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La recompensa del servidor de Dios es el eterno servicio. El Creador renueva a Sus siervos en el acto de servir, y los nutre con la certeza de estar cumpliendo con Su Plan.
Hijos, la gran escuela de los discípulos de Cristo, en este tiempo, es la eterna renuncia. Sin embargo, les hablo de la renuncia de las cosas del mundo, de las comodidades y de los placeres que la humanidad, en su totalidad, apreció mucho mantenerlos.
Aquellos que temen a la renuncia, es porque, en verdad, jamás conocieron la Gracia de servir a Dios. Porque es renunciando a todo lo pasajero, que se encuentra aquello que es eterno y que nutre al alma, al cuerpo y al espíritu, dejándolos plenos en Dios, más allá de las apariencias del mundo.
Aquellos que quieren sustentarse durante su propia purificación deben encontrar su paz en la renuncia de todo resultado sobre sí mismos, pues sufre mucho aquel que todo el día mira para su propia herida y no permite que cicatrice, por el poder de su pensamiento sobre ella.
Deben reconocer que las heridas están ahí, pero para que el dolor no les atormente la vida ni les impida hacer todo lo que son llamados a hacer en este tiempo, tienen que quitar los ojos de sí mismos.
Es por eso, hijos, que cuanto mayor sea su grado de consagración, mayor debe ser la renuncia, porque se les pedirá un perfeccionamiento profundo y serán llevados a vivirlo más allá de su propia voluntad. Sin embargo, no es eso lo que debe estar en su consciencia, porque el Plan de Dios se manifiesta viviéndolo y no pensando en él.
De esa forma, deben saber que aquel que da todo también recibirá todo y aquel que deja de lado sus propios procesos, sus purificaciones e, inclusive, sus necesidades, para ayudar a los otros, será recompensado por Dios y alcanzará la expresión de Su Plan, sin darse cuenta.
Por eso, hoy les señalo el camino del servicio y de la trascendencia y les agradezco por intentar superarse por amor al Plan del Creador. Es en esa eterna tentativa y en la verdadera aspiración, que él se cumple. Sigan adelante.
Su Padre y Compañero en el camino de la ascensión,
San José Castísimo
Responder a la convocatoria de Cristo significa unirse a Su Corazón y concretar Su Plan de Redención en la superficie de la Tierra.
Esa convocatoria, que Cristo realiza, abraza muchos propósitos, en los cuales la mayoría de las almas son invitadas a participar.
En este tiempo, en el que todo se define, los rebaños de Mi Hijo son llamados a pastar en nuevos campos, en donde sus consciencias y misiones se pueden realizar y expandir, así como lo pensó el Santo Creador.
Es así, queridos hijos, que aquellos que responden a la convocatoria de Cristo consiguen descubrir el propósito interior que vinieron a cumplir, por esta humanidad y por este planeta.
La convocatoria que hace Cristo, en este tiempo, abre las puertas a la Gracia y a la Misericordia; y las consciencias que lo siguen logran revertir todos sus errores y vivir una expiación extraordinaria que disuelve todos los vínculos anteriores con el mal.
Hoy, El Señor de la Misericordia golpea a la puerta de cada alma para llamar a Sus nuevos apóstoles, para que lo acompañen en esta misión preparatoria de Su esperado Retorno.
Es así, hijos Míos, que Cristo llega a la vida de cada discípulo con determinación para que la consciencia interior se active, vislumbre su misión principal y haga de ella la antorcha que iluminará sus caminos hasta el Reino de Dios.
Como su Madre, acompaño este momento, en el que los que despiertan a esta verdad descubren esencialmente que siempre estuvieron aquí para dar un gran paso, el paso hacia el Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy ese gran Espejo de Luz que enciende en amor y fe a los demás.
Soy ese Espejo del Universo cuya oración atrae la Consciencia de Dios para el mundo.
Por eso, hijos Míos, abran sus espejos del corazón para que ellos refracten lo verdadero que son y viertan con cada oración, los atributos de la nueva humanidad.
Yo formo los grupos orantes Espejo para que sean una red de elevación de la humanidad.
Queridos hijos, cada oración pronunciada puede atraer para el planeta los Dones de Dios, por eso la oración del corazón es el medio propicio para que cada alma aprenda a encenderse en devoción y amor, así como lo hacen los Espejos.
Busquen en este tiempo ser parte de esa red de orantes Espejo, que eleva su verbo y sus oraciones para que los Dones y las Gracias urgentes que necesita el mundo se puedan aproximar.
Hijos Míos, es hora de que ingresen en esa escuela, no solo formando grupos de oración, sino también asumiendo el compromiso de velar para que cada Don de Dios se haga presente en la humanidad.
Si cada alma ofrece su oración por amor, así como los Espejos de luz de Vuestra Madre Celeste se ofrecen para interceder por la humanidad, milagros ocurrirán, y las consciencias tendrán la Gracia de poder responder al Llamado de Dios.
Ser un Espejo de oración es la meta de todo discípulo de Cristo. Es momento de abrir las puertas hacia ese sagrado conocimiento.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien irradia al mundo el Espejo del Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Cada nueva vigilia de oración no es igual a la anterior; por eso, que sus corazones se enciendan para que el Amor de Dios pueda despertar y la Gracia se derrame donde sea más necesaria.
En cada nueva vigilia de oración las almas son llamadas a permanecer con más atención y prontitud ante los pedidos de Vuestra Madre Celeste, porque en cada nueva vigilia de oración procesos planetarios e incluso cósmicos son develados y curados por la Luz de Mi Corazón.
Cuando un alma orante ofrece su verbo a Dios a través de la vigilia de oración, está confirmando nuevamente que el Plan del Padre y de toda Su Creación podrá cumplirse y el alma, que emite dicha confirmación, está autoconvocándose para lo que sea necesario.
Es ese despertar el que los uruguayos deben vivir en este tiempo, sin términos medios y sí con una adhesión pronta para servir a la Jerarquía en lo que sea necesario.
En la vigilia de oración que ustedes comparten Conmigo desde hace cuatro años, hijos, se construyó un potentísimo epicentro de Luz divina, el que se activa y desciende como caudal sobre una situación planetaria o humana que esté necesitando de una fuente de liberación o de cura.
Todas las divinas posibilidades se pueden presentar a través de cada nueva vigilia de oración; todo dependerá de la actitud del orante o del discípulo de María ante el llamado mensual de oración que se realiza. Es por eso que en este tiempo la Jerarquía Divina necesita que la humanidad no creyente pueda reconocer el efecto y el poder transmutador de la oración.
Si a ese efecto de la oración se le suma, por ejemplo el ayuno, los resultados de un trabajo grupal de oración repercuten no solamente en esas consciencias, sino también en las Leyes de la Naturaleza modificando los acontecimientos previstos.
Hoy, hijos Míos, les digo todo esto debido a la urgencia de que ustedes sientan y comprendan en qué están participando vigilia tras vigilia de oración y cuál es el verdadero resultado espiritual que esta obra de oración alcanza, a través del apoyo incondicional de cada uno de ustedes y de toda la Jerarquía Celeste.
Queridos hijos, aún las vigilias de oración por la paz en las naciones proseguirán; no solo para establecer la corriente universal positiva de paz en el mundo, sino también para que gradualmente sus seres internos y la humanidad, por medio de la oración, puedan transformar los aspectos del ego que corroen la consciencia y su pleno despertar.
