míos, que vuestro sentimiento sea una emanación del Amor de Mi Hijo porque a través de Jesús hallarán la fuente de todo el amor y el perdón.
Que vuestras vidas, en el final de este tiempo, solo sean amor y perdón, y que vuestras virtudes sean transmitidas mediante las buenas obras. Ustedes son Mis hijos y todos Mis hijos deben ser portadores de la paz en el corazón e irradiarla a través de la caridad y de la donación.
Caridad y donación es lo que falta entre hermanos del mismo mundo; por eso Mi Materno Corazón viene hacia ustedes para enseñarles que el Verdadero Amor nace como una flor al despuntar el sol.
Queridos hijos, que vuestros brazos y vuestras manos siempre estén abiertos para acoger a los más carentes y a los que más necesitan de Dios.
Pequeños hijos, hoy los invito a imitarme. Hoy los llamo a ser representantes verdaderos de Mi mensaje para el mundo, porque, como Madre, sé que vuestros corazones pueden ser fieles representantes de Mis palabras en el planeta.
Ustedes están bajo Mi Gracia cuando Yo amorosamente los visito mes a mes. Pero el mundo, ¿dónde está ahora?, ¿él vive la Misericordia de Dios?
Queridos hijos, ustedes, como servidores y como almas en oración, son llamados a ser partícipes y difusores de la Divina Misericordia porque, con mucho amor, amor puro y cristalino, vidas y corazones son transformados.
En vuestras manos está el porvenir del mundo y de toda la humanidad. En la oración, el ayuno y la vigilia se encuentra la fortaleza de la vida para cada corazón.
Hijos Míos, estén en Mi Corazón Maternal porque la Señora de la Paz quiere hacerlos humildes ante Dios para que, junto a los ángeles, todas las almas vivan su salvación y conversión y alaben por los siglos de los siglos a Dios.
Oren por los pastores porque en ellos Mi Hijo siempre quiere estar.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Señora de la Fe, intento que vuestros corazones estén vigilantes cuando llegue el esperado momento del rescate de los corazones y de la salvación de las almas. Vuestro camino de oración les permitirá encontrar su esencia a cada uno de Mis hijos y, en especial, descubrir aquello que sus almas están necesitando.
Hijos Míos, abriendo el Manantial de la Misericordia, los llevo hacia Mi Hijo para conducirlos por los caminos de la paz.
Queridos hijos, como el mundo corre rápido, es necesaria mucha oración para soportar los cambios que surgirán a la vista de todos, cambios que definirán el “sí” o el “no” de todas las almas.
Ustedes son llamados a caminar próximos a Mi Hijo para que puedan ver la necesidad en todos los corazones que aguardan por el Perdón y la Misericordia de Dios.
Queridos hijos, es hora de continuar orando porque eso aliviará el Corazón de Cristo y, así, ustedes estarán cerca de Su Amor Universal. Ahora deben seguir los pasos del Retorno de Cristo para que vuestras moradas estén unidas a Su Sagrado Corazón.
Muchos corazones esperan por los Nuevos Cristos, y Mi orden ecuménica, Orden Gracia Misericordia, forma parte de los soldados de la oración, porque hoy todos son llamados a compartir el camino crístico del final de los tiempos.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Como Madre del Cielo, hoy los invito para un encuentro interno con Mi Hijo a través de la adoración a Su Sagrada Agua y a Su Divina Sangre. Contemplen estos dos principios de glorificación de Jesús para que vuestros corazones colmen el alma bajo los Dones de Cristo.
También, hoy, hijos Míos, mediten y sientan el don de la transfiguración, porque, en vuestra unión con Cristo, comprenderán la Sabiduría de Dios. Que el Espíritu Santo participe en vuestras vidas y, unidos a la Sagrada Agua y a la Divina Sangre de Jesús, beban de la Fuente de la Salvación y de los prodigios en nombre de la humanidad.
Queridos hijos, hoy los llamo a considerar en vuestra oración a todos los Dones del Señor, el Altísimo, Dones que se manifiestan a través de Su Hijo Predilecto.
En vuestra unión sincera con Jesús ayudarán a equilibrar a muchas almas que deben alcanzar, en este tiempo, la Luz y la conversión a través de la paz. Un alma que está verdaderamente en el camino de la conversión es permeada por el Amor Misericordioso de Mi Hijo. Él es quien en verdad las guía y las conduce hacia las Puertas del Cielo.
