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Hoy Mi Presencia desciende de estas altas montañas trayendo para ustedes la renovación, el principio de la reparación y de la cura.
Desciendo desde el Universo con toda la Majestad de Mi Padre y hago iluminar con Mi Presencia los espacios más oscuros.
Y así vuelve a triunfar el Proyecto de Dios y nadie, nadie quedará para atrás, porque vendré en la noche de luna a buscar a Mis ovejas más perdidas.
Vendré en la noche de mayor desconsuelo, de mayor desasosiego, en la noche de la perdición.
Vendré en la noche, aun cuando el mundo no mire a Dios. Vendré a llamar a todos y con Mis Pies tocaré este suelo creado por el Altísimo a Su imagen y semejanza.
Reuniré a los que se han autoconvocado y a los que no se convocaron también. No perderé de vista a nadie.
Llamaré por su nombre a los hijos de Dios y reuniré nuevamente a los Adanes y las Evas para recibir en su esencia, el código crístico de Mi expiación.
Haré repoblar la Tierra y cumpliré las promesas una a una. Se escuchará en lo alto de las montañas la Palabra de Dios y los antiguos pueblos del desierto volverán a caminar hacia lo alto del monte y verán venir al Hijo de Dios en Misericordia y resplandor, más brillante que el Sol, más luminoso que todas las estrellas.
Será el Dios vivo que retorna al mundo, para verter en las almas Su Infinita Gracia y por orden del Todopoderoso, por intercesión del Divino y Sagrado Hijo los abismos se cerrarán y ya no se escuchará, nunca más, el llanto de esta Tierra. Las almas llorarán de alegría y no de sufrimiento, porque traeré por medio de Mi Sagrado Corazón, la potentísima Compasión, que hará transformar las cosas más imposibles.
Verán al Hijo de Dios con el Cetro del Padre indicando que en Oriente como en Occidente, en los cuatro puntos de la Tierra se congreguen los Santos Arcángeles del Creador.
Los Libros Sagrados serán abiertos y todos conocerán los nuevos mandamientos
¡Ay de aquellos que no los hayan cumplido! ¡Ay de aquellos que no se hayan arrepentido de corazón, ni siquiera hayan rezado para implorar por Mi Santo Nombre! Porque Yo Soy Jesús, el Cristo, El que está sentado a la derecha de Dios, Quien gobierna estos universos y otros, para hacer de esta Creación los nuevos seres de amor y de misericordia que repoblarán este planeta.
Y finalmente por el sacrificio de Mi Pasión y de Mi Cruz, la Tierra será feliz. No existirá dolor, enfermedad, culpa o pecado, porque aquel que ha caído a los pies del Creador será vencido y la poderosa Espada de Emmanuel será colocada sobre este planeta.
Y cuando todo esté en una gran confusión, queridos hijos de Mi Padre, será la señal que la estrella más poderosa de este Universo se aproximará a la Tierra y todos sentirán en su interior la hora definitiva.
Serán llamados los hijos del bien y también aquellos que no han hecho el bien. Nada quedará oculto. ¡Créanlo! Mi promesa se cumplirá. Ya no existirán injusticias, robos, ultrajes, sacrificios humanos. Ya no correrá la sangre, porque Mi Sangre corrió sobre este suelo para salvarlos a cada uno de ustedes.
¡Ay de aquellos que le dan la espalda a Dios y que generan las guerras, los conflictos y la enfermedad que no existe!
Deberán postrarse ante el Creador y en esa hora sus corazones deberán ser misericordiosos más de lo que hoy son, para perdonarlos en Mi Nombre y para que así, triunfe Mi Corazón.
De sus pechos nacerán los nuevos mandalas de luz y la verdadera esencia de las criaturas será manifestada. Ya no existirá ignorancia en la Tierra, desconocimiento o indiferencia, porque aquellos que no han amado a Dios ni a sus hermanos, en verdad les digo compañeros, que ya no estarán aquí, pero el Padre es misericordioso y justo, y tiene un lugar preparado para cada alma.
En esa hora, en lo alto del Monte y ante la presencia del Primogénito, deberán dejar sus espadas y todas sus armas, porque Mi Corazón que es misericordioso y bondadoso, justo y compasivo, detendrá todas las armas nucleares y destructivas de este planeta.
Y a pesar de que el mundo se ahogue en este tiempo en su propia ilusión, les prometo que los Nuevos Cristos nacerán y no serán pocos, porque Yo los llamaré por su nombre como Dios llamó a Moisés, a Abraham y a los antiguos Patriarcas.
El Libro Sagrado, la Biblia, al fin será reescrito. Ustedes en este presente contarán la historia, la nueva historia de Amor para la Nueva Humanidad.
Y así, los santos arcángeles y sus legiones de todo el Universo, estarán con sus libros sagrados abiertos y en sus hojas en blanco escribirán las nuevas señales que traerá el Redentor para esta humanidad.
Aún habrá cautiverio. Aún la humanidad ha decidido aprender por el sufrimiento, pero Yo los invito, amados Míos, a buscar siempre la vida a través de la Ley.
Que sus corazones sean transparentes para estar junto a Mí. Que puedan surgir sus verdaderos rostros de amor y que ya no existan más las máscaras que esconden al verdadero ser, en su profundo dolor y agonía.
He venido aquí a Argentina, porque la he escogido, como a otras naciones de este Cono Sur, para Mi Retorno. Y ya no serán sólo palabras, sino verán al Hijo de Dios venir como un gran Sol en lo más alto de las montañas.
Todos, absolutamente todos, sentirán Su Presencia y ya no habrá separaciones, nunca más, entre el Cielo y la Tierra, porque los bienaventurados llegarán reflejando a través de sus corazones la experiencia y Mi Proyecto Redentor.
Y las naciones ya no estarán separadas, porque todos hablarán la lengua del Amor. Así todos se comprenderán, como los Míos en el pasado Me han comprendido.
No dejaré que las estrellas que Yo he escogido para que puedan brillar, se apaguen. Tengan confianza en lo que les digo. Sientan amor en todo lo que les pronuncio, porque a pesar de sus desiertos, de sus sufrimientos, Yo los conozco uno a uno, y llegará el gran día en donde se liberarán. Las amarras se romperán, porque Yo cortaré con Mi Espada lo que causa el dolor en este mundo.
Que sus corazones se alegren, compañeros, en los cuatro puntos de la Tierra, porque se acerca Mi hora. Ahora no la hora de Mi Muerte, sino la hora de Mi Retorno. Pero primero estaré presente, pues es lo que más deseo: estar presente en sus corazones, para que toda la humanidad, todas las razas, todos los pueblos, reconozcan al humilde Salvador.
Que no se pierdan sus esperanzas, que no se acaben sus alegrías, porque todo lo que Mi Padre les entrega en este momento es parte de su purificación. No desistan, no naufraguen, no sientan que se hundirán, porque Yo estoy aquí para estar con el mundo, que se pierde y es infiel.
Yo estoy aquí por todos, por los justos, por los injustos, por los que creen que estoy aquí y por los que no creen.
Les pido a los que no Me escuchan que no se olviden de Dios, porque Él está lleno de Misericordia y espera entregarla a sus corazones.
Les pido que recuerden Mi Presencia en la Santa Eucaristía, para que los Sagrarios que habitan en cada alma no se derrumben.
Soporten el Fuego Cósmico de la Redención. La Tierra y su humanidad están atravesando su tiempo más crucial y definitivo.
Gracias a ustedes y a sus pequeños sacrificios, hoy Yo puedo estar aquí en Argentina, porque este pueblo Me pertenece. Este antiguo pueblo que una vez Me encontró, Me pertenece.
Yo espero de esta nación la igualdad, la justicia y sobre todo, la solidaridad, porque aquí hay muchas almas que sufren y que están en tierras lejanas, esperando el bálsamo de Mi Amor para que se alimenten en espíritu y en vida.
No dejen de servirme. Y a pesar de sus errores y de sus caídas constantes, no dejen de buscarme. Yo vengo aquí por su universo interior, por la riqueza más grandiosa que el Padre ha dejado en cada corazón humano.
