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Hijos:
Mientras oran, Yo purifico sus labios de todas las palabras que podrían pronunciar apartados de Dios.
Mientras oran, Yo sublimo su verbo para que alcancen la comprensión del Propósito de Dios y así, lo testimonien al mundo.
Mientras oran, Yo curo sus corazones, aunque sean imperfectos, para que ellos tengan sentimientos cada vez más puros.
Mientras oran, Yo libero sus mentes para que tengan pensamientos de luz, de sabiduría, de hermandad y de fraternidad, para que todo sea constructivo.
Mientras oran, Yo alivio sus almas, para que sus internos sientan la convicción y la razón de estar respondiendo al Llamado de Dios.
Mientras oran, Yo les derramo Mis Gracias, para que ustedes aprendan a enmendar sus posibles errores y para que, en oración perpetua, ustedes se sientan libres de las prisiones de la vida.
Mientras oran, Yo puedo estar más cerca de ustedes y les puedo hacer sentir el Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que en este tiempo de definición sus corazones estén dirigidos todo el tiempo hacia el Corazón de Dios; así estarán diciéndole a los Cielos que aspiran a seguir recibiendo las Gracias que necesitan para que sus vidas se rediman y se santifiquen.
En la unión imprescindible que ustedes pueden tener con Mi Hijo, Su Divina Misericordia, la Sangre y el Agua de Su Corazón, justificará muchos de los errores y de las adversidades que sigue viviendo el mundo por alejarse cada vez más de Dios para satisfacer sus placeres humanos.
Este es el último tiempo en el que el Padre Celestial estará atento a las oraciones y a las súplicas de Sus hijos. Será el tiempo en el que la humanidad, antes de lo que llegará, podrá colocar la cabeza en el suelo para pedir perdón y vivir un verdadero arrepentimiento.
Yo los invito, Mis hijos, a tener eso presente. Ahora, las oportunidades son únicas y no se repetirán, porque ya son las últimas.
Estará siendo concedida una última Gracia al mundo para que muchas almas abandonen el caos en el cual viven e ingresen en el universo de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En Amor y Misericordia hoy los encuentro aquí, así como Me he encontrado con el resto de Mis hijos en Medjugorje, momento en el cual su Madre Celeste celebra junto a Sus hijos, no solo el aniversario de las apariciones, que hace más de treinta y seis años he venido realizando no solo por Bosnia y Herzegovina, sino también por el resto del mundo.
Celebro en esta noche la devoción y el cariño de Mis hijos, el amor que tienen los hijos de Dios por la Reina de la Paz.
Hoy vengo desde Medjugorje y uno los dos hemisferios del planeta bajo el Principio del Amor y de la Sabiduría.
Así como en Medjugorje llevé un mensaje de paz para el mundo, en este lugar Yo pude traer un mensaje de consciencia para el mundo, algo que la mayoría de Mis hijos, y sobre todo de la Iglesia de Cristo, demorará en reconocer.
Pero esa no es Mi preocupación, hijos Míos. Mi preocupación, hijos Míos, es su salvación y redención, que vivan la cristiandad que Mi Hijo les enseñó por medio de Su Amor y de Su Misericordia infinita.
En todas Mis apariciones realizadas en el mundo, a lo largo de los tiempos, he traído el mismo mensaje a la humanidad en diferentes tiempos, momentos y circunstancias que los que la humanidad necesitaba del Llamado de Dios, de la Palabra de Dios, de la advertencia para poder cambiar y transformarse.
Se acerca el tiempo y el momento, hijos Míos, en el que la Reina de la Paz se recogerá, así como la Rosa de la Paz también se recogerá.
En sus memorias y en sus corazones deberá estar Mi Presencia, todo lo que Yo les he enseñado a través de los años. De una forma semejante a San Pablo y a San Pedro, ustedes deberán vivir este tiempo. Nada ni nadie les podrá quitar lo que Yo les he entregado aquí, porque lo que Yo he dejado aquí y dejaré, es un profundo tesoro espiritual e inmaterial, del cual las almas se podrán servir en el fin de estos tiempos, para aprender a atravesar el momento más agudo de la humanidad.
Yo agradezco en esta noche la confianza de los que creen en Mí y, sobre todo, el amor que expresan al Reino de Dios por todo lo que han recibido. Eso es inconmensurable, eso es lo que Me trae aquí en esta noche: la respuesta de los que confían y de los que aman, más allá de sus miserias o imperfecciones, porque la verdadera Iglesia de Mi Hijo está en sus corazones y no en los cimientos.
