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Queridos hijos:
Mientras en el mundo se siguen agravando y arrastrando los conflictos, Yo los llamo a ser precursores de la paz entre ustedes.
Mientras la angustia, la desesperación y el sufrimiento golpean, día y noche, a los desamparados y desprotegidos de las guerras; Yo los llamo a recordar la esencia de la gratitud y a erradicar la crítica y el reclamo.
Mientras algunas naciones en estos próximos días definirán el desarrollo de su destino y de su final, Yo los llamo a valorar el potentísimo y sabio afluente de la Instrucción para que ya no sea colocado en un segundo plano.
Mientras las modernidades del final de estos tiempos hipnotizan e inhiben el potencial espiritual y humano, dejando en manos de las máquinas el raciocinio exacto que Dios le dio al hombre; Yo los llamo, hijos, a vigilar y a tener cuidado para que sus almas no sean absorbidas por una vida artificial.
Mientras que, en el mundo y en varias naciones, el hambre y la falta de sanidad en todos los sentidos son usados como campaña pervertida para aprovecharse del sufrimiento del semejante; Yo los llamo, hijos, a proteger la Obra de Dios, primero de ustedes mismos y segundo de toda actitud superficial y arrogante.
Mientras en los laboratorios se planifican y se venden nuevas vidas; Yo los llamo, hijos, a proteger, amparar y cuidar a los más pobres de entre los pobres para que la humanidad coloque su mirada en los más desfavorecidos.
Esto y mucho más, hijos Míos, es causa de perpetua y urgente oración; porque cada uno tiene que reconocer que, a través de estas Mis últimas Palabras, todos ya están avisados.
Que, en este próximo encuentro de las 1000 Ave Marías, sus voces y corazones se unan por estas causas. Estaré unida a la súplica del corazón que se adhiera.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El mes de agosto representa el ciclo en el que deberán cerrarse las puertas del pasado para que se abran así las puertas del nuevo ciclo.
Este movimiento, profundamente interno y espiritual, significará que cada uno podrá estar ante la Gracia del verdadero arrepentimiento por todas las acciones causadas y que hayan salido de la Ley. Por eso, Mi Hijo vendrá una vez más, en Gloria, Alma y Divinidad, para indicarles el camino que es tiempo de recorrer.
Les digo esto, Mis hijos, para que cada uno esté atento y, ante el Amor del Padre Celestial, haga su propio examen de consciencia; porque Mi Hijo espera que Su Obra y Su Legado vivan en los corazones y que, a través de los corazones, Él pueda comenzar a preparar Su Retorno.
Queridos hijos, agosto es el momento del recogimiento de Nuestros Sagrados Corazones. La hora llegó y cada uno ya debe comenzar a caminar con sus propios pies hacia el Propósito que fue pensando para cada alma y para cada ser. Ahora es el momento de dar honra y honor, gratitud y reverencia a lo que Cristo depositó en cada uno de ustedes.
En este mes de agosto, en el que la Divina Jerarquía estará reunida una vez más para atender a la grave situación del planeta, Nuestros Corazones Celestiales les piden solemnidad, verdad, adhesión, amor y respeto, para que la humanidad también recupere los valores que perdió.
Yo estaré rezando como su Madre Mediadora para que muchos más puedan recuperar estos atributos y valores de vida en esta etapa de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridísimos hijos:
Debido a la delicada y crucial situación planetaria, debido a la creciente situación de los inmigrantes y de los refugiados, por motivos evidentes de la grave situación del efecto del clima y de las poblaciones y naciones en caos y en desorden espiritual, así como por muchos más motivos que no se podrían relatar en un solo Mensaje; el Sacratísimo Corazón de Jesús, a través del Materno Corazón de María, hoy viene a anunciarles que:
A partir del primer viernes del mes de enero de 2023 y durante todos los días viernes del año 2023, el Castísimo y Humilde Corazón de San José entregará Sus últimas Instrucciones semanales para que las almas no solo sientan la cercanía del Casto Corazón Paternal de San José, sino también que el corazón humano se prepare para enfrentar, con coraje y bajo el espíritu de filiación con San José, el fin de estos tiempos.
A través de la serie final de los Mensajes semanales de San José, que concluirá el último viernes de diciembre de 2023; la Jerarquía Divina, unida a la Suprema Voluntad del Padre, intentará socorrer y auxiliar espiritualmente a los que más necesitan.
Es así que, a través de esta Gracia ofrecida por el mismísimo San José y otorgada por el Padre Eterno, todas las semanas las almas devotas de San José recibirán las últimas Instrucciones que necesitan en esta etapa final.
De esa forma, se concluirá, a través de los últimos Mensajes de San José, el Legado de los Mensajeros Divinos, ya que el 2023 indicará el comienzo del fin del ciclo de los últimos 15 años de Apariciones.
Por eso, Mis hijos, los invitamos a servirse de estos últimos impulsos para que la mayor cantidad de almas posibles lleguen a Dios, al Padre Eterno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, con Mi rostro en el suelo, imploro junto a toda la consciencia sacerdotal por este sufrido y agonizante planeta.
Imploro, junto a Mis hijos predilectos, para que sus almas puedan seguir siendo puentes de Luz, de Amor y de insondable Misericordia, por los cuales las almas más necesitadas puedan llegar al Corazón de Mi Hijo.
Imploro a Dios, con el rostro en el suelo, por esta situación planetaria, para que las naciones ya no sean prisiones de donde las almas y las personas ya no puedan salir y pierdan su libertad.
Le pido al Padre para que Mis hijos del mundo se protejan cada día más, y cumplan y colaboren con la actual situación planetaria. Así, Mi enemigo dejará de usar la incertidumbre y el desánimo de las personas para poder gobernar.
