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Enviaré a todos Mis ángeles para que después de cada batalla, los Curadores del Cielo irradien Sus estados de cura sobre la humanidad servidora.
Es así, que su Madre Celeste envía a todas Sus Huestes de Luz para que reconstruyan todo lo que ha quedado dañado después de un duro enfrentamiento.
Sepan, queridos hijos, que los ángeles de la cura dedican Su divino servicio para restaurar y equilibrar lo que Mi adversario intenta destruir.
Así, el Amor de Dios en ellos permite sellar las puertas al mal, y todo lo que es involutivo es expulsado porque en ese momento, Mis amados, la Luz de Dios, la Luz del Creador triunfa ante cualquier adversidad.
Es en esa escuela que todos los servidores están ingresando para poder aprender a amar lo que el Padre les envía como instrucción y para crecimiento interior.
Como su Madre, no dejaré de acompañarlos en esta trayectoria que los llevará a servir por la liberación de muchas almas que están atrapadas en la ignorancia y en la tentación de Mi enemigo.
Cuando una liberación y un despertar global sucede en las consciencias, es señal, queridos hijos, que el triunfo de Mi Inmaculado Corazón está cada día más próximo; eso será inevitable en estos tiempos que llegarán para la humanidad.
Sepan, Mis amados guerreros, que estaré cerca de ustedes sosteniendo el cetro de Mi gobierno maternal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Consigo escuchar desde el Cielo el clamor de Mis hijos de Belo Horizonte y del mundo, y el Padre Universal se alegra porque Sus amados hijos reconocen internamente la Misericordia del Redentor.
Así, las puertas a la Gracia espiritual se abren con cada oración que se pronuncia en la profunda sinceridad del corazón.
Todo el Universo Espiritual contempla en esta hora el precioso acontecimiento de ver almas sedientas del Amor de Cristo e invocando Su poderoso nombre salvador.
El alma de cada uno de los orantes se regocija, y curas profundas se establecen en ellos y en la consciencia planetaria.
Después del último ocho de agosto los tiempos cambiaron definitivamente y, lo que antes parecía estar en peligro en toda esta raza, por la definición, por la entrega, por la oración y por la unión con el Plan Evolutivo todo es posible que se cumpla en la consciencia de muchos.
La perseverancia de las almas valientes anima a Mi Hijo para que Él, en Su bendita Gloria, pueda retornar a este mundo.
Los soles que antes se estaban apagando por la inercia planetaria o por el caos, se volvieron a encender y finalmente encontraron el camino hacia Mi Hijo.
Todo esto moviliza el Corazón del Padre que antes, estando en silencio, enseñaba al Universo Su misteriosa Voluntad.
La invocación de los corazones a la poderosa llama de la Misericordia de Mi Hijo ha hecho que los ángeles del Universo volvieran a descender para recoger las súplicas de los corazones sinceros.
Un fuego ardiente y misterioso está encendiendo el espíritu evolutivo de las naciones y cambiando los destinos catastróficos que pueblos enteros vivirían por acción propia; esto convierte a América entera en un nuevo Edén.
Así, los Sagrados Corazones de Jesús, de María y San José envían a las almas los últimos impulsos preparatorios para los nuevos tiempos, que serán diferentes a los tiempos de ayer.
Un camino nuevo se establece en la consciencia humana, los velos de la ceguera y de la ignorancia son retirados de la mayoría, y una esperanza que antes estaba muerta renace como el ave de fuego.
Mis Gracias iluminan todas estas oportunidades y hoy Mi Corazón que sufre es aliviado por los soldados de Cristo.
Por esto y por todo lo que aún vendrá,
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Unida a cada corazón orante,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El divino diálogo entre María Santísima y el Ángel de Portugal
Ángel de Portugal: Dulce Reina de las Estrellas, Gobernanta Espiritual de todas las almas perdidas y no perdidas, dígnate, Majestad Celestial, elevar a cada uno de Tus hijos a los Brazos del Padre Celestial.
Virgen Santa y Adorable, haz resplandecer con Tu Amor Divino a cada esencia para que finalmente encuentre a Dios, el Supremo Señor.
María Santísima: Cálido Ángel de Portugal, legionario y siervo de San Rafael Arcángel, Te envío a ti y a todos tus benditos ejércitos, para que liberes en honor de San Miguel Arcángel, a todas las consciencias que están encadenadas por Mi adversario.
Disipa con tu paz, Ángel de Portugal, toda ilusión de la consciencia y Te pido, servicial ángel de Dios, que reces por todos Mis hijos, especialmente por aquellos que creen vivir su espiritualidad y no tienen a Dios, por su gran soberbia.
Ángel de la Paz, protege sin descanso a Mi amada Portugal, como también hazle saber interiormente que todo ese pueblo aún debe saldar las faltas cometidas contra Mis pueblos originarios.
Ángel de Portugal: Sí, Señora Mía, Piadosísima Madre que consuelas a los afligidos, que traes esperanza y renovación a los que están hambrientos espiritualmente.
Sí, Madre, esa es Mi humilde respuesta ante Tu precioso pedido de misericordia. Recuerda, Santa Madre Celestial, a los que blasfeman el Corazón de Tu Amado Hijo; implora, Virgen Santa, por cada consciencia de este mundo, para que nadie pierda la Paz del Señor.
María Santísima: Siervo de Mi Padre, que estás al servicio de los Universos Superiores, apreciado Ángel de Portugal, responderé a tus santas peticiones, pediré a Mi Amado Hijo que aplaque la Justicia de Dios y que Su Sagrado Corazón ayude a disolver la indiferencia humana, actitud que hace cometer todos los errores del mundo.
¡Oh Santo Ángel de la Paz!, ayuda a los ángeles de todas las naciones, impulsa al ángel regente de cada nación para que se muestre al mundo. Santo Ángel de Portugal, consciencia que adora el Cuerpo Santo de Mi Hijo en la eucaristía, irradia los códigos de luz que brotan del incansable Corazón de Cristo y haz conocer a cada alma la dulzura del Amor de Mi Hijo.
Hazlo conocer en la perfecta comunión con Su Cuerpo y Su Sangre, hazlo amar en primer lugar en la vida de cada ser, para que así Mis hijos abandonen el abismo de su gran ignorancia.
