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Queridos hijos:
Hoy estamos en la víspera de un acontecimiento importante, acontecimiento que una vez cambió los hechos de la historia de la Jerarquía Divina con la humanidad.
Un 18 de agosto del año 2011, su Santísima Madre volvió a aparecer sobre el suelo sagrado de Aurora para pedirles que Mi Mensaje y Mi llamado fueran públicos.
Entonces, fue cuando los acontecimientos, que preveía la Jerarquía, comenzaron a cambiar; porque, a través de Aurora y del 8 de agosto del año 2007, la Madre Divina les dejó a ustedes y a la humanidad la puerta abierta de la redención, que la mayoría aceptó, pero que pocos atravesaron.
Por este motivo, los Sagrados Corazones ampliaron Su misión y tarea con las almas, a fin de que, por intermedio de las instrucciones regulares, las almas fueran comprendiendo por sí mismas que era necesario vivir ese impulso y no solo recibirlo.
Hace diecisiete años, su Madre Divina pisaba con Sus Pies el sagrado suelo de Aurora. Hoy, Yo vengo a decirles a la mayoría de Mis hijos que aún están a tiempo de poder atravesar la puerta segura de la redención, para que algún día también la humanidad sea redimida.
Atravesar la puerta de la redención significa que disuelvan de ustedes mismos toda voluntad propia, poder o autoridad; para que, por la Gracia de la redención, la vida de Mis hijos esté regida por el Poder, la Autoridad impersonal y la Voluntad del Altísimo Padre Eterno, así como su Madre Celeste estuvo regida y está regida por los Poderes Celestiales.
Cuando el alma, por alguna razón, recibe el impulso de la Divinidad, pero tiene sus aspectos de vida no transformados, el alma entra en crisis porque está bajo el juego de su libre albedrío y de la propia voluntad, que genera un sufrimiento innecesario.
Por eso, en la víspera de la celebración del primer día del anuncio sobre la Obra de los Mensajeros Divinos a nivel mundial, su Santa Madre les recuerda y les explica la razón de la revelación que fue recibida en Mi amada Aurora hace muchos años atrás.
Así, podrán comprender que la Jerarquía Universal entrega impulsos e instrucciones con el fin de que las almas den sus pasos y no solamente recuerden un Mensaje.
Por esta razón, agosto, este agosto del año 2024, no solo representa un ciclo anterior que ya finalizó para todos, sino que representa el comienzo de un ciclo de renacimiento espiritual y moral para las almas, que alguna vez profesaron su fe, confianza y confirmación a la Divina Jerarquía.
Como siempre, Yo estaré orando por este momento y por cada uno de Mis hijos, llamados a comenzar a caminar con sus propios pies. Ya es tiempo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de los ciclos espirituales e internos
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo con el anuncio de una noche iluminada por las estrellas, pero también por el Sol. Vengo como la Aurora Universal a cumplir lo que les prometí a Mis hijos de la Tierra: despertar a las Criaturas de Dios en el tiempo final.
Todas las señales posibles están siendo entregadas. La Jerarquía Espiritual trabaja en esto; por eso, significa un movimiento planetario, pero también cósmico.
Los propios elementos del universo, la fuerza y la unión de los planetas y de las estrellas, preanuncian el tiempo de la llegada de Mi Hijo. Así como les fue dicho a todos, señales habrá en el Cielo, señales habrá en la luna, señales habrá en el Sol, señales habrá en su interior.
Y es tiempo de que esto se cumpla, queridos hijos, porque el Padre Celestial lo permitió ante el sensible y grave momento planetario. El Padre Celestial quiere salvar a Su predilecto Proyecto: la humanidad.
Por eso, las sabias y donadas Jerarquías trabajan incansablemente para cumplir con este fin y este propósito. Por eso, hoy Yo Me presento ante el mundo como la Aurora Universal, como la Sagrada Energía Femenina que lleva a Sus hijos hacia Dios, guardándolos a todos en Su Inmaculado Corazón para que las almas dejen de sufrir y de padecer.
Hijos amados, a pesar de las señales del universo, en el final de estos tiempos que preanuncian la llegada y Retorno de Cristo, sé que aún para muchos hijos Míos es difícil comprender y aceptar que aún vivan experiencias dolorosas y hasta inexplicables, que las almas vivan esas experiencias, siendo muchas de ellas orantes y servidoras.
¿Será que esto representa un castigo de Dios para ustedes?
En Garabandal, Yo les anuncié algo semejante; pero nunca les dije que Dios los castigaría, porque Dios no es un juez, sino un Padre de eterna e infinita Misericordia.
Yo les anuncié en Garabandal que el tiempo estaba terminando para la humanidad, así como les anuncié en Fátima, Portugal, que la humanidad de la superficie de la Tierra se había desviado del amor y de la paz.
Por eso, hijos Míos, dentro de todos los grupos de almas, en el final de estos tiempos, de forma desconocida y diría inexplicable, hay almas que se han ofrecido a padecer por muchas almas más. Y esto no significa un castigo, sino un silencioso y anónimo servicio; así como lo hizo Mi Amado Hijo por ustedes hasta morir en la Cruz.
Esto es algo inexplicable para las almas de este tiempo. Por eso, para algunas almas se podría volver algo doloroso. Pero entiendan, queridos hijos, que Mi Amadísimo Hijo cuenta con muy pocos y verdaderos apóstoles.
Esta es una realidad y no quiero incomodarlos, Mis hijos. Así, como Cristo llevó adelante Su importante tarea en la Tierra con tan pocos apóstoles, en este tiempo, de forma semejante, Mi Hijo lleva adelante Su tarea con pocos apóstoles.
Pero esto no significa que no pueda haber más apóstoles en el mundo; significa, hijos Míos, que los apóstoles deben estar decididos y entregados a Cristo, para que Él pueda llevar adelante Su tarea espiritual y sobre todo Su misión de retorno a la Tierra, a través de corazones depositarios de Su Amor redentor y consolador.
Hoy, Mis amados hijos, ustedes dedicaron sus oraciones por la paz en las naciones. Una y otra vez les diré, y no Me cansaré de decirles, que la oración por las naciones del mundo y por sus ángeles, por el ángel de cada nación de este mundo, en este tiempo es fundamental y diría esencial de que muchos corazones y muchas almas, como las de ustedes, se unan a este propósito.
Porque desde el primer día que Yo les pedí la fundación de la Oración por la Paz en las Naciones y que aprendieran a orar en diferentes idiomas la amorosa declaración del Arcángel Gabriel a Mi Inmaculado Corazón, la causa principal de esa tarea espiritual e interna ha sido aplacar la ira de los elementos de la naturaleza, el descontrol del planeta, el equilibrio del eje de la Tierra y principalmente el fin de las guerras; para que se establezca el tiempo de la paz, del amor y de la unidad entre las criaturas de un mismo proyecto y de un mismo fin.