Las verdaderas bases de la espiritualidad de Mi Hijo son el testimonio verdadero de su conversión y redención, de su oración diaria y servicio por la humanidad y los Reinos de la Naturaleza. Ese es el camino hacia la nueva humanidad, no es el camino hacia la nueva era.
Nunca la mente humana podrá comprender el Misterio de Dios. ¿Hasta cuándo Mis hijos, que no entienden, lo desafiarán?
Yo vine a traer a Medjugorje y a este lugar la Gracia maternal de Mi Corazón y eso es lo que se debe perpetuar en sus corazones y almas, ese será el mayor testimonio de amor de sus vidas por Dios y por todo Su Plan de Amor en la humanidad.
Yo vengo a traer un llamado, como he traído un llamado en cada parte del mundo en la que he aparecido a lo largo de los tiempos.
Y en esta noche, Yo puedo recoger de cada lugar, en donde he aparecido y en donde he establecido un santuario de amor y de oración, el amor y la devoción de Mis hijos. Eso es lo que coloco hoy a los Pies del Creador, de los que persisten en la transformación, de los que viven en comunión con Mi Hijo, de los que practican incesantemente el verbo de la oración. Allí están las bases de su fe y de su reconciliación con el Padre Eterno.
Ahora, hijos Míos, con esta consciencia que hoy les traigo por medio de palabras tan simples pero profundas, podrán sentir y percibir cómo la Madre de Dios está aquí y en Medjugorje reuniendo a la consciencia de todos los pueblos y razas, porque Mi mensaje es para toda la humanidad y no solo para una única religión.
Yo les traigo aquí, hijos Míos, la oportunidad de amar por medio de la reverencia al Verbo de Dios que Yo les he traído a lo largo de los tiempos y, sobre todo, en estos últimos años.
Hoy Mi Corazón Inmaculado no solo recoge las súplicas de los hijos de Dios, sino también recoge el amor de los hijos de Dios. Es ese amor, que ustedes pueden tener y vivir por el Padre y por Mi amado Hijo, el que curará y regenerará la Tierra, y pondrá fin a lo que la humanidad hoy está viviendo y atravesando.
Mientras que las religiones y los pueblos no profundicen en el amor y lo vivan verdaderamente con sus semejantes, la humanidad no se renovará. Este es el importante mensaje que hoy les traigo, porque lo deberán recordar y, sobre todo, practicar en este tiempo.
Hijos, como Reina de la Paz, estoy aquí para ayudarlos, para conducirlos y para guiarlos hacia Mi Hijo. Yo les traigo el mismo mensaje y la misma revelación que Mi Hijo les entregó hace más de dos mil años. En el nombre de Mi Hijo, les vuelvo a decir: ámense los unos a los otros, así como Mi Hijo los amó y los sigue amando eternamente.
Es solo eso lo que les pido, porque lo necesitarán. Será por vuestro bien.
Y ahora dedico Mi mensaje a Mis hijos de África, a Mis queridos y pequeños hijos de la santa y humilde Casa Santa Isabel, en Angola.
Así como Yo visité a Mi prima hace más de dos mil años, aunque Yo deje de venir a este lugar desde 8 de agosto, Yo los visitaré, extraordinariamente y milagrosamente, y tendré la dicha de consagrarlos como Mis hijos definitivamente. Esa será la gran y última peregrinación extraordinaria.
Sigan rezando, amando, sirviendo y suplicando por el mundo. Dios, a pesar de lo que ve de la humanidad, está feliz por la voz de sus súplicas, porque Él, el Todopoderoso y Misericordioso, solo puede vivir y morar en los corazones simples y humildes. Dios no mora en las instituciones, Dios está presente en los más pequeños y lejos de los que se dicen poderosos.
Hoy se vuelve a cumplir, hijos Míos, uno de los pasajes de la Biblia. Dios revela Sus misterios a los humildes y pequeños, y derrota a los poderosos y soberbios.
En los más pequeños, como en Mis hijos de África, está el Amor de Dios. Un Amor que precisa ser curado, redimido y cicatrizado por la Mano bondadosa y misericordiosa del Redentor.
Iré a África, cuando el tiempo y el momento lo permitan, pero no falta mucho tiempo. Vivan en Mi tiempo y no sentirán mucho la espera, sino que el tiempo pasará rápido, y así como hoy Me encuentro aquí con Mis hijos, Me encontraré con ustedes en el Amor, en la Gracia y en la Misericordia.
Quisiera dedicar este momento a Mi amada África, que espera hace más de quinientos años por el alivio de su esclavitud y persecución.
Con toda la gloria y el poder que Me ha dado Mi Hijo, peregrinaré especialmente a Angola, para que juntos celebremos el día de la gran unión entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y África.
