Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN MONTE SHASTA, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 124.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El tiempo de la Justicia está llegando, pero aún hay tiempo para la Divina e Insondable Misericordia.

Yo vengo aquí como su Intercesor y Mediador entre las almas y Dios, entre el Plan Divino y esta nación tan necesitada de amor. Les agradezco que hayan llegado hasta aquí para vivir este encuentro Conmigo.

La Jerarquía Espiritual, en este momento, contempla todas las necesidades del mundo; especialmente, las necesidades más profundas e internas que este país presenta ante Dios, que Yo contemplo con una mirada de Misericordia y no de Justicia.

Porque recuerden, compañeros Míos, que la causa de lo que Yo viví por ustedes en Mi Dolorosa Pasión también fue por esta nación, sabiendo todo lo que sucedería posteriormente en las siguientes generaciones de la humanidad. Por eso, compañeros, lo que está viviendo la humanidad en este ciclo está escrito en el Libro del Apocalipsis, en el ciclo inminente del Armagedón.

Pero, a través de una Luz de esperanza y de paz que nace de Mi Corazón, Yo vengo como el Señor de todo el Universo y de toda la Tierra, como el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, para ofrecerle al Padre una vez más los méritos de Mi Vida, de Mi Nacimiento, Muerte y Resurrección, para que esta nación y especialmente su alma tenga una oportunidad.

Pero, quiero que sepan, compañeros, que el Señor no deja de contemplar los errores que ha cometido esta nación en el mundo. Por eso, les hablé, en el principio, de que se acerca el tiempo de la Justicia, una Justicia que aún es desconocida por el ser humano.

Pero también les hablé que aún está el tiempo de la Divina e Insondable Misericordia; porque, mientras la puerta de Mi Corazón esté abierta a ustedes y a sus hermanos, los pecadores más empedernidos podrán llegar hasta Mí y colocarse bajo los Rayos de Mi Corazón, bajo los Rayos de la Sangre y del Agua de Cristo, para que lo más oscuro y corrupto sea transformado y redimido.

Si sus ojos no vieran los acontecimientos con una mirada de amor y de misericordia, les aseguro que su propia indignación los ahogaría.

Por eso, Yo los vengo a colocar en otra dimensión y en otro plano de consciencia, en el Plano y en la Dimensión de Dios, en donde a través de una mirada de amor y de misericordia se puede atravesar el final de estos tiempos con compasión y no con una mirada de ira o de indignación.

Sé que esto, tal vez, no supliría lo que sientan sus corazones.

¿Pero, recuerdan qué es lo que pudo haber sentido el Sagrado Corazón de Jesús en lo alto de la Cruz, sabiendo que todos Sus enemigos estaban en contra de Él y lo único que Él tenía era el Padre Eterno y Su soledad espiritual?

¿Dónde está esa clave tan poderosa del misterio del Amor que, a través del ofrecimiento del Divino Hijo, pudo transformar el mundo entero?

¿Acaso, a través del Poder Celestial que el Padre Me dio, ustedes creen que Yo podría transformarlo todo, aun esta nación que ha perdido su Propósito Espiritual?

Pero, una vez más, Yo les digo que la Jerarquía Espiritual trabaja a través de Su silencio y anonimato. Allí está el poder magnífico de la Obra de la Misericordia de Dios, es allí en donde todo comienza a transformarse lentamente.

Por esa razón, Yo estoy aquí una vez más en los Estados Unidos; y, a los pies de esta Sagrada Montaña, Yo intento iluminar a la consciencia de los Estados Unidos para que pueda alcanzar su gran momento de despertar y de arrepentimiento.

Estos próximos días de la Maratón de la Divina Misericordia serán decisivos y aun, antes del próximo 8 de mayo, será un momento decisivo para la propia Jerarquía Espiritual y Divina porque se definirá, compañeros, el próximo ciclo de esta nación, contemplando su deuda espiritual.

¿Y saben cómo esto podrá suceder?

Con la manifestación y la concreción de un Punto de Luz en este lugar, la expresión de una comunidad viva y fraterna, una comunidad que refleje y represente la Presencia de Cristo en la Tierra; comunidad que será formada por la experiencia y la presencia de los autoconvocados, que posteriormente formarán las bases espirituales de esta Comunidad-Luz.

En este día preparatorio y de comienzo de una nueva Maratón de oración, el Sagrado Señor del Universo, a los pies del Monte Shasta, no solo viene una vez más a elevar la consciencia humana, la consciencia del planeta, el alma de este planeta, sino también su Maestro y Señor viene a entregarles Su más ardiente aspiración para los Estados Unidos, a fin de que la cura tan esperada se establezca en las almas de este país.

También, rezaré por esto, así como vengo rezando en el silencio de Mi Corazón y así como cada uno de ustedes, en estos días de Maratón, podrá rezar por esta causa tan importante para Mí; porque en verdad les digo que comprenderán en profundidad esta, Mi causa espiritual por los Estados Unidos y por las almas de este país, cuando esta aspiración se materialice en la superficie y especialmente se manifieste a través de las almas que se congregarán en Mi Nombre.

Un nuevo plan puede ser presentado para esta nación y para este pueblo; para que, saliendo de la ambición y del consumismo, ingresen en la escuela de la donación y del servicio verdadero por los que sufren; por los que sufren aquí, en este país, hace mucho tiempo, por los que sufren el trauma de vivir la guerra, de servir a la guerra como si fuera algo importante o victorioso.

Vean dónde terminó el camino de esta nación; pero los grandes y profundos milagros sucederán en los corazones que escuchen el Llamado del Señor y, sobre todo, en los corazones que sean mediadores del amor y de la cura en este planeta.

Extendiendo Mis Brazos y Mis Manos en señal de cruz, vengo a bendecir a esta nación en el nombre de Dios para que las almas puedan cumplir y vivir el Propósito Espiritual, para que salgan de la cadena interminable del sufrimiento y de la agonía, de la culpa incesante por haber vivido la guerra.

Aspiro, profundamente, a que se establezca aquí la paz y esta paz pueda colmar a los corazones sedientos para que, estos corazones y almas sedientas en estos días de oración suplicante y misericordiosa, puedan ser ungidos por Mi Luz Espiritual.

