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Soy la Señora de la Adoración.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo.
Contemplo en Mi Corazón los hechos y los méritos alcanzados por Jesús para toda la humanidad.
Ante la Adoración del Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, su Madre Celeste está presente en vigilia y oración llevando a las almas adoradoras hacia el Tabernáculo espiritual de Mi Hijo, para que las almas reciban los frutos de la conversión y de la Misericordia, a fin de que ellas se dignifiquen en Cristo y a través de Cristo recuperen su filiación con el Padre Celestial.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo y, a través de la perpetua oración, la Adoración de las almas al Cuerpo de Cristo se vuelve invencible; es como cientos de ángeles que son atraídos por la luz de la Adoración para ayudar a disolver las raíces del mal y de la perdición de las almas.
La Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Cristo acompaña silenciosamente la derrota de los infiernos y el rescate espiritual de las almas pecadoras.
A través de la Adoración al Sagrado Cuerpo de Cristo cada adorador reafirma su unión con la Voluntad Suprema, para que más allá de sí mismo, ella pueda ser realizada.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Cristo y, en cada nueva Adoración, los misterios de la Resurrección de Cristo cristifican a los que adoran.
¡Les agradezco por adorar a Jesús Eucaristía!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Busca la Fuente de la Pureza de Dios a través de la oración y vence los asedios más internos a través del silencio y de la oferta constante de tus batallas a Dios.
La mente siempre caerá en el pecado y los sentimientos humanos siempre serán frágiles, pero tu alma, hijo, debe ganar espacio en tu consciencia para calmar las fragilidades humanas de tus cuerpos más materiales.
No entristezcas tu corazón por los asedios que vives. No permitas que el enemigo te venza al fortalecer tu sentimiento de flaqueza. Encuentra refugio en el Corazón de Dios, deja que Él lave tu vergüenza y tus miedos con Su propia Sangre, para que te sientas puro y limpio en el Corazón de tu Señor.
No temas contemplar Su Cuerpo en la Eucaristía. No temas colocar tu corazón en Su Cruz, porque es allí en donde tus miserias más humanas se rinden, es allí en donde tu alma se apodera de la flaqueza de tus cuerpos, para recordarles que la entrega del Señor por ti es perpetua, y que en ella siempre habrá Misericordia y pureza para limpiar tu corazón.
No te dejes vencer, sino por Aquel que ya conquistó tu vida en una Cruz.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Para comprender y amar la Justicia de Dios, primero, hijo, debes abrir tu corazón para conocer al propio Dios, puro Amor, Misericordia y Compasión, que, con ternura, aguarda el retorno de Sus hijos a la Fuente Celestial.
Con tu oración, con tu diálogo con el Creador, con la meditación sobre todas las santas palabras que Él ha enviado a lo largo de los siglos, con la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo, con la contemplación de Su Sagrada Faz, con el silencio, con la propia vida, conoce a Dios y profundiza tu contacto con Él.
Busca saber quién es Él para que, entonces, sepas que Su Amor excede todos los límites y se oculta hasta aun en la justicia y en las correcciones que expresan Sus Leyes en la vida universal y planetaria.
Conoce a Dios y sabrás, hijo Mío, que Su amor, siempre presente, está sobre ti a través de los Ojos de Dios fijos en tu corazón. Deja que esa mirada te ampare. Encuentra tú también la Faz Sagrada de tu Creador y únete a Él, por medio de una mirada que encuentre la Suya y que se transforme, se funda, se disuelva en esa Presencia Divina.
Todo eso se alcanza no solo con la fe, sino también con el esfuerzo permanente, con la rendición cada vez más interna, más profunda, de los espacios más ocultos de tu consciencia.
Cada día, entrégate más a Dios y sabrás cuánto Él también aguarda para entregarse a Sí mismo a tu corazón.
El Amor de Dios es un espejo que se refleja en tu interior para que lo profundices, para que aprendas a amar. Y cuanto más te abres para recibir el Amor del Padre, más ese Amor se expande y te transforma.
Pide la Gracia de conocerlo más, de dar más espacio a Su expresión, a Su Voz, a Su Vida, a Su Amor en tu interior.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Ingresa en las esferas celestiales a través de la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo. Deja que el Pan se revele como parte consagrada de tu Señor y encuentra en Él a los espejos y a los portales.
Ve tu esencia reflejada en Aquel que se da para ser adorado y, en el silencio de tu corazón, vive la revelación de la Alianza, siempre nueva y eterna, sellada por Cristo para que tu consciencia trascienda la condición humana y viva Su Propósito Divino.