Por eso, recuerden esta causa de la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, porque no solo ustedes o sus familias estarán protegidos al rezar el Santo Rosario por esta causa de la Santísima Madre, sino también ayudarán con sus plegarias y súplicas a que el mundo ya no se agite, a que las guerras ya no se agraven, a que los conflictos ya no se realicen, a que la paz se establezca, a que la fe no desaparezca, a que el amor no se disuelva, a que la unidad permita el descenso de la Gracia en las almas y en los corazones y, sobre todo, para que el alma y la consciencia de este planeta se mantengan en su equilibrio.
Ahora, comprenden, Mis queridos hijos, ¿en cuántas causas trabaja la Madre de Dios?
Es por eso que Yo vuelvo aquí, una y otra vez, al encuentro de Mis amados y queridos hijos que ya dejaron la escuela de los niños pequeños para ingresar en la escuela de la adultez y de la madurez espiritual, lugar y espacio en donde todas las Jerarquías los necesitan tener en este tiempo, en este ciclo definitivo.
Por eso, Yo los animo y los impulso, Mis hijos, como les pedí en el último Mensaje, a que se decidan a crecer interiormente, para que los pilares de la Obra de la Jerarquía en el planeta no solo se fortalezcan en los corazones y en las almas que sirven a Dios, sino también que estos pilares sean una realidad en esta herida y ultrajada superficie con el fin de que todo, absolutamente todo, se pueda curar y regenerar.
Ahora, ¿entienden por qué hoy vengo como la Aurora Universal?
A través de las señales de la noche, a través de las señales del día, a través de las señales en cada corazón; vengo a recordarles, hijos Míos, que la humanidad necesita urgentemente de cura y de paz, y esta cura y esta paz se completarán en el Retorno de Cristo a la Tierra.
Hoy, les abro a todos el Templo de Mi Corazón Espejo, así como este lago se abre espiritualmente como un espejo en donación para captar los impulsos de la Madre Celeste e irradiarlos al mundo entero.
Y quiero, a través de este simple pero bello lugar, hijos Míos, que sus almas se vean reflejadas en este espejo para que puedan reencontrar en ustedes mismos sus orígenes y puedan comenzar de cero a partir de allí, reviviendo los Valores y los Principios de Dios que tanto necesita el mundo para vivir la cura y la redención.
Que la Luz Espiritual, que desciende para el mundo a través de Monte Shasta, alivie a las almas sufridas que viven las catástrofes climáticas, vuelva a erguir a los corazones que perdieron la fe por el sufrimiento y unifique a las esencias con Nuestro Padre-Madre Creador.
¡Cuán simple pero profunda es la belleza de la Creación de Dios! Él nos dio todo, absolutamente todo, para que fuéramos felices desde el principio de este Proyecto.
Para que alcancen esa felicidad espiritual y esa alegría celestial, amados hijos, sean obedientes por los que no son obedientes. Así el mundo, bajo el amparo de la Ley del Amor, encontrará la paz.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Que todos puedan estar en Mi Materno e Inmaculado Corazón.
Les entrego la bendición de Mi Hijo y del Todopoderoso, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Con alegría, retorno a Mi amada Figueira, para volver a encontrarme con Mis hijos predilectos y para anunciarles que el Padre Eterno Me concedió la Gracia de traer Su Mensaje del Cielo el próximo 25 de marzo; momento en el cual, los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José completarán esta importante preparación interna y espiritual de todos los seguidores de Cristo para la próxima Sagrada Semana.
Quiero decirles que esta será Mi única oportunidad de que, el próximo 25 de marzo, Yo pueda estar entre ustedes como una Madre que se alegra por el reencuentro con Sus hijos de Sudamérica.
Luego, los Mensajeros Divinos continuarán, desde el hemisferio norte, abriendo los caminos para el importante ciclo humanitario en África, Medio Oriente, Europa del Este y en otros lugares en donde la Jerarquía Divina tendrá la oportunidad de intervenir y de auxiliar.
Después de la próxima Sagrada Semana, se terminará de abrir la puerta del fin de los tiempos. Esto significa que se abrirá la puerta para que los que estén definidos la puedan cruzar junto con Mi Hijo y, así, asumir los preparativos para Su esperado Retorno.
Todo lo que sucedió en Aurora, como en Figueira, a través de los tiempos, los preparó conscientemente para asumir con adultez espiritual este importante ciclo de redención planetaria.
Yo, como Madre de todos, rezo y rezaré por ustedes, Mis hijos predilectos; para que, al lado de Mi Hijo, caminen firmes y fortalecidos en el Amor, porque el mundo necesita de almas misericordiosas y de corazones abnegados que, junto al Arcángel Miguel, sean capaces de disolver el mal, para que vuelva a nacer el Amor de Dios en todos los corazones.
Llegó el tiempo del apostolado, llegó la hora de crecer interiormente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimonoveno poema
Estrella de la Mañana,
Aurora del renacer,
Patrona de todas las naciones,
que, como pueblo,
preparemos la Llegada de Cristo.
Que nuestros pies caminen en dirección
al sagrado Templo del Corazón del Rey
para que, bendecidos por Su Espíritu,
renovemos nuestra fuerza en el servicio y en la caridad
por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza.
Querida Madre Celestial,
ayúdanos a aliviar los dolores de la humanidad.
Que Tu Amor nos enseñe
a estar siempre presentes en todas las necesidades.
Que aprendamos a cuidar y a proteger nuestras naciones
a través de la oración fervorosa,
porque sabemos que allí,
Tú estás presente para auxiliarnos.
María,
auxilio de todos los cristianos,
envuélvenos con Tu Manto de Luz,
para que nos animemos a seguir el camino
de los apóstoles de Cristo.
Que nuestra redención sea el ejemplo
para los que aún no encontraron a Cristo.
Que nuestra fidelidad sea la llama hermanada*
con los que no viven en Dios.
Que, en el vacío de nuestros seres,
Tu amado Hijo encuentre un lugar
en donde pueda gobernar y obrar,
por amor a la humanidad y a todo el planeta.
Que nuestra fe ayude a nuestras naciones
a cumplir el Propósito de Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
* llama hermanada es la energía del amor y de la compasión que desde nuestro corazón podemos irradiar al otro.
Desde el principio de la vida, cuando la Creación aún era un sentir en lo profundo del Corazón de Dios, su Padre Celestial ya manifestaba los principios de la Cura y de la Redención, Dones que provienen de Su Amor por todo lo que en Su interior estaba siendo gestado.
El Creador sabía, hijos Míos, que enviando a Sus hijos para aprender, experimentar y crecer entre las dimensiones, precisaría crear también las formas con las que ellos pudieran retornar a Su Corazón.
Por eso, al manifestar la vida, las dimensiones y todas las formas para que los seres pudieran evolucionar, su Señor también diseñó en su camino el retorno hacia su Sagrado e Infinito Corazón. Por eso, colmó a los corazones de los hombres de dones ocultos, y colmó al planeta, en el cual habitan, de espacios sagrados, también ocultos, espacios que guardan en sí los Dones de Dios, los frutos de Su Amor que permiten a las criaturas retornar al Corazón del Padre Celestial.
Aurora, hijos amados, no es solo un lugar de paz. Aurora es una Consciencia de Cura y de Redención en la cual sus corazones pueden vivir para retornar a Dios. Aurora surgió del Corazón de su Creador, antes aun de que sus vidas fueran manifestadas.
