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Vencerás la indiferencia delante de todo lo que sucede en el mundo cuando, en tus oraciones, tu corazón sea uno con el corazón de tus hermanos, en donde quiera que estén.
Cuando sientas en tu interior el Corazón de Dios y, en él,el amor por la humanidad y por el planeta, entonces, para ti, los dolores del mundo serán más intensos que los tuyos. Siente el Amor de Dios por Su Plan. Siente la esperanza del Padre de multiplicar, en Sus hijos, el Espíritu de Cristo.
Al comulgar, no solo coloques un pedazo de pan en tu boca.Vive, en la Comunión, el mayor milagro de Cristo que, en unión a la Voluntad de Su Padre, se entregó en la cruz y prosigueentregándose todos los días, varias veces al día, en todos los altares consagrados por Dios, para repartir Misericordia por medio del Cuerpo de Cristo.
El Señor asume todos los días los pecados de los que tienen fe y hacen del pan el Cuerpo Sagrado de Cristo y, del jugo de la uva, Su Preciosa Sangre.
¿En dónde estás tú en la hora de la Comunión? ¿Qué comprendes del mayor misterio universal de la Transubstanciación y de la Misericordia? ¿Sabes que todas las criaturas de este vasto infinito te observan y, de rodillas, ruegan que este pan se haga carne y te conviertas en uno con Cristo?
Ve, alma pequeña, sumérgete más allá de tu ignorancia. No permitas que los ciclos pasen y que tu mente permanezca enferma en las superficialidades de la vida, cuando tienes delante de ti la mayor oportunidad de transformación de este universo.
No ores solo para calmar tu corazón y para encontrar un poco más de paz en el manicomio que es este mundo para ti. Sumérgete en el universo de la oración, fúndete con Dios, descubreSu Amor y Sus Dolores, alivia Su Sacratísimo Corazón. Abre la puerta para el bálsamo que hasta hoy brota del Corazón de Cristo y permite que Su Misericordia se derrame sobre las almas y sobre los Reinos de la Naturaleza.
Haz de tu vida la razón del sacrificio de Cristo. Haz de tu permanente esfuerzo por fundirte en Él y ser uno con Cristo Vivo, el motivo por el cual aún Él coloca Sus Ojos en los seres de la Tierra y no deja de ofrecer Su Corazón en reparación de los pecados del mundo.
Transfórmate, vuela lejos. Mantén los pies firmes en esta Tierra para que, en tu elevación, ella trascienda las dimensiones e ingrese contigo en el Tiempo Real, en el Tiempo de Dios.
Te bendigo y te guardo en Mi Corazón para que develes allí los misterios que Yo descubrí en vida y también en la gloria de los Cielos.
Tu padre y compañero,
San José Castísimo
La Escuela de humildad de la Virgen María: La humildad para poder escuchar
Queridos hijos,
En Mi escuela de humildad es imprescindible poder y saber escuchar la instrucción espiritual. Para eso el espíritu de la humildad debe impregnar sus consciencias para que aprendan a escuchar todo lo que es necesario escuchar. Si sus corazones escuchan, serán humildes y, en este tiempo, podrán comprender que es lo que permitirá que la transformación ocurra.
Para encontrar el espíritu de humildad y de entrega, primero deberán desterrar todo lo que sus consciencias escuchan de sí mismas. Si no hacen eso internamente, nunca podrán generar el espacio necesario en la consciencia para que la humildad pueda actuar y los haga partícipes de la transformación interior.
Queridos hijos, la consagración a Dios no es suficiente, el Padre necesita que aprendan a desprenderse de sus propias formas y modalidades, que han hecho de la humanidad una civilización sin verdadera instrucción. Por eso, a través de la escuela de la humildad, deberán ir desprendiéndose de todo pensamiento o sentimiento interior que se opone a la acción superior de la humildad. Para llegar a ese desprendimiento deben reconocer y aceptar la falta de humildad que existe en ustedes y así abrir el corazón para que él gobierne por encima de toda forma mental o intelectual.
La humildad como esencia es una poderosa herramienta que permite abrir las puertas a la cura del corazón y de las heridas más profundas, heridas que en la mayoría de las almas, son ocasionadas por un estado de incomprensión y, sobre todo, por falta de paz.
Toda adversidad o contrariedad generada por la propia consciencia es el reflejo de no sentirse amada como cree que debería serlo y de una falta de aproximación al principio superior de la humildad.
La escuela de la humildad permite que la consciencia se reconozca como es y que vea sus dificultades como una posibilidad de intercambiarlas por atributos que nunca vivió. La falta de humildad genera un vacío en el mundo interior de los seres, que no puede ser llenado por nada, ni siquiera por el amor. Esto sucede por la permanencia o la resistencia a algunos cambios verdaderos.
La falta de humildad genera en la consciencia estados de frustración o falta de concreción de las metas en la vida material. Por eso para que la humildad superior se aproxime, la consciencia debe humillarse, y eso es lo que la arrogancia y el orgullo no quieren hacer desde el momento en que deben ser destituidos de su poder.
La invocación de la humildad supone enfrentarse a ciertos aspectos de la vida que deben morir. Cuando esa búsqueda es honesta, la Gracia de Dios interviene para disolver las dificultades permanentes. En la humildad existe una puerta directa hacia la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura en la esencia de la humildad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Clamar por paz y por misericordia es el primer paso en la transformación de la consciencia.
La mente primero ora y, poco a poco, comienza a escuchar el corazón. Entonces el alma respira aliviada por haber encontrado, finalmente, un motivo para estar con su atención en el mundo.
Oración tras oración, la mente va aprendiendo a vivir la quietud y da lugar para que el corazón también comande el día a día. En ese momento, al ver cómo actúa el corazón, la mente ya no puede orar y pedir paz si no fuere pacífica en sus acciones y en sus pensamientos.
El siguiente es el segundo paso de la transformación consciente: La mente y la personalidad sienten gusto por la santidad y ellas mismas quieren conducir los pasos de la transformación, para ser las mejores, las primeras en la santidad. El corazón observa y cuando puede, con paciencia, le susurra a la personalidad y a la mente que, en verdad, el camino de la transformaciónes largo y el resultado solo Dios lo conoce. Poco a poco y con amor, el corazón, que vive también en la consciencia, les explica sobre las virtudes y los dones y le enseña a la mente qué es la humildad.
