- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quien esté verdaderamente Conmigo, nunca podrá perecer.
Si hoy están aquí es porque quieren estar Conmigo, acompañando a su Maestro y Señor en esta importante y definitiva tarea durante la Semana Santa, en la que los códigos más profundos de Mi Corazón estarán una vez más ofreciéndose a cada uno de ustedes; porque Mi meta es que sean Nuevos Cristos y no descansaré hasta que eso suceda.
Por eso, en este día, elevo a Dios el templo interno de cada uno, templo que ha sido transformado por Mí a lo largo de los tiempos para que las almas en esta superficie vivan su misión, sin importar lo que suceda o el acontecimiento que se presente en sus vidas.
Si ustedes ya están decididos a seguir Mis pasos, si sus vidas ya Me reconocen como el Único y Gran Señor, ¿qué deberían temer? Porque en Mi Corazón existe un lugar para cada uno, un lugar que espera que ustedes mismos lo encuentren a través de su vida de consagración, de donación y de servicio.
Es allí, en las cosas más simples de la vida, en donde reflejarán su verdadera vida, en donde sus almas podrán gobernar finalmente, en donde sus resistencias se disolverán y ya no serán un obstáculo para que puedan dar el último paso.
Pero los pasos que deben dar, cada uno de ustedes, tienen su momento y su tiempo. No pueden adelantarse a algo que aún no sucedió, deben seguir el ritmo del propio corazón, deben seguir el impulso del propio espíritu, porque sus espíritus ya saben lo que deben hacer en este mundo.
Dejen guiarse por sus espíritus, para que para cuando pasen por esta próxima Sagrada Semana, sus decisiones estén tomadas definitivamente, porque ya no tenemos tiempo.
Mientras los acontecimientos en el planeta se precipitan, necesito, necesito de los Nuevos Cristos, de los que se animen a caminar despojados de sí mismos, de los que no le teman a Mi Fuego Redentor, de los que se dejen moldear por Mis propias Manos para que Yo cree la forma y el modelo perfecto que Dios necesita en el final de estos tiempos, porque nunca haré nada que no Me permitan.
Sepan que Mi Amor es infinito e incalculable y es en esa frecuencia en la que ustedes deben vivir, porque el mundo vive bajo la frecuencia del odio, de la venganza y de la muerte.
Los Nuevos Cristos deberán estar presentes en este ciclo para conseguir justificar todos los errores del mundo, y sé que esto no puede ser comprendido por la propia mente.
Es el espíritu que, a través del corazón, les dará la sabiduría; porque Yo necesito que sus vidas sean Mi propia Palabra, que sus actos y actitudes, los hechos de cada una de sus vidas, sean ejemplos de servicio, misericordia y perdón; porque quiero que sepan, atentamente, que esto aplacará la injusticia que muchos corazones viven en el mundo.
Ustedes saben que este mundo enloqueció, porque ya no existe el discernimiento, porque no hay sabiduría y, al no haber sabiduría, muchos corazones perdieron la conexión con el Amor Mayor, y solo sufren y sufren. Pero hay grupos de almas en el mundo que son colocados bajo esa condición y sé que no la merecen.
Pero para que Yo pueda remover todas estas situaciones de la humanidad, cuando se cumpla el tiempo de Mi Retorno, deberá haber bienaventurados y servidores de Cristo en la Tierra, y sé que millones de almas aspiran a este camino.
Pero las propias situaciones de sus vidas no pueden paralizarlos. Deben aprender a comprender las causas que ustedes mismos generan y los resultados de esas causas en sus vidas.
Háganse responsables primero de ustedes mismos, esto es lo mismo que les pedí a Mis apóstoles: hacerse responsables de la misión que tenían que cumplir. Porque del cumplimiento de esa misión, tan semejante a lo que hoy ustedes viven aquí en la Tierra, dependerá el resultado que Cristo podrá tener en Su momento más culminante en el mundo, momento en que el Señor y Maestro removerá la oscuridad de todo el planeta, así como lo hizo desde el momento de Su Nacimiento hasta Su Muerte en la Cruz.
Porque el mundo, en este mismo momento, ante tantos errores e injusticias, no puede justificarse; pero los Nuevos Cristos, que donen su vida y su consciencia en las Manos del Señor, sí podrán justificar todos los errores para que el mundo viva una nueva era, libre de injusticias y de sufrimiento, libre de toda dualidad.
Yo necesito que entren por la puerta que les estoy abriendo para esta próxima Sagrada Semana. Es una de las últimas puertas que le abro espiritualmente al mundo, y esto es posible por el tiempo cuaresmal, en el que las almas pueden recibir los impulsos que necesitan, aunque hasta los últimos momentos de sus vidas enfrenten su propia imperfección.
Mis Ojos vienen a contemplar lo mismo que Yo contemplé de Mis apóstoles. Mi Corazón viene a buscar lo que Me pueden dar sus corazones.
Por eso, traje el Santo Cáliz y lo coloqué en lo alto de la Colina para que, en la próxima Noche Santa, así como lo vivió su Maestro y Señor, el Ángel Celador les dé a beber de Mis preciosos códigos de Vida y puedan renovar el compromiso, más allá de que ustedes vean en este tiempo un mundo cruel y aterrador. Pero es momento de que acepten que estamos en el Apocalipsis, preámbulo que anuncia la Venida culminante de Cristo a la Tierra.
Porque, cuando Yo esté presente, la gran decisión será tomada, que no solo repercutirá en este planeta, sino también en todo el universo, y llegará hasta el Universo Espiritual, donde está Nuestro Padre-Madre Dios.
En ese tiempo, que no está muy lejos, volverá a surgir la esperanza en los corazones y una felicidad desconocida los invadirá a todos ustedes y a sus hermanos. De la noche a la mañana, ya no sabrán lo que es el sufrimiento porque Mi Amor lo disolverá completamente.
Sentirán el mismo impulso que sintieron los apóstoles y las santas mujeres, que los renovó para vivir el camino de la evangelización, para ser misioneros de las Sagradas Reliquias de Cristo en la Tierra, junto con la Santísima Madre. Contemplen ese momento, afirmen ese momento en ustedes.
El desierto del planeta terminará. Las almas ya no agonizarán y no habrá nadie en esta superficie que muera por injusticia; porque los Poderes del Cielo se moverán, las Leyes manifestarán la Voluntad Divina, ángeles y arcángeles, conocidos y desconocidos, se presentarán, las trompetas sonarán y no habrá nadie en esta superficie que no las pueda escuchar.
Ese será el momento indicado, el Retorno Glorioso de Cristo. Momento importantísimo para Dios, porque Su Mano señalará a la Tierra y a la humanidad. Los justos entrarán en el Reino de los Cielos; los injustos vivirán su juicio para que se puedan redimir, inclusive el ángel que cayó del Cielo será juzgado.
Si la Sangre Preciosa de Mi Cuerpo fue derramada sobre el mundo y Yo morí por ustedes y ofrecí hasta Mi último suspiro por ustedes, ¿qué es lo que Yo no podré ofrecer por el mundo cuando retorne?
Las almas conocerán Mi Gloria. Los misterios de Mi Corazón serán develados. Los secretos en el Cielo ya no existirán, porque Dios no tiene misterios, Dios es la expresión del Amor Vivo, Eterno e Inextinguible. Esto traerá gozo a todos los corazones que hayan creído en Mí hasta el final.
Por eso, díganle al mundo y a sus seres queridos que se arrepientan, así como Cristo hizo penitencia en el Huerto Getsemaní y cargó sobre Sus Espaldas todos los pecados del mundo, desde ese momento hasta el final de los tiempos.
Lo único que les pido es que nunca se olviden de amarse los unos a los otros. Ustedes no pueden estar divididos, porque he aquí la Unidad de Dios, que se hace presente en Divinidad, Alma y Espíritu, así como se hizo presente en el Santo Cenáculo, bendiciendo a los apóstoles y a las santas mujeres. Mientras tanto, Yo siempre los esperaré.
Vengo a dar testimonio de Mi Palabra para que sus cargas sean disueltas, para que el alivio llegue a todos, para que confíen en Mí, así como muchos a lo largo de los tiempos confiaron en Cristo hasta el final.
Porque en verdad les digo que cada uno de ustedes tendrá su hora definitiva, así como su Maestro y Señor tuvo Su sagrada hora definitiva en el Huerto Getsemaní. No le teman a este momento, porque siempre de la noche oscura surgirá la Luz Invencible de Dios; y quien se aferre a esa Luz, se aferrará a Mi Manto y será curado inexplicablemente.
Como un testimonio de Amor, hoy vengo a bendecir y a consagrar a dos hijas Mías, que recibirán nombres importantes en este nuevo ciclo de sus consciencias y vidas. Estos nombres son importantes para Mí por lo que representan en esta etapa que vive el mundo.
Y, a través de este testimonio de consagración que ahora viviremos, quiero despertar, en todos, la importancia de que todos los días renueven sus votos. Porque cada uno, desde su experiencia y sobre todo desde su corazón, puede vivir un voto Conmigo. Recuerden que Yo no busco perfectos, Yo busco pecadores, corazones simples, verdaderos y abiertos a abrazar Mi Voluntad.
Estaba esperando este momento de consagración para que todos sean testigos, al igual que Mis apóstoles y las santa mujeres, de que todo lo que Yo hago y todo lo que digo es por una sola causa, es por un milagro de Amor.
Estoy contemplando ahora qué es lo que sienten sus mundos internos; porque, a través de Mí, Dios los observa, el Dios del Amor y de la Bondad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a preparar incienso y agua bendita, y Fray Baltazar hará esta consagración a pedido de nuestro Maestro.
Patricia y Débora.
Vamos a acompañar este momento de consagración a través del cántico "Consagración". Y vamos a acompañar a las hermanas en esta oferta ante la Faz de Cristo, Nuestro Señor, presente y acompañando este momento.
Hijas Mías, que sus voces siempre canten por aquellos que callan, que sus voces sean la Voz de Dios en la Tierra para curar a los corazones heridos, para pacificar a los corazones que no tienen paz, para renovar a todos los que han perdido la esperanza.
Por eso, en esta sagrada noche, ofrezcan esta consagración por todos los que no se consagran; y eleven este ofrecimiento durante la Celebración Eucarística por este motivo y por este fin.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, Débora, el Señor te consagra como María de los Inocentes, por todos los inocentes que sufren en el mundo.
Hoy, Patricia, Nuestro Señor te consagra como Clemencia, por todos los que están bajo el yugo de la impunidad, para que todos puedan vivir la liberación de la esclavitud espiritual.
Así, Yo las consagro en nombre del Amor de Dios y de Su Santa Voluntad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por hoy haber estado Conmigo, ya estamos en camino a la Sagrada Semana.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos de Mi Padre, vengo aquí para que, a través de sus sinceras oraciones, Yo pueda meditar sobre los próximos pasos de Mi Plan para todo este mundo.
Por eso, decidí estar aquí para que, junto a Mí y a través de sus oraciones, preparen la importante tarea del Señor en la próxima Sagrada Semana.
Quiero que sepan que aquí será la última Sagrada Semana, en este sagrado lugar que Me abrió las puertas para que el Maestro pudiera pronunciar Sus Palabras.
Por eso, compañeros, todo, absolutamente todo lo que han vivido Conmigo a través de los tiempos es contado en el Reino de los Cielos y especialmente en este importante momento en el que, a las puertas de la Cuaresma, las almas son llamadas fielmente a hacer penitencia, a meditar sobre cada uno de sus actos, a reparar cada una de las heridas que fueron ocasionadas.
Las almas, en esta próxima Cuaresma, son llamadas a rendirse a los Pies del Señor, para que su Maestro y Señor tenga la autoridad de poder interceder por este mundo, que con emergencia tanto lo necesita.
Por eso, a través de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, quisiera que tuvieran bien presente este, Mi Mensaje; porque así, de forma consciente y unidos a Mi Sagrado Corazón, podrán ayudar a su Maestro a volver a traer las bases ardientes del Cielo que refundarán al planeta, que corregirán el Proyecto Humano después del tiempo de la purificación.
Quisiera sentir, en cada uno de ustedes, la espera de la llegada del Señor, a través de todos estos encuentros que tendrán Conmigo; porque les dije una vez que Mi tarea ya está finalizando dentro del Tiempo del Señor.
Por eso, no desaprovechen cada oportunidad y cada momento; porque, en el final de los tiempos, deberán rendir cuentas de todo lo que recibieron, de cada una de las dádivas y de las virtudes que Yo les deposité; porque, aunque esto les parezca un misterio desconocido, sus almas saben cuáles son esas dádivas y virtudes.
