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Hijos Míos:
Será por la cruz que cada uno acepte, que Mi Purísimo Corazón triunfará en el mundo y logrará la victoria en todas las almas que nunca clamaron por Dios, porque Yo las rescataré.
El triunfo de su propia cruz es posible. El camino que ustedes deben realizar les promete una transformación profunda y rápida en estos tiempos.
Hijos, no teman cargar con su propia cruz, con la cruz de su entrega, de su esfuerzo y de su constante caridad. Carguen con su cruz con ánimo y valentía para que pronto el mundo y la humanidad se libren del error.
La cruz para los que se consagran en el fin de los tiempos no tiene fin porque es una cruz espiritual plena en ofrenda y sacrificio por todos los que no llevan su propia cruz.
Hijos, les parecerá imposible lo que les digo, pero el mundo deberá ser purificado también por la cruz que todos acepten cargar sin miedo.
El amigo cirineo ahora será Jesús, el Rey, quien cargó la peor Cruz por todos ustedes. Pero Él en Su infinita sabiduría compartirá con los suyos la gran cruz del mundo para que así las almas se puedan salvar.
Siéntete digno de recibir esta Gracia de poder compartir con tus hermanos una cruz que la mayoría no quiere cargar por sí mismo. La cruz no será sufrimiento, sino que será el motivo de que tu corazón y tu vida alivien el peso que ocasiona la humanidad a todo el universo.
No te sientas solo en todo este trayecto de cargar con la cruz, sabes que a tu lado están los ángeles y los arcángeles que aliviarán todo el mal que ocasiona el adversario.
Si Jesús venció en la Cruz, ustedes, Mis hijos, deberán vencer mediante una entrega mayor. La cruz de la humanidad pertenece a todos; quien acepta el camino de la consagración, acepta tomar una parte de esa cruz para que la sagrada victoria ocurra en los demás, en los más pecadores y en los más perdidos. Eso fue lo que Mi Hijo hizo por todos, tomó la cruz del mundo y la cargó en su espalda, silenciosamente e hizo triunfar el Proyecto Redentor del Creador.
Ustedes, Mis niños, no tendrán una cruz tan pesada como la que tuvo el Rey. Ustedes podrán abrazar todo lo que el Padre les envíe, así como Jesús abrazó la Cruz. No será todo belleza para los autoconvocados, porque al tomar una parte de la cruz deberán ver el sentido oculto de la misma en estos tiempos.
Hijos, no les hablo de sufrimiento ni de grandes sacrificios, les hablo de aceptar los tiempos de renuncia, los tiempos de entrega, los tiempos de una confianza mayor en la Voluntad del Padre, sin juicios ni comentarios.
Aceptar la cruz de la Voluntad Infinita no es resignarse, sino que es abrir el corazón y el alma para comprender los misterios del Cielo y de todo el universo más allá de sí mismo, más allá de la comprensión mental.
Mis niños, han visto la crueldad humana en este mundo de hoy, han comprendido la indiferencia y han pasado por fuertes experiencias. Ahora que la misión en Turquía finalizará su primera etapa, eso no significa que todo estará resuelto en esta humanidad.
¿Quién compartirá el dolor del semejante o al menos el dolor de quien tienen a su lado todo el día?
¿Quién amará por encima de sí el llamado divino y responderá sin condiciones?
¿Quién aceptará en esta hora la cruz del mundo para que todo el dolor sea aliviado?
Ahora sé, Mis hijos amados, que muchos de ustedes nunca querrían escuchar hablar de sacrificio ni de cruz. Pero llegó el momento, los 144 000 están convocados por la Madre del Mundo para ayudar a cargar la cruz de la humanidad, la cruz del odio, la cruz de la indiferencia, la cruz de la falta de amor.
Los 144 000 están siendo llamados para cargar con la cruz de todos los Reinos de la Naturaleza; están siendo llamados para cargar con la cruz del Reino Mineral, totalmente ultrajado; con la cruz del Reino Vegetal, totalmente devastado; con la cruz del Reino Animal, totalmente mutilado; con la cruz de los Reinos Dévico y Angélico, totalmente desplazados del aura de los Reinos Menores.
¿Quién amará esa cruz, así como Mi Hijo los amó a todos ustedes?
Sus universos internos estarán siendo removidos, y sus espíritus recibirán la Gracia de definirse.
Seguir a la Madre de Dios no es solo ser colmado por la Misericordia y por la Gracia, servir a la Madre del Sol significa disponerse día y noche para ayudar en lo que sea necesario. Así, hijos Míos, algún día aprenderán a amar el plan más allá del propio sentir, más allá de sus familias y de sus hábitos, más allá de esta humanidad y de este mundo.
Amar la cruz que el Padre hoy les ofrece es aprender día a día a amar el Plan de Dios y toda Su Obra creadora en otras dimensiones.
Los seres humanos hoy están siendo llamados para que abandonen en este tiempo crucial todas sus preferencias y vivan el Plan de Dios, así como la Sagrada Familia lo vivió por cada uno de los Reinos creados.
¿Quién aceptará este ofrecimiento con sabiduría y discernimiento?
Todos en este momento están tomados de Mis manos para aprender a caminar como niños hacia una entrega mayor y verdadera.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la verdadera realidad planetaria,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Como el humo del incienso sagrado que exorciza las tinieblas, las nubes del Cielo en las que posan Mis pies exorcizan las creaciones del mal y así, establezco el Reino de la Luz en donde antes no existía.
En esta guerra del fin del tiempo, queridos hijos, no hay nada que se pueda oponer a la Luz de la Madre del Sol, porque de lo contrario se quemaría por la intensidad del impulso solar que tiene el Fuego Divino.
