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Ilumina tu consciencia con la Luz de la Sabiduría que los Mensajeros de Dios traen al mundo.
Despierta a los principios de la cristificación, viviendo el servicio y la entrega incondicional todos los días.
Experimenta el don de la humildad y la gracia del silencio ante la Gracia Divina y así, hijo Mío, ve cumplirse en tu interior las promesas de Dios para ti.
Vive la alquimia de la transformación de la consciencia, en la simplicidad de la oración.
Ve cumplirse el Propósito Divino en ti, por la rendición sincera de tu corazón a Dios y descubre qué simple es manifestar la Voluntad Divina.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Por donde pases, busca rescatar con tu corazón los principios espirituales para que lo sagrado despierte, poco a poco, y revele sus misterios.
Deja que la paz habite en tu interior y que la reverencia more en tu consciencia para que puedas reconocer la presencia de la Jerarquía en los lugares sagrados, más allá de las apariencias humanas.
Que tu corazón esté siempre elevado hacia lo alto, unido y en sintonía con el Propósito Divino, para que de esta forma, hijo, prestes un servicio al mundo, uniendo las dimensiones superiores con la vida sobre la Tierra para liberar lo que está oscuro en el planeta, a través de la armonía y de elevación de la consciencia.
La humanidad debe ingresar en un nuevo ciclo para aproximarse a la realidad divina y ese ciclo es de un contacto interno más profundo y verdadero, porque esto es lo que permitirá a los seres discernir y dar los pasos correctos en el tiempo que llegará. Su consciencia debe aprender a estar elevada, más allá del caos y de las apariencias; colocada en la Verdad a través del amor, del silencio y de la oración. Así, no solo encontrarás la paz, sino que serás vehículo de esa paz para el mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Lleven el Relicario de Mi Corazón a donde vayan. Porque como peregrino, silenciosamente, derramaré las Gracias de Dios sobre las almas, irradiando la pureza y la humildad que los corazones necesitan para encontrar al Padre y el camino de retorno a Su Morada Celestial.
El Relicario peregrino de Mi Casto Corazón revelará a los seres su propia pureza y verdad para que, ante él, las almas reconozcan quiénes son y lo que vinieron a hacer a este mundo.
El Relicario peregrino de Mi Casto Corazón será como un espejo para las almas, las que verán reflejado en él su esencia más pura y, poco a poco, descubrirán cómo expresarla y cómo ser lo que están descubriendo de sí mismos.
El Relicario peregrino de Mi Casto Corazón existe con el simple propósito de traer la paz y de revelar a los hombres el camino de retorno hacia el Corazón de Dios.
Cuando fueran sinceros delante de Mi Corazón podrán recibir las mismas Gracias que Yo recibí para encontrar a Dios y unirme a Él.
Mi Corazón no es el Camino, la Verdad y la Vida; pero sí es aquel que supo rendirse a Dios para recorrer ese Camino, para conocer esa Verdad y tornarse plenos de la verdadera Vida, que es la Vida en Dios.
Que la paz, que de él proviene, les revele sus orígenes y los inspire para que sepan retornar en espíritu al Corazón de Dios, aun estando con los pies en la Tierra.
Que sus almas conozcan el camino hacia el Corazón del Padre.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Así como Tu Señor renovó todas las cosas en cada paso con la Cruz, renuévate tú también en esta pasión planetaria, hijo Mío.
No hay peso que Dios coloque sobre ti que no puedas soportar.
No hay caída que vivas de la cual no te puedas levantar.
El amor que está latente en tu interior debe despertar y crecer, y eso sucederá con la superación de ti mismo cada día.
Recibe del Padre las gracias para que tu corazón este firme y cimentado en el amor a Su Propósito Divino.
Ora y que tu oración sea sincera, porque de ella surgirá la fortaleza que te hará levantar, una y otra vez, con la cruz de estos tiempos. Y con cada caída el amor crecerá en tu interior, en cada paso el amor se expandirá dentro de ti.
