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Queridos hijos:
La familia unida es el don más preciado de Dios. La familia es el tesoro original del Proyecto del Padre Eterno.
A través de los tiempos y de las diferentes humanidades, el arquetipo espiritual de la familia estuvo presente para que, en la unión entre sus miembros, se representara la virtud auténtica y espontánea que tiene cada familia.
Cada familia, para Dios, tiene un propósito de vida. Cada familia tiene una meta que alcanzar y concretar; pero esa concreción del propósito espiritual de la familia no se da por separado, sino que la familia, en el ejercicio perseverante del entendimiento, de la tolerancia y del amor, más allá de todas las cosas, permitirá expresar ese don espiritual que cada miembro de la familia tiene que manifestar.
En otros tiempos, como lo fue en la Sagrada Familia de Nazaret, ese Don de Dios, reflejado a través de la familia por medio de la caridad, del servicio y de la ayuda al necesitado, abrió las puertas internas para que nuevas familias se formaran, la célula del Proyecto de Dios se ampliara y las almas que formaron los grupos de familias pudieran alcanzar las mismas virtudes que una vez alcanzó la Sagrada Familia de Nazaret.
Hoy, los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, una vez más, emanan interna y espiritualmente el mismo impulso que fue gestado en el Sagrado Nacimiento de Jesús, para que las familias estén bajo el amparo y la protección de su propósito espiritual, a fin de que las familias del mundo, martirizadas y perseguidas por todas las amenazas de estos tiempos, puedan llevar adelante la expresión de ese arquetipo de familia, que es auténtico y original en cada familia que fue formada.
Por eso, la novena por las familias del mundo entero, en este mes de diciembre, nos recuerda que la familia es el centro de la Nueva Humanidad y el posible cumplimiento de la Voluntad del Padre a través de las familias.
Rezo todos los días por las familias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, con alegría y profundo regocijo, Me encuentro con ustedes en Israel.
Una vez más, el Padre Eterno Me dio la Gracia de poder estar aquí, en Mi Tierra Sagrada, en la Sagrada Tierra de Adonai.
Hoy, los invito a que Me recuerden, no solo como su Madre de Israel, sino también como la Sierva que caminó y pisó este sagrado suelo; que, junto a las fieles seguidoras de Cristo, las santas mujeres, su Madre Celeste compartió y vivió momentos inolvidables.
Quiero que se puedan sentir en su Casa, en la Casa de Adonai.
Que cada lugar que recorran de Tierra Santa pueda representar, para ustedes, sentir y vivir lo mismo que Mi Corazón vivió y sintió por cada hijo de esta humanidad.
Me alegra saber que tendrán la Gracia de conocer Mi Casa, en Nazaret, que podrán estar en el sagrado lugar en donde trabajaba y oraba con Mis compañeras, las santas mujeres, en donde vivimos extensas horas de adoración y de comunión espiritual con el Señor.
Quisiera que ahora, Mis compañeras del final de los tiempos, Mis hijas auxiliadoras y adoradoras del Señor, pudieran recoger en el corazón las más verdaderas y humildes experiencias que su Madre Celeste vivió hace tanto tiempo; experiencias que, más tarde, Me llevaron a vivir Mi Asunción.
Como las santas mujeres del pasado, vivan cada momento, en Tierra Santa, como algo único e imborrable, y fortalezcan su oferta a través de Mi Corazón.
Una vez más, Me alegra tenerlas aquí Conmigo, en la Tierra del Señor, lugar donde Él predicó, sanó y liberó el pecado del mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Ahora llegó el momento de que el corazón humano se vuelva un corazón consagrado, así como lo logró San José.
Que el ejemplo del simple carpintero de Nazaret los motive para poder encontrar la trascendencia de la condición humana, aceptando la imperfección, pero transformándola día a día, así como lo vivió San José.
Que el ejemplo de Su castidad e impersonalidad los invite a buscar el mismo camino, para que sigan atravesando los desafíos de la consagración y de las aspiraciones del alma.
Únanse a San José y sean obreros del Plan de Amor. Construyan las bases de lo nuevo y la renovación llegará.
Imiten a San José en Sus pasos de humildad. Que sus corazones sean resignados pero que sean corazones vacíos, llenos de servicio y de caridad, así como San José lo expresó.
Que en este día de cierre de la tarea de San José, todas Sus instrucciones estén vivas en su interior y que, siendo bendecidos por el Casto San José, sus almas renueven sus votos con el Plan de Amor del Padre Celestial.
Pero recuerden, San José seguirá bendiciendo al mundo.
Ahora le llegó el momento a cada alma de vivir el mismo camino que vivió San José. Es una invitación interna para los que quieran aprender del ejemplo de San José.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando estuve en la Tierra, en Nazaret, y Mi corazón humano y frágil se sentía cansado, Yo Me alejaba de todo y de todos y, solo con Dios, oraba.
Muchas veces no tenía fuerza para orar y la angustia callaba no solo Mi voz, sino también Mis pensamientos. Entonces, arrodillado ante el Señor, Yo Me silenciaba. Permanecía en silencio, sintiendo Su Soplo ingresar en Mi cuerpo, en el aire que Yo respiraba. Buscaba paz.
No le pedía nada al Señor, y todo lo que Yo tenía ya le pertenecía; entonces, solo Me silenciaba y esperaba, vaciando el corazón del miedo y de las angustias y encontrando fortaleza en ese silencio profundo que Yo compartía con Dios.
¿Por qué hoy les digo esto?
Porque conozco lo más profundo de sus corazones y sé que, bajo la presión de estos tiempos, se ven cansados, angustiados e impulsados siempre a una transformación mayor, a un paso más profundo en lo desconocido.
Por eso les enseño, hijos, que aun en las debilidades, su fortaleza se encuentra en Dios. Y, cuando no tuvieran palabras ni sentimientos para compartir con el Señor, solo silénciense y busquen la paz, compartiendo el Silencio de Dios. Su Soplo Divino les revelará esa paz.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Piedad, ¿puede subir al palco con un micrófono?, por favor, colóquese a mi derecha.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy he venido del Cielo con un mensaje de reconciliación, porque Mi deseo ardiente de Madre es que todos Mis hijos tengan la Gracia de poder conocer el Cielo, de liberarse del sufrimiento y del dolor, de todo lo que hoy vive el mundo.
Con una dulzura maternal hoy los contemplo, porque contemplo el dolor del mundo, la agonía que viven muchos de Mis hijos.
Pero hoy quiero llevarlos al Cielo, en donde existe su verdadera realidad. Dios Me ha pedido, en este día, llevarlos en consciencia al Cielo para que, por un momento, en el Reino de los Cielos, sientan la Paz, el Amor de Dios y la alegría de estar cerca de Él.
Mis pequeños hijos, ya no sufran más. Dios conoce sus pesares, Dios conoce su silencio, Dios sabe de sus corazones, así como Yo también sé, porque soy su Madre.
En consciencia, lleguen al Cielo Conmigo y sean iluminados por la energía celestial, en presencia de los coros angélicos.
Queridos hijos, están ante el Universo de Dios. Allí deben regresar, algún día, con todo lo aprendido en la Tierra, con la alegría de saber que pueden superarse todos los días por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús, por la obra de humildad del Castísimo Corazón de San José, por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
El mundo no quiere mirar a Dios, por eso hoy Yo los llevo Conmigo al Cielo, en alma y en consciencia, en donde podrán encontrar la paz y la alegría de saber quién en verdad es cada uno de ustedes.
Eleven sus consciencias a nuevas dimensiones. Yo estoy aquí, no tengan miedo, sé lo que necesitan. Yo escucho a sus almas, así como escucho la voz de los ángeles que le cantan a Dios eternamente.
Mi Amor por ustedes es invencible.
En el Cielo no existe el error ni el temor, sino la bienaventuranza de estar en Dios por haber cumplido Su humilde Voluntad.
Yo llevo en Mi Corazón el dolor del mundo entero, en este tiempo de pandemia, en el que todas las almas están tomando consciencia de que se olvidaron de algo fundamental, se olvidaron de Dios. Yo hoy los llevaré hacia Él. He venido para eso.
¿Qué es lo que más quieren de sus vidas, hijos Míos? Solo deben querer estar en Dios, para que Él les haga sentir la suavidad de Su Alma, el Amor de Su Espíritu, la Sabiduría de Su Mente Universal.
Hijos, en el Cielo existe la Verdad que los originó y los expresó como esencias. Ya están Conmigo en el Cielo, ¿lo pueden sentir en su corazón?, es el lugar más seguro para sentir a Dios.
Él está allí, Él es su Padre, el Padre de Brazos abiertos, de Corazón expandido, la Consciencia Única, el Amor incondicional.
Cuántos coros hoy están aquí Conmigo por ustedes, así como por el mundo entero, tocando lo más profundo de las almas para que despierten sus virtudes y dones, para que sean embajadoras de la Paz.
En el Cielo no existe la desesperación ni la inquietud, sino la alegría de estar en Dios y de glorificar Su Nombre, así como los ángeles glorifican el Nombre de Dios.
¡Cuántas almas hoy no encuentran esta Gracia que hoy ustedes encuentran!
En este momento, hijos Míos, sus almas están libres de la prisión material. Mientras Yo derramo Mi Luz sobre el mundo, traigo para ustedes la Verdad que es Dios, desde el principio.
Hijos amados, el Cielo los espera después de esta vida en la Tierra.
Sigan rezando Conmigo, todos los días, por el triunfo del Corazón de Dios en el mundo y por la salvación de los pecadores.
El Cielo viene Conmigo en estas últimas instancias, en las que su Madre Celeste cumple un ciclo junto a Sus hijos, después de doce años.
¡Cuántos recuerdos tengo de Aurora! El aroma de su amanecer, el rocío sobre los naranjos, la luz en los rostros que, en la simplicidad de la vida, esperaban por Mi llegada. Esa es la Aurora de Mi Corazón, es la Aurora de los redimidos, Aurora de los pioneros, de todos los que pasaron por ella con la esperanza de la cura y la redención.
Cuando Yo ya no esté, Mi Luz estará en Aurora, así como Aurora estará en el Cielo a la espera de los autoconvocados que prepararán el retorno de Mi Hijo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora nuestra Madre Divina está mostrándose sobre Aurora. ¡Es tan hermoso ver eso!, ¡tan simple!
Felices los que reconocieron Mi llamado en Aurora y le dijeron sí a Dios.
Felices sean los que llegaron a Aurora para curar las dolencias de sus corazones.
No puedo explicar, hijos Míos, lo maravilloso que he visto en ese humilde lugar. Me sentí regresando a Nazaret, una y otra vez, al encuentro de Mis hijos.
Hoy Dios sigue escribiendo. Él sigue escribiendo la redención de los perseverantes, la entrega de los incondicionales.
Aurora está de pie en su mayor recogimiento y silencio. Su Amor está de pie en los que han creído en ella, porque llevarán en sus almas ese recuerdo para siempre, aunque hoy ya no estén aquí. Rezo por ellos.
Aurora es uno de los Cielos de Dios. Por segunda vez, Él se hace pequeño y pobre, pero esta vez en el corazón de los que llegaron a Aurora, así como Él se hizo pequeño en el Corazón de Su Hijo.
Es así que hoy traigo la Cura espiritual para el mundo entero y les digo, hijos Míos: "no hay tiempo, ya no hay tiempo". Arrepiéntanse, reparen el Corazón ofendido de Dios, para que la paz se vuelva a alcanzar en el mundo, para que Yo tenga más razones para volver aquí hasta el fin de los días, hasta que Mi Hijo regrese al mundo. Eso es todo lo que deseo por el bien de la humanidad y del planeta.
Agradezco la novena realizada a San Rafael Arcángel. Él le concedió al mundo este momento y esta oportunidad. Por esta razón, hoy estoy aquí, para que reciban el Cielo de Aurora en ustedes, cura espiritual para la humanidad.
Estos son Mis últimos momentos, hijos Míos. Deseo tanto estar con ustedes, deseo tanto volver a la Tierra para seguir recogiendo los frutos de su oración y los milagros de la Adoración Eucarística.
“Poderosa Energía de Dios, convierte en este momento todo lo que aún no se ha redimido, por los méritos de la dolorosa Pasión de Mi Hijo y de la dolorosa Pasión espiritual de la Madre de Dios, por los méritos de las siete agonías de Cristo, los siete dolores del Corazón Inmaculado de María y por el ejemplo de humildad de San José”.
Hijos Míos, hoy Mis Palabras se anuncian a través de algunos silencios para que recuerden, en este tiempo, cómo estar en el Cielo aunque estén en la Tierra, porque lo necesitarán.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Hoy el mundo ha recibido una ayuda profunda y espiritual, así como todas las almas que Me escuchan en este momento.
Antes de irme, deseo enviar un mensaje a Mi hija Analía, de Buenos Aires, Argentina, a su amado esposo, Gustavo Contreras, a Mi pequeño amor, Mi pequeña niña, a la que tengo en Mis Brazos en este momento.
Querida hija Mía, Analía, Dios aceptó tu sacrificio, y Yo tendré a tu hija en Mis brazos para siempre, la guiaré en esta escuela de la Tierra. No importa lo que suceda, confía en el triunfo de Mi Corazón a través de tu experiencia, de tu entrega de amor.
No es la primera vez que has estado Conmigo en el Cielo. Yo he enviado a la Tierra muchos ángeles para que sirvieran a la humanidad a través de la maternidad y del amor de muchas madres en el mundo.
