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Hijo:
Quien persiste en su fe nunca se quebrará, porque habrá construido en su interior esa verdadera alianza con Dios.
Que esa fe interior sea renovada y ampliada de tiempo en tiempo, porque eso ayudará a que la consciencia planetaria cuente con recursos espirituales capaces de ayudar en la sustentación de la Tierra.
Hijo, que esa fe sea inalterable, duradera e invencible.
Que la fe del corazón construya dentro de ti esa constante afirmación de poder estar viviendo el Plan de Dios y de formar parte de Su Reino.
Que esa fe establezca los principios de la unidad, del amor y de la compasión entre los seres, a fin de que en toda la consciencia humana exista el despertar a la verdadera vida espiritual.
Funde tu consciencia en la esencia de la fe, y todo se renovará.
Vive cada nuevo tiempo y cada prueba bajo el impulso renovador de la fe, para que cada aprendizaje sea vivido como una oportunidad de amar cada día más.
Que esa fe construya en ti el camino hacia la redención interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Cristos del Nuevo Tiempo
Los Nuevos Cristos llegarán de diversos lugares y con diferentes creencias. Ellos no tendrán preferencias ni deseos materiales o espirituales.
Los Cristos llegarán de los mundos internos para ayudar en la transición de la humanidad. Algunos despertarán inesperadamente, mas otros recordarán su compromiso espiritual con el Señor.
El Maestro y Señor del Universo los llamará por su nombre espiritual y la nueva identidad de los autoconvocados será revelada.
Los Cristos del Nuevo Tiempo se unirán en el amor e irán más allá de las formas, de los conceptos y hasta de las propias doctrinas. Cuando todo esté por suceder en el mundo, nada tendrá valor ni siquiera las grandes filosofías intelectuales.
Los Cristos encontrarán el camino del corazón y no tendrán límites; la superación de sí mismos, todos los días, los llevará a amar el Propósito y, así, a preparar el retorno del Gran Maestro.
Los Cristos del Nuevo Tiempo sintetizarán, dentro de sí, toda la trayectoria recorrida, comprenderán que sin la esencia del Amor-Sabiduría nada serán y, que ningún proyecto o aspiración tendrá valor sin antes ser impregnado por la sagrada llama del Amor-Sabiduría.
Ellos llegarán de diferentes naciones, hablarán diferentes lenguas, traerán consigo diferentes culturas y raíces, y también diferentes experiencias de conversión y de redención.
Los Cristos del Nuevo Tiempo serán anónimos y su trabajo silencioso con la paz moverá todos los acontecimientos. Ellos serán tan semejantes a los antiguos Apóstoles y tan guiados como los grandes santos de los últimos tiempos.
Los Cristos del Nuevo Tiempo tendrán consciencia de qué hacer, en dónde estar y con quién tratar. Su trabajo será planetario y no se restringirá a formas, conceptos o legislaciones humanas porque ellos estarán en la Ley de la Sabiduría y del Discernimiento.
La escuela de los Nuevos Cristos estará en el servicio y en la humildad. Ellos vivirán sus desiertos, trascenderán sus vacíos y estarán colmados del Espíritu de Dios.
Los Nuevos Cristos, que representarán a Mi Hijo en este último ciclo, no tendrán nada que ganar ni tampoco nada que perder. La renuncia será la gran llave para superar todas las pruebas.
Los Nuevos Cristos son los nuevos apóstoles, llamados santos de los últimos días. Ellos, ciertamente, serán los últimos testigos de la Biblia.
Tendrán que dar la cara para defender lo que creen. No retrocederán ante ninguna dificultad, confiarán en que cada desafío o dificultad será la forma perfecta para concretar el Retorno del Señor.
Por eso, los Nuevos Cristos serán probados, deberán testimoniar su fe y defender los principios internos que el propio Cristo dejará como mensaje en sus corazones.
Nadie sabrá de dónde vendrán o de dónde surgirán los Nuevos Cristos, pero ellos aparecerán y serán de ayuda en los momentos más agudos de la humanidad.
Si sientes que estás en este camino de ser un Nuevo Cristo o si vives esta aspiración, primero medítalo en tu corazón porque llegará la hora en la que los últimos defensores del Plan Divino serán llamados para justificar evolutivamente ante la Iglesia, los gobiernos o las Fuerzas Armadas que Cristo, el Maestro y Señor del Universo está retornando.
De la boca de los Nuevos Cristos nacerán palabras correctas y sabias, y nada ni nadie podrá oponerse a esa transformadora energía crística que cambiará el rumbo decadente de la actual humanidad.
Mientras tanto, recemos para que los Nuevos Cristos tengan el coraje suficiente para llevar adelante la última parte de la historia de la vieja humanidad, a fin de que el Nuevo Hombre despierte y la Tierra Prometida se manifieste ante los corazones redimidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Sagrada Profecía
El deseo ardiente de Dios es que en Cuenca exista una Comunidad-Luz, guiada y acompañada por un monasterio de la Orden fundada por Mi Hijo.