Hijos Míos, las herramientas angelicales siempre estarán a disposición de los misioneros y de los soldados de la paz para que, en la aparente nada, surjan y se puedan defender de todo mal.
El Armagedón ya circunda al planeta, y muy pocos quieren aceptar que los tiempos cambiaron.
Las resistencias al cambio, aunque sean en una parte, repercuten en el mundo actual, y retrasan los pasos que la mayoría debe dar.
Nuevamente, les digo que en esta batalla final por la conquista espiritual del próximo reino no podrán existir interferencias de ningún tipo; porque si así fuera, las consciencias aún no estarían preparadas para sobrellevar la esperada purificación del planeta.
Que a través del servicio humanitario y de la donación de amor, sigan siendo desactivados los falsos reinos creados en las grandes regiones, reinos que existen para aterrorizar a las consciencias y apartarlas de Dios.
La verdadera victoria estará en los que perseveren de corazón. Mi Hijo nunca los dejará solos, cuando entre los corazones exista la certeza y la fe absoluta de que Jesús mora y vive en cada corazón humano, lo que no podrá ser quitado por nadie ni por ningún arma de exterminio físico ni espiritual.
El Amor de Cristo que vive en los corazones es el Amor del Padre que los abraza y los guía hasta la meta final.
Hoy les estoy hablando de los refugiados, de sus hermanos que perseveran hasta el final, en la sagrada esperanza de que algún día encontrarán la Tierra Prometida, después de este largo exilio.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Padre Celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
En la etapa más importante de la misión en Turquía y después de haber pasado por experiencias que han dejado fuertes marcas en sus consciencias, los misioneros podrán hacer, desde ahora y hasta el final de la misión en Medio Oriente, una síntesis profunda y una reflexión grupal respecto de todo lo que vieron como resultado de una gran calamidad humana.
Será al final de esta primera misión a Medio Oriente que los misioneros de la paz llevarán en sus corazones una experiencia imborrable que los fortalecerá, para que en el futuro cercano, ellos estén preparados para asistir a situaciones más graves del planeta y que irán más allá de una guerra civil y regional.
Queridos hijos, por eso siempre será imprescindible que los orantes apoyen con devoción todas las misiones humanitarias, porque un grupo en nombre de todos y de toda la humanidad indiferente, está dando un paso hacia la vida del servicio total y de la entrega absoluta a la Voluntad Divina.
Hijos Míos, así como Cristo vivió Su gran misión en la vida pública, ustedes, queridos hijos misioneros, vivirán la entrega hasta en los más pequeños detalles; con eso le demostrarán a Dios, como ya lo han hecho hasta ahora, que en verdad el proyecto de redención de la humanidad podrá cumplirse.
¡Les agradezco por siempre responder a Mi llamado!
Los ama y los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Con la cabeza en el suelo pidamos, queridos hijos, por el descenso de una Gracia Celestial que pueda en esta hora revertir las causas injustas de este gran exilio de las almas del mundo.
Muchos buscan a donde ir, pero muchas puertas se cierran a cada paso; eso hace entristecer el corazón de cada uno de los refugiados, y no encuentran sentido a la vida.
Quisiera saber si los europeos han comprendido las parábolas de Jesús, cuando Mi Hijo les decía que a aquel que le dieran de comer, a aquel que visitaran o le dieran un lugar de reposo, sería a Él que lo estarían recibiendo.
¿Creen en eso?
Si esta realidad de millones de refugiados sucede en sus tierras, es porque llegó la hora de que en verdad practiquen la fraternidad y la ciencia de la paz. Nada de lo que les pedimos es un misterio.
Queridos hijos, esto es parte de un Apocalipsis que muchos no quieren aceptar y se quieren evadir de todo sufrimiento o incomodidad.
A través de los refugiados, ¿no estarán reencontrando la verdadera familia espiritual?
Sean como Jesús y acepten a los desamparados, porque sus espíritus también estaban desamparados y Mi Hijo los abrigó.
Es hora de tomar consciencia del lugar que ustedes tienen y el cual muchos desolados anhelan merecer algún día: estar en el Corazón de la Jerarquía Celestial.
En consciencia y humildad les pido, hijos de Europa: hagan su parte, ¡están a tiempo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Los misioneros ya se encuentran en las puertas cercanas al conflicto y al desorden humano de millones de personas exiliadas.
Su Madre Celeste ya está preparada para comenzar el rescate de las esencias que fueron comprometidas por el terror y el mal. Por eso, Su Madre, a través de los misioneros, se prepara para ir directamente al encuentro de las necesidades espirituales y materiales de Sus hijos en el exilio.
Con ojos de vigilancia y con manos de caridad, los misioneros estarán llevando en sus corazones la certeza de que Cristo disipará todos los males y salvará, a través de Sus apóstoles, la dignidad espiritual de los refugiados.
En este momento, los ejércitos angélicos de Luz se preparan para ingresar al área de confrontación y, silenciosamente, reconfortarán a las almas que más necesitan de esperanza. El terror y la persecución no podrán ser desafiados por nadie.
La imitación de Jesús, silencioso pero atento, será la llave para que las almas sean auxiliadas por la luz de los corazones donados.
Ya estamos en la hora de reconocer la realidad de los tiempos. Que la consciencia de los que no fueron a la misión esté en oración protectora por cada uno de los misioneros, así la cadena de la paz estará más firme y Mi Corazón podrá triunfar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Muchos se preguntan de dónde partirá la unidad entre las diferentes culturas, religiones, razas y naciones. ¿Cómo unir tanta diversidad?
