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Mis amados hijos:
Bienaventurado sea Cristo Jesús en sus amorosas vidas y alabado sea por siempre Su Santo Nombre.
En este día, en donde tengo a Mis valientes soldados marianos envueltos con Mi Manto de Luz para que el mal no se les acerque, quiero decirles que más que nunca estoy con ustedes.
Sé que sienten Mi protección y la de Mi Hijo en las grandes pruebas que están viviendo y así será siempre, porque juntos podremos vencer la oposición que se manifiesta para que los planes del Altísimo no se cumplan.
Hoy, hijos Míos, después de los importantes aprendizajes de estos días, quiero que mediten junto Conmigo y contemplen cómo un pacificador, un Hijo de María, un Guerrero y Apóstol de la Misericordia de Cristo, se coloca frente a las pruebas y a los embates del enemigo.
Un hijo de Dios Padre, que vive las Gracias que son derramadas desde el Cielo, vive en la alegría de servir, consciente de que cada dificultad fortalecerá su espíritu para lo que vendrá y dará a su consciencia el impulso necesario para la definitiva transformación.
Un Guerrero y Apóstol de la Misericordia, guarda en su corazón el aprendizaje y entrega a Dios su experiencia de dolor, para que el Padre, en Su Amor, la transforme en valor y fe.
Un Apóstol de Mi Hijo, se llena de alegría cuando siente su espíritu lleno de coraje, porque sabe que está ingresando a su ser la misma fortaleza que Su Señor vivió en Su Pasión.
Un hijo de María, un misionero de Su Plan de rescate, coloca todo su ser en el camino de la alegría de servir, mira con el corazón todo lo bueno que está por venir y entrega sin dudas su destino en las manos de su Madre del Cielo, quien lo conducirá por el camino de la luz y la protección.
Han podido experimentar intensamente, hijos amados, lo que es vivir bajo otra ley, dentro de la mano del Poderoso Señor del Cielo, el que les ha mostrado Su Poder sobre todos los acontecimientos del Cielo y de la Tierra.
Hoy les pido, en nombre de la Santísima Trinidad, que redoblen sus esfuerzos, para que sus consciencias estén siempre atentas y vigilantes, para que intensifiquen la oración y el ayuno, porque a través de esas pequeñas entregas, el escudo de la Gracia y la protección de las Huestes Celestiales estarán con ustedes.
Quiero que sepan, amados Míos, que la Madre Universal cuenta con todos Sus misioneros amados, aquellos que se arriesgan a darlo todo por amor al Universo y sus criaturas.
Luego la Madre Divina dictó una oración para que sus misioneros reciten antes de salir para una tarea:
Oración del Misionero
En Dios todos estamos,
a Dios todos respondemos,
en las manos del Altísimo descansamos.
En el Corazón de Cristo nos transformamos,
bajo el manto de la Madre Universal nos protegemos,
del Espíritu Santo nos alimentamos
por toda la Eternidad.
Amén
Gracias por estar hoy Conmigo.
Los amo y los bendigo a todos,
María, la Madre Universal
Queridos Míos:
Renacidos en el Amor en la Fe, sean diariamente aquellos que aspiran responder a Mi llamado en cualquier circunstancia.
Hoy Mi Corazón desciende del Cielo, para fortalecer un poco más los corazones del mundo, especialmente los corazones de Mis grupos Marianos de la Red-Luz.
Hijos Míos, a pedido de Dios Todopoderoso, les advierto que llegarán tiempos difíciles para vuestras vidas, como forma de fortalecer y madurar los corazones en la Fe, la Sabiduría, el Discernimiento y el Amor.
Para todos los que dijeron “sí” a Mi Corazón llegarán pruebas enviadas por el Cielo, permitidas por el Señor, para confirmar la adhesión de vuestros corazones al Plan Mayor de Dios para esta bendita Tierra.
Mis amados, no vengo para causar temor en vuestros corazones, sino que vengo para ayudarlos a estar más fuertes frente a los obstáculos de la vida y para que sepan que cuentan siempre con el auxilio de Mi Corazón.
Muchos impulsos de luz están siendo enviados al mundo a través de Mis grupos Marianos. Muchas almas están despertando la Devoción a Mi Corazón y a una confianza plena y concreta en el Corazón de Dios.
Quiero que sepan que cada paso de Mis grupos es acompañado al detalle por Mis ojos y por Mi Corazón, y que Mis manos están preparadas para ir en auxilio siempre que Me llamen y pidan por Mi Inmaculada Presencia.
Agradezco la respuesta amorosa de los grupos de Uruguay, que inician una trayectoria de unión con Mi Corazón y a estos hijos Míos, les digo que en poco tiempo descubrirán en su interior un Amor que desconocen, un Fuego que todo lo vivifica y da Luz a los acontecimientos de la vida.
Vuestras almas tendrán sed infinita de responder a Mi Llamado, porque cada vez que un soldado de Mi ejército se presenta para prestar un servicio a Dios, el Señor envía sobre él una armadura del Espíritu Santo y, cuanto más el responde y más se expande su misión sobre la Tierra, mayor es la presencia del Espíritu de Dios, para traerles las nuevas herramientas de Luz, tales como la Alegría, el Amor, la Fe, la Persistencia, la Sabiduría y el Don de Consejo.
Así, de a poco, paso a paso, ustedes se tornarán intercesores de Dios junto a Su Sierva Fiel; serán brazos del Señor sobre el mundo, en esta Misión de despertar a las almas.
Hoy, Mis queridos, a todos los que escuchan Mi voz, les pido una vez más que sepan perseverar y que solo clamen por Mi auxilio y por el auxilio de Mi Hijo Jesús. Sepan que vuestros corazones están siendo acompañados por el Corazón de Dios. Solo es necesario ser obedientes a las indicaciones del Cielo y seguir escuchando la Voz del Señor, que jamás deja de hablarles al corazón.
Cuenten con la Fraternidad que Mi presencia construyó en vuestras vidas y ayúdense unos a los otros siempre. Mi Corazón también les habla a través del prójimo y Mi Paz también llega a vuestras vidas por medio de la presencia hermana de aquellos que los acompañan en esta trayectoria de Paz.
Sigan con Alegría y en Paz, siempre.
Guío vuestros corazones y les agradezco por estar hoy Conmigo.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
En el Universo y en el Todo existe el Bien, en el Bien existe la Luz y en la Luz está presente la Sabiduría; esto pertenece a la Creación de Dios.
Cuando Vuestro Padre mandó crear los universos, aún no existían los soles ni las estrellas y Dios quiso que la Luz alumbrara los espacios del infinito cosmos; así nació la Luz desde una grandiosa explosión de amor que Dios irradió para los universos.
Después Dios creó las especies y las criaturas, de las criaturas surgieron las generaciones y de las generaciones despertó la devoción y el amor a Dios. Dios quiso que todas las criaturas del universo tuvieran a un gran Ser hecho a imagen y Espíritu Divino, y así Su Santo Espíritu envió a la Tierra a Su Amadísimo Hijo, que llegó al mundo para redimirlo y protegerlo.
Pero una vez en el Cielo, un servidor de Dios se reveló y cerró para siempre su corazón a Dios; Dios dejó que ese hijo aprendiera y obrara, para que algún día la Doncella Vestida del Universo-Sol también llegara a la Tierra, para rescatar a todos los que habían caído de generación en generación por las acciones engañosas de este hijo dolorido de Dios.
Y así Cristo salvó al mundo y a la humanidad y venció el error a través del Amor de Dios y nuevamente por los siglos de los siglos, los hijos del Padre se salvaron.
Ahora Mi Hijo retornará en Gloria y en Espíritu para establecer los años de Paz. Por eso ahora Dios quiso que la Mujer llena de Estrellas y de Luz volviera una vez más a la Tierra, porque Ella junto a Su Hijo Amado, salvarán al gran hijo del Padre que está muy herido y cuando eso suceda, todo el universo cambiará.
Si ahora, querido hijo, querida hija, estás cruzando el umbral de un desafío o de una gran prueba para tu vida, vuelve tus ruegos hacia Mi Corazón, porque Soy Tu Madre, Tu Amada Madre que brilla por amor en el firmamento para elevar hasta Dios a las almas caídas.
Encuentra en todo este misterio, la presencia del Amor de Dios, y sobre todas las cosas, les pido que amen la Voluntad de Dios, porque si aman la Voluntad del Padre, todo cambiará desde el principio hasta el fin y ustedes, Mis queridos, hallarán la Luz que tanto necesitan.
Hoy vengo a curar vuestros corazones y vuestros seres internos, para que en confianza asuman en este tiempo lo que Dios quiere que aprendan. No estarán solos, nunca lo estarán. Mi Corazón se recoge en el corazón de Mis hijos, para irradiarles fuerza de Espíritu de Dios y mucha paz. Que la paz no se escape de vuestros corazones, recuerden que cada momento para ustedes es único y predilecto en el aprender y en el experimentar.
Mis pequeños, ¡ánimo!, ¡ánimo!, ¡ánimo y esperanza! Mientras ustedes se redimen, otros corazones despiertan a Dios. Permanezcan en Mi Hijo y llámenlo para que siempre esté entre ustedes; Él nunca les fallará, siempre estará a vuestro lado, porque los ama profundamente.
¡Les agradezco Mis amados por vivir en Mi llamado!
Los bendice y los guía siempre,
María, Vuestra Madrecita de la Eterna Paz
Fray Elías:
Cuando la Virgen María apareció para transmitirnos el Mensaje para la Aparición, en la madrugada del 25 de julio, nuestra Madre se manifestó como siempre, pero esta vez trajo Consigo el símbolo de aparecer al lado de un gran árbol, con una gran copa verde. Era un árbol robusto, fuerte y lleno de frutos maduros. En ese momento, Ella nos dijo que era la Madre del Árbol de la Vida.
Queridos hijos:
Yo soy la fértil Semilla que se siembra en los corazones que se abren para escucharme. Cuando la Semilla de Mi Corazón se siembra, nace la nueva flor que da aromas sutiles a Dios; y el fruto crece y madura lentamente, dando así nuevas semillas de amor y de redención.
Yo soy el gran Árbol de la Vida. Yo soy la Madre que gesta a la Nueva Humanidad, porque a través de Mi Corazón ustedes llegarán a Dios y en consecuencia encontrarán en sus caminos la Presencia de Mi Hijo.
Algunas de las semillas que derramó Mi Árbol de la Vida eran para que nacieran otros nuevos frutos, pero estas se secaron. Por eso, Mis raíces se nutren y se alimentan de los frutos que nacieron, para fortalecer la gran copa que dará después nuevos frutos.
