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Así como Tu Señor renovó todas las cosas en cada paso con la Cruz, renuévate tú también en esta pasión planetaria, hijo Mío.
No hay peso que Dios coloque sobre ti que no puedas soportar.
No hay caída que vivas de la cual no te puedas levantar.
El amor que está latente en tu interior debe despertar y crecer, y eso sucederá con la superación de ti mismo cada día.
Recibe del Padre las gracias para que tu corazón este firme y cimentado en el amor a Su Propósito Divino.
Ora y que tu oración sea sincera, porque de ella surgirá la fortaleza que te hará levantar, una y otra vez, con la cruz de estos tiempos. Y con cada caída el amor crecerá en tu interior, en cada paso el amor se expandirá dentro de ti.
Vive sin temor las agonías, vive sin temor las humillaciones, vive sin temor la soledad, vive sin temor el sacrificio.
Fija tu mirada y tu corazón en el calvario de este tiempo, en el que no solo morirás para ti mismo, sino que entregarás todo lo que eres para que, a través de ti, Dios renueve y supere Su Amor.
Anímate sin temor, vergüenza u orgullo a ser un Cristo del Nuevo Tiempo, porque para eso Tu Señor te llamó por el nombre. Que cada día sea vivido por este Propósito Divino.
Contemplando la memoria de tu Señor con la Cruz, imita Sus pasos y deja que tu corazón encuentre el Amor que Él sintió por el mundo y por las criaturas que en él habitan, el Amor que Él sintió por el Universo y por toda la vida que en él evoluciona.
Permite que tu corazón ceda espacio al Corazón de Cristo para que aprendas a estar en la pasión de este tiempo, no solo como un hombre imperfecto, sino como un espíritu pensado y manifestado por Dios para recrear Su Creación.
Esto es lo que eres. Esto es lo que este momento planetario forjará en ti.
Por eso, suelta las riendas de tu vida y ya no camines hacia aquello que piensas que debes ser. Es así, como eres, que Dios hará de ti un Cristo. Solo vive este calvario y supérate cada día. Llegará el momento en el que Dios mismo se superará en tu interior.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.
Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.
Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.
Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.
En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.
Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.
Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.
Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.
Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.
Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.
Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.
Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?
Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.
Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.
No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.
Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.
Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.
En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.
Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.
Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.
Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.
Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.
Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.
Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.
Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.
Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.
Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.
Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.
Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.
Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.
Nos ponemos de pie.
"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".
Incienso.
Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.
Canción: Adonai.
Inspiramos.
Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.
En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.
En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.
En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.
Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Cuando los espíritus antiguos se congregan para asumir sus compromisos y finalmente vivir el despertar, todo el Universo contempla a la Tierra.
El despertar de la consciencia se da por etapas y en cada una de ellas, algunos velos se rasgan y, el ser se aproxima a la verdad sobre sí mismo, sobre la Tierra y sobre el propósito de la existencia de toda la vida, del que la humanidad se apartó hace mucho tiempo.
En cada ciclo que pasa y cuando ustedes se aproximan más, como proyecto evolutivo a su meta final, más intensos son los grados del despertar, más intensos son los impulsos recibidos y más intensa también es la necesidad, que pulsa dentro de los seres, de responder a Dios.
Esa necesidad proviene de sus almas, que se agitan al aproximarse al camino de retorno al Corazón del Padre y al de su origen universal. Porque las almas si conocen el Propósito Divino, y están bien despiertas, aspiran profundamente a él.
Por eso, hoy les vengo a decir que estén atentos a los impulsos de este tiempo, abiertos para vivirlos y dispuestos a dejar que sus almas expresen su respuesta, viviendo una trasformación profunda y absoluta.
Déjense guiar por los impulsos determinantes de estos tiempos, a través del corazón que se eleva a la consciencia y, con la consciencia en Dios, manifestarán Su Voluntad.
Les dejo Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuanto mayor sea el caos en la Tierra y el desorden en las naciones y en los hombres, más debe estar tu mente y tu corazón en Dios.
Retira tu mente y tu corazón de las cosas del mundo, no para ser indiferente ante lo que sucede en él, sino para que seas un punto de equilibrio para la Tierra y para que tu consciencia, unida a Dios, esté constantemente generando paz y atrayendo la Gracia de Dios hacia el mundo.
Sé que cuanto mayor es la tensión planetaria, más los seres buscan refugio para no encarar lo que sucede en el mundo, esto es parte de la condición humana. En este tiempo es muy fácil distraerse del Propósito Divino y adentrarse por caminos que llevan a que los seres olviden su misión y la Voluntad Divina que vinieron a cumplir.
Las mentes huyen de la renuncia y del sacrificio, porque no quieren soportar la propia transformación y la propia maduración espiritual. Pero tú, hijo, eres llamado a vivir algo diferente en nombre de toda humanidad.
