- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Queridos hijos:
El dolor del mundo es quitado de los corazones ofendidos, por sus propios hermanos de esta humanidad, a través de las misiones humanitarias.
En esta hora en donde la sangre inocente aún es derramada sobre el mundo, la victoria del Sagrado Corazón de Jesús promete a aquellos que confíen en Él, entregarles Su infinita Misericordia. Hijos, no habrá otro remedio que pueda aplacar tan grandioso dolor humano.
Después de la primera guerra mundial Yo anuncié en Fátima que, si el mundo no cambiaba a tiempo, llegaría una segunda guerra peor que la primera, y así sucedió. La masacre de millones de almas llevadas a los infiernos de este mundo hizo desaparecer la inocencia del hombre terrestre.
Vuestra Madre Celeste se anuncia al mundo una vez más, declarando que esta es la última vez, porque el mundo no aprendió a perdonar ni a establecer la paz.
Mi Inmaculado Corazón guía cada una de las misiones, porque será el servicio humanitario que logrará la victoria y dará consuelo a todos los que se perdieron en las manos del adversario.
El Cielo promete al mundo una ayuda divina y una intercesión espiritual de parte del Arcángel Gabriel, algo que será totalmente comprendido cuando todo haya sucedido en la humanidad.
Hoy Mi Corazón Materno deposita sobre algunos corazones el dolor del mundo, que debe ser aliviado por la oración, la fe y la devoción de los que en verdad aspiren a encontrar el Reino de Dios, el que espera ardientemente impregnarlos con Su fuego de misericordia y de piedad.
Queridos hijos, en esta hora les pido a todos que abran sus consciencias para comprender las misiones humanitarias, como una de las columnas redentoras de la Jerarquía Celeste.
Es así, que esa consciencia será dada por el poder de la oración que siempre colmará a los corazones y a la vida planetaria.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Único Amor del Universo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
El advenimiento de Cristo está próximo, por eso conscientemente preparen vuestro mundo interior para poder recibirlo.
En este mes especial de Su Natividad sagrada, Mi Hijo, el que estará por nacer espiritualmente en ustedes, traerá un impulso interior para los que sepan reconocer la importancia de vivir ese momento bendito.
No habrá en este momento nada que los pueda separar de Su Corazón Santo. Todas las veces que para ustedes fue difícil y costoso mantener esa sagrada unión con Cristo, durante esta Natividad eso se volverá posible.
Es por eso, Mis hijos, que hoy los llamo para que despierten del letargo en donde el enemigo a veces los ha colocado, para que no puedan participar de la vida divina. Necesito, Mis valientes, que inviten con vuestro entusiasmo a todos los que se olvidan de Cristo y principalmente a las almas que lo sustituyen por el placer y el conformismo.
La vida pagana debe desaparecer de la consciencia humana, por eso en estas fechas de navidad las Jerarquías Angélicas y Arcangélicas, trabajarán para que las almas cada vez más despierten al camino de la perfección y al tiempo de su purificación.
Queridos hijos, todo el universo celestial se prepara para retirar las vendas de vuestros ojos y para que vean que la vida superior siempre los aguarda, mismo cuando estén purificándose ustedes mismos.
En este día que quede grabado en vuestras consciencias el momento de vivir una oportunidad divina que es concedida por el propio Cristo, Mi amado Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los espera para estar alrededor del sagrado pesebre de luz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos,
Sus oraciones son como ese rocío que limpia y refresca todas las flores. Sus oraciones son esa llama que todo quema y purifica en el sublime fuego de la Creación. Por eso todos los días busquen la transformación interior para que el Padre vea el resultado de esa gran conversión.
Queridos hijos, siguiendo los pasos de Mi Hijo, podrán alcanzar la redención de sus vidas, y ellas podrán ser el modelo espiritual para la Nueva Tierra.
Hijos Míos, encuentren en el cambio interior la posibilidad de configurar nuevamente sus consciencias para que pronto ellas reciban de todo el universo, la vertiente de la Luz divina, fuerza inquebrantable que los transforma.
El Espíritu de Dios los estará bendiciendo en este mes de diciembre, el Espíritu de la Gracia y de la Misericordia. Sean así, constantes, para ascender por la escalera del amor y de la humildad, escalera hacia el Sagrado Corazón de Mi Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendigo. Los amo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día quiero traer a sus corazones la llama de Mi Divina Esperanza, prenuncio de fe en los corazones del mundo.
Como el Sol que brilla en el centro del Universo, Mi Corazón desciende al mundo para iluminar los abismos dentro y fuera de los seres, y así ser la guía de cada consciencia para el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo y Dios Creador.
Retorno al mundo clamando a los corazones que vivan el despertar, porque los Planes de Dios Altísimo aún no se cumplieron en este sagrado planeta, y las almas, en su mayoría, no están buscando el camino correcto para la meta que Dios les entregó.
Les pido, Mis amados, que profundicen en el camino de oración, para que siempre estén en estado orante no solo en sus momentos de liturgia y sintonía. Quiero que conviertan sus vidas en oración permanente.
Si en oración piden el Perdón de Dios para el mundo, entonces vivan el perdón todo el tiempo.
Si claman al Padre por Su Misericordia mientras oran, entonces sean misericordiosos en cada acto, palabra y pensamiento.
Si, en oración, piden a Dios por los Reinos de la Naturaleza, entonces cuiden de los reinos que están más cerca suyo e irradien el amor que piden a Dios para esos pequeños portadores de Consciencia Divina.
Si, en oración, ruegan por los pobres y por los desamparados, por los que están en el engaño y la ignorancia, por los que viven en la mentira y en el error, entonces queridos, al encontrar un hermano que vive todas esas cosas, ámenlo y sean como las manos de Dios que llevan la paz y el amparo celestial para todos los necesitados.
No les pido que hagan grandes obras, porque una mirada pura y una sonrisa verdadera puede llevar a los seres la presencia de Dios de una forma que ninguna gran obra llevaría.
Que cada uno dentro de sus posibilidades, viva sus oraciones como actos, pensamientos, sentimientos y palabras.
Que Dios encuentre en ustedes, Mis hijos, una puerta para ingresar al mundo.
Prediquen con la vivencia de la palabra y potencien el poder de sus oraciones con la manifestación viva de la oración en el mundo.
Los amo y les dejo Mi bendición materna para Mis amados hijos de Venezuela, estos que en oración y perseverancia Me esperaron, intentando comprender lo que viven en estos tiempos y aprender con todo.
Que ahora, Mis amados, fortalecidos por Mi presencia, ustedes ayuden a otros para que encuentren Mi Inmaculado Corazón y el Corazón Amadísimo de Mi Hijo.
Que la Paz y la Misericordia de Dios estén en todos los corazones del mundo.