Porque esto es lo que Yo vengo a buscar en los últimos apóstoles; para que, cada día que pasa, aprendan a vivir de Mi Voluntad, aprendan a cumplir Mi Voluntad y aprendan a concretar Mi Voluntad.
En esta Cuaresma que se aproxima, preámbulo de la próxima Sagrada Semana, Yo los invito a meditar y a hacerse verdaderamente una pregunta:
¿Cuál es la Voluntad del Señor para mi vida?
Escuchen sus corazones y obtendrán la respuesta. Oren y pidan a los Cielos, porque todo espera en el Reino de los Cielos para descender a sus vidas y a sus consciencias.
¿Cuál sería la Voluntad del Señor en el tiempo de la preparación de Su Retorno al mundo?
Porque espero ese gran momento, en el que el Señor del Universo pondrá fin a la maldad en el mundo, cerrando las puertas al mal y atrayendo hacia Mi Corazón, lugar seguro para cada ser, a cuantos están perdidos y sufriendo en esta humanidad.
En esta Maratón de la Misericordia, quisiera que asuman, a través de su oración sincera, a un alma en el mundo que esté necesitando de ayuda, aunque la desconozcan.
Oren, colocando esa intención durante los días de la Maratón de la Misericordia, para que aquellos que han sido oprimidos y castigados puedan tener la oportunidad y la Gracia de levantar sus cabezas y encontrar en este mundo un espacio seguro y de esperanza.
En verdad, les digo que no bastarían todos los encuentros de oración para enmendar los errores que hoy comete el mundo; pero son los ofrecimientos sinceros de las almas que evitan que las situaciones se agraven en la humanidad y en las naciones. Tengan esto muy presente, compañeros.
Su voz nunca debería cansarse de orar y de suplicar, porque la voz que ora y suplica a Dios es un espejo del Reino de los Cielos en la Tierra. En eso, Yo los invito a convertirse, que puedan ser espejos del Amor de Dios en la Tierra, libres de los pecados capitales, libres de toda división o juicio, abiertos de corazón y de mente para aliviar el sufrimiento de los que verdaderamente sufren en estos tiempos.
Este es el tiempo de la asistencia espiritual a la humanidad, porque mientras todo sucede en el mundo, aún existen proyectos e ideas contrarias al Padre que se ejecutan en esta humanidad y principalmente en las naciones.
Pero, Yo no los llamo a batallar contra el mal; Yo los llamo a ser un espejo de Amor, porque el Amor es el que disuelve el mal y toda injusticia en el mundo, porque el Amor de Dios siempre les dará la ciencia y la sabiduría, aun en los momentos difíciles de sus vidas y de la vida de sus hermanos.
Porque, mientras estoy aquí, contemplando cada una de sus dificultades, que no juzgo ni condeno, el Señor de la Misericordia contempla las grandes necesidades de la humanidad, que son muchas en este tiempo.
¿Quién se propondrá ayudar al Señor, donde sea necesario y como sea necesario, para aplacar el caos en el mundo?
Este es el tiempo de que sean verdaderos guerreros de la Luz; así, Yo Me serviré de sus consciencias y almas, pudiendo renovar todas las cosas.
Quiero que tengan muy presentes estas, Mis Palabras, para que cuando oren en estos próximos días de encuentros, intenten interiorizar y recibir en el corazón los impulsos que les dejo a Mis últimos apóstoles.
He aquí el Señor de la Paz, que llega a un mundo en caos y en sufrimiento, buscando en las almas buenas y consecuentes la respuesta al Gran Llamado del final de los tiempos.
Por eso, recuerden una vez más: ¿cuál es la Voluntad del Señor para mi vida? Pregúntenle a su mundo interior, aún queda un poco de tiempo.
Porque deben saber que, así como está escrito, se cumplirá en el mundo el tiempo de la Justicia y, antes de que llegue ese tiempo que no está muy lejos, quisiera que más almas tuvieran la dicha de la redención.
Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que no los pueden vivir ni experimentar.
Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que se desesperan y que sufren, que están sumergidos y aprisionados en las guerras, en la persecución y en la muerte.
Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que no tienen la Gracia de poder nacer y por todos los niños y jóvenes que están prisioneros del tráfico humano.
¿Comprenden ahora las razones de vivir estos encuentros Conmigo?
Así, los invito a salir de ustedes mismos, para que se puedan dar a los demás, aun a aquellos que desconocen y que claman por una gota de luz en el mundo, por una lluvia de esperanza, por un reino de paz que hoy no tienen.
Que Mis Palabras los hagan sensibles. Que Mi Verbo los ayude a donarse, porque la donación de las almas es muy amplia, es una dimensión infinita y desconocida que todos los que se animan a servir a Cristo pueden vivirla.
El servicio en el mundo es necesario para aplacar los errores que se cometen en la humanidad, para que las puertas de la Gracia no se cierren, para que todas las almas posibles alcancen la redención.
Como su Maestro y Amigo, como su Señor, el Señor de Israel, que conoce profundamente el Proyecto de Su Padre en toda esta humanidad, vengo a pedirles que mediten sobre Mis Palabras, que se sumerjan en Mi océano de Instrucción, para que estén prontos, disponibles, entregados a Mí en los últimos tiempos, los tiempos definitivos.
Que el canal de la Divina e Insondable Misericordia, que las almas podrán abrir a través de sus oraciones en estos días, se irradie e impregne los espacios que están en oscuridad, no solo adentro de las consciencias, sino afuera.
Que la Luz de la Misericordia los renueve, les traiga la paz y la esperanza de buscar un mundo justo y fraterno. Oremos por esto.
Sobre Mi querida y sagrada Colina de las Apariciones, dejé el Santo Grial, el Terafín espiritual que en la institución de la Sagrada Eucaristía volvió a unir el Cielo y la Tierra, las almas y Dios.
Tengan presente este Sagrado Instrumento, Reliquia preciosa del Arca de la Santa Alianza que desde Sudamérica estará irradiando al mundo hasta el último día de la próxima Sagrada Semana, hasta el día de la Gloria del Señor, en el que los Cristos del Nuevo Tiempo podrán beber de ese Cáliz espiritual para vivir el mismo compromiso que vivieron los santos apóstoles, de ser pacificadores en la Tierra.
Les agradezco por hoy estar aquí, y desde ahora los preparo para la próxima Sagrada Semana.
Vivan la Cuaresma abiertos de corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después del tiempo del Apocalipsis llegará un tiempo inconmensurable de paz, momento en el que Yo ya Me encontraré en el planeta, después de haber vencido al ángel caído por la fuerza poderosa del Amor de Dios en la expresión de la Santísima Trinidad.
Cuando ese tiempo llegue, llamaré una vez más a los Elohim para que reconstruyan los éteres del planeta, para que los planos etérico, astral y mental sean definitivamente sellados y todas las puertas inciertas, que se originaron desde Adán y Eva hasta el presente, se cierren.
En esa hora ya habrá pasado el Juicio Universal. Y en lo alto de un gran monte resplandeciente, semejante al monte al que Moisés subió a recibir las Tablas de la Ley, su Maestro y Señor posará Sus Pies.
En los cuatro puntos del planeta, las almas serán llamadas a Mi encuentro. Y los Resplandecientes serán testigos de ese momento, cuando la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de los universos, les entregue a los Resplandecientes las reliquias del sacrificio y de la renuncia de los Míos.
Por un corto tiempo, el gran umbral del universo se abrirá en el planeta y todos podrán ser testigos de la historia de los escogidos, de los que han dado testimonio de Cristo a través de sus vidas.
Ese momento será coronado por los ángeles del Cielo. En esa hora, la Sangre de Cristo, Su valor espiritual, atómico y celular será reconocido.
Y el antiguo Proyecto Genético será reconfigurado. Los átomos de los autoconvocados girarán rápidamente, moléculas y células se iluminarán, y la red interminable del sufrimiento será transmutada.
En esa hora, pediré al Todopoderoso Su Intercesión; y, a través del Arcángel Gabriel, aquel que anunció a Mi Madre la venida del Mesías, en lo alto del monte resplandeciente, al lado de su Maestro y Señor, abrirá el último sello guardado en el Arca de la Santa Alianza.
En esa hora, también resplandecerán los Retiros y Centros Internos del planeta, y todos conocerán la oculta faz del Plan de la Hermandad.
Así como fue en el principio, llegarán los visitantes del universo para vivir este gran momento planetario y universal, en el que el Real Tiempo del universo se establecerá y lo que para la mayoría era un misterio desconocido y abstracto ya no lo será; porque prometo, en este día y en esta hora, que aquel que esté Conmigo hasta el fin, hasta el fin de los días, en ese momento en lo alto del monte resplandeciente, sentirá en su corazón un gozo desconocido, concedido por la obra magnífica del Espíritu Santo.
Todos los Linajes y todas las virtudes serán entregadas al Maestro, para que también el Universo Espiritual sea cambiado.
Y en esa hora, en la que se establecerán los Mil Años de Paz, que en verdad son mil ciclos de reconfiguraciones de la consciencia profunda del planeta y de la humanidad, su Maestro y Señor dará una nueva orden para que las cadenas y los grilletes de la perdición se disuelvan para siempre.
El Arcángel Gabriel tomará con Sus manos el Santo Grial, aquel Grial que fue testigo de la entrega de la Sangre de Cristo durante la Última Cena.
En esa hora, con el umbral del universo aún abierto en el planeta y en la humanidad, se volverá a establecer la unión de los tiempos, y todos los momentos evolutivos y espirituales que vivió esta raza serán expuestos.
La sangre de los mártires, en esa hora, justificará todas las guerras sucedidas en este mundo.
La vida sacerdotal restablecerá la conexión entre el Cielo y la Tierra.
El servicio abnegado de los consecuentes restablecerá la fe espiritual en todas las almas. Y aquellos que una vez perdieron el camino, por una última vez, serán contemplados por Mí para poder ser salvados y rescatados.
Por eso, en esa hora, las últimas santas mujeres estarán rezando, implorándole a Dios, junto con la Santísima Virgen María que ya estará presente en la Tierra, como Madre y Gobernanta, reuniendo a todos Sus queridos hijos en un único oratorio de Luz.
Así como fue en Pentecostés, la Santísima Madre del Cielo y de la Tierra volverá a pedirle al Espíritu Santo que descienda; y todos los méritos y dolores padecidos por la Santísima Madre, desde la Última Cena hasta lo alto del Monte Calvario, serán contemplados y Ella intercederá por última vez por el mundo.
Derramará Sus Gracias sobre aquellos que no las merecen, Su Amor enmendará sus errores, los errores de todos los que le fallaron a Cristo; y Su Santísima Mano, la Mano Maternal de la Virgen Santísima, señalará con una cruz de Luz a todos los rescatados.
En esa hora, esas almas serán contempladas por el Arca de la Santa Alianza y tendrán la Gracia y la oportunidad de comenzar de nuevo.
Y aún, Yo estaré sobre lo alto de ese monte resplandeciente. Y así como fue en Galilea, les volveré a hablar, pero esta vez no en parábolas, sino en verdaderos ejemplos de transformación y de redención que su Maestro y Señor ha visto a través de los tiempos en todas las almas.
Esto abrirá un nuevo tiempo y un nuevo ciclo, y entonces, se volverá a escribir la historia de los últimos días del planeta.
Los ángeles de la guarda se elevarán a Dios para dar testimonio de ese momento; porque todos aquellos que alguna vez hayan sido sacramentados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, también serán considerados por su Redentor y todos, delante del Santo Grial, verán la transfiguración de la Sangre de Cristo.
El Pastor los llamará a la mesa de la redención, porque Él volverá a partir el pan para compartir Su Cuerpo y Su Sangre en Presencia del Señor; e ingresará, en los mundos internos, un nuevo Propósito, aquel que las estrellas de origen tanto esperan.
Los nombres originales se iluminarán en el firmamento del universo, porque estos nombres emanarán del Sagrado Corazón de Jesús.
En esa hora, el plano material será transustanciado por la Presencia de Cristo, por las oraciones de las últimas santas mujeres y por las bondadosas madres del espíritu reunidas con la Santísima Madre de Dios.
Ya no existirá el juicio, la condenación ni la muerte. Las almas renacerán en el Espíritu Santo, su fe llegará más lejos de lo que esperaban.
Y este gran acontecimiento lo cerrará Dios, cuando Adonai descienda de las alturas con la Fuerza y el Poder de Su Reino, con la Omnipotencia de Su Amor, con la Gracia Eterna de Su Presencia. Así, por tan solo un momento, estarán ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en una Única Persona.
En ese momento, comprenderán el misterio de la Grandiosa Voluntad del Altísimo y Su empeño, permanente y constante, de que este Proyecto de la superficie de la Tierra exprese la presencia de los Nuevos Cristos.