Contemplando los desafíos del planeta y los velos que estarían cubriendo los ojos de Sus hijos, impidiendo que pudieran ver y saber quiénes verdaderamente son, el Creador manifestó la Consciencia de Aurora; Consciencia que los ampara en Sí, como el vientre de una madre ampara a sus hijos. Todo cuanto necesitan Aurora les da; dentro de Su Corazón los velos se rasgan para que puedan contemplar la verdad sobre sí mismos.
Aurora, hijos Míos, les revela su condición humana más impura, para que primero conozcan las heridas que deben curar, sepan dónde está lo que debe ser transformado. Pero entonces, del Corazón de Aurora surge el bálsamo que los auxilia, que cicatriza lo que estaba abierto, que cura hasta lo más profundo de sus seres, libera lo que estaba impuro y los prepara para que, a través de su entrega y servicio, la Consciencia de Aurora se expanda y llegue a los cuatro puntos de este mundo.
Contemplen, hijos amados, la Consciencia de Aurora en su interior, pero también siéntanse insertos en ella. En su corazón, toda la vida encuentra Cura y Redención, para descubrir la verdad sobre sí y, así, retornar a Dios.
Abran sus corazones, para que no solo este lugar exprese Aurora, sino que también sus vidas y este planeta sean frutos de los Dones que su Creador depositó en el interior de Aurora.
Así como este lugar es sagrado, todo el planeta es sagrado, queridos hijos, pero para reconocer los misterios de Dios en el planeta que los acoge, primero los deben vivir en sí mismos. Para que se rasguen los velos que cubren lo sagrado que hay en el mundo, primero deben rasgarse los velos que cubren sus propios ojos.
Dejen que las manos de Aurora se extiendan delante de sus rostros y retiren los velos que los tornaban ciegos, para que puedan ver, sentir, experimentar y vivir quiénes son y, más que eso, cuál es el propósito de esta vida.
Todo lo que les digo está impregnado de una verdad profunda e interior, verdad que pueden conocer a través de la entrega y de la rendición de sus vidas.
Para vivir Aurora, se deben rendir ante Dios y clamar por Sus Dones, por los Dones que Él les entregó por medio de los lugares sagrados que se ocultan en este mundo y en toda la Creación.
Ha llegado el Tiempo de Dios, hijos amados. Tiempo en el que no solo el caos se cumplirá como estaba previsto, sino que la redención también se cumplirá.
Con Mis palabras los llevo a vivir las Escrituras, los llevo a ser profecías vivas, porque es a través de ustedes que todo se cumplirá.
Yo los llevo en Mis brazos hacia el desierto, porque aún no saben quiénes son. Llegará el momento en que, habiendo cruzado ese desierto, les mostraré en el horizonte la Verdad de Dios, y descubrirán, hijos Míos, que pueden no solo estar en Mis brazos, sino que pueden caminar Conmigo, rumbo a la Tierra Prometida.
Después del desierto, les mostraré la Nueva y Eterna Jerusalén que está en el Cielo como en la Tierra y, como dos realidades que se unen en una sola, la Tierra Prometida emergerá y todo se cumplirá. Todos sabrán quiénes son, todo se tornará más claro y lo que antes pesaba en sus corazones, como dudas y temores, se disipará.
De Aurora surgirán luces, luces de una nueva vida, y del Cielo también descenderán a la Tierra los principios de la Nueva Humanidad. Este será el Reino de Dios, hijos amados; un Reino siempre presente, sin embargo solo revelado a los hijos del Supremo, los que se saben Sus compañeros y frutos de Su Amor.
Que Mis palabras resuenen en su interior, no solo como una promesa, sino como una verdad que los lleva a clamarle a Aurora para que la cura acontezca y la redención se realice, para que sus ojos sean dignos de ver y sus corazones sean dignos de sentir todo lo que hoy Yo les dijo.
Yo los bendigo con el poder de Aurora y la Gracia del Espíritu de Dios.
Yo los amo y les agradezco por venir a Mi encuentro con el corazón.
Su Madre María, Rosa de la Paz
En un día como hoy, hace doce años, llamé a personas muy comunes y simples para que Me siguieran, para que transformaran sus vidas por amor a Mi Hijo y respondieran a una gran e importante convocatoria que Yo traje desde el Cielo.
Así fue que aparecí como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Señora de Aurora, porque en Mi Corazón traía el anuncio del tiempo de la redención y de la cura espiritual para las almas.
En un día como hoy, pero hace doce años, personas muy simples que no tenían nada que ganar ni que perder, Me dijeron “sí”, y junto a Mí establecieron la manifestación del Propósito que Dios Me había pedido para Sudamérica.
Su pedido era que, antes de que se cumplieran los cien años de Mis Apariciones en Fátima, Yo descendiera, con toda Mi Consciencia, en un lugar humilde al norte del Uruguay para llamar al mundo a la conversión y a la redención de toda la vida planetaria. Pero también, Mi pedido era llevar Mi Mensaje de Paz a través de sencillas, pero profundas peregrinaciones por las diferentes naciones del mundo.
Fue así que Mi Divina Persona, al pasar el tiempo, fue llamando a los corazones que formarían parte de esta Misión y, en ese tiempo, surgió el primer y pequeño coral formado por tres hijos Míos.
Una de Mis hijas representaría a Mi Voz cantora para el mundo, una Misión que se cumplió. Pero como el Propósito de Dios era tan grandioso, el Padre al ver que Mis hijos respondieron, Me solicitó despertar a más corazones, y así surgió el gran coral de Divina Madre.
Luego, pedí fundar una Asociación abnegada que pudiera difundir Mi Mensaje de Paz en el mundo entero; hasta que finalmente llegó Misericordia María TV, un medio de comunicación de la Jerarquía Divina, que a través del sonido y de las imágenes, llevaría el Mensaje y el Llamado de Dios a millones de almas en el mundo.
Ya pasaron doce años de tantas experiencias vividas, de hijos que se fueron sin haber comprendido la esencia de Mi llamado y de nuevos e inesperados hijos que llegaron y que llegarán para seguir Mi camino peregrino.
Hoy en Mi Corazón de Luz guardo y recuerdo el despertar de Aurora y los dulces aromas de los naranjales, así como los frutos que muchos llevaron dentro de sí como una Gracia de cura imborrable.
Hoy, después de doce años, el planeta clama por Misericordia y por perdón. Por eso invito a todos Mis hijos a renovar sus votos para que, bajo la luz de Aurora, nuevas aspiraciones se cumplan y se concreten.
Que bajo la Voluntad de Dios, hijos Míos, podamos seguir caminando juntos en este eterno peregrinar hacia el encuentro con el Corazón de Jesús, para que finalmente podamos fundirnos en el Amor de Dios, porque Mi único deseo de Madre es llevarlos siempre a Dios, para que se alcance la paz.
Agradezco a todos los que caminaron a Mi lado durante estos últimos doce años, y agradezco por los que seguirán caminando a Mi lado, ayudando a Cristo a seguir cargando con la cruz del dolor del planeta para que sea aliviada.