El tercer paso de la transformación es cuando el ser descubre que no es perfecto y que aún le falta caminar mucho para alcanzar al menos una virtud. Este paso es definitivo, porque aquí el ser se depara con la desesperanza y con la fuerte necesidad de dejar todo el esfuerzo de lado y rendirse de una vez por todas al mundo, ya que el Cielo le parece inalcanzable.
El cuarto paso es cuando el corazón da a conocer a la mente y a la personalidad la Misericordia, aclarándoles sobre la perseverancia y la persistencia en el camino, aunque él sea infinito; porque Dios, que es puro Amor y Misericordia, se valdrá de la perseverancia de Sus hijos para un día lanzarlos a la santidad.
El quinto paso de la transformación se da cuando la mente comprende la esencia de las virtudes espirituales y las ama. Comienza entonces su rendición, junto con la de la personalidad, para fundirse con el propósito del corazón, que es la puerta del alma. Aquí, la mente y la personalidad sufren mucho, pero ya aceptan lo que viven, porque se abrieron a la superación de sí mismas.
El sexto paso se da cuando la mente se vuelve una con el corazón, y la personalidad se vuelve un vehículo del alma. Ya no hay conflictos entre la vida del espíritu y la vida en la materia, en lo que se refiere a las resistencias a la transformación. Aquí, el ser tiene que seguir esforzándose y perseverando, pero su consciencia ya recibe los impulsos de los mundos superiores y fluye con la Voluntad de Dios.
El séptimo paso es el primero de un nuevo ciclo, cuando la voluntad del ser se funde con la Voluntad de Dios, y ahora el ser no luchará consigo mismo, aunque sí con el mundo, para hacer triunfar el Reino Celestial en la Tierra.
Cuando les hablo sobre estos pasos, no es simplemente para que se encuentren en uno de ellos. Es solo para que la consciencia tenga esperanza de que, a pesar de su imperfección, está en el camino de la transformación y, dando los pasos, uno a uno, con amor y paciencia, podrá hacer de su espíritu y de su esencia un triunfo de Dios, una conquista de Cristo.
Paz y fe en el corazón de todos los servidores y consagrados al Plan.
Les agradezco, siempre,
San José Castísimo
La Paz es un don divino en el corazón de aquellos que confiaron sus vidas al Padre Altísimo.
La Paz en la vida espiritual proviene de la renuncia a todos los reAsultados de sus obras. Por más que el corazón se esfuerce para trascender sus propios límites, en pro del cumplimiento de la Voluntad de Dios, él no se apega a los resultados ni en sí, ni en los demás ni en ninguna cosa.
En estos tiempos, para no desgastar el corazón ni el ánimo de seguir adelante, deben mantenerse en paz y cruzar los días de conflicto interno y de purificación con cierta confianza en el porvenir, y no tan involucrados con la transición que ustedes o los otros viven.
Dios les dio la oportunidad de purificarse bajo el don de Su santa Paz, al amparo de Sus Centros Marianos y en una época en la cual el caos aún está comenzando su ciclo de expansión.
Dichosos los que se valen de las dádivas entregadas por Dios, porque Él espera que, en un tiempo próximo, no estén recorriendo más los caminos básicos de la propia transformación, sino que ayuden a los que tendrán que soportar el brusco despertar que vivirán y los cambios internos y externos que sucederáncon violencia, por decirlo de algún modo, en todo el planeta.
Sean más simples, no Me cansaré de decirlo, porque cuando descubran el don de la simplicidad, no enredarán más sus propias consciencias en las cosas cotidianas de la vida y no perderán energía espiritual con conflictos que serán, de ahora en adelante, el diario vivir de la consciencia humana y que, inclusive, crecerán en intensidad.
Todo depende de aquel que pasa por la purificación y de los que están a su alrededor. Si aprenden a vivir todo con naturalidad y sin espanto, podrán ayudar para que el proceso de cada uno sea menos doloroso.
No les digo que sean indiferentes delante de las pruebas que ustedes o sus hermanos viven, sino que traten de ofrecer el bálsamo de la simplicidad y de la paz en esas situaciones, reconociendo con madurez lo que debe ser transformado y disponiéndose a la limpieza del propio lodo interior.
Sé que existirán reacciones internas y externas que ustedes no podrán controlar y solo tendrán claridad sobre ellas cuando, en un momento de mayor lucidez, reflexionen sobre lo que les sucede. No piensen que no hay solución para lo que viven, sino, poco a poco, intenten no envolverse tanto con los propios procesos.
Sean más directos e, inclusive, más fríos consigo mismos. Perciban un error e intenten transformarlo. Al reconocer que cayeron y solo lo advirtieron cuando estaban en el suelo, levántense y continúen caminando, pues más adelante podrán abrir los ojos a otros para que eviten tantas caídas.
Sirvan y sacrifíquense con paz y valentía, porque el servicio abnegado los ayudará a descubrir la verdad de la magnitud del Plan de Dios y que, en el mundo e incluso a su alrededor, existen mayores necesidades que las suyas y mayores problemas que los de su purificación.
Amen los tiempos en que viven, con la certeza de que el triunfo de Dios en sus vidas se gestará a partir de esas transformaciones que, a veces, son incómodas, pero que siempre valdrán la pena.
En la simplicidad de Mis palabras les dejo Mi paz, para que reciban de Mi Espíritu Divino todo lo que necesitan para consagrar la materia.
Todo sea en pro de la manifestación de la Voluntad de Dios.
San José Castísimo, pacificador y simplificador de los corazones humanos
Queridos compañeros en Cristo:
Se aproxima el fin de un ciclo y el inicio de otro, marcado por la necesidad de definiciones aún más profundas y verdaderas.
En este año que ahora termina, habrán percibido que en muchas partes del mundo la oscuridad se apoderó del corazón humano. Sin embargo, aquellos que permanecieron unidos al Propósito de Dios vieron crecer en su interior la certeza de su adhesión al Plan y la imperiosa necesidad de seguir profundizando en su entrega, en la comprensión verdadera de todo lo que Dios les enseña por medio de Sus Mensajeros.