Rezo a los pies de tu camilla, en el sanatorio. Siempre estaré contigo, hija Mía.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia.
Mi Luz sobre ti y sobre todos Mis hijos.
Hoy les hablo así, hijos Míos, tan suavemente, porque Mis Palabras deben llegar a sus almas, a lo más profundo de sus corazones, en donde siempre reconocerán la verdad.
Estoy muy agradecida. Las cosas simples, las entregas verdaderas, las oraciones sinceras, el servicio incondicional, siempre tocarán el Corazón de Dios y Él tocará sus corazones con Su Amor Eterno.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de la Santísima Virgen María, por el triunfo de Su Inmaculado Corazón, escucharemos el “Ave María” de William Gómez.
Queridos hijos:
Como Señora de la Natividad de Jesús los invito a que, en este tiempo, a través de la oración, construyan en ustedes un pesebre interior para que sus almas, unidas a la de Cristo, puedan renacer y renovarse en los atributos de la Sagrada Familia, para que esa Sagrada Familia Universal hoy pueda ser una realidad en este planeta.
Para eso, hijos Míos, hoy muchos preparan la llegada del Niño Rey armando sus pesebres para recordar ese importante hecho del Nacimiento de Jesús como una puerta a la liberación de la esclavitud humana y a la redención de los errores del hombre de la superficie de la Tierra.
Hoy, su Divina Madre contempla de manera especial la creatividad en la preparación de los pesebres, y eso es muy importante, porque cuantas más almas preparen amorosamente sus pesebres, permitirán que el Sagrado Espíritu de la Santa Familia de Nazaret pueda estar presente en el núcleo de las familias.
Para la vigilia especial de nochebuena, del 24 de diciembre de 2019, invito a todos Mis hijos a que este año envíen sus fotos de los pesebres para que sean presentados como una oferta interna de compromiso en la protección del amor en las familias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En la víspera del comienzo de la poderosa novena del Misterio del Rosario por las familias del mundo*, les pido, hijos Míos, que tengan presente que, en cada nuevo ofrecimiento del Misterio del Rosario que ustedes realizarán, Yo, como Madre de las familias del mundo, estaré allí, al lado de cada corazón orante, que estará por amor y misericordia respondiendo a Mi llamado.
El sentido interno de esta próxima novena, no solo será colocar a las familias divididas y distraídas del mundo entero en el Corazón Misericordioso de Dios, sino que también será preparar a los orantes y a los devotos para el día de la sagrada Nochebuena; momento en el cual el Divino Hijo, desde el plano espiritual, impartirá Su bendición sacerdotal sobre todos, especialmente sobre las familias del mundo entero, a fin de que los Atributos de Dios, los que estuvieron en la Sagrada Familia de Nazaret, vuelvan a estar presentes en las familias de hoy.
Por ese motivo, hijos Míos, tengan absoluta confianza en que sus oraciones retirarán a las familias que están en peligro, de situaciones oscuras y desagradables que afectan el sostén de los matrimonios, así como la estabilidad emocional y psíquica de los niños.
Esta próxima novena intentará ser un bálsamo de luz y de amor que se expandirá a través del verbo orante, mediante la intercesión del Castísimo Corazón de San José y del Inmaculado Corazón de María.
Que por medio de esta amorosa novena del Rosario por las familias del mundo entero puedan descender las gracias de la unidad familiar, de la fortaleza en los matrimonios y de la paz para todos los hijos de cada familia para que los ángeles de la guarda resguarden los pasos de cada miembro familiar.
Por esta respuesta que todos los orantes le estarán dando a la Purísima Madre de Dios, ¡Yo les agradezco desde ahora por responder a Mi llamado!
Recuerden, hijos Míos, recitar por una sola vez, después del Misterio del Santo Rosario, la oración a la Sagrada Familia de Nazaret.
Los bendice para esta sagrada tarea espiritual,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
*Ejercicio espiritual para realizar delante del pesebre de Navidad, durante nueve días, desde el 16 al 24 de diciembre de 2018. Aquí más informaciones.
Mientras Nuestros Sagrados Corazones hoy están aquí, presentes entre ustedes, su Madre Celeste abre las puertas para que una legión infinita de ángeles invada la Tierra, con el fin de derramar sobre esta humanidad las Gracias de Dios, las que una vez la Sagrada Familia de Nazaret recibió en el Pesebre de Belén.
Esos mismos méritos que fueron concedidos a los Tres Sagrados Corazones están llegando, por intermedio de San José Castísimo y de su Madre Celeste, a todas las familias del mundo.
La legión de ángeles que hoy envía su Madre Celeste en dirección a los cinco continentes tiene el Propósito divino de disipar y de desarmar los planes de Mi adversario.
Cada oración que hoy fue pronunciada con la sinceridad de sus corazones, hijos Míos, permitió que los Sagrados Corazones expandieran sus Gracias sobre este mundo sufrido y dividido.
Quisiera que ese mismo impulso espiritual emergiera de sus corazones para que una nueva familia espiritual nazca, primero en sus esencias, para después emerger en la consciencia de la humanidad, libre de separaciones, ultrajes e indiferencias.
Hoy, la Sagrada Familia llega por intermedio de sus corazones a las familias que son esclavas del trabajo, de la explotación manual y de la venta de miles de vidas inocentes, que están presas por las cadenas de otros hombres en este mundo.
Sus oraciones llegaron a todos esos corazones que perdieron la fe y la confianza en Dios, porque sus vidas estaban completamente vacías.
Por último, quisiera, hijos Míos, que en este día de bendición espiritual ofrecieran la Eucaristía por la reparación interior de los corazones heridos por tantos ultrajes y explotaciones.
Agradezco a los que hicieron posible Mi venida a la Argentina y espero estar pronto junto a Mis hijos para alabar a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Divino Pesebre dentro del seno de la familia mundial revela la Presencia de la Santísima Trinidad a través de los Sagrados Corazones de Jesús, María y San José.
La veneración verdadera, humilde y orante al Divino Pesebre de la Sagrada Familia, simboliza la unión interna del alma que venera con las bases esenciales de los Dones y de las Virtudes de la Sagrada Familia.
En ese sentido, la Presencia de la Sagrada Familia dentro del seno espiritual de las familias del mundo, genera y crea la condición necesaria para que cada miembro familiar, cada consciencia o persona humana que integra el núcleo de la familia terrestre, pueda participar interiormente de los valores morales, espirituales e internos que la propia Familia de Nazaret encarnó y vivió en los tiempos pasados.
Por eso, tener consciencia de todos los atributos humildes e internos que fueron expresados por Jesús, San José y María, construye en la consciencia que los contacta el camino de la redención.
Ahora, en tiempos de crisis en los que la familia, como centro de la sociedad y de la modernidad, es influenciada, atacada y disuelta por las formas y por las tendencias humanas, ella debe recuperar el sentido de su existencia y el camino de su propósito para estos tiempos.
La familia de esta era y de este ciclo es uno de los proyectos más osados y complejos de poder manifestar, conducir y guiar hacia la meta del espíritu.
La unión primordial con el Proyecto vivido por la Sagrada Familia hace más de dos mil años vuelve a colocar en el sendero de la Luz, de la compasión y del perdón a todas las familias de la actualidad que se decidan a reencontrar el propósito grupal que vinieron a cumplir.
A pesar de que cada miembro de la familia es, en este tiempo, un espejo de su propia realidad interna, cabe resaltar que la cura y la reconciliación entre los miembros de una misma familia constituye uno de los objetivos más urgentes en el fin de estos tiempos, tanto para las familias que aún se mantienen íntegras como también para las familias que por diversas razones se han dividido o separado, siendo el adversario la causa espiritual de esa división.
Con el fin de cortar esa cadena milenaria de separación, división o maltrato en el seno de las familias de estos tiempos, es que su Madre Celeste está empleando y solicitando la elaboración y construcción del Pesebre de Belén, ya que las familias del mundo, lejos de las modernidades y de todas las tendencias humanas, precisarán percibir conscientemente cómo se encuentra el estado interno familiar de cada miembro y también cómo se encuentra el estado interno de las grandes familias espirituales en las comunidades y en los grupos religiosos.
Si en este ciclo, ciertos patrones alterados de conducta y comunicación están presentes y prevaleciendo, significa, hijos, que toda la base familiar, social e interna de la familia en sí, deberá ser completamente renovada.
En este tiempo, el sentido de la alianza familiar es un camino y un propósito fundamental que llevará a gestar en cada consciencia, así como en cada miembro familiar, el espíritu de la unidad y de la consideración para con el prójimo.
Si en el tiempo actual, las familias desconsideran el divino modelo de la Sagrada Familia, al final de este siglo XXI, la humanidad como un todo, habrá sustituido dentro de su propia consciencia la esencia del amor en la familia por las influencias de los medios, de los estímulos y de las realidades externas que provienen de lo que la propia humanidad considera innovador.
Para preservar de todo, la cultura de la familia y a sus miembros, será necesario consagrar a cada uno de ellos a la Sagrada Familia de Nazaret.
Esa consagración deberá llevar a la familia a abrirse al camino de la oración y de la verdadera Comunión con Cristo porque, en verdad, Él es el modelo principal en la integración de las familias por medio de la Esencia Crística.
El Padre Celestial, en Su Infinita Misericordia y Piedad, aspira a que el principio y el sentido del propósito de las familias del mundo pueda ser recuperado y acogido por todos los seres humanos.
La familia de hoy es el principal objetivo de búsqueda y de conquista por parte de las fuerzas del caos, que promueven su división, con astucia e inteligencia.
En esta próxima Natividad del Señor, la intención de su Señora y Madre Celestial es poder trabajar, a través del Pesebre, en la recuperación inmediata de los valores espirituales que las diferentes familias necesitan en este tiempo para poder sobrevivir y atravesar el fin de este ciclo.
Por eso, cada oración hecha con amor hacia la Sagrada Familia de Nazaret constituirá esa fortaleza inquebrantable que las familias del mundo necesitarán para aprender a sobrevivir a todas las interferencias e influencias de estos tiempos críticos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Bendice a todas las familias del mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sientan Mi presencia como un bálsamo que los calma y les trae esperanza y renovación.
Sientan Mi Divino Espíritu como una Fuente de Paz para sus vidas.
Sientan, en Mi presencia, la posibilidad de perdonar el pasado y de recomenzar.
Vengo como el sol que nace en la mañana, para dar al mundo una nueva oportunidad de ver la Luz. Vengo a encender esa Luz en sus vidas.
Vengo como el agua que brota de una nueva fuente, dando a la naturaleza la esperanza de la renovación de la vida. Hoy, Yo renuevo sus vidas.
Vengo para abrir, una vez más, un nuevo ciclo y una nueva puerta hacia la redención.
Vengo para que todos Me conozcan y, a través de Mí, conozcan a Dios; porque Mis palabras no provienen de Mí, sino de Su Santa Voluntad.
Vengo a unir lo que el hombre separó y a demostrar que todas las religiones, todas las culturas, todas las líneas de verdadera sabiduría, se encuentran en una búsqueda fuera de lo común: la vivencia del Amor. Vengo, como Portadora de ese Amor, a abrir las puertas para la unidad entre los seres.
Ya no separen lo que debe unirse. Mi Hijo no vino al mundo para crear religiones. Fue la incapacidad del hombre para vivir Sus palabras que hizo que las religiones fueran creadas, para que cada uno siguiera el camino que le permitiera comprenderlas, hasta que un día pudieran descubrir el Amor y la Unidad, cuando todo lo que está separado se vuelva a unir.
Hijos, Yo vengo a abrir las puertas de esta Casa para que sea Mi Casa, en la cual pueden buscar auxilio. Vengan y aprendan a rezar Conmigo, así como aprendieron las mujeres de Nazaret y de Jerusalén.
Vengan sin distinción de credos y de razas, para que Mi Amor pueda unirlos.
Vengan buscando el perdón y las puertas hacia la redención que aquí abrí para sus almas.
Vengan para reconciliarse con Dios y encontrar en Su Sierva un camino para imitar y seguir.
Esta no es una nueva iglesia; esta es la Casa de Su Santa Madre, la Madre de todos los pobres, la Madre de todos los que carecen de algo.
La humanidad necesita comprender que, mientras esté en este mundo y presa de él, será pobre, porque la verdadera riqueza se encuentra en el Reino de Dios, donde renunciando a todas las cosas, los seres viven la verdadera libertad y son colmados del mayor tesoro de la Creación: la unidad con el Divino.
Hijos, permítanse recomenzar sus vidas y tener, para sí mismos, nuevos principios, nuevas metas, nuevas aspiraciones. Ábranme las puertas de sus casas y de sus corazones.
No vengo a traerles otra cosa sino la Paz. Vengo a darles a conocer Mi Amor, para así liberar de sus vidas el mal que las oprime.
Vengo a consagrar, con la Santidad de Mi presencia, a esta ciudad y a todos los que Me digan sí. Y de la misma forma como la Sagrada Familia que, con Su vida simple en Nazaret, transformó la perdición de aquella pequeña ciudad y preparó el camino para la vida pública de Cristo, ahora retorno en Espíritu Divino, para que junto a Mis hijos, podamos liberar y transformar espiritualmente a esta pequeña ciudad, para preparar el retorno de Mi Hijo y para que no ocurra, como en Nazaret, donde, a pesar de todo, muchos no pudieron recibirlo.
