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Mis muy queridos hijos de Norteamérica:
Después de mucho tiempo, vuelvo a estar reunida con todos ustedes en nombre del Amor de Mi Hijo, un Amor que les concede a los corazones la Gracia tan esperada del perdón y de la reconciliación.
Hoy, como su Madre del Cielo, vengo con la Sagrada Estrella de la Luz de Monte Shasta en Mi Frente; para que este nuevo ciclo, que comienza para la Obra en los Estados Unidos, pueda dar los frutos tan esperados por el Padre Celestial.
Queridos hijos, quiero que sepan que el Padre Celestial coloca Su Paternal Mirada también sobre Sus Hijos más necesitados de cura espiritual. Esta es la razón y este es el motivo, este es el momento en el que nacerá por intermedio del nuevo Núcleo-Luz ese principio de cura a través del amor que tanto necesitan las almas de los Estados Unidos.
Desde ahora, espero con gozo y regocijo el servicio que prestarán en los próximos tiempos a las almas y a los corazones traumatizados por la guerra y por todas sus consecuencias.
Este es el día esperado por el Señor para que, en Norteamérica y a través de la Estrella de la Luz de Monte Shasta, pueda surgir el tiempo de la esperanza y de la reparación de los corazones olvidados de este país; que pueda nacer el sentimiento y la empatía por los mutilados de la guerra, por aquellos jóvenes y adultos que fueron prisioneros de un movimiento y de una idea que desmoralizó sus vidas, familias y espíritus.
Queridos hijos, que los ángeles de Monte Shasta los acompañen en esta etapa de manifestación de la Voluntad del Padre Celestial para Norteamérica.
Yo los bendigo con Mi Amor Maternal.
¡Les agradezco, a los presentes, por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Una vez más, los invito a todos ustedes a preparar en sus hogares la llegada de Cristo a cada corazón humano en esta próxima Natividad.
Yo los invito, de forma especial, a que preparen sus pesebres para que, como la Sagrada Familia de Nazaret, esperen la llegada del Niño Dios.
Este gesto amoroso de Mis hijos, de dedicar un espacio para preparar el pesebre, permitirá que internamente se vayan abriendo las puertas celestiales sobre el planeta para que toda la humanidad pueda ser ayudada.
Por eso, en nombre de la Natividad del Señor y por amor a todas las familias, Yo deseo que en la preparación del pesebre en cada hogar pueda comenzar a brillar la Luz de la Sagrada Estrella de Belén.
Esta unión con el símbolo espiritual del Santo Pesebre ayudará a millones de familias en el mundo; familias que, como células del Proyecto de Dios, atraviesan en estos tiempos innumerables situaciones y aprendizajes dolorosos que necesitan del bálsamo de la paz y del alivio de Dios.
En la preparación de los diferentes pesebres, en los hogares del mundo, se les concederá a los miembros de cada familia, por un momento, que tengan la Gracia espiritual de estar ante uno de los hechos de Amor y de Misericordia más importante de la historia de la humanidad.
Quisiera, como Madre, que esta próxima Natividad del Señor sea celebrada en reconciliación y perdón por todas las familias que atraviesan el horror de la guerra en sus pueblos y naciones, como también la guerra en las propias familias, a fin de que el Santo Espíritu de la Paz, de aquella Paz que colmó la Gruta de Belén, pueda estar presente en estos tiempos en todas las familias.
Recuerden, hijos Míos, que las familias son el futuro de la Nueva Humanidad. Por eso, debemos rezar por las familias para que cada familia alcance la expresión del deseo ardiente de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como la Inmaculada Concepción, llego en este día para poder ir con ustedes en peregrinación a Lourdes, a fin de que, espiritualmente, vayamos a recoger el Agua de Vida que purificará al planeta y a toda la consciencia humana.
Con el Agua de Vida, la Madre de Dios purificará a las almas, para que recuperen la inocencia que es tan necesaria y que está desapareciendo del mundo.
Queridos hijos, los llevaré de la mano hasta Massabielle para que, como Bernadette, laven sus rostros con el agua curadora de Lourdes, porque lavando sus rostros estarán lavando los pecados de la humanidad y de las ofensas que recibe el planeta.
Hijos Míos, su Madre Celeste retorna a Lourdes para orar por el planeta enfermo y por la disociada mente humana, para que las criaturas recuperen la paz y el bien, la comunión interna con las Leyes Divinas.
Llego una vez más a Lourdes para darle a conocer al mundo el camino de la reconciliación y para recordarle a Mis hijos que la cura interior es posible. Así habrá un mundo más pacífico y menos vengativo, así habrá una humanidad más fraterna y menos indiferente.
