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Hay aspectos y estados de consciencia en el ser humano que solo el amor, la misericordia y la paciencia los pueden transformar porque estos aspectos humanos tienen historias pasadas muy relevantes, que interfieren en el despertar del servicio y de la entrega absolutos.
Cuando en cierto momento tengan consciencia de alguno de estos aspectos, de nada ayudará entrar en conflicto, en culpa o en batalla. Tienen que servirse de la sabiduría noble del corazón y, por medio del amor del espíritu, trascender en paz estos momentos.
Deben saber que, de la misma forma que la entrega y el servicio permiten redimir paulatinamente esos aspectos, lo mismo sucede cuando los aspectos humanos son removidos de su arcaico lugar para ser disueltos por la luz y el amor de la Sabiduría Divina.
Por momentos, conseguirán colocarse por encima de aquellos aspectos humanos que los llevan a cometer actos fallidos. En otros momentos, caerán en las prisiones de estos aspectos pero no deben dejarse vencer ni amedrentar.
Los aspectos son como la madera en bruto de la consciencia humana que, en las manos del carpintero, es pulida de todo excedente y es moldeada para, finalmente, convertirse en algo bello.
Por medio de Mi Misericordia, estos aspectos pierden fuerza de actuación e independencia porque la Misericordia de Mi Corazón los transmuta y los redime hasta que el ser humano alcance la vivencia del modelo espiritual que Dios espera de cada hijo Suyo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Existen lugares en la Tierra, hijos, que en el principio del planeta fueron diseñados por Dios para que, poco a poco, se pudieran manifestar y guardar las experiencias más sagradas y evolutivas que todo ser humano pudiera experimentar.
En los mundos invisibles, estos lugares sagrados se constituyeron en Reinos de Amor porque todo el amor alcanzado por los hombres se guardó allí y, a lo largo de la evolución humana, se multiplicó y se transformó para auxiliar a todos los que aún están aprendiendo a amar y a descubrir la verdad sobre sí mismos que se oculta en la esencia del amor.
Cuando los Mensajeros Divinos peregrinan por el mundo, despiertan a estos lugares sagrados y crean un vínculo entre la consciencia humana y estos espacios de amor para que, espiritualmente, los seres reciban nuevas oportunidades para cumplir con su misión y para expresar el Pensamiento Divino.
Desde los grados de pureza y de unidad con los Reinos de la Naturaleza expresados por los pueblos primitivos, pasando por el amor alcanzado por Cristo en la Cruz hasta todo el amor vivido por los seres humanos, todo está guardado en la esencia de estos lugares sagrados como auxilio para las diferentes naciones y continentes.
Pero si la humanidad es indiferente a esta realidad espiritual, ella permanecerá oculta y silenciosa y no traerá a la consciencia humana su tesoro, su legado.
Por eso, hijos, cada día deben estar más conscientes de los misterios celestiales que también se guardan en la Tierra para que, en nombre de la humanidad, puedan participar de ellos, recibir y vivir el amor que transforma a todos en dignos hijos de Dios y los hace expresar la Voluntad y el Pensamiento Divinos.
Con sus oraciones, acompañen Nuestros pasos y con gratitud reciban estas dádivas.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Alcanzarás la fraternidad crística iluminando cada espacio de tu consciencia, a través de la entrega y del servicio que puedas brindarme, de tiempo en tiempo.
Por eso, ilumínate, paso a paso, atravesando y venciendo los obstáculos de la consciencia, no por medio de una batalla sino a través del amor que puedas profesar y vivir en tu corazón. Porque sin amor es como estar sin dirección ni guía.
Permite que el amor te impulse y sea capaz de llevar adelante las Obras de tu Redentor. Así iluminarás tu consciencia y podrás asumir las diferentes etapas del Plan conforme a Su Voluntad y a las necesidades que se vayan presentando.
Deja que la iluminación de tu consciencia surja por medio de tu amor incondicional, permanente y bueno. De esa forma, ante tus propios obstáculos, no encontrarás barreras sino oportunidades de hacer madurar tu consciencia en el sagrado compromiso de servir a Dios y a Su Plan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
En este día, la humanidad tiene la Gracia de reconocer en sí misma la Resurrección de Mi Hijo, porque esto ayudará a revertir muchas situaciones en el planeta que afectan el despertar de la consciencia.