Pocos descubrieron la potencia del Amor de Dios y casi nadie vive la verdad que es saber que, si un Dios tan infinito fue capaz de crear tanta diversidad, Él se encuentra en todas las cosas y también en las diferentes religiones inspiradas por Él.
Las criaturas están dentro de la Consciencia de Dios, y Dios en ellas, pero la ignorancia que cerró sus ojos no les permite ver que el Creador está ahí, en lo profundo. Y, así, viven una ilusión, una vida separada de Él, solo por el hecho de no saber que Él Es en todo lo que fue creado. No lo ven y no lo sienten porque no se abrieron para saber que Él está en el interior de los seres.
El Creador, en Su posibilidad inconmensurable de amar, a lo largo de la existencia de la humanidad, concibió muchas religiones. Cada una conduciría una parte de Su Creación, pero al mantener viva su esencia todas llevarían a un único fin.
Cuando María dice que unirá, en Su Inmaculado Corazón a las diferentes religiones, pueblos y razas, no significa que todos reconocerán a la persona de María como Madre de Dios. María es la propia Unidad, pues Su Manto ampara en sí a toda la Creación. Como Unidad, Ella conduce a las diferentes religiones al Amor, que es el Principio que expresa Su Hijo.
Puede ser que muchos no reconozcan a la persona de Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, pero aquellos que creen en el Amor y viven en el Amor están en Cristo, sin saberlo.
El Amor que Cristo expresa trasciende la existencia de la persona de Jesús. La Unidad que expresa María trasciende la persona de María. Ellos ya no son parte material de una Creación. Aquellos que provinieron de un Espíritu Único se manifestaron en la Tierra para construir un camino, para expresar un arquetipo, para dar un ejemplo vivo y, ahora, en las diferentes escalas de evolución, siguen dando ejemplos y dejando Sus pisadas en todas las dimensiones, para que incluso los ángeles sigan Sus pasos.
Los principios de Amor y de Unidad son posibles de vivir para todas las religiones verdaderas e, incluso, aquellos que no tienen una religión guiada por una institución, pero que, en sus corazones, buscan religarse con Dios todo el tiempo por el Amor y por la Unidad. Es así como Cristo y María conducen a la humanidad.
Ser cristiano es más que creer en Cristo. Si quieren llegar a la religión del corazón, en la cual todos son hermanos, hijos de un único Dios, crean en el Amor y en la Unidad.
El Amor y la Unidad los llevarán al Origen. Esta es la razón de la existencia humana: vivir esos dos atributos universales, que un día se hicieron carne y que hoy retornaron al Corazón Purísimo del Creador, para que toda criatura que vive, desde la materia hasta el espíritu, pueda retornar a Dios.
Quiero que anuncien al mundo que Dios es único y que los une a Él en los principios del Amor y de la Unidad. No importa que el camino sea aparentemente diferente, porque unos tendrán más apertura para seguir los pasos de Mahoma; otros, los de Buda; otros, de Cristo; otros, de María; pero todos pueden unirse, en espíritu, en el Propósito de Dios para la humanidad, que es único: el Amor y la Unidad para llegar a Él.
Vivan con esa certeza en el corazón y no duden, ni un solo instante, de la posibilidad de que Dios, del cual provienen todas las cosas, pueda hacer retornar hacia sí, todo lo que un día Él creó.
Yo los amo, los bendigo y les pido que sigan orando por la Paz en el planeta. Todos los días recuerden que sus espíritus ya viven en Dios y que, solo de ser conscientes de la Presencia de Él dentro de ustedes, ya son portadores del mayor misterio de Amor y de Misericordia de esta Creación.
Oren por los que desconocen el Amor de Dios y por aquellos que creen que lo aman, pero que no conocen el verdadero Amor ni la verdadera Unidad que llevan al Creador.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Como la Señora del Monte Carmelo, vengo en este día para renovar la vida monástica consagrada, pues muchos de Mis hijos se desvían del Propósito de Dios por las tendencias e invenciones del mundo.
Vengo para recordarles la regla monástica y la importancia de que los grupos de oración sean guardianes de estos núcleos monásticos, así permitirán que las Leyes se cumplan y que los corazones se apoyen en el espíritu de la oración.
La vida consagrada es la principal columna de la sustentación del planeta, y a ella le siguen todos los grupos de oración que deben ser los pilares firmes para que la tarea espiritual se cumpla.
Los sacerdotes y los monasterios consagrados a Mi Hijo deben generar un importante vórtice de oración para que se establezcan las Leyes divinas y colmen a todos los corazones.
La vida consagrada, en todo el mundo, es uno de los puntos de ataque de Mi adversario. Sin embargo, la vigilancia, la disciplina y el entrenamiento en la oración crean paredes más firmes y resistentes a cualquier tentación.
Alrededor de esta muralla, que debe construir el propio monasterio, están los grupos de oración de todos los peregrinos. Dichos grupos son los portadores espirituales de los Dones del Espíritu Santo que permiten generar un verdadero escenario preparado para responder al Plan de Dios.
Nuestra Señora del Monte Carmelo es la protectora divina de toda la vida monástica, es la Estrella de los que deben navegar en alta mar hasta encontrar el puerto, que es Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los guía hasta Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
De Mi vientre purísimo deben nacer los nuevos sacerdotes para que, iluminados por los rayos de Cristo, alcancen a vivir en la Tierra la expansión de Su sagrada tarea.
De Mi vientre debe nacer el nuevo hombre, rociado por la Gracia de Cristo, como lo hace la lluvia, para que de él parta el sentido de cumplir el Propósito.
Hoy todos Mis sacerdotes, Mis hijos predilectos, son contemplados por el Amor de la Madre Celeste, para que en todos ellos brote la fuerza interior necesaria que los llevará a realizar las Obras de Cristo Jesús.
