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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y aunque fui colocado en el sepulcro, Mi servicio por la humanidad no había terminado.
Hoy doy continuidad para todos, a lo que verdaderamente sucedió en aquellos tiempos durante la dolorosa Pasión de su Maestro y Señor.
Pero para poder entenderlo espiritualmente, en esta tarde ingresarán Conmigo al Universo de Dios, a otro espacio de la manifestación creadora inmaterial y cósmica en donde también se guardó la memoria de todos los hechos sucedidos durante la dolorosa Pasión de su Señor. Preparémonos para este momento.
Coloquen sus almas al servicio del Plan, para que ellas sean las que participen de este momento y guarden en su memoria todo lo que vivirán y experimentarán, acompañando a los registros universales de su Maestro y Señor.
Para ingresar en ese Universo de Dios, bastará que abran la puerta de ese espacio con su palabra y su canción, esa será la llave que permitirá revelarles todo lo que sucederá después.
Ahora, mientras Yo les muestro el Universo de Dios detrás de Mí y a los ángeles que acompañan este momento, porque son los encargados de revelar los registros universales de su Maestro y Señor, deberán entonar la llave musical que les permitirá ingresar en ese espacio de consciencia.
Vamos a entonar "Adonai, Espíritu Santo" hasta que el Señor lo indique, y que Adonai resuene en nuestro interior y en nuestra consciencia para que nuestras almas ingresen en ese espacio. Podemos comenzar.
Canción: "Adonai, Espíritu Santo".
Una vez más.
Volvamos al instrumental anterior.
Estamos en un espacio que no es material, sino espiritual. Estamos dentro de una parte de la Consciencia de Dios que se expresa como una gran Esfera de Luz celeste, en donde los ángeles escriben en nuestras esencias este momento. El centro de ese lugar es una poderosa Esfera de luz dorada que alterna, en su manifestación, diferentes colores y formas, manifestando la belleza más perfecta de la Creación.
Nuestras almas están en el Universo del espíritu, lugar al que siempre aspiraron a llegar y a participar en él.
Nuestras almas participan de ese lugar con su consciencia más sutil y elevada y son invadidas por muchos impulsos que vienen del centro de esa Fuente, donde en pequeños Cristales de Luz, dentro de una Esfera dorada, se guarda la experiencia de nuestro Redentor en la Tierra, los pasajes más importantes y emblemáticos de Su tarea espiritual y cósmica.
Y en el Universo mental, el Universo ultraterrestre, otra parte del plano de la Consciencia de la Creación, también se guarda una copia fiel de ese espacio y lugar, que son otros aspectos de la tarea que Cristo realizó en la Tierra en aquel tiempo.
Sintamos, en este momento, cómo el centro de nuestra alma se conecta y se une a esa gran Esfera dorada que rige el centro de ese espacio de la Creación.
Y por fuera de esa Esfera azul, que nos envuelve y nos protege, veamos a las diferentes Jerarquías angélicas acompañando a Nuestro Señor en este momento.
Pero veamos a Cristo absolutamente transfigurado. Una transfiguración más profunda y completa que la que vivió en el Monte Tabor. Él nos muestra, en este momento, Su verdadera Faz, la consciencia del Cristo Cósmico, llamado Jesús Glorificado.
Vamos a contemplarlo al lado de esa Esfera dorada de Luz y, mientras tanto, dentro de esa Esfera dorada, no perdamos la atención y la sintonía con esos pequeños Cristales de Luz, de cómo giran de forma tan semejante a nuestro ADN, al movimiento de nuestras moléculas y átomos. Estamos ante el aspecto científico de Dios.
Contemplemos a Cristo. Cómo cada parte de Su Ser está iluminada y glorificada, y ha alcanzado una materia transubstanciada y sublimada por el poder del Amor que Él encarnó, por ese Amor que Él expresó a cada uno de nosotros, desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión.
Allí se reúnen, a través de Cristo, todas las etapas de Su vida en la Tierra, no solo las etapas de Su vida material, sino también espiritual. Estamos ante la revelación del Cristo Vivo y Glorificado. Todo Su ser es la propia Eucaristía viva, es la gran Reliquia de Dios que se ilumina ante nuestras almas y consciencias, llevando a nuestros seres a una comunión espiritual y cósmica con las Leyes del Universo inmaterial.
En este momento, debemos creer en lo que estamos viviendo y sintiendo, más allá de la distancia o de la separación. La Consciencia Glorificada de Cristo nos une y nos reúne en este momento para vivir esta experiencia.
Veamos a Nuestro Señor levitando en el Universo, dentro de esa gran Esfera celeste de Luz, y nosotros allí dentro, participando conscientemente con todo nuestro ser y consciencia, abriendo nuestra alma para que todo nuestro ser reciba, a través de Cristo, los misterios de las Leyes inmateriales que allí se encuentran en este momento y que son la Leyes que impulsaron a las Leyes materiales, las llamadas Leyes universales. Estamos bajo otra vibración y condición espiritual, mantengamos nuestra conexión y nuestro corazón abierto para esto.
Dejemos que nuestra alma sea invadida por cada uno de esos impulsos lumínicos, que la Consciencia transubstanciada de Cristo nos ofrece en este momento.
Y así, en un acto de profunda gratitud y reverencia, dentro de ese espacio de la Consciencia de Dios, en donde Su aspecto científico está presente, sintámonos en el absoluto vacío, en el completo despojamiento y en la renuncia necesaria para que sea Él, Cristo, el que actúe a través de nuestras almas y no nosotros.
Dentro de esa Esfera dorada de Luz que Él nos presenta y que enciende a través de la palma de Su Mano derecha, Él nos ofrece vivir la Voluntad de Dios.
Él nos coloca ante la visión y el momento consciente de poder reconocer la Voluntad Divina, que surge de la Fuente como una emanación poderosa de Amor y de Unidad.
Por fuera de esa gran Esfera celeste de Luz, vemos aproximarse a San Miguel Arcángel, también con un aspecto transfigurado como un gran guerrero de luz que cuida a los diferentes Proyectos de la Creación. En Su mano derecha vemos una lanza y en Su mano izquierda vemos una balanza que mantiene su equilibrio, su igualdad y equidad.
Contemplemos todos estos símbolos, pero, sobre todo compenetrémonos con esta realidad que Nuestro Señor hoy nos ofrece con toda Su humildad y Amor.
Él coloca, en el centro de cada una de nuestras almas, esos Cristales de Luz que guardan Su energía crística. Nuestras almas se rinden a Sus Pies, no sintiéndose dignas de este merecimiento, pero sí reconociendo la Gracia suprema que las ha traído hasta allí.
