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40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"En cada caída, un aprendizaje.
En cada aprendizaje, una elección.
En cada elección, un camino.
En cada camino, un destino.
En cada destino, una decisión.
En cada decisión, una prueba.
En cada prueba, un desafío.
En cada desafío, una oportunidad de madurar.
Que madure en ti el Espíritu Crístico.
Que el Espíritu Crístico te dé fortaleza, todos los días, para atravesar tu propio desierto.
Que el Amor de Mi Corazón te demuestre que siempre se puede, porque es cuestión de tener voluntad.
No te detengas, fija tu mirada en Mi Corazón".
Cristo Jesús
A los puros de corazón, les son abiertas las puertas del Cielo.
A los puros de corazón, les son abiertos los caminos para el perdón y para la redención, y sus almas pueden tocar el Corazón de Dios por su simple pureza.
Al pensar la evolución humana, hijos, Su Creador manifestó el nacimiento y la infancia de los seres, porque, en ese período de sus vidas, reciben nuevas oportunidades de curar lo incurable y de redimir lo que parecía imposible.
Cuando un alma encarna, en un cuerpo frágil de niño, manifiesta la pureza de su esencia y de su espíritu. De esa forma, recuerda lo que es necesario para conmover el Corazón del Padre y retornar a Él.
Vida tras vida, en la infancia, las almas reciben una oportunidad de recomenzar antes de que sus deudas más antiguas comiencen a actuar en Su consciencia espiritual y diseñen su destino en una vida más.
Ser niño es tener las puertas abiertas para curarse, redimirse, perdonarse y retornar a Dios. Por eso, es muy importante que, aun en esa etapa de la vida, las almas conozcan y reconozcan la Presencia Divina, Su Misericordia y Su Gracia, porque es de esta forma que espíritus tan antiguos, y otrora tan perdidos, puedan volver a reencontrar a Dios.
Oren por los niños y, más que eso, oren por las almas que, en pequeños cuerpos y grandes esencias, reciben una oportunidad más de retornar a Dios y de renovar Su Amor.
Que la pureza de la infancia no se pierda, sino que sea fecunda, para que el destino de las almas sea trazado con bases de amor y de perdón.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Mientras solo algunos avanzan hacia la victoria espiritual, otros fracasan totalmente, olvidándose por completo de los principios y de las reglas que Yo les entregué una vez.
Pero esto no solo se remite a una acción específica que no fue realizada bien, sino que se remite a una situación mayor que compromete en varios planos el propósito de la evolución de esas almas que están bajo la presión astuta de Mi adversario.
¿Qué podemos hacer?
La liberación de las cadenas y de las propias pasiones humanas solo se consigue por un verdadero acto de amor a Dios y a Su Divino Plan.
Si esto no estuviera presente, todo sería un fracaso. El amor al Plan de Dios y a su cumplimiento no es una experiencia pasajera o un sentimiento volátil como algunos creen.
El amor al Propósito de Dios es asumir, con toda la fuerza, la determinación y la fe del corazón hasta la muerte, lo mismo que asumió su Redentor por ustedes, aun ante un desgarrador escenario de adversidad, de injusticia y de traiciones, para que solo se cumpliera la Voluntad de Dios más allá del aspecto humano de Cristo.
Asumir el Plan de Amor es tener consciencia todos los días de que existe una Voluntad Mayor que los rige y que los impulsa a vivir y a experimentar, cada día, el deseo ardiente de Dios.
Aquellos que desperdician, por sus actos, esa gran y única oportunidad solo retroceden, y su destino se modifica para siempre, quedando a la suerte del mundo de hoy.
Por eso, el Corazón de su Redentor se estremece cuando alguien está en contra del deseo de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Retírate al desierto con Dios, confiando en Su silencio y en Su Presencia.
Deja que todas las sensaciones espirituales y humanas, que antes eran confirmaciones e impulsos internos para ti, sean ahora substituidos por la fortaleza de la fe que te une pura y simplemente a Dios.
Acepta con amor el milagro del desierto, porque Dios llama al desierto a aquellos en los cuales espera colocar Su confianza, Su Cruz, Su Gracia y, por encima de todo, hijo, a aquellos que se dispusieron, desde el principio, a redimir la propia vida, superando al Amor de Dios.
Mi voz es aliento para las almas que caminan en el vacío, porque simplemente les digo: "Ve por este vacío y por este desierto; camina lejos y adentra en él profundamente, porque allí, en donde no puedes reconocerte a ti mismo, es en donde Dios se revelará y te mostrará finalmente quién eres".
Tu Señor se recogía para orar en el desierto, porque allí era en donde dejaba atrás Su condición humana y abrazaba Su Condición Divina. Por eso, el desierto debe ser para ti una esperanza.