Recemos por esto de verdad y de corazón. Recemos por todo lo que debe convertirse en los Estados Unidos para que pueda vislumbrar en el horizonte la redención, durante el Retorno Glorioso de Cristo.

Una vez más, les agradezco por estar aquí Conmigo, en este día, y por hacer el esfuerzo verdadero de seguir los pasos de la Jerarquía, porque lo que les espera a todos en el próximo tiempo es maravilloso, algo renovador y curador para las almas.

Reciban Mi bendición en esta larga jornada de peregrinación junto con los Sagrados y Divinos Corazones.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los Pies del Resucitado tocan la superficie de la Tierra para poder bendecirla, curarla y redimirla.

Hoy, también tengo la Gracia especial de contemplar espiritualmente el camino de los que se han decidido a seguir las Huellas del Redentor en cualquier lugar del planeta, llevando Mi Presencia en el corazón humano que es transfigurado por Mis códigos de Luz y de Amor.  

Quisiera que hoy contemplaran Conmigo la grandeza del milagro del Amor en sus vidas; aunque aún sientan la imperfección, por un momento contemplen más allá de todo esto lo que los Ojos de su Maestro y Señor contemplan.

He aquí, detrás de Mí, el Reino de los Cielos con sus ángeles y arcángeles, especialmente con los coros celestiales que hoy rodean al Glorificado y Resucitado Señor, como a cada una de sus consciencias; para que, a través del Libro de la Vida, que es guardado preciosamente en el Arca de la Santa Alianza, estén escritas las experiencias de amor que pudieron vivir en esta última Sagrada Semana y, sobre todo, la reconciliación y el perdón entre hermanos.

Porque, en verdad les digo que, si nadie se reconciliara y se perdonara a sí mismo o a los demás, ¿cómo seguirá el destino de esta humanidad, ante tantos desastres, guerras y sufrimientos?

Yo vengo aquí por última vez, en este último día de la Sagrada Semana, para que ustedes sean testigos de Mi Presencia en el mundo y en los corazones.

Muy grande y desconocida es la deuda de este mundo actual, pero más grande y poderosa puede ser la obra de la Misericordia en los corazones que, como los de ustedes, responden a Mi Llamado.

Hoy, el Señor de Israel, el Glorificado y Resucitado Señor, no solo llora por Jerusalén, así como fue en el pasado, sino también llora por los inocentes y por los que están atormentados en el cautiverio espiritual, moral y humano.

Mis lágrimas se convierten en Luz para los inocentes y, hoy, sus oraciones, no solo las de este día, sino las de toda esta Sagrada Semana, como la Trilogía Espiritual de Oración, Devoción y Contemplación, se han convertido en una causa espiritual importante por los marginados, los inocentes y los más pobres entre los pobres, para que sean ayudados en este próximo ciclo. Así, sus oraciones se convierten en rosas a los Pies del Creador.  

Sus almas se postran ante el Reino de los Cielos, así como los santos ángeles lo hacen en este momento, para que el Hijo de Dios sea glorificado en el Cielo y en la Tierra, y especialmente en los corazones que buscan el alivio del sufrimiento y la paz, así como fue a las puertas de Jerusalén.

Hoy, ante el escenario doloroso del mundo y de la humanidad, vengo nuevamente a recordarles la importancia del amor y vengo a rezar por aquellos que más lo necesitan, para que Mi Mano curadora y redentora toque la cabeza de todos los necesitados de amor y de redención.

Lleven Mis Gracias de esta Sagrada Semana en sus corazones y vidas. Ya pueden ser testigos de Mi Amor redentor.

El Señor escucha las plegarias de los que claman. El Señor contempla el dolor de los que sufren y Su Divina e Insondable Misericordia aplaca las miserias humanas para que todo se convierta en redención y perdón.

Hoy, vengo a dejarles el sello espiritual de la unión de ustedes Conmigo y de la unión de Mi Corazón con sus corazones, para que se aferren a la Presencia del Señor que quiere llevarlos por el camino de la paz y del bien.

Mi tarea espiritual no termina aquí, en esta Sagrada Semana. Los próximos tiempos les traerán desafíos a todos, pero también prometedoras oportunidades de crecimiento, entrega y donación, para que los graves errores cometidos en este tiempo por la humanidad puedan ser justificados por la donación y la entrega de los consecuentes, y en vez de derramarse Justicia se derrame Misericordia.

Como ejemplo de toda la humanidad, hoy aquí hay almas presentes que cumplen una importante parábola, la parábola del hijo pródigo; porque el Padre Eterno no es severo con aquel que se equivoca por ignorancia o por inconsciencia, Su Misericordia y Amor transforman al corazón equivocado.

El Padre con Sus Brazos abiertos, así como el padre del hijo pródigo, coloca a Su miserable y errado Hijo en el camino de retorno hacia Su Corazón, en el que todas las ofensas y errores son diluidas, el alma alcanza el perdón y la Misericordia, y una vez más vuelve a comenzar de cero, como cada uno de ustedes.

En todos los días que vendrán, deberán tener el coraje, la valentía y la fuerza de comenzar de nuevo todos los días, así como su Maestro y Señor lo hizo en cada paso del Calvario. En cada momento, aunque no podía, Yo comencé de nuevo porque la fuerza del espíritu unido a Dios es muy grande, no hay mal en este mundo que pueda derribar las aspiraciones ardientes de los corazones.

Pero todo tiene su momento y su tiempo. El triunfo del Amor de Dios en las almas tiene su tiempo y su momento; por eso, ya no deben amargarse o entristecerse; deben cruzar esta puerta de este lugar renovados, con la convicción plena de haber glorificado al Señor del Universo y de la Paz, y de volver a confiar sus vidas en las Manos de Dios, así como Yo Soy Vida en los corazones que se rinden al Señor.

Quiero que lleven consigo lo más preciado que tengo, lo más preciado de todos los tesoros, dádivas o Gracias. Quiero que lleven consigo, en Comunión Espiritual, el Amor del Redentor, que es lo que los ayudará a seguir adelante en estos tiempos desconocidos; es lo que les traerá la esperanza de la renovación; es lo que los ayudará, incluso en la autoestima, porque sus almas y las de sus hermanos del mundo ya no deben estar deprimidas.