Este nuevo ciclo dictará el momento de la concreción de todo lo que permaneció solo en la intención y en la mente de los servidores. Todo aquello que, a lo largo de los últimos ciclos vividos, creció como aspiración espiritual sincera y verdadera dentro de cada servidor del Plan y lo fue llevando a consolidar su definición interior, así como fue construyendo las bases de su fortaleza interna, ahora deberá convertirse en conducta humana, en expresiones de vida y en comunión con la vida existente en todos los Reinos de la Naturaleza.
Lo que fue creciendo como aspiración deberá tomar tal fuerza dentro de los corazones de los servidores de modo que los lleve a la vivencia de sus aspiraciones y a que no destruyan más todo lo que creen que es verdadero, sea con sus actitudes, sea con las formas de vida que no tuvieron la suficiente fuerza interior para no vivir.
Con los impulsos que descenderán sobre la consciencia humana desde el 8 de diciembre de este año, todo lo que existe dentro de la consciencia de cada ser como aspiración, intención y voluntad, y que estaba necesitando de un estímulo para manifestarse, crecerá de tal forma que los seres ya no soportarán vivir las cosas que van en contra de lo que ellos creen.
Ustedes deberán, en ese momento, aferrarse a la luz interior que habita en sus esencias, para soportar los cambios bruscos que serán impulsados a manifestar por necesidad propia.
Lo mismo sucederá con las consciencias que hoy están tomadas por fuertes aspectos oscuros y contrarios a la Voluntad Superior. Ellas se entregarán sin límites a los deseos y aspiraciones mundanas y perderán todo tipo de conducta y de ética que las mantenía en cierto equilibrio delante de la sociedad humana.
Por eso les pedimos tanto que revisen, en su interior, sus aspiraciones más profundas porque ellas serán impulsadas de tal forma al crecimiento, que la mente no tendrá otra salida más que ceder. También por ese motivo, les advertimos que la purificación es necesaria, para que los impulsos que llegarán fecunden en las consciencias las semillas correctas.
Yo los amo y los invito a la profundización y al crecimiento interior.
San José Castísimo
Queridos hijos:
En este mes de diciembre que comienza, sus corazones solo deberán buscar restablecer esa unión interna y espiritual con Cristo, a través del advenimiento del sagrado Nacimiento de Jesús.
Será importante que en los días de diciembre, antes del 24, cuando se celebra la víspera del Nacimiento bendito de Mi Hijo Jesús, sus consciencias estén colocadas en la real necesidad de atraer hacia el mundo el Espíritu de la Paz que ya no existe.
En verdad esta Navidad que se aproxima será diferente para todo el mundo, porque la humanidad está enfrentando un ciclo de altas resistencias al cambio, cambio tan esperado por todo el universo.
Diciembre será un mes en el que todo se potenciará, desde adentro hacia afuera, y eso no podrá ser evitado; pero si sus corazones, a través de la oración, van preparando ese camino de purificación y de trascendencia, harán el proceso de cambios un poco más liviano.
Si las almas colocaran su atención en el misterio del Nacimiento de Cristo, en verdad se abrirían muchas puertas hacia el camino que todos están necesitando realizar y llevar adelante.
Cuando digo, hijos Míos, que esta Navidad será diferente es porque en verdad es urgente que la consciencia de la humanidad se adhiera a vivir una profunda transformación que refleje el equilibrio tan necesario para el planeta y toda la raza.
A partir del 8 de diciembre, día dedicado a su Madre Santísima, la intervención divina estará descendiendo sobre el planeta y se derramarán impulsos en aquellos corazones que estén en oración y sintonía con el Universo Celestial.
Una forma de amnistía se concederá como Gracia a aquellas almas que en verdad hagan un mea culpa, un acto de arrepentimiento y de perdón.
Su Madre Celeste tendrá una misión especial en ese día. Por eso, desde ahora, con amor y consciencia preparen el camino para que Cristo pueda retornar a ustedes el 24 de diciembre, así el planeta tendrá un tiempo más de paz y de sosiego.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En preparación y oración, los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando los Cielos anuncian la última hora de la salvación para un planeta, las almas que habitan en él tienen una opción: entregarse al abismo del mundo y negar la perfección que existe en su interior o vencer definitivamente las dudas y los miedos que les impiden estar plenas en su misión espiritual.
Comprendan que las trompetas que suenan en lo más alto del Cielo anuncian la hora para que dejen de lado la mediocridad y comiencen a ser colmados completamente por el Espíritu de Dios.
En cada instante de sus vidas, deben recordar que ya es el momento de dar un salto en la vida del espíritu.
Vivan cada día como si fuese el último, como si estuviesen delante de la última oportunidad de perdonar, de reconciliarse con el prójimo, de prestar aquel servicio que nunca pudieron ofrecer, de renunciar a los vanos placeres y gustos que siempre estuvieron en sus vidas como pequeños impedimentos y que hoy se volvieron grandes, porque no les permiten llegar a la meta de sus consciencias.
Ha llegado la hora de que asuman la vida universal con la plena consciencia de que están en la escuela de la cristificación para todo el universo, y de que vivan siendo consecuentes con la oportunidad que se les entrega.
Por un instante, piensen que están en el momento culminante de sus vidas. Piensen que, en el cosmos infinito, la Creación espera que retornen con la experiencia del Cristo Vivo en el
propio espíritu.
El universo aguarda que de su Rey Universal provenga una raza que pueda cambiar completamente la Creación de Dios y permita que todas las criaturas que no tuvieron la oportunidad de estar en este mundo vivan los códigos crísticos de amor y unidad.
Ustedes vinieron a este planeta para aprender a no vivir para sí, sino para el prójimo. Esta es la esencia del aprendizaje en la Tierra: entregar todo y padecer todo por la evolución y por el crecimiento de los demás. Y, sin embargo, hasta ahora, solo dejaron crecer el orgullo y el egoísmo que trajeron del universo y que solo les permite actuar nada más que para sí mismos.
Cristo les dejó el ejemplo. Él no vino al mundo para ser un rey. Él se convirtió en Rey porque fue capaz de abandonarse por amor a las criaturas de Su Padre. Cristo vivió en sí el Amor de Dios por Su Creación. Fue por la evolución de toda la Creación Universal que Él entregó Su Vida y sigue entregando todo de sí, aun estando en Espíritu de Divinidad.
