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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como un ardiente Sol descenderé del universo para iluminar los abismos más profundos del planeta y para retirar de ellos a cuantas almas están sumergidas en esos abismos.
Esa es Mi verdadera misión de volver a la Tierra, no solo para reerguir a la familia espiritual de Dios, a todas las tribus y etnias, sino también para rescatar a los que fueron condenados a la perdición espiritual.
Hasta allí actuará Mi Divina e Insondable Misericordia, antes de que descienda el decreto de la Justicia Divina, que reorganizará a la humanidad y al planeta, para que así se pueda reintegrar el Proyecto de Dios.
Por eso, a través de los tiempos y en estos últimos años, vengo construyendo este momento por medio de ustedes y de sus hermanos; porque, así como les dije ayer, sus vidas deben ser un pilar para Mi Obra, la Obra de la redención del final de los tiempos, y los principios y valores que Dios le enseño a Su sagrado pueblo de Israel deberán estar latentes en sus consciencias y espíritus, porque los necesitarán para atravesar este momento final, que muchos no saben cómo hacerlo por no vivir la vida del espíritu, por estar alejados del Amor Mayor que proviene del universo y de la vida cósmica.
Cada vez que Yo desciendo al mundo, vuelvo a traerles, una y otra vez, ese Amor Mayor que siempre colmará sus espíritus y consciencias; es ese Amor Mayor que los impulsará a dar los pasos y a no retroceder; es lo que los ayudará a definir sus próximos caminos, porque debe haber Cristos en la superficie de la Tierra y esto ya no solo puede ser un mensaje o una aspiración.
Es tiempo de que los Cristos del Nuevo Tiempo sean una realidad, una concreción, una expresión de la Jerarquía. Por esa razón, todos se están purificando, cada uno en lo que precisa y necesita en este momento. Nada está fuera de la Ley.
Aprovechen cada momento como un impulso de ascensión y de trascendencia, como una actitud de absoluto desprendimiento y desapego; para que, en sus consciencias, siendo odres nuevos, Yo coloque vino nuevo, Yo deposite las Voluntades de Dios y Sus más ardientes aspiraciones.
Ahora, este es el tiempo de hacer una síntesis, después de haber caminado tanto hasta este presente, en el que tienen la Gracia de reunirse Conmigo, cara a cara, y de recibir a Mi Divinidad y a Mi Espíritu, al Espíritu de Cristo, que fue Quien se entregó por ustedes en la Cruz, así como se entregó por toda la humanidad, aun sabiendo, compañeros, que muchos en el final de los tiempos no Me corresponderían y no valorarían Mi sacrificio.
Pero el Amor es capaz de mucho más, es capaz de llegar muy lejos cuando se vive un amor desinteresado, abnegado e incondicional. Esto no los retiene en las cosas superficiales ni en ninguna expectativa, no quedan atrapados en ningún resultado o respuesta.
Porque un Cristo del Nuevo Tiempo tiene claro, en su consciencia, que sirve a Dios y a nadie más, y que todo lo que hace, todo lo que vive y todo lo que practica debe estar bajo esa Ley del Amor Mayor, que lo renueva y lo transfigura de tiempo en tiempo, cuantas veces sea necesario.
Esto no lo deja en el pasado, no lo deja sumergido en la tristeza ni en el sufrimiento, al contrario, un Cristo del Nuevo Tiempo tiene claros su misión y el propósito que debe cumplir en su encarnación, de una forma semejante a como su Maestro y Señor cumplió el Propósito de Su encarnación en la Tierra, cuando Yo estuve entre ustedes y entre sus hermanos.
Así, compañeros, la vida no es solo material, no es solo concreta, no es una vida de constantes problemas y sufrimientos, porque los Cristos del Nuevo Tiempo no solo caminan a través del impulso de la ascensión y de la unión con el Plan Divino, sino que también ayudan a sus semejantes y hermanos para que alcancen la misma meta, sin interferir en la decisión del otro.
La escuela de los Cristos del Nuevo Tiempo ya se estará presentando en los planos internos. ¿Quiénes serán los que se postularán a vivirla, a practicarla y a asumirla?
No es una escuela de emociones ni de intelectos, es una escuela madura de amor al sacrificio y a la sagrada renuncia, de la que muchos quieren escapar porque piensan que pierden el control y su autonomía.
Pero Dios no los quiere colocar en una aflicción, no sería el Padre Eterno ni tampoco sería Su Amadísimo Hijo; al contrario, compañeros, la puerta de Mi Corazón está abierta para mostrarles el camino, que en este último ciclo son invitados y llamados a recorrer por un solo fin, por el triunfo del Amor Redentor en el planeta, en todas las almas posibles y en todos los corazones posibles que necesitan de rescate y de redención.
Aunque no lo crean, Mis amigos, ya tienen la base para vivir esa escuela. Ya tienen las experiencias del pasado y de otros momentos cuando formaron las primeras comunidades cristianas que, a pesar de la adversidad y del peligro, sostuvieron la fe en la Presencia Crística y en el Amor Crístico; y esto hizo surgir, a través de los tiempos y de las experiencias, los frutos de la redención y de la fe de las almas, por su amor a Cristo, el Mesías.
Entonces, compañeros, en la consciencia de sus mundos internos ya está el impulso. Únanse a ese impulso y pidan a Dios la Gracia de poder ser consecuentes para responder a la experiencia de esta escuela de los Nuevos Cristos, porque es un estado interior y no protagónico, porque es un estado de silencio que habla por sí solo a través de los ejemplos y de las buenas actitudes, de las actitudes fraternas y misericordiosas.
Ya era hora de que llegara este momento, de que los Nuevos Cristos del último tiempo se presentaran y fueran una realidad. Si esto sucede, conforme el Plan Divino lo determina, muchos errores en el mundo se justificarán y se enmendarán los graves ultrajes de la humanidad de estos tiempos, para que se les conceda un tiempo más de Misericordia al mundo entero y a todas las almas que más lo necesitan en este momento, para que la puerta de Mi Misericordia no se cierre en esta última hora, sino que todos los que quedaron atrás, puedan cruzar esta puerta de la Misericordia y así tengan la Gracia de recibir la redención como ustedes la recibieron.
Hoy, pido una vez más que Aurora, como un Reino de Amor y de Luz, haga emerger esta Gracia de que Mis últimos apóstoles y compañeros sean consecuentes con la escuela de los Nuevos Cristos.
El mundo necesita de mucha ayuda, las almas se desesperan por no encontrar la paz. Ahora, ustedes que pueden ser un espejo de Mi Amor vayan y sirvan, díganle al mundo que Yo estoy retornando y que Mi hora se acerca, así como se acercó la hora del Señor en el Huerto Getsemaní.
Porque necesito, compañeros, que hoy más que nunca puedan beber del Cáliz que les ofrezco, aunque desconozcan su contenido o aun su propósito; que puedan beber, así como su Maestro bebió del Cáliz en el Huerto Getsemaní. Así, estarán más cerca de Mí y Yo estaré más cerca de ustedes y de sus hermanos.
Hoy, cierro la misión espiritual de la Jerarquía en el Uruguay, pidiéndole al Padre Su bendición para este país y para todo su pueblo, para que no sea estigmatizado por ninguna idea que no sea de la Luz, sino para que sea bendecido por el amor, la caridad y la Misericordia que debe despertar en los corazones sedientos.
Así, elevo Mi oferta a Dios, como sus corazones se elevan hacia Mí, para que seamos testigos de la Divina e Insondable Misericordia, para que los últimos alcancen su meta espiritual y su redención.
Les agradezco a todos los presentes por estos días compartidos y por estar en este Sagrado Lugar de los Ombúes, para que las raíces de la dignidad humana se fortalezcan en ustedes, para que los valores de la familia y de la vida universal florezcan y se eleven en ofrenda a Dios.
Les agradezco y les vuelvo a dar Mi Paz, para que no se olviden que deben ser paz en el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengan a Mi Océano de Misericordia y en fe caminen sobre las aguas, así como Yo le dije a Pedro. Antes de que su fe se debilitara, él caminó sobre las aguas, sin percibirlo.
Esto es lo que hoy los invito a hacer nuevamente. Necesito que el mundo camine hacia lo desconocido, para aprender a superar los miedos de todo aquello que no puede controlar o retener.
Yo vengo a enseñarles el camino, porque Yo Soy el Camino. Yo ya estuve con ustedes en Tierra Santa y ustedes estuvieron Conmigo, más cerca de lo que se pueden imaginar.
¿Cuántas veces tocaron Mi túnica? ¿Cuántas veces, en Tierra Santa, rogaron por Mi bendición? ¿En cuántas oportunidades escucharon Mi Voz, predicando y enseñando el Evangelio? ¿Cuántos de ustedes siguieron los pasos de la Cruz del Señor, hasta lo alto del Monte Calvario?
Recuerden todo lo que una vez vivieron Conmigo y tengan fe, porque Cielo y Tierra pasarán, mas Mis Palabras permanecerán en los corazones que creen en Mí.
Y hoy, estoy aquí, sobre los mares de Uruguay, porque vengo a cumplir con Mi promesa, el Señor está retornando y con Él retornarán todas las estrellas, todos los soles y todo el firmamento.
Felices serán los que caminen Conmigo hasta el final, superando sus propios miedos, transcendiendo sus propios obstáculos, confiando plenamente en el Amor de Mi Corazón.
He aquí el Corazón Vivo del Maestro, que palpita de Amor por las almas; es un Corazón sediento de los que están perdidos y agonizando. Pero, Mi Misericordia y el Océano de Mi Amor son más grandes que todo este océano.
Yo nací por ustedes, Yo viví por ustedes y por ustedes morí en la Cruz, por ustedes resucité al tercer día y por ustedes ascendí a los Cielos para poder retornar en algún momento al mundo.
En sus almas está escrita la historia que nos une, que nos hace reencontrar una y otra vez, a través de los tiempos. Yo estoy al lado de los que caminan en Mi Camino y Mi Mano se extiende para bendecirlos con el Amor de Mi Padre.
Hoy, vengo con un Mensaje de gratitud para todos los uruguayos; para los que trabajan, día a día, preparando Mi Retorno; para los que esperan encontrarme, cara a cara, como Santa María Magdalena Me encontró en el huerto del Sepulcro.
Hoy, los llamo por su nombre, así como llamé a María Magdalena, para decirles que aquí estoy.
Mi Presencia es inmutable. Mi Amor es inextinguible. Mi Consciencia no cambia, sino evoluciona. Así como ustedes pueden evolucionar, dando los pasos que son necesarios en estos tiempos, ante un mundo herido y ultrajado por el conflicto y la guerra, por la crueldad y la maldad.
Pero, Yo vengo a traerles, a ustedes y a sus hermanos, toda la esperanza que hay en el Reino de los Cielos y toda la alegría de servir a Dios incansablemente, haciendo lo mejor hasta el fin.
A través de este momento, Yo vengo a estar con ustedes para que Me puedan sentir y reconocer como su Maestro, como Aquel a Quien le fueron lavados los Pies con las lágrimas de las santas mujeres, como Aquel que fue ungido por el aceite santo de las santas mujeres.
Mi sostén estaba en ellas y el sostén de las santas mujeres estaba en Mí, y así se manifestaba la Fraternidad Blanca. Hoy, ustedes forman parte de esa misma Fraternidad, porque ya nos conocemos y nos sabemos. Por eso, no se detengan en lo que es material y concreto ni tampoco en lo que es mental.
Dejen y permitan que sus corazones crezcan en el amor, en la bondad y en la misericordia. Que sus vidas sean Mi gesto de Amor para el mundo, a pesar de las ofensas, a pesar de los agravios y a pesar de las indiferencias que puedan vivir.
Hagan todo en nombre de Mi Amor, para que el Amor reine en el mundo y en la humanidad; para que el Amor retorne a los corazones que lo están perdiendo por el sufrimiento, el vacío, la angustia y la desesperación.
Que sus vidas sean Mi ejemplo en el mundo, el ejemplo de la Presencia incansable del Señor, que no se detiene, que no descansa; porque el Pastor trabaja por Sus rebaños para que todos alcancen la meta espiritual que está escrita en la esencia profunda de cada ser.
Deseo que este año que comienza sea un año de mayor concordia, esperanza y paz. Que se puedan reconocer, los unos a los otros, como hermanos de un mismo camino y de un mismo Padre que está en los Cielos; porque Yo Soy el Señor de Israel y vengo a recordarle el Llamado de Dios al mundo entero.
Detengan el caos, detengan los conflictos, disuelvan las discordias.
Ámense, así como Yo los amo.
Vivan, así como Yo vivo, y la Verdad los liberará para siempre.
Sobre estos océanos y, más aún, en sus corazones, el Señor hoy encuentra reposo. Porque Yo quiero estar en ustedes, así como espero que ustedes quieran estar en Mí, en comunión con la vida infinita, en unión con todo el universo.
En esta Maratón, recemos, compañeros, para que sea un año de más esperanza, paz y justicia, para que el amor sustituya a la venganza, para que la paz sustituya al odio, para que el bien sustituya al mal, para que la unidad sustituya a la indiferencia, para que el perdón sustituya al error.
Oremos para que se alcance la paz en el mundo y el fin de la guerra, de todas las guerras en sus diferentes manifestaciones y formas; a fin de que las almas alcancen el alivio, la cura y la redención.
Yo los reúno en el nombre de la Gracia.
Yo les agradezco por estar aquí Conmigo, en la simplicidad y en la humildad del espíritu; porque allí está Dios, en la simplicidad y en la humildad del espíritu.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con la presencia de todos los ángeles del Cielo y el Arca de la Santa Alianza a Mis Pies; hoy, les traigo a ustedes, para los días del encuentro especial Conmigo en la Maratón de la Divina Misericordia, un portal especial y predilecto para Mí, que esperé poder abrir en este día para todas las almas del mundo y para todos los corazones, para todos los que necesitan de la Presencia del Padre Celestial a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Hoy, por esa razón, estoy aquí de forma extraordinaria, para abrir las puertas en este mes de mayo, puertas espirituales y puertas profundas, que el Señor les viene a anunciar a todos en este día; puertas que se abren para que las almas las puedan cruzar en confianza.
Esta puerta especial, que hoy les abro, es la puerta hacia Mi Retiro Espiritual, expresado a través de todos Mis pasajes y hechos en Tierra Santa, y también colmado de la experiencia y de la historia de los patriarcas y de los profetas; porque en esta ocasión especial en el mes de mayo, no solo las almas necesitarán de esos códigos crísticos en este tiempo; sino que también, a través de las almas, las naciones los necesitarán.
El Padre Celestial Me Ha enviado junto con el Arca de la Santa Alianza; porque ustedes, como ya saben, compañeros, esa Sagrada Arca guarda muchos tesoros espirituales y desconocidos por la humanidad; esta Sagrada Arca Espiritual que fue construida por el propio Moisés, venerada y adorada por el sagrado pueblo de Israel a través de todos los tiempos; esta Sagrada Arca Espiritual que guarda todas las experiencias y hechos de la vida pública de Jesús y los mayores sentimientos de Amor elevado que su Maestro y Señor tuvo por cada una de las almas.
Hoy, esa Sagrada Arca actúa como intercesora y mediadora entre las almas y todos los pecados del mundo; para que el Padre Celestial, a través de Su Ley, de Su Gobierno Espiritual y de Su Omnipresencia, le conceda en este mes de mayo una urgente y necesaria amnistía espiritual a todas las esencias del mundo; especialmente a aquellas almas que creen en Cristo, que viven Su Evangelio y que dan su vida a través del servicio incondicional por la redención de todo el género humano.
Por eso, el Arca de la Santa Alianza, hoy presente en el corazón de esta sagrada casa, dedicada incondicionalmente a la Obra de los Mensajeros Divinos, ha sido depositada espiritualmente, para que esta Sagrada Arca, que hoy les He traído a todos, irradie los códigos que el mundo necesita para encontrar su camino de redención; para encontrar su camino de retorno a la Casa del Padre, ofendido por los pecados y los ultrajes del mundo, por la indiferencia, por los conflictos y por la guerra.
El Padre Celestial Ha concedido, en este mes de mayo, que este Sagrado Terafín de Dios, concebido a través del pueblo de Israel, llegue aquí, a Sudamérica, para que las naciones de esta región del planeta reciban la asistencia que necesitan, la asistencia espiritual inmediata que ayude a desatar los nudos energéticos de este mundo que generan puntos de inflexión, espacios sin salida, en donde todas las almas que aquí viven están expuestas, debido al no cumplimiento del Gobierno Espiritual.
Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí de forma extraordinaria, junto con Mis compañeros, junto con Mis apóstoles y con Mis seguidores, con todos los que se autoconvocan a Mis Pies para reafirmar y reconocer, una y otra vez, el sacrificio del Señor, en Su más profundo silencio.
Compañeros, hoy, estoy aquí, abriendo la gran puerta para que Mi Retiro Espiritual pueda ser reconocido, en este momento, por los mundos internos; y si los mundos internos de cada uno de ustedes lo reconocen, podrán recordar, compañeros, lo que hace tanto tiempo cada uno vivió Conmigo en Tierra Santa y en otros lugares del mundo.
Es de esa forma, que vengo a despertar a los últimos apóstoles, a aquellos que verdaderamente no quieren nada para sí; los apóstoles de los últimos tiempos que se animan a cruzar el umbral hacia lo desconocido, los apóstoles de los últimos tiempos que no le temen a la transformación, a la liberación del dolor, a la cura y a la sanación de la culpa para que puedan renacer en Cristo y por Cristo.
Yo quiero traerles, a través de este Mensaje, un momento de esperanza, de júbilo y de alegría, porque para su Maestro y Señor Ha sido importante lo que He vivido con ustedes en Israel y, principalmente, lo que Yo He vivido con cada uno de los Míos, los que estuvieron presentes, cerca o lejos, en esta última Sagrada Semana.
Este momento que hemos vivido, a través de la Sagrada Semana, ha permitido que su Maestro y Señor, que el Inmaculado Corazón de Mi Madre y que Mi padre, San José Castísimo, los Tres Sagrados Corazones, vuelvan a estar presentes aquí en Brasil, y a través de Brasil en el mundo entero; para atender espiritualmente a todas las necesidades, urgencias y demandas que las almas Nos están colocando en estos tiempos, porque sabemos que esta humanidad de superficie no solo vive el gran preámbulo de su Armagedón, sino que también vive momentos desconocidos que nunca experimentó ni aprendió, y que la ayuda espiritual es necesaria para poder atravesarlos, aceptarlos y comprenderlos.
Vengo, en este día, a prepararlos para que puedan vivir de verdad la próxima Maratón de la Divina Misericordia y para que, como Mis guerreros orantes y Mis apóstoles, ya puedan estar enteros a Mis Pies, a los pies de Mi Iglesia Espiritual y Celestial; para que el pequeño e insignificante ofrecimiento de cada uno justifique todos los errores del mundo, especialmente los que viven los niños y los jóvenes de estos tiempos. Y así, su Maestro y Señor, pueda liberar a muchos corazones, asediados por la creación del suicidio, por la falta de amor, de la verdad, de la esperanza y del renacimiento interior.
Yo vengo a pedirle a Mis compañeros un paso más en la consciencia; ya que es el momento de dar un paso hacia la madurez, hacia lo que verdaderamente representa y significa el Plan y su cumplimiento en el fin de estos tiempos, a través de todas las almas que se autoconvocan para estar ante el Señor y vivir el final de los tiempos con valentía y coraje; viendo, a través de cada experiencia y de cada prueba, una oportunidad de crecimiento interior y no de culpa, una oportunidad de expansión de la consciencia y no un vínculo con lo superficial.
Deben aprender a leer en los acontecimientos, así como lee la Jerarquía. Yo los animo, en este mes de mayo, en el que Nuestros Sagrados Corazones traerán todas las Gracias necesarias para las almas, a que no desaprovechen esta oportunidad, a que sean conscientes en cada momento y en cada minuto de que la Fuente de las Gracias, del Corazón de María, de San José y de Cristo, estará abierta para que ustedes vengan a beber y quitar la sed en este desierto de superficie.
Que esta próxima Maratón sea la oportunidad de la confirmación de cada uno de ustedes, aquella definición que Yo les pedí en Israel, porque aún su Señor espera llevar adelante Sus últimos Planes en las almas y en el mundo, en las naciones y en lugares lejanos del planeta.
Pero para eso, compañeros, es muy necesario un sustento espiritual, sólido, firme y construido en base al amor, a la unidad y a la armonía; porque todo esto establecerá una paz desconocida, una paz que muchas almas en estos tiempos buscan y no encuentran.
Quiero decirles, en claras Palabras, que Nuestros Sagrados Corazones no solo podrán conectar a las almas con el Retiro Espiritual de Cristo durante el mes de mayo, sino que también Nuestros Corazones trabajarán incansablemente para ayudar a las almas a volver a conectarse con la Fuente Primordial.
Por eso, quisiera ver, en los próximos días y semanas, esta simple y verdadera devoción ardiente que hoy encontré aquí. Que esto despierte en los corazones el entusiasmo de vivir el reencuentro Conmigo; porque así, una y otra vez, Yo los renovaré, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y así, podrán seguir Mis Pasos, podrán reconocer Mis Huellas; porque, aunque no lo sepan, Yo tengo un camino construido para cada esencia, esperando a cada alma en esta trayectoria que la llevará hacia el Infinito.
Porque el resultado de toda esta experiencia en la Tierra es que ustedes aprendan a vivir del Amor, del Amor Mayor.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y por atender a Mis pedidos.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vendré a través del amanecer del sol. Vendré a través de la luz de la luna. Estas son las señales del nuevo tiempo.
No es una nueva religión. No es un nuevo movimiento. Es el advenimiento de lo esperado.
Ese gran portal hacia el nuevo tiempo se abre en la bóveda celeste, se abre entre todas las puertas del cosmos.
Es el portal hacia el Gran Cónclave, que hoy está reunido ante ustedes, que hoy está presente ante sus mundos internos. El Padre Celestial así lo decidió y, en obediencia y en ley, lo cumpliremos.
Hoy, Mi Voz hace eco desde Andrómeda y, a través de Andrómeda, en todos los universos y consciencias.
Hoy se cumple una etapa culminante no solo para su civilización o para el alma del planeta, sino para que se abra el portal hacia el Gran Tiempo. El cambio se dará.
Las almas deben estar despiertas y amar, aún más, lo desconocido; aquello que no tiene forma, aquello que no es intelectual. Lo desconocido es aquello que no es material.
Por eso, hoy, venimos y Nos presentamos ante ustedes, a través de un gran portal desconocido. Es el portal hacia la cuarta dimensión.
Ese será el camino, ese será el sendero y también será el puente para que todos lo puedan cruzar. Pero no es a través de una técnica ni tampoco a través de un procedimiento mental o espiritual.
Ese portal lo cruzarán a través de su mundo interior; porque es allí, en el mundo interior de cada uno de ustedes en donde existe la esencia del Divino Propósito; que la humanidad ultrajó, violó y transgredió hasta los tiempos de hoy.
¿Ahora comprenden las consecuencias de lo que viven?
Pero el Amor es lo que siempre prevalecerá. Es ese Amor que hoy nos reúne, es ese Amor que hoy nos congrega, el Amor de las Jerarquías Mayores que los llama a todos a cruzar el gran portal, para que todas las consciencias y también el planeta sean transmutados, purificados y liberados.
Porque es en los momentos más caóticos, como los tiempos de hoy, que se dan las grandes oportunidades de liberación y de redención.
No se olviden de que la esperanza está latente en el Corazón del Universo; y es esta esperanza, permeada por la Divina Unidad, la que hoy les traigo para que puedan aceptarla y vivirla.