De los sacerdotes debe partir el ejemplo de una santa disciplina, de una constante e imborrable unión con Cristo, para que brote de ellos el ejemplo del simple servir. De los sacerdotes se espera la presencia viva del espíritu de la cristiandad, para que se establezca el puente entre el Cielo y la Tierra.
Las esferas mayores son las verdaderas moradas de todos los sacerdotes. Mientras estén en la Tierra, el pensamiento y el sentimiento humano deben estar dirigidos hacia el Universo Celestial, eso los ayudará a percibir las necesidades de servicio que deben ser suplidas física o espiritualmente en la humanidad.
Los sacerdotes deben ser asumidos por los grupos de oración, para que nunca les falte la protección divina para el correcto desempeño de su tarea espiritual. Los jóvenes sacerdotes son la primera expresión de la vida de Cristo; en ellos debe reflejarse el ejemplo del amor sacerdotal que Jesús expresó en el principio de Su joven vida pública.
El conocimiento es la escuela de los sacerdotes, no como algo erudito sino el conocimiento sabio que proporciona el corazón, el que hace colocar la mirada en la necesidad espiritual de las almas.
Así como tienen un ángel de la guarda, los sacerdotes también deben tener padrinos que los asuman espiritualmente y los apoyen siempre que sea necesario.
El sacerdote en este tiempo debe aprender a guiar a los rebaños por medio de la fuerza de la fe y de la autoridad viva que es concedida por el propio Cristo.
La vida sacerdotal en esta era es la más difícil; esto fue visto por el propio Maestro Jesús, ya que en el ciclo del Armagedón, los sacerdotes deberán trabajar mucho para constituirse como verdaderos herederos de las santas virtudes de Cristo. Esto lo lograrán a través del sacrificio que proporciona la presencia de la pureza, a través de la entrega permanente que atrae constante sabiduría, a través de la renuncia que hace reflejar la humildad y, principalmente, a través del amor que permite reflejar en los actos la presencia de Cristo.
La vida sacerdotal es un ejercicio constante de elevación y es una misión de todos los orantes apoyar esa obra. Sin sacerdotes verdaderos y esforzados no existirá Cristo en la vida espiritual; esto es lo que Mi adversario genera en los sacerdotes de la Iglesia de Cristo, cuando en soledad no tienen fuerza de inspiración.
El Santo Cenáculo del Señor es el refugio para cada uno de ellos. Pidamos por los sacerdotes, porque por medio de ellos se podrán dar los pasos hacia Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
De lo profundo de Mi Corazón aspiro a que ustedes puedan encontrar el camino de la paz, paz que los ayudará a dar los pasos hacia Mi Hijo.
En este día en el que las almas se reúnen en torno de Mi Hijo para recibir Su Misericordia, quisiera que ofertasen sinceramente sus súplicas por todos los no creyentes, para que la Gracia de Dios los considere dentro de la fuente amorosa de la salvación.
Es así, queridos hijos, que el Señor necesita la total y absoluta unión interior de cada uno de ustedes, para que Su Obra de Misericordia se cumpla en una humanidad que está separada del Reino de Dios y que solo busca la realización de su propia vida, olvidándose de que el bien es para todos los seres y no para unos pocos.
Es así, queridos hijos, que Yo los invito a la caridad y al bien, para que el resto de la humanidad sea motivada a colaborar con las carencias y las dificultades del otro.
Queridos hijos, trabajen para que se establezca un estado más profundo de paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Unida a todos en oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos, que solo reine la paz y la unidad entre los seres.
Queridos hijos, que sus vidas sean el espejo de Mi Paz en el mundo.
El Señor espera que los apóstoles de Cristo vivan las enseñanzas y sean el espejo vivo de Su Presencia misericordiosa en el mundo.
Que sus acciones sean acciones de paz y de misericordia. Que sus pies caminen seguros por el sendero de Jesucristo.
Hijos Míos, todos necesitan de la paz, todos deben aprender en la escuela de la paz a ser verdaderos pacificadores.
El mundo actual está en crisis porque las almas no viven en paz o no quieren saber de ella. Por eso, para que sus vidas sean el camino de un verdadero cambio interior y espiritual, los invito a ser portadores de Mi Paz y de Mi Misericordia.
Queridos hijos, sus consciencias deben transformarse, y en ese gran cambio que deben experimentar encontrarán las puertas abiertas para vivir los nuevos tiempos que llegan.
Sean pacificadores y no olviden serlo todos los días, así el Señor podrá plasmar Sus Obras en toda la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en el nombre de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras los Sagrados Corazones trabajan incansablemente por este mundo, el llanto de los más pequeños de Medio Oriente es escuchado ante la falta de misericordia y de compasión.
En los más pequeños existe el espíritu de la pureza interior, esa pureza e inocencia que intentan ser desterradas a través del miedo, del pánico y de la perturbación.
Es por eso que los Sagrados Corazones de San José y de María ingresaron en las regiones de mayor conflicto para ayudar espiritual y materialmente a todas las familias que viven en el mar de la desesperación y del exilio.
Vuestra Madre Celeste implora decididamente al Santo Arcángel Miguel para que Él coloque el Poder Creador de Su espada de Luz sobre aquellas regiones y consciencias del planeta que provocan el desorden mundial.
Si esto llegara a suceder, la Ley será dura para los ingratos e injustos, lo que no podría revertirse.
Es para impedir un castigo, que podría quedar marcado en la humanidad, que Vuestra Santísima Señora del Cielo desciende al mundo para rogar a todos Sus hijos que pidan por misericordia y redención. Será por la súplica profunda y verdadera de los orantes del mundo que un tiempo más de paz podría alcanzarse.