Aunque este tiempo difícil no le ayude a la humanidad, porque la humanidad se compromete con lo que está fuera de la Ley de Dios, deben sentir la renovación que les traigo y la certeza absoluta de haber encontrado a Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida.

Quiero agradecerles a todos los que se esforzaron para preparar estos encuentros. Todo, en los planos de consciencia, incluso en el plano material, debe estar alineado con el Propósito del Redentor.

El premio que les espera a los que se han entregado a colaborar verdaderamente, en esta Sagrada Semana, es muy grande. Pero lo más grande, compañeros, es que Mi Amor los pueda transformar en lo que Yo tanto espero y aspiro.

Por eso, antes de concluir esta Sagrada Semana, a través de la Santa y Divina Comunión, vengo a darles una vez más la Unción a través de Mi Espíritu, para que lleven consigo en su interior la señal visible de la Cruz del Redentor, que los acompañará hasta el fin de los días, hasta que sea el momento de concluir esta experiencia en la Tierra.

Recuerden que lo que Yo les entrego es inalterable e intransformable, porque es una Gracia eterna e incalculable.

Que Mi Paz los anime a vivir en Mi Paz, para que Mi Paz esté en ustedes y Mi Gracia esté en ustedes, para poder estar en sus hermanos y hermanas del mundo.
Siéntanse ungidos por Mi Luz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos, a pedido de Cristo en este momento, a finalizar con lo que comenzamos en esta Sagrada Semana, confiados y renovados en Su Presencia, transformados en Su Amor consolador y redentor, purificados en alma, espíritu y consciencia, ungidos por Su Gracia y por Su Luz y por cada uno de los méritos de nuestro Redentor.

Y así, nos vamos a unir a través de la canción de María de los Inocentes, pidiendo desde lo más íntimo de cada uno de nosotros que esta Gracia de la Unción de Jesús llegue a los que más la necesitan y a los que más sufren.

En este momento dice Nuestro Señor que cada uno sabrá, en el silencio de su corazón, qué alma conocida necesita de la Gracia de Su Unción espiritual.

Para eso, cantaremos como una sola voz y un solo corazón, agradeciendo la Presencia del Señor en estos ocho días.

El Señor se va a acercar a Sus amigos y compañeros.


Canción: “Curador de mi alma”.


Que la Luz, la Gracia y la Misericordia acompañen, como una especial Unción de Luz, a todos los corazones.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN JERUSALÉN, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 2 DE ABRIL, PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el pasado, llegué a estar delante de la antigua Jerusalén, por la cual lloré al vislumbrar su destrucción. Era el símbolo real, pero también interno, de la destrucción de la condición humana a través de la soberbia, de la arrogancia y de la indiferencia de los hombres y mujeres de la Tierra que no creían en la Presencia del Mesías.

Pero hoy, estoy ante la Nueva Jerusalén, la sagrada ciudad espiritual que descenderá en los próximos tiempos al planeta, junto con el Retorno de Cristo, para anunciar un nuevo tiempo, para establecer una Nueva Humanidad, libre de esas energías capitales que hacen sepultar, una y otra vez, a la consciencia humana.

Pero, en este tiempo actual, vemos una destrucción planetaria no solo de los valores que el Padre Eterno les Ha enseñado a través de los tiempos, sino también de los principios sagrados que fueron violados y ultrajados por el hombre, perdiendo el verdadero sentido y el objetivo del Propósito Espiritual, de la razón por la cual están aquí, en este planeta y sobre esta superficie.

Aunque el propio Dios encarnó a través de Su Amadísimo Hijo, y después se entregó en la Cruz, aun después de todos estos hechos y acontecimientos vividos aquí, en Israel, el hombre actual de esta superficie perdió el Propósito Espiritual.

Pero Yo vengo aquí, una vez más y a las puertas de esta nueva Sagrada Semana, para anunciarle al mundo Mi cercano Retorno.

Mas, para que esto suceda de manera concreta, aún necesito que las almas Me abran la puerta del corazón, para que Yo pueda morar y hacer nuevas todas las cosas, pudiendo purificar sus consciencias y almas de las corrientes contrarias de estos tiempos, pudiendo abrir la puerta definitiva de la redención para toda la humanidad.

Por esa razón, Yo estoy aquí, abriendo esta nueva Sagrada Semana para el mundo entero.
Aún estoy aquí, por un motivo desconocido para muchos, para poder depositar en la consciencia humana y, a través de la consciencia humana, en todo el planeta, los Códigos Crísticos que Yo alcancé aquí con tanto esfuerzo y esmero. Porque, por más que sea el Hijo de Dios, Yo Soy parte de ustedes, Soy un ser humano que se transfiguró y se iluminó, que se trascendió a Sí mismo a través del Amor que, en cada paso vivido sobre la superficie de este planeta, Yo sentí por el Padre Eterno.

Yo necesito que, algunos de los Míos, aprendan de la misma escuela. Mis Palabras no pueden quedar perdidas en el espacio de este mundo ni pueden quedar perdidas en el olvido.

Este es el tiempo en el que Yo llamo a Mis apóstoles y seguidores para que ingresen en el primer paso de la escuela de la cristificación. Pero, para que esto sea posible, primero dependerá de que cada uno de ustedes haga un profundo examen de consciencia y de reflexión, preguntándose a sí mismos:

¿Estoy dispuesto a dar la vida por Cristo, a pesar de lo que signifique o a pesar de lo que represente?

¿Estoy disponible para llevar adelante el Plan del Redentor?

¿Ante los embates del fin de los tiempos, yo fracasaré?

¿Me dejaré arrastrar por aquello que no tiene consistencia dentro de mí?

¿Cuál será mi actitud delante de la batalla del final de los tiempos?

Todas estas preguntas deberían ser parte de una profunda reflexión para cada uno de Mis compañeros y seguidores, especialmente para aquellos que dicen ser Mis apóstoles, los últimos apóstoles del fin de los tiempos.