Deja que los dolores de la renuncia se transformen en la libertad de aquello que te prende al mundo.
En el desierto puedes sufrir por el peso de los pasos, debido a las cadenas de la esclavitud del mundo que aprisionan a tus pies, o puedes rebajarte delante de Dios, tocar con tu rostro el suelo y saber que, con el clamor elevado al vacío, esas cadenas se romperán y tú podrás caminar libre.
El desierto no dejará de ser árido y solitario, pero tus pasos serán libres y tu corazón leve para llegar al propio destino.
Tienes Mi bendición para eso.
San José Castísimo
Ora, hijo, y adora a Dios, aun en el desierto de tu corazón. Recuerda que retirarse al desierto es prepararse para encontrar al Creador.
El desierto está lleno de desolaciones, tentaciones y desafíos. El desierto es seco, vacío y solitario. Pero esto es así para que cruces todos los límites de tus debilidades humanas, purifiques las ilusiones y quiebres las cadenas que, desde el principio de la humanidad, fueron siendo creadas para aprisionar a la consciencia en una mentira sobre sí misma.
Camina con pasos firmes por el desierto de tu corazón y sabe que tu destino es solo uno: el encuentro con tu Creador.
En el desierto, el Señor te lleva a vencer las tentaciones que debilitan tu parte más humana: tus células, tus huesos, tu mente, tus emociones. Pero es de la fortaleza de ese desierto que tu Creador te revelará el potencial que hay en ti para transformar las condiciones más impuras de toda una raza.
Los seres humanos, hijo, se van descubriendo a sí mismos a través de la superación, de la rendición y de la entrega. Y cada desierto cruzado los aproxima más a Dios y así los aproxima más a sí mismos, a lo que en verdad son.
Cruza tus desiertos internos para que tu alma se prepare para los desiertos planetarios, y un día, hijo, tu espíritu también será llevado a un desierto universal que revelará el verdadero sentido de la existencia humana y que aproximará no solo a los hombres, sino a toda la Creación al Corazón de Dios.
Te dejo Mi bendición y Mi paz para que des, con ellas, los pasos necesarios en este tiempo.
San José Castísimo
Para que tu ser se pueda despersonalizar y verdaderamente ser otro, a veces se presentan ciertas pruebas o aprendizajes que tal vez para tu mente no tienen sentido ni explicación.
Pero para Dios todo lo que te sucede sí tiene una explicación, y el Padre siempre esperará que toda experiencia, que vivas o que puedas atravesar, te ayude a dar pasos en la evolución de tu alma y de tu esencia.
Solo ciertas experiencias pueden ayudarte a percibir que si en verdad no existiera una situación que te hiciera cambiar de punto o de parecer, no conseguirías por ningún medio dar los pasos crísticos, que en este momento y en este tiempo, Yo necesito que tú puedas dar.
Por eso, tu irritación o desánimo no tienen ningún valor porque debes saber que tu destino ya está escrito en el Corazón de Dios.
Cuando hay sufrimiento, incomprensión o tensión es porque aún no llegaste a percibir con claridad que hay algo, dentro de ti, que deberá morir para siempre y no estar más.
Solo con fe y mucha determinación conseguirás superar los límites de la consciencia, pero para Mí no importa que no lo consigas, lo que verdaderamente importa es que lo intentes de nuevo todos los días.
Déjate guiar por lo que el Universo y la sabiduría espiritual te van mostrando y nunca intentes modificar los acontecimientos porque demorarías mucho más tiempo para poder llegar finalmente hasta Mí.
Confía, entrégate y sé nada, así, Me permitirás ser parte de ti.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a un lugar, a una ciudad, a un país que está viviendo los primeros momentos agudos de la humanidad. Por esa razón, Yo estoy aquí entre Mis compañeros, amigos y servidores.
Vengo para consolar al corazón afligido. Vengo para traer cura al corazón enfermo. Vengo para traer alegría al corazón que perdió la esperanza. Porque estos son tiempos cruciales para la humanidad, resultado de sus elecciones y decisiones de vida. Con nada de esto tiene que ver vuestro Dios, Nuestro Padre Celestial. Él envía a Su Hijo para auxiliarlos y socorrerlos porque ustedes, compañeros y servidores Míos, han dado testimonio de Mi Presencia en sus corazones y en las acciones de la vida. Por esa razón, también estoy aquí para que, unidos en la fe, aprendan a trascender el fin de los tiempos, primero dentro de ustedes, y para después ayudar a la humanidad, a todos sus hermanos y conocidos.