Todos los que nacieron en este Proyecto de Dios, como saben, traen la esencia del llamado “pecado original”, falta cometida en el principio por Adán y Eva al no haber cumplido la Ley de la obediencia.
Fue desde ese momento que toda la humanidad en el transcurso de las eras ha cargado con ese evento en sus células; así todas las almas aquí encarnadas han tenido y tienen que aprender a superar y redimir la condición humana, que es la lucha incesante contra el propio ego humano que lleva a la perdición.
Mediante las vigilias de oración, ese potentísimo canal mariano intenta corregir y redimir los errores cometidos desde el principio de Adán hasta el futuro próximo.
Ese puente para la liberación y la redención de los errores fue realizado por Cristo a través de la Divina Misericordia, fue quien por ustedes venció al mal e hizo triunfar el Amor de Dios. Es por eso que en cada vigilia de oración, no solo se trabaja espiritualmente con las naciones, sino que la humanidad, que ha perdido los códigos crísticos y sigue cometiendo errores, es ayudada por medio del impulso de la vigilia de oración.
El campo de energía orante que se crea en cada nuevo encuentro influye positivamente en la acción de las Leyes Universales y en el proceso actual de la purificación de todas las consciencias. Es así que cada hijo Mío deberá tener la consciencia lo suficientemente despierta para saber que no solo estará sentado en una silla orando, sino que estará representando a los ocho mil millones de personas del mundo entero que no tienen consciencia de esos procesos.
Espero ver en cada vigilia a Mis soldados, dispuestos y perceptivos para que a través de la oración capten los impulsos internos de los Espejos, y el planeta pueda transformarse y de esa manera no se pierda. Eso dependerá de la actitud de cada discípulo, porque la Gracia vendrá a esa consciencia por añadidura.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien vigila por todos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy abran los ojos del corazón y también sus oídos para ver y escuchar el llamado por la paz. Este llamado supone un esfuerzo de parte de todos para concretar los planes de paz de Vuestra Madre Celeste. Cumplir con ese importante llamado demandará de ustedes no solamente tiempo, sino el amor suficiente para enfrentar las batallas.
Para los devotos de Aurora no faltará motivación, porque el propio rayo de su Centro Sagrado formará a las consciencias como los primeros soldados al servicio del Plan y de su evolución.
Ser guerrero en este tiempo significa luchar solamente con las fuerzas que proporcionan el amor y la libertad para poder desarrollar la tarea.
Aurora forma sus comandos de oración a través de la sagrada instrucción y de la confluencia de impulsos que llevan a cumplir ese propósito de paz. Por eso los autoconvocados a Aurora deben comparecer y presentarse para recibir las debidas instrucciones; de esa forma sus corazones y mentes estarán preparados para responder al llamado del Universo.
Es así, queridos hijos, que la Luz de Aurora refleja sus rayos sobre las consciencias que se abren en humildad y servicio para recibirlos, y ellas los espejan como soporte para el apoyo y la redención de los corazones.
La Luz de Aurora se expresa como llama de oración para quienes la invocan de alma y desinteresadamente. Esa Luz de Aurora los guiará y los colocará en el camino seguro para responder al llamado por la paz.
Es por eso que todos los soldados, despiertos o dormidos, comienzan a escuchar la cálida vibración de la convocatoria, porque llegó la hora de que todos los discípulos se coloquen en las filas de las misiones que deben cumplir. De esa manera el planeta y la humanidad serán protegidos y ayudados antes del gran momento de su purificación.
¡Agradezco a los soldados orantes que responden a Mi convocatoria!
Los despierta para los comandos celestiales,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Paz para el mundo y fin para la guerra.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Yo vengo a absolverlos en el nombre del Amor y del Perdón, en nombre de la infinita Piedad que existe en el Universo y que se vive en los ángeles y arcángeles, en todos los seres de buena voluntad, que en el Universo y en la Tierra viven el Plan de Dios.
Hoy, Yo vengo como el Rey del Universo, como la Presencia viva de Dios para esta humanidad, aún muy dormida.
Vengo a despertarlos del sueño de esta vida material para que sus almas se eleven a Mí y, en comunión Conmigo, sigan Mis pasos, que son los pasos que Dios les pide dar en esta hora definitiva de la humanidad, en el principio del ápice de esta transición, que muchos no sabrán enfrentar.
Por eso he venido aquí, no solo para bendecirlos con Mi Misericordia, sino para unificarlos con Mi Plan y con Mi propuesta de paz para el mundo.
Hoy, quisiera que dejaran a Mis Pies lo que ya no deben vivir, lo que no pertenece a Mis Caminos, ni a Mi Obra.
Quiero que se transformen en Mí y Yo Me transforme en ustedes, para que sean nuevos cristos; una nueva raza que colonizará a la humanidad cuando surjan los 144 000, que cada día más, se aproximan en el espíritu del despertar y de la misión que son convocados a vivir en este tiempo final.
Sé que muchos de los que hoy están presentes no entienden lo que Yo digo.
No necesito, compañeros, que Me entiendan, sino que Me vivan, que guarden Mis Palabras en el corazón, porque no son solo palabras.
Mi Verbo es vibración y energía, es principio de manifestación y de toda Ley para este Universo, del cual ustedes forman parte en este sistema solar.
Por eso necesito que abran sus corazones y no sus mentes, porque lo que Yo estoy diciendo hoy, lo dije hace dos mil años atrás, en cada una de la parábolas, en cada uno de los signos, y aún así en Mi Pasión, que fue la señal más visible para todos ustedes, de que Mi Obra aún continúa, en la Victoria de Dios, el Altísimo.
He traído para ustedes a los ángeles de la guarda, para que les puedan prestar un poco más atención, porque ellos les sirven desde sus orígenes y esperan que los puedan percibir. Solo a los ángeles y a nadie más, que se haga parecer a un ángel.
Su oración los elevará a esa consciencia, a la que Yo necesito que se aproximen, a la Consciencia Ultraterrestre, a la Vida Divina y Universal; porque la humanidad está muy densificada.
Pesan mucho sus acciones, sus sentimientos, pensamientos y las obras que van en contra del Plan de Mi Padre, en contra de la humanidad y de las almas.
Hoy les revelo, a través de Mi Corazón, el Plan de Dios en esta era de la Tierra, en este momento de la humanidad, en donde cada uno de ustedes, compañeros, debe ser ese principio vivo de Mi Presencia en el mundo; debe ser ese soldado que responde a los comandos y ese apóstol que lleva la palabra de salvación y de verdad.
Para que todo eso sea posible en este momento, compañeros Míos, transfórmense, transfórmense mucho y no teman transformarse.
Ha llegado la hora de que todos ustedes y el mundo se purifiquen, no con temor, sino con valentía, para soltar las amarras del pasado, destituir lo que no es del Plan de Dios y abrazar la cruz que el Padre les entrega en esta trayectoria evolutiva de la humanidad.
Así, estarán Conmigo viviendo Mis Principios; porque Yo los ayudaré a levantarse del suelo, a elevar sus ojos hacia el Universo para que reconozcan su estrella y así, se unan nuevamente con su Dios.
Adoren al Padre, que sigue ofendido, y ofrezcan una reparación, en este día, por todo el mundo.
Así ustedes, compañeros, recibirán lo que necesitan en la hora cierta y no cuando lo busquen; porque todo tiene un tiempo, dentro y fuera de ustedes.
