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Yo soy la Madre de los siete colores del universo. En Mi Manto se dibuja la fusión eterna entre los Rayos y sus vibraciones universales que dan vida y forma a toda la Creación.
Mi Consciencia se expresa a través del Rayo Blanco que manifiesta la esencia de la Pureza y su máxima expresión se alcanza en los corazones que se donan a la transformación total de sus vidas.
El Rayo Blanco concentra la síntesis divina de todos los demás y así adquiere un poder de transformación desconocido por el mundo. El Rayo Blanco es la expresión positiva de la bondad y de la donación de todo lo que aspira a alcanzar la iluminación interior.
Yo soy la esencia del Rayo Rosa, Mi Consciencia expresa el Amor por todo lo creado y lo acepta plenamente como filiación de las criaturas con Dios. El Rayo Rosa tiene su máxima expresión a través del Amor puro; por eso, conociendo el poder del Rayo Blanco y uniéndolo al Rayo Rosa, el efecto del Amor se vuelve capaz de transformar lo que parece imposible de ser transformado.
A través del Rayo Rosa, el atributo de la compasión permite a la humanidad poder reconocer a Cristo como el Maestro y Señor. El Rayo Rosa es capaz de colocar una situación espiritual en otra escala; y así este Rayo ayuda a concretar la misión de cada alma, de poder vivir en el Amor de Dios. El Rayo Rosa es el color universal que promueve la paz, a través de este Rayo todo se vuelve más suave y armonioso.
Yo soy la Madre en la esencia del Rayo Verde, porque expresa la armonía de servir al semejante y así establece su principio de cura por medio del equilibrio que puede expresar en la vida material.
El Rayo Verde reúne la síntesis profunda del alineamiento y es el principal Rayo que promueve espiritualmente la esperanza. Es el Rayo que no permite ni deja apagar la aspiración de vivir la transformación, porque concreta, a través de su armonía, todas las misiones que las criaturas se proponen vivir. Este Rayo Verde atrae la Voluntad de Dios de una forma neutra, es decir, que permite vivir la Voluntad en equilibrio, serenidad y paz.
Yo soy la Madre del Universo en la esencia del Rayo Azul, que atrae hacia todo el universo la fuerza divina para concretar la aspiración de vivir la Voluntad de Dios. Este Rayo Azul es capaz de concentrar a las almas en un mismo propósito. Es un Rayo regente, es decir que crea condiciones favorables para que las criaturas y las formas se vean motivadas a cumplir en armonía cada aspiración interior.
El Rayo Azul reúne la Voluntad ampliamente para que ella sea vivida de una forma consciente, y al mismo tiempo, profunda y en equilibrio. El Rayo Azul es capaz de ayudar a vivir la aceptación de los nuevos tiempos y también a desbloquear el camino que puede estar limitado por las acciones contrarias o por desafíos inminentes. Él permite hacernos sentir confianza en el Plan de Dios.
Yo soy la Madre en la esencia del Rayo Oro-Rubí porque a través de él todo se vuelve posible y la consciencia puede ampliar su amor por el conocimiento para que finalmente lo pueda vivir.
El Rayo Oro-Rubí manifiesta la esencia fundamental de la Divina Sabiduría; es a través de este Rayo que el universo lleva adelante la concreción del Divino Pensamiento, y así las criaturas y las formas creadas por Dios toman vida, vibración y energía por la acción de este Rayo Oro-Rubí.
La Mente Divina se expresa a través de este Rayo, expresa todo lo que fue creado. El Rayo Oro-Rubí impulsa la manifestación de la vida y permite que la vida se torne sagrada. Este Rayo capaz de llevar adelante la proyección de la Sabiduría en todo lo que existe. Este Rayo puede expresarse de siete formas diferentes, ya que el Conocimiento Divino se derrama para que todos alcancen la realidad del pensamiento creador. Él se puede mostrar en las almas que son guardianas del conocimiento universal.
Yo soy la Madre en la esencia del Rayo Violeta, porque manifiesta la transustanciación de todas las formas. Es a través del Rayo Violeta que todo se transfigura en algo positivo.
El Rayo Violeta es capaz de cambiar principios complejos por estados sublimes. Su acción principal se concentra en el Fuego Divino que para realizar el intercambio de las formas y de las criaturas. Este es un Rayo que se manifiesta en todo lo que es transmutado y elevado hacia un estado superior.
El Rayo Violeta es el principal principio que actúa en la liberación de la humanidad durante el ciclo de la transición.
Los Rayos viven y actúan a través de la esencia materna de su Madre Celeste, son Principios Divinos, pero al mismo tiempo son Leyes de expresión de la Consciencia Divina.
La consciencia fundamental de los Rayos surge como manantial de la Fuente de la Consciencia Única y desde allí; todo el universo, del cual ustedes también forman parte, recibe la influencia positiva de estos Principios, que también se manifiestan a través de los Dones del Espíritu Santo.
Es así, queridos hijos, que están siendo llamados no solamente a la purificación, sino también a la consciencia divina de los Rayos, que son la expresión de la vida universal. Yo soy la Madre en la esencia de los Rayos, quien vive en Mí, vive en los Rayos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Este Divino Conocimiento es para los que quieren autoconocerse y transformarse en aquello que nunca fueron.
Los une al principio de los Payos de la Creación,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy verán Mi Gloria cruzar los cielos de este planeta y de esta nación, para de esta manera oír y sentir, a través de vuestros corazones, la voluntad de Dios, que traigo en Mi verbo Divino.