Rezaré en Lourdes por la cura de los que aún no la viven, porque es Mi anhelo de Madre que todos tengan la Gracia de ser curados y redimidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, como Madre de la purificación, sostengo con Mis Manos la bandera de la nación de Francia, para que su consciencia espiritual se purifique a través de la Luz de Mi Corazón, para que su alma se purifique a través del Amor de Mi Corazón, para que su pueblo se reconcilie a través de la Paz de Mi Corazón.
Hoy, Mis hijos, contemplo una Francia irreconocible en su aspecto espiritual, no solo por su sociedad, sino también por su religión que manchó el alma de muchas consciencias a través de sus actos. Por eso, hijos, como Señora de La Salette, lloro ante todo lo que vive este amado país Mío.
Vengo para que sepan que Francia siempre fue la cuna de importantes santos e iluminados por el Espíritu Santo. Francia siempre fue escogida por Mí para llevar el mensaje de paz y de penitencia.
En Lourdes, vine a llamar a las almas al arrepentimiento para evitar que la sangrienta colonización francesa sucediera, pero Mi llamado no fue aceptado.
Por medio del Mensaje de La Salette, vine a guiar a Mis hijos hacia el Propósito de Dios, pero no fue suficiente.
Y hoy, vuelvo una vez más a Mi querida Francia para que, como país, sea un pueblo de brazos abiertos y no una sociedad de constantes enfrentamientos.
Por eso, estoy aquí, como la Madre paciente que llora y que clama para que Francia recupere su dignidad espiritual y humana; para que lo que es tan característico de todos los franceses ayude a sanar las heridas del colonialismo, de la esclavitud y de los errores cometidos a través de los tiempos en África y en el mundo.
Francia precisa colocar sus rodillas en el suelo e implorar por Misericordia y Piedad para que alcance la conversión del corazón y de su íntima esencia.
Yo siempre estaré con Mi mirada de Madre sobre este querido pueblo de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Francia
Queridos hijos:
La cura de la humanidad se alcanzará cuando las almas perdonen de verdad, sin resentimientos ni culpas. Estos sentimientos no evolutivos son los que detienen el descenso de la Ley de la Cura en la humanidad.
Para que esa cura tan esperada se pueda dar en la conciencia, es necesario perdonar para después reconciliarse.
Los malos sentimientos también obstruyen la actuación de la Ley de la Cura. Por eso, busquen tener un corazón humilde y puro para que, a través de ustedes, el planeta también se pueda curar de su enfermedad espiritual.
En este tiempo, la causa de tantas enfermedades es la falta de unión con la corriente de la cura, por una profunda desconexión con la vida de la esencia del ser. Esto promueve no solo un vacío que tarde o temprano se convierte en depresión, sino también en enfermedad del cuerpo.
Por eso, que la cura de esta humanidad esté en la alegría de servir al otro, en la fraternidad para con el semejante y aun con los ultrajados Reinos de la Naturaleza, que son una pura emanación desconocida de la Ley de la Cura.
Aprendan a curarse internamente, en reconciliación, para que la cura tan esperada se dé en el cuerpo, en el alma, y en el espíritu.
Busquen curar lo que aún no perdonaron, busquen amar lo que aún rechazan, porque al fin de todo solo el amor curador triunfará, más allá de las formas y de las creencias.
La técnica no es el camino de la cura, sino el amor con que nos donamos a los otros, porque en la donación está la liberación del ser.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, estoy aquí, en la Casa de Cristo. Puedo estar más cerca, espiritualmente, de la traumatizada Ucrania. Puedo recoger las oraciones de todos los que oran por la sagrada causa de la Paz.
Por eso, hijos Míos, estoy agradecida porque, en esta hora del planeta, muchas situaciones necesitan ser atendidas, y es urgente para Dios que haya una intercesión celestial.
Por eso, cuando las voces se unen en oración, Yo como Madre del Mundo puedo interceder y abrir, una vez más, las puertas de los Cielos para que los Ángeles de la Paz y de la Reconciliación ayuden a las almas más perdidas, especialmente a las almas que están en los conflictos y en las guerras.
Queridos hijos, por ese motivo, Yo estoy aquí, para irradiar Mi Amor y Mi Luz al mundo; para decirle a los mundos internos de las Criaturas de Dios, Mis Hijos, que se detengan y escuchen el grito del planeta y de las familias desplazadas por la guerra, por el hambre y por la migración.
¿Hasta cuándo sucederá esto?
Por eso, Mi Mensaje llega para sensibilizar, aun dentro de la Iglesia de Cristo, a los que no piensan en los refugiados ni en los pobres.
Espero, queridos hijos, que antes de que todo suceda, más almas buenas sean capaces, Conmigo, de ayudar a equilibrar la balanza de la Ley; porque, de lo contrario, será la propia humanidad, como lo viene haciendo hasta ahora, que se lastimará a sí misma.