Si el Árbol de la Sabiduría no hubiera nacido, no podría haber nacido el Árbol de la Vida. Yo fui antes Semilla sagrada para después poder ser Flor y luego ser Fruto fecundado en el Corazón amoroso de Dios.
Dios después Me envío por el universo para sembrar las nuevas semillas de luz y, en esta trayectoria, Me envió en una gran misión a la Tierra, para que fuera sembrada en Mi interior la Segunda Persona de Dios, el Hijo Primogénito que era y es el gran Fruto de su salvación, porque es a través de Él que se encuentra la salida en este tiempo, solo en Él se encuentra la salida y la dirección para poder cumplir en vida con la Voluntad de Dios.
Ustedes, Mis queridos, son estos nuevos frutos que ya están por madurar en Mi Árbol de la Vida, porque los frutos nunca pueden estar separados de Su Árbol y el Árbol nunca podrá estar en esplendor si le faltan sus frutos.
Hoy los invito a descubrir los frutos de su conversión y de su redención. Aún el tiempo de que surjan las nuevas semillas está esperando despertar y esto será posible si sus frutos están bien maduros, para que den buenas semillas.
En todo este ciclo planetario, el poder de Mi Gracia y de Mi Misericordia está pasando ante sus vidas, para que antes de todo lo puedan percibir.
Dios espera que Sus hijos puedan ser árboles fuertes y maduros, que puedan dar frutos para que los más humildes se puedan servir de este sagrado alimento y así sus almas estén unidas a Mí por medio de la gran semilla del servicio y de la oración. Si esto no existiera, las semillas se secarían pronto.
Por eso, Mis queridos, en este Mensaje quiero hacerles comprender que ustedes están unidos al gran Árbol de la Vida, el Árbol de Dios que guarda la memoria de sus orígenes, un espacio interior al cual deberán retornar después de todo.
Es el gran Árbol de Mi Consciencia, el que se donó al Padre para dar semillas de luz y sembrarlas en los corazones que se unen en eterna oración. Ahora, el nuevo árbol de los frutos maduros deberá surgir en la próxima humanidad.
Ahora, ustedes son sagradas semillas en las Manos de Dios que, con tanto amor, espera sembrarlas en el nuevo mundo. Por eso, queridos hijos, comprendan que cada acto de amor, servicio y oración es un nuevo fruto para su redención y para la redención de la humanidad.
Sus pasos deberán dirigirse a Dios a través del corazón puro, la pureza hará madurar los frutos correctamente y así en sus seres reposará el Espíritu y la Sabiduría de Dios.
Gracias a todos los hijos que con amor, durante esta madrugada, han vigilado Conmigo en oración por el cumplimiento de Mis Planes de paz y de redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado, en fe y devoción!
María, Madre y Reina de la Paz
Mis queridos:
Hoy quiero confirmarles a sus corazones que Mi Manto debe ser un único Manto de Luz, que abarque a toda la humanidad. Quiero que cada punta de este Manto sea sustentada por las manos de Mis hijos, aquellos que se entregaron a Mi Corazón, independientemente de la religión, creencia o raza.
Mi Corazón contempla los corazones, las almas y los espíritus; y ahí, adonde Mi mirada puede llegar, no hay diferencia entre Mis hijos.
Mis queridos, Mi Verbo llega en este tiempo a muchos lugares del mundo y, en todos, Mi Mensaje es único, un Mensaje de Paz, de unión entre los pueblos y las naciones, entre las razas y las religiones.
La separación del hombre fue creada por él mismo para que, cada uno a su manera pudiera encontrar a Dios. Y ahora Mi Corazón llega para unir bajo Mi Manto de Luz a todos Mis hijos.
Como Madre de toda la humanidad, vengo a pedirles que oren los unos por los otros, para que todos Mis hijos puedan conocer Mi Corazón y así llegar al Reino de los Cielos.
Que no haya competición ni envidia, que tampoco haya diferencia entre Mis pequeños; porque hoy les digo que todas las criaturas que sus ojos pueden ver y que sus corazones pueden sentir, deben ingresar igualmente al Reino de los Cielos.
Todos Mis hijos deben caminar juntos para alcanzar la Gracia de estar a Mi lado. Al Corazón de Dios no le importa quién llegará primero a Su Reino ni tampoco le importa la cantidad de méritos que generaron para llegar al Paraíso.
Mi Corazón desciende a la Tierra trayendo la barca de la salvación para las almas y para todos los Reinos, y esa barca solo retornará al Reino de Dios cuando el último de Mis hijos esté sobre ella.
Hoy Mi Corazón los invita a despertar al amor y a la fraternidad. Los invita a ver a los corazones del mundo a través de Mis ojos, y cuando vean a cualquier criatura delante de ustedes, aspiren con el corazón a que ella Me encuentre, a que ella camine en dirección al Corazón de Dios, a través del Corazón de Cristo.
Si cada vez que ven a un hermano le envían, silenciosamente, un impulso de amor y de esperanza para que un día encuentre el Reino de los Cielos, el impulso llegará a ese corazón y le abrirá la puerta para que el Amor de Dios ingrese en esa alma. De esta forma, estarán siendo intercesores de las almas ante Dios, obrando por todos Sus hijos.
Si jamás se olvidan de que todas las criaturas, absolutamente todas, deben llegar al Reino de los Cielos, poco a poco se borrará de sus corazones la competitividad y se diseñará, con un lápiz de luz, la fraternidad celestial.
En esta lección simple de paz, coloquen sus corazones y permitan que el amor acompañe al pensamiento y que el corazón sea el guía de sus vidas.
Oren siempre, los unos por los otros.
Yo les agradezco por orar Conmigo y por recibirme hoy.
María, Madre y Reina de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy Mis almas más preciadas, aquellas almas que tanto sufrieron el abandono de este mundo, se encuentran Conmigo en Mi Reino. Por eso, como Madre del Santo Rosario, quiero agradecer desde Mi Corazón maternal a los que se unieron en estos días a la Vigilia de Oración por la venida del Santo Padre Francisco.
Queridos hijos, cuando ustedes oran con el corazón, otros acontecimientos divinos y especiales son llevados adelante por los ángeles del Cielo y eso ayuda en la redención de la humanidad.
Hijos Míos, su próximo paso de humildad y de fraternidad será que estén presentes en el encuentro con el Santo Padre en la Jornada Mundial de la Juventud.
Cuando las almas se congregan en nombre de Dios, el mal es retirado del mundo. Cuando todos los corazones se unen sin observar los diferentes caminos que recorren, la Gracia infinita desciende sobre todos.
Por eso, hoy quiero demostrarles, Mis pequeños, que ustedes y cada uno de sus corazones son instrumentos en las Manos de Dios; para que Él, en Su infinita gloria, cumpla la obra del final del tiempo. Abran sin miedo sus corazones y confíen en que todo está bajo la visión amorosa de Dios.
Queridos hijos, Él los necesita ahora, Él espera que cada día lo amen más y que lo glorifiquen. El Corazón de Dios está cansado de tantos ultrajes e indiferencias, pero Su Amor por ustedes es inagotable. Él espera que Sus hijos amados lo reparen, lo ayuden. Aunque Su Poder es misericordioso y fuerte, Él aguarda por la cálida oración de Sus criaturas.
Vean como Dios está flagelado a través del Reino Vegetal, del Reino Animal, del Reino Mineral y hasta del Reino Angelical, Dios está en todo. Por eso, Mis pequeños, es hora de que tomen consciencia del gran servicio de amor y de oración que sus vidas pueden realizar.
Para eso, siempre Me tienen a Mí, y por fe y Misericordia todavía Yo desciendo desde el Cielo hasta sus presencias para decirles:
"Queridos hijos, el tiempo del gran paso de sus seres es ahora. Cristo está contando con los nuevos apóstoles del perdón y de la paz".
Hijos amados, estarán en Mi bendito Corazón Inmaculado por toda la eternidad. Es hora de que la humanidad tome consciencia de que deberá unirse, en amor y en espíritu, como una sola para que la nueva luz pueda nacer en el mundo.
Después de estar, mes a mes, con ustedes, Mi Corazón amoroso y fervoroso repite en oración a Dios ante Su Reino Celestial:
¡Oh, Nueva Aurora!,
que emergerás como Luz infinita
en los corazones simples y humildes.
¡Salve, Aurora del mañana!,
que despertarás ante Dios
por Amor y Misericordia,
Amado Reino de las Sublimes Alturas,
Sagrado Corazón del Señor,
ten Misericordia y Esperanza por este mundo.
¡Oh, Amado Dios Altísimo!,
Mi alma en el Cielo Te glorifica,
Te suplica, Te implora y Te pide,
en reverencia y devoción,
abre Tus Glorificados Ojos, Dios Amado,
y observa, en el firmamento de Tu Universo Creado,
a las estrellas redimidas
que le dicen sí a Tu Proyecto Salvador.
¡Oh, Amado Padre Eterno!,
que eres Amor y Compasión.
¡Oh, Amado Señor del Universo!,
que eres Luz Infinita en cada ser,
permanece en Tus hijos,
despierta, en ellos, la fuerza poderosa de Tu Redención.
Que, por la Victoriosa Gloria de Tu Hijo Jesucristo,
ellos alcancen, ahora y siempre,
la vida eterna de oración y de paz.
Porque solo por Ti, Señor,
la humanidad será una.
Porque solo por Ti, Señor,
Tu Espíritu Santo renovará la faz de la Tierra.
Acepta la oferta de Tus hijos
y derrama Tu Misericordia
sobre los que están caídos y desamparados.
Solo por Ti, Señor,
viviremos el Amor del Paraíso.
Que Tu Luz
siempre reine entre los corazones y las almas.
Aguardamos, Padre,
la Venida Gloriosa del Rey Universal.
Amén.
Este es Mi pedido de Misericordia a Dios, así podrán sentir cómo es importante su oración en estos tiempos.
¡Gracias, queridos hijos, por responder a Mis llamados!
En bendición y luz,
María, Madre y Reina de la Paz
Pequeños hijos de Mi Corazón:
Hoy les quiero dictar Palabras de ánimo, de esperanza, de alegría para que, unidos a los atributos de Mi Corazón, puedan superar las pruebas que Dios les envía a sus vidas.
Mis queridos, estos son tiempos de mucho sufrimiento para el mundo, para todos los Reinos de Mi Corazón, y aquellos que se dispongan a servir, en oración y en paz, a todos estos Reinos, deben crecer y fortalecerse cada día más en Mi Corazón materno.
