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Mis queridos hijos:
Hoy, vengo al mundo como el Gran Espejo Mayor de Dios.
Vengo como Instrumento simple del Padre Eterno para que en Brasil y en el mundo, a través del Espejo Interior de Mi Corazón, se reflejen y se depositen, una vez más, los méritos victoriosos alcanzados por Mi Hijo Jesús, méritos guardados preciosamente en el Arca de la Santa Alianza.
Será de esta forma, hijos Míos, que Brasil y el mundo serán aliviados de las invasivas informaciones y estímulos que el ser humano recibe en estos tiempos, volviendo su vida insensible, autónoma de Dios e indiferente ante las graves situaciones dolorosas que atraviesa la actual humanidad.
Como ese Gran Espejo Mayor de Dios, hoy, llega su Madre Celeste para que el mayor número de almas tome contacto, en los planos internos, con los Atributos de la Fuente Suprema. Esto es urgente, porque a medida que el tiempo corre, en esta caótica superficie, muchas almas son desconectadas de lo que es verdadero y de lo que es esencial.
Por ese motivo, una vez más, el Padre Celestial Me envía al mundo, al mundo sufrido; para recordarles, a los creyentes y a los no creyentes, que muchos se están dejando arrastrar hacia el abismo de la bestia; y ella, por medio de su astucia, de su soberbia y de su arrogancia, engaña y retiene con sus garras a muchos sacerdotes de la Iglesia, a muchos pueblos y naciones que ya se están convirtiendo en el territorio de la extensa oscuridad espiritual.
Con ruegos y más consciencia, vengo una vez más para pedirles que sigan orando por Brasil y por Sudamérica, porque está en sus manos el destino del Brasil y del mundo entero.
Mientras tanto, la Madre de los Espejos de Dios reúne, en este tiempo, a todo Su ejército sobre la superficie de la Tierra, para despertarlos y para llamarlos a la realidad, de la cual muchos se quieren esconder, por temer enfrentar esa realidad.
Pero Mi Hijo les dio Su Palabra, les entregó Su Mensaje a través de los últimos años y les otorgó el camino de su conversión y de su perdón a través de la ciencia espiritual de los Sacramentos.
Recuerden, entonces, todas las Gracias recibidas y actúen conforme a la Voluntad de Dios, porque llegarán momentos de mayor vigilancia y de discernimiento.
Confíen en el Espíritu Santo y no dejen de dar los pasos hacia el Corazón de Dios.
No se olviden de los actos de Misericordia. No se cristalicen en el camino espiritual y orante.
Sean guerreros disponibles en el amor, en la tolerancia y en la paz.
Cultiven el diálogo, manifiesten coherencia en sus elecciones, pero sigan fielmente los Atributos de Dios. Así, harán un planeta más libre de la oscuridad, de la violencia y de la impunidad.
Amen la vida y respétenla. No permitan que la Creación siga siendo ultrajada.
Rezo por Brasil, por su destino, por todo su querido pueblo de Dios.
Sean pacificadores de Mi Hijo. Les pedimos, una vez más, que no se involucren con las mentiras y con los comentarios, que amen el Silencio de Dios.
Les agradezco por responder, en consciencia, a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Nunca cierres tu corazón a Dios, porque Él, que es sabio y poderoso, misericordioso y justo, comprende las limitaciones de tu alma y de tu consciencia.
Cada vez que te sientas al borde del abismo, entrégale todo lo que eres y todo lo que has vivido, sabiendo que Su Poder Creador todo lo transformará. No existe miedo que no se pueda disolver o incomprensión que quede sin aclarar.
Cada etapa y momento de la vida es único e irrepetible. Cada hora que pasa se renueva y lo que sucedió hasta hace poco tiempo queda en el pasado.
Por eso, vive en el presente y la culpa interior desaparecerá. Dios te ama por encima de todo y Su Amor es intransferible.
Da paso a la nueva vida, a la vida renovada en Cristo, así conseguirás ver cada prueba en otro grado de comprensión y de sabiduría.
Nunca pierdas la paz, la paz que te llevará al Todo.
Confía que todo se transformará. Estoy aquí para eso. Soy tu Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con Mis manos desato los nudos y rompo las cadenas que aprisionan las consciencias de Mis hijos.
Como Madre, paso Mi Espada de Luz entre los grilletes para que se rompan y las almas se sientan liberadas del cautiverio.
Vengo como Corredentora para ayudar a Mi Hijo en la redención y en la salvación de las almas.
Por eso, le ofrezco a Dios los Dones que Él mismo Me entregó para poder rescatar a Sus criaturas de los diferentes abismos de la Tierra; así, renuevo el Proyecto Divino en la humanidad.
Como Madre, retiro los velos de la ceguera humana para que Mis hijos, por un momento, vean su realidad espiritual y, a través de Mí, se animen a vencer y a trascender los diferentes aspectos de la vida, por más que la purificación de alguno de ellos sea dolorosa.
Pero, a pesar de los embates, Yo hago triunfar a Mis Hijos mediante la fuerza luminosa de la oración y el servicio incondicional por las almas. Así, genero un estado de cura y de reparación espiritual cuando diariamente Me aproximo a Mis hijos para que ellos se sientan apoyados y animados en su fe para seguir con su transformación en Cristo.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras con amor, porque el amor es lo que les ofrezco!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cómo recibir Misericordia
Hijos Míos:
Vengo al mundo, en este tiempo, no solo para enseñarles a clamar por Misericordia, sino también a generar méritos para que sean merecedores de la expiación celestial que la Divina Misericordia trae para sus vidas y para el mundo.
Vengo para advertirlos sobre la realidad del planeta, el que agoniza delante de los ojos indiferentes de la mayor parte de los seres humanos de la Tierra.
Vengo para retirarlos de la ignorancia, porque la ignorancia y la indiferencia humana no tienen nación, no tienen religión y no tienen cultura.
La ignorancia y la indiferencia están en la consciencia humana, como raíces profundas que fueron creciendo y ganando espacio a lo largo de todo su desarrollo como humanidad.
Y hoy estas raíces son alimentadas por las modernidades, por las comodidades y por las facilidades que este mundo les ofrece, a través de cosas que son creadas a costa del sacrificio de los hombres y de los Reinos, y por el ultraje de la Tierra.
Por eso, hijos Míos, llego en este tiempo para cortar esas raíces, para conducirlos hacia una nueva vida, para mostrarles una opción que el mundo no les muestra, porque la oscuridad se apoderó del día a día de muchos seres humanos.
Es con la finalidad de despertar en sus corazones el amor que los conduce a la Verdad que los llamo al servicio y a la caridad, los llamo a la oración.
Solo el corazón que comienza a servir puede comprender lo que les digo y, si no experimentan por sí mismos, jamás beberán de la Fuente de la Sabiduría, la que nace de la experiencia y no tanto de las palabras.
