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Entra en el Silencio interno y profundo de Dios; y contempla, así como lo hace el Padre Eterno, toda la Creación, sus diferentes dimensiones y planos de consciencia.
Ingresa lentamente, a través de tu alma, en el Silencio ardiente de Dios y delante de ti observa, así como lo hace el Padre Eterno, la llama sagrada del Propósito Original, para que así estés en interno contacto con la ciencia de la Sabiduría.
Adéntrate en el soberano Silencio de Dios para que, en meditación y armonía, contemples los diferentes estados de los Aspectos del Padre Eterno.
Sumérgete en el océano desconocido del Silencio de Dios para que, tomando contacto interno con el vacío del Padre, encuentres el Todo, la Chispa Divina que una vez originó en el espíritu el comienzo de la Creación.
Únete al Silencio interno de Dios para que, así como el Padre Eterno, observes la dimensión de Su Bondad, Amor y Misericordia.
Recibe, en tu corazón, la revelación del Silencio divino y eterno de Dios, ante el actual escenario planetario, a fin de que toda la esfera terrestre sea impregnada de las sagradas corrientes evolutivas y cósmicas, fuentes inagotables que restablecerán en la consciencia humana los principios y los méritos de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En la solemnidad de la Vigilia Pascual, Yo los llamo a ingresar en una postura de silencio y de recogimiento, para que acompañen el momento culminante de la Resurrección de Cristo; pero para que ustedes también contemplen, a la vez en sí mismos, la resurrección espiritual que pueden vivir sus seres.
En este día, queridos hijos, en el que esperamos en el Sepulcro que resucite el Redentor, pidamos al Padre Celestial por todos los hermanos y hermanas en el mundo que necesitan despertar o reencontrarse con el Amor Crístico de Mi Hijo, Amor que perdieron.
Queridos hijos, que este momento de vigilia y de reflexión represente la oportunidad de contemplar en sí mismos los valores y las Gracias que Mi Hijo les otorgó con confianza, amor y fe.
Que la Resurrección de Cristo sea el camino de salida para cuantos esperan encontrar una respuesta, porque en la Resurrección está el Amor Vivo de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aquellos que están en las tinieblas volverán a estar en la Luz, porque nadie dejará de ser contado o contemplado por el Padre en toda la superficie de este planeta. Por esa razón, encarné en este mundo, nací en un pesebre, prediqué, curé e hice milagros para rescatar a los corazones. Así también, padecí por ustedes, hasta la Muerte en la Cruz, por esta justa causa que el Padre Eterno Me había encomendado.
Todos tendrán la Gracia, después del arrepentimiento, de retornar a la Luz de Dios y de ser parte de Su Reino; porque no existe otro motivo u otra causa, otra razón u otro propósito, sino que todos los hijos del Padre, las llamadas criaturas de este universo, contemplen en la gloria Su Sagrada Faz para formar parte de Su Reino.
Su causa más justa es el Amor, por eso Él se dejó morir por los hombres y mujeres de la Tierra, porque si Él hubiera querido, a través de Su Hijo, hubiera impedido la Dolorosa Pasión de Jesús.
El Poder de Dios no se mide por Su fuerza, sino por la dimensión indescriptible de Su Amor, que fue capaz de permitir que Su Amado Hijo derramara Su Sangre, gota a gota; para que, en el supremo dolor y agonía, convirtiera los males de este mundo hasta el fin de los tiempos y así se concediera a la humanidad los méritos de Cristo a través de Su Dolorosa Pasión, que le concedió al mundo la puerta de la redención y de la esperanza, puerta divina que aún está abierta para las almas y los corazones que quieran cruzarla para transformar así la vida, para redimir así la consciencia, para poder recibir en el corazón el código crístico transfigurador.
Una vez más, contemplen así Mis cinco principales Llagas de Luz que hoy aquí las manifiesto y se las presento a ustedes y, a través de ustedes, se las presento al mundo entero, necesitado de la imperiosa e infinita Misericordia de Dios, que se derramó de forma abundante en la Cruz del Calvario.
Hoy así, Yo los invito a asumir su propia cruz, no como un acto de condenación o de castigo, sino como un acto de amor y de sacrificio por el mundo, principalmente por los que no entienden Mis Palabras y no acogen en su corazón Mi Mensaje; porque existen corazones muy llenos de sí y así la Gracia no los toca ni los transfigura. Pero todo tiene su tiempo y su hora, así como el Hijo de Dios tuvo Su hora y Su tiempo para vivir la Cruz.
En estos tiempos de tribulación planetaria, en los que las almas por sí mismas atraviesan la noche oscura y desconocida, los llamo a aferrarse a Mi gloriosa y redentora Cruz para que, a través de Mi Cruz, sus caminos sean bendecidos y guiados hacia el Padre Eterno. Porque eso es lo que más importa en este momento, que sus almas algún día lleguen a Dios, a Su Fuente infinita de Gracia y de Misericordia, que en el Retorno de Cristo reparará los graves errores cometidos en el mundo y en la humanidad, les dará vida y esperanza a todos los que las hayan perdido.
Esta Fuente de Gracia y de Misericordia desconocida, también resucitará a los muertos, inclusive a los muertos en vida; porque cuando llegue la hora del Retorno del Señor todo deberá estar preparado, así como sus corazones deberán estar prontos.
Por esto, rezo y oro todos los días para que sus corazones estén prontos y Mi Retorno no los tome de sorpresa, sin estar conscientes de lo que significa ese importante momento del Retorno del Señor.
Así como la mesa de la redención fue preparada a través del pan y del vino y se instituyó, de forma amorosa, el Sacramento de la Redención; así también sus templos internos deberán estar preparados, siguiendo con filiación los preceptos de Dios y no otros, para que sus caminos estén guiados hacia Dios, para que Él cumpla así Su Voluntad, Su última Voluntad, que está escrita en el Cielo como en la Tierra, y que debe mostrarse en sus corazones.
Es así que hoy les traigo el misterio de la Cruz de una forma elevada para que comprendan la amplitud de la tarea que el propio Padre Eterno llevó adelante a través de Su Hijo; contemplando, en la grandeza de Su Amor y de Su Bondad, no solo a las almas más necesitadas de Su Misericordia, sino también a todos los planos de consciencia que también necesitaban de redención y de luz.
Hoy, ustedes y el mundo están en un momento culminante.
¿Cuál será el rumbo que tomará la humanidad en el fin de estos tiempos?
¿Quiénes estarán, de corazón, disponibles para preparar el Retorno de Cristo, bajo los mandatos que están previstos por el propio Padre Eterno para este tiempo final?
Tengan fe y crean porque así estarán Conmigo, eso es lo que espero de Mi Obra de Misericordia y de Redención del mundo en el final de estos tiempos; cuando la última hora del reloj marque el gran acontecimiento del Retorno de Cristo, y cuando las sublimes trompetas de los ángeles y de los arcángeles suenen en este universo local para anunciar la llegada de Cristo, no como una imaginación, sino como una realidad.
Estén atentos a Mis últimas señales. Las señales vendrán del Cielo y no de los hombres, así como muchas señales llegaron del Cielo para el pueblo de Israel, así como las señales llegaron para el propio Moisés, Abraham y los profetas.
Esto se seguirá cumpliendo y no cambiará. Nadie puede alterar la Mano de Dios y, principalmente, lo que Él escribe con tanto celo; porque Su Voluntad, profunda y eterna, solo la podrán conocer cuando lleguen al Cielo y estén cara a cara con el Padre Eterno.
Esa será la hora de que sus almas, estando desnudas ante Dios, con todo lo vivido y lo experimentado en la Tierra, vivan su propia síntesis espiritual, que necesitará ser aportada en los llamados Estanques de la Creación.
Por eso, no me cansaré de decirles que no se puede evolucionar en este mundo sin vivir los grados del Amor, porque esta es la escuela de este planeta y esta es la escuela que Yo instituí y nunca cambiará.
Para que Mis Planes se concreten, en este universo material, debe actuar la Ley del Amor; cuando esa Ley no actúa, nada, absolutamente nada, se concretará.
El Dios de la Vida, de la Verdad, de la Justicia y de la Misericordia, a través de Su Amadísimo Hijo, Cristo Jesús, se dejó clavar en la Cruz hasta morir. Y en esa hora, Él no impartió Justicia, sino Misericordia; Él no impartió condenación, sino salvación; Él no hizo sumergir a Sus hijos aún más en la oscuridad, sino en la Luz, y eso fue por Gracia de la propia Alma de Cristo que, saliendo del Cuerpo del Flagelado, iluminó al mundo entero y lo salvó.