Mis últimas Palabras ya hacen eco en los corazones que las saben reconocer. Estas últimas Palabras que los Sagrados Corazones anuncian al mundo, son las Palabras más salvíficas y redentoras que las almas necesitan para prepararse para el momento importante del Retorno de Mi Hijo.
Beban de la fuente de las Palabras de los Sagrados Corazones. Revivan todos los días Nuestros Mensajes. Les hemos dejado todo lo que necesitan para el tiempo que llegará, el tiempo definitivo que el mundo ya está viviendo y que muchos no quieren reconocer.
Ingresen dentro de su corazón y sientan lo que les dejamos. Los Cielos están cerrando un ciclo antes de lo esperado; pero Mi Amor no los abandonará, cada vez que oren Conmigo allí estaré, Mi Gracia será su fortaleza cuando Yo ya no esté aquí.
El mes de julio y el mes de agosto son los últimos y grandes momentos para la humanidad, de intercesión de los Sagrados Corazones por todas las almas. No pierdan estos dos últimos meses porque llegó el tiempo de la síntesis en sus vidas, de una síntesis espiritual e interior.
Es necesario que vean y recuerden todo lo que ha sucedido en estos últimos doce años, para que puedan comprender lo que sucederá después, así como Dios lo necesita.
Reciban en sus manos una flor de Luz. La blanca flor de Luz es la primera señal que les dejo para que se preparen para el fin del tiempo. Lleven esa flor de Luz, que es el espejo de Mi Amor, hacia sus corazones y sean bendecidos por Mi maternidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quiero llevar en Mi Corazón, antes de retirarme, una canción importante para Mí, que es parte de esa síntesis espiritual que ustedes tienen que hacer unidos a Mi Corazón.
Esa canción revela una historia, pero también una inspiración, un testimonio verdadero, humilde y simple, que Yo les enseñé en Aurora.
Tendré la Gracia en esta noche, entre ustedes y con ustedes, de escuchar "Revelaciones de Aurora".
Les agradezco.
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Quincuagésimo poema
Reina de la Paz,
Madre Consoladora,
Guardiana de los corazones,
intercede por este planeta y por esta humanidad,
intercede por los Reinos de la Naturaleza.
Lleva a cada alma
la fortaleza y la inmensidad de Tu Amor,
para que, en este tiempo definitivo,
Tus hijos sepan qué camino recorrer
y así, encuentren el sendero
hacia el Sagrado Corazón de Tu Hijo.
Reina de la Paz,
que Tu Paz haga eco
en el universo interior de cada corazón.
Que la humanidad entera pueda sentirse en hermandad
entre los semejantes.
Que ya no exista el odio, la adversidad, la injusticia
ni el tráfico de personas.
Que los corazones despierten
y reencuentren el camino hacia Dios,
nuestro Padre Poderoso.
Que por medio de la fe, Madre de la Paz,
el mundo entero siembre esperanza y cura interior,
para que los que sufren tengan la Gracia de ser tocados
por los Rayos maternales de Tu Corazón.
Permítenos, Santísima Señora,
ser embajadores de Tu Amor y de Tu Paz.
Que, seamos merecedores de Tu Gracia suprema.
Que cada vida sea reconstruida
para que la reconciliación se establezca
y el perdón les traiga a todos
el fin de la desunión y de la indiferencia.
Que cada hijo Tuyo
recupere la fe que necesita para seguir adelante,
hasta que, como aves de luz,
sepamos regresar algún día
a las Moradas del Padre Celestial.
Reina de la Paz,
Madre de la Esperanza,
Amor inconmensurable,
prepáranos, ahora y siempre,
para el esperado Retorno de Cristo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimonoveno poema
Madre Dolorosa,
enséñanos todos los días
a perseverar en la fe y en el amor,
así como Tú perseveraste en Dios, todo el tiempo,
después de la Ascensión de Tu Hijo.
Madre Dolorosa,
revélanos el valor incalculable de la Pasión y de la Cruz;
que no le temamos al sacrificio, al dolor,
a la angustia y al fin del tiempo.
Madre Dolorosa,
sé el sostén de todos nosotros,
impúlsanos a servir y a amar
así como Tú serviste y amaste
a la ignorante e indiferente humanidad.
Que nuestro corazón se abra
para sentir y encontrar la respuesta
en cada aprendizaje de la vida.
Madre Dolorosa,
danos la paciencia que necesitamos
para poder atravesar estos momentos definitivos.
Que, por encima de todo,
vivamos la unidad de espíritu entre nosotros,
hermanos de camino,
así como Tú vives, querida Madre,
la unidad divina con Tu Hijo.