Por eso, es importante que practiquen una consciencia fraterna y no mezquina, una consciencia inclusiva y no de descarte, una consciencia pacífica y no de conflicto, una consciencia de amor y no de mentira.
Estos atributos expurgarán de la Tierra la corrupción planetaria, la que genera la gran deuda de este mundo y de toda la humanidad, la que sumerge a los más inocentes y a los más pobres en los abismos, sin que tengan una oportunidad de levantar la mirada hacia el Cielo para volver a creer y tener fe.
Por eso, estoy preparando Mi Retorno al mundo como lo he prometido, y quiero que sepan, compañeros, que hoy no son solo Palabras, son hechos.
Han pasado dos mil años de Mis acontecimientos con ustedes y entre ustedes; por eso, reúno en Cónclave a todas las Consciencias Evolutivas del universo para que Me ayuden y preparen Mi Retorno. Así, verán venir al Hijo de Dios entre las nubes, las nubes son los portales del universo que se abrirán y que serán físicos. Así, el Espíritu de Dios retornará, sanará la Tierra y sus heridas, poblará la Tierra de los Nuevos Cristos, aquellos que supieron decirme sí.
Por eso, el portal hacia el Gran Tiempo hoy se abre ante sus ojos y mundos internos. Hoy se abre sobre estos océanos, en representación de toda la humanidad y del planeta, como de los Reinos de la Naturaleza que también verán venir al Hijo de Dios. Y aquello que fue pensado en el origen del Proyecto de la humanidad será reconstituido y restablecido.
A través del tiempo y del espacio, se disolverá el mal que fue generado en generaciones enteras; y los que persisten hasta el final para esperar que retorne, verán ese cambio de forma concreta.
Y así todos, absolutamente todos, volverán a sus orígenes, al origen para lo que fueron pensados y creados, al origen para el fin por el cual surgieron, al origen para el fin por lo cual existieron y fueron emanados de la Fuente Suprema.
Hoy, les hablo no solo a través de Mi Gobierno Espiritual, sino a través del Amor de Dios; un Amor que fue capaz de morir por ustedes en la Cruz, aun sabiendo que lo negarían.
Que, hoy, los que padecen y sufren sean sanados, los que están desesperanzados sean renovados, los que decidieron bajar sus brazos que los eleven hacia Dios, porque llegará la hora de expresar la gratitud por Mi Retorno que está cerca.
Este es Mi gran Mensaje para la celebración de las 100 Maratones de la Divina Misericordia; un momento importante y espiritual para todos, en el que el Hijo de Dios, la Esencia Solar del Cristo Cósmico, les hace ver y reconocer hasta dónde han caminado Conmigo.
No vean solo las miserias de sus pruebas, los destierros de sus aspectos humanos. No vean solo el sufrimiento del planeta o la transgresión a los Reinos de la Naturaleza. Les pido que, para esta Maratón número 100, vean los esfuerzos alcanzados, la persistencia construida, la unidad fortalecida, la fe expandida y la Misericordia alcanzada, a pesar de las tinieblas de este mundo.
Porque será a través de este Cónclave Universal que ustedes encontrarán la solución y la salida, este Cónclave de Consciencias Evolutivas que los conoce profundamente, que los sabe profundamente, que acompaña desde el origen sus trayectorias cósmicas.
Es allí en donde hallarán la fuerza y la convicción necesaria para seguir adelante y así cumplir el Plan. Un Plan que aún hay que cumplir, primero en cada uno de ustedes para que después ese Plan Cósmico se cumpla en el mundo entero, aunque todo parezca estar en ruinas y en oscuridad.
Es esta Luz de los Consejos Mayores que hoy los bendice y los contempla, no solo como seres en redención, sino como consciencias en trasformación y valentía.
En todos los Míos, haré los nuevos apóstoles. Por eso, persistan y sigan Mis huellas de Luz, sigan Mis pasos firmes hacia el Propósito Divino, porque hoy el Cetro de Dios está en Mi Mano para conducirlos y guiarlos hacia la meta, la gran meta de su cristificación.
Quiero agradecer, desde lo más profundo de Mi Corazón, a los consecuentes y orantes; a los que en estos últimos 100 encuentros de oración sostuvieron el estandarte de Mi Paz y que lo seguirán haciendo, por mucho tiempo más, hasta que Yo los encuentre cara a cara en Mi Retorno.
Y lo último que les digo, compañeros, para que lo guarden en sus corazones es lo siguiente:
¿Qué harían si, en este momento, Yo estuviera físicamente frente a ustedes?
¿Qué es lo primero que Me dirían?
¿Qué es lo que harían Conmigo si Yo les dijera: “hijo, hija, ya estoy aquí porque retorné”?
Contemplen esa escena en su mundo interior y atraigan esa realidad en cada nuevo día.
Cuando sientan que no pueden o incluso que no lo conseguirán, que no tendrán fuerzas para seguir adelante, piensen y contemplen por un instante: si Yo estuviera delante de ustedes, ¿qué Me dirían?
Les dejo Mi Paz, les dejo Mi gratitud, les entrego Mi Amor Consolador y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das!
¡Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das!
El mundo necesita encontrar el Amor para salir definitivamente del sufrimiento.
Esto es lo único que espero: ver corazones que aman, corazones que viven por amor lo que Yo vivo por ustedes, aunque esté en los Cielos.
Hoy vengo a su encuentro para recordarles esta regla primera; porque los corazones que están desesperados, rendidos y entregados al sufrimiento y al dolor del mundo pierden la esperanza día a día.
Pero no olviden que por encima de todo está Mi Amor, un Amor que los fortalece para las pruebas, un Amor que los lleva al vacío, al encuentro predilecto con el Creador.
Ustedes, seres de la superficie de la Tierra, vienen de una Fuente de Amor, pero también de una Fuente de Sabiduría. No permitan que el Amor se apague en sus corazones, no permitan que la llama del Amor deje de arder dentro de ustedes, porque aquí está Mi Corazón que fue traspasado para que ustedes, en este tiempo, encontraran la Fuente verdadera del Amor.
Es este Amor de Mi Corazón que los convoca a amar y a servir, el Amor que reconstruirá a las familias del mundo.
Es el Amor que Yo los llamo a vivir, el que permitirá, en este ciclo, dar alivio a los que sufren y a los que emigran de sus naciones.
Hoy, sobre las palmas de Mis Manos, les traigo el Sagrado Corazón del Amor como una llama ardiente y divina que viene a ofrecerse por el mundo para poder sanarlo y convertirlo.
Ustedes saben que nunca les pediré nada que no Me puedan dar. Yo les pediré lo más simple, pero lo más verdadero, les pediré aquello que algún día les hará comprender absolutamente el Plan de Dios.
Hoy, a Mis Pies, contemplo y observo las grandes necesidades del mundo, las súplicas de los corazones por sí mismos y por sus familias, por sus naciones y por sus pueblos, necesidades que intento suplir una a una.
Pero ustedes, compañeros Míos, ¿se decidirán a ser el puente hacia Mi Sagrado Corazón?, esos puentes que se pueden extender en el mundo por medio del amor y del servicio incansable que ustedes le pueden dar a Mi Sagrado Corazón.
En este bendito mes del Sagrado Corazón de Jesús, Yo vengo a recordarles esto, porque la mayoría lo está olvidando fácilmente.
Sabemos que el mundo no está preparado para enfrentar lo que hoy vive. Pero desde los tiempos más remotos, cuando Yo estuve en la Tierra, les enseñé la regla primera del Amor, porque es la esencia pero también es la base de toda su vida espiritual y humana.
¿Cómo entenderán al que sufre, si no aman?
¿Cómo soportarán al mal, si no aman?
¿Cómo ampliarán su consciencia, si no aman?
Yo vengo a enseñarles primero el Amor en lo más simple, en lo más profundo pero en lo más verdadero, en lo que nadie puede ver ni percibir.
Es en ese Amor en el que necesito que hoy trabajen; en el Amor que se entrega sin condiciones, en el Amor que se entrega sin aspiraciones, en el Amor silencioso que no es percibido, en el Amor que siempre dice sí.
Por medio de Mi Mensaje, les derramo los Rayos de Mi Misericordia e ilumino a toda la Tierra para que las fuerzas que la aprisionan, que la condenan y la perturban sean disueltas por Mi Luz.
Reciban esta Gracia de Mi Corazón, la Luz de los Rayos de Mi Misericordia, para que la humanidad se cure y se redima, para que se alcance la paz y el fin de las guerras como también de todos los conflictos humanitarios.
Lleven esa Luz hacia el corazón y comulguen de Mi Sagrado Corazón para que se cumpla Mi gran Promesa ante el Padre, de que esta Tierra sea repoblada de Nuevos Cristos, de los que irán hasta el final diciendo sí.
Que sus corazones y mentes se vacíen en este momento, para que el gran misterio del Amor de Dios se revele a los corazones simples y humildes, a los que han despojado de su vida las tentaciones del mundo y toda distracción.
Hoy, deseo que contemplen Mi Corazón resucitado, el Corazón Eucarístico del Hijo de Dios, que como un Sagrario abre sus puertas al mundo para que todos puedan contemplar la Verdad, la Verdad que está más allá de todo mal y de toda adversidad, la Verdad que los llevará a la paz y a la unión perpetua con Mi Corazón Eucarístico.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestro Señor está mostrando, en este momento, de un forma clara y nítida, Su Sagrado Corazón con tres llamas de fuego que representan al Amor, a la Compasión y a la Luz; que, a través de un gesto de Amor paternal, Él ofrece Su Corazón al mundo, para que las almas más sedientas del Amor consolador de Jesús se reconsagren ante Su Presencia misericordiosa. En el silencio de Sus Palabras, Él ofrece este, Su Corazón.
Ahora, volvió a guardar Su Corazón en Su Pecho, pero Su Corazón aún está expuesto.
Para aquellos que tienen dudas, Yo retornaré.
Para aquellos que han perdido la fe, Yo retornaré.
Para aquellos que ya no creen en Mí, por ellos, Yo retornaré.
Para los que viven en el sufrimiento, Yo retornaré.
Para los que han muerto injustamente, Yo retornaré.
Y a todos resucitaré en espíritu, mente y cuerpo, para que estén Conmigo en Mi Reino, cumpliendo la promesa de una Nueva Humanidad, libre de las cadenas de la opresión, de la tristeza y de la angustia; una humanidad que será renovada por el Sagrado Espíritu de la Voluntad suprema de Dios.
Sobre el Altar de Mi Iglesia Celestial, tengo cientos de Cálices para ser entregados a las almas que se ofrezcan a beber de la Divina Sangre del sacrificio; a fin de que, por medio de la entrega y de la renuncia, reparen el Corazón del Hijo de Dios de los graves ultrajes que Él recibe diariamente, por todas las situaciones que hoy vive el mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestro Señor está mostrando Su Altar en la Iglesia Celestial, con ciento treinta y tres Cálices que guardan Su preciosa Sangre, la Sangre de la Transubstanciación. Él nos ofrece estos Cálices para que, espiritualmente, sean bebidos por nuestras almas, para los que se ofrezcan en consciencia y con discernimiento a asumir lo que hoy Él nos ofrece, como servicio espiritual y humano.
Para esto, los ángeles que rodean al Sagrado Corazón de Jesús, en este momento, toman los Cálices del Altar para llevarlos a las almas que los han aceptado, en los cuatro puntos de la Tierra.
Aquellos, que se ofrecieron a asumir un sacrificio especial, beban de ese Cáliz que los ángeles hoy nos ofrecen.
Mi noble Corazón quiere transformarlos en algo nuevo, en algo que desconocen, en algo en lo que no pueden tener control ni el más mínimo poder para poder cambiarlo.
Por eso, después de este Sacramento del Sagrado Cáliz, que algunos se ofrecieron a beber sin saber lo que eso significa ni lo que representa en sus vidas; Yo les pregunto, compañeros, ¿se decidieron a venir a vivir a Mi Corazón y a acompañarme en esta tarea planetaria, en este rescate silencioso e imperceptible de toda la humanidad, sea en las llanuras o en los valles, en los desiertos o en los océanos, en cualquier lugar del mundo?
¿Sus corazones están prontos?
¿Han meditado en lo que les dije en la última Sagrada Semana?
Mis Palabras no solo pueden quedar registradas; Mis Palabras deben ser vividas por cada uno de ustedes, porque cuando vivan Mi Mensaje, comprenderán la razón de estar aquí y la razón de vivir por Mí.
Eso es todo lo que hoy quiero decirles, porque necesito que, algún día, comprendan el misterio de Mi Amor y la razón de venir a su encuentro para instruirlos pero también para impulsarlos, porque quien está en Mí no perecerá, aunque pase su prueba más dura y difícil.
A las almas que aún no se animaron, las invito a vivir en Mi Corazón, a entrar en la escuela de Mi Amor eterno.
Antes de dejarlos con la solemnidad de la Sagrada Eucaristía, la cual volverá a palpitar a través del corazón de Aurora, en donde esa celebración estará siendo ofrecida para todos, quiero despedirme escuchando una canción que ayuda en su reconsagración a Mi Sagrado Corazón.
La oración al Sagrado Corazón de Jesús, hoy la ofrecerán con una solemne canción para que la alianza de las almas Conmigo sea más profunda y todo sea renovado.
Al final de la sagrada celebración eucarística, realizarán su síntesis de este trabajo de los impulsos de Mi Corazón misericordioso, por medio de una segunda canción que cerrará el ejercicio de todo este Mensaje que hoy, por Amor, les he traído.
Para eso, cantarán, al final de esta transmisión, “Corazón traspasado".
Escucho la canción al Sagrado Corazón de Jesús, y Yo los bendigo para que se levanten de donde han caído, para que siempre encuentren la paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la melodía del perdón resuene en sus corazones, para que pueda ingresar a este lugar sagrado a través del Gran Portal del Universo que hoy Mi Consciencia trae para el mundo entero y, especialmente, para todos los núcleos internos que deben encontrar el camino de la redención y el camino de la paz, para recuperar el sentido de estar en este planeta y en esta humanidad viviendo el Proyecto de Mi Padre tal cual Él lo ha escrito, para que se cumpla Su Voluntad y Su deseo ardiente de que Sus hijos alcancen, cada día más, las esferas celestiales.
Hoy abro lo más profundo de Mi Corazón en este lugar sagrado del Gran Cañón del Colorado, en donde el Reino Mineral es testigo de la diversidad de la historia de la humanidad, de todo lo que ha sucedido en este mundo y dentro de esta civilización, de todos los pueblos que pasaron por este planeta aprendiendo y viviendo el contacto con el Universo y con la Creación.
En cada una de estas piedras sagradas, en cada una de estas montañas, en cada rincón de este valle, está escrita una parte de la historia de la humanidad, y eso es lo que la Jerarquía necesita traer a la consciencia de los seres humanos de este tiempo, para que todos puedan reencontrar el sentido de vivir este Proyecto de Dios que aún es desconocido por la mayoría, pero que comienza a resonar en el corazón de los que siguen la palabra de la Jerarquía Espiritual.
Hoy vengo como Sacerdote Mayor acompañado también por los grandes Maestros de las montañas de los Himalayas, por aquellas consciencias que experimentaron en cuerpo humano lo que significa este código genético y lo que este código genético humano debe alcanzar en este ciclo actual del planeta, en el que, dentro de una gran transición y dentro de un gran Armagedón, la humanidad deberá definir su próximo ciclo, su próxima etapa.
En el silencio de este lugar se revelan los sagrados tesoros de la humanidad, aquel legado que ha sido evolutivo, que ha construido la consciencia del hombre de superficie y la ha elevado hacia dimensiones superiores para poder encontrar la vida cósmica, que es la esencia, que es la existencia y el origen de la razón de estar aquí, en este planeta escuela viviendo este aprendizaje y esta experiencia que les ofrece todo el Universo.
Sí, que les ofrece todo el Universo, porque todo el Universo es parte de la experiencia de este proyecto genético que se detuvo en el tiempo por la condición humana, la dualidad, la adversidad y el caos. Y que en este ciclo actual de la transición planetaria, la Jerarquía, la Hermandad Celestial, se aproxima a la humanidad para tornarla consciente de sus raíces, de sus atributos y de su legado, para que así se vuelva a conectar con la esencia de lo que verdaderamente es y con la razón por la cual vino aquí, a este planeta, a vivir esta experiencia.
Es de esa forma que esta experiencia actual de la humanidad, este momento de redención, de transición y de definición, también debe ser parte de la historia que se deberá escribir en estas sagradas montañas del Gran Cañón del Colorado.
Y así, como este río hace fluir su más pura agua, cristalina, casta y humilde, de la misma forma deberán fluir en la consciencia del ser humano los nuevos conocimientos que vienen de la Hermandad. Es hora de que todos sean conscientes de esa verdad, para que más y más velos de la consciencia puedan caer de sus rostros y puedan encontrar el sentido de estar aquí, viviendo una misión y un propósito en el nombre del Único, de la Fuente Suprema, del Amor Universal.
Es por esa razón que he traído hasta aquí a un pequeño grupo en representación de todos los hermanos y seguidores de la Obra de Cristo, vuestro Maestro y Señor, para que puedan recibir en sus corazones, almas y espíritus, los mismos impulsos que esta civilización sagrada de la consciencia indígena, que vivió aquí, una vez recibió y que aún sigue resonando, en el corazón de los indígenas, todo lo que ellos vivieron y alcanzaron en la simplicidad y en la humildad de su contacto.
Por esa razón, Me aproximo a este lugar para darles a conocer y para mostrarles lo que de verdad existe aquí, que son muchas herramientas, muchos tesoros, muchas informaciones que este sagrado y sufrido planeta guarda en el interior y en lo profundo de sus Recintos Sagrados.
Después de que toda esta información ha sido reunida, ha sido compartida entre las Jerarquías del Universo Espiritual y de toda la Hermandad, es momento de que los seres humanos, en la superficie, tomen consciencia de lo que verdaderamente ha pasado en este planeta y no de lo que fue interpretado por el hombre de superficie.
De esa forma podrán retomar el camino que Mi adversario, por medio de sus engaños e ilusiones, les quitó y los hizo ingresar en un camino incierto de dualidad, de sufrimiento, de enfermedad, de confusión y de caos.
Por medio de esta Luz que emerge a través de los tesoros sagrados que guarda el Gran Cañón del Colorado, la humanidad tiene la oportunidad de retomar el camino que perdió en lo más profundo de su consciencia y, así, tener el puente directo y perfecto para retomar el contacto interior que necesita. Un contacto que trae en este tiempo la Ley de la Jerarquía Espiritual, que es una única Ley, un único camino y un único Principio, que les permitirá unirse a lo Alto y a toda la Existencia Suprema.
De esa forma, como la civilización indígena que aquí se encuentra y que ingresó en otra dimensión y plano de consciencia, ustedes, servidores y amigos Míos, seres humanos en la superficie de la Tierra, de una humanidad en transición y en definición, podrán espejar lo que Dios tanto necesita que espejen hacia los Universos Sublimes, hacia este macrocosmos, hacia todas sus estrellas, soles y galaxias.
Y será de esa forma, mediante un contacto interno, simple pero seguro, que las informaciones de sus aprendizajes, escuelas y de su proceso de redención serán reunidas para que una síntesis espiritual se vuelva a realizar y así se pueda cumplir, finalmente, este proyecto humano.
Para que todo eso suceda, deberán atravesar la transición, deberán despojarse de todo vestigio de dualidad, de soberbia, de competencia o de indiferencia, y más aún, de muchas más energías, raíces que han sido sembradas en lo profundo de la consciencia y de la mente del hombre de superficie.
Todas esas experiencias deberán ser desprendidas, liberadas y transmutadas; y la puerta directa que tienen para poder vivirlo y experimentarlo, como también para poder realizarlo, es la energía de los Recintos Sagrados.
Esas informaciones transformarán su consciencia espiritual y también su código genético. Y en esa transformación, cambio y trascendencia que vivirán, podrán ver con claridad el camino del retorno hacia el Origen y del Origen hacia la Fuente, en donde se reúne todo el Conocimiento, la Instrucción y la Voluntad de Dios.
Con este mensaje quiero traer a sus consciencias el momento que ustedes están atravesando y la oportunidad que pueden vivir para, finalmente, poder liberarse de las amarras, de las prisiones de la vida, de todo lo que compromete al hombre de superficie con el mal. Y, así, atravesando y perforando las capas más profundas de la resistencia humana podrán encontrar, al final del camino, la Luz que siempre brillará en el fondo del abismo.
Así, la consciencia saldrá de su noche oscura y volverá a ver nacer a la aurora, que traerá consigo ese gran momento de revelación y de reencuentro con lo superior y con sus orígenes.
Y así podrán, de una forma simple y verdadera, estar en la Hermandad y encontrar en esa Hermandad el camino para el cumplimiento de la Ley que es la Ley primera: el Amor, el Amor que une a todas las Leyes, a todos los principios y que impulsa a todos los atributos que las consciencias necesitan para poder vivir el Plan.
Desde este lugar emito este mensaje que resuena en el corazón de los justos y en el de los que deben despertar. También es un mensaje que hace eco en todo el Universo, porque su Sacerdote Mayor y Gobernante, Cristo Jesús, es quien les habla para que puedan estar conscientes de la realidad en este camino de transición.
Nuestros Corazones, el Corazón de toda la Jerarquía estará expandido sobre el mundo y tendremos nuestras manos extendidas hacia ustedes, para que se puedan tomar fuerte y caminar en este tiempo de transición hacia el encuentro del Gran Portal de la Hermandad, de la Hermandad que se revelará en el corazón de los hombres, en aquellos que siempre aspiraron a encontrar su estrella de origen y el sentido de su misión en este tiempo final.
Crean y confíen en la posibilidad y en la oportunidad que se le está presentando al mundo entero. Estamos en un tiempo de gran adversidad, pero también estamos en un tiempo de grandes revelaciones; y serán esas preciosas y sagradas revelaciones que harán trascender el límite y el umbral de la consciencia humana.
De esa forma, como los Maestros del Himalaya, ustedes también se podrán iluminar y toda la consciencia será colmada por la Gracia Suprema.
Desde el Gran Cañón del Colorado envío Mi Mensaje de Amor y de esperanza a la humanidad. Manténganse firmes y unidos en el amor y todo pasará, porque Nuestro Espíritu no se apartará, Nuestro Corazón no dejará de emanar el Amor que necesitan para poder fortalecerse y encontrar siempre el camino que los llevará hacia la eterna Luz.
Es de esa forma que su Maestro y Señor, Cristo Jesús, y todas las Jerarquías y Maestros Sagrados de los Himalayas, hoy se unen en una única consciencia y establecen el Poder y la Voluntad de Dios en este lugar, que alcanzó con su simplicidad, el más alto grado de amor y de expansión de la consciencia.
Que todo este impulso y esta revelación pueda resonar en los mundos internos de los que los escuchen y que, a partir de allí, retomen su fuerza interior, coraje y valentía para atravesar estos tiempos difíciles en los que, como les dije al principio, al final del camino encontrarán la Luz que siempre brillará en lo más oscuro del abismo.
Y será esa Luz que todo lo transfigurará, que todo lo transformará y que todo lo curará. Así, estarán en Dios y, estando en Dios, estarán en Mí y Yo estaré en ustedes. Y en ustedes, Yo podré realizar la última parte de la tarea que el Padre Eterno Me ha encomendado por medio de Mis apóstoles, seguidores y orantes.
Ahora, con mayor apertura de corazón y de consciencia, reciban este Legado que se transmite por medio de estas palabras y bajo el impulso del Amor Mayor.
