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40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Has de saber que, después de que tus pies atraviesen el desierto, encontrarás la puerta segura para tu redención.
Mantente en el júbilo interno de saber que ya no cargarás tus propios traumas y que siempre se te mostrará el horizonte para que todo sea curado.
Contempla, entonces, lo maravilloso que es servir a Dios y la Gracia que representa formar parte de Su Reino Celestial en la Tierra.
Por eso, deja que tu corazón sea traspasado por el Amor de Dios, por un Amor capaz de hacerte rendir a los Pies del Señor; para poder así reconocer que, más allá de toda circunstancia o experiencia dolorosa, existe algo mayor que te bendice y te purifica, así como el agua de la lluvia; que existe algo que te da la dignidad de ser Hijo o Hija de Dios, así como la Santísima Madre lo vivió en Sí misma cuando entró en el Templo".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"No le temas a la oscura noche del desierto, Mi Eterna Luz te guiará paso a paso.
No les prestes atención a las tentaciones ni a las pruebas, más bien ríndete a Mí, y así te librarás de ti mismo para siempre.
Recuerda que las únicas víctimas son los inocentes. Recapacita".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Estar en Mi Corazón significa vivir grandes responsabilidades, asumir grandes pruebas y atravesar grandes desafíos.
Vivir en Mi Corazón representa un compromiso eterno y no pasajero, un compromiso responsable y maduro que los lleve a vivir Mi Plan y su manifestación en la superficie de la Tierra.
Estar en Mi Corazón representa algo más que un sentimiento, algo que los pueda conmover o emocionar.
Estar en Mi Corazón significa vivir una responsabilidad espiritual, pero también material. Es llevar adelante un propósito, una meta, una misión que el Padre les presenta, de tiempo en tiempo.
Por eso, vivir en Mi Corazón significa muchas cosas. Algo que ustedes deben descubrir, día a día, porque estar en Mi Corazón es estar ante Dios. Es escucharlo, es saber responderle y es saber proceder conforme Su Voluntad lo presente.
Estar en Mi Corazón es un momento de constante definición. Es aprender a superar los propios abismos. Es aprender a disolver las barreras de la consciencia y de la mente. Es aprender a amar cada día más.
Por eso, Yo les doy Mi Corazón como un testimonio de que es posible vivir a Dios y cumplir con Sus ardientes deseos de ver a Sus hijos dentro de Su Propósito infinito, porque vivir en Mi Corazón es también asumir un compromiso Conmigo en esta Obra de redención y de paz, en este tiempo en el que todo está en juego y se precipitan las cosas, las situaciones humanas, el proceso de las naciones y la experiencia de grandes conflictos que la humanidad deberá aprender a curar consigo misma, por medio de la profesión de su fe y de su confianza en el Padre.
Vivir en Mi Corazón es vivir un sacrificio para después vivir sacrificios mayores que los llevarán a experimentar grandes renuncias, momentos de enfrentar la trascendencia de cada ser para recibir del Cielo los grandes tesoros, las dádivas del Universo, la Sabiduría y el Conocimiento de Dios.
Vivir en Mi Corazón es morir para sí mismos, es colocar al otro primero para que también los demás sean colocados primero y así se viva la fraternidad, una base fundamental de la hermandad, de la cooperación y de la solidaridad entre las almas.
Vivir en Mi Corazón significa que algo mayor deberá cumplirse en este tiempo y que va más allá de los límites de su consciencia, de su percepción, de su interpretación o de su parecer.
Vivir en Mi Corazón es entregarse al vacío y a la nada. Es estar en confianza dentro de lo desconocido, de lo que es inmaterial, de lo que no es palpable, de lo que nadie puede controlar.
Vivir en Mi Corazón es entregarse al Poder de Dios para disolver el poder humano que es pequeño y frágil.
Vivir en Mi Corazón es aprender en nuevas escuelas y en nuevas academias. Es forjar y despertar en cada ser su verdadera misión, su propósito y el motivo de estar aquí, en este tiempo.
Vivir en Mi Corazón también es renovarse, es alegrarse, es reencontrar, día a día, el sentido y la razón de servir a Dios. Es saber que, más allá de todo o bajo cualquier circunstancia o dificultad, el amor deberá estar primero para que él pueda actuar y obrar en los corazones, para que él pueda sanar las profundas heridas de la consciencia y de la personalidad, para que el ego de cada ser humano aprenda a vencerse, aprenda a entregarse para que pueda ser transformado, para que pueda ser sublimado, para que sea disuelto en la Luz de Dios, que es la Luz del Amor y de la Consciencia Divina.
Vivir en Mi Corazón es asumir el fin de los tiempos, es saber dónde estar y qué hacer, es contribuir, colaborar, es servir, es donarse. Es abrazar con fervor y devoción el llamado y, en profunda reverencia, es cumplirlo para que aún más la Luz de Dios pueda ingresar al mundo y a la consciencia de la humanidad.
Vivir en Mi Corazón es dejar de ser lo que uno es, lo que uno cree, o lo que uno piensa.
Vivir en Mi Corazón es atravesar el umbral hacia el vacío, es perder los sentidos de la propiedad y del control humano, es rendirse, es humillarse, es entregarse por la existencia y la vivencia de un Amor Mayor que mueve a todo el Universo y a todo lo que fue creado.
Vivir en Mi Corazón es animarse a imitarme, a representarme, a ser Mi apóstol, a no vacilar ante las dificultades, a asumir con coraje y valentía cada una de las pruebas.
Vivir en Mi Corazón es aprender a superar las pruebas. Es confiar ciegamente que nadie perderá el camino, porque a quien está en Mi Corazón no le faltará la luz, no le faltará la paz ni tampoco el discernimiento.
Vivir en Mi Corazón es aprender a perdonarse a sí mismo y a perdonar a los demás, es saber que en este momento la cura espiritual y física es fundamental en la humanidad.
Vivir en Mi Corazón es cerrarle las puertas al mal, a la adversidad, a la oscuridad y a las tinieblas; es asumir vivir un cambio; es esforzarse todos los días por alcanzar el mayor estado y grado de amor por los que no aman, por los que sufren, por los que están perdidos.
Vivir en Mi Corazón es asumir junto Conmigo al planeta y a su humanidad. Es hacer algo por las naciones del mundo, por los pueblos, por las culturas y por las religiones.
Vivir en Mi Corazón es buscar la esencia del Amor Crístico de una forma incansable, sin detenimiento, sin dejar de caminar y de remar en esa barca que los lleva al puerto de Mi Corazón.
Vivir en Mi Corazón es solidarizarse, es comprenderse, es ir un poco más allá de la comprensión de la mente y de la consciencia, es abrazar al Universo como el Universo los abraza a ustedes. Es participar verdaderamente de una comunión interna con el Espíritu de Dios para poder traer la paz y la redención al mundo.
Vivir en Mi Corazón es animarse a morir por Mí bajo cualquier circunstancia, sea espiritual, mental o físicamente.
Vivir en Mi Corazón es dar testimonio por Mí. Es decir que Yo ya estoy retornando y que en este tiempo Me anuncio al mundo por medio de la Palabra de Dios para cada uno de sus corazones y de sus vidas, para que estén prontos, disponibles y atentos a ese gran acontecimiento del Retorno de Cristo.
Vivir en Mi Corazón, compañeros, es erradicar la indiferencia, la omisión y la falta de hermandad.
Vivir en Mi Corazón es disolver el desamor, la falta de esperanza y la perturbación humana.
Vivir en Mi Corazón es poder alcanzar la Luz y entregar esa Luz a sus hermanos a través del ejemplo, de la conversión y de la redención de sus vidas; a través del camino del servicio, de la cura y de la santidad.
Vivir en Mi Corazón es elevar sus consciencias, es poder abrazar la cruz que Yo le entrego a cada uno y es no temer cargarla a pesar de lo que suceda o de lo que cueste.
Vivir en Mi Corazón es dejarse impulsar por Mi Amor para superar los límites de la consciencia, para vivir así como vive todo el Universo y sus Jerarquías.
Vivir en Mi Corazón es no bajar los brazos, es decir “sí” y es intentarlo nuevamente todos los días hasta poder vivirlo y poder representarme.
Es simple vivir en Mi Corazón. Por eso, aún muchos no lo están, porque están en sus propios corazones y mientras estén en sus corazones, en su propio yo, Yo no podré estar en ustedes.
Lo que Yo les pido es que se rindan, es que confíen y que se entreguen. Porque vivir en Mi Corazón no los hará sufrir, sino que los hará expandir su consciencia, su servicio y, sobre todo, la expresión de su amor por el planeta y por la humanidad.
Que en esta Maratón de la Divina Misericordia todos puedan volver a Mi Corazón, y los que ya están en Mi Corazón puedan ayudar a ingresar a los que aún no lo están, por diferentes circunstancias o miedos.
Que en Mi Corazón puedan sentir el Amor de Dios, puedan sentirse acogidos por Su Templo y por Su Sabiduría. Porque es en este Amor de Mi Corazón que podrán vivir en el amor de hermanos, en el amor de las almas que sirven a Dios, en el amor que fortalece, que disipa la oscuridad, que transmuta la ignorancia, la indiferencia, la maldad humana.
Que vivir en Mi Corazón sea un triunfo para cada uno de ustedes, para que este triunfo sea en cada una de sus naciones a las cuales representan en este tiempo.