No dejen que Mi enemigo los confunda y tampoco los engañe, porque si ustedes están en Mí en cada momento, en cada segundo, como en cada respiración, Yo estaré en ustedes, porque Mi Padre está en Mí y así ustedes estarán en Mi Padre. Él lo espera hasta el fin de los días, hasta el fin de los tiempos.
He dejado muchas Gracias en este lugar, sobre todo en lo alto de estas montañas, para que el mundo entero reconozca que aquí, en las montañas de Argentina, como en las montañas de Chile, podrá encontrar en el silencio, en la oración, en la contemplación, esta maravillosa experiencia de Amor que Dios les ha entregado, por medio de Su Creación.
Que se levanten los corazones que se sienten caídos, que se cierren las puertas al mal, que todos los autoconvocados sustenten por Cristo hasta el final el estandarte de la Paz, porque llegará la hora y el momento de que el mundo reconocerá y se sorprenderá al ver al humilde Hijo de Dios llegar al planeta.
Que se cumpla el advenimiento de los Nuevos Cristos. Que despierten las almas que se separaron de Dios, porque el Señor Dios, el Todopoderoso, ha enviado al Verbo Divino para que sea escuchado en este momento en todo el planeta.
Así siéntanse confortados y siéntanse consolados en la eterna plenitud de Mi Corazón, porque los esperaré en algún plano en lo alto de estas montañas, para que toda la humanidad comparta la nueva comunión redentora con su Maestro y Señor, el Cristo.
Elevo a Mi Dios, al Todopoderoso, Emmanuel, Padre y Madre de esta Creación:
Escucha de nuevo la Voz de Tu Amadísimo Hijo, que se entregó por Amor a la Pasión y a la Muerte, para hacer florecer en las almas Tus códigos de Vida.
Emmanuel, desciende Tu Fuente sobre esta parte del mundo. No mires los errores de Tus hijos, sino la presencia de Tus Dones en todas las almas, para que se cumpla, Padre, Tu Plan en esta humanidad. Amén.
Vengo a bendecirlos con el Amor que los transfigura, que los eleva, que los concientiza. Por medio de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre vengo a darles la absolución, para que mediten y reflexiones en los nuevos pasos que deberán dar sus vidas para con Mi Proyecto.
Que los que han sido injustos con sus hermanos, que se arrepientan.
Que los que han ofendido con su pensamiento, que hagan penitencia.
Que los que no se animan a vivir el Amor a través del dolor, que lo vivan, porque Yo les he enseñado a amarse los unos a los otros, para que triunfe en este mundo Mi Sagrado Corazón.
Te pido Padre en esta noche, que bendigas este pueblo, que está a las puertas de una equivocada decisión, pero sé que es justo en Ti, Padre, que todos aprendan algún día a vivir el bien y la igualdad.
Pero llegará la hora que no será necesario más nada entre las almas y los pueblos, porque vendré trayendo, por medio del Cetro de Dios, el Gobierno Celestial y finalmente las Leyes en este planeta serán justas y estarán unidas al Creador.
Que se eleven sus corazones ante Mi Iglesia Celestial. Que los Ángeles que hoy congregan esta ceremonia a los pies de estas sagradas montañas, reciban de sus corazones el más simple y puro ofertorio, para que muchas más vidas sobre la Tierra sean rescatadas, así como las vuestras fueron rescatadas.
Padre Santo, Altísimo Señor de todo lo creado, de todo lo visible y de todo lo invisible, vuelvo a repetir ante Tu Sagrada Presencia en los corazones simples, la gran fórmula de la transustanciación, para que estos elementos se conviertan en redención y en nueva vida en las almas.
Les dije hace un tiempo a Mis apóstoles y a todos ustedes reunidos como almas en el Sagrado Cenáculo y su Redentor, que tomé el pan, di gracias al Padre para que Él lo bendijera y les dije: Tomen y coman todos de Él, porque éste es Mi Cuerpo, es Mi Esencia, es Mi Espíritu, que será entregado por ustedes y por todos los hombres.
Después de comulgar con Mi Cuerpo, que iba a ser entregado, tomé el Cáliz, el Sagrado Cáliz de Redención, lo elevé y di gracias a Dios para que el Padre lo bendijera y les dije mirando a sus ojos: Tomen y beban todos de Él, porque ésta es Mi Sangre, Sangre Preciosa de la Nueva Alianza entre las almas y Dios, que será derramada por los hombres en la Pasión, en la Cruz y en la Muerte de su Maestro, para el perdón de los pecados.
Hagan esto en Mi memoria, para que Yo siempre esté presente en ustedes hasta Mi retorno.
Elevo al Cielo, Padre, este Sagrado Sacrificio para que las almas se fundan en Ti y Tú Padre, que todo lo puedes, que todo lo realizas, que todo lo manifiestas, estés en Tus hijos por la eternidad.
Ahora tráiganme aquí los nuevos corazones para Mis nuevas hijas Auxiliadoras de la Misericordia. Deseo en esta noche dar una Gracia especial a esas almas, que por diferentes caminos, han confiado en su Redentor y en el poder de su amor invencible, que a pesar de todo, ha vivido en ellas en estos tiempos y delante de estos últimos acontecimientos.
Ofrezcan su sufrimiento a Dios, aunque sean desconocidos por ustedes, hijas Mías, para que su Maestro pueda sentirse agradado al ver el ofrecimiento de sus corazones, al ver el esfuerzo de sus almas por estar cerca, bien cerca de su Señor.
Vengo a bendecirlas, hijas Mías, con la Fuente de Mi Espíritu, con la bondad de Mi Alma y con todo el Amor de Mi Corazón, para que sepan que a pesar de lo que suceda, nunca, nunca estarán solas, porque Mi Presencia es Infinita, Mi Espíritu es Omnipresente y Mi Divinidad es omnipotente.
Les vengo a ofrecer la misma Gracia que ofrecí a las antiguas mujeres de Jerusalén, que lloraron la Pasión de su Señor, que estuvieron a los pies de la Cruz contemplando en lo desconocido el gran sacrificio de su Hijo. Que estuvieron junto a María, Mi Madre, viviendo el silencio, la injusticia y el dolor, por un mayor Amor que llegó a este mundo después de Mi muerte.
Vengo así a darles lo que soy, para que ustedes Me den lo que son en este tiempo. Amén.
Bendigo estos dorados corazones, para que representen en este plano material la Presencia de Mi Espíritu en las almas que caminan por la senda de la consagración.
Que vengan aquí ahora Mis hijas.
Acompañaré esta pequeña ceremonia de su consagración como Auxiliadoras de la Divina Misericordia de Mi Corazón para estos tiempos, en donde es necesario el perdón y la redención en todo el planeta.
Que el Señor las bendiga en esta nueva tarea.
A través de este aceite hijas Mías, Yo les devuelvo lo que una vez Me entregaron en el Sepulcro: el amor de sus corazones.
Y ahora recibirán la alianza con Mi Corazón.
Ahora recibirán la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.
Y ahora Me iré al Cielo, lugar de donde provengo y al centro de este Universo.
Me voy en regocijo al ver a sus almas en comunión Conmigo, en medio de la Palabra Divina y de esta ceremonia de Amor, que intenta fortalecer sus almas y sus vidas para los tiempos que llegarán.
Quiero escuchar una canción que ha tocado Mi Corazón muchas veces. La canción de Mi hijo Natanael, que trae como mensaje la redención de las almas y la unión de ellas con Mi Corazón.
Quisiera que esta canción, con su fuerza e ímpetu, llegara a todo el mundo en este momento, como una irradiación de amor, de cura y de liberación para aliviar el sufrimiento, para que reine la Compasión. Amén.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Gracias Argentina por haberme recibido.
Recuerden que nunca Me olvido de ustedes. ¡Nunca!
He aquí, hijos Míos, que la noche oscura de este mundo comenzará en el interior de los hombres que, separados de Dios, se ofrecen para ser instrumentos del enemigo del Creador.
He aquí, que esa noche será larga y parecerá eterna para los que no tengan su fortaleza afirmada en la fe del corazón.
He aquí, que el mundo temblará y vivirá las consecuencias de una vida vacía de espíritu y de sentido espiritual.
La Madre Celestial observará desde el Cielo a Sus hijos, que como puedan, intentarán difundir Sus palabras que, en ese momento, tendrán como eco el verbo de Sus pequeños.