Para que eso sea posible, vengo a pedir la unión y la integración de Mis hijos de Perú, Ecuador y Colombia para llevar adelante este íntimo deseo del Creador.
Quiero, enseguida de eso, fundar un Centro Mariano en Cuenca, que llevará la advocación de María, Madre de las Montañas.
Allí deseo instalar un centro de oración por los Andes y por todos los pueblos de la región andina, a fin de atraer desde el Cielo los Dones de Dios que, por medio de la comunidad y de la vida de servicio y de oración, se deberán instalar.
Deseo de Ecuador una tierra consagrada junto a Colombia, Perú, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, como un nuevo Edén, en donde la humanidad sea regenerada en los próximos tiempos.
Enseguida deseo fundar otra comunidad en la región de Guatavita, en Colombia, y también un Centro Mariano que tendrá la advocación de María, Reina de las Culturas.
Si Mis hijos, con tiempo, llevaran adelante estos designios, prometo proteger y amparar el surgimiento de una nueva humanidad en esta región.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que el don de la persistencia los invada completamente, a fin de que en estos tiempos, sus almas se fortalezcan para los aprendizajes de amor y de compasión que llegarán.
Ese don de persistir los ayudará a estar libres de los juicios de valor o de cualquier otra interferencia.
El don de persistir los impulsará a estar en unidad permanente con sus hermanos de camino, y también los fortalecerá espiritualmente para sostener a los que se purifiquen intensamente.
El don de la persistencia nunca dejará que pierdan de vista el Propósito y su concreción inmediata en estos tiempos.
Saber persistir es un aprendizaje nuevo, es una misión a alcanzar todos los días sin bajar los brazos.
Queridos hijos, la persistencia los llevará a amar cada día más las pruebas de la vida y así, permeados por el amor, sabrán superarlas sin dejar atrás el camino constante de la gran transformación.
Que el don de persistir los ayude a vivir en lo verdadero, para que esa verdad se refleje en todos los espacios algún día.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja nacer la Luz de Dios en tu interior
Querido hijo:
Todo pasará, confía plenamente en los designios que vienen de lo Alto y tu consciencia no sufrirá por ninguna resistencia.
Deja que la Voluntad impregne tu ser para que se cumpla el Proyecto de Cristo en tu vida.
Participa de las grandes decisiones del Plan y únete, incondicionalmente, a ellas. Así, hijo Mío, sabrás por dónde caminar, sabrás qué dirección tomar y no estarás perdido.
Cree que por encima de todo y, más aún por encima de ti, es el Padre quien gesta todo bajo el Principio de Su Pensamiento infinito.
Hoy vengo para hacerte la propuesta de vivir los cambios que son necesarios para que la Obra se construya en unión con tus hermanos.
Así, con un ánimo renovador, en una unidad inquebrantable, lleva adelante, con alegría y no con desánimos, la parte del Plan que te corresponde en esta nueva etapa.
Eso te impulsará siempre a salir de ti mismo, a no dejarte sumergir en dolencias internas innecesarias, las que más tarde enferman al cuerpo a causa de su resistencia.
Deja que el Propósito Divino quiebre todas las estructuras dentro de ti.
Deja que Mi propio Hijo haga de ti el diseño perfecto de Su Divina Voluntad.
Así, querido hijo, ya no demorarás tus pasos y abrirás las puertas para que otros hermanos reciban grandiosas oportunidades como las que tú recibes en este tiempo.
Ya no tengas miedo de decir “sí”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la luz del corazón unifique a los servidores de Cristo para que se cumpla Su Divina Voluntad.
Que la luz del corazón pacifique las vidas para que ellas sean conducidas por el espíritu del Amor.
Que la luz del corazón reúna a las consciencias, para que cada una de ellas revele su sagrada virtud.
Que la luz del corazón disuelva las heridas para que en nadie se instale o exista la maldad.
Que la luz del corazón despierte la consciencia en todos los seres de seguir cumpliendo el Sagrado Plan de Dios.
Que la luz del corazón construya en los corazones la unidad y el principio del Amor Superior.
Que la luz del corazón neutralice las corrientes contrarias.
Que la luz del corazón eleve a las consciencias hacia el estado permanente de la hermandad.
Que la luz del corazón le otorgue a cada ser la libertad espiritual.
Que la luz del corazón pueda mantener las puertas abiertas a la solidaridad.
Que la luz del corazón le entregue a cada ser un Rayo de Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Los tiempos que estamos enfrentando exigirán de todos los servidores mayor prudencia y más discernimiento para que, en todo, prevalezca la unidad y no la separación.
Son tiempos de saber administrar los trabajos espirituales y prácticos. Son tiempos de saber conducir la concreción del propósito del Plan por la senda correcta y no por la senda intermedia.
Hijos, necesito que aprendan a corregir los tiempos para que sepan desviar del camino cierto número de acontecimientos que podrían actuar en contra del Plan de Dios.