Hoy les ofrezco Mi Constancia, por cada una de sus almas y por las almas del mundo que aún no Me viven.
Hoy les traigo esta realidad, porque Yo quiero compartirla con ustedes y así ustedes la compartirán Conmigo, en este eterno silencio que hoy promulgo para todos, el silencio que vive en el silencio y que permite descubrir lo que verdaderamente sucede dentro de los corazones.
Abracen este momento como algo único y reconfirmen sus votos de colaboración con el Plan; ese Plan que hoy no conocen en profundidad, pero que hoy les entrego para que lo puedan seguir en oración y vigilia, en fraternidad y servicio.
Yo necesito que continúen cumpliendo lo que Yo les pedí hace dos mil años.
Las almas están muy perdidas y los corazones se desesperan por no conocer el Amor de Cristo, vuestro Señor.
Si hoy vengo aquí para pedirles estas cosas, es porque en verdad lo pueden hacer, de una forma simple y honesta, sin tantos conceptos, ni formas. Porque en verdad les digo, compañeros, todo nace del corazón, y es el corazón de cada alma que rige las cosas, y es el que ayuda a que todo se cumpla, bajo la Voluntad de Adonai.
Como les dije en el día de ayer, compañeros, en los más jóvenes debe despertar el discipulado, el discipulado de Cristo, quien guiará sus vidas y los conducirá por el camino correcto de la redención.
Estén despiertos a lo que les digo y no pierdan ni una palabra, porque no podré volver a repetirla.
Digo todo esto antes de que todo suceda, pues ha llegado la hora de que los corazones se conviertan por el fuego de la oración y por el principio de la paz; y que todos sean más hermanos, unidos en una gran familia espiritual regida por Cristo, para esta Obra Redentora del fin de los tiempos.
Esta región y esta ciudad deben ser la cuna de las nuevas cosas, de los patrones elevados de conducta, de fraternidad y de hermandad.
Los jóvenes deben conocer Mi energía crística para que puedan redimirse. Y así como lo hizo Juan, el apóstol, puedan seguir Mis Pasos hasta el monte de la Cruz, en donde Yo compartiré lo que espero compartir con todos, en esta hora del planeta.
Yo vengo a curar en ustedes lo que aún no está cicatrizado, vengo a sanar sus heridas.
A través de Mis Llagas, Yo los purifico; a través de Mi Sangre, Yo los consagro; y a través de Mi Cuerpo, Yo los glorifico en el nombre de Mi Padre, para que al fin se cumpla la Nueva Humanidad.
Recemos:
(Padre Nuestro en arameo).
Y hoy lavarán sus pies, como Yo se los lavé a los apóstoles, que en ese momento no comprendieron la humildad del Maestro de la Luz.
Porque en la humillación y en la renuncia de los que lavan los pies a sus hermanos, se encuentra la existencia del amor y de la vida, que los unifica con el Universo y así, todo es renovado, como Yo lo renové en la Cruz por ustedes y por el mundo.
Así quiero que lo hagan siempre y que lo vivan todo el tiempo que puedan.
Porque quien se lava los pies, lava su pasado, cicatriza sus heridas y reenciende su alma en la Luz de Dios, expulsando lo impuro, exorcizando todo lo que no es de la Luz, bajo la Energía Crística de Jesús.
Canción: Por las Llagas de Jesús...
A través de Mi Sagrado y Glorificado Corazón, compañeros, Yo les entrego Mi Bondad y Mi Gracia y los hago participar de Mi Espíritu, en esta Comunión perfecta con Mi Padre Eterno.
Así, Yo los bendigo, los renuevo, los curo y los elevo cerca de Mi Corazón, para que estén entre Mis Brazos y sigan sintiendo la confianza que, desde el principio, todo estuvo bien.
En el nombre de la Luz, les agradezco y los bendigo bajo la señal luminosa de la Cruz Redentora de Vuestro Rey.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Ahora, puedo irme en paz de este lugar, porque sé que Me han escuchado en este momento y en otros tiempos, ¡Mis amados apóstoles en redención!
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Con inmenso gozo y regocijo escuchen Mi Voz que viene del infinito a pronunciarse a ustedes y a todos vuestros hermanos que, en confianza y fe, caminaron a Mi lado a través de los años y especialmente en esta Obra que aquí es realizada por los Sagrados Corazones.
No saben, compañeros, cuánto se complace Mi Alma por estar hoy aquí con ustedes, en comunión perpetua y espiritual por todos aquellos que no están presentes y que están perdidos en el mundo en la tribulación.
Pero hoy Yo vengo a extenderles Mi Mano para que vean Mi Corazón que está luminoso entre ustedes. No dejo de actuar en este mundo para que Mis discípulos Me sientan cerca y caminen junto a Mí, en este desierto que parte de la humanidad está viviendo en este ciclo de transición.
Quiero que se aproximen a Mi Corazón, así como Yo se los ofrezco, para que puedan ingresar en Mi Espíritu y sentir la Voluntad de Mi Padre que se muestra a ustedes, por ejemplo, a través de este encuentro.
No quisiera dejar de pasar por aquí sin que Me sintieran, comprendiendo lo que Yo les pido como rebaño espiritual, como propósito para este último tiempo.
Vengo a traerles Mi Paz y también Mi gratitud por haber permitido que nuevas puertas del Cielo se abrieran sobre este necesitado lugar en donde los corazones claman, sin percibirlo, por Mi intercesión.
Esta Maratón traerá sus frutos a todos, abrirá nuevos caminos a los consecuentes, a aquellos que han hecho una promesa a Mi Corazón Sagrado dándole la victoria a Mi plan a través del servicio y de la oración en esta región del planeta en donde Dios ha podido espejar Su Presencia simplemente en la realización de Su Creación y de su belleza.
Hoy vengo a invitarlos a estar en Mi Cenáculo no solo para comulgar Conmigo, sino más allá de Mí, en el nombre de Mi Padre y de todo el universo que se congrega especialmente para bendecirlos, para transfigurarlos y elevarlos hacia Mi Corazón.
Necesito que sigan cumpliendo con Mi Propósito, a pesar de lo que suceda.
Hoy Mis Manos cicatrizan las heridas imposibles, las heridas más profundas, las que el hombre no puede curar. Esto es obra de Mi Misericordia, de Mi insondable Amor y Piedad no solo por ustedes, sino también por el mundo que se oscurece y está ciego por no reconocerme.
Ahora, compañeros, que ustedes sí Me conocen, háganme conocer en aquellos que duermen, que no Me vivifican y que no Me adoran.
Mi Corazón se ofrece en este último tiempo a todos, sin excepción, antes de que llegue la Justicia de Mi Padre a este mundo y a esta humanidad. Justicia que el mundo no comprenderá porque no la conoce ni tampoco la siente, pero Yo les traigo la fuente de Mi expiación, la cura para vuestros espíritus y almas, la renovación de vuestros caminos y entregas a Mi insondable Corazón.
Solo deseo instituir en sus vidas un espíritu de apostolado, de misión y de servicio.
Que esta Maratón represente la renovación del servicio a Dios, aquello que ustedes pueden entregarme más allá de las limitaciones y de las pruebas, de los miedos y de las incertidumbres.
Desearía que todos los días pudieran renovarse y dejaran de mirar hacia atrás, hacia el pasado, porque si Yo Soy vuestra sagrada Presencia renovadora y crística, ¿por qué se detienen en el pasado?