Estos son tiempos inexplicables, en los que las naciones están definiendo su destino y en ese destino hay millones de almas, muchas pero muchas almas inocentes, especialmente almas que deberían estar en este tiempo y en esta humanidad, y que no las quieren dejar estar debido a la libertad que hoy asume la mujer en la humanidad. Esto también es una aflicción para Dios, porque los hombres y mujeres de la Tierra no quieren vivir Sus Leyes, sino alterarlas. Es no tener consciencia de la Verdad y del resultado de lo que esto significa para la vida en la superficie de la Tierra.
Por eso, también son tiempos de Misericordia, porque la Misericordia concederá milagros, llevará a las almas hacia Dios y permitirá que los corazones se reconcilien, unos con otros, sabiendo que es necesario aún curar muchas heridas en los corazones y también en las naciones. Por eso, Nuestro peregrinar por las naciones del mundo se volverá, cada día más exigente, desafiante y diría, de una gran osadía, porque son tiempos en los que las fuerzas retrógradas del planeta quieren mantenerse en la humanidad para tenerla presa y oprimida. Pero la Luz y el Poder del Cetro de Dios llegará, de la Mano del Hijo del Hombre, para liberar a los corazones y a las almas de la Tierra que viven las prisiones de la vida, que viven la opresión, que viven la perdición.
No puedo prometerles, compañeros, tiempos de alegría porque lo que hoy vive la humanidad es por su propia elección. Pero si están Conmigo, Yo les puedo prometer tiempos de júbilo, de milagros, de conquistas internas y espirituales, tiempos de trascendencia y de cura, momentos de perdón, de reconciliación y de paz, aunque el mundo en su superficie esté en constante batalla.
Toda la Creación está llegando al momento de su Juicio Universal y, cada día que pasa, ese momento se aproxima a la consciencia humana. Nadie estará excluido de ese acontecimiento. No será un Juicio para castigar, sino que será un Juicio para rever, para reflexionar y madurar y, especialmente un Juicio para corregir.
El Padre Celestial Me ha enviado a la Argentina, en esta situación y circunstancia, y también Me envía por el mundo entero, por todas las almas, por todos los pueblos y todas las culturas, por todas las religiones, para que Yo les anuncie la Buena Nueva que debe despertar en sus corazones la oportunidad de volver a Dios y de estar ante Su Presencia; sabiendo que el Padre Celestial espera entregarles Su Amor y Su Bondad, Su Misericordia y Su Perdón para que, verdaderamente, compañeros Míos, aprendan a ser felices en la vida espiritual y material, uniéndose todos los días a la Fuente de Dios, sabiendo mantener, dentro de sí, el contacto interior.
Mas, lo que Me mueve a venir a las naciones del mundo es la adhesión de Mis compañeros, servidores y colaboradores, de los peregrinos, de los que intentan seguir fielmente el Camino de Cristo. Esto es lo que Me motiva a venir aquí, especialmente a la Argentina, porque sé que existe el potencial para gestar, dentro de cada corazón argentino, su proceso de redención y de perdón, para que vuelvan a ser como en los tiempos pasados, los apóstoles de Cristo.
Dentro de cada uno de ustedes, dentro de cada uno de Mis hijos de Argentina, existe una luz desconocida que aún no han descubierto. Argentina tiene una tarea importante como país y como pueblo, como una parte de la humanidad que preparará, por su compromiso, el Retorno de Cristo. Y esto ayudará, beneficiará y favorecerá a las demás naciones del mundo, como por ejemplo a Uruguay que no se está abriendo para escuchar la Voz del Padre Eterno.
Este es el tiempo, compañeros, de saber luchar por medio del amor y sin espadas, porque el triunfo de Mi corazón se dará en la concreción del Plan Divino en sus vidas, con sus ejemplos, en su fidelidad Conmigo. Esto es lo que Yo necesito, algo tan simple pero profundo, algo que nace del corazón de aquel que comprende, más allá de Mis Palabras, el Propósito de su Maestro y Señor.
Vengo a colocar en Argentina un bálsamo de paz y de reconciliación, sabiendo que Dios, su Padre Celestial, no puede estar ausente de la consciencia de Argentina y no puede ser sustituido por las formas de vida y por las elecciones, tan inconscientes, de los hombres y mujeres de este país.
No pueden entrar, compañeros, en la misma corriente de conflicto, de adversidad o de caos. Por medio de la oración, activen el Rayo de la inteligencia, del discernimiento y de la ciencia; y tendrán fe y conocimiento para poder superar el fin de los tiempos y así poder ayudar a sus hermanos, a los más ignorantes, a los más perdidos, a los que no tienen a Dios y a los que lo niegan completamente.