He aquí, que este tiempo ya se inicia porque las almas, cada vez más, se distancian de Dios y caen en los abismos de este mundo.
La fortaleza de los hijos de María radicará en la obediencia a todo lo que Dios les pida a través de Sus Mensajeros; y aprendiendo hoy a obedecer a Dios, es que sabrán cómo obedecerlo mañana, cuando Su Voz sea como un susurro dentro de sus corazones.
Dios siempre le hablará a los hombres, aunque sea por medio de un sentimiento o de una intuición; pero para eso, deben construir hoy el camino de la unidad con el Padre; para que ni el caos ni el mal, en batalla en los tiempos venideros, puedan perturbar y destruir esa unión que les permitirá escuchar a Dios.
He aquí, hijos Míos, que el mundo enfrentará su purificación, muchos no querrán ver que lo que viven son las consecuencias de sus propias acciones y desvíos, y atribuirán a Dios la culpa de sus sufrimientos.
Hoy les digo, afirmen sus espíritus en la fe y únanse al Corazón del Padre. Construyan en la consciencia un espacio seguro, en el cual podrán oír la Voz de Dios, que los inspirará.
La paz deberá ser un estado de consciencia, fruto del espíritu de la neutralidad que nace en los corazones maduros por la oración y por el conocimiento divino. Y es allí, en ese estado de paz, donde podrán comprender los hechos venideros de una forma diferente y verdadera, sabiendo cómo superar los obstáculos sin perderse y, lo más importante, siendo capaces de guiar a otros para que no se pierdan.
He aquí, que en la noche oscura del mundo los llamaré para que sean las antorchas que guiarán a la humanidad. Y no les hablo solo de un símbolo, hijos Míos, les hablo de una realidad espiritual; pues si hoy la humanidad ya se encuentra tan fría y perdida, ¿qué será de todos, en los momentos más agudos de la purificación planetaria?
La fe que construyo en ustedes guiará al mundo y será el verdadero testimonio de la veracidad de Mi presencia entre los hombres. Yo estaré viva en los corazones de Mis hijos, y Mis palabras, que son eternas, encontrarán la forma de perpetuarse, haciendo eco en el verbo que saldrá de sus bocas cuando las almas necesiten aliento y amparo.
Mi Hijo los llamó para ser la Luz del mundo y para que estén sobre la mesa, visibles para iluminar este hogar que es la Tierra. Hagan viva esta profecía y esta intención divina, y hoy, déjense moldear en lo que Dios espera de ustedes, para que mañana vean Mis palabras manifestadas en sus vidas.
Comprendan, hijos amados, que todo lo que construyo hoy en ustedes, es en pro de la salvación de todos Mis hijos que, el día de mañana, necesitarán encontrar aliento a través de cada uno de ustedes. Porque Dios estará en silencio y Sus Mensajeros se silenciarán con Él, emitiendo solo la eterna esperanza y el infinito Amor de Sus Corazones, para sustentar los corazones de aquellos que estén unidos a Ellos desde el principio.
Todo lo que les digo y todo lo que los llamo a vivir, es para que construyan el nuevo tiempo y la nueva vida. Déjense moldear y si hoy no comprenden Mis palabras, mañana las comprenderán.
Aquella que los ama, los bendice y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Esfera de Luz de la consciencia
Cada ser humano, como esencia espiritual creada, porta en sí una Esfera de Luz en la consciencia, que guarda el Amor que el Creador le entregó desde el momento en el que fue creado.
A esta esfera la llamamos Esencia o Esfera de Luz de la consciencia. Es tan importante como la vida, porque responderá en el futuro como experiencia en cada uno de ustedes.
Esta Esfera de Luz de la consciencia guarda los recuerdos más positivos de su existencia, así como también los recuerdos de los actos de Amor y de Misericordia vividos en la escuela de este planeta.
Es esta Esfera de Luz de la consciencia la que su Madre Celeste viene a cuidar y a proteger de Su eterno enemigo.
La Esfera de Luz de la consciencia es capaz de proporcionar una experiencia de Amor que el alma haya perdido por sufrimiento o por error.
Esta Esfera de Luz es capaz de traerle a la vida espiritual los dones guardados en la Fuente de la Creación y de irradiarlos a todos los núcleos profundos de un ser.
La Esfera de Luz de la consciencia es la única memoria viva de lo que una vez fuimos, de los que somos y de lo que seremos, porque puede captar la Voluntad Divina y, de esa forma, proporcionarle a la consciencia humana, los impulsos necesarios para vivir una vida más evolutiva dentro de las diferentes Leyes del Universo.
Esta Esfera puede destrabar un proceso espiritual o interno que a veces la mente genera.
La Esfera de Luz de la consciencia es capaz de recordarnos nuestro origen y nuestro principio en la Creación.
Ella lo puede todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mientras la nueva primavera del Señor ingresa en la vida planetaria para anunciar nuevos asuntos, por otra parte, los enemigos que están cerrados a Mi Plan parecen temblar y percibir el daño que han causado a Mi obra mundial.
Es así que con el rosario entre Mis manos, rezo por todos los sacerdotes para que sean el ejemplo vivo de Cristo en la Tierra y no el ejemplo de un desorden espiritual y público.
Por eso, les pido a todos Mis queridos orantes que refuercen su fe y el carisma de vivir el amor por encima de todas las cosas.
Queridos hijos, Yo los invito a estar en Cristo para que Cristo pueda estar en ustedes y en toda la enferma humanidad.
Invito a todos los creyentes a vivir una única religión, la religión del amor y de la unidad, la cual se podrá espejar como verdad en los corazones puros y simples.
Los invito a buscar entre las religiones la esencia del amor y de la unidad, la que se manifiesta en la segunda persona de Dios: en Cristo.
Queridos hijos, no olviden que estamos en un tiempo final, en donde todo está en juego dentro y fuera de las almas.
Con valentía y mucha oración, sean lo que Mi Hijo espera que sean todos los días, embajadores de la paz y del bien, sin importarles lo que digan sus semejantes, porque quien atrae la paz y el bien es un apóstol de Mi Hijo en el fin de estos tiempos.
Anímense a unir lo que está separado entre las consciencias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, llegan a ustedes los Sagrados Corazones de María y de San José con el cetro de mimbre en Sus manos, para decirles con esto que la humilde Justicia de Dios descenderá sobre el mundo para purificarlo completamente y así poder atraer la paz.
Queridos hijos, el corazón humano causa mucho mal y mucho daño porque vive en el dolor y se olvidó de sentirse amado; su repudio y blasfemia se generan por haber cerrado su espíritu a Dios, por no saber lo que es la Misericordia.
En esta hora, en la que los enemigos y los perseguidores afianzan sus planes contra Mis Planes en el mundo, vivan en el amor, porque en el amor conocerán la paz, y ellos serán tocados en algún momento por el Amor de Dios, Amor que no vive en ellos desde hace mucho tiempo porque viven un amor mental e imaginario.
Así como Mi Hijo les pidió que oren por los que los persiguen para que, en este momento crucial de la humanidad, todos los que son promotores de la difamación pública y social, dentro y fuera de Mi Santa Iglesia, sean considerados por la Misericordia de Dios.
Ustedes, con ojos de compasión y de consuelo, vean más allá de todo, vean cómo esas almas sufren su cautiverio dentro de una Iglesia sometida por el poder y por las reliquias de otrora.
Queridos hijos, oremos para que el espíritu de Mi Paz los proteja a todos, principalmente a los sacerdotes de Cristo que tienen bajo su cuidado a millones de almas y a su buena fe y credibilidad.
Mi amado Hijo los contempla y en silencio habla con Su Padre, pues Él ya sabía desde el momento de Su agonía en el Huerto Getsemaní que este tiempo perverso llegaría a Sus queridos apóstoles en redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración continua,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Poder Divino de la Unidad
Ni la bestia aparentemente más fuerte podrá atacar a Mis hijos al punto de destruir en ellos lo que Yo construí con Mis santas manos. Una fortaleza erguida por Dios es eterna y no existe viento ni oscuridad que pueda derribarla. La base de esa fortaleza es la vivencia de lo que les enseñé. Cada una de Mis palabras consolida en ustedes el principio de la unidad de los unos con los otros y con Dios.