Mis queridos y tan amados compañeros, llegó la hora de crecer abandonando el antiguo vivir y abriéndose a lo nuevo, a las virtudes espirituales, al verdadero ser, al amor, a la unidad.
Si son soldados de un ejército de paz, vivan la paz, vivan elamor, vivan la fraternidad.
El Plan de Dios Altísimo se cumplirá, y eso se dará con el esfuerzo de ustedes y con la valentía para que se conviertan en nada, para que sean colmados por Dios.
Les dejo Mi paz y Mi bendición de despertar.
Su compañero de todas las eras,
San José Castísimo
Que Mi Águila de Luz derrame los poderosos rayos de Mi Corazón, rayos que permitirán iluminar el camino de las buenas almas, almas que deben alcanzar, al igual que ustedes, la redención.
Que Mi Águila de Luz irradie los códigos de la rehabilitación a las naciones y a los pueblos; y cuando vean pasar el Águila de Luz por cada lugar, los corazones puedan reconocer la filiación con Mi Corazón.
Águila blanca, en tu vuelo, tú existes para recordar que el Santo Espíritu de Dios pertenece a todo corazón que lo invoque para vivir su transformación.
Águila de Luz, tú existes para elevar a tus hijos hacia Dios y para recordarles el Mensaje salvador de Cristo.
En tu interior, Águila de Luz, guardas a los redimidos que, como tantos otros siervos Míos, pudieron ver claramente las pisadas de Cristo y así has reunido en Tu purísimo Espíritu a cuantos hoy celebran contigo la redención.
Que tu andar, por cada espacio, deje brillando la alegría de reencontrar a Dios, así como la estrella marca en el firmamento su infinita Presencia.
Águila de Luz, eres el espíritu de las divinas obras; eres en humildad la ofrenda verdadera del Plan de Dios al planeta.
Nunca te canses de volar, Águila de Luz, pues detrás de ti aún caminan los buscadores de tu luz; llévalos a todos hacia el Reino de Adonai para que se unan al Amor del Universo.
Águila de Luz, a tu paso, deja grabado el Rostro luminoso de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Hoy bendice toda esta misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la paz en los corazones de los que siguen a Dios sea la señal visible de Su Sagrada Presencia en el mundo.
Que la fraternidad y el amor entre hermanos, unidos por un mismo propósito evolutivo, sean el motivo de inspiración y de entrega para los que no saben en qué dirección caminar.
Que la unidad con Dios, alcanzada por medio de la oración y plasmada en todos los instantes de la vida, sea la luz que ilumine los ojos de los que caminan en la oscuridad.
Que la comunión con los Reinos de la Naturaleza, el cuidado y el amor para con esos hermanos menores sean el ejemplo para los corazones humanos que perdieron la esperanza de encontrar un mundo nuevo.
Que el amor al Plan de Dios sea mayor y más fuerte en el corazón de Sus compañeros que los propios planes y las tendencias humanas.
Que la aspiración a la constante transformación en Cristo impulse a los seres para que cada día no sean más los mismos y para que se aproximen a Dios, por medio del propio mundo interior y también por su conducta en la vida material.
Que la Nueva Humanidad no sea solo una profecía para los corazones que siguen a Dios: que sea una meta para ser alcanzada en vida, con el esfuerzo, la oración, el amor y la persistencia en la Verdad.
Queridos compañeros de Mi Casto Corazón, si creen en Mis palabras y tienen fe en la presencia de los Sagrados Corazones, jamás pierdan la oportunidad de ser otros y de caminar hacia el cumplimiento del Propósito Divino.
Les pido que, más que anunciar Nuestra presencia con palabras, la anuncien con la propia transformación. Los seres de este mundo necesitan de ejemplos para seguir, aunque ustedes
permanezcan en silencio.
Si quieren que el Plan de Dios se establezca en el mundo, nunca adoctrinen sobre algo que no viven. Antes de llevar la Buena Nueva de los Sagrados Corazones, al menos intenten, todos los días, vivir
Nuestras palabras. Yo les aseguro que, si así lo hicieren, su ejemplo de fraternidad, de caridad, de perdón y de reconciliación, llegará más lejos de lo que llegaría si estuviesen difundiendo durante años una palabra que no encontró vida en ustedes.
Yo los amo y los impulso a la vivencia de la Voluntad de Dios.
San José Castísimo
Bienaventurados los que guarden en sí el Reino de Dios y hagan de la propia consciencia el tabernáculo para las nuevas semillas de la sagrada humanidad.
Mis queridos:
Una vez más les pido que, en la unidad de la consciencia humana, ofrezcan sus esfuerzos y sacrificios, sus conquistas y transformaciones a todo el planeta.
Hoy su Madre, María, toca el suelo de una nación muy lastimada y herida por el ansia del poder humano. En los planos espirituales, Colombia aún padece los errores cometidos en el pasado y muchas almas viven sin paz por las consecuencias de todo el mal que causaron los primeros colonizadores a los pueblos originarios.
Esta, Mis amados, es la realidad de la gran mayoría de las naciones del mundo que, por falta de luz y de perdón, siguen padeciendo las acciones maléficas que someten a las almas durante siglos, sin que puedan comprender lo que viven. Por eso es tan importante que los Mensajeros Divinos puedan llegar al mayor número posible de naciones, principalmente de América, que necesita ser liberada del pasado para que viva el nuevo futuro.
Hoy les digo esto porque, como compañeros y siervos de Dios en este mundo, ustedes deben conocer esas realidades y saber que no sólo Medio Oriente padece por la astucia del adversario, sino que muchas otras naciones viven situaciones de una oscuridad deplorable, sin que los ojos humanos perciban la gravedad de la situación en que se encuentran las almas.
Sepan que el mundo sufre mucho más que crisis sociales. Ustedes están transitando por una crisis espiritual definitiva, en la cual tienen toda la ayuda de Dios para que la Luz se establezca en el mundo y sea vencido el terror del caos. Solo deben ser más conscientes y saber que lo más importante, hoy, es orar y trabajar para que el Plan de Dios se manifieste. Trabajar para eso, Mis queridos, es transformarse constantemente, dejando al viejo hombre para descubrir el verdadero arquetipo humano y, así, ser lo que Dios espera de Su Creación en este mundo.