Adorar al Cuerpo Eucarístico de Cristo, en profundidad, es vivir la revelación de la unidad entre Dios y los hombres, entre el infinito Cosmos y el microcosmos en tu interior. Allí es en donde la verdad se revela, en donde los velos rasgados se abren como los telones de un teatro que tuvo su fin, y los personajes dejan de existir para mostrar su verdadera faz.
No solo contempla y adora a la Eucaristía, hijo, sino, como un imán espiritual y divino, deja que ella venga a tu encuentro y ve tú también al encuentro de ese portal hacia el Corazón del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Entonces, al ingresar estarás en el Tiempo eterno de Dios y podrás reconocer quién eres.
Contempla, en la Sagrada Eucaristía, a la Iglesia Celestial de tu Señor. Que ella misma revele lo sagrado que hay en ti.
Comprende así que hay misterios infinitos, no solo en lo oculto y en el silencio de las dimensiones invisibles de la vida, sino también, hijo, en aquello que te fue entregado como Gracia y ceremonia y, más que eso, en tu propio ser, en tu propio cuerpo, alma, espíritu y corazón hay misterios que debes develar.
Contempla en la Sagrada Eucaristía la puerta que te conduce a esa revelación celestial para que ya no existan misterios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Para que las órdenes religiosas en el mundo y, especialmente, los consagrados en este tiempo puedan superar y trascender los tiempos definitivos en sí mismos, Yo vengo a pedirle a la Orden Gracia Misericordia la reparación del Corazón Eucarístico de Jesús, los días sábados; para que Mi adversario no siga empujando con su cola a Mis discípulos para hacerlos caer en los abismos y para que el Corazón de su Dulcísimo Redentor sea consolado por todos los que, en la vida religiosa y sacerdotal, perdieron los Dones de Dios por las influencias de las pruebas de estos tiempos.
Al menos, espero que en el mundo la vida consagrada siga siendo un puente que lleve a las almas hacia Dios y no un chiquero de bajezas y de adversidades.
Deseo que, por los divinos méritos de Mi Dolorosa y Extrema Pasión, su Orden religiosa ofrezca el día sábado, a las tres de la tarde, la oración grupal a la Divina Misericordia, no importando en qué lugar o momento se encuentren.
Si responden a este pedido de su Señor por tiempo indeterminado, la Gracia Salvadora del Padre descenderá sobre cientos de religiosos en el mundo, y las grandes tentaciones y desobediencias de estos tiempos se disolverán, porque Yo colocaré Mis Manos sobre aquel que implore en Mi Nombre y ya no será un instrumento de distorsión espiritual, sino un bálsamo de amor para Mi Corazón.
Vengo a pedirles, en los sábados de reparación, una adoración colectiva con todos los miembros de su Orden; que también calmará la indignación de Dios por tantos desvíos que muchos religiosos viven en este ciclo.
Si ese pedido se realizara y nadie faltara en cumplirlo, les prometo, por los frutos insondables de Mi Misericordia, rescatar a los religiosos y religiosas que cayeron en tentación y están perdidos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Toma con tus manos el rosario y ora por este mundo.
Arrodíllate delante del Sagrario y ora por este mundo.
Adora al Cuerpo Eucarístico del Señor, orando por este mundo.
Confiésate con Cristo y con Dios, limpiando tu corazón para que todos los corazones sean limpiados a través de ti.
Renuncia a las distracciones y a los deseos humanos para que el mundo alcance la paz.
Da un ejemplo de servicio, en el silencio de tu corazón, para ofrecer una reparación a Dios.
Que tu vida ya no sea para ti. Ya no te pierdas en los laberintos de tu mente y de las tentaciones humanas.
Únete a tus hermanos para establecer la paz. Ora por la santidad del prójimo y de todos los seres. Sé, en tu vida, un camino para que otros encuentren a Dios.
No seas una tentación y una distracción para tus hermanos. Sé paz y unidad con Dios.
Renuncia a ti mismo y abraza el desafío del vacío.
Haz de ti, cada día más, un instrumento del Creador, porque el mundo lo necesita.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La persistencia espiritual es una prolongación del amor. Cuando un ser ama algo de forma verdadera, sincera y evolutiva es capaz de persistir para alcanzar su propósito. El amor lo renueva ante las dificultades y lo hace fuerte ante las pruebas que el camino le trae, por diferentes motivos.
Cuando viven algo con amor, son capaces de persistir, de vencer la propia inercia, las propias resistencias y, de la misma forma, vencer las resistencias y los asedios que el mundo les impone.
Para cumplir con el Propósito de Dios y cargar la cruz que Él les ofrece, es necesario desarrollar la persistencia espiritual, la que es fruto del amor al Propósito Divino.
La oración, la Adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo y el silencio en contemplación al Dios vivo en su propia esencia son llaves que los conducen al verdadero amor, que es el Amor de Dios y, de esa forma, ustedes se renuevan todos los días en su camino.