¡Les agradezco por responder a Mi sagrado llamado!
Los bendice bajo la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Su Madre Celeste está preparando la llegada de Su Hijo a Aurora.
Por este motivo, y por Su divina orden, los ángeles del Cielo aprisionaron a centenas de demonios que castigan e instigan a las almas a seguir el camino de la ilusión y de la perdición.
Estas criaturas inferiores, a pesar de estar prisioneras, deberán presenciar su derrota cuando Mi Hijo llegue a Aurora; porque ellas tendrán que ver cómo la victoria de Cristo se realiza en la confianza, en el amor y en la fe de los corazones.
Será algo semejante al día de la Pasión del Señor, cuando miles de criaturas inferiores presenciaron su derrota a través del Amor y del Silencio de Cristo.
Hijos Míos, este acontecimiento de la llegada de su Madre Celeste en el día del aniversario de Sus instrucciones diarias, preparará la redención y el cierre de muchas puertas inciertas en la consciencia de la humanidad.
Su fe, su devoción, su amor y su alegría, en estos próximos días, permitirán que la Jerarquía Divina tenga más espacio para poder intervenir en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el silencio de la noche, en el amanecer lluvioso y recogido, se muestra la luz de Aurora.
En la concentración interior, en el alineamiento del corazón, se revela la luz de Aurora.
En la vigilancia del guerrero, en el servicio incansable de los siervos de Dios, se muestra la luz de Aurora.
En la cura alternativa de los cuerpos, en el cuidado dedicado de los que son curados, se muestra la luz de Aurora.
En el silencio espiritual, en la conexión interior de cada ser con lo Alto y con lo Divino, se revela la luz de Aurora.
En la alegría del alma por estar sirviendo a Dios, en la dedicación permanente de la vida a la Voluntad de Dios, se muestra la luz de Aurora.
En todo lo que ofrezcas de corazón a ese sagrado Reino de Redención, allí se mostrará siempre la luz de Aurora.
En todo lo que entregues, hagas o realices de verdad por ese Reino de Amor, se revelará ante ti la luz poderosa de Aurora, la que te llevará a la redención y al perdón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Así como la luz de Aurora deberá volver a emerger en la superficie para llevar adelante su propósito y cumplir su misión, de la misma forma la luz de Mirna Jad deberá emerger en la superficie para cumplir su propósito y llevar adelante la esencia de su existencia.
Este es el tiempo de la integración y de la unión de las bases internas entre hermanos a fin de que la necesidad planetaria sea atendida, dada la emergencia de estos tiempos.
Es esa unión sagrada entre los Centros de Amor lo que permitirá expandir la tarea y responder a todas las necesidades.
Llegó el momento de abrirse a los cambios para que todos puedan vivir la transformación y la redención que en estos tiempos el Universo les ofrece.
Será en ese ejercicio de integración que todo se cumplirá conforme al Pensamiento Divino y que los tesoros inmateriales saldrán a la luz para colmar a los corazones y curar a las almas heridas.
Vigilen por esa unión fraterna entre hermanos y constituyan ese pilar que la Jerarquía Espiritual necesita para llevar adelante el Plan Divino del Creador.
Reciban con júbilo este anuncio. Es hora de confirmar esa hermandad interna entre los seres para que sean capaces de colocar primero el amor por el Plan antes que el amor por ustedes mismos.
Tienen las llaves para ser conducidos hacia esa meta. En esa unión interna construirán los puentes de luz para la llegada de la Gran Hermandad.
Tienen Mi bendición maternal para eso.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Del Amor más profundo de Dios emanó la Fuente de la Cura.
De Su aspiración más pura para que cada ser alcance la Perfección, nació la Fuente de la Redención.
De Su aspiración más pura para que los seres puedan ser liberados de sus errores y de la dualidad que viven en este planeta y en este Universo, nació la Fuente de la Liberación.
Y de la unión de ese Propósito Divino con todos los seres, nació en el Corazón de Dios, como una emanación de Su Principio Femenino, la Consciencia de Aurora.
Aurora nació como un estado de consciencia que concentra en sí la energía maternal que proviene de Dios, unida a Su profundo Amor por las criaturas. Porque de esa forma, dentro de esta Consciencia de maternidad y de amor, era que podrían reunirse el Principio de la Cura, para todas las enfermedades espirituales y materiales, el Principio de la Redención, para todos los errores y desvíos vividos por los seres, y el Principio de la Liberación, para que, sin importar el grado de las amarras a las cuales una consciencia estuviera sometida, todo pudiera ser liberado.
Este estado de consciencia, llamado Aurora, trajo una nueva esperanza para el Universo. Aurora es la luz que emerge resplandeciente después de un ciclo de oscuridad. Aurora es la posibilidad que todos los seres reciben de retornar a Dios, en este Universo y en todos los otros. Aurora es la expresión del Amor de Dios por la vida.
Tan inconmensurable es el Amor del Padre que, colocando Sus ojos sobre el planeta y contemplando los errores y los desvíos humanos, les entregó a los hombres uno de sus más amados tesoros: la Consciencia de Aurora.
Este principio cósmico y universal de Dios, creado para auxiliar en la evolución de todos los seres, fue proyectado y colocado en el interior del planeta, en espacios que resguardaron su presencia y que, por ella, se tornaron sagrados.
Esta Aurora, a veces explosiva y a veces silenciosa, jamás fue comprendida por los hombres.
Este estado de Consciencia Divina, después de acoger en Su interior los principios que surgieron del Corazón de Dios, también concentró en sí rayos y emanaciones que provenían del corazón de los arcángeles, llamados Elohim, y de los Espejos Sublimes de Dios, llamados Espejos Esmeralda, porque concentraban en sí las vibraciones de Cura necesarias para que todos los seres nacidos de la Fuente Divina pudieran retornar a ella.
Los Espejos Esmeralda, que se concentran dentro de la Consciencia de Aurora, guardan en sí los registros del origen de cada ser, de cada raza, de cada esencia, de cada planeta, de cada estrella y de cada Reino de la Naturaleza; guardan en sí los registros del Origen de la Vida, porque a través de ellos es que la cura sucede, cuando aquellos que se desviaron del Propósito Divino reciben, de las emanaciones de los Espejos Esmeralda, el más puro Pensamiento de Dios en ellos, la vibración original de Su Creación, y así, pueden reconvertir sus errores y retornar al Padre.
Aurora no es solo la cura para el planeta, Aurora es la cura para toda la Vida. Sin embargo, tan grande es el Amor del Padre que parte de esta Consciencia fue entregada a la Tierra como símbolo de la importancia del planeta para toda la evolución universal y cósmica.
Llegó la hora de que Aurora sea profundamente conocida y reverenciada por los seres que reconocen la Verdad en las revelaciones divinas y que comprenden, con el corazón, la gracia de estar dentro de la Consciencia de Aurora.
Vivan en Aurora, hijos Míos, con la reverencia de los Arcángeles. Siéntanse dentro de la Consciencia Divina y participantes del Amor más puro de Dios por la vida; porque eso es Aurora.
Que todos los seres reconozcan en Aurora esta Gracia Divina, porque a través de la gratitud cruzarán sus portales y recibirán su cura.