De lo contrario, si la humanidad más consciente y despierta no pusiera atención al llamado que viene directamente desde el Cielo, la humanidad verá mucho más que sangre correr y que cuerpos descomponerse en las calles de las naciones del mundo.
Si eso sucediera, quedaría establecido en el mundo un reino de oscuridad, pero como sé que Mi Inmaculado Corazón triunfará, Yo vendré para pedir la vida y la entrega de algunos servidores para que en el Nombre Santo de Jesucristo, ellos equilibren todas las causas degeneradas en este mundo de hoy.
Eso evitará que ese reino injusto se establezca y permitirá que el Poderoso Corazón de María triunfe en las grandes regiones de la Tierra; de esa manera los Ángeles de la Santísima Trinidad descenderán al planeta para retirar a las consciencias que abrieron las puertas al mal.
Así muchos verán en el horizonte el gran prodigio de la Madre del Sol, una señal que marcará el comienzo de los esperados mil años de paz. Para que eso suceda, todo lo que parece imposible y sacrificado se les pedirá a los que dieron el sí a Jesucristo.
Será de esa forma que la Obra de Dios no se perderá como se pierde la sangre inocente que hoy corre en las calles del mundo, y la Obra de Dios tendrá su victoria a través de la Gracia.
¡Les agradezco por abrazar en confianza Mi importante llamado!
En vigilia de luz y de oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que en tiempos de batalla espiritual, la paz se establezca, y que los nuevos apóstoles de Mi Hijo trasciendan las barreras de la opresión mundial.
Llegó la hora de que las almas despierten y se cristifiquen, sin importar el precio de lo que esto signifique, porque la verdadera consciencia de la humanidad debe despertar en la última hora.
Que las puertas a los infiernos se cierren y que los valientes sostengan el estandarte de la paz, para que los desterrados por el mal reencuentren el sentido de haber nacido a la vida.
Nada quedará en su lugar; por eso, los soldados serán el foco para que todo se pueda transmutar. La ofrenda de estos será la gran llave que abrirá la puerta a la redención de la humanidad.
Quien persevere será coronado por su sacrificio realizado a través de los tiempos y estará sentado a la mesa del gran Rey Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los conduce en este tiempo final,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos compañeros:
Quiero decirles, en este día, en relación con las palabras que vengo pronunciando en estos últimos tiempos, que si les instruyo sobre tales cosas es porque confío en el potencial de todos los corazones que Me escuchan, independientemente de la vida que llevan y del grado de consagración en el que se encuentran.
Mi Casto Corazón fue enviado al mundo para acompañar a María Santísima en el despertar de los 144 000 que deben preparar el retorno de Cristo y reconocerlo entre los hombres. Es por eso que Nuestra presencia es puramente espiritual y toca los espíritus de aquellos que se comprometieron con Dios en el principio de todo este proyecto humano.
Mis amados, los 144 000 son los espíritus que fueron enviados a la Tierra para vivir la redención y para ayudar en el proyecto humano y que se comprometieron a vivir en sí los códigos dejados por Cristo.
No piensen que Jesús vino a la Tierra para ser el único Cristo existente en la Creación de Dios. Él vino para ser el Camino que toda la humanidad debería recorrer, la Verdad que cada ser de este mundo debería amar y seguir, la Vida Crística que se manifestó en Jesús, pero que debe manifestarse también en todos aquellos que se disponen a hacer de sí la expresión del proyecto de Dios y volver vida, en la propia carne, los principios universales y crísticos dejados por el Hijo del Hombre.
Mis amados, llegó el momento de asumir su verdadero papel en el Plan de Dios, y eso se alcanza cuando pueden salir de las mezquindades de la vida material y, así, salir de sí mismos, para tener como prioridad en sus vidas lo que realmente importa, que es el amor y el perdón, la redención y la unidad con Dios y, en consecuencia, con toda Su Creación.
Los 144 000 deben ser la punta de lanza que abre el camino para la Nueva Humanidad, el ejemplo que deben seguir los que están ciegos, palpando el aire delante de sí. Los 144 000 deben ser la mano tendida a los hombres y a los Reinos de la Naturaleza; deben ser la representación de la propia humanidad, elevando al planeta hacia la manifestación de la Verdad.
Piensen en eso y sientan Mis palabras en el corazón, pues ellas deben impulsarlos cada día, para que al menos anhelen no ser más los mismos y, así, vivan lo que les enseño.
Su amado padre y consejero,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Abriendo las puertas del Cielo hacia el planeta, su Madre Celeste los congrega hoy, en el oratorio de Su Corazón Inmaculado, para rezar e implorar por la Paz y la Misericordia para el mundo entero.
Queridos hijos, su Madre del Cielo los prepara a todos y, especialmente, a los futuros misioneros de la paz para enfrentar el terror humano y el flagelo continuo de los corazones, de las almas hermanas que padecen todos los días el resultado de un gran error sin fin.
Queridos hijos, será muy importante la misión humanitaria en Turquía y Hungría. Ustedes verán dos realidades paralelas que se encuentran en el mismo nivel, en la misma situación planetaria: la falta de paz.
Hijos Míos, la misión en África fue una importante preparación para esta próxima misión que deberá cumplirse en este tiempo crítico. África, a pesar de su sufrimiento aún no curado; vive, en lo profundo, un amor verdadero que poco a poco se está recuperando, a través de los actos de perdón y de reconciliación.
Medio Oriente se olvidó de Dios y, a pesar de las creencias, el Universo nunca les propondría lastimar a nadie ni imponer ninguna doctrina espiritual ni religiosa. Dios nos enseña, queridos hijos, que todo comienza y termina en el Amor; sin Amor nada es posible.