Ángel de Portugal: Amada Madre y Reina del Júbilo de Cristo, haremos conocer la majestad piadosísima de Tu Hijo, para que los corazones encuentren a Cristo y nunca más se separen de Él.
Enviaré a los ejércitos de San Rafael Arcángel, para que trabajen en la cura de todas las almas y especialmente de los corazones omisos que todavía niegan el poder de Tu Hijo.
¡No llores, Santa Estrella de la Paz!. De Tus lágrimas brota el apelo de una misericordiosa salvación para cada uno de Tus hijos. Déjame, Madre del Sol, secar con mis lienzos de luz cada lágrima de Tu purísimo rostro, para ofrecerlas al Padre Amado como pétalos de flores eternas de Tu Corazón.
María Santísima: Si las almas supieran, amado Ángel de la Paz, lo que siente Mi Corazón bondadoso, no dejarían de estar en Mis brazos, así como lo estuvo Jesús.
No dejaré ni un segundo de tender Mis brazos hacia el mundo y de ofrecer Mis consoladoras manos, como cura y remedio para cualquier dolor.
Me agrada escuchar de tu boca, Santo Ángel de Portugal, la ofrenda de tu consciencia angélica. Así aliviaremos al Padre, viviendo por todos el dolor del mundo. Así los corazones ofendidos podrán encontrar el camino de la esperanza.
Ángel de Portugal: Sabes, Madre Piadosa y Reina de la Paz, que estamos a Tu eterno servicio, pues Tu nombre, que es santo, resuena en nuestros corazones como una melodía de amor y de redención.
Escucharemos Tu llamado y responderemos de inmediato; todos los ángeles de la guarda de Tus hijos te ayudarán para que los hombres y mujeres de la Tierra respondan a la voz de Tus súplicas.
María Santísima: Entonces, Ángel de la Paz, emite desde tu corazón ese don de la Gracia, que la paz no solo abrace a Portugal para que algún día se redima, sino que la Paz de Dios, del Altísimo, llegue a todos los que la necesitan.
Invocaré tu nombre y tú, santo ángel, darás a conocer al mundo la falta de su inocencia. Refúgiate en la oración de todos Mis hijos y así, junto a tus legiones, redimirás a la Tierra, preparándola para el retorno de Cristo.
Ángel de Portugal: Sí, Madre Misericordiosa, cumpliremos con Tus dulcísimas peticiones, que Tu Santo e Inmaculado Corazón sea el refugio para cada ángel. Elevamos junto a Ti, Madre Adorable, todas las súplicas para que esta humanidad ciega despierte de su sueño profundo.
Te agradecemos y te alabamos, Madre Universal.
María Santísima: Es así, Ángel de la Paz, que en este día haré conocer nuestro divino diálogo a todo el mundo, para que las almas se conmuevan y sientan la verdad y el clamor de Mis benditas palabras. Por eso hoy lo revelo a todos Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión al Ángel de Portugal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Invocación del Alma
Señor Mío, purifica mi alma y toda parte de mi consciencia para que trascendido por Ti, encuentre la fortaleza y la cura para la vida.
Derrama Señor, Tu Santo Espíritu e ilumina cada átomo y partícula de esta consciencia, para que en Tu Gracia, yo vivifique Tu Amor y Tu Paz.
Ayúdame, Señor, a corresponder a Tu Santa Voluntad y luego, vacíame completamente al punto de más nada querer para mí.
Muéstrame, Señor, Tu santa Humildad y enséñame a resignarme ante Tu Majestad universal, presente en cada uno de mis semejantes y compañeros de camino.
Que Tu mirada paternal no deje de observarme, mas cuando esté por caer al abismo de mi pobre ignorancia, envíame, Señor, a Tus Santos Ángeles para que acudan y me auxilien en toda adversidad.
Enséñame a vivir en la pobreza de Tu Espíritu, en el Amor de Tus palabras, en la Misericordia de Tu Corazón.
Descúbrete Señor, y muéstrame Tu Rostro misericordioso en cada alma de la Tierra y revélate en compasión para cada hermano de camino.
Permíteme Señor, conocer Tu Amor profundo y arranca con Tus manos la soberbia de mi persona. Desnudo ante Ti de toda propiedad, orgullo y engaño, hazme Señor, Tu instrumento de paz en la Tierra.
Muéstrame los valores de Tu Sagrada Soberanía de la humildad y déjame vacío para que nada propio habite en mí, sino solo Tú, Señor, que das fuerza a los débiles, que entregas Tu Paz a los perturbados y que derramas Tu Misericordia a los que están ciegos y perdidos.
Enséñame Señor, la ciencia de Tu Divino Amor y establece en esta consciencia los Dones de Tu Gracia.
Retira uno a uno los aspectos humanos que me condenan y hazme libre y puro como las aves del cielo.
Deseo de todo corazón no perder Tu bendito Camino, mantenme en Tus Brazos hasta que Tu santa Voluntad me envíe como uno de Tus discípulos.
Ya no dejes Señor, que mi ceguera me encandile, sino que me resuciten para siempre la luz y el amor de Tu Santo Espíritu.
Hazme el más pequeño entre mis hermanos, hazme el más donado y sacrificado en el absoluto silencio.
No permitas Señor, que nada que venga de mí se muestre, escóndeme en Tu Corazón, para que en la nada, yo sea el depositario de Tu obra silenciosa y de Tu Gracia reparadora.
Perdóname Señor, por lo que no he hecho bien, entrégame Tu Divina Piedad porque la necesito.
Derrama Tu Amor para que me fortalezca hasta el fin de los días, cuando después de esta vida, seremos uno solo en Tu Divina Eternidad.
Que así sea.
Amén
Queridos hijos, dejo esta invocación para todas las almas que se animen a vivir su sagrada transformación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura y los redime,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hermana Lucía de Jesús: Cuando San José llegó, nos mostró una escena donde Él tenía, aproximadamente, treinta años. Era de noche y caminaba solo en un monte, mirando hacia el Cielo estrellado y conversando con Dios. Pidió, entonces, que anotáramos lo que, en aquel tiempo, Él le decía al Padre en oración y que ahora nos permitía escuchar. Él oraba:
Señor, cúrame
Señor, cúrame, ingresando con la potencia de Tu Amor
en todos mis átomos y moléculas.
Señor, cúrame, quemando con el fuego de Tu Santo Espíritu
cada partícula de mi pequeño ser.
