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Queridos hijos:
La humanidad como consciencia debe rendirse a Dios para que todas las faltas cometidas sean perdonadas, y los corazones sean aliviados y liberados de su cautiverio interior.
Mientras no haya verdadera entrega y disposición a Dios, la humanidad que aún no se arrepiente sufrirá mucho y aprenderá a tomar consciencia de sus errores por medio de los efectos ocasionados por todas sus decisiones.
Anuncien al mundo y a todos los que encuentren por sus caminos que llegó la hora de rendirse a Dios, de colocar la cabeza en el suelo y de pedir misericordia y perdón para que antes de los últimos grandes acontecimientos las almas encuentren el camino de salvación.
Para eso, vengo a pedirles a todas las almas del mundo la consagración diaria a Mi Materno e Inmaculado Corazón, a fin de que Yo pueda cada vez más interceder por todos los que están perdidos e hipnotizados por las trampas de Mi enemigo.
Deseo en esta hora, hijos Míos, que todos puedan abrir sus ojos y salir de la ilusión mundial que atrapa a millones de almas.
Díganle a las almas que se consagren día a día a Mi Inmaculado Corazón, para que la mayoría pueda vivir un verdadero arrepentimiento de sus pecados y así reciban la Gracia de una victoriosa redención directamente de Mi Amado Hijo.
Recuerden que el arrepentimiento de corazón abre las puertas al Reino de los Cielos para que descienda la Divina Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Señora de la Luz y con esta Luz, que proviene de Dios, ilumino los caminos de Mis hijos.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz guío los caminos de los servidores de Cristo.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz deposito y derramo los Dones de Dios en las almas más necesitadas del mundo.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz establezco el Reino de los Cielos, primero en el mundo interno de cada ser y luego en la consciencia del mundo.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz les indico a Mis hijos el camino de ascensión y de redención, porque así las consciencias se liberarán del pasado.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz cumplo la promesa del surgimiento de la Nueva Humanidad.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz atraigo desde el Universo Celeste lo que más necesita la humanidad, con el fin de que surjan los nuevos patrones que harán cambiar la consciencia del mundo.
Soy la Señora de la Luz y elevo a Mis hijos hacia la Fuente del Amor. Esa Fuente puede estar más próxima del mundo cuando los corazones se rinden a Mí.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz decreto el comienzo de un nuevo ciclo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando un alma o un corazón se rinde y se entrega a Mis brazos, Yo lo puedo curar y hacerle sentir lo nuevo, lo esperanzador y lo bueno.
Cuando un alma se entrega a Mis brazos y confía, Yo puedo derramarle los códigos que necesita para alcanzar la paz durante su tiempo de redención.
Cuando un alma se entrega a Mis brazos y confía en Mis designios, Yo puedo tornarla semejante a las almas que existen en el Paraíso.
Por eso, la rendición no es renuncia ni martirio, sino la oportunidad de vaciarse como vida y como instrumento, porque así todo lo que hay que redimir y perdonar alcanzará su liberación interior.
Para rendirse a Mis brazos, el alma debe confiar en el Amor que Yo le puedo dar a través de los que la rodean.
El Padre necesita que cada alma, cada vida y cada corazón sean capaces de profundizar en sus grados de amor, porque el amor es lo que hará de cada consciencia un servidor pleno de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Querido hijo, queridísima hija:
Concibe en este tiempo un corazón manso como el de Jesús, libre de juicios, críticas y de condenaciones.
Concibe, dentro de ti, Mi llama de Paz y líbrate de todo reclamo y demanda.
Concibe la humildad de ser semejante a Mi Hijo en Sus obras, en Su caridad y en Su Infinita Misericordia.
No rechaces lo que vives y acepta con fervor que la hora de tu muerte interior ha llegado.
Sométete sin castigos a las reglas del amor y haz brotar dentro de ti todo lo que aún has limitado.
La libertad del espíritu se alcanza perdonándose primero a sí mismo y después a los demás. No existe paz en el alma sin reconciliación con la vida.
Las pruebas que abrazan tu consciencia son el escalón para poder dar un paso mayor y desconocido por tus posibilidades.