Quiero que esta sea la convicción de cada uno de ustedes, su propia verdad, su propio motivo y hasta su propio propósito espiritual y humano.
Yo no vengo a enseñarles algo diferente de lo que he dicho en otros tiempos, vengo a recordarles lo que les enseñé para que lo cumplan y para que lo vivan por Mí. Eso es lo que espero todos los días y sobre todo en el fin de estos tiempos, en el que todo está en juego.
Mi Mano será capaz de salvar hasta la última oveja perdida.
Bajo la Gracia que ampara a este momento y que fortalece en fe y amor a los que creen en Mí, volveré a responder sus intenciones.
Por último, bendeciré la cruz que han traído para que la puedan hacer parte de sí, cargando con su propia cruz por Mí y sabiendo que el consuelo de Dios es inmutable.
Ábranle sus corazones a este misterio de Amor. Eso es lo que espero y nada más les pido.
P: ¿Cristo, debo vivir cerca del lago de Dornes, en Portugal?
R: Sí.
P: Amado Jesús, ¿cómo silenciar mis aspectos irascibles? Gratitud.
R: Ayuno de palabra.
La persona que escribió esta pregunta, Cristo dice que es un alma inocente:
P: Cristo, Su Retorno está cerca y aún no conseguí resolver todos los problemas de esta vida, ¿qué hago?
R: Entrégaselos a Dios.
P: ¿Cuál es Tu Voluntad para mi vida?
R: Que seas capaz, al menos, de imitar a María, Mi Madre. Y pedirás Luz en la oración.
Esta es una pregunta que Cristo no va a responder porque es una pregunta financiera. Él dijo que no trata de mercado, sino trata de almas.
Siguiente pregunta:
P: ¿El fin de la guerra depende de qué?
R: De que ya no vivamos la guerra entre nosotros y no nos lastimemos. Comenzando, dijo Cristo, por la guerra de la palabra.
No entiendo toda la colocación, pero voy a intentar hacer la pregunta:
P: Señor, ¿cómo revelarte a todos?
R: Él dijo que solamente por el sentir y la presencia de Su Amor.
Esta es una pregunta sabia y preventiva:
P: Para los tres días de oscuridad, ¿cómo debemos prepararnos grupal, individualmente y con los Reinos?
R: Él dijo: sin ansia de miedo, con sabiduría e inteligencia; sin excesos.
Una pregunta semejante a las de los últimos días:
P: Amado mío, Cristo: ¿es Su Voluntad que yo tenga un compañero, una familia?
R: Sí.
P: ¿Qué es lo que me impide dar el paso?
R: El miedo. El miedo, dijo Cristo, a lo que no puede controlar.
P: Señor, bendice mi unión conyugal.
R: Que sea bendecida.
Están apareciendo, dijo Cristo, muchas preguntas que inquietan a algunos corazones, pero Él va a ayudar.
Las preguntas dicen lo siguiente:
P: Señor, ¿debo vivir el matrimonio y la maternidad humana en esta vida, para apaciguar mi corazón?
R: Pregúntaselo, en oración, a María.
Vamos con otras dos:
P: Señor, Madre María Shimani ¿volverá a instruir en la Obra?
R: El don que Yo he concedido, dijo Cristo, no se pierde. Los dones se viven por ciclos y en otros ciclos se recogen.
Es lo que Él puede responder.
P: Cristo, ¿podemos internar a Casiano, sin la voluntad de él?
R: Él dijo que esto es imposible de hacer si no hay amor.
P: Amado Maestro, ¿qué es aquello que me muestras que no logro ver?
R: El camino de la consagración.
¿Puede seguir?
Todos responden: ¡sí!
P: ¿Cuál es mi tarea en el Plan de Dios?
R: Ser un espejo del Amor de Dios en la Tierra.
P: Maestro, dame fe, coraje, discernimiento y sabiduría, donde yo esté. Preciso de fe, Señor, solo Tú me la puedes dar.
R: Recibid.
Esta es una pregunta, dijo Cristo, que interfiere en toda la humanidad, y es la siguiente:
P: ¿Por qué tengo tanta dificultad de parar de ver videos cortos e inútiles en internet?
R: Porque está en primer lugar la tentación y no Dios.
P: Amado Jesús: ¿cómo actuar, aun viendo la maldad predominando en todos los lugares, principalmente en los niños, destruyendo la importancia de la familia y de Dios.
R: Debes buscar, dijo Cristo, el amor y la neutralidad. No hay otra salida.
P: Señor, ¿qué debe manifestar la casa que adquirimos?
R: El servicio. Principalmente, dijo, el servicio a los moribundos.
P: Señor, ¿mis padres desencarnados están en un buen lugar?
R: Uno está en el Cielo y otro está aún en el purgatorio. Debe rezar para que quien está en el purgatorio pueda llegar al Cielo pronto. Ten fe.
Esta es una pregunta espiritual, dijo Cristo, realmente:
P: Maestro, ¿podría explicarnos en forma literal qué significa ser “víctimas de Tu Amor”?
R: Es no ser nada, para que Él lo sea en todo.
P: Delante de tantas tareas prácticas y administrativas que los monjes asumieron, ¿cómo la Orden podrá renovarse espiritual y litúrgicamente?
R: Aquí ya está respondida la pregunta, dijo Cristo: colocando en primer lugar la vida del espíritu y la liturgia, para que el alma no muera.
P: Cristo, ¿cómo obtener absolución de los errores cometidos?
Fray Elías hace la Señal de la Cruz hacia todo el auditorio.
P: ¿Qué va a pasar con la Obra si decidimos conscientemente no vivir la unidad y el amor?
R: Desaparecerá.
P: Cristo, aspiro a postularme como devota en la Orden Gracia Misericordia, ¿está en Tu Voluntad?
R: Habla con los superiores de la Orden.
Última pregunta:
P: Señor, delante de tantas tribulaciones, pruebas y desafíos, ¿cómo podemos vaciarnos y estar enteros Contigo?
R: No queriendo nada para ti.
Oremos:
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amen.
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Señor de Judá, Quien rige la tribu de la sabiduría eterna, que abre las puertas al conocimiento mayor y a través de la Palabra de Vida transforma a los corazones, unge las vidas y consagra a las almas.
He aquí el León de Judá, el símbolo del Gobierno Espiritual del Padre, que impulsa el cumplimiento de Su Ley y de Su Verdad, encendiendo en cada ser la Llama del Espíritu Trino para que todos caminen en la ascensión, en la búsqueda incesante del infinito, del llamado origen interior, puerta que se abre para el despertar de la consciencia, para la transformación de las formas, de los planos y del éter, a fin de que se establezca la Ley que es nutrida por el Divino Espíritu del Padre y por el Centro Regente de Su Amor Cósmico, Llama Incandescente que todo ilumina y todo transforma, que todo renueva y todo pacifica.
El León de Judá es una de las representaciones del Gobierno del Padre Eterno, una de las más sagradas intenciones que fueron entregadas en las propias manos de los arcángeles, para que Su Proyecto y Su Voluntad se cumpliera, así como lo fue con Mi Encarnación en el mundo para todo este universo y más allá de él.
Quiero que hoy estén dentro de esta consciencia sagrada, para que todo pueda ser sublimado con la fuerza que otorga el Amor de Dios en las almas, con el ímpetu que el espíritu proporciona para vivir la superación, subiendo un escalón de Luz por vez, para que se sientan seguros en los pasos que están dando en estos tiempos.
He aquí el camino de la ascensión de la vida y de la transformación de la condición humana, impulsado por la Ley de la Gracia y de la Misericordia, que unge y consagra a las criaturas de Dios para que puedan vivir en el Padre y se sientan parte de Su Reino, aun viviendo la vida en la Tierra; porque es el alma que puede vivir en el Cielo, aunque esté en la Tierra, es el alma que le puede espejar a sus vidas las Gracias y los Tesoros de Dios, que son incalculables.
Dentro de esta consciencia de Amor y de Sabiduría, llamo a los benditos hijos de Dios para que comulguen de la presencia del León de Judá; así, esta y otras tribus puedan ser renovadas y reparadas, preparando el escenario del planeta y principalmente de los mundos internos para el anunciado Retorno de Cristo.
Y como testimonio de que esto sucederá, les he dejado el legado de la Santa Eucaristía a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre transustanciados, para que todas las veces que sea necesario, todas las veces que lo puedan hacer, retornen al Santo Sacramento del Altar para poder volver a tomar contacto interno y espiritual, por intermedio de la Eucaristía, con los impulsos que he dejado para preparar a las almas y espíritus para el Retorno de Cristo, ya que cada uno deberá cumplir una parte en este camino preparatorio del Señor.