Señor, cúrame y disminuye mi alma a una verdadera nada,
para que yo reconozca Tu Grandeza e infinita Majestad.
Señor, cúrame y muestra Tu Faz a mis ojos impuros,
para que yo te reconozca como el Padre,
la Verdad y el Origen de todas las cosas.
Señor, cúrame y retira de mí lo que se cree separado de Ti.
Demuéstrame, oh Dios de toda la Creación,
que Tú estás en todas las cosas;
estás por detrás de toda ilusión, escondido en la esencia de cada ser.
Señor, cúrame, vénceme y déjame rendido a Tus Pies.
Que todo mi ser reconozca Tu Poder
y se regocije en Ti eternamente.
Dios del Amor, Dios de la Verdad,
Dios de la Pureza, Dios de la Alegría,
Dios de los pobres y de los ricos, Dios de los sanos y de los enfermos,
Dios del Cielo, de la Tierra y de todo el Universo,
Dios del Cosmos, Dios de la Existencia, Dios de la Creación,
cúrame, renuévame y haz que yo Te descubra
tan dentro de mí, como si fuese yo mismo.
Revela, Señor, que Tú eres en todas las cosas,
y todas las cosas son en Ti.
Revélate en unidad con Todo y,
así, cúrame, Señor.
Amén.
La verdadera cura proviene de la rendición del corazón ante Dios, del reconocimiento de Su Grandeza y de nuestra pequeñez ante Él.
La cura, que debe nacer en el espíritu y reflejarse en la materia, no es nada más, hijos, que la desmitificación de la unidad y la vivencia absoluta de ella.
Cuando ustedes comprenden la Presencia de Dios en todas las cosas, no hay enfermedad ni en el cuerpo ni en el espíritu que pueda abatirlos, porque cuando la consciencia vive la unidad con Dios, todas sus células son abarcadas por esa Presencia divina y encuentran el Principio del Padre en sí mismas, disolviendo así todo desequilibrio, toda enfermedad, toda angustia y todo dolor.
Por eso, hoy les enseño a pedir la cura al Señor. No pidan la cura del cuerpo, de la mente ni de las emociones: pidan la cura de la separatividad, de la ignorancia, de la ilusión y, así, hijos, descubrirán que el espíritu sano es aquel que se une al Dios Vivo, que lo encuentra dentro de sí mismo, multiplicado en sus células, animando su cuerpo, impregnando con Su Santidad, tanto la materia como el espíritu.
Oren de corazón, oren como humanidad, porque está muy enferma y si ustedes, como células de ese gran cuerpo humano, reconocen la unidad con Dios, poco a poco irán curando los males que aún impregnan al mundo.
Yo los amo y les dejo Mi bendición y Mi paz, para que se curen y, así, atraigan la cura para todo el planeta.
Su padre y curador,
San José Castísimo
Cura tu corazón, tu cuerpo y tu espíritu, renovando en Cristo todo tu ser.
La enfermedad, hijo, tanto la espiritual como la física, es fruto de la desunión con Dios en algún nivel de la consciencia y viene para demostrar que debe existir un mayor equilibrio en ti. Trata de estar unido al Padre y renacer en espíritu internamente.
La vida comienza en la esencia y en la consciencia. Todos los hechos que se plasman en la materia tienen su origen en niveles más sutiles y ocultos para la mente humana adormecida. Por eso, es en la consciencia donde se revierten los acontecimientos, y es en la esencia de todas las cosas donde surgen los nuevos códigos que convertirán lo que está viciado.
Si te sientes enfermo en el corazón, en el cuerpo, en la mente, en el alma, en el espíritu o incluso como humanidad, trata de transformar en la consciencia ese desequilibrio. Busca en la oración la claridad para vivir la transformación y para saber conducir tus propios pasos. Busca en la oración la fortaleza para vencer tu condición humana y vivir principios que este mundo no está acostumbrado a experimentar. Pacifica tu interior y, desde él, a todos los niveles del ser, desde el espíritu hasta la materia.
Si tienes fe no habrá desequilibrio que no pueda ser revertido; sin embargo, tu esfuerzo y tu dedicación para ser otro, deben ser permanentes.
Aquiétate, respira, reflexiona antes de actuar, ora antes de dar un paso, pregúntate internamente cuál es la dirección correcta para seguir. Deja el desequilibrio para los que no pudieron conocer la paz. Sé tú un portavoz de un nuevo patrón de vida: una vida sana, de unión con el Creador.
Hijo, serena al corazón en este tiempo y busca un contacto más profundo e interno con Dios y contigo mismo. Aquellos que permanezcan en las superficialidades se confundirán mucho y no podrán sostenerse. Por eso, afírmate en Dios y, frente a cualquier adversidad, no te dejes influenciar por el temor, por la desesperación ni por la impulsividad.
Busca la paz y encuentra en ella todo lo que necesitas.
Por el equilibrio interior de cada corazón humano,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Agradezco la pronta respuesta de todos a Mi llamado maternal. Ustedes ya saben que, como la Madre de la humanidad, ansío lo mejor para cada uno de Mis hijos, pues Mi deseo ardiente es que ninguno pierda la oportunidad de reencontrarse con Dios y de conocer Su verdadero Amor.
En los próximos seis meses de oración ustedes podrán, sí lo asumieran en la consciencia, encontrar un camino que Yo les haré conocer, el camino para estar en Cristo permanentemente y no salir de él.
Queridos hijos, este ciclo de oración continua que Yo los estoy llamando a vivir es para desterrar la inercia planetaria y todo lo que lleva constantemente a la perdición de las almas.
Quisiera, hijos Míos, que sus corazones encontraran en este ciclo la llama de la fe que los ayudará a vivir las pruebas y a enfrentar los desafíos por el Plan de Dios.
Hijos Míos, en los próximos seis meses estaré con ustedes orando diariamente en cada lugar que se encuentren, sin dejar ni un momento de llevarlos hacia Mi Corazón para que sientan la paz. Si el mundo respondiera con prontitud así como ustedes responden a Mi llamado, muchas situaciones planetarias y humanas serían evitadas por los ángeles del Universo.
Queridos hijos, cuando un corazón o más de uno responde a Mi convocatoria Yo puedo obrar a través de él, no solo en la oración sino también en la caridad, en la humildad y en la Misericordia Divina.