Jamás pierdan la paz y la esperanza de que los Planes de Dios se cumplan en esta Tierra bendita.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En nombre de la Luz Infinita del Creador, desciendo al mundo y Mi Espíritu Maternal visita a toda la nación de Colombia para derramar desde Mis poderosas y humildes manos, los rayos de la esperanza y del alivio que muchos corazones Míos necesitan.
Queridos hijos, deseo en este día que Me recuerden universalmente como la Madre de Guadalupe, como la Madre de todos los pueblos, los que separados deberán volver a unirse a través de Mi Santo Corazón para poder alcanzar el estado de la paz.
Pero hoy no vendré solo para bendecirlos y para agradecer a todos Mis hijos de Colombia y de las naciones hermanas que hicieron posible este sagrado encuentro por la paz. Hoy vendré en compañía soberana del Sagrado Corazón de Jesús, que es Vuestro Hermano Mayor, que los llama a trabajar como apóstoles nuevos de Su Obra de Redención.
Queridos hijos, hoy entreguen amorosamente a Vuestra Señora de Guadalupe todas las faltas y errores cometidos a lo largo de los tiempos por los corazones no redimidos para que el Gran Sol de Cristo reabra las puertas a la rehabilitación y al Perdón de Dios para una raza que aún está en transformación.
Hijos Míos, hoy vengo para anunciarles que están en Mi camino, en el camino predilecto de Mi Corazón. Como Vuestra Madre, espero que a través de estos días de encuentro, gran parte de Mi Paz se deposite en sus corazones, porque si la paz está en sus vidas, el mundo tendrá la oportunidad de un tiempo más de paz.
Piadosamente vengo a llamarlos a la redención, porque llegó el tiempo de que sus consciencias, en entrega absoluta al Todopoderoso, reciban la Gracia de redimir el pasado y de caminar libres como un solo pueblo de Dios.
Hoy el Águila de Luz canta entre las montañas, el sagrado cóndor anuncia que la Misericordia de Dios está llegando para los corazones que en arrepentimiento y fe se entreguen al Océano de Amor del Creador, así las almas que están presas en el error y en el sometimiento desde hace siglos, serán liberadas, serán elevadas al Reino de la Paz del Señor.
Por eso, Mis muy amados hijos de Colombia, vengo a despertar en cada uno el potencial de amar cada día más la oración, porque en oración cerrarán las puertas a la perdición y abrirán los Cielos para que descienda la Gloria del Padre Celestial.
¡Les agradezco a todos por haber cumplido con una parte de Mi Plan de salvación!
Quien los bendice y los ama siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Guadalupe
Como la Madre de las vocaciones y como guardiana de los corazones de Cristo, Nuestro Señor, hoy traigo para todos un acto de agradecimiento por responder al llamado de consagración de los Hijos de Dios al Sagrado Corazón de Jesús.
En este día en el que una lluvia de Gracias es derramada sobre el mundo a través de la Luz Infinita de Mi Inmaculado Corazón, esa Gracia, hijos predilectos, es la que hoy los reúne en este oratorio predilecto de vuestra Madre Celeste.
Hoy, delante del Altísimo abran vuestros corazones para que en vuestros espíritus se cultive el don que promoverá la salvación de las almas a través del Amor de Cristo y, especialmente, el reencuentro que cada criatura debe tener con Mi Hijo en este tiempo.
Por eso, Yo los reúno alrededor de la santa mesa del Señor para que, unidos a Mí, ofrezcamos nuevamente este sacramento de la comunión como un acto de reconciliación y de perdón para el mundo entero.
Queridos hijos predilectos, abracen entonces estos dones así como deben abrazar vuestra propia cruz para comenzar a realizar la Obra de Dios en el fin de estos tiempos.
Hijos, saben que Yo soy vuestra Madre y deseo el mayor bien para todos; aprendan en este tiempo a conducir a las almas hasta el océano purísimo del Amor de Cristo, porque de esa manera vuestras consciencias participarán de los comandos de rescate de Cristo durante el tiempo culminante de la tribulación.
Hijos predilectos, hoy son llamados a convertirse en el Corazón y en la Faz Luminosa de Cristo. Son llamados para presentar la evangelización del amor a través de los sacramentos. Son invitados a orar Conmigo todos los días que vendrán.
Es por esta causa que hoy Mi Corazón los acompañará para que den ese paso de fusión íntima con Cristo y con Su legado. Mis pies de luz caminarán a vuestro lado cuando se levanten para ofrecer vuestra vida al Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los conduce a la vida sacerdotal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
No existe mayor sol que Mi Corazón Inmaculado, el que todos los días se ofrece ante Dios para ser el camino y la luz entre las tinieblas. Mi Corazón encarna el Espíritu Santo de Dios y es ese Espíritu el que Yo derramo como dones de Misericordia y Perdón para el mundo.
Ahora, hijos, ustedes conocieron la obra de Mi Espíritu y de Mi Corazón a través de los tiempos, Yo les ofrezco el momento de la renovación para que ciertos valores internos puedan estar al servicio de Dios Padre.
Por eso hijos, vuestros caminos están siendo enderezados por el ciclo de la purificación. Que todos ustedes puedan aceptar la convocatoria de responder a la Voluntad del Padre Eterno, así aquellos Planes del Universo que no son cumplidos por los corazones que están ciegos y distraídos podrán realizarse y cumplirse en los corazones abiertos a reconocer la Voluntad del Señor.
Para estos tiempos les traigo la ciencia del discernimiento, el tiempo de poder buscar los recursos internos que ayudarán a reformar la vida sobre el planeta. Para eso, Mis amados, vuestra Madre Celeste los reúne en el cenáculo del Corazón de Cristo para que sientan el poder de Su Confianza y el amor de Su Consciencia, algo que siempre los ayudará a caminar y dar los pasos correctos hacia el Sagrado Propósito de Adonai.
En todo este trabajo, ustedes hijos Míos, tienen una participación importante para con el Plan de los Mensajeros Divinos; es a través de una humanidad despierta y menos indiferente, que todo podrá convertirse y consagrarse a tiempo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los cuida siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
De Mi Espíritu Inmaculado nace el gozo y la alegría por todos Mis hijos del mundo.
Cada vez que Yo desciendo del Cielo a su encuentro es para reunirlos en el sagrado tabernáculo del Corazón de Mi Hijo, lugar al que siempre podrán ir en los momentos de mayor alegría o de sufrimiento.
Hijos Míos, de Mi Espíritu brota la grandeza del Amor puro, que Yo todos los días les traigo a las almas de este mundo y, principalmente, a aquellas que, por error o sufrimiento, se distanciaron de la Misericordia de Mi Hijo.