Queridos hijos, vivan hoy esta unión con Cristo de corazón a Corazón y de espíritu a Espíritu, porque en ese ejercicio espiritual de unidad concretarán, en vuestros corazones, la amada y honorable Voluntad de Dios en vuestras vidas.
Sean partícipes del tiempo de la Divina Misericordia y, mediante la oración, propaguen el Espíritu de la Paz a todos aquellos que la necesitan.
Hoy, de nuevo formo instrumentos que viven el camino de la salvación y que, unidos a Cristo, deben irradiar el amor interno del corazón. Las almas claman por auxilio aunque muchos corazones están ciegos a ese llamado interior.
Por eso, hoy los llamo a la oración por todos ellos para que vuestros hermanos también sean partícipes del tiempo misericordioso. Sean vigilantes en la oración del corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Bienaventurados hijos:
En respuesta al llamado urgente realizado en el día de ayer a Mis hijos para quienes Yo aparezco desde hace ya cinco años como la Bienaventurada Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, les anuncio que Mi Amado Hijo, Cristo Jesús, hoy Me envía hacia vuestros corazones para decirles que Dios Todopoderoso ha observado desde Su Corazón vuestra respuesta al llamado celestial de atención.
Queridos hijos, delante de la urgente necesidad de conversión y redención de todas las criaturas de Dios, hoy los llamo a la oración continua y, en especial, los llamo para que, durante todo este mes, vuestras vidas profundicen y donen tiempo a la meditación de cada uno de los santos Misterios del Rosario.
Allí, ustedes encontrarán las llaves para la conversión de vuestros corazones, que son: la paz, la entrega, la confianza en Dios, la caridad, el perdón, el Amor de Mi Hijo, el sacrificio y la resurrección junto a la glorificación de Cristo.
Hijos Míos, en este mes del Rosario quiero que se dediquen especialmente a unir vuestros corazones a cada uno de los pasajes de la vida de Jesús y de la vida silenciosa de Mi Inmaculado Corazón.
Pequeños Míos, que en este tiempo despierte en vuestras consciencias el llamado a la Redención y a la Entrega a Dios, llamado que Mi voz pronuncia día a día mediante los mensajes diarios.
Queridos hijos, bajo la Gracia de Dios, ya estamos próximos a completar un año continuo, sin interrupciones, de bienaventurados mensajes diarios de Mi Inmaculado Corazón, de la Reina de la Paz, quien intenta guiarlos por el camino del Bien y de la Paz en el corazón.
Después de un año continuo de Gracias recibidas, hoy quiero que, en respuesta a esas Gracias, unan vuestras vidas a las enseñanzas clave de Cristo.
Por este motivo victorioso de Mi Inmaculado Corazón en cada una de vuestras vidas, Yo hoy les anuncio, en nombre del Amor Misericordioso de Cristo Jesús, que en el día de mañana, 21 de octubre de 2012, Mis hijos videntes estarán honrándome mediante una sencilla oración y una interna comunión en el Santuario de Aparecida, santuario que amo con predilección por la expresión humilde de la fe de todos Mis hijos peregrinos del Brasil.
Por esto, queridos hijos, la Honorable siempre Virgen María, Señora Aparecida del Brasil, los invita y llama a todos Sus hijos, para que junto a Mis hijos los videntes, realicen esta sencilla peregrinación hacia el Santuario de Aparecida y que, a través de la oferta de orar cincuenta cuentas del Santo Rosario y de la comunión interna con Cristo, reparen Mi Inmaculado Corazón.
En respuesta a los eventos acontecidos entre ustedes y Dios, Yo les prometo que, quien participe con un sincero espíritu de reconciliación y perdón delante del Altísimo, la Madre María, Reina de la Paz, les irradiará el poder de la Divina Misericordia desde el Cielo y vuestras vidas quedarán absueltas ante la Ley.
Queridos hijos, llevé rosas entre Mis manos, hasta el trono de Dios, y el Padre de la Fuente del Amor y de la Compasión ha aceptado Mi oferta por todos ustedes. Este ejercicio de fraternidad que Yo les pido realizar permitirá que una vez más vuestros corazones estén limpios y puros delante de Dios.