En este tiempo, las almas buscan la felicidad en sus semejantes y, aunque ese amor humano existe, la verdadera felicidad se encuentra en el Corazón de Dios, que siempre los impulsará a encontrar la esperanza y a trascender los miedos.
A través de los conflictos de este tiempo, las almas que son sometidas por el terror pierden el recuerdo y el sentimiento de amar a Dios y a sus semejantes. Eso hace que la consciencia se olvide totalmente de que el Amor y la Compasión divina existen; lo que genera odio, mortalidad y martirio, solo por querer conquistar un Reino que a nadie le pertenece, solo a la Creación.
Queridísimos hijos, por eso, Yo vengo a pedirles oración, rosarios y novenas. Si las almas y los servidores conscientes no se esforzaran, a través de las ofrendas y de los pequeños sacrificios, el odio y la ambición podrían abrazar a toda la humanidad y la vida material adquiriría más importancia que el propio Padre Eterno.
La preocupación de todo el universo es que la ignorancia y la falsa autoridad prevalezcan, para crear un reino humano de mentiras y de ambiciones.
Pero al final, Mi Inmaculado Corazón triunfará en los corazones que siempre hayan sido testigos de la Presencia misericordiosa de Cristo en el mundo. Será este testimonio interior, de fe y de esperanza, que Mis misioneros de la paz deberán llevar en sus corazones. Ese testimonio será la llama imperiosa y amorosa que los guiará ante la gran oscuridad y calamidad humana.
Pero sepan, Mis hijos, que Mi Gracia será su fortaleza, y, cuando ustedes pisen el suelo de Turquía y de Hungría será su Señor Jesucristo el que tocará la tierra con Sus luminosas Gracias.
Oremos, porque aún la guerra de la ambición no terminó.
Que la Paz esté presente en sus corazones.
¡Les agradezco a todos Mis hijos por concretar esta sagrada misión!
Los bendice, desde ahora, para esa sagrada tarea de Paz y de Misericordia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El gran pesar de Mi Corazón Inmaculado es por la crueldad y por la falta de amor que existe entre los seres de la Tierra.
Y esto, hijos Míos, no es por falta de pruebas o de testigos del poder del amor. Jesucristo fue y será la prueba más verdadera del amor que todo lo venció para dar el salto a la consciencia universal.
Por eso, Vuestra Madre del Cielo viene para recordarles el Amor de Dios manifestado a través de Su Hijo Amado. La humanidad ya no siente necesidad de amar, sino de conquistar, juzgar y sobre todo, destruir la dignidad espiritual y moral del prójimo.
Eso aumenta el dolor que siente el Corazón de Dios por ver a Sus hijos creados,en pleno cautiverio y naufragio.
Pero el poder del Amor de Dios trasciende todas las barreras y aunque en este tiempo existan almas que no quieren amar, sino dañar y lastimar a los otros, Vuestra Madre de la Justicia sostiene la balanza que está a punto de romperse por el peso del pecado, de la omisión y del martirio.
Este tiempo llegaría; la humanidad en su mayoría escogió los placeres de la vida material y la ambición de todas las cosas; así, día tras día, se apartó de Dios hasta sustituirlo por las modernidades y falsos dioses que asumió como propios.
La profecía de Juan el Apóstol se cumple así como fue escrito, pero antes de que todo suceda, la fidelidad de ustedes a los designios de Dios marcará la diferencia entre estar caminando hacia el Paraíso o hacia el infierno de la Tierra.
Hijos, disculpen Mi profunda declaración, porque la copa no solo desborda, sino que se derrama y envenena a muchos corazones. Ahora esa copa está a punto de quebrarse por el impacto del Ángel de la Justicia de Dios.
¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme y recen! El poder fraterno de Mi Corazón Inmaculado socorrerá a la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mis súplicas de paz!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Portavoz del Universo
La gran señal marcará un antes y un después en el final de dos ciclos, tiempos que se manifestarán por medio de dos noches diferentes. Los dos días de anochecer señalarán al mundo la llegada, en un tiempo cercano, de un cambio profundo en toda la vida planetaria.
Por eso a partir del 8 de agosto comenzará un nuevo tiempo que estará encuadrado por las definiciones espirituales que la humanidad vivirá.
Cuando los próximos tiempos se muestren con señales en dos diferentes noches, significará que las almas en sus casas deberán estar en oración y en comunión para poder traspasar los últimos ciclos críticos.
Pero antes de que eso termine, la Madre de Dios, la Mujer Vestida de Sol revelará, como señal para el mundo, el momento de unirse para siempre a Dios. Será en esa hora que desde Aurora, como desde otros lugares de la Tierra, esa señal, que será visible para el mundo, podrá ser vista durante los anocheceres del próximo tiempo.
El día 8 de agosto en los últimos años pasados demarcó para todos los tiempos de cambio en los cuales la consciencia planetaria fue cruzando los primeros momentos de transición. La fuerza interior que encenderá los corazones será el fuego de la oración; quien rece en esos momentos con devoción y fe estará invisible y oculto ante las asechanzas del adversario.
Quien en la última hora adore a Mi Hijo estará escondido en el Corazón Espiritual del Supremo Rey. Quien abrace su propia cruz, la cargue y la viva, estará aliviando el peso mayor que tendrá la Ley.
La Aurora de Mi Corazón en los días de agosto mostrará señales internas en los corazones que hayan tenido humilde fe en la Madre del Cielo. El suelo de Aurora será uno de los testigos, y así, el mundo comprenderá tarde que debía haber cambiado.