Yo los bendigo y los impulso a tomar consciencia de la Verdad.
Desde el Gran Cañón del Colorado, el silencio emite el Amor de Dios para todas las almas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Antes de que Dios existiera, en Su Esencia Divina, Él ya había pensado en la Creación. Con esto quiero que comprendan la infinidad de Su Amor y de Su Misericordia para con Sus hijos de esta humanidad.
Si Él, antes que existiera, pensó en la Creación, ¿qué fue lo que lo movió para llevar ese pensamiento adelante, para sentir en Su Corazón, profundamente espiritual, que debería existir una Creación tan vasta e infinita que aún el ser humano de superficie no conoce?
Y dentro de esa Creación y de esa infinidad deberían manifestarse los Reinos, las civilizaciones y toda la vida que aún el ser humano desconoce, incluso en este presente, en esta actualidad.
¿Saben cuál fue ese impulso que movió a Dios, desde Su esencia divina, para poder manifestar la Creación?
Fue el Amor. Un Amor eterno que es inextinguible, un Amor que nunca muere, un Amor que renueva, que transmuta y que libera, que trae a la consciencia de los hijos de Dios la oportunidad de encontrar el bien y la sabiduría.
Ese Amor es lo que ha traído al Hijo de Dios hasta aquí para poder contarles estas cosas y para que perciban, en este momento, la importancia de cuidar y de proteger la Creación; en este caso, compañeros, de este planeta y de este proyecto humano, que aún no concluyó, que aún camina hacia la redención y que deberá definirse para poder ingresar en una nueva etapa.
Dios sabía desde el principio, dentro de las probabilidades del Universo y de los aprendizajes de todos Sus hijos, que este momento actual de la humanidad podría llegar. El Padre ya lo sabe todo, Sus hijos son los que no saben nada. Por eso deben confiar en el Padre Eterno, porque existe una Voluntad Mayor que no solo los rige, sino que también los guía para el cumplimiento de un propósito, de un destino y de una misión que aún no está al alcance de todos.
Ustedes deben confiar, compañeros, así como confió el Hijo del Padre, hasta el último momento, en la Cruz, en lo alto del Monte Calvario, en el que en el mayor sufrimiento y agonía, el Hijo de Dios no dudó, confió en la Voluntad Divina, en el destino de ese propósito.
Y así se cumplió lo que Dios tanto esperaba: que Sus hijos de la Tierra aprendieran del Amor de Dios con el Dios mismo encarnado en la Persona del Hijo que es lo que lleva en este momento, compañeros, a que Yo esté aquí en este momento con ustedes, pronunciándome a la humanidad entera, sabiendo que como raza enfrentan un momento crucial y definitivo, en el que en la gran prueba de sus vidas deberán definir qué es lo que triunfará: el amor o prevalecerá la indiferencia. Esto también es para con toda la Creación, no solo con sus personas humanas, sino también para con los Reinos de la Naturaleza.
El ser humano de superficie aún no aprendió a vivir en equilibrio con la Creación; abusó completamente de la Creación y la explotó, y lo continúa haciendo. Pero eso no podrá seguir siendo así, existe un límite y también existe un final.Yo vengo aquí para que ese final no llegue, para que tomen consciencia no solo ustedes que están aquí viviendo el crecimiento espiritual y la entrega, sino que también tomen consciencia todos sus hermanos, aquellos que están más dormidos e hipnotizados por el mundo.
Por eso, compañeros, hoy su compromiso se amplía no solo en la vivencia de su misión espiritual, sino en el servicio incondicional para con el semejante que también debe tener la oportunidad y la gracia que ustedes tuvieron. Porque cuando ese final se aproxime ya no habrá más tiempo.
Por esa razón Yo estoy aquí. No solo para estar ante ustedes, para seguir bendiciéndolos y consagrándolos, para llevarlos a Mi Corazón y al centro de Mi Ser, sino también para decirle al mundo que aún queda un poco de tiempo para poder cambiar y ampliar la consciencia hacia lo que verdaderamente significa este proyecto sagrado de Dios, no solo en este planeta sino en otros.
Toda la Creación está atenta al movimiento y a la acción de la humanidad. Tengan fe de que si cambian de corazón y trascienden las resistencias, Dios siempre los acogerá y los recibirá, y será una respuesta tan verdadera y profunda que les permitirá ver cosas más profundas de las que hoy ven que les permitirá comprender la realidad de estos tiempos, así como lo comprende y lo ve la Jerarquía.
En este momento, no hay más nada que tengan que hacer sino responder al llamado de Dios y colocar dentro del centro de sus seres la situación de este planeta y de esta raza, para que aún más el Amor, la Paz y la Misericordia puedan redimir y transformar a las consciencias que lo necesitan.
Por eso hoy les traigo, por encima de Mi Presencia y de Mi Ser, la gran bóveda de la Creación Universal, donde mora el Pensamiento Divino que los creó y el sentimiento más profundo de Amor que los manifestó.
En esa bóveda de la Creación Universal se encuentra el sagrado conocimiento, ese conocimiento que espiritualmente los alimenta hasta este momento, ese conocimiento que fue conocido no solo por los patriarcas y los profetas, sino por muchas civilizaciones que pasaron por este planeta.
Ustedes, como proyecto humano actual de la humanidad, deben tener presente que son parte de una historia que se está escribiendo y que esa historia que debe ser pura y sagrada, por la transformación y la redención de sus vidas, debe estar dentro de ese gran conocimiento universal, dentro de la esfera de la bóveda sagrada de Dios, en donde el conocimiento universal se expresa e impulsa, tanto a ustedes como a otras civilizaciones, no sólo alcanzar el despertar y la evolución, sino las diferentes escuelas de los grados de amor.
Si al día de hoy no consiguen amar al semejante, comiencen a amar a los Reinos de la Naturaleza. Sírvanlos, dónense, entréguense a ellos, expresen su amor a ellos y podrán expresar su amor a todos sus hermanos y descubrirán, compañeros, que no existirán diferencias ni tampoco límites para poder expresar ese amor que primero los transformará a ustedes mismos y después transformará a todo a su alrededor.
Alivien a los Reinos de la Naturaleza y cada situación que encuentren en sus caminos, resuélvanla, atiéndanla, asistan a los Reinos menores, den alivio al sufrimiento, así como Dios les da a ustedes Su Misericordia y el mundo se transformará, el proyecto no terminará, la evolución de la raza continuará y los soles en la Tierra brillarán, así como brilla la esencia de los Reinos que, a pesar de padecer y sufrir por la mano del hombre, se donan incondicionalmente a ustedes sin dejar de expresar la devoción y la belleza de Dios.
Quiero decirles, con seriedad, que hoy están ante el mismo momento en que estuvieron Adán y Eva. Es como si estuvieran en el Génesis, en el Principio, en el momento más culminante de tomar una gran decisión que no solo influenciará sobre sus vidas sino sobre la vida de todo el planeta y sobre la vida del resto de la humanidad. Pero esta decisión no es individual, es de toda la raza, de toda el alma grupo que conforma el Reino Humano. Esa decisión también influenciará a los Reinos menores para que puedan o no continuar en la superficie de este planeta, porque lo que primero Dios protegerá es lo que Él creó antes que el hombre.
La vida en otros Universos puede regenerarse, los Reinos en otros lugares de la galaxia pueden expresarse. Muchos de ellos se ofrecieron antes que ustedes para estar presentes en este planeta azul, en el extremo de este Universo local y de uno de los brazos de esta galaxia. De lugares tan lejanos y profundos del Universo, los Reinos menores, los llamados Reinos de la Naturaleza llegaron aquí a pedido del Creador para manifestar la vida, la belleza, la devoción, el amor y la pureza para cada uno de ustedes.
De esa forma están ante una gran decisión, que errores milenarios que cometió la humanidad y que sigue cometiendo en esta actualidad puedan ser perdonados y los errores puedan ser absueltos por la mano piadosa de Dios, por la intervención de la divina e insondable Misericordia de Mi Corazón.
Pero si esa respuesta que debe ser una afirmación de cada uno de sus corazones para con el Proyecto de Dios y los Reinos de la Naturaleza fuera débil, las leyes se mostrarán. No solo hablo para ustedes, hablo para el mundo entero, para todos los que deben aprender a respetar la naturaleza y la Creación que Dios les entregó.
Sean conscientes de sus acciones, de sus movimientos para no herir más a la Creación. Y así el planeta que sufre en su profundo silencio, se autotransmutará y le dará nuevamente una oportunidad al hombre de superficie.
Tal vez no conseguirán que cientos de hombres o gobiernos dejen de talar los árboles. Pero si su actitud y su decisión interior fuera verdadera, darán oportunidad y mérito para que esas almas, tan pecadoras e ignorantes, reciban la oportunidad de tomar consciencia de lo que están haciendo y de revertirlo para siempre.
Todo lo que Yo les entrego es un ejemplo. La situación es más profunda de lo que parece y la gravedad es más amplia de lo que se ve, porque no solo es algo material, sino también espiritual. Y en lo espiritual que es inmaterial, el hombre de superficie, toda la humanidad, no puede perder el contacto con Dios porque así se perdería el proyecto. Por eso, amen con mayor amplitud a los Reinos de la Naturaleza y así aprenderán a amar a sus hermanos, sostener y soportar la condición humana y las acciones que cometen muchas naciones, por ignorancia y en contra de la evolución.
En este momento, ante el Padre Celestial, vengo a establecer una amnistía que durará algunas horas para que las almas en los planos internos, en cualquier lugar de la Tierra que se encuentren, tengan el tiempo necesario para poder tomar una decisión que cambiará o no el rumbo de la humanidad.
Para que esa amnistía sea concedida al mundo entero en nombre de todos los que en este momento se unieron, más allá de su religión o de su credo, por la Creación y la Naturaleza de este planeta ofreceré la consagración de los elementos, para que esa amnistía sea concedida a los seres internos y en una profunda reflexión, en una profunda introspección, la decisión sea tomada y que desde lo que hizo Adán y Eva hasta el presente sea absuelto por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Todo el Universo estará atento al movimiento de los planos internos y de la decisión que las almas tomen durante las próximas horas, porque es una decisión universal.
Nos podemos poner de pie.
Delante de la Iglesia Espiritual de Dios, por intermedio del Divino Hijo, renovaremos nuestros votos y afirmaremos nuestra fe por el cumplimiento de la Sagrada Voluntad en la consciencia humana y en el planeta. Amén.
Así como en el altar se ofrece el pan y el vino que se convertirán en el testimonio del Amor de Cristo, por medio de Su Cuerpo y de Su Sangre, nos ofrecemos sinceramente en este momento ante el Creador para que Él nos revele Sus misterios y nos conduzca a través de Su Voluntad.
Hacemos nuestra oferta interna ante los portales del Cielo.
Y en nuestro interno, contemplamos la majestuosidad del Amor de Jesús, no solo en Sus Palabras sino también en Su Presencia, en Su Presencia espiritual.
En este momento, vamos a revivir el sacrificio y la Pasión de Jesús, el legado de Amor y de redención que Él dejó para la humanidad, a través del Sacramento de la Eucaristía.
Aquellos que puedan se colocan de rodillas.
En aquel tiempo, nuestro Señor estaba reunido con los discípulos celebrando la institución de la Eucaristía. Después de haberles lavado las manos y los pies y de haberlos reunido a Su alrededor en un profundo silencio y amor, en unión con cada uno de los suyos, Él tomó el pan, lo elevó para que el Padre lo bendijera, lo partió y lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman, este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".
Escuchamos las campanadas.
Repetimos juntos:
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Juntos:
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos. Amén.
Enseguida Él tomó el Cáliz entre Sus Manos y en la expresión de un profundo Amor por ese sacrificio que viviría, Él lo elevó para que el Padre lo bendijera, enseguida lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía".
Juntos:
Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).
Amén.
En unión al Sagrado Corazón de Jesús vamos a repetir la oración que Él nos enseñó, para terminar de consumar esta consagración: Padre Nuestro (en portugués).
Vamos a cubrir los elementos.
Sepan, compañeros, que todo lo que haga el ser humano en este tiempo influenciará mucho más al Universo de lo que parece. Por eso el Padre envía a Sus Mensajeros Divinos, para que Su Sagrada Palabra sea escuchada y ella resuene en los corazones, a fin de que las almas se animen a dar los pasos que son necesarios en el camino de la transformación, de la fraternidad y de la paz.
Por eso, les dejo Mi Paz y establezco esta Paz en este primer día sobre toda la sagrada Amazonía, en donde muchos Reinos desconocidos por ustedes, por intermedio de la oración del corazón que hoy fue realizada, fueron profundamente aliviados y rescatados a fin de tener una nueva oportunidad en la escuela de la evolución espiritual.
Que la paz esté en ustedes y que la paz sea compartida por donde vayan.
Que esta corriente de paz despierte a los corazones y traiga sabiduría a los que gobiernan.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En Mi Presencia y en unidad con la Creación universal se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
En la casa de Mi Padre existen muchas moradas, todas fueron creadas para cada uno de Sus hijos.
Cada cual tiene la morada que le pertenece, algún día retornará a ella con todo lo que ha aprendido y vivido; por eso es tiempo de guardar memoria de todo lo que el ser experimenta en la Tierra, todo lo que proviene del Universo y de Dios.
Es tiempo de deshacerse del sufrimiento y de la agonía porque en la Morada de Mi Padre entrará todo su maravilloso aprendizaje, todo lo que aquí han vivido en Mi Nombre.
Todo lo que aquí realizan y experimentan se escribe de forma concomitante en el Universo.
Cada decisión que toman en sus vidas, repercute también en el Universo.
Cada paso que se animan a dar por Mí es algo que repercute también en el Universo.
Eso también es lo que permite realizar el Plan en la Tierra y es lo que hace descender del Universo lo que Dios tanto espera manifestar para Sus hijos.
Hoy vengo a recordarles la importancia de esa Morada de Dios porque deben preservarla y protegerla de todo lo que sucederá en los próximos tiempos.
Si aún no saben que tienen un lugar en el Universo, sépanlo hoy que lo tienen. Ese lugar permitirá recrear la Creación, hacia ese lugar irá todo el conocimiento vivido y experimentado.
Por eso deben persistir, porque en las Moradas de Mi Padre se guardará todo lo bueno que han aprendido no solo en esta vida, sino en otros tiempos.
Quiero que cada ser de este planeta sepa que la experiencia no termina aquí ni tampoco en este plano material.
El infinito los espera para poder vivir nuevas cosas, pasar por nuevas experiencias.
Todo lo que siembren en este tiempo será cosechado en el futuro. Por eso deben saber bien qué es lo que hacen y lo que viven, para que los tesoros de Mi Padre no se desperdicien.
Ha llegado la hora de tomar consciencia sobre las riquezas del Cielo y cuántas veces ellas descienden en la Tierra e intentan unirse a las almas, para que ellas puedan vivir nuevas experiencias de amor y de redención.
Todo lo que cultiven en este tiempo repercutirá en el futuro inmediato.
No es necesario, compañeros, que Yo les de ejemplos porque ya los han visto con sus propios ojos.
Los que cultivan cosas malas en Mi Tierra siempre saldrán perdiendo, porque el Amor es Sabiduría y la Sabiduría es Amor de Dios.
Donde está Su Hijo, está Dios y si ustedes están en Mí, verdaderamente, podrán estar en el Padre. Las Leyes siempre se cumplen para todos por igual.
Cada uno sabe lo que en verdad debe hacer en este tiempo. Solo necesito que siempre siembren cosas buenas, porque eso no solo los ayudará a ustedes, sino también al mundo.
La humanidad se ha olvidado, por haberse distanciado, de cultivar verdaderos atributos.
La humanidad se ha pervertido y se ha desviado, por eso Yo vengo de la Fuente inmaterial de Mi Padre para recordarles de los sagrados atributos que es imprescindible vivir en este ciclo.
Serán esos atributos como Leyes de Luz que los protegerán de ustedes mismos y de los demás.
Ha llegado el tiempo de desenmascarar a los lobos que están revestidos de ovejas.
Pero no será necesario que nadie lo haga, la propia Ley lo demostrará así como lo ha demostrado en este último ciclo.
La fidelidad Conmigo no es algo pasajero. Tampoco la obediencia no es pasajera.
Lo que Yo les pido es permanente, verdadero e inmutable.
Por eso, si sus caminos están bien sembrados, cosecharán buenos frutos, no importa que sus tierras estén miserables, secas, áridas o vacías. Por la Fuente de Mi Amor todo es posible para sus vidas solamente cuando son sinceros Conmigo.
Hoy necesito que den ese paso hacia la Verdad definitiva porque así podrán estar más hermanados, podrán vivir más en fraternidad y ser considerados con el prójimo.
Los atributos de los cuales Yo les hablo no son de este planeta, ni tampoco de este universo, aunque hayan otras humanidades que los conozcan.
Los atributos provienen de Mi Padre y de Su Fuente inmaterial y eso hace renovar todas las cosas para los que en verdad lo quieran vivir.
Porque por medio de Mi Fuego les traigo la iluminación de sus células y átomos, para que en lo más profundo de sus seres aprendan a vivir en la Hermandad por medio de los atributos que Yo les traigo para este tiempo.
Por eso les vuelvo a repetir que su primer atributo es amar así como Yo los amo y amar al prójimo como aman a Dios de una forma inconmensurable e infinita.
Si aún no han alcanzado ese atributo, síganlo intentando todos los días: forjen en ustedes un amor incondicional que vaya más allá de sus miserias y de sus pruebas, de todos los límites y de todos los obstáculos, así podrán ser Nuevos Cristos que representen a su Señor aquí, en la Tierra.
No quiero ver más a una humanidad miserable, espiritualmente.
Algunos de ustedes deben alcanzar mucho más de lo que Yo alcancé en la Cruz y en la Pasión.
Deben y pueden superarme en el amor.
Ya no esperen poder hacerlo, vívanlo con un esfuerzo incondicional todos los días; así sus corazones serán semejantes al Mío, aunque no lo crean.
Si Yo descendí a la Tierra y fui humano y transmuté la condición humana, ¿qué podrán hacer las criaturas de Mi Padre, más de lo que Yo hice una vez, siendo hijos directos e íntimos de Su Fuente inmaterial?
Aún no conocen sus virtudes, solo conocen sus destrezas. Pero Yo vengo, como el Señor del Universo, por cada una de sus destrezas para transformarlas, algún día, en sagradas virtudes.
Solo me deben entregar todo. Cada uno según su tiempo, aunque ya no haya tiempo.
Es hora de entregármelo todo y de confiar en lo que Yo tengo previsto para ustedes.
Ha llegado el momento de cerrar un ciclo y de comenzar uno nuevo.
Todo lo que antes no pudieron vivir no lo podrán vivir ahora en este nuevo ciclo.
Anímense a develar los misterios del universo con la expansión del amor en sus consciencias.
Porque a los humildes se les revelarán los Misterios de Dios y a los soberbios y orgullosos se les quitarán todos los poderes que creen tener de forma personal y humana.
La Ley se vuelve a cumplir y se vuelve a escribir.
Yo les vengo a enseñar el camino de la redención por medio del amor, eso es lo que hará fructíferas y eternas sus moradas.
Y no será necesario vivir en este mundo, ni en otro lo que ya han vivido porque lo habrán aprendido como lección de vida y lección de humildad.
Quiero que sus corazones se pacifiquen, que sean pequeños, así como Yo fui pequeño en los brazos de Mi Madre; de esa forma el Proyecto no se perderá, porque no estará en las manos de los soberbios, sino en el corazón de aquellos que se humillan a Dios todos los días y que hacen penitencia de verdad, transformando todas las cosas, superando todos los tiempos, vivificando el Sagrado Espíritu del Señor.
Solo los humildes entrarán al Reino de los Cielos.
Solo los pacificadores conocerán el Reino de Dios.
Todos ellos no volverán nunca más a la Tierra, porque conocerán nuevas moradas y en ellas permanecerán para avanzar en su evolución y en el despertar de sus espíritus y una nueva Tierra comenzará con los seres crísticos.
La ley del sufrimiento será olvidada y el dolor ya no será recordado.
El amor reinará y la paz abundará en los que hayan sido incondicionales con el Señor a pesar de sus miserias y de sus pruebas.
Yo los necesito limpios de corazón, no solo en este momento, sino para los tiempos que vendrán.
Los necesito en una amplia resignación y en una estricta obediencia, para que puedan conocer otros misterios del Universo que no intentarán ennoblecer sus espíritus, sino hacerlos más humildes, más humildes de lo que Yo fui una vez, como en el simple pesebre de Belén.
Así, compañeros, podrán amar lo que nunca han amado, perdonar lo que nunca conseguirían perdonar, porque estarán en otro estado y en otra vibración.
Así ayudarán a los que más necesitan y a los que nada tienen, espiritualmente.
Así Yo podré recogerme y decir que Mi tarea se ha cumplido con ustedes y el mundo.
Así podré prepararme para retornar sin desplazar tanto Mi Consciencia por este Universo.
Pero Yo nunca los abandonaré. Quien está Conmigo nunca se sentirá abandonado.
Quien está Conmigo nunca le faltará el amor porque habrá comprendido la misteriosa Voluntad de Dios, que de tiempo en tiempo intenta escribirse en el corazón de los hombres.
Vacíense ante el Señor del Universo para que Yo pueda depositar lo nuevo en ustedes y retirar lo viejo de sus consciencias.
Hoy Me ofrecieron un día maravilloso por medio de sus canciones y oraciones, eso es lo que Me impulsa, lo que Me mueve volver a aquí, todo el tiempo, para estar al lado de los que verdaderamente Me escuchan y hacen, en sí mismos, una a una Mis Palabras.
De la Fuente Solar he venido, del Universo Espiritual he descendido, de la Casa de Mi Padre he llegado, para traerles, con todo Mi Amor, lo que hoy necesitan; para que recuerden, compañeros, que siempre los renovaré para que así se cumpla el mandato de Dios: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado y los sigo amando.
Ese es el misterio más profundo de la Creación.
El amor hará luminosas sus moradas y pulcros a sus espíritus.
Celebremos este momento con total confianza. Agradezcamos a Dios por todo lo recibido y regocijémonos en Su Corazón para que se cumpla Su Palabra en el Pueblo de Dios.
Que el misterio de esta existencia sea revelado.
Padre, envía el Soplo de Tu Espíritu
para los que aún se sostienen en Ti.
Envía el Fuego de Tu Amor
para transformar todas las cosas.
Envía el bálsamo de Tu Paz
para apaciguar a los corazones.
Envía, a través de Mí, Tu Misericordia
para que las criaturas conozcan
la gran felicidad de estar en Ti,
para siempre.
Amén.
Hoy, espiritualmente, no solo consagraré nuevos adoradores, sino a los que algún día Me adorarán, como los que Me han adorado hasta ahora.
Recuerden, compañeros, que hay una morada de luz para cada uno de los hijos de Dios y esa morada espera por encontrarlos y recibirlos, para que en ella se guarde la mayor experiencia de Su Amor en la Tierra, a fin de que los ángeles del Universo eleven esa experiencia al Padre, para volver a crear esta Creación.
Mi Palabra es como agua viva y viene a quitar la sed de los que están perturbados, de los que sufren, de los que están hace tiempo en su desierto pidiendo a Dios por una Gracia y una oportunidad.
Hoy les ofrezco la Palabra de Vida como agua viva para sus almas, para que el bálsamo del Amor del Señor unifique a las consciencias y destierre a los enemigos, a fin de que triunfe el Plan. Amén.