Para que eso no suceda es necesario mucha oración y una atención ardiente para poder percibir con el corazón cuándo es el momento adecuado de llevar o no adelante ciertos movimientos.
Deben aprender a no hacer movimientos impulsivos y deben aprender a medir los resultados y las consecuencias de haberlos llevado adelante.
Deben tener presentes los riesgos, los peligros y sobre todo el espíritu, porque si el espíritu está sin su esencia primordial todo está hueco.
En conclusión, todo debe ser hecho por amor y no por poder para que entre ustedes, el servicio y los actos, esté presente Cristo, Mi Amado Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando la unidad se establece entre los corazones, se puede manifestar el Propósito; y aún más, cuando el amor verdadero está presente, ese propósito o esa misión se puede concretar efectivamente.
Es así, hijos Míos, que los llamo para que todos los días y más allá de ustedes, prevalezca la unidad de propósito, porque eso permitirá que la raza humana todavía siga siendo trabajada y ayudada a fin de que se establezca, por encima de todo, el Plan del Creador.
En estos tiempos, esa unidad y ese amor inquebrantable entre los seres de las naciones del mundo serán los que permitirán generar, en la humanidad, un afluente de nuevas e importantes posibilidades de redención y de perdón.
Cuando por alguna causa pierdan la visión del Propósito y de su unidad, recuerden lo que hoy les digo, porque así sabrán que siempre deberán renovarse por medio de cada nueva convocatoria.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La responsabilidad de amar
Ama, querido hijo, así como el Padre Celestial te ama y pronto te liberarás de las cadenas de la separación y de la división.
Ama, así como Mi Hijo te ama por encima de todo error, de toda prueba o de toda hostilidad; porque el amor siempre te salvará, cuando de tu pequeñísimo corazón emerja un sincero acto de unión con el prójimo, una incondicional aceptación de los nuevos tiempos, una irrefutable acción de bien y de caridad.
Por eso, practica en este tiempo la escuela del amor para que, en cada nuevo paso, encuentres el sendero de la unidad y de la fraternidad con tus semejantes.
Cuando eso suceda, te aseguro, hijo Mío, que ya no existirá, entre tu consciencia y la de tus hermanos, ninguna diferencia porque estará reinando el amor y la verdad que los tornará libres de las prisiones de la vida.
Mientras tanto, sigue buscando todos los días amar con locura santa, vivir cada experiencia como una oportunidad de redención.
Que tu corazón sienta que sin el amor puro no podrá vivir.
Que tu consciencia reconozca, en este ciclo, que sin el amor no sería nada y que la vida no tendría sentido.
Ama un poco más de lo que amas, porque si amas de verdad nunca te pasará nada en aquello que te pidan hacer, y recibirás cada nueva misión con inmensa alegría.
Que tus pequeños pies no se cansen de caminar en dirección al sendero del Amor.
Ya es tu responsabilidad vivir en el Amor y estar todo el tiempo en el Amor: porque de esa forma aprenderás a ser más considerado, bueno y misericordioso con los errores del semejante.
Que tu consciencia se eleve al Plano del Amor.
Que tu corazón de carne, a veces duro o rígido, se abra para que, en sus más profundas entrañas del latir de la vida, se depositen los Códigos del Amor de Dios y de Nuestro Señor.
Participa, entonces, de la corriente arrebatadora del Amor.
Presencia los milagros victoriosos de amor y de redención que tus hermanos alcanzan.
Ya no seas más miserable, ahora defínete por ser un ser misericordioso, considerado en la piedad, humilde en la resignación y servicial ante cualquier llamado.
Estás a tiempo de tornar tu vida un gran instrumento de Dios.
Estás a tiempo de vivir lo que es verdadero y que proviene directamente del Universo del Creador.
Antes de que la puerta a la Misericordia se cierre completamente y se abra la puerta a la Divina Justicia, decídete ingresar en la escuela del amor del corazón para que, a pesar de tus vacíos, de tus abismos o de tus errores humanos, ayudes a tu Madre Celestial a hacer triunfar el amor en este planeta y en esta humanidad.
Deja que el amor te rasgue por dentro.
Déjate amar por los demás, de verdad y ya no coloques mil escudos para defender tus aspectos.
Sé libre de ti mismo, de una vez y para siempre, y alcanzarás el Reino de Dios.
Este mensaje, su Madre lo envía a todos los religiosos de esta Orden y a todos los que buscan, por encima de sí, vivir la consagración al Plan de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Dios es misericordioso. Dios es compasivo. Dios es justo y bondadoso. El ama todo lo que existe y vive, se expresa e interrelaciona con todo lo que vibra en el Universo de Su grandioso Amor.
Del Padre surge la Fuente, que nace de Su Corazón Divino. De la Fuente surge la manifestación de los Dones y la realización de Sus Obras de misericordia por medio de los impulsos que son emanados de Su Eterno Pensamiento.
El Señor es justo y bondadoso al mismo tiempo, porque Él nos revela el sentido de estar con Él a través de las Leyes y de estar en justicia, practicando cada una de ellas.
