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Queridos hijos:
Cada día que pasa es una oportunidad interior de renovar los votos de unión y de compromiso para esta nueva Navidad que se aproxima, momento en el cual la atención de la humanidad estará absolutamente colocada en algo externo y material y no en algo interno y profundo.
Por esa razón, a todos los que son más conscientes y están dentro del camino espiritual, hijos Míos, les corresponderá sustentar y sostener todo lo contrario que hará la humanidad en este mes; para que, al menos, los Códigos de la Divinidad de Cristo estén presentes en la mayoría de las almas de la Tierra, a fin de que las consciencias sientan y perciban que ya no es necesario sumergirse en la vida superflua, pero sí lo es adentrarse en la vida del espíritu.
Este es el tiempo de las grandes definiciones y de los grandes pasos.
Los invito, hijos Míos, a ser constructores del nuevo tiempo para el surgimiento de una Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy Mi Corazón Misericordioso está dividido en dos partes, una parte está con el Brasil y la otra parte está con la Argentina.
La necesidad de ayuda y de intervención espiritual por parte de ambas naciones es muy grande.
El Señor del Universo, el Maestro del Amor, deposita Su Corazón en dos lugares para evitar la desactivación del proyecto de rescate para Sudamérica.
Junto con todas las fuerzas de Mi Espíritu, de Mi Alma y de Mi Divinidad se movilizan los elementos cósmicos y estelares para socorrer, desde los Universos Espirituales, lo que está sucediendo en los Universos Materiales.
Grandes Consciencias universales se posicionan en diferentes regiones del planeta para llevar adelante una gran operación de resguardo y de protección de todas las esencias crísticas que ya despertaron, las que atravesarán el ciclo del fin de los tiempos.
Por eso, la Hermandad Celestial se moviliza, a fin de contrarrestar los ideales y las acciones que repercutirían en millones de personas en Sudamérica, región que en este momento es el foco de desequilibrio para la superficie del planeta.
Mi Corazón Espiritual está dividido en dos partes por esa razón, para dar asistencia espiritual e interna a los que enfrentarán uno de los tiempos más difíciles de la humanidad.
Pero, al final de todo, Mi Sagrado Corazón triunfará en los que hayan creído en el Señor, porque no los abandonaré.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el Corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Establece el Reino de Dios en tu interior, ese espacio de paz donde las Leyes Universales encuentran su manifestación.
Establece en ti la unión con el Padre y permítete asemejarte a Él, dándole la potestad de transformarte según Su Voluntad.
El Reino de Dios no es como los reinos de este mundo, donde algunos disfrutan de las riquezas y la mayoría sufre y trabaja para servir a los primeros.
En el Reino de Dios todo está impregnado por la Consciencia Divina. El Creador está en todos Sus siervos. Él mismo es la esencia de la humildad, viviendo en el más pequeño como en ningún otro.
En el Reino de Dios solo triunfan la paz, el bien, el amor y la unidad, principios que se convierten en leyes manifestadas en la vida de todas las criaturas que comparten ese estado de consciencia, que es el Reino del Creador.
Vive estos principios en ti y vuélvete digno de ser portador del Reino de Dios, que emerge primero en el interior de los seres, a partir de la unión con el Padre, y después se establece fuera, en la vida material de este mundo.
Todo principio, ley o manifestación de la Consciencia Divina, antes de plasmarse externamente en la vida planetaria, primero encuentra su morada en el corazón de cada ser. El corazón es el puente con Dios, es la puerta hacia el Cielo, es el gran manifestador de la Voluntad Divina. Todo aquel que tiene una misión, primero la conoce en el corazón, la siente, la comprende y la acepta, para después vivirla.
Cristo, primero vendrá a los corazones en Espíritu y Divinidad; después, se manifestará en Cuerpo y Alma, cuando Su morada ya esté establecida en los corazones de aquellos que, habiendo reconocido Su Presencia en los propios corazones, lo reconocerán cuando retorne y cumplirán con Él el final de esta Obra Redentora. Por eso, lleva el Reino de Dios hacia dentro de ti; hazlo siendo consecuente con él, viviendo la paz, el amor, la unidad y la humildad como premisas.
Deja, hijo, que las Leyes Superiores actúen en tu corazón y que, desde ti, lleguen al mundo entero. Déjate ser moldeado, transformado, corregido. Prepárate y consolida en ti el Reino de Dios, morada segura para el Redentor.
San José Castísimo, aquel que prepara el retorno de Cristo en el interior de los seres.