Y ahora, esa gran Esfera celeste de Luz se disuelve en el espacio. Cientos de almas, de diferentes partes del mundo, están allí presentes, rindiéndose a los Pies del Redentor, dentro de esa Consciencia de Dios, en donde las Leyes inmateriales actúan y obran por medio de la Ley del Silencio.
Contemplemos la belleza que Dios nos muestra en ese lugar y en ese espacio que es parte de Su Consciencia Universal.
A través de nuestra cabeza, desde el centro de nuestro coronario, se eleva un sutil hilo de luz que nos conecta con ese Universo, en donde está presente nuestra alma.
El Cristo transfigurado no habla a través de las palabras, sino a través de las acciones que hoy lleva adelante con todos nosotros y con toda la humanidad.
Pero Él nos pide algo:
Sean conscientes de lo que están recibiendo y den valor a lo que se les entrega, porque esta será la única vez hasta que Yo retorne al mundo, cuando muchos reconocerán Mi Presencia, aunque muchos otros la negarán.
Los estoy preparando, a través de esto, para ese tiempo. Por esa razón los he traído aquí en consciencia y espíritu, en alma y en esencia, porque es aquí en donde Dios reside dentro de cada uno de Sus hijos.
Quien se vacía, se redime. Quien se rinde, se redime. Quien se entrega a Mí, se redime. Quien Me da su vida, se redime.
Mientras tanto el Universo, a través de las melodías, revela diferentes impulsos de la Creación, semejantes a grandes nebulosas, estrellas o galaxias, que se dibujan en ese firmamento de la Consciencia de Dios, en presencia de los ángeles y de San Miguel Arcángel. Cristo mantiene aún Su Mano derecha próxima a la Esfera dorada de Luz.
Por momentos, somos encandilados e invadidos por explosiones de Luz dorada que hacen invisibles a nuestras almas. Somos bañados por Su Amor-Sabiduría, ese Amor y esa Sabiduría que encarnaron en el mundo, a través de Jesús, para traer la redención al planeta por un solo propósito, el propósito del Amor.
Mientras Jesús se encontraba en el sepulcro, varios aspectos de Su Ser y de Su Consciencia realizaron esta tarea que Él realiza hoy con nosotros, ayudando a diferentes grupos de almas y redimiendo a los infiernos, dando oportunidad y Gracia a todas las estrellas caídas.
Hoy Él nos entrega, por el poder divino de Su Misericordia, estos impulsos de la Fuente espiritual que guarda los registros de toda Su experiencia en la Tierra y de todos los niveles de Su Ser, que se revelan ante nuestras consciencias para que sepamos y reconozcamos que Dios está en todo.
Con mucha suavidad y armonía, traigamos nuestras consciencias a este espacio material, al lugar en donde ahora nos encontramos, y sintamos como toda esa experiencia se guarda en el centro de nuestro ser, en lo más íntimo de nuestro ser interno.
Aún vemos aquí al Cristo glorificado, al Cristo transubstanciado, con todo Su Ser como una misma y única Eucaristía que se ofrece al mundo para su redención y perdón.
Aún vemos, detrás de Cristo, ese Universo y espacio de Dios palpitando.
El Plan universal está centrado en la redención de la humanidad. Por esa razón, el propio Dios se ofreció al mundo a través de Su Hijo, para que la humanidad de aquel tiempo y la humanidad de hoy comprendieran que están aquí por un Propósito divino y no solo por una vida material. Sus células, átomos y el centro de sus seres deben comprender esto, deben afirmarlo para que sus almas gobiernen y lleven adelante las Aspiraciones de Dios y la Voluntad que Él ha determinado para cada uno de Sus hijos.
En este séptimo día de encuentro, veo a la mayoría de las almas vacías de sí. Deben reconocer esto todo el tiempo. Deben resguardarlo de ustedes mismos. Deben preservarlo del mundo, del caos y de la infidelidad. Deben comprometerse con ustedes mismos por el Plan de Dios, porque Dios está esperando actuar a través de Sus hijos, como Él ha actuado a través de los tiempos y de las diferentes razas.
Pero, para que esa decisión que Dios tiene se pueda manifestar, después de todo lo que la humanidad ha recibido a través de los tiempos, le corresponde a la raza de hoy dar el gran y último paso para que esa Voluntad se pueda realizar y concretar. Mientras eso no suceda, la humanidad seguirá sufriendo.
El Reino de los Cielos estuvo en este planeta. El Reino de los Cielos se refleja a través de la naturaleza de este planeta. Cuanto más agresión reciba, mayor dolor sentirá el ser humano. No habrá lugar ni consciencia que pueda suplir ese dolor ni que pueda calmar ese sufrimiento.
Ustedes son seres que provienen de la Fuente. Por eso los he llevado hacia ese lugar predilecto de Dios. Él los ha colocado a todos dentro de Su Corazón, ¿lo han percibido? Es el Amor que surge y emana de la Fuente, el Amor renovador e incansable que hará de cada ser un nuevo ser, por eso su rendición es importante.
No tengan miedo a los cambios. Ábranse a los cambios que llegarán en el fin de estos tiempos. La alegría celestial es la promesa que Dios tiene para cada uno de Sus hijos, y Él hoy cumple Su promesa llevando a todas las almas que escuchan, al recinto de Su Sagrado Corazón, más allá de los errores, de las deudas o de los traumas que cada ser humano pueda estar viviendo y atravesando.
Dios es el eterno incondicional. Su Maestro es el eterno incondicional. El Espíritu Santo que hoy está entre ustedes, es el eterno incondicional.
Cuando la humanidad aprenda a vivir en el amor y no en la indiferencia, a practicar la igualdad, la tolerancia, el respeto y la fe, todo se transformará. Para que eso suceda, Yo retornaré al mundo en el momento más difícil y culminante de la raza. Los días se aproximan para ese acontecimiento.
Hoy le he pedido al Padre que Me diera la Gracia de llevar a cada uno de ustedes hacia dentro de Su Corazón.
Ahora Cristo, colocando Sus Manos en señal de imposición, transfigura Sus vestiduras y toda Su Consciencia en un sutil color rosa. Él nos muestra Su aspecto espiritual de Amor. Aquél que siendo sometido y ultrajado por los hombres durante Su dolorosa Pasión, Su Amor nunca se rindió.
Estamos ante el Amor invencible de Cristo, el Amor que Él, en este momento, irradia al mundo entero, colocando cerca de Su Pecho a nuestro planeta, a toda la humanidad y a los Reinos de la naturaleza.
Hoy Su Amor espiritual e invencible recoge a las almas grupo de diferentes especies animales como las ballenas, que son aniquiladas; como el ganado, que es aniquilado; como las especies que pierden su hábitat; y del Reino vegetal, que es explotado, quemado y destruido en la superficie de la Tierra.