Vive sin temor las agonías, vive sin temor las humillaciones, vive sin temor la soledad, vive sin temor el sacrificio.
Fija tu mirada y tu corazón en el calvario de este tiempo, en el que no solo morirás para ti mismo, sino que entregarás todo lo que eres para que, a través de ti, Dios renueve y supere Su Amor.
Anímate sin temor, vergüenza u orgullo a ser un Cristo del Nuevo Tiempo, porque para eso Tu Señor te llamó por el nombre. Que cada día sea vivido por este Propósito Divino.
Contemplando la memoria de tu Señor con la Cruz, imita Sus pasos y deja que tu corazón encuentre el Amor que Él sintió por el mundo y por las criaturas que en él habitan, el Amor que Él sintió por el Universo y por toda la vida que en él evoluciona.
Permite que tu corazón ceda espacio al Corazón de Cristo para que aprendas a estar en la pasión de este tiempo, no solo como un hombre imperfecto, sino como un espíritu pensado y manifestado por Dios para recrear Su Creación.
Esto es lo que eres. Esto es lo que este momento planetario forjará en ti.
Por eso, suelta las riendas de tu vida y ya no camines hacia aquello que piensas que debes ser. Es así, como eres, que Dios hará de ti un Cristo. Solo vive este calvario y supérate cada día. Llegará el momento en el que Dios mismo se superará en tu interior.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.
Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.
Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.
Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.
En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.
Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.
Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.
Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.
Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.
Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.
Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.
Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?
Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.
Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.
No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.
Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.
Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.
En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.
Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.
Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.
Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.
Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.
Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.
Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.
Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.
Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.
Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.
Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.
Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.
Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.
Nos ponemos de pie.
"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".
Incienso.
Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.
Canción: Adonai.
Inspiramos.
Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.
En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.
En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.
En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.
Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Cuando los espíritus antiguos se congregan para asumir sus compromisos y finalmente vivir el despertar, todo el Universo contempla a la Tierra.
El despertar de la consciencia se da por etapas y en cada una de ellas, algunos velos se rasgan y, el ser se aproxima a la verdad sobre sí mismo, sobre la Tierra y sobre el propósito de la existencia de toda la vida, del que la humanidad se apartó hace mucho tiempo.
En cada ciclo que pasa y cuando ustedes se aproximan más, como proyecto evolutivo a su meta final, más intensos son los grados del despertar, más intensos son los impulsos recibidos y más intensa también es la necesidad, que pulsa dentro de los seres, de responder a Dios.
Esa necesidad proviene de sus almas, que se agitan al aproximarse al camino de retorno al Corazón del Padre y al de su origen universal. Porque las almas si conocen el Propósito Divino, y están bien despiertas, aspiran profundamente a él.
Por eso, hoy les vengo a decir que estén atentos a los impulsos de este tiempo, abiertos para vivirlos y dispuestos a dejar que sus almas expresen su respuesta, viviendo una trasformación profunda y absoluta.
Déjense guiar por los impulsos determinantes de estos tiempos, a través del corazón que se eleva a la consciencia y, con la consciencia en Dios, manifestarán Su Voluntad.
Les dejo Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuanto mayor sea el caos en la Tierra y el desorden en las naciones y en los hombres, más debe estar tu mente y tu corazón en Dios.
Retira tu mente y tu corazón de las cosas del mundo, no para ser indiferente ante lo que sucede en él, sino para que seas un punto de equilibrio para la Tierra y para que tu consciencia, unida a Dios, esté constantemente generando paz y atrayendo la Gracia de Dios hacia el mundo.
Sé que cuanto mayor es la tensión planetaria, más los seres buscan refugio para no encarar lo que sucede en el mundo, esto es parte de la condición humana. En este tiempo es muy fácil distraerse del Propósito Divino y adentrarse por caminos que llevan a que los seres olviden su misión y la Voluntad Divina que vinieron a cumplir.