Muéstranos, en cada paso,
el significado de nuestra donación y entrega.
Que seamos amantes de la Cruz y del Corazón de Tu Hijo
para que, en el ejemplo de Cristo,
vivamos la hermandad y la fraternidad,
donándonos, sin demora, al semejante.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoctavo poema
Espejo de la Justicia de Dios,
intercede por el mundo entero,
intercede por Tus hijos de la Tierra
para que, a tiempo, las almas despierten
al verdadero estado de consciencia,
y así, las vidas del mundo hagan los cambios
tan necesarios en este tiempo.
Mediadora del Amor Divino,
coloca en el corazón de Tus hijos
los Dones y las Virtudes de Dios,
para que las almas tomen consciencia
de la importancia de volverse hacia Dios
y de reconciliar sus vidas
a través de la Misericordia Divina.
Guardiana de la Fe,
ayúdanos a proteger la pureza
que Dios deposita en nuestros corazones.
Que, a través de actos de caridad y de amor,
renovemos nuestros votos internos con el Padre Eterno.
Auxílianos, Santísima Madre,
para que desaparezca de nuestra consciencia
cualquier indicio de ilusión.
Que podamos encontrar la verdad que necesitamos
para que, en Tu Hijo, alcancemos la libertad espiritual.
Que los ángeles del Cielo
rompan con sus espadas los grilletes de la perdición,
y que las almas encuentren el sentido y la razón
de estar presentes en la Tierra.
Que la ignorancia dé espacio a la sabiduría,
y que en la sabiduría encontremos la paz y la fe
de estar viviendo el Plan Divino de Amor.
Amén
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoseptimo poema
Querida Señora de la Luz,
Virgen protectora de las vocaciones,
despierta en nosotros la alegría inmutable de servir a Dios,
despierta en nosotros la fe inquebrantable
que Tú viviste por el Plan del Creador.
Señora de la Esperanza,
despierta en nosotros la convicción permanente
de estar cumpliendo con la Voluntad de Dios,
despierta en nosotros la renovación interior
para servir incansablemente a Tu amado Hijo.
Señora de la Luz y del Amor incondicional,
despierta en nosotros actos de Amor y de Misericordia
cada vez más profundos,
para que también seamos merecedores de la Paz.
Señora de la Luz y de la Confianza,
enséñanos la misma confianza que Tú viviste con humildad
para que, podamos sentir, más allá de todo,
que Dios está en cada momento,
participando de la vida de Sus hijos.
Señora de la Luz y de la Obediencia,
ayúdanos a despojarnos y a desprendernos
de todo lo que consideramos propio.
Que, en entrega, nos abramos
para aprender a obedecer sin reclamar,
solo siguiendo amorosamente los pasos
que indique Tu Hijo.
Madre, destierra de nuestra consciencia,
la voluntad propia para que vivamos en paz.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimosexto poema
Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
ayúdanos en la hora de las grandes dificultades.
Líbranos de cualquier peligro
y envía hacia nosotros Tus ejércitos angélicos de Luz,
para que abran los caminos hacia Dios.
Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
colócanos bajo Tu Manto,
para que, ante la adversidad, nos volvamos invisibles,
y así retomemos el sendero del servicio y de la paz.
Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
Tú que sabes quiénes somos,
guía nuestras vidas para que alcancemos la Santa Voluntad,
que nos llevará a vivir por entero
las expresiones de las Virtudes de Dios,
así, podremos ser apóstoles de Tu Hijo,
ayudando a realizar el Plan de Amor del Padre Eterno.
Poderosa Señora del Perpetuo Socorro,
protégenos ante cualquier peligro,
ampáranos ante cualquier dificultad,
porque esperamos corresponder a Cristo
en todo momento.
Divina Señora, fortalece nuestra fe,
para que confiemos plenamente
en la Presencia de Dios en nuestro interior.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoquinto poema
Madre,
dame un corazón simple,
para que yo pueda reconocer
la inmensidad del Amor de Dios.
Madre,
dame un corazón manso,
para que yo aprenda a encontrar la paz.
Madre,
dame un corazón humilde,
para que yo pueda ver a Cristo
reflejado en el rostro de cada hermano.
Madre,
dame un corazón fortalecido,
para que, ante las tentaciones y las pruebas,
yo solo esté pensando en Cristo.
Madre,
dame un corazón vacío,
para que yo pueda despojarme de mí mismo,
y Cristo tenga un lugar donde habitar en mí.
Madre,
dame un corazón caritativo y servicial,
para que me pueda dar cuenta
de la necesidad en cada lugar.