Que vivir en Mi Corazón para cada uno de ustedes sea la posibilidad de la cura y de la redención de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.
Mi Corazón aún está abierto, en Misericordia y en Piedad. Antes de que venga el tiempo de la Justicia Divina llamen al mundo entero a vivir en Mi Corazón porque Mi Corazón sufre por aquellos que aún no están en Él.
Mi Corazón es un portal al Cosmos y a la Divina Consciencia.
Mi Corazón es el umbral que los llevará hacia la paz y hacia la vivencia del apostolado de estos tiempos, el apostolado del fin de los tiempos.
Vivan en Mi Corazón para que el mundo se pueda reconciliar y la humanidad pueda recapacitar.
Que sus oraciones construyan el puente, en estos días, para que ingresen a Mi Corazón y en Mi Sagrado Corazón conozcan y sepan la realidad, todo lo que siente su Maestro y Señor, todo lo que Él vive y experimenta de lo que ve y observa del mundo.
Y una vez que ingresen a Mi Corazón sean parte del fuego de Mi Amor, para que Yo pueda iluminar al mundo y a todas las consciencias que lo necesitan porque, compañeros, si en este tiempo no hay amor, nada será posible.
El Amor que viene del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo los salvará, los redimirá y los reconciliará con lo Alto, con el Universo. Y encontrarán la Verdad, encontrarán la salida y levantarán sus cabezas para contemplar en el horizonte Mi Retorno.
Que sus corazones se unan a Mi Corazón y que sus oraciones toquen el Corazón del Padre para que Él les permita entrar en Mi Corazón.
Que así estemos en hermandad y en fraternidad, para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración del alma sacrificada
Si mi vida, Señor, fuera servirte para siempre,
sin nada recibir a cambio,
que se cumpla Tu Voluntad, Jesús,
porque el mayor tesoro que tengo es poder encontrarte
en el servicio incondicional a mis queridos hermanos.
Señor, no permitas que quede ciego por mis propias miserias.
Ayúdame, Jesús, a salir de mí todos los días,
para que pueda descubrir y comprobar
que en el sacrificio y en la donación constante de mi vida
está el camino victorioso a la rendición.
Jesús, Tú eres el Sol de nuestras vidas.
Encandila el mundo con los rayos de Tu Misericordia
y así me daré cuenta de que todo lo que Tú hiciste por nosotros
es más grande e inmenso que todas las renuncias
que debo superar y atravesar, día a día;
porque en lo profundo de cada aprendizaje, mi Jesús,
está Tu silenciosa Voluntad,
que solo aspira a hacer de mi persona
una consciencia bondadosa, amorosa, servicial y buena.
Por eso, Te pido, mi Señor, que no me hagas perder
la riqueza espiritual de cada sacrificio y de cada prueba.
Que tenga la gracia de poder imitarte
en el amor compasivo y en la Misericordia,
porque Tú eres el Señor, sin hora, sin reglas ni condiciones.
Tú, mi Jesús, lo eres todo por nosotros
y aspiro, algún día, a poder ser lo mismo por los demás.
Que el camino de la fraternidad
me enseñe a desprenderme de mí mismo
y que, ante cada nuevo desafío, encuentre
el poder humilde que proviene de Ti para
romper las cadenas de la indiferencia y de la mediocridad.
Señor, te pido y te ruego:
solo vive en mí.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Oración del alma entregada
A pesar de cómo me encuentre,
yo Te seguiré, Señor.
A pesar de lo que viva,
yo Te seguiré, Señor,
porque solo encontraré reposo y nuevas fuerzas
cuando esté ante Tu piadosa Presencia.
A pesar de lo que atraviese,
a pesar del durísimo y frío desierto espiritual,
yo Te seguiré Señor,
porque todo Te lo debemos absolutamente a Ti
y no hay nada que nos impida confirmarnos
para seguir Tu camino de Redención y de Amor.
A pesar de lo que sienta,
de lo que vea o de lo que crea,
yo Te seguiré Señor,
porque necesito aprender a rendirme
así como Tú Te entregaste
por cada uno de nosotros.
Señor,
no permitas que las ilusiones y los espejismos
de este mundo me confundan.
Que en cada momento pueda encontrar
la llama luminosa e inextinguible
de Tu maravilloso Amor para que,
sirviéndome de Tus más profundos y misteriosos Dones,
yo pueda representarte
como Tu apóstol y embajador de la paz.
No dejes, Señor,
que mis propias miserias
me arrastren hacia los abismos.
Hazme valiente y animado
para poderte encontrar siempre
en mi imperfecto camino.
Sostenme, Señor,
en los momentos en los que no comprendo
ni puedo trascender todo lo que me rodea.
Ayúdame, Jesús,
a ser inconmensurablemente misericordioso.
Retira de mi consciencia
cualquier indicio de mediocridad
y de falta de fraternidad,
porque al fin de esta larga caminata
en búsqueda de Tu Divina Presencia,
podré comprender, Señor,
que la vida es un regalo de Dios
y que ella está llena de oportunidades
para que, sinceramente, podamos amar
así como Tú nos amas siempre.
A pesar del cansancio, de las incomprensiones
y de los más íntimos secretos
que Tú conoces, Señor,
yo Te seguiré.
Porque el gran y único mérito de mi vida
será servirte y sufrir Contigo
lo que Tú ves del mundo para que
la ignorancia, la indiferencia y la impotencia
sean aliviadas en Tu Corazón,
por la entrega que hoy hago de mi vida a Ti.
No me abandones, Jesús.
Te necesito y Te espero
con el ardor de mi corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Deja tu alma rendida en Mis Brazos para que Yo pueda depositar en tu esencia lo que tengo preparado desde hace mucho tiempo.
Necesito que Me des el permiso para que Yo pueda obrar y pulir con Mis Manos todo lo que, algún día, deberá brillar como el oro.
Tú eres el mayor tesoro que Yo puedo legarle al Universo y, principalmente, a la Creación.
Tu vida es como un cristal en bruto que deberá ser trabajado para que muestre su belleza y esplendor.
Deja que pueda retirar las vetas de las impurezas. Permíteme que pueda utilizar los instrumentos que he preparado para hacer de tí lo que Mi Voluntad ha determinado.
No retrocedas, avanza sin miedo y con coraje para que aquellos que están detrás de ti también puedan avanzar.
Ten consciencia de Mis Palabras y recuerda Mis Actos para que finalmente puedas realizar Mi Sagrada Voluntad.
Arriésgate a sentir el desprendimiento interior de todo poder, de toda autonomía y de todo prestigio.
Un verdadero siervo Mío siempre estará dispuesto a limpiar las sandalias de sus hermanos para que entren, con pulcritud, en la Casa Divina del Padre.
Sepárate rápido de las incertidumbres. Confía en las maravillas que hoy puede hacer Mi Corazón Manso en la vida de quien se entrega al Señor.
Te invito a que te decidas a ser parte de Mí.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Décimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Amado Jesús,
hazme valiente a cada momento.
Que las pruebas sirvan
para purificar mi consciencia.
Que los desafíos que Tú me envías
ayuden en la trascendencia de mi ser.
Que cada transición de la vida
sea el pasaje hacia un nuevo
estado de consciencia.
Ayúdame, Señor,
a ser perseverante,
humilde y dedicado.
Que pueda sentir en mi corazón
el Rayo de Tu Misericordia
y la divina y suprema Gracia
actuando y obrando en todo mi ser,
porque así Tu Luz divina triunfará
ante la oscuridad interior
de estos tiempos.
Señor Jesús,
fortaléceme día a día
en la unión Contigo,
hazme pequeño y semejante a Ti
para que pueda imitarte perfectamente
en cada paso.
Vacíame, Señor, en todo momento.
Regocija mi alma
al estar en Tu gloriosa Presencia.
Y te pido, Señor,
que alivies el peso de mi cruz,
para que con Tu misericordiosa ayuda
me rinda completamente
a los Pies del Padre Celestial.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice y los renueva,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Décimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Sálvame, Jesús mío,
de mí mismo, de cualquier acción,
hecho o pensamiento
contrario al Tuyo.
Sálvame, Señor,
de mis ideales
y de mis propios juicios de valor,
para que pueda representarte
según Tu Voluntad.
Sálvame, Señor,
de toda adversidad
interior y exterior.
Sálvame de toda oscuridad
que pueda reinar dentro de mí,
y disuelve con Tu Poder
todo lo que sea contrario
a Tu Luz y a Tu Amor.
Déjame, Señor,
que te pueda reconocer
dentro de mi corazón,
como ese amor y esa paz inalterables,
perpetuos y eternos,
rayos que provienen de Ti
y que todo lo renuevan.
Permíteme rendirme a Ti, Señor,
cuando más lo necesite
y hazme conocer el poder
y la sabiduría amorosa
de Tus misterios.
Déjame a Tu lado,
para que pueda sentir
el perfume de Tu Amor
y, sobre todo,
el latir constante de Tu Corazón.
Que en cada sacrificio,
mi vida se renueve
y sea una victoria más
para la humanidad y el planeta.
Que en cada entrega
todo sea ofrecido en honra
a Tu Divino y Eterno Corazón.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Octavo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Libérame, Señor,
del miedo a cualquier dolor
que deba enfrentar.