Rezo para que no existan ideas autodestructivas en la superficie de la Tierra, para que ninguna bomba más sea lanzada sobre las naciones como si fueran desperdicios. ¡No, hijos, no hagan eso!
Sean capaces de percibir hasta donde llega el mal. Arrepiéntanse y pidan perdón, porque queda poco tiempo.
Recemos para que la poca paz que hay en este planeta no desaparezca.
¡Les agradezco por estar unidos a Mí en oración!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, con inmensa e indescriptible alegría, por estar aquí presente con ustedes, vengo a cerrar esta sagrada etapa de la Peregrinación por la Paz. Y, con júbilo, vengo a establecer, bendecir y abrir el nuevo Centro Mariano Sagrada Arca de Dios; para que, a través de la Comunión con el Padre Celestial y con los Reinos de la Creación, los mismos Códigos que recibió Noé se depositen espiritualmente en este lugar y desde aquí en todo el Brasil.
El Centro Mariano Sagrada Arca de Dios tendrá la misión de orar para que el verdadero Gobierno Interno del planeta, que es el Gobierno de la Jerarquía, se cumpla espiritualmente en este país y, a través de este país, en el mundo entero.
La tarea de Mis hijos de Brasilia será expresar este Sagrado Centro Mariano, al que bendeciré en un próximo tiempo, cuando parte de él ya esté manifestado.
Que este lugar sea un espacio para la cura interna y para la reconciliación de los corazones.
Aquí deberá manifestarse la Fuente de la Señora de las Gracias, para que Mis hijos de Brasilia, de la región y del mundo entero puedan llegar hasta aquí para recibir Mis Gracias.
Así también, aquí se expresará la Via Sacra y la pequeña Capilla del Castísimo Corazón de San José, además de una pequeña plaza con el Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, los invito a estar en júbilo y alegría en este día, junto con su Madre Celeste, agradeciendo a Mi Hijo, porque finalmente se instituye un punto de Luz en la superficie de esta región de Brasil.
El Sagrado Nombre que rige a este Centro Mariano es Elohim.
Les agradezco por cumplir las aspiraciones de Mi Amado Hijo.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este amado día, en el que una vez más desciende la Luz y la Misericordia de Mi Hijo, Yo los invito a renovarse en el Sacramento de la Reconciliación; a fin de que todos los hijos, que no se reconcilian ni piden perdón, tengan la Gracia de despertar al verdadero arrepentimiento y penitencia.
De esa forma, amados hijos, existirán merecidas razones para que la humanidad sea absuelta de todas sus faltas, de todos los errores cometidos.
Que, con la fuerza y el poder de la oración misericordiosa, Mis ejércitos orantes nunca se cansen de pedir Piedad y Misericordia; porque la mayoría, que no pide Piedad ni Misericordia, termina condenándose a la perdición espiritual.
Deseo que todos los orantes de la Tierra se aferren y se unan continuamente al poder de la Misericordia de Mi Hijo. Así, no solo estarán unidos al Corazón redentor de Cristo, sino también mantendrán las puertas abiertas de los Cielos para que los santos ángeles del Señor intervengan en todas las causas que parecen imposibles.
Queridos hijos, sigan construyendo dentro de ustedes la fortaleza de la oración del corazón. Les pido que, a pesar de lo que suceda, no dejen de orar.
Que el corazón espejo de cada hijo Mío refleje sobre el mundo el amor y la paz necesarios para estos tiempos de tribulación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Querido hijo, querida hija:
Que la pureza vuelva a nacer y a brotar de tu corazón.
Que esa pureza esté formada por un sentimiento puro, por un pensamiento puro, más allá de todo lo impuro que vivas.
Busca creer, más allá de las dificultades, en la pureza que Dios le dio a tu alma y a tu corazón; y, a través de esa búsqueda incesante, aprende a amar de verdad, sin dejar de amar todo lo bueno o lo no bueno que te suceda.
Así, hijo Mío, hija Mía, transitarás por la escuela de la reconciliación. Aprenderás a perdonar todo lo que vives y, en el acto sincero del perdón, volverás a renacer.
Un corazón puro es lo que la humanidad perdió por completo. La falta de un sentimiento puro y de una acción pura lleva a las almas al sufrimiento y hasta pensar que la culpa la tiene Dios.
La falta de un amor pacífico y fraterno hizo perder los valores y los principios de la espiritualidad y de la fe en cientos de almas.
Sean puros, no queriendo ser perfectos o trascendidos. Comiencen todos los días con pequeños actos de amor para que no solo ustedes se transformen, sino que el mundo también se transforme y retorne al respeto y a la reverencia de los Mandamientos. Sin Mandamientos no hay camino hacia el Cielo, y sin Cielo no hay paz interior.