Y más aún, el Amor invencible de Cristo penetra en lo profundo de nuestro planeta y recoge el alma grupo del Reino mineral, cuyos minerales sufren y son destruidos y extraídos con violencia y venganza.
Su Amor también llega, hoy especialmente, para los que viven en esclavitud, en África y en el mundo.
Estamos en el momento y en la Gracia, ante el Amor invencible de Cristo, de pedir perdón por los errores cometidos por esta humanidad contra los Reinos de la Naturaleza; de pedir perdón por nosotros y por nuestros hermanos que están ciegos y que solo quieren el provecho y los beneficios de la Naturaleza.
Ante el Amor invencible de Cristo, pidamos perdón por destruir la Creación y por no valorarla.
Nos postramos ante Cristo para pedir perdón y para que Su Amor triunfe en el mundo por los méritos de Su dolorosa Pasión, por el descenso de Su insondable Misericordia.
Nos podemos levantar, respirar profundo y agradecer.
Hoy vamos, a pedido de Cristo, a ofrecer esta comunión por los Reinos de la Naturaleza, pero también por los que tienen sed en el mundo y no tienen agua para beber y para hidratar sus cuerpos. Pidamos la Gracia de que el Reino de las aguas, desde las entrañas más profundas de la Tierra y por medio de la Madre Naturaleza, conceda la Gracia de hacer brotar vertientes en aquellos lugares en donde abunda la sed. Amén.
Señor, Dios del Universo y de la Vida, Fuente inagotable de Amor y de Verdad, manifestación infinita de la providencia, de la abundancia y de la sabiduría universal, te ofrecemos este Sacramento en nombre de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y pedimos la Gracia y la oportunidad de que todo lo que aquí recibimos, más allá de que no lo merecemos, pueda llegar a las almas que aspiran y esperan esta abundancia espiritual que Tú haces descender a la Tierra a través de Tu glorioso Hijo. Amén.
La novena de oración de esta Semana Santa, la Trilogía Espiritual que Yo les he enseñado hace muchos años, ha sido de vital importancia para Mí, porque ha permitido llevar adelante toda esta tarea, sin interrupciones ni obstáculos.
¡Gracias, por aquellos que se esfuerzan de corazón! Mi Paz esté en cada uno de los orantes que sostienen este Plan de Amor.
Por esa razón, en este sábado de Aleluya, para que en el día de mañana sus almas resuciten en espíritu, en gozo y en alegría por tener la Gracia de escuchar la Palabra de Dios, les ofrezco esta Comunión Eucarística cumpliendo Mi promesa de estar con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos.
Padre, Amor infinito, Consolador y Curador, Te ofrezco este pan para que Tú, bajo el poder de Tu Gloria, lo conviertas en el Cuerpo de Cristo para que hoy, consumando esta tarea espiritual y divina, lo ofrezca a cada uno de Tus hijos y les vuelva a decir: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
De la misma forma, te ofrezco el Cáliz de la Redención a Ti, Padre Amado, para que Tú lo transubstancies en la Sangre de Cristo. Por ese motivo, lo vuelvo a ofrecer a los Tuyos, diciéndoles: "Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por su Señor hasta los tiempos de hoy, para el perdón de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria".
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Y ahora, tomándonos todos de las manos, y quien está solo en su casa coloca sus manos en señal de recepción hacia el cielo para que, junto a Nuestro Señor, repitamos esta poderosa oración que Él nos enseñó:
Padre Nuestro (en español).
Padre Nuestro (en inglés).
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra y eleve al Cielo a todas las estrellas caídas.
Que así sea.
Pueden llevar las manos hacia el corazón, porque donde está la unidad no prevalece ninguna enfermedad.
Que la Paz del Reino de los Cielos esté en ustedes y en todo el mundo.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por haber compartido esta tarde Conmigo. Guarden en la memoria lo que hoy vivieron.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llegó el tiempo de que sepan, compañeros, quiénes son verdaderamente, del lugar de donde provienen, de la Fuente de donde surgieron y por qué razón han venido a la Tierra para que, en este tiempo como en otros tiempos, aprendan a vivir el Plan de Dios y su realización en esta vida.
Esta es la encarnación definitiva para todos los seres humanos, momento en el cual todos son colocados ante la oportunidad de discernir y de tomar consciencia de lo que verdaderamente son y no de lo que aparentan ser.
Hoy vengo como el Nazareno, el Pastor que vuelve a convocar a Sus ovejas de los cuatro puntos de la Tierra, para que puedan escuchar atentamente esta revelación que los hará conscientes de su realidad y del momento que están viviendo, de la etapa que están atravesando y del aprendizaje que, en este ciclo, están transitando.
Vengo a colocarlos en la dimensión del Universo Sideral, en donde la Consciencia de Dios está presente en infinitas manifestaciones y Nombres; de ahí ustedes provienen, no son solo seres humanos, son esencias, almas y espíritus que vinieron a aprender algo fundamental: el perdón.
Ese perdón, que es tan necesario en ustedes y en el mundo, es el perdón que los llevará al arrepentimiento y a la reconciliación con ustedes mismos, entre los pueblos y las naciones.
Por eso, llegó la hora de conocer la verdad y de poder despertar a través de ella, sabiendo que en este último ciclo es en el que tendrán el gran impulso espiritual para dar el gran paso de sus vidas, reconociendo que Dios lo necesita en este momento y que ustedes también lo necesitan para poder reconstruir sus vidas, no solo de manera espiritual, sino también de forma material y, en consecuencia, toda la humanidad se reconstruirá y se volverá a levantar de donde hoy se encuentra.
Pero solo existe un requisito para eso, su fe en todo lo que les digo, su confianza en todo lo que realizo, su amor en todo lo que predico.
Así también impulsarán a otras almas a que, por medio de su oferta y entrega, también puedan despertar y tomar consciencia de que llegó la hora de cambiar.
Porque el gran cambio está llegando, el fin se está aproximando, el tiempo marca ese momento. También tienen que ser conscientes de eso para que estén preparados, atentos y vigilantes ante todo lo que moverá al planeta por el movimiento que realizará el Universo.
Hoy los quiero colocar a todos en ese plano de consciencia, desde donde cada uno de ustedes proviene, para que, volviendo al Origen y al principio de su existencia, recuperen los valores y los atributos que necesitan para atravesar estos tiempos y estos momentos tan definitivos.
Ingresemos ahora en ese estado de consciencia y dejémonos colmar por la Presencia de Dios, en la manifestación de Elohim. Fue ese aspecto del Padre que se encargó, directamente, de la manifestación de las diferentes Fuentes que, siendo creadas por los ángeles, gestaron la vida.
Siéntanse en el Vientre materno del Universo y hagan despertar, en este momento, a su pureza original que los llevará a entender la Sabiduría de Dios, la pureza que les mostrará el camino de regreso al Padre Eterno.