Por esa razón, hijos Míos, celebrar la Resurrección de Cristo es afirmar en la Tierra la evidencia y la existencia del Amor por encima de todo.
Queridos hijos, hoy los invito a estar en Presencia de Jesús Resucitado, para que más esencias tengan la Gracia de ser liberadas y puedan reencontrar el camino hacia el Padre Celestial.
En este día, una expiación es concedida a todas las almas que profesan su fe en Cristo.
Hagan votos de seguir los pasos del Redentor, para que todo sea redimido y transformado por el Amor de Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Acompaña con tu corazón el despertar de los Nuevos Cristos, que nacen del sacrificio, del martirio, de la entrega y, sobre todo, del amor.
Los Nuevos Cristos nacen del silencio, de la renuncia, de la castidad, de la vigilia y, sobretodo, de la unidad con el Padre.
Los Nuevos Cristos nacen del vacío, de la fe, del desierto y, sobretodo, de la incondicionalidad ante Dios.
Los Nuevos Cristos nacen delante de los Ojos del Creador y casi siempre serán conocidos solo por Él.
Entra, hijo, en diálogo con Dios, para que Él haga de ti parte de Su legado de Amor, una continuidad del Plan de Su Hijo, semilla de los méritos de Su Pasión, fruto de Su Sangre y de Su entrega.
Aspira a ser, tú también, un Cristo del Nuevo Tiempo, aquel que renueva el Amor del Padre y del Hijo colmado por el Espíritu Santo y que reconstruye, así, la unidad entre el Creador y Sus criaturas, dando a Dios la posibilidad de renovar Su Creación.
Tienes Mi Bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dios reconoce el esfuerzo verdadero de Sus hijos, y por medio de esos esfuerzos Él concede la paz y la reparación de todas las faltas que Sus propios hijos pudieran haber cometido.
En ese esfuerzo se encuentra el impulso de la trasformación y del cambio.
En ese esfuerzo se encuentra la trascendencia y el espíritu de la ascensión.
Fija tu mirada en el sentido oculto del esfuerzo y de él retirarás los frutos espirituales para tu transformación.
Pero existe algo esencial que mueve a la realización de ese esfuerzo y que se llama amor.
Si en el esfuerzo no hubiera amor sería un esfuerzo vacío, sería solo un esfuerzo material y no espiritual.
Permite entonces que tu memoria registre la importancia de hacer todo por amor, por compasión y por Misericordia. Así ahorrarás tiempo y espacio. Tu energía no se vaciará porque el esfuerzo siempre estará lleno de determinación y de ímpetu por servirme en todo momento.
Piensa en lo que te digo y Me darás la razón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Treinta y tres son las constelaciones principales de este Universo que llevan adelante la vida evolutiva, lugares de los cuales muchos provienen y que han venido con un motivo especial a la Tierra, para formar parte de esta escuela de redención y de perdón que Mi Hijo les viene ofreciendo desde el principio.
Nadie podrá entrar al Reino de Dios sin antes pasar por esta escuela.
Es necesario que el Universo se vuelva a recrear en base a sentimientos de paz, de amor y de caridad, en base a experiencias de redención y de perdón; de un sentimiento capaz de ir más allá de todo, así como lo hizo Mi Hijo hasta el último momento en lo alto de la Cruz.
Pero Él reunió en aquel tiempo a todos los que necesitaban de redención y de perdón, no sólo los que estaban presentes durante el acontecimiento de la Pasión de Mi Hijo recibieron esa gran oportunidad universal, sino también todas las constelaciones que forman parte de este sistema de vida, del cual la Tierra también forma parte desde hace mucho tiempo.
Pero para que esta humanidad alcance un nuevo estado de consciencia, será necesario vivir la escuela de la redención y del perdón colocando a los pies del Creador todos los acontecimientos, todas las experiencias y todos los hechos que modificaron Su divino Plan de Amor.
Por eso, hijos Míos, hoy les digo a todas las criaturas de la Tierra que estamos ya en el tiempo de vivir esa redención, para poder definitivamente trascender el sufrimiento y las secuelas que el dolor deja en la vida de los seres humanos.