Les pido, más que nunca, que no olviden rezar fielmente el Santo Rosario todos los días; porque, de esa forma, Yo los ayudaré y vendré con el cántaro de agua fresca para que tengan más fortaleza interior para seguir atravesando este desconocido desierto planetario.
Clamen, todos los días, por fe. Sean un ejemplo y un testimonio para Mi Hijo.
Este es el tiempo de que los soldados de Cristo estén prontos para tareas espirituales desconocidas, porque la necesidad es tan grande que muchos, pero muchos corazones que no están preparados necesitan de ayuda.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, con el viento y las olas del océano, llego hasta aquí, cruzando los portales del universo para que pueda penetrar en la consciencia humana su aspecto espiritual.
Hoy traigo, para todos, el dolor profundo de Mi Corazón ante la situación del planeta y de la humanidad.
Aunque Me encuentre en el universo y la Jerarquía trabaje para aliviar la situación del mundo, Mis Ojos no dejan de mirar lo que sucede, lo que aún nadie puede ver en profundidad para comprender el sentido de por qué sucede.
En este día, vengo del Cielo para volverles a pedir que oren por los refugiados, especialmente por aquellos que intentan sobrevivir y encontrar un destino, una tierra prometida, cruzando los océanos. Muchos de ellos no llegan al fin de la meta, no llegan a destino, al cual buscan con esperanza, aunque sus rostros reflejen el sufrimiento del abandono y de la no aceptación.
Más allá de todo lo que sucede en la humanidad y por medio de esta Maratón de la Divina Misericordia, en la que sus oraciones se elevan hacia Dios, en sintonía y amor, les comparto este dolor de Su Maestro y Señor; porque todo podría ser diferente, pero no lo es. Y al no ser diferente, al no encontrar una respuesta o un alivio a la situación de hermanos como ustedes, el destino modifica los acontecimientos.
Piensen por un instante qué sería escuchar, en el medio del océano, una barca a la deriva, niños, mujeres, ancianos, hombres, buscando un puerto seguro en medio de una tempestad espiritual y material reflejada en sus naciones de origen.
El espíritu de acogimiento es algo que la humanidad le debe al universo, el espíritu de receptividad y de solidaridad con el sufrimiento del semejante.
Sé que esto no solo depende de la humanidad, sino de los que crean y generan estas situaciones de inestabilidad en todos los sentidos, en las naciones más pobres entre las más pobres como es en África.
Por eso, aún sigo esperando el momento más propicio para poder llegar a tierras africanas, en donde Mi tarea y la tarea de la Madre del Mundo no solo se centrará en las naciones a las que llegaremos, sino también en todo el continente africano.
Si la respuesta humanitaria no fuera eficiente en las naciones del mundo, ante estos acontecimientos, mayores serán las consecuencias que seguirán viviendo las diferentes poblaciones humanas en sus naciones de origen; porque hoy no solo hablamos de hambre, de guerra o de indiferencia social o política, hablamos de algo que va más allá de lo que es aparente y superficial.
Vean en sus hermanos refugiados al mismo Dios sufriendo Su naufragio, el naufragio que le generan Sus hijos por no cumplir con Su Plan. Coloquen su mirada y su corazón ante este significado que hoy les traigo.
Intenten ir más allá de las apariencias, de lo superficial, de todo lo que es conocido o material.
Penetren en el universo del misterio y comprenderán el sentido espiritual de todo lo que les digo.
Solo espero que más sean conscientes de lo que sucede, porque lo que les sucede a algunos seres humanos, como los refugiados, le sucede al mundo entero.
En esta situación no existen fronteras materiales ni tampoco mentales. No puede existir la indiferencia ni tampoco la omisión ante la gran necesidad del fin de estos tiempos. Si hoy se presenta esta situación en el mundo es porque es un espejo de cómo está la humanidad.
No pueden aspirar a las esferas mayores o a los niveles de contacto si esta situación no es colocada en sus corazones, la realidad de los refugiados, de sus hermanos.
Todos son hermanos más allá de su raza, de su lengua o de su condición. En esencia todos son iguales ante el Padre Celestial y eso no cambiará.
Lo material es pasajero, lo espiritual es eterno. El servicio es la gran llave de este tiempo para poder aliviar a la humanidad de las propias condiciones de caos y de sufrimiento que se genera a sí misma, de tiempo en tiempo.
Pero la Fuente Primordial está allí, al servicio de los Hijos de Dios. Deben llamarla correctamente, deben invocarla correctamente, deben unirse a Ella correctamente, para que la Fuente Primordial los pueda auxiliar.
Y así, sus talentos despertarán, sus virtudes se mostrarán y serán guiados y conducidos a través del camino del servicio y de la oración por las causas urgentes del planeta.
Hoy vengo, con el viento y las olas del océano, para que puedan escuchar dentro de sí y sentir el Sentimiento de Dios, Su silencioso Sentimiento que le habla sobre esta realidad a los mundos internos.
Ya están en el momento de comprender muchas cosas que no son materiales, sino inmateriales.
Si su interior y su mirada están ante el conocimiento con reverencia y humildad, serán conducidos por la Ley, y la Ley actuará a través de ustedes para corregir esta situación planetaria, cada vez más caótica y difícil.
Desde el Huerto Getsemaní sabía que esto llegaría. Esa es la razón del precio de Mi Sangre, de cada gota de Mi Sangre derramada sobre el suelo de este mundo por la humanidad.
Mi Corazón misericordioso necesita llegar a través de ustedes a los que sufren, a los refugiados.
En estos días de oración misericordiosa, oren con fervor y el fervor los renovará, siempre los colocará en la vibración correcta en la emergencia planetaria.