Despierten en esta hora a los que aún duermen, y díganles que existe una grandiosa Madre Celestial que los ama y que espera tenerlos entre Sus brazos para derramarles todo el amor del Universo.
Díganles que tengan determinación y valentía para abandonar el pecado, la indiferencia humana y la omisión.
Díganles a los que duermen, que se animen a escuchar a Cristo en su interior y que permitan que la oración los cure y los redima.
Díganles, hijos Míos, que aún la Divina Misericordia está disponible para todos aquellos que quieran buscarla y descubrirla en la fuente del Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz mundial!
Los ama y los acompaña siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para curar el presente y preparar una nueva vida para el futuro, deben perdonar el pasado, y es solo el amor, hijos, el que ingresa en lo profundo de la consciencia humana y borra los registros de los errores cometidos.
Las palabras, las acciones, e incluso los actos de caridad y de servicio, son solo vehículos para la vivencia de ese amor, que debe emerger de lo profundo del corazón.
La oración es el lenguaje del amor, es la puerta que se abre en el interior de cada ser para que el amor fluya de Dios a cada consciencia y de sus consciencias a las necesidades planetarias.
Buscar un resultado externo de las propias acciones es cerrar las puertas al amor, porque el retorno no es algo buscado por quien verdaderamente ama. Quien ama solo dona y no espera recibir nada.
Para que sean vehículos del Amor divino y superior para la consciencia planetaria, deben ser más humildes y simples, sin querer ser aquel que transforma y redime todas las cosas, porque lo que transforma y lo que redime es el amor, amor que no proviene de ustedes, sino de Dios.
Hijos, al servir, sepan que lo más importante no es el servicio en sí, sino el amor con el cual sirven. Al estar en contacto con alguien y ofrecerle una palabra de aliento y de esperanza, sepan que lo importante no es lo que dicen o cuán bien se expresan, pero sí con qué grado de amor y de unión con Dios lo hacen.
Antes de servir, e incluso diariamente, como primer ejercicio del día, únanse a Dios y díganle: “Señor, haz de mí un vehículo de Tu Amor”.
Si son sinceros y verdaderos al pronunciar esas palabras y permiten que el verbo sea el vehículo de una intención pura para que ellas lleguen al Padre, eso será suficiente para que el Creador dé un sentido a sus vidas y haga valer cada momento de las mismas para el triunfo de Su Plan.
Que sus acciones, sus pensamientos, sus sentimientos y sus palabras estén impregnados de algo más que de ustedes mismos. Que todo sea por la manifestación del amor, y que el amor, por sí solo, sea el resultado de su servicio y de su vida.
Por la cura de la consciencia humana y planetaria, láncense al descubrimiento del amor divino y permitan que el Creador los haga portadores de ese amor.
Yo los bendigo y los conduzco al verdadero servicio, que ya saben, no comienza ni termina en sus acciones, sino que tiene su verdadera acción en la vida del espíritu y debe tener allí su esencia y su principio.
Su padre y compañero, en el servicio y en la oración,
San José Castísimo
A Mis queridos hijos coralistas del Encuentro de Música para la Cura y Elevación de la Humanidad
Desde el Centro Mariano de Montserrat, en lo alto de las montañas, hoy su Madre Celeste escuchará, junto con Sus ángeles, el sonido de los instrumentos y de las vibraciones de las voces en profunda donación.
Hoy, el universo detendrá sus sutiles movimientos para poner la atención en cada pieza que será ofrendada en honor al Padre Celestial.
Hoy, Aurora reabrirá sus puertas internas para expandir por el mundo un poderoso haz de Luz y de Cura sobre la consciencia planetaria.
Desde el Montserrat, desde el lucero del universo, estaré unida de Corazón y de Alma a cada una de sus esencias.
Hijos, que hoy emane de sus espíritus el linaje de los cantores del Plan, que se reúnen para ofrecer en amor y sacrificio una oportunidad a la consciencia dormida de la humanidad.
Hoy sonará el violín porque traerá, para todos, acordes sutiles del Cielo.
Hoy sonará la guitarra porque generará armonía y paz entre las almas y Dios.
Hoy sonará el piano porque hará sumergir sus almas en la consciencia del cosmos.
Hoy cantarán los bajos para hacer emerger la raíz de todo desde su origen.
Hoy cantarán las contraltos para unir el Cielo y la Tierra.
Hoy cantarán los tenores, para atraer la consciencia de lo sagrado.
Hoy cantarán las sopranos para elevar la materia y divinizarla.
Queridos hijos, desde Montserrat hoy estarán unidos a esta tarea de Paz todos los ángeles cantores.
Que se abran los corazones para que se liberen de las cadenas.
Que escuchen, todos los oídos, las melodías que llegarán del universo.
Que todas las almas comulguen de este sagrado encuentro porque, mes a mes, el propósito de la humanidad se renueva, cuando las voces y los instrumentos se unen para ayudar en la cura de la humanidad.
Queridos hijos, que nadie pierda la sagrada oportunidad de elevar su consciencia.
Que la humanidad despierte a su cura profunda.
Hoy, Aurora se viste con sus esmeraldas de Luz para hacer brillar en el cosmos la cura esencial de las consciencias.
Quien viva este mensaje y se una a cada coralista permitirá que el canto y la música de hoy se expandan hacia esferas sublimes; esta será la ofrenda amorosa de la humanidad que está despertando a su verdad.
Estoy unida a cada corazón que clamará con su voz e instrumento. Estoy con todos Mis hijos, en alabanza y Amor.
Deseo profundamente un divino trabajo de elevación para todos.
Quien los ama y los motiva para que sigan adelante por la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Entre Mis brazos, como la Madre de la Misericordia sostengo a los que se perdieron del camino de Cristo, y así como una vez tuve a Jesús entre Mis brazos que murió por ustedes, hoy suplico al Padre Celestial por Su Divina Piedad.
El Padre nuevamente Me concede la Gracia de liberar y de perdonar a los que cayeron en el error, en la soberbia y en la profunda ingratitud.
Como la Madre de la Misericordia intercedo por esas almas porque ellas son Mis hijas, las que Yo quiero llevar hacia la verdadera paz, hacia la redención de la vida y del corazón.
Como la Madre de la Misericordia recojo del calvario de cada ser las miserias que cayeron al caminar con la propia cruz, y con Mi Luz maternal transformo la oscuridad en luz, la incomprensión en sabiduría y la tristeza en plena alegría.