Ya no es necesario aprender más de los errores, es necesario aprender del amor, de un amor incondicional y vivo que es capaz de dar la vida por el otro, así como Mi Hijo la dio por cada uno de ustedes.
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo en la Tierra y vivió Su Pasión, se abrió la puerta de la gran oportunidad para la humanidad y aún esa puerta está abierta a pesar de los errores presentes, es la puerta que Nosotros cruzamos cada vez que venimos del Universo a la Tierra para anunciar la Palabra de Dios, para entregar las gracias a Mis hijos y para dar nuevas oportunidades a todos los que las despreciaron por alguna razón.
Todos, absolutamente todos, están ante esa puerta de redención. Esto va más allá de la religión, de la sociedad, de los pueblos o de las naciones. Va más allá de los errores que hayan cometido en el Universo porque esa puerta está abierta por el Amor de Dios, por el Amor que Él tiene por cada uno de Sus hijos, a pesar del desprecio que Él recibe en este tiempo.
Eso también es obra de la divina e insondable Misericordia, a fin de que todas las criaturas que vinieron del Universo, y que hoy están presentes en esta humanidad, no pierdan esa oportunidad de redimirse y de amar incondicionalmente así como Jesús los amó.
Ante la revelación de estos tiempos es importante tener consciencia de lo que estamos viviendo, hijos Míos, porque esa oportunidad que hoy ustedes reciben, también la pueden recibir sus hermanos del mundo entero, buscando de una manera precisa y objetiva que las almas puedan despertar a lo que vinieron a realizar a la Tierra y puedan hacer parte de sí el Plan Divino de nuestro amado Padre Creador.
El Universo no sólo gira en torno a este mundo. El Universo es algo más que el Universo en sí. Él es más amplio de lo que parece, más vasto de lo que tiene, más infinito de lo que posee.
El Universo aún está por mostrarse a la humanidad. Sólo en los últimos tiempos, el Universo se mostró a través de la Jerarquía espiritual, con el fin de buscar el despertar de la humanidad, con el fin de entregar la advertencia de estar desviándose del Propósito de Dios, yendo por el camino de la autodestrucción.
Por eso la intervención divina se da de tiempo en tiempo, así como la intervención de la Jerarquía espiritual en diferentes regiones del planeta, con diferentes culturas y con distintos impulsos de luz que llegan de la Fuente de la Creación para traer consciencia al hombre de superficie.
Es así que hoy el mundo entero, en este día 13 de marzo de 2019, está ante la presencia de su origen, de la oportunidad de recapacitar espiritualmente y de enmendar todos los hechos por más que ellos sean desconocidos y lejanos.
Hoy los primeros velos de la consciencia caen de sus rostros para que puedan ver la realidad que deberá ser redimida y perdonada, porque esa realidad ya no estará en la Nueva Tierra, no estará en el sentimiento ni en la consciencia de la Nueva Humanidad. Todo, absolutamente todo, será transformado especialmente en este tiempo de transición y de caos.
La ampliación y la profundización del amor en la consciencia del ser humano, será la gran llave del fin de estos tiempos que podrá remediar el caos que existe en las naciones, traer paz donde ya no existe y fraternidad donde hoy no se vive.
Esa llave del amor que está en sus manos y especialmente en sus corazones, será la puerta que Cristo utilizará para retornar a la Tierra.
No será una alegoría, será una realidad viva que llegará de la noche a la mañana.
Por eso, es el tiempo de que el mundo entero resuelva sus deudas, perdone sus conflictos y trascienda los errores por la ayuda de la intervención divina que en este día el Universo les da.
Cada nueva consagración de Hijos de María es la oportunidad de ampliar ese conocimiento divino y de aproximar esta revelación a la consciencia humana, de lo que existe en el Universo, así como de lo que existe dentro del universo interior de cada ser.
Este es el momento en donde se puede profundizar el conocimiento, en donde las almas se pueden volver más conscientes de todo lo que hicieron para poder enmendarlo y perdonarlo, para poder vivir finalmente el propósito que los trajo aquí.
Por eso hoy la consagración de Hijos de María será especial para Mí, porque va más allá de su persona, va más allá de sus espíritus, llega muy cerca del Propósito Divino, del motivo principal y primordial que esta consagración generará en la humanidad y no solo en un grupo de personas.