Yo soy la Madre del Mundo, Soy la Madre Universal. Mi mirada contempla cada partícula de la vida que existe en este universo. Mi Corazón ama y ampara todas las creaturas de Dios, todas las consciencias de todos los reinos de la naturaleza que, con profundo amor, fueron gestados en el vientre materno de la Creación, en la Fuente femenina de Vida, en Mi cósmico Corazón.
Vengo a revelarles la verdadera faz que hoy vive Mi Consciencia Universal, no solo a través de las palabras, sino también de los profundos sentimientos que emergen en vuestras almas. Hoy, quiero darles a conocer que la vida no comienza ni termina en este mundo, que la vida continúa más allá de este universo; y después de este mundo descubrirán otros tantos que los conducirán a nuevos aprendizajes y que los llevarán a continuar en el camino de evolución que están recorriendo desde su origen en el Corazón de Dios.
Hoy, quiero que lleven Mis palabras solo al corazón y permitan que los códigos que deposito en Mi verbo puedan imprimirse en sus vidas.
Ya llegará el tiempo en que podrán confirmar en vuestras mentes lo que hoy viven en sus pequeñas vidas. Ya llegará el tiempo que verán desde el Cielo y podrán contemplar con compasión todo lo que vivieron en este mundo. Verán que, en un planeta que estaba enfermo y que vivía en una profunda oscuridad, una nueva Luz llegó e iluminó los abismos. Rescató a los que estaban perdidos. Liberó a los que estaban presos del sufrimiento y de la ignorancia. Elevó a los que estaban caídos e hizo nacer del viejo hombre una raza redimida.
Como Madre y Señora de este mundo, vengo con la Misión de conducir todas las almas al Reino Celestial y también de transformar el corazón de aquellos que perseveren con valentía. Ellos verán descender el Reino de Dios a esta Tierra, tornándola semejante a todos los Reinos Divinos que existen en el universo.
Mis amados, reconozcan con amor que no saben nada sobre la vida universal, que miran perdidos aunque llenos de esperanza hacia un Cielo que hoy se abre ante vuestros ojos y vuestros corazones. Reconozcan, humildemente, cuán poco saben y viven de la Vida Divina y así, como niños, déjense guiar por Aquella que, enviada por Dios, desciende a este mundo para retirar los velos que cubre vuestros ojos, para apartarlos de toda ignorancia que viven como humanidad y en la cual se sumergen cada día un poco más, sin darse cuenta de lo que están viviendo.
No tengan miedo de reconocerme como Su Madre y Señora, porque Mi amor por cada ser de este mundo es más grande que lo que vuestros corazones pueden concebir. Tanto es así, Mis amados, que vengo a lo largo de los siglos para conducir a la humanidad y, cada vez que Mi presencia llega al mundo, llevo a la humanidad a un paso más en su consciencia. Ahora, vengo a vuestro encuentro, mostrando todas las manifestaciones a través de las cuales me pueden comprender. Al final de todo, uniré todas Mis manifestaciones en el mundo y les mostraré la Faz que une todas las manifestaciones: Mi Suprema Consciencia Universal.
Solo aguardo y los espero cada día, para que puedan recibirme verdaderamente.
Yo los amo y agradezco a esta nación, porque Me llamó en espíritu, confió en Mi sagrado auxilio y hoy ve, en su vida, la respuesta de Mi Corazón.
María, Madre y Señora del Mundo
Siente la dulce Voz de Mi Corazón en tu interior y abraza con firmeza las redes de salvación que Yo te entrego. Deja atrás todo lo que hace sufrir a tu corazón y ve venir ahora en el bello horizonte Mi Luz Celestial. Entrégame todo lo que eres y permite que Mis manos de compasión y de amor acaricien tu rostro, laven tus manos y te preparen para recibir en la noche al Gran Señor del Universo, Jesucristo Vuestro Rey.
Vengo todos los días para darte a conocer los Divinos Misterios del Cielo. Vengo a tu encuentro con la Sagrada Esperanza de que puedas caminar amorosamente a Mi lado. Desde siempre Yo Soy Tu Madre Celestial, Yo Soy la Flor que se abre a los rayos del sol y expresa la belleza de la Creación.
Encuéntrame en el cariño de tu oración. Búscame en la manifestación de la naturaleza. Yo Soy el árbol firme que sostiene a los buenos frutos, los que en el próximo tiempo serán cosechados por el Pastor de almas.
Quiero que confíes en lo que te pido, necesito que renazcas a través del Fuego de Mi Devoción. Deseo ver sobre el mundo columnas de oración y estandartes de Paz y de Hermandad, el Padre espera por Sus hijos desde el principio.
Hoy Mi Fe se derrama como un manantial en los corazones que se abren para sentir Mis maternales palabras. Quiero, en este día, que puedas dar tu SÍ al Padre Celestial, pues el Señor espera de ti lo mejor y lo bueno.
Quédate entre Mis brazos, como una vez Jesús se quedó. Deja que se cumpla en ti aquello que Yo tengo previsto. Espero que puedas conocer la luz que proviene del Cielo y el amor latente de Mi Corazón. Entrégate a Mi Corazón y conocerás lo que aún no has conocido, reconocerás el Amor de Dios en tu corazón.
Mientras muchas almas se desesperan por la falta de consuelo y de paz, Yo vengo para despertar a los soldados que se durmieron en el sueño de este mundo.
Anímate a ser aquello que aún no eres, Yo te ayudaré. A todos los hijos consagrados a Mi Inmaculado Corazón, Yo les digo:
Que un hijo de María, es una chispa de devoción que alumbra la oscuridad.