Como la Madre de la Misericordia convierto lo que es imposible para el mundo y curo las heridas que nadie consigue curar espiritualmente, porque el Padre Me ha dado la Gracia de que, como la Madre de la Bondad, ayude a Mis hijos, a todos los que abren su corazón para encontrar Mi Amor.
Queridos hijos, la derrota de la soberbia en un corazón es el mayor presente que un alma puede recibir en este tiempo en donde la mezquindad, la ceguera y la corrupción hipnotizan el camino de las almas.
Cuando esa soberbia es quebrada por el báculo de Dios, se establece la Justicia Divina y el alma no recibe lo que en verdad merecería, porque al quebrarse la máscara de la soberbia nace la pureza del corazón.
Tengan corazones puros y amen, amen mucho porque en el amor Mi adversario no tiene su reinado, sino solo en los corazones y en las mentes endurecidas.
Den permiso para que el amor del corazón brote como una llama a través de la oración y dejen que las viejas estructuras caigan al suelo para que así pueda abrirse la flor del corazón.
Reciten todos los días la gratitud infinita al Creador y estarán en el camino correcto. Como la Madre de la Misericordia estoy aquí para ayudarlos y conducirlos al Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Por la misericordia de todo el planeta,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sagrada Letanía a la Madre de Dios y Madre del Universo
Para implorar Su intercesión durante los momentos de prueba y de purificación.
Virgen Santísima,
Virgen Poderosa,
Virgen Castísima,
Virgen Abogada nuestra,
Virgen Prodigiosa,
ten misericordia de nosotros,
ayúdanos.
Madre de la Esperanza,
Madre de la Misericordia,
Madre Bienaventurada,
Madre Corredentora,
Madre de la Divina Fe,
Madre Protectora,
Madre de la Santa Justicia,
Madre Mediadora,
Madre del Perpetuo Socorro,
Madre Salvadora,
Madre de la Victoria,
Madre Purísima,
Madre Plenísima,
Madre Milagrosa,
ten misericordia de nosotros,
socórrenos.
Reina de la Paz,
Reina Universal,
Reina de las Estrellas,
Reina del Amor,
Reina de todos los Ángeles,
Reina Celestial,
Reina Libertadora,
Reina Amadísima,
Reina Dulcísima,
Reina Venerable,
Reina Adorable,
Reina de las Puertas del Cielo,
ten misericordia de nosotros,
intercede ahora y siempre.
Señora del Rosario,
Señora de la humanidad,
Señora de los pobres,
Señora de los inocentes,
Señora de la Santa Cruz,
Señora de los enfermos,
Señora de los puros de corazón,
Señora de la Piedad,
Señora de la Hermandad,
Señora de la Confraternidad,
Señora de la Luz,
Señora de la Majestad,
ten misericordia de nosotros,
rescátanos.
Espejo de todos los Universos,
Espejo de la Cura,
Espejo de la Sabiduría,
Espejo del Discernimiento,
Espejo de la Alegría,
Espejo del Cosmos,
Espejo de la Liberación,
Espejo de la Asunción,
Espejo de la Misericordia,
Espejo de la Redención,
Espejo de la Unión,
Espejo de la Salvación,
Espejo de la Rehabilitación,
ten misericordia de nosotros,
cúranos ahora y siempre.
Que en Tus sagradas faces yo encuentre el camino de salida.
Que en Tu caminar yo vea los pasos dados.
Que en Tu mirar mi alma se fortalezca.
Santa Madre de Dios,
destierra de mi ser toda soberbia,
propiedad, orgullo e indiferencia,
porque toda mi vida a Ti pertenece
para que Tu Amado Hijo
realice Su Obra de Redención y de Fraternidad.
Me entrego en Tus brazos,
humillado y despojado,
porque Tu Gracia plena
me ha concedido la redención.
Amén.
Queridos hijos:
Cuando la Gracia de Dios, que es Mi Gracia, toca el corazón de los hombres, todo puede revertirse y todo puede acontecer. Solo basta que dicha Gracia, que todo redime y salva, sea aceptada con la mayor humildad y gratitud del corazón.
La oración sincera siempre los aproximará a ese estado perfecto de gratitud y de amor por todo lo recibido. Los corazones orantes no pueden acostumbrarse a recibir Gracias como si ellas fueran panes que son entregados en sus manos.
La Gracia de Dios es algo mayor, que va más allá de la comprensión y de la razón humanas.
La Gracia de Dios es un potentísimo bálsamo de reparación y de cura de las causas imposibles.
Por eso el Padre Me consagró como la Señora y Dispensadora de todas las Gracias, para que Mis hijos en todos los tiempos de la Tierra y en todas las etapas de la humanidad, no olviden que existe una Gracia mayor por encima de toda adversidad, una Gracia que Mi enemigo no conoce y le teme.
Hijos Míos, que sus corazones sean buscadores de la Gracia de Dios, no solo para ustedes, sino también para el mundo, que mucho lo necesita en este momento.
Como la Madre de la Gracia les doy a conocer el poder de este caudal de la Gracia de Dios, que no es bien comprendido por todos los hombres; pero si ella fuera amada como se debe, los milagros seguirían sucediendo, como una lluvia que cae del cielo.
Queridos hijos, la Gracia de Dios, al igual que la Gracia que proviene del Santísimo Hijo, puede justificar a las almas y salvarlas de sus constantes errores.
La Gracia es un manantial que sintetiza los poderes de la misericordia, de la piedad y de la compasión, expresados en este caso a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Que la Gracia de Dios siempre los ampare y los colme.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Dispensando sobre el mundo todas las Gracias posibles,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo soy esa Rosa de Luz que emana los aromas sutiles del amor para los corazones.
Yo soy esa Rosa de Luz que convierte el dolor en alegría y el sufrimiento en cura.
Soy esa Rosa de Luz que brilla durante la noche para guiar a Mis hijos.
Yo soy esa Rosa de Luz que florece y reflorece cuando Mis hijos están en ofrenda y en oración.
Soy esa Rosa de Luz que inspira a las almas a que vivan el camino de la paz y del amor.
Yo soy esa Rosa de Luz creada en el universo para ser Madre de la Humanidad, en servicio y amor a todos.
