- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi silencio reverencia este momento, porque no pueden perder ningún instante de él.
Mi silencio les abrirá la consciencia para que, una vez más, los códigos de la redención ingresen en sus almas, en lo más profundo de sus espíritus, para que participen Conmigo de este sagrado momento de celebración y de Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre; momento en el que, así como lo fue en la Última Cena, los infiernos se paralizarán, las almas serán rescatadas por la autoridad que el Padre Me concedió.
Hoy, dedico este importante momento a todas las madres de los consagrados, que entregaron a sus hijos a Mí, sin saber si este camino de consagración se cumpliría.
En nombre de todas las madres de los consagrados a esta Orden, pido en este momento que las madres de los consagrados, que estén presentes en este lugar, se acerquen a los pies de este escenario y enciendan una vela que Yo les consagraré.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden acercarse.
Estas son las madres, entre tantas otras, que le han confiado lo más preciado que tienen al Sagrado Señor, renunciando a la vida que les ofrece el mundo, para que sus hijos e hijas pudieran conocer la vida del espíritu.
He aquí las madres que dieron su vida por ustedes, consagrados, para que hoy todos ustedes estuvieran aquí escuchando al Señor. Porque un buen hijo nunca podrá vivir sin su madre, porque la madre es el amparo de Dios para que todos los hijos caminen seguros hacia el encuentro del Sagrado Corazón del Señor.
Cuánto las manos y los pies de sus madres tuvieron que trabajar para llevar el alimento a la mesa, para tener qué comer y que pudieran crecer fuertes, alimentados principalmente por su amor maternal, para que algún día, como hoy en este día santo, estuvieran ante el Señor.
Por eso, les pido a todos los hijos e hijas de la Tierra que recuerden con amor a sus madres, que se perdonen, que se reconcilien y sobre todo que se amen, para que la Santísima Madre de Dios hoy sea glorificada en el Cielo y en la Tierra; así, como en Su más profundo silencio y anonimato, la Esclava del Señor fue glorificada en cada paso del Calvario, por su fidelidad y obediencia a Dios al entregar, sin nada a cambio, a lo que más amaba en Su vida, a Jesús.
Hoy, sus madres ya entregaron lo más preciado que tienen. ¿Lo sabían?
Conozcan así, la verdad que se oculta en la realidad, a los ojos de lo que parecería aparente.
Por eso, vengo a bendecir estas velas y con Mi Espíritu vengo a encender esta llama, para que las madres sigan orando por sus hijos e hijas de la Tierra y, especialmente, por los que se consagraron a Cristo para alcanzar la santidad que justifique los graves errores del mundo, de toda la humanidad, así como muchos santos y bienaventurados lo hicieron a lo largo de los tiempos.
En lo que es imperfecto, Dios se hace perfecto. Esta es la esencia del Amor de Dios.
Por eso, llamé a las madres de los consagrados y consagradas para que, al igual que la Santísima Madre y las santas mujeres, acompañen de cerca y de corazón este momento de Comunión y de ordenación sacerdotal; para que recuerden que todo lo que Me den, especialmente sus familias y seres queridos, Yo todo cuidaré para que las almas puedan vivir Mi Voluntad; así, como las santas mujeres entregaron a sus esposos y apóstoles para que siguieran el camino de Cristo, en el apostolado y en el sacerdocio; para que así, Dios fuera glorificado.
Así, como Dios es glorificado en los Cielos, Dios es glorificado en cada alma que se consagra y se ordena, más allá de la imperfección de la vida, o incluso del pecado, porque Dios tiene el poder de transformar todo a través de Su Amor; así, como sus madres hicieron crecer a sus hijos e hijas para que alcanzaran la Dignidad de Dios en toda la vida consagrada, en todas las familias.
Celebremos esta Santa Eucaristía en la compañía especial del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, que vuelve hoy a ser víctima de los pecados del mundo, para que todos alcancen la liberación y la reconciliación con la Ley, en esta amnistía espiritual que les otorgo.
Así, los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Acompañemos al Señor en esta celebración.
Vamos a comenzar entonces, junto a Nuestro Señor, Jesucristo, a revivir y a recordar este momento importante de la Última Cena; en el que, a través del pan y del vino transustanciados, Nuestro Señor se entrega a nosotros para nuestra redención.
Después de que Nuestro Señor, Jesucristo, reunido con Sus apóstoles, como humilde siervo fiel de Dios, lavó los pies y las manos de Sus compañeros para que purificaran sus intenciones con las sagradas intenciones de Dios y vivieran, a partir de ese momento de la institución de la Eucaristía, la ordenación sacerdotal y el apostolado de Cristo en la Tierra; siendo así, embajadores de la paz y de la Palabra Divina, del anuncio de la Buena Nueva.
Fue así que Jesús, llamando a Sus compañeros a la santa mesa donde el Cordero Pascual sería inmolado, tomó entre Sus Manos el pan en acción de gracias y en sacrificio lo elevó a Dios, pidiéndole al Padre Eterno que transustanciara el pan en Su Glorioso Cuerpo, a través de la intervención angélica.
Después, Jesús partió el pan para poder compartirse con todos los Suyos, y lo pasó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos, así como los santos ángeles, en este momento, reverencian la presencia del Cuerpo de Cristo.
Y, en esa noche santa, antes de finalizar la cena y de que Nuestro Señor partiera hacia el Huerto Getsemaní, donde viviría Su agonía en el más profundo silencio, Cristo amplió Su oferta por la humanidad y el mundo entero, a través de la transustanciación del vino en Su Divina y Preciosa Sangre.
Fue así, que tomó el Santo Cáliz entre Sus Manos y lo elevó a Dios, pidiéndole al Padre Eterno que convirtiera el vino en Su Preciosa y Divina Sangre, a través de la intervención angélica.
Enseguida, Jesús se lo pasó a sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne al mundo”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos la presencia de la Preciosa Sangre de Jesús, así como los ángeles reverencian este momento.
Nos colocamos de pie.
Unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Fuente de toda inspiración, amor y cura; unidos a los ángeles, arcángeles, bienaventurados y santos que están en el Cielo y en la Tierra; unidos a nuestros ángeles de la guarda y a todos los seres de buena voluntad; vamos a consumar esta consagración para que los códigos crísticos se hagan presentes y desciendan en las almas.
Haremos esta consagración a través del Padre Nuestro en arameo, cantado.
Que la Paz, el Amor y la Misericordia de Cristo desciendan a la Tierra.
Con la misma fe del centurión, oramos:
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Cristo nos dijo: “La Paz les dejo, Mi Paz les doy”.
Que Nuestro Señor no mire nuestros pecados, sino la fe en Su Presencia. En fraternidad y hermandad nos damos el saludo de la paz, la Paz de Cristo.
Y anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo entero con Cristo.
Las madres de los consagrados van a comulgar y también las madres de la Orden. Se pueden acercar.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti;
guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y después de esta Santa Comunión, vamos a prepararnos para la ordenación sacerdotal y luego para el Sacramento de este día.
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"¿Cuánto ya aprendiste a caminar libre de ti mismo en este desierto?
¿En esta Cuaresma, conseguiste reconocer tu verdadero ser en tu persona humana?
Es importante tener claro que, en todo camino de transformación, no hay que identificarse con todo aquello que, en ti mismo, te derrota, sino que es importante mirar el aspecto evolutivo de cada paso que es dado en confianza.
Por eso, en todo examen de consciencia, debes sumergirte en el acto del arrepentimiento, para que las resistencias inamovibles de tu consciencia puedan rendirse algún día ante el poder del Amor Crístico; así, te librarás de todo lo que cíclicamente repite la misma actitud justificada.
Sé sabio y permite que, en esta Cuaresma que ya está terminando, puedas hacer un examen de consciencia que sea capaz de abrirte a la redención".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"A pesar del desierto, sigue adelante.
A pesar de los propios aspectos humanos que quieren controlar tu vida, sigue adelante.
A pesar de que dentro de ti encuentres tu propia realidad, sigue adelante.
A pesar de lo que te pueda causar todo lo que hay que transformar, sigue adelante y no retrocedas.
Sigue adelante, buscando Mi Luz.
Sigue adelante, sintiendo Mi Amor.
Sigue adelante, porque tengo sed".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través de Mi silencio, vengo a conducirlos a un estado de oración, un estado de súplica por el planeta, por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza.
A través de Mi silencio, vengo a conducirlos a un estado de clamor, un clamor que se hace escuchar de adentro hacia afuera, cuando el verbo es emitido dentro del corazón a través del sonido de las intenciones, y no de las vibraciones que la boca pronuncia.
A través de Mi silencio, vengo a enseñarles a orar en silencio, a observar el propio mundo interior y a saber encontrar allí al Padre Celestial y a todas Sus Criaturas. El silencio, hijos, les revela a los seres humanos su potencial creador, su potencial de abrir puertas y unir dimensiones. El silencio equilibra el caos del mundo, equilibra el desorden de las almas, de la purificación interior y de los asedios del enemigo.
El verdadero silencio, aquel que se transforma en oración, los une a la Consciencia Divina, les revela el universo interior y el puente que existe en el corazón de cada ser para encontrar a Dios.
Sé que hoy muchos de ustedes están ante un gran abismo, como si hubieran llegado a un momento de su trayectoria evolutiva en el que se encuentran frente a un gran precipicio, el precipicio de la purificación, de la entrega, de la rendición, de la renuncia, de la humildad.
Ese precipicio, ese abismo, no existe para detener sus pasos, sino para revelarles su potencial; porque es delante de él, hijos, que aprenden a crear puentes. Y esos puentes se crean primero dentro de sí mismos, con la intención verdadera de llegar al Corazón de Dios simplemente para cumplir Su Propósito, simplemente para vivir Su Amor, para conocer ese Amor desconocido que transforma la Creación, que hace que la evolución ascienda entre las dimensiones, que les permite a las criaturas aproximarse a su Creador.