Ábranse de corazón, hijos Míos, para que este ciclo renueve sus vidas.
Reconozcan la pobreza y la necesidad de sus corazones y dejen que Yo les muestre el camino hacia la verdadera plenitud.
Consagren sus vidas a la oración. Establezcan, para sí mismos, metas de Paz y ya no nieguen el Amor del Redentor, porque Él viene para tornarlos dignos de mirar a Sus ojos, de tocar Su Corazón, de reposar la cabeza sobre Su pecho y de sentir Su Majestad, aliviados, porque el tiempo de la Redención ya habrá llegado.
Yo los amo y los invito a ingresar Conmigo en un nuevo ciclo de Paz.
Con Mis manos, los bendigo. Con Mi Amor, los libero. Con Mi amparo, los protejo y los llamo a reconocerse como Mis hijos.
Vengan y oren Conmigo. Creen unidad entre las religiones y los corazones en esta casa. Que la búsqueda por la Paz y la perpetua oración los unifique en Dios.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
La Natividad de Jesús…
En aquel tiempo en que la presencia de Cristo fue fundamental para la redención de la humanidad, la Sagrada Familia, después de haber pasado tres días en Belén, a pedido de Dios se dirigió a Nazaret en donde la Divina Familia se prepararía para acompañar los primeros e importantes años de la vida de Jesús.
En el momento del nacimiento de Cristo, después de la visita de los reyes de Oriente, la Sagrada Familia fue buscada por otras consciencias que, como peregrinos de Dios, iban al encuentro del pequeño niño en Nazaret.
Recordamos que la profecía sobre el nacimiento del Mesías también fue confirmada por la sagrada estrella de Belén y por todos los ángeles, que anunciaron el nacimiento de Cristo en diferentes pueblos de toda Israel.
Fue tan importante la venida del Mesías que hasta los más apartados de la verdad y del amor, en sueños, tomaron consciencia de que una luz infinita había llegado al planeta.
La Sagrada Familia siempre se mantuvo austera, humilde y simple; esa era su misión principal, mostrarse como verdaderamente era para que los principios de la Misericordia del Universo, a través de Jesús, de María y de San José, pudieran llegar a la humanidad.
Recuerden, queridos hijos, que hace más de dos mil años la humanidad estaba a punto de autodestruirse y de salir definitivamente del Plan del Creador, porque podría haber ingresado en una profunda decadencia.
El nacimiento de Jesús le trajo al mundo la posibilidad de reintegrar su vínculo espiritual y su filiación con el Padre, algo que se estaba corrompiendo por las acciones de los hombres.
Jesús, en Nazaret, aún siendo niño trabajó en los primeros pasos internos para la redención de la humanidad y en la construcción de una nueva consciencia en la Tierra, por medio de la reaproximación a la Fuente Divina.
La Gracia de Dios estuvo en todo momento, especialmente en Nazaret, cuando la Sagrada Familia vivió una etapa de unión más profunda con el Creador a partir de la presencia de Jesús como el pequeño Salvador.
Jesús siendo niño tenía consciencia sobre la urgencia de rescatar a la humanidad. Cuando el Pequeño Niño tenía tres años de edad, abrazó con amor y simplicidad la manifestación de este Propósito que el Padre le colocaría a sus treinta y tres años.
Aun Jesús siendo niño trabajó junto a los ángeles que lo rodeaban, en los mundos internos de la humanidad.
Veamos un ejemplo de esto:
Puedo decirles, queridos hijos, que a los tres años, Jesús ya ofrecía con Su pequeña consciencia algunos sacrificios que eran bien visibles para todos, como el de no tomar agua ni tampoco alimentarse por algunos días.
Sabíamos, como parte de Su Familia, que el Padre en aquel tiempo ya estaba cumpliendo con Sus Designios, porque toda la vida de Jesús estuvo colmada por el Espíritu Santo; era el propio Dios hecho hombre y consciencia humana que venía para rescatar la consciencia de la humanidad.
Jesús siendo niño desenvolvía acciones espirituales y sobrenaturales al momento de tomar contacto con la Fuente del Padre, que con amor y dulzura brotaba desde Su pequeño Corazón.
El Niño Jesús concedía muchas Gracias, estados para las consciencias que permitían revertir la condición humana y su deuda ante la Ley. El Pequeño Niño trabajaba silenciosamente y, a pesar de ser tan pequeño, los Arcángeles muchas veces obraban a través de Él. Por ejemplo, en una etapa de la vida de Jesús, el Arcángel Gabriel concedía cierto tipo de milagros a las almas, las que no solo transformaban sus vidas, sino que también liberaban los lazos que ellas tenían, al tomar contacto con el pequeño Niño Jesús.
La Sagrada Familia dedicó los primeros años de vida de Jesús para realizar servicio, y uno de los principales oficios de San José fue lo que ustedes conocen como la carpintería; en verdad, la humilde carpintería de San José era el templo de los milagros y de las conversiones.
El servicio que ofreció la Sagrada Familia físicamente a la humanidad, en los primeros años de vida de Jesús, fue para restablecer en la consciencia humana la necesidad de servir al otro, al semejante, con el fin de reactivar el espíritu de la caridad y de la fraternidad.
San José se empeñó para que esa simple carpintería en Nazaret fuera capaz de acoger a las almas sufrientes, para convertirlas en almas plenas por el alivio del Señor.
Mientras San José llevaba adelante Sus trabajos en la carpintería, al mismo tiempo enseñaba a los niños de Nazaret a construir algo evolutivo en sus pequeñas consciencias. Así Jesús en muchas ocasiones participaba de esos encuentros, y la unión y el amor que se daba entre Jesús y San José eran capaces de tornar esa carpintería en un momento de elevación y de devoción a Dios, al punto que de forma inexplicable los trabajos de carpintería eran milagrosamente finalizados por los ángeles.
La Sagrada Familia a través de la esencia del servicio, consiguió ayudar a revertir la precariedad espiritual humana con una potente energía de amor y de caridad.
La Santísima Madre dedicaba Sus espacios de oración para entablar una unión más profunda con Dios y también para revivir en Su Espíritu el sacrificio que Su Amado Hijo viviría y que, por revelación del Arcángel Gabriel, María ya tenía consciencia de ese momento.
Durante los primeros doce años de Jesús, los santos arcángeles le mostraron a la Santa Madre la preparación espiritual y consciente que el Divino Hijo viviría en aquel entonces.
La Santa Madre desde aquel tiempo se resignó como esclava ante Su Padre Eterno, dejando en completa y humilde libertad al joven Jesús para que Su Misión se cumpliera así como la sagrada profecía lo indicaba.
En toda la etapa primaria de la vida de Jesús, la Sagrada Familia fue conducida por los santos ángeles hacia las necesidades que debían ser suplidas en la consciencia de la humanidad. En ese sentido, la Sagrada Familia aportó a la consciencia humana la oportunidad de ser reintegrada en el Proyecto del Creador a través del sacrificio de Cristo.
Fueron muchos los Dones y las Gracias durante la primera etapa de la vida de Jesús, los que crearon las bases principales para todo lo que el Pequeño Niño viviría en Su santa adultez.
Desde el nacimiento de Jesús, la humanidad tuvo la oportunidad de conectarse con la esencia del amor, aun después de que Cristo hizo Su entrega final en la Cruz.
En este tiempo en donde los valores de la Sagrada Familia perdieron la atención del hombre de superficie, los Mensajeros Celestiales vienen a su encuentro, al encuentro de una humanidad nuevamente precaria en todos los sentidos para que, por amor y misericordia, ella despierte del profundo sueño de la ilusión y recuerde que debe amar a su semejante, que debe servirlo y ayudarlo a curar su consciencia por medio de actos de fraternidad y de hermandad.
La Sagrada Familia se aproxima a la humanidad con el fin de reparar la consciencia humana y de retirarla de todos los errores que ella comete por medio de las guerras, de los conflictos, de la indiferencia así como de la destrucción y el dominio de los Reinos de la Naturaleza.
La Sagrada Familia invita a todos a que en esta Navidad el Cristo Interior pueda nacer a partir de una comunión íntima con el Creador, así la Tierra será repolarizada hacia la Luz que ya perdió.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Por todos los que se esforzarán para concretar esta última parte de la peregrinación, estaré muy agradecida.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Santa María, San José y el Niño Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, estamos colocando al mundo, queridos hijos, ante la Fuente de Dios, desde donde surgieron Nuestros Sagrados Corazones para promover en el mundo la Paz y la Misericordia de Dios.
Hoy, veo a todos sus corazones y a los corazones de sus hermanos en el mundo como a esos nuevos pastores que, recibiendo el anuncio de la venida del Cristo interior, caminan al lado de los Mensajeros Celestiales para que se pueda cumplir en este planeta la gran promesa de los mil años de paz.
Es así, queridos hijos, que con el gozo del Espíritu Santo, hoy se presentan Nuestros Tres Sagrados Corazones para que, una vez más, las familias del mundo se puedan unir en el amor y en la fe, y así puedan terminar con la separación y la indiferencia que somete a muchas familias del mundo.
En verdad, les pregunto, queridos hijos, qué es lo que hoy celebra la humanidad, ¿el Nacimiento del Rey o la perdición de las almas?
Quiero que sientan en Mi Corazón la Luz Sacratísima de Mi amado Hijo. Hoy, lo traigo en Mis brazos como el pequeño Niño Jesús para que Él haga humildes sus corazones, para que Él haga pacíficas sus vidas y así se realice el Plan de Amor de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:
Queridos compañeros, siervos de Mi amado y pequeño Hijo, Mi Casto Corazón hoy resplandece mucho más que mil lirios, porque Mi Corazón Sagrado emana los aromas sutiles del Universo Celestial y, como Padre de las almas pobres y carentes, envío a Mis ángeles servidores para que recorran, en esta hora, los lugares más oscuros del mundo en donde las almas necesitan de la Luz de Dios y de la guía de Mi Casto Corazón para no caer en los errores de siempre.
A ustedes, queridos compañeros, siervos de la Sagrada Familia, les pido que celebren esta noche el Nacimiento de Jesús, recordando este importante acontecimiento en la humanidad, en el que un antes y un después fue vivido por esa raza más primitiva.
Quiero que, así como Mis ovejas, pastoreen por nuevos universos, en donde sus consciencias se puedan expandir un poco más, y la sagrada promesa de sus corazones de vivir en el Reino de Dios y de traerlo hacia la Tierra se pueda cumplir en la humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Estoy en los brazos de Mi Santa Madre porque tengo en Mi Corazón a cada alma de esta humanidad que, por más que sean indiferentes a Mi Nacimiento, Yo conforto a todas las consciencias con los Rayos de Mi Misericordia y de Mi Gracia para que las almas renazcan en la vida espiritual y en la paz, que serán tan necesarias en estos tiempos en los que la humanidad se transformará fuertemente.
Como el pequeño Rey del Universo, abro Mis Brazos sobre el mundo y marco a esta consciencia del planeta con la señal luminosa de la cruz de Mi Corazón que, desde el principio de Mi Nacimiento en Nazaret y cuando Yo di Mis primeros pasos, Yo ya viví el sacrificio por cada uno de ustedes en Nazaret, aunque tuviera tan solo algunos meses de vida.
Vean así, Mis compañeros, cuán grande es la Misericordia de Dios por el mundo. Necesito que sus corazones, en esta noche en la que el orgullo y la vanidad florecen en el mundo, hagan pequeños sacrificios para que Mi pequeño Corazón de Niño y de Rey pueda ser aliviado por cada uno de ustedes.
Por eso, hemos venido, en esta noche especial, para anunciarle al mundo la Misericordia de Dios que todavía está disponible para aquellos corazones que la quieran buscar y vivir en estos tiempos.
Hoy, la Sagrada Familia de Nazaret intenta espejar sobre la humanidad el mismo principio de Su Concepción Divina. Es así, que desde lo alto del Monte Shasta, en donde brilla Mi Santo Grial, son irradiados los códigos de la paz para que las almas cumplan la promesa de esperar Mi segunda Venida al mundo.
Ahora, Nuestros Sagrados Corazones, a través de la Hermana Lucía, daremos más Palabras de Luz para el mundo, pero les pedimos que se conecten a este momento, en el que todos los ángeles del Cielo se postran ante la Sagrada Familia que irradia Su espíritu de humildad, de simplicidad, de caridad y de Amor para cada corazón que, no importando cómo esté y cómo sea, quiera recibir Nuestras Sagradas Presencias de Amor y Misericordia.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, con Nuestra Presencia, aquí en esta noche, vinimos a transformar, en esta humanidad, el sentido de la conmemoración de este día. Vinimos a recordarles a los corazones del mundo que Cristo no solo nació hace más de 2016 años; Él espera nacer, hijos Míos, todos los días y todos los años en el corazón de cada uno que se abre a Su nacimiento.
Vinimos a traer al mundo los principios de la Vida Crística que se expresaron en cada uno de Nuestros Sagrados Corazones.
De esa forma, hijos, traemos una última oportunidad a este mundo de expresar la familia universal, de vivir el verdadero Pensamiento Divino para el corazón humano. Eso no es difícil, está al alcance de cada uno de ustedes, porque solo vivimos en simplicidad, en amor y en devoción a Dios Altísimo.