Eres un autoconvocado de estos tiempos que, entre la multitud de los hombres, levantaste tus manos para comprometerte con la Voluntad y con el Plan de Dios, y este es el momento culminante para confirmarte en esta Voluntad. Este es el momento de forjar en tu interior aquella consciencia que enfrentará la transición de los tiempos y que será una referencia para los que estarán ciegos y perdidos en este mundo.
Por eso, silencia tu mente y busca a Dios en oración. Abraza con amor las renuncias y los sacrificios que Él te ofrece. Abraza con amor lo que se opone a tu voluntad propia para construir la Voluntad Divina y déjate moldear según este Propósito universal y celestial.
Entra, espiritualmente, cuarenta días en el desierto de tu corazón, porque, después de eso, solo te bastará cargar la cruz del fin de los tiempos y entregar todo por amor a Dios y a la vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mi Luz maternal se expande por todos los espacios a fin de ayudar y proteger a mis hijos.
Con Mi Luz maternal disipo los asedios y disuelvo los obstáculos que las consciencias viven día a día.
Bajo la Luz maternal coloco a los que Me claman y piden Misericordia y, así, libero de las prisiones a los que oran de corazón.
En Mi Luz maternal protejo a los corazones perturbados y les entrego la paz a los que la buscan.
Con el descenso de Mi Luz maternal genero una corriente poderosa que impide los embates y las batallas que podrían vivir Mis hijos.
Por medio de Mi Luz maternal sostengo a los que profesan su fe en Dios y despierto en ellos el amor misericordioso, para que las criaturas reconozcan su filiación con el Padre Celestial.
Quien recibe Mi Luz maternal ya no está en pecado ni en falta porque la Luz maternal lo transmuta y eleva su consciencia hacia el Divino Propósito espiritual cuantas veces sea necesario.
¡Les agradezco por responder, con fe, a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Entra en diálogo con Dios todos los días, colocándote delante del Padre en confesión y pidiendo permanecer en Su Gracia.
Hijo, los seres humanos están en el camino de expresar lo que verdaderamente son, en una purificación intensa de siglos de existencia, casi siempre impregnados por la ilusión y por el engaño.
No permitas que tu ser permanezca inmerso en las superficialidades y en las miserias, cuando tienes la posibilidad de transmutar y sublimar estas energías, si tan solo te dispones a ser humilde delante de Dios.
Conversa con tu Creador. Busca el pensamiento perfecto que Él emanó al idealizar a tu ser. Siente el sublime Amor del Padre y el propósito perfecto que Él aún espera que puedas expresar.
Anímate a encontrar en tu interior la Voluntad Divina. Que la presencia de Dios, Su Universo, Su Infinito, ya no te sean meros conocimientos y teorías.
Deja que tu ser experimente aquello que no se explica y que no está en ningún libro sagrado, porque los que lo vivieron, solo supieron callar.
Es momento de profundizar y no de retroceder. Es momento de decidir dar los pasos en el camino correcto y no de seguir por los caminos conocidos, que te dan la falsa sensación de estar seguro.
En este tiempo, todo debe ser nuevo. Lo desconocido te aguarda para revelarte sus misterios. Y aquello que siempre estuvo silencioso en tu corazón podrá al fin expresar su verdad.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Quisiera poder ver a Mis apóstoles del último tiempo unidos a Mí en la esencia del Propósito y no en sus preferencias.
Quisiera poder ver los frutos de los tesoros que Yo les entregué en estos últimos tiempos, tesoros que están al servicio de la humanidad.
Quisiera poder ver los resultados de todos los impulsos que construyó la Jerarquía con esfuerzo y con amor en las almas.
Quisiera poder ver la madurez de Mis amigos, en el sentido de poderse colocar por encima de sí mismos para que reine la unidad y la hermandad.
Quisiera poder ver la fidelidad y la generosidad de los que se comprometieron a ser compañeros de Mis compañeros, hermanos de Mis hermanos, dentro de este sendero de amor y de perdón.
Quisiera saber si Mis amigos más cercanos son capaces de confiar, plenamente, en los instrumentos que Yo escogí para llevar adelante la Obra preparatoria del retorno de su Señor.
Quisiera poder ver manifestado el Pensamiento Divino en la Tierra y el sendero de la salvación para todos los que están perdidos.
Quisiera poder ver que Mis amigos Me reconozcan, más allá de las apariencias, cuando Yo regrese al mundo.
Quisiera poder confiar en todos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En los Universos Superiores, la llamada Fuente de la Creación actúa, universalmente, regenerando los principios y los espacios de la manifestación, los que forman parte del desarrollo espiritual de las constelaciones y de los planetas.
En este tiempo actual, la lucha y el esfuerzo por estar conectado con lo Alto, exigirán dedicación, empeño y dinamismo para que las corrientes contrarias a la luz, las que circulan alrededor de la vida planetaria, no afecten ni desvíen del propósito a los servidores.
Si alguna forma de desvío o de abandono personal del propósito sucede en este tiempo es a consecuencia de la falta de conexión interior y espiritual con la Fuente.