Yo los amo y los concientizo de la realidad planetaria para que sirvan más y mejor todos los días de sus vidas.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Mientras sus vidas conocen los aspectos de la transformación, la oración del corazón cada día los hace más libres de sí, sin dejar atrás la sagrada oportunidad de purificarse.
Queridos hijos, el cambio en la consciencia se irá concretando en el transcurso de vuestra redención ante el Reino de Mi Hijo. Si piensan que no lo conseguirán, perderán la esperanza de que verdaderamente sus consciencias ya son otras.
No se puede evolucionar estando siempre en el mismo lugar, estancado espiritualmente; quien vive la oración como pauta se va autoconociendo y conociendo a los demás, sin dejar de percibir que el sagrado propósito viene y desciende para todos los corazones.
Cuando de una vez y para siempre, ustedes, Mis hijos, dejen que Cristo conquiste sus vidas y sus corazones, ya no deberán pensar en nada más, porque verdaderamente será Cristo quien tendrá reposo en sus internos.
Para que Jesús tenga un lugar en sus vidas, la casa interior debe estar limpia y arreglada y todo lo que no sirve más ser retirado. Queridos hijos, ¿por qué se resisten?
No tendrán nada que perder, vuestra felicidad se encuentra en el Corazón del Padre Celestial, el que todo el tiempo es olvidado por las almas del mundo.
Un Gran Espíritu viene a auxiliarlos en este tiempo, una poderosa llama viene para iluminar sus caminos: es Jesús Cristo, Vuestro Señor, que llega a este mundo en Divinidad y Alma para sacarlos de la prisión y abrir las puertas al Amor de Dios.
Síganlo ciegamente y confíen, vuestra rendición recién comienza y aún hay mucho por hacer, vuestra cura está próxima.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Hijo de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para que sean los que abren las puertas del mundo a la existencia de una Nueva Humanidad por medio de la difusión de los principios divinos expresados en las Palabras de los Mensajeros de Dios, primero deberán ser difusores de la transformación, por medio de la conversión de las viejas costumbres humanas en principios celestiales y universales.
¿Cómo hacerlo?
Siendo aquello que aspiran a encontrar en el prójimo, porque la verdadera aspiración de la manifestación de una Nueva Humanidad ya existe en el corazón de todos los que en estos tiempos están despiertos, despiertos para cumplir la Voluntad de Dios.
Es de esa forma como podrán buscar en su interior las aspiraciones más puras sobre cómo debería ser el mundo y cómo deberían ser los seres, y transformar esa aspiración en vida, por medio de la vivencia de todo eso.
No se apeguen a lo que fueron ni a lo que son. Permítanse desconocerse, y por más que a veces sientan que no son ustedes los que actúan, piensan y sienten, que lo que son no es algo verdadero, no importa. Al principio parecerá difícil. Encontrarán muchos personajes y perderán otros; pero en la búsqueda permanente de la transformación, el alma se encargará de conducirlos a lo que en verdad son y que, a veces, está tan distante de aquello que la mente pueda imaginar.
Mi Corazón viene hasta aquí para ayudarlos, para guiarlos en este camino, que es largo, aunque simple, y podrá ser más largo o menos, dependiendo del coraje y de la determinación de cada uno.
Quiero que sepan que todo lo que hagan, no importa lo que sea, debe hacerse en pro de la humanidad. Ni siquiera las transformaciones personales deben ser buscadas solo para sí mismos, porque correrán el riesgo de pensar que se pierden de sí, cuando en verdad estarán perdiéndose de Dios, en la ilusión de que están atentos a su propio proceso evolutivo.
Sepan, compañeros, que la esencia de la humanidad está en poder ser fraterna y simple en todo y, así, encontrar el verdadero amor. Por eso, nunca caminen para sí mismos, nunca tengan proyectos propios, nunca tengan una aspiración personal que no sea la de no aspirar a nada, para que se haga como Dios deseó para todas Sus criaturas.
Yo los amo y los bendigo en la misión que el Señor les encomendó.
Confíen en el Poder de Dios en sus vidas, porque Él triunfará delante de todas las imposibilidades de los seres humanos, siempre y cuando se permitan amar y transformarse por Él.
Paz y compasión a todos los que aspiran a llegar a la meta.
San José Castísimo
Aprendan a sentir en el propio corazón los dolores del mundo y a hacer suyo el padecimiento del Sacratísimo Corazón de Dios.
Contemplen en sus corazones la Creación y todo lo que ella manifiesta, cómo se expresa en el universo. Contemplen la perfección y la armonía de la naturaleza, del sol, de los ciclos de la Tierra. Sientan en sus corazones el potencial de la Perfección Divina que está latente en su interior. Pregúntense todos los días ¿cuál es el camino para manifestar ese potencial?
Quisiera que en el corazón de los seres humanos el amor a la Creación Divina fuese mayor que el amor a la creación humana, pero ustedes están mucho más aferrados a lo que proviene
de sus propias ideas que a lo que proviene del Pensamiento Divino.
Los seres humanos aprendieron a amar y a admirar lo que fue creado por su limitada mente, y el orgullo adquirido fue tan grande, que quedaron presos de la propia pequeñez, en mezquindades, y no pudieron amar algo superior ni siquiera creer en su existencia.
Con pesar en Mi Corazón, les digo que muchos no se transforman porque no creen verdaderamente en la existencia de Dios, de su Plan, ni en la de Sus Mensajeros. Las consciencias observan el caos y el mal avanzando en el mundo y prefieren pensar que siempre fue así; o se aíslan en los pequeños problemas y en las preocupaciones de sus vidas para no percibir que la verdadera barca que se está hundiendo no solo es en Medio Oriente, sino en el mundo entero.
Es la consciencia humana, Mis queridos, que se está sumergiendo cada vez más en lo profundo de la oscuridad. Y cuando los tiempos necesitan verlos más despiertos y preparados, entregados y con fe en lo invisible, ustedes se están escondiendo de la verdad y sumergiéndose más y más en la ilusión, para no percibir que los tiempos finales ya llegaron.
El Cielo siempre agradecerá sus oraciones y, con el poco esfuerzo de todos los seres, intentará retirar el peso de la balanza de la Justicia, que se inclina hacia la desaparición de la humanidad.
Ustedes, compañeros, son células vivas del Corazón de Dios, por eso es tan grande Su pesar por este mundo.