Deja que Mi Hijo modele el nuevo ser y vacíate, vacíate por entero, mostrando todos los días al Universo que sabes vivir el amor y que no solamente lo comprendes.
Antes de verte caminar a la deriva, Yo te tiendo Mi mano para que la tomes fuerte y te salves del peligro y de las trampas que impone Mi adversario.
Si conoces un poco el poder de Mi Inmaculado Corazón, te aseguro que aprenderás a salir de ti para servir a los otros y encontrarás la tan esperada hora de la ascensión.
No dejes que nada externo te derribe, toma cada experiencia como la oportunidad de morir a ti mismo todos los días un poco más.
Sabes que la redención comienza siendo verdadero contigo mismo, no busques respuestas ni beneficios externos, deja que el fluido del espíritu te muestre siempre la salida.
Si no sabes cómo comenzar, empieza amando lo que te parece imposible de amar, perdonando lo que nunca quisieras perdonar. Haz como lo hice Yo por ti y por la humanidad, Yo ya los había perdonado en santa humildad antes de que crucificaran al Hijo de Dios.
Recapacita y no te alejes de los que no comprendes. La verdadera rendición se dará humillándote ante el pecador o el juez que condena tu vida.
Imita el silencio de Mi Hijo y ten confianza, porque por encima de todo triunfará el amor.
Acepta lo que vives con regocijo. Vuela, vuela alto. Aunque no lo logres, Yo te llevaré al Reino de Mi Señor.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
En humildad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escuchen con atención: el amor siempre triunfará y por más difícil que parezca vivirlo o manifestarlo, él existe dentro de cada ser.
Ese amor divino lo puede todo, lo perdona todo, lo soporta todo, así como Mi Hijo lo vivió por todos.
No existe otra fórmula de ese amor que todo lo entiende, todo lo comprende, todo lo resiste en el más absoluto silencio.
En esta hora aguda del planeta el amor se podrá expresar abiertamente en los seres.
Es ese amor que actúa por encima de todo y que, al mismo tiempo, puede redimir lo que parecería imposible.
El amor triunfa en la vida de los que se rinden, de los que se entregan, de los que aceptan aquello que tal vez no merecerían, porque es tan grandioso y victorioso ese amor, que él puede redoblarse y expandirse bajo tres vertientes: en la gratitud, en la alegría y en la esperanza.
Además de esos tres pilares el amor también tiene su expresión en la bondad, en la misericordia, en la compasión, en la humildad, en la unidad, en la Gracia y en la caridad.
Que ese amor les traiga a todos el recuerdo de que cualquier error o maldad humana o espiritual es vencida, porque el amor es una esencia desconocida, que vivifica el alma.
Arriésguense a vivir todo por amor y podrán reconocer en sí los potenciales que deben vivir, porque en el amor siempre está la paz y no el conflicto.
Los anima a vivir en el Amor Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando Cristo nos llama para vivir Su Camino, debemos responderle y seguirlo como sea, porque en Él tendremos la fuerza interior necesaria para trascender y superar todas las miserias.
Cristo llama a las ovejas para que se conviertan en Sus apóstoles y así retransmitan los impulsos que Él quiere derramar sobre toda la humanidad.
Cristo llama a las ovejas a la consagración para que lo vivifiquen y sientan todo el amor mayor e infinito que no se encuentra en el mundo ni en ninguna otra consciencia.
Cristo llama a Sus discípulos para que le ofrezcan sus espadas y para que, rendidos ante el Señor de la Misericordia, la vida se pueda redimir.
Cuando Cristo llama a las consciencias para que cambien sus vidas y experiencias, de la noche a la mañana, es porque esas consciencias que son llamadas reciben el impulso único de dar un gran y último paso por el Plan.
Cristo llama para develar de cada consciencia su verdadera y sagrada tarea.
Él llama para cada alma descubra el guerrero de la misericordia que existe en su ser.
Él llama a Sus apóstoles para que estén al servicio del Supremo Señor, del Padre Eterno. Por eso, pido a Mis hijos que no rechacen ese llamado, porque sería la diferencia entre ofrecer la vida por la evolución del planeta o escatimar los esfuerzos y perder la oportunidad.