Que esa liberación,
que solo Tú me concederás por Tu Gracia,
me ayude a aprender del sufrimiento
y a no temerle.
Porque sé, Señor,
que en todo existe un porqué,
y Tú, Amado mío, nos das la sabiduría
para poder comprenderlo y aceptarlo
así como Tú lo aceptaste silenciosa
y humildemente en el Huerto Getsemaní.
Concédeme, Señor,
la oportunidad de ver
la santa redención en todo lugar
y cómo el poderoso Amor de Tu Corazón
todo lo transforma y todo lo sana.
Quédate conmigo, Señor,
en todo momento,
al menos hasta que yo aprenda
a reconocer Tu Voluntad
y a cumplirla paso a paso.
Déjame, en las horas difíciles y amargas,
estar cerca de Ti, solo para contemplarte
en el poder luminoso de Tu Santa Eucaristía.
Que por medio de esa ofrenda, Señor,
encuentre fortaleza y mucho coraje, todos los días,
para pasar por encima
de mis ideas, gustos y satisfacciones.
Haz que me rinda, Señor, a Tus Pies,
para que mi orgullo,
vanidad y soberbia los besen
y toda adversidad o egoísmo interior
sean disueltos por el bálsamo de Tu Luz.
Confío en Ti, querido Jesús.
Tú que conoces mis flaquezas,
transfórmalas a todas,
aunque mi sacrificio solo sea
un pequeño grano de arena
en este vasto Universo.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Primer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Amado y bondadoso Corazón de Jesús,
Señor de la Misericordia y de la Paz,
atrae mi corazón hacia el Tuyo.
Que pueda ser uno en Ti
para ser uno con mis hermanos.
Manso Corazón de Jesús,
hazte parte de mí sin condiciones ni formas.
Rompe, dentro de mí,
las murallas que me separan de la luz de la verdad.
Cura mi ceguera, la que me ha llevado al orgullo.
Sana mi corazón, que ha sido llevado al constante sufrimiento.
Amantísimo y purísimo Corazón de Jesús,
que Tu Llama de Amor disuelva todas las dudas.
Que la Llama de Amor que brota del centro de Tu Corazón humilde
sea la luz que disipe las tinieblas de mi frágil corazón.
¡Oh, amadísimo Pastor y Guía de los corazones!
que los Rayos que brotan de las Llagas de Tus Manos
iluminen el sendero que me llevará a la redención.
Que siempre pueda encontrar refugio en Tu Corazón
y que este refugio también lo encuentre, con confianza,
en mis hermanos,
porque solo aspiro y anhelo el bien,
en mí y en todos los seres.
Pacífico Corazón de Jesús,
Tú que gestas dentro de los hombres las cosas nuevas,
Tú que renuevas y vivificas todo lo que tocas con Tus santas Manos,
que me invada el Rayo de Tu estricta obediencia
y de Tu divina pureza.
Enséñame, Jesús, a amar como Tú nos amas y nos has amado.
Ayúdame, Jesús mío, a ser solo un instrumento en Tus Manos,
para que al menos una pequeña chispa de mi consciencia
sirva a Tu grandiosa Obra de Amor y de Perdón.
Enséñame, Jesús mío, a ser justo y a no ser indiferente.
Enséñame a imitarte y representarte
así como Tú, humilde Maestro,
has representado al Padre Celestial en la Tierra.
Manso Corazón de Jesús, pacifícame.
Dulce Corazón de Jesús, amánsame.
Eterno Corazón de Jesús, consuélame
y dame la fuerza de Tu Divino Espíritu
en las horas de mayor prueba,
porque todo deberá retornar a Ti, Señor.
Todo a Ti pertenece para siempre.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esas palabras de una dulce alma en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primer Mensaje
Que estar Conmigo no sea un compromiso, sino una necesidad esencial para estos tiempos.
Yo no vengo a pedir lo imposible, sino lo que en verdad Me pueden dar, porque lo veo y lo siento.
Al igual que Mi Madre del Cielo, hoy piso con Mis Pies la cabeza de la serpiente de la maldición, la serpiente usurpadora e invasora, y así libero los infiernos, a las almas y, sobre todo, a los pueblos.
Hoy Mi Obra comienza aquí, en este lugar de Portugal, porque también necesita de Mi Misericordia; a pesar de todos los hechos que hayan sucedido en otros tiempos y de todas las Gracias que hayan descendido sobre este país.
Pero ahora estamos en un momento definitivo, en el que la participación de cada uno de Mis compañeros es esencial.
Esa es la respuesta que Yo recibiré de ustedes para seguir llevando adelante Mi Obra, esta vez en esta parte del mundo, en Europa, pero también en otros lugares en donde se necesita Mi Divina Misericordia para poder seguir adelante.
Ahora le llegó el momento a Mis compañeros de darlo todo por amor, y este mensaje es para todos.
Llegó el momento de que se igualen a Mí, que sean tan semejantes a Mí, no solo en el espíritu sino también en las obras.
Mientras estoy con ustedes descomprimo a la humanidad del mal, y permito que las almas se sumerjan en el Océano Infinito de Mi Misericordia.
Será importante que todos puedan entrar a ella, porque la Fuente se está cerrando mientras se aproxima la Justicia Divina.
Será importante que todos los que puedan estén a salvo, porque así podré dar testimonio ante Mi Padre, de que las almas responden a Mis pedidos y a Mis comandos.
Estoy aquí no solo por Portugal, sino también por toda Europa que debe despertar a la esencia de Mi Divina Misericordia; y para poder despertar a la esencia de Mi Misericordia deberá comprenderla y, sobre todo, vivirla en estos tiempos tan cruciales en los que luchan el amor y la indiferencia.
Necesito que sean parte de esa Fuente de la Misericordia mientras estén aquí, en este planeta y formando parte de esta humanidad.
Que cada acto o cada sentir sea parte de Mi Divina Misericordia.
Que cada ofrecimiento o donación de ustedes sea parte de Mi Divina Misericordia para que Mi Cruz Redentora pueda triunfar una vez más.
Ya estamos en el tiempo y, por medio de esta Peregrinación, estamos ingresando al momento más culminante de la humanidad, en el que ya no habrá más qué escoger, sino un solo camino que seguir, que es el camino hacia Mi Corazón, el que Yo le ofrezco incansablemente al mundo, para que las almas se sirvan de Mis méritos y de todos los tesoros que el propio Padre le ha concedido a Mi Consciencia Divina.
Pero ustedes saben, compañeros, que por más que Yo esté en el Cielo, Yo Soy igual que ustedes, como hombre, como alma y espíritu; que Mi Cuerpo resucitado y toda Mi Consciencia subieron a los Cielos para estar protegidos de estos tiempos y, especialmente, para prepararse para el momento del gran retorno a la humanidad.
Estamos en esa transición y en ese camino, estamos a la espera de ese gran momento en el que todo se desencadenará, dentro y fuera de las criaturas.
Mientras tanto, beban de la Fuente de Mi Misericordia para que se puedan purificar y limpiar.
Que sus actos estén llenos de amor.
Que sus palabras estén llenas de sabiduría y no de vibraciones bajas.
Que sus obras estén llenas de caridad y de Misericordia.
Que sus gestos sean gestos de luz y de elevación de su consciencia y de la consciencia de toda la humanidad, para que cuando Yo vuelva los pueda encontrar transformados, sin necesidad de purificarlos un poco más ni de pedirles que permanezcan un tiempo más en la Tierra y no puedan volver Conmigo al Cielo.
Lo que Yo les digo en este momento no es simbólico, es una verdad que emana Mi Corazón.
Cuando Yo retorne al mundo, a muchas, a muchas almas les costará reconocerme porque retornaré diferente a cómo Yo Me fui al Universo.
Pero Mi Voz sí será reconocida. Mi Corazón Glorificado y vivo sí será visto, y todos podrán ser testigos de Mis cinco principales Llagas de Luz, que Yo impartiré como la luz de más que cientos de soles para bendecir a la Tierra y convertirla en redención.
Cuando todo eso esté por suceder los corazones ya deberán estar limpios, sin arrogancia, sin orgullo, sin soberbia y, sobre todo, sin maldad; porque para que el Reino de Dios entre en ustedes, ustedes deberán ser dignos del Reino de Dios.
Y el Reino de Dios podrá entrar en ustedes cuando sus corazones estén limpios de sí y llenos de la entrega que compartirán con su Maestro y Señor, transmutando y liberando el dolor del mundo y el sufrimiento que aprisiona y hace agonizar a las almas.
Esta es la cruz que Yo les ofrezco a muy pocos, porque la recompensa, que no será de este mundo, es muy grande para quien la cargue junto Conmigo y con valentía.
Llegó el momento de que la cruz de esta humanidad, que ha sido pervertida y ultrajada, se redima y resplandezca como victoria de Luz y de Amor, de Unidad y de Hermandad, tan semejante a la Cruz en la cual Yo fui clavado en lo alto del Monte Calvario; en esa redención se unirán a la Esencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero aún hay mucho por hacer, hay mucho por hacer con tan pocos.
Sin embargo, la Fuerza de Mi Espíritu no les faltará; porque quien está en Mí, Mi Espíritu lo tornará invencible y le dará la fuerza para poder hacerlo todo, según Mis designios y Mi Voluntad.