Día a día, hijos, como su Madre Celeste intento llevarlos a la plenitud y a la esperanza, fuentes que brotan de Mi Corazón castísimo y que Yo dono en confianza a las almas de la Tierra y; a pesar de que el infierno somete a los corazones inocentes, Yo vengo a través de la Gracia de Dios a impedir muchas cosas, hasta las más irreversibles.
Mi Corazón prepara el encuentro del día 23, fecha indicada por Dios para que todos Sus hijos reconfirmen su compromiso de hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón en todo el mundo. De esa forma, queridos hijos, atiendo a sus pequeñas necesidades que ustedes piden diariamente a Mi Corazón de Paz.
Los tiempos indican muchas pruebas para el mundo entero, pero con la actitud de su consagración diaria, permitirán que su Madre de la Paz pueda cumplir con los Designios que Dios le ha indicado.
A través de los Hijos de María, hijos de Dios, Yo puedo expandir Mis células de Gracia por los cuatro puntos de la Tierra, y esto es más fuerte y pleno cuando los corazones oran a Mi Espíritu maternal y virginal.
Hijos, Yo rezo por ustedes y espero de cada uno el gran momento en el que alcancen la fusión divina con Mi amado Hijo Jesús.
De sus pruebas, penas, dolores y dificultades puede surgir la voluntad interior necesaria para alcanzar la hora de la redención y de la unión con Dios. Mis pasos guían a los corazones simples y dispuestos a recibirme en su interior como la Madre y Señora de la humanidad.
Hijos, les dejo a ustedes la siguiente aspiración: que por medio de ese encuentro, de renovación y de fe, Mis niños salgan de este lugar con la esperanza sembrada y experimentada como llama propia del corazón.
Les digo, Mis hijos, que en ese día, al final de todo, volveré del Cielo y del Universo para estar nuevamente con ustedes. Traeré las estrellas del cosmos que esparcirán sus atributos y orígenes a los espíritus abiertos a recibir la Presencia Celestial.
Sepan, hijos Míos, que cuando Yo ya no esté entre ustedes, Me deberán esperar, después de que llegue Mi Hijo a este mundo, en la hora de Su Retorno.
En ese momento, muchos de ustedes recordarán lo que con Amor materno les entregué, y la verdad de esta larga historia será revelada a los puros de corazón que nada temerán porque se unirán a Mi Hijo.
El cansancio, el esfuerzo y el trabajo serán grandes en el final de los tiempos y la unidad será la llave maestra que los mantendrá firmes e impenetrables frente a todo mal, porque de sus almas se reflejará la paz que Yo les he entregado en los últimos años.
¡Les agradezco por corresponder a Mi llamado!
Los bendice en la Luz del Corazón de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Madre de la Humanidad sigo caminando y cruzando los desiertos de este mundo, en búsqueda de las almas que se pierden y de las almas que claman por alivio y redención.
El llanto de los inocentes toca Mi Corazón, porque veo brotar de los buenos cristianos mutilados un acto de amor y de perdón por los semejantes. Pero el mundo cruel no percibe esto y el universo observa con atención todos los acontecimientos.
Vuestro amado Jesús, salva sin demora a las esencias de los seres que son exterminados y las eleva a lo más Alto del Cielo, para que reciban la Gracia de vivir eternamente en el Corazón de Dios.
Pero aún, hijos, Cristo llora sin consuelo y Su Sagrado Corazón, que está lleno de Piedad y de Misericordia, es despreciado y negado por los corazones crueles. ¡Ay de ellos si no recapacitan a tiempo!, porque la Justicia de Dios ya está actuando, pero Mi Corazón Inmaculado intercede para que al menos se establezca el Reino de Mi Paz, de la Paz del Creador.
Mientras hermanos lastiman a hermanos, la esperanza de los sometidos se ve comprometida al momento de la angustiante muerte, pero Mi Espíritu Inmaculado hace prodigios de amor y retira de la faz de la Tierra a las almas que son condenadas al purgatorio de este mundo.
No habrá mayor consolador que el amor que puedan entregarle a Cristo, Él ahora necesita de vuestra donación y sacrificio, para que Dios al menos vea que la humanidad es rescatable.
Hijos Míos, todavía recorreré los rincones de este mundo para salvar a los que podrían ser el resultado de un grave desastre planetario. El Señor Me ha permitido derramar Mis últimas Gracias; pero si en verdad no hubiera un gran arrepentimiento de corazón y una penitencia mayor de parte de las almas, el mundo entero deberá aprender a restaurar, con sus propios esfuerzos y trabajos pesados, todo lo que fue ignorantemente destruido.
Por eso hoy quiero que sepan que Mi Corazón será el refugio de los inocentes, de los desamparados y de los que son asesinados por las manos del enemigo.
Mientras Dios lo permita, Yo vendré a este mundo, que Me pertenece, y en el cual deseo despertar para Mi Hijo a los apóstoles del nuevo tiempo.
Dejo para cada uno de ustedes la aspiración profunda de siempre buscar el Reino de Dios, a pesar de todo lo que hoy sucede en esta humanidad; en vuestra interna unión Conmigo, permitirán hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón, que es totalmente vuestro desde el principio.
Hoy les recordaré una inspirada oración de un alma unida a Cristo, imprescindible para estos tiempos:
Es maravilloso Señor
Gracias Señor,
por mis brazos sanos
cuando hay tantos mutilados;
por mis ojos perfectos
cuando hay tantos sin luz;
por esta voz que canta
cuando hay tantas mudas;
por mis manos que trabajan
cuando hay tantas que mendigan.
Es maravilloso Señor,
sonreir, amar y soñar,
cuando tantos lloran, tantos odian
y tantos mueren antes de nacer.
Es maravilloso Señor
tener un lugar donde volver
cuando hay tantos que no
tienen un lugar adonde ir.
Es maravilloso Señor,
tener tan poco para pedir
y tanto para agradecer.
Amén
¡Gracias hijos del Cristo del Bien, por haber respondido a Mi importante llamado!
Los reúne, los bendice y los ama,
Vuestra Santísima Madre María, Rosa de la Paz
(1) Autor de la oración: Michel Quoist. Sacerdote católico del siglo XX
Queridos hijos:
Que hoy reine la paz y que cada ser alcance la unión con Dios para estos tiempos.
Yo Soy la Madre y Señora de los Andes, Yo Soy el Ave Cóndor que sobrevuela el mundo llamando a Sus hijos a la redención. Vengo a este mundo para salvarlo, con la esperanza de que Cristo, vuestro Señor, encuentre a las almas fortalecidas y decididas a vivir el Plan de Dios.
Por eso, Mis pequeños hijos, abran vuestros ojos y miren a la Estrella-Sol que los alumbra, miren a las montañas que los rodean y los invitan a elevarse para encontrar el camino de la unión interna con Dios.