Hoy Me dignaré de consagrar estos elementos con especial gratitud, para que los frutos de Mi Espíritu en las almas también reverberen en las sagradas moradas que algún día conocerán.
Por eso deseo escuchar “Tu Palabra es Agua Viva”, para que sus almas, en este momento, sean trabajadas por la esencia de los Divinos Sacramentos.
Incienso.
Para los que puedan, nos colocamos de pie.
Agua.
Canción: Tu Palabra es Agua Viva.
Aquí se guarda uno de los mayores tesoros de las Moradas de Dios. Bienaventurados serán aquellos que se sirvan de él para sentir en sus corazones el Universo de Dios, mientras estén aquí, en la Tierra.
Por eso les ofrezco Mi Cuerpo como símbolo de reparación y de cura para las almas.
También les ofrezco Mi Sangre, como símbolo de purificación y de renovación para todos los espíritus del planeta.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que les da la Vida Eterna.
Aquí está el símbolo de los que se unen a Mí por medio del ofrecimiento de cada nueva adoración; en ellos se construye el Templo de Dios, el que algún día se volverá inmaterial y eterno y estará guardado especialmente en la morada que Dios destinó para cada ser.
Reciban este símbolo de adoración, como un acto de gratitud de Mi parte, y una bendición renovadora para sus almas.
Ahora quiero aquí a los adoradores, los que hoy se consagrarán.
Santisima Trinidad,
que desciendes a través del Divino Hijo,
unifica estas consciencias con el Padre Eterno,
unifica estas consciencias con el Divino Hijo,
unifica estas consciencias con el Sagrado Espíritu,
a fin de que se establezca en sus esencias
la realización del Plan de Dios
y el triunfo perpetuo del Amor de Dios,
para siempre.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.Amén.
Mi Dios,
yo creo en ti, yo te adoro,
yo te espero y yo te amo.
Y te pido perdón por los que no creen en Ti,
no te esperan y no te aman.
Amén. (x3)
Y ahora que Mi Misión está cumplida en ustedes, espero que ya reverbere a través de los tiempos, por medio de sus adoraciones, de sus oraciones y de sus actos de amor, a fin de extirpar de este mundo el mal de la humanidad, a fin de que se establezca el Reino de Dios en cada corazón humano y muchos, muchos más conozcan la paz.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por este día y por el día que vendrá mañana, en Mi Nombre, fraternalmente, se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
Si no comprendes las Obras del Señor, únete a ellas, porque algún día las comprenderás. Yo solo necesito que amen lo que les pido y que lo hagan siempre bien, para que el Padre que está en el Universo sea honrado y glorificado y las almas puedan ser partícipes de Su Gracia por medio de los que responden a Su llamado.
No intentes comprender lo que sucede en este tiempo porque no lo conseguirás. Aférrate a la dulzura de Mi Corazón, porque así todo lo comprenderás a su debido tiempo.
Las señales que Yo traigo para la humanidad son para generar el gran cambio de la consciencia y en algunos casos será doloroso y difícil, pero toda mudanza tiene un porqué y un sentido.
Yo necesito, compañeros, que se sumerjan en la Comunión Conmigo para que siempre puedan tener disponibles Mis Dones, que serán estrellas guías en sus caminos y sobre todo, en su mundo interior.
Hoy vengo a buscar descanso en los que no se cansan de estar en Mí.
Hoy vengo a buscar refugio en los corazones fieles a Mi Presencia, en los que se unen a Mí todos los días bajo el espíritu incondicional y bajo la protección del amor.
Hoy, Yo vengo desde el Cielo para darles algo. A través de Mí traigo las profecías del Cielo, las que hoy muestro a algunos para que puedan comprender lo que vendrá.
Después de que Yo haya salido de aquí, después de haberlos bendecido, esto llegará y se manifestará; por eso, busquen vivir en Mí y únanse a través de Mí con todo el Universo.
Allá arriba está lo que en verdad necesitan. Allá arriba está lo que ustedes vivirán después, pero para que lo que está arriba pueda descender, deben estar conectados con la Fuente y las soluciones llegarán.
No hay prueba en esta vida que no tenga respuesta; por eso, Yo les traigo esa respuesta y por medio de la profecía, les traigo la revelación.
He pedido llegar a este humilde lugar para poder decirles esto, porque aquí, nadie contrario a Mí, los encontrará.
En el refugio de las Comunidades Yo protejo a Mis ovejas. Cuando Mis ovejas están dispersas y no escuchan el llamado del Pastor, no las puedo proteger y tengo que llegar a ellas de alguna forma, por medio de alguna señal o de algún mensaje para que vuelvan a Mi Camino, para que retornen a la Morada del Padre Celestial.
Los rebaños en este tiempo están presentes en esta Tierra, no solo para aprender a pastar nuevos atributos, sino para vivir una transición y una purificación; algo que nadie ha vivido en ningún otro tiempo. Por eso las almas temen a la presión de estos tiempos. Pero Yo les vengo a quitar esa presión que podrán estar viviendo en este tiempo.
Si estoy aquí, es porque Mi Padre lo quiere. Si estoy aquí, compañeros, es porque vengo a ofrecerles Mi Corazón, como ese Manantial inagotable que los renovará, y los purificará y los aliviará.
Por medio de la Palabra del Hijo de Dios les traigo la profecía, algo que no puede comprenderse con la mente; solo se puede sentir con el corazón, aunque sea un misterio.
Algo grandioso podrá ser vivido aquí en Europa, pero dependerá de esa adhesión incondicional con el gran Mensajero de Dios.
Si están aquí es porque les corresponde estar aquí y no en otro lugar. Los que hoy no están aquí es porque les corresponde estar en otro lugar, es decir, en otra escuela y en otro aprendizaje.
Todo lo que viven tiene un sentido y un camino. Yo les vengo a revelar por medio de Mi Palabra, el sentido de ese Camino, aunque sea un camino doloroso o un camino alegre.
Yo los invito, compañeros, a encontrar sentido a todo lo que viven en la vida, porque así no se amedrentarán; encontrarán respuesta a todo lo que necesitan y comprenderán el porqué de lo que sucede.
Siento que no están comprendiendo lo que les estoy diciendo, sus mundos internos sí comprenden; sus almas sí escuchan.
Sus corazones pueden sentir o no Mis Palabras, pero si Yo estoy aquí es porque les estoy indicando donde deben estar, que es aquí, en esta parte de la Obra que Yo llevo adelante con ustedes por una Voluntad aún desconocida por todos.
En esa serenidad que hoy les traigo, les pido que se abran al entendimiento de Mis Palabras, porque ya no hay tiempo.
Lo que deberá construirse para el próximo ciclo es importante. Aún hay muchas almas en Europa que esperan por su servicio. Que salgan de sus hogares, de sus modos de vida, al encuentro de cada una de ellas, así como Yo en estos dos últimos meses, junto a Mi Madre y San José, hemos ido al encuentro de esas almas. Y aquí tienen un ejemplo vivo de esto.
Es hora de movilizarse por el Plan, porque en el propio movimiento y en el propio flujo, en el propio sentido de la energía y de la corriente universal, se transformarán sin percibirlo y ayudarán a construir lo nuevo en lo que ya está viejo y arcaico.
El Plan de Dios no es hermético, el Plan de Dios no es sólido, él vive un dinamismo constante, porque la Fuente Superior lo alimenta para que se pueda realizar.
Ese Plan aún debe cumplirse y ustedes deben ser conscientes de esto en el esfuerzo, en la dedicación, en el servicio incondicional, en la presencia y en la adhesión a todo lo que se pide, por más que no se comprenda.
El Plan como un todo está basado en el amor y es ese amor lo que le da su propia inteligencia para que las almas despierten y lo vivan.
Hoy les traigo el Rayo de Mi Soberanía y de Mi Fortaleza, el Principio del Gobernante, porque es hora de que el Propósito Divino se alinee correctamente en sus espíritus, para que lo que está allá arriba en el Universo pueda descender. Solo podrá descender a través de instrumentos, por medio de vehículos, de almas y de esencias.
La ayuda del Universo está disponible para todos, las respuestas a todos los cuestionamientos están disponibles. Dios es pleno en Sabiduría y también en Ciencia. Aprendan a superar las dudas de la vida, las barreras y los obstáculos que les puede estar imponiendo su consciencia inferior.
Colóquense en el epicentro del Amor Universal y dejen que sus células se expandan por medio del fluido de ese Amor Universal que llega para mostrarles la correspondencia y el sentido de los próximos pasos del Plan Divino de Amor.
Solo espero que no pierdan la oportunidad; no me cansaré de avisarles hasta el último momento, porque por detrás de todo lo que no parece concretarse, se está construyendo en los mundos internos una gran obra que los dichosos de espíritu y los humildes de corazón vivirán y podrán ver con sus propios ojos, lo que con tanto esfuerzo ha sido construido.
Nadie tiene el poder en todo lo que les pido, ni Yo mismo tengo el poder en todo lo que les hablo. ¿Comprenden lo que les digo?
Todo proviene de Dios y si Él lo piensa y lo siente, se concreta. Pero Sus hijos, Sus más pequeñas criaturas de esta humanidad, son llamadas a ser partícipes de ese Pensamiento y de ese Sentimiento de Dios, que los quiere llevar a expandir su consciencia más allá de lo normal y de lo superficial.
Si Yo estoy aquí es porque Me estoy ofreciendo para eso.
Las bases de esta comunidad ya deben despuntar en el firmamento. Las columnas de este Centro Mariano ya deberían estar erguidas, porque él llevará su tarea y su misión espiritual como contraparte del Santuario de Fátima, para acoger a todas las almas que no son comprendidas, que son rechazadas, que son discriminadas y que son expulsadas por su pobreza espiritual o material.
La esencia de Lys y la pureza de Lys está en su humildad y paciencia, es eso lo que la hace verdadera, eso es Lys en la Madre de Dios.
Ustedes deben ser manos que extiendan ese misterio. Por eso deben dejar salir desde dentro de ustedes aquello que ya no los ayuda espiritualmente. Es hora de renovar las bases de este pilar en Europa; no solo por Europa sino también por África.
África espera por ustedes. Ya hemos dado muestras, compañeros, cuan urgente es la ayuda para Mis hijos de África. Cuando ustedes den el paso, Yo podré llegar a África para llevar a todos hacia Mi Misericordia, así como Yo los he llevado a ustedes desde el principio.
Solo espero que eso se cumpla y se materialice. África debe ser parte de la columna de Mi Misericordia. Y aunque sé que existen allí misioneros valiosos y almas servidoras que alivian el sufrimiento, aún a África le falta su principal columna espiritual, que es un próximo Centro Mariano que dependerá de este, para que se pueda manifestar conforme la Voluntad Divina.
Eso llevará muchas almas de los abismos hacia Mi Misericordia, de la esclavitud a la libertad, de la explotación para la alegría eterna de poder reencontrar a Dios por medio de los Centros espirituales que sirvan a la Jerarquía.
Ya tuvieron treinta años para poder comprender esto. Es hora de unirse por amor a Mi Sagrado Corazón; es hora de construir y no de dividir; es hora de hermanarse, de confraternizarse; es hora de iluminarse y de no oscurecerse; es hora de llevar adelante el designio que Dios les entregó por medio de Mi Corazón a través de la Fuente de la Instrucción.
Las bases de sus conocimientos ya están erguidas. Es hora de terminar de construir el Templo para que Dios, en Su más infinita Sabiduría y Compasión, habite dentro de ustedes para siempre y así se realice el Plan.
No se queden en lo humano. No permanezcan en lo mental. Pregunten a sus corazones: Padre, ¿qué estoy haciendo? Padre, dame la respuesta que necesito. Abre mis ojos a Tu Voluntad y ayúdame a cumplirla, según Tu deseo y Tu divino pensamiento y así sabrán amar más, como Yo los amo, como Yo los entiendo, así como Yo los acepto.
No tendré otro día ni otra hora, otro ciclo u otro tiempo futuro para venir a decirles esto. Esta es la única vez que podré decirlo. Esta es la única vez en donde ustedes podrán penetrar profundamente en Mi Corazón para que solo acepten lo que necesito, que va más allá de la vida humana, de las incomprensiones o de las dudas que puede estar imponiendo Mi enemigo.
Por eso hoy, el Gobernador del Cielo, el Espíritu de la Sabiduría y del Amor, viene a traerles claridad y transparencia espiritual a sus mundos internos, a fin de que sean colmados por Mi Espíritu reparador.
Me tomo este tiempo porque no tendré otro y estas palabras sirven para todos, no importando la escuela en la cual se encuentren, o vivan. Las palabras son para el despertar del amor en los seres, para la expansión de la consciencia de los últimos Cristos de los últimos días.
No quiero que más almas pasen por la puerta de la Justicia. Deseo que muchas más almas atraviesen la puerta de Mi Misericordia, porque así Mi Corazón triunfará, así como está escrito en el Cielo.
He escogido este lugar bendito para decirles esto. Dios aún toca con Su Mano este lugar y quiero que nunca más se olviden de esto, porque a pesar de que estén purificando o sufriendo, Dios tiene Su Mano en este lugar y debajo de Su Mano están todos ustedes. ¿Comprenden?
Si Dios tiene Su Mano aquí, es porque es por algo mayor que aún sus mentes no comprenden. Deben amar la Voluntad de Dios para comprenderla, de lo contrario, vivirán muchos obstáculos para poder comprenderla.
Sean partícipes de este misterio y de esta revelación que hoy les traigo.
Aquí, Dios por medio de Su Hijo, hoy deja plasmada Su Voluntad, para que alguien la cumpla, para que muchos más se animen a cumplirla, no solo por este lugar, sino también por toda Europa y Rusia; porque aún Rusia deberá ser partícipe del perdón y eso está en sus manos.
En Mi Silencio podrán sentir Mis Palabras y en Mis Palabras encontrarán las llaves que necesitan para abrir las puertas hacia lo nuevo, para lo que aún deberá descender desde el Universo.
Es así que hoy Me ofrezco en Cuerpo y Sangre, para que vivan en Mí ese Misterio y lo hagan parte de sus seres todos los días, sabiendo que hay algo superior y mayor que mueve todo, que los conduce y que los guía en estos tiempos cruciales en donde el amor batalla contra la indiferencia.
Elevemos al Cielo nuestra gratitud y reciban en sus corazones el apelo de Dios, el deseo más profundo de Su Espíritu, para que en Europa se realice lo que está escrito conforme en los libros sagrados del Universo.
Celebraremos esta comunión con lo Alto y con lo profundo de ustedes, para que más almas sean merecedoras de este Misterio y de su revelación, que Yo les traigo a través de la Comunión.
Incienso.
Aquí existen almas que lo darían todo por Mí, por eso estoy aquí, a la espera de ese momento.
Los ángeles del Reino de Lys hoy se congregan en torno al Señor y de todas las almas presentes y no presentes, para que, ingresando a ese Universo de Amor y de Pureza las puertas se abran a la redención de los corazones y a la conversión de los espíritus que deben convertirse en nuevos cristos.
Por medio de los elementos de la Naturaleza, las leyes inmateriales se manifiestan y en la Tierra se siembra el Propósito de Dios; algo que sus almas reciben para siempre y de lo cual deberán cuidar.
Agua
Vuelvo a testimoniar lo que una vez hizo Mi primo Juan Conmigo, de bautizarme con el Espíritu; pero hoy Yo no solo los bautizo con el Espíritu, sino también con la Gracia que convierte y redime lo imposible. Amén.
Este es Mi Cuerpo que ha sido entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Coman de él y sean partícipes de Mi Gloria. Amén.
Esta es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que fue derramada por los hombres para la remisión de los pecados. Beban de ella y sean partícipes de Mi Misericordia.
Pai Nosso...
Estos son los elementos que les darán la vida eterna. Dichosos son los invitados a servirse de este Sacramento, en comunión con los santos y los ángeles del Cielo.
Vayan en paz y sean Mi Palabra en el mundo.
Las bases espirituales de este Centro ya están manifestadas. Es hora de trabajar y de concretar el Plan, así como Dios lo desea en Su más profundo ardor, para que se cumpla el amor en esta Tierra.
Después de ser bendecidos tienen que bendecir, fraternalmente, con el saludo de la paz.
Les agradezco por escucharme de corazón y de alma.
Yo los amo y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora provengo de un lugar que muchos no conocen, un lugar en el cual fui recibido una vez y desde donde retornaré al mundo. Lo pueden conocer como la Casa del Padre, la Fuente Celestial o el Universo.
Provengo del Corazón de este Universo, que se ofreció para gestar la vida y la Creación, para que todas las almas pudieran vivir una experiencia de amor verdadero y alcanzable, para que las almas pudieran vivir una experiencia de redención y de perdón.
Vengo desde ese Corazón que pulsa en el centro del Universo y desde ahí me envía el Padre al mundo, para poder proclamar Su Palabra de Salvación y de Luz, para traerles los impulsos que necesitan a fin de que sus consciencias puedan despertar a la verdadera realidad que emerge del Corazón del Universo.
Hoy les muestro Mi Faz de Universalidad.
Soy Aquel que estuvo entre ustedes hace más de dos mil años atrás.
Soy Aquel que resucitó, que padeció por ustedes y que se ofreció a ustedes por amor; por un amor que aún no es conocido.
He aquí a quien ascendió a los cielos y está cerca del Padre Celestial para darles a conocer la inmensidad de Su Misericordia, la gran bondad de Su Alma Eterna, la Infinitud de Su Amor por cada una de las criaturas que surgieron de este Universo, para vivir una experiencia de amor y una gran oportunidad de perdón.
Aún la historia de la humanidad no ha terminado, ni tampoco su pasado ha sido disuelto. Aún el Universo necesita curar a la humanidad y para que eso sea posible, primero deberán curar sus corazones, para que después se pueda curar el mundo y finalmente se pueda redimir.
Con Mi Mensaje Universal vengo a retirarlos de la superficialidad de estos tiempos, de la ignorancia de estos tiempos, de lo que los separa de la Verdad y del Amor.
No quiero instituir en ustedes una nueva iglesia. Quiero instituir en sus corazones Mi eterna Iglesia Celestial que es invisible, superior e infinita ante los ojos de los hombres.
Crean, compañeros, en el manantial que existe dentro de ustedes, en el universo que existe dentro de ustedes y que ningún hombre les podrá quitar.
Los invito a religarse al espíritu de Mi Universalidad, porque si ustedes contemplan el Universo, contemplarán la Creación y alcanzarán el propósito de sus vidas.
Necesito Nuevos Cristos que sientan como Mi Corazón y como Mi Alma; que conozcan la inmensidad de Mis Obras, que van más allá de todas las iglesias de la Tierra.
Porque Yo ascendí a los cielos por ustedes y vengo del Cielo por ustedes, para revelarles Mi nueva Tarea y el propósito que el Padre Celestial depositó en Mi Misericordioso Corazón.
Por eso, los invito a abrir la consciencia para que sepan que soy más que Jesús, un hombre humilde que vino a la Tierra, para enseñarles sobre el amor y la importancia de la instrucción para sus vidas.
Superen los límites de la materia. Abriendo sus consciencias, sus corazones sentirán Mi Presencia y sabrán que desde donde vengo es un lugar especial para todos, en donde todos pueden comulgar con esa preciosa Energía Divina que se ofrenda de tiempo en tiempo, que se muestra de ciclo en ciclo, para que las almas puedan reconocer la Voluntad de Dios.
No vean al Padre como un juez. Vean al Gran Único y Eterno en la infinitud de Su Misericordia. Reconozcan en su interior los atributos que Él les entregó por amor. Sagrados Dones de Su Espíritu que deberán despertar sus talentos, para que al igual que muchos hombres y mujeres de la Tierra, se animen a servirlo plenamente, viviendo el servicio con alegría y con un profundo gozo en el corazón.
Yo vengo desde ese lugar del Universo, para que sepan que soy más que un nazareno y que vine aquí, a la Tierra, así como vengo en este tiempo para llevarlos al Universo de Mi Verdad.
En la Universalidad de Mi Corazón, la que ustedes pueden encontrar, no tendrán restricciones ni límites. Porque lo que proviene de la Fuente y está en el Corazón del Hijo de Dios, invita a las almas a vivir los Proyectos del Padre y a realizarlos en este planeta por medio de la donación de las almas.
Los invito, compañeros, a encontrar Mi Espíritu Divino más allá de las formas y de las religiones; porque Yo provengo de un lugar superior que concibió la gran oportunidad para el mundo de traer a la Tierra el Amor y la Redención, a fin de que todos los seguidores de Mi Corazón, algún día se volvieran testigos de Mi Presencia y de Mi Palabra.
Es así que Yo no los vengo a evangelizar, ni tampoco los vengo a comprometer. Les vengo a traer el mensaje del despertar, porque este mundo y esta humanidad debe salir de la inercia en la cual se ha colocado, para que viva su gran transformación en nombre de todo el Universo y de toda la Creación.
Anímense a dar ese paso y háganlo más allá que Mi Nombre. Háganlo por todo el Universo, por la verdadera experiencia de amor que vivieron en otros tiempos, la cual hoy les traigo para que puedan recordar y así despertar.
No están aquí, en este planeta, solamente por una vivencia humana. Son parte de un Propósito y de un gran Plan Infinito, que fue pensado y meditado por la Fuente y entregado a los grandes Arcángeles de la Creación, quienes en el nombre del Amor y de la Sagrada Unidad han gestado los proyectos en todos los universos y especialmente dentro del universo interior de cada ser.
Por eso reconozcan su filiación con lo Alto. No les pido que se vuelvan religiosos. Les pido que sus vidas se rediman y se conviertan según Mi Mensaje, para que los Atributos de Dios puedan emerger en sus corazones.
Desde ese lugar del Universo vengo a ayudar al mundo y no me detengo por los que han quedado para atrás. Sigo adelante por los que Me acompañan. Cada alma tendrá su momento ante Nuestro Señor y eso es algo irrefutable.
Por eso con la consciencia que les traigo y con todo el Amor que les entrego, establezcan esa alianza con el Universo y sigan elevando sus consciencias, no solo a través del servicio o de la oración, no solo a través de la fraternidad y de la consideración, sino también a través del despertar de la consciencia para lo que verdaderamente cada ser de este planeta se ha comprometido a realizar en nombre de la Creación, por la redención de esta raza y la purificación de este planeta, para el establecimiento de una nueva y sagrada humanidad en comunión y en alianza con todos los Reinos de la Naturaleza.
Así, la historia de esta dolorida humanidad, cambiará para siempre si más consciencias responden a Mi llamado; si más consciencias se animan a buscar dentro de sí la riqueza de su universo interior, que es una memoria inapagable.
Yo necesito, compañeros, que descubran dentro de ustedes lo que verdaderamente son, así ayudarán también a construir los nuevos tiempos y llevarán al mundo la paz y el amor que tanto necesita, para que muchas más almas, al igual que ustedes, se animen a dar nuevos pasos en el sagrado compromiso con el Creador.
Buscando la unión con su universo interior, estarán en comunión con el Universo Superior y las leyes en sus vidas cambiarán y aprenderán por medio del amor y de la alegría. Así serán Mis testigos por medio de la transformación de sus vidas.
Por eso hay algunas consciencias en este tiempo, que temen dar ese paso, prefieren quedar en su resistencia y en sí mismos, para no cambiar. Las almas piensan que sufrirán por poder transformarse. Pero la Ley que Yo les traigo del Universo es totalmente lo contrario.
Anímense a cruzar el portal que Yo he cruzado una vez, aceptando la Voluntad del Padre y realizándola en la Tierra según Sus sagrados designios de la Fuente.