Aurora es el Amor de Dios manifestado. Y hoy son invitados, hijos Míos, a despertar a este Amor.
Que a través de ustedes las gracias de Aurora lleguen, finalmente, a este mundo herido, pues el planeta lo necesita y, más que eso, la Creación lo necesita.
Yo los bendigo y les agradezco por amar la Consciencia Divina y Cósmica de Aurora. Su misterio se revela para que puedan despertar.
Yo los amo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Aurora es una corriente de energía superior que sustenta y al mismo tiempo transmuta los procesos de redención.
Para que eso sea posible, Aurora actúa a través de la llave de la gratitud, ya que por medio de ese atributo todo el proceso de cura espiritual se puede dar.
A través de la corriente curadora de Aurora las almas se liberan a sí mismas de todas las prisiones que comprometen sus pasos en el despertar y en los grados de amor.
Aurora nos revela la existencia y la realidad de nuestro ser. Ella suple las necesidades internas que las almas tienen de poder romper los grilletes, y así, alcanzar la libertad del espíritu.
Aurora es una corriente que desobstruye los caminos del guerrero para que la victoria de la batalla esté en el corazón ardiente de quien se une a la Jerarquía.
Aurora muestra la verdad y no la repele, por más que sea una verdad dura, ya que la razón de todo mal está en la ausencia de amor y en la ausencia de bien en las almas.
Aurora transmuta las condiciones precarias y disociadas del ser; retira la consciencia de la ilusión cuando la consciencia se abre para salir de este espacio planetario.
Aurora nos eleva al mismo tiempo que nos ama. Su permanencia en el espacio universal es imborrable.
Aurora es como la Estrella Guía que surge en el firmamento de la noche para instruir al corazón pobre y humilde.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La luz de Aurora es una luz actuante y oculta. Ella anuncia el nuevo tiempo porque la luz de Aurora todo renovará.
Es la Luz de Dios que se dona incansablemente y solo deja señales marcadas en el cielo de su eterna gratitud.
Esta luz predomina a través de los tiempos. No puede ser derrotada ni disipada porque es luz, y la luz de Aurora es flameante como una llama en el día y, sobre todo, en la noche.
La luz de Aurora actúa en la cura y les promete a los corazones la redención para que se abran las puertas a la rehabilitación.
Esta luz abraza gran parte del Universo porque su origen no es de la Tierra.
La luz de Aurora derrama sus dones y sostiene a quien la invoca.
Es una luz que borra el dolor, el sufrimiento y eleva a la consciencia, solamente, para que viva el encuentro con Dios.
La luz de Aurora reaparecerá y los corazones cantarán su victoria.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y ahora, después de que la Madre Peregrina visitó algunas naciones de Europa llevándoles las Gracias y la Misericordia de Dios, su Madre Celeste llegará con el Sol de la Nueva Aurora para volver a hacer despuntar en los mundos internos los sagrados atributos de redención y de rehabilitación.
La Luz de Aurora volverá a emerger en el horizonte y traerá señales muy significativas para la vida de todos los seres.
Desde Aurora se abrirá el gran portal por el cual la Madre Celeste una vez pasó y atravesó para llegar al planeta con toda Su Divina Consciencia, como fue en un 8 de agosto hace once años.
Al cumplirse once años juntos, hijos Míos, la Luz de Aurora atraerá hacia la superficie de la Tierra los últimos impulsos solares, los que prepararán a los guerreros de la oración para los tiempos y los acontecimientos que llegarán.
Por eso, afirmen sus pies sobre Aurora. Agradezcan y coloquen su cabeza en el suelo para reverenciar a la Regencia Divina y Solar, la Luz de Aurora que redimirá el pasado y abrirá sus puertas hacia el futuro.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Del Corazón de Dios emanan Dones y Gracias en este día para la liberación del planeta, y su Madre Celeste viene a decretar Su triunfo en este lugar, a través de la liberación y de la Paz que emanan de Mi Inmaculado Corazón.
Los Sagrados Rayos Inmateriales que provienen del Corazón del Creador hoy tocan la Tierra y sus señales se hacen visibles a través de la Naturaleza. Nada quedará como está, dentro y fuera de los hombres, y su lodo será extirpado y purificado.
Vengo como su Madre Celeste, como su Madre Universal, a preparar el camino para el nuevo despuntar de la Aurora, que en agosto próximo volverá a brillar en los corazones de los hombres y en el horizonte de la Tierra.
Vengo a unir Mi Corazón al corazón de Aurora para darle una señal al mundo, que su liberación no solo está próxima, sino que ya se inicia con Mi Presencia.
El corazón de Aurora vuelve a dar señales para que el pulsar de su vida ilumine nuevamente los abismos de este mundo. Pero para que Aurora retome su lugar, hijos Míos, es necesario que la humanidad sepa conducir los acontecimientos en unión al Corazón de la Jerarquía y que siga, paso a paso, la Voluntad que Dios emana hacia la Tierra.
El silencio de Aurora, poco a poco, le dará lugar a su verbo curador y la expansión de su luz será visible. Pero, mientras ese momento se prepara, acompañen a su Madre Celeste paso a paso, porque todo tiene su hora y su lugar.
La expansión del corazón de Aurora se dará poco a poco, para que su luz cruce los horizontes y llegue a los corazones de los hombres, a los Reinos de la Naturaleza y a lo profundo de la consciencia del planeta, liberando todo tipo de vida de la oscuridad que aún habita en este mundo.
Pero eso debe darse sin herir; su fuego debe arder, pero no herir. Su corazón se expande y toma vida, respetando las Leyes que rigen este mundo, porque así la humanidad eligió aprender.
A los que no comprenden Mis Palabras, porque no conocen la Aurora de la cual Yo les hablo, les digo que solo sientan en sus corazones su Gracia y dejen que ella se expanda, tomando el lugar que le corresponde, porque esta es la Voluntad de Dios.
Hijos Míos, su Madre Celeste, en este día viene para preparar un momento muy importante: la expansión y el retorno de la Aurora del amanecer para iluminar los corazones del mundo.
Oren Conmigo, oren para que las naciones se abran a la Voluntad de Dios; oren para que los Planes del Creador se cumplan en la Tierra; oren para que, en lo profundo de una oración verdadera, su Padre que está en los Cielos encuentre el permiso necesario para auxiliar a este mundo.
Aún hay mucho que debe suceder para que los Planes de Dios se concreten y, con Poder y Paz, su Madre Celeste viene a unir el Cetro de Dios al Cetro que rige la Aurora de Mi Corazón, para así decretar, poco a poco, su retorno y su triunfo.
Hijos amados, hoy también les vengo a entregar una Gracia especial, a través del alma amada que se ofrece todos los días para que Mi Plan se siga cumpliendo. Alma que, como Yo, unió su corazón al corazón de Aurora, para que este mundo siempre tuviera una oportunidad de ser curado.
Sepan, hijos Míos, que con la simple entrega de unos pocos Mi Corazón operará milagros en la Tierra.