Ustedes, que son Mis discípulos del nuevo tiempo, tienen la misión de ayudar a trascender las condiciones humanas, para que este planeta y todos sus reinos menores se vuelvan sagrados y benditos; pero aún hay mucho que perdonar dentro y fuera de ustedes.
Queridos hijos, Yo los invito a proseguir, sin cansancio, sin desaliento, solo mirando hacia lo alto de las montañas para poder encontrarme en vuelo, guiando vuestras vidas y vuestros pasos.
Para este último ciclo de transición, ustedes se encontrarán con muchas pruebas, con alegría y unidos a la fuerza del Corazón de Cristo no teman desenmascarar vuestros viejos hábitos y, así, tornarlos sagrados a través de la constancia en la oración del corazón.
Ahora están en el momento de no retroceder jamás y de cumplir con este proyecto bendito que debe encarnar en la vida y en la esencia de todos Mis servidores. Mientras esto está por suceder, Yo les pido que vivan a través del espíritu, del buen coraje y que se arriesguen a desterrar vuestro propio yo.
Ahora, como discípulos, entre ustedes no deben existir preferencias; el camino de Mi Corazón les indica el tiempo para vuestra rápida purificación para que así more en ustedes la Luz de Cristo.
El Señor Me envía gloriosa y resplandeciente como el Ave Cóndor de Luz, para que la humanidad comprenda que ya no es momento de detenerse ni de retrasarse en esta vida. Es hora de caminar, de superar barreras y obstáculos dentro y fuera de vuestros pequeños seres; a eso solo lo conseguirán a través de un acto amoroso de arrepentimiento, el que los llevará a hacer penitencia por todos los que ni siquiera piensan en Dios Padre. Así, Mis pequeños, podrán ser adultos y estar maduros para enfrentar este último tiempo de cambios y de transformaciones masivas.
Cuando Mi Espíritu Inmaculado apareció por primera vez sobre los suelos de Aurora, muchos no entendieron el significado de Mi mensaje y menos Me aceptaron los sacerdotes, cuando en aquel tiempo Yo los llamé para que Me acompañaran en esta misión planetaria de paz y de permanente peregrinación. Y esa responsabilidad fue concedida a los más inmaduros y sin experiencia en el camino del espíritu, pero solo fue la fe que ellos encarnaron y el amor devoto a Mi Corazón, lo que permitió que Mi Obra se ampliara hacia otras naciones y continentes.
Solo por el amor y la fidelidad de los grupos de oración de la Red-Luz Yo he podido cumplir con los designios que Dios Me entregó.
Recuerden hijos, que Yo Soy la Madre que debe entregarles para este ciclo la esencia de la Santísima Trinidad, así todos ustedes serán nuevamente concebidos y contemplados por el Corazón Misericordioso de Dios. Esta es la Obra de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad: que todas las almas del mundo revivan la unión con el Amor del Padre, con la Fe del Hijo y con la Sabiduría del Espíritu Santo.
Aún espero que Mi Santa Iglesia en el Uruguay y el mundo, dé el primer paso, para que todos los buenos cristianos reconozcan Mi presencia.
Queridos hijos, como Madre Vuestra, Yo les traigo para este día, 13 de diciembre, estas reflexiones; deseo todos los días que puedan crecer y que así se aparten de la ilusión que el enemigo les infunde y que los confunde.
Que en estos tiempos de cambios, vuestra aspiración de estar Conmigo sea permanente.
¡Mi Luz siempre los iluminará!
Los bendice, los cura y los ama,
Vuestra Madre María, Señora de los Andes
Yo regreso a cada ciudad para que Mis hijos triunfen a través de Mi Inmaculado Corazón, para que así Mis planes de Paz se cumplan en este mundo tan sufrido y dolorido.
Queridos hijos, regreso al corazón de Brasil para instaurar, de forma definitiva, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María; pero esto será posible, solo a través de la adhesión que todos Mis hijos realicen sin demora y sin perder tiempo, porque Mis pedidos son especiales y divinos para estos tiempos donde falta la paz en el interior de muchos seres de la Tierra.
América deberá seguir trabajando como una única Nación Espiritual para establecer, en este tiempo, el Reino de la Paz y de la Conversión. A través de la unidad y de la oración se fusionarán, por la acción del Espíritu Santo, todos los grupos de almas en un mismo Propósito Redentor.
En cada ciudad que visito derramo el poder de las Gracias, las mismas que alcancé en Mi pasaje por la Tierra. Gracias que fueron sembradas por los Ángeles del Cielo, en honor a Dios y al Plan Redentor de la humanidad.
Queridos hijos, con este fin Yo vuelvo a Brasilia, para establecer Mi Reino Inmaculado de devoción y oración en un grupo mayor de almas, las que despertarán a tiempo para responder a Mi llamado. El Cielo hoy reúne los poderes de la Misericordia de Dios, a través de la oferta de Mi Inmaculado Corazón, para que un mayor número de hijos encuentre la cura y el perdón.
Vengo a anunciar la paz en el corazón de todos los que no la tienen, para eso necesito de vuestra determinación y unión Conmigo; como Madre, Yo podré elevarlos al Cielo y hacerlos encontrar con la Gran Consciencia de Jesús y así retornarán a la Casa de Dios, la que está muy olvidada por este mundo.
En este día, queridos Míos, Mi inspiración divina será despertarlos a la consciencia universal del poder de la oración, para que de esa forma resuelvan a tiempo todo lo que no los une con Dios y con Su Proyecto de Amor.
En Gloria, desciendo del Cielo para levantar del suelo a cuantos han caído por el sufrimiento y la desesperación; Mi Esperanza para con ustedes es prometedora y verdadera, para quien solo abra su corazón.
Todo el tiempo rezo por ustedes, rezo por la paz en vuestros corazones, rezo por el fin de la guerra espiritual, la que habita en la mente de los hombres injustos. Rezo para que la humanidad no continúe perdiéndose, rezo por los que se consagran y por los que se alejan de Dios sin percibirlo; Mis rezos son por todos ustedes y por el mundo.
Yo adoro al Padre y lo Glorifico para que nunca deje de derramar Su Infinita Misericordia en cada uno de Mis hijos. Yo recorro ciudades y naciones para despertar a nuevos soldados de la paz y de la oración, porque la urgencia de redención y de un gran cambio en la consciencia es inminente; por eso Yo rezo, para que el Ángel de la Justicia de Dios no venga al mundo a mostrar lo que no está bien en la humanidad ilusionada y dormida.
Deseo que recen Conmigo todos los días, que no olviden de hacerlo, porque la copa estaba media llena y ahora se está colmando más de lo que Yo esperaba. Solo a través de vuestra transformación el mundo se convertirá y alcanzará la paz.