Cuando Yo estoy presente les traigo lo nuevo, lo que aún no conocen ni viven. Yo les traigo la presencia de otra Ley que participa en otros universos y que los congrega aquí para que Me puedan vivir y sentir.
Vuestros corazones son potenciales en el servicio y la oración. Aquí pueden existir columnas más fuertes de oración que propaguen esa Luz por el mundo a través del precioso verbo orante.
Vuestros corazones no solo deben orar, deben ser espejos vivos que reflejen lo que los demás no viven en este tiempo y en lo que muchos no ponen atención por no conocerme profundamente.
Yo necesito de vuestras manos para llegar a los otros y para que al mismo tiempo ustedes Me puedan ver en los que sufren, en los que se pierden, en los Reinos Menores.
Toda la Creación participó de Mi entrega en la Cruz y aún lo sigue haciendo en Mi Gloria y en Mi Divinidad. Nada está separado después de que Yo ascendí a los Cielos, a la Casa de Mi Padre.
Les dejé la tarea de ser hijos de la Madre del Mundo, de ser semillas de la Nueva Humanidad, espiritualmente hablando.
Les dejé la tarea de propagar Mi Evangelio a través de actos de caridad y de paz, paz que escasea en el mundo y en muchos corazones.
América tiene esa misión Conmigo y con los demás Sagrados Corazones, es parte de esta trilogía espiritual entre vuestro Maestro, Santa María y San José.
Ustedes y vuestros hermanos perdidos son llamados a vivir este proyecto que aún no es comprendido porque es un proyecto de Amor superior, de una existencia desconocida que hoy se aproxima a ustedes para que la puedan percibir y vivir.
Yo les proporciono esta Gracia y esta Misericordia para que vuestros caminos sean pacíficos y no conflictivos, para que vuestros corazones se unan a Mí, así como deben unirse a vuestros hermanos, sin diferencias ni negaciones.
Yo les abro una puerta para vivir la experiencia del amor y de la redención. Ustedes ya han experimentado estas cosas a través de la Obra que aquí realizan, hace tanto tiempo, en honra a Mi Dios. Es por eso que vengo aquí para entregarles Mis Gracias, el espíritu de Mi gratitud infinita y universal.
Vengo así a lavar vuestros pies, a bautizar vuestras cabezas en el nombre del Espíritu Santo, a ungirlos y a sanarlos en el nombre del Amor y de la Unidad, algo que la humanidad está perdiendo rápidamente, pero si ustedes atraviesan el fin de los tiempos Conmigo nada deberán temer.
Quiero que vuestras vidas se entreguen a Mí.
Quiero que abracen Conmigo la Cruz que Yo llevo por el mundo en este tiempo.
Quiero que retiren las espinas de Mi Corazón por todos los injustos y soberbios.
Quiero que contemplen la inmensidad de Mi amor y que se sumerjan en Mi Espíritu, viviendo cada una de Mis Palabras, así como las vivieron los apóstoles en el pasado.
Quiero que sean una pluma de luz entre Mis Manos para que Yo pueda escribir la nueva historia en el Libro de Mi Padre, vuestra historia de redención, de expiación, de perdón y de Misericordia, de liberación y de paz; porque llegará el tiempo, queridos compañeros, en el que deberán estar reunidos al igual que hoy, en este sagrado cenáculo que me están ofreciendo amorosamente.
Así como Yo reuní a los doce, hoy los reúno a ustedes y a los que espiritualmente no están aquí.
Dejo a ustedes el saludo de Mi Paz, la señal luminosa de Mi Cruz victoriosa y resplandeciente en todo el universo.
Dejo para ustedes Mi dolor por el mundo, la negación de los corazones, la indiferencia de los orgullosos, la pobreza de los no humildes, la soberbia de los ciegos, la maldad de los ingratos, para que los compartan Conmigo y para que vuestro amor, junto al Mío, pueda borrar todas las miserias y triunfe Mi Sagrado Corazón como está triunfando en vuestras vidas.
Que esta Maratón abra las puertas a los que deben llegar, a los jóvenes de esta región que deben encontrar también el Camino de Cristo, no un camino estricto, sino el camino del amor, de la redención y de la paz. El camino del apostolado orante, de la misión en el servicio y en la caridad por medio de la piedad.
Los invito a renovarse en el nombre de la Ley de la Jerarquía, en nombre de la unidad y del bien.
Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención para este planeta.
Amén.
(tres veces en portugués)
En esta noche de comunión Conmigo, les entrego la bendición de estos elementos y Mi abrazo paternal en la unión perfecta con Mi insondable Corazón de Amor para que, renovados por Mi Espíritu, vuestros caminos sean en Mis Caminos y vuestros corazones estén en Mi Corazón en honra y adoración al Padre.
Yo los renuevo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En cuanto Me elevo acepten Mi proclamación de Paz y confirmen vuestros conmigo, así como cada uno lo pueda vivir en este ofertorio que es elevado.
Volveré mañana para estar con ustedes en unión espiritual y en vigilia por el mundo.
Gracias por haber concedido este espacio para Mí en vuestros corazones. Los frutos serán vistos en el próximo mundo, en la nueva humanidad y en la alegría de vuestros rostros.
Recuerden que esto es hecho por toda la humanidad no solo por ustedes, sino por aquellos que más lo necesitan y que más sufren la tribulación.
Contempla, hoy, el misterio de la muerte de Cristo y la soledad sentida por todos Sus apóstoles y discípulos, por todos Sus seguidores, ya que muy pocos fueron capaces de comprender la grandeza de Su Crucifixión.
Contempla en tu corazón el recogimiento de Cristo, Su silencio y la incertidumbre que ese silencio causaba dentro de los Suyos.
Los que lo esperaban estaban ante una prueba de fe, estaban sintetizando en su interior todo lo que habían recibido y todo lo que habían aprendido, para colocarlo en práctica al auxiliar a los demás.
Este Sábado Santo se asemejará a la prueba que vivirá la humanidad en tiempos futuros. Ahora, aún están en la presencia de Cristo, de María Santísima y de Mi Casto Corazón; ahora aún cuentan con la Instrucción y la Guía de Aquellos que fueron enviados por el Señor para que, en la materia, lo representaran y condujeran Su rebaño a Su encuentro. Pero llegará el tiempo en que a cada uno le cabrá confirmarse y afirmar su fe. A cada uno le cabrá repartir el pan y ser el puente hasta Dios para quienes están vacíos de espíritu. Le cabrá a cada apóstol y a cada discípulo de Cristo anunciar el amanecer que llegará después de los días oscuros y, así, mantener en pie y con fe en el corazón a aquellos que deben perseverar hasta el fin, porque se comprometieron con Cristo.
Contempla, entonces, la fe de las santas mujeres de Jerusalén y cómo ellas vencieron el dolor que sentían para así vivir el puro amor que el Señor les había enseñado. Contempla la devoción de esas santas devotas de Cristo, que no solo perseveraron en el Calvario, sino que también ungieron el Cuerpo de Cristo, lo vieron resucitado, viajaron por los continentes anunciando Su Victoria y, a lo largo de los siglos, retornan al mundo, aún como santas mujeres, para perpetuar la Obra del Salvador.
Obtén tu fuerza de los misterios del Calvario, de la victoria sobre la muerte, de la fe en los días de oscuridad y de la gloria de la resurrección.