Estas tres cosas disolverán el caos y los conflictos que, naturalmente, nacerán en sus mundos internos, una y otra vez, porque esa es la prueba de este momento planetario.
Estas tres llaves serán siempre el sustento y el principio que los conducirá a la realización de todas las cosas, porque a través de ellas encontrarán no solo amor y persistencia, sino también sabiduría y valor para comprender al prójimo y auxiliarlo, ya que uno de los mayores asedios de este tiempo será destruir las relaciones de amor y fraternidad entre los seres humanos, porque la unidad, hijos, es lo que los hará manifestar el Plan de Dios en la Tierra.
Por eso, hoy, solo les digo que, cuando les falte persistencia, fuerza, amor, fraternidad y capacidad de superar los desafíos para unirse a sus hermanos, deténganse por un instante y oren, contemplen al Corazón Eucarístico del Señor o silénciense delante del Universo, delante de la propia esencia para recibir la paz y la sabiduría de su Padre y, de esta forma, podrán superar el fin de los tiempos.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Finalmente, compañeros, después de tantos años de trabajo y de encuentros compartidos con ustedes, Yo podré dejar instaurada y establecida, en los Centros Marianos, la vivencia de los Sacramentos para las almas.
Por eso, a partir del próximo 3 de marzo todos los que quieran ser sacramentados podrán dirigirse hacia algún Centro Mariano a fin de prepararse para vivir el Sacramento que necesiten.
Será de esa forma que el 4 de marzo de 2019, así como todos los días 4 de los meses que vendrán, los Centros Marianos prepararán sus altares para ofrecer y administrar a las almas los Sagrados y Divinos Sacramentos.
He escogido al Centro Mariano de Aurora para comenzar con este impulso para que el nuevo ciclo de los Centros Marianos sea más apoyado por todos, principalmente por los peregrinos.
Por eso deseo, con amor en el corazón, que los días 4 de cada mes lleguen a los Centros Marianos ómnibus peregrinos y que su acogimiento y recepción sean preciosamente organizados por los Hijos de María y por los Celadores de la Eucaristía.
Así es que todos los días 4, después de vivir la sagrada procesión con el Santísimo Cuerpo de su Señor, los Sacerdotes, los auxiliadores de Sacerdotes, los Celadores de la Eucaristía y los Hijos de María se prepararán para brindar los Sacramentos del Bautismo, la Unción y el Lavapiés.
De esta manera, los Sacramentos pasarán a ser puentes espirituales de preparación para aquellos que luego participarán de los encuentros de oración de la Divina Misericordia.
Los Sacramentos, excepto la Santa Comunión, no serán más administrados los días 5 y 6 para que las almas se preparen mejor espiritualmente para estar ante Mi Presencia en la Maratón de la Divina Misericordia de cada mes.
Por un período más, seguiré consagrando con amor las hostias para ustedes, para que se sigan sirviendo de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
Por último, el día 4 de cada mes, los Sacerdotes ofrecerán el Sacramento de la Confesión durante la mañana, como parte de la actividad litúrgica y sacramental de los Centros Marianos.
Para eso, se construirán confesionarios portátiles que serán colocados reverentemente en algunos puntos de los Centros Marianos para que los confesores tengan mejores condiciones espirituales para ofrecer ese ejercicio de purificación.
Invito a todos los fieles seguidores de Cristo, a los devotos, a los orantes y a los peregrinos para que, a partir del mes de marzo de 2019, se sirvan humildemente de los Sacramentos y así alivien a este sufrido planeta.
Esperaré para ver en la puerta de cada Centro Mariano la llegada de los ómnibus peregrinos. Yo mismo los recibiré de brazos abiertos para que entren al Templo de Mi Corazón, expresado en la simplicidad de cada Centro Mariano.
¡Les agradezco por guardar Mis aspiraciones en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Decimoprimer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Jesús, Salvador y Redentor,
hazme humilde y semejante
a los ángeles del Cielo.
Hazme semejante a ellos
en obediencia y en servicio
a fin de que toda mi imperfecta consciencia
tenga la Gracia de formar parte, algún día,
de la Ley de la Jerarquía.
Ayúdame y enséñame,
a través de los ejemplos,
a respetar y a reverenciar a mis hermanos
para que se construya en nuestras consciencias
el espíritu sagrado de la hermandad
y de la unidad.
Permíteme, Señor,
abrazar con fervor
cada cruz que deba cargar,
para que la humanidad y el mundo
sean aliviados de sus errores.
Que todos, Señor Jesús,
tengamos la dicha de participar
de Tu Presencia en la Eucaristía,
en la Comunión así como en la Confesión.
