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La Obra de la Misericordia de Mi Hijo se ampliará, y ella llegará a más almas que despertarán, que tendrán consciencia de la importancia de la redención y cambiarán sus vidas de la noche a la mañana.
La Obra de la Misericordia de Mi Hijo va de la mano de la Obra de la Redención, la que tocará a muchos corazones, especialmente aquellos que se distanciaron de Dios y de Su Divino Amor.
La Obra de la Misericordia de Mi Hijo viene en este último tiempo para aplacar la Justicia y, así, darle tiempo a las almas para que reciban redención y expiación.
Esa Obra de Misericordia está colmada del Amor de Dios, el que concede, en esta época, el remedio espiritual e interno contra todos los males de la actualidad.
Quien se deje invadir por la Obra de la Misericordia de Jesús, no se podrá reconocer en su vida, ya que habrá ingresado en lo más profundo e íntimo del Corazón de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que en este día sus consciencias se recojan en el Corazón de Dios, para que luego adquieran fuerza de espíritu, la que los ayudará a llevar adelante milagrosamente la tarea prevista.
Sepan, hijos, que Yo estoy con ustedes hasta los últimos días de la vida y que no olvido ningún detalle, ya que es importante que las almas alcancen su crecimiento interior y divino.
Por eso, vengo todos los días desde el Cielo para orientarlos e indicarles el nuevo camino que será necesario recorrer en nombre de Mi Hijo y por la concreción de Su Obra inexplicable de misericordia.
Así enfrentarán y vivirán situaciones inesperadas, las que les permitirán fortalecer su fe sin dejar de estar amparados por el Santo Espíritu.
Cada etapa que viven los ayudará a crecer y todos los días alcanzar a ser nada, para que a través de sus corazones se manifieste la Fuerza imperiosa del Santo Espíritu de Dios, Espíritu que los librará en cada nuevo paso y así podrán aprender a amar más y más.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El poder de unión de los seres humanos con Dios es desconocido, pero esa ciencia y ese conocimiento siempre lo proporcionará el camino de la oración.
Esa unión, cuando es verdadera y amorosa, favorece que el Padre Celestial cumpla Sus Designios en más almas del mundo.
El camino de la oración hace de cada alma un espejo de amor y de perdón, para que así los errores de otrora sean liberados y las almas alcancen la redención.
Siempre estará entre sus manos el poder de la oración que construye los tiempos y que no dejará que pierdan los impulsos que vienen del universo, que los ayudarán a dar pasos seguros hacia el Sagrado Templo del Señor, dentro de Su Divino Corazón de Amor y de Luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cada vez que oran de corazón, una espina de dolor es retirada del Corazón de Dios y una flor de luz se abre en Su Reino.
Por eso, sigan orando el Rosario todos los días para que se establezca la paz y el fin de las guerras.
Sigan orando todos los días con la fe que sus corazones pueden expresar porque, de esa forma, estarán ayudando en la liberación de todos los males del mundo.
Sigan orando con la pureza de sus corazones, para que las situaciones del planeta se reviertan y así más almas alcancen la Misericordia de Dios.
Cada oración, que es pronunciada con amor, abre las puertas para que las almas se puedan sumergir en el océano del perdón y recibir así la reconciliación con el universo.
En esta tarde, la oración del corazón alcanzó amplias esferas celestiales y la ayuda vino en auxilio de los más simples.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo como un nuevo Sol, para iluminar el mundo y retirarlo de las tinieblas.
Vengo como parte del Santo Corazón de Dios, para que Su Nombre sea conocido y amado por todas las criaturas.
Vengo para que la humanidad conozca la paz, la proclame y la viva todos los días de su existencia.
Vengo en un tiempo de guerras y de conflictos, en donde las naciones comienzan a colapsar, una a una, como consecuencia de sus acciones y de sus equivocaciones, por el engaño y por la ceguera mundial, en la cual los hombres se mienten unos a otros y a sí mismos; pero nunca engañarán a Dios.
Vengo a un mundo sin fraternidad y sin amor, en el cual las naciones estimulan guerras y conflictos unas contra las otras, para sobresalir y usufructuar del sufrimiento y de la carencia de los que padecen esa ilusión.
Vengo por los inocentes que se están perdiendo en este juego de fuerzas humanas, sin comprender por qué sufren tanto, y que se preguntan en dónde está Dios para ampararlos.
Dios, hijos, contempla a cada corazón y a la humanidad como un todo. Si los hombres no le abren las puertas, no claman, no oran y no buscan la paz, ¿Cómo podrá llegar a los que más necesitan y que se sienten olvidados no solo por la humanidad, sino también por su Padre?
Vengo por una humanidad ignorante, que necesita comprender que el tiempo de los juegos y de la infantilidad espiritual ya terminó, porque las consecuencias de sus ilusiones se muestran en la decadencia de las naciones, de las culturas, de las religiones, de las almas y de los Reinos de la Naturaleza.
Vengo por los reinos que no pueden elevar su verbo orante ante los hombres, para pedirles misericordia y paz, para pedir el fin de la sangre derramada, tanto en la tierra como en los océanos; el fin del martirio de los árboles, del desequilibrio generado en los minerales, para que los hombres adornen sus cuerpos y fortalezcan sus ilusiones.
Vengo por la consciencia de un planeta que está vivo, que sufre y que padece junto con todos los inocentes, de la naturaleza como de la humanidad; y que no es escuchado sino por Dios y por el Universo, cuando clama por la vida y por la evolución.
Vengo hoy, para apelar junto con Mis Hijos, por un mundo con más paz, para que cada uno que Me escuche, construya esa paz en su propia vida y de testimonio de su transformación con el ejemplo y con la oración.
Vengo para pedir que difundan Mi llamado más allá de las fronteras, de las creencias y de las religiones, porque solo pido que los corazones fortalezcan su fe y que, siendo ella verdadera y pura, si los lleva a amar al prójimo y a Dios por sobre todas las cosas, la vivan con plenitud y sin engaños.
Vengo para pedirles la unidad interior entre las culturas, el respeto entre las religiones, la comprensión de los caminos que Dios inspiró a Sus hijos para que vivieran, no para competir entre sí, sino para que, en la diversidad de Sus criaturas, cada una encontrara la forma de llegar a Su Corazón, ya sea a través de Buda, Mahoma o Cristo. Si son sinceros y buscan la expresión del Amor, todos llegarán a Dios y allí comprenderán la esencia de la unidad, que hoy sus mentes no pueden concebir, por estar tan llenas de conceptos y de ideas humanas.