Como el Soplo del Espíritu Santo sobre los apóstoles de Cristo, hoy este Soplo Divino inunda sus espíritus, para que viviendo el ciclo de la rehabilitación interior, confirmen ahora su unión con Cristo, Nuestro Señor.
Así, Mi Hijo encontrará apóstoles dispuestos a servirlo por encima de todo, porque verdaderamente su purificación es el preámbulo para ingresar al estado de la Consciencia Divina.
Entre sus seres terrestres y el alma de cada hijo Mío no puede existir ningún abismo que los separe del Propósito y del cumplimiento de la tarea que Mi Hijo les encomendó desde el principio.
Ahora, este Soplo Divino los llevará al descubrimiento de todo aquello a lo que le ha llegado la hora de vivir su muerte para que, cruzando el portal hacia los Cielos, sus células se divinicen en Cristo, el Señor.
Entre un ciclo y otro encontrarán los abismos de la consciencia, abismos que deben ser iluminados por el poder del amor y de la unidad entre las almas. Esta es la llave que les abrirá la puerta a la liberación de sí, y crean desde ahora que deben dejarse amar y deben abandonar el calvario que por incomprensión están viviendo en ustedes mismos.
Sus almas deben estar en constante unidad y fraternidad, los pareceres y las ideas concretas ya no pueden reinar en el pensamiento colectivo de las almas. Su fuente de renovación debe ser el Amor de Dios, Amor que todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo entiende.
Así, estarán libres de mirar todo el tiempo la imperfección y despertarán a las virtudes de la unidad y del amor que Mi Hijo les enseñó. Por eso, hijos, están a tiempo de recapacitar y de no permitir que las ideas de Mi adversario invadan por completo sus consciencias.
Ya comenzó la batalla espiritual del fin de los tiempos que vendrá de la mano de la purificación acelerada e intensa que muchos enfrentarán, para después poder ingresar en el Reino de Dios.
Durante la batalla, será el momento en el que deberán estar más unidos que nunca, para que el Soplo Divino de la Sabiduría los coloque siempre en el camino correcto. De esa forma, podrán colaborar y ayudar a que todos los que se perderán, por ignorancia o por engaño, se coloquen en el camino correcto.
Sean testigos de todo el Legado Divino que les ha sido entregado. Nada es por acaso, ese Legado será su fortaleza y su conocimiento, así como también lo serán Nuestros Sagrados Corazones.
Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado por la paz, en este tiempo de batalla espiritual del fin de los tiempos.
Los reúne en el Corazón Luminoso de Cristo,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
¿Acaso Mis discípulos saben a quién llaman a las tres de la tarde? Cuando ustedes dicen “Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo...”, ¿estarán entregándome por entero a Dios como Mediador entre el Cielo y la Tierra?
Cuando entregan Mi Cuerpo Glorificado están ofreciendo a Dios el resultado perfecto y realizado de Su amado Proyecto Creador entre las criaturas, el ápice alcanzado por Mí cuando estuve predicando entre ustedes.
Cuando ofrecen a Dios Mi Sangre, están entregando el código de redención y de transfiguración, la Sangre Preciosa que cura y libera del mal a todas las almas.
Cuando ofrecen a Dios Mi Alma, a las tres de la tarde, están entregando el resultado perfecto y realizado del Alma de Jesús en nombre de todas aquellas almas que están presas de la condenación y que, a través del Alma Preciosa de Cristo, reciben la Gracia de encontrar la Luz. El permanecer unido a la Preciosa Alma de Jesús los une a la devoción ardiente de Cristo.
Y cuando ofrecen a Dios Mi Divinidad, están entregando al Padre los frutos alcanzados por Él mismo a través del sacrificio de Su Hijo en la Cruz. La Divinidad de Cristo es el Espíritu Santo en Su Hijo hecho hombre y también la Consciencia Divina manifestada en todo el Universo Celestial.
Por eso recuerden que cada vez que claman y llaman por Mis cuatro Aspectos – el Cuerpo de Cristo, la Sangre de Cristo, el Alma de Cristo y la Divinidad de Cristo – durante la Hora de la Misericordia, estarán permitiendo como humanidad que muchas almas y situaciones confusas sean liberadas y reajustadas según el Amor y la Voluntad de Dios para con Sus criaturas.
Entonces, en sus manos, mediante la Coronilla a la Divina Misericordia, tienen las llaves para abrir las puertas de la redención, de la conversión y de su rehabilitación ante el Único.
Bajo el Amor y la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar con consciencia sobre Mis Palabras desde el corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más