Muchas pruebas aún están por venir y serán cada vez más intensas y más profundas, pues el Señor aspira a purificar lo profundo de Sus criaturas.
Para superar cada prueba, sus corazones no pueden perder la alegría y la esperanza de seguir adelante. La alegría en los corazones de Mis hijos tornará leve cada caída y los ayudará a levantarse, observando siempre la gran necesidad que hay en el mundo, y cuán necesario es que aprendan a caer y a levantarse cada día.
Mi Corazón se dirige a todos los corazones del mundo, porque cada ser que vive en esta Tierra debe despertar para ser un soldado de Mi ejército mariano, que lucha por la paz a través de la oración.
Todos aquellos que hoy viven en esta Tierra provienen del Corazón de Dios y hacia Él deben retornar cuando hayan aprendido a superar las pruebas de la vida, a través de la persistencia en el Corazón de Dios y a través del amor.
Hijos Míos, todos los corazones del mundo, cada uno en su aprendizaje, viven duras pruebas de maduración. Aquellos que no Me conocen se sumergen en el sufrimiento y se pierden en este mar de dolores y de oscuridad que crece en el mundo. Pero aquellos que alguna vez escucharon Mi Voz deben elevar los brazos y no pueden permitirse estar sumergidos en el sufrimiento.
Sepan ver, Mis queridos, las dificultades de la vida como oportunidades de madurar el espíritu, de aprender y de ayudar a otros que están en esa misma situación.
Las advertencias de los Mensajeros de Dios siempre son para impulsarlos hacia el Corazón Celestial de Dios. Permítanse, entonces, ser moldeados por las Manos del Creador a través de Sus Mensajeros. Sean como recipientes leves para ser moldeados en las manos de los Alfareros de Dios para que, cuando sea el tiempo correcto, el Agua de Vida sea vertida sobre sus corazones y, a través de ustedes, llegue a toda la humanidad y a todos los Reinos.
Hoy, también les digo que en sus corazones deben brotar más amor y más comprensión por los Reinos de la Naturaleza. Busquen, a través de la oración, conocer la grandeza de estos Reinos y encuentren en ellos a Mi Corazón, porque en los Reinos, Mi Espíritu ya tiene morada perpetua.
Mis queridos, con el corazón pleno de alegría, sigan adelante a pesar de todo el cansancio, a pesar de todas las pruebas, a pesar del sentimiento de que sus pies no salen del lugar en donde están. No se preocupen, pues si dan solo un paso, Mi Corazón dará todos los otros en dirección a sus corazones, pero es necesario que este primer paso sea dado.
Yo los amo y los bendigo siempre, los guardo en Mi Sagrado Corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, nuestra Madre llegó aquí, hasta nosotros, como Nuestra Señora de las Gracias o de la Medalla Milagrosa y nos invitó a recordar ese símbolo tan importante que Ella imprimió en la humanidad y que recordáramos ese pasaje que Ella realizó en la historia de la humanidad, a través de esa Aparición.
Y hoy, principalmente, el Mensaje de María nos invitaba a recordar nuevamente esa Aparición. Ella nos dijo:
Queridos hijos, hoy los invito a la unidad. Para que haya unidad, queridos hijos, debe reinar el amor. Vivan por el amor y vivan en el amor.
Queridos hijos, debe haber paz en sus corazones. No teman a lo que acontezca. Para que haya paz en el mundo debe haber paz en sus corazones, y esto lo alcanzarán a través de la oración.
Hoy, derramo Mi Luz sobre ustedes, queridos hijos, porque en Mi Corazón todo está bien.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Después, Ella nos dijo que estaba muy agradecida por los encuentros que están realizando los grupos de oración de Venezuela, y Ella agregó:
Queridos hijos de Venezuela, ahora, de una forma armoniosa, amorosa y responsable, ustedes están preparando Mi llegada.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Después, también les dijo a los grupos de oración de Brasil:
Queridos hijos, también estoy acompañando su encuentro. Les agradezco por prepararse para recibirme.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy también, Nuestra Señora nos reveló que, durante todo nuestro encuentro de oración en esta noche, Ella estaba orando en Brasil, principalmente por el Santo Padre Francisco y nos dijo:
Queridos hijos, hoy, Mis oraciones son para el Santo Padre.
Queridos hijos, hoy estuve en Aparecida, en ese importante encuentro. Por eso sepan, queridos hijos, que Mi Corazón Inmaculado está reuniendo a todos los rebaños; porque, como Yo lo dije en Fátima, América tendrá una tarea importante.
Por eso, queridos hijos, no teman por lo que les suceda, lo principal es que se realice el Plan de Dios, aquello que deberá cumplirse aquí, en esta parte del mundo.
Madre María Shimani de Montserrat:
Muy bien, vamos a hacer dos cosas: primero atender a un pedido de Nuestra Señora, que mañana la Vigilia continúe hasta la hora de la Aparición y sea ofertada por la tarea del Santo Padre.
En segundo lugar, a pedido de Nuestra Señora, vamos a repetir la oración que Ella nos entregó hoy en el Mensaje a Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos Míos:
Con alegría los reúno a todos los peregrinos en Mi Gran Corazón Materno y hoy, desde allí, les agradezco porque todos los grupos de oración del mundo entero, en especial los grupos de Río de Janeiro, se han preparado para recibir en amor y caridad al Santo Padre Francisco.
Queridos hijos, como Madre, a través de Mis pedidos les revelo Mi misterio de amor, el mismo que Yo viví en la Tierra por toda la humanidad. Como Reina de la Paz hoy les traigo las buenas nuevas del Cielo, les traigo entre Mis benditas manos un sello definitivo de unión y amor mariano de ustedes Conmigo, con vuestra Madre.
Esta Gracia que hoy comparto con todos Mis hijos, es una Gracia Infinita de Misericordia que proviene de las aspiraciones divinas de Mi Materno Corazón; hoy les digo Mis pequeños, que vuestra Madre, María, profundizará Su tarea mundial a partir del próximo mes de agosto y esta tarea traerá consigo frutos importantes para el mes de septiembre.
Vuestro Amadísimo Señor Jesucristo despertará a todos Sus rebaños con un nuevo llamado, que se dará a través de una tarea mensual, que donará por amor todo el grupo misionero que Yo he nombrado como los Hijos de la Divina Madre.
Queridos hijos, la Reina del Cielo traerá consigo nuevas llaves de luz que serán reveladas a través de la tarea de los videntes y de todo el grupo de Divina Madre. Quiero decirles, Mis amados, que Dios propuso a la Señora, Sierva Fiel, un pedido y una Voluntad; los que se fueron diseñando poco a poco desde las primeras transmisiones de las Apariciones mensuales de Mi Materno e Inmaculado Corazón y, ahora, este pedido celestial se volvió realidad y necesidad.
Por eso hacia el mes de septiembre de este año toda Mi obra, la Obra del Sagrado Corazón de Jesús y del Castísimo Corazón de San José, se expandirán a través de un nuevo medio de difusión que llegará a todos los rincones de los hogares de Mis queridas y bendecidas familias de esta humanidad.
Si este pedido desde ahora fuera acompañado por las cariñosas y fieles oraciones de todos los peregrinos, vuestros corazones estarán preparados para los nuevos tiempos de cambios.
Mis queridos, como Madre les estoy anunciando una Gracia que Dios me ha concedido y que desde el mes de septiembre será vista por todos. Por eso oren y continúen ayunando los días que Yo les he indicado, así este proyecto mariano y ecuménico, que en pocos meses nacerá para el bien del mundo y de la humanidad, tocará a la puerta de muchos corazones, principalmente de aquellos que necesitan de paz y de luz.
Queridos Míos, recuerden hoy lo que Yo les digo, porque Mis pedidos se cumplirán a través de vuestra amorosa ayuda espiritual y caritativa.
¡Les agradezco por responder ahora y siempre a Mis pedidos maternales!
Los bendice,
María, Reina de la Paz y Madre de la Conversión de los Corazones del mundo
Fortalézcanse, pequeños corazones, ¡fortalézcanse!
A los que están listos para caminar, les es mostrado el camino, y pueden vislumbrarlo hasta la primera curva, a partir de esa curva no conocerán nada, salvo que lleguen hasta ella.
A los que no están listos, son mostrados los caminantes y, aunque sus ojos no consigan percibir el camino, ellos deben seguir con fe a aquellos que caminan con pasos firmes y mirada serena en la meta a ser alcanzada.
Mis pequeñísimos hijos, para todas las creaturas de este mundo el Señor tiene un Plan especial para manifestar con ayuda de Sus incansables Mensajeros, pero este Plan depende sobre todo de la disposición de vuestros corazones.
Ya pudieron percibir, como muchos de los que dijeron “si”, que los Planes de Dios son totalmente desconocidos, sorprendentes y celestiales. Aquel que acepta dar los pasos con la guía permanente de Dios sabe, a través de la vivencia, que está caminando bajo las Leyes Mayores, que no son de esta Tierra. Es como vivir en un mundo dentro de otro, en todo momento.
Todos Mis hijos están convidados a dar este paso, a vivir bajo Leyes Mayores, que los llevarán a sentir que sus pies ya no se posan sobre la Tierra, sino sobre algún lugar que desconocen, otra Tierra.
A los que no comprenden lo que les digo, los llamo a que prueben vivir lo inusitado, lo desconocido, lo misterioso, lo celestial. Para ello, deben elevar el corazón a ese Dios que los observa constantemente y que espera una respuesta positiva, verdadera, firme, con la decisión del espíritu y la voluntad del alma.
Si lo hacen con pureza y sinceridad y responden, una tras otra las indicaciones enviadas por Dios, por medio de los acontecimientos de la vida, con rapidez percibirán el cambio inmediato de vuestros corazones y de vuestra existencia. Pero para que esto ocurra, Mis pequeños, es necesario saber leer en los acontecimientos de la vida y saber ver que Dios les habla directamente a través de esos acontecimientos.
Cuando un llamado de Dios llegue a vuestros corazones no den vuelta el rostro ni cierren los ojos fingiendo que el Señor no les habla al corazón, porque solo se engañan a ustedes mismos. Dios conoce las intenciones más profundas de vuestros corazones, de vuestras almas y de vuestros espíritus, materias creadas por Él en el Universo Celestial.
Los que ya dijeron “sí” que estén preparados y dispuestos a renovar cada día, a cada minuto, a cada segundo, los compromisos que asumieron con Dios. Los tiempos actuales están tan acelerados y desconocidos por ustedes mismos que son vuestras propias consciencias las que deben confirmarse siempre ante Dios, sellando en todo momento ese eterno compromiso, sin pensar en momento alguno que ya está hecho. Así podrán confirmarse nuevamente delante de Dios y fortalecer el vínculo de sus corazones con Él, perpetuamente.