Porque Él se encuentra con Sus brazos abiertos, como un Padre que ama a Sus hijos, como un Padre que espera a sus criaturas para hacerles sentir la inmensidad de Su Amor y de Su compasión con el mundo.
Ante este estado de consciencia, cada uno de ustedes vuélvase hacia Dios así como son, sin ocultarle nada, porque Él los conoce por dentro, Él los sabe por dentro y nada puede quedar escondido dentro de sus corazones.
Liberen sus amarguras, disuelvan sus tristezas, curen sus corazones, fortalezcan sus almas y entren en comunión con el Padre, ante la Presencia de Elohim, para que Él pueda entregarles Su Gracia en este momento y a través de Su Hijo, por la gran necesidad que tiene la humanidad y por todas las esencias que aún están perdidas en los abismos de la ilusión, de la ignorancia y de la indiferencia, por las almas que sufren, en este momento, sin tener un momento de alivio ni tampoco de paz.
Por la Gracia que siempre les ha entregado Mi Corazón misericordioso y ante ese origen del cual cada uno proviene en esencia y en espíritu, ante la oportunidad de la reconciliación y de la paz, para que se establezca la cura en la humanidad y en compañía de todos los Ángeles de la Guarda presentes en este planeta y dentro de esta humanidad, entonaremos los Nombres de Dios, para que cada uno, ante la Fuente purísima del Padre y bajo el poder de Sus Sagrados Nombres, reciba lo que necesita en este momento.
En total despojamiento interior, sin expectativas ni intenciones personales, con la apertura del corazón y del alma, llamaremos a los Nombres de Dios para que Sus Nombres, Atributos, Gracias, Misericordias y Prodigios, desciendan a la Tierra.
Lo harán hasta que Yo se los indique.
Podemos comenzar.
Cántico: ¨Los Nombres de Dios¨.
En este momento, Cristo se encuentra hablando con Su Padre, ante la Fuente Espiritual de la Creación. Cristo, como un tierno Hijo, conversa con el Padre, arrodillado ante Él.
Ante la emanación de esa poderosa Luz, Cristo se ofrece por cada uno de nosotros, por el propósito de cada vida, por la misión de cada ser, por el Plan de Amor en la humanidad, por la redención de todas las almas.
Cristo se ofrece incansablemente, mostrándole al Padre cada una de Sus Llagas, revelándole al Padre cada uno de Sus martirios, agonías y pesares por la humanidad y, lo principal, Cristo le ofrece de nuevo Su Corazón por cada uno de nuestros corazones. Porque, en este momento, el Maestro sabe de la importancia del cumplimiento del camino espiritual de cada uno de Sus compañeros.
De las Llagas de Sus Manos y de Su Costado, ofrece la Luz de la insondable Misericordia, alcanzada por el Redentor durante Su dolorosa Pasión.
El Padre recibe nuevamente, en el centro de Su Espíritu, en donde la Fuente se manifiesta, cada uno de los ofrecimientos de Cristo, así como los ofrecimientos y sacrificios, las renuncias y pruebas de sus discípulos. Le ofrece al Padre los triunfos de la adoración, la fortaleza de la comunión y el poder de la oración de los que se encomiendan día a día a ella.
Jesús, con una mirada de amor ante la Fuente del Padre, reúne a Su alrededor a los arcángeles, que también están en adoración ante esa Fuente luminosa.
Los arcángeles ofrecen sus consciencias por el Proyecto Genético humano y cada uno deposita, dentro de esa Fuente, sus herramientas: espadas, escudos, cristales de luz, sus propias coronas y, especialmente, el corazón espiritual de cada arcángel que unidos como un solo corazón protegen y amparan a toda la Mente Creadora.
Jesús, en absoluto e interiorizado silencio, mira hacia cada uno de nosotros, aunque todavía esté frente a esa Fuente de Luz. Con una mirada de amor, pero en Su Corazón con un sentimiento de dolor por las almas del mundo, por los que lo abandonaron y no se rindieron, Él nos pregunta:
Mis compañeros, ustedes ¿qué le darán a Dios por la redención de todo el género humano? ¿Qué le entregarán al Padre? ¿Qué esperan para poder hacerlo?
Jesús, llorando, nos dice:
El tiempo está terminando, no lo desperdicien, no desperdicien su encarnación, hagan valer lo que Dios depositó como tesoro en cada uno de sus corazones.
La mirada de Cristo se vuelve hacia la Fuente de Luz.
Se aproxima a Él, al igual que a los arcángeles, Nuestra Señora, la Virgen María, acompañada por más huestes de Luz.
María le ofrece a Cristo...
En el silencio de María se expresa el Amor que Ella ha podido recoger de cada uno de los corazones que, sinceramente, todos los días han orado junto a Ella sin esperar nada a cambio.
María, la Virgen Santa, coloca sobre las Manos de Su Hijo todos los frutos de la oración del corazón, especialmente la Oración por la Paz en las Naciones, así como le entrega el amor que Sus hijos han colocado en cada una de esas oraciones, superándose a sí mismos, muriendo a sí mismos, vigilando, cuidando y protegiendo ese pedido de la Madre Universal.
Es de esa forma, que las huestes que acompañan a Nuestra Señora depositan sobre la Fuente cientos de Rosarios de Luz y la fe expresada por cada uno de Sus hijos en los Santuarios y Centros Marianos fundados por Su Inmaculado Corazón.
El Padre, atento al movimiento de la Madre de Dios, escucha a Nuestra Señora, así como los arcángeles escuchan a Nuestra Señora.
María, nuestra Madre, conversa con Dios; y Cristo, Su Hijo, está en éxtasis ante el Amor que emana la Voz de María y, sobre todo, ante la donación que hacen Sus manos por la humanidad. Y la Gracia que le concede el Padre a nuestra Madre alivia al Corazón de Cristo; y un bálsamo de Luz entra en el Corazón del Redentor, disolviendo las espinas en Su Espíritu.
Los errores son aplacados. La misericordia concede la redención a las almas que escuchan, en este momento, este mensaje.
Jesús se levanta del suelo y toma las manos de Su Madre, mirándola con dulzura, diciéndole a María:
"Madre, Yo Te entregué a Mis compañeros y Tú los has cuidado, aunque algunos no te hayan correspondido. Hoy Me vuelvo a levantar del suelo, así como Me levanté en el Calvario tres veces, porque Tú Me ayudas, Madre, con la fuerza de Tu Amor, de Tu paciencia y de Tu confianza a renovar todas las cosas. Y hoy renovamos juntos, ante la Presencia de Dios, a todas Sus criaturas, y los que se han arrepentido de corazón son ungidos con la Señal luminosa de la Cruz. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".