Estoy aquí como una simple Mediadora, como la Corredentora de este Plan de Amor, como una Madre Celestial y Divina, enviada por Dios, para guiar a la humanidad hacia el retorno al Origen en el Corazón del Padre Celestial.
No les pido que Me adoren, sino que Me escuchen y que se unan al propósito que Yo les traigo, reconociéndolo verdadero ante la necesidad del mundo.
No soy Yo, Hijos Míos, quien necesita de sus oraciones. Son ustedes, como humanidad, que deben aprender a orar, para salvarse y para retirar este mundo de la ceguera y del cautiverio espiritual y casi físico en el que se encuentra.
Solo les pido que se unan a Dios y comprendan Su Amor por la vida y por cada una de Sus criaturas. Que comprendan a cada ser humano, así como a cada elemento y especie de la naturaleza, como una joya preciosa del Creador, una parte indivisible del Corazón del Padre. Cada vez que uno de Sus hijos se pierde, es Su Corazón el que padece, el que sufre y que muere con esa pequeña esencia que proviene de Él.
Mi llamado es por la Paz, por la Verdad y por la vivencia del Amor entre las criaturas. Todos los misterios se revelarán a los ojos de los que así vivan, respondiendo a Mi llamado. Y todo se cumplirá, si Mis peticiones se cumplen en sus vidas.
Los amo y los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Descansa interiormente en Mis brazos, porque Yo te tendré en Mí al igual que a Jesús.
Descansa en la alegría de saber que todo se transformará y que alcanzarás la tan esperada meta.
Descansa en Mis brazos, sabiendo que cada etapa es un desafío nuevo a superar para vencer los miedos.
Descansa en Mis brazos, hasta que Yo consiga hacerte dormir en Mi regazo de Madre.
Descansa en Mis brazos de todo aquello que perturba tu corazón y que genera la falta de fe.
Descansa en Mis brazos, porque ha llegado la hora de reposar en el Corazón de Dios hasta que las almas sientan el ardor del Amor del Padre.
Descansa en Mis brazos en confianza, porque tengo algo especial para cada hijo Mío.
Solo descansa en Mis brazos, porque así te daré la fuerza para transformarlo todo. Confía.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando el Búfalo Blanco surgía de repente en el horizonte, caminando con serenidad ante los ojos de los puros, era señal de prosperidad y de esperanza. Su boca no hablaba, su idioma no era conocido por los hombres. Su silencio transmitía la Voluntad de Dios; su lenguaje era comprendido con el corazón por aquellos que sabían guardar silencio.
Cuando la tristeza inundaba los corazones de los hombres, ellos clamaban por la gracia de ver y sentir al Búfalo Blanco. Su serenidad los calmaba y sentían la esperanza de que la Tierra continuara fértil, viva y sagrada.
Cuando el corazón de los hijos de la Tierra no estaba pleno de amor y de alegría, ellos clamaban por el Búfalo Blanco. Su alegría y su amor no provenían de este mundo, pero lo nutrían y lo sanaban. Él surgía en el horizonte y representaba la llegada de nuevos ciclos, donde la vida tendría un sentido mayor, pues la tierra sería fecunda y el corazón también.
El Búfalo Blanco era el Santo Espíritu de la Tierra, que silencioso caminaba entre los hombres. El venía a disolver el miedo, la angustia y la tristeza; venía a unir los corazones de los hijos de la Tierra con Aquel que la creó y que también creó todos los planetas; creó el Sol, la Luna y toda la Vida.
El Búfalo Blanco era el portador de la pureza y reencendía la pureza en los corazones de los hijos de la Tierra, para que no perdieran la esperanza de un mundo en paz y en comunión con la Vida.
El Búfalo Blanco era manso pero invencible. Nada podía tocarlo y solo los ojos del corazón podían verlo. Su misterio provenía del Infinito, pese a que su apariencia era de la Tierra. Se volvía menor que los hombres a través del símbolo vivo de un simple animal, pero él representaba al Todo. En él estaban los pequeños y los grandes, desde los animales al Dios Supremo, desde la naturaleza al Todo.
El Búfalo Blanco daba a comprender, de esta forma, que Dios está en todo.
Yo soy el Búfalo Blanco, el Espíritu de la Tierra, el Espíritu de la Vida.
Yo soy la representación de los ciclos fecundos, de los ciclos de Paz.
En Mi presencia se disuelven la desesperanza y el miedo, y los corazones vuelven a encontrar la fe y el amor de Dios.
Yo soy, hijos Míos, la Madre de la Tierra y también del Cielo. Los hijos de la Tierra nacieron en ella, pero no provienen de ella. Sus espíritus provienen de Mí; nacieron de la Fuente Universal de la Vida, resguardados por el brillo de las estrellas que resplandecen en el Infinito, abrazados por la maternidad de Dios, Adonai.
Vengo al mundo para que recobren la pureza y la esperanza, para que curen el miedo y el dolor y para que vuelva a brillar en sus esencias la certeza de poder vivir en la Tierra lo sagrado, la unidad con la Creación.
Estoy aquí, hijos amados, esta vez semejante a los hombres, en un cuerpo como los suyos y con un Corazón Divino, para que reencuentren dentro de sí mismos lo que los une al Creador y los convierte en un espejo de Su Sacratísimo Corazón.
Vine a reflejar en sus espíritus lo sagrado y lo divino.
Aparezco en el horizonte, en silencio, trayendo de nuevo la Paz. Aparezco en este día de un nuevo ciclo, en representación de un ciclo fecundo en la vida del espíritu.
Quiero fortalecer sus corazones y construir en ustedes los nuevos jardines de la vida.
Quiero hacer nacer al nuevo hombre, recobrando la pureza y la dignidad de la consciencia indígena.
Vengo a traer la gracia de la unión con el Origen para los llamados pueblos originarios; para que de esta forma, todos los corazones humanos vuelvan a encender en su interior la pureza del principio, la unidad original con el Corazón de Dios.
Que sus vidas sean fecundas en el amor, ante el Búfalo Blanco.