Pido a Mis hijos que recapaciten y que replanteen sus actitudes, y la forma de ver las situaciones de la vida; porque cuando aprendan a amar y a apreciar las diferencias de la humanidad, ya no sabrán lo que es el conflicto o la violencia, porque se habrán dado cuenta de la Verdad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
En este día, de una nueva y urgente Vigilia de Oración, les vuelvo a pedir que estén en oración reparadora Conmigo a fin de que, en la sagrada solemnidad del Inmaculado Corazón de María, su Madre Celeste pueda concederle al mundo el tiempo venidero de la cura, del perdón y de la reconciliación; para que las dolorosas crisis humanitarias y las explotaciones del comercio oculto de niños y adolescentes, en el mundo, puedan terminar.
Deseo que, por medio de esta y de las próximas Vigilias de Oración, sigan rezando por las intenciones del Inmaculado Corazón de María, para que la Madre de Dios guarde, entre Sus brazos, a los más inocentes y marginados por la desigualdad de estos tiempos críticos.
Todas las sinceras y cálidas oraciones deben tocar el Corazón de Dios, especialmente la oración de los niños para que, como fue con los pastores de Fátima, la inocencia de los pequeños le conceda al mundo el fin de la pandemia y la reconstrucción espiritual de la dignidad humana.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El descenso de la Iglesia Celestial traerá, en este momento culminante de la humanidad, la Gracia Divina de que las almas del mundo se vuelvan hacia Dios en una acción interna de verdadero arrepentimiento y reconciliación.
La Iglesia Celestial traerá para el planeta un momento de quietud interna y de reflexión, a fin de que todas las almas posibles recapaciten y reparen sus vidas de todo lo que vivieron, para que sean restauradas del sufrimiento.
La llegada de la Iglesia Celestial impartirá bendiciones y Gracias en los corazones que estén abiertos para reconocer este importante acontecimiento espiritual.
En la Iglesia Celestial estará presente uno de los Aspectos de Dios que, durante los días de la Sagrada Semana, permanecerá en contemplación y a disposición para escuchar las intenciones y las oraciones de Sus hijos. Dios Padre abrirá un espacio espiritual para atender a Sus criaturas.
Durante el descenso de la Iglesia Celestial, los Ángeles de la Guarda tendrán la Gracia de poder llevar hacia adentro de la Iglesia de Cristo todas las súplicas de los que las pronuncien de forma impersonal y en beneficio espiritual para la cura de la humanidad.
Con la llegada de la Iglesia Celestial, muchos movimientos sucederán para todos, no solo internos, sino también externos y en oración deberán acompañar esos movimientos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que sus corazones se preparen para recibir en su interior la llegada de la Iglesia Celestial, porque todos la necesitarán.
Ante la Iglesia Espiritual de Mi Hijo, que sus vidas estén en ofrenda y en alabanza, para que todas las intenciones lleguen a los Pies del Creador.
Es en este momento culminante de la humanidad que Mi Hijo hará descender Su Iglesia Celestial, para que la mayor cantidad de almas sean ayudadas.
La necesidad de cura de la humanidad es muy grande. Por eso, Yo los convoco, hijos Míos, a que desde ahora sus consciencias estén en una acción de amoroso ofrecimiento para que el planeta también pueda verse beneficiado.
La Iglesia Celestial descenderá en su forma geométrica y divina.
Será con su descenso que las almas tendrán disponible la presencia de los Dones y de las Virtudes de Dios, para que la vida de los servidores sea completada con el impulso interno de amor que también traerá el Espíritu Santo.
Será en esos días, con la presencia de la Iglesia de Mi Hijo, que el planeta podrá ser contemplado con Misericordia, y la humanidad podrá enmendar muchos de sus errores a través de un acto de sincero y verdadero arrepentimiento.
Así las puertas de los Cielos se mantendrán abiertas para que los ángeles intervengan por las causas imposibles de este tiempo y ellos traigan, para los penitentes, las Gracias del Universo Espiritual como bálsamo de perdón y de reconciliación interna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Quincuagésimo poema
Reina de la Paz,
Madre Consoladora,
Guardiana de los corazones,
intercede por este planeta y por esta humanidad,
intercede por los Reinos de la Naturaleza.
Lleva a cada alma
la fortaleza y la inmensidad de Tu Amor,
para que, en este tiempo definitivo,
Tus hijos sepan qué camino recorrer
y así, encuentren el sendero
hacia el Sagrado Corazón de Tu Hijo.
Reina de la Paz,
que Tu Paz haga eco
en el universo interior de cada corazón.
Que la humanidad entera pueda sentirse en hermandad
entre los semejantes.