Por eso, vengo aquí a dejar los signos de la Verdad, en la representación simbólica y eterna del León de Judá, del Rey de Reyes.
Es así que, en esta consciencia de Sabiduría y Amor también pueden tomar contacto, de forma directa, con el consuelo de Dios, que fue lo que también preparó el corazón de Mis apóstoles en el pasado, para que ellos pudieran vivir al servicio del Plan.
Quiero que el símbolo del León de Judá sea el símbolo de la reparación y de la restauración de sus consciencias para que, en la vida, tengan claridad en sus decisiones, paz en sus aprendizajes, sosiego en sus conflictos. Porque cuando el Amor del Rey actúa, todo puede ser transformado, solo basta abrirle la puerta para que esto suceda.
Hoy, vengo aquí con este terafín del León de Judá, para que lo puedan contemplar en su corazón y saber que en Cristo está la fortaleza, la verdad y la vida, que ayuda a las consciencias a vivir en paz el camino de la redención; porque Mi Amor solo los elevará hasta poder alcanzar la trascendencia de sus propias miserias y aun de sus propios juicios, porque en el Amor de Cristo no existe la división, solo existe la sagrada expresión de la unidad eterna, que es a la que hoy sus ojos deben estar observando y contemplando, así como Mis Ojos contemplan la Sagrada Unidad de Dios.
Tráiganme aquí la cesta con las preguntas.
P: Amado Señor, ¿cómo puedo lavar Tus Pies y no el Señor lavar los míos?
R: Con ejemplos de caridad y de amor.
P: Amado Señor, ¿qué más te puedo ofrecer para la conversión de la persona por la cual yo oro todos los días?
R: No perder la fe.
Esta es una pregunta elevada, dijo Cristo:
P: ¿Cuál es el significado del verdadero amor incondicional?
R: Es que me superen mucho más en lo que hice por ustedes, a punto de renunciar a sus propias convicciones y creencias.
P: Señor amado, Yo sé lo que aflige a mi personalidad, pero ¿qué es lo que aflige a mi alma?
R: Lo que tu personalidad podría estar haciendo, sin darte cuenta.
P: ¿Quién soy yo y qué quieres de mí, Señor?
R: Que tomes tu cruz y Me sigas, y sirvas a los pobres.
P: ¿Cómo consigo mantenerme firme para no caer en las mismas tentaciones?
R: Que tú no creas en la tentación.
P: Cristo amado, ¿qué debo hacer en relación a mi hermano Luis? Gratitud.
R: Debes ayudarlo hasta donde él lo permita.
P: ¿Cómo nuestras oraciones y las oraciones de otros grupos podrán evitar el caos previsto, que podría exterminar la vida en la Tierra?
R: Creyendo en la oración.
P: Cristo, ¿necesitas decirme algo que no estoy percibiendo internamente?
R: Cuida de tu estado irascible.
P: Amado Jesús, ¿qué puedo hacer para tener un corazón manso y humilde semejante al Tuyo?
R: No reaccionar, sino amar.
P: Maestro, el Señor que conoce profundamente mi ser, mis imperfecciones y mi estado actual, ¿cuál es el próximo paso que esperas de mí?
R: Que no te detengas.
P: Maestro, ¿cómo romper con el ego y vivir el amor que nos pides?
R: Viviendo el amor.
P: Jesús, ¿será que algún día seremos dignos hijos de Dios?
R: Si lo preguntas es porque no lo crees, cuando creas, nunca más lo preguntarás.
P: Jesús, ayúdame a perdonar. No lo estoy consiguiendo, fui calumniada y el Señor conoce mi corazón y sabe la verdad.
R: Cuando atravieses esta puerta ya no sentirás esto. Los justos serán honrados y los injustos serán transformados.
P: Señor, en este final de los tiempos, ¿dónde debo estar y qué debo hacer?
R: Debes estar y debes hacer lo que tu corazón te dicte.
P: Amado Señor, a veces no me amo, a veces quiero morir, desaparecer, a veces es como demasiado. ¿Qué me está queriendo decir todo esto?
R: Que tu energía está en el lugar incorrecto.
P: Señor, ¿por qué hay tanta desunión en mi familia?
R: Porque el mundo está controlado.
Esta es una pregunta sabia:
P: Maestro, ¿cómo unir lo que está separado?, ¿cómo unir a los corazones que se enfrentan los unos contra los otros? En gratitud y reverencia.
R: Donde no está el amor, Yo no estoy.
Una pregunta verdadera, dijo Jesús:
P: Amado Señor, ¿qué tengo que hacer para que Tu Amor habite completamente en mi ser?
R: Entregarme tu corazón.
Complementando a esta pregunta anterior, Cristo le sugiere que pueda leer la vida de Santa Teresita de Jesús, Santa Teresa de Lisieux.
P: Cristo, ¿mi lugar cierto, correcto, es vivir como residente en Figueira o dónde estoy, en la vida social y seguir una vida familiar?
R: Hay almas que tienen el destino de formar familias.
P: Señor, ¿debo consagrarme como auxiliadora?
R: Depende solo de ti.
Última:
P: Cristo Jesús, Maestro y Compañero, el libro que escribí está de alguna forma clareando ciertas mentes que por ignorancia abusan de su preciosa energía vital.
Él no comprendió la pregunta.
Estas almas, dice Cristo, son preciosas porque no piden, sino que agradecen:
P: Jesús amado, perdóname, perdóname y perdónanos, como también a la mayoría de la humanidad, que no sabe de la inmensidad de Tu Amor. Gratitud, Señor, por todas las Gracias que derramas sobre nosotros. Gracias, Señor. ¿Tú lo aceptas, Señor?
R: Claro que sí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Oremos:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a hacer una oración que Cristo nos está dictando en este momento, para acompañarlo en Su tarea de hoy.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo nos está enseñando esta oración, la haremos frase a frase:
¡Oh, Santo Cáliz del Señor!,
vertiente insondable del perdón,
aplaca la injusticia en este mundo.
Amén.
(tres veces)
Delante del Santo Cáliz del Señor y de la dolorosa Corona de Espinas, que Él hoy nos presenta a todos como Reliquias Espirituales, vamos a orar juntos esta oración que Cristo nos ha enseñado, implorando ante el Sagrado Corazón de Jesús que, por los méritos vividos en Su Dolorosa Pasión y los códigos guardados en cada una de Sus Reliquias, se alcance el perdón en este mundo y el fin de la injusticia.
Vamos a orar juntos:
¡Oh, Santo Cáliz del Señor!,
vertiente insondable del perdón,
aplaca la injusticia en este mundo.
Amén.
(ocho veces)
Que las Sagradas Reliquias de Mi Pasión justifiquen los errores del mundo, para que todos los males sean disueltos de la consciencia humana y de la consciencia planetaria.
Dichosos y felices serán aquellos que, viviendo en Cristo a través de sus obras y principalmente de sus oraciones, contemplan diariamente las Reliquias del Señor, como un símbolo de redención y de luz para el mundo y también para las causas imposibles.
Hoy el Santo Cáliz del Señor recibe, dentro de sí mismo, el ofrecimiento de todos los seguidores de Cristo, y la dolorosa Corona de Espinas es contemplada por los santos ángeles presentes; para que, a través de ellos, las almas reciban también el ofrecimiento del sacrificio, a fin de que se cumpla la Voluntad de Nuestro Padre Dios, conforme Él lo ha escrito en el principio y especialmente para el final de estos tiempos.
El Sagrado Cáliz del Señor es el testimonio vivo del triunfo del Amor de Cristo a través de cada gota de Sangre que fue derramada en la Dolorosa Pasión del Señor; Sangre Divina y Eterna, Espiritual y Sublime, que ha sido guardada por los ángeles del Cielo, para ser depositada en el final de estos tiempos en aquellos que han sido llamados a preparar el Retorno de Cristo; no solo para que sean purificados por la Preciosa Sangre de Jesús de todas sus imperfecciones y traumas, sino también para que, a través de esta Preciosísima Sangre, un código evolutivo de vida pueda seguir consagrando a las almas al servicio espiritual del Creador mientras estén encarnadas en este mundo y hasta el fin de sus días.
Por eso, hoy traigo este Santo Cáliz del Señor, que cada vez que se presenta y se manifiesta a las almas de Mis compañeros y compañeras, los ángeles se hacen presentes para celar y guardar estas Divinas Reliquias, que fueron testimoniadas por la propia entrega de su Maestro y Señor en cada pasaje por la Tierra, en cada experiencia vivida, en cada momento compartido, como en cada milagro que fue ofrecido y otorgado.