Oro todos los días por las almas que despiertan para que ellas sientan confianza y estén seguras de dar el esperado paso.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando un ser y una consciencia humana se consagran al Padre Celestial, es motivo de alabanza y de Gloria en los Cielos, porque nuevamente se cumple la profecía de Mi Hijo, que en el fin de los tiempos y antes de Su retorno habrá nuevos Cristos, mansos de corazón y puros de sentimiento.
Una nueva puerta se abre desde el Cielo hacia la Tierra para que la humanidad ingrata reciba una oportunidad de salvación. Es a través del alma consagrada que un puente de luz y de misericordia se establece, cuando tan solamente la consciencia declara: “Sí, Señor Mío y Dios Mío, te acepto”.
En ese momento, queridos hijos, los portales se abren y nuevas Leyes de misericordia actúan sobre la enferma humanidad.
Quisiera, hijos amados, que todos comprendieran el valor celestial de una consagración, porque no solo una consciencia se renueva, sino que todos los que están alrededor de ese nuevo consagrado también reciben una Gracia Mayor.
Así, vean en sus corazones los pasos que Cristo dio por cada uno de Sus seguidores para que el propósito espiritual se pudiera cumplir.
Una consagración significa para el Universo un acto de rendición y de entrega; también significa la apertura para que el espíritu de esa pequeña consciencia limpie sus pecados y sea bautizado por la Luz espiritual y divina de Mi Amado Hijo.
Por último, esa consagración atrae para la consciencia la profundización de su compromiso con Cristo y se establece una importante fusión espiritual, lo que llamaría de una transverberación que sucede en el momento en que el alma recibe esa Gracia de consagrarse; así el alma no olvidará ese momento por el resto de su vida, porque se ha encendido en un potente caudal de amor.
Así les revelo la belleza que Dios concibió para cada alma de este planeta, belleza que intenta destruir Mi adversario a través del desvío espiritual. Quien se consagra a Mi Inmaculado Corazón y siga Mis pasos, sepa que no perecerá.
¡Alabado sea Dios por impulsar a Sus criaturas a la consagración espiritual!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Hoy, Me aproximo hasta donde sus corazones Me lo permiten.
Como su Madre del Cielo, espero el gran día de su rendición, porque así estarán libres de la prisión de la duda y de la falta del verdadero amor.
Hoy, vengo desde el Universo Divino para darle un Mensaje de Paz al mundo y, para que eso sea posible, vengo a buscar en ustedes el espíritu de la trascendencia y de la paz. De esa manera, caminarán libres de ustedes mismos y evitarán retornar siempre al mismo punto de partida para volver a comenzar.
Mi grandioso Amor espera hacerlos libres, cada día más, porque siendo retirados del cautiverio del corazón, el alma se tornará libre como el vuelo de un ave sagrada.
Deseo que sus vidas se santifiquen en Cristo. Ya no necesito de su resistencia interior. ¡Abran el corazón!, porque durante estos últimos siete años de Gracias especiales, ustedes ya aprendieron a amar. Si no aman, nunca podrán perdonar ni perdonarse a ustedes mismos.
Mi Hijo murió por todos, para que nadie más tuviera que volver a pagar el precio de la injusticia y del dolor. Recuerden a Mi Hijo Crucificado, presente en la Eucaristía y disipen las tribulaciones de sus corazones.
Oro por su verdadera libertad interior. Ya es tiempo de recapacitar rápidamente y de reconciliarse, para no volverse como una piedra entre Mis Pies.
Yo deseo de sus almas una rosa de la paz. Aspiro, desde el principio, a que se conviertan, en Cristo y por Cristo. Así, el plan prometido se cumplirá y la Tierra entera alcanzará los Mil Años de Paz.
Tengan memoria de lo que les digo. No rechacen Mis Palabras, tómenlas como propias, porque así crecerán y como adultos vivirán un verdadero discipulado crístico.