Con esa expansión de consciencia es que hoy los llamo aquí para que vengan a consagrarse, porque estarán haciendo votos no solo con sus mundos internos, con el propósito que los trajo aquí, sino también estarán haciendo un voto con la humanidad, sabiendo que la humanidad finalmente deberá aprender a vivir la Voluntad de Dios, que ya no será necesario pasar por tantos errores y sufrimientos para poder aprender algo.
Hoy es la escuela del Amor que Yo les ofrezco a los Hijos de María, especialmente a los que hoy se consagran y colocan a Mis pies la oferta de su corazón y de su vida para alcanzar algún día la Voluntad de Dios.
Que hoy la llama espiritual de sus corazones esté encendida para que la sabiduría esté presente en la Tierra, más allá de los acontecimientos o de las pruebas, para que siempre la Sabiduría de Dios, como una llama viva, los lleve al Amor de Dios y a la experiencia del perdón, que deberá ser vivida en este tiempo con profunda sinceridad y verdad.
Escuchando el himno de su consagración, hoy volvemos a renovar los votos ante el Padre Celestial en el camino de la persistencia y de la fe, de la constancia, de la caridad y del bien por encima de todo mal o de toda prueba, de toda dificultad o de toda enfermedad, confiando plenamente en la Presencia de la Divina Gracia, en el Universo de la Misericordia de Dios, que en esta noche los congrega en la Presencia del Divino Espíritu para consagrarlos y bendecirlos, en el nombre del Amor.
Que estas flores que fueron colocadas hoy a Mis pies, no sólo sean recibidas por los que hoy se consagrarán, sino por todos los que están aquí, que Me acompañaron aquí, hasta Aurora, para apoyar a su Madre Celeste en este impulso de la nueva revelación que el Universo de Dios les está entregando para que se pueda vivir el perdón y la redención.
Que estas flores que hoy dejaron a Mis pies les recuerde el retorno a sus orígenes, a su esencia interior, a su pureza original, a su verdad, la verdad que Dios les colocó desde el principio como esencias, como almas, como espíritus.
Que estas flores, estas rosas, les recuerden siempre la Verdad de Dios, y especialmente la infinidad de Su Amor y de Su Sabiduría, presente y viva en toda la Creación.
Que sus vidas, hijos Míos, algún día se conviertan en una flor, para que la Luz del Cristo, del Cristo vivo, se irradie a la Tierra, Amén.
Yo los bendigo, los consagro y los despierto a la verdad universal, a la verdad del amor, a la verdad de la sabiduría y de la cura que todos los seres pueden vivir para alcanzar la felicidad celestial de estar en Dios y con Dios para siempre.
Yo los bendigo, con la autoridad que Mi Hijo Me concedió y por los méritos de Su preciosísima y divina Pasión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pueden cantar.
Les agradezco
Me alegra visitar la casa de Mis servidores porque en ella no solo encuentro reposo, sino también la fe viva en los corazones que, día a día, se esfuerzan por estar Conmigo en cada momento.
Me alegra visitar la casa de Mis servidores porque de tiempo en tiempo veo los frutos del amor en ellos, un amor que crece y madura por toda la Obra de Mi Amor.
Me alegra visitar la casa de Mis servidores porque la Jerarquía, en un lugar tan simple, encuentra el respiro que necesita para poder continuar adelante.
Me alegra visitar la casa de Mis servidores y amigos porque con ellos puedo compartir los frutos de la redención y de la cura que se muestran en el espíritu.
Me alegra visitar la casa de Mis servidores porque en esa morada puedo entrar, cuantas veces necesite, para sembrar y compartir la paz y la alegría de estar viviendo en el Reino de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
El camino directo para madurar y crecer en los grados de amor es ofrecerse completamente, en donación y en entrega por alguien o por algo que esté absolutamente equivocado.
Es así que, cuando se coloca el amor por encima de todo error o de toda purificación, el alma miserable o deudora del semejante se ve beneficiada, en algún plano de consciencia, aunque los hechos o las decisiones sean otras.