Y todos aquellos que hayan sufrido injustamente las adversidades del mal serán recompensados. Los últimos serán los primeros y aquellos que creyeron ser los primeros, serán los últimos.
Benditos sean los humildes de corazón, los que padecen las miserias de estos tiempos, como el ejemplo de Mis hijos de África, porque serán los primeros en ver al Señor. Y, en esa hora, de esos pequeños corazones surgirá la fuerza de la renovación y de la fe.
Mis hijos africanos no serán más castigados con la impunidad, con la persecución o con la muerte. Yo mismo vendré a liberarlos de la esclavitud, porque ellos tendrán parte Conmigo en Mi Reino y, en esa hora, el mundo entero sabrá quienes son los corazones de África.
Yo los coronaré con Mis Gracias y Mis Misericordias; porque en lo alto del monte resplandeciente, ellos firmarán Conmigo la nueva alianza y lo harán por toda la humanidad. Así, triunfará Mi Amor, dentro y fuera de los hombres, dentro y fuera de las almas, en todo el universo.
Les dejo el sentimiento más profundo de Mi Corazón, para que se cumpla en esta humanidad y en este planeta.
Agradezco la respuesta de los consecuentes y orantes, de todos los que han respondido en estos días a Mi Llamado, sagrada experiencia que será guardada en el Arca de la Santa Alianza para que se funda espiritualmente con las Reliquias de Cristo.
Que así los corazones sean preparados para el fin de estos tiempos.
Para que esta aspiración se cumpla, la aspiración ardiente del Corazón de Jesús, celebraré con ustedes la Santa Eucaristía, así como la celebré con Mis compañeros en el Santo Cenáculo.
Les pido también a Mis sacerdotes, aquellos que en este momento están en Figueira, que acompañen este ejercicio espiritual.
Celebraremos este Sacramento, así como fue celebrado en el Cenáculo, de una forma simple, profunda y verdadera, así como es su Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden traerme aquí agua para lavar las manos.
Que los sacerdotes se aproximen.
Mientras nos preparamos para este ejercicio que hará el Señor por nosotros, oramos internamente para que, al igual que los apóstoles, podamos ingresar en el Santo Cenáculo.
En aquel tiempo, les pedí a los Míos que Me acercaran el pan y el vino para la consagración, porque si no hubiera hecho este ejercicio espiritual, el mundo no habría comprendido el sacrificio del Señor.
Así, los reuní a todos alrededor del Maestro. De una forma simple y austera, le ofrecí lo más grandioso de Dios a la humanidad.
Por eso, en esa hora del Santo Cenáculo, el Señor tomó el pan, lo elevó a Dios en acción de gracias y en sacrificio, pidiéndoles a los ángeles del universo que lo transustanciaran en Mi Glorioso Cuerpo.
Para eso, lo partí y se lo ofrecí a cada uno de Mis compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida, tomé el Cáliz con Mis Manos y lo elevé a Dios en acción de gracias y en sacrificio. Y para que esto se cumpliera, se lo pasé a Mis compañeros, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, así como lo hacen por Mí en este momento, hasta que Yo retorne al mundo".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Oración: “Padre Nuestro”.
Que Mi Paz descienda al mundo, así como Mi Sangre descendió sobre la Tierra.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En comunión con Cristo y en Su Presencia Misericordiosa, nos damos reverentemente el saludo de la paz, saludando a cada Cristo interno.
Y anunciamos, en Presencia del Sagrado Corazón de Jesús, la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Y así, Mi Forma de Luz y Mi Sangre ingresaron en los apóstoles y en las santas mujeres, y los preparé para que recibieran al Gran Consolador y tuvieran la fuerza interior para sobrellevar la Pasión de Cristo, así como hoy Yo los preparo a ustedes para sobrellevar el calvario planetario.
En esta comunión y alianza Conmigo, en la presencia sagrada del Cenáculo de Cristo, que fortalece a Su Gran Cuerpo Místico, a Su Iglesia Espiritual formada por todas las almas, elevamos esta oferta a Dios, en gratitud, reverencia y devoción.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco.
Pueden ir en paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
Gracias a todos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Presencia se replica en aquellos que Me aman.
Mi Voz hace eco en aquellos que escuchan Mi Llamado.
Estoy presente en el desierto como en el Paraíso. Estoy presente en las caídas como en los triunfos, pero Mi Silencio es lo que Me hace invisible a los ojos de los que dicen ser poderosos.
Mi Amor es como una lanza que traspasa el corazón humano, lo transverbera y lo ilumina, haciéndolo todo para Mí. Por eso, hoy estoy aquí.
Soy Quien los pensó, pero también Quien los creó.
Mi Palabra reverbera en aquellos que viven Mi Mensaje y, aun siendo imperfectos, Yo los sostengo a través de Mi Vida; porque Mi Alegría está en aquellos que Me buscan, en todos los que confían en Mí.
A cada uno le doy lo que debe aprender, lo que debe soportar y sostener, pero nunca le daré algo que no pueda sobrellevar.
Aprendan a caminar a través de aquello que alcanzaron de mejor.
No vean el universo vacío, sino lleno de experiencias de amor y de perdón.
Yo Soy la Brisa que sopla en la mañana.
Soy el Sol que nace a través de los que viven en Mi Fe.
Soy el triunfo del Amor en aquellos que se transforman.
En lo pequeño, Yo Soy Grande; y en lo grande, Soy Invisible. Esa es la tónica de Mi Humildad.
Mis Señales indican que siempre estoy aquí, y los Rayos de Mi Consciencia abrazan a los que Me invocan; porque en la aparente pérdida está el triunfo, en la resignación está la lealtad, en la obediencia está la fidelidad, en el servicio está la oportunidad de amar y de que Yo pueda gobernar sus vidas para siempre, más allá de las batallas o de las incertidumbres.
Yo necesito que sean otros, así como Mi Hijo lo Es. Él bebió del Cáliz sin temor al fracaso. Él se entregó para que todos fueran rescatados, hasta los días de hoy.
Su Reinado está en la Corona de Espinas. Su Voluntad está en Mi Cetro Divino. Su Infinito Amor está en todos, a los que Él ama incansablemente.
Y, Mis Hijos, ¿harán lo mismo?
Cada uno tiene parte Conmigo en este universo, el cual He creado con perfección para que reconozcan Mi Amor y la felicidad que Yo tengo de estar con Mis Hijos. Esa es la razón de Mi Creación. Ese es el Propósito por el cual obro y manifiesto, concreto y realizo a través de los tiempos.
Han sido llamados a vivir este tiempo. Por eso, están aquí y no en otro lugar. El Universo Creador guía a los que le obedecen.
Aún hay una Obra maravillosa por realizar, aun en estos tiempos críticos, en los que la impunidad y la indiferencia quieren sustituir al amor y a la unidad; pero no lo permitiré.
Mi Nombre está escrito en todas las dimensiones.
Mi Amor está presente en todos los seres, aun en aquellos que están lejos de Mí; porque el Amor de Mi Hijo hará triunfar la cruz de estos tiempos. Y aquellos que se aferren a la Luz Victoriosa de Cristo, no perecerán.
Hoy, los vuelvo a reunir como hace más de 2 000 años, cuando el pueblo de Israel escuchaba a los profetas y seguía las Escrituras.
Pero ahora, sus almas, para Mi Hijo, son el nuevo Libro en el cual Él espera poder escribir el nuevo triunfo de Su Amor, más allá de todas las dimensiones y consciencias, más allá de todo mal.
Él conoce sus verdaderos nombres. Ante Sus Ojos nada está oculto.
Síganlo hacia donde Él los llama a ir, porque este es el tiempo de Su Retorno.
Después de que Él vuelva, volverá Su Padre Celestial. Será más que el árbol ardiente ante Moisés, más que las aguas que se separaron para que Su sagrado pueblo pudiera ser liberado del cautiverio, más que la propia transubstanciación del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
Vendré con el Poder del Amor de los Cielos, más que todas las alabanzas y cantos de los ángeles, más que la propia Presencia de la Hermandad.
Mi Amor, en esa hora, se multiplicará más que los panes y los peces, más que la cura que vivieron los paralíticos y ciegos, más que la propia resurrección de Lázaro y de los muertos.
Mi Amor reestablecerá las Leyes en la Tierra. Más que a todos los elementos, reuniré a todos los Reinos. Más que en el propio Cenáculo de Pentecostés, la lengua será una sola, el entendimiento dará sabiduría y la Justicia Divina reconstruirá a la Tierra, de norte a sur y de este a oeste.
Y, en ese momento, será cuando se plasmará la Cruz de la Nueva Humanidad. La síntesis se completará espiritualmente, y los últimos velos caerán de sus ojos para que puedan ver Quién Soy Yo.
Mi Amor aún sigue siendo desconocido; pero después del Retorno de Mi Hijo, todo se consumará, como lo fue en la Cruz. La ley del sufrimiento ya no existirá, las almas ya no conocerán sus dolores y sus culpas, sino que se les dará a conocer la felicidad del Reino de los Cielos que los ángeles les mostrarán.
En esa hora, resurgirá el nuevo hombre, la nueva consciencia, porque ya no estará unida a la deuda espiritual, sino a la dádiva de los Cielos.
Construyan con esperanza este gran acontecimiento, no lo busquen; espérenlo, porque llegará.
Una vez más, la hora de Mi Hijo se aproxima. Por eso, es tiempo de orar con misericordia y piedad.
Que ya no exista la guerra ni la división entre los seres.
Que ya nadie más promueva la cultura del descarte y de la indiferencia, ni siquiera con el hermano que está a su lado.
Sean merecedores de las dádivas del Cielo, porque cielo y tierra pasarán, pero Mi Mensaje permanecerá vivo en aquellos que confían en Mí.
Mi Corazón está lleno de Gracias para todos. Mis Brazos están abiertos para aquellos que quieran sentir Mi Consuelo.
En el silencio, los escucho en confesión.
Que no haya temor, sino fe.
Que no haya desconsuelo, sino esperanza.
Que no haya sufrimiento, sino liberación.
Que no haya maldad, sino amor.
Este es Mi Mensaje para los que vivirán los próximos encuentros con Mi Hijo, como una oportunidad única de estar ante el Portal de Mi Misericordia, aquel que se muestra como el Agua y la Sangre de Cristo.
Quien se alegra y los bendice, a ustedes y al mundo, por este encuentro,
Adonai
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, vengo aquí, a este Mi cenáculo predilecto, al gran oratorio de la Madre de Dios.
Hoy, vengo extraordinariamente porque quiero estar cerca de ustedes y con cada una de sus almas, preparándolos para ingresar al desierto que hoy Mi Mano les indica; a este desierto espiritual de la humanidad, que muchos no quieren atravesar porque se olvidan de que Yo estoy en el desierto, cuando tan solo Me buscan y Me llaman.
En este preámbulo de la próxima Sagrada Semana, vendré inesperadamente, durante esta semana, sin avisarles, para que sus corazones estén prontos, tal como estuvieron los apóstoles junto a Mi Madre en el Cenáculo, después de la Resurrección de su Señor.
Yo quisiera poder encontrarlos, Yo quisiera poder sentirlos y contemplarlos, así como a los apóstoles cuando estuvieron junto a Mi Madre Celeste en la Reaparición de Cristo, días antes de Mi Ascensión a los Cielos.
También vengo a aliviar sus corazones y sus espíritus, a quitarles el peso de la cruz que les han colocado en sus espaldas; pero Yo los animo y los invito a seguir cargando esa cruz, no solo por ustedes, sino por la gran necesidad de Amor en esta humanidad y en este planeta.
Vengo con este Mensaje para que todos se preparen internamente para la próxima Sagrada Semana; y Mi Corazón, con gozo y predilección, ha escogido este lugar bendecido por Mi Madre Celeste, para anunciar, una vez más, la Palabra de Dios, para que los corazones, al ingresar a este desierto que Yo los invito a cruzar en esta semana, puedan volver a encontrar a Dios y, delante de Él, estar en silencio, en sintonía y en amor por todo lo que es necesario y urgente reparar en esta humanidad y en este planeta; porque la guerra sigue aconteciendo, las almas siguen sufriendo; el temor, la impunidad y el miedo siguen siendo establecidos en los pueblos y en las naciones.
Yo los preparo en este desierto, así como su Maestro y Señor se preparó durante cuarenta días para aceptar el Cáliz que el Padre le ofreció y que hoy Yo les ofrezco, en Mi Nombre, para que lo beban sin temor alguno; porque Mi Sangre Preciosa viene a purificarlos, viene a bendecirlos y a reconsagrarlos para las próximas etapas del Plan del Redentor.