Que todos podamos, como hermanos,
sentir y encontrar al Gran Sacerdote del Amor
para que comulguemos
de Su preciosa Energía Divina.
Para eso, Señor,
lava mi rostro con el Agua de Tu Fuente.
Purifica mis manos, mi cabeza y mis pies
con el Agua sagrada
que una vez brotó de Tu Costado
y que, al igual que el soldado romano
que Te lastimó el Corazón,
yo sea bañado por la Luz poderosa
de Tus Células Crísticas.
Conviérteme en el apóstol que necesitas
y hazme pequeño en todo
para que siempre
pueda reconocer
Tu Verdad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Cuarto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor mío,
que los Rayos de Tu Corazón
disuelvan cualquier posible
ceguera espiritual en mí,
para que tenga la dicha
de reconocer Tus humildes pasos.
Hazme valiente
así como Tú lo fuiste, querido Jesús,
en cada paso de la Cruz.
Que no tema cargar
con mis propias miserias,
que tema no poder encontrarte.
Pero sé que como Tú eres
bondadoso y misericordioso, Señor,
me concederás la Gracia de encontrarte,
de sentirte y de reconocerte
en mi mundo interior.
Que Tú seas esa Llama Divina
dentro de nosotros
que todo transmuta y purifica.
Aléjame, Señor,
de las ilusiones de la vida,
de todo lo que sea superficial.
Que nunca pierda la sed
de beber de Tu Sangre
y de comer de Tu Divino Cuerpo.
Hazme semejante a todos
Tus humildes siervos y mártires
que dieron hasta el último
minuto de sus vidas
por reconocerte y dar testimonio de Ti.
Que no le tema a los desiertos
en los cuales Tú me coloques.
Que no le tema a la aridez
ni a la falta de sensibilidad
o de ánimo.
Solo te pido, queridísimo Jesús,
que me renueves,
que me redimas,
que hagas en mí
según Tu Palabra y Tu Voluntad,
porque así conoceré la libertad
y la alegría infinita
de servirte hasta el final.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Octavo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Libérame, Señor,
del miedo a cualquier dolor
que deba enfrentar.
Que esa liberación,
que solo Tú me concederás por Tu Gracia,
me ayude a aprender del sufrimiento
y a no temerle.
Porque sé, Señor,
que en todo existe un porqué,
y Tú, Amado mío, nos das la sabiduría
para poder comprenderlo y aceptarlo
así como Tú lo aceptaste silenciosa
y humildemente en el Huerto Getsemaní.
Concédeme, Señor,
la oportunidad de ver
la santa redención en todo lugar
y cómo el poderoso Amor de Tu Corazón
todo lo transforma y todo lo sana.
Quédate conmigo, Señor,
en todo momento,
al menos hasta que yo aprenda
a reconocer Tu Voluntad
y a cumplirla paso a paso.
Déjame, en las horas difíciles y amargas,
estar cerca de Ti, solo para contemplarte
en el poder luminoso de Tu Santa Eucaristía.
Que por medio de esa ofrenda, Señor,
encuentre fortaleza y mucho coraje, todos los días,
para pasar por encima
de mis ideas, gustos y satisfacciones.
Haz que me rinda, Señor, a Tus Pies,
para que mi orgullo,
vanidad y soberbia los besen
y toda adversidad o egoísmo interior
sean disueltos por el bálsamo de Tu Luz.
Confío en Ti, querido Jesús.
Tú que conoces mis flaquezas,
transfórmalas a todas,
aunque mi sacrificio solo sea
un pequeño grano de arena
en este vasto Universo.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Al fin alguien coloca su mirada en esta, Mi Iglesia y capilla del pueblo.
Al fin alguien viene a visitarme en el Sagrario para que Yo pueda derramar Mis Gracias, las Gracias de un Corazón manso que no consigue hacerlo por no tener un lugar y un espacio en donde derramar Mi Amor.
Pero hoy sí encontré ese lugar en el corazón de los Míos que, a pesar de todo, vienen a Mí y Me visitan.
Yo estoy presente y atento en todos los Sagrarios de la Tierra, allí puedo atender a sus súplicas.
Me da pena, en el Corazón, cuando las almas se olvidan de Mí y Me dejan de lado, porque así nada puedo hacer, nada les puedo entregar mientras las almas estén distraídas en el mundo y no visiten a Jesús Sacramentado.
Los animo a que les recuerden esto a sus hermanos y que, a pesar de que las Iglesias se encuentren vacías, llamen e inviten a sus amigos para que visiten a Jesús Sacramentado y silencioso en el altar.
Así, Yo les daré todos los tesoros que tengo y podré derramar la Fuente de Mi Misericordia en los que más la necesitan y también en quienes la buscan de corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Fiesta Anual de Corpus Christi
Queridos hijos:
Que hoy los sagrados monasterios de la Orden fundada por Mi Hijo dediquen un espacio dentro del día de las liturgias para celebrar y honrar el día de Corpus Christi.
