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Hoy, como la luz que surge entre la lluvia de otoño, vengo a su encuentro para participar de la oración por la paz en Francia, por todo su pueblo que aún necesita volver su mirada hacia Dios para poder redimirse y perdonar.
Queridos hijos, como Señora de la Esperanza y de la Paz, una vez más Me presento internamente ante Francia y el mundo para pedirles un verdadero y sensato arrepentimiento ante los ultrajes, indiferencias y maleficios que son cometidos contra el Corazón del Creador.
Vengo con el mismo Mensaje que una vez pronuncié en Massabielle. Por eso, Mis amados, no se olviden de la Mirada de Dios sobre ustedes. No se olviden de que Él, en Su inmensa Misericordia y Piedad, los escucha, los contiene y los transforma a través de Mi Presencia Maternal y especialmente a través de la Presencia Eucarística de Mi Amado Hijo.
Estoy aquí, en este día bendecido, para comenzar una nueva etapa en Francia; para que este pueblo, muchas veces consagrado por la Presencia de la Madre del Cielo, reciba en este día este aviso especial y este llamado a la conversión urgente del corazón.
Mis amados, como Madre de la Misericordia, reúno en Mi Corazón Inmaculado todas las intenciones y súplicas, y les digo que el fin del cautiverio llegará para muchos.
Yo los llamo a renacer en el fuego del Amor Misericordioso de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de la Misericordia
Queridos y apreciados hijos:
Mientras la humanidad atraviesa su más profunda noche oscura y muchos ya no consiguen ver la Luz en sus caminos, Yo los llamo a tener gratitud por todo lo que recibieron del Cielo.
Mientras las muertes y los exterminios dilaceran el Corazón de Dios por los inocentes y, principalmente, por los niños que mueren; Yo los llamo, hijos, a valorar en lo más profundo todo lo que recibieron del Cielo.
Mientras muchos de Mis hijos sustituyen la vida de la familia, del amor y de la unidad por las modernidades; Yo los llamo, hijos, a reverenciar todas las instrucciones y enseñanzas que recibieron.
Mientras el mundo, en su mayor parte, vive desastres de la naturaleza porque no escucha el dolor de la Madre Tierra y muchos hijos pierden todo lo que les costó construir en su vida entera; Yo los llamo, hijos, a agradecer día y noche que aún tengan una casa donde poder vivir y reposar, una Comunidad en donde poder estar sin preocuparse de tener que trabajar para sobrevivir.
Mientras el hambre, la enfermedad y el destierro forzado golpean a millones de hijos en el mundo; Yo los llamo, hijos, a conscientizarse de la Ley de la Providencia y de la Manifestación.
Queridos hijos, en la desigualdad que vive el mundo, Yo los llamo a ser iguales.
En los excesos y las ambiciones que viven las almas, Yo los invito a la austeridad equilibrada.
En la falta de diálogo y en el agravamiento de la violencia en el mundo; Yo los llamo al diálogo, a la escucha y al respeto del prójimo.
En la ceguera espiritual en la que muchos están sumergidos y en la resistencia que muchos sostienen, inclusive los que dicen seguir Nuestros Pasos; Yo los llamo a la apertura del corazón y al arrepentimiento.
Si ustedes, hijos, consideran al menos cada una de Mis Palabras; Yo les aseguro que Me ayudarán a que el mundo recupere la paz y la comunión con la Ley.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos y amados hijos:
Hoy, regreso al Reino de Lys-Fátima con alegría y dolor, así como regreso espiritualmente a cada uno de sus corazones.
Mi alegría es por este tiempo de reencuentro con ustedes, Mi dolor es por las guerras y principalmente por las almas inocentes y prisioneras que siguen cayendo en los abismos oscuros del planeta.
Aquí en Fátima, Yo entregué el Tercer Secreto y desde entonces infelizmente se cumplió, porque Rusia sigue esparciendo su veneno por el mundo, así como otras naciones de Europa también lo hacen sin tener piedad ni compasión por los que sufren.
Ante este escenario inhóspito de Europa, Medio Oriente y África; Yo vengo a pedirles, en este día 13 especial para Mí, que se postulen corazones reparadores que, a través de sus oraciones, gestos y actos misericordiosos, alivien el Corazón del Padre Celestial que está herido y ofendido por las situaciones que hoy suceden en el planeta.
Un corazón reparador es capaz de tener presente todos los días que ante el Santísimo Sacramento existe la puerta abierta y segura para la salvación y la redención de las almas.
De esta forma, en este sagrado día 13, a un mes de que se vuelva a cumplir el aniversario de Mis Apariciones en Fátima; Yo vengo a renovar Mi pedido, hecho una vez a los santos pastores, de que ofrecieran sacrificios y oraciones para que algo peor no sucediera y las almas se convirtieran al Corazón de Dios a través del arrepentimiento.
Pero, en este tiempo, las almas no se acuerdan de arrepentirse y de pedir perdón; por eso, como una vez dije en Garabandal, la copa que estaba casi llena, ahora está rebasando.
Por eso, hijos Míos, los corazones reparadores podrán traerle al mundo una última oportunidad. Espero sus ofertas honestas, para así también liberar a Mi materno y herido Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mantengan la paz mientras estoy presente, porque el mundo necesita de paz.