Mis Palabras son impulsos divinos, son como la Luz que se enciende en un cuarto oscuro para que encuentren la puerta para salir de la prisión de estos tiempos. Por eso, hijos Míos, escuchen hoy Mi llamado, Mi Voz que se pronuncia por una Voluntad Divina, superior a todas las cosas y que trasciende el entendimiento humano.
Escuchen Mi Voz y síganla.
Este mundo está ciego y su Madre Celeste viene, a pedido de Dios, para traerles la Luz para que puedan volver a ver, para traerles la vida a los que murieron y no lo percibieron, porque día a día se caen en los abismos de la ignorancia y de la indiferencia.
Vengo a una nación que está llena de conocimientos, colmada de ciencias y de filosofías, con la aspiración de transformarse; pero hoy Yo les digo, hijos Míos, que no solo deben cuidar de sus propias vidas. Este mundo, como un todo, es su casa y todos los seres que en él habitan, en todos los Reinos de la Naturaleza, son sus hermanos y son criaturas sagradas de su Padre Celestial.
Hoy vengo a llamarlos para dejar de lado las ciencias y las filosofías, y todo el conocimiento que colma sus mentes en estos tiempos, para que reciban de Dios el Conocimiento, el Entendimiento y la Sabiduría Divina.
Y les digo que no hay otra forma de recibir lo que el Padre les ofrece que no sea cruzando la puerta de la humildad y, de rodillas y en oración, clamar por Misericordia.
No son las riquezas del mundo las que colmarán sus almas, sino la plenitud de saber que todo lo hicieron para que todos sus hermanos tuvieran una oportunidad de sentir y de vivir el amor y la verdadera alegría; la plenitud de saber que cumplieron con su parte y de poder llegar al Padre, delante de Su Altar Celestial, con el corazón limpio y en paz.
Escuchen, hijos Míos, las advertencias de su Madre Celestial. Sirvan, oren y clamen por Misericordia.
Vayan al encuentro de los que más necesitan, y que la caridad actúe en sus corazones transformando su condición humana, cortando las raíces más profundas de la ignorancia y de la indiferencia. Así sabrán y comprenderán lo que Yo les digo.
¡Les agradezco por escuchar Mis Palabras y por abrirse de corazón a los impulsos divinos que hoy les traigo!
Yo los bendigo y los amo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Schoenstatt
Hijos Míos:
Del Corazón de Dios emanan Dones y Gracias en este día para la liberación del planeta, y su Madre Celeste viene a decretar Su triunfo en este lugar, a través de la liberación y de la Paz que emanan de Mi Inmaculado Corazón.
Los Sagrados Rayos Inmateriales que provienen del Corazón del Creador hoy tocan la Tierra y sus señales se hacen visibles a través de la Naturaleza. Nada quedará como está, dentro y fuera de los hombres, y su lodo será extirpado y purificado.
Vengo como su Madre Celeste, como su Madre Universal, a preparar el camino para el nuevo despuntar de la Aurora, que en agosto próximo volverá a brillar en los corazones de los hombres y en el horizonte de la Tierra.
Vengo a unir Mi Corazón al corazón de Aurora para darle una señal al mundo, que su liberación no solo está próxima, sino que ya se inicia con Mi Presencia.
El corazón de Aurora vuelve a dar señales para que el pulsar de su vida ilumine nuevamente los abismos de este mundo. Pero para que Aurora retome su lugar, hijos Míos, es necesario que la humanidad sepa conducir los acontecimientos en unión al Corazón de la Jerarquía y que siga, paso a paso, la Voluntad que Dios emana hacia la Tierra.
El silencio de Aurora, poco a poco, le dará lugar a su verbo curador y la expansión de su luz será visible. Pero, mientras ese momento se prepara, acompañen a su Madre Celeste paso a paso, porque todo tiene su hora y su lugar.
La expansión del corazón de Aurora se dará poco a poco, para que su luz cruce los horizontes y llegue a los corazones de los hombres, a los Reinos de la Naturaleza y a lo profundo de la consciencia del planeta, liberando todo tipo de vida de la oscuridad que aún habita en este mundo.
Pero eso debe darse sin herir; su fuego debe arder, pero no herir. Su corazón se expande y toma vida, respetando las Leyes que rigen este mundo, porque así la humanidad eligió aprender.
A los que no comprenden Mis Palabras, porque no conocen la Aurora de la cual Yo les hablo, les digo que solo sientan en sus corazones su Gracia y dejen que ella se expanda, tomando el lugar que le corresponde, porque esta es la Voluntad de Dios.
Hijos Míos, su Madre Celeste, en este día viene para preparar un momento muy importante: la expansión y el retorno de la Aurora del amanecer para iluminar los corazones del mundo.
Oren Conmigo, oren para que las naciones se abran a la Voluntad de Dios; oren para que los Planes del Creador se cumplan en la Tierra; oren para que, en lo profundo de una oración verdadera, su Padre que está en los Cielos encuentre el permiso necesario para auxiliar a este mundo.
Aún hay mucho que debe suceder para que los Planes de Dios se concreten y, con Poder y Paz, su Madre Celeste viene a unir el Cetro de Dios al Cetro que rige la Aurora de Mi Corazón, para así decretar, poco a poco, su retorno y su triunfo.
Hijos amados, hoy también les vengo a entregar una Gracia especial, a través del alma amada que se ofrece todos los días para que Mi Plan se siga cumpliendo. Alma que, como Yo, unió su corazón al corazón de Aurora, para que este mundo siempre tuviera una oportunidad de ser curado.
Sepan, hijos Míos, que con la simple entrega de unos pocos Mi Corazón operará milagros en la Tierra.
Con eso les digo que no desistan de entregar sus vidas a Dios; no desistan de dar los pasos en dirección a la unión con el Corazón del Padre y, a pesar de todo lo que acontezca en el planeta, jamás pierdan la esperanza de que la cura, que proviene del corazón de Aurora, se extienda al mundo y toque toda la vida, trayendo de vuelta a lo sagrado lo que se perdió y se distorsionó por la incomprensión y por la ignorancia humana.
Yo Soy su Madre Celeste, Aquella que les muestra el camino para llegar a Cristo y, en la Tierra, les dejé una madre espiritual terrena, para que señalara al Padre junto con Mi Corazón y que, unida a Mí, obrara incansablemente por el rescate de las almas.
Únanse a esta alma madre que Yo les entregué, porque hoy les digo que, sobre ella, su Padre, que está en los Cielos, colocó Su confianza.
Por eso hoy, no solo oren para que la Aurora vuelva a amanecer; oren también por el despertar de la Unidad en toda esta obra de Amor y que los corazones sepan reconocer los instrumentos que el Padre colocó en sus caminos para que jamás se perdieran.