Es así, hijos, que ante el Santísimo expuesto ofrecerán juntos, como comunidad religiosa, un momento de alabanza especial al Rey de reyes, por medio de la oración, de las canciones y de la devoción, a fin de que el Cuerpo Divino de Cristo sea preciosamente reparado de todos los ultrajes que el mismo recibe de la humanidad, pero también para que la Divina Persona de Cristo, como Cordero Inmolado, derrame en este día Su Misericordia al mundo entero.
El día de Corpus Christi deberá ser incluido en el calendario litúrgico de su Orden como un gran día de reparación y de expiación universal, ya que en el Universo Celestial se celebra la memoria de la entrega del Cordero Pascual por medio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
Todos los que celebren este día podrán recibir también la ayuda espiritual que necesitan para estos importantes momentos de definición.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ábreme la puerta, hijo Mío, hija Mía, porque ingresaré dentro de tu cárcel espiritual para poder quitarte de allí y librarte del constante cautiverio.
Deja que Mi Corazón disuelva las cadenas que te mantienen preso.
Hoy vengo para darte la libertad interior que tanto buscas.
No creas ni pienses que te quedarás allí para siempre. Anímate a desvincularte de tus apariencias, de todos los aspectos de la vida superficial que te llevan al error.
Cree en el poder de la reconciliación y en el poder de la cura. Acepta con gratitud esa libertad interna que Mi Corazón Inmaculado te puede ofrecer.
Deja que tu Madre Celeste derrumbe la existencia de esa vieja prisión de la consciencia y, a partir de allí, comienza a volar alto hasta que alcances el último Cielo, en donde encontrarás a Jesús, sentado a la mesa de la Celebración Eucarística; para que, así, recibas Su Cuerpo y Su Sangre como símbolo de reparación interior y de fortalecimiento de la alianza con Su Divino Espíritu.
Recibe, entonces, Su más amorosa bendición e imítalo, para que en este próximo tiempo todo sea renovado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo expuesto sobre Mi Inmaculado Corazón, hoy su Madre Celeste celebra, con ustedes y con todos los orantes del mundo, la Fiesta del Sagrado Cuerpo de Cristo, en la que el Cielo ofrece una indulgencia a todos los que comulguen de este preciosísimo Cuerpo del Señor.
Es de esa forma, que la Comunión con Cristo debe ser considerada especial y célebre, ya que Mi amado Hijo estará concediendo, desde los Cielos, a quien comulgue con devoción, la Gracia de disolver cualquier falta, deuda o hecho cometido contra Su Sagrado e insondable Corazón.
Esa Gracia ganará más fuerza y amplitud en el interior si las almas adoraran este Sagrado Cuerpo Eucarístico durante unos minutos. Tan solo por colocar la mirada en el valor del Sagrado Cuerpo de Cristo, las almas equilibrarán sus errores y serán libres de todos ellos, los que las han llevado a apartarse del camino del amor.
Este acto, que puede ser ofrecido por cada alma, atraerá un caudal inagotable de Gracia sobre la humanidad y sobre todas las causas que generan la guerra, la muerte y la persecución de los cristianos y no cristianos.
La Gracia será para todos si la mayoría contemplara el Sagrado Cuerpo de Cristo, presente en la Eucaristía.
Les agradezco por adorar a Mi Hijo de corazón, porque eso hace expandir Su Misericordia por el mundo.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El divino diálogo entre María Santísima y el Ángel de Portugal
Ángel de Portugal: Dulce Reina de las Estrellas, Gobernanta Espiritual de todas las almas perdidas y no perdidas, dígnate, Majestad Celestial, elevar a cada uno de Tus hijos a los Brazos del Padre Celestial.
Virgen Santa y Adorable, haz resplandecer con Tu Amor Divino a cada esencia para que finalmente encuentre a Dios, el Supremo Señor.
María Santísima: Cálido Ángel de Portugal, legionario y siervo de San Rafael Arcángel, Te envío a ti y a todos tus benditos ejércitos, para que liberes en honor de San Miguel Arcángel, a todas las consciencias que están encadenadas por Mi adversario.
Disipa con tu paz, Ángel de Portugal, toda ilusión de la consciencia y Te pido, servicial ángel de Dios, que reces por todos Mis hijos, especialmente por aquellos que creen vivir su espiritualidad y no tienen a Dios, por su gran soberbia.
Ángel de la Paz, protege sin descanso a Mi amada Portugal, como también hazle saber interiormente que todo ese pueblo aún debe saldar las faltas cometidas contra Mis pueblos originarios.