Recuperen la paz, la alegría y la esperanza, disolviendo del espíritu el mal que causa las guerras y degenera los corazones.
Que la unidad del Espíritu de Dios les traiga la sabiduría, les disuelva la ignorancia que separa a los hombres entre sí y del Todo, que los hace morir estando en vida.
Yo soy el Búfalo Blanco, su Madre y Madre de toda la Creación. Vengo a bendecirlos, a abrazarlos y a hacerles recordar que el Creador tiene una voluntad perfecta para Sus hijos. Solo basta, Mis amados, que contemplen en el horizonte de sus mundos internos la presencia del Búfalo Blanco y se dejen permear por su silencio y mansedumbre, para que su amor vuelva a transformar y a fecundar sus vidas.
Los amo y los guardo en Mi Corazón de Amor.
Su Madre, María, Rosa de la Paz y Madre de toda la Vida
¡Bienaventurada entre todas las mujeres fue proclamada la Sierva de Dios! Madre de todas las criaturas, Madre de toda la vida, porque gestó en Su vientre a Aquel que representa todas las cosas.
Hijos amados, el recuerdo del nacimiento de Jesús se debe renovar en cada corazón, en cada consciencia, porque, en verdad, todos los años cuando están ante este sagrado día, están ante la oportunidad de profundizar el mayor misterio de la Creación: cuando Dios se hizo vida en Sus criaturas, cruzando las dimensiones celestiales y toda la existencia universal para llegar hasta lo más denso de todo lo creado.
Están ante la oportunidad de renovar esta creación divina y percibir que el nacimiento de Jesús en Belén no fue solo un hecho histórico y universal, fue en verdad, hijos Míos, un símbolo enviado por Dios de que, desde aquel momento, Él estaría vivo en todos los hombres.
El Creador vino para despertar en el corazón humano la semejanza perfecta con Su Sacratísimo y Bendito Corazón, porque Su perfección no podría permanecer oculta en los corazones de Sus hijos mientras ellos se perdían y autodegradaban por no conocerla, por no descubrirla en el propio interior.
Mi Amado Hijo aún está vivo y en cada Navidad renueva el misterio de la presencia divina en los corazones de los seres humanos.
Dios Padre, desde el Centro de la Creación, observa en silencio a la humanidad y permite que Su Hijo recorra los hogares, las calles, los abismos, las iglesias, los sótanos… donde haya un corazón humano, allí Él estará, en omnipresencia, esperando que alguno de sus compañeros recuerde, con sinceridad, Su nacimiento y aspire ardientemente verlo regresar.
El Creador, hijos queridos, entrega a los hombres infinitas dádivas y posibilidades de evolucionar y alcanzar la perfección, pero Sus hijos están distraídos y en todo se involucran con la materia, olvidándose de mirar hacia el Cielo.
En este día de Gloria y regocijo, pocos son los que agradecen verdaderamente a Dios por haberse hecho carne entre los hombres; por haberse hecho Hijo, siendo Él, el Padre de toda la Vida.
¿Dónde estarán los pesebres humildes para que Cristo pueda renacer? ¿Alguien se acordó de prepararlo en el propio espíritu?
Mi Hijo los espera; espera que comprendan que Él no llegará a las posadas de Belén, donde el confort y la ambición reinan. Él querrá apartarse del mundo, recogerse en silencio, en un lugar simple y humilde, donde vive la unidad con todos los Reinos de la Naturaleza.
Busquen, hijos amados, ese espacio en el propio interior. Pidan a la Estrella de Belén que los guíe y les muestre el camino, porque la Luz está pronta para retornar al mundo. Dentro de ustedes y en la consciencia del planeta ya comenzaron las contracciones de la purificación para un parto universal, en que lo viejo dará lugar al nuevo hombre.
Clamen a Cristo para que los haga renacer y clamen por Su nacimiento dentro de cada uno de ustedes. Aspiren a dejar que el viejo hombre termine su ciclo en su interior, para que despierten los Dones del Espíritu de Dios, aquellos que los harán semejantes a Él.
Cristo renace hoy en los corazones que le dicen sí y renacerá todos los días en los que le abren las puertas del propio interior, porque en la Eternidad, donde el tiempo no existe, todos los días es día de que nazca un nuevo Cristo.
Yo los amo y los bendigo, con Mi Hijo en Mis Brazos, para que a través de Él abrace todas las criaturas.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las oraciones de este día tocan profundamente el Corazón de Dios, también las naciones del mundo son colmadas por principios sublimes de redención y de transfiguración; así grandes problemas mundiales y poblacionales son evitados en el momento en que las almas invocan la Divina e Infinita Misericordia.
Es así, queridos hijos, que el Padre Celestial cuenta con el apoyo de todos Sus hijos para que la humanidad de superficie de este planeta sea un proyecto rescatable, y esto es posible gracias a las peregrinaciones por la paz que ya vienen sucediendo.
De esa forma, consciencias desconocidas son beneficiadas cuando las almas imploran a la Divina Misericordia.
Puertas inciertas se cierran y se presentan nuevas oportunidades de despertar la consciencia y de activar la esencia del corazón, para que la mayoría de las consciencias encuentren la paz interior, tan anhelada por muchos.
Es así que en esta hora y en este lugar la Divina Misericordia cumplirá un papel fundamental para la redención de las almas y para el perdón de todas las faltas cometidas.
Los acompaño en perpetua oración.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los contempla en oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Apocalipsis: Tiempo de adaptación
Queridos hijos:
En el Corazón del Padre Celestial, desde el principio estaban escritos los últimos días del planeta, en donde todo sería permitido para que la humanidad diera el salto a la trascendencia de la consciencia y de la vida planetaria.
Es en esta hora en donde el Universo se prepara para atravesar, junto a la humanidad, este momento.
El Apocalipsis significa espiritualmente el cambio de un ciclo para otro, a través de acontecimientos puntuales, que darán a la humanidad la oportunidad de cambiar completamente el estado primitivo de su consciencia.
Para eso llegó Jesús en los tiempos pasados, con la finalidad no solo de liberar a la humanidad de sus errores, sino también con la meta espiritual de prepararla conscientemente para su esperado retorno.
Después de más de dos mil años de historia terrestre, en donde la humanidad vivió y experimentó la indiferencia y la maldad humana, ese momento de Apocalipsis se aproxima a nivel universal y cósmico, para poder corregir y alinear lo que la humanidad por sí misma no ha conseguido vivir ni corregir.