Por medio de Mis Palabras y del Universo que hoy les traigo a todos, disuelvo el pasado de Austria, los hechos de sufrimiento y de dolor, para que en el renacimiento de la Llama de la Fe y de la confianza en lo divino, las almas se animen a dar un gran "sí" al Universo.
Toda la humanidad está frente a una gran elección que podría cambiar el rumbo de los acontecimientos. Por eso, como hace más de dos mil años atrás, pero ahora en todos los lugares del mundo, vengo a llamar a Mis rebaños que vienen con diferentes experiencias, culturas, lenguas e historias profundas que Yo vengo a transformar y a sublimar en la Presencia del Dios Vivo, por medio del Hijo y de Su Corazón.
Celebremos este momento, en donde el Universo Superior ingresa en el universo interior de los corazones, para disolver el sufrimiento y el pasado y hacer renacer la alegría de estar en comunión con lo Alto.
Sean partícipes de este momento, no solo por medio de los Sacramentos, sino también a través de la unión interna de cada una de sus esencias con el Hijo del Amor.
Incienso.
El altar será bendecido para profundizar aún más en la unión interna de los corazones con el Creador y para que Sus Ángeles resplandecientes desciendan a la Tierra y traigan la Gracia, el Perdón y la Misericordia, por medio de la transustanciación; una Ley que hoy se cumple en los corazones que comulgan con el Amor.
Única y poderosa Fuente del Universo, que creaste todo lo que existe y todo lo que vibra y que Te haces presente en el universo interior de cada ser; desciende ahora a la Tierra, para que las almas se liberen del error y renazcan en el poder de Tu Glorioso Amor. Amén.
Por el agua que brotó de Mi Costado, que esta agua de conversión y redención brote como una fuente inmaterial en los corazones que se abran para comulgar con Mi Espíritu. Amén.
Quien hoy se lave los pies, se librará del pasado y se le concederá una Gracia por los méritos alcanzados por Mi Corazón. Amén.
Te ofrecemos, Universo, el Sacramento de la Redención, para que las criaturas de este Universo material, que vibran según Tu propósito y entendimiento, puedan recibir Tus células de Luz, vibraciones sutiles e inmateriales que transforman lo más profundo de los seres, a fin de que se cumpla Tu Voluntad.
La Fuente Inmaterial del Amor que proviene del Universo, encarnó como un hombre para testimoniar al mundo la grandeza del Amor y de la Redención.
La Fuente Inmaterial les entrega el Cuerpo y la Sangre de Cristo para que sus células reciban los impulsos y los méritos que alcanzó el Redentor.
Por eso, hoy les recuerdo el Legado que quedó registrado en la memoria del planeta hace más de dos mil años.
Coman y beban del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, para que comulguen con el legado universal, que Dios expresó por medio de Su Hijo.
He aquí el Amor Vivo entre los hombres y mujeres de la Tierra. Felices serán los que comulguen con Él, para recibir la Gracia de la Fuente y la Misericordia del Único.
Que así sea.
Padre nuestro...
Este es Aquel que se entregó por ustedes y que se seguirá entregando. Dichosos serán los que participen de la comunión con la Fuente Inmaterial. Amén
Que en Austria y en Europa Oriental se establezca la Paz, a fin de que los corazones despierten al llamado de la Fuente para renovar los tiempos, para cambiar las formas, para encender nuevamente los espíritus y alegrar los corazones.
En el nombre de la Fuente del Amor y del Centro de este Universo, Yo les doy la Paz, para que sean paz, para que irradien paz, para que lleven la Paz de Mi Corazón a los que más lo necesitan.
Dios bendiga en este día, por intercesión de Su Divina e Insondable Misericordia, a todos los que escuchan Mi Palabra.
Reciban la Paz y la Misericordia de Dios.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi gran Convocatoria Universal.
Ahora pueden darse el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Mi Presencia en el mundo es inextinguible. Llegará un momento, cuando todo haya terminado, en donde Yo retornaré. Y no será una promesa más sino una verdad, porque estaré a su lado compartiendo Mi Gloria y la alegría de ustedes por haber encontrado el Reino de Dios, a pesar de las tribulaciones. Por eso sigan adelante y no bajen los brazos.
La Verdad que Yo traigo es muy dura, pero también es reveladora.
Con la misma pureza que ustedes me dan Yo puedo reconstruir el mundo. No hay nada que sea desaprovechado. Este tiempo tiene un valor incalculable ante los ojos de los hombres.
Pero en Mi Corazón aún se guardan muchos más misterios que espero poder revelarles algún día, para que sean parte del Universo, como son parte de la Tierra. Y para que así, las Leyes se unan y se cumpla la Sagrada Voluntad.
No dejaré para atrás a ninguno de los que he llamado por su nombre, aunque hayan pecado o Me hayan ofendido, porque el misterio de Mi Misericordia aún no es comprendido, solo es reconocido por el corazón que se abre para poder encontrarlo.
Como la proclamación de su fe hoy ha sido tan explícita ante Mi Presencia y sobre todo ante Dios, prometo regresar aquí en el mes de agosto, para que celebremos juntos la victoria de Mi Reino Celestial en todos los corazones de la Tierra que creen en la Palabra del Señor.
Benditos sean los que escuchan sin temor alguno y que solo buscan la verdad, para que estén dentro de Mi Sabiduría y para que, dentro de este momento cruel que vive la humanidad, puedan caminar libres, llevando el Amor de Mi Corazón hacia donde vayan y para los que más lo necesitan.
Hijos Míos, ustedes saben que sin amor nada es posible, ni en el plano espiritual ni en el plano material. El amor fue lo primero que brotó de la Divina Existencia para poder generar la Creación y después la vida. Es hacia esa Fuente que siempre deberán redireccionar sus vidas, para que estén protegidas de todo en este tiempo final, en donde se definirá la próxima humanidad.
Tal vez esperarían escuchar palabras celestiales en Mis últimos mensajes, pero en verdad las escuchan porque el amor también es decir “no”. Eso los corrige. Eso los endereza y los lleva hacia la paz, encontrando siempre refugio en Mi Espíritu, que es insondable e infinito.
El mundo recapacitará a través de grandes sufrimientos, pero eso es lo que Yo no quiero, porque el sufrimiento en el mundo ya es muy grande y doloroso.
Por eso, el amor que coloquen en todo lo que hacen permitirá renovar los tiempos y las consciencias. Pero si ustedes no colocan amor en lo que Yo les pido, ¿cómo triunfará el Reino del Padre en la Tierra? Si es el amor que perdonará, es el amor que reconciliará, es el amor que concederá la cura a las almas. Sin el amor nadie podrá sobrevivir, por más que lo diga con su propia boca y lo pronuncie con sus propios labios.
Yo vine al mundo, hace mucho tiempo, para enseñarles el amor que la humanidad había olvidado por arrogancia, poder y ceguera espiritual.
Con ese mismo Amor que Me llevó hasta la Cruz, hoy Yo vengo a ustedes para bendecirlos y colmarlos con la Luz de Dios, que proviene de la Fuente Primordial. Es esta Luz que los hará invencibles. Es esta Luz que los hará humildes. Es esta Luz que los convertirá en pacificadores para estos tiempos críticos, en donde el juicio no tendrá poder, sino la Misericordia.
Necesito, compañeros, que Mis servidores ingresen en la próxima Escuela de la Lealtad, que es algo que la humanidad desconoce genéticamente.
Por medio de los méritos alcanzados por su Maestro y Señor durante Su Vida pública durante su Pasión, Muerte y Resurrección, Yo les traigo en este día el código de la Lealtad, que los hará verdaderos entre ustedes, como hermanos. Esto los hermanará cada vez más, cuando los tiempos se vuelvan más difíciles y solo exista la unidad entre las criaturas para poder vencer al enemigo, que subirá a la Tierra desde su más profundo abismo, para intentar llevarse a muchos más.
Esta Tierra, este planeta, deberá convertirse en la nueva Tierra prometida. Y esto comenzará en Sudamérica, hasta que finalmente sea en todo el planeta. Pero primero, compañeros, deberá nacer de ustedes esta Tierra Prometida. Ustedes deberán tornar sus vidas sagradas, para que la nueva Tierra, junto a la nueva Aurora, puedan despuntar y llevar hacia el Universo este legado de la redención de sus vidas como el trofeo más preciado de la victoria de Cristo, su Señor.
Por eso llegó la hora, compañeros, de que en el silencio de su corazón se pregunten si están cumpliendo con Mis designios o los están apartando de sus caminos. Cada uno sabe lo que vino a darme, por más de que no tenga consciencia.
El Amor que Yo les traigo, de tiempo en tiempo, es lo que les revelará la virtud de su propósito para esta vida. Por lo tanto, antes de dar un paso en falso, recapaciten. Y a los que están perturbados por no poder trascenderse, que crean más en Mí, para que Yo pueda estar en ustedes y hacer de este momento un triunfo celestial.
Por medio de Mis palabras, Yo les traigo las redes de la salvación, las cuales extiendo del Cielo a la Tierra para que las almas se eleven a Dios y reencuentren el camino hacia el origen, en donde se ha firmado el compromiso real de sus consciencias. Que Me escuchen en el mundo y hagan vivas Mis palabras en sí mismos, desde donde nacerá la nueva Tierra, la que impulsará a un gran cambio, a una gran mudanza planetaria en la humanidad. Y que este impulso sea la preparación para la próxima venida de su Maestro y Señor.
Aún hay mucho por trabajar. Los designios todavía no se han cumplido. Y necesito que comprendan que cada etapa cumplida es un triunfo para el Reino de los Cielos en esta humanidad. Cada aporte y cada esmero que colocan para que Mi Voluntad se cumpla es un triunfo del Reino Celestial, en una humanidad perversa que por alejarse de Dios, ha perdido la paz.
Pero a pesar de que este escenario se encuentre de esa forma, aquí en este planeta despiertan nuevos Cristos, que conocerán qué es estar vacíos de sí y entregados a la nada, para que el Espíritu arrebatador del Amor de Dios los transforme por entero.
No pierdan la oportunidad de amar. No pierdan la oportunidad de servir. No pierdan la oportunidad de convertir sus vidas según Mi mensaje, porque esta es la nueva parábola que Yo les traigo. Ustedes deben superarme en el amor, porque sé que lo pueden hacer, aunque no lo crean.
Vayamos juntos al destino de una nueva humanidad, libre del error, libre del sufrimiento, libre del dolor y de la indiferencia. Concretemos juntos este Plan, que se muestra a esta parte del mundo desde el Universo por medio de la Presencia del Hijo de Dios, de la emanación del Amor de Dios para todas las criaturas de este Universo y de otros.
No pierdan el amor por Mi Obra, porque si no, no podré seguir adelante y eso sería grave, porque muchos se darán cuenta muy tarde de lo que hicieron.
Mientras aún hay tiempo, compañeros, trabajen diariamente por el amor y la lealtad; para que el mundo sea convertido, para que las naciones sea aliviadas, para que más y más sufrimiento desaparezca y triunfe el Amor del Hijo de Dios en los corazones del mundo.
Con el amor de la Luz de Aurora, que hoy nos irradia y nos colma, reconfirmemos, hijos de Mi Padre, este compromiso de hacer vivo el Plan en sus vidas, para siempre:
Que los que están confundidos reciban sabiduría.
Que los que han cerrado su corazón reciban el perdón.
Que los que se han apartado de Mí reciban discernimiento.
Que los que odian por alguna causa reciban Mi Amor, para volverse libres de sí mismos.
Que todo lo que ha sido obstruido sea reparado.
Que el mal que es hecho en el mundo sea disuelto.
Que los infiernos se cierren.
Que la perdición de las almas termine y que la Luz del Cristo vivo, del Dios del Amor, triunfe en las esencias. Amén.
Y así, que se cumpla el advenimiento de lo nuevo y que todo sea renovado, porque en Mi Corazón siempre tendrán refugio para comprenderlo todo.
En el Amor se encuentra la Verdad y la Verdad los llevará a la Paz. Y la Paz les dará la Lealtad para que sus vidas representen a Cristo en la Tierra, a pesar de todos los ultrajes y de todos los errores cometidos hasta el presente.
Hoy bendeciré de forma especial a los que se lavarán los pies, para que reciban el Don de la Sabiduría y para que esa Sabiduría abra sus caminos hacia el sendero de la Redención.
Que todo sea renovado y que nadie quede para atrás, porque Mi deseo es verlos a todos cuando Yo retorne al mundo, para reconsagrar el planeta al Eterno Corazón de Dios.
Que en este momento, los ángeles transustancien los elementos, como el Hijo de Dios transustanció el pan y el vino para que las almas comieran de Su Cuerpo y de Su Sangre, y se unieran así al Dios del Amor.
Que todas las faltas sean disueltas. Que el pasado sea borrado y que el eterno presente sea el propósito que guíe a los corazones.
Tú, Señor, que creaste primero el agua para este planeta, de donde proviene la vida y la humanidad, deposita en ella los Dones de Tu Fuente, para que todo sea curado según Tu Voluntad.
Que el Uruguay sea bendecido con un mayor discernimiento y que las almas tomen consciencia de la verdad; para que, en un profundo arrepentimiento y en una soberana penitencia, todo sea reconstruido para que vuelva a vivirse el Principio de Dios.
Lava los pies, Señor, de los que están heridos. Disuelve sus faltas y tormentos, y entra en sus corazones, para que todos vivan Tu Eternidad.
Y hoy, con especial gozo, recuerdo junto a los Míos este divino legado, tan simple, pero verdadero, que Yo dejé para todos cuando tomé el pan, di gracias a Dios y Él, con el soplo de Su Espíritu, lo bendijo. Y le dije a Mis apóstoles y a todos los que estaban presentes, en el silencio de los planos internos: Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado para el perdón de los pecados.
Y así, la Divina Gracia descendió.
De la misma forma tomé el Cáliz. El Padre lo bendijo con los méritos de Su Gloria. Lo pasé a los apóstoles y les dije: Tomen compañeros y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre, Sangre que será derramada, Sangre de la Nueva Alianza que unirá a los corazones Conmigo, hasta el fin de los tiempos. Hagan esto en Mi memoria y por la redención de la humanidad. Amén.
Padre Nuestro...
Y así se constituyó el legado del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Antes de retirarme del Huerto Getsemaní, para vivir los primeros pasos de Mi agonía y después de la última Cena, Yo les dije a los apóstoles, así como a todos los ángeles que estaban presentes: Yo les doy Mi Paz y vivan en Mi Paz por amor a Mí. Dense el saludo de la paz.
Que esta paz renueve todas las cosas. Que esta paz traiga la esperanza y la alegría de poder vivir siempre en Dios, a pesar de lo que suceda.
Que esta paz se extienda a toda la Tierra y se grabe en los corazones que más necesitan de paz.
Yo los bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por proclamar hoy la oración de la Divina Misericordia con el corazón. Y que esto se repita mañana con la misma alegría que hoy.
¡Les agradezco!
Si vives dificultades dentro de Mi Plan, es señal de que él se está cumpliendo.
Ten siempre una mente madura y un corazón fuerte, para aprender a superarte a tí mismo todos los días, sabiendo que por detrás de cada prueba y de cada desafío, está Mi Corazón y se proyecta Mi Voluntad sobre tu vida: en todos tus sentidos, en cada respiración, así como también en cada nuevo sueño.
No pierdas tus expectativas. Eso también se lo dije a Mis apóstoles en el pasado. Mantén tu espíritu ardiente y el gozo de Dios siempre te colmará.
No existe amarra ni lazo que no pueda ser desatado. No existe obstáculo ni prueba que no pueda ser superada. Porque si confías en Mí plenamente, Mi Corazón te protegerá y Yo siempre renovaré tu vida a través de los aprendizajes, de las enseñanzas y de las pruebas, que en este próximo tiempo deberás vivir por Mí.
Pero no te desanimes. Si Yo Soy tu Señor y tu Dios, nada te faltará. Tengo grandes tesoros especiales para entregarte, cuando tus pasos se dirijan solo hacia Mí y puedas encontrar la libertad en Mi Camino.
No tengas miedo de saber lo que te espera a la vuelta del camino. No tengas miedo de sentir el poder y el rigor de Mi Voluntad, porque si Yo, que Soy tu Esposo y tu Compañero, estoy a tu lado, nada te pasará. Solo necesito que crezcas en los grados de amor, de la entrega y del servicio.
Muchas almas necesitan aprender por medio de tu ejemplo, sincero y verdadero, para Conmigo.
Cuando estés a punto de caer en el abismo o en una gran dificultad, te sorprenderás, porque Yo te tendré entre Mis Brazos, para consolarte y darte la fuerza del espíritu.
A Mis más preciados soldados, a los que Yo he convocado y he escogido para Mi tarea planetaria, les exigiré grandes cosas. Y sé que tal vez, podrán ser grandes para ellos, pero Yo siempre los socorreré, siempre los auxiliaré. Y a pesar de que Mi Consciencia esté en silencio, no perderé un momento, ni la oportunidad de poder acompañarlos en los pasos hacia la transformación y de la redención.
Apóstol Mío: vierte tus aspiraciones sobre Mí, porque Yo también deseo ser consolado por tu entrega, por tu dedicación y por tu gran perseverancia. Solo deseo el bien para ti, pues Yo, el que te habla, que Soy tu Dios, estoy aquí; confía en Mí y tómate de Mi Mano, para poder llegar hasta el fin, a lo que más deseo para ti, a lo que he pensado y he diseñado en la meditación de Mi Corazón y de Mi Espíritu.
Yo solo seré tu refugio y no existirá otro. El mundo es una ilusión y se sumerge en sí mismo, en la perdición. Por eso Yo ofrezco grandes sacrificios para los que he escogido con Mi propia Mano. Y aunque tú no comprendas completamente Mi Voluntad, Yo te ayudaré a sustentar la cruz que Mi Padre te ha entregado. Y seré el nuevo Cirineo, Aquel que viene a ayudarte para alcanzar la libertad y el perdón de todas tus penas.
¡Vacíate, vacíate, solo vacíate !
Anímate a hacerlo por Mí y Yo haré muchas cosas a través de ti, porque Mis designios son muy desconocidos; Mis Voluntades son inexplicables. Pero Mi Propósito para tu vida es muy claro y nunca lo cambiaré, porque lo que está escrito en el Corazón de Mi Padre se cumplirá.
Por eso, Yo te llamo. ¡Sígueme y no te canses de hacerlo!
No vengo a mirar tus pecados. No vengo a contemplar tus imperfecciones, tus dudas, ni tampoco tus fracasos. Solo necesito que confíes en Mí y que Me esperes todo el tiempo en la adoración, en la oración, en el silencio, en la comunión con la Naturaleza. Y de la nada, todo se disolverá, porque Mi enemigo no conoce el amor, ni el poder que él tiene.
Tú eres una chispa de Dios. Eres una célula inmaterial de Su Espíritu. Y Él una vez sopló y viajaste por el Universo para encarnar como espíritu, dentro de una gran experiencia que es el amor.
Sin amor nadie puede vivir, tampoco el mundo. Sin amor, las almas mueren. Sin amor, las almas enferman. Cuando no puedas estar en el amor, búscalo en Mí, que Yo te lo daré, te lo haré sentir como en el primer día en el que te decidiste a decirme sí. Y todo pasará. No existirá angustia ni temor que prevalezca, porque el Amor que Yo tengo por los que he escogido con Mi Mano es intransferible.
Reposa, en esta noche, tu espíritu sobre Mis Brazos y entrégate a Mi Amor renovador. Yo tengo la potestad de cambiar todas las cosas y todos los acontecimientos. Si por lo menos las almas del mundo miraran con sinceridad a Mi Corazón, ya no existiría el sufrimiento.
Por eso sufro por los que no se entregan. Sufro por los que Me abandonaron y no supieron confiar en Mi Amor; porque Mi Amor, hasta el fin de sus vidas, será desconocido y solamente lo conocerán en la Eternidad, en el Paraíso, en donde ya no existe ni vive el dolor, ni el sufrimiento.
Quisiera, apóstol Mío, que te rindieras a Mis Pies, que te postraras ante Mi Presencia cada vez que lo necesites; porque Yo te levantaré del suelo y te haré fuerte, tan fuerte como lo fueron los apóstoles y nadie perderá su camino, porque quien confía en Mí no perecerá. Podrá atravesar una gran prueba, pero en el mayor naufragio, en la mayor duda o en el mayor cautiverio, Yo estaré allí presente, esperando que Me busquen, que Me encuentren, que Me abracen y que sientan el Fuego Misericordioso de Mi Corazón.
Hoy entrego estas palabras a los que persisten y no se cansan; a los que se animan a amar todos los días más allá de sí mismos. Porque si en verdad amaran el misterio, él se conocería y las almas adquirirían sabiduría para realizar las Obras de Dios.
Hoy vengo a cicatrizar una herida espiritual imperceptible y a pasar Mi Mano sobre ella para poder curarla, sabiendo que la Voluntad de Mi Padre se cumplirá.
No desistas ni te canses. El soplo del Espíritu te auxiliará y se abrirán las puertas, se iluminarán los caminos y las tinieblas desaparecerán a tu alrededor. Solo necesito que te entregues a Mi Confianza, para poder dar el gran y último paso, el que te desposará Conmigo eternamente. Y viviremos una Alianza espiritual y amorosa, desconocida para tu alma. Porque quien se desposa Conmigo alcanza la libertad y es semejante a un ave en alto vuelo, libre para poder alabar a Dios por toda la eternidad y para estar algún día entre los santos y los bienaventurados, proclamando con los coros celestiales, el retorno de su humilde Maestro y Señor.
Padre, hoy Te imploro. Da fuerza a los que Te escuchan. Da ímpetu a los que Te siguen. Haz crecer la fe en los corazones que Te claman. Y Te aseguro, Adonai, que el mundo cambiará, porque la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos, que serán como llamas semejantes al Espíritu Santo y que estarán entregadas a Ti, en adoración.
Padre, Amado Señor, fortalece la esperanza; obra en Tus criaturas por medio de la cura y de la redención, para que todos los autoconvocados y los que aún no se convocaron, estén a Mi lado, celebrando junto a Mí la ceremonia del Perdón y de la Reconciliación.
Da a conocer, Señor, Tu Infinita Voluntad. Da de beber a todos de la Fuente de Tu Amor, para que las heridas más profundas y desconocidas se cicatricen y se establezca, Señor, Tu Reino para siempre. Amén.
Deja tu corazón vacío para Mí, y Yo podré depositar Mis mayores tesoros, los que se revelarán con el tiempo por medio de tu servicio, de tu entrega y de tu caridad.
Que Mi Nombre resuene en los corazones del mundo, para que Mi Palabra se cumpla en todos los que he llamado en este tiempo, para servirme.
Quédate en Mis Brazos y siente Mi Paz.
Quédate en Mis Brazos y siente Mi Aliento.
Abrázame fuerte y escucha el latido de Mi Corazón, coloca tu cabeza sobre Mi Pecho, para que resuene en tu interior la flamante Llama de Mi eterno Amor.
Que tus faltas se disuelvan. Que tus pecados sean perdonados y que tu alma se consagre a Mí, para que en los últimos días de la vida, te unas en matrimonio espiritual Conmigo, para siempre.
Y así, los Jardines del Cielo florecerán. Y como una dulce esposa, caminarás entre las rosas hacia Mi encuentro, libre del pasado y de todo dolor. Y al final de los Jardines, Me encontrarás y colocaré en tus manos Mi Sagrada Alianza, para que seas Mi compañera de camino y así vivas, después de esta vida, Mi Voluntad en otros espacios del Infinito.