En este sentido, el acto de vivir y de alcanzar grandes pasos en los grados de amor está basado en la generosidad, en la entrega, en la donación incondicional y, sobre todo, en el amor que se puede expresar por medio de actos de perdón y de Misericordia.
En este tiempo, y delante del ciclo agudo de la purificación, solo el amor será capaz de cerrar grandes puertas inciertas, de liberar a las consciencias de sus errores y, por encima de todo, será capaz de establecer la paz.
En el amor está la llave maestra para abrir los espacios a los nuevos ciclos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No existe preocupación más grande que Mi Amor, porque Mi Amor disuelve en luz toda preocupación. Nada opuesto al amor puede ser más grande.
Por eso, cuando hay preocupación es algo comprensible, es el punto de fricción que las almas encuentran cuando tienen que dar un gran paso por algo desconocido y mayor a sus pequeñas posibilidades.
La preocupación coloca a la consciencia en una tensión constante.
La preocupación se disuelve, también, a través de la confianza que el alma puede expresar por la Voluntad Mayor.
Hoy las almas se preocupan demasiado porque pierden el hilo conductor que las trajo hasta aquí, hasta esta vida, para cumplir el Propósito.
Pero también la preocupación sucede cuando el alma le teme al resultado de su destino o al destino del semejante.
Todos esos sentimientos, que son alimentados por la consciencia inferior de la humanidad, son vencidos a través de un amor confiante, de una fe capaz de ir más allá de toda dificultad y de todo obstáculo.
Yo, como Hombre y Consciencia encarnada, atravesé la preocupación y el miedo de enfrentar la Pasión. Pero la fe en Dios y la confianza en Mi Padre Me llevaron a darlo todo y a sostenerme en un propósito inquebrantable.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Siempre los esperaré, día y noche, hasta que finalmente puedan llegar a Mí para vivir el encuentro interno con Mi Espíritu hasta el retorno de su Señor. Llegaré a ustedes a través de la Comunión, de la oración, de la confesión y del Amor vivo de Mi Corazón.
Quiero estar presente todo el tiempo cerca de ustedes para que sigan conociendo, en esta hora, el momento que vive su Maestro y Señor por la humanidad. Quiero tenerlos cerca para que Me acompañen en este ciclo, ya que hay mucho por hacer y obrar en este sufrido planeta. Aún es necesario expandir y llevar Mi Amor al mundo para que las almas se arrepientan de verdad y sus vidas cambien para siempre.
Por eso, les traigo el sostén para sus consciencias a través de los Sagrados Sacramentos. Les traigo la oportunidad de cargar Conmigo, la pesada cruz espiritual de la humanidad porque juntos, deberemos triunfar en el amor y por el amor vivir eternamente.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A través de Mi Aparición diaria le traigo al mundo y a las almas el caudal potentísimo de la Misericordia de Dios, para que este ingrese en todos los espíritus que, día a día, necesitan de expiación y de amor para que algún día puedan vivir la redención.
Por medio de Mi Presencia, y a través de la Misericordia de Dios, derramo los códigos de la cura y de la reparación, a fin de que las almas se liberen de la cadena viciosa de los errores y la humanidad pueda despertar a la realidad y a la necesidad de estos tiempos.
Por esa razón, la Misericordia no solo trae expiación para las almas, sino también consciencia para que aprendan a tomar decisiones correctas para dejar las decisiones precipitadas.
La Misericordia que viene del Cielo también absuelve a las almas y, así, ciclos de oportunidades y de gracias llegan para los que profesan su fe, día a día, sin importar los errores que vivan.
La Misericordia concede la paz necesaria para poder transformar lo que necesita ser transformado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando se sirve a Dios a través de las misiones humanitarias, los que sirven y los que son ayudados permiten ampliar el descenso del caudal de la Divina Misericordia y, dentro de una situación social o humanitaria, el servicio hecho de corazón trasciende las fronteras materiales e intelectuales, ya que el mismo se realiza por el bien común y para el beneficio del equilibrio y de la armonía de todos.
En este tiempo, toda forma de servicio a la humanidad, por más pequeña que parezca, favorece la actuación de Leyes espirituales que a través del servicio de amor contrarrestan futuros desastres y desajustes en las naciones del mundo.