¿Ustedes quieren conocer esto o quieren permanecer en la condición humana?
¿Quieren conocer ese Amor ilimitado de Dios o permanecer en los conflictos, en la confusión interior, en la afirmación de las propias limitaciones?
Ante ese abismo, hijos, Yo los invito a construir puentes. Yo los invito a entrar en confesión ante el Padre, porque la confesión es una de las formas de liberarse del pasado, de liberarse de las amarras, de liberarse de las creencias, de las limitaciones, para que puedan creer y comprender que deben ser constructores de la vida evolutiva.
El puente no surgirá solo, delante de sus ojos, debe ser construido. Y él se construye primero dentro de ustedes, en la transparencia del corazón, en la firme voluntad de estar unidos con Dios y unos con otros. La unidad es una gran herramienta del camino evolutivo, una herramienta que les permite juntos construir puentes que no solo les servirán a sí mismos, sino también a toda la Creación.
Por eso, comiencen con la intención de estar unidos, verdaderamente unidos. Busquen dentro de ustedes la comprensión de estos tiempos, comprender el dolor y la miseria ajena, orar por sus hermanos, amar a sus enemigos, servir a los egoístas, ser humilde ante los orgullosos, silenciarse para escuchar a los que quieren hablar, darles paso a los que quieren ir al frente, permitir que el otro crezca, porque ustedes no disminuyen cuando el otro crece.
Ustedes crecen en espíritu y en verdad cuando colaboran en la evolución, unos de otros; cuando se alegran de los triunfos, unos de otros; cuando caminan juntos sin protagonismos, sin necesidad de sobresalir, construyen juntos una obra que hoy no existe en la humanidad y que debe comenzar a existir, porque es a través de estos principios que podrán soportar los tiempos que vendrán.
Hoy, quisiera conducirlos a un Espacio Celestial, quisiera construir con Mis propias manos el puente que les falta para llegar a Dios. Pero el Creador no Me permite hacer esto, porque la perfección de Su Proyecto yace en el esfuerzo y en la persistencia que cada una de Sus Criaturas hace para llegar a Su Corazón.
Así como Yo no puedo construir ese puente por ustedes, ustedes tampoco pueden construirlo para otros, solamente para sí mismos. Sin embargo, cada vez que un ser humano construye ese puente verdadero, sólido, que lo conduce a Dios, crea un camino en la consciencia humana como un todo, para que más seres encuentren la forma de recorrer ese camino, de construir ese puente.
¿Cuántas veces ya les dije que la transformación de la propia consciencia es el mayor servicio que pueden prestar en este tiempo?
Pero sus ojos, aún tan humanos, buscan propósitos grandiosos, metas inalcanzables, perfecciones que creen que son la única verdad, la única forma de demostrar la evolución, ciencias, misterios que engrandecen el conocimiento, que ennoblecen la consciencia, pero que solos no construyen la transformación humana.
El conocimiento debe caminar junto con la transformación diaria, con las acciones verdaderas de servicio, de abnegación, de oración, de súplica por el prójimo, de alegría por el triunfo de sus hermanos, de acompañamiento del crecimiento del prójimo.
El conocimiento debe caminar junto con acciones verdaderas de amor; porque es de esa forma que el Cielo se manifiesta en la Tierra, es de esa forma que los milagros acontecen dentro de las consciencias, que la cura se expresa, que la redención se realiza: pequeños actos de amor, verdaderos actos de transparencia, verdadera rendición, verdadera humildad.
Sé que la humildad es un gran misterio y que aquellos que son humildes jamás lo sabrán, pero esa debe ser una aspiración de sus corazones, deben ejercitarla todos los días. Aunque no perciban ningún cambio, aunque aún sientan la agitación de la condición humana, de las pruebas, el dolor de las caídas, la dureza de los muros; aun así, hijos, deben continuar caminando, porque, cuando menos lo esperen, ese Propósito estará realizado en su interior. Y, aunque no lo vean con sus ojos humanos, existe una Mirada Divina que todo lo ve, que lee el corazón de Sus Criaturas, que contempla las intenciones más profundas de Sus Hijos; y es allí, en lo profundo y en lo oculto, en donde el Propósito se realiza.
No vengo aquí a traerles palabras de esperanza, vengo a traerles palabras de consciencia, palabras de elevación que los retiren un poco de la condición humana y que los coloquen un poco en el Propósito Divino; mas, ese Propósito es simple.
No hablo de esta forma para que el camino les parezca fácil. Hay una gran diferencia entre que sea fácil y que sea simple. No, hijos, ese camino no es fácil. Es un camino de muchas piedras, es un camino de eterna ascensión, es un camino de mucho esfuerzo, de profundos dolores, de desconocido sufrimiento, de profundo sacrificio y de una completa transformación.
Mas, es un camino simple que debe ser encontrado en las cosas simples de la vida, en la posibilidad de servir, de amar, de silenciarse cuando quieren juzgar, de orar cuando no consiguen parar de criticar, de ofrecer una oración por aquellos que les causan algún rencor, de ofrecer algún servicio por aquellos que despiertan dentro de ustedes alguna rabia.
Ese camino es simple, sin embargo profundo, y debe ser visto a través de sus vidas. Hoy, ya no basta vivir ese camino en el propio interior, deben comenzar a manifestarlo. La humanidad necesita de ejemplos y ser ejemplo es un gran servicio, al que son llamados a vivir hoy.
Si quieren saber cuál es su misión, hoy, les doy una misión: sean un ejemplo de transformación para la humanidad; sean un ejemplo de amor, de servicio, de entrega, de oración; sean un ejemplo de caridad; sean un ejemplo para sus hijos, sean un ejemplo para sus padres; ejemplos de perdón, de ir más allá de todos los errores, de todos los dolores, de todos los traumas vividos, para conocer un Amor Mayor.
Colóquense por encima del conflicto, colóquense por encima del caos, colóquense en la vibración del perdón, porque ese perdón que proviene de la Fuente Divina es el que curará sus corazones y les permitirá amar lo que es imperdonable para la mente humana.
Hoy, Yo les traigo una Gracia, la Gracia de ser consecuentes. Pero esta Gracia debe volverse vida, y se hace vida a través del Rayo de la Voluntad, la Voluntad y el Poder de Dios que Sus Hijos son capaces de atraer hacia la Tierra.
Despiértense todos los días y afírmenle al Creador:
Padre, aquí está Tu hijo.
Manifiesta en mí Tu Voluntad,
manifiesta en mí Tu Poder.
Que mi vida sea Tu reflejo.
Que mis acciones reflejen Tu Misericordia.
Que mis pensamientos y sentimientos reflejen Tu Amor.
Que mi intención sea transparente.
Que mis acciones sean verdaderas.
Que mi ser sea Tu instrumento.
Que mi consciencia esté en Ti.
Y así, día a día, hijos, afirmen esta Voluntad, afirmen este Poder. Crean en la Gracia que los Mensajeros Divinos les traen. Sus corazones guardan un gran tesoro que, a lo largo de los últimos quince años, fueron acumulando para que hoy este tesoro pueda ser vertido en el mundo.
No sean ricos y egoístas, sean servidores. No dejen que las riquezas celestiales permanezcan en el corazón, en un cofre cerrado con siete llaves.
Multipliquen estos dones a través de la acción y de la oración. Dónenles a los demás lo que hay dentro de ustedes y descubrirán el potencial de lo que es ser un ser humano.
Tienen Mi bendición para esto.
Que se arrodillen aquí los que hoy se consagrarán como Hijos y Amigos de San José.
A Mis Hijos y Amigos, Yo les pido: no se olviden de que Soy su padre e intercesor; no se olviden de que camino con ustedes, de que escucho sus oraciones, de que aguardo para interceder por sus familias, por sus espíritus, por sus planes, por sus intenciones sinceras, por sus oraciones profundas, por las causas imposibles e impensables; porque el milagro, hijos, nace de la fe de que Dios camina a su lado.
El milagro es la manifestación del Amor Divino, y es posible siempre y cuando sus corazones se unan a la Voluntad de Dios, y esa Voluntad se realiza en sus vidas para que den testimonio de ella.
A Mis Hijos y Amigos, Yo les pido: oren por sus familias, oren por las familias del mundo, oren unos por otros, para que el propósito de esta Obra se realice, para que el propósito humano se realice.
Siempre que estén ante algo que les parece inalcanzable, pidan Mi auxilio y Yo los ayudaré; porque, como ser humano e hijo de Dios, Yo también estuve ante muchas cosas que pensé que eran inalcanzables; pero el Creador Me mostró que existe un potencial dentro de cada ser, que se expresa a través del amor y que vuelve posible las cosas imposibles.
Por eso, hoy, intercedo por ustedes; les doy Mi paz, Mi bendición; los consagro como Mis Hijos y Amigos para que caminen Conmigo, como también con la Sagrada Familia de Nazaret, que caminen con la Virgen María, que caminen con Cristo Jesús, que sus vidas sean el testimonio de una nueva vida.
Tienen Mi bendición, Mi Gracia y Mi paz para esto.
Traigan aquí incienso y agua bendita.
Que esta agua los purifique de todo desamor, de toda ignorancia, de toda indiferencia y falta de fe. Que esta agua los limpie de toda desesperanza, de toda falta de perdón, de toda incapacidad de caminar. Que esta agua los renueve y los consagre, por la intercesión de Mi Casto Corazón, con las celestiales bendiciones que hoy les traigo del Cielo.
Con este incienso los purifico, los transmuto y los limpio; los ofrezco en el Altar de Dios para que sean renovados por el Espíritu, el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo. Y que, así como un día Mi Hijo Me hizo conocer la pureza y el Propósito Divino, ustedes sean dignos de vivir la pureza y de expresar el Propósito de Dios.
