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Queridos hijos:
En este día los invito a contemplar el Plan de Dios y Su Propósito en cada acción de la vida, en cada servicio, en la realización de Su Divina Voluntad.
Hoy los invito a amar ese Plan incondicionalmente y a no rechazarlo como lo hace la mayoría de la humanidad.
Queridos hijos, de esa forma, ustedes, amando el Propósito por encima de todo, siempre estarán en el camino correcto y en la dirección correcta y nunca dejarán de atender a las necesidades que se presenten en la vida.
Amar incondicionalmente el Plan de Dios para que el mismo se cumpla significa renunciar sin comprender y aceptarlo con toda la apertura interna de sus corazones.
Millones de almas buscan, por diferentes caminos, saber sobre su propósito en esta vida y eso las lleva a perderse por los caminos ajenos a sus capacidades.
Quisiera, hijos Míos, que comprendieran que aún existen consciencias que, habiendo recibido el llamado en sus vidas, decidieron por su parecer apartarse del Divino Propósito del Padre.
Yo les pido a todos ustedes que, conscientes del camino de oración que en estos tiempos están realizando, solo busquen cumplir amorosamente con lo que se les pide, sin ninguna crítica ni juicio.
El Bien Mayor es muy grande y ustedes aún lo desconocen porque la humanidad siempre está sumergida en las leyes de la materia.
Para que sus corazones sean consecuentes con el Plan de Dios, los invito a adoptarlo y a vivirlo para que esa experiencia multiplique en ustedes la confianza absoluta de que todo lo que están viviendo forma parte de una sabia e infinita Voluntad Mayor.
Hoy les dejo esta instrucción, queridos hijos, porque ya no hay tiempo que perder, solo les bastará la fe y por la fe caminar hacia adelante.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los concientiza sobre la Vida Superior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Liturgia de la Vida
En el universo, hijos, la vida por sí misma es una liturgia permanente.
La hora de reposar los cuerpos es la hora de meditar en el Propósito divino, de reconfirmar al propio espíritu en su adhesión a los Planes de Dios y al camino evolutivo que Él propone a Sus criaturas.
La hora de despertar es la hora de ofrecer al Padre cada acción, cada movimiento, pensamiento, sentimiento, cada vibración emitida, para que todo sea por la manifestación de Su Voluntad.
Cada trabajo que se realiza, cada contacto que hacen los unos con los otros, todo es para que se establezca la paz y por la evolución de todas las criaturas, nunca solo por la propia evolución.
En el universo, no existe el individualismo: la consciencia de la unidad y de la fraternidad es viva.
Los seres saben, desde el principio de su evolución, que para crecer y llegar al Origen de Todo, deben vivir la unidad con todos. Saben que para llegar al Creador de todas las cosas, es necesario estar unido a todo lo que Él representa y, reconociendo que Su Esencia divina se multiplicó en toda la Vida, los seres conscientes viven la unidad con todos.
En la vida universal, antes de actuar, los seres ofrecen al Padre sus acciones y preguntan a sus esencias, que representan la unidad con Dios, cuál es el mejor paso para dar. La confianza en el Creador está por encima de todas las cosas. La certeza de que Él habita en el propio interior y ahí interactúa con Sus criaturas es lo que fortalece constantemente a Sus hijos, para que no salgan de Su Camino ni de Su Guía.
Les digo eso, hijos, porque la Tierra debe ingresar en el tiempo del Universo y eso comienza con la transformación de cada consciencia. Ustedes deben aproximar sus vidas a los patrones de vida universales y, para eso, es hora de reconocer y de recordar los principios de esa vida.
Hagan, de cada día, una liturgia viva: que todas las horas sean momentos de encontrar a Dios; que todas sus acciones sean motivo para buscarlo, y que las liturgias y momentos de oración, que ya conocen, sean el alimento que nutre las almas y las fortalece; sean oportunidades de interceder por aquellos que están dormidos y por los que no conocen la paz; oportunidades de clamar por los Reinos de la Naturaleza y de aproximarse más conscientemente a la Verdad.
Es hora de despertar para la liturgia de la vida.
Si ustedes viven lo que les digo, en poco tiempo, comprenderán por qué les enseñé estas cosas.
La liturgia de la vida es la puerta al cosmos.
Los amo y los bendigo siempre.
Aquel que vive en la oración permanente a Dios,
San José Castísimo
Reglamento Espiritual y Cívico para los Hijos de María
Queridos hijos:
Por razones del fin de los tiempos y por el comienzo de la purificación interior de las almas emito para ustedes este básico reglamento de consagración de los Hijos de María, quienes, al firmarlo, estarán aceptando las bases de esta consagración y de este reglamento que les ayudará a todos a mantenerse dentro del Propósito y dentro de la Ley de la Jerarquía, la Ley del Amor.
Este reglamento nace para responder a la necesidad de cuidar de todos los Hijos de María; no solo de su consagración como Hijos, que tiene un valor espiritual, sino también para proteger la Obra dentro de valores éticos, morales y cívicos.
Recuerden que los afiliados a Asociación María, Madre de la Divina Concepción, se registran dentro del espíritu absoluto de aceptar la propuesta que los Mensajeros Divinos presentan en este ciclo.
Asociación María es la madre legal y espiritual que protege la consagración de todos los Hijos de María dentro de la vivencia de valores crísticos de espiritualidad, como también dentro del equilibrio moral, ético y mental.
Dada la necesidad espiritual de que la consagración quede más clara, que Su Madre Celeste les está presentando en este día el básico reglamento espiritual y cívico que los Hijos de María, consagrados y por consagrarse en el futuro, deberán aceptar y enviar firmado, concordando con la propuesta y asumiendo total adhesión y confianza a la guía de la Jerarquía Espiritual. Es por esa razón fundamental que cada Hijo de María, consagrado hace tiempo o recientemente, tendrá que hacer votos ante la Jerarquía comprometiéndose a lo siguiente:
Primero
Mantener una vida de oración por la redención de sí mismo y del mundo. Mantener un ritmo de oración diario por la paz y por el cumplimiento de los Planes del Creador.
Segundo
Un Hijo de María consagrado asume total adhesión y obediencia a las indicaciones e instrucciones que recibe de Asociación María, ente ecuménico y espiritual que lo ampara y lo acompaña en su camino interior.
Tercero
Todo Hijo de María, una vez consagrado, asume desvincularse de cualquier movimiento, doctrina, grupo, asociación social humana o espiritual de cualquier índole que se oponga a los valores asumidos de una vida de oración, de servicio, de misericordia y de caridad inspirados por los Mensajeros Divinos. Eso significa, hijos, que cada Hijo de María, una vez consagrado, asume la propuesta planteada por la Santísima Virgen y también firma en este documento su desvinculación espiritual, moral o humana de cualquier movimiento espiritual que no sea de la cristiandad enseñada por el Reverendísimo Señor Jesucristo según Su Evangelio e Instrucción.
Cuarto
Asociación María, como guardiana y portavoz de todos los consagrados Hijos de María, tiene la autoridad, el permiso y la responsabilidad ante cada uno de ellos, de indicar, notificar, orientar, acompañar y determinar su desafiliación del ente por las siguientes razones:
A) Cuando se presenten problemas mentales que determinen que la persona por sí misma no pueda asumir su propia consagración ni tampoco pueda ser asumida por algún responsable.
B) Por razones evidentes de que mantenga, en forma paralela, cualquier vínculo espiritual y humano con otros movimientos que contradigan el ecumenismo cristiano y que estén fuera de la propuesta de ser Hijo de María.
C) Ante cualquier situación, sea espiritual, mental o humana que le impida asumir su propia consagración o que ponga en riesgo y comprometa a Asociación María o a otros hijos consagrados.
D) Por difamación, maltrato verbal, social o público de la Obra de la Santísima Virgen María o por estar generando confusión, comentarios o cualquier tipo de movimiento individual o grupal que comprometa los valores del respeto, de la fraternidad y de la transparencia ejercidos entre los miembros registrados en Asociación María.