Todo es parte de una construcción única; escuchen Mi Voz y únanse a Mí, y así, hijos Míos, no se confundirán y podrán hacer triunfar el Corazón de Dios a través de sus vidas.
Yo los bendigo y les pido que Me acompañen, preparando con el corazón el despertar final de la Aurora del amanecer.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre Universal
He aquí, hijos Míos, que la noche oscura de este mundo comenzará en el interior de los hombres que, separados de Dios, se ofrecen para ser instrumentos del enemigo del Creador.
He aquí, que esa noche será larga y parecerá eterna para los que no tengan su fortaleza afirmada en la fe del corazón.
He aquí, que el mundo temblará y vivirá las consecuencias de una vida vacía de espíritu y de sentido espiritual.
La Madre Celestial observará desde el Cielo a Sus hijos, que como puedan, intentarán difundir Sus palabras que, en ese momento, tendrán como eco el verbo de Sus pequeños.
He aquí, que este tiempo ya se inicia porque las almas, cada vez más, se distancian de Dios y caen en los abismos de este mundo.
La fortaleza de los hijos de María radicará en la obediencia a todo lo que Dios les pida a través de Sus Mensajeros; y aprendiendo hoy a obedecer a Dios, es que sabrán cómo obedecerlo mañana, cuando Su Voz sea como un susurro dentro de sus corazones.
Dios siempre le hablará a los hombres, aunque sea por medio de un sentimiento o de una intuición; pero para eso, deben construir hoy el camino de la unidad con el Padre; para que ni el caos ni el mal, en batalla en los tiempos venideros, puedan perturbar y destruir esa unión que les permitirá escuchar a Dios.
He aquí, hijos Míos, que el mundo enfrentará su purificación, muchos no querrán ver que lo que viven son las consecuencias de sus propias acciones y desvíos, y atribuirán a Dios la culpa de sus sufrimientos.
Hoy les digo, afirmen sus espíritus en la fe y únanse al Corazón del Padre. Construyan en la consciencia un espacio seguro, en el cual podrán oír la Voz de Dios, que los inspirará.
La paz deberá ser un estado de consciencia, fruto del espíritu de la neutralidad que nace en los corazones maduros por la oración y por el conocimiento divino. Y es allí, en ese estado de paz, donde podrán comprender los hechos venideros de una forma diferente y verdadera, sabiendo cómo superar los obstáculos sin perderse y, lo más importante, siendo capaces de guiar a otros para que no se pierdan.
He aquí, que en la noche oscura del mundo los llamaré para que sean las antorchas que guiarán a la humanidad. Y no les hablo solo de un símbolo, hijos Míos, les hablo de una realidad espiritual; pues si hoy la humanidad ya se encuentra tan fría y perdida, ¿qué será de todos, en los momentos más agudos de la purificación planetaria?
La fe que construyo en ustedes guiará al mundo y será el verdadero testimonio de la veracidad de Mi presencia entre los hombres. Yo estaré viva en los corazones de Mis hijos, y Mis palabras, que son eternas, encontrarán la forma de perpetuarse, haciendo eco en el verbo que saldrá de sus bocas cuando las almas necesiten aliento y amparo.
Mi Hijo los llamó para ser la Luz del mundo y para que estén sobre la mesa, visibles para iluminar este hogar que es la Tierra. Hagan viva esta profecía y esta intención divina, y hoy, déjense moldear en lo que Dios espera de ustedes, para que mañana vean Mis palabras manifestadas en sus vidas.
Comprendan, hijos amados, que todo lo que construyo hoy en ustedes, es en pro de la salvación de todos Mis hijos que, el día de mañana, necesitarán encontrar aliento a través de cada uno de ustedes. Porque Dios estará en silencio y Sus Mensajeros se silenciarán con Él, emitiendo solo la eterna esperanza y el infinito Amor de Sus Corazones, para sustentar los corazones de aquellos que estén unidos a Ellos desde el principio.
Todo lo que les digo y todo lo que los llamo a vivir, es para que construyan el nuevo tiempo y la nueva vida. Déjense moldear y si hoy no comprenden Mis palabras, mañana las comprenderán.
Aquella que los ama, los bendice y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Traigo la Luz de Mi Corazón para que las almas iluminen sus caminos.
Traigo la Luz de Mi Corazón para que Mis hijos encuentren el sendero hacia el amor.
Traigo la Luz de Mi Corazón para derramarla sobre el planeta y toda su consciencia.
Traigo la Luz de Mi Corazón para que las almas abandonen sus abismos.
Traigo la Luz de Mi Corazón para que la humanidad reciba la Gracia de redimirse.
Traigo la Luz de Mi Corazón para hacer de este planeta un lugar sagrado, como lo fue en el principio.
Con esa Luz que Yo traigo, Mi Corazón puede disipar el mal.
Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, puedo tocar a cada alma que lo necesite y liberarla de sus errores.
Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, concedo la libertad interior y la oportunidad de unirse cada día más al Padre Creador.
Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, elevo a las consciencias hacia nuevas esferas.
Que esta Luz que emana como un manantial de Mi Corazón, realice la Obra de Dios en las almas y en todas las criaturas que deben despertar a su redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo a esta inmaculada casa a dar alivio al sufrimiento interno que el mundo y las voces de algunos de Mis hijos han generado.
Vengo a renovar la esperanza y, sobre todo, a fortalecer la filiación con Dios, para que Mis apóstoles en redención sientan que el Amor de Dios está en todos los servidores.
Vengo a enseñarles a vivir lo que es ser negado, así como Mi amado Hijo lo vivió después de haber entregado tantas Gracias.
Vengo a remediar y a curar, en lo profundo de sus espíritus, lo que ya pasó y que ha generado malestar.
Como Madre del alivio y del consuelo, vengo a testimoniar el Amor de Cristo en sus corazones y a realizar en ustedes la parte del Propósito que aún deberá cumplirse.
Vengo a enseñarles a amar el error ajeno y a no juzgarlo, como lo hace la mayoría de la humanidad religiosa y no religiosa, lo que ofende el Corazón del Padre.
Vengo, queridos hijos, a ayudarlos a atravesar el calvario del fin de los tiempos y para que aprendan de cosas desconocidas que aún no han vivido.
Vengo a entregarles la fuerza de Mi Corazón y el Amor de Mi Divino Espíritu, porque unidos a Mi Consciencia trascenderemos los abismos de la Tierra y el Plan Mayor se cumplirá.
Vengo, en este sagrado día, a darles Mi Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los colma del Espíritu de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La bestia de los últimos tiempos y la Mujer de todos los tiempos
Una señal inminente se precipitará sobre el mundo y revelará claramente a todos que los últimos tiempos han llegado.