Nuestros Sagrados Corazones, hijos Míos, solo se abrieron desde el principio de su existencia para responder al Llamado Divino; y cada uno de ustedes que escucha Mis Palabras y también los que no Me escuchan se abrieron para vivir este Principio Divino. Por eso, llegaron a este mundo para seguir el ejemplo del Hijo de Dios que se tornó carne en cuerpo, mente y alma para que sintieran la semejanza que hay entre el Creador y Sus criaturas.
Hoy, con Mi pequeño Hijo en los brazos, y contemplando el Santo Grial que contiene los códigos de Su Pasión y también de Su Vida, irradiamos a todo el planeta cada segundo de la existencia de la Sagrada Familia, para que este Espejo de Amor y Unidad con Dios haga despertar a los espejos de sus corazones y crear así, hijos Míos, en esta noche, una gran red de Luz para rescatar a aquellas almas de Mis pequeños hijos que están en el mundo, cegando sus ojos, sofocando sus almas con las ilusiones y distracciones de este mundo.
Les pido, hijos, que abran sus corazones en esta hora para que Mi Inmaculado Corazón, como el Gran Espejo Universal, despierte en sus espíritus el don de espejar la Voluntad Divina, para que en estos tiempos puedan reflejar junto a Mí los principios de una nueva vida.
Como Sagrada Familia, formamos un Gran Espejo de Luz y nos unimos a todos los espejos del Cosmos para atraer hacia la Tierra la gran oportunidad que los ayudará a superar los tiempos que vendrán y, más que eso, a vivir la Voluntad de Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:
Queridos hijos y compañeros de Mi Casto Corazón, más que palabras, en esta noche solo quisiera que sintieran Nuestra Presencia en sus espíritus, en sus corazones; porque de una forma simple, así como somos, quisiéramos despertarlos definitivamente para que aprendan a vivir el amor y la unidad con Dios, sin necesidad de experimentar el sufrimiento.
No es la Voluntad del Señor que Sus criaturas sufran, porque este planeta es el planeta del amor, pero depende de cada una de Sus criaturas las elecciones que harán de los aprendizajes que vivirán en este mundo.
Si aprendieran a renunciar, a rendir sus espíritus en los Altares Celestiales, colocando su cabeza en el piso, humildemente, sin necesidad de que las experiencias de la vida los quiebren por dentro; aprenderían, hijos Míos, cómo es simple, en verdad, llegar a Dios.
Deberían vencer sus resistencias, rindiéndose ante Dios, porque Él es el verdadero vencedor de este mundo y de todos los otros.
Dejen que Él los venza, que haga de sus vidas una gran victoria en todo el universo, en toda Creación.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Queridos compañeros de Mi Sagrado Corazón, hoy vengo como niño, como un pequeño Hijo de Dios para que, con este ejemplo, comprendan que Dios se manifiesta en los pequeños de corazón, en aquellos que se abren para vivir la pureza y que como niños permiten que el Creador ingrese en lo más profundo de sus seres y los transforme en dignos hijos de Dios, así como Yo Soy.
Yo vengo, en esta noche, como un ejemplo para todos los corazones del mundo. Permitan que Yo nazca dentro de ustedes, porque para eso estoy aquí. Cuando retorne al mundo, quiero mirar a sus ojos y ver un espejo de Mi Presencia Divina. Quiero encontrarme dentro de ustedes y vivir la perfecta unidad que Mi Padre pensó desde el principio.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, Mi Divino Hijo, en lo alto de este Altar, preciosamente realizado para Nuestros Sagrados Corazones con el esfuerzo de las manos que trabajan para construir el Plan evolutivo, consagrará el pan y el vino, celebrando esta Comunión con cada uno de sus corazones; en unión a los Tres Sagrados Corazones que, como una preciosa triangulación de Luz, se proyecta sobre sus cardíacos con el fin de expandir el Amor del Creador por el mundo.
Consagremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Como un Sol que brilla en el universo, compañeros, Mi Corazón desciende a la Tierra en esta noche en la que las tinieblas son disipadas y los infiernos son cerrados por la oración de las almas de este planeta, por la confianza que cada corazón ha emitido en estos últimos nueve años a través de Nuestras Presencias, creyendo en Nuestras Presencias, Nuestra Presencia divina e inmaterial.
Hoy, poso Mis pequeñas Manos, las Manos del Niño Jesús, sobre estos elementos y, en los brazos de Mi Santa Madre y en la Presencia de San José, la Santísima Familia consagra estos elementos para que se puedan transformar en el Cuerpo de su Señor y en la Sangre de su Rey, dolorosamente derramada para la liberación de los pecados del mundo y de las maldades de la humanidad.
Bajo la señal de la cruz y la autoridad que el Padre Me concedió, Yo bendigo estos elementos para que las almas gocen en Mi Espíritu y en la Tierra se establezca la santa paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, llevamos al Cielo las súplicas de todos sus corazones, de los corazones del mundo que, a través de esta sagrada Vigilia de Oración, encendieron su Cristo interior para seguir adelante en este Plan de Redención, en este Plan de conversión y de rescate de la humanidad.
Nuestros Sagrados Corazones, bajo la bendición del Santo Espíritu, agradecen a todos por haber permitido que los Sagrados Corazones lleguen a los Estados Unidos, y también para que Ellos prosigan en esta divina misión a Oklahoma, Miami y Orlando.
Contamos con su colaboración, su colaboración interna, espiritual y material. Esto es muy importante para el Padre, especialmente para toda esta nación que tanto Nos necesita.
Agradecemos, y una buena Noche de Paz para todos los seres de buena voluntad.
Agradecemos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Queridos hermanos, los que están aquí presentes y los que nos acompañan a través de Misericordia María TV, con estas tan valiosas y simples Palabras de nuestros Mensajeros Divinos que, Noche Buena tras Noche Buena, aspiran a que nosotros encendamos nuestro Cristo interior y ese Cristo interior es el espacio de nuestra consciencia que esta indivisiblemente unido a Cristo Jesús. Es esa parte de nuestra consciencia que siempre aspira a estar en Cristo, y aspira a que Cristo viva dentro de nosotros, que guíe nuestra vida, todos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, para que nuestras vidas puedan ser un instrumento de Su Amor, de Su Sabiduría, de Su Paz; para que, día a día, podamos ir por el mundo, seguros del lugar en el que estamos dentro del Corazón de Dios. Ese es nuestro Cristo interior y eso es lo que Nuestro Señor intenta encender cada día.
Sobre todo, en estas Navidades, en las que muchas veces nos distraemos del verdadero Propósito de Dios. Los Mensajeros Divinos, en cada Navidad, fortalecen nuestra unión con Sus Corazones, intentan ingresar en nuestros hogares para traer esa paz y ese amor que siempre debería guiar nuestras vidas.
Nosotros aspiramos a que un poquito de esa paz y de ese amor haya podido ingresar a sus corazones, que hayan podido encender su Cristo interior y sepan que, viviendo ese Cristo interior encendido, nosotros podemos alcanzar también el Corazón de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Santa María, San José y el Niño Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, estamos colocando al mundo, queridos hijos, ante la Fuente de Dios, desde donde surgieron Nuestros Sagrados Corazones para promover en el mundo la Paz y la Misericordia de Dios.
Hoy, veo a todos sus corazones y a los corazones de sus hermanos en el mundo como a esos nuevos pastores que, recibiendo el anuncio de la venida del Cristo interior, caminan al lado de los Mensajeros Celestiales para que se pueda cumplir en este planeta la gran promesa de los mil años de paz.
Es así, queridos hijos, que con el gozo del Espíritu Santo, hoy se presentan Nuestros Tres Sagrados Corazones para que, una vez más, las familias del mundo se puedan unir en el amor y en la fe, y así puedan terminar con la separación y la indiferencia que somete a muchas familias del mundo.
En verdad, les pregunto, queridos hijos, qué es lo que hoy celebra la humanidad, ¿el Nacimiento del Rey o la perdición de las almas?
Quiero que sientan en Mi Corazón la Luz Sacratísima de Mi amado Hijo. Hoy, lo traigo en Mis brazos como el pequeño Niño Jesús para que Él haga humildes sus corazones, para que Él haga pacíficas sus vidas y así se realice el Plan de Amor de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:
Queridos compañeros, siervos de Mi amado y pequeño Hijo, Mi Casto Corazón hoy resplandece mucho más que mil lirios, porque Mi Corazón Sagrado emana los aromas sutiles del Universo Celestial y, como Padre de las almas pobres y carentes, envío a Mis ángeles servidores para que recorran, en esta hora, los lugares más oscuros del mundo en donde las almas necesitan de la Luz de Dios y de la guía de Mi Casto Corazón para no caer en los errores de siempre.
A ustedes, queridos compañeros, siervos de la Sagrada Familia, les pido que celebren esta noche el Nacimiento de Jesús, recordando este importante acontecimiento en la humanidad, en el que un antes y un después fue vivido por esa raza más primitiva.
Quiero que, así como Mis ovejas, pastoreen por nuevos universos, en donde sus consciencias se puedan expandir un poco más, y la sagrada promesa de sus corazones de vivir en el Reino de Dios y de traerlo hacia la Tierra se pueda cumplir en la humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Estoy en los brazos de Mi Santa Madre porque tengo en Mi Corazón a cada alma de esta humanidad que, por más que sean indiferentes a Mi Nacimiento, Yo conforto a todas las consciencias con los Rayos de Mi Misericordia y de Mi Gracia para que las almas renazcan en la vida espiritual y en la paz, que serán tan necesarias en estos tiempos en los que la humanidad se transformará fuertemente.
Como el pequeño Rey del Universo, abro Mis Brazos sobre el mundo y marco a esta consciencia del planeta con la señal luminosa de la cruz de Mi Corazón que, desde el principio de Mi Nacimiento en Nazaret y cuando Yo di Mis primeros pasos, Yo ya viví el sacrificio por cada uno de ustedes en Nazaret, aunque tuviera tan solo algunos meses de vida.
Vean así, Mis compañeros, cuán grande es la Misericordia de Dios por el mundo. Necesito que sus corazones, en esta noche en la que el orgullo y la vanidad florecen en el mundo, hagan pequeños sacrificios para que Mi pequeño Corazón de Niño y de Rey pueda ser aliviado por cada uno de ustedes.
Por eso, hemos venido, en esta noche especial, para anunciarle al mundo la Misericordia de Dios que todavía está disponible para aquellos corazones que la quieran buscar y vivir en estos tiempos.
Hoy, la Sagrada Familia de Nazaret intenta espejar sobre la humanidad el mismo principio de Su Concepción Divina. Es así, que desde lo alto del Monte Shasta, en donde brilla Mi Santo Grial, son irradiados los códigos de la paz para que las almas cumplan la promesa de esperar Mi segunda Venida al mundo.
Ahora, Nuestros Sagrados Corazones, a través de la Hermana Lucía, daremos más Palabras de Luz para el mundo, pero les pedimos que se conecten a este momento, en el que todos los ángeles del Cielo se postran ante la Sagrada Familia que irradia Su espíritu de humildad, de simplicidad, de caridad y de Amor para cada corazón que, no importando cómo esté y cómo sea, quiera recibir Nuestras Sagradas Presencias de Amor y Misericordia.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, con Nuestra Presencia, aquí en esta noche, vinimos a transformar, en esta humanidad, el sentido de la conmemoración de este día. Vinimos a recordarles a los corazones del mundo que Cristo no solo nació hace más de 2016 años; Él espera nacer, hijos Míos, todos los días y todos los años en el corazón de cada uno que se abre a Su nacimiento.
Vinimos a traer al mundo los principios de la Vida Crística que se expresaron en cada uno de Nuestros Sagrados Corazones.
De esa forma, hijos, traemos una última oportunidad a este mundo de expresar la familia universal, de vivir el verdadero Pensamiento Divino para el corazón humano. Eso no es difícil, está al alcance de cada uno de ustedes, porque solo vivimos en simplicidad, en amor y en devoción a Dios Altísimo.
Nuestros Sagrados Corazones, hijos Míos, solo se abrieron desde el principio de su existencia para responder al Llamado Divino; y cada uno de ustedes que escucha Mis Palabras y también los que no Me escuchan se abrieron para vivir este Principio Divino. Por eso, llegaron a este mundo para seguir el ejemplo del Hijo de Dios que se tornó carne en cuerpo, mente y alma para que sintieran la semejanza que hay entre el Creador y Sus criaturas.
Hoy, con Mi pequeño Hijo en los brazos, y contemplando el Santo Grial que contiene los códigos de Su Pasión y también de Su Vida, irradiamos a todo el planeta cada segundo de la existencia de la Sagrada Familia, para que este Espejo de Amor y Unidad con Dios haga despertar a los espejos de sus corazones y crear así, hijos Míos, en esta noche, una gran red de Luz para rescatar a aquellas almas de Mis pequeños hijos que están en el mundo, cegando sus ojos, sofocando sus almas con las ilusiones y distracciones de este mundo.
Les pido, hijos, que abran sus corazones en esta hora para que Mi Inmaculado Corazón, como el Gran Espejo Universal, despierte en sus espíritus el don de espejar la Voluntad Divina, para que en estos tiempos puedan reflejar junto a Mí los principios de una nueva vida.