Sepan, hijos, que los amo y los corrijo para que puedan expandir el Amor de Dios en este mundo apocalíptico, Amor tan necesitado por las almas prisioneras.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien les cultiva el espíritu de la santa humildad,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Si vuestros corazones cursan la escuela de la humildad, ellos algún día serán puros y, viviendo la pureza del corazón, transformarán vuestras faltas y conseguirán vivir en la Misericordia de Dios.
Por eso hijos, en este tiempo trabajen ardientemente para alcanzar la pureza del corazón.
Mis rayos son derramados sobre ustedes para que, tocados por Mi Luz, siempre vivan en el Amor Redentor de Mi Hijo.
A través de vuestros pasos dados en el camino de la transformación, vuestra Madre Celeste encuentra el camino abierto para liberar a las almas de la constante perdición.
Abran los brazos y reciban en el centro de vuestras almas la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
Están a tiempo de cambiar actitudes y costumbres que forman parte de la vieja humanidad.
Con vuestra transformación y redención inmediata, darán el sí y el verdadero testimonio al Padre Celestial, quien se complacerá en ver a Sus pequeñas criaturas dispuestas a redimirse a sí mismas.
Vuestro Maestro del Amor les ofrece la oportunidad de enmendar vuestros caminos y de seguirlo a pesar de las consecuencias. Ustedes, Mis hijos, viviendo en Su absoluta confianza, adquirirán un espíritu de fe que será inquebrantable en el momento del gran embate planetario que vivirá la humanidad.
La hora actual señala el tiempo de la conversión para dar paso a la consagración definitiva de vuestros corazones y vidas.
Hijos Míos, pasen por el ciclo de vuestra purificación renunciando a todo lo que les incomoda y abriendo los ojos al horizonte de misericordia que viene para redimir todos los males.
Mi camino se abre en vuestros caminos, por eso no pierdan la hora de vuestra rendición.
Yo Soy vuestra Madre y los sostengo entre Mis brazos para que siempre sientan la Paz.
El mundo aún no entiende la gravedad de los tiempos. Yo, en nombre de Mi Hijo, les traigo a la consciencia que llegó el tiempo de cambiar y de curar el pasado.
¡Les agradezco por responder a Mi urgente llamado!
Los cura,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con amor materno hoy les derramo el calor confortador de Mi Inmaculado Corazón para que, renovados por el principio purísimo de Mi Concepción Divina, todas vuestras vidas algún día alcancen el reflejo de Mi consagración.
Pero ya llegó la hora de vuestra rendición; vayan sin demora y póstrense a los pies de la Cruz; Mi Hijo, que sigue siendo martirizado, les entregará el poder de Su fortaleza interior, para que en el final de los tiempos se arriesguen a vivir el sagrado apostolado del amor.
Sin amor, no será posible la redención de la humanidad. Replanteen en vuestras consciencias el camino que escogieron vivir, cerca de Mi Corazón o lejos y distantes del cumplimiento de Mis pedidos.
Con la valentía y la fuerza interior que les da la oración del corazón, anímense a destituir de vuestras vidas la gratificación por medio del buen vivir o la comodidad. Es la comodidad y la vida sofisticada lo que ha llevado, al mundo entero, a alejarse de la fuente del amor y de la caridad.
Por eso, hijos, sirvan sin demora, Dios no los abandonará. La hora de vuestra purificación ha llegado, no teman ser aquello que nunca fueron; sean portadores de Mi Espíritu Inmaculado y así Me ayudarán a cumplir con los sagrados designios del Creador.
Mientras el mundo está convencido de lo que vive y de lo que la vida material ofrece para las pobres almas pecadoras, Yo los llamo a buscar la felicidad interior en el sacrificio y en la entrega absoluta a Mi Amado Hijo Jesús.
Si alguien respondiera a Mis humildes pedidos, será para Dios la prueba evidente de que este proyecto original sirve de algo para toda la Creación.
No se engañen con vuestras ilusiones, fijen vuestras miradas en la Pasión del Señor y estarán a salvo de las falsas ofertas, de vivir la propia realización distante de la Voluntad del Altísimo.