El mundo verá situaciones más indescriptibles que las que nunca vio hasta ahora. Yo los invito a tomar consciencia de esto y a volcar sus vidas a la solidaridad y el bien.
Construyan Conmigo, en los planos internos, la renovación de las formas, para que aquellas fuerzas retrógradas que oprimen a la consciencia del planeta y someten a la humanidad sean expulsadas y liberadas de la faz de la Tierra, y todo se pueda renovar.
Mientras el interés de la humanidad por la vida espiritual y la oración sea opaco o indiferente, las puertas de Mi Misericordia no se abrirán; la respuesta de esta gran ayuda será proporcional a sus oraciones Conmigo.
La humanidad no está preparada para enfrentar el fin de los tiempos y ver cosas inimaginables no solo de este planeta, sino también del universo. Sería como despertar en la mañana y encontrar al mundo totalmente cambiado, bajo una realidad que nunca conocieron ni vieron.
¿Qué harían? ¿Cuál sería su primer pensamiento y su primera acción?
La humanidad se ha aliado a las fuerzas retrógradas y eso la lleva a un constante sufrimiento.
La oración de los consecuentes sostiene en equilibrio lo que es impensable para ustedes. Eso significa, compañeros, que la oración, en este momento, mantiene en armonía lo que está a punto de romperse.
Sé que muchos no quieren aceptar el fin de los tiempos porque los llevaría a cambiar definitivamente. Pero como Señor y Rey del Universo les digo: "No hay otra salida".
Si están encarnados, en este momento y en este tiempo, es por una razón mayor, es por un deber mayor, es por un compromiso irrefutable.
Mientras las almas y las consciencias fuercen a hacer lo diferente de lo que vinieron a hacer, sufrirán. La resistencia ya no puede estar en su camino espiritual y, sobre todo, en su contacto interno con lo Alto.
No pueden desafiar sus destinos, porque no los conocen.
Sean merecedores, en este tiempo, de la Gracia suprema que desciende en una humanidad transgresora e indiferente, en una humanidad enferma y caótica.
Debajo de sus pies, tienen los lugares más sagrados e irreconocibles por el mundo, los llamados Recintos Sagrados. Ellos están allí para su auxilio y su veneración.
Sírvanse de lo que es real y divino. Dejen lo que es aparente e ilusorio.
El mundo quiere permanecer en la ilusión y la alimenta día a día. Si eso sigue así, ¿cómo encontrará el portal hacia el Real Tiempo?
Todo comienza en su mundo interior, en la práctica viva de su fe, en acciones misericordiosas.
En esa actitud, las naciones comprenderán que los refugiados no son deshechos humanos ni tampoco son una plaga internacional.
Apiádense de los que sufren y verán más allá de lo que está sucediendo.
Alivien el dolor de los que andan por los mares y los océanos del mundo, buscando una tierra segura para poder vivir en familia y en unidad.
Si el mundo y las naciones no hacen algo, vendrá una prueba más dura que la que están viviendo. Dios no castiga a la humanidad, es la humanidad la que se castiga a sí misma a través de sus acciones e ideales.
Los océanos hoy hablan del dolor de los refugiados en los mares y, especialmente, de los que nunca salieron del mar con vida. Por eso, hoy convierto esos océanos en el océano de Mi Misericordia para que todos puedan ser salvados y rescatados.
Apelen a la Misericordia Divina y no permitan que la Justicia actúe en este tiempo, porque el mundo viviría una gran corrección que nunca ha vivido hasta ahora.
Sean consecuentes con Nuestras Palabras. Vivan Mi Mensaje y no solo lo escuchen. Es tiempo del despertar de los Nuevos Cristos.
“Padre Celestial,
que has dado todo de Ti, incansablemente,
para la creación del universo y de la vida,
sostén a Tus servidores decididos a seguir
el Camino de Cristo.
Haz descender Tu Luz y Tu Misericordia
en los espacios oscuros de este mundo.
Acoge en Tus Brazos, Adonai,
a los que no tienen nación ni tierra.
Que el grito de dolor en los océanos sea aplacado
por el descenso de la poderosa Sangre de Jesús,
y que todo sea convertido
según Tu Voluntad, Adonai,
para que la humanidad sea responsable
y consciente de todo lo que hace.
Envía Tu Luz, Señor, a los mundos internos.
Nutre a las capas más profundas de la ignorancia humana
para que se pueda disipar.
Cura con Tu Amor a todas Tus criaturas,
a fin de que todos tengan la dicha de participar
de Tu Reino Celestial.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Unidos, en este momento, al Señor de los Océanos, ante Su Presencia misericordiosa y espiritual, nos colocamos ante Él en oración y súplica, ofreciendo la oración del Ángel de la Paz, para que Cristo emerja como un Sagrario Divino en cada corazón humano y todos puedan despertar al llamado de Su Voz y de Su Presencia.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios
e indiferencias con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
(se repite tres veces)
Agradecemos a Dios por Su inmensa Misericordia y Piedad, y renovamos nuestros votos en Cristo y por Cristo como soldados de Luz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras la Jerarquía Espiritual trabaja incansablemente por la situación del planeta y de la humanidad, la Divinidad se sirve de la oración y de la fe de los seguidores de Cristo para poder intervenir en muchísimas situaciones y ayudar a la raza humana.
Esta situación, que hoy vive la humanidad, está presente en varios niveles y planos. Por eso, la necesidad que existe en este momento no es única, sino muy amplia y cada vez más grave.
Si de verdad, hasta ahora, no se hubieran cumplido con esmero las vigilias y los encuentros de oración, el planeta hubiera ido desapareciendo proporcionalmente a la cantidad de errores y de hechos cometidos.
La intervención de la Ley de la Divina Misericordia ha sido la tabla de salvación en todas las situaciones.