Es así que el servicio por la humanidad, que en verdad es la más necesitada, crea nuevas condiciones para que la energía de la Divina Misericordia pueda intervenir en beneficio de todos.
El servicio humanitario purifica a la consciencia que se ofrece a ayudar a los demás. También ese servicio, hecho por amor a Dios, despierta en la consciencia el sentido de la madurez y de la responsabilidad propia ante escenarios de caos.
Por esa razón, el servicio construye el espíritu de la solidaridad y de la paz con el semejante.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los Misioneros Humanitarios
Siempre Me agrada retornar a la casa de Mis buenos amigos, porque ellos, a pesar de lo que suceda, nunca pierden su lugar predilecto en Mi Corazón.
Como en el pasado, hoy visito a Mis viejos amigos, amigos de camino, amigos y compañeros en el servicio, en la caridad y en la fidelidad que se debe alcanzar por medio de la fe y de la persistencia.
Cuando visitaba a las familias, en los tiempos pasados, en esos lugares era en donde Me sentía mejor, en la casa de Mis amigos, en los hogares de Mis apóstoles, porque con ellos podía compartir lo más profundo que sentía Mi Corazón.
En la casa de Mis amigos Mi Corazón desbordaba un inmenso e inconmensurable amor que era capaz de liberar y de redimir todas las cosas.
En la casa de Mis amigos Yo compartía Mi Paz y la paz siempre les dejaba para que siempre Me recordasen, porque, como les dije una vez, no podía quedarme más tiempo en la Tierra, ya que regresaría a la Casa de Mi Padre.
Por eso, hoy retorno y visito una de las casas de Mis viejos y conocidos amigos para que sientan Mi Corazón y el ardor de la devoción de Mi Alma por los que desde el principio caminaron Conmigo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los colma,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo:
Deja que la oración sea como una flor que se abre sobre tu corazón y permite que los aromas sutiles que ella emana inunden tu espíritu y todo tu ser.
Deja que la propia luz de la flor de la oración sublime los espacios más recónditos de tu consciencia. Confía en el poder del verbo y en la amplitud de su energía creadora.
Deja que la flor de la oración trabaje en ti, según su tiempo y no según tus expectativas.
La flor de la oración te muestra la belleza interior escondida, más allá de una purificación tardía o de una prueba demorada.
Deja que la flor de la oración, sobre tu corazón, encienda de amor tu alma y ella retome el sentido del propósito todos los momentos que sea necesario.
Deja que la flor de la oración realice el milagro del amor y de la redención en tu vida. Siente la paz que irradian las bellas flores y la devoción que ellas expresan en toda la Creación.
Porque, algún día, tu alma podrá ser como una flor que, habiendo nacido, crecido y madurado en los pétalos del amor, del perdón y de la redención, expresará lo que Dios tanto esperó de tu esencia.
Confía y sigue convirtiendo tu vida en una flor en adoración y en devoción a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Nunca te canses de fijar tu consciencia en Dios, más allá de todo lo que suceda dentro de ti o a tu alrededor.
Esa actitud espiritual permitirá que las Leyes superiores vengan en auxilio de tu consciencia y que cualquier situación, espiritual o interior, sea resuelta.
Confía absolutamente en el propósito inmaterial que Dios creó para tu existencia y con base en esa verdad lleva adelante esta vida colmada de desafíos y de pruebas.
Pero nunca te desanimes ni tampoco te duermas. Haz valer cada momento como si fuera el último; haz que cada etapa de la vida tenga como resultado un aprendizaje de amor y de perdón.
Dios no busca las cosas perfectas dentro de ti, porque Él ya lo sabe todo, Él ya conoce todo lo que tú desconoces dentro de ti.
Por eso, el Padre Celestial espera el momento justo para pedirle a Sus hijos nuevos pasos. Pero esos pasos serán dados y entregados en la medida que amen el desapego en sus vidas.
Porque, en verdad, pocos serán los que le entregarán todo al Señor para la constitución de Su Propósito y para la realización divina de Su Voluntad.
Por eso, como Madre, sé lo que significa despojarse de uno mismo y cuánto eso ocasiona dolores, retrasos y estancamientos. Pero la luz del espíritu de la fe prevalecerá. Ten calma y confía, no existe obstáculo o barrera de la consciencia que no pueda ser superado.