E) Por fallecimiento. En este caso, al Hijo consagrado se le dará de baja de la Asociación, guardando entre todos los Hijos consagrados la presencia de esa alma en el Reino de los Cielos. Asociación María emitirá un documento para los familiares correspondientes, avisándoles la decisión tomada.
F) Ante cualquier otra situación espiritual, mental, emocional o humana que comprometa su propia consagración por razones de la purificación de estos tiempos.
Todo Hijo de María asume, a través de este documento firmado, que podría quedar desafiliado oficialmente de su consagración y que acepta abiertamente mantener su consagración interior con la Madre Divina. En caso de ser desafiliado no podrá portar los materiales que recibió al momento de su consagración. Por lo tanto, deberá entregar todos esos elementos para preservar de sí mismo, o de su propia imposibilidad, la Obra de la Jerarquía Celeste.
Quinto
Todos los Hijos de María, a través de este documento que deberá ser firmado por cada uno, asumen y aceptan en confianza cualquier determinación, acción o procedimiento de parte de la Junta de la Asociación María, sobre su posible desafiliación del ente, aquella que lo integra como miembro consagrado de Asociación María. Todo afiliado acepta integralmente cualquier observación o decisión que por razones lógicas pueda llevar a que la propia Asociación tome una rápida determinación.
Este reglamento intenta reforzar el verdadero compromiso de cada consagrado ante la Jerarquía, como una respuesta sana y armoniosa para proteger de uno mismo lo que la Divinidad intenta construir, asumiendo que en el tiempo de la purificación todo es impredecible.
Agradeceré que todos Mis Hijos consagrados reciban de la Junta de la Asociación María una copia de este documento, para que lo antes posible lo retornen firmado para ser registrado y archivado.
Si algún Hijo no acepta este reglamento, pido amorosamente que entregue todos los elementos de consagración y que se aproxime a algún Centro Mariano para orar y pedir luz, porque la consagración es un compromiso asumido conscientemente por amor al Plan.
¡Les agradezco por comprenderme!
Por un fin mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Vengo como la nueva y esperada Aurora, para encender nuevamente los corazones de aquellos que se olvidaron de Dios.
Vengo a traer la cura y la redención para aquellos que se dejaron influenciar por Mi adversario y se perdieron del camino que el Creador trazó para sus vidas.
Yo vengo, Mis pequeños, para restablecer Mi Reinado en los corazones de los que se comprometieron Conmigo y para renovarlos a través de Mi presencia.
Traigo en Mis brazos todas las Gracias del Reino de Dios. Traigo en Mi Verbo la Voluntad Celestial. Para recibir estas Gracias, apenas es necesario que abran sus corazones. Para reconocer esa Voluntad Divina, solo es necesario escucharme y seguirme con atención.
Vengo para recordarles lo sagrado que existe en el suelo que pisan y decirles, hijos, que de la Nueva Aurora surgirá la Luz para disipar la oscuridad del mundo y la oscuridad de los corazones de los hombres.
Vengo para despertarlos, porque no solo los llamo a acudir a Mi Centro Mariano para que sientan paz en sus corazones, los llamo para que, en nombre de la humanidad, digan “sí” al Poder de Liberación que Dios quiere enviar a este mundo tan repleto de atavismos.
Los llamo para que, en nombre de sus hermanos, acepten recibir la cura que el Creador les ofrece a través del Reino de Aurora y no permitan que ese manantial, que no proviene de este mundo, se cierre por la ingratitud y por la indiferencia de los seres.
Hijos amados, los llamo a despertar a la realidad espiritual, porque muchos aún tienen sus prioridades en la propia vida material y no descubrieron que la mayor necesidad de estos tiempos no se encuentra en la propia vida, sino en la consciencia planetaria.
Yo los convoqué desde el principio para ser Mis soldados, aquellos que se trascienden a sí mismos y a sus propios planes, para servir a un Plan Mayor y para que sean instrumentos de Dios.
El Reino de Aurora, hijos, así como todos los lugares sagrados que aún habitan los niveles sublimes de consciencia, surgirá para ser la base de una nueva vida en el planeta; y necesita del esfuerzo, del empeño y del sacrificio de todos, para que pueda vencer todos los obstáculos que impone el enemigo y así cumplir con este Propósito divino.
Hoy, hijos, Yo los llamaré a dejar de lado el sentimiento de patriotismo y apego a sus propias naciones o a sus propios grupos, para que vivan en el espíritu de la unidad y sientan que Dios no crea divisiones en Su Plan, mas contempla una Obra única, de la cual todos forman parte.
Yo les demuestro y les demostraré todos los días que no existen preferencias para el Creador; lo que existen son prioridades y urgencias, que no son solo físicas, sino sobre todo espirituales.
Si responden con consciencia, con amor y en espíritu de unidad a los Llamados de Dios, comprenderán la esencia de Su Amor y de Su Plan sagrado.
Los tiempos actuales, Mis amados, exigirán un esfuerzo redoblado por parte de todos. Tan solo les pediré que se unan a Mi Corazón y a los corazones de aquellos que representan esta Obra en el mundo y que vivan en el espíritu de la unidad, de la fraternidad y de la confianza, sin dejar espacio en sus mentes y en sus corazones para las dudas y juicios del enemigo.
Les pido, Mis amados, que en este día se unan de corazón a la instructora que les envié a la Tierra. Pido que confíen en su guía, como confían en Mi Corazón, porque esa confianza la tornará cada vez más fiel a Dios, así como Yo lo soy.
La unidad y el amor entre ustedes son lo que construirá la fortaleza de esta Obra divina
Los amo y les dejo Mi Paz.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo comienza a tomar consciencia de la necesidad del servicio, y Argentina da los primeros pasos en el equilibrio activo de sus deudas con Dios, Yo los llamo para que no detengan sus pasos. Que cada misión sea una puerta que se abre hacia una mayor posibilidad de redención en el mundo.
Mis misioneros en Chaco están comenzando a tomar consciencia de la tarea espiritual que realizan, y sus corazones ya pueden sentir un poco más el Propósito de Dios.
El sufrimiento de la consciencia indígena está siendo aliviado, pero, como les dije, esta es una puerta que se abrió para que ustedes continúen en un largo trayecto de reparación y de redención.
Para que Argentina se convierta en una nación apta para ser la cuna de la Nueva Humanidad, así como Brasil, Uruguay y otros países de América del Sur, debe existir un mayor espíritu de amor y de fraternidad.
Con pequeños actos de servicio, la consciencia se amplía para conocer la Verdad, que es la Presencia de Dios dentro de todas las criaturas vivientes.
El servicio, hijos, dignifica el espíritu y activa el amor latente en el corazón humano. Es por eso que, ahora que dieron los primeros pasos con mayor consciencia, Yo les pediré que no se detengan.
Los misioneros sentirán en sus corazones la necesidad de que este servicio tenga una continuidad, y Yo les digo que ese sentir es verdadero. Quisiera que otros miembros de esta Obra tuvieran la oportunidad de contribuir con su amor en actos de caridad fraterna, pero, para eso, necesito la disposición interna y material de todos.
A medida que el desajuste espiritual se vaya equilibrando y siendo transmutado en Chaco, por las simples y sinceras acciones de los servidores en la materia, los caminos se abrirán y ustedes encontrarán a los intercesores enviados por Dios, que los ayudarán a proporcionar una vida materialmente más digna a los pueblos de Chaco.
Pero, antes de eso, aún deberán esforzarse mucho para que el amor pueda disolver el dolor que impregna la consciencia indígena hace tantos siglos.
Hijos Míos, el mundo está en sus últimos suspiros de sufrimiento, y enseguida la Justicia de Dios descenderá sobre la Tierra. Esto no es una amenaza, es una realidad. Por eso, lo más importante ahora es aprender a amar verdaderamente, romper las propias estructuras del orgullo, del egoísmo y dela indiferencia, para que, aún en tiempo de Su Misericordia, el Señor les conceda la Gracia de habitar su mundo interior y fortalecerlos para la reconstrucción de la vida material y espiritual en la Tierra.