Hoy el Santo Cáliz del Señor se abre para recibir el ofrecimiento de los hijos de Dios, para que ellos depositen sus más puras y verdaderas intenciones y para que, siendo consumado, esto aplaque los errores que se cometen en este mundo y en la humanidad, a fin de que triunfe el poder del Amor de Cristo, y este Amor, que es vivo e invencible, sea una señal interna, un sello grabado en los corazones que viven por Cristo y para Cristo.
Mientras estas Sagradas Reliquias del Cáliz y de la Corona de Espinas están aquí, el mundo está siendo irradiado desde el plano espiritual para que las fuerzas retrógradas se paralicen y se detengan y la Luz Eterna que proviene del Corazón Puro de Dios, a través de la Presencia de Su Amado Hijo, disuelva las tinieblas más profundas del planeta, Gracia que es concedida y otorgada por los que hoy están presentes aquí, por los que confían en Cristo.
De esta forma, los planes del mal se detienen, las puertas del infierno se cierran, porque tiembla dentro de sí, ante la presencia del Amor Crístico de Dios.
Por la intervención de las Sagradas Reliquias de Cristo y principalmente por el honesto ofrecimiento de los corazones, que una vez más se han hecho presentes aquí, y también a la distancia para escuchar la Palabra del Señor, la Palabra de liberación y redención.
Mientras estas Sagradas Reliquias son traídas del Cielo por la presencia de los ángeles guardianes, las fuerzas del mal tiemblan porque no pueden cumplir sus planes.
Es el Amor Crístico del Señor que vibra en el corazón humano y en el alma, que abre la puerta de sus seres y consciencias para recibir Sus sagrados impulsos de elevación y de trascendencia.
Por eso, les debo volver a decir, compañeros, que no les teman a los tiempos de oscuridad, porque llegarán los tiempos de la Luz y del triunfo del Retorno de Cristo, triunfo que primero deberá vivir en sus corazones como un ejemplo de amor y de servicio por las almas.
Mientras las Sagradas Reliquias están aquí presentes, quiero que puedan meditar e interiorizar lo que significan y representan estos dos símbolos de Cristo en este momento planetario y principalmente para sus almas, porque no es la primera vez que, durante una Sagrada Semana, el Señor a través de Sus ángeles y por una orden celestial presenta las Sagradas Reliquias de Cristo para convertir en los corazones lo que aún no se ha convertido, para redimir en las almas lo que aún no se redimió y para transmutar todo lo que se opone a Mi Plan.
Así, también la humanidad es ayudada y recibe esta Gracia inexplicable, porque es una Gracia desconocida que no pueden medir con su pensamiento, sino con la verdadera intención del corazón y del alma que sí sabe y conoce al Señor, porque la siente cuando el corazón se abre a esto.
Hoy, volveré a responder algunas de sus intenciones.
Que las Sagradas Reliquias les otorguen el entendimiento y la sabiduría que provienen del Amor de Dios y de Su más grande misterio, guardados en Su Esencia Divina.
P: Cristo, ¿qué puedo hacer por la salvación de las almas de mis hijos y de mi esposo?
R: Toma el ejemplo de Santa Mónica.
P: Oh, mi Jesús, me gustaría saber cuál es mi talento.
R: La superación.
P: Dulce Jesús, Señor de mi corazón, ¿estoy haciendo en todo Tu Santa Voluntad?
R: Sí.
P: Amado Señor, ¿cómo romper la cáscara de la dificultad y percibir y sentir cosas sublimes y espirituales?
R: Cuando no dudes de Mí.
P: Estoy terminando la maestría, ¿debo hacer el doctorado? ¿Cuál es mi misión?, ¿es en la educación?
R: Sí, para ayudar a salvar los valores del mundo.
P: Perdón, Jesús, estoy en prueba, ¿puedo continuar, así como está o tengo que renunciar?
R: Renunciar a ser víctima de ti mismo.
Dijo Jesús que esta pregunta es una pregunta superior:
P: ¿Qué es la resurrección?
R: Volver a la vida por la fuerza del amor. Es el amor que otorga la resurrección, no existe otra explicación.
Aquí, dijo Cristo, que colocaron dos preguntas y era solo una, pero las va a responder. Él está riendo.
P: A) ¿Estoy cumpliendo Tus Designios?
R: Si lo preguntas es porque no lo sientes. ¿Para qué preguntas si los estuvieras cumpliendo?
P: B) ¿Qué debo hacer para cumplirlos?
Dijo que parece Pedro preguntándole.
R: Hacer lo que está escrito para tu encarnación.
P: Cristo te entrego mi voz para que la cures y la consagres. ¿Qué debo hacer?
R: Cantar.
Esta es una pregunta seria, dijo Cristo:
P: Maestro, ¿una dolencia física del corazón representa una transgresión de la Ley del Amor? ¿Cómo superarla o cómo curarla?
R: Esto, dijo Cristo, que depende de cada alma. No todos pasan por la misma experiencia, estar enfermo del corazón no significa falta de amor, sino estar soportando la falta de amor en el mundo y la falta de amor, dijo Cristo, entre hermanos. Hay almas, dijo el Señor, que se ofrecen para esto, pero no es fácil soportarlo.
P: Señor, hace muchos años, los Mensajeros Divinos nos dijeron que, así como tenemos una Madre en el Cielo, tenemos una Madre en la Tierra, la Madre María Shimani. Algo fundamental nos falta, ¿la Madre ya puede retornar?
R: Solo cuando ella reconozca lo que hizo.
Cristo no le está dando un castigo a la Madre, sino una lección de Amor a todos.
Es importante desapegarse de esto, dijo el Señor, para comprender la esencia de este aprendizaje.
Todo retorno o toda oportunidad depende de un paso honesto y Él espera esto.
Aquí no entiendo la letra, pero voy a intentar comprender la pregunta:
P: La persona le pregunta al Maestro cómo puede disolver el dolor de su corazón por su familia.
R: Dijo Cristo que no es sufriendo por su familia, sino amando a su familia hasta en lo más pequeño. Eso permite la transformación de la vida y concede una Gracia a las consciencias.
Última pregunta:
P: Señor, Cristo Jesús, ¿yo estaré encarnada para presenciar Su Retorno?
R: Eso es lo menos importante, lo más importante es que estés presente donde tienes que estar presente, sin esconderte de nada, porque eso otorga la confianza de Dios para el servicio que tienen las almas.
Que las Santa Reliquias de la Pasión de Jesús transformen y consagren a los corazones por la gloria de Dios.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Cristo, vamos a pedirles a los hermanos del coral entonar la canción: “O poder do Sangue” y vamos a llamar aquí, al escenario, a la hermana Melkame, de Etiopía, que vive en Estados Unidos, para que pueda recibir, como se merece, la consagración como adoradora que el Señor le quiere entregar.
Y vamos a hacer una oración por la consagración de adoradora de esta hermana, ofreciendo esta consagración al Corazón de Cristo por la tarea espiritual que el alma de la hermana asume en este momento.
Oremos juntos al Padre Celestial:
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vamos a prepararnos para la Comunión Espiritual.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Oh, Dios de Israel!,
que se cumpla Tu Ley hasta en lo más invisible y oculto,
para que todo el universo y todas Tus criaturas
conozcan el poder de Tu Bondad.
¡Oh, Señor de la Ley correcta, sabia y eterna!,
entrega Tus dones y Tus Gracias
a los que, todos los días de la vida,
se esfuerzan en vivir Tus Mandamientos.
¡Oh, Señor de la Verdad!,
que Tu Santa Mano escriba
a través de la historia de las almas
que, encarnadas en estos tiempos,
deben cumplir Tu Santa Voluntad.
Quiero que a través de Tus hijos, Padre Eterno,
se escriba Tu Verdad y se cumpla Tu Ley,
así como Tú lo has pensado desde el Origen.
De esta forma, Padre Eterno,
a través del servicio y de la donación de Tu Hijo,
por intermedio de la irradiación de Mi Amor,
las criaturas, encarnadas hoy en el mundo,
encontrarán la Luz de la Verdad en sus caminos,
para aprender a discernir
por la Gracia de Tu Sabiduría Infinita.
Esto reerguirá las bases de Tu Plan en la Tierra
y los 144 000 se reagruparán
para cumplir Tu mandato y Tu Voluntad.