Es así que hoy les digo, compañeros, especialmente a los que escuchan este mensaje en este primer día de Maratón, que se han esforzado y han madrugado para recibirme en sus corazones del otro lado del mundo, que con esos Yo contaré, porque no serán corazones tibios ni fríos, serán corazones en los que Yo podré confiar infinitamente y sin excepciones, sin justificaciones y sin reclamos.
Les vuelvo a decir que es hora de darlo todo por los que no lo dan; y cuando llegue el tiempo de Mi regreso, serán bienaventurados como los que están en los Cielos, serán reconocidos a causa de haber sufrido y padecido por Mí, al igual que tantos santos y tantos servidores de los últimos tiempos.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia sea la maratón del sacrificio y de la institución del Divino Perdón entre los pueblos y las naciones que se conquistaron y se lastimaron, transgrediendo las Leyes de Dios y los atributos de la evolución.
Que, por medio de la Fuente y del Océano de Mi Divina e Insondable Misericordia, las heridas más profundas del sufrimiento humano sean cerradas, desde el momento de Mi Ascensión hasta el presente.
Confío, confío en lo que Me podrán dar, porque lo que Me han dado hasta ahora ha concedido esta Gracia tan importante de que ustedes estén aquí, junto a Mí, para seguir los caminos del perdón y de la redención.
Escucha, Padre, la voz de los que siempre están Contigo.
Escucha la voz de los que claman por Tu Voluntad y por Tu Gracia.
Que todo sea renovado, Padre, desde lo más íntimo hasta lo más superficial.
Que todo sea curado, Padre, desde lo más pequeño hasta lo más grande.
Porque en todo Tú Te encuentras, Adonai.
Porque en todo Tú vibras, Emmanuel.
Y Tu Espíritu está presente, Abba, en todas las dimensiones.
Que las almas más sedientas y perdidas encuentren Tu Luz por medio de esta oferta a la Divina Misericordia de Mi Corazón, y así estaré cumpliendo, amado Padre, junto a Mis hermanos, la promesa de volver a hacer triunfar Mi Cruz en el mundo. Amén.
Que la Luz del Espíritu Santo los bendiga y que el Espíritu Santo los guíe por medio del Don de Su Sabiduría y Discernimiento.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aunque no lo consigas, camina descalzo hacia Mí, para que Yo te pueda recibir y moldear tu consciencia según como lo tengo pensado desde antes de que despertaras a Mí.
Por eso, en el esfuerzo de despojarte de todo tendrás el ímpetu para renovar de tiempo en tiempo tu vida y tornarla, cada día que pasa, más sagrada y bendita.
Llegar descalzo hacia Mí es un desafío grande, pero no inalcanzable, es el permiso interior que tú Me das para que Yo pueda hacer de tu vida el modelo que una vez había pensado.
Aunque tengas imperfecciones o aún defectos, no son impedimentos para que Yo pueda transformar tu vida. Lo único que necesito es tu más sincero amor, para que las Leyes que provienen de Mi Consciencia puedan actuar libremente en ti.
Por eso anímate y descalza tu ser de todo, aunque a veces no lo consigas.
Valen el intento y el esfuerzo de poder vivirlo y realizarlo.
Deja que Yo pueda tenerte entre Mis Manos como barro nuevo, para que este Alfarero y Artesano del Amor pueda realizar de ti algo desconocido y nunca visto.
Cree que Yo todo lo puedo, porque llegará la hora de que tú testimonies Mi Presencia ante el mundo cruel y así se cumpla Mi Palabra.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mis Palabras de Luz caerán en estos días como gotas de sangre, y será tan semejante como al momento de la Pasión dolorosa de su Señor.
Cuando eso suceda, deberán estar postrados ante Mi Corazón, porque su Maestro no solo transmutará el dolor humano y planetario durante los días de la Sagrada Semana, sino que también cada palabra que pronunciaré estará llena del Amor y de los méritos alcanzados por el Redentor.
Que Mis Palabras de Luz los guíen y, al mismo tiempo, los conforten.
No pierdan ni una Palabra de su Señor, porque la preciosa Sangre del Cordero estará siendo nuevamente ofrecida al Padre por la expiación de los hombres ingratos.
Solo les pido que Me acompañen con consciencia, amor y ardor en el corazón.
Solo les pido que se entreguen a Mí, para que Yo Me pueda entregar al mundo en Misericordia y Perdón.
En este tiempo vengo hacia ustedes diferente a otros tiempos, trayendo entre Mis Labios la Palabra Divina impregnada con preciosos códigos lumínicos de la Fuente. Es así que nada, absolutamente nada, se desperdicia.
Sé que muchos esperarán con fervor que Yo les hable a lo más íntimo del corazón para que ustedes sepan en qué punto se encuentra su redención y entrega.
Renuncien en esta próxima Sagrada Semana y reciban Mis impulsos de Amor como las señales verdaderas, las que les indicarán el próximo paso.
Para eso, estén atentos, despiertos y no dormidos físicamente, porque Mis Sagradas Palabras de Luz estarán siendo divinas gotas de Sangre que lavarán sus cuerpos, purificarán aún más sus mentes e iluminarán sus espíritus, así como lo espero, cumpliendo la Voluntad de Mi Padre.
Regocíjense en Mí.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo consagrado:
Renuévate en este día y celebra por estar formando parte de la Obra de Misericordia y de Amor de tu Redentor.
Renuévate en tu interior confirmando los votos internos que tú has hecho ante tu Maestro y Señor, y no te preocupes por nada, porque si Yo formo parte de tu vida y de tu existencia, tienes que creer para siempre que todo, absolutamente todo, está bajo Mi soberano Poder y que nada semejante a tu Señor podrá interferir.
Por eso, con los ojos llenos de alegría y de luz, celebra, hijo Mío, este día de confirmación y de reconsagración a Mi Paterno Corazón. Que esta afirmación interior permita construir en ti el nuevo propósito y que ese propósito pueda abrazar a más corazones.
En este día de renovación para cada consagrado que no exista el temor, la duda o la falta de fe.
Que cada alma consagrada sepa que siempre deberá hacer lo mejor para que triunfe el Corazón Sagrado del Maestro, para que más puertas inciertas en el mundo sean cerradas por medio de la íntima comunión de los espíritus con el Salvador del mundo.
Que este día sea motivo de celebración, y no de angustias, de esperanza, y no de amarguras.
Que cada alma que se ha consagrado al Redentor mire con ardiente aspiración hacia el firmamento y que, en algún punto del espacio sideral, encuentre el retorno de Cristo, primero en su corazón y segundo, en este planeta dolorido.
Que hoy cada consagrado ofrezca su consagración y sobre todo su corazón humano para ser depositario de nuevas virtudes y Gracias, para que esta Orden de amor y de hermandad, que preciosamente he fundado, reciba la Gracia de nuevas vocaciones, del despertar de nuevos talentos para estos tiempos, en los que deberán reinar el amor y la paz universal.
Reciban de su Maestro la bendición paternal para que cada alma consagrada en este día vuelva a decirle a Mi Corazón: “Mi amado Señor, aquí estoy para servirte, para cumplir Tu Voluntad”.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo en este ciclo para descalzar las sandalias de Mis discípulos y, al igual que en el pasado, lavaré los pies de todos los Míos, purificándolos con Mi Fuego, sublimándolos con Mi Consciencia, retirando de cada uno de ellos lo que no Me sirve más.
Por eso, cuando les toque el lava-pies, prepárense, porque será la hora de la gran rendición y de la victoriosa derrota. Ese será el momento en el que serán más purificados e ingresarán dentro de la corriente de Mi Fuego, para poder expurgar lo que ya está vencido y viejo.
Así, Yo los mantendré preparados para Mi retorno, sobre todo para la última parte de la Obra que deberá cumplirse al pie de la Sagrada Escritura de Dios.
Si ya están sintiendo que dentro de ustedes se está removiendo la gran resistencia interior y que ella hace lo imposible para no ser derrotada, les digo: no tengan miedo, el fin del cautiverio humano está próximo y conocerán la libertad.
Por más que duela perder el control de todo, el quererlo todo o el ansiarlo todo, ríndanse a Mis Pies, porque como Buen Pastor estaré incansablemente a su lado para levantarlos del suelo de sus amarguras y penas, cuantas veces sea necesario.
Lo único que les pido es que confíen en Mí, porque a pesar de la temible tormenta o tempestad que puedan estar atravesando en este tiempo, sepan que Mi Sagrado Espíritu del Amor siempre está allí, a la espera de que Me llamen, a la espera de que Me invoquen, para que Yo tenga el permiso interior de interceder.
No bajen los brazos, el Universo necesita de discípulos despojados de sí y de todo. El Universo necesita de almas capaces de vivir, más allá de sí, la Divina e Insondable Misericordia por los que en verdad son más miserables y están dentro de esta humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro del Amor, Cristo Jesús
Cuando un corazón se quiebra por dentro es señal de que la Ley de la Liberación Interior se está cumpliendo.
Por eso, en este día, deja tu corazón abierto para que, como otros, él esté disponible para que caigan las estructuras y se quiebren todas las formas.
Deja tu corazón disponible para todo lo que él deba vivir, porque así permitirás que fluyan en ti las Leyes Universales, las que ordenarán tu vida y ajustarán tu consciencia.