El proyecto del Creador es perfecto y ya todo les fue entregado para que puedan vivirlo, pero ustedes necesitan decidirse y levantarse de la cama en la cual duermen en ilusión todos los días, para actuar en pro de la humanidad.
Yo los amo; por eso, les advierto.
Son tiempos de emergencia; ya es hora de despertar.
Si caminan a Mi lado y escuchan Mis palabras, así como todas las palabras de los Mensajeros Divinos, ustedes se darán cuenta de que ya tienen todas las llaves para abrir la puerta hacia una Nueva Humanidad.
Que permanezcan en paz, pero siempre atentos y vigilantes, despiertos y listos para vivir la transformación.
Yo los amo y los bendigo.
San José Castísimo, por el despertar de toda la humanidad
Para comprender la realidad planetaria, es necesario que el alma, el espíritu y los cuerpos materiales se dispongan a la transformación, porque la incomprensión de la verdadera realidad del mundo en el cual viven es un artificio de la mente y, a veces, del alma que no quiere abandonar las cosas superfluas y superficiales.
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
La imposibilidad que muchos sienten de responder a la urgencia de los tiempos, con una consciencia real de la situación de la humanidad, es causada por la no adhesión de ciertos aspectos del ser al Propósito Divino.
Deben meditar de corazón en lo que les digo y buscar aquellos espacios de la consciencia que aún aspiran a vivir su propia voluntad e insisten en responder a los estímulos de la vida material, por el placer y la comodidad que ocasionan a los cuerpos.
Busquen un camino de santidad verdadera; sigan los ejemplos dejados para el mundo por aquellos que hoy los guían en los planos internos del planeta.
Les pido que reflexionen un poco más profundamente sobre sí mismos y que se encaminen hacia una definición en todos los aspectos de la consciencia.
Encuentren aquellos espacios oscuros del propio ser que aún necesitan que el espíritu los ilumine y, sin miedo, angustias ni preocupaciones con lo que encontrarán, solo encamínense con
madurez hacia la transformación.
Ya saben lo que deben dejar de hacer. Si ustedes están en duda con respecto a los pasos que deben comenzar a dar, entonces no den aquellos que saben que los llevarán por caminos que no son los de Dios.
Sepan, queridos, que el Creador cuenta con muy pocos. Con madurez, asuman la responsabilidad de formar parte de esos pocos que tienen la posibilidad de responder a Dios y entréguense sin demora a Su Divina Voluntad, que es perfecta para cada uno de ustedes.
Con pocas palabras, les digo lo que necesitan escuchar.
Que Mis instrucciones se tornen vivas por medio de sus corazones, de sus almas y de sus espíritus.
Les dejo Mi bendición paternal.
San José Castísimo
Hoy solo les pediré que intenten, todos los días, vivir el Propósito Divino; que intenten ser mansos de corazón, puros de intención y verdaderos en su camino.
Intenten, todos los días, vivir la fraternidad y el amor; reconocer en el prójimo la presencia de Dios y, así, ser humildes delante de todos.
Les pido que intenten pensar un poco menos en sí mismos y cada día dejen de hacer algo que sea una prioridad personal para servir al prójimo.
Intenten amar más a los Reinos de la Naturaleza, observarlos, aunque sea por un breve instante, todos los días, dejando que el alma se inspire en ellos.
Les pido que intenten orar de corazón, conversar con Dios, y delante de Su Altar Celestial, ofrecerle lo mejor que hay en su interior, para equilibrar las faltas de la humanidad.
Intenten encontrar en los más perdidos un corazón necesitado de paz.
Intenten disolver el odio de sus corazones, como también la ira y el rencor. Comprendan que todos se equivocan por ignorancia, y que el amor, el perdón y la reconciliación son capaces de curar cosas que ustedes desconocen por completo.
Intenten, todos los días, olvidar el pasado, no para que sean indiferentes a todo lo que vivieron ni para olvidarse de aquellos que los acompañaron en otros tiempos. Olviden el pasado para liberar el espíritu, para que vivan algo nuevo. Olvidar el pasado es liberar la mente, las emociones y el corazón de todo lo que pasó. Los aprendizajes y recuerdos permanecen en la consciencia, pero el espíritu se libera, con la certeza de que aquello que es real aún aguarda su despertar.
Queridos compañeros, hoy les pido que intenten ser más simples de corazón. Intenten aceptar las correcciones de la vida e inmediatamente enderezar sus caminos, sin temor, sin rencor, pero con mucha paz y gratitud por dar pasos en sus vidas.
Les pido que intenten amar más la Creación de Dios, Su Plan y la grandeza de Su Propósito para este planeta. Intenten dejarse permear por la Misericordia y por el Amor de los Mensajeros Divinos.
Si intentan todos los días vivir un principio superior, el Cielo escuchará sus corazones y, en el primer paso que den en la dirección correcta, Dios se encargará de hacerlos llegar a Su Divina Meta. El secreto está en nunca dejar de intentar y perseverar todos los días, aunque caigan y se levanten innumerables veces.
Intenten, hoy, sentir Mi Casto Corazón y hagan de la bendición que les entrego todos los días el impulso perfecto para su elevación y transformación permanente.
Yo los amo y los bendigo siempre.
San José Castísimo, en el eterno intento de llevar a la humanidad al Corazón de Dios.
Hijos del Dios Altísimo:
La agonía del mundo no terminó, y el Corazón de Cristo sigue siendo flagelado todos los días por las acciones injustas de la humanidad. Abran los ojos y vean a su alrededor que el Apocalipsis se precipita en el mundo. Transformen sus vidas, vivan del bálsamo de la oración y den de beber de esta agua de vida, que es la unión con Dios, a las almas sedientas y desamparadas.
¡Que la humanidad escuche el llamado definitivo de los Mensajeros de Dios! Que todos aquellos que se consideran despiertos y conscientes caminen a grandes pasos en su transformación.
¡No pierdan más tiempo con las mezquindades de la vida! Reconcíliense con aquellos que no les permiten vivir en el espíritu de la paz. Amen a sus enemigos y que estos ya no existan entre hermanos de una misma raza, unidos por un único Propósito Divino.