Si la humanidad respetara, viviera y adoptara las Leyes, muchas cosas no sucederían. Y si le sumara la oración hecha con el corazón, el rumbo de los acontecimientos mudaría.
Por eso, la atención en los Designios de Dios, los hará estar siempre en Su Propósito y no apartarse de Él.
La oración construye esa consciencia permanente de estar cerca del Padre y de buscar todo el tiempo Su Reino, lugar en donde la consciencia espiritual de cada ser estará protegida en estos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras el sagrado Conocimiento desciende por medio de simples palabras, Yo los invito a amar la Verdad suprema, porque así, en estos tiempos, estarán siendo guiados por la Fuente Primordial.
Las palabras simples llevan a las almas a que vivan los cambios. Cuando las palabras son colmadas de amor y de simplicidad, las consciencias reciben de corazón los conocimientos internos que la Divina Fuente emana de tiempo en tiempo.
El sagrado Conocimiento ennoblece de humildad a las almas, así las hace verdaderas y les permitirá vivir los acontecimientos que llegarán al mundo.
El sagrado Conocimiento los aproxima a la realidad interna de estos tiempos, que precisa ser comprendida y aceptada por la humanidad.
Por eso, en este ciclo, las almas, a través del sagrado Conocimiento, necesitan despertar a la misión de revertir los tiempos que llegarán, por medio de las expresiones de amor, de unidad, de caridad y de servicio, por aquellas consciencias que necesitan descubrir con urgencia la necesidad de un cambio profundo en la consciencia.
El sagrado Conocimiento abre la puerta al despertar de lo que es supremo, superior y sublime.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El mundo se preguntará: ¿por qué tendría Yo que venir a un lugar en el cual ya estuve, en donde la fe está viva y las almas buscan Mi Inmaculado Corazón?
Aquí estoy, hijos Míos, para renovar los corazones de los hombres y reorientar sus metas, volver a encender su fe y traerles una cura que va más allá del cuerpo.
Mi Inmaculado Corazón llega para instituir una cura universal, celestial y divina, que llega a lo profundo de los seres y se refleja en sus almas y corazones como un despertar a la vida superior.
La humanidad aún está muy presa de sí misma, hijos; y las cosas de Dios solo le interesan a los hombres si les traen algún beneficio.
Vengo porque Francia necesita despertar. El agua que hice brotar aquí, proviene de Dios, para lavar sus espíritus y sus corazones, no solo sus cuerpos.
La mayor cura que aquí hice nacer, es la cura de la consciencia de una humanidad que estaba ciega a la Presencia Divina. Y retorno aquí porque nuevamente los hombres pusieron vendas en sus ojos y le cerraron las puertas a Dios.
Contemplen a un Dios que está más allá de las acciones humanas, y que se encuentra dentro de sus propios corazones. Un Dios que se muestra a los ojos de Sus hijos en la fortaleza de las montañas, en la pureza de las aguas, en el Espejo del corazón.
Contemplen a un Dios que les habla al espíritu y que despierta en sus interiores el potencial del verdadero amor. Un Dios que está más allá de las instituciones y creencias, y que las une a todas, si se abren a la Verdad y a la Unidad divina.
Contemplen a un Dios que está más allá de este mundo y también más allá de las estrellas. Un Dios que está, al mismo tiempo, en lo Alto y dentro de Sus criaturas. Él muestra, de esta forma, que lo Infinito que Él es, se guarda dentro de Sus hijos.
Contemplen al Dios de la Verdad, que no se limita a la mente humana y a su comprensión. Un Dios que está en los Libros Sagrados, pero que no se encierra en ellos, pues abarca a toda la vida y a lo que desconocen de ella.
Contemplen a un Dios infinito, Único y poderoso, que por Su bondad se hizo pequeño para habitar en el interior de las criaturas. Un Dios que se alegra con poco y que guarda silencio ante los grandes errores de Sus hijos, sin perder la esperanza de que ellos un día puedan retornar a Su Corazón.
Hijos Míos, contemplen con el alma a un Dios verdadero, su Padre Celestial, del cual provienen todas las cosas, y no solo este mundo.
Vean en el horizonte, el firmamento por donde Él espera que un día puedan caminar con sus espíritus redimidos y despiertos a la vida universal.
Contemplen a un Dios tan lleno de misterios como la consciencia humana. Lo que conocen de Él es tan poco como lo que conocen sobre sí mismos. Develen la presencia divina y encuentren en ella la verdad sobre su propio ser. Dejen que el corazón se eleve más allá de las fronteras espirituales y que en una oración verdadera, sienta y sepa aquello que no consigue explicar, pero que puede vivir. Esa verdad es la cura para el mundo. Este despertar a la unión con Dios, es lo que los llevará a conocer la paz.
Mis hijos están enfermos en el espíritu, en la mente y en el cuerpo, porque no conocen a Dios, y así tampoco se conocen a sí mismos ni su propio destino, ni al verdadero potencial que se oculta en su interior.