Pero los tiempos más difíciles llegarán y no será necesario que los vivan. Aún tienen tiempo para poder recapacitar y reconciliarse con Dios, así como Mi Madre lo pidió una vez en Fátima a toda Europa, después de que Europa fue completamente destruida por la adversidad y el caos. Pero, en la Argentina, a pesar de sus tiempos difíciles, existe una pureza que aún es desconocida, una pureza especial que les ha dado Dios para que por medio de su Rayo de Voluntad-Poder aprendan a alinearse con el Propósito y a manifestar Su Voluntad. Sé que aún no alcanzaron esto, pero mantengan firmes sus aspiraciones para poder gestar, sobre la superficie de la Tierra, una verdadera familia espiritual que es parte de la Hermandad Divina de Nuestros Corazones y que, más allá de todo y de cualquier acontecimiento, se une a Dios de corazón y en fidelidad.
Hablo tanto de fidelidad, compañeros, porque es lo que los protegerá de ustedes mismos, no solo a Mis compañeros de Argentina, sino a todos Mis seguidores, servidores, colaboradores y consagrados. El mal no conoce la fidelidad, la fidelidad a Dios, a Su Propósito, a Su infinita Voluntad y Sabiduría. Si ustedes conocen la fidelidad, se volverán verdaderamente libres de las cadenas, de las amarras, de las opresiones de la vida y del caos planetario; porque la fidelidad siempre los podrá llevar a la paz, a la confianza y a la certeza absoluta de que Dios está en ustedes y en todo.
Argentina es el preámbulo de grandes acontecimientos que se avecinan y que se aproximan. La adhesión de los corazones, por poco que parezca, representa mucho para Dios. Por eso, Su aproximación a la consciencia de los argentinos se dará en estos meses de agosto y de septiembre de una forma especial, porque será la preparación para una nueva etapa de desafíos, de exigencias y de entregas cada vez más profundas y definitivas.
Sé que muchos podrían no sentirse preparados, aptos ni disponibles para lo que les estoy diciendo y pidiendo, pero crean y confíen que si siempre están Conmigo y Me llaman, lo podrán lograr porque conozco a sus personas, a sus almas, a sus espíritus y a toda su vida interna. No pediría algo que nunca pudieran alcanzar, pero hay una parte que ahora le corresponde a cada uno de Mis compañeros, servidores, colaboradores y consagrados.
Cada uno tendrá su momento de entrega y de profunda definición, que será entre el alma y Dios, para que la Gracia Divina siga descendiendo al planeta y a la humanidad. Y, a pesar de que en la superficie de la Tierra ya nada tenga sentido ni motivo, habrá una razón de seguir estando aquí, en este planeta azul, por esta creación y por esta sagrada naturaleza que les ha dado el Padre Celestial para que aprendan a contemplarlo, a adorarlo y a amarlo en todo lo que vive y vibra.
Sé que quisieran escuchar palabras preciosas, agradables y que consuelen a sus corazones, pero yo nací en la superficie de este planeta no solo para anunciarles la Buena Nueva, sino también para decirles siempre la Verdad que los hará madurar y crecer interiormente.
Que esta Maratón, tan importante para Mí, sea una Maratón de madurez y de crecimiento en la consciencia y en las acciones, para que nuevas responsabilidades puedan ser entregadas en sus manos y puedan seguir representándome en este tiempo crítico, en el que la mayoría de las almas no quiere ver a Dios.
Le pido al mundo entero que ya no culpe más al Padre Celestial por lo que le sucede, que asuman la responsabilidad de lo que hacen, día a día, sabiendo que el Universo les dió leyes y mandamientos para estar alineados con el Propósito y para saber seguirlo sin necesidad de perderse ni confundirse.
Coloquen sus consciencias en lo que es vertical, en lo que va hacia lo Alto, en lo que los une al Universo y así encontrarán la paz y la fuerza interior para seguir adelante, para seguir Mis pasos, de pies descalzos y humildes que los llevarán al encuentro de la Vida Crística.
Que esta Maratón sea un motivo de renovación, de conmemoración, porque se cumplen más de seis años desde que Yo les pedí, compañeros, ofrecer la Maratón de la Divina Misericordia en estos tiempos difíciles, para sostener el Plan de Dios en la humanidad y soportar las corrientes de la adversidad y del caos, aprendiendo a transmutarlas y a liberarlas con la fuerza y el poder que tiene el verbo en la oración.
En la confianza de Dios, Yo les doy la paz y la gratitud infinita por haber preparado cada detalle con amor, consciencia y entrega para su Señor, su Maestro y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mantén tu consciencia en paz y, en ella, la inspiración única de la iluminación, de la unidad con Dios, del cumplimiento de Su Propósito, de la manifestación de Su Reino.