Por eso, Señor del Universo,
en este tiempo de transición y de aprendizajes,
que Tu Mano escriba la Ley de Tu Bondad y de Tu Gracia
en los corazones para que,
como en el antiguo pueblo de Israel,
se vuelvan a cumplir Tus más Sagrados Designios,
los Designios del final de estos tiempos,
que provienen de Tu Reino Celestial,
y que, en las almas y en los corazones,
deben preparar el Retorno de Tu Amadísimo Hijo.
Tu Ley de Amor y de Verdad,
de Sabiduría y de Ciencia,
debe consolidarse en los corazones.
Por eso, Te pido, Padre Eterno,
que le otorgues esta Gracia especial a Tu Hijo,
así como Tú otorgaste la libertad y la redención
a través de la aceptación y del ofrecimiento
de la Muerte de Cristo.
Por eso, en este momento,
en el que los tiempos del universo se unen en uno solo
y las vibraciones superiores de todos los resplandecientes
se hacen presentes,
por la omnipresencia y la omnipotencia de Tu Hijo,
por el Poder Divino que Tú le has otorgado,
escribe a través de Tu Mano, Adonai,
lo que tanto esperas que se cumpla
en la vida de las almas en el final de este tiempo,
para que cada alma encarnada,
más allá de su condición o situación,
pueda ser un pilar vivo y firme de Tu Divino Reino,
por intermedio de la fuerza espiritual
del Amor y de la Luz, de la Misericordia y de la Paz,
que Tu Amado Hijo entrega y dona en abundancia
a todos los que se animan a decirle sí
para aprender a atravesar la noche oscura,
el desierto y la aridez de estos tiempos.
He aquí, Padre Amado, Señor del Universo,
el Agua de la Vida que sacia toda sed,
que nutre, a través de Mi Espíritu,
al alma que se ha secado y se ha corrompido,
que resucita a quien está muerto en vida,
que sana a quien está enfermo en sus emociones
y que cura a quien está enfermo en su mente.
Todo esto, Padre Amado,
es para que se cumpla Tu Ley, Tu Bondad
y Tu inmensa Misericordia que no tiene límites,
sino que es una fuente inagotable de abundancia,
a la que todos pueden volver
para poder quitar su sed.
Delante de los ángeles testigos de Tu Ley,
¡oh, Adonai!,
solicita a los Señores de la Ley del Universo,
que registren este ofrecimiento en el éter de este universo,
para que los espíritus y almas que lo necesiten
lo vuelvan a recordar,
todas las veces que sea necesario;
para que vislumbren a través de Ti, Adonai,
la llama sagrada de Tu Propósito,
que no podrá apagarse en ningún corazón ni alma
porque Tu Amor está vivo en Tus hijos, Adonai,
Tu Amor Eterno.
Quiero que así la Ley que proviene de Tu Fuente,
de Tu Divina Mente y de Tu Suprema Consciencia,
reorganice y redimensione
los planos de consciencia de Tus hijos,
para que se cumpla, Señor,
Tu Amor, pero también Tu Justicia,
y todos tengan la dicha de ser partícipes
de Tu Gloria y de Tu Reino Celestial
en el momento culminante del Retorno de Cristo.
He aquí, hijos de Dios, las Leyes Sagradas de la Creación, que fueron dictadas al pueblo de Israel a través de los profetas.
Hoy se vuelve a cumplir ese tiempo, así como se cumplió el tiempo de la Muerte del Señor, de la entrega de Su Cuerpo y de Su Sangre, como fuente salvífica para las almas.
Esta es la Ley, semejante a una flameante llama que reenciende el corazón, la vida y el espíritu; que no quema, sino que purifica; que transmuta y que libera las formas más corruptas de la vida humana, los universos más bajos del planeta, sin batallar; porque la Ley de Dios es neutra y sabia, y emite eternamente Su sabiduría y entendimiento a las almas creadas y a todas las demás criaturas de este y de otros universos.
Así, alinéense a la Fuente Creadora de Dios, en esta hora en la que la Fuente de Su Gracia y de Su Misericordia está abierta para otorgar expiación a través de un verdadero arrepentimiento y penitencia.
Quiero poder reconocer en ustedes los valores del Creador en la esencia más íntima y profunda de la consciencia humana.
Pero lo que es superior nunca puede comulgar y unirse a lo que es inferior, porque recuerden que todo lo que se ha desatado en el Cielo será desatado en la Tierra y todo lo que se ha desatado en la Tierra también será desatado en el Cielo.
Hoy, están ante la Sinagoga Espiritual de Dios, ante una de las doce expresiones de la Consciencia Trina.
Aquí, Yo estoy presente emanando la Ley del Creador, irradiando Sus Principios internos y eternos, entregando el bálsamo de Su Sabiduría espiritual para que todo lo que hagan sea bajo ese estado, bajo esa Gracia y bajo esa Ley, teniendo en primer lugar la Ley del Amor. No lo olviden, así podrán comulgar del Cielo y, aun estando en la Tierra, podrán ser contemplados en el Reino que se expresa en la Creación de Dios.
Por eso, los ángeles, testigos de la Ley, están aquí para que en solemnidad acompañen este momento, que no es concreto, sino espiritual; porque sus consciencias y la de sus hermanos ya deben aprender a elevarse espontáneamente y, aún más, esto será necesario en el Armagedón de estos tiempos, para que sus consciencias tengan la Gracia de la neutralidad, que es uno de los dones y de las virtudes de la Sabiduría Divina, así como lo es el sagrado silencio.
Tráiganme aquí el ofrecimiento de sus preguntas, que serán contempladas por la Sinagoga de Dios, por la Ley que siempre ha regido al pueblo de Israel, la Ley que lo ha guiado a lo largo de los tiempos.
Que se abran sus corazones para escuchar la Palabra del Señor.
A continuación, Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús lee algunas preguntas de los asistentes y Nuestro Señor responde.
P: Señor, ¿cómo puedo confiar en que tendré estabilidad financiera sin apartarme del Propósito para mí?
R: Recuerden la parábola de la viuda.
P: Cristo, ¿qué debo hacer para parar de sufrir tanto? No aguanto más.
R: Cuando te rindas a Mí, esto terminará.
P: Señor, ¿cuál es Tu Voluntad para esta humanidad? Nada somos, ayúdanos a cumplirla.
R: Que amen más que lo que Yo los he amado.
P: ¿Qué don o talentos pusiste en mí, Señor? Me pierdo con facilidad y no sé si los conseguiré manifestar de alguna manera.
R: Sustituye tus convicciones por tus talentos.
P: Amado Cristo, me gustaría descubrir cómo puedo curarme de mi sentimiento de inferioridad, de rechazo y de abandono.
R: Haz una novena para Mí.
P: No es que seamos un grupo de Tomás, pero ¿cuándo seremos bendecidos con Tu Aparición visible?
R: Cuando primero creas sin haber visto.
P: Cristo, ¿quién soy yo?
R: Una señal de que es posible morir para ti mismo.
P: Señor, ¿cuál es mi tarea en esta encarnación?
R: Cumplir lo que aún no has hecho.
P: ¿Cuál es exactamente la misión en África? (en inglés).
R: Que existan Comunidades y puntos de Luz semejantes al que fue gestado en Angola; pero eso solamente sucederá con la ayuda consciente de Mis compañeros y compañeras, no esperen que eso suceda solo con misioneros consagrados. Para que África pueda dejar de sufrir, deben asumirla con una verdadera responsabilidad, sin descanso.
P: ¿Cómo descubrir mi mayor propósito en esta encarnación?
R: Las señales ya fueron claras en tu vida, solo basta dar un paso para vivir ese propósito.
P: En la conducción de niños, mientras somos educadores ¿cómo guiarlos por el camino del Amor Crístico, sin ignorar las instrucciones formales?
R: Que, lo que más simple que hagas, debes hacerlo por amor.
Última pregunta:
P: Señor, esta, Tu Obra, en la que nos llamas Tus compañeros, ¿ahora está correspondiendo a Tu Llamado?
R: Por los frutos se conoce el árbol.
Que Dios Padre, Rey del Universo, los fortalezca y los bendiga, bajo el Amor incesante a la Ley.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Él dijo que va a responder una pregunta más, porque un alma se lo pidió.
P: Tú que conoces esos dos eslabones que aún no llego a conectar, ¿cuál es, que no lo veo?
R: Ser verdadero.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora sí, Yo puedo estar presente en los corazones que Me aman y especialmente, en este día, en los corazones que Me adoran en el Santísimo Sacramento del Altar.
¡Cuántos milagros Yo puedo hacer en las almas buenas, en los corazones abnegados, en las vidas que se entregan a Mis Pies todos los días!