Un hijo de María, es un apóstol de Cristo que sirve en plenitud y se abre para encontrar la caridad.
Un hijo de María, es un alma que se ha dispuesto a cumplir con los pedidos del Cielo y se ha ofrecido para ayudar a concretarlos.
Un hijo de María, es un siervo que prepara conscientemente la venida de Cristo, porque un hijo de María, es un alma colaboradora que está al servicio pleno y absoluto del Inmaculado Corazón.
Un hijo de María, representa la manifestación del rayo de la Paz para este mundo.
Un hijo de María, es como un puente que intercede para que las almas se puedan aliviar.
En Cristo todos ustedes son potenciales hijos de María, el Señor se abre para recibir vuestras ofertas. Mi Corazón agradece vuestro esfuerzo por acompañarme.
¡Agradezco a toda Santa Fe por haber respondido a Mi llamado a la conversión!
Sepan, queridos hijos, Yo los necesito como ustedes también me necesitan. ¿Nos ayudaremos?
Los protege y los bendice,
Vuestra Madre María, Santísima Reina de la Hermandad
Que para esta Natividad del Sagrado Corazón de Jesús, todas las familias se unan por un instante a Mi Infinita Misericordia, y que durante las horas de la Nochebuena tengan presente las necesidades de los más desprotegidos.
Cuando estén reunidos en familia en sus hogares, recuerden la falta del alimento espiritual y material que tantos padecen; cuando estén sentados a la mesa, recuerden y recen sobre todo por los que no recibirán amor ni compasión de nadie.
En esta Natividad, Yo deseo sinceramente, desde lo profundo de Mi Sagrado Corazón, que todos ustedes puedan ingresar en el espíritu de la solidaridad y de la paz. Será necesario que las familias, reunidas en Cristo, reflejen durante esos días un amor profundo que pueda abarcar a los corazones del mundo entero.
Yo los invito, en verdad, a celebrar Conmigo la cena de la Natividad con sus oraciones y plegarias al Padre Celestial. Por eso, que los próximos días de la Natividad sean considerados celebraciones sagradas para que ellas puedan aportar a todos el valor por lo reverente y por lo sagrado por medio del Nacimiento de Jesús.
Únanse al Espíritu Crístico y permitan que la Gracia de Dios actúe en sus corazones, de esta forma el mundo se verá aliviado de todo mal.
Bajo la Luz de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por dejarse guiar por la gran Estrella de Belén.
Cristo Jesús
Mientras Mi Bendito Corazón abre las puertas del Cielo en la Tierra, los Infiernos oscuros son abiertos para salvar a los que se han condenado eternamente a vivir esa condición espiritual.
Cuando en verdad sus labios proclaman Mi Divina Misericordia, Mi Compasión no tiene límites ni espacios; ella salva, redime, cura y libera a las almas más enquistadas en el pecado original.
Mi Luz Perpetua e Invencible derrama sus poderes redentores sobre aquellos que no merecerían la Gracia de Mi Bondadosa Mirada, y esto es posible cuando un orante recuerda que es imprescindible la oración por su semejante, tan necesaria como para el propio ser.
Que en esta Hora de Misericordia, sus pies caminen firmes hacia Mi Reino para que pronto Yo pueda reconocer que Mi Corazón se sirve de apóstoles en el servicio y en la abnegación.
En esta hora de prodigios, que sus almas se eleven al Universo para confirmar en estos tiempos la unión perfecta con Mi Proyecto de Salvación. Abran los brazos y reciban en sus seres el bálsamo de Mi Amor Incondicional, Amor que nutrirá siempre a sus pequeñas esencias.
Bajo la Gloria Infinita de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Mis Brazos de Compasión se abren para recibir en Mi Reino a todos los discípulos que en estos tiempos deberán seguir Mis Pasos por el camino que Yo les indicaré para alcanzar la Vida Eterna.
En esta era de definiciones, los llamo para que concentren sus vidas en Mi Luz Suprema; de esta forma nada los atormentará ni los perturbará y estarán preparados para enfrentar Conmigo los tiempos finales.
Día a día dejo en sus esencias la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que puedan reconocer que Mi Amor por ustedes es insustituible y durará por toda la Eternidad. Ahora que ustedes ya tomaron en sus manos la bandera de la paz, síganme en confianza y ábranme las puertas, para que Mi Consciencia pueda llegar rápidamente hasta los rebaños que más necesitan encontrar Mi Paz y la Verdad de Mi Padre.
Sean transmisores de Mis Códigos Redentores y Crísticos, a través de la devoción que han proclamado a Mi Sagrado y Bondadoso Corazón. En este ciclo necesito que Mis apóstoles estén bien atentos y despiertos, para que Mi Voz sea escuchada en todo lugar y en cada interior.
Los invito una vez más a la reconciliación y a la paz; no pierdan de vista estos dos sagrados atributos. El Señor los irradia a través de Su Hijo para que el mundo algún día alcance la redención.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Enseñanzas en el corazón.
Cristo Jesús, el Pastor de Almas
Queridos hijos Míos:
Después de un importante encuentro con todos ustedes, durante los días 12 y 13 de septiembre en Victoria, Espíritu Santo; hoy, en este día de infinita Misericordia, les pido que busquen y vivan en la pureza del corazón en este tiempo, para que el mundo recupere la inocencia que ha perdido ante Dios.
Como Madre de la Santísima Pureza, les digo que retornen al origen verdadero de sus seres, que regresen al sentido del puro amor del corazón.
El Señor necesita de almas imperfectas y pecadoras para realizar Sus obras purísimas de paz y de conversión.