Con esto, quiero decirles que ya pasó el tiempo de solo escuchar Mi Mensaje y de no hacer nada. Este es el tiempo, el último tiempo antes de Mi Retorno al mundo, de que Mis apóstoles vivan Mi Palabra y sean Mi propio Mensaje; amando cada día más el sagrado sacrificio que el Padre les ofrece, para hacer triunfar Mi Sagrado Corazón en este mundo; para que, a la Sangre derramada por su Maestro y Señor, sobre este suelo de Israel, se le dé el valor que ella tiene y que reverbere este Sagrado Código del Redentor hasta la próxima humanidad.

Pero, para que esto sea posible, deberán estar presentes Mis últimos apóstoles, sosteniendo con firmeza y dedicación el final de los tiempos, atendiendo a las emergencias del planeta y de la humanidad con convicción y fe, sin dejar que nada opuesto a Mi Plan les haga enfriar el corazón; porque Yo los necesito más conscientes, los necesito más sensibles y más disponibles.

¿Acaso cuando la cruz pese un poco sobre sus espaldas, ustedes retrocederán?

¿Qué fue lo que Yo hice por ustedes hasta lo alto del Monte Calvario?

¿Acaso Mi Cuerpo ya no estaba desfigurado?

¿Acaso en Mi Cuerpo ya no se guardaba ni una gota más de Sangre o partes de Mi Cuerpo no cayeron por el camino del Calvario?

¿Cuál es la profundidad del Amor Superior que es capaz de ir más allá de la ley física?
Porque cuando fui crucificado, estuve solo como hombre y como consciencia; por eso, dije: “Elí, Elí, ¿por qué Me has abandonado?”.

El Señor nunca Me abandonó. Él dejó que Yo Me cristificara como hombre encarnado en esta humanidad y en este planeta, nacido de una Purísima y Humilde Virgen, gestado a través de una Ley Suprema y desconocida aún para el mundo.

Yo los hago meditar sobre todas estas cosas porque ya no hay tiempo y, antes de Mi Retorno, aún hay mucho por hacer a través de Mis apóstoles y seguidores.

A través de su llegada a esta Tierra Santa, en este primer día de la Sagrada Semana, Mis Ojos contemplan a un grupo de consciencias representativo de la humanidad, proveniente de los continentes del mundo, representando a las diferentes razas, culturas y etnias; para que así, el Proyecto Genético sea renovado a través de los que se adhieren al camino crístico, a través de los que se unen al Corazón del Maestro.

Sé que, en este momento, no comprenderán todo lo que les He dicho; pero en esta Sagrada Semana sigan orando de corazón y dejen que Mi Mensaje se profundice en el espíritu de cada uno de ustedes, porque la Nueva Jerusalén hoy desciende junto con el Rey del Universo y abre sus puertas celestiales para que las almas ingresen en Mi Iglesia Celestial y, una vez más, comulguen conscientemente de los Códigos Crísticos que Yo alcancé en esta nación, a través del sagrado pueblo de Israel.

En este día, el primer día de la Sagrada Semana, cuando el Señor entra triunfante en Jerusalén, todas las Jerarquías, y ustedes también, viven una síntesis espiritual de la historia de esta humanidad, a través de las diferentes civilizaciones, pueblos y culturas que han pasado por este planeta.

¿Cómo todo este misterio transfigurará a la humanidad?

¿Cómo todo este misterio convertirá a los hombres y mujeres del planeta?

A través de una única y noble Ley, la Ley del Amor Crístico que, en cada pasaje por esta Tierra Santa, Yo les revelaré y les presentaré con alegría, gozo y júbilo, a través de la celebración de esta nueva Sagrada Semana.

Por eso, que sus corazones y consciencias ya no retengan nada más; que los oídos del corazón se abran para escuchar el sagrado canto de los ángeles de Israel, de los ángeles que anunciaron la Encarnación del Mesías, de los ángeles que anunciaron la Resurrección de Cristo, y que muchos de los Míos escucharon conscientemente en este lugar.

¿Acaso se han dado cuenta, en este momento que, en los planos internos de este país, del sagrado pueblo de Israel, están delante del Retiro Espiritual de Cristo Jesús, donde las Reliquias más preciosas y espirituales se guardan en este lugar?

Retiro concebido por la Sangre del Señor derramada a través del Camino del Calvario, al cargar con la Cruz de los pecados del mundo, para que ustedes no perdieran la oportunidad de recibir el Amor de Dios, y tuvieran la Gracia de aprender a amar, así como Yo los amo.

Con estas primeras Palabras, en este primer día triunfante de la Sagrada Semana, a las puertas de la antigua Jerusalén y ante el descenso de la Nueva Jerusalén, su Maestro y Señor los prepara para que todos conscientemente sigan los mismos pasos que Yo di en Tierra Santa; y así, recojan, a través de la simple y humilde oración del corazón, los Códigos Crísticos que Yo deposité en este lugar.

Para que puedan vivir esto, verdaderamente, Yo debo bendecirlos una vez más a ustedes y a todos sus hermanos. Y pidan la Gracia al Universo de Dios de que, después de todos estos impulsos que recibirán en esta Sagrada Semana, sean consecuentes con lo que han recibido de Mi Corazón Misericordioso y Redentor.

Abriendo las puertas a este sagrado evento de la Semana Santa, que el Padre Eterno los renueve y los bendiga a través de Su Amadísimo Hijo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 107.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Después de mucho tiempo, vuelvo a sentarme debajo de la Higuera, para que las almas se aproximen a Mí y alcancen la elevación de la consciencia, la trascendencia del sufrimiento, para que las almas puedan volver a alcanzar la paz, la paz que falta en este momento, que distancia a las almas del Camino de Dios, que aleja a los corazones de la Verdad.

Vengan a Mí e ingresen a Mi Templo Interior, al Templo de Mi Corazón; así como muchos más están dentro del Templo de Mi Corazón para contemplar en este tiempo el Propósito Divino, la Llama Flameante de la Fuente que nunca se apaga y que ilumina a los mundos internos más allá de donde se encuentren, porque es una Llama Inmaterial, es una Llama Divina que también su Maestro y Señor contempla para poder seguir siempre la Voluntad de Dios.

Por eso, ingresen al Templo Interno de Mi Corazón, así como ingresan los demás Maestros de la Jerarquía. Y debajo de este simple Templo, debajo de esta Luz de la Higuera, reciban la sabiduría y el entendimiento para este tiempo, para que el mundo aprenda a tomar decisiones correctas, decisiones benéficas y fraternas, decisiones que eviten que las consciencias se aparten de la Ley y de la Verdad. 