Porque el principal milagro en Mi Presencia es el Amor, que nutre la vida y nutre el espíritu, que trae un gozo espiritual para el alma que se consagra a Mí, en el fiel ejercicio de la adoración.
Es esto lo que Yo vengo a buscar en estos tiempos, y cada vez que una nueva alma se consagra como un Adorador al Corazón Eucarístico de Jesús es un triunfo del Reino de los Cielos en la Tierra, es un alma del infierno que es retirada del sufrimiento, así como el buen ladrón en la cruz fue retirado del sufrimiento para entrar en el Paraíso.
Vean cuán simple es el poder del Amor de Dios en aquello que puede representarlo de forma humilde y verdadera.
Hoy, vengo aquí con el gozo y el espíritu de Mi Paz; porque, independientemente de cualquier consagración, son las almas que deben reconocer y adorar al Señor en el Santísimo Altar, en la expresión viva del Sacramento, así como los santos ángeles del Cielo y de la Tierra lo reconocen y lo viven, así como estas consciencias elevadas se postran ante el Trono de Dios.
Es así que hoy coloco a sus almas ante el Trono del Padre, no como un Dios de justicia o de severidad, sino como un Dios de Amor y de Misericordia que hoy, a través de Su Amadísimo Hijo Cristo Jesús, abre Sus Brazos de par en par para acoger a cada uno de Sus hijos, Sus criaturas, a todos los que tienen la Gracia de escuchar la Palabra de Dios en este momento, y para que su propia condición humana sea disuelta por la fuerza del Amor de Mi Corazón.
Yo les prometí que quien reconociera al Cristo Misericordioso, sería reconocido como bendito en Misericordia, que es la Ley que Yo vengo a cumplir en este tiempo de caos.
Yo vengo a buscar en los corazones la conversión de la vida, del alma y del espíritu, sin sufrimiento y sin agonía; con la alegría que cada uno ha tenido de reencontrar en su propia vida la Presencia de Dios, no solo a través de la Voz de los Divinos Mensajeros, sino a través de la experiencia del Amor Vivo que cada uno de ustedes puede vivir en el día a día con el semejante.
He aquí el Sacerdote de Dios, el Eterno Amor del Padre, presente y vivo, resplandeciente e inextinguible, a través del Sagrado y Eucarístico Corazón de Jesús.
He aquí los ángeles que alaban y adoran a los Tronos del Padre, que contemplan la Llama de Su Amor, eterna y divina, sublime y sagrada, que hoy se espeja hacia la Tierra a través del Corazón de Cristo y por intercesión del Espíritu Santo.
¡Oh, amados Míos! Así como fue con los apóstoles y las santas mujeres, una vez más nos volvemos a reencontrar en la paz, con la confianza absoluta de que deben cruzar el portal hacia lo desconocido, hacia lo que es real y proviene de Dios, su Padre Eterno.
Vengo así a imponer sobre ustedes y a través de Mis Manos la Sagrada Llama del Espíritu Santo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Coloquemos las manos en señal de recepción, para recibir la Llama del Espíritu Santo a través del Corazón de Cristo Vivo.
¡Oh, Amado Espíritu de Dios!,
que inundas y colmas toda la vida,
sacramenta a Tus hijos de la Tierra
con la Llama Sagrada del Espíritu Santo.
Despierta, en cada uno de ellos,
Tus dones y Gracias, Tus virtudes y Tus talentos,
a fin de que se cumpla el tiempo esperado de la paz,
en el que todos, Padre Eterno,
aquí en la Tierra como en el Cielo,
gozarán de la presencia del Reino de los Cielos
a través del Retorno Vivo de Cristo.
Haz a los corazones pacificadores,
pilares del amor y de la verdad,
templos abiertos para recibir en su interior
a todos sus hermanos y hermanas,
a fin de que en la fraternidad y en la hermandad
se disuelvan los sufrimientos y las dudas,
las incertidumbres y la falta de la fe.
¡Oh, Sagrada Llama del Espíritu Santo de Dios!,
desciende en el espíritu de cada hijo Tuyo
y conságralo a Tu bondad y Misericordia,
a fin de que cada corazón humano
cumpla Tu Sagrada Voluntad.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a llevar nuestras manos al corazón y a comulgar de ese Santo Espíritu inmaterial de Dios que nos viene a entregar la fortaleza de Su fe y de Su amor para superar todos los tiempos y todos los acontecimientos, con la confianza absoluta de que, a través de Cristo, Nuestro Señor, se cumple Su Santa Voluntad.
Contemplemos a pedido de Cristo, en este momento, la presencia del Reino de Dios a través de nuestro corazón, permitiendo que nuestra alma nos revele este misterio, el misterio del Amor de Dios, que supera todos los tiempos y todas las formas, que abre las puertas a la Gracia inconmensurable e infinita, a la Gracia de Dios que porta la Paz.
Para que algunos tengan la ayuda espiritual de Mi Corazón de retirar de su propio corazón lo que los aflige, lo que los inquieta o les quita la paz, Me escribirán una pregunta que será colocada en una cesta, a partir de mañana y Me tomaré el tiempo con todo el Amor de Mi Corazón para responder todo lo que pueda.
Pero estén atentos, porque Mi propia Palabra, que es la Palabra del Dios Vivo, también les responderá, como una señal visible de Su amorosa respuesta.
¿Está bien para todos?
Todos responden: ¡sí!
Siempre es necesario tener autorización para poder obrar; así es la Jerarquía, así es en el Cielo como es en la Tierra.
Los invito ahora, en gratitud y en sintonía, a acompañar de alma y de corazón la consagración de nuevos adoradores.
Quiero otorgarles a ellos esta Gracia, porque sé que la esperaban, y se las entregaré esta tarde por intermedio de esta simple consagración.
Y, para terminar, les pediré un momento de adoración al Santísimo para otorgarle al mundo una expiación espiritual ante los ultrajes, indiferencias y omisiones que suceden en el mundo, para que se establezca un tiempo de paz y de armonía interior.
Celebremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Bien concentrados, que Jesús está acompañando.
Vamos a cerrar este momento de consagración por medio de una simple oración, la oración al Padre Celestial, para que Él nos guíe a través de Su Amor y reciba nuestra oferta.
Oremos:
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
Y bajo la bendición de Su Amor y de Su Luz, consumamos esta consagración como Adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo, como parte de Su Cuerpo Místico.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lo que hagan con el más pequeño de los Míos es a Mí que Me lo estarán haciendo. Esto es una regla y es una Ley que se cumple en el Cielo y en la Tierra, en toda la vida y en el mundo interior.
Abriendo los Siete Portales del Creador, vengo aquí, con esperanza, para estar con ustedes y sus hermanos; porque la única causa más importante en este momento es que se puedan volver a unir a través de Mi Amor.
Esa unidad se fortalecerá a través del Amor de Cristo, porque es una unidad interna y espiritual que no tiene formas, no tiene proyectos ni planificaciones.
Es esta unidad tan imperiosa la que necesita el mundo y la humanidad, para que el Amor de Mi Corazón y el Amor de Mi Padre Eterno se puedan cumplir en ustedes y así este Amor se pueda manifestar de forma viva en todo lo que fue creado.
Es este Amor de Mi Corazón que una y otra vez los renovará, que no los hará detenerse en un punto para que no puedan avanzar; al contrario, Mi Amor renueva y cura, Mi Amor trasciende y libera todo lo que queda estático y fijo.
Porque el Amor del Creador es inextinguible y concede las Gracias que Sus criaturas necesitan en este tiempo, para poder aprender a atravesar la noche oscura planetaria, principalmente su propia noche oscura interior.
Pero hoy quiero que coloquen su mirada interior y su corazón en estas dimensiones superiores que hoy les traigo, en las que los resplandecientes, los ángeles y los arcángeles recrean estas dimensiones y planos de la consciencia a través de la experiencia del amor que vive cada corazón en este planeta.
Cuando el amor consiga colocarlos más allá de ustedes mismos, los haga superar cualquier situación o condición, tengan muy presente y muy claro que estarán ayudando al Eterno, a Nuestro Creador, a que este universo y esta Creación puedan ser recreadas, a que las puertas al mal puedan ser cerradas a toda la perdición que ellas causan en la humanidad en todos los conflictos que esas puertas inciertas producen y generan.
Por eso, les pido, en esta hora tan crucial de la humanidad, que se decidan de una vez y para siempre a vivir en esta dimensión del Amor que hoy les traigo; porque es un Amor que no tiene fin, es un Amor que no tiene forma, es el Amor resplandeciente de Dios que vivifica y resplandece al alma que lo vive y que en humildad lo adopta en su propio corazón como la Ley Primera para poder redimirse y para poder trascenderse y, sobre todo, para poder perdonar y amar mucho más de lo que uno cree haber amado.