Por otro lado, el ciclo de la autopurificación está llevando a que las consciencias humanas sobre la superficie de la Tierra se enfrenten a sí mismas y conozcan lo que antes les era desconocido y oculto.
Nos referimos a tener consciencia y claridad al respecto de quién es verdaderamente cada ser de la superficie a nivel espiritual, mental, álmico y material.
El conocimiento de los aspectos espirituales, mentales y materiales del ser humano es algo que antes pasaba por alto, porque actuaba de forma inconsciente.
Ahora, debido al cruce universal del tiempo y del espacio, esos aspectos, que antes actuaban solos y con gran poder oculto sobre las consciencias, están quedando en evidencia para que el ser humano los enfrente, los purifique y se libere de esa constante opresión.
Lo que sucede en la actualidad es que la mayoría de la humanidad no sabe ni tiene consciencia sobre cómo resolver una situación que, durante largos periodos de tiempo, ha comprometido la posibilidad de su despertar y de su entrega.
Entonces, por más que una minoría esté alineada con el Propósito Divino y tenga las herramientas internas que necesita para llevar adelante la manifestación del Plan, esa parte, que es la minoría más consciente, tampoco sabe cómo proceder o actuar para resolver su proceso intensivo de purificación.
Por esa razón, la Fuente Suprema de la Creación dispone de grandes retransmisores de atributos y de códigos de luz: los llamados "Espejos".
Los Espejos son el sostén y el puente de unión fundamental para la actual transición planetaria, porque los Espejos más sublimes de la Creación serán el apoyo imprescindible para la evolución del amor en la consciencia terrestre; como también serán los pilares que sostendrán el puente que la propia humanidad deberá construir a través de la oración, la liturgia, los Sacramentos y el servicio a los más necesitados.
Sin estos atributos ampliamente aplicados en la vida cotidiana, el ser humano no tendrá cómo sostenerse a sí mismo.
Hasta ahora, los Reinos de la Naturaleza, así como los grandes océanos y mares, fueron las consciencias espirituales e internas que sostuvieron al hombre de superficie.
Pero este ciclo cambió, ya que la degradación, el maltrato y el descuido para con la Naturaleza generaron deudas impagables para la raza humana y esto recae, una y otra vez, en el planeta, reflejándose en los fenómenos climáticos cambiantes, el derretimiento acelerado de los polos, la contaminación terrestre y aérea y el colapso de todos los ambientes generado por la contaminación sonora y visual.
Todo este contexto planetario ahoga a la Tierra, como consciencia, a los Reinos Menores y a la humanidad entera.
Llegó el momento de que cada ser de la superficie contrarreste este mal causado al planeta y a la Creación.
Llegó el momento de que cada alma asuma su propia purificación y transición y que ya no se alimente ni dependa de nada ni de nadie.
Los instrumentos para saber crear la condición espiritual ya fueron enseñados, ahora solo dependerá del género humano poder revertir y transmutar todo lo generado.
Los Espejos serán, en estos tiempos, el principal soporte espiritual de alineamiento y de equilibrio.
Los Espejos podrán unirse al espejo del corazón de cada ser para que, poco a poco, con determinación y consciencia, vayan cambiando las vibraciones del planeta y de la raza humana.
En los Espejos encontrarán el soporte mayor para el fin de los tiempos y la llave que abrirá la puerta correcta para que pueda llegar la Hermandad Celestial.
Es hora de trabajar conscientemente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Si todos se postraran a Mis Pies, así como lo haces tú, muchas situaciones internas y externas no sucederían o, por la intervención de Mi Amor, ya estarían resueltas.
Postrarse ante Mí no es para vanagloriarme, sino para saludar al Cristo interno que existe entre tú y Yo.
Postrarse a los Pies del Señor significa remisión y perdón de los pecados, significa una nueva oportunidad interior que surge para poder, conscientemente, transformar y elevar la consciencia.
Postrarse ante Cristo significa conocer y obedecer, incondicionalmente, a la Jerarquía, significa unirse a ella bajo cualquier circunstancia o condición.
Solo que la mayoría no se postra ante el Señor; no para Mí, sino para poder reconocer al Dios Vivo que está por encima de todos nosotros.
No postrarse ante Mí significa amplia y dura resistencia, falta de humildad para con uno mismo y para con el semejante, significa vanagloria propia y poder humano desmedido.
Pero tan solamente postrarse ante el Señor es comprender y es aceptar algo que está más allá de este Universo, es fundirse con el Propósito Divino a pesar de la distancia entre los planos, es decir “sí” sin miedo alguno y es abrirse a la redención.
¡Les agradezco por responder a Mis peticiones!
Los bendice siempre,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Donde haya un corazón que ora, ahí estará Dios, escuchando sus súplicas y con ellas equilibrando el mal que circunda el mundo.