En la sagrada escuela que Mi Corazón Inmaculado vivió sobre la Tierra, la Divina Pureza estaba gestada en Mi Ser antes de recibir la Gracia del Mesías.
Esa pureza de la cual Yo les hablo, y que deberán buscar, es la pureza de sus intenciones, es la pureza que no genera juicios ni conflictos, porque la Divina Pureza es el escudo contra su propio sentido de la vida que los lleva al error.
La Divina Pureza es la esencia, flor de Mi Corazón, es el principio universal que emana Mi Espíritu santísimo a través del amor y de la compasión.
Por eso, les ruego, queridos hijos, que busquen este rayo de pureza que brota fluidamente del Sagrado Corazón de Dios, hacia los Sagrados Corazones de Jesús y de María, porque en su pureza podrán reconocer el poder del perdón y de la Misericordia.
Yo vuelvo al mundo para recordarle la esencia de la Divina Pureza. Toda la humanidad ha perdido la sinceridad pura de corazón, porque el mundo por sí mismo y el enemigo se han encargado de apagar esta pureza interior.
Oren y mediten, durante esta semana que llegará, sobre sus actos puros de corazón. Así entenderán desde su espíritu cuán verdaderos son ante la vida y ante sus hermanos.
Como su Sagrada Madre Purísima quiero que no se juzguen, sino que se observen y aprendan por medio de la serenidad que les irradia Mi amado Hijo. En Cristo está el ejemplo vivo de la pureza del amor y de la humildad para las familias, los sacerdotes, los religiosos, los laicos y los devotos de Mi Corazón.
Verdaderamente, Yo intento, semana a semana que, a través de la oración, algún día mueran para ustedes mismos y despierten al Universo Purísimo de Dios; porque en verdad les digo, Mis pequeños, que si buscan la pureza de intención, el mundo se curará del mar de impurezas en el cual vive.
Para formar parte de la nueva Tierra, será necesario purificarse a través de la oración, de la comunión, de la confesión y del perdón puro que sus pequeñas vidas puedan reflejar cuando se encuentren ante sus impurezas y las impurezas del prójimo.
El Amor puro, de Cristo, del Padre y del Espíritu Santo, será su inacabable fuerza espiritual para alcanzar el Reino de la Santa Pureza del Creador. Por su esfuerzo de vivir, día a día, la Sagrada Pureza, Dios consigue que la humanidad se libere de las grandes impurezas y, como una gracia universal, reciba la Divina Misericordia de Mi Hijo.
Sean puros, inténtenlo todos los días. Llamen, al despertar cada día, a Mi Divina Pureza. Yo ayudaré a quien se anime a ser puro de corazón.
¡Les agradezco por vivir Mi llamado purísimo de paz!
Su Madre, los bendice y los ama.
¡Gracias, queridos hijos!
María, Madre de la Santísima Pureza del Corazón
El templo de la pureza que se guarda dentro de cada ser a veces es destruido por la guerra de la personalidad y del ego.
En Mi Infinita Misericordia, Yo vengo para reconstruir en ustedes aquello que es derribado por las fuerzas terrestres humanas.
Yo vengo a invitarlos a ingresar en Mi Misericordia para que nunca pierdan la esencia original, tal como Dios los creó en el principio.
Ahora Yo los llamo para recordarles el Principio de la Pureza. Es una tarea ardua buscarla y mantenerla en el centro del corazón, porque enseguida surgen interferencias que impedirán que esta sagrada pureza se continúe manifestando en cada uno de ustedes.
Traten de permanecer en Mi Fuente de Misericordia, porque desde allí Yo los purificaré y nacerán de nuevo como esencias y como almas renovadas. Intenten mantener el espíritu de pureza en el día a día, en cada acción como en cada palabra, así sus ejemplos ayudarán intensamente a recuperar aquello que la humanidad ha perdido: ser almas puras de corazón.
Yo los encamino, Yo los conduzco hacia un camino recto y puro que los llevará a encontrar sabiduría y amor para transformar aquellas actitudes impuras que manchan sus espíritus. Ser puro es ser verdadero de corazón, sin guardar nada para sí; ser puro es reconocerme en el otro y es tener compasión y misericordia por las impurezas del semejante.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en la Pureza de Mi Corazón.
Cristo Jesús
La Infinita Compasión es el remedio perfecto para curar todos los males. Por eso, en la Hora de la Divina Misericordia, Mi Corazón Sagrado se compadece de los pecados del mundo y aquella alma, que en sinceridad se une a Mí, recibe los rayos de Mi Compasión Infinita.
Las graves ofensas que las almas generan en estos tiempos podrán ser perdonadas por medio de la Infinita Compasión, cuando clamen por ella.
Hoy les pido que mediten respecto del grado del pedido de compasión a Mi Misericordioso Corazón. Desde el Cielo, Yo espero que las voces Me llamen para aliviar el dolor en la Fuente Infinita de Mi Compasión.
El alma que confía en Mí no perecerá. El alma que se sumerge en el Océano de Mi Compasión se liberará, desde ahora, de las ataduras del pasado. Pero solo existe un primer paso, que es llamar a Mi Compasión.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
La Confesión nutre la consciencia y la purifica porque, ante Mí, evidencia los errores y las pruebas que el Señor envía para trascender y superar. En la Confesión diaria del alma a Mi Sagrado Corazón se armonizan todos los espacios de la consciencia, y Mi Rayo de Pacificación puede ordenar cada vida.
En la Confesión existe el Misterio del Amor Divino, que va siendo revelado al alma que se dispone a desterrar los obstáculos que crean los diferentes aspectos de la vida.