Que tu corazón encuentre la liberación necesaria de todo lo que obstaculiza el libre caminar del discípulo de Cristo.
Deja que tu corazón conquiste el vacío de sí para que pronto pueda ser llenado por el bálsamo de la Misericordia de Mi Corazón.
Ríndete como si nada más tuviera sentido y así encontrarás la puerta de salida que te conducirá por el camino de la esperanza y del Amor Mayor.
Deja que todo dentro de ti encuentre un sentido, una realización pensada por Dios, pero que no está bajo tu poder humano.
En este sentido, permite que la Obra del Amor actúe dentro de tu ser, a fin de que en el próximo ciclo seas lo que en verdad todo el Universo espera que seas.
Sigue Mis Pasos de Luz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Ha llegado el momento de la gran transición en donde los tiempos se unirán, en donde el viejo hombre quedará atrás para que pueda nacer el Nuevo Hombre.
Para ese momento deben estar preparados, porque nunca lo vivieron y nunca lo sintieron.
Yo estoy aquí como el Maestro y Señor para ser ese puente, para llevarlos primero hacia Mi Corazón y para que después vivan lo que tienen que vivir.
Porque ya está escrito, todo está escrito, desde el principio al fin.
Como Yo Soy el Principio, también Yo Soy el Fin, y todo pasará por Mí, para que los hombres lo comprendan.
Si el alma está unida a Mi Corazón, nada pasará porque tendrá guía, tendrá entendimiento y sabiduría para comprender todo lo que sucederá en este próximo tiempo.
Vengo como el Señor del Silencio para hablarles a los mundos internos, porque allí es en donde todo resuena, porque allí es en donde todo se escucha, porque allí es en donde todo germina y florece para la Gracia de Dios.
Vengo a llamar a los hombres y mujeres de la Tierra para que miren hacia dentro de sí y no tanto hacia afuera, porque afuera todo empeorará, ustedes lo saben mejor que Yo, lo pueden ver todos los días en los acontecimientos de la vida, en las noticias, en todas las comunicaciones.
Pero Yo vengo a usar todos esos medios para redimirlos, así como vengo a redimir a los hombres de la Tierra por segunda vez.
Todo lo que hagan en Mi Nombre tendrá un valor incalculable para este tiempo, pero deben hacerlo como Yo lo deseo y no como ustedes lo piensan.
Para saber cómo deben hacerlo, primero deben estar en Mi Corazón, de una forma verdadera y transparente. Segundo, asumir un compromiso verdadero y no tibio. Tercero, cumplir Mi Voluntad de una forma decisiva, afirmando en sus vidas la realización de Mi Plan en esta superficie.
Así estarán haciendo todo en Mi Nombre; porque muchos hacen las cosas en Mi Nombre pero no de una forma verdadera, no como lo prevén Mi Voluntad y el designio que Mi Padre Me ha entregado para cada una de sus vidas.
Necesito, de esa forma, servidores fortalecidos; necesito servidores dentro de Mi Fuego, para ayudar a concretar todo lo que está escrito y que aún no ha sucedido.
Por eso, vengo desde el Universo para generar el gran despertar; porque aún hay tiempo, aunque la mayoría no escuche, aún hay tiempo.
Como el Señor del Silencio vengo a reverberar las Palabras de Dios dentro de los mundos internos en donde se construirá la nueva humanidad, desde donde surgirán el Nuevo Hombre y la nueva consciencia para este planeta, que estará lejos de la autodestrucción y del abandono.
Vengo a construir los nuevos puentes para las almas, para que los corazones los puedan cruzar y encontrarse con lo que es eterno, visible y verdadero en lo divino.
Por eso, contaré con la ayuda de los ángeles y de los Arcángeles para llevar adelante este último impulso espiritual.
Por eso, como el Señor del Silencio, también peregrino en busca de los rebaños que han estado lejos de Mí por mucho tiempo y que ahora tienen la Gracia de retornar a Mi Corazón de una forma consciente y verdadera.
A todos esos rebaños que volveré a reunir, les entregaré Mi Estandarte de la Paz para que Me representen como embajadores sobre este planeta.
Aún es necesario seguir generando la paz en este planeta, delante de todo lo que sucede diariamente.
Aún es necesario que Mi Voz siga resonando en los corazones para que todos se abran a Mi Divina Voluntad, que es suprema e invencible.
Hoy vengo a hablarles a todos los mundos internos de los seres la Tierra.
Hoy vengo a hablar para todos sin excepción, porque allí será en donde se guardarán Mis semillas de Luz; algunas germinarán en los próximos tiempos, y otras en la próxima vida, en el próximo mundo, en la futura humanidad.
Todo es parte de una construcción silenciosa, paciente y sensible.
Nada es para ahora, porque el hombre aún no está preparado para vivir la entrega total que Dios necesita.
Pero Yo los vengo a animar a hacer los esfuerzos necesarios, a cambiar los modos de la vida cotidiana, a adquirir costumbres evolutivas y sanas, a tener como base de la vida espiritual la oración y la Comunión Conmigo, para que estén protegidos de todo y, sobre todo, de Mi adversario.
Porque si toman esas bases como algo sincero e imprescindible, no perecerán y a pesar de los obstáculos y de las pruebas sabrán seguir adelante trascendiendo las barreras, los abismos y toda perturbación.
No pierdan la oportunidad de fortalecerse en estos tiempos.
No pierdan la oportunidad de madurar en estos tiempos y de ser servidores tan verdaderos, así como Dios lo necesita.
En sus mundos internos siempre encontrarán la respuesta. No busquen a otros guías o maestros porque no los encontrarán. La humanidad está enferma y todos están enfermos en algún grado, de una forma espiritual o física.
La humanidad ingresa de lleno en su tiempo de purificación que es algo que desconoce profundamente; ninguna otra civilización, ninguna otra raza en ninguna otra era vivió lo que ustedes viven en estos tiempos; por eso, para ustedes todo es nuevo.
Pero si mantienen su confianza en Mi Corazón Misericordioso, si cumplen los requisitos que les he dictado para una vida evolutiva y verdadera, no perecerán, tendrán fuerza interior para poder vivir todo, por más duro que parezca.
Es necesario que las viejas vestiduras se rasguen para que pueda nacer el espíritu puro, aquel espíritu de la Verdad que está dentro de ustedes y ha estado preso durante siglos, por falta de amor, por falta de misericordia, por falta de paz.
Vengo como el Mensajero directo de Dios, para que en sus mundos internos repercuta Mi Palabra, pues ha llegado la hora de la definición, y en poco tiempo todo estará permitido para que la humanidad escoja la próxima etapa de su evolución.
Mientras tanto, Yo gesto a través del Amor de Mi Corazón, corazones misericordiosos y simples.
No vengo a pedirle al mundo nada difícil y lejano.
Vengo a pedirle a la humanidad que se rinda, de una vez y para siempre, ya que sus modos de vida, su forma de pensar y de actuar está deteriorando el Universo y la próxima etapa.
Quisiera decirles, en verdad, todo lo contrario, pero Mi compromiso es dictarles la verdad tal cual es, por más difícil que parezca.
Aún hay tiempo de rendirse; aún hay tiempo de arrepentirse y de soltar el poder humano para que triunfen la Luz y el Plan.
Aún hay tiempo para que depositen a Mis Pies las espadas y los escudos que solo los atan a la batalla y que los aprisionan al dolor; esos son los símbolos de sus aspectos más difíciles que aún deben rendirse ante Mi Corazón de Luz.
Yo les traigo la Fuente de Mi Misericordia para permitirles todas las Gracias, aunque muchos no las merezcan.
Yo sufrí por ustedes en la Cruz, y en este tiempo también sufro por ustedes, de otra forma, que es desconocida para el mundo.
Vengo a señalar con Mi Mano a los que he escogido, para que sigan un único camino, que es el camino de la cristiandad y no de las diversidades espirituales.
Yo vengo a rehacer la Iglesia primitiva en estos tiempos. Vengo a reconstruir el Credo en todos los hombres y mujeres de la Tierra, porque ha sido desvirtuado por muchos de Mis seguidores, a lo largo de los siglos y de los tiempos.
Yo solo podré remover algunas cosas. Solo necesito que oren Conmigo para que todo se pueda sostener en estos tiempos críticos.
No ofreceré alegrías a los corazones, sino sacrificios y grandes presiones.
Solo a quien se disponga a estar en Mí todo el tiempo, Yo no lo soltaré y guiaré paso a paso su camino para que no caiga en los abismos de estos tiempos.
Seré como una antorcha de Luz frente a su pecho, seré esa llama incandescente ante todas las tinieblas de la Tierra e iluminaré con Mi Fuego y con Mi Misericordia todos los pasos que serán dados por Mis nuevos apóstoles, los apóstoles de estos tiempos.
Pero no prometeré reconocimientos, vanaglorias ni premios mayores.
Mis amigos son muy pocos, pero Mis servidores son muchos y en ellos tengo la base de Mi Infinita Misericordia.
No quisiera que el mundo pasara a un próximo ciclo sin saber la verdad. Por eso hablo para todos los continentes, todas las naciones y todos los pueblos, y deseo que Mi Mensaje llegue en todas las lenguas posibles a fin de poder salvar a muchas más almas que esperan, algún día, Mi Retorno.