Por esa razón, hoy los He traído hacia este Sagrado Recinto, al Templo Interno de Mi Corazón, debajo de la Higuera de la Luz, para que vuelvan a sus orígenes, a sus raíces; para que recuerden los Principios y los Mandamientos de Dios que son el sostén de su vida espiritual e interna, porque estos Principios y Mandamientos siempre los acompañarán en su trayectoria universal.

Vean los frutos de esta Higuera de Luz, que se expande a través de sus ramas en conocimiento y entrega, que les recuerda a las almas en los mundos internos que más allá de lo material existe lo inmaterial.

Este Sagrado Templo Interno de Mi Corazón está presente en esta Comunidad, fundada bajo los principios por los cuales fue inspirada. Esta gran Comunidad de servicio y de hermandad ha despertado a otras células a través de los tiempos en el mundo entero, trayendo a muchos lugares del planeta beneficios internos inexplicables, Gracias desconocidas, oportunidades únicas para las almas, a través del fundamento de la Fe y de la Verdad.

Por eso, hoy traigo a todos sus mundos internos al Templo Interno de Mi Corazón para que, junto al Maestro entre los maestros, contemplen debajo de esta Higuera de Luz esa Llama del Divino Propósito que es eterna e inextinguible, porque es hacia allí donde deben dirigir sus miradas, es hacia allí donde deben dirigir sus consciencias, para que siempre estén protegidos por el Propósito Divino y, así, sus almas sean una prolongación de ese Propósito en la Tierra. Hacia donde vayan o por donde circulen, ese Propósito Divino tocará a las almas que lo necesiten. 

Es así, que Yo los llamo a imitar a los Maestros, a todos los que están reunidos Conmigo en este mismo momento, preparando este próximo encuentro de la Maratón de la Divina Misericordia. Porque después de tantas Maratones de oración, les aseguro que esta no será una Maratón más, porque sus consciencias ya aprendieron a profundizar en el espíritu de la oración, en el amor inagotable al Verbo Divino, a la manifestación de la caridad y del bien.

Por eso, Yo les digo que no teman por aquellos que no comprenden esta Obra, porque muchos se quedarán en lo que es superficial y perderán la Gracia de profundizar en esta riqueza espiritual de Figueira, de la Higuera de la Luz, que fue fundada por la propia Jerarquía con amor, devoción y reverencia.

Por eso, guarden en sus memorias y en sus mentes esta imagen del Templo Interno de Mi Corazón, en este Cónclave de los Maestros, debajo de la Sagrada Higuera de la Luz. 

Es así, que los invito a que sus corazones y consciencias renazcan, después de estos dos últimos años de oscuridad organizada. Yo los invito a buscar siempre la verdad interior, aquello que es desconocido y está latente dentro de ustedes, aquella chispa de Luz que proviene de la Fuente Suprema, que los ilumina y que los bendice para poder seguir adelante.

Por esa razón, hoy, su Maestro reenciende la Sagrada Higuera de la Luz, llevando a las consciencias hacia los orígenes y los principios de este Plan, pero también ofreciéndoles a las almas los frutos de la Higuera de la Luz, frutos manifestados a través del esfuerzo, del sacrificio y de la entrega, de la verdadera intención de manifestar el Propósito en la superficie de las Comunidades-Luz y de sus extensiones en este planeta.

Ese Propósito Flameante, que proviene de la Fuente de la Creación, es el que no debe morir en ustedes. En este tiempo crucial del planeta, ese Propósito no puede desaparecer, ni de la faz de la Tierra ni de los mundos internos.

Cuando estén exhaustos o cansados, sobrecargados o perturbados, recuerden el Templo Interno de Mi Corazón, abrazado por la Sagrada Higuera de la Luz, que expresa los frutos de la instrucción y del servicio, no solo por este planeta o por esta humanidad, sino también por todo el universo.

Desearía que muchos más pudieran apreciar esta Gracia, especialmente aquellos que fueron permeados por esta Gracia y que hoy no están aquí. Dios les ha dado a los más simples Sus más preciados tesoros internos, que no provienen del Universo Material, sino que surgen del profundo Universo Espiritual, en donde las almas se pueden alimentar de la Luz de Dios, de Su Amor y de Su Unidad.

Hoy, a través de Mi Presencia, su Maestro y Señor convoca y reúne a los mundos internos a los pies de la Higuera de la Luz, para que juntos invoquemos el poder de la Paz, de la Misericordia y de la Compasión que tanto necesita este planeta, que tanto necesitan esta humanidad y todas las naciones, implorando a Dios a través de esta unidad entre sus corazones y el Mío, entre sus corazones y el corazón de los Maestros, para que el verdadero y sublime Gobierno Espiritual se plasme en la superficie de la Tierra, para que los que dicen dirigir a las naciones ya no generen más sufrimiento, sino que sean responsables de la propia humanidad con entendimiento, sabiduría, verdad y transparencia.

Pero Yo les vuelvo a decir, Mis compañeros, que no busquen los resultados y las soluciones en lo que es material; la Verdad se encuentra dentro de cada uno de sus corazones. Allí, podrán ingresar al Templo Interno de Mi Corazón para poder encontrar una respuesta; porque recuerden que, en el fin de estos tiempos, la humanidad se debe elevar completamente para que, de una vez y para siempre, abandone la ilusión mundial, la injusticia, la impunidad, la esclavitud y hasta la soberbia.

Por eso, los invito, en estos días de oración, a que todos estén a los pies de la Sagrada Higuera de la Luz, para que no solo el Padre los bendiga a través de Su Fuente, sino también para que el Propósito, que está previsto que se cumpla y se realice, se concrete a través de la adhesión de todos los corazones y mundos internos.

Por eso, esta será una Maratón muy importante, porque de la ofrenda de los corazones dependerá que ese Propósito Flameante de Dios se pueda cumplir no solo en Brasil, sino también en toda la humanidad.