Deja que los deseos y las voluntades sean lavados de tu corazón y, poco a poco, encuentra la verdadera paz, la paz que proviene del Creador.
Ya conoces el camino, ya conoces tu destino, porque él es tu Origen y habita en ti.
Pacifica tu corazón observando tus acciones, pensamientos y sentimientos; recordando así el propósito de tu vida, que solo es reencontrar a Dios en tu interior y permitir que otros también puedan encontrarlo.
Que cada instante sea para ti una oportunidad de trascendencia y de ascensión. Que cada prueba te aproxime más a Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Con el libro de sus propias vidas en las manos, escriban con consciencia cada nueva página, cada capítulo, cada historia.
Construyan, con consciencia, el propio destino y el destino de esta humanidad, no en el sentido de controlar la propia existencia, sino en el sentido de dar el permiso a Dios, a través de su conducta, de sus acciones, para que Él conduzca sus pasos y sus leyes rijan sus vidas.
Escribir en el libro de la propia existencia es saber que, en todo, el Universo respeta el libre albedrío humano y aunque el Señor, su Padre, tenga la potestad de transformar todas las cosas con un solo soplo, Él espera en silencio la definición de los pasos de Sus hijos.
Por eso, hoy les digo que deben escribir en el libro de sus propias vidas conscientes de cada decisión, de cada definición, de cada acción y pensamiento, porque todo lo que emanan y manifiestan abre camino para que ciertas Leyes actúen en sus vidas.
La vida es creación y vibración. El Universo y el Cosmos se mueven sobre la base de Leyes y Rayos vivos, que provienen del Pensamiento de Dios, para dar vida a los Universos y a las dimensiones.
En este tiempo, sean más conscientes del Todo, de la Vida, del prójimo y, en todo lo que hicieran, sepan que están atrayendo hacia sus historias y hacia la historia de la Creación un nuevo capítulo, una nueva experiencia.
Es tiempo de comenzar a construir la nueva vida y esto comienza en ustedes siendo conscientes de que los constructores de esta Obra son ustedes mismos.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
No existe preocupación más grande que Mi Amor, porque Mi Amor disuelve en luz toda preocupación. Nada opuesto al amor puede ser más grande.
Por eso, cuando hay preocupación es algo comprensible, es el punto de fricción que las almas encuentran cuando tienen que dar un gran paso por algo desconocido y mayor a sus pequeñas posibilidades.
La preocupación coloca a la consciencia en una tensión constante.
La preocupación se disuelve, también, a través de la confianza que el alma puede expresar por la Voluntad Mayor.
Hoy las almas se preocupan demasiado porque pierden el hilo conductor que las trajo hasta aquí, hasta esta vida, para cumplir el Propósito.
Pero también la preocupación sucede cuando el alma le teme al resultado de su destino o al destino del semejante.
Todos esos sentimientos, que son alimentados por la consciencia inferior de la humanidad, son vencidos a través de un amor confiante, de una fe capaz de ir más allá de toda dificultad y de todo obstáculo.
Yo, como Hombre y Consciencia encarnada, atravesé la preocupación y el miedo de enfrentar la Pasión. Pero la fe en Dios y la confianza en Mi Padre Me llevaron a darlo todo y a sostenerme en un propósito inquebrantable.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sean celadores de la paz en el mundo y oren por los que proclaman la paz.
Oren por los que luchan por un planeta de fraternidad y de esperanza porque, sin saberlo, están abriendo el camino hacia una Nueva Vida y un Nuevo Tiempo.
Oren por los que sinceramente aman la vida, a los Reinos de la Naturaleza y a los seres humanos y que, día y noche, buscan la forma de expandir el respeto y el amor por el mundo.
Oren por los que no oran y silénciense por aquellos que no respetan al prójimo y que, con su verbo, crean desunión y desamor.
Ofrezcan una reparación espiritual por este mundo. Crean que, a través de sus oraciones, nuevas leyes serán atraídas desde el Universo para transformar la vida material que está en desajuste y en desequilibrio.
Oren por la protección de sus hermanos que, en todos los rincones del mundo, llevan adelante tareas planetarias con la fe de que el Amor se establecerá en la Tierra.
Confíen en que todo esfuerzo es válido y que hasta el más pequeño de ellos puede transformar el destino de esta humanidad y de este planeta.
Que sus oraciones sean cada vez más sinceras y abracen a este mundo.
Hijos, oren por la paz y sean la paz en este planeta.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Decreto de Esperanza para el Corazón de la Tierra
Escucha, ¡oh, Corazón de la Tierra!