Como Sagrada Familia, formamos un Gran Espejo de Luz y nos unimos a todos los espejos del Cosmos para atraer hacia la Tierra la gran oportunidad que los ayudará a superar los tiempos que vendrán y, más que eso, a vivir la Voluntad de Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:
Queridos hijos y compañeros de Mi Casto Corazón, más que palabras, en esta noche solo quisiera que sintieran Nuestra Presencia en sus espíritus, en sus corazones; porque de una forma simple, así como somos, quisiéramos despertarlos definitivamente para que aprendan a vivir el amor y la unidad con Dios, sin necesidad de experimentar el sufrimiento.
No es la Voluntad del Señor que Sus criaturas sufran, porque este planeta es el planeta del amor, pero depende de cada una de Sus criaturas las elecciones que harán de los aprendizajes que vivirán en este mundo.
Si aprendieran a renunciar, a rendir sus espíritus en los Altares Celestiales, colocando su cabeza en el piso, humildemente, sin necesidad de que las experiencias de la vida los quiebren por dentro; aprenderían, hijos Míos, cómo es simple, en verdad, llegar a Dios.
Deberían vencer sus resistencias, rindiéndose ante Dios, porque Él es el verdadero vencedor de este mundo y de todos los otros.
Dejen que Él los venza, que haga de sus vidas una gran victoria en todo el universo, en toda Creación.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Queridos compañeros de Mi Sagrado Corazón, hoy vengo como niño, como un pequeño Hijo de Dios para que, con este ejemplo, comprendan que Dios se manifiesta en los pequeños de corazón, en aquellos que se abren para vivir la pureza y que como niños permiten que el Creador ingrese en lo más profundo de sus seres y los transforme en dignos hijos de Dios, así como Yo Soy.
Yo vengo, en esta noche, como un ejemplo para todos los corazones del mundo. Permitan que Yo nazca dentro de ustedes, porque para eso estoy aquí. Cuando retorne al mundo, quiero mirar a sus ojos y ver un espejo de Mi Presencia Divina. Quiero encontrarme dentro de ustedes y vivir la perfecta unidad que Mi Padre pensó desde el principio.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, Mi Divino Hijo, en lo alto de este Altar, preciosamente realizado para Nuestros Sagrados Corazones con el esfuerzo de las manos que trabajan para construir el Plan evolutivo, consagrará el pan y el vino, celebrando esta Comunión con cada uno de sus corazones; en unión a los Tres Sagrados Corazones que, como una preciosa triangulación de Luz, se proyecta sobre sus cardíacos con el fin de expandir el Amor del Creador por el mundo.
Consagremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Como un Sol que brilla en el universo, compañeros, Mi Corazón desciende a la Tierra en esta noche en la que las tinieblas son disipadas y los infiernos son cerrados por la oración de las almas de este planeta, por la confianza que cada corazón ha emitido en estos últimos nueve años a través de Nuestras Presencias, creyendo en Nuestras Presencias, Nuestra Presencia divina e inmaterial.
Hoy, poso Mis pequeñas Manos, las Manos del Niño Jesús, sobre estos elementos y, en los brazos de Mi Santa Madre y en la Presencia de San José, la Santísima Familia consagra estos elementos para que se puedan transformar en el Cuerpo de su Señor y en la Sangre de su Rey, dolorosamente derramada para la liberación de los pecados del mundo y de las maldades de la humanidad.
Bajo la señal de la cruz y la autoridad que el Padre Me concedió, Yo bendigo estos elementos para que las almas gocen en Mi Espíritu y en la Tierra se establezca la santa paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, llevamos al Cielo las súplicas de todos sus corazones, de los corazones del mundo que, a través de esta sagrada Vigilia de Oración, encendieron su Cristo interior para seguir adelante en este Plan de Redención, en este Plan de conversión y de rescate de la humanidad.
Nuestros Sagrados Corazones, bajo la bendición del Santo Espíritu, agradecen a todos por haber permitido que los Sagrados Corazones lleguen a los Estados Unidos, y también para que Ellos prosigan en esta divina misión a Oklahoma, Miami y Orlando.
Contamos con su colaboración, su colaboración interna, espiritual y material. Esto es muy importante para el Padre, especialmente para toda esta nación que tanto Nos necesita.
Agradecemos, y una buena Noche de Paz para todos los seres de buena voluntad.
Agradecemos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Queridos hermanos, los que están aquí presentes y los que nos acompañan a través de Misericordia María TV, con estas tan valiosas y simples Palabras de nuestros Mensajeros Divinos que, Noche Buena tras Noche Buena, aspiran a que nosotros encendamos nuestro Cristo interior y ese Cristo interior es el espacio de nuestra consciencia que esta indivisiblemente unido a Cristo Jesús. Es esa parte de nuestra consciencia que siempre aspira a estar en Cristo, y aspira a que Cristo viva dentro de nosotros, que guíe nuestra vida, todos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, para que nuestras vidas puedan ser un instrumento de Su Amor, de Su Sabiduría, de Su Paz; para que, día a día, podamos ir por el mundo, seguros del lugar en el que estamos dentro del Corazón de Dios. Ese es nuestro Cristo interior y eso es lo que Nuestro Señor intenta encender cada día.
Sobre todo, en estas Navidades, en las que muchas veces nos distraemos del verdadero Propósito de Dios. Los Mensajeros Divinos, en cada Navidad, fortalecen nuestra unión con Sus Corazones, intentan ingresar en nuestros hogares para traer esa paz y ese amor que siempre debería guiar nuestras vidas.
Nosotros aspiramos a que un poquito de esa paz y de ese amor haya podido ingresar a sus corazones, que hayan podido encender su Cristo interior y sepan que, viviendo ese Cristo interior encendido, nosotros podemos alcanzar también el Corazón de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Santa María, San José y el Niño Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, estamos colocando al mundo, queridos hijos, ante la Fuente de Dios, desde donde surgieron Nuestros Sagrados Corazones para promover en el mundo la Paz y la Misericordia de Dios.
Hoy, veo a todos sus corazones y a los corazones de sus hermanos en el mundo como a esos nuevos pastores que, recibiendo el anuncio de la venida del Cristo interior, caminan al lado de los Mensajeros Celestiales para que se pueda cumplir en este planeta la gran promesa de los mil años de paz.
Es así, queridos hijos, que con el gozo del Espíritu Santo, hoy se presentan Nuestros Tres Sagrados Corazones para que, una vez más, las familias del mundo se puedan unir en el amor y en la fe, y así puedan terminar con la separación y la indiferencia que somete a muchas familias del mundo.
En verdad, les pregunto, queridos hijos, qué es lo que hoy celebra la humanidad, ¿el Nacimiento del Rey o la perdición de las almas?
Quiero que sientan en Mi Corazón la Luz Sacratísima de Mi amado Hijo. Hoy, lo traigo en Mis brazos como el pequeño Niño Jesús para que Él haga humildes sus corazones, para que Él haga pacíficas sus vidas y así se realice el Plan de Amor de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:
Queridos compañeros, siervos de Mi amado y pequeño Hijo, Mi Casto Corazón hoy resplandece mucho más que mil lirios, porque Mi Corazón Sagrado emana los aromas sutiles del Universo Celestial y, como Padre de las almas pobres y carentes, envío a Mis ángeles servidores para que recorran, en esta hora, los lugares más oscuros del mundo en donde las almas necesitan de la Luz de Dios y de la guía de Mi Casto Corazón para no caer en los errores de siempre.
A ustedes, queridos compañeros, siervos de la Sagrada Familia, les pido que celebren esta noche el Nacimiento de Jesús, recordando este importante acontecimiento en la humanidad, en el que un antes y un después fue vivido por esa raza más primitiva.
Quiero que, así como Mis ovejas, pastoreen por nuevos universos, en donde sus consciencias se puedan expandir un poco más, y la sagrada promesa de sus corazones de vivir en el Reino de Dios y de traerlo hacia la Tierra se pueda cumplir en la humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Estoy en los brazos de Mi Santa Madre porque tengo en Mi Corazón a cada alma de esta humanidad que, por más que sean indiferentes a Mi Nacimiento, Yo conforto a todas las consciencias con los Rayos de Mi Misericordia y de Mi Gracia para que las almas renazcan en la vida espiritual y en la paz, que serán tan necesarias en estos tiempos en los que la humanidad se transformará fuertemente.
Como el pequeño Rey del Universo, abro Mis Brazos sobre el mundo y marco a esta consciencia del planeta con la señal luminosa de la cruz de Mi Corazón que, desde el principio de Mi Nacimiento en Nazaret y cuando Yo di Mis primeros pasos, Yo ya viví el sacrificio por cada uno de ustedes en Nazaret, aunque tuviera tan solo algunos meses de vida.
Vean así, Mis compañeros, cuán grande es la Misericordia de Dios por el mundo. Necesito que sus corazones, en esta noche en la que el orgullo y la vanidad florecen en el mundo, hagan pequeños sacrificios para que Mi pequeño Corazón de Niño y de Rey pueda ser aliviado por cada uno de ustedes.
Por eso, hemos venido, en esta noche especial, para anunciarle al mundo la Misericordia de Dios que todavía está disponible para aquellos corazones que la quieran buscar y vivir en estos tiempos.
Hoy, la Sagrada Familia de Nazaret intenta espejar sobre la humanidad el mismo principio de Su Concepción Divina. Es así, que desde lo alto del Monte Shasta, en donde brilla Mi Santo Grial, son irradiados los códigos de la paz para que las almas cumplan la promesa de esperar Mi segunda Venida al mundo.
Ahora, Nuestros Sagrados Corazones, a través de la Hermana Lucía, daremos más Palabras de Luz para el mundo, pero les pedimos que se conecten a este momento, en el que todos los ángeles del Cielo se postran ante la Sagrada Familia que irradia Su espíritu de humildad, de simplicidad, de caridad y de Amor para cada corazón que, no importando cómo esté y cómo sea, quiera recibir Nuestras Sagradas Presencias de Amor y Misericordia.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, con Nuestra Presencia, aquí en esta noche, vinimos a transformar, en esta humanidad, el sentido de la conmemoración de este día. Vinimos a recordarles a los corazones del mundo que Cristo no solo nació hace más de 2016 años; Él espera nacer, hijos Míos, todos los días y todos los años en el corazón de cada uno que se abre a Su nacimiento.
Vinimos a traer al mundo los principios de la Vida Crística que se expresaron en cada uno de Nuestros Sagrados Corazones.
De esa forma, hijos, traemos una última oportunidad a este mundo de expresar la familia universal, de vivir el verdadero Pensamiento Divino para el corazón humano. Eso no es difícil, está al alcance de cada uno de ustedes, porque solo vivimos en simplicidad, en amor y en devoción a Dios Altísimo.
Nuestros Sagrados Corazones, hijos Míos, solo se abrieron desde el principio de su existencia para responder al Llamado Divino; y cada uno de ustedes que escucha Mis Palabras y también los que no Me escuchan se abrieron para vivir este Principio Divino. Por eso, llegaron a este mundo para seguir el ejemplo del Hijo de Dios que se tornó carne en cuerpo, mente y alma para que sintieran la semejanza que hay entre el Creador y Sus criaturas.
Hoy, con Mi pequeño Hijo en los brazos, y contemplando el Santo Grial que contiene los códigos de Su Pasión y también de Su Vida, irradiamos a todo el planeta cada segundo de la existencia de la Sagrada Familia, para que este Espejo de Amor y Unidad con Dios haga despertar a los espejos de sus corazones y crear así, hijos Míos, en esta noche, una gran red de Luz para rescatar a aquellas almas de Mis pequeños hijos que están en el mundo, cegando sus ojos, sofocando sus almas con las ilusiones y distracciones de este mundo.
Les pido, hijos, que abran sus corazones en esta hora para que Mi Inmaculado Corazón, como el Gran Espejo Universal, despierte en sus espíritus el don de espejar la Voluntad Divina, para que en estos tiempos puedan reflejar junto a Mí los principios de una nueva vida.
Como Sagrada Familia, formamos un Gran Espejo de Luz y nos unimos a todos los espejos del Cosmos para atraer hacia la Tierra la gran oportunidad que los ayudará a superar los tiempos que vendrán y, más que eso, a vivir la Voluntad de Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:
Queridos hijos y compañeros de Mi Casto Corazón, más que palabras, en esta noche solo quisiera que sintieran Nuestra Presencia en sus espíritus, en sus corazones; porque de una forma simple, así como somos, quisiéramos despertarlos definitivamente para que aprendan a vivir el amor y la unidad con Dios, sin necesidad de experimentar el sufrimiento.
No es la Voluntad del Señor que Sus criaturas sufran, porque este planeta es el planeta del amor, pero depende de cada una de Sus criaturas las elecciones que harán de los aprendizajes que vivirán en este mundo.
Si aprendieran a renunciar, a rendir sus espíritus en los Altares Celestiales, colocando su cabeza en el piso, humildemente, sin necesidad de que las experiencias de la vida los quiebren por dentro; aprenderían, hijos Míos, cómo es simple, en verdad, llegar a Dios.
Deberían vencer sus resistencias, rindiéndose ante Dios, porque Él es el verdadero vencedor de este mundo y de todos los otros.
Dejen que Él los venza, que haga de sus vidas una gran victoria en todo el universo, en toda Creación.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Queridos compañeros de Mi Sagrado Corazón, hoy vengo como niño, como un pequeño Hijo de Dios para que, con este ejemplo, comprendan que Dios se manifiesta en los pequeños de corazón, en aquellos que se abren para vivir la pureza y que como niños permiten que el Creador ingrese en lo más profundo de sus seres y los transforme en dignos hijos de Dios, así como Yo Soy.