Les agradezco por acompañar Mi Materno Corazón.
María, Madre y Reina de la Paz
Mis amados hijos:
Alabado sea Jesús, Nuestro Señor, y viva por siempre en vuestros corazones.
Cuántos desafíos, para la consciencia en este tiempo, llegan a vuestras vidas en forma acelerada.
Hace mucho tiempo, Mi Hijo le dijo a esta humanidad que Sus Fieles Discípulos en este tiempo harían cosas más grandes que las que Él hizo, porque esperaba de todos ustedes que pudieran enfrentar desafíos más grandes y todos han comprendido que se refería al sufrimiento.
Pero Él también les dijo, que había muerto en la cruz para que nadie mas tuviera que vivir Su Pasión de esa manera.
Hoy los desafíos son otros, porque Él necesita que todas las consciencias de este mundo sepan que está retornando, trayendo el Perdón y la Misericordia de Dios para todos sin excepción; necesita que Sus Obreros Fieles hagan resonar ese anuncio en todo el planeta, sin tiempo y sin descanso.
Él necesita que muchos de Sus Hijos transformen sus vidas en una vida de apostolado, de entrega a Su Sagrado Corazón, para que así sean transmisores de Su Divina Misericordia para toda la humanidad.
En este próximo tiempo, Sus Amados Apóstoles del nuevo tiempo se multiplicarán y difundirán Su Mensaje de Amor, Perdón, Fe, Servicio y Misericordia; contarán con todos los medios disponibles en el mundo para que eso se haga realidad.
Los tiempos ya son, y para que la purificación planetaria encuentre a las almas preparadas, reconciliadas con Dios Creador y con firmeza en sus almas y mentes, ese mensaje deberá llegar hasta los confines del mundo sin demora.
En este tiempo, la voz del Maestro se escuchará al unísono en todo el planeta, para que todas las almas que esperan Su Amor, Su Paz y Su Perdón lo escuchen, estén donde estén.
Es por eso, Mis amados, que todos deben abrir sus mentes y sus corazones para que cosas inusitadas ocurran y todo aquello que fue creado por el hombre con fines egoístas se vuelva un instrumento del bien y transmisor de la Buena Nueva: el Cristo Salvador llegando está.
Adelante, hijos amados; no teman porque Yo estoy con ustedes acompañándolos y resguardándolos de todo mal.
En ustedes Mi Hijo ha puesto Su Confianza y Su Amor de Maestro, Padre, Hermano y Amigo.
Sigan Sus Instrucciones en obediencia y entrega y verán la mano de Dios Creador obrar en esta Tierra.
Los bendigo, los amo y los acompaño siempre.
Gracias por estar hoy Conmigo.
María, Madre de la Paz y la Divina Misericordia
Mis amados y pequeños hijos:
En este tiempo, en que Mi Consciencia Maternal se acerca a ustedes más profundamente para tocar aquellos espacios de vuestros seres, adonde nunca ha llegado la luz de la transformación, les pido que confíen en lo que Mi Espíritu Maternal necesita hacer.
Cuando una consciencia se transforma de verdad, vive un período en el cual todo parece desierto, aridez, desolación y hasta oscuridad. Todo parece difícil y sin fin; las almas sienten temor de perder lo que consideraban como su identidad y temen no saber qué hacer después. Y la mente pregunta ¿qué será de mí cuando yo no sea más yo?, ¿qué será de mi vida?
Y Yo les respondo: pasarán cosas maravillosas, que nunca habían pasado, porque el viejo hombre y la vieja mujer ya no estarán y Mi Hijo podrá colocar el Agua de Vida, que viene a traer al mundo, en este recipiente nuevo que comienza a surgir.
Nunca más serán esclavos de sus incomprensiones, de sus deseos, ya no habrá cómo tentarlos para que caigan en los mismos errores, porque el enemigo ya no encontrará por dónde ingresar en vuestras consciencias.
La paz comenzará a habitar siempre en el interior de cada uno y ella sostendrá a cada espíritu cuando cualquier acontecimiento se manifieste en el exterior.
Llegará un día en que la consciencia estará permanentemente unida al espíritu y este podrá traer, desde lo Alto, el Alimento Vivo que Dios Padre tiene disponible para Sus criaturas y todas compartirán lo que cada una reciba desde el Universo. Pero para que esto sea una realidad, en todos los planos de la consciencia, primero tenemos que prepararla y en este ciclo todos están siendo preparados para lo que vendrá.
Por eso estén en paz, confíen en quien los guía, entreguen a los Mensajeros Divinos, a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Mi Hijo, sus incertidumbres, sus dudas y aflicciones y no permitan que el asedio del enemigo los saque del Propósito Mayor.
La transformación es necesaria, difícil, pero nos lleva a cumplir con la aspiración a que la humanidad se convierta en esa nueva raza que surgirá en esta bendita Tierra.
Y recuerden, Mis amados hijos, que no solo realizan esta entrega por ustedes sino por todos aquellos que siguen dormidos y, más que dormidos, anestesiados por este veneno que el enemigo inyecta, en las mentes y los corazones de la humanidad, a través de algunas energías que se conocen como modernidades.
Retomen los caminos del amor santo y fraterno que Mi Hijo enseñó para todos, defendiéndolos de todo lo que no sea puro y no duden, ni por un instante, en buscarme para compartir Conmigo vuestras necesidades y aflicciones.
En este tiempo, Mis amados hijos, aquellos que ingresan en la transformación, necesitan de Mi asistencia para mantenerse firmes en el propósito de cambiar y Yo estoy aquí, disponible para todos. No vivan solos y angustiados estos movimientos interiores porque es ahora cuando más Me tienen que buscar.
Adelante hijos Míos. No duden, no teman, que Yo estoy aquí junto a ustedes, resguardando vuestros seres de cualquier perturbación.
Sean pacíficos y vivirán con paz. Sean amorosos y vivirán con armonía. Sean cautelosos y vivirán en equilibrio. Confíen en Mí y todo pasará rápidamente.
Entréguense a las manos del Gran Alfarero y permitan que Él realice la Gran Obra: el ser nuevo, el ser fraterno, aquel que mira a Dios todos los días y trae para sus hermanos el Aliento Divino que nutre las almas para que construyan la nueva humanidad.
Los amo y los bendigo, Mis queridos.
Estoy siempre con ustedes,
María, Madre y Reina de la Transformación y la Paz
Queridos Míos:
Hoy les pido que, con alegría en vuestros corazones, ofrezcan rosas de oración al Creador. Que cada pétalo que nazca desde vuestro interior sea un bálsamo para el mundo entero. Es necesario que comprendan definitivamente el Poder de la oración y que puedan vivirlo en vuestras vidas diariamente.
Mis queridos, para estos tiempos, solo la oración verdadera, realizada con el corazón, será el sustento de vuestras almas en el camino trazado por Dios. La oración apartará de vuestros corazones toda incomprensión y toda duda, para que puedan pisar con firmeza sobre las huellas de Mi Hijo Jesús.
La oración calmará los sentidos, los pensamientos, las angustias y las expectativas, porque dentro del Universo de la oración reina solo una infinita Paz. La oración es una herramienta preciosa creada por Dios, para que Sus creaturas retomen el camino que las conduce a la Morada Divina del Creador.
Hijos Míos, como una química sagrada, la oración actúa, en el interior de cada ser disolviendo las partículas de oscuridad que impregnan los corazones y las consciencias. Dentro de la oración podrán conocer aspectos del propio mundo interior desconocidos por ustedes mismos.
Encontrarán, por medio de la persistencia en la oración, una fuerza desconocida que les permitirá superar cualquier obstáculo con armonía y paz. Pero, para que conozcan este Universo oculto que se despierta por medio de la oración, es necesario que sean fuertes lo suficiente como para superar la primera etapa de un ser orante, que es encontrarse con todo lo que debe purificar en su interior.
Por medio de la oración irán limpiando el propio templo interno y descubrirán guardados en lo profundo de la consciencia, pensamientos, sentimientos y formas de pensar, de actuar, que no son positivas.
Hoy les digo que la purificación ya comenzó en el interior de cada ser y la oración los ayudará a encontrarse con aquello que estuvo siempre oculto dentro de vuestros corazones o que siempre intentaron esconder de vosotros mismos. Estos, hijos Míos, son los velos de la consciencia, que cuando caigan darán luz todo lo que debe ser transformado. Mas no se angustien al encontrarse con todo lo viejo, al contario, anímense a verlo y sacarlo de donde está para que pueda ingresar lo nuevo.
El primer paso de la oración es como limpiar un armario que conservan desde la infancia y allí encontrarán cosas que ya no recordaban que existían. Pero con profunda alegría anímense a limpiar ese espacio, que es el propio mundo interior y cuando estén con el corazón preparado podrán dar nuevos pasos en el camino de la oración. Este misterioso camino los llevará al Universo Celestial.
Solo se necesita que sean persistentes y que no se desanimen desde el primer encuentro con lo que debe purificarse. Pensarán que es mucho y tan grande, que les parecerá infinito, pero si persisten, verán cómo es simple y luego vendrán tiempos de paz y de fortaleza interior en el Corazón de Dios.
Al contrario de lo que muchos piensan, la oración en este tiempo es un instrumento para los valientes, para los intrépidos, para los que no temen encontrarse con la oscuridad, sobre todo con la propia oscuridad, porque saben que su meta es la Luz infinita del Corazón de Dios. Saben que cuentan con la Fuente Inagotable de la Misericordia del Creador. Cuentan con el auxilio de la reina de la Paz. Cuentan con el Hijo Redentor del Padre Celestial y cuentan con todas las Huestes de Luz que solo esperan que las llamen para venir en auxilio.
Por eso, perseveren, perseveren, perseveren siempre.
Yo los amo y los bendigo.
Les agradezco por caminar Conmigo en este camino de ascensión,
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Alabado sea Jesús y Nuestro Padre, por haberme enviado desde el Cielo para este día 16 de julio, día de dos importantes celebraciones para Mi Inmaculado Corazón.
Hoy se conmemora el día sagrado de Nuestra Señora del Santo Escapulario del Monte Carmelo y, también hoy, celebro el aniversario de una de Mis videntes. Cumplo así en este día con la misión que Dios Me encomendó en este ciclo, de compartir con Mis tres videntes sus aniversarios.