Las mentes huyen de la renuncia y del sacrificio, porque no quieren soportar la propia transformación y la propia maduración espiritual. Pero tú, hijo, eres llamado a vivir algo diferente en nombre de toda humanidad.
Eres un autoconvocado de estos tiempos que, entre la multitud de los hombres, levantaste tus manos para comprometerte con la Voluntad y con el Plan de Dios, y este es el momento culminante para confirmarte en esta Voluntad. Este es el momento de forjar en tu interior aquella consciencia que enfrentará la transición de los tiempos y que será una referencia para los que estarán ciegos y perdidos en este mundo.
Por eso, silencia tu mente y busca a Dios en oración. Abraza con amor las renuncias y los sacrificios que Él te ofrece. Abraza con amor lo que se opone a tu voluntad propia para construir la Voluntad Divina y déjate moldear según este Propósito universal y celestial.
Entra, espiritualmente, cuarenta días en el desierto de tu corazón, porque, después de eso, solo te bastará cargar la cruz del fin de los tiempos y entregar todo por amor a Dios y a la vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mi Luz maternal se expande por todos los espacios a fin de ayudar y proteger a mis hijos.
Con Mi Luz maternal disipo los asedios y disuelvo los obstáculos que las consciencias viven día a día.
Bajo la Luz maternal coloco a los que Me claman y piden Misericordia y, así, libero de las prisiones a los que oran de corazón.
En Mi Luz maternal protejo a los corazones perturbados y les entrego la paz a los que la buscan.
Con el descenso de Mi Luz maternal genero una corriente poderosa que impide los embates y las batallas que podrían vivir Mis hijos.
Por medio de Mi Luz maternal sostengo a los que profesan su fe en Dios y despierto en ellos el amor misericordioso, para que las criaturas reconozcan su filiación con el Padre Celestial.
Quien recibe Mi Luz maternal ya no está en pecado ni en falta porque la Luz maternal lo transmuta y eleva su consciencia hacia el Divino Propósito espiritual cuantas veces sea necesario.
¡Les agradezco por responder, con fe, a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Entra en diálogo con Dios todos los días, colocándote delante del Padre en confesión y pidiendo permanecer en Su Gracia.
Hijo, los seres humanos están en el camino de expresar lo que verdaderamente son, en una purificación intensa de siglos de existencia, casi siempre impregnados por la ilusión y por el engaño.
No permitas que tu ser permanezca inmerso en las superficialidades y en las miserias, cuando tienes la posibilidad de transmutar y sublimar estas energías, si tan solo te dispones a ser humilde delante de Dios.
Conversa con tu Creador. Busca el pensamiento perfecto que Él emanó al idealizar a tu ser. Siente el sublime Amor del Padre y el propósito perfecto que Él aún espera que puedas expresar.
Anímate a encontrar en tu interior la Voluntad Divina. Que la presencia de Dios, Su Universo, Su Infinito, ya no te sean meros conocimientos y teorías.
Deja que tu ser experimente aquello que no se explica y que no está en ningún libro sagrado, porque los que lo vivieron, solo supieron callar.
Es momento de profundizar y no de retroceder. Es momento de decidir dar los pasos en el camino correcto y no de seguir por los caminos conocidos, que te dan la falsa sensación de estar seguro.
En este tiempo, todo debe ser nuevo. Lo desconocido te aguarda para revelarte sus misterios. Y aquello que siempre estuvo silencioso en tu corazón podrá al fin expresar su verdad.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Quisiera poder ver a Mis apóstoles del último tiempo unidos a Mí en la esencia del Propósito y no en sus preferencias.
Quisiera poder ver los frutos de los tesoros que Yo les entregué en estos últimos tiempos, tesoros que están al servicio de la humanidad.
Quisiera poder ver los resultados de todos los impulsos que construyó la Jerarquía con esfuerzo y con amor en las almas.