Nacieron para amar. Viven para perdonar. Trabajan para servir permanentemente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo los espero. Yo los aguardo. Yo los amo. Yo conozco a cada uno de ustedes más allá de sus corazones aún en Redención. Yo los contemplo en oración perpetua. Yo los vigilo con Mi Inmaculado Corazón. Yo los busco en cada camino para que cada alma se reencuentre con Cristo.
Ya llegó el momento de la verdadera consagración para algunas almas y de la constante donación para muchas otras. El tiempo marca la hora de la permanente oración para la reparación del mundo y de la humanidad dormida.
Hoy vengo a alzar Mi voz sobre sus corazones para que además de ustedes, otros hijos escuchen Mi llamado divino. Por eso, queridos hijos, el Señor contempla a todos con Su poderoso Corazón de Amor; Él aguarda la conversión de cada alma en este tiempo. Dicha conversión ayudará a los Planes de Paz que Mi Inmaculado Corazón propone emanar para todas las almas, más aún para aquellas distantes del Amor de Dios.
Mis hijos, sepan que todos deberán rendirse al Amor victorioso de Mi Corazón para que el mundo encuentre así el reposo que tanto busca. Para que la humanidad acompañe los cambios en el mundo deberá orar siempre, como un voto eterno. Ello permitirá revertir el dolor constante del mundo. Así, pequeños corazones, la consagración verdadera de cada uno de sus espíritus podrá unirse a la Luz del Espíritu Santo que en el final de los tiempos obrará como un emblema de paz para muchos y como una llama de fe y esperanza para otros.
Queridos hijos, el mundo está en emergencia de oración. Por ello, si viven día a día los atributos de Mi Corazón Universal ayudarán a que la Ley Divina ampare y rescate a muchos corazones que se han apartado de Dios. Las almas arden en las llamas del dolor y del sufrimiento. Mi llamado anuncia el alivio que aún muchos desconfían poder vivir; pero, al final de todo, Mi Inmaculado Corazón triunfará en cada esencia que Me busque y en la que no Me busque.
El verdadero espíritu de la oración mantendrá la barca en el océano hasta que ella se eleve a los Cielos.
Yo los invito a permanecer con el corazón en el Cielo.
Los venera,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Entre tú y Yo, un hilo de amor.
En tu oración junto a Mí, el llamado por la paz.
En tu corazón, Mi amado Reino.
Entre la Tierra y el Cielo, Mi Inmaculado Corazón.
Una voz sublime llama por todos sus hijos.
Una esperanza de volver a encender la Luz en los corazones.
Llamo a tu corazón para que tu alma responda. Llamo a tu vida para la oración. Consagra tu interior a Mi Corazón; Yo te espero siempre en oración. Quiero tener con todos Mis hijos una comunión interna que trascienda barreras y disuelva la soledad. Yo amo a todos Mis hijos que día a día se consagran porque de ellos surgirá el puente de salvación para otros hijos distantes de Mí.
Por eso, Mis pequeños, valentía para la vida y oración para el alma, así ustedes formarán un corazón abnegado al Llamado Divino.
Reuniendo los rebaños a través de la Luz de Mi Corazón, todos son conducidos hasta los pies de Cristo. Él los aguarda para la entrega. Él los aguarda para que amen a sus semejantes. Él los aguarda durante la noche, en oración y en vigilia. Cada alma debe extender Sus brazos para recibir la Misericordia Divina. Cada corazón confiado podrá ver la Luz de Cristo en el camino cuando el alma pura se rinda a Su Presencia de Amor. Cada corazón debe imitarlo para que así crezca la Luz en el corazón. Él los ama profundamente. Él cuenta con la donación de sus corazones. Les es pedido a todos los corazones un paso más en la vida.
Queridos hijos, esta es una lección de entrega delante del Ministerio de Nuestro Señor. Por eso, Mis pequeños, estamos en la hora de vivir la oración como un alimento vivo para la vida. Ella deberá ser la fortaleza diaria para sus corazones.
Pequeñas ovejas: el Señor llama a sus hijos a una oración que repare al mundo.
Los ama y los adora,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más