Por este motivo, hijos Míos, Mi Corazón Inmaculado hoy les revela que ha realizado durante el ciclo de los tres aniversarios, una tarea importantísima con los seres mongoloides, con esas pequeñas almitas de Dios que son contempladas por Mí, con tanto amor materno.
Por eso les pido, Mis queridos hijos, que en vuestras oraciones coloquen la presencia de todas las almas de los seres mongoloides, para que tanto las que han sido bien acompañadas como las que no fueron bien encaminadas, puedan alcanzar el Amor Misericordioso de Mi Hijo Jesús.
Como Madre del Santo Escapulario de la Paz, oro para que todos estos preciosos seres que tienen la misión de liberar con su presencia el mal de la humanidad, a través del amor universal, puedan aproximarse cada día más a Dios. Veo cómo muchos de ellos son negados por el mundo; ellos son seres de otros puntos del universo, surgieron de la Fuente del Amor de Dios y han llegado como almas a este mundo para remediar el sufrimiento que la humanidad se ha generado a sí misma.
Por eso, queridos hijos, este día es una día de Gloria, porque a través del aniversario de una de Mis videntes, Yo he concretado una misión espiritual, que ha sido la de poder elevar al Paraíso a muchas almas de seres mongoloides, almas que han servido por amor y en amor a toda la humanidad.
Quiero decirles que Mis maternales oraciones, han permitido en el Cielo la consagración de seres mongoloides como los primeros bienaventurados y esto ha generado que nuevas almas que provienen del Proyecto del Amor de Dios, puedan estar presentes en este ciclo planetario para ayudar en la transición que vivirá la humanidad.
Queridos hijos, por todas estas importantes razones espirituales que hoy les revelé, les pido que oren desde hoy por la misión espiritual de todos estos seres, para que ellos puedan transmitir al mundo la grandeza del Amor de Dios.
Vuestra Señora del Santo Escapulario, será quien los protegerá para la misión interna de cada uno de ellos, pero para que esto se cumpla en este tiempo, será necesario que todos los días lunes y jueves, ustedes oferten a Mi Inmaculado Corazón treinta y tres cuentas de la oración a la Madre Universal por la protección y la misión de todas las almas mongoloides.
Hijos Míos, que esta donación de parte de ustedes sea realizada durante los próximos seis meses; después Yo les diré qué es lo que más quiero de ustedes.
Que los atributos de la Madre Universal que fueron consagrados a Mi Inmaculado Corazón, puedan resplandecer cuando vuestros corazones se unan en oración a todas las preciosas almas de los seres mongoloides, así me ayudarán a que ellos cumplan su importante misión de fin de tiempo.
Que a través de vuestro amor por estos hermanitos, descubran el amor puro que Dios ha dejado vivo en cada uno de ellos, así podrán curar vuestras heridas a través del amor que estas almas irradian al mundo.
¡Queridos hijos, les agradezco por contestar a este importante llamado!
Los bendice con amor en este día de Gloria.
María, Madre del Santo Escapulario y Señora del Monte Carmelo
Bajo el Amor purísimo de Dios, alabado sea eternamente Nuestro Señor, Jesucristo.
Hijos Míos, hoy les revelo una oración para que sea pronunciada con el corazón y, así, abra el camino de sus corazones para la llegada del Espíritu de Dios.
Espíritu Santo de Redención,
ven a nosotros.
Espíritu Santo que todo vivifica,
ilumínanos.
Espíritu Santo de la Creación de Dios,
divinízanos.
Espíritu Santo y Soberano del Padre Celestial,
condúcenos al arquetipo verdadero
de la existencia material.
Espíritu Santo,
glorificado seas en el universo y en la Tierra,
para honra eterna de Dios.
Amén.
Les pido que invoquen al Espíritu de Dios, porque cuando haya una morada pura, pronta en sus corazones, esa Luz Mayor podrá habitarlos; pues en un próximo tiempo, hijos Míos, solo la Luz del Espíritu Santo podrá proteger a sus esencias.
Solo la sabiduría, proveniente del Espíritu de Dios, mantendrá sano su entendimiento. Solo la pureza proveniente del Espíritu Santo los mantendrá libres de cualquier energía que se aproxime a sus corazones. Con un corazón puro, estarán más próximos a Dios.
Invoquen, invoquen la Presencia del Espíritu Santo de Dios. Estudien con el corazón Mis Palabras dictadas a lo largo de los años, porque en Mi Verbo, pleno del Espíritu Santo, podrán encontrar las llaves que tanto buscan para ese encuentro con el Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo, hijos Míos, será la única Luz que no se apagará cuando llegue la obscuridad; y aquellos que tengan en su corazón la Luz de este Espíritu serán como faroles para las almas del mundo, serán la fuente para la multitud sedienta, como lo fue Jesús hace 2013 años.
Jesucristo nació en una época en la que reinaba la oscuridad y aun en la búsqueda de Dios estaba la muerte y el sufrimiento causado a los demás.
Jesús fue esta Luz de la que les hablo, porque estaba pleno del Espíritu Santo; y los corazones vacíos de los que lo acompañaban, corrían entre los valles como mariposas que en las noches oscuras corren en dirección a la luz.
Jesús era la Fuente inagotable de Agua Divina para los sedientos en el corazón, en el alma y en el espíritu; porque el Espíritu de Dios no se agota, no se acaba, no perece.
Hijos Míos, otros tiempos de profunda oscuridad se aproximan al mundo entero y ningún lugar estará libre de conocer lo que debe ser conocido, para que el aprendizaje del corazón humano se concrete. Pero es necesario que haya soles en medio de la oscuridad, que haya aquellos que manifiesten el alivio de la sed y del hambre de las almas; aquellos que, siguiendo los pasos de Jesús y a través del Espíritu Santo de Dios, se tornen el Pan y el Agua de vida para las almas que más lo necesitan y que buscan sedientas el Reino de los Cielos.
Clamen por la Presencia insondable del Espíritu Santo, porque si sus corazones fueran verdaderos y puros, ese misterio se tornará claro y podrá ser vivido en sus corazones.
Si hoy Mi Verbo les dice que es posible, deben confiar en Mis Palabras y seguir Mis Instrucciones; porque una vez fui la portadora del Hijo Primogénito de Dios y ahora, vengo gestando en Mi Vientre divino una raza de Hijos de Dios, de Cristos que nacerán del renacimiento y que tendrán en su pecho, en el momento de renacer, la esencia crística gestada en Mi Corazón y bendecida por el Rey de reyes, Cristo Jesús, Nuestro Señor.
Mis queridos, este es el gran Plan Divino; develado, día a día, a sus pequeños corazones.
¿Quién se abrirá y se arriesgará a cumplirlo?
Yo los aguardo en oración y en unión con Dios.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Una vez más les ruego que acompañen todos Mis Mensajes desde el corazón, porque ya es tiempo de que vivan Mis Palabras, ellas han intentado construir algo inquebrantable dentro de sus seres. Ahora, Dios Me ha pedido que, después de todo lo que les he entregado a Mis queridos hijos, Yo le entregue a Él los frutos que deposité en cada uno de sus corazones.
Por eso, Mi consciencia maternal se manifiesta a través de impulsos espirituales a todos los que se abren para recibir el conocimiento de otras Leyes, Leyes que no están presentes en sus seres, pero que ustedes sí pueden estar unidos a ellas.
Mi Obra es una obra de paz, de fraternidad y de hermandad.
Todas las piezas que Yo moldeo, día a día, son entregadas después a Mi Hijo, para que Él las encamine hacia su misión final. Pero algunas de estas piezas, que forman parte del Todo, son duras de pulir. Por eso, Mi Amor que es profundo y verdadero por todos ustedes, intenta desterrar aquello que ya debe morir para que así nazca el nuevo espíritu.
A lo largo de los siglos, siempre le advertí a la humanidad que si ella no cambiaba de actitud, tiempos difíciles llegarían a la puerta de la vida de cada ser. Ahora, estos tiempos ya llegaron, tiempos de equivocadas acciones en el aborto, el suicidio, la mentira, el poder y el deshonor; los que en algunos corazones desbordan más que un río.
Pero Mi Corazón, que es paciente y manso, los quiere llevar a encontrar la Verdad, la Verdad de Dios para sus vidas, porque será a través de su transparencia y de su oración que se transformarán en aquello que Dios tanto espera y, de esa forma, ustedes como parte de toda esta única humanidad ayudarán a que ella se convierta pronto.
No se olviden, Mis queridos hijos, de que lo que fue escrito en la Biblia Sagrada se está cumpliendo, de una forma que muchos no perciben por estar llenos de otras cosas en vez de aferrarse a los poderes de la oración.
Si en verdad el mundo quisiera estar en el Reino de Dios, ya no cometería algunas acciones que perjudican siempre a los más desprotegidos y pobres.
Por eso, Mi Amor ingresa al mundo como una nueva Ley para que Mis hijos reaccionen, ya no son tiempos de vivir en las pequeñas insignificancias, sino que es tiempo de adquirir a través del Espíritu Santo una fuerza mayor para ayudar a los Planes de Dios.
Por medio de la Gracia y de la Misericordia, sé que ustedes podrán acompañarme y darán los pasos maduros hacia la conversión que los llevará a vivir la liberación. Hoy, más que nunca, los rebaños de Cristo deberán ser uno solo para que, a través de la oración, creen un muro protector que los separe del mal y los una más a Dios Todopoderoso.
Queridos hijos, he querido ser fiel a ustedes ante la situación planetaria, pues es hora de vivir la vida desde otra postura interior, porque su universo interior en este tiempo debe colaborar con el Plan del universo. Ustedes deben ser portadores de los nuevos códigos crísticos que Mi Hijo está derramando en aquellos que le dijeron sí.
Por eso, es hora de retirar de ustedes lo viejo, aquello que duele en lo profundo de sus corazones, para que en la oración alcancen la fuerza preciosa que irradia el perdón.
Queridos hijos, Yo los quiero preparar e instruir, porque la Mujer Vestida de Sol se está anunciando al mundo por última vez antes del nacimiento de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por madurar en la fe y en la confianza en Dios!
Los bendice siempre,
María, Madre y Reina de la Paz y de la Reconciliación
Contemplen, en Mis ojos, la Luz imperecedera que no se apaga jamás, para que ilumine sus caminos que los llevan al Corazón de Dios.
Contemplen, en Mi Manto, la eterna protección, para que se arriesguen a dar los pasos y, sin miedo, vivir la transformación.
Contemplen, en Mi Corazón, la llama que los sustentará en devoción y en fe, y que no les permitirá desanimarse ante las pruebas del enemigo.