Aquí estoy, hijos amados, para revelarles que la verdad se encuentra en las cosas simples y sinceras del corazón. Vine para pedirles que aprendan a perdonar y a comprender al prójimo, para que no aparten al Creador de sus vidas, por estar vacías de amor y de sentido.
Vengo por los más jóvenes, que no consiguen encontrar a Dios, porque vinieron al mundo para traer lo nuevo y no consiguen expresarse cuando la fe no se renueva y no les muestra la puerta hacia un camino verdadero. Vengo para mostrarles ese camino, que no es una nueva religión, sino la renovación de la fe en el corazón humano, para que encuentren la Verdad y la vida universal.
Hijos Míos, más allá de todo, estoy aquí por sus esencias, porque una nación sin Dios es una nación sin vida y sin sentido espiritual. Abran los ojos, porque el Creador no se retiró de sus vidas, son los hombres los que cierran los ojos para no verlo.
Abran sus corazones y descubran en lo profundo de estas montañas la presencia divina y, en la pureza de sus aguas, escuchen a Dios que los llama para que retornen a Su Corazón.
Si escuchan Mi llamado, habrá un tiempo de paz para que los corazones se fortalezcan ante la Justicia.
Yo los amo y los bendigo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz e Inmaculada Concepción
Si la naturaleza fuera más amada y respetada, tal vez el mundo no se purificaría ni tampoco la humanidad. Eso evitaría que la Creación fuera alterada todo el tiempo por la mano del hombre.
Si la naturaleza fuera más amada y cuidada por la humanidad, reinaría la paz y habría más tiempos de gozo, de alegría y de júbilo.
Si la naturaleza fuera más amada y no destruida, no habría causa ni motivo de que hayan ideas de guerras ni de llevarlas adelante, porque no sería necesario sufrir ni padecer.
Si la naturaleza y los Reinos menores fueran amados y contemplados, tal vez no sería necesario vivir la transición de la Tierra y no tendría sentido comenzar una nueva humanidad.
Si en verdad esta humanidad actual no sacrificara tanto a los Reinos, si la naturaleza fuera más amada y los Reinos más protegidos, no sería necesario vivir una definición porque todo estaría en armonía y en unidad con la vida creada.
Si la naturaleza y los Reinos fueran verdaderamente amados, no habría necesidad de sufrir, de aprender ni de morir porque todo estaría en equilibrio con el universo.
Si la naturaleza y los Reinos fueran considerados parte de la Consciencia Divina, el mal no estaría en el mundo y tampoco actuaría en la mente humana porque cualquier criatura podría estar unida a la Fuente del Creador.
Pero la humanidad ya escogió lo contrario y ha decidido continuar por el camino del dolor y no por el camino del amor. Por eso, el cambio en la humanidad será tan semejante y grande a la deuda impagable que la raza ha generado con los Reinos de la Naturaleza. Es así que ese movimiento universal destrabará la cadena de evolución espiritual de los últimos tiempos.
¡Les agradezco por contemplar con amor a los Reinos de la Creación!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El poder de la fe es capaz de concebir en los corazones altos grados de devoción y de confianza en el Creador, porque la fe concibe un estado de unidad con la Fuente Suprema de la Creación.
La fe es capaz de atraer, hacia sí mismo, el estado de Gracia que permite convertir y redimir todas las cosas. En este sentido, la fe va de la mano de la energía de la Gracia, porque los dos principios representan para el ser humano la posibilidad de alcanzar todos los días la unión con su universo interior.
La fe también es portadora de la esencia del amor, porque la base espiritual de la fe se encuentra en el amor y en la unidad. Así, la fe, como energía, permite corregir los estados corruptos de la consciencia y coloca el alma en el camino de la pacificación, del bien y de lo positivo.
La fe permite generar la condición de elevación de la consciencia y equilibra la falta de confianza en la Voluntad Divina.
La fe lo es todo para la vida planetaria, ya que la fe, como atributo, vuelve a erguir la consciencia humana.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Unidad, una fortaleza contra el mal
La Unidad primera surge de los universos superiores de consciencia, directamente de la Fuente de la Creación, conocida espiritualmente con el nombre de Abba.
Esa poderosa energía de Unidad superior es lo que ha permitido, como don y como principio, la manifestación de los universos y, desde allí, de todos los planos, desde los espirituales hasta los materiales.
La Unidad nace de la Fuente inmaterial de Dios, porque ella se nutre de la esencia del Amor.
Si el Amor que es algo único e invencible no existiera, sería imposible gestar la unidad de propósito.
Esa corriente de Unidad que nace desde la Fuente Primordial es similar a una electricidad cósmica, un fuego positivo que ayuda a unir las moléculas o las partículas de la Creación, por medio de una única vibración que está basada en el Amor y en la Verdad.
Al descender la Unidad como principio, en los diferentes planos de consciencia, todo lo creado puede contactarla.