Que no pese más en ustedes la agonía de no poder alcanzarme ni sentirme. Yo estoy aquí, como el Sagrado Corazón de Jesús, para recordarles que tienen parte Conmigo en este momento, porque Mi aspiración es que sean Mis apóstoles del fin de los tiempos.
Que este desierto, que hoy los invito a cruzar con coraje y valentía, los fortalezca. Que este desierto que los invito a atravesar, con amor y con fe, los haga crecer interiormente para todo lo que llegará; porque ante el Padre Celestial necesito de almas que justifiquen los errores del mundo y los graves pecados que ultrajan el Corazón de Dios en estos tiempos.
Adórenme en el Divino Sacramento del Altar durante estos días. Que su vigilia en la Adoración se amplíe y se fortalezca, para que el Reino de los Cielos descienda a la Tierra no solo durante la próxima Sagrada Semana, sino también en esta semana preparatoria que con gozo y júbilo vengo a compartir con ustedes de forma extraordinaria, y Nuestro Señor, el Padre Celestial, ha decidido que esta casa bendita y consagrada al Corazón de Mi Madre sea el lugar, el cenáculo y el oratorio para que estos encuentros sucedan, estos encuentros inesperados.
Recuerden a sus Ángeles de la Guarda, ellos están sedientos de sus ofertas al Corazón de Dios, de sus ofertas por la humanidad y por el planeta, para que el Amor, la Paz y la Luz no desaparezcan de la superficie de la Tierra.
Yo los entiendo y también los comprendo, son tiempos desconocidos y difíciles, y a veces sienten que no pueden soportarlos. Pero tengan fe, Yo morí por ustedes para que ustedes pudieran tener vida en Mí.
Los bendigo y les agradezco por acogerme en este lugar, por la simplicidad en cada detalle, por la oferta sincera de los corazones que confían en Mí.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que el poder transformador del Santo Cáliz los transubstancie por dentro y por fuera.
Que la unión con el Santo Cáliz los eleve como almas, pero también como consciencias.
Que la alianza con el Santo Cáliz los santifique y que expanda sus consciencias en el Amor bondadoso de Cristo.
Que la Adoración al Santo Cáliz les revele los misterios del Amor.
Que los secretos sagrados de la Última Cena sean develados y que el espíritu insondable del sacerdocio crístico los impulse para alcanzar la sagrada transformación.
Que se reúnan en torno al Altar los últimos apóstoles y que, uniendo sus espadas de fe como una sola, se establezca la sagrada e inquebrantable hermandad. Así, que se encienda en el discípulo el fuego del Propósito Divino, y que este se cumpla milagrosamente en estos tiempos.
Sin escudos ni armas, los Templarios de hoy renacen para llevar sobre su pecho el sagrado emblema de la Estrella de la Paz.
Que se levanten los que están caídos.
Que se consagren los que se autoconvocaron, porque ha llegado el tiempo de la gran misión por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reverenciamos en este momento el legado más importante de la humanidad, que ha traído hoy Nuestro Señor Jesucristo. Ese legado es el Arca de la Santa Alianza, que cuatro ángeles han traído con Nuestro Señor.
Reverenciamos ese legado espiritual, universal e inmaterial, que hoy está frente a nosotros, bajo la protección de Nuestro Señor Jesucristo y en la presencia de Abraham y de Moisés.
Este legado hoy es irradiado a toda la humanidad, hacia los cuatro puntos de la Tierra, mientras Cristo, Abraham y Moisés, junto con los ángeles, contemplan la Santa Arca.
Y vemos dentro de ella todo lo que guarda como legado espiritual, universal e inmaterial, y cómo el centro de Luz del Corazón de Cristo emana una poderosa Luz sobre el Arca de la Santa Alianza, en donde están la Corona de Espinas, los Clavos que Él llevó en la Cruz, el Santo Cáliz y las Tablas de la Ley, los llamados Mandamientos que recibió Moisés, así como otros elementos que conforman ese legado espiritual para este Universo material.
Y somos rodeados por el Universo que tiene como centro a este acontecimiento espiritual e interno en este momento.
Al igual que los ángeles, que adoran y protegen la Santa Arca, dejémonos colmar por ese legado y ese misterio que se revela frente a nosotros.
Alrededor de este acontecimiento, vemos a los Ancianos que también se mostraron a Juan en la última parte de su vida, cuando él vio el Apocalipsis.
Aquí y ahora, en este momento, se forma la Orden de la Hermandad Celestial, que hoy ha llegado ante cada uno de nosotros, para que su amor y su vibración resuene dentro de cada uno, en el centro de nuestro ser y esencia, para que entremos en comunión con el legado espiritual que formará las bases de la Nueva Humanidad.
Mientras tanto, los Ancianos que están presentes llevan, entre sus manos, un Sagrado Libro que muestran con páginas en blanco y están atentos, vigilantes y contemplativos para registrar y escribir lo que cada uno ofrecerá por este legado, a fin de ser celador y vigilante, guardián y protector del Conocimiento Divino y Cósmico.
En este momento, vemos cómo Cristo, tan solo con Su mirada de Amor, ilumina dentro del Arca de la Santa Alianza al Santo Cáliz, para que a través del Santo Cáliz una potente columna de Luz comunique aún más al Cielo con la Tierra, y se abran aún más los Portales hacia el Universo y, en este momento, bajo esa apertura espiritual que realiza Cristo en un absoluto silencio y sintonía, vemos por encima de ese espacio y de ese acontecimiento, un poderoso Triángulo de Luz de lados iguales que representa un aspecto de Dios, Abba.
Dentro de ese Triángulo de Luz que nos observa y nos contempla está Dios, como también contempla el acontecimiento del Arca de la Santa Alianza, en la Presencia de Cristo, de Abraham, de Moisés, de los Ancianos y de los ángeles.
Debajo del Arca de la Santa Alianza vemos presentarse y dibujarse a nuestro planeta que es colmado por los rayos de Luz que expresa esa Santa Arca, y el aura espiritual del planeta es encendida y santificada por cada una de esas corrientes poderosas que el Arca está emanando en este momento, a través de todos sus elementos sagrados.
Mientras que Abba, a través del Triángulo de Luz, ilumina aún más el espacio presente, la síntesis de cada uno de Sus Nombres Sagrados se hace presente en este momento, en este acontecimiento espiritual y universal.
Los ángeles, ante la Presencia del Padre, el Todopoderoso, no dejan de mantener su cabeza en el suelo como un acto de adoración y de reverencia a nuestro Creador. Y vemos, en este momento, cómo diferentes huestes de Luz, ejércitos de ángeles comienzan a rodear la Presencia de Dios.
Todos son convocados a este encuentro, para recibir el bálsamo del Amor de Dios y el principio de Su Sabiduría.
Para terminar de unir a la Tierra con todo el Universo, y antes de continuar con todo lo que Nuestro Señor quiere realizar en este día, en un acto de mayor reverencia y amor a nuestro Creador, ante esta revelación y Presencia Divina, entonaremos el Nombre de Abba, a través de "Fuente Primordial" como una sola voz y un solo corazón, hasta que Nuestro Señor lo indique.
En este momento, vamos a permitir que cada uno de los principios y atributos de la Santa Arca no solo bañen de Luz a nuestro planeta, sino también a las naciones y a los pueblos, a los Reinos de la Naturaleza, a los océanos, para que toda la vida, en este momento, esté en Dios.
Podemos comenzar.
Canción: "Fuente Primordial".
Vemos cómo en los Libros Sagrados de los Ancianos se han escrito nuestras ofertas, las cuales quedarán guardadas en ellos hasta que Dios las solicite.
Nuestro Señor retira del Arca de la Santa Alianza el Santo Cáliz para que, espiritualmente, sea colocado sobre este altar y celebremos, en esta tarde, la comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Sentimos bien cerca de nosotros a ese Santo Cáliz, aquel Cáliz con el que Cristo celebró la Última Cena, y que testimonia y expresa a la reliquia más importante de la humanidad que es la Sangre preciosa de Jesús.
Nos dice Cristo:
Mis Palabras hoy son representadas a través de esta experiencia de amor porque ya muchos de ustedes, conscientes y preparados en el camino del espíritu y del servicio por la humanidad, están prontos para vivir estas experiencias que solo Yo podría dirigir, por la autoridad que Mi Padre Me concedió. Experiencia de la cual los hago a cada uno partícipe, para que sus almas y esencias estén fortalecidas en este servicio del fin de los tiempos, en el que su donación y entrega será la llave fundamental para concretar Mi Retorno.
Por eso, hoy he dejado sobre este simple altar el Santo Cáliz, para que no solo los irradie a ustedes, sino también al mundo entero que lo necesita con suma urgencia espiritual.
Así, Yo les demuestro, a todos los que escuchan, la validez de la comunión espiritual Conmigo, cuando tan solo se abren para vivirla.
Los Ancianos son los testigos de esta humanidad y de este planeta hasta sus últimos días, por esa razón hoy están aquí con ustedes y con el mundo.
Abraham y Moisés son parte fundamental de la historia de su humanidad que, en diferentes tiempos y épocas, alcanzó importantes movimientos espirituales de expansión de la consciencia y de la realización del Plan del Creador.
Este es el tercer momento, después de Mi Pasión, Muerte y Resurrección, en el que podrá suceder lo mismo, siempre y cuando las almas se adhieran al descubrimiento de este legado espiritual, guardado en el Arca de la Santa Alianza, para todas las esencias del Universo y más allá de este.
Hoy el Arca de la Santa Alianza viene a traer la cura y la renovación de la humanidad, porque las almas necesitan curarse para poder estar sanas físicamente y así poder reencontrar el camino hacia Dios en este momento planetario, en el que se enfrentan el amor y la indiferencia, lo que definirá el próximo tiempo para toda la raza humana.
En este momento Moisés y Abraham se retiran, llevando consigo el Arca de la Santa Alianza hacia el centro del Triángulo, en donde está Dios, para resguardala donde siempre está.
Pero aún las puertas de los Cielos se mantienen abiertas, porque fuimos llevados hacia otro espacio de la Iglesia Espiritual de Cristo, la llamada Iglesia Celestial. El centro de esta Iglesia es el legado del Arca de la Santa Alianza, que los ángeles resguardan, adoran y protegen con un infinito amor por todo el sacrificio que Cristo vivió por esta humanidad y por cada uno de nosotros, en este planeta.
Aunque parezca incomprensible e imposible, estamos ante Abba y Nuestro Señor Jesucristo, colmados por Su profundo silencio celestial y por Su Amor eterno que emana del Padre, del Hijo y de la Fuente.
Aún se mantiene cerca de nosotros el Santo Cáliz, porque Nuestro Señor lo retornará a su lugar cuando esta ceremonia entre el Cielo y la Tierra, entre la Iglesia Celestial y las almas, haya finalizado.
Y así, vemos cómo Cristo enciende trece puntos de Luz en toda América y cada uno de esos puntos de Luz, que emergen del interior de la Tierra, traen un tono, una vibración y una melodía que la humanidad necesita para poder ingresar en el próximo tiempo; y vemos cómo en perfecta armonía, esos trece puntos de Luz se unen, emergiendo hacia la superficie, comenzando desde Norteamérica hasta Sudamérica, en toda la columna de las Rocallosas y de los Andes.
Estamos ante una Red de Luz espiritual que siempre ha estado presente en el planeta desde sus orígenes, pero que tuvo su tiempo para despertar. Visualicemos a las Américas encendidas por esos trece puntos de Luz y percibamos, en este momento, qué es lo que siente nuestro corazón.
Guardar la memoria de este sentimiento es lo que nos pide Cristo, para que siempre lo podamos reconocer y a partir de este sentimiento profundo e interno, tengamos fuerza y valentía para poder renovarlo todo, así como Cristo nos renueva.
Así, vemos réplicas de este Santo Cáliz en los trece puntos de Luz. Vemos que una Sangre espiritual es derramada sobre cada uno de los Cálices que los ángeles vierten en este momento en ellos y el planeta es bañado por la poderosa Sangre de Jesús.
Así, todas las almas reciben este impulso de Nuestro Redentor.
Y en lo alto de los Andes, vemos la misma Cruz que estuvo en lo alto del Monte Calvario y a sus pies, a Nuestra Santísima Madre, la Virgen María, así como a todos Sus hijos, seres de amor, de oración y de buena voluntad extendidos en los cuatro puntos de la Tierra.
Esa Cruz es una Cruz de Luz que ilumina a cada uno de los Cálices y somos colmados por el Espíritu Santo.