Yo vengo, en esta noche, como un ejemplo para todos los corazones del mundo. Permitan que Yo nazca dentro de ustedes, porque para eso estoy aquí. Cuando retorne al mundo, quiero mirar a sus ojos y ver un espejo de Mi Presencia Divina. Quiero encontrarme dentro de ustedes y vivir la perfecta unidad que Mi Padre pensó desde el principio.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, Mi Divino Hijo, en lo alto de este Altar, preciosamente realizado para Nuestros Sagrados Corazones con el esfuerzo de las manos que trabajan para construir el Plan evolutivo, consagrará el pan y el vino, celebrando esta Comunión con cada uno de sus corazones; en unión a los Tres Sagrados Corazones que, como una preciosa triangulación de Luz, se proyecta sobre sus cardíacos con el fin de expandir el Amor del Creador por el mundo.
Consagremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:
Como un Sol que brilla en el universo, compañeros, Mi Corazón desciende a la Tierra en esta noche en la que las tinieblas son disipadas y los infiernos son cerrados por la oración de las almas de este planeta, por la confianza que cada corazón ha emitido en estos últimos nueve años a través de Nuestras Presencias, creyendo en Nuestras Presencias, Nuestra Presencia divina e inmaterial.
Hoy, poso Mis pequeñas Manos, las Manos del Niño Jesús, sobre estos elementos y, en los brazos de Mi Santa Madre y en la Presencia de San José, la Santísima Familia consagra estos elementos para que se puedan transformar en el Cuerpo de su Señor y en la Sangre de su Rey, dolorosamente derramada para la liberación de los pecados del mundo y de las maldades de la humanidad.
Bajo la señal de la cruz y la autoridad que el Padre Me concedió, Yo bendigo estos elementos para que las almas gocen en Mi Espíritu y en la Tierra se establezca la santa paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, llevamos al Cielo las súplicas de todos sus corazones, de los corazones del mundo que, a través de esta sagrada Vigilia de Oración, encendieron su Cristo interior para seguir adelante en este Plan de Redención, en este Plan de conversión y de rescate de la humanidad.
Nuestros Sagrados Corazones, bajo la bendición del Santo Espíritu, agradecen a todos por haber permitido que los Sagrados Corazones lleguen a los Estados Unidos, y también para que Ellos prosigan en esta divina misión a Oklahoma, Miami y Orlando.
Contamos con su colaboración, su colaboración interna, espiritual y material. Esto es muy importante para el Padre, especialmente para toda esta nación que tanto Nos necesita.
Agradecemos, y una buena Noche de Paz para todos los seres de buena voluntad.
Agradecemos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Queridos hermanos, los que están aquí presentes y los que nos acompañan a través de Misericordia María TV, con estas tan valiosas y simples Palabras de nuestros Mensajeros Divinos que, Noche Buena tras Noche Buena, aspiran a que nosotros encendamos nuestro Cristo interior y ese Cristo interior es el espacio de nuestra consciencia que esta indivisiblemente unido a Cristo Jesús. Es esa parte de nuestra consciencia que siempre aspira a estar en Cristo, y aspira a que Cristo viva dentro de nosotros, que guíe nuestra vida, todos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, para que nuestras vidas puedan ser un instrumento de Su Amor, de Su Sabiduría, de Su Paz; para que, día a día, podamos ir por el mundo, seguros del lugar en el que estamos dentro del Corazón de Dios. Ese es nuestro Cristo interior y eso es lo que Nuestro Señor intenta encender cada día.
Sobre todo, en estas Navidades, en las que muchas veces nos distraemos del verdadero Propósito de Dios. Los Mensajeros Divinos, en cada Navidad, fortalecen nuestra unión con Sus Corazones, intentan ingresar en nuestros hogares para traer esa paz y ese amor que siempre debería guiar nuestras vidas.
Nosotros aspiramos a que un poquito de esa paz y de ese amor haya podido ingresar a sus corazones, que hayan podido encender su Cristo interior y sepan que, viviendo ese Cristo interior encendido, nosotros podemos alcanzar también el Corazón de Dios.
La Fugaz Estrella de Belén
En aquellos días, en donde se anticipaba la preparación interior para recibir en Mis brazos al Niño Jesús, la sagrada Estrella de Belén, el símbolo de la Gran Hermandad del Cielo se reveló a los tres reyes que, por tener corazones puros, pudieron llegar a nuestro encuentro en el humilde establo de Belén.
La gran Estrella de Belén brilló durante varios días y fue enviada por Dios para acompañar y al mismo tiempo para anunciar la llegada del Hijo de Dios al mundo.
Fue así que esta sagrada Estrella, que solo apareció durante aquellos días, se comenzó a revelar primero en sueños y en señales a algunas consciencias que, por Voluntad de Dios, debían tomar conocimiento de la llegada del Mesías.
San José en aquellos días anteriores a la llegada de Jesús, aun estando en Nazaret, escuchó de los ángeles del Cielo el anuncio y la hora exacta en que la Santísima Esposa debería estar en Belén para dar a luz al Divino Hijo.
Fue así que la sagrada Estrella de Belén también indicó el lugar y el camino por donde la Sagrada Familia debía pasar.
En aquellos días en que el Universo entero se reunió para acompañar y al mismo tiempo presenciar el nacimiento de Jesús, la Estrella de Belén hizo llegar al pesebre, desde Nazaret, a las consciencias más simples entre las simples, almas llamadas por el Altísimo para acompañar amorosamente la llegada del Mesías.
La Estrella de Belén fue ese poderoso lucero que en aquel tiempo trabajó el plano espiritual y material de la consciencia planetaria, para que ella pudiera recibir el potentísimo amor-sabiduría, el Rayo que iría a cambiar los acontecimientos de la noche a la mañana.
Esta sagrada Estrella de Belén marcó un antes y un después. Ella estuvo irradiando ciertas corrientes universales que físicamente modificaron, antes de la venida de Cristo, todos los errores humanos que hicieron de la raza una civilización comprometida con el mal.
La Sagrada Familia durante los nueve meses de gestación de Jesús, fue preparada por los propios ángeles para que ese importante acontecimiento de la venida de Jesús se pudiera vivir en todos los planos de consciencia, con el fin de que ese evento divino quedara grabado en el planeta y en el sistema solar.
La Estrella de Belén fue la guardiana del nacimiento de Cristo y, al mismo tiempo, fue el puente cósmico que unió el tiempo de la humanidad con el tiempo celestial.
Es así que la Santa Madre de Dios, momentos antes del nacimiento de Jesús y después de haber permanecido en silencio durante nueve días, recibió el impulso divino de todas estas revelaciones que la sagrada Estrella realizaba.
María Santísima sabía que el nacimiento del Hijo de Dios traería para el mundo en aquel momento la liberación de los errores milenarios y, al mismo tiempo, la luz redentora que debía sí o sí brillar en este planeta.
La Estrella de Belén fue ese faro cósmico que atrajo hacia la raza humana el despertar espiritual de la consciencia. Esa sagrada Estrella fue la que gestó la madurez de muchas almas para los tiempos futuros, fue la gran Estrella de Belén la que anunció en todos los mundos internos la llegada de la poderosa energía crística de redención y de amor.
En esos días en los que el planeta fue preparado para la venida de Jesús, y también fue expurgado de los códigos de la perdición del mundo, los santos ángeles, los mismos que estuvieron en el pesebre de Belén durante el divino nacimiento de Cristo, fueron los que apoyaron el despertar del amor interior en la humanidad, especialmente en los corazones más simples. Si ese amor que fue gestado por los santos ángeles no hubiera nacido en la humanidad, la venida de Jesús habría necesitado otros requisitos espirituales.
En la Estrella de Belén se reflejaba la presencia del Amor del Altísimo, así como la Gracia que estaba siendo concedida a través del nacimiento de Cristo.
Belén fue el escenario escogido por el Padre para que ese acontecimiento guiado por los arcángeles se llevara adelante bajo la perfección divina del amor y de la ceremonia.
La venida del Mesías y del Gran Libertador de los pueblos fue guiada preciosamente por los ángeles, quienes al mismo tiempo trabajaron en el inconsciente de la humanidad, para poder redimirlo a partir de ese bendito momento.
La gran Estrella de Belén trajo al mundo la oportunidad de elevar y de purificar la consciencia a través del pensamiento elevado y no rudimentario, por medio de la determinación.
Esta preciosa Estrella de Belén se mostró al mundo en aquel tiempo para ir desintegrando de la raza humana los patrones de la autodestrucción y del compromiso con todo lo mundano.
La Estrella de Belén trajo la consciencia de que somos espíritus al servicio de un Propósito Mayor, capaz de impulsarnos a la realización de la Obra Divina.
Es esa misma Estrella de Belén, la que en aquel tiempo intentó reflejarse y brillar en la consciencia de los seres humanos, para que pudieran percibir dentro de sí que una única oportunidad se estaba dando a través del nacimiento de Cristo.
Por eso, hijos, después de todos esos acontecimientos que fueron planetarios y universales, una vez más la humanidad se encuentra ante la prueba de la Navidad, de poder atravesar esta fecha sagrada recordando y colocando la atención en todo lo que significó la venida de Cristo a la Tierra.
El Padre Eterno espera ver nacer a Cristo dentro de ustedes para que un amor más grande, al que ustedes hoy viven, despierte en la consciencia de la humanidad, la que debe cumplir y colaborar con esta última parte del Plan Divino del Amor.
Quisiera que Mis hijos no fueran indiferentes, sino que aprovecharan esta fecha de Navidad para reconfirmar sus votos ante la Jerarquía Celestial, porque esa confirmación abrirá las puertas de la consciencia a otras almas en el mundo.
Que en esta Nochebuena, donde la Sagrada Familia se encuentra en adoración a los pies del pesebre de Belén, todos Mis hijos se postren para reverenciar en su interior el nacimiento del Niño Rey en sus corazones.
Al menos háganlo en ofrecimiento y devoción por aquellos que hoy se perderán en celebraciones banales.
Por su consciencia y unión a este momento, queridos hijos, les agradezco por responder a Mi llamado.
Bajo la sagrada Estrella de Belén, los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Libertadora del Amor
Queridos hijos de Costa Rica y de Centroamérica:
Su Madre Celeste viene hoy al encuentro de ustedes con la misión de proclamar la paz, en ustedes mismos y entre sus pueblos centroamericanos, para que así al fin se establezca un alto al conflicto y se siembre la paz en las naciones de esta región del planeta.
Con una mirada de misericordia, la Libertadora del Amor espera que Sus hijos de Centroamérica, mediante el perdón, disuelvan las heridas generadas por las diferentes guerrillas en los últimos cuarenta años de la historia.
La Señora Libertadora del Amor viene a Centroamérica para detener el castigo y el sufrimiento inolvidable que vivieron Mis hijos.
Solo a través de una justa causa de amor, es que la Señora Libertadora del Amor quiere poner fin a un pasado triste, que quedó grabado en los corazones que tuvieron que atravesar esos acontecimientos.
Ahora, con una mirada de esperanza verán en el horizonte el esperado auxilio del Cielo, que los encuentra abiertos de corazón para llevar adelante junto a su Madre Celeste esta misión de reconciliación y de paz.
Necesito, queridos hijos, que desaparezcan de su memoria todos los hechos que vivieron como pueblos y naciones.
Vengo en nombre de Mi Hijo para curar el dolor a través del amor infinito de Mi Corazón.
Por eso en este día, libres de todo lo que vivieron y unidos a Mí, profesemos nuestra filiación al Padre Celestial. Con Su Misericordia, y con caridad y amor, abran las puertas para que sus enemigos civiles puedan recibir la oportunidad de la libertad espiritual e interior.
Como Señora Libertadora del Amor, deseo que aprendan a vivir un estado de consciencia y de amor que nunca vivieron; por eso con toda la simplicidad del Corazón les enseño, Mis queridos hijos de Centroamérica, a poner fin a los hechos y a renacer en espíritu bajo la Gracia y la Reconciliación con Dios.
Quisiera, Mis queridos hijos, que con Mi visita a Centroamérica y México pudieran dar un paso definitivo y dejar atrás una historia de lucha y de poder que solo enferma al corazón bueno.
Hijos Míos, sé que para ustedes será muy esforzado poder desprenderse del pasado de sus pueblos. ¡No teman!, Yo soy la Libertadora del Amor, soy Aquella misma mujer de Nazaret que entregó a Su Amado Hijo por ustedes, para generar su salvación y su libertad de una milenaria prisión de errores humanos.
Queridos hijos, ese acto de perdón que hoy les pido que vivan, los llevará a encontrar la misericordia, y sus opositores de siempre también serán merecedores de una Gracia inexplicable, porque Mi Hijo Me ha pedido llamar a los peores y a los más imperfectos, porque en ellos reside Su Proyecto redentor para el fin de los tiempos.
Todo esto es posible simplemente a través del amor y de la paz, algo que espero que asuman porque viviendo estos atributos ayudarán mucho a sus naciones, para que sean liberadas del cautiverio en donde los hombres las han colocado.
Recuerden que soy la Señora Libertadora del Amor y que solo deseo lo mejor para sus vidas y para sus pueblos. Solo deseo que vivan la santa paz.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
En el nombre del Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El divino diálogo entre María Santísima y Jesucristo, Su Hijo Amado
María Santísima: Hijo, sabes que las almas en su naufragio necesitan de Tu ayuda. Te pido, Adorable Hijo de Dios, que Te aproximes a los más débiles, que por sus errores y faltas pierden la Gracia de conocerte.