Revive la historia de tu Señor y multiplica Su Gracia y Su Bondad, siendo tú mismo la Palabra Viva de Cristo y el cumplimiento de Sus promesas.
Haz cosas mayores de las que Él hizo y cumple con Sus Palabras, así como Él lo manifestó en las Escrituras.
Renueva la Iglesia de Cristo, que no está guardada en una religión, sino en el corazón de todo aquel que tiene fe y disposición para seguir los pasos del Señor.
Aquel que te guía hacia el Salvador,
San José Castísimo
Que las puertas de los mundos internos y celestiales se abran para que los redimidos ingresen e invoquen el nombre santo de Emmanuel.
Que los autoconvocados se reúnan para crear la alianza con el Espíritu Sagrado de Dios.
Que los llamados hijos de Adán, recuerden los principios de la raza antigua para que las Leyes se vuelvan visibles y se establezca la armonía universal.
Que los consecuentes manifiesten la sabia gratitud y que desde ahora destierren los aspectos humanos que los llevaron a la perdición.
Que los valientes se purifiquen para que limpios de toda mancha reciban los rayos de la transubstanciación.
Que los caminantes y buscadores del sagrado conocimiento no se cansen y no dejen de buscar la fuente de la humildad.
Todo está listo para acontecer en la nueva humanidad, los viejos actos y las viejas costumbres serán expulsadas para que brille en cada alma el nuevo y sagrado Sol del Universo.
Que nadie impida el descenso del Reino de Dios para que los que están más lejos de la verdad puedan reencontrar el sentido de estar en esta vida.
¡Adelante los discípulos de Cristo! Caminen descalzos de sus antiguas alianzas con el mundo, eso los hará libres de todo y merecedores de la divina e infinita misericordia.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los une al principio del amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Soy la Señora del Camino, todos los rebaños que Me siguen están bajo Mi protección. Todos los orantes que Me acompañan están bajo Mi Gracia Maternal.
Soy la Señora del Camino, con Mis pasos marco la senda hacia el reencuentro con Cristo.
Soy la Madre que guía y protege a las almas que buscan a Dios. Mi Corazón resplandece delante de sus almas.
Soy la Luz bondadosa en el camino de Mis hijos. Soy la Señora del Camino, porque Mi propósito es conducirlos hasta Dios.
Soy la Señora del Camino, porque intento conducir por el sendero del amor y de la piedad a los que se perdieron, para que sus errores sean perdonados. En Mis caminos están presentes todos Mis discípulos, aquellos que ayudan a los demás hijos para que se sientan seguros de poder seguir el único y divino camino de Dios.
Soy la Señora del Camino que protege a todos Sus misioneros y que indica los desvíos que impone el mal para que estos no sean transitados.
Por eso, confíen en Mi sagrado camino; Yo los llevaré hasta Cristo.
Cuando eso suceda, sus pies dejarán de caminar, porque ya estarán seguros en el Corazón Compasivo del Señor.
Soy la Señora del Camino, la que abre las puertas a la Redención; quien sigue Mis caminos encontrará el día de su libertad y así sus caminos serán benditos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los guía por los caminos de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que se abran las puertas de los Reinos de los Cielos y las esferas sublimes y celestiales desciendan en Gloria al reino de este mundo para transformar y despertar a todas las criaturas de esta Tierra bendita.
Mis amados, alégrense y regocíjense todos, pues de forma extraordinaria desciendo al mundo para derramar, una vez más, un río de Gracias sobre la humanidad.
Mientras el mundo duerme, que aquellos que están despiertos amen el sacrificio y la entrega absoluta.
Mientras el mundo deja que se apague la propia llama interior y la fe se desvanece de la consciencia de la humanidad, que aquellos que están a Mi lado sean inquebrantables y que no existan dudas extrañas que les quiten la fe que deposité en sus corazones.
En tanto la angustia y el miedo toman los corazones de aquellos que no cumplen con los designios del Creador, que Mis soldados se alegren e incluso ante la gran tribulación planetaria, sean fuertes, firmes y confíen en el cumplimiento de los Planes Celestiales.
En tanto el mundo teme el colapso de un sistema material, que los discípulos de Cristo solo esperen confiados Su retorno y observen cada acontecimiento como la señal verdadera de que ese retorno se aproxima.
En tanto el mundo se preocupa con el tiempo que pasa y la muerte que llega, que aquellos que Me acompañan abran sus consciencias para trascender los tiempos e ingresar en el tiempo infinito, donde solo existe la eternidad, la unidad con Dios y toda Su creación.
Mis amados, vengo a invitarlos en este día a trascender las leyes de este mundo y todas vuestras predilecciones. Los convido a apartar el corazón de los amores terrenos y materiales, que abrazan solamente lo que este mundo les ofrece, para que entonces conozcan un amor sublime, que todo sabe en profundidad, que vive y ama para cumplir los Planes de Dios y manifestar Su Creación, tal como Él pensó en Su Espíritu Sacratísimo.
Mis queridos, estos son tiempos de salir de la vida común y luchar con el corazón para perseverar en un camino que, en poco tiempo y de forma absoluta, irá contra todas las tendencias y energías de este mundo.
Deberán estar fortalecidos por el poder del verbo de los Mensajeros Divinos y nunca dejarse conmover por los procesos internos que vivirán otros o por la purificación del propio planeta.
Abran los ojos a una realidad que la mayoría de la humanidad no es capaz de ver y sepan que, por detrás de todas las pruebas de este mundo, existe un Gran Propósito que busca fortalecerlos y confirmar vuestros espíritus en la adhesión al Espíritu Sacratísimo de Dios Todopoderoso.
Que la fe en vuestros corazones jamás se disipe. Que la esperanza en el retorno de Mi Hijo se fortalezca y crezca, como una verdad que no perece en el interior de Sus discípulos y apóstoles.
Muchos solo creerán en Su retorno al verlo cruzar el Cielo y colocar Sus Pies en el suelo de esta Tierra, así como lo fue en Su Resurrección. Sin embargo, bienaventurados serán aquellos que saben que Él vive, así como sabían que Él era el Mesías; y saben que Él retornará, así como sabían que vencería la muerte. Esos serán los que perpetuarán Su Presencia en el mundo.
Eleven hoy, a los Cielos, la infinita gratitud de vuestros espíritus por estar siendo guiados directamente por Dios y por aquellos que son el eco de Su Voz y la manifestación espiritual de Su Voluntad para todo el Universo.
Mis amados hijos, les dejo Mi bendición y Mis más preciosas Gracias para que, con amor y valentía, puedan transitar por las pruebas que vendrán.
Que Mi amada hija que hoy se renueva en Mi Corazón sea fortalecida por el poder de Mi Amor.
Únanse unos a los otros y ámense siempre. Vivan los principios del Reino de Dios.
Yo los amo y espero encontrarlos con fe y paz interior.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que hoy reine la paz y que cada ser alcance la unión con Dios para estos tiempos.
Yo Soy la Madre y Señora de los Andes, Yo Soy el Ave Cóndor que sobrevuela el mundo llamando a Sus hijos a la redención. Vengo a este mundo para salvarlo, con la esperanza de que Cristo, vuestro Señor, encuentre a las almas fortalecidas y decididas a vivir el Plan de Dios.