Aunque no lo parezca, Yo estoy volviendo.
Mi Hora ha llegado, así como llegó Mi Hora en la Cruz. Pero ahora vendré a liberar al mundo y vendré a expulsar a los demonios que han encarnado en la Tierra para hacerla sucumbir.
El planeta al fin será el Nuevo Edén y las almas no sufrirán nunca más, no sabrán lo que es dolor ni la culpa; al contrario, conocerán lo que es el gozo y el júbilo de estar en el Reino de Dios para siempre.
Dios santifique estos elementos para que las almas sean santificadas, algún día, por el Espíritu Sagrado de Dios.
Dios santifique este espacio para que la oración tenga un efecto planetario en este tiempo y más allá de este país.
Porque a pesar de que se levanten nación contra nación, también se unirán naciones y naciones, se unirán corazones en el Propósito de Cristo para el triunfo de la Redención.
Amado Padre Celestial, santifica todo lo que has creado a imagen y semejanza de Tu Consciencia.
Santifica todo lo que existe y todo lo que es ofrendado en Tus Altares Mayores, para que triunfe en estos tiempos el Amor de Tu Corazón y las almas más sufridas se rediman. Amén.
Santifica, Señor, lo primero que Tú has creado en este mundo, el agua, para que las almas aprendieran a saciar su sed interior y siempre estuvieran nutridas por Tu Espíritu.
Que se establezca aquí, Amado Padre, la Comunión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Tu Corazón, a fin de que triunfe Tu Sagrada Voluntad.
Y ahora Me iré de aquí bendiciendo a Ecuador y al mundo, a fin de que estos días de oración que compartiremos juntos, sean flores en Mi Jardín de Misericordia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
Mi Silencio también habla por Dios, y revelo en esta noche Mis Cinco principales Llagas para derramar Mi Sangre sobre los justos, sobre los que perseveran y hacen digno Mi Nombre mientras algunos de los Míos calzan sus sandalias para seguir sus propios caminos y apartarse de Mí.
Hoy ofrezco Mi Agonía por los que aún están aquí, y a Mi lado.
Y si han confiado hasta ahora en Mí, solo les puedo decir, compañeros, que algún día Me encontrarán, y en ese día recordarán que todo lo que he dicho no ha sido en vano.
No sufran por los que se derrotan a sí mismos.
Amen por los que no aman, tengan caridad por los que no sirven y sean misericordiosos por los que ultrajan Mi Sagrado Corazón.
Todo lo que les he dado a los Míos, algún día retornará al Padre, y nada se desperdiciará.
Por eso, quien no sabe cuidar de Mis Tesoros debe pedirme ayuda sincera y abierta para que Yo pueda interceder; mientras eso no suceda, no habrá cómo convertir lo impuro en puro, no habrá cómo transformar lo que es resistente en flexible.
Todo forma parte de una Ley, y si el mundo sale de la Ley para vivir su propia voluntad, sufrirá la Ley, porque la Ley está para generar justicia, igualdad y soberanía.
Nadie puede transgredir las Leyes de Mi Padre como si nada hubiera sucedido.
Tengo el permiso de perdonar y de absolver, pero no tengo el permiso para permitir injusticias ni rebeldías.
Porque quien no ha sido digno de llevar Mis Tesoros, ¿a dónde irá a parar?, ¿quién lo irá a conducir?, ¿y cómo sobrevivirá?
La energía divina que Yo derramo nunca es desperdiciada, ni tampoco usada en vano.
Los hombres creen que lo saben todo y se ríen, tal vez, de Mis Palabras o de Mis Pedidos, pero recuerden, compañeros Míos, que todo lo que Yo les digo de tiempo en tiempo ya fue pensado por Dios.
Gran parte de la humanidad no acepta vivir Mi Voluntad porque sabe que su propia voluntad deberá morir algún día, y ese será el gran momento de dar el gran paso en el amor y en la evolución.
Hoy no vine a dedicar este mensaje por los que han sido injustos o rebeldes.
Hoy vine aquí para estar con ustedes y con los que sin comprender absolutamente nada viven Mi Llamado y confían ciegamente.
Si Judas una vez Me traicionó, ¿acaso los hombres no podrían traicionarme por segunda vez?
La historia se vuelve a repetir y es doloroso poder verlo.
Nadie puede ocultarse a esa verdad. Yo solo les pido que aprendan a morir para sí para que sus enemigos internos no los condenen, así como algunos ya fueron condenados antes de entrar a la vida eterna, quedándose sin ella.
Pero nada quedará sin resolverse, compañeros, porque, así como Soy un Dios de Misericordia, Soy un Dios de Justicia. Y la Justicia de Dios está llena del Amor del Padre; pero ella no puede ser juzgada, ni tampoco tentada, por ninguna criatura de este planeta.
Hoy llevo sobre Mi Cabeza la Corona de Espinas para representar, en este día, la flagelación que vivo por los ingratos y por los soberbios de corazón.
Si Mi Amor aún no pudo llegar a ellos, enséñenles a todos, hijos Míos, que pueden llegar a Mi Amor antes de que sea demasiado tarde para que las almas se arrepientan.
Hoy vengo como el Dios de la Justicia y de la Soberanía, sin dejar de derramar Mi Divina Misericordia.
Para que Yo los pueda renovar deben morir para sí mismos, y eso se consigue con la obediencia y la confianza que muchos hoy no quieren vivir; por eso sufren, por eso se perturban y no encuentran salida.
Pero aquellos a los que Yo les he dado todo porque los he escogido, algún día deberán dar cuenta al Padre Celestial.
Les repito, compañeros, la energía celestial no se desperdicia ni tampoco se ultraja.
Quiero que reparen Mi Corazón por los que mienten, por los que se distancian de Mí y Me rechazan, por los que son ignorantes y están ciegos, por los que no creen en el amor del corazón ni en la regeneración de la vida, por los que Me dan las espaldas, por los que Me hacen sufrir y Me avergüenzan calzando sus sandalias para abandonarme.
Pero hoy les digo que todo esto Yo ya lo sabía, desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
Judas Me entregó para que Yo pudiera amar al mundo en su condición más mortal y humana.
Hoy revivo Mi Iglesia Celestial en los que son bienaventurados, en los que hacen honor a Mi Nombre y a Mi Evangelio, viviéndolo todos los días, a pesar de las imperfecciones y de las dudas.
Hoy quisiera que brotara de sus corazones un amor incondicional capaz de superar todas las pruebas, todas las indiferencias y todos los obstáculos.
No deseo que sean mejores que los demás, sino más humildes que los que son humildes y no lo saben.
Dios derrama Su Gracia para los que son más miserables, por eso Yo escojo a los más imperfectos para poder servirme y realizar Mi Obra, al punto de que Mi Presencia y Mi Corazón forjan la liberación de las resistencias y de todo lo que es arcaico.
Cuando les llegue ese momento, compañeros, no desistan, y repitan cuántas veces sea necesario: “Jesús, yo confío en Ti”.
Así, una puerta inexplicable de liberación se abrirá, sus corazones serán aliviados y ya no existirá temor porque habrán confiado en el Nombre del Señor.
Yo vengo aquí para celebrar este reencuentro con Aurora y dejar atrás a los que profanaron Mi Nombre y lo ensuciaron con sus ejemplos y sus palabras.
Yo vengo aquí, a Aurora, a dar honor a Mi Padre, Emmanuel, para que Él vuelva a descender con Su Rayo de Liberación y de Cura en todas las almas que participen en la bendición de la Cruz Azul.
Vendré especialmente a bendecirla el día 5, en la noche, cuando ya hayan orado durante todo el día a Mi Corazón Misericordioso.
Y he llamado a siete Ángeles Regentes para que depositen en la Santa Cruz los siete poderes de la Redención para las almas:
Primero, el arrepentimiento.
Segundo, la introspección.
Tercero, el perdón.
Cuarto, la cura interior.
Quinto, la reconciliación.
Sexto, la transformación interior.
Séptimo, la transfiguración interior.
Esos siete poderes descenderán sobre la Cruz Azul cuando ella sea contemplada como la Victoria de Emmanuel sobre la Tierra y para volver a consagrar los Centros Marianos al Plan del Creador.
Emmanuel vendrá para ver la unión y la congregación de Sus hijos durante ese día, y así, concederá una expiación al Uruguay y al Cono Sur.
Y aquellos que se postren ante la Cruz serán perdonados, porque el Padre que está en los Cielos espera el gran amor de Sus hijos, la gran confianza de Sus criaturas, la reparación de todos los pecadores.
Alegren sus corazones porque un nuevo ciclo comenzará bajo el estandarte universal de la Cruz de Emmanuel.
Bienaventurados serán los que crean en Su Poder, porque vencerán los asedios y el adversario perderá a millones de almas que ha conquistado, porque la Santa Cruz, una vez iluminada, llamará a las esencias, en Aurora y en los demás Centros Marianos en donde se eleve la Cruz de Nuestro Padre eterno.
Infelices serán los que hoy no están aquí para este gran acontecimiento, porque si tan solo hubieran confiado, sus amarras se hubieran liberado y sus deudas hubieran sido perdonadas.
La Confianza de Dios se conquista con el amor del corazón y no con la mente.
La mente es un medio para llevar adelante el Plan de Dios, pero no para dirigirlo ni para concretarlo.
