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40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Permíteme retirar de tus ojos las vendas de la ilusión para que, con sabiduría, aprendas a reconocer la realidad.
Deposita tu confianza en Mí y todo lo que proviene de Dios se cumplirá.
En estos últimos pasos del desierto cuaresmal, permite que dentro de ti se viva la síntesis de toda esta experiencia crística.
Tienes que aceptar que todo lo que te sucede en la vida es el resultado de una causa. ¿Cuál es la causa de tu vida?
Es tiempo de asumir que ciertas situaciones suceden por el resultado de las decisiones que son tomadas. No hay nada casual en el camino de la vida del espíritu.
Sé valiente para enfrentar la realidad y, bajo la bendición de Mi Gracia, sigue caminando hasta poder encontrar la respuesta, el sentido y el motivo de estar encarnado en este mundo.
Recuerda que, después de aquí, existe algo más".
Cristo Jesús
La vida crística de cada ser es inmortal y siempre sigue evolucionando según sus necesidades de aprendizaje y de madurez. Ella es acompañada por el alma, que es la que más aprende de toda la vida interior y esencial, porque al alma le corresponde realizar la síntesis de toda su experiencia vivida aquí, en la Tierra.
El alma tiene la misión de llevar todo el aprendizaje adquirido en esa escuela hacia sus núcleos superiores, y desde allí, llevar adelante una evaluación sobre los aciertos y los errores cometidos para que, en la próxima etapa de su aprendizaje, ella pueda asumir ciertos principios que antes no vivía ni aplicaba como primordiales.
La escuela de la vida crística está basada en el amor absoluto que una consciencia puede desarrollar ampliamente durante su encarnación.
En la mayoría de los casos, las almas no tan despiertas a la vida del espíritu, solo guardan la experiencia de un amor muy personal, y cuando le llega la hora de partir hacia nuevas escuelas, el amor de los que la rodean impulsa a su espíritu para que se anime a encontrar la ascensión y, así, unirse de forma definitiva al Amor Mayor que la creó.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hay ciertos dolores del pasado de la consciencia indígena que solo se curan con amor y perdón.
Así, esas heridas, que aún están abiertas y que nadie cicatrizó, comienzan a cerrarse cuando en la superficie de la Tierra existen almas orantes dispuestas a colaborar en la liberación total de esos traumáticos hechos sucedidos a lo largo de la historia del planeta. La naturaleza silenciosa, casta y pura es testigo de esos acontecimientos que marcaron la evolución de la raza humana.
Pero, para que el planeta ingrese en una nueva dimensión de consciencia, la humanidad y todos los que estuvieron vinculados con esos hechos deberán liberarse de esas cadenas y errores. Así, la herida de la consciencia indígena y ancestral del planeta conseguirá seguir peregrinando hacia la vida del espíritu, y su devoción y reverencia a lo sagrado no se perderá, sino que impulsará la ascensión de todos ellos y de los que cometieron brutales exterminios a lo largo de la historia de este mundo.
Así, la Misericordia actuará y perdonará los errores cometidos.
¡Les agradezco por guardar mis palabras en el corazón!
Los bendice, su Maestro y Señor,
Cristo Jesús
Ora por las almas que necesitan de liberación.
Ora por los corazones que necesitan de auxilio para desvincularse de la oscuridad y abrazar el camino de la luz, del bien y del Amor de Cristo.
Ora por los que purifican su pasado y que desconocen el lodo que emerge de su interior.
Ora para que tengan el valor de estar delante de sí mismos y aspirar incansablemente a la transformación.
Ora por los que necesitan rendirse ante Dios, y rinde también tu corazón.
Ora por el prójimo, siempre consciente de tus miserias, para que tu oración te conduzca a un espíritu humilde.
Ora por la paz y por la Gracia en los corazones de tus hermanos.
Ora para que alcancen la santidad y se superen en el amor cada día.
Sé un celador para que la Gracia se mantenga en el interior de tu prójimo. Ama ver el crecimiento y la evolución de los demás. Deja que tu oración por el prójimo se convierta en tu mayor servicio.
¿Quién sabe si no habrá otros orando por ti?
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El misterio de la existencia humana es para la Consciencia Divina mayor que la renovación del amor y que la revelación de un amor nuevo. En la esencia de los hombres se guarda no solo su propia historia, la historia de la evolución de la vida y de la Creación, se guarda también, hijos, la historia del propio Dios.
Sé que lo que les digo puede parecer algo distante de aquello que experimentan como criaturas, pero lo que ocurre verdaderamente es que los seres pasan por la experiencia de la vida sobre la Tierra y no consiguen descubrir quiénes son y mucho menos expresarlo. Hasta el mismo Hijo de Dios, estando sobre la Tierra, no pudo expresar a los seres toda la verdad de Su existencia, porque ni ahora ni en aquel momento los seres estaban preparados para saber sobre ella.
En este tiempo, las revelaciones llegan como impulsos de la Verdad, pero no como la Verdad develada. Los seres reciben aquello que necesitan para cruzar el umbral de estos tiempos y comenzar a adentrar en el tiempo y en la realidad divina.