Pero la Unidad es parte de una ciencia espiritual y no intelectual, que impulsa el espíritu de la cooperación y de la adhesión entre quienes buscan su Fuente.
En el Universo material, específicamente en este planeta y en esta humanidad, la Unidad como energía está en un segundo plano.
Por eso, Cristo vino al mundo hace dos mil años para que la humanidad se desconectara de la indiferencia y se conectara con la Unidad; principio que, durante la Pasión de Jesús, fue uno de los factores que derrotó al adversario.
La Unidad es capaz de concretar el Plan en la materia a través del espíritu de fraternidad que las almas pueden concebir en sí mismas.
Cuando la Unidad espiritual está ausente en algún sentido, por ejemplo, en un grupo de almas que tienen y cumplen un mismo propósito y misión, la vibración de la Unidad pasa a un segundo plano, porque en las consciencias prevalece su decisión personal y no colectiva. Entonces, se pierde el espíritu del Propósito que se torna inalcanzable.
En esta etapa aguda del planeta, en la que la realización personal, el cumplimiento de las metas individuales y la preocupación en sí mismos son altamente estimulados, el espíritu de la Unidad se debilita al ser interferido por estados de soberbia, de orgullo y de poder.
Esto repercute en las consciencias en el momento de tomar decisiones delicadas en sus vidas, dentro de una obra o de un propósito espiritual, por no estar conectadas con la Fuente, con la verdadera esencia que las creó. El sentido de Unidad comienza a alejarse de todos, al punto de tornarse casi inalcanzable.
Es así como, a partir de ese momento, otras situaciones comienzan a surgir; y lo que antes era flexible, se vuelve rígido, tenso y difícil.
El adversario se ha encargado de inculcar astutamente en esta humanidad el estado de la propiedad, del control y que a las almas solo les importe sus vidas y nada más.
Este mecanismo corrupto de indiferencia, gestado en toda la consciencia humana, será una de las grandes bestias del Apocalipsis que deberá ser vencida por la Mujer Vestida de Sol.
Estamos en el camino de que eso suceda, por eso el planeta será removido en todos los sentidos y de todas las formas posibles, con el fin de retirar a la consciencia humana de ese estado de superficialidad.
Aún hay tiempo, en el reloj planetario, de que las almas consigan abandonar la indiferencia mundial y se dejen permear por el poderoso principio de la Unidad, que las llevará a esforzarse todo el tiempo contra las trampas y los juegos que les coloque su propia consciencia.
La Unidad es una fortaleza muy importante, pues cuando verdaderamente está presente, nada malo puede suceder.
Para no salir del sagrado espíritu de la Unidad, deben vigilarse a sí mismos, así como también a sus intenciones y motivos en primer plano; eso los protegerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras la humanidad duerme y camina buscando una plenitud que cada día la lleva hacia un vacío mayor, Yo estoy aquí, hijos Míos, en el horizonte, contemplando sus pequeños corazones.
Yo soy la Madre de los Océanos, Aquella que sustenta con Su Manto y con Su Gracia a los mares y a todas las criaturas que habitan en ellos.
Cada pequeña criatura marina es parte viva de Mi Espejo de Luz, de Mi Corazón.
Los seres marinos ocupan un lugar especial en Mi Corazón Materno, porque ellos son parte de Mi Pureza. A través de ellos, equilibro las mentes y los espíritus de los hombres, y genero méritos ante Dios para que este mundo siga existiendo.
Hoy, contemplen los mares como grandiosos Espejos de luz, semejantes a Mis Espejos en el Universo. A través de ellos, reflejo hacia el mundo la paz y aquellos corazones que estén abiertos podrán sentirla y recibirla en su interior.
Los mares son parte viva de Mi Fuente espiritual. Son la materialización de la pureza divina y existen en la Tierra para recordarle a los corazones, constantemente, que un día deberán retornar a Dios.
Los mares son una ofrenda del Creador al mundo, para que Sus criaturas puedan recuperar la Pureza Esencial y que, cada vez que sumerjan sus cuerpos en los mares, salgan renovados como una nueva esencia que surge de los estanques celestiales.
Y los seres marinos son los que, con amor, sustentan esa posibilidad de renovación para la Tierra.
Los mares no solo equilibran y transmutan al planeta; espiritualmente ellos son un camino para retornar a Dios.
Por eso, hijos Míos, a lo largo de los océanos están distribuidos los Espejos de luz, que los limpian y los purifican para que nunca pierdan la pureza que Dios les entregó.
Pero el sufrimiento de los seres marinos, la contaminación de las aguas y la incomprensión de los hombres ante la misión espiritual de los mares, los debilita y hace que, poco a poco, sostengan menos al planeta.
Ha llegado la hora de sustentar espiritualmente a los mares por todo lo que ellos entregaron al mundo.
Llegó la hora de reconocer la misión espiritual de la naturaleza, buscar una comprensión más amplia de la vida y no solo una comprensión aprisionada en el propio interior, en el propio yo, en la propia personalidad y en la vida personal.