Y así, los arcángeles se retiran de la Fuente y la Madre de Dios se recoge en el Templo de Su Corazón para seguir orando por Sus hijos.
Cristo vuelve aquí, a este lugar, con una mirada de mansedumbre, impregnado de un profundo silencio y renovando Su Corazón en nosotros, nos ofrece nuevamente el mayor misterio de Su Amor, la santa Comunión, de la cual todos los que escuchan son invitados a participar espiritualmente.
Y así como hoy Nuestro Señor nos ofrece Su Cuerpo y Su Sangre, en este momento y después de esta experiencia, en la cual fuimos colmados por la Santísima Trinidad y nuestras culpas fueron lavadas por la Fuente del Amor de Dios, ofrezcámonos en este momento y por los días que vendrán, para que Dios, por medio de los Sagrados Corazones, siempre nos muestre el camino para encontrar la Luz, el Amor y la rendición.
Vamos a escuchar el instrumental de “Y así habló el Maestro”.
Rendidos ante el altar de Nuestro Señor, revivimos este misterio de amor y el legado que Él nos entregó por medio de la Eucaristía, y permanecemos ante la presencia de esa experiencia que vivimos juntos. Traemos a nuestra consciencia la imagen de esa Fuente de Luz para que también podamos depositar lo que tenemos y lo que no tenemos, en confianza, en Creador.
En un tiempo tan semejante a éste, Jesús estaba reunido con Sus apóstoles para entregarles el legado más importante de la humanidad, antes de vivir Su dolorosa Pasión.
Es así, que Él se ofreció y elevando el pan, se lo entregó al Padre para que fuera bendecido. Y enseguida, se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Enseguida tomó el Cáliz y realizando el mismo ejercicio, se lo ofreció al Padre para que fuera bendecido. Enseguida se lo pasó a Sus apóstoles y con toda la ternura y el amor de Su Corazón, mirándolos a los ojos a cada uno de ellos, les dijo: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por los hombres para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos
Amén.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Bienaventurados los que se sirvan de este Sacramento de forma espiritual, porque en este día también estarán comulgando Conmigo, a pesar de dónde se encuentren.
En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, recemos la oración que Cristo nos enseñó.
Padre Nuestro (en español).
Padre Nuestro (en inglés).
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.
Y hoy, siete gotas de la Sangre Espiritual de Cristo fueron derramadas por el Redentor, dentro de estos cálices, por la redención de la humanidad. Amén.
Que la paz esté en ustedes, para que la paz esté en el mundo.
Y antes de partir al mismo lugar y espacio espiritual adonde hoy, en consciencia, los llevé a cada uno de ustedes, les pido que recuerden esta experiencia, porque la necesitarán como fortaleza de sus espíritus y almas.
Mediten a través de esta experiencia y podrán encontrar muchas más llaves en su camino espiritual.
Hoy, por segunda vez, he sentido la presencia de cada uno de sus corazones, de esa forma, no Me siento solo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Entra en Mi Corazón y encontrarás tu casa, tu origen y tu principio, tu camino y tu verdad.
Entra en Mi Corazón y encontrarás lo nuevo, lo que más buscas, lo que más necesita tu alma y tu espíritu, para que en este ciclo agudo vivas el Plan de Dios.
Entra en Mi Corazón y vacíate de todo, hasta el punto de saber quién eres y todo lo que deberás perder para que Yo pueda obrar en ti.
Entra en Mi Corazón y cálmate. Ya he visto tus lágrimas y tus llantos, pues vengo con Mi Misericordia para curar lo impenetrable.
Entra en Mi Corazón y silénciate. Busca dentro de Mí el gran refugio de Dios, la morada que muchos no buscan, por sus preferencias, por sus deseos, por la vida externa.
Entra en Mi Corazón y sáciame. Tengo sed de tu amor y de tu verdad, para que finalmente te fundas en Mí.
Entra en Mi Corazón y no te preocupes. Allí se guarda un tesoro pensado por el Padre para ti; el principio de tu esencia, en el momento en que fuiste creado en el Vientre de tu Madre.
Vengo con Mi Misericordia para borrar el pasado, no solo en sus consciencias, sino también en España y más allá de ella.
Entra en Mi Corazón y comulga Conmigo. Ya conozco tus defectos, tus pruebas, tus miserias y tus dificultades. Sonrío a cada una de ellas, porque tú piensas que no las puedes superar.
Entra en Mi Corazón y ríndete, porque así Yo te enseñaré a encontrar el sentido a la vida, al camino espiritual, a la meta de tu alma y de tu espíritu.
Entra en Mi Corazón y te refugiarás en Dios, porque allí, en Mi Corazón, nada más importa que solo tú te unas a Dios, el Creador, porque lo estarás haciendo por aquellos que no lo hacen, por los que no lo viven y también por los que no lo buscan.
Entra en Mi Corazón y encontrarás la salida, la liberación de tu infierno, la rendición de tus amarras, la elevación de tu espíritu y la redención de todo tu ser.
Solo entra en Mi Corazón y déjame actuar por un momento, porque así no conocerás tu vida, de aquí en adelante.
Cuantas veces tú entres en Mi Corazón, Yo podré estar en ti, gobernaré tu consciencia, tus sentimientos, tus pensamientos y todos tus sentidos. Y percibirás en cada momento todo lo que no está bien para Mí, y unido a Mí, transformarás cada aspecto de tu ser, al punto de no poder reconocerte en poco tiempo.
Si tan solo entras en Mi Corazón, conocerás tus virtudes; también conocerás tus miserias, para que las puedas trascender una a una.
Si consigo que muchos más entren en Mi Corazón, todo el planeta no estará perdido. Encontraré instrumentos y servidores totalmente entregados a Mí, para que Yo pueda actuar a través de sus vidas y hacer de cada etapa un nuevo camino y una nueva oportunidad, que aún no has vivido en esta vida.
Entra en Mi Corazón, porque allí se encuentra la Puerta hacia Dios.
En el corazón existe el amor vivo, en la mente solo existen ideas huecas. Si entras en Mi Corazón, Yo podré darte sabiduría y plenitud.
Mi Corazón fue traspasado por la lanza de la humanidad, por el pecado, por la impunidad, por el falso poder, y Mi Corazón derramó agua y sangre, virtudes de misericordia y de divinidad para todas las almas.
Cuando las almas no entran en Mi Corazón, Yo no puedo hacer nada, tan solo contemplarlas, orar por ellas para que encuentren el camino hacia el templo de Mi Corazón.
Hoy los rebaños están dispersos. Pocos quieren saber quiénes son en verdad y qué han venido a cumplir en nombre de Mi Padre.