Ángel de Portugal: Sí, Señora Mía, Piadosísima Madre que consuelas a los afligidos, que traes esperanza y renovación a los que están hambrientos espiritualmente.
Sí, Madre, esa es Mi humilde respuesta ante Tu precioso pedido de misericordia. Recuerda, Santa Madre Celestial, a los que blasfeman el Corazón de Tu Amado Hijo; implora, Virgen Santa, por cada consciencia de este mundo, para que nadie pierda la Paz del Señor.
María Santísima: Siervo de Mi Padre, que estás al servicio de los Universos Superiores, apreciado Ángel de Portugal, responderé a tus santas peticiones, pediré a Mi Amado Hijo que aplaque la Justicia de Dios y que Su Sagrado Corazón ayude a disolver la indiferencia humana, actitud que hace cometer todos los errores del mundo.
¡Oh Santo Ángel de la Paz!, ayuda a los ángeles de todas las naciones, impulsa al ángel regente de cada nación para que se muestre al mundo. Santo Ángel de Portugal, consciencia que adora el Cuerpo Santo de Mi Hijo en la eucaristía, irradia los códigos de luz que brotan del incansable Corazón de Cristo y haz conocer a cada alma la dulzura del Amor de Mi Hijo.
Hazlo conocer en la perfecta comunión con Su Cuerpo y Su Sangre, hazlo amar en primer lugar en la vida de cada ser, para que así Mis hijos abandonen el abismo de su gran ignorancia.
Ángel de Portugal: Amada Madre y Reina del Júbilo de Cristo, haremos conocer la majestad piadosísima de Tu Hijo, para que los corazones encuentren a Cristo y nunca más se separen de Él.
Enviaré a los ejércitos de San Rafael Arcángel, para que trabajen en la cura de todas las almas y especialmente de los corazones omisos que todavía niegan el poder de Tu Hijo.
¡No llores, Santa Estrella de la Paz!. De Tus lágrimas brota el apelo de una misericordiosa salvación para cada uno de Tus hijos. Déjame, Madre del Sol, secar con mis lienzos de luz cada lágrima de Tu purísimo rostro, para ofrecerlas al Padre Amado como pétalos de flores eternas de Tu Corazón.
María Santísima: Si las almas supieran, amado Ángel de la Paz, lo que siente Mi Corazón bondadoso, no dejarían de estar en Mis brazos, así como lo estuvo Jesús.
No dejaré ni un segundo de tender Mis brazos hacia el mundo y de ofrecer Mis consoladoras manos, como cura y remedio para cualquier dolor.
Me agrada escuchar de tu boca, Santo Ángel de Portugal, la ofrenda de tu consciencia angélica. Así aliviaremos al Padre, viviendo por todos el dolor del mundo. Así los corazones ofendidos podrán encontrar el camino de la esperanza.
Ángel de Portugal: Sabes, Madre Piadosa y Reina de la Paz, que estamos a Tu eterno servicio, pues Tu nombre, que es santo, resuena en nuestros corazones como una melodía de amor y de redención.
Escucharemos Tu llamado y responderemos de inmediato; todos los ángeles de la guarda de Tus hijos te ayudarán para que los hombres y mujeres de la Tierra respondan a la voz de Tus súplicas.
María Santísima: Entonces, Ángel de la Paz, emite desde tu corazón ese don de la Gracia, que la paz no solo abrace a Portugal para que algún día se redima, sino que la Paz de Dios, del Altísimo, llegue a todos los que la necesitan.
Invocaré tu nombre y tú, santo ángel, darás a conocer al mundo la falta de su inocencia. Refúgiate en la oración de todos Mis hijos y así, junto a tus legiones, redimirás a la Tierra, preparándola para el retorno de Cristo.
Ángel de Portugal: Sí, Madre Misericordiosa, cumpliremos con Tus dulcísimas peticiones, que Tu Santo e Inmaculado Corazón sea el refugio para cada ángel. Elevamos junto a Ti, Madre Adorable, todas las súplicas para que esta humanidad ciega despierte de su sueño profundo.
Te agradecemos y te alabamos, Madre Universal.
María Santísima: Es así, Ángel de la Paz, que en este día haré conocer nuestro divino diálogo a todo el mundo, para que las almas se conmuevan y sientan la verdad y el clamor de Mis benditas palabras. Por eso hoy lo revelo a todos Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión al Ángel de Portugal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la Madre de la Santa Adoración, Yo congrego a los rebaños de Cristo para que adoren al Señor y lo glorifiquen.
Soy la Madre que abre nuevas puertas a los que buscan el camino hacia el infinito.
Soy la Madre que resuelve lo imposible y conduce a las consciencias hacia un único camino, hacia el camino del Señor.