Contemplen, en Mis manos, el auxilio perpetuo, incansable e impasible, que los aguardará siempre para llevarlos hasta la Luz.
Contemplen, en Mis pies santificados por el glorioso caminar que hice al Reino de Dios, el camino seguro por el que caminarán sus pequeños pies.
Contemplen, en Mi Corona de Estrellas, la Luz del Espíritu Santo que surgirá aun en noches oscuras y que aparecerá detrás de las nubes más espesas que se aproximen a sus vidas.
En Mi Rosario, contemplen la fe inquebrantable y la persistencia eterna de Mi Corazón, que ora día y noche por las almas del mundo.
Contemplen, en las rosas bajo Mis pies, la oferta permanente generada por Mi oración perpetua, oferta que es adorada por Dios y que representa a toda la humanidad.
Hoy, hijos Míos, visto sus cuerpos con Mi Manto, cubro sus cabezas con Mi Corona de Estrellas, en sus manos coloco Mi Rosario y, bajo sus pies, deposito siete rosas, para que sigan eternamente Mi ejemplo, ejemplo que traigo a sus corazones semana a semana, mes a mes.
Quiero que hoy acepten esta oferta verdadera de Mi Corazón, para que alcancen a tener un corazón puro, una vida simple y humilde, un caminar pleno de fe y confianza absoluta en Dios y, a través del rosario en sus manos, jamás se olvidarán de que cada paso debe ser dado por el prójimo.
Vivan la transformación como un servicio eterno de auxilio a la humanidad y a todo el planeta, que necesita de corazones cristificados por el Amor del Espíritu Santo de Dios, corazones prontos para cruzar el umbral de una nueva raza, una nueva humanidad basada en el Amor.
Mi Presencia, en este tiempo, viene a indicarles el camino por el cual deben seguir hasta el momento en el que se encontrarán con Mi Hijo y, a partir de ahí, seguirán con Él, en Su ejemplo glorificado de unión con el Padre.
Hijos Míos, luminoso es el final de este camino de piedras, solo les pido que sean persistentes y que sigan las instrucciones dejadas por los Mensajeros de Dios; de esa forma, las piedras serán oportunidades de crecimiento y no motivo de atavismo.
Mis amados, busquen, en Mi Corazón y en la contemplación de Mi Sagrada Imagen, la fuerza y la fe que nutran a sus espíritus; así siempre podré guiarlos y acompañarlos, junto a sus corazones, en la trayectoria que deben vivir.
Como agua que corre en el río de la vida, permitan amoldarse a la Voluntad de Dios expresada en las Instrucciones que reciben. Así, liberarán a sus seres de estar en un sufrimiento innecesario en este tiempo.
Jamás se olviden de orar. Oren, oren mucho, para alcanzar la paz en el mundo entero.
Yo los amo y les agradezco.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
A través de la paz, Yo los encamino hacia la redención, y a partir de la redención los encamino hacia la fe eterna. Los tiempos ya están distintos y es necesario orar con todo el fervor del corazón para que Mi Obra se cumpla en toda la Tierra.
Queridos hijos, Jesús los espera en la Eucaristía para que así reparen el Corazón de Dios de las ofensas que aún se cometen en estos tiempos.
Queridos hijos, oren por los bienaventurados que donan su vida a Dios, aquellos que dan su vida por el prójimo y por la Voluntad de Dios, cumpliendo así sin demora Mis pedidos.
Hoy, Mi Mensaje es decirles todas estas cosas aunque les parezcan las mismas; ellas son, para Mí, las más importantes, porque la fe debe sembrarse en todos Mis hijos.
Hoy les revelo que muchos de Mis servidores sufrirán por la humanidad y por amor a Dios, para liberar el gran pecado que lleva a la perdición a muchas almas, camino al infierno de este mundo.
Hijos Míos, los invito de esta forma a la persistencia en la oración, a la esperanza y a la Misericordia; porque algunos de Mis hijos fueron escogidos por Jesús para poder revertir el mal del mundo. Oremos para que los Planes de Dios se cumplan.
¡Les agradezco a todos, los presentes, en sus hogares y en sus ciudades por contestar a Mi llamado!
Que la Gracia de Dios permanezca en sus corazones.
María, Reina de la Paz
Mi Corazón, en este día, se alegra un poco más por la respuesta misericordiosa de Mis grupos orantes. Sé del esfuerzo y del empeño de cada una de las pequeñas luces de esta red que está siendo tejida sobre la Tierra.
Hoy, Mi Corazón los invita a dar un paso en el camino de la consagración, consagración a Mi Corazón, y ese paso es vivir Mi Mensaje de salvación.
Hijos Míos, sobre todo a los que Me escuchan por primera vez, los invito a seguir caminando; pues si Dios permitió que sus corazones se encontraran con Mi Inmaculado Corazón, fue porque sus almas ya dijeron sí a Mi Plan de Paz.
A estos que Me encuentran por primera vez, a partir de sus ciudades, los invito a seguir por este camino de oración trazado por Mi Corazón.
Mis queridos, Mi Corazón desciende a la Tierra, en este tiempo, para proclamar la Paz y traer al mundo la salvación que tantas almas aguardan. Si escuchan Mis Palabras con el corazón, sobre todo las pronunciadas en los últimos tiempos, podrán sentir el Amor que desciende de la Fuente misericordiosa de Dios para colmar sus vidas.
Por eso, solo les digo que abran sus corazones y espíritus, y solo le digan sí a Mi Corazón; así, pronto podré estar más próxima a sus corazones y a sus vidas.
Les agradezco por caminar en dirección a Mi Corazón.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Por un mes más, hoy los reúno a todos en lo profundo de Mi Inmaculado Corazón, preparando de esta forma el aniversario de Gracias que sucederá el próximo mes de agosto, en el lugar original en donde el Cielo tocó la Tierra.
Por este fin y para que más corazones despierten a Mi llamado, invito a todos los grupos de oración a que, por amor y orden universal, ayuden a través de sus oraciones y de sus donaciones a que se concrete la misión del nuevo puente que está siendo construido en el Centro Mariano de Aurora y que aún no está finalizado.
Mis queridos hijos, si entre todos no reunimos los esfuerzos orantes y donantes para concretar este puente antes del mes de agosto, este puente, que querrá llevarlos hacia la paz, no estará concretado.
Por eso, como Madre, invito a todos Mis hijos a que con verdad, amor y fe cumplan con este pedido. Hoy les revelo que, hace algún tiempo, Yo les pedí a Mis videntes la construcción de un nuevo puente para que todos pudieran llegar hasta el Centro Mariano.
Ahora Yo les pido, queridos Míos, que encarnen el símbolo de Mi petición en todos ustedes.
¿Qué significará para sus almas construir un nuevo puente y concretarlo hasta en el plano físico?
Dios les está mostrando que, en este tiempo de cambios, los puentes serán construidos por todos.
Hijos Míos, como Madre, les entrego este desafío que si fuera cumplido con amor por Mis queridos hijos, el Centro Mariano de Aurora podrá contar con un camino seguro para el próximo mes de agosto, por donde Mis hijos podrán cruzar.
Cuando Mi Corazón les habla de estas pequeñas cosas, él quiere transmitirles la importancia de que todos puedan construir un nuevo mundo basado en la madurez espiritual y en la fe.
Si este puente se lograra terminar de construir antes del 8 de agosto de este año, el actual camino y el ecosistema que es utilizado por todos, ya no sufrirá más agresiones y los Reinos podrán acercarse nuevamente hacia toda la región del Centro Mariano y manifestar así la armonía que antes existía cuando el viejo puente estaba presente.
Pero, ¿qué significará construir un nuevo puente?
Es una nueva alianza espiritual que simbólicamente se establece hasta aun en el plano material.
Por eso, esta importante acción de caridad de los orantes permitirá crear una nueva consciencia en todos, trayendo así sabiduría y entendimiento sobre la esencia de cada uno de Mis pedidos.
Quiero que Mis pequeños entiendan que construir un simple puente, que conduzca hasta la Luz de Mi Centro Mariano, tiene una repercusión planetaria, porque así se reconstruye en la consciencia de la humanidad algo que estaba destruido por el mal.
Queridos hijos, que este desafío lo puedan vivir en paz y que, en el mes de agosto, Yo misma, la Virgen María, pueda cruzar el puente que con amor Me construyeron Mis hijos para poder llegar hasta el Templo eterno de la oración.
El mes de agosto les anunciará profundas y verdaderas revelaciones para todos los que se abran y lleguen a Aurora con el corazón abierto.
Hoy solo esto les pido que oren para que este simbólico puente se pueda manifestar. Como buenos niños, ayuden para que este puente hacia la paz se pueda concretar.
La Nueva Humanidad nacerá bajo el impulso amoroso de los corazones buenos, simples y humildes, corazones que solo irradien amor y paz.
¡Les agradezco por responder con amor y verdad a Mi llamado por la paz!
Los bendigo y les digo: ¡Adelante Mis obreros, manos a la obra!
Les agradece,
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Hoy Mi Corazón desea hacerles un pedido especial de oración por el mundo. Vengo acompañada por las huestes celestiales del Reino de Dios para que, a través de la intervención de sus corazones, Mis ángeles puedan ir en auxilio de las naciones del mundo.
Quiero pedirles que, de forma especial, oren por la India, por Egipto y por Kenia, que en este día necesitan de mucha ayuda para vencer las amenazas del enemigo.
Les pido que oren mucho para que Mis misioneros marianos puedan cumplir la misión de llegar a la India, porque la presencia de ellos no tiene el motivo de llevar solo el servicio y la donación, sino también llevar Mi Corazón entre sus manos para que sea entregado a los que más lo necesitan.
Mis queridos, Mi Corazón Inmaculado necesita llegar a esas naciones para consagrarlas a Mi Corazón y para protegerlas de todo el mal que se expande.
A veces, la ignorancia de los que viven en la oscuridad no les permite ver las verdaderas necesidades espirituales y así, el enemigo se aprovecha de la ignorancia de Mis hijos para cerrar con siete llaves las puertas de las naciones.
Si oran con amor, con devoción y haciendo a Dios una oferta verdadera de aliviar al mundo, la Luz podrá llegar a los corazones que hoy están en la oscuridad, podrá retirar las vendas de los ojos de Mis hijos para que ellos perciban una realidad mayor y reconozcan en Mis soldados a Mi Inmaculada Presencia.