Madre,
dame un corazón agradecido,
para que no caiga en la prueba de la crítica
ni del juicio de valor,
sino que yo pueda siempre vivir la gratitud
hasta en los pequeños detalles de la vida.
Madre,
dame un corazón pleno de fe,
para que yo siempre confíe en lo que es desconocido,
y me abra tranquilamente a ser redimido por Tu Hijo.
Madre,
dame un corazón fiel,
para que Tú y Cristo confíen en mi alma,
que se esforzará por cumplir su misión en la Tierra.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimocuarto poema
Madre de la Misericordia,
ayúdame a superar los miedos de mi consciencia
y que por Tu Gracia los pueda disolver
en el Amor y en la Paz.
Madre de la Misericordia,
que después de tantas pruebas y caídas,
mi alma se encuentre fortalecida para seguir adelante
pudiendo ver las Huellas de Cristo.
Madre de la Misericordia,
libérame del pecado, de las faltas constantes,
retírame las cadenas de la perdición y de la ilusión,
para que yo pueda volar libre como un ave
hasta que pueda encontrar
el camino de retorno al Corazón de Dios.
Madre de la Misericordia,
derrama sobre mi vida los méritos y las victorias
que Cristo alcanzó durante Su Pasión.
Que, por la Luz de Su precioso Cuerpo,
yo pueda elevar la consciencia
para poder estar más unido a Dios.
Que, por el Poder de Su Sangre,
mi alma reciba los impulsos que necesita
para terminar de cursar esta escuela de redención.
Madre de la Misericordia,
escucha mis plegarias todos los días.
Llega a mi vida
para que alcance la liberación de la esclavitud espiritual,
porque así podré ser un discípulo de Cristo,
dispuesto a entregar mi vida
como testimonio de Amor
y como obra de la Misericordia.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimotercer poema
Soberana Señora de la Paz,
Madre y Virgen Purísima,
ayúdanos a recuperar nuestra pureza esencial,
para que podamos volver a reflejar
la inocencia en nuestras vidas.
Libéranos de las amarras de la ilusión,
de las situaciones irreales.
Que nuestra consciencia esté disponible y entera
para poder servir a Dios.
Virgen de la Pureza,
despierta en nosotros la sagrada pureza esencial,
para que seamos merecedores
de la Gracia Divina, del Amor y de la Paz.
Haz emerger de nosotros
la Luz que Dios colocó en nuestros corazones,
para que, a través del servicio y de la oración,
seamos pequeñas estrellas
que brillen en la oscuridad de este tiempo.
Que más almas puedan despertar a la pureza esencial,
para que también puedan estar más cerca de Dios,
y así sentir el Amor de la Fuente Divina.
Virgen Purísima,
refracta en nosotros y a través de Tu Luz,
las virtudes que alcanzaste
durante Tu pasaje por la Tierra,
para que nosotros aprendamos a encontrar
la elevación de la consciencia
en el esfuerzo, en la entrega y en la oración permanente.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimosegundo poema
Señora de la Caridad,
que en cada lugar pueda encontrar
la oportunidad de servir
para que, conscientemente,
pueda aliviar el Corazón del Maestro.
Señora de la Caridad,
que tenga la Gracia de comprender,
más allá de las formas,
lo que significa para mi alma
la oportunidad de servir al planeta.
Que, en cada entrega y acto de servicio,
mi corazón sea completamente renovado,
para poder sentir la alegría de estar viviendo en Dios.
Señora de la Caridad,
concédeme la Gracia de poder sentir, al igual que Tú,
el amor inconmensurable de estar entregando mi vida
a la Voluntad Mayor.
Hazme capaz de aprender, en cada instante,
lo que el servicio me enseña y me muestra.
Que tenga la fuerza suficiente
para poder servir a Tu Hijo hasta el final.
Señora de la Caridad,
que en todos los días de mi vida
pueda reflejar la bondad, la compasión y la gratitud
de estar sirviendo en cada nueva convocatoria.
Que el servicio abnegado
me muestre la oportunidad de liberarme de mí mismo,
para poder alcanzar expresiones de amor
cada vez más profundas.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoprimer poema
Reina del Cielo y de la Tierra,
ilumina nuestros caminos con las estrellas de Tu Corona,
para que en la senda de la vida nos encontremos con Dios.
Haznos simples de corazón y ardientes en la oración,
porque esperamos estar cumpliendo
con una parte del Plan del Creador.
Reina del Cielo y de la Tierra,
concédenos la Gracia de ser liberados
de las cadenas de la opresión
y de la esclavitud que podría estar viviendo nuestra alma.