Es así que en la consciencia de los seres humanos el término “Apocalipsis” fue inculcado como una expresión e información equivocada, enseñado por las grandes religiones de este mundo como el “fin del mundo” o el “fin de la Tierra”.
Es así que ese término “Apocalipsis” aún no ha sido vivido ni comprendido, por la mayor parte de la humanidad, como el momento más importante del planeta; momento donde las verdaderas Leyes Universales podrán ser conocidas y aplicadas para corregir lo que está torcido en los seres humanos.
El Apocalipsis existe en este momento en la humanidad y en todo el planeta, por no haberse cumplido ni vivido las leyes básicas de los mandamientos, con las cuales hace mucho más de dos mil años, a través de Moisés, se intentaba enseñar a la consciencia humana primitiva cómo ella debía vivir en Dios y dentro de las Leyes Universales, con el fin de permanecer como raza dentro del Propósito Divino y Cósmico.
Fue así que una vez que Moisés entregó las revelaciones de las reglas contenidas en los mandamientos, la raza humana, después de los hechos vividos por la primera población de los Adanes y de las Evas, desvió totalmente su propósito de estar en Dios, en Su Fuente Primordial de Amor y de Unidad.
Antes de que la humanidad se perdiera completamente, por sus acciones y sus conductas, el Padre Eterno envió a Su Hijo Primogénito con el fin de romper espiritualmente la cadena del ADN primitivo, para que despertara el código crístico evolutivo a través de las más altas expresiones de amor que alcanzó Jesús.
Aun habiendo Jesús sufrido y padecido todos los martirios y pecados de la humanidad a través de Su Pasión y de Su Muerte, con la misión de retirar al espíritu humano del abismo de la consciencia, la raza prosiguió cometiendo errores más graves que llevaron, a lo largo de los tiempos, a que los propios elementos del planeta, que también eran transgredidos, comenzaran a movilizarse y a hacerse sentir por medio de los diferentes efectos climáticos y físicos.
La consciencia del planeta, que es un ser vivo y activo, está en el momento de mayor sufrimiento al ser sometida y violada permanentemente por la humanidad.
Esa transgresión que ya se volvió más que centenaria, ha llevado a que las propias Leyes que rigen al planeta, Leyes naturales y telúricas, comiencen a activarse en este tiempo de una forma precipitada, al encontrar en la superficie de sí mismo, un efecto nocivo de parte del hombre de superficie.
Esta actividad de las Leyes de la Tierra, que forman parte del Apocalipsis y del cambio de los tiempos, se activará, como es el caso de Centroamérica, con el fin de corregir a la humanidad y de colocarla en un punto diferente, más consciente y menos destructivo.
Es así que el Apocalipsis prepara a la humanidad para que en un tiempo futuro ella encarne el verdadero amor y la verdadera unidad con las Leyes del Universo.
Mientras el ser humano continúe explotando al planeta para su propio y maléfico beneficio, en muchas partes del mundo sucederán cosas increíbles.
Por eso, mientras el Apocalipsis llama a la humanidad al arrepentimiento y no a la indiferencia, llegó la hora de que la humanidad dé el paso hacia el camino correcto, porque si esto se hiciera con amor y perdón, muchísimas consciencias humanas serían aliviadas del actual proceso planetario.
La herramienta fundamental que ayudará a mantener las cosas en su debido orden universal y planetario será el verbo constructivo de la oración, poderosa energía de la Fuente Divina Creadora que ayudará a equilibrar todo lo que intentará moverse físicamente en este amado planeta.
El Apocalipsis es el momento en que el planeta como consciencia madre, después de haber sufrido tanto, estará en la hora de su gran parto; ese nacimiento del nuevo hombre y de la nueva consciencia terrestre llevará a purificar y a vivir grandes cambios que solo prometen mejorar y ampliar la evolución de la humanidad, para que ella deje de ser primitiva y se torne evolucionada.
Mientras esta raza no acepte el tiempo y el momento del Apocalipsis que está viviendo, el retorno de Cristo se demorará, porque la Fuente Primordial, el Dios Vivo en Su Infinita Gracia, esperará que las almas se definan y dejen de vivir superficialmente.
Saliendo de ese punto de ignorancia y de indiferencia, el planeta entero podría ingresar en otra escala.
El Apocalipsis es un momento en donde todo será visto y reconocido por los hombres. Nada quedará oculto; el Apocalipsis es la oportunidad de autotrascenderse para así alcanzar la perfecta unión con el amor y la paz.
Estos son los tiempos que el planeta y la raza humana estarán enfrentando. La oración siempre los colocará, a pesar de todo, en el lugar seguro que es el recinto sagrado del Corazón Supremo de Dios.
Agradezco a todo México por haberme recibido.
Los ama y los guía en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Elohim: Ángeles Dorados
En la Esencia del Corazón de Dios, surgió una vez el gran Propósito de crear la vida y los planos de consciencia.
Como les dije ayer, queridos hijos, los Arcángeles, los llamados Resplandecientes, nacieron de la Inspiración Divina, inspiración que permitió concretar y manifestar los seres arcangélicos y angélicos.
Dios expresó en el Universo Mental Sus doce principales manifestaciones, las que surgieron de la Fuente Purísima. Desde allí, los doce Elohim como Rayos e impulsos de fuego nacieron dentro de la consciencia del Universo Mental Superior.
Desde el momento en que el Eterno tuvo la sagrada voluntad que de Su Esencia Purísima nacieran los Arcángeles, el Universo Mental ya era una realidad vital dentro del Universo Espiritual.
Los Elohim fueron designados por el Altísimo para llevar adelante la organización y la manifestación de todos los universos, en donde en el futuro existiría la vida.
Fue así que, desde el momento en que los Elohim se manifestaron dentro del Universo Mental, las primeras legiones fueron creadas sutilmente en estanques de luz, que son grandes receptáculos y canalizadores de energía divina, anteriores a los Espejos.
Veamos entonces, queridos hijos, cómo la historia divina de la Creación anterior a la vida material fue considerada por el propio Dios un Proyecto de amor y de absoluta unidad.
Sobre la base del amor y de la unidad las Jerarquías Angélicas, los llamados Elohim, desenvolvieron el Proyecto del Padre Eterno y dieron continuidad a la Obra de la Creación.