El ciclo de definición para tu destino ya llegó.
Camina hacia tu nuevo nombre, hacia la expresión de tu nueva vida.
En este calvario que vives, cargando la cruz del fin de los tiempos,
ve tu Corazón tornarse el escenario de una batalla,
trazada desde los orígenes de la vida humana y antes de ella.
Ve que llegó la hora de que esta batalla tenga fin,
y prepara los corazones de tus hijos,
para que sean triunfadores en el Amor y en la Verdad.
¡Oh, Corazón de la Tierra!,
tu nuevo nombre se diseña como fuego en el horizonte,
y nada podrá detener el triunfo de tu destino.
Irradia la fe que nace en el centro de tu ser para cada uno de tus hijos,
para que, a través de ella, sean conocedores de la Verdad y del Bien.
Disuelve, poco a poco, el tiempo que te rodea
como velos que cubren tu rostro,
ocultando la Verdad que existe más allá de ti.
Deja que tus hijos ingresen, poco a poco, en el Tiempo de Dios,
en el Tiempo Real,
y que así reconozcan no solo la gravedad de estos días,
sino también la majestuosidad de tu propósito.
Deja que tus hijos contemplen no solo la ilusión
y la somnolencia que absorben a los seres,
sino que sepan su origen y lo que los hizo llegar hasta aquí
para tornarse seres humanos, esperanzas del Corazón de Dios.
¡Oh, Corazón de la Tierra!,
que agonizas y te entristeces en este parto que parece eterno,
de un Hijo tan esperado toda la Vida.
Aunque sean dolorosas tus contracciones
y tu cuerpo esté cansado,
no pierdas la esperanza de ver nacer de ti
al nuevo hombre, a la nueva vida.
He aquí que, poco a poco, surge la promesa que el Creador hizo para ti,
desde el principio de tu existencia y antes de ella;
promesa que fue renovada a lo largo de la evolución humana,
que triunfó en la Cruz del Salvador y que debe culminar
con la cruz de estos tiempos, la cruz planetaria.
Deja que las promesas de Dios se tornen vida
y ve salir de los libros sagrados las profecías del Armagedón.
Pero, más allá de eso, ve también el cielo abrirse y, entre las nubes,
a los coros de ángeles preparando el Retorno del Dios Vivo a tu seno.
Él vendrá con los Brazos abiertos para recibir
a los hijos que nacieron de ti
y, tomando en Sus Brazos esta nueva vida,
elevará las dimensiones y calmará el dolor.
Traerá al mundo Su Reino y ya no te llamarás Tierra ni Jerusalén.
Resonará desde las Alturas tu nombre, este sonido sagrado
pronunciado por Dios desde el principio.
Y, con esta vibración sobre ti, ya no verás más el dolor y sí la paz.
En ti, tus hijos crecerán y, por mil años, fortalecerán en sí el Amor,
hasta que estén prontos para hacer triunfar el Amor en toda la vida.
Recuerda Mis palabras, ¡oh, Corazón de la Tierra!,
y recuerda a tus hijos que tu historia ya está trazada,
y que, a pesar de todos los desafíos, jamás deben perder la fe.
Dejo sobre ti la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
San José Castísimo
Querido hijo:
Llegó la hora de que veas, dentro de ti, la realidad de tu verdadero ser y no temas purificarla, porque librándote de las cadenas del ayer podrás dar pasos firmes y seguros hacia la concreción del Plan de Dios en la superficie.
Con neutralidad, amor y armonía, deja que emerja de dentro de ti y se muestre tu historia escrita en el Universo, para que tu consciencia y tu vida hagan una síntesis y todo, absolutamente todo, sea perdonado.
Vierte tu esperanza y tu fe en Mi Corazón, porque así Yo, como tu Madre, te enseñaré a ser diferente, desde el momento en que confirmes dentro de tu ser que ya no aceptas más cargar con tantos errores cometidos.
Confía en el poder infinito de la Misericordia de Mi Hijo, porque será Su Divina Misericordia la que te guiará hacia el camino de la redención y de la rehabilitación.
Comprendo que no es fácil ver la realidad interior tal cual es, pero anímate a superar las barreras del sufrimiento para que la poderosa energía de la gracia actúe en todo y, así, vuelvas a vencer en el Amor de Cristo.
Desde ahora, decídete a cambiar tu destino para que la Mano de Dios te conduzca hasta Su Casa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En los tiempos que llegarán, el don de la Fe será el medio para fortalecer los corazones y prepararlos para el tiempo final que se aproxima.
En la Fe se encontrará la salida para situaciones de riesgo y en la Fe se podrán neutralizar las corrientes contrarias.