Yo soy esa Rosa de Luz que una vez fue un humilde corazón humano que estaba al servicio del Señor, en alabanza y alegría.
Soy esa Rosa de Luz que trajo al mundo lo más importante que había perdido, su pureza original.
Soy esa Rosa de Luz que se abre para que todos conozcan el amor de Mi Pureza Original.
Espero que, después de esta trayectoria en el planeta, sus corazones se conviertan como el Mío, en rosas de luz que estén en ofrenda y redención a los Pies del Creador.
Espero que algún día sean rosas de luz que reflejen la pureza interior del alma que fue trabajada y purificada por el servicio y el amor a Dios.
Espero que sean rosas de luz que despierten a otras rosas, para que florezcan y manifiesten un sí verdadero al Creador.
Espero, hijos, que sean rosas de luz para que puedan comprobar que la vida puede ser divinizada a través de la unión con el Padre Celestial.
Cuando sus corazones se conviertan en rosas de luz, ya no serán los mismos de siempre, porque en ustedes despertará el único talento que Mi Hijo dejó guardado en la esencia de cada corazón humano.
Que sean rosas de luz para glorificar al Padre y alabarlo por siempre en gratitud.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los prepara para su conversión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Querido hijo:
Confía en todo lo que has alcanzado a través del servicio a Dios y aférrate a ese Propósito. Mira con atención los tesoros que el Padre te ha dado y contémplalos en unión y gratitud.
Levántate de donde siempre has caído y busca la luz de Mi Corazón. Hoy ven hacia Mí y quédate en Mis brazos así como se quedó Jesús, para que Yo te haga dormir en la paz de Mi regazo. Ten paciencia para aprender a soportar lo que el corazón de los hombres no quiere transformar.
Siente la caricia de Mis manos de luz, las que borran la memoria del sufrimiento y de las pruebas que viven Mis hijos de hoy. Quédate inmóvil en Mis brazos y entrégate con confianza a lo que Yo espero realizar en tu vida.
Pide perdón y, en verdadero arrepentimiento, siente cómo el Amor del infinito te reabre las puertas. Ya no importa cuánto has caído en el suelo de la condición humana, ahora importa que mires al Cielo y digas: “Ayúdame, Señor”, y la ayuda te será dada.
Dios te ama desde el momento en que pensó crearte y también ama más allá de las miserias de los hombres, porque quien triunfará en esta vida mortal es el alma, que se volverá eterna, pura y libre de todo error.
El camino de la transformación es doloroso cuando el alma camina hacia el desprendimiento de sus actos, hábitos y costumbres. Cuando la vida terrestre atraviesa la tempestad espiritual el socorro, el auxilio y la Gracia llegarán al corazón que se arrepiente y pide intercesión. ¿Cómo crees que los más santos se libraron de sí mismos para siempre?
La escuela del amor en este mundo es para los valientes y los decididos a conocer el Amor de Dios, cueste lo que cueste. Por eso, llegar al principio del verdadero amor requiere conocerse tal cual uno es y trabajar todos los días para conquistar la santidad del espíritu.
Mi Corazón es el ofertorio para el sacrificio y las pruebas. A través de Mi Corazón todo se cura, se redime y se eleva al Reino Celestial.
Mi Corazón, que se dona todo el tiempo, comprende y ama a todas las almas; los que luchan por transformarse en un modelo espiritual de conversión para el mundo conocerán Mi Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva a la santidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Vengo como la nueva y esperada Aurora, para encender nuevamente los corazones de aquellos que se olvidaron de Dios.
Vengo a traer la cura y la redención para aquellos que se dejaron influenciar por Mi adversario y se perdieron del camino que el Creador trazó para sus vidas.
Yo vengo, Mis pequeños, para restablecer Mi Reinado en los corazones de los que se comprometieron Conmigo y para renovarlos a través de Mi presencia.
Traigo en Mis brazos todas las Gracias del Reino de Dios. Traigo en Mi Verbo la Voluntad Celestial. Para recibir estas Gracias, apenas es necesario que abran sus corazones. Para reconocer esa Voluntad Divina, solo es necesario escucharme y seguirme con atención.
Vengo para recordarles lo sagrado que existe en el suelo que pisan y decirles, hijos, que de la Nueva Aurora surgirá la Luz para disipar la oscuridad del mundo y la oscuridad de los corazones de los hombres.
Vengo para despertarlos, porque no solo los llamo a acudir a Mi Centro Mariano para que sientan paz en sus corazones, los llamo para que, en nombre de la humanidad, digan “sí” al Poder de Liberación que Dios quiere enviar a este mundo tan repleto de atavismos.
Los llamo para que, en nombre de sus hermanos, acepten recibir la cura que el Creador les ofrece a través del Reino de Aurora y no permitan que ese manantial, que no proviene de este mundo, se cierre por la ingratitud y por la indiferencia de los seres.
Hijos amados, los llamo a despertar a la realidad espiritual, porque muchos aún tienen sus prioridades en la propia vida material y no descubrieron que la mayor necesidad de estos tiempos no se encuentra en la propia vida, sino en la consciencia planetaria.
Yo los convoqué desde el principio para ser Mis soldados, aquellos que se trascienden a sí mismos y a sus propios planes, para servir a un Plan Mayor y para que sean instrumentos de Dios.
El Reino de Aurora, hijos, así como todos los lugares sagrados que aún habitan los niveles sublimes de consciencia, surgirá para ser la base de una nueva vida en el planeta; y necesita del esfuerzo, del empeño y del sacrificio de todos, para que pueda vencer todos los obstáculos que impone el enemigo y así cumplir con este Propósito divino.
Hoy, hijos, Yo los llamaré a dejar de lado el sentimiento de patriotismo y apego a sus propias naciones o a sus propios grupos, para que vivan en el espíritu de la unidad y sientan que Dios no crea divisiones en Su Plan, mas contempla una Obra única, de la cual todos forman parte.
Yo les demuestro y les demostraré todos los días que no existen preferencias para el Creador; lo que existen son prioridades y urgencias, que no son solo físicas, sino sobre todo espirituales.
Si responden con consciencia, con amor y en espíritu de unidad a los Llamados de Dios, comprenderán la esencia de Su Amor y de Su Plan sagrado.