Recuerden, hijos, que allí donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia; y ya no miren al pasado, sino al potencial que tienen de dar testimonio de la transformación.
Sigan adelante, caminando siempre hacia adelante, construyendo siempre este puente que los une al Corazón de Dios.
Yo les agradezco y los bendigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sigan en paz.
Mis queridos hijos:
En este día, su Madre Celeste viene al mundo para que, a través de la majestad del Gran Cañón del Colorado, la humanidad sienta, por un instante, florecer los Atributos de Dios; a fin de que desde ahora comience a vislumbrarse en el horizonte la llegada de la Nueva Tierra, libre de los errores humanos y del sufrimiento que hace apartar a Mis hijos del Creador.
Por esa razón espiritual, hoy, su Madre Celeste y Madre de Norteamérica está aquí, extendiendo Sus Brazos y ofreciéndoles Sus Manos para que se tomen fuerte, confíen y se animen a seguir este camino infinito hacia lo desconocido. Porque en eso, que es desconocido, encontrarán a Dios y a Nuestros Sagrados Corazones que, una y otra vez, se presentan ante mundo para recordarle que aún no cumplió la Voluntad de Dios.
Para que la Nueva Tierra comience a emerger ante el horizonte de la consciencia humana, Yo les pido, Mis hijos, que esa Nueva Tierra, esa Nueva Humanidad, viva primero en ustedes, protegiendo de ustedes mismos los principios que los unen al Creador y a toda la Hermandad Divina.
Sean portadores del Sagrado Amor de Mi Hijo.
Sean un ejemplo de transformación constante, pero también sean un ejemplo de perseverancia, de esperanza y, sobre todo, de Amor, del Amor de Cristo que les permita aceptar y comprender al otro, de un amor compasivo que ya no permita que el ser humano sea egoísta y autónomo.
Vivan la promesa de esa Nueva Tierra en el día a día y creen la condición correcta para que ese momento de la Nueva Humanidad pueda llegar, conforme lo pensado y sentido por el Padre Eterno.
Mi Corazón de Madre siempre será ese puente para que ustedes se animen a cruzarlo, rumbo al vacío de ustedes mismos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aprendan a orar por la paz y a vivir en paz; porque así, hijos, cuando la agonía y el caos ya no estén solo en el interior de los seres, sino también fuera de ellos y en todas las direcciones; entonces, deben emerger los pacificadores, entonces, debe emerger el Reino del interior de aquellos que permitieron ser morada para el Corazón de Dios.
El mundo ya agoniza. ¿Cuántas veces les dije esta frase: “El mundo agoniza”?
Sin embargo, muchos aún están con los ojos cerrados a esta agonía. Muchos aún están sordos al grito de la Tierra, al clamor de los Reinos, al pedido de auxilio de las almas, de los niños inocentes, de los enfermos, de los hambrientos, de los abandonados.
El mundo agoniza y, muchas veces, sus ojos aún están dirigidos hacia ustedes mismos. El mundo agoniza, las guerras destruyen la Tierra. ¿Quién está dispuesto a ser paz para este planeta?
La guerra comienza dentro de los seres, dentro de la condición humana, de la cual todos ustedes forman parte.
La guerra comienza cuando un corazón decide imponer su propia voluntad.
La guerra comienza cuando un pensamiento cree que es la única verdad y los seres deciden imponer sus propias ideas sobre los demás.
La guerra comienza cuando no saben oir.
La guerra comienza cuando no saben dejarse corregir.
La guerra comienza cuando aspiran a tener algo que no les pertenece, cuando no son capaces de alegrarse por el triunfo del prójimo, por la victoria de los demás.
La guerra comienza en las pequeñas competiciones del día a día, cuando busco vencer a mi hermano. Entonces, la guerra comienza.
La guerra comienza cuando no sé obedecer.
Muchos piensan que la guerra comienza por la falta de amor. Sí, hijos, la guerra también habla sobre la falta de amor, pero ella comienza en situaciones mucho menores. La falta de amor es la tierra seca, infértil, en la cual no crece el bien.
Ustedes ya saben, ya son conscientes de que la consciencia humana es una sola. ¿Quién pidió perdón por lo que la guerra está causando al otro lado del mundo? Porque la guerra comienza dentro de todos los seres.
No adelanta orar por la paz sin ser paz. Que la oración se vuelva vida.
Aquello que saben que ya no deben hacerlo, no lo hagan. Muchos quieren saber su propia misión, pero para hacer aquello que debe ser hecho, comiencen no haciendo lo que ya no debe ser hecho.
Comiencen por no hablar lo que ya no debe ser dicho. Comiencen por no alimentar los pensamientos que ya no deben ser pensados. No les pido que no piensen, sino que no dejen crecer la semilla dañina de las hierbas que toman, en su corazón, el espacio de aquellas que deberían encontrar la luz.
¡Cuántos tesoros se guardan en este mundo sagrado! ¡Cuántos tesoros se guardan en el interior de los seres!
¿Quién está descubriendo ese tesoro en el propio interior?
No les digo que sea fácil, al contrario, fácil es hacer la guerra, fácil es decir no, no quiero, no voy, no intento, no estoy dispuesto, no haré el esfuerzo. Esto es fácil.
Pero hoy, si están aquí, sus almas se autoconvocaron no para vivir lo difícil, sino para vivir lo imposible. No les ofreceremos desafíos difíciles, sino desafíos imposibles, imposibles para la mente humana que no conoce el propio potencial, imposibles para los hombres y mujeres del mundo que están ciegos, inclusive de lo que son.
¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde vinieron? ¿Hacia dónde van?
¿Qué hay más allá de sus ojos, más allá de aquello que pueden ver, tocar, sentir?
¿Qué hay dentro de sus células, dentro de su espíritu, más allá de su consciencia, en lo profundo de su corazón? ¿Quién sabe responderme?
Por este motivo, los desafíos de Dios son imposibles, porque las barreras se encuentran en la ignorancia humana. La ignorancia, hijos, es el nuevo gran pecado, porque todo ya les fue entregado, la sabiduría está disponible, la instrucción está disponible, y es urgente que se pueda expandir.
La ignorancia es el gran velo que la propia humanidad costura, día a día, delante de sí misma para no encontrar la Luz. Este velo, que cubre sus ojos, no será rasgado por otros, su propia mano debe retirarlo.
¿Cómo? No haciendo más lo que no debe ser hecho, para que los caminos se puedan abrir a aquello que debe acontecer en sus vidas.
El Amor ya existe en lo profundo de la consciencia humana. Él ya existe.
El Amor les fue entregado como esencia en el principio de la Creación, en la primera manifestación de la vida, en la primera partícula de lo que conocen como consciencia; allí ya se manifestó el Amor.
Él ya existe, Él ya los habita. ¿Y por qué no crece?
Porque deben soltar, quebrar las cadenas de la condición humana, de la opresión que el propio ser humano se impone a sí mismo. Deben abrir las manos, soltar aquello que los retiene, que los amarra, que les impide soltar la propia esencia que tantas veces están asegurando a través de sus incomprensiones, de sus dolores, del perdón no concedido, de la cura no vivida, de la Gracia no aceptada, de la Misericordia que se negaron a recibir por orgullo, por no tener la humildad suficiente para dejarse ayudar.
El Amor ya existe, hijos, la condición humana es perfecta desde el principio. El gran desafío de la raza humana es justamente ese, dejar que ese Amor crezca, que la perfección venza, que lo imposible acontezca.
Por eso, Yo estoy aquí, como su Padre y Amigo, como Aquel que viene solo a apuntarles un camino, y hablo como Aquel que pudo recorrer ese camino, a pesar de su condición humana.
No les pido lo imposible solo para angustiarlos, sino porque sé la verdad sobre cada uno de ustedes. Yo puedo mirarlos a ustedes y ver lo que son, de dónde vinieron, para dónde van. Por eso, les pido que se abran para vivir lo imposible.
Que Mis Palabras resuenen en su interior; que Mi Gracia despierte su consciencia; que la Misericordia, que proviene del Corazón de Cristo y traspasa Mi Corazón, hoy llegue a sus corazones y les traiga paz.
Que aquellos que no Me pueden ver, solo Me sientan, sientan el toque y el abrazo paternal que vengo a traerles.
El mundo está en caos y lo estará cada vez más; pero hay esperanza para aquellos que se decidan a ser paz para el mundo, ser Reino, Verdad, Vida, Camino, a través del ejemplo, como lo fue Cristo.
Él no les enseñó cómo vivir solo para que vieran y contemplaran Su Vida, sino para que vivieran como Él. Que, viviendo esta Verdad, recorriendo este Camino y participando de esta Vida, pudieran ser, también ustedes, manifestación de la Verdad, una flecha que apunta el camino para que las almas lleguen a la verdadera vida.
¿Qué otra misión, quieren?
¿Qué otra respuesta, necesitan?
¿Quieren saber lo que deben hacer, cómo deben ser, cuál es el próximo paso?
Escuchen Nuestras Palabras. Todo ya les fue dicho.
Y, aun así, el Padre, en su Infinita Misericordia, Me pidió que permanezca en el mundo, no deje de guiar a las almas hasta que sus corazones se fortalezcan y el Reino emerja, hasta que la agonía oculta de la Tierra se haga visible a todos los ojos y, aun así, sus corazones sean capaces de equilibrarla a través de la paz que habita y se irradia de su interior.
Estaré con ustedes en oración por el mundo, en oración por sus almas, por los Reinos, por el planeta. Y, les pido que no solo Yo esté con ustedes, sino también que ustedes también estén Conmigo.