Donde haya un corazón que sirve, ahí estará Dios, trabajando a través de sus manos y construyendo fortalezas en el interior de los que perdieron la esperanza.
Donde haya un corazón que ama, ahí estará Dios, amando dentro de Sus hijos y renovando el amor, para que él se expanda y haga renacer todas las cosas.
Donde haya un corazón que persiste en el Propósito Divino, a pesar de las adversidades y de las dificultades para manifestarlo, ahí estará Dios, construyendo lentamente Su Plan, preparando silenciosamente una nueva vida, una nueva humanidad.
Donde haya un corazón que ama y sirve a los Reinos de la Naturaleza, ahí estará Dios, haciendo que Sus criaturas aprendan, unas con las otras, y así vivan en comunión.
Donde haya un corazón que crea en el nuevo tiempo, ahí estará Dios, preparando el retorno de Su Hijo, para que Él venga a transformar y a curar todas las cosas, instituyendo una nueva vida sobre la Tierra.
Sean esos corazones que oran, que sirven, que aman, que persisten, que creen, que tienen fe. Así, hijos, ahí estará Dios, a su lado y dentro de sus corazones, haciendo de sus vidas instrumentos triunfadores de Su Corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oro para que las almas alcancen la paz.
Oro para que las consciencias despierten a la realidad planetaria, a la verdad universal, y así transformen sus vidas según el Propósito Divino.
Oro para que los corazones aspiren a la unidad con el prójimo, con los Reinos de la Naturaleza, con la vida, con Dios.
Oro para que los buscadores reconozcan la verdad en todas las enseñanzas transmitidas por Dios a través de Sus Mensajeros, para que aquellos que buscan, sepan ver más allá de las palabras y encuentren en las entrelíneas la ciencia divina de la Creación.
Oro para que la vida sagrada ya no sea ocultada por las superficialidades humanas y, de la misma forma, para que la esencia de los seres no esté oculta por las creencias ilusorias que ellos tienen sobre sí mismos.
Oro por una nueva vida y una nueva raza, para que después que el aprendizaje humano se consolide, los seres tengan valor y esperanza para hacer emerger la nueva vida y dejar florecer en sí mismos el nuevo ser que, delante de Cristo, comenzará a despuntar.
Oro para que la humanidad no pierda el sentido de su existencia y la vida espiritual deje de ser una costumbre y una práctica, para ser una realidad y una experiencia de vida.
Oro, en fin, para que las Gracias de Dios no permanezcan en el Cielo, sino que sean vertidas sobre la Tierra.
Hoy Yo los llamo a que oren Conmigo y así intercedan por este mundo mientras hay tiempo. Oren Conmigo por la Paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En silencio, profundiza en los descubrimientos espirituales que estás viviendo. No dejes que los impulsos y las revelaciones pasen como el soplo del viento, sino que permanezcan en tu interior, fecundando tu espíritu, como lo hace el Soplo del Espíritu de Dios.
Deja que tu alma suspire aliviada al recibir el bálsamo de las revelaciones que le hacen recordar el sentido de la vida y sentir que hay una esperanza de retorno al Corazón de Dios.
Medita en tu espíritu y en la vida superior, para que ella te fortalezca y te de una posibilidad de estar suficientemente firme en el Propósito Divino, para auxiliar a otros que perderán su fe cuando todo sea caos y desequilibrio.
Ve más allá del horizonte de la Tierra, y de todo lo que está antes de él, el claro despuntar del Sol que vendrá para iluminar una nueva vida. Mantén firme, en tu interior, el saber del verdadero sentido de los acontecimientos del mundo. El planeta se purifica para liberarse. Se desequilibrarán aquellos que construyeron las bases de su morada en la arena de sus propias destrezas y certezas, y no en la Roca de la Voluntad y del Plan de Dios.
Sabe que todo es parte de un Plan trazado desde la era de los patriarcas y que fue descripto con sus palabras, aunque poco comprendidas por los hombres.
El Viejo Testamento se cumplió en el Nuevo Testamento, y el Nuevo Testamento se cumple ahora para que, a través de este momento planetario, una nueva historia sagrada se pueda escribir y en ella estén las profecías de una nueva vida y de un nuevo hombre, el que retornará al Tiempo de Dios y abrirá las puertas para que todos los seres se unan a Su Corazón.
Aférrate a este Propósito Divino y fortalece tu ser en la fe, sustentando en tu espíritu la paz.
Para eso, Dios te llama por el nombre y te permite escuchar y leer Sus santas Palabras. Eres llamado a ser un apóstol de los últimos tiempos, un santo de los últimos días.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando los corazones de las naciones están oprimidos y claman por paz, únanse, hijos, a este pedido y eleven sus voces a Dios, pidiendo por sabiduría y luz para los hombres, para que a través de ellos se establezca la paz.