Y serás una estrella incandescente, que tendrá escrita en su interior la historia de la redención y del perdón. Y muchos seres del Universo conocerán esa historia, porque finalmente tu esencia será como un espejo que derramará de la Fuente, el Amor, que todo perdona, todo cura y todo redime.
Y reuniré a las estrellas del Universo para la ceremonia. Y todas las esencias que se han consagrado a Mí, se desposarán con su Rey y Señor. Y Yo, con el Cetro de la Luz de Dios, en compañía de María Santísima, bendeciré a todas las esencias, las consagraré y las desposaré con Dios, para siempre.
Y en esa hora ya no existirá el mal, porque todos los que hayan confiado en Mí, conocerán el verdadero Amor y la verdadera Sabiduría.
Pacifica tu corazón. Calma tu mente y entrégate a Mis Brazos, para que Yo pueda dejar en ti el Universo de Mi Amor y de Mi Misericordia.
Vean cuán grandioso es el Amor del Padre; Él, que es tan grande e infinito, se hizo pequeño entre Sus criaturas, y entregó lo más grande que tenía: a Su Hijo, para que Él, mediante el pan y el vino, diera de comer de Su Cuerpo y diera de beber de Su Sangre, a fin de establecer la Alianza entre las almas y el Creador.
Con especial gozo y alegría, hoy bendigo este pan. Y vuelvo a repetirles: tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que fue ultrajado por los hombres, para el perdón y la remisión de los pecados.
De la misma forma les digo: tomen y beban todos de él, porque este es Mi Cáliz, es Mi Sangre de la nueva y eterna Alianza entre los hombres y Dios, a fin de que se cumpla Su divino y magnífico Propósito.
Que los que hoy coman y beban de la Mesa del Señor se regocijen, porque sus pecados fueron perdonados, sus amarras fueron liberadas y el Amor del Glorificado y Sagrado Corazón de Jesús triunfó sobre los redimidos. Amén.
Y ahora, deja que Yo lave tus manos, tus pies y tu cabeza, con la Fuente Espiritual del Amor, para que todo sea renovado y no existan dudas de que este es el Camino que Yo te ofrezco para vivir todos los días, hasta que Yo pueda ver con Mis propios Ojos y sentir con Mi propio Corazón, que Me has superado en el Amor.
Y aunque no lo creas, eso es posible, porque quien de verdad ama, se dona; y quien se dona, se entrega a Dios incondicionalmente.
Establece entonces, para los días que vendrán, este matrimonio Conmigo y deja que te coloque el velo para desposarte Conmigo y te entregue Mi Alianza para que te unas a Mí. Porque Mi Corazón no solo guarda tesoros, sino también muchos misterios de amor, que en este tiempo deseo derramar sobre las almas que Me buscan y que deseo entregar a las almas que más Me necesitan.
¡Tengo tanto Amor para dar, pero muchos corazones lo rechazan y lo cambian por otras cosas, por otros deseos o por otras satisfacciones!
¡Necesito de Nuevos Cristos para poder seguir adelante con Mi Obra!
¡Sonríeme!, porque quiero ver tus ojos brillar y que tus lágrimas sean de gratitud y de esperanza por los que sufren, por los que lloran con desconsuelo y no tienen alivio. Y así, a través de ti, Yo podré llegar a cada una de ellas y te reafirmarás en tu camino, hasta que al final te encuentres Conmigo en el Cielo.
Quiero escuchar, en esta noche, una canción de una esposa Mía, canción que revela una historia de amor entre un alma y Mi Corazón. Y por la cual, todas las almas se podrán sentir unidas a Mí, por medio de ese canto tan simple.
Deseo que algún día, en su ardiente aspiración y compromiso Conmigo, nos veamos cara a cara. Porque por más que Mi trabajo y Mi deber sea muy grande para con el mundo, el Señor siempre tiene Su espacio para los que necesitan ser escuchados en la oración y en el silencio.
Yo los bendigo en nombre de todos los ángeles y arcángeles del Cielo, en nombre de la Fuente renovadora del Amor que cura y cicatriza las heridas.
Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén entre ustedes, ahora y siempre. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llevaré la súplica de esta canción, por todas las almas que no tienen la oportunidad de conocerme ni de escucharme. Eso habla de la importancia de difundir Mi Mensaje al mundo entero y en todas las lenguas posibles.
Les agradezco.
Dejen que Mi Espíritu los invada completamente, para que puedan comprender lo que hoy necesito.
Dejen que Mi Corazón los colme y los transforme, a fin de que en ustedes se pueda crear un nuevo ser.
Yo vengo a estar sobre Argentina porque lo necesita para este tiempo final y sus corazones también lo necesitan, para que puedan aprender a vivir en Dios y así saber cumplir Su Propósito, que llega en estos tiempos a llamar a todos los corazones, a todas las vidas que se abran para unificarse Conmigo en el Amor y en la Verdad.
Pero hoy, no solo vengo por ustedes, compañeros; también vengo por los que ya Me siguen, por los que están viviendo sus pruebas, por los que están enfrentando su transformación.
Pero sepan que todo está en su lugar, tanto lo que vive el mundo como lo que ahora viven ustedes en este tiempo de transición, en donde las almas y los corazones deben aprender a amar, como nunca antes han amado.
Por eso sean fuertes, sean valientes y den los pasos definitivos hacia Mi Corazón, Yo los ayudaré compañeros.
Yo estoy aquí extendiéndoles Mi Mano para que la tomen fuerte y sepan caminar Conmigo en este tiempo de tinieblas, en este tiempo de desafíos; en el que ni siquiera ustedes saben que es lo que sucederá de aquí a un segundo.
Por eso vivan en la Fe, vivan en el Amor y aspiren todos lo días por la Divina Unidad, para que Mi Padre los pueda recibir con Sus Brazos abiertos; para que Él les pueda entregar sus Gracias y para que en este tiempo se forje en ustedes el nuevo hombre, aquel hombre que está libre de amarras, de cadenas y de prisiones.
Permitan que el Fuego de Mi Corazón los traspase profundamente.
Permitan que Mi Luz los compenetre desde la esencia, hasta el espíritu: que todo sea modificado, que nada se cristalice, que todo se transfigure y que todo se polarice hacia la Luz, para que puedan conocer en el próximo tiempo Mi Reino; aquel Reino que Yo he hablado en tiempos pasados a los apóstoles y a todos los que tuvieron la Gracia de escuchar Mi Voz en el Nombre de Dios.
Vengo para entregarles lo mismo, Vengo para darles Mi Legado.
Necesitan aprender a vivir en la Ley y a no salir de ella. Si están en la Ley, estarán protegidos y no tendrán que sufrir compañeros.
Acepten este tiempo de transformación como algo único y ya no hagan sufrir a sus hermanos; al contrario, que ellos puedan sentir su amor, su transparencia y su humildad que deben hacer de sus corazones, que debe surgir de sus esencias, para que el viejo hombre muera y surja el verdadero espíritu; aquel espíritu que recibirá los dones de Dios, aquel espíritu que formará parte de la nueva humanidad y de la nueva Tierra.
Mientras tanto, transfórmense, transfórmense mucho, pero de verdad, háganlo por Mí y por sus hermanos.
Demuestren a Dios que están comprendiendo y ya no pierdan tiempo, porque Mi Retorno está próximo y Yo los necesitaré verdaderos; tan verdaderos, tan cristalinos como el agua que surge de las entrañas de la tierra y que les da beber de la vida, que les quita la sed, que los cura y los redime.
Compañeros Míos, sean el bálsamo de Dios; sean curadores del nuevo tiempo por medio de la oración y no de las palabras; sean servidores del ejemplo y de la caridad; que los corazones del mundo puedan sentir las expresiones de su amor, para que todo se vivifique y se redima como Dios, nuestro Padre, que está en los Cielos lo necesita.
Atraviesen, compañeros, el puente sobre los abismos y únanse en lazos de amor y de unidad para que puedan atravesarlo sin miedo y sin dudas.
Porque si su Fe es fuerte, nada les atormentará, y tendrán firmeza y coraje para poder atravesar muchos puentes más; puentes que los esperan mas adelante, en el próximo tiempo, cuando todo termine de definirse.
Hoy vengo aquí por ustedes y por el mundo, con este mensaje para despertar en cada corazón humano la consciencia del Amor; un Amor que los hará libres, un Amor que los quitará y los sacará del cautiverio en el cual puedan estar en este tiempo.
Pero sigan confiando en Mi Divina Misericordia porque así Yo siempre los ayudaré.
Mientras les hablo vengo a liberarlos de las prisiones de aquello que los acongoja, de todo lo que perturba el corazón. El tiempo que se aproxima no será fácil. No puedo prometerles la vida eterna sobre este planeta en llamas y en tribulación; pero puedo prometerles Mi Reino, mientras estén aquí, sirviéndome incansablemente.
Les pido que crezcan no solo de corazón, sino también en consciencia, sabiendo en este tiempo discernir con sabiduría; para que cada prueba que vivan compañeros, la sepan superar y no se coloquen ustedes mismos en un constante naufragio que no existe, que solo vive en la mente.
Permitan en este tiempo que la Jerarquía espiritual abra las puertas a lo desconocido y los secretos puedan ser develados, porque así sus espíritus se elevarán y no estarán tan inmersos en esta materia que los ata a la perdición y que no les permite dar el paso a la verdadera entrega.
Como a Mis apóstoles, Yo les vengo a pedir lo que es simple, lo que nace del corazón; por eso crean en lo que les digo, porque así se cumplirá.
Ya no se dejen engañar, abran los ojos para poder mirar hacia el infinito y encontrar así su verdadero origen.
Vinieron aquí a este mundo para experimentar el amor y el perdón, la aceptación, la compasión, la entrega y la consideración con el semejante.
Si el mundo no se une en este tiempo, no podrá sobrevivir; así como ustedes hoy se unieron en Mí y Yo me puedo unir a ustedes compañeros.
Hagan vivir este ejemplo a sus hermanos y a sus familias, porque lo necesitarán. En esa hora ya no podrán existir divisiones, conflictos, ni dudas. En la hora más culminante de la Tierra, deberá prevalecer la Sagrada Unidad. Eso los hará fuertes los hará invencibles y sabrán de esa forma esperarme, hasta el último segundo cuando Yo ponga Mis pies sobre este planeta.
Vengo a Argentina porque la amo y necesito de su respuesta incondicional, para poder llevar adelante Mi Obra Redentora en esta parte del mundo.
Les envié a la Mensajera fiel de Dios, para que la pudieran escuchar, ahora Yo vengo a su encuentro para que también Me escuchen con el sagrado ardor del corazón y con la devoción plena de Dios.
Vengo a traerles lo nuevo y lo que aún no conocen, Vengo a traerles lo que nunca han vivido en esta vida. Les ofrezco la comunión con Mi Sagrado Corazón, para que se animen todos los días a amar un poco más de lo que creen que aman.
Sean compasivos con los que sufren y no le reclamen, sean compasivos con los que sustentan Mi Obra y no les reclamen; porque en ellos He puesto el peso de Mi Cruz, para que la carguen Conmigo hasta el final, aunque nadie lo comprenda.
Pero Yo no dejaré solos a los que les he confiado Mi Reino, así como hoy les confío a ustedes el Reino, compañeros Míos.
Vivir para Dios es una responsabilidad máxima, pero en su fondo está lleno de Su Gloria , de Su felicidad celestial.
No quiero que en este tiempo, pierdan la oportunidad de crecer interiormente y de hacer todas las cosas por amor y no por fuerza humana. Unan sus manos y sean una sola familia, para que Nuestros Sagrados Corazones puedan estar aquí, entre ustedes, todo el tiempo.
Quisiera que fueran un espejo de Mi Corazón sobre este planeta que está agonizando y muchos no lo quieren ver.
Salgan de sus casas, crucen las puertas de sus hogares y encontrarán la realidad de la cual Yo les hablo en este mismo momento. El sufrimiento y el dolor se ha expandido sobre el mundo y en todos los seres.
Ustedes deben ayudarme a aliviarlo y a no generarlo. Ustedes deben ayudarme a extirparlo y a no crearlo. Sean generadores en este tiempo de la Divina Misericordia de Mi Corazón para que Yo pueda estar presente en los que más necesitan de la Cura y de la Redención.
A los que ya Me siguen desde hace tiempo les digo: Usen las herramientas que Dios les entregó y podrán superar todos los tiempos y todas las pruebas.
Honren el Legado que les fue entregado en sus manos durante tantos años y pónganlo en práctica, así Me ayudarán a que Mi Obra y Mi Misión se expanda en el mundo y no se restrinja por sus formas.
Beban en esta hora, de la fuente del conocimiento que les traigo y se podrán transformar; pero permítanme compañeros, que Yo pueda entrar en sus corazones y vidas y así Yo podré borrar lo que los hace sufrir y lo que los perturba.
Si el mundo escuchara Mis Palabras ya sería otro. Si el mundo viviera Mis Palabras, ya sería otro. Pero sé que eso dependerá de Mis compañeros y de Mis servidores.
Que esta misma Gracia que Yo les traigo, de forma incondicional pueda llegar a los que más la necesitan.
Hoy tendré la Gracia de bendecir una familia, en nombre de muchas más, para que la cura de Mi Sagrado Corazón se establezca en los que aspiran algún día encontrar la paz.
Hoy las ungiré con el aceite de la reparación, de la misma forma que las santas mujeres ungieron Mi Cuerpo en el sepulcro, para dar honra y gloria a su Redentor.
Hoy consagrando a esta familia, consagraré a las familias del mundo para esta Natividad; para que esta misma oportunidad de redención, de perdón y de reconciliación compañeros, llegue a las almas que desesperan y que no tienen Luz interior.
Que se puedan abrir las puertas para la cura de las almas y que todo se pueda renovar.
Que se puedan abrir las puertas a la reconciliación y que todos se puedan perdonar.
Porque Mi deseo es poder vivirlos plenamente y sin restricciones; así como lo pude vivir en muchos corazones de hombres y mujeres imperfectos, pero santos, que vivieron Mi dolorosa Pasión.
Hoy establezco, por intermedio de este aceite, la consagración divina de esta familia que he escogido a pedido de Mi Padre, para que muchas familias más despierten al verdadero amor y al perdón.
Ofrezco esta consagración por la gran familia de la Comunidad de la Nueva Tierra, y deseo, que este aceite pueda ungir a los que están enfermos en ese lugar; y deseo que sepan que no Me he olvidado de nadie y que llegaré hacia ellos a su tiempo, para llevarlos Conmigo a una nueva vida, libres de sufrimiento, libres de la perturbación, del dolor y de la angustia.
Que las alas de esas almas que están enfermas en la Comunidad Nueva Tierra se puedan abrir, porque les ha llegado la hora de dar grandes vuelos hasta Dios, el Creador.
Mi último deseo compañeros, antes de esta unción especial por las familias del mundo y por los niños, es que sepan que esperaré a Mis compañeros, a Mis seguidores y a las familias en el Reino de Aurora durante este mes de diciembre; para que puedan ver a su Señor caminando entre los naranjos, viviendo y sintiendo en los corazones que creen en la cura interior y en la redención; para que brote en ellos la Nueva Aurora, el nuevo amanecer en cada ser.
Señor Todopoderoso, que te dignaste estar presente en el Cuerpo y la Sangre de Tu Hijo, por medio de la Pasión, la Muerte y la Resurrección, Te pido, Padre, en esta noche que bendigas a la Argentina para que ella ingrese en el proyecto de Tu Tierra Prometida. Amén.
Yo les doy la paz para que la vivan, la experimenten, y la den todo el tiempo a sus hermanos.
Deseo que también lleven medallas de Mi Glorificado Corazón para la Comunidad Nueva Tierra; porque Mi aspiración es estar sobre el pecho y los corazones de Mis hijos para protegerlos y acompañarlos más de cerca.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Y les agradezco en esta noche por haber buscado Mi paz y Mi consuelo.
Arcángel Gabriel:
Yo Soy el Arcángel Gabriel, el Mensajero de Dios.
Vengo antes de Cristo para anunciar una profecía.
Recemos al Hijo Primogénito.
Gracias por escuchar.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
En nombre del Cristo de la Luz...
Vamos a volver a cantar "Cristo, Tú el Amor" para esperar al Maestro.
Cristo Jesús:
Abracen su cruz y síganme.
Yo vengo del Cielo como un Mensajero de la Paz a traer esperanza a los corazones perdidos, a pacificar a los que Me juzgan, a traer cura a los que más la necesitan.
Yo Soy ese Gran Corazón del Universo que se anuncia a todas las almas, trayéndoles la renovación, la trascendencia y la transfiguración de sus consciencias.
Este es Mi Mensaje para el fin de los tiempos: Que todos Me puedan vivificar, no importando a qué creencia pertenezcan, porque si en ustedes está el Amor de Dios, estará el Amor del Hijo de Dios y Él los colmará, Él los guiará, ese amor los fortalecerá y sabrán cuál camino seguir en estos tiempos.
Yo estoy llamando a todas las almas que siguen diferentes caminos de luz, y más aún, llamo a aquellas almas que están perdidas en los caminos oscuros.
Incluso dentro de Mi Iglesia, Yo vengo a desterrar lo que ya está viejo.
Mi Gobierno es Divino y no es terrestre.
Mi Iglesia es Celestial y Universal y no está hecha de piedra, como está en las mentes de algunos corazones.
Yo vengo a traer para todos el Gran Espíritu de Mi Ascensión, aquel que pulsa en el corazón del Universo y que ha redimido a todos los mundos existentes. Así Yo les traigo también Mi Divina Misericordia para que en lo profundo de sus corazones puedan conocer Mi Paz.
No vengo a crear conflictos entre las naciones, ni tampoco entre las religiones. Mi única religión, queridos compañeros, es el Amor, y sé que desde el principio en que Yo estuve entre ustedes, los primeros no comprendieron Mi Mensaje. Y ese mensaje equivocado ha llegado hasta los tiempos de hoy, por eso la estructura de Mi Iglesia es muy rígida.
De tiempo en tiempo, a través de Mis Divinas Faces, Yo vengo a traer la renovación para poder romper con todas las estructuras que han cristalizado a muchos corazones de la Tierra.
Vivan en Mi Misericordia y profesen Mi Divina Misericordia verdaderamente.
Mi Cetro no está en los impíos, ni tampoco en los que creen gobernar a través de Mí.
Mi Cetro de Luz está en los humildes, porque no es nada material. Mi Gobierno es espiritual e incalculable.
Yo traigo para todos la Divina Misericordia del Universo, algo que atraje a la Tierra cuando morí en la Cruz.
Por eso, sientan estas cosas de verdad, transformen sus corazones a tiempo y no quedarán como sus semejantes, perdidos en sus propias ideas y proyectos.
Que todos puedan escuchar nuevamente, así como escucharon en el Monte de las Bienaventuranzas: Yo Soy el Hijo del hombre, Soy ese puro Corazón de Amor que se representa a través de la Misericordia para que todas las almas puedan alcanzar la redención.
En este ciclo final del planeta, nuestro mensaje no es traer terror a los corazones, sino consciencia y despertar.
Cuando el impulso de nuestros mensajes llegue a todo el mundo, verán cómo se mueven los castillos de arena de aquellos que construyen sus propias estructuras y dicen hacerlo todo en Mi Nombre. Pero esas cosas no son así, compañeros.
Yo los invito a vivir la renuncia de sí, el vacío de sí, para que Mi Iglesia que es celestial y no terrenal pueda despertar en todos los corazones que lo necesitan.
Por eso envío a Mis ángeles y arcángeles, para que den testimonio al mundo de que muchos de Mis apóstoles están equivocados.
Yo vine a traerles el Evangelio y la buena nueva a través de las cosas simples, de la oración, de la caridad y de la pobreza.
En Mi Iglesia Celestial no existe ningún bien, sino que solo se guardan los tesoros del Corazón de Dios que no son visibles para todos.
Abran los ojos, apóstoles Míos del mundo entero, sacerdotes que predican Mi Palabra.
Mi verdadera Iglesia aún está descendiendo al mundo, y esta es espiritual y sublime.
Dichosos de aquellos que Me adoran en el Santísimo, porque podrán comprender todos los misterios que hoy traigo.
Ya no molesten a sus hermanos, vivan su propia transformación antes que la puerta de la Misericordia se cierre. No habrá lugar o espacio donde podrán llorar.
Arrepiéntanse y hagan penitencia, sacerdotes, antes de que todo sea tarde.
Ya fue dicho y fue escrito: El Hijo de Dios junto a sus ángeles y arcángeles separarán la paja del trigo y vendrá con Su Justicia Divina para corregir a la humanidad y también a toda la iglesia de la Tierra.
Nadie se escapará de Mi Justicia Universal, pero si se arrepienten de corazón y no de apariencia, podrán encontrar Mi Reino Celestial.
Nuevamente, no depositaré Mis perlas preciosas en los cerdos.
Ayuden a las almas a que se puedan rescatar y cumplan la misión que vinieron a cumplir.
No difamen las cosas de Mi Obra y únanse en la caridad y en el ecumenismo, porque será el Amor de Dios que triunfará en todos los corazones de la Tierra.
Será ese Amor infinito e inexplicable lo que unirá a las religiones y a los credos, porque cuando Yo retorne al mundo físicamente, demostraré al mundo y especialmente a todos Mis seguidores, cuánto se han equivocado. Así abrirán sus ojos y podrán reconocer todo lo que hice a través de los tiempos, a través de todas las consciencias que Yo he autoconvocado.
No tienten al mal, porque en verdad no lo conocen. Únanse a MI Corazón y encontrarán la paz.
No sean incrédulos, no desmientan Mi Mensaje.
Mi Corazón viene a los que no han llegado a Mi Iglesia, a todos aquellos que ustedes no consiguieron atraer.
Vivan en el amor y estarán en Mi Divina Misericordia, y no serán tocados por la vara de Mi Justicia.
No desmientan Mi Mensaje.
Yo no vengo por el mundo, vengo por las esencias, por los corazones que necesitan reencontrar el amor y vivir Mi última y Divina Misericordia, porque Yo elevaré hacia el Reino de Mi Padre a los que están caídos y no serán Mis sacerdotes los que entrarán primero al Reino de Dios.
¿Se han preguntado alguna vez, si pudieran ir al purgatorio?
Todo está permitido en estos tiempos.
Vivan el amor, porque la humanidad lo necesita; así atraerán la paz, y así terminará el conflicto en todo el planeta.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cristo se fue.
Vamos a entrar un momento en adoración y a pedir perdón, por nosotros y por nuestros hermanos, por el cumplimiento de la Obra del Padre.
Cada uno hará su oferta para Cristo, en gratitud y amor.
El Arcángel Gabriel nos ha pedido el Santísimo. ¿Pueden traerlo aquí?
Vamos a mantener la conexión con los ángeles.
Vamos a mantenernos en oración silenciosa agradeciendo la presencia del Arcángel Gabriel, y lo que esto significa.
Vamos a mantener ese contacto con esa realidad, ese Reino Angélico y Arcangélico que viene a auxiliarnos y a traernos la paz. Y así vamos a prepararnos para adorar al Santísimo por algunos minutos, trayendo la paz para nosotros, para el planeta y para nuestros semejantes, para aquellos de quien Cristo habló.
El Arcángel Gabriel dice que penetremos el Universo del Santísimo con los ojos de nuestro corazón.
Que a través de este símbolo sagrado podamos encontrar el Reino de Dios y todos los ángeles adoradores que traen la Paz y la Misericordia de Dios para todos los Universos.
Vamos a adorar, dice Gabriel Arcángel, por todos aquellos que fueron ultrajados y sacados del camino de la luz.