No dejes de remar hasta poder encontrar el puerto seguro del Corazón del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que su fe sea fervorosa para que en estos tiempos definitivos la fe sea el bálsamo perfecto que fortalezca sus almas y corazones.
Estando en la fe estarán en el amor y tendrán la consciencia necesaria para poder comprender y vivir los últimos acontecimientos de la humanidad.
Que su fe sea inviolable e inalterable; que sea una fe capaz de trascender los miedos y todos los apegos.
Que en ustedes, por medio de la oración y del servicio, despierte una fe madura capaz de soportar los tiempos y de trascender los límites mentales de la consciencia.
Que la fe los conduzca al amor para que en el amor vivan el perdón, tan necesario para con ustedes mismos y para con todos los que los rodean.
Que en este tiempo final la fe fortalezca su confianza en Dios, en el camino de la búsqueda incesante de la vida del espíritu.
Que en la fe se establezca la paz interior, sabiendo que es tiempo de cumplir la misión que el Padre y el Universo le encomendó a cada ser.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El tiempo de la purificación de cada alma, de cada consciencia, remite al momento de poder librarse conscientemente de muchas experiencias espirituales pasadas, las que comprometieron el caminar y la evolución en los grados de amor.
Por esa razón, desprenderse de esa historia anterior significa abrirse sin miedo y dejar atrás cualquier resistencia que pueda interferir.
Este es el tiempo de hacer una síntesis de la vida para poder cerrar muchas puertas internas que solo los conducen hacia estados de consciencia de sufrimiento y de dolor.
El tiempo de la purificación permite poder pasar hacia una nueva etapa, la que colocará a cada consciencia en otro escalón del despertar y de la redención.
El momento de conocer la realidad de cada uno es como enfrentarse a algo que no tendría solución. Pero por medio de la Gracia y de la Misericordia las consciencias pueden curar el pasado, animándose a dar más pasos en el amor y en la compasión.
Siguiendo los pasos de la Jerarquía, las almas alcanzarán la paz al saber que ya están en otra escuela.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
Nunca dejes de ser la Luz de Cristo en estos tiempos. Que esa luz, en abundancia, colme a los corazones.
Sigue siendo esa Luz de Cristo que disipa las tinieblas y rescata con amor a los corazones.
Sé la Luz de Cristo en estos tiempos críticos. Que esa luz interior e inextinguible pueda llegar a todos los que la necesitan.
Sé la Luz de Cristo en cada acto, así como en cada prueba. No te atormentes ni te aflijas por nada.
Sigue siendo la Luz de Cristo, esa luz que tiene que triunfar y traer paz al mundo.
En todo busca la humildad para que la Luz de Cristo también pueda penetrar en los espacios profundos de la consciencia.
Sé esa Luz de Cristo que todo abarca, que a todo recibe y que todo comprende.
Sé esa luz interior que trasciende las formas y todos los sentidos.
Busca ser la Luz de Cristo en el amor y en el bien. Deja que esa luz traspase los límites y las fronteras de la consciencia.
Sé esa luz que porta la Paz y la Misericordia de Dios. Deja que la Luz de Cristo triunfe todos los días para que en la Tierra, finalmente, se manifieste el Reino de Dios y este se realice en cada redimido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la Madre de la Piedad infinita, recibo a todos Mis hijos en Mi Materno Corazón, sin importar su condición y su estado interior.
Soy la Madre de la Piedad infinita, la que contempla con ojos de misericordia a las criaturas de Dios y las colma con Su Luz y Su Fe.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la que comprende más allá de todo motivo. Soy la Madre que acoge las dificultades de Sus hijos. Soy la Madre que ayuda silenciosamente a resolver lo que parece imposible.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la que escucha el corazón dolido, el alma herida y el espíritu sufrido. Soy la Madre que guía y que muestra una solución. Soy la Madre que aconseja y que sostiene los casos más difíciles.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la Madre que auxilia a Sus hijos más perdidos. Soy la Madre que protege el camino de los que se entregaron a Cristo.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la Madre que los quiere llevar a la paz y al bien. Soy quien ama a cada hijo de Dios, así como es y sin preferencias. Soy la Madre que todo lo considera.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más