Por eso, a aquellos que aman los mundos internos, aquellas consciencias que están en sintonía con los Maestros de la Luz, los invitamos a estar unidos bajo el espíritu de la Misericordia y de la Compasión que tanto el mundo necesita, para que los Principios y los Mandamientos puedan ser vividos por todas las consciencias y, todas las consciencias, recuerden sus orígenes, la experiencia del Amor y del Perdón que todos deberán llevar en espíritu al Universo.

Que los Rayos de la Divina e Insondable Misericordia colmen y permeen este momento. 

Que las almas se sientan abrazadas por el Amor de Dios para que, en los tiempos de oscuridad, las almas caminen por el sendero del Maestro hacia el encuentro de Su Templo Interno, en el Templo de la Higuera de la Luz.

Oremos.

Señor, 
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.

Les agradezco por estar aquí Conmigo, por estar enteros a Mis Pies, cerca del Templo Interno de Mi Corazón, a los pies de la Higuera de la Luz, para que el mundo se convierta y se redima, y la paz se alcance en toda la Tierra.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ustedes no son lo que parecen, sino lo que aún desconocen. Yo los reuní aquí por un propósito mayor, y aún sus consciencias no lo conocen profundamente.

Por eso, los invito siempre a estar Conmigo para poder cumplir el propósito que Dios Me entregó para sus vidas y para traer más consciencia a sus corazones, en el profundo sentir de que todo esto es verdad.

Por alguna razón, compañeros, Yo estoy aquí, una razón mayor y desconocida para sus vidas. Es ese propósito que Dios Me entregó que Me hace venir aquí todo el tiempo y anunciar la Palabra del Padre Eterno.

Por eso, hoy no estoy solo aquí, sino además acompañado por los ángeles y por muchas consciencias que una vez pasaron por este planeta y que evolucionaron espiritualmente, dando testimonio de Mi Amor al mundo y representándome en la superficie de esta Tierra, como almas crísticas.

Yo los invito, compañeros, a que tengan en sus consciencias y especialmente en sus corazones, la claridad de ese propósito que Yo les traigo.

Sé que sus vidas no se transformarán de la noche a la mañana, pero que es posible, compañeros, alcanzar lo que Yo aspiro para cada uno de ustedes.

Todo lo que sucede en este momento es obra de un milagro de amor concedido por el propio Padre Eterno, para cada uno de los presentes y no presentes, a través de la existencia y de la presencia de los Sagrados Corazones.

Eso es lo que nunca deben perder de vista, más allá de lo que atraviesen, de lo que sientan, de lo que puedan pensar, o de lo que pueda suceder en este momento.

Todo lo que les envía el Universo es un dulce aprendizaje, por más duro y difícil que parezca.

Yo necesito forjar en sus corazones los nuevos Cristos, necesito forjar esas almas que han venido a servirme, como Me sirvieron en otros tiempos, como en la era en la que Yo estuve presente entre ustedes y con ustedes, en la que pudieron conocer Mi Corazón y Mi Presencia, en la que pudieron escuchar la Palabra de Dios expresada a través de Mis Labios por el Espíritu Santo.

Compañeros Míos, les pido que no se confundan, les pido que no se autocastiguen, les pido que ya no se perturben.

Vinieron en este tiempo a ser el puente hacia la transición planetaria. Sus propias vidas son la transición del planeta para muchas, muchas almas de esta humanidad que padecen en la oscuridad de los abismos del planeta y que algún día merecerán encontrar la Luz. 

Por eso, todo lo que les sucede, compañeros, delante de la grave situación planetaria, es muy pequeño. Agradezcan a Dios todo lo que reciben, todo lo que viven y todo lo que sienten. Agradezcan profundamente al Padre Eterno que hayan podido ser congregados por Mi Amor en este tiempo definitivo.

Por eso, nunca se olviden de Mis Principios crísticos que son los nuevos mandamientos que Yo les traigo en esta era. Vengo, de esa forma, a renovar la iglesia que está muy corrupta y deteriorada.

Vengo a renovar la iglesia de los corazones, la iglesia que está en ruinas y que solo por un representante de la Paz, con la ayuda de todos los seres de buena voluntad, está intentando ser levantada nuevamente.

Por eso, ese representante de la Luz se llama Francisco y todos deben apoyarlo incondicionalmente. Pero sepan que todo el Plan se cumple en diferentes fracciones, cada uno tiene una responsabilidad dentro del Propósito Divino. La parte personal que le corresponde a cada uno de ustedes, dependerá de cada uno de ustedes que pueda ser cumplida.

Eso permitirá, compañeros Míos, que la intervención divina pueda estar presente en este caos planetario que cada día se agrava más en la superficie de esta Tierra.

Son llamados no solo a ser un puente hacia la transición de la humanidad, son llamados también a ser un plan de emergencia, el esperado plan de rescate anunciado por la Jerarquía espiritual.

¿Ahora comprenden que todo lo que les sucede es pequeño?

Día a día, Yo les entrego nuevos sufrimientos y pequeñas pruebas para que los puedan vivir por Mí, para que los puedan hacer por Mí, para que alguien en la superficie de esta Tierra haga algo por la humanidad.

Pero recuerden que nunca les faltará Mi apoyo y Mi presencia, aunque llegue el tiempo en el que Yo me deba recoger, como ya se recogió el Castísimo Corazón de San José.

Cuando llegue ese tiempo, compañeros, los estaré contemplando, acompañando y observando para que puedan poner en práctica todo lo que recibieron.

Ese será el gran momento en el que Mi Corazón sentirá que sus vidas comprendieron lo que Yo les dije, así como lo que les dijo San José y Mi Madre Santísima. En ese momento la situación estará más difícil, a nivel planetario, a nivel de la humanidad.

¿Pero a qué le deberán temer? Si Yo estoy aquí entre ustedes, soy su Pastor, soy su Maestro, seguiré siendo su Redentor y su Mediador ante el Padre Celestial, aunque caigan y sigan cayendo cientos de veces. ¿Acaso dudan de que Yo los levantaré?

Vengo aquí para poder renovarlos, para prepararlos para situaciones y experiencias que nunca vivieron. Todo lo que sucedió hasta el presente ha sido una preparación.

Estos son los tiempos de los grandes cambios, no solo a nivel material sino también espiritual. Eso permitirá que las bases de la Jerarquía estén presentes sobre la superficie de la Tierra y que todas Sus sagradas y divinas herramientas puedan seguir irradiando a esta enferma humanidad. El Proyecto se debe salvar sea como sea, la evolución de esta raza no puede terminar aquí. 