Yo los amo y, por eso, los impulso a que no detengan sus pasos ahora. Profundicen en el espíritu del servicio y, al final de esta misión, Yo les diré lo que más quiero para Argentina y para América del Sur. Yo los espero atentos y abiertos de corazón para escucharme.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Como Señora y Madre de todo el universo, Me digno a descender a su amado planeta para despertarlos al propósito de la Tarea mayor.
Cerrando las puertas al mal, los corazones recapacitan y son colocados delante de su tarea espiritual e interna, pues llegó el tiempo y la humanidad necesita urgentemente de columnas sólidas para llevar adelante el Plan de la Divinidad.
Esa corriente de Luz no puede ser interrumpida ni cortada por nadie. La oración del corazón los mantendrá unidos a ese Principio Divino y así conseguirán dar los esperados pasos en la consciencia.
Hijos, sabían que el tiempo del Armagedón llegaría. Ahora, encuentran en sus caminos y en sus familias seres hipnotizados por la ilusión moderna de este mundo, y nadie consigue percibir la ausencia del espíritu de la paz.
Sabían que estos tiempos llegarían; por eso, fueron llevados a comprender la Voluntad de Dios, y ahora es necesario e imprescindible que la puedan vivir plenamente.
Hijos, sabían que estos tiempos llegarían. El Padre espera que sean sagrados receptáculos en donde los Rayos de Misericordia puedan derramarse y ser parte de la vida de cada alma.
Queridos hijos, sabían que estos tiempos llegarían. Mientras las cosas más difíciles suceden en esta última humanidad, su Padre Eterno atiende las emergencias, porque si no las atendiera, ustedes no tendrían percepción de las cosas ni de sus realidades y perderían así el sentido de la misión interior.
Ahora, el tiempo indica transparencia en la labor, fueron llamados para participar de la Obra de su Madre Celeste. La necesidad crece y debe ser suplida.
El universo cuenta con la consciencia de todos. Mi Hijo espera poder derramar Sus Dones de Misericordia sobre todos. Con atención, busquen ese Legado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la esencia del Propósito,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La mayor expresión del amor es la aceptación y después, la comprensión de la Sagrada Voluntad de Dios, que se manifiesta en la adhesión definitiva a ese Sagrado Propósito, por el que fueron creados a imagen y semejanza del Padre.
Por eso, hijos, en estos tiempos, reconocer la verdadera Voluntad y vivirla los colocará siempre en el camino correcto y así evitarán sufrir por los errores. Pero reconocer la Voluntad y no vivirla, sería dejarse someter por los modelos de vida que la humanidad construyó, alejando sus vidas de Dios una y otra vez.
Queridos hijos, por eso deseo que todos los días imiten la experiencia de Mi vida, aquella que Yo viví en este mundo a través de la obediencia y de la fidelidad, algo que la humanidad aún no aprendió con firmeza.
Si ustedes aman la obediencia, las puertas se abrirán para conducirlos por experiencias nuevas y para ayudarlos a resolver lo que por inercia hasta ahora no resolvieron. Cada indicación que muestra el universo es única. Dios espera que vivan Su Voluntad naturalmente y que no solo pasen por Su Voluntad, para entender que existe una meta mayor para cada vida.
El Padre espera reflejar Su Divina Voluntad en la vida de todas Sus criaturas, pero la libertad que caracteriza a todos ha demostrado, ampliamente, el abandono y la elección que ha hecho la humanidad por sí misma.
Por eso, hijos Míos, sean como su Madre Celeste; que cada uno de ustedes viva, comprenda y aplique la Divina Voluntad como mejor pueda. Ahora, eso ya no bastará porque la urgencia es grande en este mundo, mundo que vive de colapso en colapso por sus propias voluntades que llevan a la pérdida de muchas almas.
Queridos hijos, los próximos tiempos serán de mayor exigencia para todos, sin importar la escuela que estén cursando en este último ciclo. Su unión sincera con el gran Propósito, sin cláusulas ni términos medios, determinará que el mundo pueda recibir la Gracia Infinita que tanto necesita para no sucumbir.
Hijos, cada uno de sus corazones sabe, ante el universo, lo que vino a cumplir y no quiere escapar de una misión tan importante, a la que amorosamente fueron llamados a vivir en este tiempo.
Hasta el día en el que ustedes, Mis hijos, no tomen consciencia de lo que están haciendo y por quién están siendo guiados, entre tantos millones de almas; hasta ese día, su Madre Santísima estará rezando y esperando una determinada postura de ustedes ante el Plan de todo el universo.
Eso los hará madurar y, si no despiertan, los hará estacionarse en el tiempo. El Cielo espera depositar sus tesoros en los corazones abiertos; si eso aún no ha sucedido es porque la Divinidad está esperando que todos puedan dar un poco más a este Plan y a este Proyecto Divino, y guarden menos espacio para sus propios planes.
El verdadero servidor de Dios es aquel que vive en base a la instrucción y la aplica independientemente de la escuela que esté cursando.
El universo espera hacerlos dignos de recibir las llaves que abrirán las puertas para el surgimiento de la nueva consciencia de la humanidad.
Hijos Míos, en ustedes está la decisión. Nosotros, sus Mensajeros, estamos aquí para guiarlos e indicarles el mejor camino interno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la verdadera Consciencia del Pensamiento de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Deseo que todos los días despierten a la Consciencia Omnipotente de Dios y que desde allí, en el Universo del Amor de Dios, ustedes puedan vivir Su Voluntad.
Para eso, queridos hijos, Yo los invito a buscar todos los días el Sagrado Propósito de Dios. Propósito que muy pocos hijos Míos están cumpliendo, ya que la mayoría se encuentra en el mundo de la distracción, del pecado y de la vida externa.
Hijos, Yo ya les enseñé, a través de la oración del corazón, que ustedes pueden unirse a la vida divina de los ángeles y arcángeles y de todos los bienaventurados. Mi propósito, hijos amados, es que encuentren el camino de la Voluntad y que no pierdan la oportunidad de aprender y de madurar en Cristo.
Cuanto menos vivan esta Voluntad, la purificación y las pruebas tendrán una repercusión muy grande en la consciencia, y les aseguro que eso irá más allá de las capacidades intelectuales y materiales.
Deseo que puedan cumplir con la Sagrada Voluntad, no solo a través del amor, sino también de la unidad y de la hermandad. Como vuestra Madre Celeste espero que por medio de vuestra unión y fusión con el Espíritu Santo alcancen las esferas celestiales, las que los aguardan para ayudarlos a concretar la misión en este planeta.
Por eso vengo en este tiempo para pedirle a la minoría que asuma la mayoría de las obras; deseo verlos fuertes en el camino y humildes en vuestras ideas.
Hijos, Yo soy quien los guía. Vengo del Cielo para traerles Mi Paz. Sigan Mis pasos. Yo no los haré sufrir, les haré conocer el Amor de Dios, Amor que espera todos los días transfigurar vuestras vidas.
Queridos hijos, por lo menos piensen en lo que les digo, siempre Mi Corazón los comprenderá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la máxima Voluntad del Creador,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como una Sagrada Consciencia de Luz desciendo al mundo, después de haber recorrido los universos en búsqueda de las almas y de las consciencias no redimidas.
Así Mi manto, el que vuela sobre el universo, guarda en su interior a todas las almas que no alcanzaron la paz ni la redención.
Yo soy la Reina del Universo, Mi soberanía no es de este mundo, sino de otros. Yo provengo del décimo segundo Cielo, en donde la Gran Consciencia de Abba manifiesta el poder de Su Amor y la Omnipotencia Humilde de Su Voluntad.
Desde ese Reino Sublime proceden todas las formas, y los sagrados espejos de la oración participan allí de un encuentro interno cada vez que se encienden en oración y en fe. Muchas fuentes brotan en el Reino de Abba, las que manifiestan los dones y las virtudes para las almas.