Agradezco la respuesta de Mis hijos, la respuesta inmediata y sensata de todos los que se reúnen en este momento alrededor de la Madre de Dios, así como los ángeles de Dios están reunidos en este momento.
Regreso a Mi amada y predilecta Casa de Figueira, porque este lugar, bendecido por Mi Padre que está en los Cielos, Me ha abierto las puertas para que Yo pudiera llegar al mundo entero.
Por eso hoy, vengo a aliviar sus heridas; vengo a hacer desaparecer sus tristezas; vengo a hacer desaparecer sus agonías, para que de este mundo y de esta humanidad desaparezca el sufrimiento, que se ha agravado en estos tiempos.
Por eso, les vuelvo a decir, una y otra vez, que no pierdan la fe. Yo estoy aquí y Soy su Madre, que los guía y que siempre los guiará al camino seguro, el camino bendito hacia el Corazón de Dios.
A pesar de que este tiempo sea desconocido, a pesar de las dudas o aun de las incertidumbres, es hora de que confíen en el Supremo; porque Yo estoy aquí para abrirles la puerta hacia el Supremo. Yo estoy aquí para conducirlos hacia la Verdad y no Me cansaré de hacerlo, hijos Míos.
Por eso, llego aquí de forma incansable para que Mis hijos se restauren en Mi Corazón, para que siempre sepan que habrá un destello de la Esperanza de Dios que podrá brillar más allá de la oscuridad del mundo, más allá de la propia oscuridad interior.
Sean valientes, y decididos sigan los pasos de Mi Hijo. Él necesita construir el nuevo tiempo, a través de Sus apóstoles y servidores. Él necesita, de forma imperiosa en este momento, que haya testigos de Su Amor; porque el mundo no puede vivir sin el Amor de Dios, las almas no pueden vivir sin el Amor de la Fuente.
Ustedes saben que esto es así, hijos Míos. Por eso, Yo vengo aquí en el nombre de ese Amor Mayor, de ese Amor de Dios que los reunió a todos desde el principio para construir las bases de esta Obra Espiritual, formada por el Cuerpo Místico de Cristo, por medio de todas las almas que se congregan y que se autoconvocan, para que en este tiempo sean parte del ejército de Cristo, sin miedo a nada.
Hijos, mientras estoy aquí, en la alegría de este reencuentro con cada uno de ustedes, Yo les pido: confíen y despójense, para que la humanidad pueda ser despojada de sus conflictos, ambiciones y guerras.
El primer paso lo deberán dar ustedes mismos, porque son más conscientes que los demás, porque han sido agraciados por los tesoros del Cielo y de la Tierra. Solo eso es lo que les pide Mi Hijo, que den los pasos que Él necesita que ustedes den; porque es urgente que, en la superficie de la Tierra, estén presentes los Nuevos Cristos. Y esto no es para mañana, esta aspiración de Cristo es para ahora.
Sus espíritus fueron formados a través de la Palabra del Señor, pero sus consciencias también fueron forjadas para vivir la transformación, la purificación y luego la redención.
¿Por qué le temen a lo que están viviendo y atravesando en este tiempo, si están viviendo lo que ya estaba escrito?
El Amor de Dios siempre será mayor que todas las cosas. Ese Amor Mayor y Divino siempre los abrazará y los colmará, y si fuera necesario, Mis amados, el Amor de Dios les permitirá que Yo tenga a sus almas en Mis Brazos para enseñarles aún más sobre el Amor de Dios, el Amor de Dios que besa y que consuela, así como una buena madre besa y consuela a sus hijos.
Esto es lo que el mundo necesita en este tiempo, no puede perder el sentido y el camino del Amor Mayor; porque el Amor Mayor les hará comprender al semejante, los ayudará a aceptar todas las situaciones y todas las condiciones, por más difíciles que sean. El Amor de Dios siempre los ayudará a superarse a ustedes mismos, porque el Amor del Padre es el fiel testimonio de Su Presencia.
Lo que hoy sucede aquí, es obra del Amor de Dios; es Gracia de Mi Hijo, el Cristo; es Amor maternal de Mi Corazón por Mis hijos.
Por eso hoy, Yo vengo a prepararlos no solo para los próximos tiempos, sino también vengo a prepararlos para que vivan en estos días los encuentros con Mi Hijo, sabiendo que ya son los últimos encuentros, en los que sus almas y espíritus podrán beber de esa Fuente del Amor Consolador y Misericordioso, que disolverá todo mal y que los renovará por dentro para que puedan tener vida en abundancia.
Hagan esto por la humanidad, den los pasos por aquellos que no los dan, oren por los que necesitan de oración, vivan y tengan un gesto de amor y de misericordia por el prójimo.
Porque Mi ardiente deseo de Madre es que ya se sientan apóstoles del Cristo Redentor, viviendo la vida del apostolado, de la misión y del servicio; y no buscando ser apóstoles, aun en estos tiempos críticos, porque en sus corazones están todas las llaves que Mi Hijo les entregó para abrir las puertas al conocimiento mayor, para entender la existencia y la condición humana, para que esa condición humana no sea juzgada ni condenada, sino comprendida y aceptada a través del Amor de Dios que puede vivir perpetuamente en ustedes y se puede renovar a través de cada nuevo Sacramento.