Por la Confesión, como acto de reparación y de misericordia, las consecuencias previstas para la consciencia pueden cambiar por la intercesión de la Ley de la Gracia y de la Ley del Perdón.
Aquella alma que se dispone a confesarse Conmigo estará ingresando en el universo de Mi Compasión, y desde ese perpetuo espacio se borrarán del corazón las secuelas que continúan hiriendo la esencia de cada ser.
En la Confesión se construye el templo de la comunión Conmigo, y así las almas escapan de los engaños y de las tentaciones que el enemigo impone a cada nueva prueba.
Durante la Sagrada Confesión los corazones podrán construir un nuevo y pacífico espíritu, Espíritu de Dios que les permitirá encontrar luz y sabiduría sobre todos los asuntos de la vida.
La Confesión no es un reconocimiento de las culpas o de los errores: la Confesión es el puente a la Infinita Misericordia del Señor.
Por la Confesión se desatan los nudos que impiden la unión perfecta de las almas Conmigo.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con amor.
Cristo Jesús, el Fiel Confesor
Como el fiel y simple obrero San Isidro Labrador, cultiven un corazón pacificador para que cada alma que se aproxime a sus vidas reconozca la presencia de Mi Faz Misericordiosa.
Acepten vivir en la mansedumbre, para que sus pequeñas imperfecciones del temperamento se disuelvan y se liberen por el poder de Mis Rayos Redentores que impregnan los corazones que solo están abiertos a Mí.
Y cuando parezca que han sido juzgados falsamente, que sean tan puras y verdaderas su humillación y renuncia, que pueda el alma equivocada ser liberada a través del amor que brota de sus seres por Mí.
De la misma forma permitirán que cada experiencia de vida entre las consciencias los una en el amor, la devoción y esperanza en la víspera del nacimiento del verdadero pueblo de Dios. Déjenme reinar en sus vidas para que como Carpintero Divino Yo pueda pulir sus espíritus y, a través de Mis Manos de Obrero de Dios, pueda surgir el nuevo odre redimido y renovado en la paz.
No teman que los velos se desprendan de sus rostros; acepten con amor renunciar al pasado para que el nuevo ser pueda despertar por su conexión con las Leyes Mayores de Mi Padre.
Estoy siguiendo sus pequeños pero esforzados pasos para alcanzar la trascendencia de la vida y del viejo ser. Que la unión diaria con la oración misericordiosa los redima y les permita tomar consciencia de lo que aún debe morir para que Mi Plan Redentor se cumpla sobre la Tierra.
Sepan que por amor y compasión los escogí, para que las ovejas más desconocidas, las que no tienen ningún poder sobre las consciencias, puedan transmitir y hacer resucitar Mi Palabra de salvación y misericordia para el mundo.
Como Maestro, busco a aquellos que no quieren nada para sí, solo quieren estar día a día en Mí, el Señor del Universo.
¡Adelante! Sigan adelante para que los pasos que deben dar hacia Mí liberen los velos del ayer, porque en Mi Misericordia todo se puede.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Enseñanzas en el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Instructor
Que nadie se canse de buscarme. Que en estos tiempos Mi soldado de la Luz mantenga encendida la luz de su esencia. Que unido a Mi Misericordia, dé los pasos necesarios para vivir en la redención que Yo le entregaré.
Que todos los Míos puedan quitarme la sed a través del amor misericordioso de sus oraciones, porque así Yo los guiaré hacia el principio para que después encuentren el fin de toda la misión que Yo les encomiendo.
Es necesario ser decidido para estar Conmigo. Mi Corazón brota de gozo y amor cuando un alma se dispone a seguirme e imitar, en la paz, Mi Camino de la Cruz. Si asumen la cruz que Yo les entrego, ustedes podrán liberar su cruz, la vieja cruz que cargan del pasado y que les dificulta llevar la cruz de la redención para la humanidad.
Guíen sus corazones hacia el Mío porque así Mi Luz los alumbrará, los librará de las manchas y serán corazones cristalinos que servirán a todos por amor a Dios.
El tiempo amerita la rápida madurez porque los ejércitos de Cristo ya deberán estar preparados para la venida del Hijo de Dios, con las banderas de la paz en lo alto y el corazón abierto para acoger a los que han caído y a los que han creído estar en Mí pero que en verdad han estado en sí mismos por amor propio. Que la compasión sea inacabable en ustedes en ese momento.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por seguir Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Sientan Mis Palabras de aliento y misericordia en sus corazones.
Aquellos que por Mi causa sean perseguidos recibirán la fuerza de Mi Espíritu de Amor para que, con valentía, sigan sin miedo Mis Pasos directo hacia el Paraíso.
Solo perdonen y, en Mi Misericordia, oren por los que por razones humanas no entenderán en la noche de la Víspera la Venida del Redentor. Abran camino para las ovejas confundidas, las que deberán volver a reposar en Mis Pies para recibir Mi Absolución y Mi Perdón.
Sean transparentes en la palabra, verdaderos en el sentir y claros en los pensamientos; que sus intenciones sean Mis Aspiraciones, que sus deseos sean Mi Voluntad en sus corazones, que Mi Camino hacia el Reino sea su único y perpetuo camino.
Nada perderán aquellos que serán juzgados por Mi causa, porque la fortaleza de sus espíritus ennoblecerá la palabra que dará testimonio de que Soy Yo quien vuelve, en honra de los corazones caídos.