Que ya no exista el odio, la adversidad, la injusticia
ni el tráfico de personas.
Que los corazones despierten
y reencuentren el camino hacia Dios,
nuestro Padre Poderoso.
Que por medio de la fe, Madre de la Paz,
el mundo entero siembre esperanza y cura interior,
para que los que sufren tengan la Gracia de ser tocados
por los Rayos maternales de Tu Corazón.
Permítenos, Santísima Señora,
ser embajadores de Tu Amor y de Tu Paz.
Que, seamos merecedores de Tu Gracia suprema.
Que cada vida sea reconstruida
para que la reconciliación se establezca
y el perdón les traiga a todos
el fin de la desunión y de la indiferencia.
Que cada hijo Tuyo
recupere la fe que necesita para seguir adelante,
hasta que, como aves de luz,
sepamos regresar algún día
a las Moradas del Padre Celestial.
Reina de la Paz,
Madre de la Esperanza,
Amor inconmensurable,
prepáranos, ahora y siempre,
para el esperado Retorno de Cristo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Querido hijo, querida hija:
¿Crees en el poder de la oración? ¿Has percibido sus diferentes efectos y fases?
La oración posee un poder aún desconocido para los seres humanos.
Deja que la oración revele en ti su poder transformador y redentor.
Sumérgete en la ciencia espiritual de la oración para que puedas percibir la acción de sus corrientes y rayos.
Este es el tiempo de conocer el poderoso instrumento de la oración para que las almas aprendan a estar en comunicación con lo divino.
La oración te revela su elevación, su perdón, su reconciliación y su cura. La oración te puede llevar a comprender la vida y su razón.
Permite que la oración te transmute y, al mismo tiempo, te haga partícipe de la Sabiduría de Dios.
Que el poder de la oración te inspire a encontrar siempre el sentido de cada momento y época.
La oración te hará libre cuando entres en comunión con ella.
Deja que la oración redima tu ser y tu consciencia. Establece dentro de ti el templo sublime de la oración, para que ella pueda resonar en tu ser y, así, elevar tu consciencia.
Persevera en este ejercicio diario.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy la felicidad se pierde en el mundo por la falta de la paz y de amor entre los seres.
Por eso, como parte de la emanación de Dios, como el aspecto femenino de Dios representado en la Madre del Mundo, vengo a entregarle a la humanidad el Amor divino y cósmico que tanto necesita.
Y Yo les pido que no teman, que no duden y que tampoco fracasen espiritualmente, hijos Míos. Este es el tiempo de la adversidad, el gran momento del Armagedón planetario, en el que todo se definirá.
También es el momento en el que Mi Hijo, cada vez más, se aproxima al mundo para poder volver a colocarlo en el Camino de Dios.
Por eso hoy estoy aquí, hijos Míos, para que escuchen Mi voz y para que anuncien Mi mensaje al mundo.
Que hoy, este Encuentro de Música que será ofrecido eleve la consciencia del planeta, la consciencia de la humanidad, pero que también traiga la cura espiritual que las naciones necesitan para poder alcanzar la paz y la reconciliación entre los pueblos.
No dejen de aspirar a poder alcanzar los Sagrados Méritos de Dios. Esos Méritos los harán dignos ante Su Presencia.
Por eso, hijos Míos, ofrezcan cada momento de hoy como si fuera el último, para que Dios escuche la voz de Sus hijos que se eleva a través de la canción y de los instrumentos.
Que esa elevación, que desde ustedes se construirá como un puente de luz hacia el Universo, transmute las energías corrosivas y retrógradas para que las esencias más perdidas, y que están en la oscuridad, puedan ser rescatadas por Mí.
Como hasta ahora, cuento con la adhesión de cada uno de Mis hijos; porque la música elevada y la música que trae consciencia a las almas todo lo transformará siempre, aunque sea imposible.
Cuando las almas se agrupan y se reúnen en el nombre de Dios para cantarle y para alabarlo, las Gracias extraordinarias e inexplicables del Universo pueden descender para que todas las criaturas, independientemente de estar o no en el bien, reciban la ayuda que necesitan y puedan despertar.
Hoy vengo como la Madre del Sol, como la Gobernanta del Universo, para decirles, hijos Míos, que el Universo nuevamente se abrirá para escuchar sus melodías y las vibraciones que ofrecerán en el nombre de Mi Hijo y por la paz.
Yo les traigo la alegría verdadera de poder vivir en Dios y de poder encontrarlo en cada momento de sus vidas, sabiendo que más allá de lo que vivan, de lo que experimentan o del dolor que sufran, Dios siempre estará atento para ayudarlos, porque Él es infinito en Misericordia.