La unidad, hijos, cuando se la vive en plenitud, es el mayor escudo de este y de todos los tiempos. Aunque el suelo tiemble bajos sus pies y las fuerzas del cuerpo parezcan desvanecerse, si hay unidad, no habrá temor y no habrá derrota.
Si están unidos de corazón, mantendrán los ojos abiertos y no se dejarán engañar, cuando el adversario ciegue los ojos de muchos con el miedo y la ilusión. Aquellos que viven en unidad conocerán la Verdad y sabrán qué falso es el poder de los que se elevan sobre la oscuridad; estos caerán y desaparecerán como polvo, en el momento que la Luz crística surja.
Si viven la unidad, sustentarán no solo el propio espíritu, sino que serán las columnas de un gran templo que en el momento de la tempestad amparará, dentro de él, a los que estaban perdidos, pero que aún tenían en su interior la esperanza de algún día encontrarse a sí mismos.
La fortaleza de la unidad los mantendrá neutros y en equilibrio, cuando los acontecimientos que vendrán desequilibren a los incrédulos y a los hombres de poca fe, por no creer que después de la noche brillará el sol y que el amparo de Dios siempre estará sobre aquellos que se reconocen como Sus hijos.
La unidad los hará comprender cuáles acontecimientos les llegan como asedio, cuáles como pruebas y cuáles son aprendizajes necesarios para su evolución. En el espíritu de unidad de los unos con los otros, podrán superar todas las instancias de forma correcta y con madurez.
Por eso, hijos, el gran aprendizaje de la unidad debe ser vivido en este tiempo. Este es el momento de vencer las resistencias del propio interior, que les impide vivir en fraternidad, amor y unidad con el prójimo.
Sepan que aquellos que tanto juzgan o que no consiguen amar ni aceptar en sus caminos podrán ser el pilar que faltará en su templo interior, para sustentarlos firmes en los tiempos que vendrán.
No son más tiempos de soledad ni de individualidad, en el pasado, ese fue un aprendizaje de interiorización de la humanidad, que los preparó para vivir hoy la unidad con todos los que los rodean.
Aquellos que son convocados para Mi ejército de Luz y de Paz deben estar siempre unidos. No dejen que Mi adversario derribe, a través del veneno corrosivo de la crítica, del juicio y de la separatividad, los pilares de la fortaleza que Yo estoy construyendo con su constante permiso.
Hijos, cuando dejan que el enemigo hable a través de sus bocas y los separen de sus hermanos y compañeros de camino, no es solo Mi Obra que están destruyendo, sino, sobre todo, su propia posibilidad de evolucionar y mantenerse de pie en los momentos de mayor tribulación.
Por eso, cuando sientan que sus lenguas se mueven por la astucia del adversario, callen y pidan Mi auxilio; corten la cadena del mal e invoquen al Divino Poder de la Unidad.
Donde exista verdadera unidad no habrá oscuridad, y todas las batallas serán marcadas por el triunfo de la Luz. Donde exista unidad habrá Verdad y allí estará la Consciencia de Dios expresándose a través de Sus hijos.
Les digo todo esto para que reconozcan que el triunfo del Padre Eterno no depende de la fuerza propia de nadie, sino del Divino Poder de la Unidad, que juntos, Mis soldados pueden atraer y manifestar.
Luchen, hijos, día a día, para hacer triunfar Mi Corazón y para que la fortaleza de la unidad crezca y ampare en sí muchas almas que están buscando un refugio en este mundo de tan poca fraternidad y amor.
Donde exista unidad, una luz se encenderá, indicando el camino para los que aún deben despertar en estos tiempos.
La semilla de la unidad ya está germinando y creciendo en muchos de Mis hijos, y ella debe expandirse en todos los que Me escuchan; por eso, hoy les hago oír estas palabras.
Los bendigo y los conduzco al Divino Poder de la Unidad
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La bestia de los últimos tiempos y la Mujer de todos los tiempos
Una señal inminente se precipitará sobre el mundo y revelará claramente a todos que los últimos tiempos han llegado.
Esa señal, que llegará al mundo, abrirá el último y gran abismo; y la bestia furiosa, que estaba presa en sus infiernos, saldrá a la superficie. El mundo no verá una bestia material, pues ella con su astucia ya está conquistando a muchos e inocentes corazones.
Esa señal, que llegará al mundo desde el universo, le revelará a los orantes cuánto la bestia ha reinado en las consciencias principales de este planeta. Su gran ostentación es llevar a los corazones al constante pecado; por eso, la bestia, que está aún en su abismo, se fortalece con los deseos que viven todos los hombres en esta vida material.
A la bestia no le apetecen las almas que son más conscientes, sino que ella siembra con su astucia la indiferencia y la omisión.
Ella no desiste de buscar a los más valientes; sus garras están sobre los grandes gobiernos del mundo, los que en consecuencia someten la dignidad de las almas y su evolución.
Cuando la bestia salga de su abismo, todos los pecados capitales estarán en una gran y decadente exacerbación; como muchos están pensando, todo estará permitido, aun el libertinaje y la superstición.
La bestia se alimenta del fracaso de sus semejantes; pero no sabe que la oración vuelve invisible a las almas y las aparta de sus garras. La bestia desenvuelve su furia a través de los conflictos y todos los que viven en conflicto atraen hacia sí la furia de la propia bestia.
En cambio, el alma que ora construye y se eleva, sabe sustentarse a sí misma y al planeta, y está más libre de la decadencia. Pero la bestia ya sabe que deberá ir en búsqueda de los hijos del Sol.
Por eso en esta hora, la Mujer Vestida de Sol está corriendo al desierto y les está señalando a Sus amados hijos que es hora de trabajar inteligentemente.
La bestia no solo intentará que no nazca ningún Cristo, sino que con su falso poder intentará destruir todo lo que una consciencia de la Luz haya construido internamente. Para estar protegidos de esos embates de la bestia, deberán estar atentos y vigilantes a todos los estímulos externos que les harán perder los verdaderos códigos crísticos.
La bestia, desde su reinado, manipula a las naciones y al mismo tiempo a sus gobernantes. Quien en verdad no está en Dios, no conseguirá escapar de esas filosas garras, porque la bestia se crea y se recrea en los pecados capitales que, en verdad, son las raíces de la maldad y de la perdición de millones de almas en el mundo.
Cada vez que una consciencia abre la puerta de su ser a esas tentaciones, aunque sea esporádicamente, la bestia se satisface con esas energías y dicha consciencia ingresa conscientemente en el reino de la bestia.
La bestia que somete al mundo es generada, de tiempo en tiempo, por los hombres; y los propios hombres reciben de la bestia todo el castigo. Pero una Luz esperanzadora desciende del universo y la Madre de Dios, la Mujer de todos los tiempos, batalla con la bestia de otra forma, para poder disiparla cada vez más de la consciencia del planeta.
La bestia sabe que le queda poco tiempo; pero en ese tiempo que le resta, querrá llevarse a su abismo a la mayor cantidad de estrellas caídas y no caídas. Por eso, los hijos de la bendita Mujer no podrán dormirse, porque ante cualquier movimiento astuto de la bestia, la batalla podría perderse.
Que la inteligencia de los soldados esté en la vigilancia de sus deseos y expectativas, la bestia se revuelca como un cerdo en las cosas superficiales y mediocres.
Para debilitar a la bestia, que la propia humanidad ha creado y que ahora es incontrolable, será necesario amar el Plan de Dios y vivirlo como si fuera lo primero en sus vidas, porque la bestia no conoce el amor interior de las criaturas, no conoce el amor que enseña Cristo; ese amor que la hace débil y la enferma al punto de dejarla inmóvil muchas veces.
Si ese amor siempre fuera lo suficientemente grande y verdadero, la bestia ya no tendría su reinado en Medio Oriente.
Que la escuela del Amor de Cristo motive a las consciencias para que abandonen la ilusión; porque mientras sus consciencias estén en dos caminos, estarán abriendo la puerta para que la bestia entre. Sean inteligentes y que, por su oración, la bestia sea desactivada.
La Mujer de todos los tiempos les vuelve a indicar y a marcar el camino, para que la mayoría de las almas no se desvíe del camino de la Luz.