Por eso, Mis pequeños hijos, abran vuestros ojos y miren a la Estrella-Sol que los alumbra, miren a las montañas que los rodean y los invitan a elevarse para encontrar el camino de la unión interna con Dios.
Ustedes, que son Mis discípulos del nuevo tiempo, tienen la misión de ayudar a trascender las condiciones humanas, para que este planeta y todos sus reinos menores se vuelvan sagrados y benditos; pero aún hay mucho que perdonar dentro y fuera de ustedes.
Queridos hijos, Yo los invito a proseguir, sin cansancio, sin desaliento, solo mirando hacia lo alto de las montañas para poder encontrarme en vuelo, guiando vuestras vidas y vuestros pasos.
Para este último ciclo de transición, ustedes se encontrarán con muchas pruebas, con alegría y unidos a la fuerza del Corazón de Cristo no teman desenmascarar vuestros viejos hábitos y, así, tornarlos sagrados a través de la constancia en la oración del corazón.
Ahora están en el momento de no retroceder jamás y de cumplir con este proyecto bendito que debe encarnar en la vida y en la esencia de todos Mis servidores. Mientras esto está por suceder, Yo les pido que vivan a través del espíritu, del buen coraje y que se arriesguen a desterrar vuestro propio yo.
Ahora, como discípulos, entre ustedes no deben existir preferencias; el camino de Mi Corazón les indica el tiempo para vuestra rápida purificación para que así more en ustedes la Luz de Cristo.
El Señor Me envía gloriosa y resplandeciente como el Ave Cóndor de Luz, para que la humanidad comprenda que ya no es momento de detenerse ni de retrasarse en esta vida. Es hora de caminar, de superar barreras y obstáculos dentro y fuera de vuestros pequeños seres; a eso solo lo conseguirán a través de un acto amoroso de arrepentimiento, el que los llevará a hacer penitencia por todos los que ni siquiera piensan en Dios Padre. Así, Mis pequeños, podrán ser adultos y estar maduros para enfrentar este último tiempo de cambios y de transformaciones masivas.
Cuando Mi Espíritu Inmaculado apareció por primera vez sobre los suelos de Aurora, muchos no entendieron el significado de Mi mensaje y menos Me aceptaron los sacerdotes, cuando en aquel tiempo Yo los llamé para que Me acompañaran en esta misión planetaria de paz y de permanente peregrinación. Y esa responsabilidad fue concedida a los más inmaduros y sin experiencia en el camino del espíritu, pero solo fue la fe que ellos encarnaron y el amor devoto a Mi Corazón, lo que permitió que Mi Obra se ampliara hacia otras naciones y continentes.
Solo por el amor y la fidelidad de los grupos de oración de la Red-Luz Yo he podido cumplir con los designios que Dios Me entregó.
Recuerden hijos, que Yo Soy la Madre que debe entregarles para este ciclo la esencia de la Santísima Trinidad, así todos ustedes serán nuevamente concebidos y contemplados por el Corazón Misericordioso de Dios. Esta es la Obra de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad: que todas las almas del mundo revivan la unión con el Amor del Padre, con la Fe del Hijo y con la Sabiduría del Espíritu Santo.
Aún espero que Mi Santa Iglesia en el Uruguay y el mundo, dé el primer paso, para que todos los buenos cristianos reconozcan Mi presencia.
Queridos hijos, como Madre Vuestra, Yo les traigo para este día, 13 de diciembre, estas reflexiones; deseo todos los días que puedan crecer y que así se aparten de la ilusión que el enemigo les infunde y que los confunde.
Que en estos tiempos de cambios, vuestra aspiración de estar Conmigo sea permanente.
¡Mi Luz siempre los iluminará!
Los bendice, los cura y los ama,
Vuestra Madre María, Señora de los Andes
Si pierdes la paz de tu corazón, pronto sabrás que te falta el amor. No permitas que los sufrimientos, las pruebas y los desafíos inalcanzables que Yo te envío con tanto amor, te quiten la paciencia infinita. Ahora, en otro grado de madurez de la consciencia, todo lo que Dios entrega a Sus hijos tiene la finalidad de liberar cada vez más a la humanidad del mal y del pecado.
En verdad, los que están Conmigo hasta el fin son siempre muy pocos; es mínima la cantidad de discípulos que se animan a ser quemados por el Fuego Divino de la purificación.
Ahora, en un tiempo de emergencias, el Universo se sirve de las virtudes y de los defectos de los Míos para que, a tiempo, puedan ser revertidas todas las causas que oprimen a la consciencia de la humanidad.
En el camino del sufrimiento, existe la transformación y la purificación parcial de lo que muchos llevan cargado sobre sus espaldas. Pero ¿quién en verdad se arriesgará a vivirlo por amor?
Mientras el reloj del mundo marca el momento de la purificación para todos, Yo apoyaré a Mis discípulos, los que se animarán a cargar con una cruz semejante a la Mía. Sepan que no los dejaré solos, porque sé lo que significa para ustedes vivir la consagración en un tiempo de caos.
Bajo la Luz de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por perseverar a través de Mi Corazón.
Cristo Jesús
En este día de piedad, Yo los invito nuevamente a recordar Mi Pasión en la Cruz. En estos hechos significativos encontrarán la fortaleza para los momentos de confirmación y de desafíos.
Los pasos que están dando algunos de Mis nuevos discípulos van cambiando el rumbo de la vida planetaria y, así, la Gracia de Dios está llegando a los corazones más dañados por las artes del mal.
En esta Hora de Infinita Misericordia, Mi Corazón reúne a los Míos para indicarles el próximo paso que deben dar en la senda de la cristificación del corazón. Por eso, estén atentos a Mis Anuncios. Guarden en sus corazones Mis Palabras de luz, las que les darán la vida eterna y, firmes, caminen en busca de Mi Divino Propósito Crístico.
Vayan en paz, y en reverencia glorifiquen al Dios del Amor, porque en este día de inmensa alegría y consagración del mundo entero, la humanidad está recibiendo la Gracia de la Redención.
Bajo la Luz Infinita de Dios, sean bienaventurados ahora y siempre.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Sol de la Eterna Gracia
La Gran Transformación Crística
Aquel que se disponga y decida seguir Mi Camino de Consagración a Dios, recuerde que las pruebas que enfrentará serán como piedras en su camino y servirán de confirmación permanente para que algún día cruce el umbral hacia la Eternidad.
Por eso nunca teman encontrarse con todo lo que fueron alguna vez en el pasado, porque eso forma parte del arte de la constante purificación para alcanzar la Paz Purísima.
El discípulo es como un gran libro que guarda un pasado completamente desconocido para su pequeña consciencia dentro de este universo.
Para acceder a la realidad de su vida y de toda su existencia, el aprendiz deberá, con estricta obediencia, hacer todo aquello que en ciertos casos podrá parecerle absurdo.
Este es el gran paso para la Transformación Crística: reconocer que, en consciencia, el discípulo sabe muy poco de la vida, de la verdadera Voluntad del Señor, y que solo le resta seguir desde el corazón las señales que le son indicadas.
En este tiempo de apostolado, los aprendices deberán cruzar con sus propios pies el gran y extenso lago de las impurezas de esta humanidad, las que no permiten que el sentido existencial de la esencia brille en cada alma.
Por la Ley de la Gracia, la Divina Misericordia, la Fuente Purísima de redención y de compasión, que lava, nutre, limpia y purifica esos grandes lagos de lamentaciones, es el remedio que disolverá estas cargas y renovará las vidas preciosas de todos los seres.