Esa señal, que llegará al mundo, abrirá el último y gran abismo; y la bestia furiosa, que estaba presa en sus infiernos, saldrá a la superficie. El mundo no verá una bestia material, pues ella con su astucia ya está conquistando a muchos e inocentes corazones.
Esa señal, que llegará al mundo desde el universo, le revelará a los orantes cuánto la bestia ha reinado en las consciencias principales de este planeta. Su gran ostentación es llevar a los corazones al constante pecado; por eso, la bestia, que está aún en su abismo, se fortalece con los deseos que viven todos los hombres en esta vida material.
A la bestia no le apetecen las almas que son más conscientes, sino que ella siembra con su astucia la indiferencia y la omisión.
Ella no desiste de buscar a los más valientes; sus garras están sobre los grandes gobiernos del mundo, los que en consecuencia someten la dignidad de las almas y su evolución.
Cuando la bestia salga de su abismo, todos los pecados capitales estarán en una gran y decadente exacerbación; como muchos están pensando, todo estará permitido, aun el libertinaje y la superstición.
La bestia se alimenta del fracaso de sus semejantes; pero no sabe que la oración vuelve invisible a las almas y las aparta de sus garras. La bestia desenvuelve su furia a través de los conflictos y todos los que viven en conflicto atraen hacia sí la furia de la propia bestia.
En cambio, el alma que ora construye y se eleva, sabe sustentarse a sí misma y al planeta, y está más libre de la decadencia. Pero la bestia ya sabe que deberá ir en búsqueda de los hijos del Sol.
Por eso en esta hora, la Mujer Vestida de Sol está corriendo al desierto y les está señalando a Sus amados hijos que es hora de trabajar inteligentemente.
La bestia no solo intentará que no nazca ningún Cristo, sino que con su falso poder intentará destruir todo lo que una consciencia de la Luz haya construido internamente. Para estar protegidos de esos embates de la bestia, deberán estar atentos y vigilantes a todos los estímulos externos que les harán perder los verdaderos códigos crísticos.
La bestia, desde su reinado, manipula a las naciones y al mismo tiempo a sus gobernantes. Quien en verdad no está en Dios, no conseguirá escapar de esas filosas garras, porque la bestia se crea y se recrea en los pecados capitales que, en verdad, son las raíces de la maldad y de la perdición de millones de almas en el mundo.
Cada vez que una consciencia abre la puerta de su ser a esas tentaciones, aunque sea esporádicamente, la bestia se satisface con esas energías y dicha consciencia ingresa conscientemente en el reino de la bestia.
La bestia que somete al mundo es generada, de tiempo en tiempo, por los hombres; y los propios hombres reciben de la bestia todo el castigo. Pero una Luz esperanzadora desciende del universo y la Madre de Dios, la Mujer de todos los tiempos, batalla con la bestia de otra forma, para poder disiparla cada vez más de la consciencia del planeta.
La bestia sabe que le queda poco tiempo; pero en ese tiempo que le resta, querrá llevarse a su abismo a la mayor cantidad de estrellas caídas y no caídas. Por eso, los hijos de la bendita Mujer no podrán dormirse, porque ante cualquier movimiento astuto de la bestia, la batalla podría perderse.
Que la inteligencia de los soldados esté en la vigilancia de sus deseos y expectativas, la bestia se revuelca como un cerdo en las cosas superficiales y mediocres.
Para debilitar a la bestia, que la propia humanidad ha creado y que ahora es incontrolable, será necesario amar el Plan de Dios y vivirlo como si fuera lo primero en sus vidas, porque la bestia no conoce el amor interior de las criaturas, no conoce el amor que enseña Cristo; ese amor que la hace débil y la enferma al punto de dejarla inmóvil muchas veces.
Si ese amor siempre fuera lo suficientemente grande y verdadero, la bestia ya no tendría su reinado en Medio Oriente.
Que la escuela del Amor de Cristo motive a las consciencias para que abandonen la ilusión; porque mientras sus consciencias estén en dos caminos, estarán abriendo la puerta para que la bestia entre. Sean inteligentes y que, por su oración, la bestia sea desactivada.
La Mujer de todos los tiempos les vuelve a indicar y a marcar el camino, para que la mayoría de las almas no se desvíe del camino de la Luz.
Pero para vencer a la bestia, la Mujer deberá contar con soldados consagrados física y espiritualmente para que, a nivel universal, ese acto de consagración testimonie y confirme que la bestia será expulsada del planeta.
La propia humanidad deberá generar las condiciones para que todo pueda revertirse. Mientras el deseo desenfrenado y los pecados capitales sigan alimentando a la bestia, el planeta no tendrá paz.
Por eso, con más consciencia e inteligencia que la propia bestia, ayúdenme a vencerla a través del amor y de la unidad que aún no vive la humanidad.
Todos los días, refúgiense en el desierto de la Santa Mujer para estar protegidos, porque la bestia no conoce el vacío de sí, no sabe de qué se trata.
Por eso, sin motivaciones externas, que son las cosas que atraen a la bestia hacia la superficie de este planeta, trabajen en este tiempo para crear condiciones evolutivas opuestas a las condiciones que desde siempre han vivido en esta humanidad.
Que en esta hora, Mis hijos perciban que ya estamos en otro tiempo y que es urgente cambiar de actitud verdaderamente, porque así la máscara de la ilusión y de la ceguera caerá de muchos rostros que aún están dormidos y no consiguen ver la Luz de la Divina Misericordia.
Quisiera ver a Mis soldados bien despiertos y no inertes, porque la bestia se alimenta y se estaciona también en la comodidad y en el mínimo esfuerzo; ella es repelida por el sacrificio.
La bestia le teme a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por acompañar en consciencia los últimos y esperados tiempos!
Los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Al contemplar al mundo, veo el adormecimiento de las naciones y de los corazones ante todo el sufrimiento y el dolor que muchos están viviendo en estos tiempos.
La consciencia humana aún no aprendió a dejar de lado las propias necesidades y comodidades en pro de la evolución de todo el planeta y, más que eso, hijos, en pro de la salvación y del rescate de toda la humanidad, la cual está trazando su camino hacia el abismo.
Incluso aquellos que Me escuchan y buscan responder a Mi llamado, para no vivir en su día a día las situaciones de extremo caos que viven otros, no consiguen despertar definitivamente y ofrecer sus vidas al Universo, para ser verdaderos instrumentos de Dios.
Hijos, a pesar de lo que les digo hace más de ocho años, pocos son los que comprenden verdaderamente Mi llamado. Los estoy preparando para que sostengan al planeta. Los estoy formando para dejar en sus manos la evolución de la Tierra. Ya llegará el tiempo en que no podré interceder por ustedes, solo acompañarlos y, en silencio, clamar a Dios para que se mantengan firmes y no se olviden del tiempo en el que Yo estuve a su lado.