Pero para vencer a la bestia, la Mujer deberá contar con soldados consagrados física y espiritualmente para que, a nivel universal, ese acto de consagración testimonie y confirme que la bestia será expulsada del planeta.
La propia humanidad deberá generar las condiciones para que todo pueda revertirse. Mientras el deseo desenfrenado y los pecados capitales sigan alimentando a la bestia, el planeta no tendrá paz.
Por eso, con más consciencia e inteligencia que la propia bestia, ayúdenme a vencerla a través del amor y de la unidad que aún no vive la humanidad.
Todos los días, refúgiense en el desierto de la Santa Mujer para estar protegidos, porque la bestia no conoce el vacío de sí, no sabe de qué se trata.
Por eso, sin motivaciones externas, que son las cosas que atraen a la bestia hacia la superficie de este planeta, trabajen en este tiempo para crear condiciones evolutivas opuestas a las condiciones que desde siempre han vivido en esta humanidad.
Que en esta hora, Mis hijos perciban que ya estamos en otro tiempo y que es urgente cambiar de actitud verdaderamente, porque así la máscara de la ilusión y de la ceguera caerá de muchos rostros que aún están dormidos y no consiguen ver la Luz de la Divina Misericordia.
Quisiera ver a Mis soldados bien despiertos y no inertes, porque la bestia se alimenta y se estaciona también en la comodidad y en el mínimo esfuerzo; ella es repelida por el sacrificio.
La bestia le teme a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por acompañar en consciencia los últimos y esperados tiempos!
Los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La duda es la energía opuesta a la confianza y cuando ella emerge, Mi adversario aprovecha para sembrarla en la consciencia que tiene débil su fe.
Pero la duda es más nociva cuando se transmite a otras consciencias que no deberían ser contagiadas por ella.
Cuando la energía de la duda es colocada en otros corazones sin juicio ni control, la consciencia instantáneamente se vuelve un instrumento del adversario, porque Mi enemigo le gusta alimentarse sin mucho trabajo de todo lo que los dudosos emanan.
La energía de la duda aparece en lo profundo de la consciencia cuando la misma recuerda todo el tiempo su pasado y lo revela a los demás corazones. Es en ese momento que, abriendo una puerta incierta al pasado, la consciencia que duda es astutamente colocada por Mi adversario en un lugar y espacio de consciencia donde ya no debería estar, y esto es más comprometido para quien ya camina en el sendero de Mi Hijo.
Es como retroceder muchos pasos hacia atrás y no poder salir de ese espacio.
Después de la duda, aparecen otros aspectos que son parte de la condición humana, que la propia consciencia debe transformar y trascender.
No es apropiado para un discípulo de Cristo, satisfacer su vida recordando todo el tiempo el pasado y ver esos acontecimientos como algo genial.
La duda es sembrada cuando la consciencia tiene grandes dificultades de amar la obediencia a Dios y a sus semejantes, como también de vivirla.
La duda se instala en la consciencia cuando la verborragia desune lo que cuesta tanto construir y cuando los comentarios no elevados salen de la boca del discípulo.
Todas las raíces de la condición humana se transmutan con determinación. Quien sigue a Mi Hijo no puede ir y venir por dos caminos, porque un día se enfrentará a su realidad de forma desconocida.
La transparencia, la humildad y el silencio evitan que ciertos aspectos mantengan amarrada la consciencia a todos los aspectos destructivos que irradia Mi adversario.
Cuando esta realidad de la consciencia no es tratada con seriedad y transparencia, por Ley de Jerarquía, la Divinidad solo puede observar y orar, así como lo hace con la mayoría de la humanidad.
Cada discípulo de Cristo debe tener claro que no puede ser un imán que por sus acciones atraiga el caos del mundo. Todos son llamados a purificarse en la verdad y sin mentiras, porque cuando la consciencia llegue a otro plano de consciencia, después de haber pasado por este, se dará cuenta de que no está en donde siempre ha creído estar.
Es así como hoy, miles de consciencias están en el purgatorio, después de haber tomado consciencia de sus acciones.
Solo debemos orar y callar.
¡Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado!
Los ayuda a crecer interiormente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Un urgente llamado a la oración por la Paz
Mis muy queridos hijos del mundo, siervos predilectos de Mi Corazón:
Hoy en nombre del Bien Mayor y de la Misericordia de Dios vengo para pedirles nuevamente que recen un misterio del Santo Rosario todos los días durante los próximos seis meses, para evitar la propagación infernal de una cruel guerra entre las naciones de Medio Oriente. De no ser respondido este llamado como parte de la súplica de Vuestra Madre Celeste, ustedes verán con sus propios ojos mucha sangre correr, desesperación entre los pueblos y más atentados que afectarán a más almas inocentes.
Quisiera, hijos Míos, que esta convocatoria a la oración fuera expandida por los cinco continentes y en todos los idiomas posibles, porque sé que aún hay almas que esperan escuchar Mis palabras y reconocer Mi voz en ellas.
Hijos Míos, el tirano moviliza sus más de cuatro mil ejércitos de ángeles caídos para dominar la consciencia frustrada e inocente de Mis hijos de Medio Oriente.
Pido que los que puedan, ofrezcan en los próximos seis meses el misterio del rosario en lengua árabe y hebrea, para que así los poderes de la oración abracen a más corazones y a más planos de consciencia.
Les digo, Mis pequeños hijos, que la humanidad que ya está perdida, ostenta una conquista del planeta que no es real y que es impulsada por los demonios.
Como Mi adversario sabe que Yo estoy caminando por Europa para evitar que la guerra de todos contra todos se expanda por esta parte del hemisferio, él utiliza todos sus armamentos explosivos y a todas las almas que están comprometidas con esa realidad y que quedan condenadas al infierno terrestre, del que no consiguen salir.
Queridos hijos, ya llegó el momento de que corran junto con Vuestra Madre al desierto interior en donde nos refugiaremos, con la oración, de todo mal y estaremos a salvo.
En esta hora en la que la batalla definirá el momento del retorno de Cristo, Yo los invito a tener un corazón perseverante, humilde y sincero. Si ustedes, hijos Míos, se aman los unos a los otros, iremos desarmando el plan de Mi adversario de disipar la fe y el amor verdadero entre las consciencias. Yo los despierto en esta hora a una verdad que quiere ser ocultada por muchos.
Oremos con la firmeza del corazón y en confianza de que todos los ángeles del Cielo los auxiliarán en esta batalla final donde la Mujer Vestida de Sol vencerá a Su eterno enemigo a través del potentísimo caudal del amor.
Difundan Mi llamado y háganle saber al mundo que todo el Universo está atento a lo que en él sucede.
Que los corazones recuperen su inocencia y su pureza para que así triunfe Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco por acompañarme en esta misión de redención!
Los ama y los comprende,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando la Gracia de Dios, que es Mi Gracia, toca el corazón de los hombres, todo puede revertirse y todo puede acontecer. Solo basta que dicha Gracia, que todo redime y salva, sea aceptada con la mayor humildad y gratitud del corazón.
La oración sincera siempre los aproximará a ese estado perfecto de gratitud y de amor por todo lo recibido. Los corazones orantes no pueden acostumbrarse a recibir Gracias como si ellas fueran panes que son entregados en sus manos.
La Gracia de Dios es algo mayor, que va más allá de la comprensión y de la razón humanas.
La Gracia de Dios es un potentísimo bálsamo de reparación y de cura de las causas imposibles.
Por eso el Padre Me consagró como la Señora y Dispensadora de todas las Gracias, para que Mis hijos en todos los tiempos de la Tierra y en todas las etapas de la humanidad, no olviden que existe una Gracia mayor por encima de toda adversidad, una Gracia que Mi enemigo no conoce y le teme.
Hijos Míos, que sus corazones sean buscadores de la Gracia de Dios, no solo para ustedes, sino también para el mundo, que mucho lo necesita en este momento.
Como la Madre de la Gracia les doy a conocer el poder de este caudal de la Gracia de Dios, que no es bien comprendido por todos los hombres; pero si ella fuera amada como se debe, los milagros seguirían sucediendo, como una lluvia que cae del cielo.
Queridos hijos, la Gracia de Dios, al igual que la Gracia que proviene del Santísimo Hijo, puede justificar a las almas y salvarlas de sus constantes errores.