Los tiempos actuales, Mis amados, exigirán un esfuerzo redoblado por parte de todos. Tan solo les pediré que se unan a Mi Corazón y a los corazones de aquellos que representan esta Obra en el mundo y que vivan en el espíritu de la unidad, de la fraternidad y de la confianza, sin dejar espacio en sus mentes y en sus corazones para las dudas y juicios del enemigo.
Les pido, Mis amados, que en este día se unan de corazón a la instructora que les envié a la Tierra. Pido que confíen en su guía, como confían en Mi Corazón, porque esa confianza la tornará cada vez más fiel a Dios, así como Yo lo soy.
La unidad y el amor entre ustedes son lo que construirá la fortaleza de esta Obra divina
Los amo y les dejo Mi Paz.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo estoy presente todos los días en los lugares más simples e inhóspitos del mundo, por ejemplo, en este simple jardín consagrado a Mi materno Corazón.
Es de esa forma, hijos, que Yo desearía estar en vuestros corazones todo el tiempo, para guiarlos hacia Jesús y Su Divino Reino.
En este día, vengo también como la Señora de los Treinta y Tres para fortalecer en los planos internos la misión espiritual de Uruguay y de todo su pueblo, que debe decididamente crecer en la santidad y el servicio a Dios.
Por eso, en este mes de mayo, los grupos de la Red-Luz de Uruguay y luego los grupos de toda América serán colocados en una importante misión confederada que abrirá las puertas al conocimiento, al entrenamiento y, sobre todo, a la unión de todas las consciencias que quieren seguir la Ley de la Jerarquía.
Si esa adhesión y respuesta fuera tan positiva y madura, como otras respuestas anteriores que los grupos ya dieron, América como continente contará con un apoyo espiritual inexplicable durante el momento más agudo de su purificación, y en esa misión confederada los grupos estarán más firmes para ayudar ampliamente y sin fronteras durante la crisis planetaria.
Así, queridos hijos, vuestra Madre Celeste estará al comando interno de esa tarea espiritual que intentará desplazar del destino de las Américas, gravísimos problemas sociales, ambientales y políticos que descontrolarían a toda la humanidad aquí presente.
Es así, que hoy estoy fundando nuevamente la Red-Luz de oración, que será en este tiempo uno de los brazos actuantes de la Red-Luz planetaria. La Red-Luz de oración será una consciencia más abierta y acogerá a todos los que aspiren a vivir las pautas de oración de los Mensajeros Divinos, pero que hasta este momento no consiguen consagrarse como Red-Luz planetaria.
La Red-Luz de oración será como la Red-Luz de servicio o la Red-Luz de cura, y podrá estar integrada por colaboradores principiantes, servidores y peregrinos que estén aprendiendo a dar los primeros pasos en la tarea con la Jerarquía.
Por eso, los más de 300 grupos que forman la Red-Luz planetaria en el mundo serán los acogedores y guardianes de esas almas que se han formado dentro de la Red-Luz de oración, de servicio y de cura, y que estará unida a los núcleos de servicio como a las diferentes ciudades desde donde provengan nuevos integrantes.
La reestructuración de esta red de oración, de servicio y de cura es para responder a la demanda de nuevos integrantes que aún no pasaron por la instrucción, pero que tienen el impulso de unirse a una propuesta más abierta como es la oración, el servicio y la cura, tareas que también podrán estar unidas al servicio de la Red-Luz misionera.
En todo esto la Red-Luz planetaria en cada región y ciudad irá formando a los nuevos rebaños que irán llegando, esto será para todos los grupos de la Red-Luz planetaria un gran servicio por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la formación de los nuevos apóstoles,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy esa Luz universal de Aurora que ilumina los espacios heridos de la consciencia, trayendo cura y sanación a todo el ser.
Soy ese Rayo de Aurora que purifica las partículas corruptas de la humanidad y las transforma en códigos de redención.
Soy ese Manantial de cura de Aurora que renueva todo lo que toca e irradia principios de redención.
Soy esa Llama verde de Aurora que eleva en devoción a los que claman por liberación.
Soy ese precioso y verde Cristal de Aurora que esparce luces victoriosas en las almas que confirman su unión con ese estado de redención.
Soy la Estrella verde de Aurora que convoca a los soldados al camino del profundo despertar.
Soy esa Luz brillante del Reino de Aurora que llama a los discípulos a la instrucción interior, así formo a las legiones redimidas de Cristo en este tiempo final.
Yo soy ese Fuego verde de Aurora que ilumina como antorcha el camino de los seguidores del Plan.
Yo soy ese invisible Espejo de Aurora que atrae los principios de la hermandad y de la unidad.
Ustedes, hijos, pueden ser Aurora cada vez que se unan a ella y afirmen su unión con la Jerarquía.
Que la Nueva Aurora despierte en la vida de cada ser. Que los soles, que aún no están brillando, reconozcan la gran convocatoria del Plan.
Aurora los llama a formar las primeras filas de los ejércitos del Plan. Aurora invoca su Centro Sagrado para que los autoconvocados despierten al Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la Luz curadora de Aurora,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy esa Luz verde de cura llamada Aurora, que nace del interior de la Tierra.
Soy la Fuente del Amor restaurador que nace del universo para toda la humanidad.
Soy ese Rayo liberador de Aurora que rompe las cadenas de la inercia y quiebra todas las amarras del mal.
Soy ese Sol que nace en el amanecer de cada ser.
Soy el Escudo contra toda adversidad.
Soy la que pisa con Sus pies lo que causa el dolor y el sufrimiento.
Soy esa Llama incandescente de Aurora que libera a las consciencias de los abismos y las eleva hacia la Casa del Padre. De Mí surge la cura y la liberación para las almas, cuando los errores del pasado son quemados por el fuego verde de Aurora.
Que los corazones abran las puertas de su interior para que los códigos de antaño sean cambiados por la Luz poderosa de Aurora.
Que se rindan los temerosos, que se rediman los injustos, que toda la Luz de Aurora resplandezca en los que se han redimido. En verdad, les digo, no conocen el poder de Aurora, pero él está cerca de revelarse; mientras tanto, invoquen su poderoso caudal redentor.
Que las almas vuelen como las aves hasta las moradas de los puros para que, ante la Presencia del Ángel Solar, Jesucristo, el Plan se restablezca en los que perdieron la Gracia del despertar.
Que los consecuentes vean la Aurora brillando por encima de las tinieblas de estos tiempos.