Pero, aunque los errores se sigan reproduciendo constantemente y cada vez exista más inconsciencia, mediten sobre la situación planetaria. La fuerza y el poder de las voces que oran siempre serán irrefutables y se alcanzará la ayuda necesaria para aliviar al planeta y a su raza enferma, hasta que todo se purifique completamente y se comience de cero.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Día a día, ante la situación planetaria y la crisis espiritual y física de la humanidad, su Maestro y Señor contempla al mundo con la finalidad de salvarlo y de ayudarlo, aunque la mayoría rechace incluso en este tiempo, la segunda y gloriosa venida de su Salvador.
Es solo a través de un acto de amor inconmensurable e infinito que Dios todavía envía al mundo Su Misericordia a fin de dar hasta las últimas oportunidades a Sus hijos, para que Sus hijos ciegos, sordos y perdidos vuelvan a ver, a escuchar y a encontrar un sentido espiritual para sus vidas.
Por esa razón y por muchas otras, Su Redentor se presenta en este tiempo para poder abrir los ojos de los que todavía niegan y desmienten la grave situación espiritual y material que vive y enfrenta la humanidad.
Para eso, todos los esfuerzos en este momento están volcados a la conscientización y a la cura espiritual del ser humano, cuya vida es una constante tragedia por haberse apartado de Dios.
La acción de la Misericordia es un camino de salvación capaz de dar, a la humanidad, la Gracia de recapacitar totalmente. Pero ese estado de Gracia terminará, porque el tiempo de la Justicia llegará para los que no quisieron escuchar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando Dios encomienda una misión para la humanidad, no solo mide sus posibilidades de cumplirla, sino también la urgencia de los tiempos y de los días, urgencia de que las almas despierten y reciban una oportunidad de redención, urgencia de que las naciones sean aliviadas de la oscuridad que las rodea para que, como pueblos, puedan cumplir su parte en la evolución del planeta.
En este tiempo, hijos, Dios Creador les pedirá que cumplan Su Plan basándose en su entrega absoluta, en su sacrificio y amor. Porque a pesar de toda la crisis que hay en el planeta en los niveles materiales, mucho mayor es la crisis espiritual y planetaria y esta es la que define el destino de las almas, de la humanidad como raza y del planeta como Creación Divina.
Una y otra vez, les pedimos que eleven sus consciencias para que comprendan porqué y para qué están en este mundo. Hay una evolución mayor para ser vivida, más que una instrucción, más que una experiencia.
La vida superior ya no debe ser misteriosa para los discípulos de Cristo. La instrucción que recibieron debe comenzar a vivir en sus consciencias, porque solo de esa forma sabrán lidiar sabiamente con las dificultades de la vida y medir sus prioridades, no por la sobrevivencia humana, sino por la evolución universal.
Sé que lo que les digo puede ser incomprensible en este momento, pero mediten sobre Mis palabras y pidan al Padre la Gracia no solo de conocer Su Verdad, sino también de vivirla y expresarla mientras haya tiempo.
Ya no habrá vida para sostener, ya no habrá planeta para salvar si las almas no se liberan de la indiferencia y abrazan el Propósito Divino. Por eso oren, sirvan y profundicen cada día en el despertar de sus consciencias. Así, podrán cumplir lo que vinieron a cumplir en este mundo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuanto mayor sea el caos en la Tierra y el desorden en las naciones y en los hombres, más debe estar tu mente y tu corazón en Dios.
Retira tu mente y tu corazón de las cosas del mundo, no para ser indiferente ante lo que sucede en él, sino para que seas un punto de equilibrio para la Tierra y para que tu consciencia, unida a Dios, esté constantemente generando paz y atrayendo la Gracia de Dios hacia el mundo.
Sé que cuanto mayor es la tensión planetaria, más los seres buscan refugio para no encarar lo que sucede en el mundo, esto es parte de la condición humana. En este tiempo es muy fácil distraerse del Propósito Divino y adentrarse por caminos que llevan a que los seres olviden su misión y la Voluntad Divina que vinieron a cumplir.
Las mentes huyen de la renuncia y del sacrificio, porque no quieren soportar la propia transformación y la propia maduración espiritual. Pero tú, hijo, eres llamado a vivir algo diferente en nombre de toda humanidad.
Eres un autoconvocado de estos tiempos que, entre la multitud de los hombres, levantaste tus manos para comprometerte con la Voluntad y con el Plan de Dios, y este es el momento culminante para confirmarte en esta Voluntad. Este es el momento de forjar en tu interior aquella consciencia que enfrentará la transición de los tiempos y que será una referencia para los que estarán ciegos y perdidos en este mundo.
Por eso, silencia tu mente y busca a Dios en oración. Abraza con amor las renuncias y los sacrificios que Él te ofrece. Abraza con amor lo que se opone a tu voluntad propia para construir la Voluntad Divina y déjate moldear según este Propósito universal y celestial.
Entra, espiritualmente, cuarenta días en el desierto de tu corazón, porque, después de eso, solo te bastará cargar la cruz del fin de los tiempos y entregar todo por amor a Dios y a la vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Hoy Mi humilde Hijo Jesús cedió Su lugar en Mis Brazos para que Yo pudiera tener en ellos a las almas más sufridas de Venezuela.
En Mi Corazón les traigo a todos el espíritu de la templanza y de la fe, atributos que en estos tiempos difíciles los ayudarán a adquirir el estado de consciencia necesario que, día y noche, los dispondrá a vivir grandes tareas.
Hijos Míos, hoy también puedo sentir la alianza de amor de parte de todos los que se dispusieron y se esforzaron en responder a Mi llamado por la paz para Mi querida Venezuela.