Quisiera poder ver la madurez de Mis amigos, en el sentido de poderse colocar por encima de sí mismos para que reine la unidad y la hermandad.
Quisiera poder ver la fidelidad y la generosidad de los que se comprometieron a ser compañeros de Mis compañeros, hermanos de Mis hermanos, dentro de este sendero de amor y de perdón.
Quisiera saber si Mis amigos más cercanos son capaces de confiar, plenamente, en los instrumentos que Yo escogí para llevar adelante la Obra preparatoria del retorno de su Señor.
Quisiera poder ver manifestado el Pensamiento Divino en la Tierra y el sendero de la salvación para todos los que están perdidos.
Quisiera poder ver que Mis amigos Me reconozcan, más allá de las apariencias, cuando Yo regrese al mundo.
Quisiera poder confiar en todos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En los Universos Superiores, la llamada Fuente de la Creación actúa, universalmente, regenerando los principios y los espacios de la manifestación, los que forman parte del desarrollo espiritual de las constelaciones y de los planetas.
En este tiempo actual, la lucha y el esfuerzo por estar conectado con lo Alto, exigirán dedicación, empeño y dinamismo para que las corrientes contrarias a la luz, las que circulan alrededor de la vida planetaria, no afecten ni desvíen del propósito a los servidores.
Si alguna forma de desvío o de abandono personal del propósito sucede en este tiempo es a consecuencia de la falta de conexión interior y espiritual con la Fuente.
Por otro lado, el ciclo de la autopurificación está llevando a que las consciencias humanas sobre la superficie de la Tierra se enfrenten a sí mismas y conozcan lo que antes les era desconocido y oculto.
Nos referimos a tener consciencia y claridad al respecto de quién es verdaderamente cada ser de la superficie a nivel espiritual, mental, álmico y material.
El conocimiento de los aspectos espirituales, mentales y materiales del ser humano es algo que antes pasaba por alto, porque actuaba de forma inconsciente.
Ahora, debido al cruce universal del tiempo y del espacio, esos aspectos, que antes actuaban solos y con gran poder oculto sobre las consciencias, están quedando en evidencia para que el ser humano los enfrente, los purifique y se libere de esa constante opresión.
Lo que sucede en la actualidad es que la mayoría de la humanidad no sabe ni tiene consciencia sobre cómo resolver una situación que, durante largos periodos de tiempo, ha comprometido la posibilidad de su despertar y de su entrega.
Entonces, por más que una minoría esté alineada con el Propósito Divino y tenga las herramientas internas que necesita para llevar adelante la manifestación del Plan, esa parte, que es la minoría más consciente, tampoco sabe cómo proceder o actuar para resolver su proceso intensivo de purificación.
Por esa razón, la Fuente Suprema de la Creación dispone de grandes retransmisores de atributos y de códigos de luz: los llamados "Espejos".
Los Espejos son el sostén y el puente de unión fundamental para la actual transición planetaria, porque los Espejos más sublimes de la Creación serán el apoyo imprescindible para la evolución del amor en la consciencia terrestre; como también serán los pilares que sostendrán el puente que la propia humanidad deberá construir a través de la oración, la liturgia, los Sacramentos y el servicio a los más necesitados.
Sin estos atributos ampliamente aplicados en la vida cotidiana, el ser humano no tendrá cómo sostenerse a sí mismo.
Hasta ahora, los Reinos de la Naturaleza, así como los grandes océanos y mares, fueron las consciencias espirituales e internas que sostuvieron al hombre de superficie.
Pero este ciclo cambió, ya que la degradación, el maltrato y el descuido para con la Naturaleza generaron deudas impagables para la raza humana y esto recae, una y otra vez, en el planeta, reflejándose en los fenómenos climáticos cambiantes, el derretimiento acelerado de los polos, la contaminación terrestre y aérea y el colapso de todos los ambientes generado por la contaminación sonora y visual.