En el Universo Celestial la unidad es la esencia de vida, y la obediencia a los principios es la virtud de los santos. Vuestra Madre proviene de ese Reino y, todos los meses, Yo desciendo a la Tierra para recordarle que nunca debe olvidarse del Propósito Infinito que la guía; Propósito que la ha creado y que la ha llevado a perseverar a lo largo de los tiempos.
Yo soy la Fuente Perpetua de la Oración, la que irradia a todos los corazones que se abren para reconocerme como la Madre y como el Principio de Paz para todos.
Hacia esos Reinos quiero llevarlos. Deseo que vuestras consciencias y que principalmente vuestros corazones, se expandan en amor y en fe para que algún día encuentren el mismo Reino, el que vuestra Madre encontró después de Su Asunción.
Mi compromiso eterno es elevarlos espiritualmente hacia ese Reino, desde esta consciencia terrestre y perdida. Si el mayor número de almas ingresara en la escuela de los espejos de oración en una sana actitud interior y de corazón, nuevas bases divinas y profundas para la vida planetaria podrían manifestarse y transmutar una parte de la consciencia del planeta.
Vuestro reloj está marcando la hora de la determinación, la que no deberá estar impulsada por un sentimentalismo sino por la fe y la devoción de creer todos los días que un Reino Mayor los espera.
Es por esa razón mayor que hoy estoy aquí con ustedes, así como lo estoy hace 34 años en la Colina de Medjugorje, esperando pacientemente el cambio de la humanidad.
¿Quién habrá entendido Mi mensaje?
A través del Reino de Medjugorje he transformado vidas y he salvado corazones por medio de las obras de Misericordia y de Paz que muchos corazones viven. Espero que ustedes sean parte de esa obra de misericordia y que se decidan a dejar de ser un peso para la manifestación del Plan.
Hijos, espero que dejen de insistir con vuestras ideas, pues así ustedes estarán tapando vuestros ojos con los velos de la resistencia y dejarán de ver en el horizonte el Propósito de Dios, aquel Propósito que desde el principio los convocó.
Por eso, queridos Míos, vengo para pedir la colaboración de vuestras almas espejos para que ellas cumplan la tarea que vinieron a concretar Conmigo en esta nueva historia que Dios está escribiendo en Su Corazón.
Los Espejos del Cielo, las Fuentes de Misericordia esperan almas vacías; almas libres de sí mismas, que desterraron el poder y la conquista mezquina para que, junto a la Madre del Mundo, sean depositarias de los Dones de Dios, dones que transformarán la Tierra.
Esta es Mi última convocatoria, ya he rogado por ustedes. Abandonen las viejas costumbres y sean dignos de escuchar Mis palabras, así los espejos celestiales ayudarán al planeta. Les dejo Mi aspiración de verlos transformados en Cristo.
Hoy Medjugorje cumple 34 años de encender los espejos orantes de la paz. Y ustedes, Mis hijos, ¿qué decidirán ser en esta era?
¡Les agradezco por responder con constancia a Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de Medjugorje
Como el Soplo del Espíritu Santo sobre los apóstoles de Cristo, hoy este Soplo Divino inunda sus espíritus, para que viviendo el ciclo de la rehabilitación interior, confirmen ahora su unión con Cristo, Nuestro Señor.
Así, Mi Hijo encontrará apóstoles dispuestos a servirlo por encima de todo, porque verdaderamente su purificación es el preámbulo para ingresar al estado de la Consciencia Divina.
Entre sus seres terrestres y el alma de cada hijo Mío no puede existir ningún abismo que los separe del Propósito y del cumplimiento de la tarea que Mi Hijo les encomendó desde el principio.
Ahora, este Soplo Divino los llevará al descubrimiento de todo aquello a lo que le ha llegado la hora de vivir su muerte para que, cruzando el portal hacia los Cielos, sus células se divinicen en Cristo, el Señor.
Entre un ciclo y otro encontrarán los abismos de la consciencia, abismos que deben ser iluminados por el poder del amor y de la unidad entre las almas. Esta es la llave que les abrirá la puerta a la liberación de sí, y crean desde ahora que deben dejarse amar y deben abandonar el calvario que por incomprensión están viviendo en ustedes mismos.
Sus almas deben estar en constante unidad y fraternidad, los pareceres y las ideas concretas ya no pueden reinar en el pensamiento colectivo de las almas. Su fuente de renovación debe ser el Amor de Dios, Amor que todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo entiende.
Así, estarán libres de mirar todo el tiempo la imperfección y despertarán a las virtudes de la unidad y del amor que Mi Hijo les enseñó. Por eso, hijos, están a tiempo de recapacitar y de no permitir que las ideas de Mi adversario invadan por completo sus consciencias.
Ya comenzó la batalla espiritual del fin de los tiempos que vendrá de la mano de la purificación acelerada e intensa que muchos enfrentarán, para después poder ingresar en el Reino de Dios.
Durante la batalla, será el momento en el que deberán estar más unidos que nunca, para que el Soplo Divino de la Sabiduría los coloque siempre en el camino correcto. De esa forma, podrán colaborar y ayudar a que todos los que se perderán, por ignorancia o por engaño, se coloquen en el camino correcto.
Sean testigos de todo el Legado Divino que les ha sido entregado. Nada es por acaso, ese Legado será su fortaleza y su conocimiento, así como también lo serán Nuestros Sagrados Corazones.
Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado por la paz, en este tiempo de batalla espiritual del fin de los tiempos.
Los reúne en el Corazón Luminoso de Cristo,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como una Estrella-Sol desciendo al mundo para iluminar los abismos de los corazones heridos y, así, rescatar a las almas de la perdición. A cada una de ellas le entrego la fuerza para poder proseguir, para que luego encuentren el nuevo camino que las llevará hasta Cristo.
Yo Soy la Estrella Universal que desciende sobre la humanidad para salvarla y volverla a colocar en el Propósito de Dios. Indico el camino a recorrer, así ninguna esencia de Dios pierde la Gracia de volver a reencontrarse con su cristo interior.
Yo Soy la Estrella del Mundo, la que señala el advenimiento de Cristo a los corazones, la que se suspende en el cosmos para irradiar el Amor de Dios y la que enciende el fuego de la nueva devoción.
Yo Soy la Estrella Guía de los navegantes, de las almas buscadoras de la redención, de los que esperan con paciencia la llegada de la Gracia y el gran día del perdón.
Yo Soy la Estrella del Cosmos, soy la Luz que proviene de Dios, soy el Espíritu de la Pureza, soy la Divinidad Espiritual del Creador, porque Mi Corazón brota de Su Amor Castísimo y Su Omnipotencia se expresa a través de la unidad perfecta de la Creación.
Yo Soy la Estrella de la Esperanza, soy la Madre que trae el espíritu de la redención, soy la que obra en nombre de Cristo y la que construye el nuevo templo interior.
Yo Soy la Estrella de las esferas celestes, soy aquella Ave que busca Su nido en la morada de los corazones humildes, soy la Madre que gesta a la Nueva Humanidad.
Yo Soy lo Puro, lo Invencible, soy lo Simple y lo Humilde, soy la Madre Curadora que cicatriza con Su Amor todo dolor. Soy la que guía a los perdidos, soy la que purifica el corazón, soy la Madre que limpia las manchas, soy la Reina del Amor.
Vengo a este mundo para buscar a Mis hijos. Desciendo en Gloria para llamarlos porque ya es la hora de despertar del sueño ilusorio. Vengo para establecer la paz en cada mundo interior. Vengo para que descubran la vida que se vive en las estrellas. Vengo por última vez para socorrerlos y para que emprendan vuelo hacia el Cielo. Vengo a buscar lo mejor de cada uno y a despertar las sagradas virtudes que Cristo les dejó.
En este tiempo vengo para que se preparen en consciencia y corazón para recibir a Cristo, vuestro Pastor. No dejaré sola a ningún alma, pero les pido que siempre recen Conmigo, para que todos sean merecedores de la paz y despierte en vuestra consciencia el arrepentimiento, así estarán libres del peligro y de los asechos del adversario. Sean inteligentes y buenos, sean mansos, humildes y verdaderos en este tiempo.