Como una lluvia, Mi Gracia desciende sobre el pueblo de Venezuela, el que necesita con urgencia reencontrarse con Dios para poder salir del caos, del conflicto y de la guerra social.
La Señora de Coromoto coloca debajo de Su Manto a todos los que necesitan de amparo y de protección ante las fuerzas del caos, las que nuevamente están perdiendo espacio y acción debido a la unión interior entre los corazones orantes de diversas naciones del mundo.
Yo los invito, hijos Míos, a redoblar los esfuerzos, aún hay tiempo para poder evitar sufrimientos y caos en las naciones de Sudamérica.
Que su oración sea esa columna de luz que los une a Dios.
Que su oración sea la forma de hablar amorosamente con Dios, para que el Padre Celestial les responda de inmediato.
Al final todo pasará y las almas solo deberán permanecer con el recuerdo del amor en sus corazones, deberán tener en su memoria los momentos de alegría que vivieron durante los tiempos de gran opresión.
Su Madre y Señora de Coromoto extiende Su Manto desde la Sagrada Gran Sabana, guardando debajo de él los sagrados tepuyes hasta el Mar Caribe.
Todo, absolutamente todo, será transfigurado y si esa unión y fuerza interna de los orantes siguiera siendo ofrecida por Venezuela, muchas más situaciones injustas se evitarán y familias enteras de ese pueblo, que quedaron espiritualmente destruidas, recuperarán el sentido y la alegría de haber venido a la Tierra.
Apliquen, hijos Míos, el don del perdón para que el sentimiento de ira sea transmutado. Que el perdón, más allá de los acontecimientos, los lleve al Amor de Dios, porque en el Amor de Dios alcanzarán la paz tan esperada por todos.
Hijos Míos, estoy con ustedes en cada etapa y en todo momento. Manténganse unidos a Mi Corazón.
Los amo y les doy Mi Consuelo maternal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Coromoto
Para acompañar los Planes de Dios, permanece en oración y deja que tu espíritu esté bebiendo constantemente de la Fuente de la Paz del Universo.
Vive cada momento como único, permitiendo que tu corazón se renueve en la fe y en la unión con Dios.
Cada día que pasa, se aproxima la prueba espiritual que el planeta vivirá, y cada paso dado por los seres, en el camino evolutivo o en el contrario a la evolución, es lo que marca el destino del planeta y la gravedad de las pruebas que él vivirá.
Por eso, hijo, cada vez que percibas que el mundo se desestabiliza y que las naciones se pierden espiritualmente, haz el esfuerzo correcto para profundizar en tu vida espiritual y mantenerte siempre en oración.
Durante todo el camino, con la cruz de estos tiempos, habrá pruebas que superar, tentaciones que vencer, dudas que disipar. Y cada vez que los corazones se confirmen en la fe y en el amor al prójimo y a Dios, transmutarán alguna parte del pecado y de la perdición humana y generarán méritos para que este planeta permanezca en paz.
La respuesta de los corazones, en cada nuevo día, es imprescindible. La renovación en el interior de los seres es lo que renueva el Amor en el Corazón de Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora no solo en un momento de urgencia y de agonía; ora por una nueva vida, ora por el despertar de tu corazón y de tu consciencia a un nuevo tiempo, a una realidad superior.
Ora por todas las naciones, ora por los continentes y por los mares, porque llegó el momento de la gran prueba de la Tierra y la humanidad no puede estar indiferente delante de lo que sucede en el planeta.
Ora para traer la paz, ora para saber discernir y para que la sabiduría impregne tu espíritu, tu mente y tu corazón, retirando de tu consciencia las potestades del miedo y de la inseguridad.
Encuentra tu refugio en Dios, hijo, contemplando la grandeza de Su Plan para los corazones de los hombres, y ora para que este Plan, que es perfecto, descienda sobre la Tierra y sobre la consciencia humana.
Ora para que los corazones conozcan el amor y que sea el propio amor que los impulse a la unidad y a la transformación. Ora para que haya paz y se disipe la ignorancia de los hombres. Ora también por los que despertarán tarde y precisarán de una oportunidad para vivir la propia redención.
Ora para que en los corazones de los hombres siempre haya piedad y humildad, para que sepan perdonar y reconciliarse con el prójimo y con Dios.
Ora sin cesar y sin cansancio; ora porque esta es la herramienta para estos tiempos, que abre las puertas para que descienda sobre ti y sobre el mundo todas las virtudes que sustentarán la Tierra.
Ora y no te canses de orar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Para que haya unidad en el planeta debe haber unidad en los corazones, entre cada ser y Dios y entre los constructores de la nueva vida, los llamados servidores y consagrados de este tiempo.
No teman. El mundo agoniza y las naciones se estremecen; las pruebas del planeta ya comenzaron, pero si en sus corazones habitan la paz y la unidad nada de lo que suceda en el mundo los desanimará ni destruirá su fe.
Vengo para ayudarlos a colocar sus ojos y sus corazones en lo Alto, en el Propósito Divino y en el Plan de Dios que se diseña a través de sus vidas.
No les digo que estén ajenos o ignorantes delante de lo que sucede y sucederá en el mundo, solo les pido que mantengan sus corazones en Dios, porque ya llegó el momento y la hora de cargar la cruz del mundo y la cruz del triunfo del Amor, dentro y fuera de ustedes.
Así como su Señor, Jesucristo, vivirán humillaciones y soledad, vivirán agonías y tristezas; pero, por encima de todo, vivirán la unidad con la Madre de Dios, vivirán el amor y la fidelidad de los que acompañarán sus pasos hasta el fin.