Como discípulos, anímense a experimentar Mi Camino porque nunca les fallaré, incluso en las horas de grandes pruebas de confirmación y de fe.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por purificar día a día sus vidas a través de Mi Corazón Misericordioso.
Cristo Jesús, el Agua de la Nueva Vida
Queridísimos hijos en Cristo:
Me alegra ver, en este día, a los peregrinos simples y dispuestos a seguirme por el camino de la oración y de la paz. Hoy quiero agradecer por el encuentro divino que cada uno de ellos tendrá Conmigo en sus corazones, porque un peregrino es la luz que circunda los espacios para llevar la paz.
Un peregrino es como una estrella incandescente que irradia el amor inmaculado de la Madre Celestial. Un peregrino es como un sol ante la oscuridad, porque su principal instrumento es el rosario. Un peregrino es como un discípulo que acompaña las instrucciones con amor.
Todos los peregrinos tienen diversos fuegos. El fuego de cada peregrino se enciende con la oración y este se complementa con los otros fuegos. Así cada peregrino manifiesta como orante una parte del Plan de Dios. Todos los peregrinos son un solo espíritu crístico que fortalece el caminar y los pasos de sus semejantes.
Por eso, aquel que quiera consagrarse como peregrino, solo deberá orar y afirmar que es un discípulo de Cristo en el mundo; porque peregrino no es solo aquel que vive el Mensaje Divino, sino que también es un puente al servicio abnegado y a la caridad por los más necesitados.
Existen muchos peregrinos en el mundo que, en este tiempo, pasarán a consagrarse internamente a Mi Inmaculado Corazón como nuevos apóstoles de Cristo, como apóstoles de Dios. Así nacerán los nuevos soldados de María que estarán dispuestos a seguir las enseñanzas del nuevo Evangelio de Cristo, Evangelio que preparará la venida de Mi Hijo Jesús.
Hoy quiero irradiar Mi Amor materno y único a todos los peregrinos, porque es a través de todos ellos que Mi Plan mariano se llevará adelante, cuando de corazón y de verdad colaboren para que esta Obra de salvación y de Misericordia sea posible.
Queridos hijos, estoy en oración por ustedes, para proteger a los peregrinos que estarán dispuestos a seguir el camino hacia Mi Hijo Jesús.
Hijos Míos, en este día de alegría y de regocijo para ustedes en Mi materno Corazón, Yo los animo nuevamente a vivir el ecumenismo de Cristo. Esto significa ver que todos los peregrinos son portadores del Amor de Mi Hijo, un Amor que une, un Amor que alivia, un Amor que cura, un Amor que libera, un Amor que no condena, un Amor transfigurador y redentor.
Queridos hijos, la Madre del Cielo los llama a fraternizar a través de la oración por la paz en el mundo y por la unión espiritual entre todos los seres de la Tierra. Aquellos que se dispongan a ser ecuménicos, ayudarán a que los acontecimientos también cambien y a que la paz reine entre los hombres y Dios.
Amados hijos, Mi Espíritu infinito de Amor, hoy ayudará a los más necesitados de alma, de corazón y de cuerpo, ayudará a los que esperan desde hace tiempo un alivio interior.
Oremos para que los nuevos apóstoles de Mi Hijo se presenten y para que la obra mariana se cumpla en el mundo entero, principalmente en las queridas familias de América.
Ayunen, adoren y comulguen de Mi Hijo. Él siempre será vuestro único y fiel sustento para este tiempo.
Ahora, después de cada decena del Santo Rosario y al término de la Oración del Ángel de la Paz, ustedes deberán repetir con devoción:
“Es todo por Ti Jesús, por Tu insondable Misericordia. Amén”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en el eterno Amor,
María, Vuestra Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Con los Rayos de la Misericordia de Dios sobre el mundo, Yo los invito a sentir en ustedes el Amor de Dios. Porque la humanidad, en el final de este tiempo, debe curarse y redimirse para que se cumpla el Plan Divino sobre la Tierra.
Hoy necesito que ustedes tengan una total confianza en Dios, confianza absoluta porque Él los conoce bien, los conoce desde vuestro nacimiento y conoce también los pasos que dieron en vuestras vidas. El Señor los está invitando a vivir en la Redención, un principio fundamental para el fin de estos tiempos.
Queridos hijos, hoy estoy aquí entre ustedes para demostrarles el Amor de Dios y también para decirles que muchas almas necesitan en este tiempo de vuestra devoción y de vuestro fervor.
Queridos Míos, hoy los estoy llamando a tomar consciencia del tiempo que llegará. Sepan, que Mi Hijo necesita de apóstoles y discípulos fuertes en la oración. Quiero que comprendan cuán importante es la salvación de las almas; sepan que ustedes, junto a Mi Hijo, tienen esta tarea en este mundo, en esta humanidad.
Pequeños hijos de Mi Padre, que en este día vuestros corazones estén en lo Alto, y que prevalezca Jesús en vuestras esencias para que encuentren la fe que los fortalezca y les permita dar los pasos seguros hacia el Señor.
Para eso, Hijos Míos, ustedes tienen la llave de la oración, y esa oración del corazón debe expandirse por el mundo así como el amor de vuestros corazones.
Como Reina de la Paz, los invito a ingresar en Mi Reino todos los días porque es necesario que las almas se conviertan, que alcancen la eternidad, y en ustedes existe un potencial precioso de reconversión a través de vuestro amor a Dios.
Queridos hijos, estoy derramando Mi Luz sobre el mundo nuevamente.
Les pido que peregrinen Conmigo orando desde el corazón durante todas las horas de este día, porque no solo Me estarán acompañando en Mi Tarea Maternal, sino que también vuestros corazones estarán unidos a Dios abriendo las Puertas del Cielo a la Tierra a través de vuestra amorosa respuesta a Mis pedidos.
Queridos hijos, que en ustedes se encienda el Fuego del Espíritu Santo para que, unidos al Redentor, alaben a Dios eternamente mientras vuestros corazones están sobre la Tierra.
Queridos Míos, les agradezco, en este día, por estar contestando a este importante llamado a la Redención de la humanidad.
¡Les agradezco!
Mi Espíritu estará en vuestros corazones siempre que lo permitan.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Amados hijos:
Nuevamente Mi Misericordia está sobre toda Argentina y en especial sobre Buenos Aires, esta necesitada ciudad del mundo.
Queridos hijos, hoy los llamo al despertar de la consciencia, en el final de estos tiempos, mediante la oración del corazón, porque un nuevo ciclo se aproxima y vuestros corazones deberán estar preparados para recibirlo. Para algunos, este ciclo será una Buena Nueva que cambiará el estado de la consciencia, pero para otros serán cambios profundos que los llevarán a definir el camino a seguir en este tiempo.
Por eso, queridos hijos, ustedes, que viven el día a día en esta ciudad de Buenos Aires, al igual que otras almas en diferentes ciudades del mundo, deben orar con fervor y desde el corazón para que la Gracia de Dios y la Misericordia de Mi Hijo se difundan en los corazones más necesitados de amor y de redención.