Sé que muchos piensan que repetimos una y otra vez: "¡Oren! ¡Oren! ¡Oren!". Y así es, porque los seres aún no descubrieron el verdadero potencial de la oración. Si oraran todos los días de corazón percibirían que la oración los transforma, transforma la vida a su alrededor y transforma este mundo.
No son las guerras, las protestas y los conflictos los que traerán paz a las naciones. Es la oración que une el corazón humano a la Sabiduría Divina, para que sepa lidiar con los desequilibrios propios de este tiempo.
La oración es lo que calma el ímpetu de la impulsividad humana y coloca a los seres en un estado de paz para que tomen decisiones correctas, según la Voluntad de Dios y no la propia.
Es la oración la que permite que vean los acontecimientos del mundo con neutralidad y sabiduría para que sepan cómo auxiliar.
La oración es la que abre las puertas del mundo a nuevas Leyes, a nuevos patrones de vida que les dan la oportunidad de participar en un nuevo tiempo.
Es la oración la que disuelve de los planos mentales del planeta las ideas de destrucción, de guerras, de maldad, de ultrajes, para que no se manifiesten en el mundo, aunque todo esto suceda en los niveles silenciosos de la consciencia, adonde solo el corazón puede llegar.
La oración es un ejercicio de humildad y, siendo así, permite que los seres pierdan la arrogancia humana para aceptar que Dios guíe y conduzca la vida en este mundo, porque Él lo creó y solo Él puede conducirlo a Su Propósito.
La oración, hijos, es mucho más que todo lo que Yo les dije. Pero, para entrar en este misterio, necesitan orar de corazón y profundizar cada día en la comunicación con Dios.
Yo los bendigo y los inspiro a orar de corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aprendiendo a rendir el corazón
La humanidad, hijos, aún está aprendiendo a rendir el corazón a Dios. Algunos se rinden porque no tienen otro camino ni otras opciones; otros se rinden por todo lo que ya sufrieron; y unos pocos se rinden por amor, porque no fueron vencidos ni por su inercia ni por el sufrimiento de la vida, sino por el Amor de Dios. Esta rendición es la que el Señor los llama a vivir.
Cuando Cristo les dice: "Ríndanse a Mi", no se refiere a seguir Su camino por no tener otras opciones, por miedo o por inseguridad; no se refiere a escoger Su camino porque ya sufrieron lo suficiente como para no querer buscar otra cosa que no sea la paz. Cristo se refiere a comprender el verdadero sentido de la vida, a saber que están en la Tierra por un propósito superior que es la renovación del Amor de Dios.
Sabiendo y teniendo fe en ese Amor, que destituye de sus vidas todas las potestades humanas, es que ustedes comenzarán a rendirse verdadera y espiritualmente a Cristo.
La rendición es una decisión interior que nace del descubrimiento del Amor de Dios y del ansia de vivir en ese Amor y por ese Amor, para siempre.
Cuando un ser se rinde al Amor de Dios comprende todas las cosas como vehículos para llegar a él: las dificultades, las pruebas, las humillaciones, el vencer las resistencias, la constante profundización de la entrega; todo se torna un vehículo para renovar el Amor del Padre, porque todo es parte de Su Plan y llega a la vida de Sus hijos y servidores para conducirlos al Propósito Mayor, a la Voluntad Divina.
Por eso, hijos, en este tiempo, ríndanse a Dios de corazón y sin miedo, confiando en Su Gracia y en Su inconmensurable Amor. Dejen que el Padre les dé a conocer ese Amor, delante del cual todo se torna pequeño, todo pierde su valor y su sentido; y ríndanse a él. Descubrirán, así, que no hay nada más maravilloso, en la evolución de los seres que ser inundado y colmado por Dios, porque fueron creados para eso, fueron creados para amar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, hijo, expresa gratitud a Dios por todos los ciclos vividos, por todas las gracias y misericordias, por todos los dones y dádivas, por cada bendición y por cada prueba que pudiste atravesar.
Hoy, agradece a Dios por Su Presencia, por Sus Palabras, por el despertar que día a día se profundiza en tu corazón, así como en tu consciencia.
Agradece por el Don de la Vida, aun con todas sus dificultades y obstáculos, porque sabes que, a pesar de todo el caos y de toda la ilusión que rodea al mundo, hay un propósito espiritual para todas las cosas y una Voluntad Superior que guía a las almas que se abren a ella.
Agradece por el profundo Amor de Dios y por Su constante Fe y Esperanza. El Creador confía en el triunfo de cada corazón, más allá de sus miserias, porque conoce la esencia perfecta con la que cada uno fue creado.
Agradece porque el Padre siempre está buscando formas para que encuentres el camino de la Redención a través de Su Hijo, de Sus ángeles, de la Madre Celestial o de los santos y bienaventurados que guían a las almas hacia el Corazón de Dios. Siempre hay un guardián cuidándote, acompañando tu camino y orando para que no lo pierdas.