Reina del Cielo y de la Tierra,
ayúdanos a que, finalmente,
seamos discípulos y servidores de Cristo.
Que nuestra vida y nuestra existencia
estén en las Sagradas Manos de Tu Hijo,
para que Él las pueda moldear como nuevos instrumentos
a Su servicio de Amor y de Paz.
Reina del Cielo y de la Tierra,
aspiramos a no querer ya nada para nosotros,
sino que nuestras vidas sean el ejemplo
de las promesas de Cristo
para la redención de la humanidad.
Reina del Cielo y de la Tierra,
Te pedimos que nos guíes y nos acompañes
hasta que podamos caminar solos
para que, con madurez,
respondamos amorosamente a los pedidos de Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragésimo poema
Señora de las Gracias,
Expresión infinita de la Humildad
y de la Generosidad de Dios,
que hoy nazca de nosotros
un profundo y verdadero agradecimiento
por todo lo que nos has entregado
con tanto Amor, Devoción y Gracia.
Que de nuestros corazones
solo emane gratitud, reverencia y devoción,
como forma de expresar todo nuestro amor
a la Madre Celeste.
Quisiéramos que en el Cielo
resonaran nuestras voces,
para que los ángeles de la Virgen María
escuchen nuestra sincera proclamación.
Gracias al Universo de Dios
siempre hemos sido bendecidos, purificados
y colmados por la intercesión de Nuestra Señora.
Que tengamos la dicha de poder recordar
cada momento compartido
con los Sagrados Corazones.
Que, en este ciclo de definiciones,
nuestras almas estén volcadas
a la entrega, al amor y al sacrificio
por esta magnífica y humilde Obra de Amor.
Hoy nuestras almas reiteran su gratitud,
porque fuimos bañados por la Luz
del Inmaculado Corazón.
Que la Madre Divina sepa
de nuestro agradecimiento
y del amor que le tenemos de corazón.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El mundo ha juzgado el mensaje de la Madre de Dios, y aunque no hayan sido todos Mis hijos, esto ha tenido una gran repercusión en Dios.
El mundo no ha comprendido la razón de que Yo esté aquí, en la Tierra, pero aún vengo al mundo por los que Me escuchan.
Abriendo Mi Corazón y extendiendo Mis brazos hacia ustedes, hoy vengo a darles Mi mensaje y esto va más allá de toda credibilidad humana, porque Yo vengo aquí por una única razón, porque los amo y quiero el bien para sus vidas, así como Mi Hijo quiere la Misericordia para sus vidas.
El mundo no puede juzgar la Voluntad de Dios, porque no la conoce. Hoy hago silencio para que puedan reflexionar y no solo escuchar.
En este lugar, quedará la señal visible de que Nosotros hemos estado aquí, de que Nuestros Sagrados Corazones han estado aquí durante mucho tiempo.
Hoy no puedo decirles mucho. Tienen que comprender, hijos Míos, lo que les quiero decir a través de Mi silencio, porque es Dios quien habla a través del Corazón de Su Sierva.
Gran parte del mundo no acepta el Amor de Dios. Muy pocos hijos Míos se animan a sumergirse en el Amor de Dios para ser redimidos y transformados.
Hoy vengo como la Señora de la Paz, porque Mi Paz estará en aquellos que la busquen verdaderamente.
Dios Me ha pedido comunicarles algo importante, algo imprevisto y extraordinario. Primero lo deben saber sus almas, para que después lo puedan comprender sus corazones.
Le he dado al mundo mucho más de lo que necesitaba, para que la mayoría de Mis hijos pudieran sentir y reconocer este momento que viven Conmigo.
El Cáliz del sacrificio que hoy está ante ustedes, en las manos de la Señora de la Paz, fue bebido por muy pocos. Es la Sangre de Mi Hijo que quiere ser Sangre en ustedes para que, a través del sacrificio, Él pueda seguir salvando al mundo.
Estamos a las puertas de la Iglesia Celestial, en la que Dios escucha atentamente este mensaje. Su Consciencia Divina los está observando y contemplando, así como todas Sus huestes de Luz, arcángeles y ángeles, todos están siendo testigos de este momento.
El mensaje extraordinario que vengo a traerles en esta noche, con pesar en Mi Corazón, es que llegaré por última vez al mundo y al encuentro con Mis hijos, el día 8 de agosto, en el que la tarea de los Sagrados Corazones finalizará.
Si el mundo, hasta 8 de agosto, no se arrepintiera y no dejara de perseguir, la humanidad sentirá el movimiento de la Tierra, porque somos Nosotros, los Mensajeros de Dios, que a través de estos encuentros sostenemos al mundo y a la humanidad, para que pueda continuar adelante.