Perciban que ustedes ya están transitando los últimos tiempos del planeta y que ya no es hora de pensar en sí mismos, ni de concretizar planes ni aspiraciones personales. ¿De qué les valdrá construir un proyecto de una vida material si aquellos que no se sustenten en la fortaleza del espíritu desaparecerán en medio de la tormenta del caos y del mal?
Queridos compañeros, les hablo con palabras claras porque naciones enteras se están perdiendo por el avance de la oscuridad. ¿En dónde están los soldados de Dios? ¿Qué están haciendo los que se comprometieron con Cristo?
Ya no es hora de emociones ni de entrega a medias. Oren con el corazón, con el espíritu y vivan como verdaderos discípulos de Cristo. Demuéstrenle al mundo que hay una única salida para la tribulación en que vive el planeta, y esa salida es el Corazón Infinito de Dios.
Ustedes fueron traídos hasta aquí, hasta este mundo, para vivir el amor y el perdón; entonces, vívanlo. Mi corazón de padre les advierte, porque, en el Cielo, el Creador aguarda la respuesta de los seres humanos para darles nuevas indicaciones sobre el desarrollo de Sus Planes.
No permitan que el tesoro más precioso del universo se pierda. Ustedes aún están a tiempo de corregir los errores de sus vidas, pero sean rápidos y estén dispuestos a responder al llamado de los Mensajeros de Dios.
Oración, conversión y fe es todo lo que el mundo necesita.
San José Castísimo, en la conducción de las almas para los tiempos de definición y entrega.
Ingresa en la plenitud de Dios, que existe en tu corazón, y jamás pierdas la esperanza de alcanzar Su Propósito.
Cuando estuve sobre la Tierra como José de Nazaret, el caos de Mi época y la ignorancia de los que Me rodeaban, Me llevaron a buscar con mayor asiduidad el Espíritu Divino. En Mi búsqueda, comprendí que Yo debería ser el motor para la elevación y la transformación de todos los que convivían Conmigo.
Era la propia fe que habitaba en Mi interior la que, por sí sola, tocaba los corazones de los hombres y los llevaba a preguntarse internamente cuál era el misterio que se vivía en aquella Familia y si no era el mismo Dios en persona que estaba entre Ellos.
Sepan que Dios mismo está entre ustedes, y que deben anunciar esa gracia en el silencio de su transformación y en la vivencia de los sagrados atributos que el Señor infundió en sus consciencias.
Que todas las almas que se aproximen a sus seres sean impulsadas a buscar lo Divino y, aunque aún no conozcan muy bien el foco de su búsqueda, sientan que ella los conduce hacia lo Alto, hacia el Universo, hacia el Infinito.
Ustedes viven hoy, como grupo, una de las mayores gracias entregadas a la humanidad.
El espíritu del Amor debe hacerse carne en cada uno de los que acompañan a los Mensajeros Divinos y, de esa forma, ese Amor se expandirá a toda la humanidad.
Cada paso que den, a lo largo del día, ustedes deben ofrecerlo a Dios, conscientes de que muchas esencias dependen de ese despertar y del camino evolutivo que están recorriendo.
Beban de la Fuente de las Palabras Divinas de Cristo y colmen sus seres con la certeza de que Él es quien las pronuncia. Déjense moldear y madurar por los impulsos espirituales de María y consagren, poco a poco, toda la consciencia a lo Divino. Sumérganse en la simplicidad de Mis palabras y hagan de ellas un manual para la vida sobre la Tierra.
Sean simples de corazón y nunca se cansen de buscar el espíritu de la simplicidad. Solo de esa forma cruzarán los Portales Celestiales con la humildad de un niño.
No pierdan la fe y confíen en la imprevisibilidad del corazón humano. Busquen el potencial que desconocen de sí mismos y, en oración y reflexión, develen los misterios del proprio mundo interior.
Les dejo Mi paz.
San José, su padre y guardián para estos tiempos
La esencia del silencio es, en verdad, el acto de silenciar las propias aspiraciones. Aquí se encuentra la clave para la ascensión tanto del espíritu como de la materia.
Mientras cada uno de los diferentes aspectos del ser busque la propia satisfacción y conquista, ustedes jamás conseguirán cumplir con perfección la meta espiritual de sus almas y de sus espíritus.
En estos tiempos de purificación, dispónganse interna y conscientemente a purificar las intenciones más profundas de todos los aspectos que componen su ser.
Construyan con la oración una fortaleza que soporte, con amor, serenidad y paciencia, el encontrar las mil resistencias que surgirán del inconsciente. Dispónganse a conocer la raíz de todos los movimientos que no consiguen transformar y, con mucha calma, iluminen, con el poder del verbo que se eleva a Dios, esos espacios de la consciencia.
La oración es la llave de muchas puertas, no solamente para la salvación de las almas, sino también para prepararlos para todo lo que deberán vivir dentro y fuera de sí, en un futuro próximo.
Si oran de corazón y se disponen a la transformación, todo les será posible. No les digo que sea algo fácil de vivir, porque la peor batalla es la que se vive consigo mismo; sin embargo, no será imposible y, con un poco de valentía y persistencia, estarán aptos para vivir batallas mayores y ayudar a otros que aún no comenzaron a recorrer el camino del espíritu.
En tanto no purifiquen las intenciones, todas las virtudes que viven son pasajeras, como el silencio, la humildad, la caridad y aun la fraternidad, porque en el fondo de todo esto habrá siempre una intención propia que debe ser purificada.
Cuando descubran las raíces de las propias imperfecciones, podrán actuar, sentir y respirar siempre para Dios y en función de Su Plan. Es a partir de ahí que todo lo que hagan se tornará verdadero y las semillas de una Nueva Raza, que obedecen plenamente a Dios, comenzarán a germinar en el mundo.
Por esta razón, Yo los animo a no alarmarse con lo que encuentren en sí mismos. Al contrario, den gracias al descubrir un aspecto imperfecto, porque irán un paso adelante en la manifestación de la Nueva Raza.
Aprendan a vivir la propia transformación con mucha simplicidad y sin grandes angustias, como quien cura una gran herida, limpiándola todos los días. Y aunque sientan dolor o, a veces, exhale un mal olor o pase por una inflamación, en algún momento la herida cicatrizará. Cuanto más paz y cuidado hubiere, más rápido el propio cuerpo, fortalecido por el poder de la oración, la cicatrizará.