Todos los días 19 de cada mes, durante un año más, estaré aquí, y también los días viernes, como Dios Me pidió.
Y les pido que Me acompañen, en una oración por la paz y por el fin de las guerras, orando un Devocionario que Yo les transmitiré hoy.
Repitamos juntos:
Devocionario por la Paz y por el Fin de las Guerras
Cuenta de unión
Para que la paz se establezca en la Tierra
y en el interior de los seres,
San José, intercede por el fin de las guerras.
Amén.
Primera decena
Por la Paz que brota del Corazón de Dios,
San José, Te clamamos,
intercede por los niños de las guerras.
Segunda decena
Por la Paz que brota del Inmaculado Corazón de María,
San José, Te clamamos,
intercede por las mujeres abandonadas.
Tercera decena
Por la Paz que brota del Corazón de Cristo,
San José, Te clamamos,
intercede por los que están enfermos en medio de las guerras.
Cuarta decena
Por la Paz que brota de Tu Casto Corazón,
San José, Te clamamos,
intercede por los que intentan huir de las guerras,
para que alcancen la paz.
Quinta decena
Por la Paz que nace del Santo Espíritu de Dios,
San José, Te clamamos,
intercede por todas las almas que viven en las guerras,
para que la paz se establezca,
para que el corazón humano se cure,
para que el Reino se manifieste,
para que las guerras den lugar al Amor de Dios.
Oración final
(tres veces)
San José, Te clamamos,
en nombre de toda la humanidad,
que el Reino de Dios se establezca,
que las guerras terminen dentro y fuera de los seres,
que en nosotros y en este mundo reine la paz.
Amén.
Con esta simple oración, acompañarán a Mi Casto Corazón, todos los viernes, clamando para que la paz se establezca, para que las guerras terminen dentro y fuera de los seres, para que finalmente los hombres y las mujeres de este mundo manifiesten lo que verdaderamente son.
Hoy, con el Niño Jesús en Mis Brazos, con Sus Pequeñas Manos dirigidas hacia la Tierra para bendecir a toda la vida, junto con Él, Yo los bendigo para que la Pureza del Corazón de Cristo, del Corazón de Dios Niño, vuelva a emerger en todos los seres de esta Tierra.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Pueden traer un recipiente con agua, para bendecir.
Que esa agua, bendecida por el Niño Dios, esparcida sobre ustedes, les traiga pureza. Y con ella también lavaré los pies de dos compañeros Míos para que la tristeza se disipe de sus corazones y vuelvan a conocer la Paz del Reino de Dios.
El Amor de Cristo por las almas es incalculable; por eso, Él los llama por su nombre a cada uno de los Suyos, para que no pierdan la paz.
Con esto, Me despido y les dejo Mis Gracias.
Nuevamente, los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hace quince años, los llamé para estar a Mi lado y, aunque no supieran lo que eso significaba, fueron obedientes y siguieron Mi llamado. Y, a través de su respuesta, les enseñaron a muchos más, que hoy están aquí Conmigo en esta Obra, a que también fueran obedientes a Mi llamado. Y esa obediencia es lo que construye el Propósito de Dios en el planeta, porque es el primer paso del discípulo de Mi Hijo que se anima a amar lo desconocido.
Ustedes sin saber mucho de lo que se trataba, en ese agosto del año 2007, reflejaban una inocencia que permitió que el Padre Eterno autorizara a la Madre de Dios para llevar adelante un Propósito y un Plan, más allá de Aurora.
Como bien dijeron en este día, recuerden todo lo que vivieron Conmigo durante quince años, porque Yo Soy la Madre de la Paz, Soy la Virgen Santa, que surgió y que emanó a través de la Divina Concepción de la Trinidad.
Ha sido un pedido de Mi Hijo, desde antes del año 2007, que esto sucediera por mandato del Padre Celestial, para que pudieran acompañar a la Madre Redentora en esta Obra, que ha crecido mucho internamente y que ha podido abrazar a todo el planeta, a través de la fidelidad de los que dijeron sí.
Quiero decirles con esto, hijos Míos, que su paso hacia la consagración total de sus vidas, también fue un principal motivo para Dios, porque después de los primeros encuentros Conmigo en Aurora, no solo la Luz y el Poder de ese Centro de Amor emergieron hacia la humanidad definitivamente, sino que también la gran tarea espiritual de Aurora de cura, rescate y redención de las almas comenzó a suceder, conforme a lo indicado por la intervención del Arcángel Rafael.
Deténganse un momento en esto que les digo y piensen que nunca estuvieron solos y que nada les faltó y nunca les faltará, porque Dios así lo ha determinado.
Por eso, deberán seguir aprendiendo a cuidar la manifestación del Plan, en obediencia y en adhesión, como lo hicieron Conmigo hasta este momento, cumpliendo quince años de experiencia interior, que los llevó a cada uno de ustedes a dar lo mejor por Mi Hijo y los llevará a dar lo mejor por Dios en los tiempos que vendrán.
Ahora, ya no son más niños; ahora, ya son adultos en el camino espiritual. Y esto es lo que debo entregarle a Dios, para que Él vea, con Sus propios Ojos, las ofrendas de la transformación de la vida que muchos han vivido, aunque les costara transformarse, aunque su transformación fuera hasta dolorosa.
Y aún seguirán transformándose para que Yo pueda entregarle a Dios, a través de Mi Hijo, ese cristal precioso que Él quiere pulir y pulir, que es la esencia interior de cada uno de ustedes y de cada uno de sus hermanos del planeta.
Por eso, también para Mi Corazón, como lo fue para el Corazón de Mi Hijo, África ha marcado un antes y un después en la historia espiritual de Su Obra. Y todo lo que sucederá en el planeta, a través de la Obra de los Sagrados Corazones, también transformará todas sus vidas, los llevará a vivir nuevos acontecimientos y experiencias para que sigan madurando en la humildad del corazón y en el servicio abnegado.
El segundo paso que dieron, que fue muy significativo para Mi Hijo Jesús, ha sido la concreción de Su Orden Monástica, que ha crecido a través de los tiempos en sus virtudes y dones y, principalmente, bajo las enseñanzas de Mi Hijo Jesús.
Hasta el presente no solo Su Obra, sino también el planeta; no solo sus vidas, sino también la vida de sus hermanos, siguen aprendiendo sobre los grados de Amor-Sabiduría, de la misma forma como Nosotros lo aprendimos cuando estuvimos aquí en la Tierra, como una humilde y simple Familia de Nazaret.
Y vean cuán importante es este 8 de agosto de 2022, que la sagrada tarea en África, que ha sido también muy significativa para todos, ha abierto la puerta definitiva para Medio Oriente, en donde Mi Corazón ya no soporta ver el dolor de los inocentes, sometidos por la guerra y por los conflictos, por el hambre y por el llanto.
Todo esto ha sido previsto por Mi Hijo, y Yo, como Su Madre y como la Madre de cada uno de ustedes, Me he comprometido ante Mi Señor para que Su Plan se cumpla, sí o sí.
La preciosura de Sus tesoros y dádivas no se esconde en lo que es externo o visible a los ojos humanos. Las riquezas del Reino de los Cielos se esconden en los corazones simples, en los corazones que son capaces de amar el Plan más allá de sí mismos, que son capaces de colocar al otro primero, sabiendo que con esa actitud cruzan el umbral y el portal hacia el Eterno Amor, que es lo que cada una de Nuestras Palabras y Mensajes les han enseñado hasta el presente.
¿Quieren saber una cosa, hijos Míos?
A partir de este 8 de agosto de 2022, le pido a Dios, al Padre Eterno, que más allá de la Justicia que se merece el planeta y la humanidad, que Su Divina e Insondable Misericordia sea capaz de dar una nueva oportunidad a todos Mis hijos del mundo. Porque cuando retorne Mi Hijo, el Cristo, así como Él lo ha enseñado a cada uno de ustedes, a través de los tiempos, Él llamará uno a uno por su nombre y Él seguirá siendo capaz de dejar por un momento a Sus noventa y nueve ovejas para rescatar a la oveja perdida, como alguno de ustedes lo ha experimentado en estos últimos tiempos.
¿Será que el Amor en ustedes será capaz de superar la Justicia?
¿Será que el Amor en ustedes será capaz de superar la indiferencia?
¿Será que el Amor será capaz de superar el poder y el amor que creen tener?
El Amor sí será capaz de todo y mucho más. Es este Amor que Yo les enseñé desde el año 2007 en Aurora, y nadie más como Su Madre Celeste ha visto cómo muchos de Sus hijos partieron injustamente, perdiendo la oportunidad de conocer el Amor y la Verdad.
Pero no descansaré, porque nunca he descansado. Aún Mi deber y Mi compromiso es cumplir las promesas de Dios en Mis hijos, las promesas de Su Reino Celestial en los corazones, las promesas de Su Esperanza, de Su Amor y de Su Fe en cada una de Sus Criaturas y, especialmente, en aquellas que perdieron el Amor y la Unidad Divinas.
Por eso, seguiré trabajando, hijos Míos, y por eso, también los invito y los llamo a seguir trabajando por esa causa, porque nada más importa en este momento que el Amor de Dios en los corazones. Porque, verdaderamente, Mis amados hijos, es el Amor lo que se quiere extirpar de esta humanidad, a través de la venganza y de la impunidad; es el Amor lo que se quiere extirpar de esta humanidad, a través de la desigualdad y de la injusticia.
Por eso, este es el gran tiempo del atributo de la fraternidad, porque mientras, cada uno de ustedes y de sus hermanos coloquen cada vez más al otro primero, les aseguro que estarán dando un paso en el Amor de Cristo, así como Él colocó sobre Su Espalda a toda la humanidad a través del madero de la Cruz. Él les enseñó cómo hacerlo y cuál es el camino para que puedan ser los Nuevos Cristos.