Vemos a Nuestra Santísima Madre rezar por el mundo y por la humanidad, colocando a Su lado al Santo Padre, el Papa Francisco, y a América. Y a través de América la humanidad se vuelve a levantar, así como Cristo se levantó durante el Calvario.
El Triángulo de Dios recorre cada punto de Luz de las Américas, colocando sobre ellos cada uno de Sus aspectos y Nombres Sagrados; y desde el centro de nuestro planeta sentimos el dolor de la Madre Tierra que es aliviado, en este momento, por la Sangre que Jesús derramó en la Cruz.
Nos vaciamos nuevamente para poder recibir todo esto, reconocemos nuestra pequeñez delante de este gran misterio, el misterio del Amor de Dios por la humanidad.
Y en este escenario, con el Santo Cáliz cerca de nosotros, celebraremos este momento con un profundo acto de agradecimiento por esta revelación de Nuestro Padre, Dios, a través de Su Hijo, el Cristo.
Cristo nos ha pedido, en este momento, que nos podamos lavar las manos en señal de purificación y de rendición, en nombre de la humanidad.
Vamos, a pedido de Cristo, a lavar las manos de los hermanos del Consejo de esta Obra, en nombre de la humanidad.
Pedimos que, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, si fray Supremo nos está escuchando, que también lave sus manos, realizando la misma oferta que pide Nuestro Señor, para que el Amor pueda curar todo el dolor. Esto siempre será para que el Amor derrote la impunidad.
Ante la Luz del Santo Cáliz, recordamos a Nuestra Madre Santísima a los pies de la poderosa Cruz, en lo alto de los Andes, porque Ella también está recibiendo nuestra oferta, en este momento, como Madre de la humanidad.
Mi Dios,
yo creo en Ti, yo Te adoro,
yo Te espero y yo Te amo.
Y Te pido perdón
por los que no creen en Ti,
no Te adoran,
no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(Se ora en inglés tres veces)
Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado al mundo por el perdón de los pecados.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Tomen y beban, porque este es Mi Cáliz, el Cáliz de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, con la Sangre que es derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Por la poderosa Luz que emana del Santo Cáliz en este momento, en unión con Nuestra Santísima Madre en lo alto de los Andes, en unión con los trece puntos de Luz que fueron encendidos por Nuestro Señor, recemos juntos la oración que Él nos enseñó:
Padre Nuestro (en español).
Padre Nuestro (en inglés).
El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Bienaventurados los que se sirven de este legado de Amor.
Que la Paz descienda a la Tierra.
Nuestro Señor retira el Santo Cáliz del altar y lo lleva entre Sus Manos para retornarlo al Arca de la Santa Alianza. Y así, los trece puntos de Luz se recogen en donde surgieron y se manifestaron. Nuestra Madre, la Virgen María, se eleva al Cielo junto a Su Hijo, así como todos los ángeles que participaron de este momento, para poder seguir en adoración a Dios.
¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!
¡Gracias, Padre, por cuanto nos das!
En este encuentro te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras que los espacios en los planos internos se preparan para el descenso de la Misericordia, al mismo tiempo, su Maestro y Señor retira, de la Fuente del Sagrado Cáliz, los códigos que serán depositados y colocados en las almas de Amazonas que se animarán a presenciar los encuentros. El espacio ofrecido para esta próxima Maratón está acorde, ampliamente, con la tarea que su Señor deberá realizar en los próximos días.
Es así que el Sagrado Cáliz del Señor será especialmente traído por los ángeles para que una alianza divina se vuelva a establecer entre las almas y Dios, entre los Reinos de la Naturaleza y los hombres, aunque en el próximo tiempo sigan sometiendo a la gran floresta de América.
Lo que se construirá por medio de la Maratón será profundamente espiritual y no externo. Es así que el efecto que esa construcción interna tendrá, dará fortaleza a los pueblos originarios para que puedan seguir protegiendo y defendiendo el sagrado Edén de Dios.
Y al mismo tiempo, esa fortaleza interior despertará inesperadamente a los que intentan sobornar a la sagrada naturaleza.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Aún la Sangre espiritual de Mi amado Hijo será vertida como un potente manantial sobre la humanidad.
Esa preciosa Sangre, que guarda los códigos lumínicos de la dolorosa Pasión de Jesús, será la que terminará de purificar completamente a todos los creyentes seguidores, servidores y consagrados de Cristo.
La Divina Sangre de Jesús será derramada como una potente Luz en el mundo y en ese momento todo se desencadenará, todo se definirá y la promesa de Su Segundo Retorno se cumplirá.
Por eso, la preciosa Sangre espiritual de Mi Hijo podrá ser reconocida y todo Su sacrificio no habrá sido en vano, a pesar de la perversión en la cual se encuentra la actual humanidad.
Cuando la poderosa Sangre de Jesús vuelva a ser derramada por los ángeles a pedido de Cristo, las religiones conocerán la verdadera y única Faz de Cristo.
Llegará el momento en que la sangre de los mártires de los últimos tiempos también será reconocida y ya no se vivirá en ningún lugar de la Tierra ese sacrificio o entrega porque la poderosa Sangre de Jesús, en su estado divino y espiritual, liberará a todos los que se sintieron, alguna vez, presos de sí mismos y de sus condiciones humanas.
La Sangre Divina de Cristo, que será entregada en cientos de cálices, concederá a los perseverantes en Cristo muchos prodigios, revelaciones y milagros. Y una nueva Tierra comenzará después de que todo se haya purificado y redimido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos compañeros:
Ya está todo preparado para el descenso glorioso de su Maestro y Señor.
Todo fue preparado con amor por las manos y los corazones de Mis seguidores.
Se volverá a abrir la puerta victoriosa de los méritos y del legado de la Pasión y de la Resurrección de su Señor.
Todo el Universo espiritual está a la espera del gran momento en el que el Pastor y Rey de reyes volverá a celebrar la Comunión redentora con Sus amigos.
Mientras las puertas del Universo se están abriendo, a medida que pasa el tiempo, la presión y la opresión de los infiernos se vuelven insoportables, ya que los poderosos Códigos de Cristo están descendiendo sobre la consciencia del planeta y de la humanidad.
Es así que los siete ángeles de las trompetas se posicionan en los lugares indicados, mientras el Arca de la Santa Alianza, que trae consigo al Santo Cáliz, es colocada próxima a la dimensión de la Tierra.
Todo lo contrario quedará paralizado durante los ocho días, cuando el Hijo de Dios descienda en espíritu a la Tierra, y el fin comenzará en la humanidad.
¡Les agradezco por acompañarme de verdad en esta Sagrada Semana!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
El Cáliz ya está entre Mis Manos y desde ahora preparo el Altar para volver a celebrar la Pasión, la Muerte y la Resurrección de su Maestro y Señor.
Los ángeles también preparan el escenario en donde se oficiará la historia de la vida de su Señor.
Todo es preparado interiormente para que las almas, que serán recibidas durante la Semana Santa, sientan los impulsos de Luz de Mi Corazón.
Todo cambiará, todo mudará cuando las almas vuelvan a vivir y a sentir la alianza espiritual con su Maestro y Señor.
Ahora todo es preparado, hasta el más pequeño detalle, para que el caudal de la Divina Misericordia encuentre afluentes dentro de los corazones que se abrirán para reconocer el sagrado sacrificio de su Señor.
Todo es preparado con amor y devoción para que la unión entre el Cielo y la Tierra se establezca, más allá de todo lo que sucede en el mundo.
Este es el tiempo de más revelaciones. Este es el ciclo de las confirmaciones de los corazones con el Plan de Dios.
Está llegando la Sagrada Semana. Está llegando el Maestro, Señor y Redentor.
Ábranse desde ahora y participen del sagrado encuentro.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.
Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.
Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.
Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.
En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.
Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.
Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.
Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.
Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.
Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.
Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.
Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?
Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.
Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.
No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.
Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.
Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.
En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.
Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.
Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.
Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.
Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.
Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.
Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.
Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.
Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.
Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.
Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.
Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.
Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.
Nos ponemos de pie.
"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".
Incienso.
Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.
Canción: Adonai.
Inspiramos.
Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.
En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.
En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.
En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.
Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
La geometría sagrada es el símbolo más antiguo de esta humanidad. En verdad, ella surgió primero de la Fuente, para poder manifestar la creación y dar origen a los principios y a los atributos de la vida evolutiva.
La geometría espiritual, sagrada e inmaculada, siempre estuvo presente en la Tierra, a pesar de las eras y de sus diferentes épocas.
Las primeras humanidades conocieron estos sagrados símbolos, vivenciaron las sagradas geometrías, no solo para la elevación de la consciencia, sino también para la evolución de la genética humana.
Toda la configuración del ser humano como ser natural y espiritual, está formado por una geometría sagrada y perfecta, idea principal y originaria de los Padres Creadores.
Los primeros diseños de esta geometría fueron emanados por la Fuente Principal de Dios, la que hasta los días de hoy, emana el Amor, la Unidad y la Sabiduría.
La geometría sagrada no es solo parte de los mentalistas y de los filósofos, es algo que fue captado por los diferentes profetas, por el pueblo antiguo de Israel, hasta por el mismo Moisés.
Estos principios sagrados a través de la geometría, traen para el mundo el conocimiento del Propósito de Dios, y es la forma de unir puentes y dimensiones entre las consciencias.
Llegó el momento, de que la humanidad pueda curarse y regenerarse a través de la geometría sagrada, de la única y perfecta geometría que proviene de la Jerarquía Espiritual y de ninguna otra.
Lo que viene de la Fuente es incalculable, lo que ella emana es imborrable.
Desde los principios de la Tierra y desde antes de la primera humanidad, la geometría sagrada fue lo que constituyó la formación de este Universo local, para que después existiera la vida, la evolución, y por último, el despertar.
En la geometría sagrada está la raíz de sus orígenes, el conocimiento de sus constelaciones, la razón de haber venido a la Tierra para vivir una escuela de perdón y de redención.
Llegó el momento del tiempo de la síntesis, en el cual, Oriente conoció profundamente la geometría sagrada, la reverenció y aún forma parte de sí en este tiempo actual, a pesar del uso inadecuado que muchos pueblos han hecho de ella.
Pero esa geometría sagrada de la cual hoy les hablo, compañeros, se encuentra en la esencia del Santo Cáliz, dentro del Arca de la Santa Alianza, en donde todos los atributos, todos los propósitos y todos los pensamientos elevados de Dios, expresados antes del origen de la Creación, se encuentran allí guardados y protegidos por los santos ángeles.
Es este propósito del Arca de la Santa Alianza y la emanación de su geometría sagrada, la que después del fin de los tiempos y en la Nueva Tierra, con la Nueva Humanidad, deberá retornar al planeta para poder constituir una nueva raza, libre del sufrimiento, del dolor, de la agonía y del mal.
En la geometría sagrada se encuentra algo valioso e inextinguible. Es como si estuvieran delante de la manifestación más perfecta de Dios, representado a través de símbolos y de geometrías que traen una energía sublime para la consciencia humana.
En los Centros Sagrados como éste se guardan geometrías sagradas, principios fundamentales de la Fuente de la Creación, que en el silencio, acompañan a la humanidad desde el principio. Pero, es hora y es tiempo que este conocimiento sagrado pueda emerger de la consciencia humana, para todos los que se comprometieron a seguir el Propósito de Dios, y sobre todo se comprometieron a descubrir dentro de sí su universo interior.
¿Puedo continuar?
No escucho…
Todos responden: ¡Sí!
La geometría sagrada es lo que existe de más sagrado en el Universo. Fue el propio Dios, nuestro Padre Celestial, quien la creó y Él la entregó como algo inmaculado y sagrado en las manos de los arcángeles, para que ellos pudieran recrear y plasmar Su Divina Voluntad en el plano del espíritu, en el universo mental, y por último en este universo material.
Las geometrías sagradas son patrones de conducta que necesita el ser humano para este ciclo, para que pueda transitar y atravesar el fin de los tiempos, manteniendo viva dentro de sí la luz crística, la llama sagrada de la esencia, o como ustedes la quieran comprender, el despertar.
Hoy he traído entre Mis Manos uno de los Pergaminos de Dios, uno de los tesoros más antiguos de este Universo, de la Fuente Inmaterial de la Creación, del Universo de los Resplandecientes, en donde está escrito el origen del propósito de esta humanidad.
Dios pensó, en Su Silencio, la posibilidad de la existencia de criaturas tan semejantes a Él, que pudieran vivir el Amor como Él lo vive, que pudieran superarlo en el Amor, por medio de experiencias de unión, de luz y de perdón.
Por eso, Él creó una geometría sagrada, la que sintetiza la existencia de este mundo y de este universo local.