Los Arcángeles Miguel y Gabriel presenciarán el Juicio de la Tierra, y los ojos sencillos pero humildes los verán como luz en el horizonte mayor. Así, el séptimo sello será abierto por la Mujer Vestida de Sol después de las dos noches del próximo tiempo.
Algunos conocerán esta revelación que está guardada por los ángeles en el cofre bendito del Arca de la Santa Alianza. Esa será la última señal antes de la luna roja, y los caminos de los autoconvocados deberán estar limpios de toda mancha.
El 8 de agosto la Madre de Dios bendecirá a todos, y aquel que reciba esta Gracia con el corazón humilde, reconocerá el sentido interno de la misma. Así los rayos del Inmaculado Corazón mostrarán los siete caminos para que los discípulos de Cristo en redención definan cumplir su compromiso ante el Creador.
La Obra de Dios será entendida y amada por pocos durante los últimos tiempos, y la fe será el escudo contra toda oscuridad. Antes de que la Madre de Dios se recoja en los campos desérticos, un suave aroma a flor de naranjal indicará el momento de un cambio espiritual.
En los días de agosto las almas podrán renovar su misión delante de Dios, el Portal de la Paz será el refugio bendito para los que quieran escuchar a Dios en su interior. En esos días habrá momentos de claridad y entendimiento, ese será el mayor prodigio de la Gracia de Dios, saber qué hacer de la vida y cómo cumplir de corazón con la Voluntad Superior.
Mientras gran parte del mundo está ciego, la Aurora de agosto abrirá sus puertas celestiales para que las almas reciban el don de la redención. Las Gracias más sublimes estarán en los corazones más simples y devotos del Hijo de Dios. Cristo completará en esos días un ciclo interior para todos.
Ciertas puertas se cerrarán para que las almas caminen por medio de un último impulso de luz. Quienes estén vacíos de sí podrán sentir un bienestar incalculable, una paz que restaurará las heridas y un amor que alegrará la vida de quien en verdad entre a Aurora sin expectativas, solo en entrega y en oración.
Los días de agosto serán los últimos momentos de preparación, será en esa hora que los corazones podrán unificarse en el Propósito de Dios. Dichosos de aquellos que no se perderán ni se distraerán por la aparición de las señales del próximo tiempo y que solo buscarán estar en Dios; es lo que bastará para que la Obra esté concretada.
Saludos de Paz y Redención para los más jóvenes del mundo y, especialmente, para los jóvenes de la Nueva Tierra. Si ustedes están con vuestra Madre del Cielo, no dejarán morir la semilla que fue sembrada por la Misericordia.
Sean receptivos a la guía que los acompaña. Sean constructores y colaboradores de la Nueva Humanidad. Sean ejemplo de gratitud, de amor y de Gracia. Sean la flor predilecta en el jardín bendito de Mi Corazón.
Que el corazón de este suelo les recuerde que él será el refugio y la morada para vuestra redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Reino de Dios en Misericordia y perdón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El verdadero fruto de la oración es el Amor y del Amor nace la confianza en Dios; de esa confianza brota la Fe como semilla de luz, para que después sea la flor que estará a los pies del Altar de Dios.
El único camino es la Esperanza porque de ella nace la Sabiduría y de la Sabiduría se nutre la consciencia servidora para algún día vivir en la Paz. De la Paz surge la mansedumbre, que es el don de los pacificadores y esa mansedumbre es el escudo contra toda inquietud y perturbación.
El miedo existe por la falta de confianza, y el miedo es un arma engañosa que usa Mi adversario para hacer desistir a los corazones del Camino de Dios. De ese miedo nace la ira y de la ira surgen la culpa y la opresión, astucias del enemigo para impedir vuestra confirmación al Plan de Dios.
Pero el alma que ora se renueva y pierde todos los miedos, no tiene nada que ganar ni que perder porque está entregada a la Voluntad de Dios. Quien vive la oración, da buenos frutos, mas quien ora con sinceridad y sin automatismos se convertirá en una perla preciosa para Dios.
Por eso Yo vengo al mundo para enseñarles sobre esta escuela de oración. Si ustedes ingresan en este camino conocerán vuestros potenciales y virtudes. Solo basta dar el primer paso para que en poco tiempo se liberen de todos los códigos de la vida superflua y mezquina.
Sean en este día un gran espejo de luz que, a través de la oración amorosa, refleje al mundo la Luz de Cristo en medio de la oscuridad.
Sean pilares del nuevo tiempo para que Mi Hijo instituya Su Templo de Misericordia en ustedes, y así las bases de la Nueva Humanidad podrán manifestarse.
Destierren de vuestras consciencias el camino de la perdición y de la ceguera espiritual, abran los ojos y lean el mensaje que ha escrito para ustedes la Reina del Cielo.
Estos ya son los últimos anuncios, antes de que todo se desencadene. Vivan en la oración y algún día serán reflejo de una oración viva, permeada por el Espíritu de Cristo y libre de todo mal.
El mundo necesita espejos de oración, usinas de fuego cósmico y divino, que atraigan hacia el planeta las leyes de la Misericordia y de la Armonía en un tiempo de grandes desequilibrios.
La propuesta de convertir vuestras vidas está vigente. Adhiéranse al llamado e ingresen en el Universo de Mi Corazón para así redimir vuestras consciencias.
Allá en el Universo, siempre seremos uno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien enciende los espejos del corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Hoy, Me aproximo hasta donde sus corazones Me lo permiten.
Como su Madre del Cielo, espero el gran día de su rendición, porque así estarán libres de la prisión de la duda y de la falta del verdadero amor.