Colma tu corazón con la esencia de la gratitud; porque, hoy y siempre, esta es la puerta hacia el Cielo, la puerta hacia un nuevo ciclo pleno de Dios.
A través de la gratitud, encontrarás la paz y la renovación interior.
A través de la gratitud, aprenderás a amar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La Sabiduría es un don que proviene de lo más profundo del Corazón de Dios. Fue con la Sabiduría que el Creador expresó la manifestación de Su Espíritu, como una Fuente Creadora de la Vida.
La Sabiduría es un don que los une al Propósito Divino y los lleva a pensar dentro del Pensamiento de Dios y a sentir dentro de Su Corazón.
La Sabiduría hace que las almas lean en los libros sagrados del Plan Divino y así, aunque sus mentes no sean conscientes, sus corazones que son el puente entre el alma y la vida material, pueden sí, captar y sentir la Voluntad Divina para que, así, conduzcan sus vidas según esa Voluntad.
La Sabiduría llega al mundo a través de la Gracia y de la Misericordia y, clamando por esa Gracia, ustedes pueden alcanzarla. Sin embargo, hijos, ella les es concedida por un motivo. Para recibir el don de la Sabiduría es preciso estar puros de corazón y libres de intenciones y voluntades propias.
La Sabiduría desciende sobre aquellos que disponen de su vida para Dios y la ofrecen para el cumplimiento de Sus Planes.
En estos tiempos, la Sabiduría ya no es tan solo un don divino que el alma recibe para cumplir una tarea espiritual. Ella es una necesidad de la consciencia humana porque la unirá a Dios y permitirá que, en lo profundo de sus seres, el vínculo con el Creador jamás se pierda, independientemente de lo que suceda a su alrededor.
Por eso, hijos, clamen por la gracia de recibir en sus corazones el don de la Sabiduría. Ofrezcan sus vidas a Dios para que Él haga de ellas instrumentos para la expresión de Su Voluntad.
En un tiempo de profunda ignorancia, indiferencia y confusión interior sean instrumentos y vehículos de la Sabiduría Divina en la Tierra.
Los corazones necesitan de una guía para llegar a Dios y hasta que todo suceda, hasta que el retorno del Redentor sea una realidad, serán necesarios corazones sabios y disponibles para Dios, a fin de que sean la luz del mundo en tiempos de oscuridad.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
No pretendo que sus vidas sean perfectas para Mí, sino que sus vidas y sus acciones reflejen la verdad, la oportunidad de hacer algo mayor por los otros, por la humanidad y por el planeta.
Sus vidas deben estar a Mi alcance en cada circunstancia, en cada desafío como en cada prueba, porque la perfección los espera en la próxima etapa de su escuela.
Mientras tanto, que en este ciclo sus vidas reflejen el amor de Mi Corazón, la templanza de Mi Alma y la incondicionalidad de Mi Espíritu, porque así Yo los haré parte de Mí y Yo seré parte de ustedes en este camino de ascensión hacia la Casa del Padre Celestial.
Que sus vidas sean el espejo que refleja Mi Divino Propósito y Mi ardiente aspiración para que, al menos en la Tierra, existan Nuevos Cristos, almas portadoras de Mi Amor y de Mi Paz.
Solo espero, en la alegría de Dios, que sus vidas sean parte de Mí, para que el proyecto de cristificación se cumpla en una parte de la consciencia humana.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
La revelación del misterio se aproxima a la consciencia humana. Este es el momento de conocer la Verdad profundamente y de poder penetrar ese misterio a través de la revelación de su conocimiento divino y cósmico.
Hoy provengo nuevamente del Sol, porque este es el astro universal que los rige y que los ilumina, día a día.
A pesar de lo que suceda y ante cualquier acontecimiento, el Sol, como esencia, les da la vida, la regeneración y la cura.
Por eso, hoy Mi Mensaje también viene desde ese lugar, desde ese Sol que gobierna este sistema solar y que concentra muchas Leyes, universales y cósmicas, para la evolución de la vida y de la consciencia.
El Sol será el testigo de los acontecimientos del fin de los tiempos en este planeta y en su humanidad, y en él se verterán todos los principios para que el sistema solar vuelva a ser regenerado y todo comience de cero.
El Sol que los rige no es solo un elemento físico, material o cósmico; él es una energía que fue colocada dentro de este sistema de vida para que todos pudieran aprender de él, a través de los ciclos y de las estaciones.
Cada elemento, así como cada acontecimiento, tiene su lugar y su hora. El Sol que los rige entrará en un nuevo estado y en una nueva forma, a través de su autopurificación divina y de sus leyes que forman parte de este Universo Material; leyes que también forman parte de cientos de Soles en otras regiones del vasto Cosmos.
En este Sol encontrarán las usinas para la regeneración de las esencias humanas y de su contraparte espiritual que aún deberá vivir su redención, su purificación y, por último, su rehabilitación.