Si entran en Mi Corazón, todo este conocimiento será revelado y serán libres de la ignorancia, de la ilusión y de todo lo que no es real. Percibirán la vida diferente, encontrarán sentido a sus caminos y podrán vivir el Don del Temor a Dios, porque podrán sentir cuando se estarán alejando de Él y cuando deberán retornar pronto a Su Corazón Divino.
Si ustedes entran en Mi Corazón y se vacían completamente, Yo podré llegar a más corazones que están perturbados, que están enfermos y que se sienten perdidos con una gran falta de amor y con ausencia de misericordia.
Hoy vengo a entregar, como ha dicho Mi Santa Madre, las últimas llaves de la salvación de la humanidad, porque aún los portales a Mi Divina Misericordia están abiertos. Y será en esa Fuente que sus pecados serán disueltos, que sus faltas serán perdonadas y que todo error que hayan cometido, en contra del amor y de la unidad, pueda ser liberado. Y alcanzarán la expiación que necesitan para poder dar nuevos pasos en esta obra, que estoy decretando para el fin de los tiempos.
Podrán entrar más fácilmente en Mi Corazón si son humildes, si sus almas se resignan a la Voluntad que Yo les traigo y que hasta ahora nunca han vivido.
Con todo este mensaje, hoy quiero decirles que nuevamente hoy ha terminado un ciclo. Hoy deben cerrarse las puertas a la dificultad planetaria, a todo lo que es deuda a nivel espiritual, dentro y fuera de los seres.
Es así que hoy instauro un nuevo ciclo más exigente, más arriesgado, por la victoria de Mi Sagrado Corazón en los caídos de la humanidad, en las estrellas perdidas, en los soles que se han apagado, en los espíritus que no han llegado al Corazón del Creador.
Las almas que hoy están aquí, ante Mi Presencia Celestial, son todas preciosas para Mí.
Deseo que busquen sus virtudes, porque en verdad las necesitarán para los tiempos que llegarán. Serán muy necesarias y urgentes para sus hermanos de camino y para todos los seres que los rodean en esta vida que hoy viven.
La virtud de la fortaleza, la virtud de la fe, la virtud de la unidad, la virtud de la sabiduría, la virtud del discernimiento, la virtud de la ciencia y principalmente la virtud del amor, que une a todas las restantes a través de Mi Corazón Misericordioso.
Ejercítenlas con esfuerzo y determinación, porque si entran en Mi Corazón, las podrán conocer una a una y estarán cerca de sus vidas en los momentos en donde deberán tomar grandes decisiones, que podrían cambiar el rumbo de sus vidas para siempre.
Con estas virtudes, almas de Mi Corazón, los invito a no tomar decisiones precipitadas, a que pregunten a su mundo interior qué es lo que verdaderamente deben hacer para poder seguir el camino que Mi Mano está indicando en esta recta final, en esta última parte de la transición, en los últimos cinco años.
En la hora más crucial del mundo deberán recordar estas palabras y cuántas veces Yo los invité a ingresar dentro de Mi Corazón de Luz. Porque si no lo hacen ahora, en el próximo tiempo se arrepentirán, por ustedes, por sus familias y sus conocidos. Lleven a todos hacia Mi Corazón.
No quiero tener más espinas en Mi Espíritu. Los horrores del mundo me angustian, la sangre que cae sobre el planeta también. El sacrificio a los Reinos y a la Creación, todo eso acongoja Mi Corazón.
Si ustedes ingresan en Mi Corazón, a pesar de lo que suceda, Yo me sentiré pleno de estar más cerca de ustedes y de sus hermanos. Porque si están en Mi Corazón, se darán cuenta cuán lejos están de Mí, muchas veces.
No vengo aquí a reclamarles nada, vengo a restablecer la alianza de sus almas con Mi Alma, la unión de sus corazones con Mi Corazón.
No pierdan el sentido de lo que les estoy diciendo.
Entren en Mi Corazón y estarán en el camino correcto. No perderán la escuela que vengo a presentarles, para que en esta época ustedes la puedan vivir.
Si muchos más entran en Mi Corazón, el mundo no deberá sufrir tanto.
La humanidad hoy provoca la ira de Dios; desde las cosas más insignificantes hasta las situaciones más graves, como es la guerra, los refugiados, la sangre que corre en el mundo y el sacrificio de los animales.
Mientras el mundo no cambie esas actitudes, haga penitencia y se arrepienta de corazón, faltará mucho la paz, y Yo estaré solo en los consecuentes, hasta que se cumpla lo que Yo deseo.
Los tiempos han cambiado mucho y las almas no quieren verlo. Muchos piensan que todo sigue igual: en la sociedad, las naciones y hasta en las religiones.
Cuando Yo retorne, así que Mi Padre Me lo pida, deberé romper muchas estructuras, desde la vida humana hasta en las religiones.
Dios se encuentra en lo que es simple y no poderoso.
Podrán haberme hecho muchas iglesias, pero Yo estoy en una sola y es en el corazón de Mis compañeros.
Cuiden de esa Iglesia verdadera. Que sus sentimientos sean cada vez más fraternos, que sus actitudes sean cada vez más pacíficas, porque así Yo podré contar con ustedes en cualquier momento o en cualquier lugar, no importa lo que sea o todo lo que cueste.
La Obra de Dios, a través de los Sagrados Corazones, es la más difícil de materializar en esta superficie. Por eso venimos al encuentro, en este último tiempo, de aquello que está en llamas, que arde en el fuego de la fricción y lo que es impuro y es injusto.
De esa forma, vengo a entregar el último tesoro que me resta, el más preciado por Mi Padre: es Mi Corazón que ha padecido por ustedes, que sufrió por ustedes, que fue traspasado por ustedes y que resucitó para demostrar al mundo la vida eterna.
El arrepentimiento nace de una verdadera honestidad, de una transparencia que no tiene límites en esta vida material.
Vengo a entregar estas palabras para aquellos que amorosamente, las quieran recibir, meditarlas y reflexionar sobre cada decreto que hoy les he entregado.
Ahora, con sus corazones más mansos y sus consciencias más abiertas, celebremos en este día la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre; un acto de reparación, de penitencia y de entrega a Mi Corazón Misericordioso.
En estos simples elementos se encuentra la renovación de la vida, lo que nutre al espíritu y hace mostrar en ustedes la esencia de Mi Divinidad.
Hoy vengo a renovar la Iglesia en toda la Tierra y a todos los que se unen a ella bajo Mi Universo Celestial.
Que ahora desciendan los ángeles y purifiquen los elementos, que se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, para todos los seres de buena voluntad.
Encuentren en este Sacramento lo que es simple, humilde y puro a los ojos del Creador.