Aférrense y afírmense en el poderoso Reino de Dios que está dentro de cada uno de ustedes; y en donación, en servicio, en canto y en oración podrán estar en contacto con el Padre Supremo y en comunión con Su Espíritu.
Que en estos momentos agudos de la humanidad se sigan ofreciendo diariamente las Oraciones por las Naciones de Sudamérica.
Quisiera, en este día especial, en el que el Cielo comulgará de las voces que emergerán de la Tierra, y la Tierra y sus habitantes comulgarán del Universo, que fuera ofrecida una oración semanal por Sudamérica que incluya a todas las naciones, a todos los pueblos, a todas las situaciones y momentos agudos que ella atraviesa a fin de reafirmar la reconsagración de Sudamérica a la Madre de Dios, al inmaculado y eterno Corazón de María, ante la sagrada faz de la Señora de Guadalupe, Madre de las Américas, Madre de todos los pueblos y de todas las culturas, para que la llama de la fe se encienda en los corazones y esta llama atraiga la paz entre las sociedades, los gobiernos y los pueblos.
Sabemos, hijos Míos, que el mundo conocerá en este tiempo la realidad que siempre se ocultó. Ya los hombres no podrán transgredir las leyes ni omitirlas, ni tampoco sacar de todo esto ventajas y beneficios, porque si no hay justicia e igualdad, no habrá paz.
Los conflictos en las naciones son crisis para poder madurar, reflexionar y cambiar. Que Mis hijos ya no se agredan los unos a los otros. Que ya no existan transgresiones ni violencias en los pueblos y en las sociedades.
Este es un tiempo de rebelión pero también es un tiempo de Misericordia.
Eleven sus voces hacia lo Alto, que el Padre pueda sentir en Su Corazón el amor de Sus hijos en esta noche, para que todo el planeta y su humanidad reciban Su Misericordia, y al mundo se le conceda la Paz, especialmente a Sudamérica.
Yo les agradezco por todo lo que hoy ofrecerán, porque es muy importante para su Madre Celeste.
Y los que aún no se animan a dar el paso hacia el servicio al Plan de Amor, que lo hagan porque nada perderán, sino que recibirán los tesoros del Cielo que son incalculables e infinitos.
Apoyen esta obra de la Música para la Cura de la humanidad. Que las almas se postulen, que los corazones se congreguen porque la oración y la música elevada es lo que en este tiempo curará y sanará a la humanidad.
Los bendigo, hijos Míos, y les deseo una buena gala de oferta al Padre Creador.
Que sea una noche en la que las estrellas del cosmos brillen en el firmamento interior de cada ser.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Hoy culmina el primer ciclo de trabajo junto a la Jerarquía Divina en Buenos Aires.
Ahora es el momento en el que cada corazón que fue llamado para el encuentro con los Sagrados Corazones tenga la oportunidad de escoger el destino espiritual e interno de este país, para el próximo tiempo.
Por esa razón, la Divinidad solicitó y encomendó a los Tres Sagrados Corazones que estuvieran en Argentina con la finalidad de que las almas pudieran recibir todos los impulsos necesarios para poder tomar sus grandes decisiones de vida.
Fue así que primero llegó Mi amado Hijo con un mensaje de revelación para Argentina y de reconciliación y de redención de los corazones con el Padre Eterno.
Luego, el 8 de agosto, cuando el ciclo espiritual de la humanidad cambió llegó en su auxilio la Madre del Altísimo, la que hasta el 13 de agosto los condujo hacia el reconocimiento de su verdadera y única existencia.
Luego regresó Mi amado Hijo, el 16 de agosto, y llevó a cada uno a estar delante de Dios mediante la verdad interior y pura que cada uno es.
Y hoy, 18 de agosto, estará llegando el Castísimo Corazón de San José que aparecerá para que, guiados por Su santa mano, caminen por el sendero de la humildad. De una humildad que conceda, a cada argentino, la posibilidad de meditar y de decidir para que nunca se deje de cumplir el Propósito Divino.
San José, Padre y Obrero de Dios, llegará a la Argentina para impulsar la construcción de un país pacífico, humilde y resignado a Dios, dispuesto a vivir y a cumplir la Voluntad Divina.
Toda esta preparación ha sido la base para los próximos pasos que dará la Jerarquía Divina por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
En los momentos de definición, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de dolor, Yo estoy con ustedes.
En los momentos en los que se animan a dar pasos hacia Mi Hijo, Yo estoy con ustedes.
En los momentos en los que están confusos, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de grandes decisiones, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de grandes o pequeñas felicidades, Yo estoy con ustedes.
Yo estoy siempre con ustedes, hijos, a su lado, abrazando a sus almas, silenciosa, cerca, bien cerca, allí estoy.