La Gracia es un manantial que sintetiza los poderes de la misericordia, de la piedad y de la compasión, expresados en este caso a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Que la Gracia de Dios siempre los ampare y los colme.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Dispensando sobre el mundo todas las Gracias posibles,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría, Mi Corazón maternal y peregrino retorna a Europa para reunir en el nombre del amor y de la paz a todos Mis hijos del hemisferio norte.
De esa forma, en este tiempo se cumple lo que una vez les dije: “enviaré a los videntes en misión a cada continente”. Esto muestra, queridos hijos, que los tiempos cambiaron y que las necesidades del planeta y de la humanidad son urgentes.
Cuento con cada ser orante de este mundo para que Me ayude a concretar los planes de paz que son alterados por las artes de Mi enemigo. De todas formas, hijos amados, Vuestra Madre Celeste fortalece la vida de los que se consagraron al Plan, y esa fortaleza, que es forjada por el sacrificio y el amor, hace que el Plan se pueda cumplir por medio de todos los que Me responden.
Queridos hijos, así Yo los voy preparando para lo que llegará; el tiempo que se aproxima es desconocido por todos, y solo la oración y el servicio irrestricto a Dios permitirán que nada se pierda dentro de ustedes, sino que florezcan los Atributos de Mi Hijo, los dones que Dios espera ver disponibles al servicio de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Su Madre Celeste hoy enfrenta un gran campo de batalla espiritual para poder rescatar a las almas de Medio Oriente, después de que ellas fueron decapitadas por el mal.
Este rescate significa que su Santísima Madre Universal envía a los ángeles para que con lanzas y espadas de Luz, batallen contra los reinos del enemigo, extendidos por toda Siria, y para que las almas sufrientes puedan ser llevadas al Reino de los Cielos.
Queridos hijos, la oración de todos los grupos devotos permitirá que su Madre Celeste ayude a disipar los reinos de oscuridad que someten a millones de almas, hoy encarnadas en la Tierra, y que pasan por todos los efectos de la guerra actual.
Como contraparte, Mis misioneros de la paz trabajan con los refugiados, con todos los corazones que consiguieron, de alguna forma, escapar de la prisión o de la muerte impuesta por Mi adversario. Esas almas que escaparon con la ayuda de sus Ángeles de la Guarda, tuvieron que atravesar inmensas dificultades de vida, de supervivencia, de hambre y de salud.
Es por eso, hijos Míos, que la misión humanitaria, ahora extendida hasta los primeros días del mes de marzo, intentará derramar la mayor cantidad de códigos celestiales de amor, de cura, de confianza y de Misericordia sobre esas consciencias que serán ayudadas por los misioneros en las diferentes regiones de Turquía, en donde se desarrollará.
Quisiera decirles, queridos hijos, que en cada región que visitarán Mis misioneros, encontrarán necesidades espirituales y físicas desconocidas, porque más allá del servicio humanitario, que es quien abre la puerta a la Jerarquía Celeste, existen planos de consciencia que necesitan de mucha oración interior y asistencia.
Queridos hijos, el motivo de extender la estadía de los misioneros de la paz en Turquía tiene el objetivo primordial de poder abarcar más regiones árabes a través de las próximas misiones que llegarán al encuentro de todos; pero también para poder establecer en Medio Oriente el Plan de Paz para que finalmente el Inmaculado Corazón de María sustituya los planes de terror y de muerte que hoy suceden en esa región del planeta.
Es así, queridos hijos, que la obra de esta misión será mas amplia y profunda de lo que parece.
Agradeceré que todos colaboren como puedan, esta misión es parte de Mi campaña por la Paz en el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Propósito Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Mientras el enemigo de Dios siembra la discordia entre las naciones, entre las religiones y las diferentes culturas de este mundo, Yo los llamo a que valoren el amor y la unidad entre los seres.
Hijos:
Los planes del enemigo no se ocultan ante los Ojos del Padre y el Señor no puede hacer nada más que advertir a Sus hijos que en la consciencia humana están siendo sembrados el miedo, la discordia, la ira, la incredulidad, la desesperanza y el desamor.
Todos los días el adversario del Señor trata de destruir el espíritu de la fe en el corazón de los hombres. Él está intentando confrontar las diferentes religiones del mundo, como forma de que todas las vías de unión con Dios sean destruidas por su astucia. Así también hace con las naciones y con las culturas, incentivando las confrontaciones entre los corazones para impedir que los seres humanos puedan desarrollar el principio de la unidad.
Pero lo que el adversario de Dios ignora es que su astucia en nada se asemeja al Amor de Dios y que su fuerza jamás podrá compararse al Poder que proviene del Creador. Esa certeza debe volver a reinar en el corazón humano, la certeza de que Dios tiene el Poder para vencer cualquier mal, cualquier oscuridad, cualquier tiniebla.
Que cada criatura se una al Señor así como lo comprende; que no pierda la fe en Su Misericordia y, aun estando delante de la Justicia, que pueda tener fuerzas para generar méritos para
equilibrar las propias deudas.
Les digo esto porque quiero que comprendan que una misión que une culturas y religiones con el único propósito de fortalecer la fraternidad entre los seres, tiene un valor incalculable
en el Reino de los Cielos. Por eso, les pido a los misioneros de Mi Casto Corazón que con valentía aceptaron las misiones encomendadas por Dios, que sean capaces de trascender sus limitaciones y la propia necesidad de cura, para curar, en la consciencia humana, el mal que se apodera de su corazón.
Les pido que sirvan abnegadamente todo el tiempo, que reconozcan la oportunidad de trascendencia que Dios les propone a cada instante, porque mientras sus brazos trabajan en la materia, los Nuestros trabajan en el espíritu.
Sé que muchos sentirán cansancio, no solo físico, sino también espiritual, porque tanto en Chaco, como en Medio Oriente, Dios aspira a compartir el dolor de Su Corazón con todos los quese dispongan a estar con Él y por Él delante del sufrimiento humano.
Solo les digo que confíen en Nuestra guía, en Nuestra Gracia que los lava y los renueva en cada nuevo día, para que estén delante de esas misiones con amor y gratitud, con humildad y fe.
Cada vez que ustedes trascienden un aspecto de resistencia y que se abren para vivir la Gracia de Dios, Nosotros abrimos un poco más las puertas del Cielo para la salvación y el rescate de las almas, porque, por los méritos generados por el esfuerzo de todos, el Creador Nos concede este acto de Misericordia.
Donen todo de sí por los que se sienten incapaces de dar un paso más en dirección a Dios. Transfórmense por los que ni siquiera tienen la valentía de persistir en una digna supervivencia.
Nunca se olviden de que el mismo Dios que los creó en perfección hoy habita en el interior de los que tienen delante de sí. Será poco todo el esfuerzo y el trabajo que hagan para devolverle al Señor la posibilidad de manifestarse en gloria en los corazones de los hombres. Pues son muchos los que desconocen, y hasta niegan, el Dios que hay en sus esencias.
Valoren la unidad, valoren el amor, valoren que cada uno encuentre la unión con Dios así como lo conoce, y que todos se mantengan en la pureza de su fe, alcanzando la vivencia del amor en donde quiera que estén.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Hijos Míos:
Mientras las guerras se expanden por el mundo y en muchas mentes reina el deseo de un gran conflicto mundial, Mi Inmaculado Corazón los llama a difundir el Espíritu de la Paz, a hacer del gran caos, que se expande a diario, la razón para que maduren inmediatamente y asuman rápidamente el lugar que les corresponde en el Ejército de la Paz y del Amor, guiado por Mi Corazón.
Los llamo a hacer de la sangre derramada por los cristianos del mundo, el motivo para fortalecer su propia fe y proclamar aún más alto que Cristo reina en su interior.
La batalla ya está en curso: no hay reglas, no hay límites.
Así como no hay límites para las maldades que suceden en el mundo, ustedes tampoco deben colocar límites en su capacidad de amar. Amen sin límites, sin condiciones. Lleven esperanza hacia los corazones que perdieron la fe.
No es que serán ingenuos delante de lo que ocurre en el mundo o indiferentes a las guerras y a los sufrimientos del prójimo, pero sí serán conscientes de la batalla y participarán en ella, proclamando la paz, venciendo la astucia del enemigo con actos de amor.