Una vez más, queridos hijos, ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
Gracias por responder a este llamado celestial.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y Amadísimos hijos Míos:
En nombre de Dios Todopoderoso, en nombre del Espíritu Santo, en nombre del Amor Redentor de Mi Hijo y delante de los Coros Celestiales, bajo el Poder de Dios en el universo, bajo la Luz Misericordiosa de Mi Inmaculado Corazón, Yo, la Bienaventurada Virgen María, Reina de la Paz, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, en este momento y durante esta hora, reflejando el Amor Materno de Mi Inmaculado Corazón, pero con lágrimas en Mis inmaculados ojos, les anuncio con reverencia y paz, el siguiente llamado celestial de atención para todos Mis benditos hijos en la Tierra.
Les digo que, la siempre Virgen María, Reina del Cielo, ha visto una falta importante de parte de Sus hijos delante de Dios. Por eso, en nombre de la paz, Yo los absuelvo y les digo, queridos hijos, que la Reina de la Paz, la Madre del Mundo manifestará Su Faz de Amor, para todos, en el Centro Mariano de Figueira los días 25 y 26 de octubre, celebrando así el mes del Santísimo Rosario en una ceremonia de oración que se extenderá hasta los días 25 y 26 de noviembre de vuestro tiempo del año 2012.
Esta decisión divina es en respuesta a la Voluntad de Dios, el Altísimo y por lo que ha visto nuestro amado Padre Celestial ante la falta de consideración espiritual y material que Mis hijos han dado a Mi tarea de contacto con ustedes1.
Hijos Míos, esto significa que Mi voz y Mi eco se pronunciarán por un tiempo más por la intercesión que Mi Hijo Jesús Cristo realizó ante el trono de Dios. Quiero que entiendan con vuestros corazones que, de parte de ustedes, Mis pequeños, ha sido escasa la colaboración hacia Mi Obra Divina en esta parte de América.
Quiero decirles, Mis hijos, que desde vuestros corazones ha faltado la donación y la providencia para que Mi tarea pudiera abrazar a cada rincón de este mundo.
Por eso, queridos hijos, ante la falta de amor en la consciencia por todo lo que a lo largo del tiempo Yo les he estado derramando por Gracia y con Amor, quiero decirles que las apariciones previstas para los días finales de octubre y de noviembre se llevarán a cabo en el Centro Mariano de Figueira. Esto significa que Yo les pido una amorosa colaboración para que Mi Mensaje prosiga teniendo eco en el mundo.
Por este motivo, como Madre vuestra y como María Auxiliadora, intervengo con Amor por todos ustedes para que la sabiduría del Espíritu Santo despierte en vuestras consciencias. Es hora de crecer en madurez, Mis adultos hijos, porque eso permitirá que vuestros corazones estén bajo la Ley de la Divina Misericordia.
Jesús los espera para que vuestras consciencias mediten y se confiesen con Su Sagrado Corazón. Los invito, en este tiempo final, a amar la Ley de la Divina Providencia porque, para comprender los misterios del Cielo, ellos deben ser amados aún más que todo lo que vuestras vidas conocen en este mundo.
Queridos hijos, en nombre de la Luz del Cielo, les agradezco por contestar a este urgente llamado a la meditación y a la reflexión de vuestras consciencias.
En la Fe profesada por Mi Hijo Jesús los espero en el Centro Mariano de Figueira para que juntos celebremos el mes del Santísimo Rosario porque la paz es urgente en la vida de todos Mis hijos.
¿Mis soldados Me seguirán?
Gracias por vuestra atención interior.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Se refiere a la tarea de la Madre Divina con los videntes.
Con alegría y regocijo coloco a cada uno de Mis hijos en el Reino Celestial de Dios.
Queridos hijos:
Hoy celebremos desde el corazón la venida de la Reina de la Paz a Aurora, Su predilecto hogar.
Como Madre de la Nueva Aurora hoy les doy a todos Mi Bendición Maternal y les agradezco por contestar a Mi llamado por la paz.
Como instrumentos en las Manos del Altísimo, hoy los invito a consagrar vuestras moradas al Padre Celestial. Sepan, Mis pequeños, que Él aguarda el amor de almas puras y verdaderas que quieran vivir en la única Fuente del Amor, que todo lo perdona y todo lo repara.
Hoy los estoy llamando a ser partícipes de la Divina Misericordia a través de Mi Inmaculado Corazón. Queridos hijos, los llamo a todos para que den un paso más con absoluta confianza en los Planes de Dios.