Con eso les digo que no desistan de entregar sus vidas a Dios; no desistan de dar los pasos en dirección a la unión con el Corazón del Padre y, a pesar de todo lo que acontezca en el planeta, jamás pierdan la esperanza de que la cura, que proviene del corazón de Aurora, se extienda al mundo y toque toda la vida, trayendo de vuelta a lo sagrado lo que se perdió y se distorsionó por la incomprensión y por la ignorancia humana.
Yo Soy su Madre Celeste, Aquella que les muestra el camino para llegar a Cristo y, en la Tierra, les dejé una madre espiritual terrena, para que señalara al Padre junto con Mi Corazón y que, unida a Mí, obrara incansablemente por el rescate de las almas.
Únanse a esta alma madre que Yo les entregué, porque hoy les digo que, sobre ella, su Padre, que está en los Cielos, colocó Su confianza.
Por eso hoy, no solo oren para que la Aurora vuelva a amanecer; oren también por el despertar de la Unidad en toda esta obra de Amor y que los corazones sepan reconocer los instrumentos que el Padre colocó en sus caminos para que jamás se perdieran.
Todo es parte de una construcción única; escuchen Mi Voz y únanse a Mí, y así, hijos Míos, no se confundirán y podrán hacer triunfar el Corazón de Dios a través de sus vidas.
Yo los bendigo y les pido que Me acompañen, preparando con el corazón el despertar final de la Aurora del amanecer.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre Universal
Mientras Aurora, como Centro de Amor, abre las puertas a la cura interior, por otra parte, las almas más oprimidas reciben la oportunidad de la redención y del perdón.
Por eso Aurora, como Centro Sagrado, les ofrece a los corazones la Gracia de liberarlos de las prisiones y de las cadenas del mal.
Aurora se abre como un gran Espejo de Luz y le muestra a la humanidad su potente Principio de Cura planetaria.
En este sentido, un alma presente en Aurora es un alma que acelera los pasos de su purificación y Aurora, como Reino de Amor Superior, acompaña que esa cura profunda pueda concretarse y tornarse consciente para el ser.
Aurora es ese Espejo curador capaz de disolver las deudas que el alma haya adquirido.
Para eso, Aurora, como misión, lleva adelante la tarea de la redención de las almas por medio de su Rayo de Liberación y de su Rayo de Amor. Eso permite que los corazones que contactan Aurora se sientan renovados y, así, todo comienza a regenerarse desde el principio.
La consciencia humana que se une a Aurora vive un antes y un después, para alcanzar, al fin, su libertad interior de las cadenas contrarias a la vida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Una Sagrada Noche de Paz
Bajo la Sagrada Estrella de Belén, queridos hijos, su Madre Celeste y San José aguardan en esta noche por el Nacimiento del Cristo interior en cada ser, en cada alma y en cada espíritu, a fin de que se establezca la comunión espiritual con el Creador.
Mientras tanto, San José recoge paja para preparar el Pesebre, y los moradores de Belén le aproximan paños y jarros con agua preparando todo el escenario del gran y esperado momento.
Los ángeles de la guarda de los Cristos internos oran sin cesar junto a su Madre Celeste, a la espera de que los seres de esta Tierra den a luz todo el amor interior.
Las cabras, ovejas y demás animales del establo ofrecen su quietud y silencio, y dan su calor en la Sagrada Gruta para crear un ambiente acogedor de paz y de amor.
Por otro lado, los pastores de Belén se aproximan a la ciudad en la búsqueda de aquel Cristo interno que está por nacer y anuncia lo nuevo.
Todo el escenario está preparado a la espera de la Buena Nueva: el nacimiento del Cristo interno de cada ser, que en esta noche define la próxima etapa de su existencia.
Así, los Maestros de Oriente, los Reyes que traen la mirra, el oro y el incienso, visten sus atuendos de ceremonia porque, como anunciadores y profetas del Universo, traen en sus corazones un mensaje de reconciliación y de amor para los Cristos que hoy nacerán.
Dentro de la Gruta, la sagrada y elevada presencia de los ángeles atrae, de los más altos Cielos, las dádivas que todos necesitan para dar el paso hacia una entrega mayor.
María Santísima no detiene sus plegarias y oraciones, y le pide al Padre Eterno que la haga tan pequeña y semejante a Él para poder acompañar al Cristo interno que, en poco tiempo, tendrá en brazos.
Es hora de vivir el esperado momento.
Es hora de permitir que en la Gruta de Belén nazca el Cristo interior, el que les suplica a los corazones del mundo atención y consciencia para poder percibir la realidad.
Ante todo el escenario del fin de los tiempos, el Sagrado Cristo interno ha nacido. Él viene a anunciar que es la hora del gran cambio de la consciencia. Él viene a testimoniar que no hay otro camino sino el amor del corazón y la transparencia de la vida.
El Cristo interno viene a decir que es tiempo de hacer la paz y ya no de vivir las guerras internas y externas.
Es tiempo de confraternizar y de ser consciente con la vida, con el destino y con el Propósito.
Es hora de repensar el camino, y decidirse por el Camino del Amor y de la energía crística.
Es hora de abrir las puertas del corazón y de confiar.
Que el Cristo interno que hoy nace ante sus ojos, brille como la luz que él es y se perpetúe por siempre para que, en estos tiempos definitivos, haya discernimiento, sabiduría y paz.
Que en esta Nochebuena de Belén recemos por los Cristos internos que aún no nacerán al estar presos por las ilusiones del ser humano.
Recemos por las esencias que necesitarán de mucha ayuda espiritual.
Celebremos esta Navidad del Señor y junto a Él, para siempre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, vengo a anunciarle al mundo que su Madre Celestial se está recogiendo, cada vez más, en el desierto que Su Padre Eterno le destinó, a la espera de los próximos acontecimientos que llegarán al mundo para poder purificarlo y prepararlo para otra fase del trabajo espiritual.
En este sentido, queridos hijos, vengo en este día a cerrar una etapa espiritual con una de Mis videntes, ya que desde el principio, cuando fue llamada, fue formada y preparada por Mí. Pero ahora, ya se ha cumplido la Voluntad de Dios y estuve cerca de la vidente durante el tiempo que el Padre lo consideró.
Es así, queridos hijos, que, a través de los últimos tiempos, le entregué al mundo esta vidente, la Hermana Lucía de Jesús, como un precioso instrumento para atraer del Cielo las Instrucciones Divinas.
Ahora, que su Madre Celeste ya cumplió Su deber con esa alma, solo Me quedaré hasta el fin de los tiempos acompañando, guiando e instruyendo al mundo por medio de Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, al que hace diez años llamé para que acompañara a la Madre de Dios en esta Misión Planetaria, junto con Madre María Shimani Montserrat.
Es así que necesito que los primeros videntes que, un 8 de agosto del año 2007, Me vieron en los olivares de Aurora, en Uruguay, retornen al origen de esta tarea, acompañando el recogimiento de la Santísima Madre, Quien seguirá trabajando en el mundo a través de un solo instrumento. Esto, Me lo ha pedido Mi Padre Celestial, y en obediencia divina, lo cumpliremos.
La Obra de los Mensajeros Divinos tiene varias etapas; por eso, esta es la primera etapa o ciclo que se cierra, dentro de la época de definición en el fin de los tiempos.