Los estanques de luz también fueron creados a través de la esencia de la Voluntad Divina y fueron los primeros Elohim los que acompañaron la manifestación de estos estados de consciencia, los que guardaban en sí el surgimiento espiritual de la vida angelical.
Cada Arcángel, como Padre Creador, depositó en los estanques de luz una molécula de los doce Rayos espirituales que estuvieron presentes en el momento del nacimiento de los seres angélicos. Una consciencia angélica nace a partir de la expresión del amor en el Universo Mental y a través de un acto de profunda unión que el Arcángel establece con la Fuente Única.
En ese momento, el Arcángel proyecta sobre el estanque un potentísimo caudal de amor y de unidad y, en consecuencia, el estanque, a través de la agrupación de todas las moléculas de los Padres Creadores, emana una consciencia angélica que está dentro de un precioso cristal de color magenta, azul, verde, blanco o dorado. Cuando la consciencia angélica surge del estanque y hasta que termine de constituirse, el cristal queda suspendido sobre él por un período determinado, al igual que la gestación de un niño en el vientre de su madre. Es la energía creadora y divina que gesta interiormente el propósito de esa consciencia angélica.
El cristal puede contener alguno de los doce Rayos para mostrarle al Universo Mental cuál ha sido la Voluntad Mayor para la tarea y el servicio que el nuevo ángel cumplirá.
Es así que, después de su manifestación como consciencia mental y espiritual, el ángel vive una formación que lo ayuda a desarrollar su misión en el Universo Mental o en el Universo Material.
Después de ir formando los ejércitos de luz, los cuales desde su nacimiento viven el servicio incondicional y la unión perfecta con el Eterno, los Arcángeles comienzan con la construcción y la materialización de las Academias de los Rayos, para que cada ser angélico desenvuelva su propósito ante el Padre.
A continuación, se manifiesta la formación espiritual de los Siete Cielos o de los siete estados de Consciencia Divina, en donde los grandes ejércitos comienzan a poblar las dimensiones celestiales.
En ese momento los Arcángeles definen, bajo la Voluntad Máxima, la misión de cada consciencia angélica, lo que determina a cuál de los Cielos o de los estados de consciencia le corresponderá servir eternamente.
A partir de ese momento, los Padres Creadores asumen el gobierno de los Siete Cielos, para que desde el principio se cultive entre las consciencias la Ley de la Jerarquía.
Según como haya sido el surgimiento de la consciencia angélica dentro del cristal, será la misión que vivirá.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal magenta, significa que el Padre Creador le asignará la misión de vivir el amor, de irradiarlo y de protegerlo en los universos.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal azul, significa que el Padre Creador le asignará la misión de proteger y de vivificar la unidad en todos los universos, como también de ser guardián del conocimiento sagrado de las Leyes espirituales, mentales y materiales.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal verde, significa que el Padre Creador le asignará la misión de ejercer la Ley de Cura y de emanar continuamente la armonía en toda la Creación y en donde él se encuentre.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal blanco, significa que el Padre Creador le asignará la misión de atraer para sí los más altos grados de pureza y de expandirla como esencia hacia los universos.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal dorado, significa que el Padre Creador le asignará la misión de la eterna alabanza al Único, como miembro de los llamados Coros Celestiales, los que atraen hacia los universos los principios de la Fuente de Dios.
Es así que los Padres Creadores envían en misión a todos los ángeles que nacieron de la Fuente a través de los estanques de luz, para que junto a sus regentes arcangélicos asuman la misión de proteger y de amparar la evolución de los universos a través de los diferentes Rayos a los cuales pertenecen.
Los Elohim son parte del Propósito Divino y están representados a través de las doce principales emanaciones de Dios, lo que comprendemos como los arcángeles; a partir de allí, las doce emanaciones formaron los doce gobernantes, y de los gobernantes angélicos surgieron otras doce emanaciones hasta llegar a los ángeles de la guarda.
El Universo Mental no tiene límites y es un estado infinito formado por la Voluntad de Dios. Allí se vive el estado de resplandecencia, lo que significa que cada consciencia angélica genera en sí los más altos grados de amor y de unidad con el Único.
Toda la consciencia angélica existe para proteger y guardar la esencia del Proyecto de Dios dentro de los Universos Espiritual, Mental y Material. Es así que los Elohim pueden penetrar las dimensiones y los planos, aunque sean seres mentales, porque ellos se mueven todo el tiempo por el espíritu de la obediencia y del servicio eterno.
El Padre, desde el principio, concibió a los Elohim como los principales guardianes del Propósito de la Creación y de toda la vida existente en los universos.
Fue así que, a través de los Resplandecientes, surgió la primera experiencia de la Hermandad Cósmica, lo que más tarde se estableció como premisa para todas las consciencias presentes en los diferentes planos.
Los Elohim son considerados también los Mensajeros o los portavoces de la Fuente Primordial para el Universo Material; son los que llevan adelante la concreción del Propósito Divino y son los que impulsan a los ángeles de la guarda para que cada alma viva su misión dentro de la Creación, para así cumplir con la finalidad del Padre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión a cada ángel de la guarda,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Reina de los Ángeles
Rezar por los que son indiferentes
Queridos hijos:
La indiferencia humana que consciente o inconscientemente viven muchos corazones, es el resultado de la falta del verdadero amor.
Ese amor que todo lo puede no es del interés personal de las consciencias indiferentes, las que a lo largo de los tiempos afirmaron sus proyectos dentro del plano mental.
Es la ausencia del amor que los hace indiferentes y los aleja del Corazón de Dios; es así que en el camino de esas almas, los destinos se desdibujan y se pierden porque en ellas tampoco existe la paz.
En este tiempo, queridos hijos, la indiferencia es una enfermedad espiritual y propia que muchos están viviendo, hasta que llegue el momento en la vida de esas consciencias, en donde todo se quebrará de dentro hacia fuera. La indiferencia, como energía, los dejará en el mismo punto y a partir de allí nada se moverá.
Pero cuando otras almas promueven oración por los que son indiferentes, una Gracia no merecida puede descender y actuar al punto de convertir esas consciencias en otras personas.
Sin embargo, cuando los que son indiferentes no viven el amor ni tampoco lo profesan, será más complejo descristalizar una consciencia inferior.