Por eso, tengan fe y nunca duden que no fracasarán, porque el corazón que confía en Mi Hijo nunca perecerá. El corazón que es capaz de entregarse a Mi Hijo completamente, nunca perecerá. Por esa razón, estoy aquí, para recordárselo a todos, para decirles que aún hay un camino muy largo que recorrer y muchas experiencias que vivir, en esta dualidad del planeta.
Pero si su propósito está en el Amor y en el cumplimiento de la Voluntad del Padre, y si ustedes se sienten dentro de ese Amor Eterno y de esa Voluntad Divina, ¿a qué deben temer? En el Amor y en la Voluntad de Dios no hay injusticia ni oscuridad, por eso sean valientes y arriésguense.
Porque no solo ustedes como Obra, sino también el mundo entero, son llamados a dar un paso en la madurez de la consciencia, a través del amor al prójimo y del respeto a la vida que Dios les entregó.
Que, a partir de este 8 de agosto de 2022, la llama que hoy Me ofrecen siempre los guíe y los sostenga, que la llama de la fe y de la esperanza nunca se apague, y que esta llama sea capaz no solo en ustedes, sino también en sus hermanos del mundo entero, de guiarlos hacia el gran propósito del Amor, hacia el Corazón de Mi Amado Hijo, en donde Él siempre los quiere tener y guardar.
Hoy, Aurora brilla más que en otros tiempos, porque Su Luz poderosa, curadora y redentora atrae hacia sí misma a las esencias del mundo, para que las esencias más sufridas y traumatizadas se puedan curar en esta amnistía del 8 de agosto, esta Gracia espiritual que hoy les traigo una vez más a cada uno de ustedes y de sus hermanos.
Por eso, ante Mí y por un momento, vacíense y despójense, caminando descalzos para estar ante Dios; así como su Madre Divina, Santa María de Aurora, hoy está ante Dios y ante ustedes para transmitirles y compartirles Su Amor Eterno.
Por eso, hoy les ofrezco y les pido que vuelvan a firmar su compromiso en el Libro Sagrado de Dios, que hoy tengo en Mis Manos; para que puedan sellar este compromiso con el Padre y con Cristo, sabiendo que el mundo necesita no solo de amor, sino también de paz, de fe, de compasión, de cura y de perdón.
Firmen su compromiso de eterna transformación. Hoy los Ancianos del Universo también son testigos de esto, porque Ellos quieren llevarlos a que puedan amar cada vez más el Plan de Dios, hasta que duela; para que muchos más se puedan liberar de la ilusión, del cautiverio espiritual y de la esclavitud que esta superficie construye en las almas buenas.
Hoy, vengo a desamarrar los nudos de la consciencia, vengo a romper con Mis Pies los grilletes de la perdición, a través de la Luz esencial de Aurora que surge de Mi Corazón.
Hoy, el poder de la cura y de la voluntad se unen como uno solo, para que todas las almas perdidas recuerden el propósito que las trajo aquí, a la Tierra, para que puedan recuperar su filiación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Muchos más que ustedes, firmaron en los planos internos este Libro que hoy les presenté. Y agradezco que las almas se hayan animado a realizar ese gesto, porque significa mucho para el Padre Eterno. Esto significa que se podrá hacer mucho más de lo previsto y que cuando cada uno de ustedes sepa lo que deberá realizarse y cumplirse, concretarse y manifestarse, deberán cumplirlo porque han firmado el Libro y esto es indisoluble.
Me despido, llevando en Mi Corazón la gratitud por cada uno de ustedes y de sus hermanos que, en estos últimos quince años, desde Mi primera Aparición en Aurora hasta el presente, aprendieron a seguir y a comprender a la Jerarquía. Recuerden que esto es un tesoro incalculable y es una Gracia incomprensible para los corazones que lo pueden vivir y para ustedes que lo pueden sentir, en este momento, junto a Mí.
Recuerden que aquellos que formaron parte de la Peregrinación de los Mensajeros Divinos en estos últimos años, siempre tienen guardadas sus familias y seres queridos en Mi Corazón, porque Yo los cuido.
Por eso, les agradezco a aquellos que dejaron en la confianza de Dios a sus hijos y a sus seres queridos, para seguir a la Madre Celeste en esta desafiadora tarea del fin de los tiempos. Porque así, como a Mi Hijo Jesús, he tenido bajo Mi protección a sus hijos, madres, padres, hermanos y hermanas, a sus familias. Así como ustedes se comprometieron Conmigo, Yo también Me comprometí con ustedes.
Siempre debemos agradecer para que el mundo no pierda la gratitud; porque la gratitud abre las puertas del Reino de los Cielos y concede Gracias incalculables para todos.
A través de la Luz de la esencia de Aurora, que hoy brota de Mi Corazón, en este sagrado aniversario de Mis Apariciones, Yo los bendigo y los reconsagro a Mi Materno e Inmaculado Corazón, para que se cumplan los Mil Años de Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Bueno, hermanos, ¡qué momento!
Como hace 15 años, en las primeras Apariciones de Aurora y de Figueira, no sé si algunos recordarán que la Madre Divina nos pedía hacer relatos de las Apariciones.
Hoy, nos pidió hacer lo mismo y comunicarles algo muy especial, que yo sentí que realmente es una Gracia más de María.
Digo esto, que es una Gracia, porque nos demuestra una vez más que María está en todos los lugares, en todas las situaciones y que cuida a todo el planeta.
Hemos aprendido con la Jerarquía que cuando Ellos nos comunican algo, los hermanos del Consejo de nuestra Obra son los primeros que tienen que saber, porque todo cumple un orden interior y universal. Y después de que eso sucede, todos saben sobre los pedidos de los Mensajeros Divinos.
Pero hoy, la Madre Divina fue muy explícita, y les digo que le pregunté tres veces si tenía que hablar, y Ella Me dijo: sí, sí, sí.
Entonces, antes de contarles el pedido especial de la Madre Divina, antes de que me olvide, Ella dijo que este pedido es un regalo de Dios para todos, un regalo interno de Dios, una dádiva de Dios para todos.
Pero antes de transmitirles este pedido, voy a intentar hacer una síntesis del momento de la Aparición, que fue fuertísimo. Digo fuertísimo, primero por la forma como se presentó la Madre Divina, que vino vestida como la Esposa de Dios.
¿Por qué digo esto? Porque no solo Su belleza era tan nítida e indescriptible, sino que Su mirada era una mirada penetrante, que me costaba mirar todo el tiempo, porque era ver a través de Ella a Dios. Y, a través de la vestimenta de la Madre Divina, que era como de una seda de otras dimensiones, por decirlo así, Ella venía con un ceremonial que nunca vi en quince años.
¿Por qué hago énfasis en los detalles de Su vestimenta, de Su Manto?
Porque todo Su Manto era de estrellas e irradiaba y colmaba a todos los corazones, al planeta. También, a través de la vestimenta de Nuestra Señora, en el día de hoy, Ella estaba representando a todos los Atributos de Dios en uno solo; esos Atributos que oramos en la oración de la Madre Universal y muchos más que desconocemos; y el eje central que unía a todos esos Atributos, que Ella hoy expresaba a través de Su Presencia, era el Amor de Dios.
Entonces, a través de toda esa Energía y Presencia Divina, en un momento de la Aparición percibí que María quería estar todo el tiempo que fuera posible con Sus hijos; porque los Ángeles, que obedecen a Nuestra Señora, estaban haciendo un trabajo planetario muy importante.
Eso era posible por algo que Ella nos reveló, que ustedes van a recordar ahora, cuando Ella habló de la esencia de Aurora en Su Corazón.
Es decir, no salía solo Luz de las Manos de María, del Manto de María, del Rostro de María, sino a través de Su Corazón. Era una imagen en tres dimensiones, como si estuviera viendo acá a los hermanos que están filmando o a ustedes.
Entonces, esa Luz era una Luz que no tenía fin, era la Luz de la esencia de Aurora que Ella traía a través de Su Corazón, y parecía que el Corazón de María iba a explotar en Luz.
Ella colocó a cada una de nuestras consciencias, de nuestras almas, dentro de ese estado de la esencia de Aurora, y con ese trabajo interno, que Ella hizo durante el transcurso de la Aparición, la Madre Divina fue resolviendo muchas situaciones a nivel planetario y a nivel individual de cada una de las almas.
Ella fue colocando a nuestras consciencias en estados cada vez más sublimes, lo que permitía que nosotros, como consciencias, ingresáramos a través del Corazón de María en esos estados de la esencia de Aurora. Lo que conducía ese trabajo interior que María estaba haciendo era Su Amor, el Amor Eterno de Dios.
Entonces, en ese momento en que Ella iba elevando a nuestras consciencias y a la consciencia del planeta hacia un estado más elevado y superior, lo que sería llamado de pecado o de deuda espiritual era equilibrado por la donación del Amor de María a nosotros.
Entonces, durante la Aparición, aquello que conocemos como dualidad, no existía. Lo que había, a través de María, era un principio de una profunda neutralidad entre el Cielo y la Tierra. Y los diferentes Coros Angélicos que rodeaban a Nuestra Señora, sostenían espiritualmente ese vórtice que también era compartido y asumido por otras Jerarquías Espirituales.
Inclusive, también durante un momento de la Aparición vimos a Cristo, Cristo se apareció en otra dimensión, en otro plano más distante, en aquel espacio del Universo que Él ya nos nombró, donde Él gobierna a la Creación.
Entonces, pensemos por un momento cuántas cosas sucedieron en un solo tiempo.
Y esto fue un poco más allá, hasta que Ella, en el momento que nos habló de la cura y de la redención que nos proporciona la esencia de Aurora, a través de Su Corazón, nos llevó a esos planos superiores y fuimos conducidos como esencias ante Dios. En ese momento, todos vivimos un juicio, pero no un juicio como conocemos aquí en la Tierra.