Por eso, hasta ahora, su Madre Celestial, continúa apareciendo diariamente al mismo vidente, ya que, a través de estos años, lo estoy preparando para algo mayor, con un espíritu humilde.
Quisiera que, siguieran rezando por los Instrumentos de Dios, por los que Nuestro Padre pide despertar para llevar adelante una misión tan arriesgada, una entrega tan osada y un propósito a cumplir que parecería imposible. Pero a Mi lado y en la compañía de Mi Materno e Inmaculado Corazón, todo será posible.
Vuelvan a recordar lo que les dije, una vez en Aurora hace diez años atrás: “Muchos comenzarán a acompañar a los primeros videntes, pero su misión será cerrar el ciclo de esta Obra en profunda e interna soledad”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mi Gobierno Celestial
He aquí Mi gobierno celestial, el que siempre ha descendido al mundo cuando su Madre desciende para abrir los portales de los Cielos.
He aquí Mi gobierno celestial, formado e integrado por los ángeles de diferentes jerarquías, los que en obediencia y de forma incondicional sirven a su Humilde Madre Celestial.
He aquí, hijos, Mi gobierno celestial, que tiene su base fundamental en las enseñanzas de Mi Amado Hijo y en Su Divina Obra de Misericordia.
He aquí, queridos hijos, Mi gobierno celestial, guiado por el Divino Pensamiento del Padre y manifestado por obra de Su Eterna Gracia.
He aquí, Mis pequeños, Mi gobierno celestial, que tiene su sede universal en la Divina Iglesia de Cristo, existente y presente en el sagrado Universo Espiritual.
He aquí, Mis hijos, Mi gobierno celestial, extendido interiormente en este mundo por medio de los que proclaman su fe y su amor por Cristo.
He aquí Mi gobierno celestial, renovándose y expresándose en los corazones devotos y en los espíritus que se entregan por amor al servicio.
He aquí y ahora Mi gobierno celestial, anunciado por Gabriel Arcángel en los primeros momentos de la Anunciación.
He aquí Mi gobierno celestial, proclamado por la humilde palabra de Mi prima Santa Isabel y, a partir de allí, por todas las generaciones.
He aquí y ahora Mi gobierno celestial, extendido en el Universo, después de Mi Asunción a los Cielos, a través de la obra y del servicio inmediato de los ángeles.
He aquí y ahora Mi gobierno celestial, entregado por el Divino Padre y por el Amoroso Hijo durante Mi coronación como Reina y Madre del Universo y de la Tierra.
He aquí, hijos, Mi gobierno celestial, concretado por medio del propósito que el Todopoderoso Me encomendó para este Universo y para este amado planeta azul.
He aquí y ahora Mi gobierno celestial, impulsado como obra a través del estado de Mi eterna Gracia y llevado adelante con el amor maternal de Mi Inmaculado Corazón.
He aquí la Esclava Eterna del Señor, que guarda en Su Reino invisible a todos Sus amados hijos, que protege los pasos de los caminantes de la fe, que guía y conduce a los amantes de Cristo.
He aquí y ahora el gobierno universal de su Madre Santísima, vivo y resplandeciente a través de los Espejos, los que sutilmente irradian los Principios eternos para el surgimiento de la nueva consciencia de la humanidad.
He aquí y ahora el gobierno celestial de la Madre de Dios, el que se lleva adelante a lo largo de los tiempos con la adhesión y la entrega de Sus pequeños hijos.
He aquí y ahora Mi gobierno celestial, manifestado durante estos años de trabajo Conmigo a través de esta obra en la superficie, la que es movida interiormente por los impulsos constantes que envía el Espíritu Santo.
He aquí y en este tiempo, la obra de María Santísima presente en los corazones que forman parte de ella.
He aquí la Obra mariana de Dios a través de todo este grupo de almas que ha dado su sí a María, así como María dio Su sí al Arcángel Gabriel.
He aquí y ahora la obra de la Corredentora Madre de Cristo, obra que se ha expandido y difundido en los cinco continentes, obra que llega a las almas de diversas lenguas del mundo.
He aquí la Obra del Amor y de la Misericordia de Dios por medio de María Santísima, actuando y obrando lentamente a través del amor de Sus hijos y de la fe de Sus soldados.
He aquí la obra que surgió, en el comienzo, en un naranjal de Aurora y que luego despuntó como un gran sol para todo el planeta, llegando hoy a servir y a rescatar a las almas más perdidas.
He aquí la obra de la esperanza, obra de María y obra nuestra, guiada por Su Corazón noble y conducida por Su humilde mano.
He aquí y ahora, la obra de la paz, presente en el mundo por Voluntad del Padre, después de diez años.
He aquí la obra que ha regenerado a muchas vidas, que ha hecho verdaderos milagros en los corazones necesitados, que ha devuelto el amor y la vida a los que los habían perdido.
He aquí y ahora la obra formada por tantos hijos de María que tejen, junto a su Madre, el manto de la paz en el mundo, el manto en donde Cristo posará Sus Pies cuando Él retorne.
He aquí el gozo espiritual de su Madre al ver en los ojos de Sus hijos el brillo de Su Gracia y la esperanza expresada en los rostros de los que la habían perdido.
Demos gracias a Dios por haber permitido que su humilde Señora de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad haya venido a su encuentro para poder hacer de sus vidas receptáculos de la Gracia, instrumentos del amor y columnas de Su eterna y divina misericordia.
Por estos diez años compartidos, hoy Yo les agradezco.
Los bendice bajo la luz del Inmaculado Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Un gran acontecimiento mundial
A las puertas del Santuario de Fátima, todos los ángeles, santos y bienaventurados viven una gran celebración celestial, dado que cien años atrás, su Madre Celeste llegó aquí para establecer la paz y el fin de la guerra.
El tercer secreto de Fátima revelado a los pastores representó el fin de un ciclo y el comienzo de otro, con el llamado a la oración del Santo Rosario y al arrepentimiento por medio de un acto de penitencia y de reparación.
El llamado no fue ampliamente acogido, y solo la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón sucedida en los años 80, produjo el quiebre del dominio universal del adversario sobre las grandes potencias mundiales y humanas.
De no haberse concretado ese, Mi pedido, la humanidad hubiera vivido una tercera guerra, aún peor que las anteriores. Esa consagración benefició al mundo entero, y la paz se pudo expandir un tiempo más en toda la raza humana.
En la cuenta regresiva de un tiempo final y después de cien años de oraciones, de arrepentimientos y de penitencias de los devotos y buenos creyentes que encarnaron en sí el mensaje de Fátima; hoy, en pleno siglo XXI, un siglo lleno de innovaciones, modernidades y destrucciones inteligentes por parte de los seres humanos; ese ciclo de paz comenzó a declinar, y la gran crisis planetaria entre los pueblos y las naciones estalló, generando un gran desequilibrio en la balanza de la Ley.
Esto significó para el Padre Eterno, una nueva y posible intervención divina a fin de que no sucediera un peor desajuste mundial en la humanidad. Por eso, su Madre Celeste regresó a Medjugorje y durante más de treinta años preparó a Europa, Asia y Oceanía para el momento que deberían enfrentar.