Argentina de Mi Corazón,
Mi Corazón de Madre y Mi Consciencia Sideral se han colmado de júbilo al poder contemplar la confianza y el amor que le han entregado a Mi Hijo, el Redentor.
Ninguno de ustedes imagina lo que ha significado para el Padre Eterno la apertura que han tenido las consciencias de esta nación y cómo esa apertura podría revertir su destino para siempre.
En estos últimos días, en los que se han congregado aquí y en diferentes lugares de esta nación para orar y suplicar por la familia argentina, han abierto un camino directo al Corazón de Dios.
Mi Hijo les dijo en estos días que todos los argentinos tendrían la oportunidad espiritual de estar delante de Dios para expresar su sentir y su intención, para ser escuchados por el Creador y reconciliarse con ÉL.
Quiero que sepan que por la valentía y la humildad de los que se postraron de rodillas frente a Dios para suplicar por los valores fundamentales de la familia humana, el Padre Eterno derramará Su Misericordia y Su Gracia a través de Su Hijo, Cristo Jesús, y nuevas oportunidades de paz, de comprensión y de amor se establecerán en el núcleo de las consciencias de las familias de esta nación, Atributos que descenderán directamente desde el Corazón de Dios.
Hijos amados, defiendan con la oración la integridad de sus familias, en silencio y en paz; así podrán desactivar los planes de Mi adversario que pretende, a través del engaño y de la confusión de sentimientos e ideas, destruir en la consciencia de la humanidad ese espacio seguro, escuela del amor y del perdón, que representa la familia.
No levanten su voz y su indignación, solo oren en paz Conmigo y todo se disolverá en los planos espirituales, en donde el caos y el mal organizan sus planes siniestros en contra de la humanidad.
Oren Conmigo, aquí en Argentina y en todo el planeta, hoy, en este día y en todos los días que vendrán, por el amor, la protección, la paz y la comprensión en todas las familias de la humanidad.
Una vez a la semana los espero a todos en la Oración por la Paz en las Naciones para orar por las familias de todas las sociedades, de todos los pueblos, de todos los credos y de todas las religiones.
Juntos colocaremos a la familia universal en el Corazón de Dios, allí donde nadie la podrá destruir.
Hoy los bendigo, los colmo con Mi Amor y con Mi Paz.
¡Gracias Argentina por haber respondido al llamado de los Mensajeros Divinos!
Los amo,
Vuestra Madre María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Madre de la Humanidad
Queridos hijos:
Hoy, a través de los Sagrados Sacramentos, las almas se vuelven a aproximar a Mi amado Hijo y eso permite, hijos Míos, que muchas noches oscuras de las almas sean cerradas mediante la sincera confesión del corazón y, en consecuencia, un alivio espiritual se establece en los mundos internos, y las almas de Dios retoman fuerza para poder seguir adelante en el camino de la entrega y de la consagración a Dios.
Hoy su Madre Celeste está feliz de estar aquí, entre sus hijos, para que siempre confirmen que nunca estuvieron solos y que, más allá de todo, se sientan invadidos por el Amor y la Misericordia del Padre.
La tarea de los Sagrados Sacramentos no solo les concederá la reconciliación que necesitan, sino que también recibirán la renovación de sus vidas mediante el impulso que les trae el Espíritu Santo.
A Mis hijos de Argentina les dejo Mi consuelo maternal y la gratitud por estar siempre allí, intentando todos los días seguir las huellas de Mi Hijo. Dios los bendiga.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mi Corazón de Madre retorna a Italia, como en tiempos anteriores, para traerle a todo su pueblo el Amor y la Luz de Dios. Amor y Luz infinita que ustedes necesitan como sociedad y religión para poder vivir una transparente y verdadera redención.
Por este motivo, hijos Míos, he pedido al grupo peregrino que llegara hasta Italia para traer este mensaje del Cielo. No solo porque su pueblo debe enmendar las faltas cometidas con cientos de inmigrantes, sino también porque ustedes, habiendo sido un pueblo inmigrante, deben trabajar conscientemente el perdón para que en esta nación no desaparezca la paz.
Yo Soy su Madre intercesora y mediadora. Soy la Luz que los quiere llevar hacia Mi Hijo para que, arrepentidos de corazón, profesen su amor a Cristo y alcancen la reconciliación.
Pero primero, hijos Míos, ese acto de verdadero arrepentimiento deberá comenzar en el interior de la Iglesia de Mi Hijo. Ella ya no puede seguir ocultando más sus actos y malos tratos porque de lo contrario perderá también la Paz y la Misericordia de Dios.
Ningún religioso tiene inmortalidad espiritual. Este es el tiempo de la enfermedad espiritual en masa, en el que Mi adversario se infiltra para destruir y tentar a muchos sacerdotes.