Por eso, todo lo que vivan será imprescindible para Mí, todo lo que ofrezcan y toda su dedicación no solo reconstruirá la consciencia corrupta de la humanidad, sino también reconstruirá a los Reinos de la Naturaleza que ya fueron lastimados y siguen siendo lastimados por el hombre de superficie.

Compañeros, es momento de vivir la gran donación de sí, una donación más profunda y desconocida que pueda compensar y equilibrar lo que sucede en el mundo.

No los estoy llamando a estar exhaustos, a estar desequilibrados o a estar locos. Yo los estoy llamando a asumir con responsabilidad el Plan espiritual del Padre.

No solo estoy hablando para los que están presentes aquí, en donde cada uno está en su escuela en este momento, estoy hablando para toda la humanidad, para el mundo entero.

Porque estas ya son Mis últimas y definitivas palabras que los prepararán para lo que está llegando en poco tiempo, y lo que llegará ya no serán solamente palabras, serán hechos y acontecimientos que sus propios ojos físicos verán.

No solo estoy hablando a nivel de la humanidad, de la naturaleza o del grave cambio climático; estoy hablando también a nivel cósmico y universal, del movimiento de los astros, de las estrellas y de los soles, del cambio que está viviendo este planeta y los planetas que lo circundan, del momento de inflexión que vive, en este momento, el Universo local.

Por eso, toda la Jerarquía espiritual está concentrada en este momento, que fue muy profetizado en otros tiempos, en el que el Libro del Apocalipsis se ha cumplido paso a paso.

Pero aún, compañeros, la parte más contundente y fuerte no llegó. Por eso los preparo interiormente para que puedan soportarlo y superarlo por Mí, por Mi nombre, porque Yo les daré la fuerza interior siempre y cuando lo necesiten. No estarán débiles, no perderán la fuerza interior, no tendrán duda ni tampoco incertidumbre.

Yo los llamo, compañeros, a creer definitivamente en Mi Presencia aquí. Porque si hasta el día de hoy no hubo ningún fenómeno anormal es porque sus mundos internos no lo necesitan.

La humanidad necesita de un gran despertar, un despertar más contundente y fuerte, como fue en 1988. Pero ahora este despertar será preciso y único. Por eso, deben preparar los espacios sobre sus Comunidades-Luz y sobre todos los lugares en donde seres de buena voluntad se unan de corazón, para que la Jerarquía espiritual tenga la posibilidad de manifestar ese despertar que producirá un gran cambio en la consciencia profunda de la humanidad.

Pero todo lo que sucederá, compañeros, que este cambio profundo pueda suceder dependerá de cada ser humano de este planeta. Aunque las estrellas, los soles y las galaxias se muevan o que la propia Jerarquía se pueda materializar, aunque eso suceda verdaderamente, ese gran cambio en la consciencia dependerá de cada ser humano que deberá estar afirmado en el amor.

Hoy vengo a hablarles así, porque esta Comunidad de Figueira está preparada, ya que ustedes dieron el paso, en la confianza y en el amor, para que su Maestro y Señor pueda hablarle al mundo entero, para saber que esto no son solo palabras sino que son hechos, acontecimientos que llegarán y se mostrarán al mundo entero de una forma concomitante porque el planeta también se moverá.

El planeta está sufriendo mucho las consecuencias del comportamiento de la humanidad de superficie y estamos evitando de una forma divina y cósmica, que suceda algo peor o semejante a lo de la Atlántida.

Así comprenderán, compañeros, que lo que hoy vive la humanidad es muy grave, lo que hoy siente la humanidad es muy grave y sobre todo lo que hoy practica, no respetando las leyes universales y divinas.

Por eso, he hecho la propuesta ante el Padre Celestial y ante todos los Señores de la Ley, los que cuidan de las deudas de esta humanidad y del Universo, de poder intervenir directamente en la humanidad hasta la última oportunidad, cueste lo que cueste.

Por eso, yo necesito compañeros que ustedes Me sigan y Me apoyen, porque eso permitirá que muchas situaciones más sean evitadas en esta humanidad y, sobre todo, que planes nefastos sean establecidos en la consciencia del ser humano.

No puede suceder una tercera guerra mundial peor que las dos anteriores, las tres cuartas partes del planeta quedarían muy afectadas.

El ser humano está viviendo una ambición sin límites y cree tener un poder más grande que el de Dios, pero el Padre Eterno nunca los enfrentará, nunca los desafiará porque el Padre Eterno es una Consciencia de Amor vivo, una Fuente de Misericordia y de Compasión infinita. El Padre solo los contemplará y Él le pedirá a Su Sierva Fiel, la Santísima Virgen María, que haga lo posible y lo imposible por ayudar a todos Sus hijos en este momento de despertar, en el que cada ser de la superficie de la Tierra deberá ser consciente de lo que debe cumplir en este momento.

Les daré un ejemplo: no es por casualidad que en estos días, por una Voluntad mayor de Dios que también es desconocida por ustedes, Mi Corazón permitió reunir a un grupo de consciencias, a un grupo de almas que estuvieron Conmigo cuando Yo estuve presente en esta humanidad y que se comprometieron Conmigo, cara a cara, a dar la vida por Mí en este tiempo final.

Eso demuestra que la Voluntad de Dios es desconocida y que Su misterio de Amor se puede revelar a los corazones que se abran para ser tocados por Su Luz y Su Compasión.

Es ese Amor que esas almas vivieron por Mí, y que aún hoy viven, que les permitió reunirse aquí para poder reconfirmar sus votos ante su Maestro y Señor.

Eso también puede suceder con cada uno de ustedes. Por alguna razón, compañeros, hoy están aquí; nunca se olviden de preguntarse eso o de preguntárselo a su Maestro y Señor: ¿Señor por qué hoy estoy aquí? Pudiendo estar en un mundo cómodo, en un mundo de ilusión, en un mundo que vive la indiferencia, habiendo tanta necesidad y tantos traumas por curar en la humanidad como en los Reinos de la Naturaleza.