Sepan que, cada vez que reciban un Sacramento, estarán delante de las puertas del Paraíso; porque los Sacramentos que Mi Hijo instituyó no solo son Gracias reparadoras, sino son oportunidades para que las almas se reencuentren consigo mismas y retomen el camino hacia el infinito Propósito.
Lo último que quiero decirles en esta noche, en la que puedo sentir un poco del amor de cada uno de Mis hijos, es que confíen en las virtudes y en los dones que Dios les regaló, porque cada vez que escuchen la Palabra de la Divina Jerarquía, cada vez que sean capaces de repasar Nuestros Mensajes para comprender un poco más lo que les decimos y todo en lo que los instruimos, están recibiendo la oportunidad de vivir los Dones de Dios.
Y la primera escuela para poder vivir los Dones de Dios es que puedan vivir ustedes mismos el Amor de Cristo, que los unge y los santifica en cada momento, cuando se arriesgan a colocar sus rodillas sobre el suelo para pedir Perdón y Misericordia, no solo por ustedes mismos, sino también por el mundo.
Que, a las puertas de la próxima Maratón de la Divina Misericordia, Mis hijos recuerden que siempre son agraciados y bendecidos, ante la emergencia de estos tiempos, ante millones de almas que, viviendo en la oscuridad, en el sufrimiento y en la guerra, no consiguen ver la Luz y el Amor de Dios.
Por eso, sus ofrecimientos son importantes en estos tiempos para que las almas se puedan salvar, especialmente las que más necesitan de la Misericordia de Cristo. Y eso no es solo con los que están lejos de aquí, sufriendo de una forma verdadera y, hasta diría, inexplicable, sino también con las almas que necesitan de salvación que podrían estar aquí entre ustedes, sin que lo perciban.
Por eso, amen lo que viven, amen cada nuevo ofrecimiento. Esto es lo que el Padre Celestial necesita para que Su Misericordia descienda al planeta y la Nueva Humanidad pueda ser una realidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos colocamos de pie.
La Madre nos va a enseñar una simple oración, para que nos animemos a imitar a María.
Repetimos:
Divina Madre,
consagra mi corazón,
para que pueda sentir
como siente Tu Corazón.
Divina Madre,
consagra mis ojos,
para que mis ojos puedan ver
como ven Tus Ojos.
Divina Madre,
consagra mis labios,
para que mis labios sean como Tus Labios,
que oran perpetuamente
por las almas y por la Creación.
Divina Madre,
consagra mis manos,
para que mis manos sirvan
con caridad y misericordia,
así como Tus Manos sirven
con caridad y misericordia,
marcando en cada paso un gesto de Amor.
Divina Madre,
consagra mis pies,
para que mis pies caminen
así como caminan Tus Pies,
buscando incesantemente la senda de Cristo, Nuestro Señor,
y confiando plenamente
en el Propósito de Nuestro Creador.
Divina Madre,
consagra mi alma,
para que mi alma viva
el mismo júbilo que vive Tu Alma
al responder en cada paso al Llamado de Dios.
Divina Madre,
consagra mi espíritu,
para que mi espíritu esté unido a Dios,
así como Tu Espíritu está unido al Padre eternamente.
Divina Madre,
despoja mi ser completamente,
así como Tú Te despojaste ante Dios,
siendo una Esclava perpetua de Su Proyecto.
Amén.
Vamos a pedirles a los sacerdotes que traigan los elementos aquí, para la consagración de la Eucaristía, que haremos junto con la Madre Divina.
Mientras tanto, vamos a entonar los Nombres de Dios y a intentar que esta oración, que María nos enseñó, pueda resonar en cada parte de nuestro ser, así como resuena en cada parte de nuestra Madre, en Su Espíritu, en Su Alma y en todo Su Ser.
Así, vamos a hacer nuestro ofertorio, el ofertorio más profundo de nuestro corazón, para que Cristo pueda estar entre nosotros en este momento; así como María nos trae a Su Hijo en este momento, en Divinidad y en Espíritu.
Vamos a cantar estos Nombres de Dios junto a la Madre Divina, invocando la presencia de los ángeles.
Mis queridos hijos, la Paz de Mi Hijo en ustedes.
Cuando la Divinidad recupera los espacios espirituales que antes eran sometidos por el enemigo y, especialmente, el Plan de Dios recupera a las almas inocentes que antes eran objeto de sufrimiento, de desesperanza y de perdición material; significa y representa una visible victoria del Amor Redentor de Cristo por encima de toda oscuridad; significa que Sus servidores de los últimos tiempos, es decir Sus apóstoles, se entregan, bajo cualquier condición, a dar la vida y a donar su servicio por los que sufren y son más vulnerables.
Inevitablemente, el triunfo y la conquista de esos espacios, a través del Amor, representan un desafío ante aquellas condiciones de adversidad y de caos. Por eso, los servidores de Cristo se ofrecen para ser instrumentos del Señor sin importar las consecuencias y sin medir los posibles riesgos.