Como en Jerusalén y Emaús, antes y después de haber resucitado, me reuní con los apóstoles y después con los pastores, para que sintieran y vieran Mi verdadero Ser, que era el Dios vivo en cada partícula de Mi Consciencia y en todo el ser terrenal y humano que viviría la Pasión por ustedes, con el fin de redimir a la humanidad y liberar el mal del planeta.
Después de dos mil años, Mi enemigo se ha afianzado en el mundo, pero su cetro será quebrado por el golpe de la espada de San Miguel.
Todo lo que él retiene en su mano, a través de los siglos y de los tiempos será derrotado por la fuerza del amor de la Fuente, cuando Yo retorne al mundo y cuando vuelva a buscar a todos los que Me pertenecen, a través de los siglos y de los tiempos.
Verán entonces a aquellos que resucitarán de la nada. Todos se asombrarán por lo que verán a su alrededor. En esa hora nada estará oculto, todo será evidente para todos y ya no existirá lo blanco y lo oscuro, sino que cuando Yo retorne existirá lo eterno, Dios.
En aquel tiempo, tomé el pan y le di gracias al Padre por este sacrificio. Él lo bendijo y decreté a Mis apóstoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados".
Del mismo modo tomé el cáliz entre Mis Manos, di gracias a Dios por ese sacrificio, Él lo bendijo con la luz de sus ángeles y lo entregué a Mis apóstoles decretando: "Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Alianza nueva y eterna, Sangre que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en Mi Memoria".
Este es el Sacramento de la Renovación. Dichosos son los llamados a vivirlo. Bienaventurados son los que lo reciben para vivir su redención y conversión, hasta que se cumpla Mi Retorno al mundo. Amén
Lleven entonces Mis Palabras al corazón y que el Padre, a través de Su Hijo y del Espíritu Santo siempre los bendiga, para que encuentren en sus caminos Mi Camino de Luz, que hoy les indico, invitándolos a retornar a Mi Corazón, y así podremos ser uno para siempre.
España vivifique Mi Misterio. Los corazones heridos a Mi Iglesia se abran y que sientan en su interior la verdad que les traigo, porque lo que está vivo es lo que hay dentro de los seres y se llama amor del corazón. Que ese amor brote en los que no lo tienen y que muchos más se animen a encontrarlo, sanando a las heridas de la incomprensión.
La fe, la unidad y la hermandad los ilumine. En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y a todos lo que lo han estado a través de este medio de comunicación.
Hoy emito una irradiación para todos Mis amigos.
Crean que es posible que el Reino de Dios se aproxime hacia una humanidad enferma que tanto necesita de amor, de perdón y de reconciliación.
Que hoy canten sus corazones sinceros y que se unan a esta Obra que debe abrazar a toda la humanidad, a todas las lenguas, a todos los pueblos y a todas las creencias que buscan vivir el amor y la solidaridad. Que así sea. Amén.
Canción: "Corazón Sincero"
Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.
Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.
Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.
Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.
La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.
Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.
Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.
Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.
Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.
Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.
En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.
Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.
Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.
Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.
Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.
Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.
Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.
De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.
Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.
Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.
Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.
Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.
Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.
Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?
¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?
No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.
Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.
Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.
Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.
Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.
El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.
Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.
¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?
No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.
Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?
Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.
Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.
Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.
Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.
Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.
Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.
Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.
Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.
Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.
¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?
¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?
¿Cómo nacerá una nueva consciencia?
¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?
¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?
Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.
Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.
Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.
Hoy, finaliza una etapa en México.
Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.
Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.
Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.
El corazón sincero es el que vive en Cristo.
El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.
El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.
El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.
El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.
El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.
El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.
Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.
Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.
El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.
Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.
El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.
El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.
El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.
El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.
El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.
El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.
El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.
Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.
Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.
Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)
Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.
Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.
Les agradezco.
Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”
No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.
Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.
Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.
Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)
No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.
Les agradezco.
(*) El coral entona “Corazón Sincero”.
Abbun debashmaia...
(Padre Nuestro en arameo)
Adoren a Aquel que dio la vida por ustedes en el nombre de Dios.
Sumérjanse en el Corazón incansable que todavía vibra en el Universo por cada uno de ustedes.
Mi Gobierno es universal y el principio de Mi Ley es infinito, porque es la Ley de su Padre que los acoge en el seno de Su Amor y de Su Misericordia.
Bienaventurados los que persisten porque no perderán la paz.
Dejen entonces que Mi Corazón gobierne en ustedes, para que sus corazones se puedan abrir aún más a ese Misterio que intento revelarles, en el nombre del amor y de la unidad.
Yo Soy aquel Ser que en este momento gobierna las estrellas.
Soy el preámbulo que anuncia la venida del último tiempo a la humanidad.
Soy Aquel que no se cansa de estar con Sus apóstoles y con los que lo siguen con fidelidad y amor.
Hoy vengo a traerles la presencia del Infinito para todas las almas del mundo.
Hoy vengo a desterrar de aquí los falsos poderes de Mi adversario, que hipnotizaron a una nación entera y que hicieron de los corazones perdidos un fracaso.
Pero no descansaré, porque entre pocos Yo trabajaré para llevar adelante los Planes de Mi Padre, como fue en el tiempo pasado, donde silenciosamente se realizaron todas las Obras con los que fueron autoconvocados para servirme en este Plan de Redención, que continúa a través de los tiempos y que emerge de los corazones que se rinden ante Mi Presencia Celestial.
Hoy no estoy solo aquí, compañeros, sino que ustedes están con el Universo, con todo el Universo del Amor, en el cual son invitados a ingresar simplemente a través de Mi Corazón, que está presente en esta noche con ustedes para redimirlos.
La puerta de la redención que Yo abro en este tiempo es diferente a la que Yo abrí en el pasado, por la intercesión del Arcángel Miguel.
Hoy el Arcángel Gabriel acompaña el destierro de los espíritus impuros y clarifica a las consciencias que se humillan ante Dios y se arrepienten para poder recibir en sus corazones la Llama de la Reconciliación.
Los ángeles alados que acompañan Mi Gobierno son diferentes de los que acompañaron en el pasado Mi Obra pública. Porque ahora, queridos compañeros, los tiempos ya no son solo apremiantes, sino que en sus internos es urgente poder realizar las obras.
Esto determinará, ante Mi Padre Celestial, la posibilidad de que aún vengamos para ayudarlos y auxiliarlos en este Plan de Salvación.
Millones deberían estar postrados ante este suelo de Aurora, porque vine a una de las regiones más difíciles de este mundo para concretar lo que es posible en un lugar imposible y que nadie se anima a tratar.
Pero si es la Voluntad de Mi Padre, compañeros, todo estará hecho. Solo basta que dos o más corazones se unan a este, Mi Propósito, y todo se llevará adelante.
Pero las gracias ya fueron derramadas y ustedes lo saben.
Ya no puedo, como en el pasado y como una vez les dije, entregar las perlas del cielo a los puercos.