Yo los bendigo y los conduzco al descubrimiento de sí mismos y a la pacificación interior ante cualquier circunstancia de la vida.
San José Castísimo, siervo paciente y humilde de Dios
La purificación del alma y de todo el ser, conforme a la Ley de la Armonía, se asemeja a un manantial inagotable de agua.
Ese manantial vive tiempos permanentes de transformación, su ritmo es continuo y por eso cada momento es imborrable.
El agua es casta y pura, pero el manantial vive su camino de purificación cuando se encuentra con todo lo que es superficial.
De esa forma sus corazones, que a imagen de Dios son purísimos, reciben todos los aprendizajes para poder crecer y madurar.
Ese manantial vive sus transformaciones y ustedes también viven el tiempo de sequía, el tiempo de abundancia y el tiempo de equilibrio, pero nunca dejan de purificarse hasta que alcanzan la paz.
Yo soy ese caudal que los conduce por nuevos caminos. Yo soy la Madre de todo lo creado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al principio de la pureza original,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Madre de los siete colores del universo. En Mi Manto se dibuja la fusión eterna entre los Rayos y sus vibraciones universales que dan vida y forma a toda la Creación.
Mi Consciencia se expresa a través del Rayo Blanco que manifiesta la esencia de la Pureza y su máxima expresión se alcanza en los corazones que se donan a la transformación total de sus vidas.
El Rayo Blanco concentra la síntesis divina de todos los demás y así adquiere un poder de transformación desconocido por el mundo. El Rayo Blanco es la expresión positiva de la bondad y de la donación de todo lo que aspira a alcanzar la iluminación interior.
Yo soy la esencia del Rayo Rosa, Mi Consciencia expresa el Amor por todo lo creado y lo acepta plenamente como filiación de las criaturas con Dios. El Rayo Rosa tiene su máxima expresión a través del Amor puro; por eso, conociendo el poder del Rayo Blanco y uniéndolo al Rayo Rosa, el efecto del Amor se vuelve capaz de transformar lo que parece imposible de ser transformado.
A través del Rayo Rosa, el atributo de la compasión permite a la humanidad poder reconocer a Cristo como el Maestro y Señor. El Rayo Rosa es capaz de colocar una situación espiritual en otra escala; y así este Rayo ayuda a concretar la misión de cada alma, de poder vivir en el Amor de Dios. El Rayo Rosa es el color universal que promueve la paz, a través de este Rayo todo se vuelve más suave y armonioso.
Yo soy la Madre en la esencia del Rayo Verde, porque expresa la armonía de servir al semejante y así establece su principio de cura por medio del equilibrio que puede expresar en la vida material.
El Rayo Verde reúne la síntesis profunda del alineamiento y es el principal Rayo que promueve espiritualmente la esperanza. Es el Rayo que no permite ni deja apagar la aspiración de vivir la transformación, porque concreta, a través de su armonía, todas las misiones que las criaturas se proponen vivir. Este Rayo Verde atrae la Voluntad de Dios de una forma neutra, es decir, que permite vivir la Voluntad en equilibrio, serenidad y paz.
Yo soy la Madre del Universo en la esencia del Rayo Azul, que atrae hacia todo el universo la fuerza divina para concretar la aspiración de vivir la Voluntad de Dios. Este Rayo Azul es capaz de concentrar a las almas en un mismo propósito. Es un Rayo regente, es decir que crea condiciones favorables para que las criaturas y las formas se vean motivadas a cumplir en armonía cada aspiración interior.
El Rayo Azul reúne la Voluntad ampliamente para que ella sea vivida de una forma consciente, y al mismo tiempo, profunda y en equilibrio. El Rayo Azul es capaz de ayudar a vivir la aceptación de los nuevos tiempos y también a desbloquear el camino que puede estar limitado por las acciones contrarias o por desafíos inminentes. Él permite hacernos sentir confianza en el Plan de Dios.
Yo soy la Madre en la esencia del Rayo Oro-Rubí porque a través de él todo se vuelve posible y la consciencia puede ampliar su amor por el conocimiento para que finalmente lo pueda vivir.
El Rayo Oro-Rubí manifiesta la esencia fundamental de la Divina Sabiduría; es a través de este Rayo que el universo lleva adelante la concreción del Divino Pensamiento, y así las criaturas y las formas creadas por Dios toman vida, vibración y energía por la acción de este Rayo Oro-Rubí.
La Mente Divina se expresa a través de este Rayo, expresa todo lo que fue creado. El Rayo Oro-Rubí impulsa la manifestación de la vida y permite que la vida se torne sagrada. Este Rayo capaz de llevar adelante la proyección de la Sabiduría en todo lo que existe. Este Rayo puede expresarse de siete formas diferentes, ya que el Conocimiento Divino se derrama para que todos alcancen la realidad del pensamiento creador. Él se puede mostrar en las almas que son guardianas del conocimiento universal.
Yo soy la Madre en la esencia del Rayo Violeta, porque manifiesta la transustanciación de todas las formas. Es a través del Rayo Violeta que todo se transfigura en algo positivo.
El Rayo Violeta es capaz de cambiar principios complejos por estados sublimes. Su acción principal se concentra en el Fuego Divino que para realizar el intercambio de las formas y de las criaturas. Este es un Rayo que se manifiesta en todo lo que es transmutado y elevado hacia un estado superior.
El Rayo Violeta es el principal principio que actúa en la liberación de la humanidad durante el ciclo de la transición.
Los Rayos viven y actúan a través de la esencia materna de su Madre Celeste, son Principios Divinos, pero al mismo tiempo son Leyes de expresión de la Consciencia Divina.
La consciencia fundamental de los Rayos surge como manantial de la Fuente de la Consciencia Única y desde allí; todo el universo, del cual ustedes también forman parte, recibe la influencia positiva de estos Principios, que también se manifiestan a través de los Dones del Espíritu Santo.
Es así, queridos hijos, que están siendo llamados no solamente a la purificación, sino también a la consciencia divina de los Rayos, que son la expresión de la vida universal. Yo soy la Madre en la esencia de los Rayos, quien vive en Mí, vive en los Rayos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Este Divino Conocimiento es para los que quieren autoconocerse y transformarse en aquello que nunca fueron.
Los une al principio de los Payos de la Creación,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más