El Universo de Dios aguarda vuestras ofertas y sacrificios, y por más pequeños que sean e insignificantes que parezcan, todo será contemplado por la Divinidad. Yo vengo a despertarlos, vengo a llamarlos y activarlos para el servicio y para la oración por los que no adoran, no esperan ni aman a Dios. Vengo del Cielo con la esperanza de revertir los graves ultrajes que muchos de Mis hijos siguen cometiendo. Yo vengo para evitar que se aplique la Ley y la Justicia de Dios, algo que la humanidad no conoce ni sabe.
Como Intercesora, Yo vengo para acercarlos al Corazón de Jesús, vengo para anunciar Mi último llamado antes del regreso de Cristo al mundo.
Queridos hijos, Yo vengo para escuchar vuestro SÍ, determinante para el tiempo final.
¡Agradezco a Mis hijos de Brasilia por haber respondido una vez más a Mi llamado por la Paz!
Deseo que ellos sepan que estoy verdaderamente muy agradecida.
Mi Paz y Mi bendición estén sobre cada uno de ellos.
Les agradece ahora y siempre,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz y Madre de Brasilia
Conságrate a Mi Corazón, para que Yo pueda llevarte al Reino de los Cielos en corazón y en consciencia y así tu alma sea un instrumento de Dios.
Conságrate a Mi Corazón, para que a través de ti, toda la humanidad viva la santidad y la consagración de su esencia.
Conságrate a Mi Corazón, para que este mundo esté unido perpetuamente al Corazón Sacratísimo de Mi Hijo, este que traigo como un regalo celestial para la humanidad.
Conságrate a Mi Corazón, todos los días para que tu alma no corra el riesgo de perderse en este camino tan lleno de sombras y de engaños.
Conságrate a Mi Corazón, entregándome tu vida y todas las virtudes, para que Yo pueda disponer de ellas para la salvación de todas las almas.
Conságrate a Mi Corazón, y sé un ejemplo de vida para las criaturas.
Conságrate a Mi Corazón, y sé el hilo que conduce la evolución de los Reinos Menores, que encontrarán en ti el camino para la evolución.
Conságrate a Mi Corazón, incansablemente, para que no te venzan las tentaciones de este mundo.
Conságrate a Mi Corazón y sé la alegría del Corazón de Dios, para que encuentre en ti el motivo para interceder por la humanidad.
Conságrate a Mi Corazón y no bajes los brazos; sé un soldado incansable de este ejército de Paz.
Conságrate a Mi Corazón, hijo Mío, hija Mía, para que así se cumpla el Plan de Dios para este mundo.
Camina rumbo a la consagración de la vida permanentemente.
Cuenten siempre con el auxilio de Mis brazos maternales, cuando caigan en el piso y sinentan que la opresión de este mundo es mayor que vuestra capacidad de levantarse.
Hijos queridos, quiero que den ejemplo de consagración en este mundo, para que a través de aquellos que responden a Mi Llamado, todo este planeta se encienda y las almas despierten a la consagración al Divino.
Hoy traigo en Mis manos el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo que con amor entrego al mundo, para que puedan fundirse con Él, por los siglos que vendrán.
Pido a este planeta y a todas las almas que Me escuchan que no se aparten de Dios, que no finjan no escuchar Mi Llamado, porque cada uno de los que Me escucha tiene un compromiso mayor Conmigo, una misión entregada a Dios, un propósito que vivir.
Mis amados, Mi Corazón llega al mundo en este tiempo para revelar verdades que estuvieron ocultas por mucho tiempo y que pocos corazones pudieron develar los misterios que las ocultaban. Pero para que Mis manos retiren los velos que cubren los ojos de la humanidad, necesito almas que puedan auxiliarme y que puedan sostener el Poder de Mis palabras.
Hijos queridos, es necesario que existan almas consagradas al Señor, para sustentar el peso de Su Justicia Divina y también el Poder de Su Misericordia; que puedan sujetar a los que están caídos y levantarlos otra vez.
Por eso quiero que sean fuertes como un brazo de Dios en este mundo, que sean firmes y decididos; que no haya dudas ni temores en vuestros corazones; que no sean tibios, que no sean débiles sino que entreguen al Padre vuestras flaquezas y abran el espacio en vuestros corazones, para que el Espíritu Divino del Creador ingrese con toda Su Gloria y Majestad y que se tornen incansables e invencibles en el Corazón de Dios.
Sepan que de Dios proviene todo el Poder del Universo y aquel que está en Su Omnipresencia, no perecerá.
Por el Poder curador del Reino Celestial y por la Cura que emerge del interior de este mundo, Yo los bendigo y los protejo. Yo los guardo y los conduzco al Reino de Dios, a Su Corazón.
María Señora de Aurora y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Hoy coloco a cada uno de ustedes dentro de Mi regazo de amor, con la finalidad de que puedan sentir Mi maternidad en sus corazones.
Hijos Míos, alabados sean los hogares de las familias que abren la puerta de sus corazones a la Reina del Cielo.
Alabadas sean las familias que rezan Conmigo todos los días, para alcanzar la conversión y la redención.
Alabadas sean las familias que enseñan a sus hijos a orar con el corazón, en los primeros años de vida, porque Mi materno Corazón estará con ellos.
Alabados sean los adolescentes y los jóvenes que encuentran en la Comunión a Mi Hijo, porque en el ejemplo de fe ellos abrirán la puerta a los que están perdidos, sin amor y sin protección.
Alabados sean los hogares que día a día se consagran a la Luz victoriosa del Inmaculado Corazón, porque les aseguro que Dios estará presente a través de Mí, para guiarlos en la fe y en la esperanza.
Queridos hijos, hoy Mi aspiración maternal es que todos los hogares alaben al Sagrado Corazón de Jesús; hoy llego hacia ustedes para pedirles oración por las familias del mundo, ya que son pocas las que viven los Mandamientos que les ha dado Mi Hijo.
Hoy también, Mi Corazón se regocija por tanta belleza creada por Dios Creador en esta región del sur de América. Vean, queridos hijos Míos, cómo Dios está recogido en el silencio de todo este bendito lugar.
Por este motivo de alegría y alabanza les pido que, en estos tiempos, se unan como una sola red de oración en toda la Argentina. Les pido por amor a Dios y a todo lo creado por Él, que sean uno en el espíritu, en el corazón y en la consciencia.
Queridos hijos, Dios espera de Argentina el despertar absoluto a la oración y a la conversión de todas aquellas causas que ofenden al Creador. Dios tiene preciosos Designios y Gracias para toda la nación que, por sobre todas las cosas, forma parte del universo de Dios.