En esta geometría, de la cual hoy les hablo, está la posibilidad de que la humanidad entera reencuentre su camino, el camino que perdió hacia a la Fuente de la Creación desde el momento en que surgió la dualidad, o como ustedes la quieran comprender, como adversidad.
Pero en esa esta geometría sagrada que también está dentro del Arca de la Santa Alianza, se encuentra la réplica de este pensamiento muy elevado de Dios, que surgió de Su Corazón eterno desde el momento en el que Él sintió la voluntad y la necesidad de que Sus hijos lo pudieran conocer y reconocer, como Padre de la Sabiduría, como Padre del Amor, como el Señor de la Verdad.
Pero fue antes de Mi nacimiento en Israel, que los pueblos más antiguos del desierto conocieron la geometría sagrada de Dios.
En los cuarenta años en el desierto, el pueblo de Israel, al ser protegido y amparado por el Padre Eterno, en esa larga caminata, en la búsqueda de la Tierra Prometida, conoció y vivenció la esencia de esa geometría sagrada por medio del maná que lo sació y lo alimentó. Fue el contacto físico que tuvo con la esencia de ese Propósito de Dios que originó la vida en la Tierra y el surgimiento de la primera humanidad.
Fue de esa forma que antes del aparecimiento de Cristo en la Tierra, a través de Su encarnación en Belén, el pueblo antiguo de Israel pudo hacer parte de sí el Propósito Divino, lo que en su constitución genética y natural permitió, un tiempo después, que Mi esencia humana recibiera de ese pueblo lo más sagrado que alcanzó a nivel del Espíritu y del Mental Superior.
Cuando Yo estuve en la Tierra, fui la propia geometría sagrada de Dios manifestada como hombre y como consciencia. Fui el propio arquetipo y principio divino materializado en la Tierra, a través del vientre purísimo de Mi Madre en la intervención sagrada del Espíritu Santo.
Todo fue pensado, contemplado y meditado para que el mundo, a través de los tiempos y de las generaciones, nunca olvidara la principal geometría sagrada de Dios que es el Amor, que dentro de la consciencia humana permite la evolución, la ascensión y la expansión de la caridad.
En el Universo de Dios, existen muchos Pergaminos como éste. Revelaciones tan profundas y desconocidas por la mente humana que ayudará a todos los seres humanos a retomar el camino que perdieron hacia su verdadero propósito, hacia la verdadera razón que los trajo aquí por una meta espiritual, por un fin elevado, por un principio sagrado.
Sus almas, sí reconocen este legado porque son parte de esa manifestación, de esa experiencia, que comenzó en el origen de este Universo.
Mientras la Aurora contempla este escenario del Hijo trayendo al mundo la geometría sagrada de Dios, una gran bóveda celeste en los planos internos se manifiesta para todos sus espíritus, a fin de que ellos capten los símbolos sagrados de Dios, que el pueblo de Israel una vez conoció y que permitirá retomar en la Tierra la reverencia, para alcanzar la ascensión del cuerpo, de la mente y del espíritu.
A través de lo que Yo les enseñé a los apóstoles, por medio de los Sacramentos, también se encuentra la geometría sagrada de Dios, diversificada en diferentes principios y formas, al punto de que esas geometrías sagradas son materiales, por medio del Bautismo, de la Unción, de la Confesión, del Lavapiés y el más importante, a través de la Comunión.
Porque fue en la última cena, donde la más importante geometría sagrada de Dios descendió a través de Mí, en la materialización del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, geometría sagrada que Me permitió llegar hasta la Cruz, para poder expandir y donar todos los símbolos que redimieron en aquel tiempo a la humanidad.
Hoy los ángeles del cielo preparan las puertas del Universo, porque los impulsos de la geometría sagrada de Dios retornarán a la humanidad para que las almas puedan vivenciar una forma de vida diferente y aprendan, en la simplicidad, a superar el miedo, el error y el dolor que esta genética humana ha generado a través de los tiempos por haberse distanciado del Propósito de Dios, de la geometría sagrada del Padre.
El Arcángel Metatrón es el guardián y celador de la sagrada geometría de Dios. Él es el encargado, dentro de este Universo material y local, de enviar estos impulsos en el fin de los tiempos, a fin de que las almas alcancen una conexión profunda con el Padre Creador, por medio de la intervención de Metatrón Arcángel.
Es el fuego de ese arcángel, por medio de Su principal geometría sagrada, que permitirá la transmutación de la consciencia humana y la liberación del espíritu humano del pecado, del error, de la perversión y de la perdición.
Dios enseñó en el principio de este mundo, la primera y más importante geometría sagrada, que es el Verbo de la oración. Ella es el puente y es la base para construir una nueva vida que las almas, en poco tiempo, no reconocerán en sí mismas por el voltaje que la oración proporciona para la consciencia humana por medio de la elevación y de la transformación.
Quien viva la escuela de la geometría sagrada de la oración conocerá otras geometrías sagradas del Padre y el plano espiritual no estará más lejos de ustedes, lo podrán reconocer en su interior al tomar contacto con esos principios divinos que vienen de la Fuente.
Hasta hoy, es lo que Yo les puedo decir, porque la geometría sagrada tiene un elevado voltaje de energía espiritual e inmaterial que transmuta la consciencia humana, y los impulsos que vienen del cielo deben aprenderlos a vivir y a administrar, porque el conocimiento en sí ya es un impulso que quedará dentro de ustedes para llevarlos a dar un gran paso en algún momento de sus vidas.
Esta es la razón por la cual hoy Me detengo, porque las almas tienen una capacidad de soportar, pero confíen en lo que Yo estoy haciendo, así como Yo confío en lo que ustedes hacen, día a día, y en todo lo que hoy Me han ofrecido por el triunfo de Mi Sagrado Corazón en la humanidad.
Es esta fidelidad, esta constancia y esta fe que viene desde dentro de ustedes que permite la aproximación de este conocimiento para que la humanidad salga de lo superficial, de lo mezquino, de lo indiferente, para que sean instrumentos de esas geometrías sagradas en cada momento de la vida, como en cada acto de oración, para que sean espejos de Dios.
Agradezco a los que escuchan atentamente, porque esto emite una respuesta del Universo, de que al fin, el día de su despertar llegará para estar en comunión de una forma íntima y verdadera con la Fuente Principal de Dios, para que estén en contacto con Dios, aunque estén en la Tierra aprendiendo a superar el sufrimiento y aprendiendo a vivir el Amor.
La geometría sagrada siempre los elevará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro guardó el pergamino…
Y ahora, para sintetizar este impulso en la vida consagrada manifestada en diferentes formas, porque es algo que viven las almas, también se encuentra la sagrada geometría de Dios.
Y hoy consagraré dos nuevas auxiliadoras porque han manifestado esa constancia de buscar ese Propósito de Dios, y así, sigo reuniendo Mi rebaño para que reconozcan su filiación Conmigo y sobre todo, ese íntimo matrimonio con Mi Corazón.
Deseo tener aquí los elementos de consagración para las dos auxiliadoras.
Y en esos elementos, que se tornarán sagrados, también se espejará la geometría sagrada de Dios para que esté presente en todas Mis esposas que se han ofrecido para servirme a través de este servicio de donarse a los altares del Señor.
Todas las geometrías sagradas son vertientes del Amor de Dios, son la vivencia máspróxima de la Fuente de la Creación.
Los invito a colocarse de pie en reverencia a las sagradas geometrías de Dios, por ustedes, por sus familias, por sus conocidos, por la humanidad entera que debe recuperar los atributos de Dios por medio de estos últimos impulsos que Yo traigo del Universo para los humildes de corazón.
Celebremos ante las puertas del cielo este acontecimiento. Que la humanidad entera pueda ser merecedora de esta Gracia, porque lo verdadero solo proviene de lo inmaterial y de la vivencia del Amor en la vida material.
Escucharemos la melodía del Kodoish para que los ángeles, a Mi pedido y a Mi llamado, se reúnan aquí para traer hacia la Tierra la esencia de la geometría sagrada de Dios, fecundo tesoro que se guarda en los Centros Sagrados de la Jerarquía.
Padre, en cada elemento que Tú creaste, se encuentra la esencia de la geometría sagrada.
Hoy elevamos y ofertamos cada uno de estos elementos para que la consciencia humana sea transmutada y las almas alcancen el perdón y la redención. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Fray Melquisedec, Fray Juan de la Cruz, los dos hermanos, si pueden venir.
Del elemento agua que Dios creó, nace la geometría sagrada de la vida, del cual todo ser de la Tierra se alimenta y vive porque este elemento lo une y lo eleva hacia el Reino de Dios. Amén.
Comenzamos a entonar suavemente el Kodoish melódico para recibir los impulsos angélicos y acompañar esta ceremonia.
Canción: Kodoish melódico.
Inspiramos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Perdón, dijo que me olvidé de un paso...
Padre, este es Mi Cuerpo que como geometría sagrada, hoy es ofrecido al mundo para la remisión de las faltas y la redención de las consciencias. Amén.
Padre, este es el Cáliz de Mi Sangre que hoy amorosamente es ofrecido para la elevación de la consciencia humana, para la purificación de la vida terrestre, para la cura de los corazones. Amén.
Y a través de la geometría sagrada de la oración, Padre Eterno, bendice todos estos elementos y especialmente a Tus hijos, para que todos tengan fuerza interior de seguir adelante, a fin de alcanzar la victoria celestial. Amén.
Oración: Padre Nuestro en arameo.
Padre bendice a estos corazones para que siempre sean partícipes de Tu Gracia y de Tu Misericordia y actúen en este mundo como luceros de Tu Corazón, llevando la paz a toda la Tierra.
Yo las bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les doy las gracias por ser valientes para escuchar y no perder el coraje de poder hacer triunfar el Amor en este planeta. Sigamos obrando y viviendo en la Divina Misericordia.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, por Mí, por Mi Padre y por el Espíritu Santo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
El Universo se detiene para escuchar al Servidor de Dios y en todos los planos internos se escucha Su Palabra. Su Voz emite la esencia de la Verdad y no hay esencia en este Universo que no reconozca la Voz del Hijo de Dios.
Porque Yo Soy Aquel que vino a estar con ustedes, que está con ustedes y lo estará hasta el fin de los tiempos, a fin de que se cumpla el Propósito de Mi Padre en los corazones que son congregados por Mi Amor.
Desde el Universo Celestial se pronuncia Mi Palabra y ella hace eco en todos los planos de la manifestación.
No solo ustedes escuchan, sino también escucha el Universo y todo lo que está más allá de él es permeado por la Palabra de Dios, y el Espíritu colma a los corazones; los vivifica, los eleva y los redime ante Mi Presencia.
El vacío debe estar presente en sus corazones en este momento para que el Hijo de Dios pueda obrar y actuar, trayéndoles a las almas la oportunidad de la luz y de la redención.
Hoy no solo le hablo a sus consciencias físicas, sino también a los planos más internos, porque en los planos internos se conceden las oportunidades para las almas y, así, ellas no pierden la oportunidad de encontrar la Verdad, de aproximarse a ella y de poder vivirla en estos tiempos difíciles.
Hoy viene a su encuentro el Sacerdote Mayor, quien lleva entre Sus Manos el Cáliz de la Redención; vestido con la estola de la purificación; descalzo y humilde como un siervo de Dios. Quien está a la derecha del Todopoderoso y viene del Cielo para encontrarlos, para bendecirlos y para entregarles el Amor del Creador; Amor que se deberá multiplicar y expandir en el mundo, que curará la enfermedad, que traerá la paz, que sanará todo dolor e incomprensión.
Es en ese Amor que ustedes deben vivir, en el Amor que Yo les ofrezco y en el Amor que Yo les entrego; porque en ese Amor estará su liberación de toda perdición, de toda culpa, de toda maldad.
En el Amor está el triunfo de la Obra de Dios, porque el amor que ustedes también Me pueden dar y ofrecer es contemplado por el Todopoderoso como parte de la Obra de Su Sabiduría.
Sea el amor, entonces, transformado y sublimado; un amor que sea incondicional, capaz de ir más allá de los límites, capaz de superar cualquier dificultad y de entregarse ante cualquier necesidad.
Si en este tiempo Mi Amor no estuviera en el mundo, la humanidad perecería.
Yo no les entrego un amor propio, personal o autónomo. Yo les entrego, compañeros, el Amor que una vez los creó como esencias. Es este Amor que se debe regenerar dentro de ustedes todos los días, porque el Amor es la mejor compañía.
En el Amor de Dios el alma puede estar en la Verdad y aprender a no alejarse de ella.
Deberán profundizar en el Amor para que la Verdad de Dios esté en sus vidas; la vivan y se la enseñen a sus semejantes, sabiendo que en este tiempo el Amor y la Verdad, como atributos, podrán caminar juntos en sus vidas para que siempre tengan guía y sabiduría.