En la actualidad, estoy intentando unir los corazones de una misma nación, mediante la oración con los videntes, para que, así unidos, creen una fortaleza que sustente esas naciones y abra el camino para el retorno de Mi Hijo.
Estoy intentando unir a las Américas para que, juntos, construyan las bases de una nueva raza, que parta del principio de unidad, que despertará en sus corazones.
Y ahora, hijos, quiero llegar a Europa, para unir a todos Mis soldados y crear un epicentro de luz que evite la expansión del caos y del mal en el mundo. Por intermedio de Mis hijos de Europa, intentaré extirpar las semillas y los frutos del mal que pretenden fecundar en la consciencia planetaria.
Hoy quiero que comprendan la importancia de responder a Mi llamado y de construir el espíritu de unidad entre los diferentes grupos de oración y entre las naciones de este mundo.
Vivan, hijos Míos, como un único ejército orante y ayúdenme a llegar a Europa con el mismo empeño con el que Me ayudarían a llegar a sus ciudades. Ese espíritu de unión y de fraternidad es lo que sembrará en la consciencia humana los principios de una nueva vida.
Cuento con ustedes, hijos Míos, para concretar los Planes de Dios. Cuento con sus oraciones conscientes, símbolo de que comprenden la urgencia de los tiempos.
Les agradezco siempre, por responder a Mi llamado.
En la eterna esperanza de consagrar al mundo a Mi Inmaculado Corazón, los bendigo.
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz y Madre Universal
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Un grupo de monjes de Aurora nos reunimos para orar el Rosario y esperar la llegada de la Madre Divina. Cuando estábamos en el último misterio del Rosario, vi con claridad el Medio Oriente que estaba siendo trabajado espiritualmente por la oración, y vi a la Santísima Madre por encima de todos esos países derramando una intensa Luz blanca que salía de las palmas de Sus manos, de Su Corazón y de toda Su aura. La Santísima Virgen extendía Sus brazos hacia esa región en actitud de constante ofrenda y, al mismo tiempo, suplicaba por todas esas naciones a través de un profundo silencio, mientras observaba todo lo que allí sucedía.
Cuando la Virgen María apareció donde nos encontrábamos orando, se mostró envuelta en un manto que tenía grabada la bandera de Siria. María abrazaba con amor y fervor ese manto, suplicando al Padre.
Como un gran Espejo de Luz y de Amor, desciendo al mundo para retirarlo de la maldad en la que vive, porque el mundo está ausente del Amor de Dios.
Desciendo en gloria hacia los recintos más oscuros del planeta, para que Mi Espejo de Luz disipe las ideas y formas sobre una guerra estremecedora. Por eso, sus oraciones siempre serán las luces que brillarán y no dejarán que reine el mal en el corazón de los hombres, mal que se ha expandido por el mundo.
La victoria y el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se darán a través de todas las almas, que en la hora más aguda de la Tierra, cuando el gran abismo esté totalmente abierto, serán el consuelo en la desesperación, serán la fuerza interior para la transformación, serán el verbo vivo en la esencia de los que busquen la unión con su Madre Celeste.
En esa hora, en la que todo será evidente y nunca más ocultado, la firmeza y la oración realizada con confianza serán el camino para encontrar la salida. Las almas no tendrán hacia dónde correr durante el tiempo de la purificación de la Tierra.
Ya estamos en la primera hora del Juicio, todo el universo sabrá de qué lado estará cada alma de la Tierra. La cosecha ya terminó, la paja y el trigo están extendidos por todo el campo. A los ángeles del Cielo les llegó la hora de presentar la ofrenda de los frutos de los hijos de Dios y el resultado de lo que cada alma sembró para estos últimos tiempos.
Su Madre se encuentra en oración permanente, esperando que las últimas trompetas sean tocadas por los serafines en dirección a la Tierra, momento en el que los vientos soplarán fuerte y la Tierra se purificará.
Sé que muchos de Mis hijos no creen que esto sucederá; lo que fue escrito en los Libros Sagrados se está cumpliendo y esto es la muestra de que son muy pocos los que han dado el paso hacia el Señor. Pero aún hay tiempo para el arrepentimiento y el perdón verdadero, sus vidas ya deberían estar corregidas y alineadas con el principio del Señor del Mundo.
En esta hora tan aguda, la fe deberá ser el pilar inquebrantable, la estructura inamovible, serena y mansa que pueda sustentar a otras consciencias cuando todo suceda.
Dios, en Su profundo silencio y reflexión, no esperaba tanta indiferencia humana y tan poca respuesta de parte de Sus hijos al llamado a un gran cambio.
Los Siervos de Adonai ya decretaron cada una de las Palabras encomendadas por su Dios, pocos escucharon y ya es tarde; aún los corazones duermen en sus castillos de barro y la gran corriente del cosmos se está aproximando con fuerza al planeta y al sistema solar.
Por eso, su Madre desciende como un gran Espejo para que comprendan que es hora de que la mayoría de los autoconvocados reflejen cosas buenas, siguiendo los principios de la Ley y de la Verdad, para poder estar protegidos de los propios engaños.
El Cielo sabe que las almas nada saben sobre el Apocalipsis, porque esta es una experiencia que se desarrolla en los últimos tiempos que todos están viviendo.
Si ustedes se transforman, no se resisten y hacen triunfar Mi Corazón verdadero en cada una de sus vidas, tal vez, hijos amados, muchos no padecerán lo que no sembraron bien.
Sean esos espejos tan necesarios en estos tiempos, espejos que deben estar en ofrenda en las Manos de Dios para que Él refleje Sus principios de Amor y de Unidad, algo que toda la humanidad ha olvidado.
Por eso, sean consecuentes con el llamado y así no se desviarán por causa de sus propios impulsos humanos. El Padre los espera con Sus Brazos abiertos para darles a conocer el poder de Su Amor, Amor que en este tiempo no es buscado.
Espero que, en esta hora de definición y de Juicio para todo el planeta, sus corazones estén elevados hacia el Señor, así Él recibirá de sus seres internos una verdadera respuesta de amor.
Hoy Me encuentro rezando y observando el Juicio espiritual que está viviendo todo el Medio Oriente; así, comprenderán, queridos hijos, que algo está por suceder.
Solo nos resta orar, orar y orar y nunca faltar, así sus corazones estarán protegidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración y vigilia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Hoy vengo a tenderte Mi mano de Madre para ayudarte, pues eres Mi hijo, eres Mi propósito de redención. Por eso en este día abro la puerta hacia el manantial de Mi Gracia, que es la esencia que concede el perdón a las almas que lo buscan.
He venido para tenderte Mi mano para que te sientas seguro por donde caminas, así te apartaré del abismo que es generado por los pecados de la humanidad y de donde muchos aún no consiguen salir. Quien ora de corazón y lo pide estará a salvo, Mi Corazón es un don de expiación para todos los corazones de la Tierra.