Las ondas que él emitirá para estos tiempos serán intensas y determinantes. Una parte de la humanidad lo identificará como un castigo, como un desequilibrio global o como parte de un acontecimiento universal; aunque eso sea cierto, la intención y el propósito es otro, el Universo nunca se detiene y nunca se detuvo, él vive en un dinamismo constante y en una aceleración permanente.
Ustedes, como humanidad y como planeta, están dentro de este sistema de vida y, dentro de este sistema de evolución que llega hasta lo más profundo de sus cuerpos, hasta la materia, hasta sus células y átomos.
La aceleración de estos tiempos es parte de la aceleración del Universo y de este sistema solar que se prepara para ingresar a un nuevo tiempo que, espiritualmente, no será tan notorio para todos, pero sí será visible en el movimiento de las leyes de la vida material o, incluso, en las agujas de reloj. El tiempo parece correr y no ser suficiente.
La transición de la humanidad y el auge de su gran purificación se aproximan para ingresar en el real tiempo del Universo, en donde existe solamente el eterno presente.
Por eso las Jerarquías, a través de los tiempos y de las generaciones, a través de todas las épocas y de todas las décadas, han preparado el preámbulo para el ingreso de ese nuevo tiempo; de lo contrario, la humanidad hubiera sufrido demasiado la aceleración del tiempo dentro de la consciencia y del espíritu.
La asistencia universal viene en auxilio de todos, la aproximación de la Jerarquía viene en auxilio de todos. Solo bastará vivir las reglas para poder cumplir el Plan y llevarlo adelante conforme al Propósito Divino.
De nada valdrá hacer mucho en la humanidad si la misión no está basada en el amor y en la verdad, en la transparencia y en la obediencia; atributos fundamentales para los tiempos de hoy, en donde muchas manifestaciones espirituales y humanas se presentarán y convencerán a la mayoría de que son reales y autónomas.
Seguir a la Jerarquía tiene un solo sentido y tiene un mismo fin, un mismo propósito, una misma meta que es alcanzar la fusión en hermandad, en unidad y con fe; atributos que promueven la materialización del Plan en la superficie de este planeta y en otros.
Las humanidades de este Universo se están postulando para ayudar a esta humanidad actual, a esta raza que proviene de los Adanes y de las Evas y de una continuidad de errores y de fallas sucedidas a través de los tiempos y de las épocas; pero el fin de la Ley del Sufrimiento se aproxima para que se abran las puertas a la cura y al alivio del dolor.
Cuánto más clamen por Mi Misericordia y por la Piedad de Dios, más aún se abrirán las puertas.
Cuánto más demuestren que están comprendiendo lo que decimos y lo que hablamos, más aún se abrirán las puertas a la Misericordia y cada uno, a pesar de donde se encuentre o de cómo se encuentre, recibirá lo que necesita. Confíen en lo que les digo.
El Sol, para la humanidad, representa esa fusión espiritual entre las almas y Dios, ese principio fundamental que una vez debió haberse vivido en la existencia de los Adanes y de las Evas, pero que no sucedió, por diferentes circunstancias.
Ahora la historia se recalculará y el Plan se profundizará en la consciencia humana para que todo ser en la superficie de este planeta tenga claro y presente lo que significa la Voluntad de Dios.
No dejen de abrir su corazón a los misterios. Beban de esta Fuente Inmaterial que hoy les traigo para que sus vidas sean renovadas y nunca, nunca sientan sed; porque la comunión con la vida superior es posible mientras se vive esta vida inferior en la superficie de la Tierra.
La Escuela de los Nuevos Cristos será regida por este maestro, el Sol del Universo Local; aquel que imparte muchas más energías y principios para la vida humana, para el planeta y el Universo.
De esta Fuente Solar nacerá el Nuevo Tiempo y colmará a todas las Jerarquías y a sus discípulos, a todos sus servidores y colaboradores.
Ahora es tiempo de dar ese salto y ese paso hacia el cumplimiento de la última parte del Plan que es responsabilidad de todos; que es responsabilidad de cada uno con Dios y el Universo.
La firma de sus espíritus ya fue concebida, el permiso ya fue dado y la hora se aproxima para ese acontecimiento en el que todos, congregados en el amor, prepararán interiormente el surgimiento de esa Nueva Humanidad que dejará de ser mental para que finalmente sea espiritual y divina; así como el Padre lo ha pensado desde los Orígenes, desde antes de que existiera el Universo y toda su vida.
Esta Maratón significa el pasaje a un nuevo tiempo y a una nueva energía espiritual concedida por la Jerarquía.
El pasado quedará en el ayer, el presente pasará a ser parte del futuro y las puertas se abrirán para un nuevo ciclo, a fin de que la consciencia humana participe de los impulsos que vendrán del gran maestro Sol.
Que Mis Palabras se conviertan, en ustedes, en fuente de sabiduría y de claridad, en fuente de discernimiento, de cura y de amor; porque el objetivo de todo este impulso es un fin mayor, basado en el Amor de Dios y en la unidad con la Fuente Suprema que los rige desde el origen de sus esencias en el Universo Material.