Frente a las guerras religiosas, vivan la paz entre las diferentes religiones. Difundan el respeto por el camino escogido por cada uno, para llegar al Único Dios.
Cuando el enemigo los derrumbe y los lleve a la perdición, no se desanimen: confíen en la Misericordia que los congregó en este mundo y perseveren una y otra vez en la vivencia de la perfección, hasta que sus consciencias comprendan que es tiempo de crecer y dejar de lado las infantilidades, para que sean verdaderos apóstoles de Cristo en este mundo en tinieblas.
Hijos Míos, para que la humanidad reconozca los tiempos que vive, deben difundir la Misericordia y la Paz. Abran los ojos de los que están dormidos, den a conocer los tiempos de tribulación, el Armagedón espiritual y físico que ya comenzó en el mundo y que poco a poco purifica la Tierra, para que ustedes aprendan a buscar a Dios.
Para que la humanidad despierte, necesitan actuar y no callar más, aunque sí anunciar al mundo la posibilidad de actuar por la oración y por los actos de perdón y de reconciliación pedidos por San José, así como también por los actos de servicio.
El mundo necesita equilibrio y paz, pero esto les será concedido por los méritos alcanzados por el corazón humano.
Hoy, les pediré que sus corazones sean uno con los corazones de los misioneros, tanto los de Medio Oriente como los de Argentina. Deseo establecer la paz, pero para eso es necesario que generen méritos por la oración y por la acción consciente en sus vidas.
Mis amados, si supieran del mal que se precipita en el planeta, no perderían tiempo consigo mismos y con sus propias aspiraciones, sino que se encaminarían hacia el cumplimiento del Plan Superior, para suplir las mayores necesidades de este mundo.
Lo que Dios más necesita de todos en este momento es de su madurez, de su verdadera consciencia de los tiempos que viven, que sean consecuentes con todo lo que saben y que no solo estén en Mis Apariciones, creyendo que es suficiente escuchar Mis Palabras.
Cuando dicen ser apóstoles de la paz y dicen querer establecer la paz en el mundo, pero no consiguen comprender al prójimo y vencer su propio orgullo para disolver los conflictos con aquellos que tienen a su lado, su despertar jamás será verdadero y no podrán decirse soldados de Mi Ejército de la Paz, pues aquel que es un soldado en este Ejército, vive la paz en las pequeñas cosas de la vida, ama al prójimo en los pequeños detalles, comienza el servicio con aquellos que tiene a su lado, y así, poco a poco, irradia la paz hacia el mundo.
Que Mi Paz sea una realidad en las vidas de los que dicen proclamarla.
Sean verdaderos consigo mismos y con Dios, porque el enemigo se servirá de sus máscaras para vencer sus corazones con los orgullos y las vanidades que aún viven.
Hijos, busquen tener corazones humildes para vencer el orgullo que causa las guerras en el mundo entero.
Los amo y siempre los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
De la misma manera como el enemigo intenta debilitar las diferentes religiones en Medio Oriente y mezcla intereses económicos y de poder con conflictos religiosos para que la humanidad ya no quiera religarse con Dios, así también el enemigo debilita el papel de la consciencia indígena en el mundo, colocando a los pueblos originarios frente a las llamadas “tecnologías”. El adversario de Dios intenta imprimir en la consciencia humana la idea de que los pueblos indígenas son primitivos y, siendo así, atrasan la evolución del planeta en general.
¡Estén atentos, porque este es un pensamiento destructivo y que los desvía de los Planes de Dios!
Como les dije anteriormente, los pueblos originarios que se mantuvieron fieles al principio puro de su existencia son guardianes de atributos primordiales del espiritu para el desarrollo de la humanidad.
Los indígenas se mueven y actúan basándose en la intuición, en la sabiduría, en el sentir del corazón, en la unión con la Naturaleza y en la reverencia a lo sagrado. ¡Imaginen al ser humano sin estos atributos espirituales! Perdería su vida, su esencia, su vínculo con Dios.
Que la misión en Chaco no sea solo para prestar un servicio, sino que también ustedes se permitan vivir un intercambio mutuo: proteger, amparar y auxiliar a aquellos que los mantienen espiritualmente unidos a la Sabiduría de Dios.
Estas dos misiones, tanto para Medio Oriente como para Chaco, deben renovar los principios de la fe, de la fraternidad y de la unidad en el corazón humano. Todo servicio, toda oración y toda liberación deben tener ese propósito, porque con fe, fraternidad y unidad, el corazón podrá un día conocer el amor.
Estén en una postura de mucha humildad, porque tanto en una misión como en la otra, aunque tengan muchos recursos para ayudar, al colocarse en una postura de aprender, además de auxiliar en grandes procesos de liberación espiritual, atraerán hacia sus consciencias muchos códigos de madurez y sabiduría.
La humildad es la clave del servicio. Aquel que sirve con la intención de ser un puente entre Dios y la humanidad, trascendiendo sus expectativas y aspiraciones, cumplirá con el Propósito del Señor, no solo para su meta de servicio, sino también para la propia transformación y la transformación de la consciencia humana en su conjunto.
Yo los amo y, en omnipresencia, acompaño tanto a las dos misiones como a todos los seres orantes que las amparan. Que todo sea por el cumplimiento de los Planes de Dios.
Que la paz y el amor se establezcan en el mundo.
San José Castísimo
Queridos hijos:
Mientras por obra de la Gracia de Dios, la paz se establece en sus corazones, ella es retirada de los corazones inocentes de Mis hijos de Medio Oriente, que pierden la verdadera oportunidad de vivir a Dios.
El Amor de Cristo en cada uno de los cristianos de Medio Oriente nunca desaparecerá, porque por más daño que se haga a la consciencia, el alma de cada hijo Mío de Medio Oriente, ya está confirmada a Cristo.
Queridos hijos, que sus actos de caridad y de amor ayuden a sustentar la fe de todos aquellos corazones de Medio Oriente que son ultrajados diariamente por las manos del enemigo.
El daño podrá ser mayor, pero la victoria de esos corazones sobre el martirio afirma que Cristo siempre reinará y que no deberá correr más sangre inocente, ya que la Justicia de Dios será severa con aquellos que provocan el horror en el mundo.
El camino de la fe debe ser inquebrantable para todos, porque es en esta fe que ustedes, Mis hijos, podrán recibir la Gracia de seguir abriendo las puertas del Cielo y la puerta del corazón, que los conducirán al Amor de Mi Hijo.
Sean testigos de la verdadera fe de aquellos que son mutilados. La fe en Cristo no se podrá borrar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El advenimiento de Cristo está próximo, por eso conscientemente preparen vuestro mundo interior para poder recibirlo.
En este mes especial de Su Natividad sagrada, Mi Hijo, el que estará por nacer espiritualmente en ustedes, traerá un impulso interior para los que sepan reconocer la importancia de vivir ese momento bendito.
No habrá en este momento nada que los pueda separar de Su Corazón Santo. Todas las veces que para ustedes fue difícil y costoso mantener esa sagrada unión con Cristo, durante esta Natividad eso se volverá posible.
Es por eso, Mis hijos, que hoy los llamo para que despierten del letargo en donde el enemigo a veces los ha colocado, para que no puedan participar de la vida divina. Necesito, Mis valientes, que inviten con vuestro entusiasmo a todos los que se olvidan de Cristo y principalmente a las almas que lo sustituyen por el placer y el conformismo.
La vida pagana debe desaparecer de la consciencia humana, por eso en estas fechas de navidad las Jerarquías Angélicas y Arcangélicas, trabajarán para que las almas cada vez más despierten al camino de la perfección y al tiempo de su purificación.
Queridos hijos, todo el universo celestial se prepara para retirar las vendas de vuestros ojos y para que vean que la vida superior siempre los aguarda, mismo cuando estén purificándose ustedes mismos.
En este día que quede grabado en vuestras consciencias el momento de vivir una oportunidad divina que es concedida por el propio Cristo, Mi amado Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los espera para estar alrededor del sagrado pesebre de luz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El silencio de María
Durante la Pasión de Mi Hijo, la llave que abría la puerta a la Gracia era el silencio.
El silencio hacía invisible a su Madre, porque en el silencio está presente Dios y todas Sus manifestaciones. Su Madre no solo tuvo un Corazón doloroso, sino que también vivió como un Corazón silencioso, esto permitió cerrar las puertas profundas al mal.