Anímate a tomarte de Mi mano de Madre, vengo para alentarte, para llevarte por el sendero seguro de la redención. Si vienes Conmigo te purificarás y estarás limpio para presentarte ante el Señor. Sigue Mis pasos en confianza, hoy te tiendo Mi mano para que la tomes fuerte; nada perderás, solo dejarás atrás el pasado que te acongoja.
Si tomas consciencia de lo que haces, asumes caminar Conmigo por el sendero de la purificación. Acepto tu ofrecimiento de entregar la vida. Acepto tu aspiración a servir al Plan de Mi Hijo.
El mundo cruza el ciclo de una dura batalla, atraviesa todos los abismos para purificarse del mal ocasionado durante siglos. Por eso vengo para tenderte Mi mano de Madre porque así encontrarás el camino para tu liberación interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura espiritualmente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Al fin la guerra y la persecución de la humanidad terminará cuando la mayoría de los hombres y mujeres del mundo se arrepientan de corazón y confiesen a Dios todos sus pecados. Hasta que eso no suceda, Mi Inmaculado Corazón no triunfará.
Por eso pido amorosamente que todos Mis hijos que Me escuchan y que responden a Mis designios, sigan orando para que la paz no solo se alcance sino para que la paz no desaparezca del corazón humano.
Toda guerra material es consecuencia de un conflicto espiritual e involutivo, toda guerra entre los hombres y entre las naciones está fomentada por la soberbia y por el poder que una y otra vez intentan derrotar a la civilización humana.
Por eso, hijos Míos, elevando Mis manos al Cielo en señal de oración y de piedad, les imploro a cada uno de ustedes, criaturas de la Tierra, que transformen su soberbia en amor, que cambien su ira por la paz. Así, en poco tiempo, el Padre tendrá a Su vista los ejemplos y los testimonios suficientes para que el mundo reciba una gran amnistía y no se autodestruya.
Sean uno con sus Ángeles de la guarda. Sean una sola consciencia, una sola mente y un solo corazón en los tiempos que llegan. Los Sagrados Corazones, de forma extraordinaria, en el Universo Celestial están reunidos en oración por todos ustedes y por todo el proyecto de la Tierra.
Necesito, queridos hijos, que ustedes tomen consciencia de lo que eso significa para este tiempo de Armagedón espiritual. Que sus corazones estén muy unidos al Mío para que ninguna fuerza contraria a la Luz de Dios prosiga dominando la consciencia planetaria.
Pido a todos los seres orantes del mundo una respuesta por toda la humanidad, lo suficientemente inmediata ante el Universo Celestial de Vuestro Padre.
El gran abismo que una vez fue visto por Juan el Apóstol, ya se está abriendo. En verdad, queridos hijos, nunca nadie pudo interpretar bien el libro del Apocalipsis. Aún no ha habido ningún erudito o religioso que lo haya conseguido, y esto es así porque los símbolos se revelan como mensaje a través del corazón.
Ante la falta de comprender verdaderamente que ya no son tiempos normales sino momentos Apocalípticos, queridos hijos, bajo la autoridad divina que Me fue concedida a través del estado pleno de Mi Gracia, es que Yo los estaré ayudando a interpretar cada una de las señales del Apocalipsis.
Ante esto muchos se opondrán, pero cuando Vuestra Madre Celeste, que viene del Universo Mayor, comience a hablar, todo sucederá así como fue visto por Juan.
Ya no crean que todo esto que está siendo profetizado sucederá en otro momento de la humanidad, la raza está gravemente condenada a un Juicio Final severo y los ángeles se preparan desde hace tiempo para ese momento.
Pero finalmente el Corazón Inmaculado triunfará en la vida de todos aquellos que se hayan transformado y redimido, dando así espacio a la poderosa intervención divina que es entregada en este momento.
Queridos hijos, mientras las agujas del reloj indican el paso del tiempo, todo se precipita rápidamente, esta es la causa de tantas pautas y pedidos de oración. Sus ofrecimientos serán amorosamente bien recibidos.
América deberá enfrentar el mayor yugo para después concretar el proyecto de la Tierra prometida, para eso sus espíritus son convocados por Mí.
¡Les agradezco por abrazar con fe Mi llamado!
Ante los tiempos de batalla espiritual, los ampara,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día quiero traer a sus corazones la llama de Mi Divina Esperanza, prenuncio de fe en los corazones del mundo.
Como el Sol que brilla en el centro del Universo, Mi Corazón desciende al mundo para iluminar los abismos dentro y fuera de los seres, y así ser la guía de cada consciencia para el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo y Dios Creador.
Retorno al mundo clamando a los corazones que vivan el despertar, porque los Planes de Dios Altísimo aún no se cumplieron en este sagrado planeta, y las almas, en su mayoría, no están buscando el camino correcto para la meta que Dios les entregó.
Les pido, Mis amados, que profundicen en el camino de oración, para que siempre estén en estado orante no solo en sus momentos de liturgia y sintonía. Quiero que conviertan sus vidas en oración permanente.
Si en oración piden el Perdón de Dios para el mundo, entonces vivan el perdón todo el tiempo.
Si claman al Padre por Su Misericordia mientras oran, entonces sean misericordiosos en cada acto, palabra y pensamiento.
Si, en oración, piden a Dios por los Reinos de la Naturaleza, entonces cuiden de los reinos que están más cerca suyo e irradien el amor que piden a Dios para esos pequeños portadores de Consciencia Divina.
Si, en oración, ruegan por los pobres y por los desamparados, por los que están en el engaño y la ignorancia, por los que viven en la mentira y en el error, entonces queridos, al encontrar un hermano que vive todas esas cosas, ámenlo y sean como las manos de Dios que llevan la paz y el amparo celestial para todos los necesitados.
No les pido que hagan grandes obras, porque una mirada pura y una sonrisa verdadera puede llevar a los seres la presencia de Dios de una forma que ninguna gran obra llevaría.
Que cada uno dentro de sus posibilidades, viva sus oraciones como actos, pensamientos, sentimientos y palabras.
Que Dios encuentre en ustedes, Mis hijos, una puerta para ingresar al mundo.
Prediquen con la vivencia de la palabra y potencien el poder de sus oraciones con la manifestación viva de la oración en el mundo.
Los amo y les dejo Mi bendición materna para Mis amados hijos de Venezuela, estos que en oración y perseverancia Me esperaron, intentando comprender lo que viven en estos tiempos y aprender con todo.
Que ahora, Mis amados, fortalecidos por Mi presencia, ustedes ayuden a otros para que encuentren Mi Inmaculado Corazón y el Corazón Amadísimo de Mi Hijo.