La Gracia Divina, que los tocó desde el origen de su existencia, es lo que les permitió llegar hasta este presente, hasta esta encarnación para vivir este encuentro interno Conmigo, sabiendo que su Maestro y Señor a través de los tiempos y de las generaciones trabaja con pequeños grupos de almas, en los que el Plan de Dios se puede establecer y manifestar de forma segura.

Ustedes, en esta noche, como en otros encuentros pasados, son parte de una historia que Yo mismo estoy escribiendo. Depende de ustedes, compañeros, que esa historia pueda seguir siendo escrita por Mí mismo, que ustedes sean parte de ese Libro Sagrado de la nueva humanidad, de la revelación del fin de los tiempos que la Jerarquía Divina depositó y seguirá depositando en sus corazones para manifestar la Voluntad de Dios.

No quiero que se sientan movidos con todo lo que les he dicho. Quiero que puedan sentir, más allá de Mis Palabras, lo que quiero transmitirles y decirles.

Necesito que puedan despertar su intuición para poder percibir lo que la Jerarquía Divina está haciendo, sabiendo que en este último ciclo, lo que resta del 2019, 2020 y 2021 serán los últimos y grandes movimientos de la Jerarquía espiritual para con la humanidad.

Porque después de eso, compañeros, cuando nosotros ya no estemos aquí para hablarles, pero sí para conducirlos y guiarlos desde el espíritu, serán ustedes los que tendrán las puertas abiertas de esta casa y de las demás comunidades, para sostener junto a las almas peregrinas a este planeta y en una "sagrada común unidad" manifestar la presencia del Cristo interno.

Por ese movimiento y ese momento, estaré profundamente agradecido porque Mi Paz, a pesar del caos que reinará en la humanidad, no faltará en aquel que crea en Mí. Amén.

La Iglesia Celestial se abre en este momento para recibir a sus seres imperfectos y para que sus esencias sean colmadas por la Luz de Dios. Por una Luz que es eterna, inextinguible e invencible. Por la Luz que los trajo hasta aquí y la Luz que los conducirá hasta la eternidad.

Nos colocamos de pie.

Celebremos este momento con regocijo y que de lo más profundo y sincero de nuestro corazón, ante la Presencia de nuestro Señor Jesús Cristo, el Rey del Universo, el Rey del Amor y de la Paz, cada uno de nosotros emita en el silencio de su corazón, la oferta que necesita expresar en este momento a los sagrados altares del Creador, para que esas ofertas, súplicas e intenciones sean acogidas en el Corazón del Padre a través de la intercesión de los ángeles.

Que Santa Bakhita los inspire al amor que debemos tener por el sacrificio, para que los corazones que más sufren, y que hoy día agonizan, sean curados, amparados y protegidos por la Luz del Amor de Dios. Amén.

Todos los que en este momento puedan y sientan, ante la Presencia de nuestro Señor, en la revelación de ese infinito misterio de Amor celebrado en la Eucaristía, les pedimos que se arrodillen como un acto de reverencia y de devoción a nuestro Señor, en este momento de transubstanciación y de consagración de los elementos.

Por el Soplo del Espíritu de Dios que intervino y obró en la Última Cena, por la redención de la humanidad y del planeta, les vuelvo a entregar el honor y la gloria de este Sacramento que fue expresado por el pan y el vino que se convirtieron en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Por eso, en una noche como esta, antes de vivir el gran sacrificio y la dolorosa pasión por la humanidad, tomé el pan, lo elevé para que el Soplo del Espíritu de Dios lo bendijera, lo partí y lo entregué a Mis apóstoles diciéndoles: ''Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados''.

Escuchamos las tres campanadas que transubstancian este elemento.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

De mismo modo, acabada la primera parte de la Cena, tomé el Cáliz entre Mis Manos, elevándolo al Padre Eterno, el Soplo del Espíritu de Dios lo bendijo y enseguida lo entregué a Mis apóstoles y a cuantos estaban presentes en los planos internos, diciéndoles: ''Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas, hagan esto en memoria Mía''.

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Elevamos el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Y ahora, compañeros, bendecidos por el Soplo del Espíritu de Dios, repetirán en confianza y amor, la oración que Yo enseñé en el Monte de la Bienaventuranzas.

Oración: Padre Nuestro.

Elevando el Cuerpo y la Sangre de Cristo, adoramos al Señor presente eternamente en la Eucaristía, así como en la Sangre. Y agradecemos.

Cubrimos los elementos y los colocamos sobre el altar.

Nos podemos colocar de pie.

Cuando Dios los llama a vivir Mi camino por medio de la vocación o de la consagración al servicio, al canto o a la oración, es por una razón.

Por eso deben confiar en lo que sienten, en lo que viven, sin dejar de perder Mis pasos de Luz.

Hoy quiero dar un saludo especial, a un alma que hoy cumple años, antigua caminante de Mis pasos de Cristo, que hoy he traído aquí por un motivo mayor que Yo mismo estoy construyendo y preparando silenciosamente. Doy a ella Mis gracias por su donación y por su ofrecimiento por medio de la música y de la voz.

Hoy no solo celebro este momento, de una forma especial y única, porque sé lo que significa ese momento de aniversario en el que cada alma tiene la oportunidad de renovarse en el Plan de Dios y, sobretodo, a través de Mi Corazón, de estar más cerca de Mí.

Por eso, como lo he esperado en estos últimos seis años, reuní a esas almas en este día, por millones de almas más que están detrás de ellas, para que hagan el ofrecimiento de una canción que relata de forma simple pero verdadera, la historia de su Redentor. 

Hoy escucharé en una una dulce melodía, aquel que Yo fui: "Un Hombre llamado Jesús".

Los escucharé y en este momento les doy Mi Paz, para que esa Paz sea compartida y donada al mundo entero por el triunfo y la victoria de Mi Sagrado Corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

Y ahora sí, se pueden dar el saludo de la paz, en reverencia y silencio.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.

Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.

Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.

Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.

En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.

Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.

Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.

Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.

Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.

Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.

Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.

Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?

Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.

Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.

No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.

Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.

Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.

En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.

Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.

Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.

Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.

Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.

Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.

Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.

Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.

Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.

Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.

Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.

Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.

Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.

Nos ponemos de pie.

"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".

Incienso.

Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.

Canción: Adonai.

Inspiramos.

Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.

En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.

En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.

En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.

Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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