El mundo es una mentira, pero las almas son la plena verdad de Dios. Busquen los caminos correctos para tener resultados correctos. No se permitan ser engañados, el único consolador es Jesucristo. No busquen esperanza en nadie, sino solamente en Dios, el Padre Celestial. De Él recibirán la fuerza y el poder, de Él podrán tener esperanza para caminar. Solo sean verdaderos y nada les pasará. Pues el tiempo de la mentira mundial sucumbirá y vuestros corazones deberán estar prontos para orar con fervor y perseverar.
Únanse a Mi Hijo y adórenlo. En Él está la salida, en Él está el camino al Paraíso.
Agradezco a Brasilia, al Centro Mariano de Figueira y al Centro Mariano de Aurora por haber preparado este especial encuentro.
¡Bendiciones de Paz en este día para Mi hija María Shimani!
Les agradece,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
El mundo vive su propia perdición y no se da cuenta. Por eso, Yo vengo a rescatarlo, a advertirle y a socorrerlo.
Como en otros tiempos lo he hecho, queridos hijos, Yo los llamo a prestar atención en estos tiempos finales. Deben medir cada paso que dan en estos tiempos, cada actitud interior y cada expresión. Eso definirá, en ustedes, los próximos caminos; pero si ustedes se mantienen unidos a Mí, a través de la oración, nada les podrá pasar; solo podrán aprender y crecer, así como Dios lo prevé en cada una de sus vidas.
El mundo sufre, a lo largo y a lo ancho de este planeta, y Yo vengo a socorrerlo, día a día, a través de Mi oración. Si ustedes son perseverantes Conmigo, en la tarea mariana, podría seguir derramando Mis Gracias sobre aquellos que no las merecerían.
Yo necesito de ustedes corazones plenos y dispuestos a servirme, para que todos puedan cruzar el umbral de esta gran transición. Yo Me pongo delante de ese gran umbral para que ustedes puedan recogerse dentro de Mi Corazón Inmaculado, Aquel que está siendo llagado y herido por el mundo, Aquel que se oferta a ustedes todos los días de la vida como Espíritu pleno de Dios manifestado, como el Amor de Dios entre ustedes, y para que sus caminos sean caminos que los lleven al encuentro del Señor Jesús. Así, queridos hijos, ustedes construirán los nuevos puentes que muchos están rasgando y quebrando por acción de su propia voluntad.
Yo vengo aquí, queridos hijos, para que ustedes entren en comunión con el mundo espiritual, que está muy olvidado, en el que muchos no colocan su corazón y no pueden recibir las Gracias que tanto necesitan. El puente para llegar a ese gran mundo espiritual será la perseverancia y la constancia en su oración. Así, podrán encarnar, en ustedes, los atributos del Espíritu Santo; aquellos que aguardan estar vivos en ustedes para que el fuego los pueda iluminar, los pueda curar y convertir.
Queridos hijos, Yo pongo a disposición de ustedes al Espíritu Santo de Dios, Aquel que debe ser buscado en estos tiempos porque muchos lo olvidan, cambiándolo por otras cosas, por las cosas materiales y mundanas. Por eso, Yo emito Mi último eco, para que los oídos del corazón lo puedan escuchar y de esa forma se puedan preparar ardientemente con el fuego de la oración y de la devoción, que los mantendrá firmes y seguros en el camino de la paz, en el camino de la redención.
Hijos Míos, Yo vengo a buscar en ustedes aquello que nunca han querido darle a Dios. Sí, Yo vengo a buscar sus miserias y Me dispongo, como Madre Universal, a transformar sus miserias en Luz y en Amor. Por eso, Yo bajo a estos mundos para poder convertir a las almas y hacerles recordar que deben estar en Dios antes del gran ciclo de la transmutación del planeta. Por eso, a través de la unión con Mi Hijo Jesús, Yo los preparo, Yo los uno con Su Corazón Sagrado y no dejo que se separen ni un momento de Él; pero ustedes deben permitirlo para que todo se pueda curar y redimir.
Queridos hijos, Yo les repito en esta noche todas estas cosas porque sus corazones no las han escuchado bien y ustedes deben ser Mis apóstoles, apóstoles de Mi Hijo, apóstoles del Redentor, que representen en esta era tan definitiva la llama viva del Corazón de Cristo, Corazón que se redime y se purifica, que se transforma y se entrega plenamente a Dios.
Yo vengo a traerles, queridos hijos, la oportunidad que nunca habían recibido en sus vidas, de que retornen a Dios Padre, el Poderoso; que Me imiten como Yo lo hice en otros tiempos, de una forma simple, humilde y verdadera, viviendo a Dios en el corazón y en el alma, buscando Su Infinito y Su Cosmos para estar dentro de Su Universo Mayor.
Queridos hijos, la humanidad está caída y enferma. Muchos están ultrajando el Corazón de Mi Hijo; día a día, lo hieren profundamente con sus acciones y pensamientos. Por eso, Yo vengo a esta parte de América para poder restablecer la devoción a Su Sagrado Corazón; y esa devoción se alcanzará, queridos hijos, cuando ustedes den su sí verdadero a Dios, que les permitirá cambiar este mundo tan enfermo.
Yo vengo a advertirles, vengo a invitarlos a subir a esta barca salvadora; pues esta es la última vez que Yo paso por este mundo en Espíritu Inmaculado y en Espíritu de Pureza, intentando poder elevar sus células y átomos hacia una iluminación mayor, hacia una transformación rápida de cada partícula de sus pequeños cuerpos. Ustedes deben buscar todos los días vibrar en Dios, aspirar a fundirse en esa vida universal que está muy olvidada por esta humanidad.
Es tan fuerte esto, queridos hijos, que muchos se olvidan de mirar al Cielo e identificar su propia estrella. Como la Gran Estrella del Universo, Yo vengo a encender sus soles, fuego que Dios necesita en estos tiempos, en la misión de poder desterrar el mal de este mundo.
Queridos hijos, grande es la misión de todos ustedes y de los que Me escuchan. Este es Mi último llamado y en sus memorias lo guardarán hasta el fin de sus días.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy los invito, en humildad, a observar el ejemplo de aquellos que vienen a Mi encuentro por primera vez, porque vencieron el miedo de descubrir aquello que por tanto tiempo sabían que existía, porque finalmente confiaron en el amor que les fue entregado al corazón.
Hijos Míos, en estos tiempos definitivos, los invito a la humildad, a la aventura del espíritu, para que puedan lanzarse como niños al descubrimiento del Amor Universal. A aquellos que quieren seguir a Cristo, los invito a profundizar en Mis Palabras, porque transmitidas a lo largo de los últimos años, guardan el Propósito Divino para esta humanidad.
Muchos no escucharon lo que les fue dicho, otros no supieron el valor verdadero y hallaron que las Palabras de la Reina del Cielo eran muy simples y siempre iguales. Pero hoy, les digo, hijos Míos, que un tesoro infinito está guardado en cada una de esas Palabras, y aquel que, realmente sepa escucharlas, encontrará, paso a paso, cómo hacer para llegar al Reino de Dios y traer este Reino al mundo.
Hoy, los llamo, hijos Míos, a la renovación permanente de sus espíritus, para que no vean pasar el tiempo delante de sus ojos y al mundo transformarse en un mundo nuevo sin que lo puedan acompañar.
Hijos Míos, vivan la transformación junto con la transformación de este planeta para que puedan ver, delante de sus ojos, como también dentro de sus corazones, nacer la nueva raza redimida.
Mis queridos, muchas veces hablo cosas que no comprenden, pero solo les pido que abran el corazón, que guarden Mis Palabras en lo profundo de sus seres, porque allí ellas obrarán y, poco a poco, construirán en cada uno de ustedes esta morada perfecta, esta plena fortaleza; y, sin que lo perciban, vivirán el Plan de Dios, porque en realidad, hijos Míos, Él estará viviendo dentro de cada uno de ustedes.