Vamos a ofrecer esta adoración por esas almas, confiando en la plenitud de la Misericordia de Dios por cada una de ellas.
Unamos nuestras almas al Santísimo del Altar y confiemos en el Señor en este mismo presente, en el Eterno Presente del Creador.
Adoremos por los que son injustos y por los que lastiman el Plan de Dios, porque en su esencia, en verdad no conocen el amor, sino solo el dolor.
Tengamos misericordia, y seamos misericordiosos.
Reverenciemos.
Mi Dios, yo creo en ti...
Vamos a agradecer a Cristo por este momento y a llevar Sus Palabras en el corazón, a mantener esa comunión que hicimos con Él, internamente.
Vamos a cerrar el programa de hoy de esta forma, en silencio, para que podamos mantener lo que el Arcángel Gabriel y Cristo construyeron en nuestro interior.
¡Gracias Señor por cuánto nos das!
Coloquen su mano izquierda sobre el corazón y ante Mi Padre reverencien este momento, este tercer encuentro Conmigo. Que en este mes de agosto concluye una etapa y el comienzo de una nueva para todos los misioneros de la Tierra, para todos los congregados en Mi Plan de Redención y de Luz.
Una etapa en este día se cierra y una puerta nueva se abre, para que la puedan cruzar en consciencia y hermandad.
He venido con los Seres Celestiales, los Elohim, todos los Seres Resplandecientes. Una parte de Ellos ha descendido para encontrarlos en este desierto sagrado y terminar de instituir el Plan que una vez comenzó y aún no pudo terminar, el Plan de establecer la Luz de los Centros Sagrados sobre la superficie del planeta, y para una humanidad, aún muy dormida.
Es esta Luz interior, que nace desde los Recintos Sagrados, que ayudará en la transición de la Tierra, y de todas las consciencias que duermen en el sueño de la ilusión.
Así, en este tercer encuentro, compañeros, vengo a abrir un poco más los ojos de sus consciencias. Vengo a traerles la síntesis de todo lo que ha sucedido en este encuentro de oración, de las posibilidades que tuvieron de dar nuevos pasos a través de este ejercicio espiritual, de este comando universal que Yo los invito a vivir.
Vengo a traerles la síntesis de la experiencia de amor en cada uno de ustedes, de lo que después de tres años y en este encuentro, Me pudieron dar con todos sus corazones, con todas sus almas y espíritus unidos a Mí.
Vengo a traerles la síntesis y la respuesta de esta tarea realizada, durante los dos días de esta fusión divina que se vivió entre el Desierto Sagrado, en el cual Yo Me encuentro, y Aurora.
Esa unión se irradió para todos, esa puerta fue abierta para todos, y no importa donde hayan estado. Mas, si sus corazones estuvieron aquí, así como Yo traje a sus almas para este encuentro, para esta nueva etapa que en este agosto se inicia, una parte de la Misión está cumplida.
La respuesta de los servidores es importante; eso hace que el Plan evolucione y se concrete en la humanidad, a pesar de lo que suceda a su alrededor, o en todo el mundo.
Este encuentro está marcado por un Rayo importante, que separa el viejo ciclo del nuevo ciclo. Este es el Rayo de la Transfiguración, el Rayo que Yo viví por ustedes, y así les pude demostrar Mi verdadera Faz.
Es esa faz espiritual que Yo quiero que busquen, su verdadera faz, lo que realmente son y han venido a cumplir en este planeta.
Así Yo formo a Mis discípulos, así Yo creo a Mis soldados: en la fortaleza de la oración y en la vivencia del servicio para con el prójimo.
Hoy vengo a sintetizar esta experiencia que han vivido en el desierto Conmigo, nombrándome como el Hijo del Sol, de la emanación de la Fuente Única, de la Sabiduría y de la Comprensión Absoluta sobre la Verdad del Universo.
Quise que pasaran por este desierto, compañeros, para que cuando les toque volver a cruzarlo, sepan cómo hacerlo, sin temor, y con mucha valentía.
Esta tarea aquí, con todos ustedes en Perú, en la consciencia y el espíritu, Me permitió retirar a algunos de Mis discípulos de sus desiertos bien profundos, en los cuales estaban perdidos; porque con Mi Gracia todo es posible, y cuando las almas invocan Mi Divina Misericordia, también lo es.
Así, les vuelvo a decir compañeros, que no dejo a nadie para atrás. Pero respeto el tiempo de cada amado Mío, hasta que finalmente cumpla el servicio que Me ha venido a prestar, en nombre de Dios.
Desde este desierto hoy parte una Luz Mayor, una Luz que asciende e ilumina la Consciencia Planetaria; es la Luz Solar, es el Fuego Divino, es la súplica, la aspiración, la devoción ardiente de los corazones que clamaron por esta humanidad y por este planeta en redención.
Así, Yo los preparo para ese gran momento en que Me verán venir entre las nubes con la Faz de Mi Gloria y de Mi Divina Misericordia. Vendré con la Consciencia que muchos no conocen. Por eso envío a algunos de los Míos a los desiertos, para que se preparen como Yo Me preparé para vivir la Pasión, y así, vivir Mi Resurrección, que era retirar de la muerte espiritual a toda la raza, en el pasado.
Este Sol que Yo Soy, alumbra el Universo y trae la Buena Nueva, el mensaje de esperanza y el camino nuevo que los que se han perdido, podrán volver a recorrer.
Es ese Sol que Yo Soy, que alumbra y calienta el espíritu y el cuerpo, trayéndole restauro y cura para todas las heridas.
Hoy les digo, especialmente a todos aquellos que estaban en sus desiertos, que vengan a Mí. Yo Soy ese Sol que alumbra sus caminos, y que les da la vida eterna.
Las tinieblas pasarán, mas Mi Palabra permanecerá. No hay nada que separe a los que están unidos a Mí. Este Sol alumbra a todas las estrellas y a las consciencias que se unen al Propósito de Mi Padre, en donde cada uno cumple su parte.
Yo Soy ese Sol de las constelaciones; Soy el Gobernante Mayor, el Cristo, que estuvo aquí en el planeta para enseñarles la Verdad, para enseñarles del Amor y de la Misericordia.
Ahora, compañeros, que han cruzado Conmigo en estos tres días este Desierto Sagrado, en donde las tinieblas no pudieron triunfar, sino la Luz de Mi Amor, les pido: brillen, como este Sol que los alumbra. Sean Soles en la Tierra. Sean el Amor de Dios que ilumina dentro y fuera, y cada espacio de este planeta. Soles de Mi Padre, ¡levántense!
La mañana ya ha comenzado, y una nueva noche se aproxima. Pero no teman, quien está en Mi Corazón todo lo sabe y será guiado hasta cumplir su misión.
Soles: ¡despierten y no duerman! Es hora de brillar desde su interior, es hora de alumbrar los abismos y de disipar el mal en el nombre del Amor de Mi Corazón. Alumbren y sean lo que nunca fueron, sean dignos hijos de Dios, y estarán haciendo feliz a Mi Corazón. Sean como Yo fui, aunque no lo sean. Sean Soles que alumbran desde el corazón y que traen la paz para un tiempo de caos.
La hora más difícil se aproxima, pero no los abandonaré. Dichoso de aquel que Me haya escuchado con atención, porque será recompensado por Mi Padre.
Que ahora, la oración que han vivido durante estos dos días sea vida, sea amor, sea unidad y hermandad. No busquen las semejanzas en sus hermanos, busquen la belleza en los corazones de sus prójimos que así la maldición terminará, la maldición que hace sufrir al mundo todos los días.
Vean lo mejor que hay de cada uno, y ayúdense lo unos a los otros, porque así Me ayudarán. Sustenten y apoyen al que está caído, porque ustedes también caerán y Yo no los negaré, porque Mi Padre no los niega.
Si las almas vieran la esencia de estas cosas, no tendría sentido que el mundo se purificara.
No sean lo que no tienen que ser. Parezcan más de lo que viven, y vívanlo de verdad.
Los bendigo con Mi Consciencia Divina, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Compañeros, que quede guardado este momento en ustedes, porque el Hijo del Sol vino a su encuentro para traerles la Paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Relato del tercer encuentro con Cristo, aquí en el desierto de Chilca, en Perú.
Cuando nos reunimos a orar la Coronilla de la Divina Misericordia, al final, la Consciencia de Cristo comenzó a aproximarse aquí la región del desierto de Chilca, como hizo las dos veces anteriores.
El cielo, que estaba nublado, se fue abriendo y el sol comenzó a irradiar su luz y su calor aquí en las montañas. Enseguida, Cristo nos mostró, vimos que Él se aproximaba a nosotros de una forma bien diferente a las que Él ha mostrado en otras instancias, y veíamos que el Maestro venía posando Sus Pies sobre una plataforma triangular azul que levitaba.
Él venía sobre esta plataforma. Era de un color azul bien intenso y fuerte, y comenzó a descender. A medida que iba descendiendo, los Universos, los Cielos, se abrían hacia otros planos, hasta llegar al plano espiritual, donde entendíamos comprendíamos que estaba la Consciencia del Padre, Adonai, y así abrió ese camino cuando descendió, Él estaba, en esta tercera Aparición, estaba vestido de Blanco, tenía una sutileza, era algo bien leve, delicado, sobre todo, muy amoroso; con los mismos rasgos que el Cristo Glorificado, pero esta vez, vestido todo de blanco.
Cuando Él apareció, cuando Él se aproximó en esa plataforma triangular azul, lo primero que sacó de Su Pecho fue Su Corazón, y nos lo ofertó. El Corazón estaba sobre Su palma de la Mano derecha ofertándolo, y cuando lo ofertaba para nosotros, percibíamos que lo hacía para todas las consciencias del planeta, sobretodo para aquellas que Él dice que son indiferentes. Y Él Ofrendaba esta Corazón para la Creación, ofertaba este Corazón para los Reinos de la Naturaleza, para la Consciencia de los Reinos; era algo que se expandía para todos, sin distinción.
Y así Él comenzó a dirigir Sus Palabras, en el Mensaje que dio en ese encuentro. Y cuando habló, en cierto momento de los Elohim, cuando aún estábamos viendo los Cielos abiertos, las dimensiones, hasta el plano espiritual, ejércitos, era eso lo que veíamos, ejércitos de los Elohim, comenzaron a colocarse a posesionarse a la derecha y a la izquierda de Cristo, por encima de las montañas, aquí, en el desierto.
Eran muchos, todos vestían túnicas hasta los pies. Eran seres resplandecientes, como ángeles, pero no tenían alas. Estaban ahí presentes, y veíamos que ellos estaban haciendo una tarea. En un momento, Los Elohim acompañaron todo el trabajo que Cristo hizo a través del mensaje; porque a medida que Él iba hablando iba mostrando muchas cosas, sobre todo, por ejemplo, lo que tenía que ver con la Consciencia Solar, o lo que nosotros conocemos como el Sol.
En un momento, cuando Él comenzó a hablar de ese Sol que nosotros deberíamos ser o que deberíamos en la superficie de la Tierra representar, como misioneros, Él trajo, no sé cómo lo hizo, una copia de otro Sol, que nos alumbraba.
Entonces, entre Cristo y el Sol que nos alumbraba, el sol físico, había otro Sol, potentísimo, y en el núcleo, en el centro de ese Sol, estaba la Consciencia de Dios. Por decirlo de alguna forma, cósmicamente, nos vimos representados, delante de una representación, mejor dicho, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, de una forma universal y espiritual, que nunca habíamos visto, algo bien fuerte de ver.
En el momento en que Él hace esa representación a través del Sol como la Consciencia fundamental de Dios, de Él como el Hijo, y del Espíritu Santo, Él se eleva, aún cuando estaba dando el mensaje, se elevó e ingresó dentro de este sol físico, del cual nos alumbra todos los días.
Comenzó a transfigurarse y quedó como un Ser Solar, que era todo un Ser de mucha luz. Era una luz que encandilaba ver, que era una Luz que se concentraba y que se generaba dentro de este sol físico que nos alumbra.
No sé lo que Él nos quiso mostrar con eso, qué fue lo que nos quiso decir, como ejemplo, como símbolo, pero en ese momento Él nos estaba representando, Él se mostró así, como transfigurado a los apóstoles en el Monte Tabor.
Por último, cuando descendió nuevamente de ese Sol, más resplandeciente, más iluminado, nombrándose como el Hijo del Sol, porque el Hijo del Sol, Él decía que es el Hijo de Dios, del Dios vivo. En ese momento, volvió a esa plataforma azul, y entre ese sol físico que nos alumbraba y el Sol que Él había traído, esa copia de ese Sol, digamos así, de ese Sol más inmaterial, Él hizo aparecer a Su derecha y a Su izquierda, todas las constelaciones dentro de la bóveda celeste, que estaban en perfecta armonía y en equilibrio.
Esa fue la experiencia y relato de la Aparición.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
y en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Cuando Mi Corazón es flagelado, Él siente el horror del mundo y la persecución que viven las almas perdiendo la vida en este planeta.
Cuando Mi Corazón es flagelado, Él siente la indiferencia de los hombres después del propósito vivido por Mí, y por cada uno de ustedes.
Cuando Mi Corazón es flagelado, las almas deben consolarlo con buenas obras de amor y de caridad, recordando como importante, al prójimo.
Cuando Mi Corazón es flagelado, siente la transgresión de los hombres y la perdición que viven las almas por no venerar Mi Sagrado Corazón.
Hoy les revelo Mi Corazón flagelado, porque necesito que esté presente en sus vidas, para que el mundo totalmente no pierda la paz.
Este manso Corazón se ofreció a ustedes, para generar la salvación de los tiempos, la rendición de las almas, y la rehabilitación de los corazones perdidos a través de todos los tiempos y de todos los siglos.
Este manso Corazón se ofreció a ustedes, para vivir la indiferencia de los hombres, para soportar el pecado de la humanidad y todos los ultrajes que serían realizados hasta los días de hoy.
Vean entonces, compañeros, aún cuánto carga Mi Corazón flagelado el pecado del mundo, y la indiferencia de las almas, que es muy grande en estos tiempos. Por eso los invito a que Me vivan y a que Me consuelen, porque así consolarán a Dios, que cubre Sus Ojos con Sus Manos, para no ver lo que Sus criaturas están haciendo en este tiempos.
Los ángeles, postrados al suelo, suplican a Dios por Su infinita Misericordia, y para que Su Ley no se precipite sobre los ingratos y en todos los que son indiferentes.
Yo vengo a mostrarles Mi Sagrado y Flagelado Corazón para que lo puedan contemplar.
En ustedes apoyo Mis Obras, los pilares de la nueva humanidad, en todos los miembros de Mi Iglesia, en todos Mis seguidores, en todos Mis nuevos apóstoles, que Yo invito a que retornen al camino que perdieron de vista, el camino hacia Mi flagelado Corazón.
Su amor puede ser el bálsamo para Mi Corazón. Dios les dio a cada uno de ustedes la esencia del amor y de la unidad, que está siendo gravemente transgredida por la condición humana en estos tiempos, así como en todos los Reinos de la Naturaleza.
Así la Jerarquía Celestial, expande Su Obra en el mundo, para que todos los corazones escuchen el clamor de los Sagrados Corazones que vienen a implorar por penitencia y arrepentimiento, por confesión y comunión, por cada una de las almas que no quiere mirar a Dios, ni Su Santa Bondad.
Hoy Mis ángeles no cantan aleluya, pero tampoco dejarán de cantarlo.
Hoy Mis ángeles están haciendo penitencia por cada uno de los hechos cometidos en este mundo, en cada una de las naciones, en cada uno de los pueblos que vive su propio terror y su propia indiferencia.
Entren en penitencia, al menos ofrézcanmelo un día; pero sepan que no estarán siendo castigados, sino vivirán esa penitencia por cada uno de los que no se arrepiente en este mundo.
Hoy les traigo esta revelación de Mi Corazón ultrajado para que me puedan acompañar, amados Míos, en esta transición que vive la Tierra y toda esta raza en omisión.
Quisiera que esta indiferencia fuera transmutada por cada uno de ustedes, en el ayuno, en la oración, en la comunión, en el ejemplo de una vida crística y en la búsqueda permanente de una alianza perfecta entre hermanos, tan diferentes los unos de los otros, pero que pueden estar unidos en una sola hermandad; esa hermandad que Yo los invito a vivir en estos tiempos, y que la humanidad ha olvidado completamente.
Viviendo esta penitencia Conmigo y ofreciéndola a Dios a través de Mi Corazón, muchas almas se salvarán y los Reinos de la Naturaleza también serán ayudados.
Hoy los invito a abrir la consciencia hacia este estado de Mi Consciencia Universal, pues Mi Corazón aún padece por cada uno de ustedes, especialmente por los que no Me escuchan ni me contemplan en la Adoración del Santísimo.
Dichosos de aquellos que lo hacen todos los días, porque Mi gracia estará cerca de ellos y no les faltará consuelo para sobrevivir en estos tiempos, en los tiempos finales que se aproximan.
Yo los invito a vivir la Ley y a no olvidarla, a ser justos los unos para con los otros, compasivos y misericordiosos entre sus semejantes; esa es la Ley primera, es la tónica de este tiempo para cada uno de ustedes, compañeros.
Los invito a hacer ese esfuerzo por aquellos que no lo hacen, por aquellos que niegan a Dios, por aquellos que hacen el mal a sus hermanos del planeta.
Si Yo di Mi Sangre por cada uno de ustedes en la perpetua flagelación de Mi Corazón, flagelación que Yo viví durante la pasión, ya no debería correr sangre en este mundo, y tampoco deberían haber muertes injustas que hicieran activar la Ira de Dios. No conocen compañeros lo que esto significa.
Pero Yo los invito a tener más conciencia en esta hora crucial, en donde la batalla está presente en el mundo, cumpliendo así el tiempo del Armagedón.
Que Mi Sangre no se derrame impropiamente, que Ella sea contemplada por todos para que reciban los códigos de Mi Paz y sus vidas se transformen en el modelo perfecto que Yo tengo para cada uno de ustedes.
Hoy Mi Mensaje para el mundo es de contrición y de profunda penitencia.
Recuerden que estuve tres días en el sepulcro salvando a la humanidad, y cerrando los infiernos que la humanidad había creado, trayendo una nueva oportunidad divina, para aquellos que no la merecerían.
Por eso, con tres días de penitencia muchas cosas podría resolverse; cada uno sabe lo que me puede dar en esta hora en que Mi Corazón implora para que estén más despiertos y vigilando conmigo, así como lo dije a Mis apóstoles en el Huerto Getsemaní.
En ese momento les quise decir a cada uno de ustedes, vigilen unidos a Mi siempre, orando para que no sean tentados, como es tentado el mundo en su materialismo, en su propiedad, en su falso poder que ejecuta a muchas almas del mundo.
Ese es también el flagelo de Mi Corazón, la Llaga principal de Mi Espíritu que aún no ha sido curado y que ofrezco a Dios por cada uno de Mis apóstoles y de Mis seguidores que está unido a Mí en este tiempo de purificación y de gran tribulación para el mundo.
Recuerden todos los días a Mi Sagrado Corazón y no se olviden de orar Conmigo por todas las almas de la Tierra, más por aquellas que están alejadas de Dios y que son presas de Mi adversario.
Quien busca Mi Corazón solo tendrá paz y no se arrepentirá nunca más de vivir en Él, a pesar de lo que suceda en este tiempo. Quien confía en Mí se fortalecerá.
Quisiera decir a Mis consagrados que en esta hora, en donde Mi Corazón vive su gran martirio por el mundo, el gran flagelo interior que recibe de las almas ingratas, les pido que no Me abandonen, que no Me dejen solo en este momento en que la barca de Mi Luz, en una gran tormenta de desesperación y de dolor, intenta salvar a los corazones del mundo. Tomen los remos que Yo les entregue y no se cansen de remar.
La victoria de Mi Corazón en ustedes esta próxima, pero sus corazones deben estar limpios y deben aceptar la purificación.
Todos los consagrados del mundo a Mi vida de religiosidad, no pueden abandonarme en este momento. No quiero que ocasionen una herida en Mi Corazón. No estarían siendo justos después de tantas gracias recibidas.
Aférrense a Mi Manto, besen Mis Pies y permanezcan allí todo el tiempo, Yo les daré las fuerzas para seguir adelante, en medio de cualquier tribulación. Recuerden que ustedes, y todas las almas que siguen Mi Sagrado Corazón en este tiempo, tienen responsabilidad por muchas almas más del mundo.
¿Quién se justificara ante Mi Padre cuando suceda el juicio final?
Mi Sagrado Corazón es el mediador entre ustedes y Dios, es la potencia máxima del amor que ampara a cada uno de los corazones, cuando estos viven Mis Atributos Celestiales.
No quiero que sientan pena por lo que está sucediendo en este momento. No ingresen en el mar de la amargura del mundo. Bastante sufre Mi Corazón flagelado, por las almas que desesperan y aún no miran a Dios.
Cuánta grandeza hay en el Cielo, cuánta gracia y misericordia podría brotar en los corazones del mundo, cuánto poder y plenitud vivificaría a los corazones en esta Sagrada Misión que Yo los invito a vivir Conmigo, todo el tiempo.
En este día viernes compañeros, Me siento a la mesa de cada uno de los Monasterios de esta Orden que intenta cumplir Mi Propósito, y consagraré los elementos para que consuelen Mi Corazón flagelado, el Corazón de Mi Padre, por todos los horrores del mundo y todas las indiferencias que son cometidas en este tiempo.
Repitan a Mi Padre, la oración del Ángel de la Paz, la que Él les enseñó para que todo pueda ser restaurado a tiempo, antes de que la Ley se avecine al mundo.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo,Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a cantar unidos a Cristo, “Vigilad unidos a Mi siempre orando”.
Cuando Mi Corazón los purifica, las puertas del Cielo se abren para que los corazones encuentren la Gracia de Dios; aquella Gracia que siempre deben buscar hasta el fin de sus días, para que Mi Proyecto se cumpla en cada uno de sus espíritus.
Y ahora en el nombre del Padre, de Su Amado Hijo y del Espíritu Santo, consagraré la Santa Comunión para cada uno de ustedes.
Recuerden compañeros, reparar Mi Sagrado Corazón.
En estos simples elementos se encuentra la vida para cada una de las almas, y así, Yo constituyo la Obra de Mi Divina Misericordia en todos aquellos que, en verdadero arrepentimiento y en suprema penitencia, comulgan conmigo, estableciendo así los dones y los códigos de Mi Luz, en todos los corazones.
Padre Nuestro en arameo.
Así, Yo ofreceré por un alma los santos Sacramentos, para que en el nombre de ella muchas almas más, en esa dolorosa condición de estar perdidos en el mundo, solo por ella, al menos la mayoría reencuentre Mi camino, hacia la redención y hacia la paz.
Yo Soy el que sacio a los corazones. Soy la verdadera savia para sus vidas. Soy el Sagrado Corazón de Jesús y les dejo Mi Paz, les entrego Mi Corazón para que lo guarden, lo adoren y lo contemplen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Y a pesar de que no lo parezca, Mi Luz vence el mal y así triunfa Mi Plan en la Tierra, en cada corazón abierto a escucharme y a recibir en esta hora el poderoso caudal de Mi Amor, el que lo transformará completamente y le traerá la vida, la vida espiritual que existe en los Universos y que forma parte de cada ser, cuando él despierta a su verdad.
Esa verdad y ese despertar intenta ser infiltrado por Mi enemigo. Pero el poder de Mi Amor todo lo vence y él le teme a Mi Luz y a Mi Verdad. Cuando se enfrenta a ella queda confuso y no sabe qué hacer, porque no conoce el Amor; en verdad se alejó del Amor, del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es ese Amor Trino que les trae la Vida Eterna, la renovación y la paz para estos tiempos.