Los tiempos que llegan anuncian grandes cambios. Será esencial vivir en ese Amor para comprender más allá de las formas, para vivir más allá de los acontecimientos, para aceptar más allá de los errores.
Es ese Amor que Yo viví en la Pasión y que a Mí también Me elevó por el Sacrificio entregado.
Será ese Amor que siempre los sostendrá y así nunca perderán de vista su presencia.
Porque el Amor de Dios siempre proviene de la Fuente y nunca acaba, porque es un Amor incondicional, capaz de abrazar el error, capaz de transformar el dolor, capaz de comprender y de aceptar lo imposible.
El Amor lo puede todo.
Ofrezcan su amor personal al gran Amor infinito de Dios para que, algún día, sus sentimientos sean los Sentimientos de Dios en la vida espiritual, en la caridad y en la unidad entre las criaturas.
El Amor siempre trascenderá las fronteras, superará los obstáculos, comprenderá y aceptará más allá de los acontecimientos.
Porque el Amor no se apropia de nadie. El Amor libera, el Amor eleva, el Amor acoge al moribundo de espíritu.
Si ese Amor no estuviera en ustedes, nada será posible.
Este es Mi gran mensaje para el mundo entero en este día en que se concluye una etapa entre Mi Corazón y sus corazones.
Este es el momento de que ese Amor en ustedes sea real y no teórico; que sea un Amor vivo; que acepte, que se done y que se entregue a los demás, sin nada a cambio.
Será el Amor el que vencerá al mal.
Será el Amor el que disolverá el caos de las naciones.
Será el Amor el que fortalecerá la fe en los corazones.
Será el Amor el que encenderá en los espíritus la confianza en Dios.
Hoy Mi ceremonia es en el nombre de ese Amor Divino e Infinito que todo hace posible en lo que es imposible; el Amor que concede, que cede; el Amor que se entrega todo el tiempo.
Eso es lo que Yo les puedo legar, más allá de los milagros, de los fenómenos o de las curiosidades.
Quien en este tiempo no viva en el Amor de Dios estará como en un desierto, solo y vacío, con una gran sed que nadie le podrá quitar.
No pierdan la oportunidad de que ese Amor los lleve a la Verdad todos los días, para que, algún día, alcancen la misma Sabiduría que Yo alcancé en la Cruz.
Mi Amor por cada uno de ustedes, por cada ser de este mundo, estuvo de brazos abiertos en la Cruz.
Mi Amor nunca se cerró. El Amor de Dios se expandió en cada gota de sangre, en cada padecimiento, porque es un Amor que es capaz de ir más allá de toda adversidad.
Y hoy les traigo dentro de este Cáliz, el testimonio del Amor de Dios representado en la Sangre de Cristo, para que cada una de sus almas beba de este compromiso y recuerde, todos los días, que el Amor es lo que deberá reinar para que él triunfe sobre todo mal.
Que se abran sus corazones para esta comunión espiritual Conmigo, en donde son llamados a Mi Mesa para unirse al Amor de Mi Corazón, el Amor que todo lo entrega y que todo lo perdona, en este mismo momento.
Vacíos de sus faltas, absueltos de sus deudas, reciban de Mi Corazón el mayor Tesoro de Dios manifestado en el símbolo de este Sagrado Cáliz que guardó, a través de los tiempos, la experiencia de Amor más real y viva que el Hijo del Padre entregó hasta lo alto de la Cruz, hasta Su última respiración, hasta cerrar Sus Ojos cuando expiró, entregando Su Espíritu en las Manos del Creador.
Que este Amor se perpetúe en ustedes hasta el fin de los tiempos y que sea este Amor capaz de hacerlos retornar a Mi Camino cuando recuerden y perciban que salieron de él por alguna causa.
Lo más importante para Dios es que Sus hijos, Sus criaturas, no se separen de Él, de la Fuente del Amor, porque el Amor será lo que regenerará al mundo y traerá la cura para las almas enfermas.
Hoy deposito aquí lo que viví en la Cruz y en los planos internos un escenario semejante al Monte Calvario aquí se manifiesta para demostrarle al mundo, y especialmente a la humanidad, el triunfo del Amor por encima de todo dolor y de toda adversidad.
Porque fue el Amor el que, en lo alto de la Cruz, transformó el dolor en Misericordia y en Gracia para que reverberara hasta el fin de los tiempos en el corazón de todos los que reconozcan al Hijo de Dios y se sientan parte del Él en cada momento de la vida, como en cada comunión con Su Cuerpo y con Su Sangre.
Ante las puertas del Cielo, abiertas sobre la Aurora, que el soplo del Espíritu de Dios se encienda en ustedes como una sagrada llama, al igual que en los Apóstoles, para que difundan en este tiempo el poder y la confianza que puede expresar Mi Amor por todas las almas, por todos los que están caídos, por los que perdieron la paz.
Que perseveren los que viven las guerras.
Que las familias que sufren el caos no pierdan la esperanza.
Que los niños que hoy no nacen dejen de llorar en los planos internos, porque el nuevo Paraíso les llegará.
Que los Reinos de la Naturaleza, que sufren en el silencio de sus esencias, persistan, porque el día de la liberación llegará y el mal será vencido por la poderosa Espada de Amor de San Miguel Arcángel.
Y en los corazones renacerá la Nueva Tierra, la luz de los últimos Cristos repoblará a la humanidad y los atributos y Mandamientos del Padre retornarán al planeta para volver a reconstruir el Plan en todos los que fueron autoconvocados y que no le respondieron.
A los que lleguen Conmigo hasta el fin de los días nada les faltará; bendecidos serán por la Gracia, colmados serán por el Espíritu de Dios por la entrega y la persistencia de cada corazón creyente y devoto.
El sufrimiento se extinguirá de la noche a la mañana y la luz de una Nueva Aurora llegará para que las almas celebren el día de su liberación. Amén.
Celebremos este momento, junto con la oportunidad de renovar su compromiso, a través del Sacramento de la Comunión ante el Padre Celestial.
Que las puertas del Cielo, en este momento, hagan descender a la Tierra la Gracia Divina. Que así sea.
Señor del Universo,
donador de la Vida,
incansable Padre de la Gracia,
deposita sobre estos elementos,
y especialmente en los corazones,
la misma oportunidad que Tú Me diste
de amar hasta el final en lo alto de la Cruz.
Que cada padecimiento se convierta en alivio,
que cada sufrimiento se convierta en liberación
para que todos los seres de la Tierra,
reunidos en el nombre de Tu Amor,
participen de la venida gloriosa de Tu Hijo.
Amén.
En aquel tiempo Yo les di el pan y ofreciéndolo a Dios, Él lo bendijo. Y hoy les vuelvo a repetir, compañeros, que este es Mi Cuerpo que fue entregado por ustedes para el perdón de las faltas.
Tomé el Cáliz y ofreciéndolo a Dios, Él lo bendijo. Y hoy les vuelvo a decir, tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, de la Nueva Alianza entre las criaturas y Dios, por toda la eternidad.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, dichosos los que se sirvan de este misterio de amor para participar, algún día, de la Gloria Eterna. Amén.
Espero que esta Maratón sea una Maratón que atraiga la esperanza a la Tierra y la oportunidad de vivir en Dios, para que todas las almas reciban la Gracia Suprema.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En fraternidad y por la paz en todo el planeta, se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
Contempla el Corazón de Cristo y en Él a Su Santo Cáliz.
Este es el Cáliz de tu redención y de la redención del mundo. En él se encuentra la Sangre que fue vertida en el Calvario como en la Cruz; Sangre que representó la entrega absoluta de Dios a través de Su Hijo; Sangre que se multiplica en todos los Sagrarios del mundo para ingresar en el interior de todos los seres y transformar su condición humana; Sangre que lleva en sí los códigos de la Nueva Vida, del Amor Crístico, Amor de Dios renovado en Su Hijo; Sangre que se derrama sobre el mundo cuando las almas claman con sinceridad; Sangre que ingresó en las entrañas de la tierra para sellar la alianza entre este Proyecto Divino y su Creador, decretando así su perfección y su manifestación en el fin de los ciclos.
Esta es la Sangre que da la vida, no solo a los hombres, sino a toda la Creación. Esta es la Sangre que los diviniza porque manifestó en la carne humana la presencia de Dios y tornó viva la semejanza del Creador con Sus criaturas.
Esta es la Sangre que todos los días es entregada en el altar; es la Sangre que convierte los elementos de la Tierra; Tierra que por esta misma Sangre se tornó sagrada.
Reverencia hoy el Cáliz del Señor para que seas conocedor de Sus misterios. En el Santo Cáliz se guarda la Sangre de Cristo y de todos aquellos que un día bebieron de él y alcanzaron grados de Amor Crístico en su interior.
Este es el Cáliz que los une a Dios, el misterio manifestado del Amor Divino. Si tan solo lo contemplaras con amor, tu espíritu, alma y corazón estarían comulgando con Él.
Si bebes la Sangre y comes del Cuerpo de Cristo, todo tu ser comulga con Su Vida, con la Nueva Vida, con el Amor y la perfección de Dios.
Hoy y siempre, hijo, reverencia la dádiva de la entrega de Dios a través de la Eucaristía. En ella se encuentra vivo el Amor que tu Creador sintió al manifestarse, Él mismo, en esta vida, descendiendo a la menor de las dimensiones para abrir el camino hacia la suprema unidad con Su Espíritu.
Bebe de Su Sangre y come de Su Cuerpo, cruzando así las dimensiones que te separan de Dios y retornando a Su Eterno Corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Una nueva alianza se instituye entre el Cielo y la Tierra, entre los pacificadores y el Señor.
Sentados a la mesa de la redención, el Maestro purifica el espíritu de cada discípulo, lavándolo con Su Agua de Vida.
El Señor moja sus cabezas para que el Santo Espíritu los bautice con sus Dones.
El Señor lava las manos de Sus discípulos para que vivan, a partir de ahora, una vida de íntegra donación incondicional.
El Maestro lava los pies de Sus discípulos, así como Él lavó en el pasado los pies de Sus apóstoles, para que caminen por la senda de la pureza, de la resignación y de la obediencia.
Y así, todos son preparados para celebrar la comunión interna y espiritual con el Santo Cáliz del Señor.
Los pecados más impuros fueron disueltos. Las dudas más profundas fueron aclaradas.
El sentido del propósito de cada alma hoy es revelado. Nadie quedará prisionero de la ignorancia.
Todos los discípulos de Cristo ya son conscientes de la responsabilidad de su compromiso. Así el Plan de Amor se diseña en la consciencia de los que lo acogen, porque siendo tocados por la Luz del Espíritu de Dios reciben una Gracia que no merecen.
Llegó el momento. Llegó la santa hora.
El Santo Cáliz es tomado del altar por las Manos del Sacerdote Mayor.
Todos reverencian este nuevo acontecimiento. El legado que una vez fue confiado a la raza vuelve a despertar como un tierno recuerdo en el corazón de los que dijeron “sí”, de verdad.
El Santo Cáliz es elevado.
La sagrada fórmula de la consagración es pronunciada por el Altísimo Señor, y Sus discípulos, postrados en el suelo, reciben la inspiración de la Llama Sagrada del Espíritu Santo.
Se vuelve a consumar la alianza, pero esta vez no irá el Cordero al matadero; Su Sangre fue, es y será el testimonio de la victoria celestial a lo largo de los tiempos y de las generaciones.
Los Nuevos Cristos repoblarán la Tierra y se respirará, finalmente, la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sagradas puertas se abren hoy en el sur de este planeta; el área más austral de la Tierra es colmada por una especial luz y esto llega a los corazones que, unidos a Dios, viven el camino del Propósito.
Las puertas internas de la Jerarquía se develan ante las consciencias de la Tierra y el conocimiento de otrora llega como un tesoro proveniente del Universo de Dios.
Un mensaje claro se muestra a todos los que viven la oración, es la señal que desciende de las altas esferas, es el anuncio de los Universos de Luz que, reunidos en una misma Hermandad, auxilian a toda la raza humana.
Impulsos de las estrellas hoy son emitidos para las almas de la Tierra, impulsos de luz que formarán a los nuevos seres para que asuman su puesto dentro del Plan de Amor.
Las puertas sagradas que hoy se abren comunican el nuevo rumbo de la Hermandad, lugar marcado en el horizonte por la Cruz del Sur.
En esos espacios internos todos se concentrarán para vislumbrar con sabiduría el próximo ciclo que llega, a fin de que los servidores de la Tierra puedan participar de este encuentro universal.