Todas las oportunidades les están siendo entregadas. Solo abran sus brazos y reciban cada una de las dádivas que desciende de los Cielos. Aquel que realmente quiera dar este paso, rumbo al infinito y rumbo a lo desconocido, lo hará; porque, Mis queridos, hoy les digo que las puertas del universo están abiertas delante de sus ojos y de sus pequeños corazones, que mundos que desconocen pueden ser revelados a la humanidad a partir del sí de sus corazones. Pues, como representantes de este mundo, pueden escoger no pertenecer solo a él y decir un sí verdadero a Dios, para que Él revele otros universos, otras realidades celestiales que viven en este mundo y en muchos otros.
Hijos Míos, abran sus ojos, porque este momento planetario necesita encontrarlos despiertos. Hoy, delante de esta puerta universal, eleven sus ofertas a Dios, porque este camino los conducirá a los Pies del Creador, que escuchará sus súplicas y también las súplicas de toda la humanidad, que están guardadas en sus corazones.
Pero no se olviden, Mis queridos, que, ante esta oportunidad de estar frente al portal del Cielo, deben ser intercesores por toda la humanidad, por los Reinos de la Naturaleza, por los que padecen en el infierno y en el purgatorio y que aguardan sus oraciones.
Este es un momento único en el que las almas pueden ser auxiliadas, en el que aquellos que no generaron méritos para su salvación, sí, puedan ser salvados por el poder verdadero de sus oraciones.
Escucho el clamor de sus corazones en esta noche y dejo dentro de cada uno de ellos Mi respuesta maternal, para que ya no sufran por los acontecimientos de sus vidas y de este mundo, sino que aprendan a través de las pruebas que viven, y que maduren, porque verdaderamente les digo que todo lo que viven es solo el inicio de la purificación de este planeta.
Mucho aún está por venir, pero en ese momento ya estarán preparados suficientemente para vivirlo. Por eso, no teman, solo fortalézcanse a través de la oración, a través de la fraternidad y, sobre todo, a través de la unidad entre sus corazones.
Jamás permitan, hijos Míos, que la unidad que Yo construí en sus almas se pueda disolver. A través de Mi Manto, Yo siempre los uno y los protejo, para que nada pueda separar lo que fue unido por el Amor de Dios; para que, como un único ejército de Paz, puedan atraer esa Paz al mundo y disolver definitivamente todo el mal que desea apagar la esencia de Mis hijos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En la Pasión de Cristo, encontrarán el testimonio vivo para su conversión y el aliento para seguir adelante frente a las pruebas; porque nada es tan importante, queridos hijos, en sus vidas. En este momento, queridos hijos, deben buscar estar en Dios todo el tiempo; esa será la señal de su salvación para el Cielo.
En esta noche de Gracias y bendiciones, en la que se congregan todos los universos, he venido especialmente para bendecir a Mis queridos hijos, aquellos que en la perseverancia dieron sus pasos y están siendo testimonios para otros, testimonios de conversión, de amor y de perdón.
También vine a bendecir esta sagrada ermita, que representará la Luz de Cristo Redentor en estos tiempos.
La ermita es el Corazón de Mi Hijo vivo, adonde todos podrán entrar para sentirlo y reconocerlo. Cuando esa ermita palpite en la Luz de Cristo, será por la acción de sus obras. Me refiero, queridos hijos, a sus oraciones, que podrán llegar al Cielo para poder ser recibidas, como muchas veces Yo lo he hecho con ustedes y con muchas personas.
Por eso, con alegría, cantando y en alabanza, vayamos en procesión hasta la ermita para que Yo la bendiga. Que sus velas sean la señal de la luz de sus espíritus.
Canción: “Ave, Ave, Ave María”.
Queridos hijos Míos, en gloria a Dios y a Su Hijo primogénito, bendigo esta ermita que representará al Sagrado Corazón de Cristo vivo para todos, el puente que los unirá con el Universo Celestial, la Fuente de las Gracias y de la Redención.
Aquel que, en humildad, ingrese a este lugar, será tocado por el soplo del Espíritu de Cristo y deberá confiar plenamente que su vida cambiará, y todos sus seres queridos serán tocados por esa llama crística en esta noche de consagración en la que el Cielo y la Tierra comulgan y todas las almas se congregan alrededor del Gran Corazón de Dios para recibir Sus Dones y Sus Virtudes.
Honremos al Creador por esta gran oportunidad y enviemos a todo el mundo, como buenos corazones, un mensaje de paz y de unión que circule por esta Tierra y unifique a todos los espíritus dentro del Gran Propósito de Dios.
¡Clamemos al Dios de las Alturas! Que canten los coros celestiales, que los corazones se alegren, se rediman y se unan a la única Fuente de Dios que es el Amor eterno, la Unidad eterna y la Sabiduría eterna para todo lo que fue creado.
Unan sus corazones y mentes al Pensamiento Divino de Dios; y capten en esta noche las señales verdaderas de Su Voluntad que los hará renacer y resurgir como servidores valientes, como apóstoles del nuevo tiempo, como siervos del Creador que lucharán hasta el fin de los días por la redención de este mundo, por la salvación de esta belleza que representa este planeta y de todos los que lo integran, en este gran universo local, en comunión con el infinito, con la vida universal y con el espíritu de la paz.
¡Que así sea! ¡Que así sea! ¡Que así sea!
Repitamos la siguiente oración:
¡Oh Sagrado Centro de la Luz de Cristo!
irrádiate sobre el mundo,
convierte a todas las almas,
para que en el tiempo que llegará,
reconozcamos, ahora y siempre,
Tu Venida Gloriosa a esta humanidad.
En victoria a Ti, Rey de los Reyes,
Supremo Amor,
Te imploramos, Te suplicamos y Te rogamos:
regresa pronto a este mundo!
para que todo sea curado,
para que las almas se liberen
y Tu Infinita Misericordia se proclame
por los siglos que vendrán.
Amén.
En esta unión con el Infinito, les agradezco por responder a Mi llamado. Hoy, Mi Amor es entregado especialmente a todos los peregrinos que, con esperanza y regocijo, vinieron a recibir una parte de Mi Cielo Universal.
Yo los bendigo a todos, a aquellos que se consagran y también a aquellos que se consagrarán a Mi Corazón, pues todos son hijos del mismo Padre y provienen de la misma Fuente, la Fuente del Amor.
Gracias a todos. Vayan en paz, en Cristo. No se olviden de elevar sus corazones a Dios, Él los escuchará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Habrá un tiempo en el que reinará la paz en este mundo, tiempo en el cual las Puertas del Cielo permanecerán abiertas y todo aquel que vive sobre la Tierra podrá recibir Su Luz y comulgar de la Presencia Divina.
Habrá un tiempo en el que, en el centro de cada ser, brillará el sol de una nueva raza, simbolizando un nuevo ciclo del universo y no solo de este mundo.
Habrá un tiempo en el que las criaturas reconocerán a Su Creador y lo reverenciarán al encontrar lo Divino en todo lo que fue creado por Su Consciencia Universal.
Habrá un tiempo en el que días de profunda iluminación nacerán en este mundo, días de comunión y de fraternidad, días de paz.
Les digo esto, hijos Míos, para que recuerden Mis Palabras cuando sientan que están distantes de Dios. Que ellas sean la fuente de una nueva esperanza y que resuenen en el interior de todo aquel que tuviera apagada la llama de su corazón. Porque les digo que habrá un tiempo en el que este mundo será Uno con el Reino de Dios. Pero, antes de ese tiempo, otras instancias vendrán para generar méritos para el futuro. Antes de que reine la paz, los corazones serán probados y fortalecidos por la fuerza del Amor de Dios. Que jamás, ante ninguna situación de la vida, sus corazones pierdan la esperanza de ver manifestado el Propósito Divino.