Durante la Hora de la Misericordia, les pido que despojen sus corazones de todo juicio que los esté condenando –como el pedrero que descarga el peso de sus espaldas– porque está próxima la Justicia de Aquel que está por encima de Mi Consciencia en los Cielos. Este es Dios, que en el Amor enviará a Su Primogénito Hijo para separar la paja vieja y amarga del trigo bueno y maduro.
Que solo brote de sus esencias la vida pura de la humildad y de la compasión, porque si aprenden a imitar Mi Compasión nada los perturbará. Déjense guiar solamente por la luz que indica Mi Camino a la redención. Con corazones puros se construye la nueva morada, la morada de reposo para el Señor Rey Redentor.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados y pacificadores.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Yo soy la Señora del Cielo, soy la que viene en gloria y paz para irradiarte el Amor de Dios.
Yo soy la Madre del Universo, soy la que te recogeré en Mis brazos de los abismos y te llevaré en honra al Reino de Dios.
Yo soy la Rosa Mística, soy la que emana aromas sutiles para proteger en silencio tu camino de consagración a Dios. Así, día a día, intento llevarte a la oración, porque en la oración Mi Corazón cierra tus heridas y protege en la Luz a tu pequeño corazón.
Yo soy la Madre de las Gracias, soy la Mujer Vestida de Sol que derrama la bondad y la compasión de Dios al mundo y a las criaturas.
Yo soy la Guardiana de la Fe de los que la han perdido.
Yo soy la Madre de la Divina Concepción que aproxima cada hijo al universo del Espíritu Santo.
Yo soy la Guerrera del Amor, Soy la Patrona que yergue el estandarte de la Paz.
Yo soy la Señora que en el Amor y en la Piedad desata los nudos de los que sufren constantemente.
Por eso, clamo a todos por oración, porque como humanidad deben reparar el Corazón de Dios de las graves ofensas que Él recibe.
Yo soy la Señora de la Paz, soy la Reina de la Paz, que anuncia la venida del nuevo Reino de Cristo sobre la faz de la Tierra. Así, Yo reúno a Mis soldados, llamándolos a consagrarse a la vida de oración, a la vivencia del ayuno para purificar el corazón, al perdón y a la reconciliación.
Yo soy la Madre Celestial, soy la Estrella Solar que brilla eternamente en el firmamento y que anuncia el tiempo de la Misericordia.
Por Mi Hijo Me doné a todos y por la venida esperada de Cristo, Yo revelaré la Faz de la Señora del Sol.
Que Mis estrellas puedan transfigurar en luz sus vidas, que Mis pasos hacia Dios sean sus pasos, que Mi Corazón maternal reverbere en amor dentro de ustedes, que Mis rayos misericordiosos iluminen el sendero oscuro de los que aún no llegaron al Reino de Dios.
Con Mi Hijo, vuelvo al mundo para despertarlo y llamarlo a la conversión.
La oración será su futuro alimento que nutrirá el espíritu y toda la vida manifestada, porque por la oración caminarán sin demora hasta los Brazos de Dios; y cuando todos Mis hijos lleguen al Cielo, Yo lavaré el pasado de sus rostros en la Fuente de Vida de Mi Hijo y, renovados en espíritu, glorificarán a Dios y lo servirán eternamente por amor y honra al Creador.
Por eso, busquen una vida de santidad mientras estén en este mundo. Sean caritativos los unos con los otros, construyan en la oración el nuevo principio de hermandad. Sean apóstoles de la Paz y vivan el Mensaje redentor de Cristo todos los días.
Vengo hacia ustedes para llevarlos a Jesús, porque como Madre aguardo y ruego a Dios por la salvación de la humanidad del constante pecado en el que vive.
Queridos hijos Míos de Belo Horizonte, agradezco por la respuesta de sus esencias a Mi Corazón Inmaculado. Agradezco especialmente a los hijos que, en amor al Bien Mayor, obraron para que Yo, la Reina de la Paz, pudiera traer a todos el Mensaje y el Llamado. Agradezco por su amoroso ejemplo de caridad.
Hijos Míos, que en este día sábado de Gloria, sus profundas esencias se preparen para recibir la visita espiritual de la Señora más brillante que la Luz, la visita de la Madre María, Reina de la Paz y Madre del Mundo.
Queridos hijos de Belo Horizonte, que hoy ustedes puedan ser partícipes de la absolución total que Mi Corazón piadoso irradiará a todos bajo la intercesión del Sagrado Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por abrir la puerta de su corazón!
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hermanos Míos:
Que en estos tiempos pueda despertar en ustedes la sublime humildad del corazón para que sus vidas se liberen de la identificación con las cosas del mundo y, de esa forma, puedan caminar hacia la consagración a Mi Eterno y Sagrado Corazón.
Queridos, que el camino de la competencia y del reconocimiento entre los hombres de este mundo pueda estar distante de Mis servidores; que la oración sea el único camino que los lleve hacia el encuentro Conmigo, con Mi Reino de Amor. Porque el amor a Mi Corazón y el amor entre Mis compañeros permitirá derrotar los grandes atavismos de la consciencia, como lo son el orgullo y la vanidad. Que delante de estas actitudes del mundo sus corazones se fortalezcan en vivir el espíritu de fraternidad y de redención.
Mi Corazón Bendito está abierto para que lo adoren como un templo de oración y devoción, Templo del Dios Amado que los protegerá de las actitudes de ustedes mismos. Por eso, vayan por el camino de la paz y que la paz sea el motivo de congregar en la luz a todas Mis ovejas.
Aguardo el despertar de nuevos rebaños; para que eso suceda y para que todos puedan ser partícipes de Mi Misericordia, los servidores Míos serán el puente vivo de amor y de caridad, así un mayor número de almas cruzará el umbral hacia Mi Corazón.