Por eso, los que adoran a Cristo se verán espiritualmente beneficiados por los dones que siempre irradia el Santísimo. Este misterio ya se tornó el nuevo Sacramento en la vida espiritual de la humanidad, que podría revertir todas las causas que someten a la evolución y al despertar de los Nuevos Cristos en los tiempos de caos.
Yo soy la Madre de la Misericordia, soy la que permite derramar los estados de Gracia en espacios en donde todo estaría perdido.
Yo soy la Abogada de las almas, soy la Intercesora entre las criaturas y Dios. Quien Me vive y Me siente, por medio de la oración, descubre las llaves seguras que abrirán todas las puertas del Cielo.
Por eso, Mi insistencia en que oren y adoren es importante, así estarán en un espacio espiritual protegido y aislado de las influencias de Mi adversario, influencias que cada vez más impartirá sobre la humanidad no creyente.
Por eso, vengo nuevamente a mostrarles este portal de la Adoración para que, por encima de toda prueba y dificultad, recuerden en los próximos tiempos que Cristo, presente en el Santísimo del altar, los mantendrá dentro de Su Divina Gloria y así no estarán desprotegidos ante cualquier acción del adversario.
Los adoradores de Cristo-Eucaristía se volverán dichosos y plenos. Por eso, llegó la hora de que usen los instrumentos de forma adecuada, los instrumentos de la Adoración, de la oración, de la Confesión y el instrumento del silencio que es un atributo y un bien poderoso que el enemigo desconoce por el constante ruido de su mundo.
Hijos, les doy las llaves, ustedes deben abrir las puertas del templo para que Cristo pueda ingresar y tener morada en los corazones purificados y limpios por la única verdad celestial: la verdad del Amor Crístico y Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la esencia de la Adoración preciosa a Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos en Cristo:
El poder que tiene la adoración al Santísimo es desconocido por el mundo.
Verdaderamente Mi Hijo se encuentra presente en la Eucaristía y principalmente en todos los corazones que, habiéndose confesado, reciben el Cuerpo Eucarístico de Cristo.
En cada adoración como en cada nueva comunión se puede establecer la unión esencial entre el Universo Espiritual y el material, y una gran cantidad de dones divinos pueden encarnar en los corazones de los más simples. Es a través de la adoración que se establece el Reino de Dios, y así las leyes renuevan los principios de la vida de santidad y de servicio.
Hijos, en la adoración se encuentra el gran portal hacia los Cielos, en el que vuestras almas pueden ingresar en comunión con el Altísimo Dios del Universo.
A través de la sagrada adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo son cerradas las puertas al mal, y los ángeles ayudan en la liberación del desorden colectivo y mental.
Queridos hijos, estar frente a Mi Hijo requiere de entrega, de confianza y de humildad para que los verdaderos principios de la fe, los que están basados en el amor y en la devoción, puedan actuar en vuestras vidas.
Hijos, si la humanidad observara por un momento la importancia de la adoración a Cristo y mirara menos la computadora, les aseguro, Mis queridos, que la humanidad estaría lejos del castigo por tanta crueldad y maldad.
Por eso, ustedes que están más despiertos, sean embajadores y adoradores del Cuerpo Vivo de Cristo, así en la Tierra existirá un hilo de misericordia que irá revirtiendo muchas cosas. La decisión está en vuestros corazones.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los encuentra en la sagrada adoración a Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Mi Corazón se llena de Gozo y Mi Espíritu se regocija cuando las almas responden a Mi llamado.
Con este fin, hoy deseo consagrar a todos los hogares del mundo a Mi Inmaculado Corazón; para eso vengo a pedirles que una imagen de la Reina de la Paz sea colocada en la entrada de cada casa, con el fin de proteger y amparar a todas las familias. Si así lo hacen, le estarán diciendo al enemigo que vuestras moradas pertenecen a Dios y que nada que no fuese semejante al amor del Padre podrá reinar allí.
Queridos hijos, no saben cuánto anhelo tenerlos cerca de Mi Corazón y escuchar vuestras oraciones. Por vuestra amorosa respuesta, Dios me ha permitido seguir guiándolos, como así lo hacen muchas madres en el mundo.
Para eso Yo deseo, queridos hijos, que todas las madres que ya tuvieron hijos, al igual que Yo tuve a Jesús, se consagren al Espíritu de Mi Maternidad. Así en vuestros hogares reinará la paz y la unidad en los tiempos que vendrán.
Hijos Míos, no saben cuánta destrucción y desespero existe en el seno de las familias. El enemigo y sus modernidades han conseguido sustituir la Palabra de Vida, la Biblia, por Internet, la oración por la palabra desenfrenada, el ayuno por la gula incesante y, principalmente, el amor verdadero del corazón fue cambiado por la mentira y la falsedad.