Hoy la dolorosa Madre clama por penitencia al mundo.
Hoy les digo lo mismo que dije en el tercer secreto de Fátima, que aún no se cumplió, porque una parte de ese secreto no ha sido conocido.
El Ángel de la Justicia de Dios dirige Su espada de fuego hacia la Tierra. Pero la Señora de la Paz, la dolorosa Madre, se coloca ante el Ángel para emanarle la Luz de Dios y soportar el castigo que le corresponde a la Tierra.
Mi deseo ardiente, hijos Míos, no es abandonarlos ni tampoco dejarlos, pero algunos no fueron justos Conmigo y así no fueron justos con Dios. Ni la Iglesia ni la humanidad conoce la Voluntad de Dios.
Reordenaré el universo y todas las potencias celestiales para que, en el tiempo que Me queda entre ustedes, Yo pueda atraer hacia Dios a las almas que aún no se arrepintieron ni tampoco se reconciliaron con lo Alto.
Desde ahora hasta el 8 de agosto, aspiro y oro incesantemente para que la humanidad mejore y, así como fue muchas veces, que las puertas de este Centro Mariano puedan volver a estar abiertas para despedir a la Mensajera de Dios, después de estos doce años.
La verdad emergerá y los corazones ya no se confundirán, porque sabrán que la Madre del Cielo siempre estuvo aquí, reuniendo a Sus hijos en Amor y en Misericordia.
Deberán seguir rezando para que, desde el Cielo, su Reina y Madre pueda seguir intercediendo por ustedes, aunque ya no pueda venir aquí.
Mientras estoy aquí con ustedes estoy rezando, porque los quiero y los amo. Quiero la verdad para sus vidas y el fin de la ignorancia en la superficie de la Tierra.
Después del 8 de agosto, será el gran momento para que todos coloquen en práctica todo lo que les he dictado, de ejercer el amor por encima de toda condición para que el Amor de Dios siga triunfando hasta que retorne Mi Hijo y cumpla Su gran promesa.
Recemos de corazón, de alma y de espíritu, para que siempre se cumpla la Suprema Voluntad.
Padre Nuestro (se repite tres veces).
Hoy llevaré esta oración al Padre, como un eterno agradecimiento de los corazones que se unieron, en estos doce años, a la Madre de Dios, y que más allá de las dificultades y de las pruebas, llevaron adelante con valentía y coraje los pedidos de la Virgen Santísima.
La Señora de la Paz, la dolorosa Madre, les agradece por haber respondido a Mi llamado.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cerramos esta transmisión agradeciendo y reverenciando en este momento.
Nos despedimos escuchando este instrumental.
Gracias a todos.
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimonoveno poema
Madre,
quisiéramos, en este día,
poder permanecer en Tus brazos,
para que seamos colmados
de Tu Amor y de Tu Misericordia.
Quisiéramos que los niños más inocentes
que están en peligro,
hoy estuvieran en Tus brazos
para que estén amparados por Tu Divina Piedad.
Madre,
quisiéramos que los no nacidos
estuvieran en un lugar seguro, bajo Tu protección,
para que tengan la Gracia
de reencontrar el camino de Luz
que los llevará al Padre Eterno.
Madre,
quisiéramos que las mujeres y los hombres del mundo,
que venden sus cuerpos para provecho de los demás,
pudieran estar en Tus brazos,
para que estén a salvo y vean,
en algún momento, la puerta de salida
para abandonar la oscuridad.
Madre,
quisiéramos que hoy los más pobres entre los pobres
y los ancianos abandonados por sus familias
estuvieran en Tus brazos,
para que se sientan merecedores de recibir
Tu cálido y afectuoso Amor
que los curará interiormente.
Madre,
quisiéramos que todos los refugiados
y exiliados de sus países
pudieran estar en Tus brazos,
para que puedan sentir la alegría de rehacer sus vidas
y encontrar la esperanza
en este tiempo de definición.
Madre,
quisiéramos que el planeta
estuviera hoy en Tus brazos,
para que la consciencia de la Tierra sea aliviada
y ya no sienta que está sola.
Madre,
hoy más que nunca,
quisiéramos aprender a amar de verdad
como Tú nos amas, incondicionalmente.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimoctavo poema
Santísima Madre de la Contemplación,
Guardiana Sagrada de las Reliquias de Cristo,
Mensajera de la Palabra de Amor de Tu Hijo,
en este día, Te pedimos
que nos ayudes a vivir integralmente
todas las enseñanzas de Cristo,
para que, en este tiempo definitivo,
podamos ser un ejemplo de Redención y de Gracia.