Esto no es la expresión de una fantasía o de un acto de fanatismo, sino es una acción movida y otorgada por el Espíritu Santo que, en Su aspecto inalterable, puede a través de los servidores donados conceder Gracias, milagros y soluciones en donde antes parecía imposible.
Hablo de eso en el ejemplo de la Misión Angola que, en su primera etapa, hoy llega al fin de un ciclo, y que se abre a partir de hoy a una nueva etapa, una etapa completamente liberada de nudos espirituales, morales e internos. Una próxima etapa que promete concreciones más rápidas y eficientes para una región del planeta como África, condicionada y sepultada por la falta de transparencia social y política e interferida por el vicio interminable de la corrupción.
Es allí en donde Mi Hijo está ingresando, a través de Su Consciencia Espiritual, porque es en esos espacios, aparentemente perdidos y sin solución material, es en donde todo comenzará de cero, es en donde las almas más pobres de entre los pobres volverán a ver renacer la luz, el amor y la fe en sus vidas marginalizadas.
Por ese motivo, todo movimiento espiritual tiene una repercusión material que forma parte de aquellos anónimos sacrificios que pueden ser ofrecidos a Cristo por el triunfo de Su Amor y de Su Misericordia en la humanidad.
Por eso, estoy profundamente agradecida por todo lo que, en tan poco tiempo, se construyó en África; porque es algo imborrable que permanecerá en el Corazón de Dios, y que nada ni nadie lo podrá disolver nunca más, porque fue una acción de Amor que curó el dolor.
¡Les agradezco por esta misión humanitaria y por haber respondido al llamado de Mi Hijo!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que abre los espacios de la consciencia para que en ella descienda la Ciencia Divina.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que en este tiempo indica a todos Sus hijos el sendero de retorno al Corazón de Dios.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que guía y conduce a los corazones orantes hacia el encuentro definitivo con su origen interior.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que muestra en este tiempo las señales del Retorno de Cristo a todos los servidores del Redentor
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que intercede entre la Tierra y el Cielo, por las causas y las situaciones imposibles.
He aquí la Sagrada Señora del Portal, la que trae a todos, el bendito afluente de la Gracia Celestial para que sean lavados de sus faltas y renazcan como instrumentos redimidos, colocados en oferta a los Pies del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que en este tiempo de definición sus corazones estén dirigidos todo el tiempo hacia el Corazón de Dios; así estarán diciéndole a los Cielos que aspiran a seguir recibiendo las Gracias que necesitan para que sus vidas se rediman y se santifiquen.
En la unión imprescindible que ustedes pueden tener con Mi Hijo, Su Divina Misericordia, la Sangre y el Agua de Su Corazón, justificará muchos de los errores y de las adversidades que sigue viviendo el mundo por alejarse cada vez más de Dios para satisfacer sus placeres humanos.
Este es el último tiempo en el que el Padre Celestial estará atento a las oraciones y a las súplicas de Sus hijos. Será el tiempo en el que la humanidad, antes de lo que llegará, podrá colocar la cabeza en el suelo para pedir perdón y vivir un verdadero arrepentimiento.
Yo los invito, Mis hijos, a tener eso presente. Ahora, las oportunidades son únicas y no se repetirán, porque ya son las últimas.
Estará siendo concedida una última Gracia al mundo para que muchas almas abandonen el caos en el cual viven e ingresen en el universo de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimocuarto poema
Reina del Universo,
Bóveda Celeste de Dios,
Aroma Sublime de Paz,
danos un corazón vacío y humilde,
un corazón capaz de no querer nada más para sí,
un corazón pobre,
unido al humilde Corazón de Dios.
¡Oh!, Madre Santa,
danos un corazón pacificador, fiel, manso,
disponible para Tu Hijo,
un corazón desinteresado de la vida del mundo.
Virgen Purísima,
danos un corazón puro y no cambiante,
un corazón maduro en el Amor de Tu Hijo,
un corazón vencido por la Verdad de Cristo.
Sierva fiel,
danos un corazón abnegado,
capaz de no tener tiempo para sí,
sino eterna donación por los otros.
Madre del Cielo,
danos un corazón sensible, un corazón abierto,
un corazón de inmensa gratitud y de reconocimiento
por todo lo que nos da Tu Hijo.
Que, con un corazón transformado,
ayudemos a desterrar la indiferencia en el mundo,
para que puedan reinar la fraternidad
y la unidad entre las almas.
Así, retornará Tu Hijo con Su Corazón de Luz,
para reconstruir este mundo y toda la humanidad.
Que, a través de Ti, Divina Señora,
nuestros corazones representen al menos una parte
de la Obra redentora de Cristo en la Tierra.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Amados Míos:
Hoy Mi Corona de Estrellas está iluminada por la fuerza y la fe de las oraciones ofrecidas por medio de la Poderosa Novena a San Rafael Arcángel.
El Padre Creador se retira del planeta, habiendo cumplido una etapa importantísima en la misión de rescate y de liberación de las almas de la cadena del sufrimiento y de la enfermedad.
Pero aún, queridos hijos, hay mucho por hacer, aún hay almas por rescatar, por despertar y por colocar en el camino de retorno al Corazón del Padre Celestial.