Solo el amor arriesgado y pacífico consigue, en una consciencia abierta, conquistar la vida y así transformarla en un modelo de Dios.
En este ciclo la indiferencia es una de las importantes secuelas generadas por la falta de amor y de servicio al prójimo, es una gran herida generada por la propiedad y la arrogancia espiritual.
Llaves preciosas, como la oración sincera y espontánea, fueron entregadas para hacer desaparecer esa enfermedad espiritual que trae consecuencias irreversibles.
A través del trabajo que en este tiempo Yo realizo con ustedes, intento apartar a Mis hijos del peligro inminente de esa enfermedad espiritual, la cual algunos de los Míos ya viven.
Solo con amor y por amor se podrá atravesar esa barrera, esa ceguera que impone Mi adversario en los corazones que todo el tiempo solo se miran a sí mismos y que olvidaron la necesidad del otro.
Que esa indiferencia sea eliminada por todos los corazones que aman a Cristo, para así ayudar a liberar del camino del error permanente a cuantos ya ingresaron y no saben cómo salir de él.
A todos ellos les ofrezco Mi Corazón como fuente de transformación, de renuncia y de sacrificio, porque la indiferencia le teme al esfuerzo permanente y a todo ser que ama con la propiedad interior que le da Cristo.
Recemos por los que sufren esa decadencia, sean justos y misericordiosos los unos para con los otros, así no serán presa de esa dolencia espiritual de la humanidad.
No dejo de implorar para que los indiferentes tomen consciencia y cambien, cambien pronto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Rezo por todos los que son indiferentes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En esta sagrada misión por la paz en Uruguay, el domingo, el Señor me ha encomendado encender todos los espejos de oración del Uruguay para que triunfe, por encima de todo, Su Plan de redención en Uruguay y el mundo.
Será a través de la oración de todos los autoconvocados que vuestra Madre Celeste podrá crear nuevas bases de fe, de devoción y de cooperación en una nación muy alejada de eso.
Por eso, queridos hijos, unidos a Mí, unámonos al Corazón del Padre Celestial, porque en verdad es Su Corazón que está cuidando de todo, hasta de los más pequeños detalles.
Pido, hijos Míos, que todos los grupos orantes del mundo que estarán apoyando amorosamente esta misión de paz en Uruguay, se coliguen internamente con la majestad de los Espejos de luz de Aurora; porque será a través de Mi Centro Mariano de Aurora y de la oración en los diecinueve departamentos, al mismo tiempo y a la misma hora, que el universo celestial de la Hermandad podrá llevar adelante una importante tarea de rescate y de liberación del pueblo uruguayo indiferente.
Esta obra, que está formada por cada uno de ustedes, es posible cuando existe la correspondencia y la prontitud, porque en este tiempo, hijos, la Jerarquía convoca a todos los orantes para que en consciencia y amor ayuden a trascender y liberar las deudas de las naciones y de todo su pueblo como es el caso de Uruguay.
Estaré desde ahora muy agradecida por la adhesión de todos.
Unidos por la misión de paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de los Treinta y Tres
Queridos hijos:
Todos tienen un lugar en el Corazón de Dios, especialmente aquellos que no pueden seguirlo en obediencia y lealtad. Así, Dios expresa Su Misericordia sobre las miserias de los hombres, y el corazón que se abre para recibir la Misericordia de Dios es colmado por Su Divina Bondad.
No se ocupen de aquello que no hacen bien los demás, ocupen su tiempo en manifestar el Plan de Dios, pues en la hora cierta todos verán lo que no hicieron cuando, en verdad y sacrificándose, hubieran podido realizarlo.
Queridos hijos, la razón espiritual de este camino es la entrega, porque en la entrega a Dios y a Su Voluntad se trazan los caminos que los corazones deben recorrer lo más conscientemente posible.
En esta hora de la humanidad todo se está definiendo; las actitudes y acciones que antes parecían insignificantes, ahora quedarán en evidencia para poder transformarlas según los Designios del Padre.
La entrega total a Dios exige un esfuerzo mayor; por eso, en la tensión ardiente el alma consigue dar sus pasos, siempre y cuando busque la sagrada unidad con la Voluntad Divina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración eterna,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy el Árbol Sagrado
Yo soy la Madre y Señora dispensadora de todas las Gracias.
Yo soy el Árbol sagrado del Universo, soy la que da frutos y de los frutos nacen todas las semillas que se siembran y germinan en todos Sus hijos.
Soy el Árbol sagrado de la Figueira, soy el tronco que soporta y transmuta a Sus hijos.
Soy la copa florecida de época en época, que refleja la gran belleza de Dios.
Soy la gran raíz que sustenta toda la vida y da fuerza regeneradora a todos los espíritus.
Yo soy la gran Figueira, ustedes son Mis frutos predilectos que hago madurar con los rayos del Corazón solar de Mi Hijo, para que den nuevas semillas que serán sembradas en la nueva humanidad.
Yo soy el Árbol sagrado de Figueira, ustedes también son parte de Mis hojas, que expresan la vida, la cura y la renovación.
¡Oh sagradas semillas de Mi amada Figueira!, que en otros campos rebroten los nuevos frutos que serán ofrendados al Padre Celestial.
Ustedes son también Mis ramas, y Yo soy el gran Árbol sagrado que los unifica y los hace partícipes de la unión perfecta con el Creador.
Ustedes son parte de todo Mi Árbol sagrado, son el resultado del trabajo continuo del Árbol sagrado. Sean ramas, sean hojas, sean frutos y semillas de Mi amada Figueira, expresen el amor por el conocimiento y practíquenlo, ya llegó la hora, ya llegó el tiempo.
El sagrado Árbol de Figueira ya sembró sus bases de instrucción en todos los corazones, es hora de vivenciarlo, de adorarlo y de amarlo.
¡Oh sagradas semillas de la redención!, broten en aquellos campos donde hay soledad en las consciencias, broten en servicio y caridad como todos los Reinos de la Naturaleza. Sean semillas portadoras de Mi Luz y de Mi Misericordia, sean espejos vivos del mensaje divino.
Yo soy la sagrada Figueira, que nadie lo olvide. Yo soy el sagrado Árbol de la renovación y de la paz. Quisiera, hijos amados, que ustedes algún día dejaran de ser semillas para ser árboles crecidos en el amor y el conocimiento sagrado.