Hijos Míos de Argentina, en el día de ayer los invité a peregrinar a Luján de una manera diferente; esta vez para un servicio verdadero y abnegado, porque sepan, que las grandes colonias de almas también deberán ser apoyadas por la oración. Para eso, son necesarios grupos de oración que, consagrados a Mi Espíritu Maternal, persistan y caminen en la fe de Mi Hijo. Cada grupo deberá comenzar a ejercitar la fraternidad porque así, en vuestros núcleos de trabajo y de tarea, hallarán Mi Paz Universal.
Quiero formar, para estos tiempos, soldados despiertos que dejen atrás las comodidades de la vida y, como sinceros discípulos, sean instrumentos en las Manos de Dios en el final de los tiempos.
Ustedes, mediante la oración, tienen la llave para definir la salvación de toda la humanidad. Por eso, hace ya treinta y un años en Medjugorje, Mi Corazón Materno pronuncia y clama por ¡oración!, ¡oración! y ¡oración! Eso es lo que ustedes deberán ingerir como alimento espiritual en este tiempo permitiendo así que Mi Corazón redima los caminos que desvían a millones de almas, los caminos de la modernidad y del confort.
Estoy aquí, queridos hijos, en nombre del Altísimo, para abrir vuestros ojos aspirando, como Madre del Cielo, a que vuestras consciencias maduren y puedan socorrer a la propia humanidad por medio de la oración.
Hijos Míos, ¡alguien debe hacer algo por el mundo! Porque cada día se enciende en llamas por sus propias acciones, y ese alguien son todos Mis fieles soldados, los soldados de Mi Corazón.
Hoy llego al mundo para abrir las Puertas de los Cielos a vuestras vidas, para que la esperanza y la Misericordia sean cultivadas en el mayor número posible de almas.
Queridos hijos, Dios los está escuchando, por eso, continúen orando todos los días. Les estaré universalmente agradecida.
Que este mes de noviembre sea para todos ustedes una preparación para Mi próxima llegada a Buenos Aires en diciembre.
Gracias por responder a Mi llamado por la humanidad.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Abriendo la Fuente de la Misericordia Universal de Mi Hijo para el mundo, hoy los llamo a unirse al Principio Creador del Amor porque la humanidad necesita despertar e ir al encuentro de este Amor en el corazón.
Ustedes, Mis pequeños, tienen en la oración diaria la llave fundamental para que esa Fuente de Amor, que nace de Dios, pueda ser vertida sobre la humanidad en este ciclo.
Hijos Míos, como Madre del Perdón y de la Paz, hoy les pido que, abriendo vuestros corazones, caminen hacia el encuentro amoroso con Mi Hijo, pues así permitirán que Su Gracia Redentora se haga presente en el corazón de todos los hombres.
Mediante el ejercicio de la oración ustedes participarán, con Jesús, en la salvación de los corazones y, así como fue con los discípulos de Cristo, vuestros corazones orarán, de dos en dos, para hacer brillar la Luz en las esencias.
Queridos hijos, hoy los estoy llamando a caminar en la oración, porque muchos de Mis hijos deben reconocer que sin la oración del corazón no se es nada en este tiempo. Intento, como Madre, día a día, enseñarles a amar el ejercicio de la oración del corazón porque así muchos de vuestros hermanos podrán ver los efectos poderosos de la oración interior.
Hijos Míos, por este motivo son llamados a participar con consciencia del camino de consagración que comenzará con vuestro compromiso interno con la oración y, en consecuencia, resultará una unión perfecta con el Sagrado Corazón de Mi Hijo.
Queridos hijos, ustedes pueden estar en la víspera del nacimiento de un nuevo fruto que, en las Manos del Creador, podrá servir de auxilio y apoyo para los que más necesitan.
Vuestra meta en estos tiempos es la donación interior. Caminen
hacia ese propósito del corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Llevando a toda la humanidad en Mis brazos, hoy dirijo Mis palabras celestiales a todos Mis hijos de los Estados Unidos y de Venezuela solicitándoles oración para que la Bienaventurada Gracia pueda descender sobre ambas naciones.
A pedido de Mi Hijo Jesús, hoy les doy Mi Bendición Maternal y los llamo a seguir caminando por la paz en vuestros corazones y en el mundo entero. Por este motivo, hoy envío Mi Amor eterno a cada uno de los grupos de oración de los Estados Unidos y de Venezuela. Les envío Mi Consuelo Maternal y les anuncio que Mi prometida llegada a ambas naciones, según los planes del Altísimo, tendrá lugar en el Centro Mariano de Figueira, en el Brasil.
Cuando les digo que llevo a la humanidad en Mis brazos, es porque ella necesita de la guía y de la protección de Mi Maternidad. Cuando les digo que Yo apareceré en gloria y en espíritu durante los meses de octubre y noviembre en el Centro Mariano de Figueira, es para que vuestros corazones sientan que no los abandonaré porque los amo más allá de vuestros pensamientos y razonamientos.
Hoy quiero recordarles una parábola que Cristo ha dejado para toda la humanidad. Es un mensaje que les permitirá comprender por qué Dios quiere y pide que vuestras consciencias crezcan en este último tiempo definitorio.
Hijos Míos, recuerden que Jesús una vez dijo que en un tiempo pasado hubo una mujer muy pobre que donó todo lo que le quedaba para que el templo pudiera proseguir con la tarea. Pero como fue tan poco lo que ella había dejado, su acción no fue considerada por los hombres. Jesús, Mi Hijo, los invita a reconocer que es más importante la acción de lo que cada hijo del Padre dona, que el valor en sí de lo que cada uno de ustedes tiene.
¿Cuál es el misterio de esta parábola?
Queridos hijos, el misterio es que en el Reino de los Cielos se guardan los verdaderos y sinceros valores espirituales que enriquecen el corazón de todas las almas, y no los bienes que Mis hijos guardan y acumulan en la Tierra.
Hoy, hijos Míos, quiero que aprendan a amar lo que no se tiene. Les digo, amar el verdadero espíritu de la Providencia de Dios. Jesús ha dicho a Sus discípulos: “Deja todo lo que tienes y sígueme”. Mi Hijo les quería decir que cada uno de ustedes debe donarse por entero a la Voluntad de Dios y confiar que Él les dará los mayores bienes que existen en los Cielos.
Queridos hijos, el motivo de Mi ausencia en Venezuela significa que ha faltado, de parte de Mis hijos, un correcto equilibrio en la colaboración y en el sustento para con Mi tarea universal con ustedes.
Dios no los abandonará y Mi Materno Corazón estará transmitiendo el mensaje mensual para octubre y noviembre de 2012. Pero hoy, quiero que mediten sobre cuánto vuestros corazones apoyan con sinceridad Mi tarea universal para que ella así se cumpla en cada nación.
Dios no Me ha dado el permiso de hacer grandes milagros, por eso, para que Mi Mensaje y Mi Luz se derramen en cada nación a la que Dios Me pide ir, debe existir de parte de ustedes una total colaboración para que los videntes cumplan con la tarea que Mi Corazón les encomienda en cada nación.
Queridos hijos, están siendo invitados a vivir en la fe y en la entrega a Dios. Por eso, Yo estoy ahora con ustedes. No teman por nada, pero ya es hora de crecer desde el corazón.
Ustedes, Mis pequeños, ¿Acompañarán la voz de Mi llamado?
Bendigo el esfuerzo que he visto por parte de los grupos de los Estados Unidos y de Venezuela. ¡Recemos mucho, porque los tiempos están cambiando!
¡Les agradezco!
Gracias por escuchar Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más