Mis amados, vengo al mundo a darles a conocer la grandeza del Plan del cual forman parte; Plan que es perfecto y que proviene de Aquel que es Único y que reina en los universos.
Quiero que comprendan que Mi Presencia entre ustedes tiene una finalidad mayor. Estoy aquí para tornarlos fuertes, perseverantes e incansables; para que no detengan sus pasos por los vientos que soplarán en este mundo.
Quiero que se pregunten, una y otra vez, el porqué de la Presencia de los Mensajeros Divinos entre sus almas, para que así la Luz del Espíritu de Dios pueda traer a su conocimiento una verdad mayor, que es la razón de la atención que Dios le da a esta parte de Su Creación.
Queridos hijos, sus almas son tesoros más preciosos de lo que pueden imaginar. Este mundo tiene una finalidad mucho mayor que la vida que vive hoy. Y urge el tiempo para que despierten del sueño aquellos que viven sobre la Tierra, porque el Señor aguarda la respuesta de Sus criaturas. Por segunda vez, enviará a Su Hijo, reconfirmando Su Misericordia y dándole al mundo una señal de la grandeza de la vida que en él habita.
Mis amados, es necesario que no sean más niños en la vida del espíritu. Ya recibieron mucho para que puedan ver la vida desde otro punto de vista. Impulsos infinitos llegaron a sus corazones. Es hora de dejarse guiar y, sin miedo, dirigir la barca hacia un nuevo horizonte.
Cuando hubiera obscuridad en sus corazones, recuerden Mis Palabras de que habrá en el mundo un tiempo de eterna Paz.
Yo los amo y los bendigo.
María, Madre de Reina de Paz
Mis amados:
Vengo en Corazón, en Espíritu y en Esencia Divina para anunciar el último tiempo de Redención para la Tierra. Retorno una y otra vez al mundo para dar nuevas oportunidades a aquellos que, a lo largo de los siglos, prefirieron continuar en su sueño profundo a despertar para la vida del espíritu.
Hoy Mi Corazón llega, como portador del Espíritu de Dios y de la Voluntad Divina, para colocar en cada corazón y en cada consciencia el propósito despierto, la Voluntad de Dios para cada una de Sus criaturas.
Mis amados, como Madre y Reina de la Paz, vengo a sembrar en el mundo un proyecto de Vida y de Redención para que florezca en el corazón de los hombres una vida divina y suprema, la vida de Amor idealizada por el Creador de todas las cosas.
Mas, para que este propósito se manifieste, incluso aquellos que se consideran despiertos deben convertir sus vidas; en este camino de eterna e infinita transformación siempre habrá algo guardado en el interior para ser convertido y redimido.
Hoy, anuncio al mundo la posibilidad de una nueva vida, vida que se gesta en cada corazón y que madura en el proprio interior, antes de manifestarse en la materia.
Muchos, a lo largo de los siglos, intentaron manifestar en la materia una vida espiritual y sagrada pero se olvidaron que, antes de todo, esta vida debe estar madura en la esencia interior del ser.
Por eso, en este momento planetario llegan los Mensajeros Divinos de Dios, que anuncian los acontecimientos del mundo y anuncian la Voluntad del Padre, para que a través de Su verbo, Su silencio y Su simple presencia, puedan transformar el mundo interior de las criaturas.
Mis amados, si hoy la nueva vida les parece algo distante es porque aún necesitan hacerla madurar en el propio mundo interior. Las señales de una vida que ya ha madurado es la visión de lo imposible y de lo inalcanzable, como algo totalmente al alcance de vuestros corazones.
Para una esencia que está despierta lo imposible deja de existir, porque el despertar la hace que contemple la grandeza de Dios y de Sus Universos y, delante de la Magnificencia de la Creación nada le es imposible.
Por eso hoy les digo que, en oración, no contemplen el mundo como hoy sus ojos pueden verlo, sino que lo contemplen como vuestras esencias pueden idealizarlo. Así, a través de la intención y del pensamiento creador, encontrarán el Arquetipo Divino y auxiliarán a Dios en la manifestación de ese Arquetipo en la vida material.
Mis amados y pequeños hijos, grande es el misterio guardado en el Universo Celestial; si confían en Mis palabras y alimentan la pura intención de vivirlas, podrán percibir la transformación interior que Mi Amor maternal realizará en vuestros corazones y, a través de este Amor, serán preparados para el Retorno glorioso de Mi Hijo y para la nueva vida con Él en esta Tierra Sagrada.
Les agradezco hoy a cada uno de Mis hijos de Belo Horizonte, porque una vez más abrieron las puertas del corazón para que Mi presencia llegue para redimir al mundo.
A través de la devoción de vuestros corazones, Dios encuentra aliento y Paz; encuentra la posibilidad de verter sobre el mundo Su Misericordia.
Yo los bendigo.
María, Madre y Reina de la Paz
A todos Mis hijos les doy Mi Paz y hoy los llamo a confiar en Dios porque en el final de estos tiempos vuestra fe debe estar madura y debe ser impregnada por vuestra oración.
Hijos Míos, lleven en vuestros corazones el Amor de Mi Hijo, porque es en el Amor de Mi Hijo que vuestras vidas encontrarán la confianza que todos necesitan delante del misterio de Dios.
Queridos hijos, mientras el tiempo cambia, vuestra oración debe ser pronunciada como un alimento para la vida; por eso, que en vuestras manos surja la oración donada e irradiada desde el corazón. Busquen la Fuente que nutre todas las cosas; que ella sea el agua que quite la sed de vuestros corazones y de los corazones que están solitarios en la vida.
Vuestra comunión con Mi Hijo mediante la oración les revelará el poder que tiene el amor cuando despierta en las almas.
Queridos hijos, vuestros corazones deben ser templos redimidos y consagrados al Dios Vivo, al Dios Todopoderoso que todo lo sabe, que todo lo ama y que todo lo conoce.
Por eso, hijos Míos, que vuestras consciencias, dentro de la confianza de Dios, abracen el Amor del Altísimo para que, junto a los ángeles del Cielo, auxilien a toda la humanidad. Que vuestros corazones no teman por nada; que con valentía caminen hacia el cumplimiento del amado Propósito de Dios.
Queridos hijos, abran vuestros brazos a todos para que el corazón les muestre qué simple es amar con devoción.
Pequeños Míos, el amor de cada uno de ustedes dará vida a lo que parece estar perdido y traerá cura a lo que parece estar dolorido. El Amor de Mi Inmaculado Corazón es la referencia primordial para vuestras vidas. Quien está en Mi Hijo también está en Mi Corazón, está en la Gran Consciencia de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En primer lugar, queridos hijos, quiero agradecerle a todo este grupo mariano por su sincera dedicación, en especial, en estas últimas horas, durante el viaje desde la ciudad de Montevideo hacia Brasil.
A todos Mis demás hijos, hoy quiero entregarles este ejemplo, el ejemplo de la constante donación abnegada a lo que ustedes pueden comprender como Voluntad del Señor.
Por eso, queridos hijos, los invito a caminar mediante la oración en el Propósito de Dios; porque ese Propósito es una idea celestial que el Padre plantea para el alma, la que decide estar en los brazos del Creador para ser acompañada y guiada durante toda la eternidad.
Hijos Míos, como Madre Peregrina, que hace ya tantos siglos sigue paso a paso a la humanidad en este mundo, hoy los invito a imitar el camino del peregrino para que en vuestra vida se revele el Amor de Dios. Un peregrino consagrado a Mi Inmaculado Corazón es un alma dedicada a una vida orante, por el mundo. Un peregrino que se consagra al Sagrado Corazón de Jesús es un espíritu en armonía a los pies del Redentor. Un peregrino consagrado a Dios es un alma entera, dispuesta a dejar de vivir su propia voluntad y a permanecer en lo desconocido, en el Cielo.
Queridos hijos, mediante la oración del corazón, todos los días vuestras almas pueden consagrarse a la Voluntad de Dios. Como humanidad, esto les permitirá encontrar la paz que falta en la vida de muchos de Mis hijos. Así, hallarán la esencia del verdadero Amor de Dios en vuestros corazones. Porque el alma que ora, a través de la voz de su corazón, está viviendo en el Amor del Padre.