Reverencien todos los frutos que les ha dado Mi sagrada Figueira, ella es la cuna de los nuevos frutos, ella es el semillero de la nueva humanidad.
¡Oh pequeñas figueiras!, que el crecimiento de ustedes sea tan elevado como la oración, que sus frutos sean tan hermosos como las flores de Mi inmaculado jardín.
En el próximo tiempo verán en el bosque sagrado a todas las pequeñas figueiras, vivas por la Luz de Dios y expresivas como la devoción eterna.
Abracen con amor a Mi sagrado Árbol de la Figueira, para que en esa unión interna sus pies caminen descalzos y libres de todo hacia el eterno jardín del Corazón de Dios.
Hijos, hagan brotar en ustedes lo más puro y santo que Dios derramó por amor.
Estemos unidos en espíritu, como uno solo, alrededor de la amada Figueira de luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega en oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando María llegó, Ella mostró una imagen del universo y, de una forma que no sé explicar, vi la Consciencia de Dios. Él se estaba recogiendo en un profundo silencio que, a pesar de ser silencio retumbaba en todo el cosmos y hacia estremecer el interior de todas las criaturas en el Cielo. Dios guardaba dentro de sí, aquel primer Pensamiento que tuvo al crear el proyecto humano. Él se concentraba en la perfección de Su Idea Original para el hombre y así meditaba.
María nos mostraba que muchos consejos se reunían, aunque sin saber cómo ayudar a la humanidad, solo observando para que en lo imprevisible del corazón humano, surgieran algunas posibilidades de conducir a los hombres hacia el cumplimiento de los Planes de Dios. Nuestra Señora decía que, para todo el Universo, en este momento el destino de la Tierra es imprevisible. Dijo que solo Dios sabía lo que ocurriría, pero Él callaba y concentraba todo Su Amor en dirección a la esencia de cada ser humano.
Era como si Dios, en aquel momento no usara ningún intermediario, pues Él mismo, en su silencio, estaba intentando llegar a la esencia de todos los seres humanos para revelar Su Misterio directamente a aquellos corazones que pudieran percibir Su Presencia.
María nos explicaba que, en medio de todo el caos y el mal del mundo, el Creador comenzó, Él mismo, a actuar en la Tierra intentando mostrar al corazón humano la grandiosidad de Su Plan para la humanidad; la posibilidad única que el ser humano conserva de unirse a Él, perfecta y absolutamente, el amor único que se encuentra latente en el interior de todos nosotros. Dios está intentando mostrarnos todo eso.
María nos convidaba para que, solos y en silencio, pudiésemos ingresar en nuestros propios corazones para intentar sentir a Dios, para buscarlo dentro de nosotros mismos y para descubrir lo que Él nos quiere revelar en Su silencio.
Queridos hijos,
Mientras el mundo agoniza, el Corazón de Dios Altísimo calla y el Creador concentra Su Divino Espíritu en el verdadero propósito de Su Creación.
En estos tiempos, en que la humanidad está en el ápice del desvío de la razón de su existencia como parte de un Proyecto Divino, el Señor está intentando mantener viva dentro de sí aquella aspiración divina que, un día, emanó de Su Consciencia para renovar todo el Universo.
Cuando aceptó la experiencia del proyecto humano, Dios sabía de todos los riesgos, pero también conocía la potencia del amor depositado como posibilidad latente en el interior de cada ser humano, en su esencia más profunda.
El Creador Altísimo permitió que Su Creación corriera un gran riesgo: que criaturas aparentemente tan pequeñas tuvieran la posibilidad de llevar a un extremo de evolución o de involución todo el universo material manifestado por Él.
Hijos, ahora delante de todo lo que sucede en el mundo y que trasciende las barbaridades de la vida material, con repercusiones verdaderamente peligrosas y destructivas para la vida del espíritu, el Señor solo observa el mundo y calla.
Todas las criaturas creadas por Dios están atentas a Su silencio, que repercute como un gran misterio dentro de toda la Creación.
El Señor sabe que este es un momento definitivo, incluso para Su Divina Consciencia. El silencio de Dios guarda en sí, una certeza de Su triunfo, a pesar de hacer estremecer a todas las criaturas, internamente.
Cuando Dios calla es cuando solo Él sabe lo que ocurrirá. El Universo apenas observa atento los movimientos de la humanidad y espera, segundo a segundo, la forma de conducirla por el mejor camino.
Mientras los consejos se reúnen y los maestros y guías, entre los Bienaventurados, renuevan sus planes, Dios solo calla.
Les digo esto hoy para que sientan el silencio de Dios, para que sientan Sus Ojos puestos sobre sus corazones todo el tiempo. No solamente los intercesores de la humanidad ruegan por el despertar del corazón humano, también Dios en Su silencio, concentra todo el Poder de Su Consciencia Creadora para resguardar, dentro de sí, el arquetipo perfecto de la humanidad.
En el silencio del Creador, Él se une a la esencia de todas las criaturas de la Tierra que aspiran a cumplir con Su Plan. Por eso hijos, si hoy escuchan estas palabras, mediten por un instante en lo que les digo y únanse al silencio de Dios.
Observen sus propias esencias como una conexión verdadera y pura con el Altísimo. Encuentren dentro de ustedes la unión con el Padre y, gracias a esta unión, permitan que el Creador despierte en ustedes, aquel pensamiento único que Él tiene para cada uno.
Dios, en el centro del Universo, calla y en Su silencio Él se multiplica en el centro de cada criatura.
Sé que lo que ocurre en el mundo perturba muchos corazones y también a las consciencias de aquellos que conocen la gravedad de los tiempos, sin embargo, Mis amados, si verdaderamente quieren ayudar a la humanidad, sientan a Dios en su propio interior. Imaginen al Creador de todas las cosas en Su profundo silencio, que retumba fuerte en el interior de todos los seres.
El Universo se detiene ante el poder del silencio de Dios. Él está intentando hacerse escuchar por Sus hijos; está concentrando el poder de Su Amor por la humanidad y por el cosmos infinito, con la intención de darles a conocer la verdad. Por eso, a pesar de todo lo que hoy aflige sus corazones, permitan que sus consciencias se eleven más allá de la materia; que, al mismo tiempo, ingresen en su interior y viajen hacia el centro de la Creación, encontrando dentro de sí, un Dios silencioso que les extiende Sus Manos y les muestra la verdad de Su Plan.