En esa Santísima Trinidad deben guardar sus corazones y vidas, dentro de ese triángulo de luz que representa la Santísima Trinidad; allí estarán protegidos de todo mal, ayudarán a proteger a sus hermanos y también ayudarán, queridos compañeros, a retirar de la ilusión a cuantos duermen en este momento.
Esa ilusión mundial es creada por Mi adversario todo el tiempo.
Las almas están hipnotizadas y muchas creen en otra vida espiritual que no es la que Yo ofrezco en este tiempo.
Mi adversario confunde a las almas y se muestra con resplandor a través de una falsa luz que hace cegar a los corazones y los hace ingresar en caminos confusos, que los llevan a separarse de Mi Ley.
Porque es la Ley de Mi Amor que les muestra la Verdad.
Si Yo di la Vida por ustedes y ahora doy la Vida por ustedes, en este tiempo, ¿por qué seguirán otros caminos compañeros? Mi adversario solo quiere tentarlos, quiere separarlos de Mi verdadero Corazón de Luz.
Por eso, hoy les traigo un ejemplo fidedigno de esa fidelidad máxima, a través de dos consciencias que dieron la vida por Mí, obedecieron Mis instrucciones y siguieron Mis Pasos con profunda fidelidad y humildad.
Ellas son Santa Teresita de Lisieux y Santa Teresa de Jesús, dos ejemplos para sus vidas que hoy presento ante Mi Altar Celestial. Dos Maestras de la oración, de la consagración y del camino espiritual, que podrán guiar sus pasos cuando tan solo se consagren a sus corazones.
En todos los Santos del Universo que dieron la vida en la Tierra por Mí, también está el ejemplo sagrado, la reverencia, la verdadera devoción ardiente.
En Santa Teresita de Lisieux podrán encontrar el ejemplo de la humildad, del verdadero amor al Niño Jesús y a Su verdadera Maestría Celestial.
En Santa Teresa de Jesús encontrarán vuestra reforma interior, la vida consagrada; cada cual en su diferente grado de amor y en su grado de compromiso Conmigo.
Santa Teresa de Jesús se ofrece como su Instructora en este tiempo, para guiar las almas de los autoconvocados, de aquellos que están despertando en este tiempo a la verdadera Consciencia Espiritual del Universo.
Hoy les encomiendo estas dos grandes consciencias porque han dado un fiel testimonio de la presencia de Mi Palabra en el mundo y, sobre todo, de Mi Sagrado Corazón.
En ambas encontrarán el camino de la perfección.
Todos los caminos que están llenos de amor llevan a Mis Caminos. Es eso que deben intentar recorrer en este tiempo y dejar de ser engañados por sí mismos, como es engañado el mundo.
Hoy les traigo este mensaje, compañeros, porque es importante que crezcan en la Verdad.
Yo los invito a ser humildes, dentro del apostolado espiritual que Yo ofrezco para todas las almas.
Solo necesito que oren Conmigo, que adoren al Hijo de Dios, porque estarán adorando al Padre Celestial. Que contemplen este legado que Yo les entrego para que pueda abrir sus consciencia hacia ese camino de redención.
Todas las almas son llamadas a vivir en Mi camino. El único camino que Yo ofrezco en este tiempo es el camino del amor, que los podrá unir con sus hermanos, con todos los que los rodean, con todos los que buscan la verdad, la verdad del corazón.
Es esa verdad que los hará fuertes para retirar de la consciencia toda mentira, toda ilusión o todo engaño que Mi enemigo articula ocultamente por detrás de cada ser; pero quien vive en Mi Corazón y lo vive verdaderamente, no será engañado por él.
Su hora está cerca y Mis ejércitos se preparan para eso.
Ustedes son llamados a ingresar en ese comando espiritual del fin de los tiempos y del Armagedón, para que se preparen para vivir la batalla, una batalla que no es conocida por el mundo, que fue escrita por Juan, en el Apocalipsis.
Esa hora se está acercando; por eso, los invito a la adoración y a la oración para que estén listos, firmes y seguros, en cada decisión que tomen en sus vidas. Eso determinará sus destinos y a la meta que llegarán después de que todo suceda.
Hoy especialmente, hijos amados, vengo a retirar los velos de la ceguera para que puedan ver más allá de este lugar y de sus consciencias, para que puedan ver el Reino Celestial que se aproxima, con todo el esplendor de su Divina Misericordia, para las almas que más lo necesitan.
Mi Corazón sufre por los ingratos, aún más por aquellos que lastiman y que hieren el Corazón de Dios. Solo el Amor lo puede reparar y el ofrecimiento de cada alma ante el Hijo Celestial.
Si son como son, no deben temer por ser imperfectos. Yo los quiero ver verdaderos, transparentes y limpios de corazón. Porque por más imperfección que exista en la consciencia, y aunque toda prueba aún no se haya superado, Mi consuelo es infinito para aquel que lo clama de verdad.
Repito: verdad, porque es la verdad lo que deben vivir. Es la verdad que pierde el mundo, la verdad que pierden las almas de su verdadero propósito.
En la verdad existe la paz, la calma, el sosiego, la fortaleza interior, la victoria para cada corazón. Es esa verdad que Yo enseñé a Mis apóstoles, que hoy vuelvo a recordar para cada uno de ustedes.
No importa cuánto Me fallen, lo que importa es cuánto Me dejan de vivir. En la vivencia que podemos tener juntos se construye la hermandad entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y Sus criaturas y entre sus semejantes.
Así estarán libres de sí y el pecado desaparecerá del mundo, desde el principio del Génesis hasta el presente, desde que Adán y Eva cometieron el pecado original. Eso puede ser borrado de la historia de este planeta cuando los Nuevos Cristos despierten.
Hoy, uno Mis Manos en oración para pedirle al Padre Celestial fortaleza para los débiles, amor para los duros de corazón, fe para los que perdieron la esperanza, cura para los enfermos, misericordia para los ingratos.
Hoy, vengo aquí para pedirle al Padre por ustedes y el mundo, porque los necesito en esta hora aguda de la Tierra, en donde todo está por suceder, más allá de la capacidad de cada ser.
Cuando todo suceda no habrá retorno porque todo estará cumpliéndose, como fue escrito.
Cristo pide una Biblia.
En estos caminos que Yo los invito a recorrer se encuentra siempre Mi Palabra, la Enseñanza, la Instrucción, que mueve a todos los espíritus para que realicen la Obra del Plan. Si alguno de ellos deja de cumplirla, no será por falta de Palabra, de Enseñanza o de Instrucción, será por inercia, por desobediencia o por indiferencia.
Así están muchas almas del mundo y aún Yo envío a Mi Madre a la Tierra para que Su Espíritu Consolador sea la fuerza motriz que mueve al Universo, generando todas las Gracias posibles para aquellos que no la merecen.
Ustedes, compañeros, sean merecedores de esa Gracia Celestial para que los dones que Yo les entregué en el pasado puedan estar al servicio de Mi Corazón, de Mi Obra Redentora.
En cada paso que dan Yo los acompaño.
En cada respiración que viven se encuentra Mi Espíritu presente cuando el alma está unida en verdad a Mí, y no quiere nada para sí, solo el bien para el mundo, para todo el planeta y la Creación.
Los invito a vivir en confraternidad. Ese será vuestro próximo paso para los próximos meses. Trascender los juicios, las indiferencias, las maldades, los comentarios, las blasfemias y todos los ultrajes que pueden realizar las almas del mundo.
Si buscan el espíritu de la confraternidad, solo lo encontrarán en Mi Corazón Misericordioso, porque Mi Corazón es esa gran usina universal de la cual muchas consciencias se sirven en los Universos.
Si Mi Corazón no se hubiera ofrecido en la Cruz por ustedes, en el presente nada de esto sería posible.
Padecí el dolor más fuerte de la humanidad a través de la indiferencia humana, de la negación y de la soberbia.
Vengo a desterrar en los que Me quieran vivir, todos los patrones del mal que llevan a la decadencia de la humanidad, a la guerra, a la división a través de los tiempos.
Vengo a constituir, en los corazones solitarios, una nueva hermandad para que ya no se sientan más solos y cuenten con cada hermano de camino.
Así Yo podré estar entre ustedes cuando Yo ya no vuelva más, porque se acerca la hora en la que el mundo se purificará y verá la realidad que nunca quiso ver de sí mismo.
Rezo de rodillas delante Mi Padre para que para todos sea liviano ese momento crucial. Por eso les doy todas estas Gracias.
No pierdan este momento Conmigo.
Aprovechen Mi Presencia y no piensen cuándo terminará todo esto. Así no habrán comprendido lo que Yo les digo.
Aunque Yo no Me muestre a todos, Me hago presente en los corazones pacíficos. Así lo han podido ver en esta vida material.
Muchos creen que en este Libro no se encuentra nada y los que escribieron eran retrasados.
Los apóstoles que Me siguieron no tenían ninguna formación espiritual ni mental, pero Yo les enseñé, así como les enseño ahora a ustedes, a escribir las Palabras de Dios a través del corazón.
Por más que existan faltas o poco entendimiento para aquellos que se creen sabios, la verdadera Presencia de Dios, compañeros, está en los corazones simples, que escriben a través de sus ejemplos, que testimonian Mi Presencia en estos tiempos,en donde se necesita de la luz y de la paz.
Aquí se encuentran códigos inexplicables. Esto pertenece a Mi legado espiritual y no a los hombres que Me siguen.
Los hombres deben seguir Mis Mandamientos y no apoderarse de Mis Palabras.
Este Libro, que fue escrito con tanto amor, desde el principio del Génesis, les muestra una parte de la Verdad que aún no fue descubierta por ningún teólogo.
Primero, deben sentir en su corazón el mensaje para que después él sea verdadero y se cumpla en cada uno de ustedes.
Les dejé una Instrucción básica para los tiempos, las parábolas, que aún muchos no pueden vivir, más aún aquellos que las hablan en Mi Nombre.
Yo los invito a ser simples, así como es simple la escritura del corazón.
Porque Dios se manifiesta en tres planos de consciencia: en el espíritu, en la mente y en el humano.
Les vuelvo a dejar este presente de Dios. Aunque la Sagrada Biblia ha sido modificada, no se pierdan en los detalles, sino en la esencia en la Instrucción que da la Jerarquía espiritual para todas las almas del mundo.
En cada parábola existe una llave superior, un portal que se puede abrir ante vuestras consciencias. Serán invitados, de esa forma, a vivir los diferentes grados de amor, así como Yo lo enseñé en el Nuevo Testamento.
Yo coloco Mis Manos sobre la Sagrada Palabra de Dios para que, cuando todo termine, nadie haya perdido ni un solo enunciado de ella.
Que la Instrucción sea reverenciada y valorada por los corazones simples, porque allí estará la paz, en el conocimiento del corazón que ama más allá de lo que piense, porque la Palabra de Dios, la Palabra de la Jerarquía, es testimonio vivo para el mundo, de alcanzar la promesa de la Nueva Humanidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús va a orar por nosotros en este momento y nos pide que lo acompañemos en silencio y en unión con Él.
Cristo Jesús:
Deposita, Señor, Tu Enseñanza misericordiosa para los que han caído.
Escribe Tu nueva historia en los corazones impuros,
para que toda alma se pueda purificar y encuentre Tu Paz y el consuelo máximo de Tu Corazón.
Señor, no mires las faltas del mundo. Vislumbra el Poder de Tu Palabra, de Tu Sagrada Instrucción
en todos aquellos que la escuchan, mientras sus corazones se transforman en potentes caudales de luz.
A través de Tu Verbo, Señor, todo creaste.
Nací de la Fuente de Tu Corazón y así surgió Tu Divino Espíritu.
Creaste los Universos en siete días e hiciste las cosas a Tu semejanza,
en el gran resplandor de Tu Amor y de Tu Infinita Vida.
Constituye, Adonai ,Tus nuevas Enseñanzas en el mundo,
y que las almas despierten a Tu Amor, que se pronuncia como Palabra Viva en todo lo que has creado.
Transfigura, Señor, todo lo que ha salido de Tu Camino.
Hazte vivo y presente en aquellos que aún no Te escuchan y que niegan el Poder de Tu Verbo.
Padre Amado, Santo Señor de las Alturas, Fuente Única Universal,
nos enseñaste a orar de corazón y a implorar Tu Sagrado Nombre,
para que pudiéramos vivir como Tus dignos hijos, Tus amadas criaturas de esta existencia.
Borra de cada corazón herido las blasfemias cometidas
y todas las palabras que han herido Tu Corazón en la gran indiferencia del mundo.
Reaviva Tus Fuentes de Instrucción como una inspiración divina para las consciencias.
Que cada alma encuentre el camino que lo llevará hacia Ti,
para poder vivificarte por los siglos de los siglos.
Hazte, Señor, presente en todos aquellos que Te claman.
No mires sus faltas sino la bondad con la que Te miran para encontrar Tu Misericordia.
Une Tu Poderoso Corazón con cada ser y destierra el mal espiritual de cada consciencia de la Tierra.
Reagrupa a Tu rebaño, Señor.
Soy Tu Pastor incansable que lleva a las almas a Tu Corazón
para que no se pierdan ni te dejen de encontrar.
Señor, acepta Mi Bondad y el ofrecimiento de todos Tus hijos
que oran a Tu Corazón compasivo, para pedirte una oportunidad.
Prometo llevar a Tu Reino a aquellos que se han transformado,
a través de Tu Santa Palabra, en el sacrificio y el amor, por el bien de toda la Creación.
Que así sea.
Mis oraciones no son escuchadas por el mundo. ¿Quién abrirá su corazón para escuchar lo que digo y no pensarán lo que cada uno quiere para sí?
Pregunten todos los días a vuestro Maestro qué es lo que necesita. El Plan está próximo a ustedes. Recuérdenlo para no perderlo de vista.
Ahora nuevamente los consagraré por tercera vez, para que en los próximos tiempos todo lo que haya sucedido aquí pueda dar sus frutos.
No quiero ver Mis perlas en los establos de los cerdos.
Cada luz que Yo entrego es preciosa para el alma que la sabe venerar.
Yo les traigo el alimento del espíritu y la esperanza para todo el planeta.
Confíen en Mí y nunca cierren sus corazones.
Volveré al mundo para terminar con este horror que todo el Universo está viendo.
Nuestro Silencio trae fortaleza, nuestra Oración trae constancia y nuestra Palabra, Misericordia.
En estos elementos, compañeros, Yo les entrego Mi Vida, Mi Perdón y Mi Amor, hasta que Yo retorne en la Gloria de Mi Padre.
Y con todos Mis ángeles vendré a llamar a Mis rebaños y a todos los que Me siguieron les daré la Vida Eterna y la Gracia de estar Conmigo para siempre.
Mi Corazón les entrego, como una llama de vida que nunca se apagará.
Hoy, elevo hacia Mi Corazón todas las intenciones que Me han ofrecido durante estos dos días.
Sepan que amo sus almas más que sus errores.
Mírenme a los ojos siempre que lo necesiten y quédense en Mí, en Mis Brazos, como Juan se quedó hasta la última hora de Mi entrega. Así también estarán consolándome y la soberbia se alejará para no confundir más a los corazones.
Así les entregaré Mi Paz y Mi Gracia eterna después de esta vida.
Hoy Me quedo más tiempo entre ustedes para que se grabe en sus células este momento Conmigo, porque aunque el mundo Me rechaza con todas las faltas cometidas, Mi Amor nunca fallará, porque Yo soy vuestro Rey, y Soy el Camino.
Vayan en paz. Y por Mí, sean la paz a donde fueren.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
¡Gracias Padre por cuanto nos das!
Por la lanza que traspasó el Corazón de Jesús
y derramó Misericordia para el mundo,
perdónanos Señor.
(x 6)
Estoy en silencio, así como lo estuve en el Sepulcro, contemplando al mundo.
Quisiera ver el fruto de la trayectoria de estos días, y Mi Corazón se ennoblece por encontrarlo en los más simples y en los abiertos de corazón, porque aún Mis Llagas están abiertas y se muestran a ustedes en este día: Mis Llagas de Luz y de Misericordia.
Beban de la Fuente correcta que Yo les ofrezco y no beban de lo que ustedes más gustan, sino de lo que Dios ha preparado para ustedes.
Hoy estoy en el silencio de Mi Espíritu, hablándole a sus mundos internos, porque es en donde las verdaderas cosas se construyen.
Por eso, hoy estoy aquí, en el silencio de Mi Sepulcro, preparándome para resucitar, en el día de mañana, en aquellos que supieron ofrecerme lo mejor desde su interior.
Ya no tiraré de las cuerdas de los ingratos para que se salven. Si caen de Mi barca deberán aprender a nadar porque todo les fue dado, y eso es irrefutable. Mis tesoros no pueden caer en manos impuras, ni injustas.
Yo vengo a entregarles algo, compañeros, que servirá para la próxima vida. Pero algunos de ustedes aún no Me entienden, no viven Mi deseo y menos Mi Voluntad.
Creen seguir Mis pasos, pero no lo hacen. Ya no se engañen, abran sus ojos a la Luz que Yo les traigo, la Luz de la Verdad y de la transformación.
Si Yo Me ofrecí por ustedes, quisiera que ustedes se ofrecieran por Mí, verdaderamente y sin mentiras. Porque podrán mentir a sus semejantes, pero a Mi Padre no, y menos a Mi Corazón que se dona a ustedes por completo.
Quisiera en verdad, compañeros, que abandonaran sus abismos mezquinos, en donde solo pierden el tiempo por sus propias ideas. Yo no vengo a activar el poder de su pensamiento ni de su decisión. Yo vengo a despertar Cristos del Nuevo Tiempo en corazones que acepten Mis designios, así como Yo los escribo en sus espíritus.
Ya no podré esperar, compañeros, para que puedan cambiar. No serán sus hermanos que los quitarán del camino, sino sus propias decisiones y sus propios caminos que, a veces, no son los Míos.
Hoy vengo nuevamente a mostrarles la Llaga de Mi Costado, el último y gran sacrificio que Yo viví por ustedes, aun cuando estaba muerto en la Cruz. Si Yo Me dejé martirizar y flagelar por los injustos, ¿será compañeros, que habrán aprendido la lección de Mi Amor por todo el mundo?
No quisiera, compañeros, que después de esta Sagrada Semana vivieran en los mismos caminos de sus voluntades. Todo lo que Yo les he entregado en estos últimos días ha sido una preparación para este momento, más aun para aquellos que se consagraron a Mí e hicieron votos ante Mi Corazón, que a veces no los cumplen.
Pero hoy no vengo a darles Mi Justicia, porque no la soportarían. El mundo siempre busca su propia derrota y el hombre de superficie así lo hace.
Ustedes son igual que los Apóstoles del pasado, los que tuvieron que enfrentar su propio destierro, su propia ignorancia y falta de fe. Pero Dios mora en todos los corazones que lo siguen, pero no en los corazones que son soberbios y creen vivir en Dios. Dios no se restringe a almas injustas. ¿Cómo el Corazón de Dios puede estar en un corazón cerrado, cuando está ciego y no quiere ver lo que el Universo le muestra?
Para ser Mi discípulo no deben existir preferencias ni dudas, sino confianza, obediencia y amor. Si no viven en el amor compañeros, no podrán soportar la purificación, y en eso nadie tendrá la culpa, porque la Ley como es arriba es abajo, y Ella responde, así como ustedes responden, a la vida material.
Quisiera que sus corazones reflexionaran con el Mío, sin olvidarse de lo que Yo les digo, con tanto Amor.
No quiero que observen sus miserias con desprecio, sino que las destierren con amor y voluntad, al menos por Mí. No puedo construir Mi Obra en columnas frágiles y tibias. Les he dado todos los materiales para que su columna sea fuerte y victoriosa.
Les he dado a los Padres Creadores para que los conocieran por Su Faz oculta y profunda.
Les he dado a Mi Madre para que los consolara y los guiara en el camino de la fe y de la obediencia. Cada uno sabrá, compañeros, que es lo que no está haciendo bien aún.
Yo no vengo a desenmascararlos ni hacerlos sentir pecadores.
Yo vengo a mostrarles lo que en verdad es y la urgencia de que sus corazones sean cristalinos y menos falsos. Pero aún, Mi Corazón derrama Sus prodigios sobre los injustos, porque Mi aspiración es muy grande por cada uno de ellos, algo que nunca comprenderían en esta vida.
Yo les traje con amor durante todo este tiempo, el Reino de los Cielos para que sus vidas se levantaran del suelo, así como han caído tantas veces. Pero ya no es hora de juzgar. Les dije una vez que se quitaran la paja del ojo y no del de sus hermanos.
Nadie es perfecto en este tiempo ni en esta vieja humanidad, sino en la próxima que vivirán la resplandescencia de Mi Espíritu para aquellos que hayan dado el "sí" total a Mi llamado y no a su voluntad.
Así, como hoy Yo les enseño, compañeros, les he enseñado a Mis apóstoles la verdadera transparencia de las cosas y de los caminos. No quisiera que salieran de aquí pensando que está todo bien. Verdaderamente, compañeros, es hora de enfrentar lo que se debe enfrentar y no de ser tibios ante esos acontecimientos.
Quisiera hoy, de esta forma, que vivieran esta comunión Conmigo, porque así como los amo también los instruyo para que no se engañen nunca más. Si no aceptan lo que Yo les digo, porque sé que no lo aceptan, no podrán amar Mi Corazón. Pero Mi infinita Misericordia permite revelar estas cosas para que sus corazones maduren en consciencia y en amor.
A los doce Yo les pedí todo, y a ustedes compañeros, y todos los que Me escuchan, también les pido todo ¿Cómo pensarán que se reunirán los 144.000 si aún no aceptan Mi convocatoria? Yo los escogí para este momento y no pueden negarlo.
Pero sus pies son tan libres de caminar, así como sus corazones de sentir, meditar y reflexionar. No quisiera que hoy se afligieran, sino que sintieran todo con más neutralidad para poder crecer, verdaderamente, sin emociones.
Yo vengo a pedir algo muy exigente de cada uno, sobre todo de los que se han consagrado y que por la Misericordia de Mi Madre hoy están aquí de nuevo, para no olvidar Mi Camino y para no olvidar en el camino que Yo los coloqué en unidad con sus semejantes.
Como una muestra de Mi Amor los volveré a bendecir en el Nombre de la Santísima Trinidad, para que sus consciencias se abran a lo nuevo y al camino que Yo los invito a recorrer todos los días.
Cuántas ofrendas han dejado aquí en Mi Altar para agradarme. Que eso siempre enriquezca sus espíritus en unión a Mi Corazón.
Yo purifico todas las cosas cuando los corazones se abren para recibirme. Yo consagro lo imposible y transformo lo imperfecto. Yo enciendo en los corazones la luz que siempre estuvo a oscuras.
En el nombre del Cielo y de la Tierra, pido a Dios por su salvación y la salvación de la humanidad. Que a través de este ejemplo vivo del Cuerpo y la Sangre de Mi Corazón, las almas encuentren la Paz.
Hoy daré Mi Santo Cuerpo a los que se esfuerzan Conmigo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Los hermanos de la TV pudieran venir aquí. Abel y Anita también.
No pierdan la conexión Conmigo, estoy presente.
(Oración del Ángel de la Paz)
(Padre Nuestro en Arameo)
Y por el poder del Amor y de la Verdad, compañeros, Yo los bendigo a ustedes y al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y ahora pueden ir en Paz siguiendo Mis caminos.
Canción: "Em Teu Olhar"
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más