Hijos Míos, como Divina Concepción, les pido que oren paraque muchos de Mis hijos, en estos tiempos críticos, también puedan ser tocados por Mi llamado interior. Hoy, además, les recuerdo que cada llamado que ustedes responden tiene repercusiones mundiales en este final de los tiempos. Cada llamado que sea respondido desde vuestros humildes corazones ayudará en la redención de la humanidad a través de la venida victoriosa de Cristo a la Tierra.
Mis soldados, que vuestros corazones siempre estén listos para todo, para lo que Dios quiere en estos momentos. Sepan, Mis pequeños, que ustedes están obrando mediante la oración para que la salvación sea posible hasta para el alma que menos la merezca.
Queridos hijos, cada oración que fluye con amor desde el corazón, Yo les prometo que será escuchada y respondida bajo la Voluntad Superior de Dios.
Queridos hijos, como mediadora entre los corazones: ¡Gracias por escuchar Mis súplicas!
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras la humanidad aún busca la satisfacción en la vida, Mi Corazón Materno llama a todas las almas al nuevo y último rebaño de Cristo.
Como mediadora delante de las almas que han encontrado el camino espiritual hacia Dios, quiero que ellas puedan auxiliar a otras almas que se desvían rápidamente del camino de la fe y del Amor de Dios.
Por eso, hijos Míos, pido hoy a todos los orantes que no pierdan tiempo y oren con mucha aspiración hacia lo Alto y aguarden la Infinita Misericordia de Mi Hijo.
Espero de Mis soldados el despertar de la consciencia y que se ofrezcan a colaborar para que la mayor parte de la humanidad pueda vivir un tiempo más de paz. Y como el tiempo pasa rápido, Yo les pido que oren con el corazón, atentamente, para que algo pueda cambiar en la humanidad.
Queridos hijos, ¡recen, recen, recen y recen! Recen con la voz de vuestros corazones para que la Piedad y la Compasión de Dios toquen a los corazones que se han separado de la Ley del Señor.
Recordando la enseñanza de los mandamientos de Moisés, hoy les pido que los tengan presentes en vuestras vidas como las primeras reglas básicas para un buen hijo de Dios.
Queridos hijos, a lo largo del tiempo, la humanidad ha sido llamada a cambiar desde el corazón; por eso ustedes, abran vuestros ojos y vean la Luz Misericordiosa que Mi Inmaculado Corazón está irradiando para todos.
Les recuerdo la importancia de vivir en la fidelidad a Mi Hijo para que vuestros corazones sean guiados y estén protegidos en estos tiempos finales.
¡Les agradezco por responder en estos tiempos a la voz de Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos y amados hijos del Padre:
Todas las ofensas que se generan en el mundo son perdonadas día a día a través de la Insondable y Poderosa Divina Misericordia que brota como manantial desde el Sagrado Corazón de Jesús.
Por eso hoy, Mis pequeños, ustedes deben entregarse en la fe a ese infinito misterio de perdón y de reparación para los corazones que han caído en faltas que ofenden a Dios.
Para que el mundo y las almas alcancen la paz y la armonía universal, necesarias en este final de tiempo, Mi Hijo precisa de humildes y espontáneos soldados de la Misericordia.
Queridos hijos, el Rey Universal del Amor de Dios, Jesús Cristo, aguarda diariamente que nuevos soldados, a través de la oración, el servicio y la fraternidad puedan ser Sus instrumentos para que Su Misericordia se difunda por el mundo. Los corazones aún no han comprendido el verdadero misterio de los Rayos misericordiosos de Jesús; por eso, hoy los invito a difundir esta importante Gracia que Mi Hijo está derramando sobre el mundo entero.
Mis niños, en Su Dolorosa Pasión se irradiaron los más altos Estados de Amor que brotaron desde el Corazón herido de Jesús. Ahora, resucitado, Él los llama a la conversión de vuestras vidas y a beber de la propia Fuente de Cristo, la cual todo lo sana y todo lo cura.
Queridos hijos, es hora de despertar ante esa magnífica y esplendorosa Gracia de Redención y de Perdón a la que Mi Hijo los está llamando a ser partícipes.
Que vuestras vidas solo sean Misericordia. Que vuestros actos sean misericordiosos. Que vuestras palabras y pensamientos sean impregnados por la Divina Misericordia. Que el Fuego del Amor de Jesús los convierta en instrumentos de Su Insondable Misericordia.