Durante estos nueve días, los orantes pudieron experimentar el trabajo silencioso de transmutación y de vibración que hace la Jerarquía Angélica y también pudieron ser conscientes de la gran necesidad de ayuda y de oración que tiene el planeta.
Así, durante estos nueve días, en los que los orantes esforzados realizaron la novena, pudieron acompañar a San Rafael Arcángel en su tarea planetaria de cura y de reconciliación de la humanidad.
Aun se darán oportunidades a todos de poder seguir orando de corazón por el fin de la pandemia, para que la humanidad recapacite y reconozca su distanciamiento espiritual de Dios.
Fue así que, el propio Padre Eterno envió a uno de Sus Arcángeles para que interviniera por la humanidad.
Hijos, después de estos nueve días de haber sido colocados en contacto con la Sagrada Ley de la Cura, que sus oraciones continúen llegando al amado Corazón de Dios para que más cura y más redención abracen al planeta.
¡Les agradezco por haber respondido, con prontitud, al llamado por la cura de la humanidad!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Mientras el ejercicio espiritual de la poderosa novena a San Rafael Arcángel continúa adelante, Yo los invito a reforzar el compromiso con el Santo Rosario, todos los días.
No olviden que el Rosario es el arma de defensa de cada uno de Mis hijos y, sobre todo, en este tiempo de definición.
Al mismo tiempo, la poderosa novena sigue trabajando en la consciencia del planeta, y las almas que fueron restauradas ya se encuentran en un lugar seguro, en donde nada peligroso les podrá suceder.
La poderosa novena también está llegando a otros espacios de la humanidad, en donde el sufrimiento, la pobreza y la enfermedad están creando mucha inestabilidad y caos.
San Rafael Arcángel va a el encuentro de esas almas que no están presas de la pandemia, pero que son castigadas por la cultura del descarte y de la soledad.
Es así, que las oraciones abrazan y acogen a otras situaciones del planeta que también necesitan de cura, de amor y de redención.
Les pido que no bajen los brazos y que sus oraciones sigan tocando el Corazón de Dios, para que Él tenga Piedad y Misericordia por este sufrido y agonizante planeta.
Que la Luz curadora de San Rafael Arcángel continúe descendiendo sobre el planeta a fin de que los corazones despierten al llamado de conversión y de perdón.
¡Les agradezco a todos los orantes, una vez más, por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
Hoy la voz de los más pequeños conmoverá el Corazón de Dios, porque su canto será como una súplica por todos los pequeños inocentes y por los huérfanos, los que en esta próxima Natividad estarán solos y sin sus padres.
La voz de los más pequeños consolará, en esta noche, al Corazón de Dios por todos los que perdieron y pierden el contacto con su niño interno.
Será la voz de los más pequeños, la que en esta noche de gala, preparará en el corazón de los adultos, el nacimiento del Niño Rey, para que la inocencia y la pureza, que hoy no vive la humanidad, sea recuperada para toda la consciencia planetaria.
Pero también se elevará la voz de los adultos, de los cantores y pacificadores de Cristo, para que los graves acontecimientos y conflictos de estos tiempos sean disueltos por el amor de los que imploran a Dios de corazón.
La voz de los adultos hoy clamará por el despertar de la paz, en todos los que la perdieron. La voz de los adultos hoy pedirá por Misericordia, para que también sean recuperados el propósito y la meta espiritual que las naciones heridas de Sudamérica perdieron.
Esta es la noche de gala que preparará, en los planos internos, la llegada de Cristo a los corazones que están vacíos y sin amor interior.
Sobre el escenario de la presentación de esta noche, los Ángeles de la Guarda de las naciones de Sudamérica se colocarán en oferta para acompañar este amoroso momento, en el que por una vez más se abrirán los Portales Celestiales para que descienda la esperanza, y la llama de la fe se encienda como un flameante fuego en los que perdieron su unión con Cristo.
Estaré al lado de Mis hijos cantores acompañando este importante momento de oferta por la humanidad y el planeta.
Que hoy las voces brillen como las estrellas hermanas de la Estrella de Belén, para que una noche de paz como esta se expanda al mundo entero.
Les deseo una gloriosa noche de gala y de adoración al Niño Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
En los momentos de definición, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de dolor, Yo estoy con ustedes.
En los momentos en los que se animan a dar pasos hacia Mi Hijo, Yo estoy con ustedes.
En los momentos en los que están confusos, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de grandes decisiones, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de grandes o pequeñas felicidades, Yo estoy con ustedes.
Yo estoy siempre con ustedes, hijos, a su lado, abrazando a sus almas, silenciosa, cerca, bien cerca, allí estoy.
Argentina de Mi Corazón,
Mi Corazón de Madre y Mi Consciencia Sideral se han colmado de júbilo al poder contemplar la confianza y el amor que le han entregado a Mi Hijo, el Redentor.
Ninguno de ustedes imagina lo que ha significado para el Padre Eterno la apertura que han tenido las consciencias de esta nación y cómo esa apertura podría revertir su destino para siempre.
En estos últimos días, en los que se han congregado aquí y en diferentes lugares de esta nación para orar y suplicar por la familia argentina, han abierto un camino directo al Corazón de Dios.