Si el amor no está en sus corazones no pueden vivir el Plan de Dios; no lo intenten, porque fracasarán como algunos fracasaron.
Los que calzaron sus sandalias y se alejaron de Mí están escritos en la última hoja de Mi Libro Sagrado; no quedará piedra sobre piedra, eso ya no es una teoría.
¡Que se arrepientan las almas antes del tiempo de la gran tribulación!
¡Ay de aquellos que Me dieron las espaldas!, porque recordarán vivamente todo lo que ya no tienen, porque han perdido el estado de Gracia y han salido de la guía de Mi Mano.
Pero confíen, porque todo será encaminado, y los que ya no podrán estar aquí, estarán en otras moradas para aprender a amar desde el principio.
Los que Me han negado conocerán el Don del Temor de Dios, y cuando ese Don descienda, en poco tiempo todo estará consumado.
Celebren por los que están vivos de corazón y oren por los que están muertos de espíritu.
El legado que Yo les doy a los que he llamado no se puede desperdiciar ni alterar.
Mientras tanto, aférrense a la Cruz Azul de Emmanuel, porque así no solo Me ayudarán a cargar con el mundo y con la humanidad, sino que sus corazones y vidas se elevarán en unión al Padre por las alas que ella expresa.
Que esta Maratón sea dedicada como una entrega mayor por los que Me ofendieron, por los que Me hieren, por los que ensucian Mi Nombre.
Y con todas sus oraciones y súplicas podré decirle al Padre, así como lo dije en la Cruz antes de expirar:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Perdónalos, Padre, porque no Te viven ni Te sienten;
porque no Te llaman ni Te suplican con humillación y renuncia.
Perdónalos, Padre, y colócalos en Tu Reino para que, algún día, sean Tus dignos hijos.
Amén”.
Mientras Mis Llagas duelen por los clavos de los ingratos, Mi Corazón se alivia con el llanto de los justos.
Y así, todo se recrea, todo se transforma, y las almas participan de la comunión con Mi Espíritu.
Que en esta Maratón se reviva el compromiso de Mis soldados con Mi Sagrado Corazón; que sus cabezas, pies y manos, sean lavados y purificados por el Agua de la Vida para que rebrote en sus corazones la donación incondicional de sí, y el servicio a los semejantes y a los Reinos de este planeta.
Padre de la Humildad y del Amor,
Señor de la Misericordia y de la Justicia,
Yo Te ofrezco este Sacramento en nombre de los que aún Me siguen y persisten,
para que por medio de Tu Gracia y de Tu Sabiduría,
Mis ejércitos, Mis soldados y Mis compañeros
cumplan el porvenir de una nueva y fraterna humanidad.
Que así sea. Amén.
Como todas las veces en las que Me encuentro con ustedes para que Me revivan, Me sientan y escuchen la vibración y el poder de Mi mensaje, en este espíritu de reparación y de consolación deseo escuchar una canción para que Mis Llagas de los Pies, de las Manos y de Mi Costado se cierren y Yo también, como aprendiz de la Obra del Creador, pueda revivir lo que una vez el Padre Me mostró en el Huerto Getsemaní cuando las generaciones futuras, cuando todos Mis seguidores, harían digno Mi Proyecto en este planeta.
“Cristo eres Tú”. (Canción solicitada por nuestro Señor).
Ese es Mi pedido para sus Cristos internos y para los que hoy no están aquí, entre nosotros.
Yo los bendigo y los preparo para una Maratón de interiorización y de reconfirmación de votos, para que le hagan saber al mundo que existe una Cruz Azul que desciende como Proyecto a la Tierra para salvar a las almas más perdidas.
Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
Bienaventurados los que persisten, porque serán fortalecidos.
Bienaventurados los que confían, porque tendrán sabiduría.
Bienaventurados los que aman, porque conocerán el Reino de Dios.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ríndanse a Mí, pues este ya es Mi último tiempo.
Las horas pasan para este mundo y las almas se pierden. Dichosos de ustedes por recibirme y por ser dignos en el Señor, aunque no lo merezcan. Pues si no se rinden, ¿cómo Yo podré estar en ustedes y ustedes en Mí?
Mi Sagrado Corazón derrama Su Sangre sobre los horrores del mundo, sobre todos los pecados. ¿Quién será digno de recoger Mi Sangre así como lo hicieron Mi Madre y María Magdalena? ¿Quién será como Juan y estará hasta la última hora en la Cruz sin temor alguno?
Lo que Yo les he dado en su vida es lo mejor que les pude dar; no hay otra cosa mejor que les pueda entregar. Cada uno tiene lo que es justo y lo que merece ante la Ley de Mi Padre. Pero, ¿por qué no se rinden? ¿Qué mal Yo les puedo hacer si, aun en medio de la tribulación, vengo a ustedes en esta noche bendita para derramar los códigos de Mi Sangre y renovarlos en el Espíritu de Dios?
Hay muchos que dicen estar Conmigo, pero no lo están. Necesito de apóstoles verdaderos, no apóstoles de barro que se puedan romper con un solo golpe. Así como les dije a Mis apóstoles en el pasado, ustedes no conocen Mi Justicia. No vengo a castigarlos, vengo a traerles la verdad, aquella verdad que puede estar en ustedes si ustedes están en Mí y no Me rechazan en sus hermanos.
Si no viven las pruebas, ¿cómo aprenderán? Sin las pruebas, ¿creen que van a alcanzar el Cielo y la Divinidad? No estoy hablando de cosas imposibles compañeros, pues hoy vengo a dedicar este mensaje a ustedes, aunque la necesidad del mundo es más grande que la de ustedes mismos.
Hoy les muestro Mi dolor, que es el dolor del mundo, e invito a que cada uno de ustedes lo conozca, lo acepte y lo viva en la oración. Pero sé que algunos de ustedes no aceptan ese dolor porque temen conocerlo. Entregué ese dolor a todos los santos y a las personas simples de corazón a través de los tiempos. El dolor es más grande que Mi Misericordia, y eso Yo no lo puedo ocultar. ¿Quién cargará con esta pesada Cruz y no solo vivirá de Mis Prodigios? Los que son llamados por el Pastor deben vivir todas las cosas que Yo les entrego de tiempo en tiempo.
Pero aún Mi Sagrado Corazón espera de cada uno de ustedes que, en esta ofrenda misericordiosa de oración, ya no sean los mismos porque ya no hay tiempo que perder. El mundo se oscurece poco a poco y el fervor no puede apagarse en los corazones. ¿Cómo podrán ser depositarios de Mis Gracias si a veces sus corazones se cierran ante Mí y ante sus hermanos?
Yo no vengo a prometerles una vida magnífica en este mundo, pero sí vengo a prometerles la vida eterna en el próximo mundo. Si se separan entre ustedes, ustedes se separan de Mí y Mi Mano no puede acercarse a ustedes porque ustedes se alejan. Se alejan de Mi Luz, de Mi Amor insondable, de Mi Paz, de Mi Esperanza.
Hoy no quiero dejarles un mensaje de dolor, sino una realidad. Todas las almas están en su Juicio y esto recién ha comenzado. El Juicio de ustedes podrá ser leve si su amor es más grande. El amor por lo que aún no sienten, el amor por lo que no aceptan, el amor por lo que rechazan, el amor por lo que niegan delante de todo lo que han recibido a Mi derecha y a Mi izquierda.
Hoy no puedo abrir Mis Brazos y extender Mis Manos hacia ustedes porque no veo el amor del mundo. Son muy pocas las llamas que se encienden para glorificarme, pero aún están a tiempo, compañeros, de dar un paso más en la confianza a Mi Sagrado Corazón.
Deseo verlos en plenitud y no con amargura. Mi Corazón derrama Su Sangre para renovarlos, para vivificarlos en el Espíritu de Mi Padre que está en los Cielos y que los contempla día y noche. Si ustedes no aceptan lo que Yo les doy no podrán vivificar a Mi Padre Eterno; pues Mi Padre está lleno de Dones para todas las almas, pero las almas no permiten que se derramen los Dones en sus corazones.
Desearía hablarles de lo que en verdad necesita el mundo pero primero debo cuidar de los que Yo he escogido con Mi Mano a través de los tiempos y he señalado con Mi Luz en este último ciclo.
Los apóstoles estuvieron separados para predicar, pero nunca dejaron de unirse, así como Yo les enseñé en la oración, en la Adoración a Dios. Ustedes creen adorar Mi Corazón pero no saben. Es una conquista para sus espíritus adorar a Mi Corazón cuando tengan confianza en Mí por todo lo que viven. Nada es casualidad. Ustedes viven lo que han sembrado y están cosechando lo que han plantado. No hay ningún error en todo esto. El Cielo sabe que las almas se equivocan, pero deben comenzar de nuevo todos los días, en la absoluta certeza de que servirán al Pastor a pesar de las consecuencias.
¿Qué más quieren de Mí? Esto es todo lo que Yo les puedo dar y ya es una Gracia máxima que lo puedan vivir en estos tiempos difíciles. Eleven al Padre sus errores porque son los errores del mundo, la indiferencia de los corazones que sufren por no poder reconocer el Propósito que ha pasado muchas veces frente a ellos de diferentes formas y con distintas señales.