Por eso, en ese momento, ustedes recuerdan que la Madre Divina nombró a los Veinticuatro Ancianos del Universo y que, un momento antes, Ella nos ofreció un Libro, un Libro en blanco, que apareció en tres dimensiones.
El vórtice de la Luz de Su Corazón era lo que sustentaba ese momento, también. Ella dijo, en ese momento, a pedido de Dios, que Él estaba interviniendo a través de la Madre Divina, y el Padre dijo: vuelvan a firmar y a reafirmar su compromiso Conmigo.
Entonces, en ese momento, en ese lapso de tiempo, Nuestra Señora tenía una amnistía en Sus Manos delante del pecado y de los errores de la humanidad. Estoy hablando de lo que está pasando en este momento en el planeta; cuando eso sucede Ella comienza a intervenir por medio de Su Gracia.
Y saben ¿qué es lo que Ella hace para poder intervenir con Su Gracia?, ¿a qué accede para poder intervenir con Su Gracia? Accede a un hecho en la historia de la humanidad que fue la Anunciación del Arcángel Gabriel a María.
Ese momento, que está registrado en el Corazón de Dios y en nuestra humanidad, el que oramos en uno de los Misterios del Rosario; Nuestra Señora, en este 8 de agosto, trajo ese evento hacia aquí para poder tener esa intervención.
En ese momento, Dios como un Juez y también como un Padre de Misericordia estaba ante nuestros errores y también ante los logros que alcanzaron los Sagrados Corazones cuando estuvieron en el planeta. Entonces, Dios le concedió a la Madre Divina esa autoridad del perdón de las almas.
Y cuando nuestras esencias estaban delante del Padre, a través de María, nuestras almas, como dijo bien Nuestra Señora en el momento de la Aparición, firmaron ese Libro que Ella mostró. Ella nos dijo: ahora que ustedes firmaron, se comprometieron. Es un compromiso que tienen que asumir desde lo profundo de sus corazones. Y que le permitirá a la Madre Divina, como Reina y Señora del Cielo y de la Tierra, interceder para que aquellos acontecimientos que dentro de la Justicia Universal están previstos para el planeta no sucedan.
¿Por qué?
Porque firmamos ese Libro, y quien lo firmó no fue nuestra persona humana, fue nuestra alma. Nuestro mundo interno firmó ese Libro, y también muchas personas más que en ese momento se presentaron en la Aparición, esas consciencias que Cristo nos dijo que van a despertar.
En ese momento, María nos recordó el último Mensaje de Cristo para esta Maratón, cuando Cristo nos dijo que realizaría Su Obra de preparación de Su Retorno a través de los que están despiertos y de los que despertarán. Y al nosotros haber firmado ese Libro, a través de la oferta que nos hizo la Madre Divina, Ella tendrá más tiempo, de nuestro tiempo cronológico, para interceder.
Y sé que ninguno de nosotros va a poder comprender lo que eso significa en este momento, porque la Divinidad y las Jerarquías Espirituales saben qué es lo que verdaderamente tiene que suceder en este momento planetario. Y, a través de estas revelaciones, la Jerarquía despierta nuestra consciencia, nos recuerda nuestro compromiso con la Voluntad del Padre y, sobre todo, esta Aparición de hoy nos recuerda qué fue lo que vinimos a hacer aquí, a este planeta.
¿Por qué hoy María nos dice esto?
Porque los aprendizajes y las pruebas seguirán aconteciendo en el fin de estos tiempos. Y cuando nosotros estemos atravesando, en este momento o en los tiempos que vendrán, alguna prueba o experiencia difícil, no podemos olvidarnos, hermanos, qué fue lo que María también nos explicó durante la Aparición, que nosotros somos Hijos de Dios y que surgimos de un lugar que es la Fuente, donde Él nos creó a Su Imagen y Semejanza, y que nos ama por encima de todas las cosas.
Entonces, cuando pasemos por esas experiencias difíciles, recordemos, dijo Ella, que estamos bajo un estado de Gracia, y no perderlo es el compromiso de cada uno de nosotros. No podemos salir de ese estado de Gracia que nos trae María.
En síntesis, fue eso, y sé que pasaron muchas cosas más que en este momento no consigo recordar porque las estoy procesando.
Y, ahora sí, voy al pedido de la Madre Divina, y por eso conversamos un poquito con Ella durante la Aparición.
Como sabemos, el mes de agosto es un mes importante para la Divinidad y, cuando estamos reunidos y unidos, pueden pasar muchas cosas para la Jerarquía.
Por eso, así como Nuestra Señora y Cristo nos pidieron ir a África y nos han pedido ir a Medio Oriente y al norte de África, a donde vamos a ir; la Madre Divina nos pidió también ir a Aurora.
Así que los hermanos de Aurora son invitados a hacernos un lugarcito en la Comunidad, porque vamos a estar en la segunda quincena de agosto con ellos, ya que la Jerarquía necesita tener reunido al grupo y a todos los que quieran ir a estos encuentros en Aurora, que sabemos que tenemos durante el mes de agosto y la razón por la cual Nuestra Señora nos contó que hizo este pedido, es que era un regalo que Ella nos hacía a nosotros.
¿Saben por qué?
Porque nos dijo que nosotros obedecimos lo que Ella nos dijo hace 15 años, aunque a veces nos haya parecido que era un desafío muy grande y difícil.
Y, también, la razón de ese pedido es porque Nuestra Señora, antes de que viajemos a Medio Oriente, necesita hacer una tarea a través de Sus Apariciones del 24 y 25 de agosto. Ella abrió las puertas de Aurora, del Centro Mariano de Aurora, para que todos podamos llevar adelante esa tarea con la Madre Divina.
La Madre Divina nos dijo que, en este momento, Sudamérica necesita de una ayuda especial, dado lo que la Jerarquía está observando y acompañando en Sudamérica y Centroamérica. Esto preparará nuestra tarea en Medio Oriente y, bueno, allá vamos, en obediencia e infinita gratitud.
Eso es todo lo que quería compartir, a pedido de la Madre Divina. Como Ella nos dijo, vamos a agradecer.
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vendré a través del amanecer del sol. Vendré a través de la luz de la luna. Estas son las señales del nuevo tiempo.
No es una nueva religión. No es un nuevo movimiento. Es el advenimiento de lo esperado.
Ese gran portal hacia el nuevo tiempo se abre en la bóveda celeste, se abre entre todas las puertas del cosmos.
Es el portal hacia el Gran Cónclave, que hoy está reunido ante ustedes, que hoy está presente ante sus mundos internos. El Padre Celestial así lo decidió y, en obediencia y en ley, lo cumpliremos.
Hoy, Mi Voz hace eco desde Andrómeda y, a través de Andrómeda, en todos los universos y consciencias.
Hoy se cumple una etapa culminante no solo para su civilización o para el alma del planeta, sino para que se abra el portal hacia el Gran Tiempo. El cambio se dará.
Las almas deben estar despiertas y amar, aún más, lo desconocido; aquello que no tiene forma, aquello que no es intelectual. Lo desconocido es aquello que no es material.
Por eso, hoy, venimos y Nos presentamos ante ustedes, a través de un gran portal desconocido. Es el portal hacia la cuarta dimensión.
Ese será el camino, ese será el sendero y también será el puente para que todos lo puedan cruzar. Pero no es a través de una técnica ni tampoco a través de un procedimiento mental o espiritual.
Ese portal lo cruzarán a través de su mundo interior; porque es allí, en el mundo interior de cada uno de ustedes en donde existe la esencia del Divino Propósito; que la humanidad ultrajó, violó y transgredió hasta los tiempos de hoy.
¿Ahora comprenden las consecuencias de lo que viven?
Pero el Amor es lo que siempre prevalecerá. Es ese Amor que hoy nos reúne, es ese Amor que hoy nos congrega, el Amor de las Jerarquías Mayores que los llama a todos a cruzar el gran portal, para que todas las consciencias y también el planeta sean transmutados, purificados y liberados.
Porque es en los momentos más caóticos, como los tiempos de hoy, que se dan las grandes oportunidades de liberación y de redención.
No se olviden de que la esperanza está latente en el Corazón del Universo; y es esta esperanza, permeada por la Divina Unidad, la que hoy les traigo para que puedan aceptarla y vivirla.
Por eso, es importante que practiquen una consciencia fraterna y no mezquina, una consciencia inclusiva y no de descarte, una consciencia pacífica y no de conflicto, una consciencia de amor y no de mentira.
Estos atributos expurgarán de la Tierra la corrupción planetaria, la que genera la gran deuda de este mundo y de toda la humanidad, la que sumerge a los más inocentes y a los más pobres en los abismos, sin que tengan una oportunidad de levantar la mirada hacia el Cielo para volver a creer y tener fe.
Por eso, estoy preparando Mi Retorno al mundo como lo he prometido, y quiero que sepan, compañeros, que hoy no son solo Palabras, son hechos.
Han pasado dos mil años de Mis acontecimientos con ustedes y entre ustedes; por eso, reúno en Cónclave a todas las Consciencias Evolutivas del universo para que Me ayuden y preparen Mi Retorno. Así, verán venir al Hijo de Dios entre las nubes, las nubes son los portales del universo que se abrirán y que serán físicos. Así, el Espíritu de Dios retornará, sanará la Tierra y sus heridas, poblará la Tierra de los Nuevos Cristos, aquellos que supieron decirme sí.
Por eso, el portal hacia el Gran Tiempo hoy se abre ante sus ojos y mundos internos. Hoy se abre sobre estos océanos, en representación de toda la humanidad y del planeta, como de los Reinos de la Naturaleza que también verán venir al Hijo de Dios. Y aquello que fue pensado en el origen del Proyecto de la humanidad será reconstituido y restablecido.