Todo este contexto planetario ahoga a la Tierra, como consciencia, a los Reinos Menores y a la humanidad entera.
Llegó el momento de que cada ser de la superficie contrarreste este mal causado al planeta y a la Creación.
Llegó el momento de que cada alma asuma su propia purificación y transición y que ya no se alimente ni dependa de nada ni de nadie.
Los instrumentos para saber crear la condición espiritual ya fueron enseñados, ahora solo dependerá del género humano poder revertir y transmutar todo lo generado.
Los Espejos serán, en estos tiempos, el principal soporte espiritual de alineamiento y de equilibrio.
Los Espejos podrán unirse al espejo del corazón de cada ser para que, poco a poco, con determinación y consciencia, vayan cambiando las vibraciones del planeta y de la raza humana.
En los Espejos encontrarán el soporte mayor para el fin de los tiempos y la llave que abrirá la puerta correcta para que pueda llegar la Hermandad Celestial.
Es hora de trabajar conscientemente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Si todos se postraran a Mis Pies, así como lo haces tú, muchas situaciones internas y externas no sucederían o, por la intervención de Mi Amor, ya estarían resueltas.
Postrarse ante Mí no es para vanagloriarme, sino para saludar al Cristo interno que existe entre tú y Yo.
Postrarse a los Pies del Señor significa remisión y perdón de los pecados, significa una nueva oportunidad interior que surge para poder, conscientemente, transformar y elevar la consciencia.
Postrarse ante Cristo significa conocer y obedecer, incondicionalmente, a la Jerarquía, significa unirse a ella bajo cualquier circunstancia o condición.
Solo que la mayoría no se postra ante el Señor; no para Mí, sino para poder reconocer al Dios Vivo que está por encima de todos nosotros.
No postrarse ante Mí significa amplia y dura resistencia, falta de humildad para con uno mismo y para con el semejante, significa vanagloria propia y poder humano desmedido.
Pero tan solamente postrarse ante el Señor es comprender y es aceptar algo que está más allá de este Universo, es fundirse con el Propósito Divino a pesar de la distancia entre los planos, es decir “sí” sin miedo alguno y es abrirse a la redención.
¡Les agradezco por responder a Mis peticiones!
Los bendice siempre,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Donde haya un corazón que ora, ahí estará Dios, escuchando sus súplicas y con ellas equilibrando el mal que circunda el mundo.
Donde haya un corazón que sirve, ahí estará Dios, trabajando a través de sus manos y construyendo fortalezas en el interior de los que perdieron la esperanza.
Donde haya un corazón que ama, ahí estará Dios, amando dentro de Sus hijos y renovando el amor, para que él se expanda y haga renacer todas las cosas.
Donde haya un corazón que persiste en el Propósito Divino, a pesar de las adversidades y de las dificultades para manifestarlo, ahí estará Dios, construyendo lentamente Su Plan, preparando silenciosamente una nueva vida, una nueva humanidad.
Donde haya un corazón que ama y sirve a los Reinos de la Naturaleza, ahí estará Dios, haciendo que Sus criaturas aprendan, unas con las otras, y así vivan en comunión.
Donde haya un corazón que crea en el nuevo tiempo, ahí estará Dios, preparando el retorno de Su Hijo, para que Él venga a transformar y a curar todas las cosas, instituyendo una nueva vida sobre la Tierra.
Sean esos corazones que oran, que sirven, que aman, que persisten, que creen, que tienen fe. Así, hijos, ahí estará Dios, a su lado y dentro de sus corazones, haciendo de sus vidas instrumentos triunfadores de Su Corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oro para que las almas alcancen la paz.
Oro para que las consciencias despierten a la realidad planetaria, a la verdad universal, y así transformen sus vidas según el Propósito Divino.
Oro para que los corazones aspiren a la unidad con el prójimo, con los Reinos de la Naturaleza, con la vida, con Dios.