En Akita, La Salette y en Fátima Yo anuncié sobre la necesidad de que todos se volvieran hacia Dios lo antes posible, para que pudieran ver Su Faz de inmensa Misericordia y Perdón. Pero muchos no Me escucharon.
Regresé una vez más al mundo, a través de Medjugorje, para anunciarles que, por medio de la donación de Mi Corazón, alcanzarían la paz y menos de la cuarta parte de la humanidad puso en ejercicio lo que Yo había dicho.
Para no perder a Mis hijos, regresé una vez más al mundo, pero esta vez en una fecha clave, el 8 de agosto de 2007, día en el que Yo traje para la humanidad la revelación del Universo y de sus misterios y pedí, ardientemente, que Mi Voz, Alma y Corazón fueran llevados al mundo entero por medio de la Peregrinación por la Paz.
Muchos Me acogieron y lo siguen haciendo, y la consciencia de cientos de almas en el mundo sigue despertando. Pero la Iglesia Me sacrificó por completo, juzgando Mi presencia y cerrando las puertas a Mi mensaje universal de paz.
Esta era la prueba para dicha religión, la de reconocer a la siempre Virgen María, Madre del Altísimo, o negarla con difamaciones y mentiras.
Pero la Luz perpetua y materna de Mi Corazón impidió que Mi aspiración fuese interferida. Porque por detrás de los caóticos y graves escenarios en la Iglesia y en el mundo, Su Madre Celeste creó una poderosa red de oración planetaria formada por todos los seres orantes de la Tierra. Una red de oración que, hasta los días de hoy, sostiene y mantiene por medio del corazón de cada hijo Mío, la misión espiritual y divina de la Madre de Dios en la humanidad.
Este movimiento ecuménico de oración que Yo misma fundé en la superficie de la Tierra, a través de los grupos de oración, es el que permite el peregrinar por las naciones del mundo y que la Voz de los Mensajeros Celestiales sea difundida en todas las lenguas y pueblos, para que ningún hijo Mío se quede sin escuchar.
Por esa razón, hijos Míos, estoy regresando una vez más a Italia para concederle la Gracia de la reconciliación y del perdón inminente que necesita.
Todo lo que sucederá en el encuentro de oración de hoy, será el resultado de un amor inmenso por Dios y por su Divina Señora.
Aún hay tiempo para recapacitar y enmendarse. ¡Háganlo, hijos Míos!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
La Rosa Mexicana...
He aquí la Rosa Mexicana, la Rosa que emana aromas de paz y de confraternidad.
He aquí la Rosa Mexicana, la Señora de los Pueblos que apareció en lo alto del Monte Tepeyac.
He aquí la Rosa Mexicana, la que trajo el mensaje de unión y de respeto entre los simples y los conquistadores.
He aquí la Rosa Mexicana, la Mujer mestiza con rasgos de una cultura sagrada y milenaria.
He aquí la Rosa Mexicana, la Madre del Sol y de todo el Universo, la Señora que se encendió como el Sol, envuelta en todos los astros y estrellas.
He aquí la Rosa Mexicana, la Virgen que le encomendó a Juan Diego que alzara una pequeña Iglesia para atraer hacia todas las razas el Reino de Dios.
He aquí la Rosa Mexicana, el Espejo de la Justicia y la Sierva incansable e incomparable al servicio de Sus hijos de la humanidad.
He aquí la Rosa Mexicana, la que es Abogada y Madre, mediadora e intercesora ante los casos imposibles.
He aquí la Rosa Mexicana, la Guadalupana, la Señora que bajó al Tepeyac para anunciar el tiempo de la paz y de la reconciliación entre los pueblos y las culturas.
He aquí la Rosa Mexicana, la Virgen que revela la cosmovisión, la Señora que trae la vida y la existencia del Universo a través de Su Manto de Luz.
He aquí la Virgen de Guadalupe, la Madre defensora de los pueblos humildes, la Sierva de los esclavos y de los condenados, la Madre que libera de las cadenas a los que quedaron prisioneros de espíritu.
He aquí la Rosa Mexicana, la Señora que trae el esplendor del Cielo reflejado en la tilma de Juan Diego como un mensaje universal, un impulso que, a través de los tiempos, despierta el interés por la revelación del misterio divino.
He aquí la Rosa Mexicana, la Señora que está más allá de toda filosofía y ciencia, la Madre que expresa Su Amor por todos Sus hijos, más allá de su raza, de su cultura o de su condición.
He aquí la Rosa Mexicana, la Madre que hoy es honrada y amada por todo el pueblo de México y del mundo, por todos los hijos de la Tierra que reconocen su filiación con lo Alto.
He aquí la Rosa Mexicana, la Madre que brilla como un Sol de amor en cada corazón devoto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más