Queridos hijos, ¡aún están a tiempo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Mientras el mundo se agita en este final de los tiempos, la humanidad debe sumergirse en el océano de la oración para que los Grandes Ángeles del Señor puedan auxiliar a todos los corazones. Antes de que suenen las trompetas de los ángeles del Cielo, ustedes deberán estar preparados mediante la oración del corazón, firmes en la fe y confiados en el Manantial de la Divina Misericordia.
Hoy los invito, en forma urgente, a ingresar en el Santísimo Corazón de Mi Hijo, porque de esa manera, vuestras vidas estarán protegidas por el gran espíritu de la Misericordia del Redentor.
Queridos hijos, hoy los llamo a tomar consciencia desde el corazón porque los tiempos llaman a la humanidad a vivir la conversión del espíritu y de la vida.
Como Madre del Perpetuo Socorro, el Señor Me envía a despertar del sueño a cada uno de Mis hijos y a colocarlos a todos en la tarea celestial que el Señor está dictando para cada corazón, a través de Mi Presencia Maternal, mes a mes.
Pequeños hijos, no pueden pasar ni un día sin vivir la oración del corazón, porque así vuestras vidas abrirán los corazones para que se aproximen los ángeles custodios que son enviados, bajo la Luz de Mi Inmaculado Corazón, para guiar a todos Mis pequeñísimos hijos.
Ha llegado el momento de abrir la consciencia a las señales universales inusitadas que intentarán despertar a los que se han separado de la magnífica Voluntad de Dios.
Hijos Míos, todos los consagrados a Mi Inmaculado Corazón deben ayudar a que otros hijos puedan vislumbrar la Luz del trono de Dios cuando el Único Hijo del Padre venga, en Gloria, desde las nubes.
Queridos hijos, todo está dicho. Los llamo y les pido oración y más oración del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mis pedidos!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre del Universo les traigo el Don del Espíritu Santo y la Luz de las estrellas. Como Madre del Universo les entrego Mi Paz para que despierte, en esta hora, el amor en vuestros corazones.
Hoy los invito a distanciarse de los abismos de la vida y a dar el salto mayor hacia la Luz de la fraternidad.
Queridos hijos, el mundo carga con mucho dolor, por eso ustedes, a través de las oraciones y de las buenas acciones, deben llevar el emblema de Mi Eterna Paz para que acaben los conflictos en los corazones.
No deben bajar los brazos, mas sí elevarlos en dirección al Universo del Creador y clamar, una vez más, por la Divina Misericordia, así Dios los escuchará.
Hoy los llamo a despertar la humildad del corazón a través de la Luz Divina de Jesús, porque solo a través de Jesús vuestras vidas podrán aprender los pasos de la humildad.
Queridos hijos, llamando en vuestras vidas a la esencia de la humildad podrán saber cuál es la tarea que Dios les envía a vuestros corazones. Hoy, Dios, a través de Mi Inmaculado Corazón, les revela la tarea de la oración del corazón para que pueda vivir en ustedes la Paz Celestial.
Hoy los invito a ser oración en la vida y en las acciones para que, a través de esa oración, sean disueltas todas las causas que necesitan de Perdón y de Misericordia. El momento actual amerita la colaboración de todos los servidores marianos consagrados a Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas puedan reflejar buenas acciones, la fe despertará como Luz en muchos de Mis hijos, y la humanidad terminará de luchar entre sí por sus ambiciones.
Cuando sientan falta de paz, observen, queridos hijos, cómo está vuestro ejercicio de oración.
¡Les agradezco!
¡Vivan en Mi Eterna Paz, solo paz!
Gracias por responder a Mi llamado a pesar de las circunstancias.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Mis brazos llevo al mundo. En Mi Corazón guardo a la humanidad. En Mi oración socorro a la humanidad y así auxilio a todas las almas. Con Mis ojos contemplo la alegría de algunos corazones y el dolor de los corazones heridos.
Por eso, Mi misión es traer el Cielo a la Tierra a través de las oraciones de Mis soldados. Mis Gracias son derramadas hora a hora, segundo a segundo, sobre este necesitado mundo. Mis manos oran perpetuamente por ustedes. Mi Inmaculado Corazón se eleva hasta el trono celestial de Dios para pedir, como mediadora, por toda la humanidad.