Todo en el mundo, como en el Universo, tiene una razón para existir.
Toda la vida cumple una función espiritual, y es a través de la comunión y de la unidad vivida entre todos, que el Plan de Dios se cumple y el retorno al Origen se manifiesta.
Todo es parte de la multiplicación de Dios, en todo está Su Presencia y como un misterioso rompecabezas celestial, el Creador cuenta con cada una de Sus criaturas para expresar Su Unidad. Por eso, hijos, toda la vida depende de la unidad entre los seres.
Entonces, comprendan hoy, la grandeza de los mares y su misión en el mundo.
Oren por los océanos, oren por la vida que habita en su interior y agradezcan todos los días por su existencia.
Con el simple acto de pensar menos en sí mismos y más en la Creación, se aproximarán a Dios y colaborarán en la expresión de Su Divina Unidad.
Yo los bendigo en este día de gracias y les agradezco por estar conmigo, orando por los océanos.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los Océanos
Queridos hijos Míos:
Que en los tiempos de hostilidad reine la paz, y la unidad construya los puentes entre las consciencias y Dios, para que desciendan todos los prodigios y las Gracias sobre las almas.
Queridos hijos, que en los tiempos de hostilidad reine la paz, para que todo el planeta se purifique en una mayor armonía, y se libere de las cadenas que le ha impuesto el hombre de superficie por medio de la degradación y del maltrato a los Reinos de la Naturaleza.
Queridos hijos, que en los tiempos de hostilidad reine la paz, para que todo ser en la superficie de la Tierra reconozca y acepte el tiempo de su redención, para que cada esencia pueda volver a comulgar con el Padre Celestial.
Queridos hijos, que en los tiempos de hostilidad reine la paz, para que todos se reconozcan como dignos hijos de Dios y las almas sirvan por amor al Plan de Dios, que en donación y entrega todos los corazones puedan dar el paso hacia la unión definitiva con la Creación.
Que en los tiempos de hostilidad reine la paz, ¡para que todo sea reconstruido!
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los apoya,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo en este día para restablecer en la consciencia, la comunión con el amor y la paz, para que las puertas se abran a la hermandad interior que cada alma está invitada a vivir. Así lo que llaman “fraternidad” comenzará a ser un ejercicio diario capaz de colocarlos más cerca del Propósito que el Universo presenta para cada nueva etapa.
Es así que su Madre Celeste viene para ayudarlos como humanidad a trascender las limitaciones humanas, las mismas que Vuestro Maestro del Amor se ofreció a liberar por medio de la divina experiencia del amor.
En ese sentido, queridos hijos, al conocer abiertamente la experiencia de los grados de amor, no tendrán que vivir sentimientos de rencor ni desarmonía, sino que sus corazones se abrirán para comprender al otro por medio de la transfiguración de sí.
Poco a poco sus vidas podrán ir perdiendo el miedo y se librarán de todas las condiciones que han colocado a la humanidad en un lugar, del que no puede salir ni tampoco avanzar.
¿Cómo comenzar?
Bastará, Mis amados, que su fe sea más fuerte que las flaquezas y que todas las caídas. Su convicción debe enfocarse en profundizar en los grados de amor, que los colocarán en otro punto de la experiencia y en donde sus pequeños espíritus se enriquecerán por vivir el amor como esencia y como camino interior; lo que también les hará conocer el perdón, y ese atributo tan fundamental librará sus almas de las cadenas y de los obstáculos de la consciencia cuando tan solo acepten vivirlo.
Amen cada momento a pesar de que sea difícil, esta escuela del planeta solo los hará crecer en el amor y en la verdad.
Sean pacientes y no cierren sus corazones, porque cada hermano, cada ser semejante a ustedes, también debe trascender su propia condición humana.
La unidad, que es inquebrantable cuando está impregnada por el amor, los ayudará, crean en eso.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Quien les da la fuerza interior y el coraje para proseguir,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos amados:
Yo soy la Reina de Cielo y de la Tierra, la Madre de cada criatura que vive y anima los universos. Yo soy su Santa Madre Celestial.
Yo soy la misma que detuvo guerras con los méritos generados con la pureza y la simplicidad de tres pastores.
Soy la misma que unió pueblos y culturas por la confianza de un amado indígena, en una nación querida, que Me dedicó la vida y los siglos que vinieron después.
Yo soy la misma que, en Oriente, advierte a las almas para que reparen el Corazón de Dios a través de la comunión con Mi Hijo.
Yo soy la misma que, en Medjugorge, conduce los corazones al descubrimiento de la paz. Yo soy la misma que, como un Búfalo Blanco, Me manifesté ante los ojos de quienes así podían comprenderme, para que ellos también viviesen la paz y la comunión con toda la vida, con toda la Creación.
Yo soy aquella que los advierte, pero que también los ampara.