Los espero siempre en la paciencia y el amor. Ámense compasivamente entre ustedes, así el mundo estará un poco más aliviado.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias hijos, por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos compañeros Míos:
Hoy los llevo a todos hacia lo profundo de Mi Corazón y por esta emblemática unión Conmigo los reúno en torno de Mi Presencia para que puedan cumplir con los Mandamientos de Mi Padre.
Queridos amigos, sé que muchos de ustedes están a punto de cruzar el gran umbral del desierto interior para así vivir la transformación que el Padre necesita en sus vidas. Él Me envía hoy por amor a ustedes, por amor a toda la humanidad. Mi Misericordia hoy es el bálsamo esperado por sus corazones el que, mediante la Gracia vertida por Mí, les dará fuerzas para caminar, amor para poder vivir y fe para creer en Mi poderosa Palabra Redentora.
Hoy no solo estoy aquí con ustedes sino también con sus hermanos que están unidos a Mi Espíritu Sacerdotal en este horario de infinita misericordia.
Queridos Míos, veo también en ustedes un intenso agotamiento interior; les pido que concentren su fe en Mi Eterna Fe, su desesperación en Mi Consuelo, su dolor en Mi Compasión. Los amo, los amo tanto que di la vida por ustedes para que las generaciones pudieran estar presentes en vida en estos tiempos. Solo abandónense en Mis Brazos porque Mi Corazón ya ha recibido la preciosa consagración de sus almas.
Sepan, Mis compañeros, que el verdadero soldado de la Luz se forma empeñándose en servir y amar a Dios sobre todas las cosas. Adoro a aquellos que dan todo por sus amigos porque ellos se convertirán en servidores eternos de Mi Reino.
Mientras Mi Espíritu circula por el mundo derramando Gracias y Perdón, les pido que sean valientes todos los días y que no bajen el estandarte de la paz y de la redención.
Queridos, estoy retornando en Espíritu Omnipresente a fin de darles a conocer la Vida Eterna para sus consciencias. Encuentro en ustedes un luminoso camino lleno de bendiciones.
¿Qué más quieren para sus vidas si, desde la Cruz, les entregué por entero a Mi Santa Madre?
Mis amigos, afiancen su fe en el Inmaculado Corazón, porque él será para ustedes el camino de regreso a Mis Moradas.
Les agradezco por recibirme amorosamente.
Bajo el Amor Eterno del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Instrucciones en el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor del Mundo
Mientras la humanidad aún busca la satisfacción en la vida, Mi Corazón Materno llama a todas las almas al nuevo y último rebaño de Cristo.
Como mediadora delante de las almas que han encontrado el camino espiritual hacia Dios, quiero que ellas puedan auxiliar a otras almas que se desvían rápidamente del camino de la fe y del Amor de Dios.
Por eso, hijos Míos, pido hoy a todos los orantes que no pierdan tiempo y oren con mucha aspiración hacia lo Alto y aguarden la Infinita Misericordia de Mi Hijo.
Espero de Mis soldados el despertar de la consciencia y que se ofrezcan a colaborar para que la mayor parte de la humanidad pueda vivir un tiempo más de paz. Y como el tiempo pasa rápido, Yo les pido que oren con el corazón, atentamente, para que algo pueda cambiar en la humanidad.
Queridos hijos, ¡recen, recen, recen y recen! Recen con la voz de vuestros corazones para que la Piedad y la Compasión de Dios toquen a los corazones que se han separado de la Ley del Señor.
Recordando la enseñanza de los mandamientos de Moisés, hoy les pido que los tengan presentes en vuestras vidas como las primeras reglas básicas para un buen hijo de Dios.
Queridos hijos, a lo largo del tiempo, la humanidad ha sido llamada a cambiar desde el corazón; por eso ustedes, abran vuestros ojos y vean la Luz Misericordiosa que Mi Inmaculado Corazón está irradiando para todos.
Les recuerdo la importancia de vivir en la fidelidad a Mi Hijo para que vuestros corazones sean guiados y estén protegidos en estos tiempos finales.
¡Les agradezco por responder en estos tiempos a la voz de Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Soy la Señora vestida y rodeada por la Luz del Gran Sol.
Soy el Espíritu Inmaculado guiado por la sabiduría del Espíritu Santo.
Soy la Madre del Universo, soy la Reina de la Paz.
Soy la emanación del Amor, de la Unidad y de la Fe para todos Mis hijos.
Soy el refugio para los que están solos, soy el mañana que despierta en cada una de las vidas.
Soy la Estrella de la Mañana, soy la Aurora que reúne a los rebaños de Cristo.
Soy la Inmaculada Concepción que trae el Consuelo para el desesperado, el Amor para el desposeído, la Fe para el solitario y la Redención para quien se haya negado.
Soy el puente hacia lo Alto, soy la Madre de la Perpetua Oración de Dios.
Soy parte del Verbo Divino, soy el testimonio del Creador.
Soy Su Sierva, soy Su Servidora, soy parte de Su Luz para el mundo.
Queridos hijos, Yo soy la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, Yo soy para ustedes la Nueva Flor, soy el Aroma Sutil de la Fuente de Dios.
Yo soy la Madre del Redentor, soy la Servidora de Cristo.
Soy, para Mis hijos, el manantial que sana las heridas, Yo soy el Bienaventurado e Inmaculado Corazón.
Yo soy la Rosa Mística, soy el Espíritu de la Paz.