Mi Hijo les dijo en estos días que todos los argentinos tendrían la oportunidad espiritual de estar delante de Dios para expresar su sentir y su intención, para ser escuchados por el Creador y reconciliarse con ÉL.
Quiero que sepan que por la valentía y la humildad de los que se postraron de rodillas frente a Dios para suplicar por los valores fundamentales de la familia humana, el Padre Eterno derramará Su Misericordia y Su Gracia a través de Su Hijo, Cristo Jesús, y nuevas oportunidades de paz, de comprensión y de amor se establecerán en el núcleo de las consciencias de las familias de esta nación, Atributos que descenderán directamente desde el Corazón de Dios.
Hijos amados, defiendan con la oración la integridad de sus familias, en silencio y en paz; así podrán desactivar los planes de Mi adversario que pretende, a través del engaño y de la confusión de sentimientos e ideas, destruir en la consciencia de la humanidad ese espacio seguro, escuela del amor y del perdón, que representa la familia.
No levanten su voz y su indignación, solo oren en paz Conmigo y todo se disolverá en los planos espirituales, en donde el caos y el mal organizan sus planes siniestros en contra de la humanidad.
Oren Conmigo, aquí en Argentina y en todo el planeta, hoy, en este día y en todos los días que vendrán, por el amor, la protección, la paz y la comprensión en todas las familias de la humanidad.
Una vez a la semana los espero a todos en la Oración por la Paz en las Naciones para orar por las familias de todas las sociedades, de todos los pueblos, de todos los credos y de todas las religiones.
Juntos colocaremos a la familia universal en el Corazón de Dios, allí donde nadie la podrá destruir.
Hoy los bendigo, los colmo con Mi Amor y con Mi Paz.
¡Gracias Argentina por haber respondido al llamado de los Mensajeros Divinos!
Los amo,
Vuestra Madre María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Madre de la Humanidad
Que la Estrella de Mi Paz ilumine los caminos de los mundos internos, para que las esencias siempre se encuentren en el océano de la fe y de la compasión.
Que el camino de los creyentes en Cristo sea purificado, para que el sendero de los Nuevos Cristos se pueda manifestar.
Que en este tiempo planetario solo exista la convicción de estar en Cristo. Que Sus soldados de la oración nunca se cansen y que no bajen los brazos. Que sus intenciones más puras y sus súplicas sean escuchadas todo el tiempo por el noble y amoroso Corazón de Dios.
Que en esta hora, todo misterio sea revelado, para que más allá de toda ciencia o entendimiento, las consciencias despierten al verdadero motivo que las trajo hasta aquí; a fin de cumplir con la Voluntad de Dios Padre de poder ver, finalmente, sobre la superficie de la Tierra, una nueva y responsable humanidad, la que viva por amor, los principios de una vida evolutiva y ascendente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escribo este mensaje con palabras de luz para poder expresar, a través de ellas, la gratitud y el Amor que tengo por Mis queridos hijos, especialmente por todas las almas que a lo largo de los tiempos y de Mis Apariciones hicieron sus primeros votos de consagración a la Madre de Dios.
Por ese motivo, hijos Míos, hoy de forma especial vengo para invitar y llamar a cada Hijo de María para que esté presente Conmigo el día 12 de marzo de 2019 en el Centro Mariano de Aurora, lugar que será la sede para el próximo Encuentro Anual de los Hijos de María.
Los invito y los llamo a estar en la presencia de su Madre Celeste para que ustedes no solo renueven los votos de su consagración, los que una vez realizaron, sino que también sus almas puedan recibir un impulso espiritual directamente de la Madre de Dios, a fin de que sus consciencias se preparen para los tiempos de emergencia.
Rodeados por la esplendorosa Aurora los invito a que estén a Mi lado en ese día 12 de marzo y que este año ustedes también inviten a un hermano o hermana a participar del Encuentro para que vea qué lindo es vivir en el Corazón de Dios.
Desde ahora les anuncio esta invitación para que cada hijo Mío se vaya organizando para poder estar presente.
Este Encuentro será televisado mundialmente a través de Misericordia María TV para que los Hijos de María de Centroamérica, de Norteamérica y de Europa puedan acompañar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desde el Corazón de Dios llega Mi Voz hacia la tierra del amor y del perdón, escuela sideral que será la que convertirá a este y a otros Universos en una Creación nueva en donde la raza de Cristos florecerá.
Y será desde aquí, desde este pequeñísimo pesebre llamado Aurora, que esos Cristos nacerán para todo el Universo.
Sé que hoy no comprenden Mis palabras, pero ya verán, hijos Míos, con el correr del tiempo, cómo esta humanidad dará a luz a los Cristos del nuevo tiempo, los que impulsarán en el Universo los cambios que le darán a la Creación otro rumbo.
Hoy desciendo como la Divina Concepción de la Trinidad para traer nuevamente la cura para la humanidad y para todos ustedes, fieles y fraternos hijos de Dios. Traigo, desde la Fuente de Cura de la Creación, ese atributo que el Padre quiso colocar en este pequeño lugar para que desde aquí pudiera liberar, transmutar y curar al mundo.