El enemigo no sabe lo que es el silencio, porque vive a través del conflicto y del desorden.
El silencio penetra en la consciencia como espíritu de serenidad y de armonía. Es ese silencio interior y misterioso el que llevó adelante toda la Obra redentora de Mi Hijo durante Su Pasión. En silencio, soportó todos los martirios, porque Su divina Consciencia estaba unida a Dios y a Su gran Propósito.
Por medio del silencio se vence al mal y él se desorienta porque no encuentra ninguna puerta hacia el conflicto. Ese silencio fue el que preparó a Jesús durante los cuarenta días antes de comenzar con Su vida pública.
El silencio diseña en el espíritu un estado capaz de trascender los conflictos más resistentes en las consciencias. Alcanzar ese estado de silencio, no arrogante ni introspectivo, significa una tarea de desprendimiento de formas y de modos que pueden interferir en el despertar de cada alma.
El silencio es más que quedarse callado o no emitir palabras; el verdadero silencio del universo se alcanza a través de la conexión interna con la oración, que es el primer paso para ir disolviendo las raíces humanas que generan el desorden en la vida material.
En este momento el planeta está muy lejos del verdadero silencio. Por eso, su Madre les enseña que el silencio es un acto de oración capaz de alcanzar planos de consciencia en donde reina la paz.
El silencio también es cura, es una vertiente poderosa que en estos tiempos ayudará a salvaguardar el camino espiritual de las consciencias que acepten penetrar en ese estado de unión con el Creador.
El silencio trae luz, trae sabiduría, trae serenidad y renueva el espíritu para que tenga el impulso de continuar en la Obra divina.
El silencio total de una parte de la humanidad podría revertir todas las causas que se aprovechan del ruido y del desorden para generar el conflicto mundial.
El silencio es como un remedio contra la verborragia que ocasiona deudas y constantes faltas.
El silencio libera sin batallar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva al silencio interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la paz y la esperanza sean siempre, en sus corazones, atributos que los mantengan resguardados por la fe. Si están permeados por la fe en los Planes de Dios, podrán pasar por las pruebas venideras con armonía y perseverancia.
Mis amados, Mi Corazón está colmado por un amor infinito por la humanidad. Por ese motivo, es que día a día, los invito a crecer y madurar en espíritu. Como cuento verdaderamente con cada uno de ustedes es que les revelo las realidades del mundo y les pido mayor consciencia delante de todo lo que recibieron.
Muchos ya saben que estos son tiempos finales para las maldades e infidelidades del corazón humano hacia Dios y Su Plan; pero la consciencia humana, como un todo, no quiere aceptar que estos tiempos llegarán, para no salir de su comodidad y de su voluntad propia.
Esas resistencias pesan en el corazón de cada uno de Mis servidores, que intentan ser verdaderos en su entrega y, sin embargo, una y otra vez caen ante las mismas pruebas de críticas, juicios y separatividad.
Es por eso hijos, que deberán hacer un esfuerzo aún mayor del que hicieron hasta hoy. Reconozco, como Madre de todos, que algunos pasos ya fueron dados, pero no son suficientes para el surgimiento de una nueva raza.
Deben estar más vigilantes y silenciosos, observándose a sí mismos más que al prójimo, porque así evitarán muchos malos entendidos y cerrarán las puertas a la desunión y a la falta de fraternidad que tanto tientan a la consciencia humana.
Mis queridos, nunca se olviden de que mientras ustedes tienen todo, porque están al lado del Rey de todas las cosas, existen muchos otros hermanos suyos en el mundo que, incentivados por falsas representaciones de Dios, están haciendo sufrir los unos a los otros otros de formas demoníacas y espiritualmente transgresoras. Por eso, sean un poco más fuertes y valientes en relación a ustedes mismos y no dejen que el enemigo obre también por intermedio de Mis soldados, retirando la paz que Yo estoy intentando instituir en el mundo.
Recuerden siempre que están aquí para cumplir con un Plan Mayor, para establecer la paz en estos tiempos de caos en la Tierra, así como en el Universo, ya que lo que ocurre en este mundo interfiere en toda la creación de Dios.
Les ruego que luchen contra ustedes mismos, cuando sea necesario, porque ya no existen muchas islas de salvación para el espíritu en esta Tierra. Cuento con muy pocos y estos deben mantenerse fieles y firmes, porque es posible que el Plan de Dios se establezca en la consciencia humana, por medio de la victoria de Cristo en Sus amados compañeros.
Mis queridos hijos, sepan que la hora crítica del planeta ya comenzó en algunas partes del mundo y en poco tiempo se expandirá por toda la humanidad. Purifíquense de inmediato de todo mal que aún habita dentro de sus consciencias, háganlo a través de la oración así como de la transformación consciente. Hagan esto amando, cada día más el Plan de Dios, para que el amor verdadero por algo superior destierre de sus corazones el falso placer de destruir la unidad entre los seres.
Les digo todo esto porque deben estar sintiendo dentro de ustedes que un cambio imperioso y definitivo necesita manifestarse. Yo solo los impulso para que den sus pasos y no pierdan tiempo; porque en la hora en que la purificación planetaria golpee a la puerta de sus casas, necesito que estén preparados y dispuestos para ayudar a otros, aquellos que no escucharon estas palabras.
Les agradezco y les dejo Mi Amor materno, para que no desistan nunca de dar los pasos en su constante e inmediata transformación.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo agoniza, les pido que no vivan más de manera común, sino que a todo instante clamen al Padre para que Su Misericordia sea mayor que Su Justicia y para que aquellos que están ciegos en el mundo puedan despertar.
Les pido que no exista más cansancio en sus cuerpos que les impida cumplir con un pedido de oración de los Mensajeros Divinos. Dios les está entregando todo, incluso a Su Hijo, para que puedan abrir las puertas de la redención para la humanidad.
Mis queridos, el terror, el miedo, el odio y el rencor entre los hombres siguen esparciéndose por el mundo como una gran plaga en los corazones. ¿Quién de ustedes está respondiendo a Mi pedido de perdonar y de reconciliarse con el prójimo? ¿Quién está venciendo el rencor de su corazón para disipar ese mal de la humanidad?
Mientras ustedes están distraídos, y con tanta facilidad se olvidan de los pedidos de los Mensajeros Divinos, el enemigo no descansa ni se olvida de su meta, de hacer desaparecer de los corazones humanos la posibilidad de amar.
Les pido que estén más atentos y no permitan que ningún rencor sea mayor que el amor en sus corazones. Que el amor derramado por Dios en el interior de ustedes sea siempre poderoso y los impulse a seguir adelante, batallando para que aprendan, de una vez por todas, a amar y a perdonar.
Cuando les pedí la campaña para disipar el odio del corazón humano, no fue solo para que viviesen una bella experiencia y que simbólicamente enviasen amor a sus hermanos de Medio
Oriente. Les pedí esta campaña porque los Planes de Dios corren riesgo cuando el amor se va extinguiendo de la consciencia humana.
El amor es la esencia de la vida en la Tierra; si no hay amor, no tiene sentido la existencia de la humanidad.
Lo que sucede hoy en el planeta está esparciendo con mucha velocidad el odio, la ira y el rencor en todas las criaturas del mundo entero. Es tan fuerte el impulso involutivo del enemigo que el odio disuelve de los corazones la posibilidad de amar.
Por eso, hoy, no solo les pido, sino que también les ruego que se perdonen los unos a los otros, que se reconcilien, que sean misericordiosos, que se sirvan mutuamente, ¡que se amen! Ámense
como humanidad, como Creación de Dios, como parte viva de Su Corazón Sagrado.
No permitan que el enemigo les haga creer que el terror que se imprime en el mundo es mayor que su posibilidad de amar, porque el amor verdadero destierra el mal y lo hace
desaparecer.
Confíen en su potencial de amar y transfórmenlo en una virtud celestial que viva dentro de todos ustedes.
Yo los amo y por eso estoy aquí. Yo confío en la humanidad como Proyecto de Dios. Yo confío en el amor que habita en sus corazones y que ustedes desconocen. Es hora de aprender a amar.
San José Castísimo, padre del Amor
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más