Que los navegantes y los discípulos sigan remando en el mar infinito del amor para que toda la humanidad alcance la eterna paz.
Yo soy esa Aurora verde y fugaz que circunda el universo, dejando la señal del nuevo tiempo para los que esperan la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Bajo la Luz de la nueva y esperada Aurora,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
La Campaña Juvenil por la Paz que deberá nacer en Florianópolis y más tarde extenderse por el mundo entero, dará a todos Mis hijos la oportunidad de reencontrar el sentido de la vida espiritual elevada ya no más a través de las drogas, sino en una vida de servicio altruista y de oración, fuentes seguras que ellos encontrarán para la elevación de sus almas.
Esta Campaña Juvenil por la Paz espera atender las necesidades de los más jóvenes a través de la Instrucción sobre los verdaderos valores de una vida digna y espiritual en este tiempo.
Eso será posible, queridos hijos, porque la Campaña Juvenil por la Paz atenderá la solicitud de los más jóvenes sobre la comprensión de la vida espiritual y del Universo en su totalidad: del macro cosmos.
La Campaña Juvenil por la Paz pretende tener como base la fuente de la expresión a través de la música que irradie paz, armonía, equilibrio y en algunos casos, estados de unión con Cristo y con la Divinidad Celestial.
Para eso, la creatividad a través de los instrumentos llevará a los más jóvenes a sentirse motivados a crear músicas que ayuden en la armonización del planeta, como también algunos grupos de jóvenes se animarán a expresar su unión con Cristo.
El arte en los más jóvenes dentro de esta Campaña por la Paz se expresará mediante imágenes que apelen a la necesidad de paz en el mundo, así como en la expresión de mensajes elevados de amor, de hermandad y de esperanza, buscando disipar las ideas de violencia, de maltrato a los semejantes y de guerra.
Es por eso que esta Campaña amparada por la Asociación María, permitirá ayudar a que los jóvenes transmitan a sus semejantes esos valores que aprenderán y así toda la juventud algún día percibirá que no será necesario “buscar a Dios” a través de las influencias que imparte el adversario.
Una vida de oración nacerá en una parte de los jóvenes, esa será la base fundamental para que principios de redención y de cura se den en la humanidad.
Seguiremos trabajando en este proyecto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Por la Campaña de Paz en el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy estemos a los pies del Sepulcro en el silencio interno de las santas mujeres, contemplando la restauración corporal y espiritual de Nuestro Señor y, en consecuencia, de toda la humanidad.
Estemos en vigilia y oración, esperando el gran momento de la Resurrección de Cristo en los corazones del mundo.
Hagamos memoria y honra a Mi Amado Hijo, junto a los ángeles del Cielo, para que nuevamente Su infinita Misericordia y Piedad salven a los perdidos.
Vivamos el misterio de la Redención no solo a través de la Cruz, sino también a través del Sepulcro y de la unión interna con Jesús.
Abran sus brazos en donación y reciban en sus corazones la cura restauradora de Cristo en este Sábado Santo, en que las huestes del Padre se reúnen en adoración y gloria para bendecir al Hijo Amado.
En ese acto de piedad y de misericordia, los que nada quieren saber de Cristo lo conocerán en algún momento de sus vidas y reconocerán en Él el gran universo de amor que guarda Su manso Corazón de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En adoración a los pies del sepulcro,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Calvario
Yo soy el Árbol Sagrado
Yo soy la Madre y Señora dispensadora de todas las Gracias.
Yo soy el Árbol sagrado del Universo, soy la que da frutos y de los frutos nacen todas las semillas que se siembran y germinan en todos Sus hijos.
Soy el Árbol sagrado de la Figueira, soy el tronco que soporta y transmuta a Sus hijos.
Soy la copa florecida de época en época, que refleja la gran belleza de Dios.
Soy la gran raíz que sustenta toda la vida y da fuerza regeneradora a todos los espíritus.
Yo soy la gran Figueira, ustedes son Mis frutos predilectos que hago madurar con los rayos del Corazón solar de Mi Hijo, para que den nuevas semillas que serán sembradas en la nueva humanidad.
Yo soy el Árbol sagrado de Figueira, ustedes también son parte de Mis hojas, que expresan la vida, la cura y la renovación.
¡Oh sagradas semillas de Mi amada Figueira!, que en otros campos rebroten los nuevos frutos que serán ofrendados al Padre Celestial.
Ustedes son también Mis ramas, y Yo soy el gran Árbol sagrado que los unifica y los hace partícipes de la unión perfecta con el Creador.
Ustedes son parte de todo Mi Árbol sagrado, son el resultado del trabajo continuo del Árbol sagrado. Sean ramas, sean hojas, sean frutos y semillas de Mi amada Figueira, expresen el amor por el conocimiento y practíquenlo, ya llegó la hora, ya llegó el tiempo.
El sagrado Árbol de Figueira ya sembró sus bases de instrucción en todos los corazones, es hora de vivenciarlo, de adorarlo y de amarlo.
¡Oh sagradas semillas de la redención!, broten en aquellos campos donde hay soledad en las consciencias, broten en servicio y caridad como todos los Reinos de la Naturaleza. Sean semillas portadoras de Mi Luz y de Mi Misericordia, sean espejos vivos del mensaje divino.
Yo soy la sagrada Figueira, que nadie lo olvide. Yo soy el sagrado Árbol de la renovación y de la paz. Quisiera, hijos amados, que ustedes algún día dejaran de ser semillas para ser árboles crecidos en el amor y el conocimiento sagrado.
Reverencien todos los frutos que les ha dado Mi sagrada Figueira, ella es la cuna de los nuevos frutos, ella es el semillero de la nueva humanidad.
¡Oh pequeñas figueiras!, que el crecimiento de ustedes sea tan elevado como la oración, que sus frutos sean tan hermosos como las flores de Mi inmaculado jardín.
En el próximo tiempo verán en el bosque sagrado a todas las pequeñas figueiras, vivas por la Luz de Dios y expresivas como la devoción eterna.
Abracen con amor a Mi sagrado Árbol de la Figueira, para que en esa unión interna sus pies caminen descalzos y libres de todo hacia el eterno jardín del Corazón de Dios.
Hijos, hagan brotar en ustedes lo más puro y santo que Dios derramó por amor.
Estemos unidos en espíritu, como uno solo, alrededor de la amada Figueira de luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega en oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más