Todavía la humanidad no ha comprendido la grandeza del Creador, a pesar de que hace más de dos mil años, Él colocó en un pobre pesebre de Belén a Su propia manifestación de Amor, a través de Su Hijo Primogénito.
Aunque pasaron más de dos mil años, la humanidad aún no acepta que, en Su Infinita Humildad, el Padre coloque Su grandiosa Voluntad en los más sacrificados, en los más pobres, en los que más luchan todos los días por vivir el amor verdadero y honrar la Verdad día a día.
Por eso Aurora se prepara, como el pesebre de Belén, para dar a luz a los Nuevos Cristos para que nuevamente Dios pueda expresar Su perfecta Voluntad en lo pequeño y humilde.
Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en amor y gracia, colocando a sus hijos en su cuna de amor, de perdón y de cura.
Hoy la Aurora de Mi Corazón le ofrece la cura y la liberación a los espíritus que llegan para ofrecer sus vidas a Cristo para poder acompañarlo en Su retorno.
Hoy bendigo desde aquí, Mi pesebre del final de los tiempos, a todos aquellos que llegan con el corazón en la mano y se lo ofrecen a Mi Hijo y también a Dios, para que Su Plan Divino se cumpla.
Hoy, desde esta Aurora de Mi Corazón, envío a todos Mis hijos del mundo, a los que siempre se ofrecen a Mi Hijo, la cura del dolor y de los errores para que puedan seguir adelante cumpliendo con su parte en este milagro divino que es preparar el camino de retorno del Salvador, Cristo Jesús.
Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en las esencias de los misericordiosos, de los mansos y de los humildes, de los que saben del sacrificio y de la templanza, de los que viven de verdad lo que Mi Hijo enseñó en simplicidad.
Hoy le pido al Padre, desde Mi Corazón de Madre Celeste, desde esta Casa del Amor, que la templanza, la fortaleza y la fe desciendan sobre este lugar y sobre estos corazones para que en este tiempo, en el cual la presencia de Mi Hijo estará en Aurora, este recinto sea bendecido por esos atributos, los que consolidarán las murallas internas que los sostendrán en el tiempo que vendrá.
Los amo, vivan en paz el honor de servir a Dios.
Vuestra Madre María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Madre de Aurora
Escucha la Voz de Dios dentro de ti y recibe de Su Corazón Supremo todos los impulsos para que te puedas transformar.
Recibe, a través de Dios, las llaves que necesitas para poder atravesar los tiempos.
Bebe de esa fuente de conocimiento que el propio Corazón de Dios emana de tiempo en tiempo.
Ábrete para reconocer, dentro de ti, Su majestuosa Presencia y deja de lado todo lo que acongoja a tu corazón.
Recibe del Universo todo lo que necesitas dentro de la Ley del Equilibrio y de la Armonía.
Vive en cada ciclo un aprendizaje mayor.
Vive a cada paso la oportunidad de amar y de perdonar.
No dejes de mirar al Cielo y de sentir la Presencia del Padre; deja que Su Espíritu te colme y participa de la Sagrada Unidad, sintiéndote como criatura de Dios, parte del Universo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En verdad, hijos Míos, no existe nada que Me impida acercarme a ustedes, porque cuando Yo vengo, el Cielo viene detrás de Mí con todas las Gracias del universo, especialmente esas Gracias que los más pecadores necesitan para alcanzar el perdón y la conversión.
Por eso, ante el caos o la calma, ante la agitación o el más profundo silencio, no existe nada ni nadie que Me pueda impedir estar cerca de Mis hijos, porque Mi deseo de Madre es que todos los días, hasta la eternidad, ustedes aprendan a estar en Dios, a pesar de cualquier circunstancia o acontecimiento, así como Yo lo estoy.
Los animo, mediante la oración y la Comunión con Cristo, a superar y trascender el caos mundial del fin de los tiempos; pero no con indiferencia, sino con inteligencia, a fin de que, en la Inteligencia de Dios, sus vidas alcancen la posibilidad de atraer la Paz a la Tierra a pesar de todas las circunstancias.
Anímense a atravesar ese umbral de caos para ingresar al refugio perfecto del Corazón de Dios, porque así muchos más serán llevados por el mismo camino de liberación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría, su Madre Celeste hoy se presenta para demostrarle al mundo los sagrados Prodigios de Dios, los que provienen de Su humilde y misericordioso Corazón; Prodigios que permiten hacer sentir en los corazones de Sus hijos que siempre existirán y reinarán el amor y la esperanza.
Queridos hijos, es la fuerza motriz de la esperanza y del amor la que vence al mal, ese que, de tiempo en tiempo, por la falta de amor en los corazones, hace sucumbir a todos los pueblos en el error y en la adversidad.
Pero hoy, vengo a hablarles de un prodigio especial concedido por el Padre Eterno para que el mismo permita la realización del proyecto sagrado de las Familias-Luz. Un proyecto sentido y vivido por el Corazón del Padre y llevado adelante por la Obra de los Mensajeros Divinos en el planeta.
La familia es el modelo de la perfección que debe ser amparado y resguardado en estos tiempos críticos, para que ella encarne el Don del Amor de Dios, el que la hará digna ante el Universo y la Creación.