Crezcan y que el propósito de sus vidas sea el establecimiento de un Plan Mayor. Ya no son niños delante del Padre. Cristo los llama compañeros; Yo los llamo amigos, porque eso es lo que deben ser en este tiempo: fieles ante la Voluntad Mayor, osados delante de las pruebas y dispuestos a cargar, con Cristo, Su última cruz que es la cruz del mundo.
Cuando su Señor cargó la Cruz en el Calvario, abrió las puertas de un nuevo tiempo, instituyó en el mundo la Gracia y la Misericordia y le concedió a la humanidad una nueva oportunidad para que pudieran construir en su interior un nuevo hombre, una nueva vida.
Ya pasó mucho tiempo desde ese acontecimiento; ya aprendieron mucho, como seres y como humanidad. Ahora es tiempo de sellar su compromiso y abrir las puertas para que su Señor retorne al mundo, no solo para traer la paz, sino también para enseñarles a cargar, con Él, la cruz de los últimos días.
Ya no huyan de esa cruz. No lo dejen solo. Sean fieles y compañeros, así como Él lo espera.
Aparten sus corazones del sufrimiento y dispónganlos para el establecimiento del amor. Que para ustedes todo sea una oportunidad de superarse y de amar más, así como su Señor se superó, no solo a Sí mismo, sino también a Su Padre, por amor a todos ustedes.
Coloquen sus espíritus y sus corazones en la meta de amar.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Escucha al Corazón de Dios que palpita en el silencio de cada corazón humano. En oración, une tu espíritu al Espíritu del Padre y crece en virtud, en gratitud y en amor, porque el mundo lo necesita.
Ha llegado el momento de que el planeta también se adentre en su agonía, así como tú, hijo, en lo profundo de tu ser, puedes sentir la agonía que precede a una gran entrega y al triunfo y la renovación del Amor de Dios.
Escucha en tu interior al Corazón de Dios, porque en este ciclo que comienza, solo Él podrá guiarte en tus acciones, pensamientos y sentimientos; solo con tu espíritu unido al Suyo, sabrás discernir para dar pasos seguros y sin temor.
Escucha la Voz de Dios en tu interior, inconfundible, impasible, transmitiéndole quietud a tu alma y fortaleza a tu corazón.
La agonía del planeta está comenzando y, así como tú fuiste y eres probado en las tentaciones del mundo para perseverar en tu entrega a Dios, también las naciones y sus pueblos serán probados y una a una se confirmarán en su entrega y unión al Padre, para que sean la cuna de una Nueva Vida.
Tú deberás orar y unir tu corazón al Corazón de Dios, prestando el mayor y más grandioso servicio que es mantener abierta la puerta de la consciencia humana al Corazón del Padre, para que los hombres no pierdan el vínculo con Su Creador.
No temas, ni te entristezcas, solo mantén tu corazón en Dios. Tú conoces la Cruz del Señor y sabes que, después del sacrificio, de la humillación y de la entrega, llega la renovación del amor. Por eso, concentra tu corazón tornando verdadera tu oferta y que, cada segundo de tu vida en este mundo sea para la renovación del Amor de Dios, sea un ladrillo que colocas en la Tierra para construir la Nueva Vida.
Tienes Mi bendición para ello.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
A todos los orantes de la Tierra
Hoy se cumple el tercer año desde que su Madre Celeste anunció para todos la importancia de rezar el Rosario por la Paz de los Niños en la Guerra. Y después de tres años de oraciones continuas, la gravedad de la situación planetaria empeoró debido a las crisis sociales, humanitarias y raciales.
La oración del Rosario por la Paz de los Niños en la Guerra impidió muchos acontecimientos, pero otras situaciones, hasta ahora, siguen evitándose por la presencia de los orantes en la Tierra.
Para este nuevo ciclo de desafíos y de transiciones que comienza, hoy la Madre de Dios les ofrece rezar este Rosario por tiempo indeterminado, a fin de que, en el transcurso de los próximos tiempos y con la llegada de las nuevas generaciones de la humanidad, se vayan sembrando los sagrados atributos de la paz, el amor, la cura, la luz y la Misericordia en todos los que deberán aprender a atravesar los próximos tiempos.
El Rosario por la Paz de los Niños en la Guerra, no solo es una invocación a los grandes arcángeles y a sus huestes de luz para que intervengan en la situación físico-espiritual de la humanidad actual, sino que este Rosario también es un impulso espiritual para despertar la solidaridad, la cooperación y la caridad en cada criatura de la Tierra, independientemente de su religión y credo.
Este Rosario concibe la futura unidad entre las religiones constituidas en la presencia de un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Este Rosario nos aproxima a la consciencia la necesidad de despertar en el corazón humano el servicio de amor por la humanidad y por el planeta.
Si este Rosario se reza junto al Rosario por la Salvación de los Reinos de la Naturaleza, el trabajo de profundización en la vida de servicio será más amplio.
Para que en estos tiempos existan más herramientas de intercesión por el planeta y por la humanidad, hoy les entrego la tercera parte de esta Trilogía Espiritual de Oración para el Fin de los Tiempos que es el Rosario para saber y aprender a atravesar el Fin de los Ciclos.
Cuenta de unión
Sagrado Corazón de Jesús,
principio de renovación y de cura
desciende Tu Misericordia sobre los tiempos venideros.
Amén.
Primera decena
Por el Ángel de la Unidad,
imploramos a Dios,
que todas las almas aprendan
a superar el fin de los tiempos.
Amén.
Segunda decena
Por el Ángel de la Fraternidad,
imploramos a Dios,
que despierten y surjan
los Cristos del Nuevo Tiempo.
Amén.
Tercera decena
Por el Ángel de la Piedad,
imploramos a Dios,
que se disuelvan todas las barreras y fronteras
que dividen a las naciones y a los pueblos.
Amén.