Los tesoros de Mi Padre son incalculables para los corazones que se abren a recibirlos en humildad y simplicidad.
Yo vengo a traer al mundo cosas desconocidas, oportunidades inexplicables y abro puertas para que eso pueda suceder cada vez que desciendo del Universo.
Yo ya no Soy solo Jesús. Soy el Gobernante de este Universo, que no está sentado en ningún trono porque Soy el Hijo de Dios, Soy el siervo del Padre Universal al igual que Su sierva fiel, que en el silencio trabaja con los inocentes y los pobres.
Somos divinos, compañeros, porque Nuestro Padre está en Nuestra Divinidad y es Él quien hace divina cada cosa que toca, con Su Amor y con Su Luz.
Cuántas misericordias aún están guardadas en Mi Corazón para este país y veo que no las aceptan, sinceramente.
El Todopoderoso les reveló este sagrado lugar que nació a través de la explosión de un amor sincero que curaba y redimía a todas las consciencias que aquí llegaban. Pero no supieron contemplar lo que era la cura de Dios y la cura del Universo.
Fuimos enviados, en este tiempo, desde el Gobierno Celestial para anunciar las correcciones al mundo y a la humanidad, a través de las Sagradas Palabras de la Ley, pero no las escucharon. Por eso no haremos milagros como lo hicimos a través de los tiempos con Mi Santísimo Cuerpo o con la Aparición de Mi Madre, en Zeitun, en Egipto.
Nuestro testimonio de amor no solo es espiritual, sino también físico. Nos reflejamos en los corazones que viven nuestros mensajes y que trabajan, día a día, para poder alcanzar el Proyecto de Dios.
Nada es imposible en este tiempo. Un poco de su disposición permitiría que todo se realizara como está pensado por la Mente Única, por su Dios que está en los cielos y los ama.
Después de que Yo ya no esté aquí, los arcángeles gobernarán a este mundo y a todo este sistema solar hasta Mi Retorno. Organizarán el Juicio Universal, que dejará de ser una teoría escrita en los libros o un entendimiento para pocos; porque la verdadera teología, compañeros, nace del corazón que se humilla ante Dios y ama lo que el Padre le entrega.
El único poder lo tiene el Universo y él es entregado a aquellos que no lo quieren para sí y que, sin darse cuenta, como ha sucedido con muchas consciencias, manifiestan el Poder de Dios, como lo es el poder de Aurora, que brilla en lo invisible y se aparta de los curiosos.
Porque Aurora es el Poder de Dios, poder que no ha sido comprendido ni tampoco aceptado. Ustedes, como humanidad, prefirieron ilustrar otras verdades, que no son verdades, sobre este santo lugar. Por eso venimos a dar el verdadero testimonio, como Mensajeros de la luz y del bien.
Por eso el Arcángel Miguel se dignó venir aquí con su santa presencia para decretar el poder de la Liberación para los que se animen a redimirse ante su guerrero corazón.
La humanidad nunca podrá comprender la Voluntad de Dios, porque primero hay que amarla y ella se expresa en la simplicidad y en el amor de los corazones pobres. No hay otro camino por donde ese Poder se pueda manifestar para que todo se concrete.
El Uruguay negó ese Poder por querer mantener su propio poder.
Aurora, como Poder de Dios, intentó desde el principio quebrar las estructuras para que los corazones se redimieran, aunque pocos fueron tocados desde que ella nació con el esplendor de su luz.
Pero nunca se cerrarán las puertas del Corazón de Dios para los pecadores y los más ignorantes, para los ateos o aquellos que viven alguna religión pero que tienen sus corazones duros para la Verdad por no querer sentirla y no poder comprenderla.
Envié a Mi Madre a este lugar para que el Uruguay aprendiera a amarla, no solo en una escultura, sino en sus corazones, en donde reside verdaderamente la Divinidad, la Presencia del Altísimo, el Amor.
Dimos señales claras de los caminos que estaban siendo abiertos para que todos pudieran recorrerlos y aun así, se demoraron.
Hoy vengo a traerles un mensaje de advertencia para que las demás naciones aprendan y no den los mismos pasos que dio esta humanidad, aquí presente.
El Universo ha hecho lo posible y lo imposible para que los ojos del corazón de muchas criaturas se pudieran abrir ante Mí; pero la Ley, compañeros, que es justa, amorosa y equilibrada, está cerrando este ciclo.
Aurora como Poder de Dios, tiene mucho para dar y llegará a aquellos que la busquen con sinceridad y amor, porque no será necesario comprenderla para poder conocerla; solo será necesario abrirse y la cura se manifestará en el corazón de quien la invoque.
El Arcángel Miguel tomará potestad de esta nación y Aurora seguirá brillando en otros espacios de este mundo. Como aquí, en este lugar, siempre brillará.
Sé que no entienden lo que les estoy diciendo, solo guarden la vibración de Mis Palabras para que ellas hagan eco en corazones receptivos y no se pierdan como las gracias que ya fueron derramadas en los corazones de esta región y no las supieron valorar.
Pero los compromisos que fueron hechos con el Universo, antes de venir aquí, como almas, aún están vigentes y eso también tendrá su juicio.
La Voz de Dios es única y hoy se expresa a través de Mi Corazón Misericordioso, porque es Mi Misericordia y Mi Bondad las que hoy les dicen estas cosas para que puedan crecer con consciencia y humildad.
Quiero que traigan aquí el estandarte del Arcángel Miguel, porque Él será el Patrón y el Protector de este lugar a través de Mi bendición divina.
Sigan orando internamente mientras espero el estandarte, porque les entregaré una sagrada potestad que concretará la Victoria de Cristo sobre la Tierra.
En este símbolo se encuentra la purificación de la materia y del espíritu, la liberación de las corrientes corruptas y de todos los espíritus que desvían del propósito a los corazones de la Tierra. En él se encuentra la elevación de la consciencia y la ofrenda perfecta al Creador.
Mientras estoy en silencio, los Universos están trabajando con la humanidad. No pierdan de nuevo la oportunidad.
Es Mi Consciencia la que une a todos los seres del Universo para que se exprese la Gracia de Dios en todos los corazones.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a entonar, a pedido del Maestro y en Su presencia, el Kodoish melódico.
Y ahora que los elementos fueron purificados oremos al Señor.
Repitamos:
Sagrado Arcángel Miguel,
Espada de Luz del Universo,
desciende, ¡oh Príncipe!, a este mundo
y destierra con Tu Amor
todos los espacios oscuros,
en el nombre del Divino Amor.
Amén.
La oración completa por tres veces.
Vayan en paz, compañeros, y reflexionen sin perturbarse, porque quien vive el Don de la Ciencia de Dios todo lo comprende, aun sin antes saberlo.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más