Reciban en sus hogares al Espíritu Santo, ábranle la puerta para que como en el Cenáculo de la Virgen María, sus espíritus de amor puedan ser guiados por Sus benditos dones. Cuando se aproxima Mi Corazón a sus vidas, es el Espíritu Santo cultivado en Mi Corazón que se irradia para ayudarlos a dar los pasos en la fe inmaculada en él.
Queridos hijos, que en esta semana sus hogares se consagren al Hogar infinito del Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, que la fe siempre los motive a caminar por el sendero de Mi amado Hijo, por el sendero de su conversión.
Agradezco la presencia de todos Mis hijos de la bendita Patagonia, ahora y siempre la Bienaventurada Señora de Guadalupe bendice a los amados remanentes indígenas.
Que la Paz esté con ustedes y con sus familias.
¡Gracias por responder a Mi llamado por la Paz!
María, Reina de la Paz y Madre de la Sagrada Familia
Vengan a Mí los que hoy se sienten perdidos y se lamentan por no haberse mantenido a Mi lado. Yo, que soy su Madre del Cielo, los perdono y les ofrezco Mis brazos para que en ellos encuentren paz y valor para enfrentar las pruebas.
Vengan a Mí los que están confundidos y no comprenden por qué caminan en el sufrimiento; Yo los llevaré al Corazón del Redentor, aunque crean que caminan a ciegas.
Vengan a Mí los que están afligidos y tienen miedo de los cambios que este tiempo propone; estarán en brazos seguros, los brazos y la guía de la Madre Celestial, que hoy los convoca a una tarea más consciente y más amplia.
Vengan a Mí aquellos que sienten que deben servir a sus hermanos como manantiales de caridad, que Yo les mostraré los lugares hacia donde necesito que vayan.
Vengan a Mí los que aman orar, para que Yo les transmita a sus corazones el poder del verbo creador y así puedan ser Mis instrumentos en la Tierra.
Vengan a Mí los que no pueden orar porque vivieron otras experiencias y se olvidaron de lo que aprendieron Conmigo cuando eran niños.
Vengan a Mí los que no confían en nada, que Yo les quiero mostrar un camino seguro en donde encontrarán la Paz y el Amor del Redentor.
Vengan a Mí los que se engañaron y dañaron la vida de otros, porque en el Perdón del Padre, Yo los levantaré en Mis brazos y les mostraré cómo reparar el corazón de sus hermanos.
Vengan a Mí los que necesitan curar sus almas, porque Mi Manto los cubrirá y sanará todas sus heridas.
Vengan a Mí todos Mis hijos, los que Me sienten y los que aún no Me conocen. Mi Amor de Madre los espera a todos, para que podamos construir la esperanza que será la puerta por donde Mi Hijo, el Redentor, entrará definitivamente en sus vidas y los liberará para siempre de las cadenas que los mantienen atados a los abismos del dolor y del miedo.
Vengan a Mí, hijos de Dios, que el Cielo tiene un lugar preparado para cada uno de ustedes, y Mi Hijo, el Salvador, ya está llegando.
Vengan a Mí, queridos Míos, no se demoren; lleguen hasta Mi corazón antes de que las puertas de sus corazones se cierren definitivamente.
Vengan a Mí, que Yo los espero como los he esperado siempre, con Mi amor de Madre, cálido y lleno de consuelo.
Vengan a Mí, pequeños hijos. Vengan a Mí, que los estoy esperando.
Los amo y los bendigo.
Agradecida por estar hoy Conmigo.
María, Madre de Dios y Madre de toda la humanidad
Queridos hijos Míos:
Hoy Mi Corazón materno retorna a sus vidas para animarlos a caminar en la consagración de sus corazones a Mi Inmaculado Corazón. Hoy el Sagrado Corazón de Jesús los reúne en torno a Su Sierva fiel, la Virgen María, para que muchos hijos se confirmen como soldados de la Luz.
Hijos Míos, hoy el Cielo congrega almas y corazones que deberán estar dispuestos a caminar en Dios por las almas que no caminan en Dios, a sacrificarse por las almas que no se donan al Padre y a amar por las almas que no aman a Dios.
Como lo hizo una vez el Ángel de la Paz, antes de Mi llegada a Fátima durante el siglo pasado, los Ángeles del Señor hoy preparan, junto con los Ángeles de la Guarda, el esperado regreso de la Señora del Cielo, mes a mes.
Mi Voz maternal se anunció por primera vez en Fátima el 13 de mayo del año 1917. Ahora, Mi Mensaje, en este tiempo, retorna más fuerte y preciso, porque Mis hijos deberán despertar al llamado de la conversión.
En este día, descenderán Conmigo los ángeles del Reino de Fátima, las mismas resplandecientes consciencias de Luz, que junto con el Inmaculado Corazón, redimieron a toda la humanidad a través de la pureza y de la oración.
Hoy los invito a ingresar al Reino de Fátima, al Reino Angelical que fue manifestado cuando Mi Corazón se anunció en Fátima al mundo, con el fin de alcanzar la paz en toda la Tierra.
Queridos hijos, por esto les pido que en sus oraciones protejan con el amor a todos los Centros Marianos que fueron fundados por la Virgen María, la Reina del Cielo. Como en cada Centro Mariano, en el Centro Mariano de Fátima, el Reino Angelical de Fátima cumplirá con una tarea importante en la salvación de las esencias de la humanidad.
El Centro Mariano de Fátima socorrerá espiritualmente a las almas para que, en los momentos culminantes, sean conducidas hacia la Luz. Los Centros Marianos no solo son Santuarios de devoción, también son puntos celestiales en donde Dios, a través de la Madre del Cielo, sembró la Luz para el mundo.
Vean que, a través del Reino de Fátima, podrán despertar a la pureza del alma y del corazón. Vean que, en el Reino de Fátima, sus caminos se podrán enderezar y la sabiduría de los ángeles podrá guiar sus pasos.
En el Reino de Fátima, Mi Inmaculado Corazón alcanzó a reunir, por medio de la oración, a todas las almas del mundo y así, una vez más, la paz se expandió por todos los confines de la Tierra.
Queridos hijos, recordando este día 13 de abril, Mi llegada a Fátima el 13 de mayo de 1917, Yo los invito a gestar en sus corazones un amor profundo por el Reino de Fátima, permitiendo así que los Ángeles de la Guarda los conduzcan por los senderos seguros del camino espiritual.
Vean la grandeza de Mi Obra Mariana a través de los Centros Marianos y sean partícipes, junto a Mí, del Reino de la Paz.
Quiero que más hijos Míos puedan reencontrar el camino hacia Dios, a través de cada Centro Mariano y ustedes, los peregrinos, deberán ser los guardianes de los Portales de Luz que Mi Corazón abrió en cada Centro de devoción, a través de la oración.