Aunque no haya llegado el momento de vivir la expresión verdadera de un ser humano, deben al menos saber que ella existe y que, a través de una simple sintonía con la Verdad, podrán vivir las pruebas de estos tiempos de una forma diferente.
Dejen que este legado interior se haga sentir. Dejen que Dios se haga sentir en ustedes. Y tan solo saber que algo oculto está vivo en el propio corazón ya será suficiente para comenzar un nuevo ciclo, en un nuevo tiempo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oh alma que te desposaste con el Señor, entrega a Él tu ser, cuerpo, alma, mente, espíritu y corazón para que así estés en tu Esposo y Él en ti.
Sé fiel a Aquel que te llamó por tu nombre y que, entre tantos seres de la Tierra, te hizo escuchar Su dulce voz, Su firme llamado.
Busca, alma del Señor, ser una eterna compañera de tu Esposo, fiel en las gracias como en la cruz, entregándole todas las virtudes y miserias, todo lo que alcanzaste y también aquello que ni siquiera intentaste hacer. Coloca todo en los brazos del Señor y rinde tu Corazón ante Su grandeza.
Ya no esperes más para vivir la alianza con tu Dios. Renueva tu unión con el Creador en cada instante de tu vida. Comprende la unión con Dios, no como los matrimonios de la Tierra, sino como un matrimonio espiritual, una alianza que se establece entre tu alma y Dios; representando que todo lo que eres y lo que has vivido hasta aquí está colocado en las manos del Altísimo, para que Él disponga de tu consciencia y de tu espíritu para cumplir con Su Voluntad.
Aprende a amar a Dios cada día más.
Aprende a ser fiel y dedicada.
Aprende a ofrecer siempre todo de ti, para que Su Voluntad se cumpla.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Escuchen el llanto de un espíritu herido por las guerras y por la ignorancia de los hombres, el corazón de una nación que clama por Misericordia, aunque sus habitantes se hayan perdido en la indiferencia de su vida común y no lo escuchen.
Todos los días, la Mirada misericordiosa de Dios se dirige hacia aquellos que claman, que lloran, que oran por la paz; pero también y, sobre todo, hacia aquellos que no claman, que no lloran y que no oran, porque no conocen a Dios y a Su infinito Amor.
Con sus corazones, mantengan abiertas, cada día más, las Puertas del Perdón, de la Gracia y de la Misericordia para este planeta. Sean conscientes de la inmensa necesidad del mundo y que servir a este mundo herido sea su mayor aspiración.
Dios Padre espera poder llegar, todos los días, a Sus hijos y, para eso, precisa encontrar las puertas de los corazones humanos siempre abiertas a Su Amor. Sean esa puerta que se abre constantemente a Dios. Sean el permiso consciente para que el Creador abrace y ampare a Sus criaturas.
Que su verbo orante, nacido de lo profundo del corazón, se pronuncie incansablemente, pues la Tierra necesita paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mis queridos hijos:
Hoy nos volvemos a reunir y a unir, de corazón a corazón, para atender y orar por la grave situación mundial, efecto del desequilibrio en todos los Reinos, principalmente en el Reino Humano por el uso desmedido del poder.
Todos estos acontecimientos, hijos Míos, llevan a que la humanidad viva y sufra un desorden que también se refleja en la vida del espíritu.
Por eso, hijos amados, este es el tiempo de la oración por las naciones, porque orando por cada uno de los pueblos y de las culturas estarán orando por su planeta, el que también padece, silenciosamente, las agresiones del ser humano.
Pero tengan fe en el despertar de la consciencia, en la posibilidad de que, a través de la oración y del servicio altruista, ustedes podrán aliviar la consciencia mental de la humanidad.
Mientras tanto, hijos Míos, necesito un ejército de almas orantes que acompañen a su Madre Celestial en el propósito de traer la paz al mundo, cada vez más, y alcanzar el fin del sufrimiento.
Este es el tiempo de ver despertar y florecer en su interior las virtudes que Mi Hijo les entregó, para que sus talentos estén al servicio del Plan de Amor y de Redención.
Orar por las naciones también significa orar por los ángeles de las naciones, los que en este tiempo padecen las consecuencias de las decisiones que los pueblos adoptan como modelo de vida social y espiritual.
Hoy, por medio de la unión de nuestras voces, abramos los Cielos, confiando y sintiendo el descenso de la Gracia como un afluente que purifica las naciones y cura los corazones ante toda adversidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oro para que las almas alcancen la paz.
Oro para que las consciencias despierten a la realidad planetaria, a la verdad universal, y así transformen sus vidas según el Propósito Divino.
Oro para que los corazones aspiren a la unidad con el prójimo, con los Reinos de la Naturaleza, con la vida, con Dios.
Oro para que los buscadores reconozcan la verdad en todas las enseñanzas transmitidas por Dios a través de Sus Mensajeros, para que aquellos que buscan, sepan ver más allá de las palabras y encuentren en las entrelíneas la ciencia divina de la Creación.
Oro para que la vida sagrada ya no sea ocultada por las superficialidades humanas y, de la misma forma, para que la esencia de los seres no esté oculta por las creencias ilusorias que ellos tienen sobre sí mismos.