Sea la Fe, en Mis hijos, siempre capaz de decir sí y de estar disponibles para todo lo que sea, así Mi Hijo los reconocerá por sus labores y conocimientos, más allá de sus debilidades.
En esta hora, la alianza con el universo es fundamental para poder conducir, en este caso, el destino que circunscribe al planeta.
Llegó la hora de ver la realidad, porque asumiendo los lugares de mayores conflictos para poder transmutarlos, se aliviará al planeta de toda la carga que posee.
En ese sentido, el tiempo marca un momento culminante que solo deberá ser suplido por la oración del corazón.
¡Les agradezco, por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La alegría de Jesús estaba en los milagros internos y espirituales que las almas vivían al salir de la miseria y pasar a estar en la gloria.
La alegría de Jesús también estaba en los más pequeños, en los humildes y en todos los que, en absoluta y plena confianza, acogían el llamado del Reino de Dios.
Su alegría imprimía en Sus semejantes el ánimo verdadero para poder vivir el Reino de Dios y formar parte de él.
Jesús reflejaba Su alegría y también Su gratitud por la Instrucción que hacía surgir y manifestar el sagrado conocimiento a través de las parábolas, las que, a lo largo de Su prédica, formaron lo que conocemos como el Evangelio.
Jesús era el mismo Evangelio hecho persona y espíritu. Su Presencia concedía a las almas que pudieran salir de la ignorancia y pudieran vivir los primeros pasos del despertar.
Toda la obra de alegría de Jesús se fundamentaba en el Amor a Dios y a Su Divina Voluntad.
Ese Amor inmaterial que Jesús expresaba por Su Padre Eterno era visible a través del ímpetu y de la fuerza de cada palabra pronunciada en el Evangelio. Así, como también, por intermedio de los hechos sucedidos en la cura de los enfermos, de los leprosos, de los ciegos y de los paralíticos, al igual que en la conversión y en la redención de los corazones más endurecidos.
Es evidente que los eventos físicos, de los cuales Jesús fue el instrumento intermediario para que las almas se libraran de sus propios males, no tenían la intención de generar fanatismo ni sensacionalismo.
Los llamados milagros sucedían para intentar despertar a la humanidad de su profunda y mezquina ignorancia. Ellos tenían la intención de elevar a las consciencias, para llevarlas de un estado tan terrestre hacia un estado más espiritual.
En este sentido, los milagros enseñaban la actuación verídica de Leyes inmateriales que intercedían, a través de Jesús, en situaciones graves y complejas.
El mensaje fundamental que el Mesías quería dejar es que toda vida material está regida por una vida espiritual, y que nuestros fundamentos, acciones y hechos cometidos primero parten de lo que es absolutamente invisible y que en todo nos conduce la Fuente de la Creación.
Jesús utilizó todos los medios espirituales para que, por intermedio de Su alegría, calidez y Amor, las consciencias más simples y las menos preparadas aprendieran a encontrar el sentido verdadero de estar en la vida encarnada y, así, descubrieran su misión personal.
La alegría de Jesús, Su sonrisa y cariño impersonal por cada ser podía curar el rincón más profundo de cualquier consciencia, allí en donde existiera la herida más oculta.
Con tan solo mirar a los ojos del miserable o del soberbio, Jesús cambiaba su destino y corregía su evolución para siempre.
¡Les agradezco por imitar la alegría de Jesús!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando se derrota al mal, todo a su alrededor se mueve, ya que sus ideas mayores son disueltas por el rayo del Amor del Creador.
Forma parte de toda batalla un movimiento posterior a lo sucedido porque, en este sentido, el obstáculo que antes mantenía a las almas presas es quebrado por el fuego imperativo de la Voluntad de Dios. Nada queda en el lugar que antes tenía. Comienza el ciclo de la purificación y las cosas más profundas son removidas del lugar en el que se encontraban.
Por eso, hijos, la derrota de una fracción del mal implica muchas consecuencias posteriores, las que permiten transformarlo todo.
Todo lo que sucede en este tiempo, como todo lo que la consciencia recibe, es parte de un misterioso destino que se abre ante sus ojos para poder reconocerlo.
Ha llegado la hora de responder a las necesidades de la luz, ya que el mundo, en su propio hipnotismo, no puede despertar al llamado de una evolución sin límites.
Será necesario cumplir con la parte que nos corresponde. Solo eso ya aliviará muchas cosas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras la mayoría de los uruguayos no busque ni viva la oración del corazón, la nación sufrirá las consecuencias materiales de lo que ha escogido, lejos del Amor de Dios.