Hoy les pido que oren también por todos los niños que viven en Kenia; todas las pequeñas almas que equilibran violentamente sus deudas con Dios para que, a través de la oración misericordiosa de sus corazones, esa Fuente insondable de Misericordia sea vertida sobre todos esos pequeños niños y también sobre los que están por nacer.
Mis queridos, los tiempos se están acelerando. El momento final de esta purificación, que el mundo ya vive, se aproxima y es urgente que sus corazones se pongan a orar.
Confíen en la Voz que os guía, porque Mis ojos contemplan las necesidades del mundo entero, no solo las de aquellos que Me oyen.
Los que hoy escuchan Mi Voz deben responder con prontitud a Mi llamado, para que este llamado se expanda por el mundo y llegue a aquellos corazones más olvidados. Eso se alcanza, hijos Míos, sobre todo a través de la verdadera oración.
En este viernes de reparación y de preparación para el sábado de Misericordia, únanse al Corazón Castísimo y Sacratísimo de San José, para que Él los auxilie y les enseñe a ser intercesores ante Dios, en beneficio del mundo entero.
Las naciones más distantes de Mi Corazón necesitan de mucho auxilio y de mucha colaboración orante. Por eso, junto con San José, coloquen en sus corazones a toda Asia y eleven al Corazón de Dios un pedido misericordioso de auxilio; pídanle que envíe Sus huestes de Luz, que derrame Su Piedad y Su Misericordia sobre esos hijos que tanto las necesitan.
Oren, oren mucho, para que los Planes de Dios se vuelvan realidad y este mundo se convierta en un mundo luminoso, consagrado al Corazón del Creador y que responda a Su Celestial Voluntad.
Les agradezco, Mis queridos, por acompañar a Mi Misión mariana por la paz en la Tierra.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Que se alegren todos los corazones del mundo, glorificando al Creador por la presencia Inmaculada de Su Sierva Fiel. Alaben hoy y eternamente al Hijo de Dios, que envía al Ave Mensajera para anunciar Su retorno y preparar Su Sagrado rebaño de almas.
Hijos Míos, que en este día la alegría sea la guía de vuestros corazones. Regocíjense hoy porque una parte de Mi Plan ya se concretiza en el mundo. Mi verbo está llegando a los hogares de muchos de Mis hijos, las familias están alcanzando Gracias especiales porque se reúnen para orar Conmigo. Los pecadores más comprometidos con el mal están encontrando la Luz de Mi Hijo, porque Su verbo está llegando a sus vidas.
Mis amados, hoy quiero que comprendan la grandeza de Mi tarea Mariana y que junto Conmigo sean infinitamente agradecidos a todos Mis hijos que trabajan día y noche y que donan sus pequeñas vidas para que Mi tarea sea llevada adelante.
Mi Corazón, en este día, trae del Reino de los Cielos la gratitud misericordiosa que colma a todos los que se abren para recibirla.
Muchos desconocen, pero grande es el servicio de aquellos hijos Míos que se disponen a trabajar en los escritorios, con cosas tan prácticas, y cuyos pequeños corazones ni imaginan la repercusión luminosa de sus ofrecimientos.
Hoy renuevo los votos de estos hijos y servidores Míos. Incluso aquellos que Me desconocen y que parecen servir de forma profesional están recibiendo méritos y equilibrando deudas para con Dios.
Quiero dar a conocer al Mundo la importancia de esta tarea, porque muchos no saben del esfuerzo de Mis hijos para concretizar Mis pedidos; pero Yo sí, lo sé y los observo siempre, porque con estos esfuerzos no solo Mi verbo alcanza el mundo, sino también Mi Corazón y cada vez que son capaces de trascenderse un poco a sí mismos, este esfuerzo se convierte en una amorosa oferta que entrego al Creador por la Salvación de las almas.
La tarea de crear y mantener un portal que sea el eco de Mi Voz y de las Sacratísimas voces de Jesús y de San José, es realmente una Sagrada Misión. La de llevar a todos los hogares, de los cuatro puntos cardinales del mundo, la Voz de Dios Padre, el Todopoderoso Señor del Universo y, a través de esta Su herramienta sagrada, Su Plan de Amor se difunde por el mundo y su Corazón despierta a los que están adormecidos hace tanto tiempo.
El Amor de Dios está llegando a muchas almas, sobre todo de jóvenes, que jamás tuvieron contacto con Él. La Redención y la Misericordia de la Fuente Inagotable del Creador está impregnando los hogares, los presidios, las escuelas, el mundo.
Cuando una única alma, en alguna nación, entra en contacto con esta herramienta de Dios y se abre para sumergirse en este Misterio, que es Mi presencia en el mundo, toda esa nación recibe de Dios los méritos para alcanzar el despertar y, así, alcanzar la Paz.
Cada vez que un miembro de una familia, en su casa, entra en contacto con Mis palabras Santificadas y con las Gloriosas palabras de Mi Hijo Jesús, esa casa y esa familia son bendecidas por Mi presencia, aunque muchas veces solo lo lleguen a descubrir en el Reino de los Cielos.
De esta forma, Hijos Míos, Mis pedidos de oración se expanden por el mundo y Mis pequeños orantes responden a Mi Llamado, a veces en secreto, y, así, me abren la puerta para que Mi presencia esté por un tiempo más en el mundo, Redimiendo y Salvando las almas.
Por eso, alégrense junto a Mí y contemplen la grandeza de este Misterio y la amplitud de Mi tarea que, además de planetaria, es Universal.
Yo los amo, Mis queridos y estaré siempre agradecida por responder día y noche a Mi Llamado Redentor de oración por la Paz.
Les agradezco siempre.
María, Madre y Reina de la Paz y del mundo, Sagrado mundo de Dios
Cuando Mi mirada se posa sobre la Tierra, ella viene repleta del Espíritu de Dios, para que la Fuente Divina de la Creación irradie Sus Dones y Su Luz hacia la Tierra.
El Espíritu Santo es la Conciencia viva de Dios que reina entre las criaturas, una parte Suya que existe para iluminar la materia y divinizarla.
El Espíritu de Dios desciende sobre los hombres en forma de aspiración, instrucción, Luz vivificadora que todo restaura. Se puede percibir la presencia de este Espíritu Santo en la iluminación del conocimiento, cuando se tiene claridad y comprensión de la Verdad; en la iluminación del espíritu, a través del espíritu de amor y humildad; en la iluminación de la materia, a través del renacimiento constante en Dios Padre.
El Espíritu Santo, hijos Míos, es la Fuente de eterna creación que permea los universos. El poder creador de los hombres proviene del Espíritu Santo, y para saber lidiar con ese don de crear, que los hace semejantes a Dios, es necesario invocar permanentemente a Su Espíritu.
En la vida de María, de Jesús y de José, perpetuamente reinaba el Poder del Espíritu Santo porque, aunque en verdad no lo conociéramos, lo invocábamos permanentemente hasta que, en el silencio y en la soledad, este Santo Espíritu se mostró a cada uno de Nosotros en secreto. Nuestros ojos se iluminaron por la presencia del Espíritu Santo y Nuestra mirada se tornó misericordiosa para siempre. Nuestras manos fueron bendecidas por el Espíritu Santo, y así como Jesús curaba, María consolaba y José traía gracias de caridad a todos los que tenían contacto con la materia de Su carpintería.
Cada ser que recibía de José, siempre de gracia, algún bien hecho por Él, recibía del Espíritu Santo una Gracia especial. En las mesas, que Él hacía, se manifestaban los alimentos que las familias necesitaban; las herramientas para cultivar hacían nacer del suelo plantas saludables y abundantes para que todos se pudieran alimentar, y así cada instrumento que Él creaba en Su carpintería llevaba Gracias misteriosas a los que los recibían.
Los niños que eran instruidos por José, eran instruidos sobre todo en el amor y en el poder de creación a través de este Amor. José, pleno del Espíritu Santo, enseñaba a los niños a obrar con caridad y a crear como los ángeles, a vivir en silencio, en castidad y en oración y, muchos de los que Él educó en Su carpintería, se tornaron discípulos amados de Jesús.
El Espíritu Santo obraba de diferentes formas en aquella simple familia, siempre en secreto, siempre en silencio. El silencio es la primera llave para los que buscan al Espíritu de Dios; la soledad con Dios es otro paso que debe ser dado por el alma de aquel que aspira a unirse a Su Santo Espírito, porque los misterios más preciosos de esta vida sobre la Tierra son revelados en el silencio del propio corazón.
El Espíritu Santo se da a conocer a aquellos que aguardan Su presencia con simplicidad, que mantienen el alma unida a Dios y que, en la Tierra, obran con caridad, humildad y silencio.
Para alcanzar la Gracia de la eterna presencia de este Espíritu se debe aspirar eternamente a estar con Él y a vivir en Dios; y cuando la mente aspira, las emociones aspiran y el alma también aspira. De esa forma, ejercítense en la caridad y en el silencio, ejercítense en la oración y en la paz, en la comprensión y admiración del prójimo; así alcanzarán un espíritu humilde, y el Espíritu de Dios, al fin, podrá aproximarse a sus corazones.
Yo los bendigo siempre.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Entra en Mi Corazón de Madre y reposa tu rostro en Mi pecho. Guarda, en este Corazón que te escucha, todas las miserias, aflicciones y angustias de tu corazón. Deposita a Mis Pies tus miedos para que Yo los convierta en confianza plena en Dios.
Camina con los pies al lado de los Míos. Ven junto a Mí por este camino de redención, porque Mi misión en este mundo es guiar a sus pequeños corazones.
No demoren en llegar a Mis brazos. Yo soy la amada Madre de sus almas, de sus esencias. Yo soy la que los aguarda y la que los aguardará siempre, porque Mi Corazón no tiene prisa y no se cansa.
Hijos amados, vengo como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad para concebir el Espíritu Santo en las almas y en las consciencias. Ese Santo Espíritu está pronto para ser vertido sobre los seres, solo es necesario que Me permitan llegar con ese Espíritu a sus vidas.
Ya les dije muchas veces que no los espero perfectos, no los espero prontos. Yo los espero dispuestos a no ser ahora lo que fueron en el minuto anterior. La única cosa que el Cielo necesita es que sus corazones estén abiertos, porque si dijeran sí, Yo misma Me encargaré de formarlos, como una buena madre lo hace con sus hijos.
Mis queridos, vengan a Mis brazos, así como están, así como son. Solo dispónganse a vivir la Misericordia y a recibir de esta Fuente infinita las Gracias para vivir la transformación, esa eterna transformación.
Hoy, con profundo amor, Mi Corazón viene a decirles que todo el Universo de Dios está en constante transformación, pero que los obstáculos han de ser vividos con alegría, con amor, con paz.