Como Madre de las familias, vengo a proteger con Mi Manto de Luz a todos los seres que integran una familia, la que algún día deberá tornarse espiritual y evolutiva.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oración: una Puerta a la Liberación
Con el Rosario divino en Mis Manos, vengo del Cielo a revelarles un simple misterio en el que se oculta el Poder de Dios: oren y serán libres.
Oren y serán libres de los dolores y de las amarras del pasado. Oren y serán libres de los conceptos de la mente, de la división, de la falta de perdón y de amor, de la incapacidad de reconciliarse con el prójimo y con Dios.
Oren y serán libres para renacer y dejar atrás lo que les causa dolor. Oren y sabrán comprender sus caminos, porque Dios les presenta las diferentes situaciones de sus vidas y cómo hacer de las aparentes dificultades un servicio para la consciencia de toda la humanidad.
Oren y serán libres para comprender los misterios celestiales. No dudarán de la Verdad y no temerán conocerla, porque no limitarán la grandeza de Dios a la pequeña comprensión humana.
Oren de verdad y vivirán su propia unión con Dios, su propio contacto interior que los elevará a los Cielos, aunque sus pies estén sobre la Tierra.
Lo que Yo vengo a pedirles, hijos Míos, es que oren y en el simple acto de orar las virtudes les serán reveladas, la Luz del Verbo Divino los liberará de las tinieblas y el Don de Dios los conducirá para que, a pesar de las tribulaciones del mundo, no pierdan jamás la fe y el amor en sus corazones.
Mientras todo está permitido, en estos tiempos de definición, coloquen sus rosarios en sus manos y hablen con Dios, clamen por Su Misericordia en esta época de miserias e imperfecciones y dejen que el Padre les responda al corazón con un simple sentir, con un aliento, con un alivio o incluso compartiendo el dolor que Él siente por este mundo tan perdido.
Lo que Yo vengo a pedirles, hijos Míos, es que oren y abran sus corazones a un nuevo tiempo, pues es el momento de la unidad, de vivir en comunión en pro de la Paz y de la Redención de este mundo.
Es el momento de que las religiones se unan para orar con el corazón a un Dios Único y que cada uno, en su idioma, clame al Padre para que el Propósito de Dios se cumpla.
Es hora de que haya respeto entre las razas y entre las creencias, que las religiones aprendan a orar unas por las otras para que el Propósito que Dios tenía, cuando inspiró a cada una de ellas, se cumpla en este tiempo.
Si todas las religiones retoman su pureza y retornan al propósito de su origen, que es la expresión del Amor y el establecimiento de la Paz, los corazones serán dignos de reconocer a Aquel que vendrá para unir todas las cosas en un camino único y poner fin a las divisiones y a las guerras humanas.
Reconocerán al Último Profeta que retornará para que los que no lo reconocieron en el pasado puedan rendirse a Su Amor en este último tiempo.
El Hijo de Dios volverá a colocar Sus Pies sobre la Tierra, y Su última promesa se cumplirá para que el Amor viva en los corazones de los hombres y el mismo Dios se renueve a través de Sus criaturas.
Mientras tanto, hijos Míos, oren para que la Luz divina ilumine sus caminos, oren para que sepan cumplir la Voluntad de Dios, oren para liberarse de lo que les impide caminar hacia el Corazón del Padre.
Oren para crecer en espíritu y, al fin, oren para que definitivamente triunfe el Amor de Dios entre las dimensiones, y que no solo el Apocalipsis sino también los mil años de paz sean una realidad.
Así como están viendo cumplirse el caos previsto en el Apocalipsis, también verán el triunfo final de Dios en el resplandor de Su Hijo.
Solo oren para que la humanidad persevere en su fe y supere las pruebas de la ilusión hasta llegar a la esencia de la Verdad.
Unan sus rosarios al Mío y nunca se perderán.
Mis Pies de Madre y Peregrina siempre marcarán el ritmo de sus pasos, hasta entregarlos al Corazón del Padre Celestial.
Yo los bendigo y les agradezco por orar conmigo por el establecimiento de la Paz y por la liberación de este mundo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cree, por encima de cualquier situación o circunstancia, que todo está en las Manos de Dios. Por más difícil que sean ciertas experiencias, el poder de todo lo tiene Dios, porque Él es único y Él es grande. Todo lo que está por debajo del Padre es pequeño.
Cree, por encima de todo, que el Padre es quien sostiene el timón del barco y es quien lo dirige hacia los buenos puertos. El Padre está en cada detalle, pero Él, en Su infinita Sabiduría, permite que Sus criaturas más pequeñas, los seres humanos de este planeta, aprendan a través de las diferentes experiencias.
Ten fe y afírmalo, porque el Padre está por encima de todo, Él es el Comandante del Universo y el Regente de todos los espacios y de todos los ámbitos del trabajo espiritual. Solo que Él permite, en Su infinita Bondad, que Sus hijos de la Tierra aprendan para, algún día, ser tan semejantes como el Padre lo es en el amor; para eso las almas cometen errores, una y otra vez, hasta que por sus propios medios aprenden que sin amor y sin verdad uno no es nada en este Universo.
El Padre impulsa en este tiempo la realización de Su Obra de Amor por medio de la vivencia de la humildad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más