Que la Paz y la Misericordia de Dios estén en todos los corazones del mundo.
Jamás pierdan la paz y la esperanza de que los Planes de Dios se cumplan en esta Tierra bendita.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las Puertas del Cielo se abren por la oración de todos Mis hijos, otras puertas se abren hacia los abismos para hacer que las almas se pierdan.
Las puertas del mal son abiertas por las alianzas de los enemigos con otras consciencias, lo que cambia abruptamente el destino de la humanidad.
Todos los seres de la Tierra son responsables de que eso suceda, pero el poderoso caudal de la oración no permite que esas realidades se expandan por el mundo. La oración, la comunión reparadora y la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo evitan que muchas más almas se comprometan con esa realidad que hace perder al mundo su espíritu de pureza.
Mi Corazón clama todos los días a todos los orantes para que Me ayuden amorosamente a cerrar las puertas de la mentira, de la superstición, del falso poder y de una conquista del planeta que es desmedida y mezquina.
Quisiera, hijos amados, reconocer en cada orante la llama interior que, a pesar de los tiempos difíciles, nunca deberá apagarse. Desearía que a partir de ahora fueran Mis soldados de la paz, que sus vidas ejemplifiquen las enseñanzas de Cristo y que ya no siendo los mismos, sean depositarios del caudal de la Misericordia del Redentor.
Si tal respuesta no se diera, la propia humanidad, la raza misma deberá aprender y comenzar de nuevo, después de testimoniar su propia autodestrucción. La bomba atómica en aquel tiempo, fue el resultado más grave de la falta de consciencia, de amor y de piedad para con la humanidad.
La crisis de Medio Oriente, a los ojos del mundo, es la más grave situación de aniquilación y de destrucción del espíritu de las familias.
¿Y hasta cuándo sucederá esto?
Por ese motivo Yo vengo nuevamente para interceder delante de Dios por el mundo. Pero esta vez vengo para interceder por los inocentes y no por los injustos. El castigo de Dios será grande para aquellos que siguen modificando la Creación.
El mundo como totalidad no conoce el poder del Universo, no conoce el descenso de la Ley sobre la Tierra. Antes de que eso suceda, Yo vengo para intentar que la humanidad no se vuelva a autodestruir; lo que dejaría al planeta en otro estado.
Quisiera que todos, sin excepción de credo, raza o nación, pudieran apoyar esta convocatoria celestial por la paz.
Espero que hayan comprendido el clamor de Mi Corazón. La copa ya no solo está rebasando, sino que ahora su veneno compromete a otras naciones.
¡Les agradezco por buscar la Paz!
En petición y ruego permanente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sus esencias consagradas, como rosas de Mi jardín, pueden expresar la honra de sentirse amadas por Dios, a pesar del tiempo de purificación que están atravesando.
Por eso, hijos, día a día, vengo a incentivarlos en el camino de la conversión, algo que deberán trabajar todos los días por medio de una oración sincera y de un servicio verdadero por sus semejantes.
Es de esa forma, hijos, que sus pasos se ampliarán para poder llegar a la meta y así no enfrentarán los abismos de la consciencia, porque su corazón estará tan donado como el Mío a ustedes.
Así, hijos, construyamos en cada interior una gran fortaleza, que estará sustentada por el amor y por la unidad, para buscar siempre la comunión perfecta con el Creador.
Como su Madre les enseño a donarse un poco más todos los días, para que sus consciencias abracen, por amor a toda la humanidad, el camino del sacrificio y de la redención que les ofrece Mi Hijo, así como Él una vez lo hizo por ustedes.
Queridos hijos, hoy los invito a encontrar, a través de la donación inmediata, los puentes hacia la reconciliación y hacia el perdón, algo que toda la humanidad pierde de vista por arrogancia y amor propio.
Amen la simplicidad que, espiritualmente, es mucho más grande que lo que a ustedes les parece.
Sus oraciones son escuchadas cuando sus consciencias abrazan el camino del sacrificio por los otros. Así, una parte de este mundo no se perderá ni sucumbirá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a donarse de corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En nombre de la Misericordia de Cristo, hoy Me digno visitar esta casa santa, así como vuestra Madre Celeste visitó la casa de Marta y de María para demostrar que, a través de la lección del servicio absoluto al Plan de Dios, muchas puertas se abren para que las Gracias desciendan y las almas reciban la ayuda que necesitan.
Hijos Míos, abriendo Mis brazos y extendiendo Mis manos hacia ustedes, nuevamente les vengo a entregar la Paz de Mi Corazón en estos tiempos. Tiempos en los que la vida de las almas está en riesgo; el juego eterno con Mi adversario definirá la existencia del Reino de Dios en la mayor cantidad de vidas posible.
La oferta de vuestra entrega al Plan de Dios y de vuestro servicio desinteresado por los demás crea, en estos tiempos, los méritos tan necesarios y urgentes para la salvación de la humanidad.
Y, mientras el juego entre la luz y las tinieblas ya ha comenzado, vuestra Madre Celeste viene para socorrerlos y ayudarles a caminar en confianza hacia Dios para que puedan cruzar los propios abismos internos y trascender las barreras de la dificultad interior.
Si están Conmigo y Yo puedo estar con ustedes, a pesar del tiempo de vuestra purificación, no perderán de vista el caminar de Mis humildes pies por los jardines del amor y de la paz, por los jardines internos de Mi Corazón.
Queridos hijos, no permitan que nada cierre vuestros corazones. Mi adversario también quiere encarcelar vuestros corazones en esta vida material e ilusoria para que nunca más sientan Mi Amor. Pero recuerden que la oración es la gran llave que abre cualquier puerta y corazón; por eso, valientes y animados a vivir la purificación de la vida, tómense de Mi mano y no se perderán en ningún abismo.
Como la Madre que los ama y los protege los llevaré por los caminos de la paz y de la ascensión.
Hijos, den el primer paso y vivan a tiempo el acto del perdón y de la reconciliación; que vuestros corazones no queden lastimados por nada, acepten la cruz y cárguenla al lado de Mi Hijo en confianza, así como Él la cargó por amor a ustedes.
Este cautiverio de sufrimiento terminará cuando la mayoría dé el primer paso, así también Mi Corazón Inmaculado triunfará. Les dejo esta reflexión para que la estudien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega para amar y perdonar,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como una Estrella-Sol desciendo al mundo para iluminar los abismos de los corazones heridos y, así, rescatar a las almas de la perdición. A cada una de ellas le entrego la fuerza para poder proseguir, para que luego encuentren el nuevo camino que las llevará hasta Cristo.
Yo Soy la Estrella Universal que desciende sobre la humanidad para salvarla y volverla a colocar en el Propósito de Dios. Indico el camino a recorrer, así ninguna esencia de Dios pierde la Gracia de volver a reencontrarse con su cristo interior.