Que el Reino de Fátima pueda despertar Mi Pureza Virginal en sus esencias y que descubran a su lado la presencia angelical.
¡Les agradezco a todos Mis hijos por responder a Mi llamado!
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz y Señora del Santo Rosario
¡Alabado sea Jesús, queridos hijos de Rio de Janeiro!
Por primera vez en la historia de Mis Apariciones, Mi Inmaculado Corazón recibe el permiso celestial de descender en Gloria y Misericordia sobre su necesitada ciudad de Rio de Janeiro.
En honra al Sagrado Corazón de Jesús, los llamo en este día a abrir verdaderamente sus corazones a Mi Corazón, para que así Yo tenga el permiso de llevarlos a Jesús Cristo.
Queridos hijos, después de tantos meses y años en que Mi Obra se viene cumpliendo en esta parte de América junto con el Centro de Medjugorje, Mi Mensaje fundamental para todos ustedes es: ¡Paz!, ¡Paz!, ¡Paz! Si ustedes no intentan vivir en paz, ¿cómo llegará el Reino de los Cielos hacia sus pequeñísimas vidas?
Por eso, queridos hijos, que la paz reine entre ustedes, para que después pueda reinar en las ciudades y en los pueblos; principalmente la paz debe reinar en las familias, para que así Mi Hijo Jesús reciba el permiso de reinar con Su Luz redentora en sus corazones.
Hijos Míos, que la paz sea la tónica de esta época. El mundo deberá estar en paz para poder estar así en los Brazos de Dios, y eso será posible, hijos amados, cuando tan solo oren el Rosario con el corazón.
Queridos hijos, en cada Misterio del Rosario tienen las llaves para alcanzar su conversión y encontrar los estados de paz: paz en el corazón, paz en la consciencia, paz en el interior, paz en sus almas, paz en su trabajo para Dios, paz en cada espacio.
En la Paz del Cielo hallarán el alivio para sus recurrentes problemas. Si aún no tienen paz, Mis queridos, es porque primero deberán amar a Dios. Si aman al Padre nunca les faltará el regocijo y así, la Paz será la principal causa que les generará alegría, esperanza y victoria día a día, una victoria divina que puede residir en el corazón de cada ser.
Busquen en ustedes en dónde se encuentra la paz, porque la paz se fortalece con el poder sublime de la oración. La oración trae como repercusión muchas Gracias; entonces, Mis queridos, que la oración sea el motivo verdadero para que puedan vivir en paz.
Si falta la paz, es porque falta la oración. La oración verdadera y sincera es su impulso para el corazón. Sean buenos orantes, porque con el rosario en mano, tienen el camino a su redención, porque el Rosario es la puerta de salvación y el camino directo hacia el Corazón bendito de Mi Hijo, Jesús.
Entonces, Mis queridos, si el mundo en verdad orara a Dios y viviera los Mandamientos, podría estar bajo la Gracia de Dios, se evitarían las guerras y las divisiones entre los pueblos y tendrían un tiempo más de paz.
Cuando los llamo a la oración, los llamo al despertar de sus consciencias dormidas. Hijos, despierten a este importante pedido. Por eso, vengo aquí en esta noche a su encuentro, porque como Madre amo a cada uno de ustedes y daré todo hasta que den el definitivo paso hacia la consagración de sus corazones a Dios.
Sin Dios no pueden vivir, porque sería como un hijo sin su madre. Nada puede sustituir su encuentro interno con el Padre del Cielo. Él espera de ustedes una profunda unión. Dios es el Señor de la Compasión y de la Misericordia, no teman por sus pecados, ábranle paso para que Dios pueda ser el nuevo camino y así sus almas serán difusoras de la Luz amorosa del Padre.
Queridos hijos de Rio de Janeiro, como Madre vengo hasta su ciudad para que las almas dormidas despierten a tiempo, ahora llegó el momento de responder al Llamado de Dios a través de la obra del corazón.
Hijos Míos, para eso tienen a Su Madre, dispuesta a conducirlos por el camino de su pronta redención. Primero, busquen el camino de la paz, porque como Madre y Reina de la Paz, los reúno en torno a Mi Presencia para que recuperen las fuerzas y la voluntad de dar un amoroso sí al Señor del Universo.
Queridos hijos, recuerden que aún están a tiempo de encontrarse con Mi Hijo Jesús. Vengo, como Madre de todos, a buscar a los que fueron llamados por Mi Hijo para una tarea mayor.
Queridos hijos, comiencen hoy donando todo su amor a Mi Corazón a través de la oración.
Que la bendición, que hoy les traigo desde el Cielo a todos los presentes, pueda irradiarse también a los que más la necesitan.
Reciban hoy de Mi Corazón la Misericordia de Jesús, su único Pastor.
¡Les agradezco a todos Mis hijos de Rio de Janeiro por responder a Mi extraordinario llamado!
Los bendice, con amor y compasión,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Que, en este día de oración por las naciones del mundo, juntos y unidos al Padre Eterno, oremos especialmente por la nación Argentina, la cual definitivamente deberá ingresar en la cuenta de la salvación y de la redención.
Queridos hijos, por eso Mi Corazón materno se anuncia día a día a sus vidas, para recordarles la importancia de rezar el Rosario todos los días, en espíritu de conversión y de paz, en el mundo entero. Cuantos más grupos de oración cumplan con los simples, pero magníficos pedidos divinos, muchas circunstancias en la humanidad podrán evitarse, muchas almas encontrarán la paz y la conversión que tanto buscan.
Como Madre del universo, les traigo todos los días la única Estrella guía que los llevará a encontrar el amor y la paz. Esta Estrella guía se llama Cristo Jesús, el Rey salvador y redentor del universo.
Busquen a Jesús, aspiren a estar en el Corazón amadísimo de Mi Hijo, Él tiene Su divino Corazón de Luz abierto perpetuamente y eternamente para aquellos que digan sí y se animen a ingresar en el Templo redentor del Corazón Sacratísimo de Jesús.
Hijos Míos, por este motivo, hoy los llamo a convertirse en verdaderos difusores de Mi llamado por la paz y por la redención, el camino más correcto será a través de sus corazones que podrán transmitir el amor que muchos no poseen, la paz que tantas almas buscan en el mundo, la serenidad y la fe que muchos corazones han perdido en este tiempo.
A través de sus puros, humildes y simples corazones, Jesús, el Rey salvador, podrá irradiar Sus Dones porque, hijos Míos, una vez Él dijo: “Por el poder del Amor de Dios, Mi Espíritu salvador estará presente entre Mis compañeros, obreros y servidores de la Misericordia”.
Entonces, Mis queridos, que este encuentro en Salta con la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, los aproxime al encuentro con el Salvador, con Mi amado Hijo, Jesús de Nazaret, ahora el Rey Jesús del universo.