Porque mientras esto no suceda y no se testimonie, las Llagas de Mis Manos, Pies y Costado seguirán sangrando, en un silencio profundo y desconocido que nadie puede imaginar ni pensar.
Quiero que de Mi Corazón pueda emerger la alegría de estar viviendo el Amor Crístico; porque él fue instaurado y establecido en este mundo a través de la Dolorosa Pasión de Cristo para que, en este tiempo y en esta hora del Armagedón planetario, ustedes mismos con sus propias fuerzas internas, con su propia determinación y fe, coloquen en práctica este Amor del Redentor.
Porque lo que parecería ser imperdonable, solo puede ser perdonado y liberado a través del Amor Crístico que puede habitar como un código de Luz en sus células y cuerpos, porque es un Amor inextinguible e irrefutable.
El Amor Crístico siempre los colocará ante un nuevo aprendizaje y una nueva prueba; y sé que, en este tiempo, muchos se sienten en prueba.
Pero, ¿ustedes, compañeros, se sumergirán en la prueba o en el Amor?
¿Dónde está la ciencia ante toda esta experiencia y entendimiento?
En cada encuentro que han tenido Conmigo, durante más de diez años, Yo les he traído un nuevo código de Luz para que lo pudieran vivir y practicar en este momento.
No piensen que el final de los tiempos llegará de aquí a cincuenta años. Ese final de tiempo, ese ciclo de Armagedón es ahora y todos lo están viviendo y viendo en este mundo.
Pero, ¿cuál será su actitud ante este caos planetario?
¿Cuál será su actitud ante su propia noche oscura? ¿El lamento o la superación?
Mis apóstoles, durante Mi agonía en el Huerto Getsemaní, tuvieron que pasar por la misma prueba que hoy están pasando ustedes, solo que este tiempo es muy determinante y definitivo porque no solamente los colocará a ustedes, sino también al mundo, ante la posibilidad de estar o no en el universo de Mi Amor Eterno. Y esto no depende de un milagro o de un fenómeno, solo depende de una verdadera actitud.
Así, no serán arrastrados por lo que sucede, no serán empujados y derribados por la incomprensión de estos tiempos; porque la Llama del Amor de Dios que vive en Cristo y por Cristo, y que puede vivir en sus corazones, es capaz de transmutar y liberar cualquier situación o forma.
Por eso, les pido que hagan el esfuerzo correcto, no se pierdan en lo que es superficial, no se pierdan en lo que es ilusorio.
Esta es la hora tan decisiva y definitiva para sus corazones y sus hermanos, de seguir el camino de la propia cruz que Dios les confió con la madurez que el Cristo Interno necesita vivir en este tiempo, con la posibilidad del aprendizaje que su propio Cristo Interno les puede otorgar. Pero todo dependerá de cada uno de ustedes.
Hay situaciones, compañeros, que no pueden ser comprendidas, aun aquellas que suceden en esta superficie del planeta, porque esta humanidad ha caído muchas veces a lo largo de los tiempos y aún sigue cayendo en su propio abismo; y Nosotros, como Jerarquías de la Luz, venimos en auxilio de todos, para que todo encuentre su camino de paz, de armonía y de amor.
Los quiero unidos más que nunca y aún espero por esto. La unidad, como les dije, nace solamente del amor, de la posibilidad que cada uno tiene de imitarme, así como Yo les he enseñado el camino de la redención y de la paz; porque necesito que los Puntos de Luz, como este, sean un espejo de la Consciencia de Dios, únicamente en el amor que trae sabiduría, entendimiento y verdad, que es capaz de dar una nueva oportunidad, aun al que no la merezca.
Porque si Yo lo hice por ustedes, así como lo hice por Mi pueblo en Israel, ¿ustedes serían capaces de hacerlo por Mí?
¿Dónde está la respuesta a ese misterio del Amor Infinito de Dios?
¿Cómo es que el propio Dios a través de Su Hijo primogénito haya sido capaz de dejarse humillar, flagelar, castigar y morir en una Cruz?
No hay otra causa, es el amor, y no Me cansaré de decirlo hasta que lo vivan.
Porque muchas regiones del mundo, que podrían desaparecer, esperan el auxilio de ese Amor de Dios a través de los últimos apóstoles de Cristo, que no miden con una vara, sino que abren sus brazos para acoger a todos.
Espero que esto se cumpla. Confío y rezo para que Yo pueda seguir teniendo un lugar en donde poder hablar y un lugar a donde poder entrar, así como el Señor entró en el Templo.
Pero el templo que ahora Yo busco, son sus corazones y no sus mentes. Las verdaderas estructuras del Plan de Dios se basan en Su Amor y Unidad. En eso el ángel caído no estuvo de acuerdo y por eso cayó, ¿lo entienden?
Un Plan fue escrito por el Padre para el final de estos tiempos, un Plan basado en Su Amor, Unidad y Luz. Y hoy lo presento para ustedes a Mis Pies.
¿Qué parte ustedes tendrán en ese Plan de Dios que aún desconocen? ¿Qué pieza ustedes serán dentro de ese Plan de Dios?
¿En qué instrumento se convertirán para las Manos del Padre?
Él no se cansará hasta que sean instrumentos de Su Amor, porque el Padre es sabio y mide Sus impulsos y Sus expresiones, pero Él no mide entregar Sus Gracias porque son infinitas, son abundantes cuando el corazón humano desea vivir en el amor. Esa es la única causa.
En este primer día, vengo a otorgarles un acto interno y verdadero de reconsagración a Mi Sagrado Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Aquellos que puedan, que se arrodillen, para hacer nuestro ofrecimiento a Nuestro Señor, Cristo Jesús, y recibir Su bendición celestial.
Padre del Amor y de la Vida
que has creado todo por una sola causa,
por la causa infinita y verdadera de Tu Amor,
impregna con Tus sagradas partículas
de la Luz Divina y Eterna
a los corazones que claman por Tu Gracia,
Tu perdón y reconciliación.
¡Oh, Amado Padre Eterno!,
abriendo Mis entrañas más profundas a la Misericordia,
misterio infinito del Amor,
recibe el ofrecimiento de Tu Amadísimo Hijo,
escucha la súplica de Mi Corazón
por todos los corazones que esperan Tu Gracia.
Bendícelos ahora, Adonai,
abrázalos con Tu Luz y con Tu Fuego Divino,
sana y cura las heridas más profundas y
libera a las almas que necesitan de Ti.
¡Oh, Adonai, Padre Amado!,
que ya no exista más sed de Tu Luz Espiritual.
Unge a Tus hijos e hijas,
así como ungiste a Tu Amado Hijo en el Sepulcro,
para que todos tengan la Gracia de la resurrección espiritual.
Adonai,
enciende Tu Luz y disipa las tinieblas,
por la gloria y el triunfo de Tu Amor.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Preparémonos para ampliar este ofrecimiento a Cristo, a través del santo oficio de la Comunión, para que los ángeles sean testigos de este momento, así como el Padre es testigo con Su Presencia, por intermedio de Su Amor Consolador.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, vengo aquí para abrazarlos con el Amor puro de Mi Hijo, porque esa es la principal causa que Mi Hijo lleva adelante para poder cumplir con Su Proyecto en cada una de las almas y de los corazones.
Cuando algo parece que está por terminar, es que algo nuevo está por comenzar. Y, como les he dicho en los últimos días, Mi Presencia Maternal no desaparecerá de ustedes, aunque en este tiempo ya deban caminar con sus propios pies.
Pero Yo estaré allí en el silencio, en el silencio de una Madre que contempla y que ama, de una Madre que conforta y que sostiene, de una Madre que solo lleva a Sus hijos al Corazón de Cristo.
Por eso, estoy aquí una y otra vez, y desciendo al mundo para ayudar a las almas de Cristo; porque es muy fácil, hijos Míos, salirse del camino de la Luz y sobre todo en este tiempo de tantas interferencias y confusiones.
Pero hoy también aquí, vengo con el gozo de Mi Espíritu, de aquella alegría que sintió Dios en Su Corazón Eterno, al saber que a través de Su Hijo Primogénito podría encarnar en el mundo para poder redimirlo y salvarlo.
Es esa alegría que siente Mi Corazón de Madre, que vengo a compartir con cada uno de sus corazones, porque lo más importante en este tiempo es que cada uno de Mis hijos pueda estar en paz, viviendo en confianza lo que ustedes deben vivir, experimentando con paciencia lo que ustedes deben experimentar, porque este tiempo ya estaba previsto y estaba escrito.