Mientras para todo el Cosmos la intención de Dios con Su silencio es misteriosa, Él quiere ingresar en el interior de los seres humanos, para revelarles directamente la verdad de Su Amor.
Hijos, ¿abrazarán la grandeza de lo que les digo? ¿Se abrirán al misterio de recibir, dentro de ustedes mismos, un Creador tan inmenso que se hizo pequeño para hablarles al corazón?
Descubran hoy la unión perfecta entre los seres humanos y Dios, porque el Señor calla en este tiempo, para dar a conocer a los hombres el mayor misterio de Su Creación, que es la posibilidad única de la unidad perfecta con el Altísimo.
Mientras las miserias emergen del interior de todos y el caos utiliza todas sus estrategias de conquista, Dios aspira a revelarles Su Grandeza.
¿Quién se abrirá a esta verdad?
Los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos,
Mientras el impulso de la nueva humanidad se gesta en Mi Corazón de Amor, los preparo todos los días para que sus almas sean partícipes de la Nueva Tierra.
Por ese motivo, queridos hijos, los esfuerzos serán mayores para que todo suceda, y es por esa causa que ustedes deberán testimoniar la Presencia de Cristo como el camino al portal de luz del nuevo mundo.
Los invito a trabajar todos los días por esa aspiración, así sus vidas serán el gran testimonio de redención y de amor para otros.
Queridos hijos, no pierdan de vista Mis palabras, Mi Corazón establece en este día ese sagrado propósito.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Divino Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A través del Espíritu Santo de Dios, nuevamente los reúno en el sagrado oratorio de Mi purísimo Corazón Inmaculado.
Es por esta causa, queridos hijos, que hoy quisiera contarles que la tarea de oración de ayer, 13 de noviembre, tuvo grandes repercusiones a nivel espiritual y planetario.
Muchas cosas se lograron impedir cuando tan solo los orantes, presentes en la ciudad de Porto Alegre y en el mundo, colocaron su consciencia y su amor en todo lo que estaba sucediendo.
Una vez más la oración triunfó en varias regiones del planeta y, a través del amor colocado en cada una de las palabras, las almas pecadoras se vieron beneficiadas por el poderoso canal que ayer fue abierto por todos.
Siempre quisiera verlos, hijos Míos, con esa misma actitud y entusiasmo como en el día de ayer. Eso hace alegrar el Corazón de Dios, y Sus Obras de Piedad y de Misericordia se hacen posibles en el mundo.
Queridos hijos, es así que hoy los invito a que su vida diaria se torne un espacio de constante oración y sintonía con el Universo Celestial. Cuando más almas dediquen atención a la importancia de orar de corazón todos los días, mayores serán los efectos divinos sobre el mundo y especialmente sobre las causas de conflicto.
Que la paz sea el propósito de cada servidor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón amoroso de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Conquista el Paraíso todos los días de tu vida y no te canses de intentarlo siempre, pues por tu verdadero e inspirado esfuerzo Dios te entregará Su más preciado tesoro: la corona de luz que recibirás por haber entregado tu vida a Su grandiosa Voluntad.
Si tu esfuerzo fuera hecho por los que te ignoran, te desprecian o no conoces, mayor será la Gracia que recibirá tu corazón, porque serás revestido del Santo Espíritu de la humildad y del profundo bien.
No dejes de conquistar tu lugar en el Paraíso, el que te permitirá vivir eternamente en el Corazón del Padre Celestial.
Sigue adelante, pero atento a las tentaciones que impone Mi rival, él no puede persistir porque no ama y es impuro, pero tu corazón, que siempre debe ser confiado y pleno, puede abrir las puertas para que descienda el Padre Dios. Créele y aférrate a tus talentos, la obra es máxima, y la redención de todos los caídos deberá ser tu trofeo de luz, por el que aspire toda tu consciencia.
En fin, hijo Mío, la salida siempre estará demarcada por la oración perpetua, la que te renueva, te conduce y te libera de los abismos del mal en la Tierra.
Mantente unido a Mi Poderoso Corazón porque en la hora indicada Yo te daré la espada para cortar los vínculos con el mal; esa poderosa e invencible espada es el amor, que todo lo consigue y siempre triunfa más allá de todo mal.
Confirma tu vida en Mi obra corredentora, porque así Mi Amadísimo Hijo verá cómo el soldado orante ya tiene morada en Mi victorioso Corazón.
Recuerda: la redención de tu vida y de toda tu existencia será la promesa para los que están presos en las amarras del adversario. La Luz triunfará cuando siempre creas en ella, allí solo reinará la Verdad Suprema de Dios.
Continúa lleno de Mi maternal confianza. Vengo para salvarte.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:Como vuestra Madre Auxiliadora, abro las puertas de Mi Corazón para acoger en estos tiempos a las almas perdidas por las ilusiones del mundo. Junto a Mi Hijo Jesús trabajamos por la redención de la humanidad y de todos los Reinos de la Naturaleza, los que en las últimas décadas fueron objeto de una manipulación desmedida que llevó al deterioro del espíritu de los Reinos.
Por eso Yo vengo como la Madre Auxiliadora, buscando que los corazones se arrepientan pronto y no pierdan tiempo en las cosas materiales. Muchos de Mis hijos en el mundo viven para sí y no viven para Dios y en sus vidas encuentran como resultado la soledad, el abandono y la falta de amor y de fe interior.
Pero Yo vengo del Cielo todos los días para enseñarles por última vez el camino de regreso hacia el Corazón del Padre Celestial. Es por esto que Mi obra final se apoyará en Mis discípulos e hijos consagrados a la Luz de Mi Inmaculado Corazón; será de esa forma que vuestra Madre Celeste hará el último intento de retirar del infierno de la Tierra a los que se sumergen día a día en el mar de la desesperación y del pecado.
Aquellos que vivan la oración estarán a salvo y sus casas se volverán semejantes al arca de Noé; así sus hogares serán templos vivos en medio de la tribulación que las almas viven, lejos de Dios y de Su Amor Eterno.
Yo los recibo a todos en Mi Corazón porque los amo. Mi obra finalizará cuando la mayoría haya encontrado el Reino de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a la consciencia del despertar espiritual,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más