Hoy, a todos los valientes peregrinos les agradezco por contestar a Mi llamado, y en la Bendición de Jesús, Hijo Único, les doy Mi Paz.
Gracias por responder a Mis pedidos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Los brazos de Dios, el Altísimo, están abiertos para que todos ustedes entren en el puro Corazón de Amor. Con esto quiero decirles que el universo aguarda diariamente la venida de más almas hacia el Reino del Creador.
Hijos Míos, un camino para ese encuentro con el Universo de Dios es la Estrella Luz de Mi Hijo. En Jesús perderán los miedos por consagrar vuestra vida a la Voluntad del Creador.
Muchas almas carecen de la Presencia del Amor de Dios porque colocan en primer lugar la voluntad personal. Mi Hijo les enseña cómo ser partícipes de esa Voluntad Mayor que podrán hallar mediante la oración del corazón. Es a través de la oración que encontrarán la verdadera esencia de la Voluntad de Dios, porque sus corazones están donados al universo durante la oración.
Queridos hijos, hoy les pido que oren por todos aquellos que viven su propia voluntad y que están lejos del verdadero Propósito de Dios, que es la vida eterna a través de Su Amor Misericordioso. El mundo podrá estar mejor cuando acepte que Dios es el Único sendero para la vida de toda alma, porque es en Dios que toda la vida puede ser conducida hacia la Luz.
Hijos Míos, sepan que al mundo le llegó el momento de reconocer la existencia del Creador. Por eso, uno de los motivos de tanta oración es la gran necesidad de salvación en muchos de Mis hijos.
Como Corredentora, les pido que contemplen todos los días el amoroso Corazón de Dios. Cada vez que sus corazones estén en Dios, el mundo estará más salvo.
¡Les agradezco!
Gracias por considerar en vuestra vida Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como soy Madre mediadora entre las almas y Dios, hoy les pido, queridos hijos, que consagren sus vidas de forma definitiva al Plan de Dios, Plan de Amor que Nuestro Señor tiene para cada uno de ustedes.
Para eso, hijos Míos, despierten en este día y vean con los ojos del corazón toda la bondad y la Misericordia que Mi Hijo les está entregando a través de la Madre de la Paz.
Queridos hijos, saben que la humanidad diariamente necesita de Misericordia. Por eso, Yo los invito a recordar en cada momento la presencia del Corazón de Jesús en el mundo y, en especial, Su esperado retorno. Con sus corazones abiertos, también hoy los invito a permanecer en los brazos de Dios, el Creador, para que cada uno de Mis hijos pueda encontrar apoyo y firmeza para enfrentar los pasos de la transformación del corazón.
Sus vidas y el mundo entero transitan por grandes cambios, cambios que son vistos desde los Cielos y que son acompañados por la eterna donación de Jesús, de Su Sagrado Corazón, y por la entrega que Yo les hago por intermedio de Mi Inmaculado Corazón.
Con esto quiero decirles que no pierdan la aspiración a cumplir el Propósito de Dios porque los cambios los llaman a transformar el sentimiento y la consciencia interior llevando a un espíritu de total colaboración con las Obras Divinas del Padre.
Hijos Míos, en este sentido, es necesario que más almas puedan adherir a la propuesta celestial que Dios les hace a través de Mi Corazón Maternal y mediante Mi llamado diario para cada uno de ustedes.
Mi Corazón Maternal los espera para que, en alianza con Cristo, el mundo pueda resplandecer como el verdadero presente creado por Dios con Sus Manos, y que les donó por amor.
Todos Mis hijos son fieles corresponsables de la manifestación del Creador. Ha llegado la hora de reparar las faltas y de orar por toda la Creación, más aún por aquella que ha sentido la intervención inconsciente de la humanidad.
Hoy, coloquen en sus oraciones a todos los Reinos. Ellos esperan de ustedes una armoniosa donación. Reparemos, en el nombre del Amor de Mi Hijo, todo lo que necesita ser reparado.
Oremos con el corazón. Ese es vuestro compromiso con el Único.
¡Les agradezco!
Gracias por ayudar a todos los Reinos de la Creación de Dios.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Encuentren un refugio seguro en Mi Hijo Jesús para que Él los colme con Sus Dones de Paz y de Amor. Busquen, a través de la oración, el Reino de los Cielos. Cultiven la mansedumbre en sus corazones para que en sus vidas despierte el ejercicio de la humildad. Recuerden todas las obras de caridad que ustedes pueden hacer los unos para con los otros. Eleven sus almas hacia el Corazón Misericordioso de Dios porque es a través de Cristo que hallarán la verdadera vida y el verdadero camino.
Por eso, queridos hijos, hoy de nuevo los llamo a percibir la importancia de convertirse en columnas marianas de la oración, en Luces de Cristo para el mundo dolorido. Y en este ejercicio de consagración a Dios, estarán permitiendo, desde sus corazones, que Él coloque Sus ojos de compasión y de amor sobre todos aquellos que aún Lo niegan.
Hijos Míos, cada oración repara, cada oración vuelve a construir un nuevo puente de paz entre los Cielos y la Tierra. Si ustedes supieran cómo es el Cielo, sus corazoncitos ya querrían venir Conmigo a ese amado lugar de paz. Pero para que eso suceda, toda la humanidad debe llegar a los Grandes Cielos en donde reina Cristo, la Fuente del Amor Redentor para todas las criaturas.
Por eso, queridos hijos, el amplio ejercicio de la oración permanente les permitirá madurar como consciencias para que la sabiduría del Espíritu Santo pueda conducirlos en humildad hacia la Voluntad de Dios.
El Padre tiene un precioso Plan de Amor para cada criatura, solo que, a lo largo del tiempo, las almas son distraídas del Propósito de Dios por las tentaciones del mundo y, así, ellas encuentran fracaso y no consuelo ni amor.
Por eso, Yo hoy los invito a orar para que el Propósito de Dios se cumpla en cada corazón humano según los designios divinos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Estén en Jesús y vivan en Mi Hijo para que sus corazones preparen el Templo Interior para la venida del máximo y venerable Redentor.
Hoy los llamo a profundizar en el camino de la oración porque de esta manera, queridos hijos, permanecerán con vuestros corazones y con vuestras vidas más elevados, distantes de la tentación del mundo. Quiero estar con ustedes, acompañándolos desde la inmensidad de Mi Inmaculado Corazón para que sus pasos puedan seguir los caminos que Mi Hijo les revelará en Su Retorno.
Guarden en sus corazones todo lo que, como almas, pueden vivir a través de la oración porque, en este ejercicio, el Amor Verdadero podrá prevalecer en vuestros corazones. Por eso, hijos Míos, esperen en Mi Hijo lo nuevo, lo bueno y lo puro; pero ante todo, ustedes deben saber que deberán construir un camino permeado por Mi Paz y Mi Amor.
Como Madre Corredentora, los llevo a diario hacia Mi Hijo porque aún este mundo desvía a las almas del Propósito que Dios tiene reservado para cada pequeño corazón. Estoy aquí, entre vuestras vidas, para guiarlos y mostrarles cómo se llega a Mi Hijo Glorificado.
Los buenos ejercicios de fe y de oración elevan vuestros corazones como las grandes torres que vigilan la Presencia de la Luz de Dios. Nunca olviden que deben volverse hacia Dios con ojos de paz y de perdón para que el Propósito en cada uno de Mis hijos se pueda cumplir.
Sepan, queridos Míos, que la oración donada por sus corazones ayuda en la salvación de todos Mis hijos que aún viven sin esperanza y sin paz.
Los llamo a la perseverancia a través del poderoso y luminoso Corazón de Cristo.
Paz para el mundo, porque todos los días la humanidad necesita de paz, de la Paz de Dios.
Gracias por responder a Mi llamado.
Que Mi voz reverbere con amor en vuestros corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más