Oro para que los buscadores reconozcan la verdad en todas las enseñanzas transmitidas por Dios a través de Sus Mensajeros, para que aquellos que buscan, sepan ver más allá de las palabras y encuentren en las entrelíneas la ciencia divina de la Creación.
Oro para que la vida sagrada ya no sea ocultada por las superficialidades humanas y, de la misma forma, para que la esencia de los seres no esté oculta por las creencias ilusorias que ellos tienen sobre sí mismos.
Oro por una nueva vida y una nueva raza, para que después que el aprendizaje humano se consolide, los seres tengan valor y esperanza para hacer emerger la nueva vida y dejar florecer en sí mismos el nuevo ser que, delante de Cristo, comenzará a despuntar.
Oro para que la humanidad no pierda el sentido de su existencia y la vida espiritual deje de ser una costumbre y una práctica, para ser una realidad y una experiencia de vida.
Oro, en fin, para que las Gracias de Dios no permanezcan en el Cielo, sino que sean vertidas sobre la Tierra.
Hoy Yo los llamo a que oren Conmigo y así intercedan por este mundo mientras hay tiempo. Oren Conmigo por la Paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En silencio, profundiza en los descubrimientos espirituales que estás viviendo. No dejes que los impulsos y las revelaciones pasen como el soplo del viento, sino que permanezcan en tu interior, fecundando tu espíritu, como lo hace el Soplo del Espíritu de Dios.
Deja que tu alma suspire aliviada al recibir el bálsamo de las revelaciones que le hacen recordar el sentido de la vida y sentir que hay una esperanza de retorno al Corazón de Dios.
Medita en tu espíritu y en la vida superior, para que ella te fortalezca y te de una posibilidad de estar suficientemente firme en el Propósito Divino, para auxiliar a otros que perderán su fe cuando todo sea caos y desequilibrio.
Ve más allá del horizonte de la Tierra, y de todo lo que está antes de él, el claro despuntar del Sol que vendrá para iluminar una nueva vida. Mantén firme, en tu interior, el saber del verdadero sentido de los acontecimientos del mundo. El planeta se purifica para liberarse. Se desequilibrarán aquellos que construyeron las bases de su morada en la arena de sus propias destrezas y certezas, y no en la Roca de la Voluntad y del Plan de Dios.
Sabe que todo es parte de un Plan trazado desde la era de los patriarcas y que fue descripto con sus palabras, aunque poco comprendidas por los hombres.
El Viejo Testamento se cumplió en el Nuevo Testamento, y el Nuevo Testamento se cumple ahora para que, a través de este momento planetario, una nueva historia sagrada se pueda escribir y en ella estén las profecías de una nueva vida y de un nuevo hombre, el que retornará al Tiempo de Dios y abrirá las puertas para que todos los seres se unan a Su Corazón.
Aférrate a este Propósito Divino y fortalece tu ser en la fe, sustentando en tu espíritu la paz.
Para eso, Dios te llama por el nombre y te permite escuchar y leer Sus santas Palabras. Eres llamado a ser un apóstol de los últimos tiempos, un santo de los últimos días.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando los corazones de las naciones están oprimidos y claman por paz, únanse, hijos, a este pedido y eleven sus voces a Dios, pidiendo por sabiduría y luz para los hombres, para que a través de ellos se establezca la paz.
Sé que muchos piensan que repetimos una y otra vez: "¡Oren! ¡Oren! ¡Oren!". Y así es, porque los seres aún no descubrieron el verdadero potencial de la oración. Si oraran todos los días de corazón percibirían que la oración los transforma, transforma la vida a su alrededor y transforma este mundo.
No son las guerras, las protestas y los conflictos los que traerán paz a las naciones. Es la oración que une el corazón humano a la Sabiduría Divina, para que sepa lidiar con los desequilibrios propios de este tiempo.