Santísima Madre de la Contemplación,
ayúdanos a que cada Palabra de Cristo
resuene como un impulso de Luz dentro de nosotros.
Que, a través del Evangelio, nos autoconvoquemos
para servir a Dios sin condiciones,
teniendo como meta
aliviar el Corazón herido de Cristo
por todo lo que Él observa en el mundo.
Santísima Señora de la Contemplación,
enséñanos a comprometernos con el Camino de Cristo,
porque en adhesión, ayudaremos a preparar Su Retorno
a través de las obras de amor.
Que nunca perdamos la alegría de servir
y de reconocer que somos hijos de Dios.
Cuando consigamos despojarnos de nosotros mismos,
Te pedimos, Madre, que nos lleves de la mano
hacia el camino de la verdad,
en el que seguiremos redimiendo nuestras vidas,
que estarán al servicio del Plan de Amor
de Nuestro Señor.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimoseptimo poema
Santísima Señora del Rosario,
Sostén incondicional de la humanidad,
Amor celestial y profundo,
haznos comprender el misterio de Tu servicio y entrega.
Impúlsanos a servir y a entregarnos,
para que seamos merecedores de las Gracias del Cielo.
Que, en el camino de la entrega incondicional,
podamos reconocer, en nuestros hermanos,
el Rostro vivo de Cristo,
porque necesitamos crecer en el amor
y en la transparencia de nuestras vidas.
Danos a conocer, Señora de la oración eterna,
el valor incalculable de la oración interior.
Que nuestra llama de la fe se encienda,
y se eleven nuestras súplicas
hacia el Corazón del Padre.
No nos dejes caer en la ilusión ni en la indiferencia.
Que tengamos nuestros corazones abiertos,
para reconocer la urgente necesidad
de servicio y de oración en este tiempo.
Señora del Santísimo Rosario,
que podamos ver y sentir,
así como Tú sientes y ves a Tus hijos del mundo.
Tráenos la consciencia
de lo que significa cumplir la Voluntad de Dios.
Que nuestra percepción de la realidad se amplíe,
para que no nos quedemos en lo pequeño,
sino en lo grande,
en lo maravilloso de responder a Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimosexto poema
Señora de la Adoración,
que podamos ingresar en oración y en consciencia
al Divino Templo del Señor,
para que seamos purificados de todo
y liberados de cualquier opresión en nuestra consciencia.
Señora de la Adoración,
ayúdanos a que nuestros pecados sean disueltos
por el poder de Tu Amor maternal.
Que seamos lavados y purificados en el Templo,
para que nuestra alma renazca
libre de las prisiones de la vida
y entregada en confianza a la Voluntad de Dios.
Señora de la Adoración,
que nuestra purificación nos enseñe
sobre la redención de nuestras formas y modos de vida.
Que en esta oferta de purificación
que vivimos en este tiempo,
alcancemos el primer sendero de la santidad.
Madre y Señora de la Adoración,
ilumina con Tu Gracia nuestros caminos.
Que después de nuestra purificación,
encontremos la Luz del Rostro de Cristo Glorificado.
Que nuestra alma se exalte
al poder sentir y participar de la Comunión Espiritual
y de la consagración que Jesús nos ofrece.
Que, en esta purificación,
veamos el lado bueno de toda esta experiencia
porque, por medio de este aprendizaje,
esperamos poder crecer en Amor y en Verdad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimoquinto poema
María Santísima,
Poder amoroso de Dios,
Reflejo perfecto de la Humildad Divina,
Sierva fiel del Creador,
ayúdanos a reflejar todo lo bello que tenemos.
Que sean realidad, en nosotros,
los talentos que Tu Hijo nos enseñó,
para que podamos representar a Su Obra en la Tierra.
Haznos simples y verdaderos.
Que podamos aprender a amar y a servir
como Tú, Nuestra Señora,
sirves y amas a cada uno de Tus hijos.
Haznos descubrir el poder del Amor de Dios.
Que comprendamos, más allá de las apariencias,
todo lo que significa y representa
el Amor Divino en nuestras vidas.
Que no le temamos a ese Amor Mayor,
porque más allá de todo,
aspiramos a estar unidos
al Propósito del Amor de Tu Hijo,
Amor que nos renovará y nos hará merecedores
de la Gracia y de la Misericordia del Padre.
Que seamos consecuentes
con el Amor Divino que recibimos.
Que Tú, Virgen Santísima,
siempre nos demuestres cómo amar más y más,
hasta que nos entreguemos completamente a Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más