Por otro lado, dada la grave crisis psíquica y material que vive el planeta en estos tiempos, y que se refleja en toda la vida del espíritu, la Voluntad de Dios fue más allá, y decidió que la Madre y siempre Virgen María apareciera en el sur de América, en un perdido lugar del norte del Uruguay, para entregar un mensaje profético y preparatorio, señalando así lo que Ella simboliza para la humanidad: la Aurora del amanecer en la vida de cada ser.
Fue así que con todos los cuidados y, al mismo tiempo, con todas las dificultades, la Madre de Dios se dispuso a responder al pedido divino de aparecer regularmente durante un ciclo en ese lugar lejano de Aurora para que, mediante fuertes y simbólicas revelaciones universales, la humanidad pudiera encontrar un camino por el cual volver a Dios y así redimirse a través de la reconciliación que, amorosamente, la Madre Celeste le ofrecía al mundo.
Después de todo esto, la situación se agravó en varias regiones del planeta, la finalidad del adversario se concretó y se inició una gran ola de persecución de los cristianos. Mucha sangre inocente comenzó a correr por el mundo, y la crisis entre las religiones y las culturas empeoró hasta estos días.
Una vez más, la Madre del Padre Altísimo llegó al mundo y a la humanidad para interceder, en un ciclo en el que la precaria situación de la raza humana se desmorona rápidamente.
Por eso, su Madre Celeste retornó a Europa para estar presente entre las multitudes y el Santo Padre, este día 13 de mayo de 2017, que marcará un antes y un después en los corazones que estén abiertos al llamado de Fátima.
Como hace cien años, la Santísima Señora del Rosario regresa al mundo para darle Su bendición maternal, a fin de evitar una situación grave para todo el género humano.
La Voz del Cielo hoy se pronuncia a través de las palabras del Santo Padre en el Santuario de Fátima, como también con la presencia de miles y miles de peregrinos que demuestran, una vez más, sus dogmas de fe y de amor a Dios en un sentido ecuménico y fraterno.
Es por esa razón que, en este día 13 de mayo, a las puertas del Reino de Fátima, su Madre Celeste expandirá Su Consciencia Divina con el fin de que gran parte del planeta y de la humanidad reciban el alivio espiritual, interior y humano que tanto necesitan.
Este evento significará para todos la expresión y el descenso de potentes códigos celestiales que la siempre Virgen María, Reina del Santísimo Rosario, derramará sobre la consciencia psíquica del planeta, generando así un epicentro de amor y de energía positiva para todo el mundo.
Es por eso que, en este día, su Madre Celeste pide que cada corazón orante y devoto permanezca unido a Ella, para que la mayor cantidad de almas y de consciencias necesitadas, vivan este acontecimiento.
Dejo para todos Mis hijos, los más cálidos votos de servicio y de unión al Plan Divino.
¡Que Fátima, como esencia de paz, renazca en todos los corazones!
Los bendice y los ama siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Santísimo Rosario de Fátima
Queridos hijos:
En este día, en el que desde Aurora se vive la renovación y el comienzo de un nuevo ciclo, quisiera invitarlos a acompañar este nuevo camino que muchos de ustedes se animaron a recorrer, el camino al despertar de la consciencia y a la acción de vivir el Plan de Dios.
Después de muchos años de instrucción, en este encuentro, aquí en Aurora; Mis ojos maternales observan, por primera vez, los pasos que algunas consciencias se están animando a dar en pro de esta humanidad y por la evolución de este planeta.
Mis ojos ven emerger de sus seres internos a los Nuevos Cristos, que no serán conocidos, pero sí contemplados por la Creación que los rige desde el principio.
Hoy, Me retiro de Aurora y de esta casa para elevarme al Cielo y anunciarle a Mi Hijo que una parte de este proyecto interior ya está cumplido.
Seguiré, como en todos los tiempos, orando para que Mis hijos, decididos a amar el Plan de Dios, tengan la fuerza interior de todos los ángeles y arcángeles del Cielo.
Que, en este tiempo de definición interior y de batalla, Mis hijos predilectos cuenten con la intercesión de todos los ángeles del universo, que vendrán por amor a socorrerlos, siempre que lo necesiten.
Ver la concreción y la realización de esta Obra de Redención en los corazones es una infinita alegría; porque desde ahora el Padre Celestial observa desde Su Reino que Sus criaturas más pequeñas e imperfectas abren sus corazones para vivir finalmente Su Propuesta Divina, Su Santa Voluntad.
Así aprenderán, queridos hijos, a ser aquello a lo que tanto aspiraron, ser servidores de Mi Hijo, ser testigos fieles de que es posible sentir y vivir en el Amor de Dios y de todo el universo.
La Gracia de Dios los ha colmado en estos días, ya que ocurrieron sanaciones espirituales en consciencias necesitadas.
Hoy, una nueva hermandad espiritual se forma entre los espíritus congregados por Cristo para esta importante misión de ser soles que alumbren el fin de los tiempos, ser estrellas que revelen al mundo el mensaje de paz y de redención.
Hoy, su Madre los acompaña desde el Cielo sagrado de Aurora y les anuncia que las puertas hacia la Paz permanecerán abiertas aquí para que, cuando retornen a esta Casa de Dios, puedan reencontrar la esencia que los ha salvado y los ha formado como soldados del Plan.
Ahora, vayan con alegría y lleven la misma experiencia de amor y de hermandad que vivieron aquí, desde los primeros días de agosto. Transmitan la esencia del Amor y de la Verdad a la inmensa mayoría de Mis hijos que están dormidos en este mundo.
No se cansen de ser Mis brazos y Mis manos en este planeta, para que Yo pueda trabajar a través de sus pequeños corazones. No se cansen de ser Mis pies, para que Yo pueda seguir sembrando la Luz en esta necesitada humanidad.
Por último, Mis amados hijos, les dejo Mi gratitud por abrir sus consciencias a la transformación y a la transfiguración de sus vidas, porque en ese paso podrán mantener la llama de sus corazones encendida para que estén todo el tiempo en la plenitud de Dios.
He colmado sus consciencias con nuevas Gracias, así como Mi Hijo Me lo ha pedido. He dejado en sus esencias un compromiso mayor, que los impulsará a vivir algo divino en sus vidas.
Derramé sobre Aurora la última parte del Propósito que Dios Me pidió que depositara en este lugar; y ahora, todos los presentes son partícipes de esa parte viva del Plan que poco a poco comienza a materializarse.
Quedará como misión, en este trabajo espiritual, la pronta manifestación del Auditorio de la Misericordia que, para la realidad de estos tiempos, será igual al que aquí se encuentra. Ese auditorio les recordará a todos que será la casa de la Sagrada Familia.
Espero ver erguirse las paredes del mismo, en este año. Las bases de este simple auditorio serán fundadas por Mí y espero que Me acompañen.
Desde este Cielo de Aurora, hago brillar la luz de sus corazones para que el Padre vea que la humanidad no está perdida.
Les dejo a todos Mi Paz y Mi Amor de Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más