Los velos de la ignorancia ya no pesan en los rostros de los autoconvocados, porque el fresco viento del sur los retiró para que el espíritu de cada ser contemple el advenimiento del Santo Cáliz, el que unirá, en un solo corazón y en una sola mente, a todos los hermanos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Beban del Cáliz Sagrado del Señor y adoren a Su Sangre vertida eternamente sobre la Tierra como Fuente de Misericordia para todos los seres.
Beban del Cáliz Sagrado del Señor y reverencien Su entrega, renovando todos los días su compromiso con Cristo.
Contemplen en el Santo Cáliz, Su eterna oferta de Amor. Contemplen Su Gracia en esa Copa, siempre llena para saciar la sed espiritual de todos los corazones.
Reverencien el Santo Cáliz que guarda en sí la nueva genética, los nuevos patrones de vida para la Tierra y para todos los Universos.
Comulguen con esa Sangre para que ella convierta y transforme sus células, sus átomos, su consciencia y su espíritu en una imitación viva de Cristo.
Reciban de las manos del Señor Su Santo Cáliz y beban de él. Esta es la oferta de la vida eterna, de la vida en Cristo, en donde el Amor se renueva y se multiplica a cada instante.
En este día, el Señor oferta Su Santo Cáliz a todos los seres y vierte Su Sangre sobre toda la vida. Sus impulsos de luz cruzan todas las fronteras y dimensiones y permean a todos los seres.
Que este río de Misericordia los toque y pueda ingresar en sus seres, en sus corazones y los encuentre abiertos para que sean lavados por Cristo.
En reverencia, estén en comunión con los principios de la nueva vida, pues a través de la Sangre de Cristo esta vida es fecundada en la Tierra.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Abre tu espíritu para que el Santo Cáliz del Señor derrame sobre ti sus Códigos de vida y todo sea transformado y redimido.
Deja que el Santo Cáliz irradie su poder espiritual, interno e inmaterial, para que sus corrientes divinas desciendan a tu vida por medio de tu fe en la poderosa Sangre de Jesús.
Ábrete para conocer el misterio de ese Instrumento de Dios, así estarás alcanzando la realidad espiritual de esa poderosa herramienta.
Ábrete para encontrar, a través de ese misterio, la gran llave que abrirá todas las puertas para que pronto ingreses al Reino Sagrado del Santo Cáliz, en donde los ángeles veneran y honran los preciosísimos Códigos Divinos alcanzados por su Maestro y Señor.
Participa de esa comunión interna con el Santo Cáliz y renueva el compromiso y la confianza para seguir adelante, más allá de todo, para que la pureza despunte en tu alma como un sagrado Sol y recibas la bendición espiritual de la poderosa energía divina.
Ante el Santo Cáliz del Señor tu vida es renovada, una y otra vez. Todo es reparado en lo profundo de tu consciencia, a fin de que alcances el estado interior de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Adonai, Eli, Olam, intercede por Tus hijos en este momento. Intercede por el mundo y su humanidad. Intercede por los que aún no forman parte de Tu Misericordia. Permíteles conocer los valores sagrados de Tu Espíritu. Por eso vengo aquí para mostrarlo, presentando Tu Segunda Persona ante la humanidad.
Vengo a una tierra en donde muchas heridas fueron ocasionadas, en donde muchos martirios fueron vividos, situaciones más fuertes que Mi Pasión.
Por esa sangre inocente que fue derramada, por aquellos que se apartaron del amor y que ocasionaron muchas secuelas, hoy traigo el Santo Cáliz entre Mis Manos, para que en esta Cena redentora, Alemania reciba la expiación que necesita, a fin de que triunfe el poder de Tu Corazón Creador.
En este Sagrado Cáliz que hoy traigo desde el Sur de América, en donde es preciosamente guardado y protegido, traigo la Sangre espiritual del Cordero, que fue inmolado por la injusticia de los hombres; el Cordero de Dios que se ofreció, para poner fin a la maldad de la humanidad.
Y aunque muchas generaciones no comprendieron este mensaje y la maldad se siguió generando en la humanidad, fue el mismo error de los seres de esta tierra, que ocasionaron grandes ultrajes en la propia civilización de la Tierra.
Pero a través de los códigos y de los méritos de Mi Pasión, tengo la alegría de llegar a Alemania junto con la Madre de Dios, para concederles a las almas y a las esencias la rehabilitación que necesitan a nivel espiritual. Y así, nuevamente, podré renovarlo todo dentro y fuera de los hombres, en la esencia y en la expresión de esta raza.
Con la autoridad que el Padre Me ha concedido desde el principio, vengo a poner fin al pasado, vengo a borrar con Mi Luz el sufrimiento vivido y por medio de Mi Misericordia, vengo a ofrecerles Mi Corazón de Paz, para que los hombres y mujeres de Alemania y del mundo reconozcan el valor del Amor de este Corazón, que de tiempo en tiempo se ofrece al mundo para poder suplirlo con el Amor de Dios y para poder curarlo con la esencia de Su Corazón.
Este es el Corazón de Jesús, el Cristo, que ha sido ofendido por los hombres y que en lo más interno de Él guarda la llama de Su Amor, que viene a derramarse al mundo y a la humanidad, para que sea redimida y perdonada.
Ante los Universos Celestiales, hoy Mi Presencia está sobre Alemania y las Manos del Hijo de Dios escriben en el Libro de Luz del Padre una nueva historia que hoy comenzará a florecer en lo más íntimo de las almas, que por medio de este encuentro han respondido al llamado del Hijo de Dios, de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Alemania siempre ha estado en Mi Corazón Sagrado. Alemania debe encontrar su camino espiritual para poder despuntar como una civilización redimida, que despierta a los valores de la fraternidad y del amor, del acogimiento y de la esperanza.
No quiero que recuerden a la Alemania sufrida. Quiero que recuerden a la Alemania renovada que debe cumplir su misión ante el Padre Celestial.
Así como Mi Corazón se ha ofrecido a consagrar muchas naciones del mundo, como lo es Ecuador, hoy ofrezco Mi Corazón para consagrar a Alemania a los divinos Planes de Dios que serán gestados y creados por tan pocos, pero que al igual que hace dos mil años atrás, con tan solo doce personas, este Plan de Dios en Alemania podrá florecer y despertar silenciosamente en muchos corazones.
Hoy les traigo ante Mi Presencia el arquetipo espiritual de esta nación, el que Dios pensó desde el principio, desde su concepción.
Que despierte este principio en los corazones que escuchan y que por medio del Cáliz Sagrado del Señor, los códigos infundidos por la Misericordia de Dios, los códigos infundidos por la Divina Gracia, los códigos infundidos por la sublime cura, borren el sufrimiento que ha sido generado a través de los tiempos y renazca en los corazones la alegría de servir a Dios, de vivirlo plenamente en el Cielo, así como en la Tierra.
Para eso deberán trabajar mucho, pero Mi confianza los fortalecerá, porque lo que Yo espero de Europa es muy grande y todo comenzará en lo pequeño, para que después esto se refleje en lo grande.
Comprométanse a vivir de la Sangre del Cáliz del Cordero de Dios para que sus códigos internos sean renovados por medio del Sacramento de la Comunión que hoy les ofreceré, para que los tiempos sean renovados y para que los espíritus se renueven en Mi Gracia.
Con especial dedicación y con espíritu de consuelo, hoy Mi Corazón refleja sus Rayos sobre Alemania y experiencias bien desconocidas y profundas son disueltas.
Las almas, en su universo espiritual, reciben por intermedio de Mi intercesión, la ayuda que necesitan para liberarse de las cadenas de los errores y para que vivan la Voluntad de Dios, por medio del bálsamo de Amor de Mi Corazón.
He escogido a Colonia porque Me ha abierto la puerta. Y cuando tan solo un alma Me abre la puerta, esa alma abrirá la puerta a muchas almas más.
Vean a su alrededor y comprenderán lo que les digo.
Yo atraigo hacia Mi Misericordia a los que más la necesitan.
Yo atraigo hacia Mi Luz a los que viven en una profunda oscuridad.
Y por medio de las almas más sufridoras, Yo renuevo los tiempos y recreo el Proyecto de Dios en todos los que Me responden.
Para el Señor del Universo ha sido un gran movimiento universal y espiritual poder llegar en este momento, en esta hora y bajo esta circunstancia.
Pero vean que cuando el Amor de Dios está presente, nada es imposible, porque el Amor de Dios es lo que conduce a los corazones y no los separa de Mi, al contrario, los funde con Mi Espíritu, para que Mi Espíritu pueda sentir el gozo eterno de vivir en comunión con las almas.
Por eso, hoy elevaré este Cáliz Espiritual en el nombre de Alemania y del mundo y los llevaré a todos hacia Mi divina Misericordia, para que vivan en Mi divina Misericordia y para que aprendan a encontrarla en cada momento.
En esta hora, en donde Mi Corazón se expande plenamente al mundo y a todas las almas de la Tierra, ofreceré esta plegaria a nuestro Creador, no solo por Alemania sino por todos los que escuchan, para que sean invadidos por el íntimo Espíritu de Dios y la llama profunda del amor rebrote en los corazones simples, en los corazones abiertos a reencontrar en sus vidas la esencia del amor.
Ofrezcamos este momento, por todo lo que conocemos y desconocemos, por los misterios desvelados y aún no desvelados, para que la energía de la Divina Gracia actúe y proceda según la Divina Voluntad.
Que todo este escenario hoy se convierta en un altar, para que más almas ingresen en él y se sumerjan en la fuente de Mi Gracia.
Por eso no les he pedido subir a él, porque ya estará bendecido para cuando venga la Reina del Cielo y la Madre de toda la Tierra.
Quiero que conozcan Mi profunda simplicidad, porque el Señor del Universo es simple y Su simplicidad se encuentra en la esencia del amor, que es lo que todo renueva de tiempo en tiempo.
Y ahora, llegaremos al momento más culminante de este día, en donde las almas y Dios se unirán, en donde el Cielo descenderá a la Tierra por medio de la consagración de este ofertorio.
Hoy este sacrificio, que es renovado por todos los hombres de la Tierra y por intermedio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, es ofrecido preciosamente por la cura interior y espiritual de toda Alemania.
Hace más de dos mil años les enseñé algo muy simple pero muy grandioso. Y hoy les vuelvo a pedir que Me imiten interiormente y que se unan a Mí por intermedio del Cáliz Espiritual del Señor, que hoy he traído con todo Mi Amor para que ese sagrado terafín los irradie.
Cuando estaba con los Míos en la Última Cena, en la profunda apertura de Mi Corazón que emanaba amor para todos los seres de la Tierra, le pedí al Padre que bendijera el pan y Su Espíritu descendió sobre él, y les dije: Tomen y coman todos de él, porque éste es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados.
Y así, los apóstoles comieron de Mi Cuerpo y la Sabiduría de Dios ingresó en sus almas para llevar el testimonio de Mi Presencia hasta el fin de los tiempos.
Y hoy ofrezco este cáliz material en nombre del Cáliz espiritual, que hoy ha venido especialmente de Sudamérica para hacer flamear entre los continentes la barca de la Esperanza de Dios, la que nadie podrá detener.
El Padre bendijo el Cáliz con Su Espíritu y el vino se convirtió en la Sangre del Cordero y les dije a Mis apóstoles: Tomen y beban todos de él porque éste es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por los hombres y hoy especialmente sobre Alemania, para la remisión de los pecados y la cicatrización de todas las heridas en los corazones inocentes.
Este es el Hijo de Dios presente en Cuerpo y Sangre que derrama Su Misericordia de tiempo en tiempo, para ofrecerles a los hombres el profundo testimonio de Su Amor.
Al fin, la misión que he venido a cumplir a Alemania se ha consumado y continuará adelante por la respuesta que Me den las almas.
Ahora podré volver al Cielo, para llevar en Mi Corazón este sentimiento de amor que Me han dado los corazones y así mostrarlo al Padre, para que Él alegre Su Corazón ofendido.
Amadísimo Señor de la Creación, Espíritu infinito y sublime, haz brotar en las almas de Alemania Tu Misericordia, para que todos reconozcan su filiación Contigo y así se cumpla Tu divino Proyecto de Amor. Amén.
Antes de partir al Universo desde donde vendré por segunda vez a la Tierra, desearía que Me despidan con una canción que conmueve Mi Corazón, para que sus corazones sean conmovidos de reencontrar el camino de unión profunda con la Fuente Primordial.
Quiero que Alemania escuche esta canción como una sola voz. Y deseo que todos los que la saben, la puedan cantar, para que más almas sean conmovidas por la fuerza de Mi Espíritu, el que los renueva y les da la redención.
La canción se llama: "La razón de mi existir."
Les agradezco.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más