Esta es la hora, Mis amados, en la que cada uno por sí mismo deberá sumergirse en el océano de la Confianza de Dios para ser colmado por Su Santa Unidad, para ser colmado por Su Eterno Amor que siempre los ayudará a salir adelante, a pesar de la noche oscura del planeta.
Les pido que ya no tengan miedo de enfrentar lo que cada uno debe enfrentar de sí mismo, porque si Mi propio Hijo enfrentó en Su propia persona todos los errores y pecados del mundo y, más aún, Él se entregó en la Cruz por ustedes, de una forma semejante y profunda ustedes también lo pueden vivir.
Yo no quiero que se desanimen, sino que tengan fe, una fe que les traiga la esperanza de no ver toda la realidad oscura, sino ver en el firmamento ese Punto de Luz que es la Consciencia de Dios, Luz que abarca todo este universo y toda esta Creación, para que Él pueda renovar Su Amor en las almas por la propia experiencia del Amor que ustedes pueden vivir en el día a día.
Porque, así como Mi Amado Hijo vivió, en cada paso de Su Pasión, la experiencia del Amor en Su propia carne, esta es la hora tan prometida, hijos Míos, en la que ustedes mismos pueden vivir también los grados de Amor, de un Amor Crístico, capaz de ir más allá de todas las situaciones y condiciones.
Esta es la gran clave que hoy les traigo.
Esta es la Ley que hoy aquí se cumple, la Ley del Amor de Dios, y no hay nada, absolutamente nada, que esté por encima de ese Amor Divino y Cósmico. No hubiera existido otra razón de Cristo haber encarnado en el mundo, sino para entregarles la lección del Amor de Dios que salvó y convirtió a muchas consciencias en el pasado; así como intenta convertir sus corazones y vidas en un modelo del Amor de Dios, el Amor vivo del Padre. Porque quien está en el Amor de Dios, en el Amor del Padre, todo puede transmutar, liberar y perdonar.
Cuando el Amor del Padre no está presente entre ustedes o no está presente en ustedes, no se cumple Su Voluntad, sino se cumple la propia voluntad humana condicionada, que los llevará una y otra vez al sufrimiento y a la falta de paz.
Pero hoy, ante Mi Presencia amorosa y humilde, puedo estar delante de corazones que representan a muchas naciones y pueblos, a muchas experiencias en la historia de esta humanidad que, a través de los tiempos, más allá de los errores o del pecado, fueron experiencias auténticas que marcaron a esta raza.
Por eso, quiero que a partir de este momento y en la víspera de esta próxima Sagrada Semana, puedan contemplar lo positivo de la vida, la esperanza que puede recibir y vivir el corazón humano, la fe que es capaz de colocarlos en el Camino de Dios.
Es ahí donde Mi Hijo los necesita en este momento, porque Cristo necesita de la ayuda de Sus orantes y servidores para que, por Su divina intercesión, Él pueda transmutar al planeta y a la humanidad de tantas puertas inciertas que están abiertas en este momento. La Presencia de los Sagrados Corazones viene a reerguir a los corazones al Cielo del Padre. Nuestras Divinas Presencias también vienen a cerrar esas puertas inciertas, que solo confunden a las almas en el Camino de Dios.
Las Santas Reliquias de Cristo volverán a estar presentes en estos días; para que, a través de esta Sagrada Semana, una vez más, cada uno de sus corazones y sus esencias puedan llevar consigo los códigos crísticos, aquellos que fueron imantados por el propio Cristo, en cada pasaje de Su Pasión, como también en cada momento que Él compartió con Sus apóstoles y con Su pueblo.
Ustedes son ese pueblo de Cristo que vuelve a reunirse en este lugar, como un rebaño llamado a vivir la unidad, la reconsagración al Propósito de Dios que debe cumplirse en este tiempo.
Eso es lo que Jesús espera de los consecuentes de corazón, de los que no le temen decir sí, por todas estas naciones y por los ángeles de las naciones que hoy aquí están representadas; con amor, dulzura y devoción, vengo a otorgar, una vez más, la consagración de nuevos Hijos de María.
Pueden aproximarse, Mis hijos; y así todos tendrán la Gracia, en este momento, de renovar la consagración a Mi Materno e Inmaculado Corazón para que esta Sagrada Semana pueda tener los frutos espirituales que Cristo espera, los frutos que deben ser entregados y depositados en los corazones; porque en el único lugar donde Dios está presente es en el corazón.
Mis amados hijos, Me alegra tenerlos aquí Conmigo, así como tuve la Gracia muchas veces de estar con los apóstoles y sacerdotes de Cristo en el Santo Cenáculo del Señor; así como tuve la Gracia de acompañar a Mi Hijo hasta Su Muerte en la Cruz, en lo alto del Monte Calvario; así como tuve la Gracia de estar con Su pueblo, con los que sufrían, con los que padecían, con los más humildes entre los humildes y los más pobres entre los pobres; hoy estoy como Madre ante un grupo de almas que vive, en su silencio interior, la experiencia de la pobreza de Dios, que no puede ser comprendida con la mente, sino solamente con el corazón que ama a Nuestro Padre-Madre Creador.
Hoy consagro y bendigo almas que ya fueron bendecidas y consagradas muchas veces, a través de las señales que han recibido, en sus vidas, directamente de Nuestros Sagrados Corazones.
Hoy, dejen a Mis Pies aquello que los acongoje. Dejen a Mis Pies sus sufrimientos, sus incertidumbres, y reciban de Mi Corazón la paz, el consuelo, el mismo consuelo que Dios Me dio cuando vi a Mi Hijo clavado en la Cruz.
Por eso, para las que son madres, entréguenme a sus hijos, para que Yo les pueda entregar a Jesús. Y así intercambiamos Nuestros Corazones, para que sientan en ustedes el Corazón de la Madre de Dios y Su llama de Amor que nunca se apaga, que nunca se extingue, la llama eterna del Amor de Dios, que todo reconstruye y todo repara, a través de esta santa consagración.
Sigan siendo buenos orantes. Nunca se olviden de orar Conmigo. El mundo necesita de muchas oraciones para que se pueda disolver la oscuridad en la propia vida y en la humanidad.
Hijos e hijas, Dios los recibe a través del Templo de Mi Corazón. Que sus vidas sean un precioso oratorio para Dios, un ejemplo vivo de caridad y de servicio, por un solo fin: para aliviar el sufrimiento y para que llegue el tiempo tan esperado de la cura y de la paz, en todas las almas posibles.
Bajo esta Mi aspiración, Yo los consagro como Mis hijos, Hijos de María, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
En el abismo más profundo del planeta, en el espacio más oscuro de la consciencia, en la situación más confusa y poco clara, en el momento más tenso de una situación, es cuando vuelve a surgir el consuelo y la Verdad de Dios que no puede ser opacada ni ocultada por nada ni nadie.
En ese momento, en el que todo parece precipitarse o aun tomar un rumbo desconocido, es cuando vuelve a surgir la Sabiduría y la Luz imperecedera de Dios para hacer retornar a las almas y a los corazones al regazo de los Brazos de Dios.
¿Por qué hoy les digo esto, queridos hijos?
Para que ya no teman por nada. La Gracia, aún inexplicable, que abrazó la Obra de los Sagrados Corazones no podrá ser disuelta por nada; porque la Obra no es un ciclo, es una Gracia que tocó y seguirá tocando el corazón de las almas encarnadas en este mundo.
Por eso, tengan fe, Mi Corazón no los abandonará. Estoy aquí y Soy la Madre de todos, Soy la Madre que los llevará siempre a estar ante la Faz Misericordiosa de Mi Hijo.
Encuentren en Mis Palabras el sosiego de Dios, la grandeza infinita de Su Eterno Reino, la Paz inmutable que nunca se acaba.
Les deseo a todos el bien y la paz.
Les deseo que nunca se olviden de que, antes de tomar una decisión, deberá estar presente el Amor de Cristo, para que todo, absolutamente todo, esté en el Camino de Dios y no en el camino de los hombres; porque Mi Hijo, el Cristo, ya les enseñó cuál es el único y verdadero Camino.
La sanación de ustedes llegará a través del amor auténtico que perdona, del amor que reconcilia y que solo es capaz de dar una nueva oportunidad.
Este es el tiempo del rescate, que Cristo mismo está realizando. No es tiempo de condenaciones, es tiempo de esperanza, que solo podrá surgir cuando verdaderamente ya no tengan miedo y tengan solo un corazón abierto a los Designios de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más