Por eso, los que están despiertos deben orar con el corazón ardiente para que, al menos, una parte de la mayoría de los uruguayos algún día reaccione y salga de la inercia en la que se ha colocado.
Será necesario que el amor y la devoción de sus oraciones hagan que este país sea merecedor de la Misericordia infinita, que es capaz de revertir muchos errores sociales y políticos que ya fueron cometidos.
Mientras las almas de este país y la Iglesia rechacen la Voz de los Mensajeros Divinos, enviados por Dios en misión, la vida humana y la vida espiritual de este pueblo será vacía y superficial.
La oración y los actos de permanente arrepentimiento tendrán un efecto desconocido en la nación y los hará tener una vez más en sus manos la tabla de la salvación, la que los liberará de todos errores cometidos.
Aún queda un tiempo más de paz en el Uruguay, pero si no hubiera cambios espirituales grandes, muchas almas quedarán comprometidas, perderán la paz y se sentirán sin salida.
Los que se arrepientan serán perdonados.
Los que se resistan serán juzgados ante los Señores de la Ley porque el destino de Uruguay fue ultrajado.
Tomen consciencia y ya no duerman más.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La consciencia verdadera de lo que es la Vida solo llega al hombre a través del Espíritu Santo. Mi Espíritu Inmaculado y el Espíritu Sacratísimo de Mi Hijo provienen del Espíritu Santo. Pero hoy, quiero revelarles que no es necesario que sean originalmente concebidos por el Santo Espíritu para vivir las Gracias infinitas que vivimos Jesús y Yo hace 2013 años.
El Espíritu Santo transforma todo lo que toca, Su Fuego purifica en Luz todo lo que se aproxima a Él. Un alma que fue tocada por el Espíritu Santo jamás será la misma, aun durante otras existencias en el Reino de los Cielos.
El Espíritu de Dios transforma incluso el destino espiritual de los seres, porque aquel que se abre a recibir un toque glorioso del Espíritu Santo, asume con el Creador el compromiso de servirlo eternamente.
El Espíritu Santo es un misterio para el mundo porque está en todo, y todos lo buscan sin saber cómo encontrarlo. El Espíritu Santo se manifiesta como Fuego vivificador y Don sobrehumano, se manifiesta como Amor que a todo ilumina, como Perdón que a todo perdona, como Paz que a todos irradia.
El Espíritu Santo llega cuando menos se espera, porque en el momento en el que menos se lo busca, sin perder la permanente aspiración a encontrarlo, es cuando el corazón abre espacio para que el Espíritu Santo ingrese.
Para que la morada del Espíritu Santo sea eterna en el interior de los seres, la consagración del alma también debe ser eterna, la oferta del corazón debe ser eterna, la aspiración a servir a un único Dios también debe ser eterna.
El Señor conoce profundamente el corazón de Sus criaturas y sabe cuándo un hijo Suyo se confirma de forma perpetua en la unión con Su Corazón Sacratísimo. Y es en ese momento que el Señor envía Su Espíritu omnipresente para encontrar esa nueva morada.
Como el corazón de los hombres es imprevisible, incluso para ellos mismos, solo Dios conoce la verdad sobre las intenciones y sentimientos humanos, sobre las ofertas y las aspiraciones. Por eso, la única cosa que deben hacer sus seres es estar en oferta permanente y reconsagrarse todos los días ante el Universo de Dios, con el corazón puro y sincero.
Busquen sin buscar, porque así van a ser sin percibirlo; y la humildad, que es el primer Don del Espíritu de Dios, llegará a los que no la conocen y no la conocieron jamás. Solo conoce el Don de la humildad aquel que la reconoce en el prójimo, porque el corazón que está verdaderamente pleno del Espíritu Santo está tan próximo a Dios que no percibe los propios avances y las propias virtudes.
Así fue como Jesús, María y José vivieron el Espíritu Santo. Uno reconocía a ese Santo Espíritu en el otro y percibía cuántos Dones Dios había manifestado en aquella familia, plena de caridad y de humildad; pero ninguno de Nosotros observaba en sí mismo la presencia de ese Espíritu. Admirábamos, en silencio y en oración, las virtudes de los demás; y cuanto más percibíamos el Amor que el otro manifestaba por Dios, más plenos de ese Espíritu quedaban nuestros corazones. Y, en Nuestra vida simple, sin embargo llena de misterios, el Espíritu Santo fue manifestándose.
Por eso, hoy les digo que una llave para avanzar es pensar solo en Dios y fortalecer la virtud del prójimo, para que crezca y se desarrolle siempre. Así, aún sin darse cuenta, sus espíritus se irán preparando para recibir al Espíritu de Dios.
Que la paz y la armonía reinen en cada corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más