Cuarta decena
Por el Ángel de la Compasión,
imploramos a Dios,
que todas las criaturas de la Tierra
conozcan el Cristo interior.
Amén.
Quinta decena
Por el Ángel de la Fe,
imploramos a Dios,
que se aplaque la Justicia Divina
a través del amor y del servicio
de todos los seguidores de Cristo.
Amén.
La Trilogía de Oración por el Fin de los Tiempos podrá ayudar a consolidar la fe en los servidores y la confianza definitiva en la concreción del Plan de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Coloca tu corazón en el Corazón de Dios para comenzar un nuevo ciclo. Ábrete para que la vida se manifieste para ti de una forma diferente.
En estos tiempos, hijo, en que la Tierra comienza a ingresar en el Tiempo Real del Universo, vivirás y sentirás cosas a veces incomprensibles e inexplicables. Los sentimientos del pasado emergerán en tu consciencia al mismo tiempo que se manifiestan las sensaciones del presente.
De la misma forma, la aspiración por lo que vivirás en el futuro estará presente en tu interior con intensidad y, suspendido en esa transición entre lo que fuiste y lo que serás, la única cosa que podrás hacer será calmar tu corazón en oración y colocarlo en el Corazón de Dios.
No hay cómo no participar de las pruebas del planeta. No hay cómo no vivir las consecuencias de esta transición. Pero, sí, hay una forma de vivir todo eso y no perder la paz: colocando tu corazón en el Corazón de Dios y permaneciendo allí en oración.
Deja que tu ser se purifique y viva lo que necesites vivir internamente para cruzar este umbral. No será tan simple trascender una condición humana retrógrada milenaria, pero siempre acuérdate de colocar tu corazón en el Corazón del Padre, porque en Él tendrás alivio, tendrás respiro, tendrás paz.
Yo te bendigo, hoy y siempre, para que, inmerso en estos ciclos tan acelerados de continua transformación, tu ser se sumerja profundamente en estas aguas y se abra a lo nuevo, pero que siempre encuentre en el Corazón de Dios el espacio en donde poder respirar, para permanecer en paz en las pruebas propias de estos tiempos.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La nueva misión humanitaria en Colombia, en su contraparte espiritual y también a través de la Jerarquía, intentará establecer la paz en los mundos internos de esa región del planeta que durante décadas vivió conflictos armados.
En este sentido, la Divina Señora de Chiquinquirá será la Patrona de esa misión, será la faz que intercederá espiritualmente por toda la misión humanitaria y por sus primeros pasos.
“Colombia Humanitaria” será la primera misión que en los planos internos trabajará con las diversas situaciones de vida que llevaron a esa nación, así como a los diferentes pueblos de esa región, a vivir un adormecimiento espiritual.
La misión humanitaria no solo despertará en los colombianos la importancia de ayudar al semejante, al que sufre, al refugiado, sino también impulsará a Mis hijos de Colombia para que, asumiendo ese servicio humanitario, asuman su misión y su propósito para estos tiempos.
Por medio de la devoción del pueblo colombiano, la Señora de Chiquinquirá y Madre de Guatavita podrá interceder por las almas que están escapando de la crisis social y humanitaria de Venezuela.
El propósito fundamental a través de la misión “Colombia Humanitaria” será que miles de esencias, que están en carácter de consciencias refugiadas, no pierdan los códigos del amor, de la confianza en Dios y especialmente de la fe, a pesar de que ciertas naciones, en estos tiempos, sean utilizadas como laboratorio para el usufructo indebido de los recursos naturales y para generar grandes crisis sociales con ciertos objetivos no evolutivos.
La misión “Colombia Humanitaria” llevará el impulso de construir la consciencia de la cooperación y del servicio, a fin de que el amor cure el dolor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
“Colombia Humanitaria” es una misión que promueve la paz y el servicio humanitario por los más necesitados. En esta instancia, por todos los que están exiliados de su nación y se refugian en otros países en búsqueda de una nueva vida, lejos del horror y de los conflictos que ciertas naciones viven.
“Colombia Humanitaria” es una mano más que se tiende hacia la humanidad de la Tierra, a fin de que, como puente de servicio y de fraternidad, las almas reencuentren el sentido y la esperanza de ser parte de una nueva raza.
Esta misión constituye la síntesis de todas las misiones humanitarias realizadas en los últimos tiempos.
Dada la importante intervención de servicio y de ayuda social que realiza la Fraternidade, a través de su cuerpo de misioneros matrices y de misioneros en formación, esta nueva misión atenderá la otra parte de uno de los tantos desequilibrios sociales y humanitarios existentes.
La Fraternidade, como esencia misionera de servicio de amor incondicional por el que sufre, es llamada por la Consciencia de la Jerarquía Espiritual e Instructora para reunir sus esfuerzos humanitarios y espirituales con el fin de aliviar el sufrimiento humano e interno.
Las bases fraternas que ya manifestó la Fraternidade, atendiendo la crisis migratoria en Roraima, Brasil, abrieron las puertas de la consciencia para que el verdadero espíritu misionero y abnegado llegara esta vez a Colombia, para que esa red de luz, de servicio y, especialmente, de amor entre hermanos llegue a los que lo esperan y claman por él.
Para la nueva misión “Colombia Humanitaria” la Jerarquía ampliará la acción de su trabajo planetario y la Fraternidade, que estará unida a la ONU a través de ACNUR y de UNICEF, intentará reconstruir el espíritu humano y voluntario por medio de las obras de servicio y de asistencia social.
Con la presencia de la Orden monástica Gracia Misericordia, la vida misionera contará con el brazo de asistencia espiritual de unión y de contacto con la Jerarquía, para que todo lo que será removido y trabajado de la psiquis y del mundo interno de las consciencias encuentre un camino en donde pueda ser conducido y liberado.