Oro por una nueva vida y una nueva raza, para que después que el aprendizaje humano se consolide, los seres tengan valor y esperanza para hacer emerger la nueva vida y dejar florecer en sí mismos el nuevo ser que, delante de Cristo, comenzará a despuntar.
Oro para que la humanidad no pierda el sentido de su existencia y la vida espiritual deje de ser una costumbre y una práctica, para ser una realidad y una experiencia de vida.
Oro, en fin, para que las Gracias de Dios no permanezcan en el Cielo, sino que sean vertidas sobre la Tierra.
Hoy Yo los llamo a que oren Conmigo y así intercedan por este mundo mientras hay tiempo. Oren Conmigo por la Paz.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Que su fe sea fervorosa para que en estos tiempos definitivos la fe sea el bálsamo perfecto que fortalezca sus almas y corazones.
Estando en la fe estarán en el amor y tendrán la consciencia necesaria para poder comprender y vivir los últimos acontecimientos de la humanidad.
Que su fe sea inviolable e inalterable; que sea una fe capaz de trascender los miedos y todos los apegos.
Que en ustedes, por medio de la oración y del servicio, despierte una fe madura capaz de soportar los tiempos y de trascender los límites mentales de la consciencia.
Que la fe los conduzca al amor para que en el amor vivan el perdón, tan necesario para con ustedes mismos y para con todos los que los rodean.
Que en este tiempo final la fe fortalezca su confianza en Dios, en el camino de la búsqueda incesante de la vida del espíritu.
Que en la fe se establezca la paz interior, sabiendo que es tiempo de cumplir la misión que el Padre y el Universo le encomendó a cada ser.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cada día que pasa es una oportunidad interior de renovar los votos de unión y de compromiso para esta nueva Navidad que se aproxima, momento en el cual la atención de la humanidad estará absolutamente colocada en algo externo y material y no en algo interno y profundo.
Por esa razón, a todos los que son más conscientes y están dentro del camino espiritual, hijos Míos, les corresponderá sustentar y sostener todo lo contrario que hará la humanidad en este mes; para que, al menos, los Códigos de la Divinidad de Cristo estén presentes en la mayoría de las almas de la Tierra, a fin de que las consciencias sientan y perciban que ya no es necesario sumergirse en la vida superflua, pero sí lo es adentrarse en la vida del espíritu.
Este es el tiempo de las grandes definiciones y de los grandes pasos.
Los invito, hijos Míos, a ser constructores del nuevo tiempo para el surgimiento de una Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quiero que Mi omnipresencia sea demostrada al mundo y que el poder de Mi Corazón, que es incomprensible para muchos, pueda tocar sus vidas para transformarlas por completo.
Un día, miraré desde el Reino de los Cielos y contemplaré en el mundo los frutos de tantos impulsos enviados por Dios.
Hoy, quiero calmar sus corazones, para que sepan que los pasos se están dando en sus espíritus y que sus almas están correspondiendo a tantos impulsos que recibieron.
Les digo esto, pues veo muchos corazones que se angustian porque creen que no están respondiendo a Mi llamado; pero les digo, Mis queridos, que sus almas son preciosas ante los Ojos de Dios, que no encuentra en el mundo a aquellos que abren el corazón para vivir Sus Palabras, que descienden de Sus Mensajeros.
Mientras Mi Voz resuena al unísono en tantos corazones, también ingresa en sus esencias y las fortalece.
Hoy, veo en sus vidas los frutos de la oración, porque la Pureza Divina ya tiene espacio en sus esencias y muchos pueden confirmar lo que les digo.
Mis queridos, por más que los tiempos los coloquen en muchas pruebas y que tanto la vida en la materia como la vida del espíritu demanden cada vez más atención de sus seres, quiero que estén firmes en este camino y que cuenten con Mi auxilio maternal.
Muchos sufren porque no creen verdaderamente en el poder milagroso de la transformación divina, que convierte el más duro barro en una copa para ser colmada del Amor de Dios y de Su Santo Espíritu.
Mis amados, que el Don de la Esperanza sea una realidad para todos los seres de este mundo, porque es posible vivir en este tiempo un estado especial de Gracia y tornarse un sagrado instrumento de Dios que cumple con Su Plan permanentemente.
Mis amados, no tengan miedo de curar sus corazones y de entregarme sus faltas. No se avergüencen por lo que un día fueron o por aquello que aún desean ser por los impulsos del mundo; sino que, así como son, caminen en dirección a estos brazos que se abren delante de sus corazones y los invitan a un divino abrazo.
Que el poder de Mi Inmaculado Amor transforme sus almas y esencias, y les dé coraje y valentía para seguir adelante.
No teman, no se detengan, solo caminen y abandonen el pasado. Yo recogeré lo que dejen en el camino y lo llevaré a los Pies del Creador como muestra de la transformación de la humanidad, para generar así, méritos para que otros reciban la redención.
Yo los amo con predilección y les agradezco, hoy y siempre, por responder a Mi divino llamado.
María, Madre y Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más