Mientras el tiempo, los cambios y los acontecimientos pasan rápido en la vida de todas las almas, Mi Corazón los quiere llevar hacia un estado profundo de paz. Quiero revelar a Mis pequeños la esencia de la Divina Misericordia de Jesús. Quiero que Mis pequeños aprendan a estar en Mi Hijo sin temer por nada y así caminar en alegría hacia el encuentro con Su Misericordioso Corazón.
Como Madre protejo a los corazones y despierto el poder de la fe para la vida. Como el mañana, traigo la esperanza, la renovación en Jesús, el inicio de un nuevo camino hacia Dios.
Día a día, contemplo que la necesidad de la humanidad aumenta, por eso, desde los Cielos, Dios el Altísimo, Me envía hacia Mis hijos para ayudarlos a encontrar el Amor del Creador.
Pequeñas almas de Dios Padre, hoy como Madre de la Divina Misericordia derramo una vez más el Rayo del Perdón y de la Reparación sobre vuestros corazones. Pero para que vuestras vidas sientan la insondable fuente de la reconciliación, ustedes deben dar el “sí” a Dios, al Padre del Amor y de la Compasión.
Queridos hijos, hoy estoy llamándolos a convertir vuestras vidas en perdón, en paz y en Misericordia eterna para todos.
Hoy estoy llamándolos a hacer algo por esta humanidad, porque ella, por sus propias acciones, se separa de la Paz de Dios.
Hoy estoy llamándolos a reforzar el poder de la oración en vuestras vidas.
Hoy estoy llamándolos al ayuno y a la meditación de los Misterios del Santo Rosario.
Hoy les pido que vuestros corazones se vuelvan misericordiosos y humildes para que Jesús se manifieste en cada uno de Sus discípulos.
Hoy estoy llamándolos a despertar del sueño de esta humanidad.
Hoy estoy llamándolos a ser activos servidores de Dios en vuestro prójimo, en vuestras familias, en vuestros más queridos amigos y en toda la humanidad.
Porque hoy Mi Corazón los llama a estar en Cristo Salvador para que la Gracia de Dios auxilie al mundo.
Hoy los llamo a abrir vuestros ojos a la realidad de la humanidad y a comprometerse con la oración perpetua por todas esas causas que necesitan de la Misericordia del Redentor.
Queridos hijos, hoy les pido que enciendan la Llama del Espíritu Santo en vuestros corazones para que Mi Inmaculada Paz se difunda por el mundo, porque en el final de todo ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Dios Padre Todopoderoso, como Hija de la Misericordia y como Reina de la Paz, Me ha dado el permiso para socorrer a todos los pequeños corazones, a todas las almas de la humanidad.
Queridos hijos,
Hoy quiero decirles que es mediante la oración que más Gracias podrán ser vertidas sobre todas las almas del mundo. Para que esa misericordiosa Gracia pueda llegar, Dios necesita de hijos en constante oración que ayuden a reparar todas las causas que ofenden el Amor de Dios y que provocan indiferencia en los corazones de la humanidad.
Hijos Míos, Yo los invito a formar parte del rebaño orante de Mi Hijo, almas que vigilan en oración por otras almas para que el mundo pueda convertirse, salvarse y volverse sagrado delante del trono de Dios.
Ustedes, inmersos en el espíritu poderoso de la oración del corazón, aliviarán vuestras pruebas y, como mediadores, rezarán por los que no viven en Dios. El Corazón de Dios sigue siendo ofendido, y Mi Hijo, a través de Su Divina Misericordia, Me envía hacia ustedes para revelarles esta realidad.
Sepan, queridos hijos, que ya es hora de la reparación para que el perdón pueda expresarse en la vida de cada alma. Pequeños Míos, estoy llamándolos a socorrer al mundo a través de la oración del corazón y de una donación pura que pueda auxiliar a muchas almas desde el ejercicio de la oración.
Por eso, vuestros grupos orantes son llamados a construir de nuevo la unión entre el alma y Dios, razón por la cual queridos hijos, Mi llamado es urgente antes del tiempo del Divino Juicio.
Entren al Reino de la Divina Misericordia y, con compasión, acepten beber de la Fuente que todo lo repara, acepten permanecer en el Corazón que todo lo sabe y todo lo cura, acepten estar en Mi Hijo Jesús.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más