La oración es lo que calma el ímpetu de la impulsividad humana y coloca a los seres en un estado de paz para que tomen decisiones correctas, según la Voluntad de Dios y no la propia.
Es la oración la que permite que vean los acontecimientos del mundo con neutralidad y sabiduría para que sepan cómo auxiliar.
La oración es la que abre las puertas del mundo a nuevas Leyes, a nuevos patrones de vida que les dan la oportunidad de participar en un nuevo tiempo.
Es la oración la que disuelve de los planos mentales del planeta las ideas de destrucción, de guerras, de maldad, de ultrajes, para que no se manifiesten en el mundo, aunque todo esto suceda en los niveles silenciosos de la consciencia, adonde solo el corazón puede llegar.
La oración es un ejercicio de humildad y, siendo así, permite que los seres pierdan la arrogancia humana para aceptar que Dios guíe y conduzca la vida en este mundo, porque Él lo creó y solo Él puede conducirlo a Su Propósito.
La oración, hijos, es mucho más que todo lo que Yo les dije. Pero, para entrar en este misterio, necesitan orar de corazón y profundizar cada día en la comunicación con Dios.
Yo los bendigo y los inspiro a orar de corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aprendiendo a rendir el corazón
La humanidad, hijos, aún está aprendiendo a rendir el corazón a Dios. Algunos se rinden porque no tienen otro camino ni otras opciones; otros se rinden por todo lo que ya sufrieron; y unos pocos se rinden por amor, porque no fueron vencidos ni por su inercia ni por el sufrimiento de la vida, sino por el Amor de Dios. Esta rendición es la que el Señor los llama a vivir.
Cuando Cristo les dice: "Ríndanse a Mi", no se refiere a seguir Su camino por no tener otras opciones, por miedo o por inseguridad; no se refiere a escoger Su camino porque ya sufrieron lo suficiente como para no querer buscar otra cosa que no sea la paz. Cristo se refiere a comprender el verdadero sentido de la vida, a saber que están en la Tierra por un propósito superior que es la renovación del Amor de Dios.
Sabiendo y teniendo fe en ese Amor, que destituye de sus vidas todas las potestades humanas, es que ustedes comenzarán a rendirse verdadera y espiritualmente a Cristo.
La rendición es una decisión interior que nace del descubrimiento del Amor de Dios y del ansia de vivir en ese Amor y por ese Amor, para siempre.
Cuando un ser se rinde al Amor de Dios comprende todas las cosas como vehículos para llegar a él: las dificultades, las pruebas, las humillaciones, el vencer las resistencias, la constante profundización de la entrega; todo se torna un vehículo para renovar el Amor del Padre, porque todo es parte de Su Plan y llega a la vida de Sus hijos y servidores para conducirlos al Propósito Mayor, a la Voluntad Divina.
Por eso, hijos, en este tiempo, ríndanse a Dios de corazón y sin miedo, confiando en Su Gracia y en Su inconmensurable Amor. Dejen que el Padre les dé a conocer ese Amor, delante del cual todo se torna pequeño, todo pierde su valor y su sentido; y ríndanse a él. Descubrirán, así, que no hay nada más maravilloso, en la evolución de los seres que ser inundado y colmado por Dios, porque fueron creados para eso, fueron creados para amar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy, hijo, expresa gratitud a Dios por todos los ciclos vividos, por todas las gracias y misericordias, por todos los dones y dádivas, por cada bendición y por cada prueba que pudiste atravesar.
Hoy, agradece a Dios por Su Presencia, por Sus Palabras, por el despertar que día a día se profundiza en tu corazón, así como en tu consciencia.
Agradece por el Don de la Vida, aun con todas sus dificultades y obstáculos, porque sabes que, a pesar de todo el caos y de toda la ilusión que rodea al mundo, hay un propósito espiritual para todas las cosas y una Voluntad Superior que guía a las almas que se abren a ella.