Para evitar la ley de Dios sobre muchos de Mis hijos, Yo vengo para pedir que todas las mamás miren hacia Mi Corazón y puedan sentir Mi ejemplo de paz y de humildad.
Ustedes Mis queridos, ni se imaginan cuánta maldad infunde el enemigo sobre las familias, hasta el punto de alcanzar la destrucción y la desunión entre los seres. Pero Mi espada de luz desciende desde el Cielo para cortar todo el mal y para establecer el Amor de Dios, que es Ley y es Vida.
Mientras los Centros Marianos en el mundo, los cuales Yo he fundado de tiempo en tiempo, son islas de salvación, Yo les pido que sean una verdadera familia espiritual; familia que busque todo el tiempo vivir los mandamientos de Dios y una vida de amor y de oración, de esa forma aliviarán Mi Corazón Inmaculado.
Pero recuerden hijos Míos, que la adoración al Santísimo Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, establecerá, sobre el reino de la Tierra, una oportunidad de poder recibir una Gracia Mayor.
Cuando decidan colocar la sagrada imagen de la Reina de la Paz en la puerta de sus casas, Yo les prometo:
Para que las promesas de la Reina de la Paz se cumplan, Yo les pido amorosamente a todas las mamás del mundo que Me reciten la siguiente oración, para alcanzar Mi Espíritu Maternal.
Oración para alcanzar el Espíritu Maternal de María
Sagrada Virgen María,
que gestaste en Tu Vientre el Amor de Dios
y que de Tu Vientre nació la Vida Suprema
que fue donada a nosotros en Misericordia y Redención.
¡Oh Sagrada Madre!
Reina entre todas las madres de la Tierra,
permite que vivamos Tu Maternidad
para que en los días que vendrán
reconozcamos el rostro de Tu Amado Hijo Jesús,
en todos los rostros de nuestros hijos.
Amén
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice, los adora y los ama,
María, Reina de la Paz y de todas las mamás del mundo
Mis amados hijos:
Hoy vengo a enseñarles a comulgar del Cuerpo Sacratísimo de Cristo, como un acto único y renovador en cada una de sus vidas. Los invito, así, a descubrir los misterios guardados en la Eucaristía, fuente de redención y transfiguración para todas las almas.
En el momento en que sus seres se disponen a comulgar del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, todo el universo, en su omnipresencia, observa a la Tierra, y los ángeles que viven en el Reino de los Cielos, así como los ángeles que viven sobre la Tierra, se reúnen en alabanza al Rey del Universo.
Sus almas glorifican a Dios y sus espíritus se permiten estar más próximos a la materia cuando sus cuerpos están ante el sacratísimo acto de comulgar.
En profunda reverencia, en el altar que guarda el Cuerpo de Cristo, los ángeles se postran delante de Su Gracia y abren los Cielos para que la mirada misericordiosa de Mi Hijo Glorificado llegue al mundo.
Cada vez que comulgan de Cristo, una puerta se abre al recinto sagrado donde Su Consciencia contempla el infinito y, con eterno amor por la humanidad, Cristo envía a la Tierra una molécula crística de Su Consciencia para que se multiplique y permee todas las almas que se abren a Su milagro de eterno amor.
Mis queridos, hoy les revelo un misterio que es simple, pero que es incomprensible para muchos. Quiero que, a través de Mis Palabras, sean conscientes en cada momento de Comunión con Cristo, por más simple que él sea; porque, de esta forma, en reverencia, estarán comulgando también de todo el movimiento universal y el Creador podrá, a través del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, transformar a cada una de Sus criaturas.
Aquel de ustedes que, comunión tras comunión, cultive en el interior un corazón puro y verdadero, simple y humilde, permitirá que esta molécula crística se expanda por todos los espacios de la consciencia e ilumine los abismos internos que cada uno guarda en el silencio del propio mundo interior.
Las miserias más arraigadas del corazón humano y todos aquellos hábitos que no son capaces de transformar por sí solos, ustedes deben ofrecerlos delante del Cuerpo y de la Sangre de Cristo; porque Su Cuerpo está aquí para tomar el lugar del viejo cuerpo y Su Sangre lavará las manchas del corazón, de las células y del espíritu, y permitirá que un nuevo código de Luz permee sus cuerpos y habite en ellos.
Por la transformación de toda la humanidad y por la consagración del mundo al Sacratísimo Corazón de Cristo, comulguen diariamente con pureza de intención, con amor; renovándose así, delante de Cristo y de Dios, que los observan cada día.
Yo los amo y los conduzco al Corazón de Mi Hijo Jesús.
¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!
María, Madre del Sacratísimo Corazón Eucarístico de Cristo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más