Yo soy aquella que les dice la verdad que no quieren oír y les muestra lo que no quieren ver, porque llegó la hora de dar nuevos pasos en la transformación del espíritu y de la consciencia. Pero Yo no les traigo solo advertencias sino que también les muestro el camino hacia la Salvación y les enseño, día a día, a encontrar a Cristo y, a través de Él, toda la verdad de la vida superior.
Yo vengo a retirarlos de la ilusión de este mundo, porque muchos están ciegos de corazón, sordos de espíritu e incapacitados de liberar la propia alma de los abismos del materialismo y de la perdición humana.
Yo vengo para abrirles un nuevo horizonte, para que todos Mis hijos reciban la oportunidad de despertar.
Yo vine para transformar la cuna de la oscuridad en el nuevo pesebre de Belén, y devolver a Mi Hijo el reinado que a Él le pertenece, y no a las fuerzas mundanas.
Yo estoy aquí, hijos, para preparar el camino de Cristo, porque Su Luz y Misericordia descenderán sobre cada partícula de vida y buscarán despertar la verdad en las almas adormecidas.
No vengo para llevarlos a una religión, ni nueva ni vieja; vengo a despertarlos al Ahora, a la vida superior que trasciende cualquier doctrina.
Vengo para que descubran la expresión verdadera de la palabra unidad, que tienen en el nombre de esta nación. Vengo para tornar esa palabra viva, en la vida de todos aquellos que Me dijeron sí.
Es posible transformar la condición humana retrógrada en la que viven, creyendo que eso se llama progreso y confort.
Hijos, muchos están muriendo en espíritu y no lo ven. ¿Dónde está su mente? ¿En qué andan sus pensamientos, aspiraciones, intenciones? ¿Acaso piensan en Dios todos los días y preguntan cuál es Su Voluntad para este planeta y para la humanidad?
Vengo hasta aquí para retirarlos de la ignorancia y del excesivo cuidado consigo mismo.
Quiero retirarlos del egoísmo, como nación y como humanidad, para que puedan percibir que millones de hijos Míos, en muchas naciones de este planeta, están sufriendo y padeciendo para que unos pocos vivan el confort y el egoísmo que sus ojos ciegos buscan incesantemente.
Hijos amados, porque los amo y porque son Mis Hijos, es que les digo estas cosas.
Muchos vienen hasta aquí buscando una vida mejor y se confunden con la profunda ilusión que este mundo ofrece, olvidándose que la verdadera misión de esta nación es restablecer la paz en el mundo, porque tiene poderes humanos para eso.
La unidad que lleva en el nombre debería ser un atributo vivo que uniera todas las naciones mediante el espíritu de fraternidad, de comprensión y de servicio a los más necesitados. ¡Basta de explotar y de usufructuar de aquello que no les pertenece, hijos, mientras muchos sufren las consecuencias de esas acciones desenfrenadas!
Vengo aquí para enseñarles el poder de la oración, que transforma la consciencia y la vida humana.
Vengo a pedirles que se unan a Mí de corazón, que pidan el auxilio de Mi Hijo, para que Su Perdón descienda sobre la Tierra y convierta lo que está oscuro; para que puedan no solo vivir la paz sino también establecerla en el mundo.
Como su Madre y Reina de la Paz, Yo les pido, hijos Míos: clamen por la Misericordia de Mi Hijo, para que Él venga y les dé la Gracia del despertar definitivo, abra sus ojos a la verdadera luz del Infinito y los conduzca al triunfo del Plan Divino para este planeta, porque llegó el momento de esta vida y de esta Tierra de tornarse sagradas.
Yo los amo y los bendigo para que Me escuchen y comprendan lo que les digo.
¡Que la Paz de Mi Hijo los inunde y los transforme para siempre!
Les agradezco por estar hoy Conmigo,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Con la confianza que Dios merece, queridos hijos, hoy les traigo hasta México la Divina Compasión para que Ella toque los corazones que más necesitan de cura interior y de paz.
Abriendo las puertas al Amor de Dios, coloco a cada uno de sus pequeños corazones en la Fuente de la Unidad para que ustedes y el mundo se fortalezcan en ella, y así se acabe pronto la indiferencia mundial.
Es por eso que como su Madre de Guadalupe hoy les traigo la Fuente Primordial para que la reconozcan como filiación dentro de ustedes.
Queridos hijos, con la alegría que hoy Me trae aquí, hasta la Ciudad de México, les muestro cómo es posible a pesar de todo cumplir la Voluntad de Dios, y así poder establecer el principio de la paz inexistente en muchos corazones.
Mostrándoles a todos Mi Corazón Inmaculado hoy les dejo la posibilidad de renacer todos los días en Dios, y así vivir en Su Amor para que su fe sea inquebrantable.
Hijos Míos, les doy las gracias por todos los esfuerzos realizados y les pido que confíen en Mi Espíritu Santo, porque Él siempre será para ustedes la fuente de la manifestación de la Obra del Altísimo.
Les agradezco a todos por acompañarme en esta sagrada misión.
Los bendice bajo el Espíritu de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más