Queridos hijos, como Madre peregrina, acompañaré sus pasos todos los días de sus vidas. Por eso, podrán unirse a Mí a través del Santo Rosario y de todas las oraciones que proclamen la Luz y la Paz del Señor.
Que, en este día, sus corazones se renueven a través de la oración del corazón, porque desde sus corazones puede brotar la llama de vida y de paz que representa a Mi Hijo, el Salvador del mundo, Cristo Jesús.
¡Les agradezco por escuchar con atención Mi nuevo llamado!
Los adora siempre, desde el Cielo,
María, Madre y Reina de la Paz
Queridísimos hijos:
Hoy los reúno a todos ustedes porque, en el nombre de Mi Hijo, sus pequeños corazones están en Mis brazos, para que puedan así sentir la maternidad y el amor transformador de Mi Inmaculado Corazón.
Por este motivo, queridos hijos, que todas sus intenciones se eleven por amor hacia los Cielos, para que Mis manos puedan recoger las necesidades de sus seres, necesidades espirituales que son escuchadas por el gran oído de Mi Corazón.
Hijos Míos, hoy derramo muchas bendiciones sobre sus corazones, para que ellos así puedan reconocer el poder de la Misericordia de Dios.
Queridos hijos, que sus almas encuentren reposo y refugio en el Corazón de Mi Hijo, porque en él, Mi Corazón los guiará a través de los pasos que sus consciencias deben dar hacia el Señor.
Que sus ojos vislumbren el gozo de Mi espíritu, que sus manos estén en constante oración y devoción para que puedan ser distanciados de las normalidades del mundo, porque son planes del enemigo sobre Mis hijos que despiertan a la conversión.
Para que se cumpla el plan de Mi Paz, sus oraciones fortalecerán la venida de la Misericordia de Mi Hijo sobre la humanidad.
Por eso, durante esta noche, vayan en absoluta y agradecida paz, porque Mi Corazón los contempla y mañana, en un nuevo día de bendiciones, Yo los aguardaré desde el Cielo para después descender e irradiarles Mi Amor materno.
Que sus corazones abiertos sean partícipes del Amor de Dios. Nunca se cansen de amar lo que Dios les envía para aprender. Todo es contemplado por el Corazón Universal de Dios.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
Los ama siempre,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Desde el Corazón del Universo vengo hoy a vuestro encuentro. En el nombre de Jesús, Mi Alma Maternal viene a curar y restaurar corazones.
Queridos hijos:
Hoy los invito nuevamente a que ingresen dentro de Mi Inmaculado Corazón para que vuestras moradas, a pesar de todo, puedan encontrar, ver y sentir la Presencia Omnipotente de Dios. Si ustedes tan solo ingresaran a Mi Inmaculado y Materno Corazón, vuestras pequeñas vidas estarían saciando la gran sed que Mi Hijo tiene por todas las almas.
Hijos Míos, que hoy vuestros corazones sean manantiales que emanen amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Queridos hijos, que vuestras esencias sean como aguas inagotables que, convertidas en ríos de Misericordia, sacien la sed de amor y de paz de todas las almas del mundo mediante el servicio.
Como Madre del Universo y de la Tierra, hoy llego para manifestarles Mi Amor en un tiempo de fuertes cambios en la consciencia y en la vida de todos Mis hijos.
Pequeños hijos, ante las faltas graves que comete la humanidad día a día, hoy los invito a considerar vuestra vida de oración un ejercicio que repare el Reino de los Cielos. Por eso, que vuestras vidas nunca olviden encontrar al niño interior porque así Mi Hijo derramará sobre ustedes los Dones y las Gracias de Redención y de Misericordia.
Si el mundo solo orara un poco más, la Luz del Altísimo sería otro manantial que calmaría la sed de todos Sus hijos. Pero mientras existan corazones cerrados a Mi Llamado Maternal, a Mis hijos solo les bastará crecer como crece una semilla desde el interior de la tierra. Pero a esa semilla no le podrá faltar el Agua de Vida, el manantial inagotable que hace emerger los verdaderos corazones en las criaturas.
Venerables hijos Míos, estoy aquí para enseñarles a caminar bajo el Amor de Dios y para que vuestros ojos no pierdan de vista la Misericordia en el horizonte.
Queridos hijos, hoy los invito a amar la Creación como Dios la ha manifestado para todos, y eso comenzará a través de vuestro amor a la magnificencia de los Reinos del Señor.
Orando con fervor por este mundo, Yo los llamo para que, durante este día, permanezcan en Mi Reino Maternal de Amor porque ustedes lo necesitan y también la humanidad. Por eso hoy, inundemos de amor a los corazones vacíos y sin Dios.
¡Están a tiempo de cambiar desde el corazón! Para eso ¡Yo estoy con ustedes!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En este tiempo se debe tener un corazón puro y, para vivir con un corazón puro, se debe orar con todo el amor puro; y, para orar con todo el amor puro, se debe estar día a día en el Corazón de Mi Hijo.
En el final de estos tiempos, las almas se debilitan por las influencias que reciben de parte del enemigo y de los diferentes estados de la humanidad. Esto genera consecuencias, a veces irreparables, en muchos corazones que, dentro de la vida de ilusión, creen estar en el camino correcto.
Como Madre Protectora, los invito día a día a la oración para que, en este tiempo definitivo, vuestros corazones perciban y sientan qué es lo verdadero, sano y bueno para la vida. Si caen en la normalidad de este tiempo rápido, no se desanimen, más aún, despierten en vuestros labios el poder de la oración. Y cuando sientan que no pueden caminar, llamen por la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
Si las almas leyeran Mis mensajes, Mis palabras las fortalecerían y, a través de la oración, ellas podrían caminar en el amor y en la valentía. Las almas que en este tiempo habitan sobre este mundo no son las mismas almas del ayer. Este tiempo de cambios y de transformaciones deberá ser apoyado por vuestra amorosa y fervorosa oración del corazón.
Queridos hijos, de esa manera se ayudarán a ustedes mismos y auxiliarán a muchos corazones que claman por alivio y por perdón. Dios los espera para caminar a Su lado en este final de los tiempos y llegar hasta las profundidades de los abismos para que alas de este mundo se vuelvan a erguir y a reconciliarse con el Altísimo.
Ustedes, Mis queridos hijos, están en el tiempo de la definición del camino espiritual de millones de consciencias. Por eso, la oración será el perfecto amparo en este momento, y Mi Corazón Materno los socorrerá siempre que Me llamen.
Queridos hijos, hoy les doy Mi Perdón y Mi Luz Celestial porque los amo y sé qué es lo mejor para cada uno de ustedes.
Los espero siempre en oración.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más