Yo Soy la Estrella del Mundo, la que señala el advenimiento de Cristo a los corazones, la que se suspende en el cosmos para irradiar el Amor de Dios y la que enciende el fuego de la nueva devoción.
Yo Soy la Estrella Guía de los navegantes, de las almas buscadoras de la redención, de los que esperan con paciencia la llegada de la Gracia y el gran día del perdón.
Yo Soy la Estrella del Cosmos, soy la Luz que proviene de Dios, soy el Espíritu de la Pureza, soy la Divinidad Espiritual del Creador, porque Mi Corazón brota de Su Amor Castísimo y Su Omnipotencia se expresa a través de la unidad perfecta de la Creación.
Yo Soy la Estrella de la Esperanza, soy la Madre que trae el espíritu de la redención, soy la que obra en nombre de Cristo y la que construye el nuevo templo interior.
Yo Soy la Estrella de las esferas celestes, soy aquella Ave que busca Su nido en la morada de los corazones humildes, soy la Madre que gesta a la Nueva Humanidad.
Yo Soy lo Puro, lo Invencible, soy lo Simple y lo Humilde, soy la Madre Curadora que cicatriza con Su Amor todo dolor. Soy la que guía a los perdidos, soy la que purifica el corazón, soy la Madre que limpia las manchas, soy la Reina del Amor.
Vengo a este mundo para buscar a Mis hijos. Desciendo en Gloria para llamarlos porque ya es la hora de despertar del sueño ilusorio. Vengo para establecer la paz en cada mundo interior. Vengo para que descubran la vida que se vive en las estrellas. Vengo por última vez para socorrerlos y para que emprendan vuelo hacia el Cielo. Vengo a buscar lo mejor de cada uno y a despertar las sagradas virtudes que Cristo les dejó.
En este tiempo vengo para que se preparen en consciencia y corazón para recibir a Cristo, vuestro Pastor. No dejaré sola a ningún alma, pero les pido que siempre recen Conmigo, para que todos sean merecedores de la paz y despierte en vuestra consciencia el arrepentimiento, así estarán libres del peligro y de los asechos del adversario. Sean inteligentes y buenos, sean mansos, humildes y verdaderos en este tiempo.
El mundo es una mentira, pero las almas son la plena verdad de Dios. Busquen los caminos correctos para tener resultados correctos. No se permitan ser engañados, el único consolador es Jesucristo. No busquen esperanza en nadie, sino solamente en Dios, el Padre Celestial. De Él recibirán la fuerza y el poder, de Él podrán tener esperanza para caminar. Solo sean verdaderos y nada les pasará. Pues el tiempo de la mentira mundial sucumbirá y vuestros corazones deberán estar prontos para orar con fervor y perseverar.
Únanse a Mi Hijo y adórenlo. En Él está la salida, en Él está el camino al Paraíso.
Agradezco a Brasilia, al Centro Mariano de Figueira y al Centro Mariano de Aurora por haber preparado este especial encuentro.
¡Bendiciones de Paz en este día para Mi hija María Shimani!
Les agradece,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este tiempo se debe tener un corazón puro y, para vivir con un corazón puro, se debe orar con todo el amor puro; y, para orar con todo el amor puro, se debe estar día a día en el Corazón de Mi Hijo.
En el final de estos tiempos, las almas se debilitan por las influencias que reciben de parte del enemigo y de los diferentes estados de la humanidad. Esto genera consecuencias, a veces irreparables, en muchos corazones que, dentro de la vida de ilusión, creen estar en el camino correcto.
Como Madre Protectora, los invito día a día a la oración para que, en este tiempo definitivo, vuestros corazones perciban y sientan qué es lo verdadero, sano y bueno para la vida. Si caen en la normalidad de este tiempo rápido, no se desanimen, más aún, despierten en vuestros labios el poder de la oración. Y cuando sientan que no pueden caminar, llamen por la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
Si las almas leyeran Mis mensajes, Mis palabras las fortalecerían y, a través de la oración, ellas podrían caminar en el amor y en la valentía. Las almas que en este tiempo habitan sobre este mundo no son las mismas almas del ayer. Este tiempo de cambios y de transformaciones deberá ser apoyado por vuestra amorosa y fervorosa oración del corazón.
Queridos hijos, de esa manera se ayudarán a ustedes mismos y auxiliarán a muchos corazones que claman por alivio y por perdón. Dios los espera para caminar a Su lado en este final de los tiempos y llegar hasta las profundidades de los abismos para que alas de este mundo se vuelvan a erguir y a reconciliarse con el Altísimo.
Ustedes, Mis queridos hijos, están en el tiempo de la definición del camino espiritual de millones de consciencias. Por eso, la oración será el perfecto amparo en este momento, y Mi Corazón Materno los socorrerá siempre que Me llamen.
Queridos hijos, hoy les doy Mi Perdón y Mi Luz Celestial porque los amo y sé qué es lo mejor para cada uno de ustedes.
Los espero siempre en oración.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre del Universo les traigo el Don del Espíritu Santo y la Luz de las estrellas. Como Madre del Universo les entrego Mi Paz para que despierte, en esta hora, el amor en vuestros corazones.
Hoy los invito a distanciarse de los abismos de la vida y a dar el salto mayor hacia la Luz de la fraternidad.
Queridos hijos, el mundo carga con mucho dolor, por eso ustedes, a través de las oraciones y de las buenas acciones, deben llevar el emblema de Mi Eterna Paz para que acaben los conflictos en los corazones.
No deben bajar los brazos, mas sí elevarlos en dirección al Universo del Creador y clamar, una vez más, por la Divina Misericordia, así Dios los escuchará.
Hoy los llamo a despertar la humildad del corazón a través de la Luz Divina de Jesús, porque solo a través de Jesús vuestras vidas podrán aprender los pasos de la humildad.
Queridos hijos, llamando en vuestras vidas a la esencia de la humildad podrán saber cuál es la tarea que Dios les envía a vuestros corazones. Hoy, Dios, a través de Mi Inmaculado Corazón, les revela la tarea de la oración del corazón para que pueda vivir en ustedes la Paz Celestial.
Hoy los invito a ser oración en la vida y en las acciones para que, a través de esa oración, sean disueltas todas las causas que necesitan de Perdón y de Misericordia. El momento actual amerita la colaboración de todos los servidores marianos consagrados a Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas puedan reflejar buenas acciones, la fe despertará como Luz en muchos de Mis hijos, y la humanidad terminará de luchar entre sí por sus ambiciones.
Cuando sientan falta de paz, observen, queridos hijos, cómo está vuestro ejercicio de oración.
¡Les agradezco!
¡Vivan en Mi Eterna Paz, solo paz!
Gracias por responder a Mi llamado a pesar de las circunstancias.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más