Acojan Mi dolor por la indiferencia humana y transfórmenlo en amor y en compasión; acojan la indiferencia de sus hermanos, que sufren por rechazarme inconscientemente; acojan el dolor ajeno y así Me ayudarán a cumplir el Plan. Que esta Maratón sea asumir el dolor del mundo, que la mayoría no quiere vivir. Pues si el dolor no se asume, el mundo sufrirá por no haber escuchado el Mensaje.
Hoy Mis ángeles custodios adoran sus esencias que es lo verdadero y sublime ante los Ojos de Dios. Ellos no ven sus defectos y sus imperfecciones, ellos ven lo que en verdad son y no se cansan de hacerlo. Es algo que ustedes deben aprender en sí mismos y en sus hermanos; así se liberarán de las influencias de Mi adversario que tritura las mentes, así como el trigo se hace polvo.
Sean misericordiosos aunque no lo sean. Renueven sus votos ante Mi Corazón todos los días y no teman vivir su cruz, porque si Yo llevé la Cruz por ustedes y por el mundo, ¿por qué ustedes no compartirán la Cruz que hoy cargo por esta humanidad? Aunque sea un ser ascendido, que Mi humildad los humille, que Mi verdad los purifique, que Mi Corazón los limpie de toda mancha, de toda adversidad.
Si ustedes creen que Yo Soy la Luz entre las tinieblas, ¿por qué no Me siguen en lo que Yo he colocado en sus caminos?
Mi Rostro se dibuja en los corazones que son verdaderos y en los que son honestos en su transformación, a pesar de las caídas. Yo no dejo de ayudar a los que claman por Mí, pero no puedo ayudar a los que se enorgullecen por sus propias virtudes. Destierren aquello que ya no sirve más para Mi Padre, así Yo podré entrar en ustedes como Yo entré en el Padre Pío dejando la señal visible de Mi Presencia por cincuenta años. Tengo algo especial para cada uno, pero aún no lo he podido entregar. En el sacrificio se encuentra la confianza en Dios, en la humildad y en la humillación se encuentran el despojamiento de sí y se trascienden todas las barreras de la materia.
Quiero que en esta Maratón sean verdaderos Conmigo y que no solo lo sean en las palabras. Que sus verbos pronuncien lo que verdaderamente sienten ante Mi Corazón Misericordioso, porque mientras gran parte del mundo sufre la persecución y la guerra y no pueden recibirme, ustedes, ¿qué harán con todo lo que Yo les he dado con tanto Amor y Misericordia? Sean honestos ante los Cielos y renuncien no con soberbia, sino con humildad, con paz, con esfuerzo y sacrificio. Renuncien verdaderamente a lo que creen que es mejor o a lo que podrían mejorar. Mis apóstoles pasaron por esa prueba hasta el final de sus días.
No dejen dormir sus consciencias cuando Yo estoy hablando. Yo Soy su Rey y su salvación.
Necesito que crezcan en consciencia y no en vanidad. Mis perlas preciosas no pueden perderse en este mundo. Adoren a Mi Corazón para que nada malo suceda, pues el tiempo de Mi Justicia se aproxima para toda la humanidad.
Salgan de sí mismos y vean a los que mueren, a los que la televisión muestra como si fueran una victoria. ¡Oh compañeros Míos! aún no saben lo que siente Dios cuando un corazón es indiferente a lo que se le ha dado por Misericordia.
A todos los estoy llevando a una evaluación interior, porque cuando Yo retorne no podré ver en sus túnicas ninguna mancha, y si hubiera algunas manchas no podré reconocerlos porque hasta ahora Yo les enseñé a lavar sus vestiduras con el agua de Mi Misericordia y de Mi Gloria.
Intenten amar un poco más, aunque no puedan. Mi Corazón se ofrece para eso y sus hermanos también se ofrecen para ser amados de verdad. Recemos a Dios por los que no pueden amar a Mi Padre ni a Mí. Recemos con fervor y con Misericordia, así como Yo les enseñé en el principio.
Oración: Padre Nuestro.
No quisiera verlos con caras largas en esta Maratón, porque el mundo precisa alegría, verdadera alegría para poder trascender todos los males y las indiferencias que las almas cometen diariamente ante el Reino Celestial.
Hoy podré bendecir, por compasión, estos elementos que han puesto ante Mi altar, que está en el Cielo y está en la Tierra, para que sus corazones sean lavados por Mi Sangre y sus espíritus sean purificados por Mi Cuerpo, dos señales visibles de la redención y de la entrega a Mi Corazón que siempre los espera.
Hace dos mil años Yo les dejé un tesoro universal, una insignia perpetua para sus corazones y almas. Les dejé el tesoro vivo del universo, el Terafín de Dios manifestado en cuerpo y sangre para toda la humanidad. ¿Cuántas veces ya comulgaron Conmigo?, ¿lo hicieron de verdad o solo con apuros? ¿Cuántas veces Me ofrecí a la mesa de todas las almas para que Me vivieran en la Pasión y en la Cruz?
Mi Corazón Sagrado hoy derrama Su Sangre por las almas indiferentes, por los que no se animan a confesarse Conmigo, ante Mi divina Humildad y ante Mi Paz.
Hoy preparo con esta comunión a toda esta parte de la Tierra que debe consagrarse a Mi Divinidad antes de que Yo vuelva al mundo por segunda vez. Para llegar a Mi Divinidad deberán limpiarse y purificarse todos los días. Por eso les pido que se rindan a Mí para que sus corazones superen todas las pruebas, en el nombre de Dios y de Su infinito Proyecto.
Ante los Ángeles Custodios del universo, ante los Arcángeles que glorifican a Mi Padre perpetuamente, ante el santísimo Espíritu de Dios, ante Su Hijo amado, ante el Padre Celestial que unifica todo lo creado y que vivifica a los espíritus que le responden con sinceridad y ante la majestad de la Madre del Mundo, Yo los absuelvo y los perdono en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando cometan una indiferencia laven sus pies, así como Yo se los lavé a los apóstoles para que reconocieran que Dios se hace tan pequeño ante las almas más orgullosas. No ofendan más a Dios, el mundo lo ha ofendido mucho.
Vivan Mis Tesoros celestiales y alcanzarán la vida eterna. Amén.
Cristo Jesús Glorificado
Ríndanse a Mí y sobrevivirán en este tiempo.
Los He lavado con Mi Agua para purificarlos. Los sequé con Mi Manto para protegerlos.
Los curé. Les curé las heridas con Mi Sangre y todos fueron testigos de Mi Retorno sabio al corazón.
Cólmate de Mi Luz. Nútrete con Mi Espíritu y aléjate del mal que solo quiere hacerte daño.
No abras ni una puerta al enemigo, mas espérame con los brazos abiertos cuando te venga a visitar.
Sostente en Mi Confianza, ya sabes que no te decepcionaré. Deja que Mi Fuego Divino queme tus estructuras para que ahora nazca, el nuevo ser redimido.
¿Qué esperas para entregarte a Mi Luz y ser partícula de Mi Energía Crística?
Antes de que entres en Mi Reino, deberás vaciarte mucho más de lo que imaginas. Pero ten fe y esperanza, Mis Manos nunca te soltarán. Yo te acompañaré hasta el final, cuando verdaderamente Me des espacio para poder hacerlo.
Dejo Mi Corazón como oferta de vida. Desearía que todos Me escucharan, como una vez tú Me escuchaste.
Ya es hora de preparar la morada. Ya es tiempo de unificarse y no de distanciarse de Mí.
Mi Padre te lo ha dado todo y Yo también te lo daré. Por eso, confía en lo que sucede dentro de ti. No te sientas solo ni abandonado, porque el pastor nunca abandona a sus preciosas ovejas.
Ven y quédate en Mi Regazo, así serás digno de llamarte Hijo de Dios. Mientras espero que des el paso hacia Mi Corazón y seas parte de Mí, no dejaré de decirte que debes regresar a Mí.
Yo estoy aquí por ti y por más nada, así como estoy por cada alma y esencia que Mi Bondadoso Padre Ha concebido.
Yo Soy el Guardián de tu vida y de tu destino.
Yo Soy el Umbral perfecto por donde cruzar y caminar con fe hacia lo desconocido.
Quiero hacer algo de ti que desconoces. Deseo que Me dejes obrar y continuar, pues Mis planes para tu existencia son más profundos y verdaderos de lo que tú imaginas.
Confiésate Conmigo y no pierdas la chance de renovarte, a través de Mi Presencia en tu corazón.
¿Acaso Me aceptarás así como Soy?
¿Quién se arriesgará a borrar su identidad para ser parte de Mí?
¿Quién esperará, en alegría y en gloria, Mi Regreso?
Ahora, Yo vengo a visitarte en Espíritu, pero vendré en Gloria para que recuerdes Quién Soy.
Solo espero tener en Mis Manos instrumentos purificados por Mi Misericordia. Solo espero por su sí final.
Ahora, escucha lo que Te diré directo al corazón: ”Hijo, pequeño, soldado orante sin espadas, reposa en los Brazos de tu Comandante para que, en el amanecer que llegará, veas surgir en tu universo interior la llama del Amor, la llama gloriosa de la resurrección de la humanidad”.
Bajo la gloria que los permea y los consagra, sean bienaventurados.
Gracias por visitar Mi Sagrado Corazón, en oración.
Cristo Jesús Glorificado
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más