La Fraternidade, asumiendo los dos frentes de trabajo planetario a través de la misión “Roraima Humanitaria” y ahora por medio de “Colombia Humanitaria”, a partir del próximo ciclo y en el transcurso del año 2019 comenzará a abrazar, con la vida misionera y junto a la Jerarquía, otros trabajos humanitarios en África, Asia y Oceanía.
La formación, la actualización y el adiestramiento para casos de emergencia de nuevos misioneros voluntarios ayudará en el porvenir de una nueva consciencia basada en la protección y el resguardo del semejante y del que más sufre.
Para esta misión inicial de “Colombia Humanitaria” la Campaña de la Juventud por la Paz y algunos de sus miembros serán convocados para participar y fundar las primeras bases, a fin de aliviar el dolor a través del amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijos Míos:
Coloquen sus ojos y sus corazones en la Verdad de Dios, porque hoy, y a partir de este nuevo ciclo, Yo vengo a despertarlos del sueño de este mundo y a liberarlos de los cautiverios de la vida material.
Yo vendré para remover de su interior aquello que los ata a este mundo, les hablaré al corazón y también a todos los aspectos de sus consciencias que se resisten a la transformación; porque ya llegó el momento de ser otros y, ante todo lo que saben y todo lo que recibieron, no pueden continuar sus vidas como si fueran los mismos tiempos de hace quince o veinte años atrás.
Hijos, ya no deben basar su entrega y su donación en la falta de entrega y en la crisis material que vive el mundo en este tiempo. Esta crisis es el anuncio de un tiempo de pruebas y, cuanto más difícil sea la vida sobre la Tierra, cuanto más les cueste donar material o espiritualmente algo de sí, más deben saber, hijos Míos, que es hora de hacerlo, porque el hecho de que el mundo esté en crisis significa que Mi Corazón, así como el Sagrado Corazón de Jesús y el Casto Corazón de San José, deben llegar a las almas y a las naciones que necesitan despertar.
No midan los Planes de Dios de acuerdo con las necesidades humanas. No piensen que, si las naciones están en crisis y la economía es escasa, los Sagrados Corazones ya no deberían peregrinar por las naciones; porque estos pensamientos son semillas de árboles dañinos que están naciendo en sus consciencias para distraerlos y hacerles olvidar el Plan de Dios.
No tengan miedo ni resistencias al escuchar Mis Palabras, porque Yo vengo a tocar en donde la humanidad no se quiere transformar, Yo vengo a abrirles los ojos a aquello que no quieren ver.
Sí, el mundo está en crisis. Sí, las personas en las naciones están con dificultades económicas y cada vez lo estarán aún más, porque las bases de sus vidas no deben estar formadas según las necesidades materiales.
No es para acumular bienes físicos, disfrutar ni usufructuar del planeta que vinieron al mundo, hijos Míos.
Vinieron al mundo para vivir este exacto momento por el cual hoy están transitando. Momento en el que Dios los llama a transformar la condición humana, a no tener miedo de donar aquello que no tienen, más allá de lo que les sobra. Y les hablo de todos los niveles de donación, no sólo material como también espiritual.
La crisis del planeta se expandirá por todos los sectores de la vida, y ustedes son llamados a consagrarse cada vez más a los Planes de Dios.
Muchos los verán como locos y criticarán Mis Palabras, pero no tendrán precio las Gracias que las almas y el planeta recibirán durante su mayor crisis, cuando los Mensajeros permanezcan en el mundo y fortalezcan los corazones para su prueba mayor.
Aún necesitaremos llegar a muchas naciones de este mundo para abrazar y alcanzar a aquellos hijos Míos que, en lugares remotos, condenan la propia existencia, y para curar heridas planetarias que de otra manera no podrían ser curadas.
Porque no son muchos, hijos Míos, los que tienen la dádiva de ser conscientes de lo que Dios realiza espiritualmente en el mundo por intermedio de Sus Mensajeros. Y, a esos pocos, a los que les damos todo, también les pediremos todo, porque a través de sus conciencias es que transformaremos los conceptos humanos y, a través de sus vidas, testimoniaremos al mundo que es posible entregarse, aún en tiempos de crisis, de miedo y de caos.
Sus corazones deben estar en el establecimiento de los Planes de Dios y, de esa forma, vacíos de conceptos humanos en un mundo lleno de miedo, ustedes, hijos, serán como antorchas que simbolizan el despuntar de una nueva vida.
Y es en esas bases, formadas por sus corazones y en las que rendirán al viejo hombre, que Mi Hijo vendrá para reconstruir la Tierra.
Crean y tengan fe de que cuando les hablo estas cosas estoy preparando, en ustedes y en este planeta, el esperado Retorno de Cristo al mundo.
Yo los bendigo y los llamo a la profunda reflexión del corazón.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las puertas de Lys-Fátima se abren lentamente para entregarle el gran impulso a la humanidad, que sus corazones y vidas se preparen en consciencia, amor y fe para recibir el impulso que les será dado por su Madre Celestial a todos Sus hijos del mundo.
Hoy, nuevamente el Cielo descenderá a la Tierra, ante un planeta en llagas, lastimado por sus acciones y oscurecido por sus errores.
Por eso, si cada hijo Mío diera lo mejor de sí el día 13 de mayo, Yo les aseguro que algo muy grave podría revertirse de la noche a la mañana.
Con determinación, valentía y coraje, Yo los invito, queridos hijos, a superar sus límites internos, a fin de que algo cambie realmente en el consciente y en el interior de esta actual humanidad.
Estaré unida especialmente al Santo Padre; por eso, les pido que internamente estén unidos a él, como miembro de la Iglesia que deberá ser curada, restaurada y redimida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los prepara,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más