Mira, Querido Hijo, cuántos siguen Tus caminos y se esfuerzan por vivirlos.
Jesucristo: Clementísima Madre, escucho con atención y gracia Tu dulce y amorosa voz, así como la escuchaba cuando aún era muy pequeño y estaba en Tus brazos.
¿Cuándo será el momento en que los hombres se abrirán para conocer el poder de Tu Amor?
Mi Corazón se avergüenza cuando las almas no son dignas de proclamarte y reconocerte como la Madre del Mesías y la Corredentora, porque en este misterio, Tú siempre fuiste la silenciosa mujer de Nazaret que soportó todos los martirios junto a Su Hijo, en profundo silencio.
María Santísima: Sí, Hijo Amado, en Tus palabras se trasluce la verdad y la importancia del mensaje. Mi Paz todo lo alcanza, y no Te aflijas, Santo Rey, porque aún existen corazones verdaderos y santos que Me viven y Me glorifican; en ellos están las bases de la obra que el Padre Me ha confiado, en ellos edifico la verdadera iglesia celestial, libre de bienes y de poderes humanos.
Jesucristo: Es esa iglesia interior que Yo espero proclamar en honor a Mi Padre y por cada criatura de la Tierra que día a día pierde su filiación con Dios.
Santísima Reina de los Cielos, es por esa divina causa que Te he confiado, en Tus manos y Corazón, a toda la humanidad para que Tú, Arca Sagrada del Espíritu Santo, seas el portal por donde todos Tus hijos puedan pasar.
María Santísima: Por eso te ruego, Divino Hijo, que ayudes a Tus rebaños dispersos por el mundo, para que se unifiquen y solo exista un único propósito en cada corazón humano.
Desearía, Amable Señor, que Tú pudieras erguir en cada espíritu Tu verdadera iglesia celestial para que, fundando miles de ellas en los corazones, las criaturas reconozcan que Tú eres el Rey del Universo.
Jesucristo: Amada Madre del Mundo, Tus súplicas son para Mí caricias y ternuras celestiales de una Madre bondadosa e incansable, que nunca descansará hasta ver a todas las almas en el Paraíso.
Tu divina intercesión, Querida Madre, es motivo de Gracia, de Misericordia y de Gloria. Responderé al llamado de Tu Corazón Purísimo, pues Tus santos ángeles Me han hecho saber que en la Tierra tienes ejércitos orantes que están despertando por Tu Amor.
María Santísima: Sí, Glorioso Hijo, en la Tierra están despertando nuevos ejércitos, rebaños Tuyos que estoy congregando para que finalmente sigan un único camino: el camino del amor.
Por eso, Precioso Rey, estoy pidiendo a todos los ángeles y, especialmente al Ángel de Portugal, que reúnan a todas las consciencias angélicas para que la divina obra de redención se realice en todos los corazones aún no redimidos.
Por eso, revisto con Mi manto celeste a cuantos aceptan Mi convocatoria, pues Mi más íntimo deseo es que Tu Corazón sea glorificado para que el Padre sea glorificado y los acontecimientos cambien.
Jesucristo: Comprendo, Santísima Madre, el propósito que llevas adelante, por eso reforzaré Tus ejércitos angélicos para que las almas sean retiradas de la ilusión y del engaño terrenal.
Enviaré a más consciencias ultraterrestres para que los corazones despierten y sean portadores del Proyecto de Dios, el que Nuestro Amado Padre ha pedido que sea realizado en este tiempo.
María Santísima: Por eso, Hijo Primogénito, sembraré flores en jardines internos para que las almas sientan la existencia de su pureza original.
Verteré gracias inexplicables en corazones que no las merecerían, para que ellos se reconozcan dignos hijos de Dios. No dejaré, Bendito Hijo, que nadie parta de este mundo sin tener consciencia de que el amor todo lo puede cuando el corazón se abre para experimentarlo.
Jesucristo: Es ese misericordioso amor, Divina Madre del Cielo y del Universo, que aún no es vivido ni aceptado. Es el amor de Mi Corazón manso, que derrama Su Sangre de luz sobre el planeta y que todavía espera ser apreciado por todos los hombres.
Es ese amor celestial que espera ser aceptado por cada consciencia, especialmente por aquellas almas que nunca conocieron el amor. Mi Corazón se glorifica cuando los corazones viven los sacramentos y, más aún, Mi Corazón se llena de gratitud cuando las criaturas responden al llamado del Cielo, sea cual sea.
María Santísima: En Tu divina plenitud, Amado Jesús, las almas encuentran su fortaleza y las puertas a la redención se abren tantas veces intentando que las consciencias terrestres las puedan cruzar.
Por eso te ruego, Queridísimo Hijo de Dios, que ayudes con Tu bondad y Misericordia a todos los que las necesitan, para que se animen a dar el paso y ya no pierdan tiempo ni espacio en la superficialidad de la vida.
Prometo, Santo Hijo, que Mi donación y amor abrirán los caminos para que Tus rebaños puedan pasar.
Jesucristo: Es una infinita gracia escuchar Tu casta y dulce voz, la que proclama sin cansancio el triunfo de la esperanza y del amor que tanto necesita el mundo.
Tu Corazón amoroso se entrega por entero en las manos de los imperfectos y Él no teme ser rechazado porque Tu confianza en el Padre no tiene límites ni barreras.
Haz, Santa Madre Mía, que cada hijo Tuyo se anime a cruzar el portal, para que finalmente Yo encuentre en Tu regazo a los que tienen sed de Mí. Calma cada corazón y resucita en espíritu a los que aún deben elevarse al resplandor del Reino de Dios.
María Santísima: Apreciado y honrado Hijo Mío, es una gracia cumplir con Tus designios, porque en Tu Corazón se guarda la máxima Voluntad de Dios, la que los corazones de la Tierra deben aprender a vivir para que el Propósito divino se cumpla.
Por último Te suplico, Amado Hijo, que cada criatura de este enfermo planeta pueda despertar al Propósito, que los velos caigan de la consciencia y que todos los que están ciegos espiritualmente puedan ver y así cumplir con Tus sagradas peticiones.
Jesucristo: Haz saber al mundo, Madre Querida, que ya estoy retornando y que Mi hora se aproxima. Haz saber que las almas deben arrepentirse y perdonarse las unas a las otras, para que abandonen la soberbia y la indiferencia humana.
Haz saber que Me complazco, Santa Madre, en los que se esfuerzan y cumplen en obediencia Mis pedidos, porque así Yo construyo Mi iglesia interior en los corazones.
Haz saber al mundo, que el gran y esperado Juicio de la humanidad está cerca y que todos deben rezar por las agresiones causadas en el transcurso de los tiempos a toda la raza y a los Reinos de la Naturaleza.
Haz saber, Madre Celestial, que pondré fin a muchas cosas.
Queridos hijos, este segundo diálogo fue vivido en el Reino Celestial con Mi Amado Hijo y hoy lo comparto con todos para que lo estudien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fui creado en el espíritu de la humildad en el Reino de los Cielos, teniendo ese atributo como primordial para la historia que escribiría en el mundo. Así como traigo este atributo divino, cada alma y cada esencia contienen en su interior un atributo para manifestar.
Mi creación no fue diferente de la de ustedes; solo tuve la misión de ser un ejemplo para la humanidad y, a lo largo de Mi existencia en el mundo, fui ayudado para eso.
Desde niño, sabía que algo dentro de Mí no podía vivir la misma vida que vislumbraban Mis hermanos. Muchas veces, esa búsqueda del propósito que el Creador tenía para Mí, Me hizo apartar del mundo e incluso de aquellos a quienes Yo amaba.
Viví muchos momentos de soledad, intentando encontrar el sentido de la vida y, cuando lo encontré en la unión con Dios, descubrí que en Mi soledad se encontraban todos aquellos a quienes amaba.
A pesar de no haber sido comprendido por muchos, Me sustenté en la fe y en la confianza en que aquella vida era vivida por el bien y por la evolución de todos los que estaban a Mi alrededor y que, sin saber exactamente cómo, lo que Yo vivía los estaba ayudando.
Cuando tenía doce años, en el silencio fui a buscar lo que Dios tenía para Mí, y que no encontraba en la vida cotidiana que llevaba junto a Mis hermanos. En silencio y en oración, comencé a crecer en espíritu y a descubrir que la madurez no estaba en la edad que Yo tenía, y que, a pesar de ser tan pequeño, encontraba en el espíritu todas las explicaciones que necesitaba para crecer.
Fue así como consagré Mi existencia a Dios. Él Me escuchó y aceptó Mi ofrenda, mostrándome el Plan que tenía para Mí, en esta y en otras vidas. En aquel momento, Yo aún no sabía la magnitud de la misión que Me esperaba, y fue sólo delante de Jesús Niño que pude comprender y superar pruebas mayores.
Les cuento todo esto porque Dios también vino al encuentro de ustedes, los colocó delante de todos los absurdos de este mundo y los impulsó a buscar el verdadero sentido de la vida. Los llevó al camino de la consagración del alma; a algunos, del espíritu; y a otros, de todos los aspectos de su ser.
Por medio de Su Espíritu Trino, les reveló una misión: preparar el retorno de Cristo y volverse un ejemplo para las almas que no tendrán rumbo en tiempos de tanta confusión.
Si se sumergen en el propio mundo interior, encontrarán toda la madurez del espíritu y crecerán rápidamente, mucho más allá de los cuerpos materiales. Comprenderán lo que es incomprensible para la mente humana que no está unida al espíritu y, aunque no sepan realizar grandes tesis ni explicaciones científicas sobre lo que viven, conocerán a Dios y lo vivirán. Manifestarán Su Propósito y pasarán por muchas pruebas, hasta que cumplan con la misión primordial, encomendada por Él.
Sin embargo, delante del Cristo Vivo, todos los pesares se volverán pequeños y pasajeros. No habrá sufrimiento ni tribulación que no sean recompensados delante de la grandeza de Su Amor y de la Gloria de Su Espíritu Resplandeciente.
Es por eso que vengo al mundo: para enseñarles a repetir lo que viví como José de Nazaret; para que comprendan que la esencia de la trayectoria humana es la misma y que, con la misma naturalidad con la que tantas veces repetimos los errores, la gloria también se repite, la santidad se repite, el nacimiento y el retorno de Cristo se repetirán. Así como resucitó en Espíritu y abrió los Cielos para Su Ascensión, Él retornará y abrirá los Cielos para posar Sus Pies en el suelo de este mundo.
Yo los bendigo y los guío en el cumplimiento de la misión espiritual del corazón humano.
San José, siervo seguro y fiel de Dios
El principio de la Sagrada Familia universal
Érase una vez, una familia humilde de Nazaret, que en su espíritu cultivó la sagrada obediencia a las Leyes Divinas.
De un vientre purísimo nació la Suprema Misericordia llamada Jesús y, en aquellos tiempos tan difíciles, los Tres Sagrados Corazones cumplieron una tarea en pro de la salvación espiritual de la humanidad.
De San José brotó la humildad de servir a Dios. En María, se expresó la obediencia y el amor por las almas, y en el pequeño Niño Jesús se manifestó la Gracia y la Misericordia del Universo Mayor.
Era este proyecto de Familia Sagrada el que debería cultivarse en todas las criaturas no redimidas. Era este proyecto, tan pensado, el que trascendería las barreras del mal y del dolor por medio del Amor profesado por el pequeño Jesús.
Este proyecto trino finalizó cuando el Maestro cumplió la Voluntad de Dios al dejarse clavar en la Cruz, y fue allí que la Sagrada Misericordia se derramó una vez más sobre el mundo.
Es este proyecto el que aún está latente en los Mensajeros Divinos y es por él que Ellos trabajan incansablemente, para que la obra máxima de la redención planetaria se pueda cumplir en la humanidad.
Que se abran los oídos internos de las criaturas y que puedan escuchar el llamado celestial, pues la Voluntad de los Mensajeros Celestes, que todo lo abarca, es que todas las criaturas de la Tierra sean una sagrada familia universal. Y será, hijos Míos, durante el tiempo de la purificación que este sagrado y divino deseo de Dios se podrá concretar.
No dejen de trabajar por su redención. No descansen hasta que estén completamente vacíos de ustedes mismos; será así que Mi Hijo encontrará barro nuevo para moldear el arquetipo de una familia divinizada por Dios y por la Santísima Trinidad.
Es este sagrado proyecto creador el que deberá cumplirse al menos en una parte de la humanidad. Cuando alguien consiga vivir los principios de la unidad y del amor, será la señal para los Mensajeros Divinos de que la Obra Sacra fue completada.
Será, en ese día, que los ángeles cantarán Aleluya porque habrán visto cumplirse la promesa de la sagrada familia universal, que deberá estar formada por cada uno de ustedes, así el mal será liberado del planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la Santísima Trinidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En esta noche de Gracias, quiero darle Mi bendición al mundo, principalmente a los corazones que están vacíos, para que todos ellos reciban la Paz de Dios.
Desde el corazón de Fátima y con alegría, los reúno a todos en el Cenáculo Sagrado, bajo la Presencia de Mi amado Hijo Jesús y la Presencia fiel y castísima de San José, pues como Sagrada Familia del universo, irradiamos Nuestras Estrellas de Luz, aquellas que concibieron Nuestras Consciencias y les abrieron las puertas al mundo, directamente hacia el camino de la redención.