Hoy, vengo desde el Universo Divino para darle un Mensaje de Paz al mundo y, para que eso sea posible, vengo a buscar en ustedes el espíritu de la trascendencia y de la paz. De esa manera, caminarán libres de ustedes mismos y evitarán retornar siempre al mismo punto de partida para volver a comenzar.
Mi grandioso Amor espera hacerlos libres, cada día más, porque siendo retirados del cautiverio del corazón, el alma se tornará libre como el vuelo de un ave sagrada.
Deseo que sus vidas se santifiquen en Cristo. Ya no necesito de su resistencia interior. ¡Abran el corazón!, porque durante estos últimos siete años de Gracias especiales, ustedes ya aprendieron a amar. Si no aman, nunca podrán perdonar ni perdonarse a ustedes mismos.
Mi Hijo murió por todos, para que nadie más tuviera que volver a pagar el precio de la injusticia y del dolor. Recuerden a Mi Hijo Crucificado, presente en la Eucaristía y disipen las tribulaciones de sus corazones.
Oro por su verdadera libertad interior. Ya es tiempo de recapacitar rápidamente y de reconciliarse, para no volverse como una piedra entre Mis Pies.
Yo deseo de sus almas una rosa de la paz. Aspiro, desde el principio, a que se conviertan, en Cristo y por Cristo. Así, el plan prometido se cumplirá y la Tierra entera alcanzará los Mil Años de Paz.
Tengan memoria de lo que les digo. No rechacen Mis Palabras, tómenlas como propias, porque así crecerán y como adultos vivirán un verdadero discipulado crístico.
Sepan, hijos, que los amo y los corrijo para que puedan expandir el Amor de Dios en este mundo apocalíptico, Amor tan necesitado por las almas prisioneras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien les cultiva el espíritu de la santa humildad,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
¡Alabado sea Jesucristo, en sus seres y en todas las almas del mundo!
Hoy deseo llamarles la atención sobre un punto importante que les habla del espíritu de la pacificación y de la mansedumbre, virtudes que Mi adversario desconoce por completo y por las que ni una pequeña pizca del mal puede sembrarse en el alma que vive esas santas virtudes.
Por eso, hijos, su paz y su mansedumbre los hará más humildes y al mismo tiempo más libres de ustedes mismos, para que puedan servir bajo el fuego del servicio y de la plenitud.
La falta de paz y de mansedumbre en las almas del mundo, las hace distanciar muy lejos del espíritu de la premeditación que los lleva a la sagrada sabiduría.
Hoy, por amor a Dios y a sus hermanos, observen cómo se encuentra su trabajo perpetuo con la mansedumbre.
Imiten a Mi Hijo. Hace pocos días vivieron, de corazón, el espíritu profundo de Su Pasión. Así, hoy podrán comprender que sin paz y sin mansedumbre no existe la humildad necesaria y urgente para estos tiempos.
Como su Madre Celeste, vengo para ayudarlos a crecer en el Amor de Dios y, a partir de ese Amor Divino, que puedan dar los pasos en el vacío de sí y en el despojamiento de los viejos patrones de una humanidad precaria y desorientada.
Hijos Míos, no será necesario que se martiricen a sí mismos con sus pensamientos e incertidumbres, por no ser humildes y agradecidos. Acepten la mano que se extiende hasta ustedes desde el Reino de los Cielos y así, vivan los nuevos atributos que reformarán a la Tierra entera.
Aunque muchos de Mis hijos no perciben que están tan separados de la esencia del amor humilde y de la mansedumbre, Mi adversario les hace creer que ya los viven y, en verdad, es toda una ilusión.
Por eso, recen y pídanle a Dios que destierre de sus corazones toda arrogancia y orgullo, serpientes rastreras que los llevarán por los abismos del mundo, lejos del paraíso de Nuestro Señor.
El primer paso será dado verdaderamente cuando reconozcan su falta de paz y de mansedumbre. Con la ayuda del Ángel de la Guarda, podrán renovar sus caminos y serán llamados para ingresar, decididos, en Mi escuela de los nuevos discípulos de Cristo.
De esa forma, recuerden, hijos amados, que el momento de su purificación ayudará en la recuperación de la inocencia que la humanidad negadora perdió por haberse separado de la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a mi llamado!
Los ayuda a encontrar la esencia del verdadero Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A través de la paz, Yo los encamino hacia la redención, y a partir de la redención los encamino hacia la fe eterna. Los tiempos ya están distintos y es necesario orar con todo el fervor del corazón para que Mi Obra se cumpla en toda la Tierra.
Queridos hijos, Jesús los espera en la Eucaristía para que así reparen el Corazón de Dios de las ofensas que aún se cometen en estos tiempos.
Queridos hijos, oren por los bienaventurados que donan su vida a Dios, aquellos que dan su vida por el prójimo y por la Voluntad de Dios, cumpliendo así sin demora Mis pedidos.
Hoy, Mi Mensaje es decirles todas estas cosas aunque les parezcan las mismas; ellas son, para Mí, las más importantes, porque la fe debe sembrarse en todos Mis hijos.
Hoy les revelo que muchos de Mis servidores sufrirán por la humanidad y por amor a Dios, para liberar el gran pecado que lleva a la perdición a muchas almas, camino al infierno de este mundo.
Hijos Míos, los invito de esta forma a la persistencia en la oración, a la esperanza y a la Misericordia; porque algunos de Mis hijos fueron escogidos por Jesús para poder revertir el mal del mundo. Oremos para que los Planes de Dios se cumplan.
¡Les agradezco a todos, los presentes, en sus hogares y en sus ciudades por contestar a Mi llamado!
Que la Gracia de Dios permanezca en sus corazones.
María, Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más