Agradece por el profundo Amor de Dios y por Su constante Fe y Esperanza. El Creador confía en el triunfo de cada corazón, más allá de sus miserias, porque conoce la esencia perfecta con la que cada uno fue creado.
Agradece porque el Padre siempre está buscando formas para que encuentres el camino de la Redención a través de Su Hijo, de Sus ángeles, de la Madre Celestial o de los santos y bienaventurados que guían a las almas hacia el Corazón de Dios. Siempre hay un guardián cuidándote, acompañando tu camino y orando para que no lo pierdas.
Colma tu corazón con la esencia de la gratitud; porque, hoy y siempre, esta es la puerta hacia el Cielo, la puerta hacia un nuevo ciclo pleno de Dios.
A través de la gratitud, encontrarás la paz y la renovación interior.
A través de la gratitud, aprenderás a amar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La Sabiduría es un don que proviene de lo más profundo del Corazón de Dios. Fue con la Sabiduría que el Creador expresó la manifestación de Su Espíritu, como una Fuente Creadora de la Vida.
La Sabiduría es un don que los une al Propósito Divino y los lleva a pensar dentro del Pensamiento de Dios y a sentir dentro de Su Corazón.
La Sabiduría hace que las almas lean en los libros sagrados del Plan Divino y así, aunque sus mentes no sean conscientes, sus corazones que son el puente entre el alma y la vida material, pueden sí, captar y sentir la Voluntad Divina para que, así, conduzcan sus vidas según esa Voluntad.
La Sabiduría llega al mundo a través de la Gracia y de la Misericordia y, clamando por esa Gracia, ustedes pueden alcanzarla. Sin embargo, hijos, ella les es concedida por un motivo. Para recibir el don de la Sabiduría es preciso estar puros de corazón y libres de intenciones y voluntades propias.
La Sabiduría desciende sobre aquellos que disponen de su vida para Dios y la ofrecen para el cumplimiento de Sus Planes.
En estos tiempos, la Sabiduría ya no es tan solo un don divino que el alma recibe para cumplir una tarea espiritual. Ella es una necesidad de la consciencia humana porque la unirá a Dios y permitirá que, en lo profundo de sus seres, el vínculo con el Creador jamás se pierda, independientemente de lo que suceda a su alrededor.
Por eso, hijos, clamen por la gracia de recibir en sus corazones el don de la Sabiduría. Ofrezcan sus vidas a Dios para que Él haga de ellas instrumentos para la expresión de Su Voluntad.
En un tiempo de profunda ignorancia, indiferencia y confusión interior sean instrumentos y vehículos de la Sabiduría Divina en la Tierra.
Los corazones necesitan de una guía para llegar a Dios y hasta que todo suceda, hasta que el retorno del Redentor sea una realidad, serán necesarios corazones sabios y disponibles para Dios, a fin de que sean la luz del mundo en tiempos de oscuridad.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
No pretendo que sus vidas sean perfectas para Mí, sino que sus vidas y sus acciones reflejen la verdad, la oportunidad de hacer algo mayor por los otros, por la humanidad y por el planeta.
Sus vidas deben estar a Mi alcance en cada circunstancia, en cada desafío como en cada prueba, porque la perfección los espera en la próxima etapa de su escuela.
Mientras tanto, que en este ciclo sus vidas reflejen el amor de Mi Corazón, la templanza de Mi Alma y la incondicionalidad de Mi Espíritu, porque así Yo los haré parte de Mí y Yo seré parte de ustedes en este camino de ascensión hacia la Casa del Padre Celestial.
Que sus vidas sean el espejo que refleja Mi Divino Propósito y Mi ardiente aspiración para que, al menos en la Tierra, existan Nuevos Cristos, almas portadoras de Mi Amor y de Mi Paz.
Solo espero, en la alegría de Dios, que sus vidas sean parte de Mí, para que el proyecto de cristificación se cumpla en una parte de la consciencia humana.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más