No lleven adelante solos las pruebas de sus corazones, si Yo estoy aquí, al lado de cada uno de ustedes. Solo les pido que Me llamen, que clamen por Mi Presencia, que clamen por Mi auxilio y por la Gracia eterna que los aguarda a partir de los Cielos.
Vengan a Mí, vengan sin demora, sin angustias, sin miedo. Entréguenme sus corazones en Mis Manos, y de ellos haré las más preciosas rosas de Mi Jardín.
Cada uno de sus corazones, por más imperfecto que sea, es amado y adorado por Mi Corazón Inmaculado. No se olviden de que en sus corazones encuentro Mi Morada y Mi refugio de oración.
No me cierren las puertas de sus corazones por miedo a seguir adelante, rumbo a Mi Corazón y al eterno Corazón de Dios, porque muchos corazones en el mundo ya Me dicen no y Me cierran las puertas.
De los que Me escuchan, aguardo la fe en Mi Misericordia y en la Misericordia de Mi Hijo. Si confían en Mí, sigan sin miedo hacia Mi Corazón. Yo los aguardo siempre.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Con amor, gozo y bendiciones retorno a su encuentro desde el Cielo para hacerles recordar y para darles a conocer el valor infinito y precioso de Jesús en la Eucaristía.
Por este motivo, hoy Mi Corazón Inmaculado lleva estampado el Sagrado Cuerpo y la Preciosa Sangre de Mi Hijo Jesús, para que todos Mis niños de la Tierra recuerden la importancia de vivir por medio de la eterna Presencia de Mi Hijo.
Quiero darles a conocer lo importante que es que ustedes mediten y contemplen la Presencia de Jesús en la Eucaristía, desde el momento en que Su Cuerpo y Su Sangre son consagrados por los pastores que Él mismo escogió y llamó para que profesaran el Amor de Jesús.
Hoy también he venido para que sus consciencias recuerden la Presencia de Mi Hijo, desde el momento en el que sus almas comulgan de la Luz misericordiosa de Cristo.
Queridos hijos, ¿por qué les digo todas estas cosas? Porque, como su Madre, espero que en su visión interior alcancen universos mayores, para poder comprender que Cristo vive y reina en sus esencias todo el tiempo que lo permitan y desde el momento de cada nueva Comunión con Su Divino y Santo Espíritu.
En cada nuevo ejercicio de Eucaristía y de Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Jesús, Él intenta ingresar y permanecer obrando a través de sus pequeños corazones.
Este misterio de la Eucaristía espera ser revelado a todos los seres de la Tierra, porque así todas las almas se prepararán con más consciencia para formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, antes de Su regreso a la Tierra.
Vivir en el Cuerpo Místico de Cristo es ser donación.
Vivir en el Cuerpo Místico de Cristo es servicio y amor a la Voluntad de Dios.
Por eso, es tiempo de que ustedes vayan más allá del acto de la comunión, porque los universos celestiales estarán abiertos ante los ojos de todos los que lo quieran ver.
Por ejemplo, todos los consagrados monásticamente al Corazón Sagrado de Mi Hijo deberán dedicarle por lo menos cinco minutos posteriores a haber comulgado con el Cuerpo Santo de Mi Hijo. Así, con más consciencia, reverencia y amor harán de la vida consagrada el reflejo vivo de la Presencia de Cristo; y cada vez que cada alma contemple internamente el Cuerpo de Mi Hijo que ha recibido, la parte preciosa que Dios les entregó, podrán trascender como si nada todas las dificultades de la vida y del mundo.
Por eso, hoy vengo a su encuentro como Reina y Guardiana de la Santa Eucaristía, para transmitirles los valores espirituales y los méritos que todos pueden alcanzar en este tiempo, cuando tan solo comulguen con otra actitud e importancia.
Aguardo que Mis Palabras maternales hayan traído luz para cada una de sus consciencias, porque así serán uno con Mi Hijo y Mi Hijo será uno con ustedes y se podrá cumplir la Voluntad de Dios en las criaturas, cerrándose definitivamente los infiernos en el mundo y despertando la conversión en todas las almas.
¡Buen ejercicio de Comunión y de renovación con el Cuerpo Glorificado de Mi Hijo!
¡Les agradezco por atender a Mi llamado del fin del tiempo!
María, Reina y Guardiana de la Santa Eucaristía
Fray Elías:
Al final del Mensaje, la Virgen María nos transmitió la siguiente oración de unión con Cristo, para ser recitada en todos los momentos posteriores de haber comulgado con el Cuerpo y la Sangre de Cristo:
Oración de Unión Eucarística con el Maestro Jesús
Sol de Dios
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas.
Espíritu de Dios,
que liberas las faltas de nuestros seres.
¡Ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús!,
para que unidos a Ti
alcancemos la eternidad y el paraíso.
Amén.
Queridos hijos:
Hoy derramo Mi Piedad sobre Mis hijos del mundo, para que cada uno de ustedes reciba esa vertiente de la Misericordia y sienta consuelo en su corazón.
La Piedad que viene de Dios alcanza a todos aquellos que no pueden superar sus limitaciones, aunque lo intenten todo el tiempo. Para que ellos encuentren consuelo, Yo traigo en Mi Inmaculado Corazón esa bendita Piedad, que será un bálsamo para los corazones que sufren.
Con este bálsamo que traspasa el alma, cada hijo que sufre por sus limitaciones, encuentra paz y fuerza para seguir intentándolo una y otra vez. Solo debe recurrir a Mi Piedad y verá cómo el aliento de Dios le vuelve a dar un nuevo impulso para recomenzar.
En estos tiempos, hijos amados, en los que las pruebas son profundas y los caminos difíciles; Yo, como Madre Auxiliadora, vengo a traerles paz, sosiego y Mi bendita Piedad para que no bajen los brazos, para que no se entristezcan, para que no sientan el peso de una derrota; porque para el Universo del Padre solo existe el triunfo en cada duro aprendizaje.
Si ustedes pudieran ver lo que existe detrás de esas pruebas, que la transformación les trae, darían un impulso a su consciencia y darían las gracias todos los días por esas pruebas; Dios está construyendo, en cada uno de ustedes, una fortaleza en donde Su Hijo pueda encontrar resguardo y reposo.
Que nadie se desanime por lo que vive; por el contrario, que levante su mirada y se conduzca sin temor hacia el Corazón bendito de Mi Hijo, que lo espera siempre para renovar Su voto de confianza, que les entrega a los que le dicen sí.
Yo los acompañaré, paso a paso, para que no sientan temor ni vergüenza, sino alegría por poder, a través de Mi bendita Piedad, superar una prueba más y dar un paso hacia adelante.
Almas Mías, hijos divinos de Dios, quiero que eleven su mirada y se encuentren con Mis ojos de Madre, que los observa y ora por cada uno de ustedes, para que así renueven su compromiso con el Plan de Dios en esta Tierra.
Yo los amo y los bendigo, los resguardo y los espero en la fuente inagotable de Mi Piedad.
Gracias por estar hoy Conmigo.
María, Madre de la bendita Piedad
La consciencia verdadera de lo que es la Vida solo llega al hombre a través del Espíritu Santo. Mi Espíritu Inmaculado y el Espíritu Sacratísimo de Mi Hijo provienen del Espíritu Santo. Pero hoy, quiero revelarles que no es necesario que sean originalmente concebidos por el Santo Espíritu para vivir las Gracias infinitas que vivimos Jesús y Yo hace 2013 años.
El Espíritu Santo transforma todo lo que toca, Su Fuego purifica en Luz todo lo que se aproxima a Él. Un alma que fue tocada por el Espíritu Santo jamás será la misma, aun durante otras existencias en el Reino de los Cielos.
El Espíritu de Dios transforma incluso el destino espiritual de los seres, porque aquel que se abre a recibir un toque glorioso del Espíritu Santo, asume con el Creador el compromiso de servirlo eternamente.
El Espíritu Santo es un misterio para el mundo porque está en todo, y todos lo buscan sin saber cómo encontrarlo. El Espíritu Santo se manifiesta como Fuego vivificador y Don sobrehumano, se manifiesta como Amor que a todo ilumina, como Perdón que a todo perdona, como Paz que a todos irradia.
El Espíritu Santo llega cuando menos se espera, porque en el momento en el que menos se lo busca, sin perder la permanente aspiración a encontrarlo, es cuando el corazón abre espacio para que el Espíritu Santo ingrese.
Para que la morada del Espíritu Santo sea eterna en el interior de los seres, la consagración del alma también debe ser eterna, la oferta del corazón debe ser eterna, la aspiración a servir a un único Dios también debe ser eterna.
El Señor conoce profundamente el corazón de Sus criaturas y sabe cuándo un hijo Suyo se confirma de forma perpetua en la unión con Su Corazón Sacratísimo. Y es en ese momento que el Señor envía Su Espíritu omnipresente para encontrar esa nueva morada.
Como el corazón de los hombres es imprevisible, incluso para ellos mismos, solo Dios conoce la verdad sobre las intenciones y sentimientos humanos, sobre las ofertas y las aspiraciones. Por eso, la única cosa que deben hacer sus seres es estar en oferta permanente y reconsagrarse todos los días ante el Universo de Dios, con el corazón puro y sincero.
Busquen sin buscar, porque así van a ser sin percibirlo; y la humildad, que es el primer Don del Espíritu de Dios, llegará a los que no la conocen y no la conocieron jamás. Solo conoce el Don de la humildad aquel que la reconoce en el prójimo, porque el corazón que está verdaderamente pleno del Espíritu Santo está tan próximo a Dios que no percibe los propios avances y las propias virtudes.
Así fue como Jesús, María y José vivieron el Espíritu Santo. Uno reconocía a ese Santo Espíritu en el otro y percibía cuántos Dones Dios había manifestado en aquella familia, plena de caridad y de humildad; pero ninguno de Nosotros observaba en sí mismo la presencia de ese Espíritu. Admirábamos, en silencio y en oración, las virtudes de los demás; y cuanto más percibíamos el Amor que el otro manifestaba por Dios, más plenos de ese Espíritu quedaban nuestros corazones. Y, en Nuestra vida simple, sin embargo llena de misterios, el Espíritu Santo fue manifestándose.
Por eso, hoy les digo que una llave para avanzar es pensar solo en Dios y fortalecer la virtud del prójimo, para que crezca y se desarrolle siempre. Así, aún sin darse cuenta, sus espíritus se irán preparando para recibir al Espíritu de Dios.
Que la paz y la armonía reinen en cada corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más