En esta noche, Mi Corazón Inmaculado celebra con alegría y regocijo las velas encendidas, las almas que despiertan al camino de la conversión y de la paz. Y aunque ustedes saben, hijos Míos, que el mundo entero sufre y padece; hoy, la Reina del Cielo trae una oportunidad única para todos, abriéndoles las puertas del corazón para que definitivamente sus vidas encuentren al alma, recinto sagrado de Dios, en donde su Rey desea reposar en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Hoy, los ángeles de Lys se congregan y llevan la paz a los lugares más distantes del planeta, especialmente a todas aquellas almas que no siguen Mi religión y que no conocen Mi Faz divina. Pero la Madre del Mundo, la Señora de las Estrellas del universo, la Reina coronada por la Corona de Dios, en presencia de todos los Ángeles y Arcángeles, celebra, junto con Su Hijo, la misa de la redención, el reencuentro del espíritu de amor en todas las almas perdidas.
Por eso, en esta noche de Gracias, no solo el Santuario de Lys se enciende, sino todos los corazones que en devoción despiertan sus espejos internos para irradiar los códigos de amor y de paz al mundo.
Hoy, en verdad, queridos hijos, Me siento unida a cada uno de ustedes. Así, sus pecados son liberados y todas las manchas del sufrimiento son aliviadas.
Estoy presente aquí, entre ustedes, hijos Míos, como la Reina de la Paz, como la Reina del Amor y de la Misericordia. Aquella que estuvo entre ustedes en Nazaret, gestando en Su Vientre al Hijo de Dios y trayendo la oportunidad de conversión para el mundo entero.
Soy aquella Mujer Vestida de Sol, anunciada en el Apocalipsis de Juan, que trae la luna bajo Sus pies, anunciándole la esperanza a este mundo que sufre y abriéndole la puerta para el Retorno de Mi Hijo, el Hijo primogénito de Dios, su Jesús, Jesús Rey.
Por eso, abran sus corazones y que sus faltas sean perdonadas, a través de la Comunión que todos Mis hijos, a lo largo y ancho del mundo, al comulgar con Mi Hijo amado, recibieron Su Sacratísimo Cuerpo Redentor, en la unión perfecta y divina con Su Espíritu místico y divino. Las Gracias y las Misericordias de Dios descienden a este mundo a través de los corazones de los Ángeles de la Guarda.
Por eso, en esta noche, también los invito, hijos amados, a que disipen de sus mentes todos los problemas, la Gracia de su conversión está próxima.
El Arcángel Miguel, junto a San Gabriel Arcángel, se unen en este momento para irradiar el poder de Mi Inmaculado Corazón al mundo. Dichosos de aquellos que sientan Mi Presencia maternal, a pesar de que no Me vean; pues Dios desea todavía, hijos amados, que Yo utilice ciertos instrumentos a lo largo y ancho de esta humanidad para que anuncien Mi Palabra al mundo, que es el Mensaje de Cristo, su Salvador, que siempre les traerá la paz y la esperanza en estos momentos difíciles.
Pero hoy, en Mi reinado universal y maternal, Mis manos sagradas sustentan el cetro de la Paz para traer al mundo la verdadera Justicia de Dios y, así, todos los corazones se puedan armonizar con la Ley del Creador.
Sientan los Rayos de Mi Corazón Inmaculado, para que algún día, hijos amados, puedan entender las Leyes del Creador; aquellas que son altamente ultrajadas por los corazones ingratos que no quieren escuchar a Mi Hijo, ni en la Confesión ni en la Comunión.
Pero ustedes, hijos amados, más conscientes de la vida espiritual y superior, podrán elevar al Cielo, en un sagrado ofertorio, a todos los corazones del mundo que, antes de este tiempo final, deben despertar al llamado de la Madre de Dios.
Hoy, estoy entre ustedes, fortaleciendo el cenáculo del corazón; recordándoles que deben seguir orando todos los días, especialmente en este tiempo de tribulación, que comienza a suceder en el interno de las personas y que se expresa en el exterior de esta vida material.
Quiero que salgan de aquí atentos y preparados, y que todos los corazones que en este momento están unidos a Mí, en el Sagrado Santuario del Reino de Lys, puedan llevar una vida buena, de reconciliación y de paz, viviendo el arrepentimiento, fortaleciendo la fe en Cristo, renovando los Sacramentos y viviendo una vida de fraternidad para que al menos, hijos Míos, una parte de esta raza pueda concretar el advenimiento de una Nueva Humanidad.
Algunos corazones ya viven esta Nueva Humanidad en lo profundo de sus almas, aguardando por la gran promesa de la Tierra Prometida que vendrá en auxilio de todos desde el Universo Celestial, a través de la Nueva Jerusalén, que será formada por los discípulos de Mi Hijo, aquellos santos de los últimos días, que proclamarán la última palabra antes de que se abra la gran puerta en esta humanidad.
Por eso hoy, hijos Míos, no solo contemplo sus necesidades, la falta de amor en sus corazones y el fortalecimiento de la fe en sus vidas; Yo vengo a traerles un Mensaje de esperanza, pero también un Mensaje de advertencia: llegó la hora de orar con el corazón todos los días y de no perder tiempo en cosas superficiales.
Alimenten sus espíritus y mentes con la sagrada Palabra de Mi Hijo amado. Estudien el Evangelio. Visiten la Biblia todos los días. Lean los Mensajes y practíquenlos para que sus vidas sean un ejemplo de caridad y servicio, a través de las tareas de amor y del espíritu de redención.
Hoy, ante ustedes se encuentra la Nueva Aurora, aquella que siempre brilla en el firmamento interior de los corazones que la invocan, en la Presencia Sagrada del Padre-Madre Creador Emmanuel, que los une a Mi Corazón Divino para que vivan la oportunidad de la redención.
Liberen sus faltas y deudas, y reencuentren el camino al Reino de Dios.
Por eso, hoy estoy aquí, en Goiânia, para que el estado de Goiás junto a Mato Grosso, funden nuevos grupos de oración para orar por los Reinos de la Naturaleza, principalmente por el Reino Animal que es muy castigado por todos. Esa deuda debe ser equilibrada.
Por eso, hoy les dejo a todos la responsabilidad de que respondan a este llamado de Mi Corazón Inmaculado y despierten a la consciencia del Génesis, en donde Dios desde el principio, desde Adán y Eva, proveía de todas las cosas necesarias para poder vivir sin necesidad de ultrajar al Reino Animal ni a ningún Reino creado por su Dios.
No solo vengo por ustedes, humanidad dormida, anunciándome desde el Reino Sagrado de Fátima, despertando sus esencias, aquellas que deben estar unidas a Dios todo el tiempo; también vengo por los Reinos Menores, aquellos que conviven con ustedes todo el tiempo, que son lastimados y ultrajados por las manos violentas de los hombres, sin un mínimo respeto por la Ley de la Creación.
Ustedes, que viven aquí y que saben sobre las masacres del Reino Animal, los invito, queridos hijos, a que busquen la vida natural, sírvanse de aquello que Dios les entregó desde el principio; alimenten sus barrigas de cosas sanas, divinas y sublimes; dejen a los Reinos en paz, déjenlos que ellos puedan evolucionar. Ellos necesitan de ustedes todo el tiempo y para que la Ley no caiga sobre toda esta humanidad, muy sorda y ciega.
Yo les vengo a advertir, queridos hijos, sobre una puerta, una oportunidad: abran sus ojos al llamado de su Madre del Cielo.
Ya no hay tiempo que perder. Ya no se involucren con las modernidades, no sean instrumentos de Mi adversario. Usen su inteligencia superior, despierten sus células dormidas para que Dios pueda trabajar a través de sus corazones y vidas.
La humanidad le debe mucho al universo; pero como Yo provengo de ustedes y ustedes provienen de Mi Corazón, Yo soy parte de esta humanidad desde el principio. Les traigo la Verdad y la Justicia para que las puedan reconocer y vivir con simplicidad.
Hijos amados, hoy todo el universo se congrega para que, desde el Reino de Lys, las almas salgan renovadas en la esperanza y en la fe. Y, cuando ustedes, hijos amados, dejen de hacer algunas cosas en sus vidas, actitudes que los llevan a la perdición, podrán comprender Mi Mensaje y creerán verdaderamente que todo lo que hoy les dije es parte de la Voluntad de Dios. Así, cambiarán sus vidas, unidos todos los días al Santo Rosario, elevando sus espíritus en la Comunión perfecta con Mi Hijo resucitado.
Por eso, abran sus ojos y ya dejen de dormir. Salgan de este sueño, de este torpor. Despiértense, de la misma forma que se despertaron los apóstoles en el Getsemaní, cuando tuvieron que acompañar la agonía de Mi Hijo.
Pero hoy, les traigo un poco de la Misericordia de Dios, porque Yo intercedí por todos ustedes para que poder decirles todas estas cosas.
Cuando la humanidad cambie y al menos una pequeña parte de esta humanidad viva el último Mensaje del Cielo, podré decir, hijos Míos, que ya estarán preparados para recibir a Cristo. Y, aunque eso esté por suceder, Mi Corazón Inmaculado, su Águila Solar, seguirá sobrevolando esta humanidad a través de las peregrinaciones sagradas, para que los corazones despierten al Llamado de Dios y dejen de ofenderlo todo el tiempo.
Queridos hijos, lo que sucedió en Fátima fue muy importante; pero lo que hoy sucede aquí, en este lugar, es irradiado al mundo entero, al mundo álmico, al mundo esencial de todos los corazones.
Este es Mi testimonio para todos. Este es Mi Mensaje de advertencia para el mundo entero: cambien, cambien pronto. No vivan una vida superflua. Arrepiéntanse a tiempo, confiésense, comulguen con Mi Hijo y serán salvados por Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo contaré con muchos guerreros de la paz que lucharán, con el rosario entre sus manos, en el tiempo culminante de la tribulación, en el que estarán unidos en oración y en espíritu, en unión a Mi Corazón Inmaculado, esperando el Retorno del Cristo al mundo, cuando la humanidad entera, de Oriente a Occidente, despertará y reconocerá al Rey Universal.
En este día, hijos Míos, en el que sus corazones se recogen en Mi Espíritu maternal, estoy presente aquí, colmándolos con Mi Paz y con Mi Amor, estoy presente en Fátima con todos Mis hijos, en todos los hogares que están unidos a Mí en este momento, en todas las órdenes consagradas a Dios y también estoy en Kibeho, trabajando en el corazón de Ruanda para toda África.
Por eso, hijos amados, como conocen Mis diferentes Faces de Luz, con las que he aparecido a diferentes corazones para traer un Mensaje de paz y de esperanza a lo largo de los siglos; hoy deseo, hijos amados, como su Señora del Santísimo Rosario, que guarden en sus memorias Mi Mensaje de Paz, Mi Mensaje de instrucción que proviene de la Voluntad de Dios y de Su Poder Supremo. Mi Mensaje es fuerte e intenso, con la esperanza que sus células despierten al llamado a la redención y a la conversión de los corazones y de las familias.
En esta noche, hijos amados, depositen sobre Mis manos sus aspiraciones. En el silencio del corazón y de la palabra, díganme internamente qué es lo que necesitan, Yo los escucho a través del silencio.
Y ahora, que he recibido sus súplicas, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y proclamen, internamente, la consagración a Mi Corazón Inmaculado.
Yo soy la Señora del Verbo Divino y estoy con todos aquellos que son consecuentes con Dios, en humildad y simplicidad, en reverencia y amor.
Hoy, consagro todas estas imágenes sagradas para que sean el ícono de su esperanza, de la Misericordia de Dios, a través de su Señora, la Señora Celestial.
En esta noche, nuevos hijos se consagrarán y espero que caminen a Mi lado sustentando la bandera de la paz. A pesar de los temblores del suelo, Mi Corazón sustentará a aquel que sea fiel a Mi Espíritu maternal. No los dejaré solos, no caminarán solos, Mi Espíritu omnipresente y universal siempre los colmará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Que vengan aquí los hijos que se consagrarán. En presencia de Nuestra Santísima Virgen María, vamos a escuchar "Nuestra Señora de Kibeho".
Como su Señora del Verbo Divino, del Santísimo Rosario de Fátima, como la Reina de la Paz y Madre de toda la humanidad, unidos de corazón, Yo los consagro, queridos hijos, bajo la omnipotencia de Mi Hijo Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos de Estados Unidos, Mi esperanza de llegar a su nación está latente en Mi Corazón. A través de sus pasos, Mi tarea se concretará y una vez más Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco!
Canción: “Nuestra Señora de Kibeho”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, nos vamos a poner todos de pie para cantar el Himno del Santuario de Fátima, hoy, 13 de mayo.
Nos mantenemos de pie, quietos y en silencio y, después de este cántico, vamos a prepararnos para un intervalo, aún permaneciendo en la Presencia de María, para poder celebrar juntos la Comunión. Podemos comenzar.
Canción: "Himno del Santuario de Fátima".
Hermanos presentes y los que están unidos en los Centros Marianos, vamos a dar inicio a esta ceremonia de Comunión después de este encuentro con Nuestra Señora, respondiendo a Su pedido de comulgar con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Enseguida se celebra el Sacramento de la Comunión con varios sacerdotes de la Orden.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más