Pero Yo seré aún más, sobre este mundo y en el universo, a través de vuestro amor, de vuestra compasión y de vuestra humildad.
Hijos Míos, hoy los invito a ser parte del Gran Espíritu de Dios.
Yo los invito a vivir en el Corazón del Altísimo para que la humildad, la sagrada devoción y la reverencia puedan nacer desde vuestras pequeñísimas almas.
Yo seré en ustedes la Madre de las Gracias. Unidos a Mi Maternidad estarán unidos al Eterno Padre que conduce a cada alma, a cada uno de Mis pequeños hijos.
Queridos hijos, que desde vuestras esencias brote la sabiduría para comprender con el corazón a quien, por Amor y Gracia, los visita mes a mes.
Así como Yo quiero estar con ustedes, Mi Hijo quiere ser parte de vuestros seres.
¿Qué Amor más grande existe sino aquel que nace perpetuamente de Dios?
Queridos hijos, hoy los estoy llamando a contemplar la inmensidad y la magnitud, la grandeza y la expansión universal del Amor de Dios sobre todos los universos.
Queridos hijos, hoy les digo y les recuerdo que cada uno de ustedes es parte de la divina expresión del Amor de Dios porque mediante la oración permitirán, en este tiempo definitorio, que nazca y despierte en ustedes el Amor del Creador.
Hoy solo sean Amor, Amor Divino y Amor Inmaculado.
Hoy, solo sean paz, almas en la Paz de Dios y sirvan a Dios con alegría.
Bienaventurados los humildes y los perseverantes en Mi Hijo, porque ellos encontrarán el Reino de Dios en el corazón.
Yo soy la Madre del Santísimo Corazón del Creador; como parte del Amor Yo los amo y los bendigo en la unidad del Espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Cuando abran el corazón a Dios, lo abrirán en amor a sus hermanos. Allí comenzarán a comprender la ciencia de la compasión, y sus corazones serán tocados por el brillo supremo de la Humildad de Dios.
Cuando abran sus corazones mediante el ejercicio de la oración, las tinieblas de la confusión se desvanecerán, y en el camino lograrán ver el Horizonte Misericordioso de Dios.
Cuando abran sus corazones, será la humanidad que se abrirá a la Voluntad de Dios. Las almas se verán sinceras y puras delante del Creador y, con un Amor Inmenso, Su Gracia será derramada sobre todos.
Cuando vivan en Mi Inmaculado Corazón, les prometo que la paz rodeará la belleza de sus almas como un extenso jardín de rosas porque allí resplandecerá el Único Dios.
Cuando estén en el Corazón de Mi Hijo, sus almas se pacificarán y vivirán en la Ley del Espíritu Santo; se les revelará en la vida la esencia del amor y de la verdad.
Si la humanidad abriera el corazón a Mi llamado, mucho dolor ya hubiera acabado, reinaría la paz en los hogares y ningún hijo de Dios tendría su vida en peligro. Pero aún son muy pocos los que espontáneamente abren el corazón al llamado de Mi voz.
Muchos son los soldados que deberán estar en vigilia. El Pastor debe cuidar a Su rebaño. Recuerden que todos son llamados a la oración constante.
Hoy los invito a abrir sus corazones y dejarse conducir por la nueva guía maternal. Quien acepte ser Mi hijo será bien recibido en el Reino de la Paz, y en un acto verdadero se abrirá el corazón de quienes aún lo tienen cerrado para Dios.
Esto es lo esencial de hoy: abrir el corazón para que reine el Amor de Mi Hijo entre ustedes.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón Materno llega a vuestras vidas para aliviarlos de todo dolor, sufrimiento e incomprensión. El Sagrado Corazón de Mi Hijo llega a vuestras vidas para redimirlos y para conducirlos hacia el camino de la salvación.
Queridos hijos, llamando nuevamente a cada una de vuestras vidas, hoy, el Señor les pide que purifiquen vuestros corazones de cualquier sentimiento que no pertenezca a la Luz, porque si así lo hicieran mediante el ejercicio de oración, vuestras almas estarían ayudando a aliviar la gran ira que vive parte de la humanidad. Este es un sentimiento que distancia a los corazones del Único, del amoroso Corazón de Dios.
Por eso, mis pequeños, que sus corazones sean corazones de niños: puros, cristalinos y verdaderos, corazones que, renovados en Jesús, amen nuevamente creando así un puente de paz entre el Cielo y la Tierra, uniendo el Divino Espíritu de Dios con el pequeño espíritu de cada uno de Mis hijos.
Queridos hijos, un camino para que vuestros corazones se curen es imitar al pequeño y Divino Niño Jesús que, con Su pureza e inocencia, fue quien transmitió a la humanidad la esencia del Verdadero Amor. El pequeño Niño Jesús dejó sobre este mundo el Espíritu del Amor de Dios a través de Su entrega por cada uno de ustedes.
Ese es el amor que quiero que Mis hijos cultiven en sus corazones; ese es el amor que emana del Sagrado Corazón constantemente. Es el amor que dona Jesús sin cansarse, amor tan compasivo; Él mismo consagró a cada uno de ustedes a la esencia del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Reitero, hijos Míos, que cuando les hablo de ser como pequeños niños es para que, con esa actitud, purifiquen la ira que se vive en el mundo; si ustedes se renovaran en el espíritu de amor, la humanidad podría recibir la Gracia de la Compasión.
Queridos hijos, como Mediadora, los llamo a orar, a orar por la paz en la mente y en el corazón de cada uno de Mis hijos. Yo estaré, una vez más, agradecida por vuestra correspondencia para con los Planes del Creador.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más