A través del tiempo y del espacio, se disolverá el mal que fue generado en generaciones enteras; y los que persisten hasta el final para esperar que retorne, verán ese cambio de forma concreta.
Y así todos, absolutamente todos, volverán a sus orígenes, al origen para lo que fueron pensados y creados, al origen para el fin por el cual surgieron, al origen para el fin por lo cual existieron y fueron emanados de la Fuente Suprema.
Hoy, les hablo no solo a través de Mi Gobierno Espiritual, sino a través del Amor de Dios; un Amor que fue capaz de morir por ustedes en la Cruz, aun sabiendo que lo negarían.
Que, hoy, los que padecen y sufren sean sanados, los que están desesperanzados sean renovados, los que decidieron bajar sus brazos que los eleven hacia Dios, porque llegará la hora de expresar la gratitud por Mi Retorno que está cerca.
Este es Mi gran Mensaje para la celebración de las 100 Maratones de la Divina Misericordia; un momento importante y espiritual para todos, en el que el Hijo de Dios, la Esencia Solar del Cristo Cósmico, les hace ver y reconocer hasta dónde han caminado Conmigo.
No vean solo las miserias de sus pruebas, los destierros de sus aspectos humanos. No vean solo el sufrimiento del planeta o la transgresión a los Reinos de la Naturaleza. Les pido que, para esta Maratón número 100, vean los esfuerzos alcanzados, la persistencia construida, la unidad fortalecida, la fe expandida y la Misericordia alcanzada, a pesar de las tinieblas de este mundo.
Porque será a través de este Cónclave Universal que ustedes encontrarán la solución y la salida, este Cónclave de Consciencias Evolutivas que los conoce profundamente, que los sabe profundamente, que acompaña desde el origen sus trayectorias cósmicas.
Es allí en donde hallarán la fuerza y la convicción necesaria para seguir adelante y así cumplir el Plan. Un Plan que aún hay que cumplir, primero en cada uno de ustedes para que después ese Plan Cósmico se cumpla en el mundo entero, aunque todo parezca estar en ruinas y en oscuridad.
Es esta Luz de los Consejos Mayores que hoy los bendice y los contempla, no solo como seres en redención, sino como consciencias en trasformación y valentía.
En todos los Míos, haré los nuevos apóstoles. Por eso, persistan y sigan Mis huellas de Luz, sigan Mis pasos firmes hacia el Propósito Divino, porque hoy el Cetro de Dios está en Mi Mano para conducirlos y guiarlos hacia la meta, la gran meta de su cristificación.
Quiero agradecer, desde lo más profundo de Mi Corazón, a los consecuentes y orantes; a los que en estos últimos 100 encuentros de oración sostuvieron el estandarte de Mi Paz y que lo seguirán haciendo, por mucho tiempo más, hasta que Yo los encuentre cara a cara en Mi Retorno.
Y lo último que les digo, compañeros, para que lo guarden en sus corazones es lo siguiente:
¿Qué harían si, en este momento, Yo estuviera físicamente frente a ustedes?
¿Qué es lo primero que Me dirían?
¿Qué es lo que harían Conmigo si Yo les dijera: “hijo, hija, ya estoy aquí porque retorné”?
Contemplen esa escena en su mundo interior y atraigan esa realidad en cada nuevo día.
Cuando sientan que no pueden o incluso que no lo conseguirán, que no tendrán fuerzas para seguir adelante, piensen y contemplen por un instante: si Yo estuviera delante de ustedes, ¿qué Me dirían?
Les dejo Mi Paz, les dejo Mi gratitud, les entrego Mi Amor Consolador y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
¡Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das!
¡Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das!
Hijo:
Hoy, te coloco en Mis brazos para que, envuelto en la Sagrada Sábana de Cristo, tu ser se restaure a través de los poderosos Códigos del Redentor.
Deja que tu Amada y Servicial Madre Celeste te envuelva con la Sagrada Sábana de Cristo para que, al igual que Mi Hijo Jesús, cada célula y átomo de tu consciencia sean purificados, transformados y reparados por los preciosos Códigos de la Sangre Divina de Cristo.
Hoy, les traigo a ti y a cada hijo Mío, la Sagrada Sábana del Redentor, para que no solo las almas se curen de todas las agresiones de estos tiempos, sino para que también cada corazón humano crea en el poder espiritual y curador de Mi Hijo Jesús.
Hoy, te envuelvo con la Sagrada Sábana de Cristo, así como tu Humilde y Silenciosa Madre lo hizo con Su Hijo en el Sepulcro.
Quiero que cada parte de tu consciencia crea en el poder de la Resurrección, a fin de que la humanidad se redima.
Hijo, al igual que Jesús, contémplate envuelto en la Sagrada Sábana de Cristo, para que no solo tu ser se sane profundamente, sino para que toda la humanidad se cure, viviendo en sí misma los Códigos de la Sangre de Jesús.
Este es el tiempo de reparar todo el género humano; es la hora de curar, de sanar, para que el Amor de Mi Hijo se haga carne en todos, para que Su Amor Divino triunfe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Este es el tiempo en el que sus vidas deben ser el ejemplo de una transformación concretada. Es el tiempo de ser el mismo Mensaje de Mi Hijo. Es el tiempo de expresar lo que Mi Hijo tanto espera.
Mientras eso no suceda, Él no podrá retornar. Él necesita que los pilares de Sus divinos Dones estén afirmados en su interior.
En simples palabras, queridos hijos, Mi Hijo necesita que ya sean otras personas y que sus almas, y no sus personalidades, puedan gobernar.
Como Madre, rezo por cada uno de ustedes para que, cada día que pasa, consigan salir de ustedes mismos y se coloquen en el lugar que Mi Hijo les indicó desde el comienzo de su caminata de fe.
Mis hijos, es hora de que abracen con amor la dolorosa situación planetaria, que puedan ser fieles trabajadores de la paz y que protejan, de sí mismos y de los demás, la Palabra de la Jerarquía.
De esa forma, Mis queridos hijos, serán apóstoles del fin de los tiempos, reflejarán todo lo que Mi Hijo espera desde el comienzo de sus caminos de transformación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Este es el tiempo de tener la oración como el instrumento fundamental en sus vidas.
Así, dentro del universo de la oración, recibirán la luz de la sabiduría para la transformación absoluta que sus consciencias deberán vivir.
Este es el tiempo de tener a la oración como el instrumento para solucionar las situaciones más difíciles, porque la oración siempre los llevará a permanecer en otra frecuencia, en una realidad más segura en este momento planetario.
Hijos Míos, Yo los invito a difundir este instrumento, no con palabras ni con mensajes, sino con sus ejemplos de transformación y de conversión a través de la Escuela de la Oración, porque la oración también ayudará, al igual que el ayuno, a mantener en equilibrio a los elementos de la naturaleza.
En esta Escuela de la Oración que deben vivir, hijos Míos, les pido que no dejen de rezar. Este es el momento de que sus corazones eleven las más fervorosas y sinceras oraciones hacia lo Alto, para que situaciones graves en la humanidad puedan encontrar una solución.
Todos los Hijos de María consagrados, en este momento, deberán estar unidos en oración, como almas y como hermanos, más allá de la distancia, para que su Madre Celeste pueda interceder por todas las necesidades.
Que la oración, hijos, sea la melodía interior que resuene dentro de ustedes, a fin de que sus vidas, algún día, sean una oración.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando no tengas quietud interior, busca retornar a la paz del corazón, para que cada aprendizaje que vivas sirva para el crecimiento de la bondad de tu ser.
Sé que el ser humano no consigue comprender la razón de algunas experiencias dolorosas. Pero debe saber que existen causas y condiciones que generan como resultado esa experiencia.
En este momento, debes percibir con claridad las causas y las consecuencias para que, todo lo que lleves adelante, sea beneficioso para tu ser, dentro de los valores del bien común, de la justicia y, sobre todo, del amor.
Reconocer las raíces de las causas y de las consecuencias que tú mismo puedes generar para tu vida material y espiritual, te ayudará a salir de la ignorancia y de la incapacidad permanente de comprender o de aceptar las experiencias.
El camino real de la transformación significa ver más allá de uno mismo, comprender al semejante, buscar la belleza de las diferencias que puedan existir entre los seres humanos.
Al final de todo, es necesario no dejar de buscar la verdad, y la verdad se encuentra en el autoconocimiento y en ver, en cada momento, todo lo bueno que se puede aprender. Así, te irás liberando del sufrimiento.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Para tener una vida pura debes tener un corazón puro, teniendo el corazón puro tendrás una mente pura, y teniendo una mente pura alcanzarás intenciones puras.
Para que eso suceda, no debes olvidar la esencia espiritual que eres y no fijarte tanto en las apariencias.
El corazón puro se alcanza con la determinación absoluta de vivir el Amor de Dios y de no perderlo de vista.
Más allá de las imperfecciones o aun de los traumas, el corazón puro no pierde o disuelve lo que aprendió de verdad.
Por eso, solo el corazón puro es un corazón noble, capaz de entender la vida y su situación más allá de lo concreto o de lo material.
Así, el corazón puro será el regente de la vida y no la mente. La mente debe actuar como facilitadora de las acciones que decide el corazón, así la vida estará en armonía y no en conflicto.
Un corazón puro es un corazón confiante, abnegado y servicial, capaz de salir de sí mismo para darle lugar y espacio al semejante.
El corazón puro no le teme al desapego, al sacrificio, a darse un poco más, aunque aparentemente crea que no lo conseguirá.
El corazón puro reconoce sus errores, pero no se culpa por ellos, trabaja silenciosamente hasta poder transformar los aspectos más profundos de su ser.