Para que, al fin, compañeros, sean esa chispa de luz para el mundo durante el tiempo de tinieblas y de tribulación para que más velos de la consciencia caigan de los rostros de los seres y se abran las puertas al conocimiento y al despertar.
Reciban, entonces, toda la asistencia de esta Fuente Solar que se revelará al mundo en poco tiempo por sus principios y señales, por sus emanaciones y energías superiores.
Vengan Conmigo a la Fuente del gran Sol y comulguemos, en esencia, con la nueva vida que estará libre de los errores, del sufrimiento y del dolor.
En la esencia nacerá el nuevo ser que se tornará como un Sol para iluminar los nuevos tiempos.
Reciban Mi bendición y Mi entendimiento, Mi Gracia y Mi Misericordia para los tiempos que vendrán.
Bajo este Sol que gobierna esta parte de la vida universal, bajo las estrellas de este Universo que son testigos de muchas experiencias y vidas, bajo la existencia del Universo Material y de sus corrientes poderosas, de sus atributos, rayos y energías que forman parte de la elevación de la consciencia y de la unidad con Dios, Yo los bendigo para este nuevo ciclo que será sostenido por su amor y por su fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Santidad es estar delante de Dios y, en confesión, reconocer sin miedo las propias faltas, debilidades e imperfecciones, sin esconder, ni de sí mismo ni del prójimo, las pequeñas o grandes miserias que los prenden a este mundo y les impiden llegar al Cielo.
Santidad es ser consciente de la Presencia Divina y vivir bajo Su Mirada, avergonzándose, arrepintiéndose y confesando las debilidades y, al mismo tiempo, acogiendo, reverenciando y agradeciendo los Dones y las Gracias que provienen del Padre.
Santidad es atravesar, cada día un poco más, las capas de la ilusión material para fijar los ojos y el corazón en el Propósito y en la Verdad Divina. Poco a poco, las fuerzas, las tendencias y las condiciones humanas van perdiendo su lugar en el corazón de los seres y ese espacio es colmado por la libertad de amar y de servir a Dios.
Santidad es reconocer que el camino es largo, pues el desvío fue grande, pero, sobre todo, es confiar en el milagro y en la Misericordia de Cristo, sin condicionar o limitar las acciones del Señor en la propia vida; sino, al contrario, dejando siempre que Él tenga la posibilidad de transformar las piedras perdidas en el lodo en perlas cristalinas y puras, plenas de Su Verdad y Transparencia.
Santidad es saber que nunca se ha alcanzado el punto necesario y no detener los propios pasos ni la Gracia de Dios en sus vidas, con la certeza de que en algún momento de la evolución la Unidad llegará y, ese día, la Creación se recreará. Y el Padre, habiendo renovado Su Amor, reinventará la Vida en un nuevo grado de Amor.
Vean la santidad como un horizonte que los llama. Este es un camino y no una utopía.
Busquen el servicio, el amor y la transparencia y, sin percibirlo, vivirán la redención y, más aún, retornarán a Dios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Todo en la vida de aquellos que se entregan a Dios puede tornarse un servicio, aunque sus mentes no lo sepan.
Deja que el Padre haga de tu ser un instrumento Suyo en el mundo para que tu oración sea liberadora, tu renuncia sea reparadora, tu entrega sea curadora; para que tu amor a Dios sea el motor que haga de la Misericordia Divina una fuente inagotable para la Tierra y para toda la vida.
El corazón humano está lleno de misterios y uno de ellos es que casi todas las Leyes y Rayos Divinos se pueden manifestar en sus vidas, aunque ustedes no tengan conocimiento de ellos. De esa forma, hijos, sus acciones serán puras y sinceras, sus intenciones solo estarán dirigidas hacia el Propósito Divino.
Hoy sé un poco más consciente de esta realidad superior y ora, dejando que las puertas de la liberación se abran en este mundo y que, así, las amarras y opresiones que sofocan a las almas y a los Reinos de la Naturaleza se disuelvan.
Renuncia con alegría y deja que ese acto sea como un bálsamo para el Corazón del Padre, porque cuando renuncias a tu voluntad humana para cumplir con la Voluntad de Dios estás reparando, en el Corazón del Padre, todas las heridas que la indiferencia humana y la voluntad propia le causan.
Sirve y entrega tu corazón a la Ley Mayor; así, hijo, tus acciones atraerán del Cielo Leyes Sublimes que harán que las Fuentes Celestiales derramen Gracias y Misericordia sobre los que no las merecen, pero que, a pesar de sus errores y pecados, son profundamente amados por Dios y fueron creados por un Propósito Divino, del cual se desviaron.
Que tu vida sea como una luz en el mundo, iluminando el camino de los que se perdieron y devolviéndoles la paz.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más