Un corazón puro es pacificador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Vigila en oración, para que tu corazón esté pronto para abarcar misterios del Reino Celestial que nunca antes fueron vividos por los hombres.
Vigila en oración, para que tu consciencia sepa reconocer las señales visibles de la Presencia de Dios, y Ella te transforme, por dentro y por fuera.
Vigila en oración, para que, con el corazón vacío, puedas recibir todos los dones divinos que, como último impulso, están siendo entregados a la humanidad. Deja que esos dones se hagan vida, fecundando en tu interior aquello que te llevará a participar de una nueva Tierra, de un nuevo tiempo.
Vigila en oración, para que tantos engaños del enemigo no te confundan y no te hagan perecer antes de alcanzar, en el propio interior, la renovación del Amor de Dios.
Solo ora, hijo, y vigila en oración, porque ha llegado el tiempo de la definición de cada ser, y cada instante debe ser para ti un momento de confirmar tus votos con Dios.
Vigílate a ti mismo en oración, y no permitas que seas tú quien te retire del camino.
Vigila en oración, para saber pedir ayuda en el momento correcto, para saber clamar a Dios por Su Gracia.
Vigila en oración, para percibir cuando el otro necesita de ti, aunque sea en silencio.
Vigila en oración, para comprender que tu vida, por menor que te parezca, puede transformar otras vidas cuando sabes ser instrumento de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
La constancia y la perseverancia, hijos, serán sus aliadas en este tiempo de transición. Deben tener siempre presentes estos atributos, que surgen de la Fuente del Rayo de la Voluntad de Dios.
Ser constantes en la oración, en el servicio, en la fraternidad, en la mansedumbre, en la compasión, en la fe y en la misericordia los llevará siempre a transformar, cada día, un poco más la condición humana.
Ser perseverantes en las metas que se colocan y en el propósito que establecen de no caer en las mismas distracciones, tentaciones y errores, consolidará la transformación en su interior, en los niveles más profundos de su consciencia, y no permitirá que, en el último instante de su probación, como parte de la humanidad, caigan en pruebas que ya parecían estar superadas.
Clamen por esta Gracia ante Dios, de que a través de Su Voluntad y de Su Poder, sean constantes y perseverantes en el cumplimiento de Su Ley.
Aún están a tiempo de construir en el propio interior, en los niveles inconscientes del ser, una fortaleza verdadera que los sustente y ampare en los tiempos en los que la humanidad, como un todo, solo encontrará equilibrio en Dios y en la fortaleza sobre la roca erguida en el propio corazón.
Ejercítense en las pequeñas cosas. Vigílense a sí mismos y así siempre encontrarán la paz.
Escojan el Amor de Dios y no las cosas del mundo.
Pidan la Gracia y el auxilio del Cielo y cada día hagan su propia parte.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Hijo Mío e hija Mía:
En este tiempo final, construye tu fortaleza y tu fe en Mi Inmaculado Corazón.
Yo seré tu refugio, seré quién te llevará a Dios. Y, aunque la Madre de Dios se esté recogiendo, la oración perpetua será el puente que nos unirá entre el Cielo y la Tierra.
La vida te mostrará todo lo que aún hay que transformar. Las miserias y los desiertos están dentro de ti para que, etapa tras etapa, vayas trascendiendo y redimiendo tu consciencia.
Este es un tiempo final anormal, porque todo lo que siempre estuvo oculto y fuera de la Ley, se mostrará.
Tú sigue orando por la Paz en el mundo, para que la humanidad pueda estar interiormente preparada para todo lo que ya está llegando.
Confía, la Madre de Dios nunca abandonará a un alma orante.
Ofrécete en sacrificio y reparación del Corazón ofendido de Dios; así, los pecados del mundo, que son muchos, serán aplacados.
Recuerda a tu Ángel de la Guarda.
Mi Amor puede estar en ti. ¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
¿Cómo estar dispuesto, a pesar del peso del mundo y del peso del propio interior? ¿Cómo tener la determinación para superarse a sí mismo cada día?
La determinación, hijos, es una Gracia vertida sobre aquellas consciencias que se abren para manifestar la Voluntad de Dios. Pero, para que esa Gracia actúe, los seres necesitan permitir que ella ingrese en el propio corazón y que, desde adentro hacia afuera, los impulse a seguir adelante y a no detener los propios pasos.
Este momento del planeta es marcado por la densidad espiritual y humana. Dentro y fuera de los seres, emergen situaciones para ser transformadas; de sus almas surgen heridas profundas y desconocidas para ser curadas, como también del interior del planeta surgen heridas muy antiguas, porque es el tiempo y la hora de curarlas.
La naturaleza se agita y sus cuerpos también. Mientras en el planeta hay temblores, vientos, fuego, guerras, dentro de los hombres hay angustia, tristezas, cansancios, desequilibrios, falta de comprensión para consigo mismos.
¿Cómo harán, entonces, para alcanzar la paz?
La Paz nace de una misma Fuente para toda la vida, y esa Fuente está en el Corazón de Dios. No busquen afuera de ustedes; busquen adentro, más profundo que los dolores del alma, más profundo que toda confusión. Sumérjanse en el propio corazón y encuentren al Creador.
Ríndanse a Sus Pies en oración, porque de Él proviene la Paz, de Él proviene la certeza de un tiempo fuera del tiempo y de un Reino que trasciende el caos del mundo; de Él provienen la determinación para que, más allá del cansancio y del peso del mundo, puedan seguir adelante, puedan caer, pero levantarse tres mil veces si así fuera necesario.
Todo, hijos, comienza y termina en su vínculo con Dios. Por eso, busquen dentro de sí mismos. Oren y Lo encontrarán.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
El Ángel de la Justicia tiene en sus manos una balanza, y en ella mide los méritos y las faltas de la humanidad, para que así se diseñe el cumplimiento de las Leyes para el próximo tiempo.
El caos y el mal luchan para influenciar a los seres a cumplir sus falsas voluntades y a manifiestar sus deseos, colocando en la balanza el peso que fortalece sus falsas leyes, basadas en el engaño y en la ilusión en la que vive la humanidad.
Los Ángeles de la Misericordia y los Ángeles de la Guarda oran e inspiran a los corazones a la transformación, a la redención, al servicio, para que en la balanza de la justicia pese el bien y la humanidad siempre reciba una nueva oportunidad.
Cada acción de los seres es pesada en esta balanza divina. Cada pequeño o gran acto diseña el futuro de la humanidad. Por eso, hijos, mucho más allá del Amor y de la Gracia Divina, cada ser deber hacerse responsable por la humanidad.
Ya no hablamos de las elecciones de sus propias vidas, pero, sí, de la responsabilidad que cada ser tiene, ante Dios, por el destino de este mundo. Estar despierto es, entonces, ser consciente de cada acción, pensamiento y sentimiento. Que sus vidas sean instrumentos de paz y de Misericordia para todos los seres.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando estuve en la Tierra, en Nazaret, y Mi corazón humano y frágil se sentía cansado, Yo Me alejaba de todo y de todos y, solo con Dios, oraba.
Muchas veces no tenía fuerza para orar y la angustia callaba no solo Mi voz, sino también Mis pensamientos. Entonces, arrodillado ante el Señor, Yo Me silenciaba. Permanecía en silencio, sintiendo Su Soplo ingresar en Mi cuerpo, en el aire que Yo respiraba. Buscaba paz.
No le pedía nada al Señor, y todo lo que Yo tenía ya le pertenecía; entonces, solo Me silenciaba y esperaba, vaciando el corazón del miedo y de las angustias y encontrando fortaleza en ese silencio profundo que Yo compartía con Dios.
¿Por qué hoy les digo esto?
Porque conozco lo más profundo de sus corazones y sé que, bajo la presión de estos tiempos, se ven cansados, angustiados e impulsados siempre a una transformación mayor, a un paso más profundo en lo desconocido.
Por eso les enseño, hijos, que aun en las debilidades, su fortaleza se encuentra en Dios. Y, cuando no tuvieran palabras ni sentimientos para compartir con el Señor, solo silénciense y busquen la paz, compartiendo el Silencio de Dios. Su Soplo Divino les revelará esa paz.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma convertida y arrepentida de sus pecados más profundos le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, aquí estoy, confiando en la grandeza de Tu Amor y descubriendo la Gracia de Tu Perdón. Dime, oh, Padre, ¿Cómo puedo ser perdonada y amada y, más que eso, cómo puedo sentir en mi corazón que fui tocada por Tu Perdón?”.
Y el Señor le respondió: “Amada eres, alma pequeña, desde la primera respiración de tu consciencia, desde que Mi Espíritu se posó sobre ti y te dio aliento y vida. Desde entonces, eres profundamente amada.
Eres perdonada cuando abrazas el perdón y comprendes que no Soy Yo quien te priva de él, sino que eres tú quien pasa ante él y no lo ve; eres tú que no le extiendes las manos por estar ocupada con la ignorancia y con el pecado.
Cuando despiertas y abres tus ojos hacia Mi Infinito Amor, puedes ser tocada por Mis Santas Manos. Mi Espíritu te eleva de vuelta a la pureza y a la paz, y es allí que puedes encontrar Mi Perdón y comprender que, en verdad, siempre estuve aquí.
Deja entonces, alma Mía, que tus angustias e incertidumbres den lugar a Mi Amor por ti, y ve que Mi Perdón está ante tus ojos, llamando a la puerta de tu corazón. Deja que él entre y transforme tu morada interior”.
Que este diálogo, hijos, les enseñe que mantenerse en el pecado o en la ignorancia, o ser abrazado por el Amor y el Perdón es solo una elección de cada ser. Son amados desde el principio, hijos esperados por su Creador. Basta ahora que abran los ojos y vean que delante de todos ustedes habita, con paciencia y esperanza, el Amor de Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más