- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Quien ama, no temerá.
Quien se equivocó, aprenderá a reparar.
Quien ofendió, aprenderá a pedir perdón.
Quien odió, volverá a reconciliarse.
Quien dividió, volverá a unir.
Quien se sumergió en la oscuridad, volverá a encontrar la Luz.
Quien lastimó, aprenderá a sanar.
Quien está en la ignorancia, algún día despertará a la Verdad.
Quien se alejó, algún día retornará.
Quien desconfió, aprenderá a confiar en sí mismo.
Quien retrocedió, aprenderá a avanzar.
Nada es fijo ni permanente, así es la evolución del espíritu de cada ser.
Existen causas y condiciones, pero no pueden paralizar el caminar del discípulo.
El universo siempre mostrará lo que aún no está resuelto, porque estar bajo la Ley del universo significa estar en unidad y en armonía".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
Hoy, vengo a ti y a tus hermanos para que atraviesen Conmigo la puerta de la Cuaresma.
Por eso, en estos próximos cuarenta días previos a la Pascua, vendré de forma extraordinaria y en momentos inesperados a entregar impulsos crísticos que ayuden a preparar a las almas para la Pascua del Señor.
Podría pedirles cosas inesperadas. El lugar donde entregue cada Mensaje será escogido por Mí según la necesidad, será alguna de las áreas del Centro Mariano o de la Comunidad-Luz Figueira.
Les pido que estén atentos a Mi Llamado. En vigilia, esperarán con alegría Mi llegada, que será precisa, inmediata y extraordinaria.
Quiero que puedan vivir, de forma semejante, lo que Yo viví durante Mis cuarenta días en el desierto. Les ofrezco Mi Corazón a todas las almas, como refugio predilecto de Dios.
Cuando Yo les avise el momento en el que vendré durante los próximos 40 días, ustedes tocarán las campanas de sus casas, para que sus hermanos sepan que estoy llegando y así, todos los que deseen se puedan reunir rápidamente en el lugar indicado. Les aseguro que será un momento diario de renovación espiritual.
Hoy, les entrego Mi primer impulso crístico para esta Cuaresma:
“Sé paciente en el camino que atraviesas. Estás ante la puerta del último tiempo, ábrela y entra en el camino que ahora te indico.
Sé valiente y camina en el desierto Conmigo. Te enseñaré a perdonar y a reconciliarte contigo mismo, no te desanimes”.
Cristo Jesús
Es en este nuevo ciclo, que comenzará en el año 2020, que se verán y se sabrán cosas increíbles.
Todo lo que fue astutamente ocultado en todos los sentidos, formas e ideas, se destapará.
Toda mentira, manipulación o engaño que haya sido construido por invención del hombre, se desenmascarará.
Toda situación de las personas, sea interna o externa, de salud, de purificación o de resistencia se mostrará, porque las ondas solares que en este tiempo estarán ingresando, durante el verano en Sudamérica, son ondas ultravioletas que están llegando con un altísimo grado de expulsión y de movimiento sobre todo ser viviente de éste y de otros planetas.
El Sistema Solar, a partir del año 2020, ingresará en la última y más aguda etapa espiritual, cósmica, mental y material de su transición.
De los ocho mil millones de personas presentes en este planeta, el noventa por ciento están distraídas e hipnotizadas por la ilusión global.
En ese sentido, el campo de acción de las ondas solares removerá de su sitio y lugar todo lo que esté fuera de la Ley, y este impulso que traerá el Universo y que se asociará al desequilibrio del planeta y del eje de la Tierra, aumentará el efecto inesperado de ese movimiento cósmico.
Por eso, el año 2020 será el último tramo para poder alcanzar la elevación de la consciencia y del plano mental, para que los efectos universales de ese movimiento no afecten a la mayoría de las consciencias dormidas.
Así como el impulso solar será fuerte en los ámbitos involutivos de la humanidad, el mismo impulso traerá a todos los seres de bien la oportunidad de dar grandes y firmes pasos en la evolución y en la madurez de la consciencia, así como la posibilidad de establecer importantes procesos espirituales de redención, de perdón y de reconciliación.
Pero les vuelvo a decir: no habrá ser de la superficie de este planeta que se pueda oponer ni esconder de este movimiento solar. Todo quedará en evidencia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vuelvo aquí, a Colombia, como el Hijo Solar y a Mis Pies Yo les muestro, en los planos internos, la ciudad sagrada de Guatavita, aquella ciudad legendaria que una vez se expresó en la superficie y trajo para los Andes un sagrado conocimiento que aún no fue revelado al hombre de hoy.
Pero muchos de ustedes participaron de esto. Por eso estoy regresando a Colombia, para reunirlos en Mi Nombre y para que definan sus caminos por una única Jerarquía, por una única Ley, por un único grupo.
A este grupo de almas congregado por Mi Amor, así como muchos grupos de almas que Yo tengo en el mundo y que en este tiempo llegan a Mí para servirme y expresar Mi Obra redentora, ante esta ciudad sagrada que brilla como el oro y como el cobre, lo hago reverenciar internamente este legado al que perteneció en otros tiempos, en otras experiencias y que, ahora, los velos de su consciencia caen para que pueda ver la verdad y la razón primordial de estar aquí, en este lugar, presentes en este país y unidos como hermanos.
Eso es lo más importante que necesito en este tiempo para que Colombia, finalmente, pueda expresar su tarea. Aún hay mucho por hacer y aún hay mucho por realizar. Ustedes son el preámbulo de algo muy importante, pero recuerden la unidad y la Ley de Jerarquía. Si eso no se cumple entre ustedes, nada se manifestará.
Sé que no es fácil para muchas consciencias obedecer lo que Yo les pido y cumplir estrictamente lo que dice la Jerarquía. Pero, compañeros, hermanos y hermanas Mías, ya no hay tiempo, ya no queda tiempo. Y esa es la realidad.
Los impulsos de la Jerarquía interior llegan para convertir a los corazones, para despertarlos, para purificarlos y transformarlos. Por eso hoy traigo Mi Consciencia Solar, y como un Ser Espejo refracto sobre la sagrada ciudad de Guatavita todos los principios y atributos de Dios, que esa sagrada ciudad, indígena e interna, alcanzó también en otros tiempos.
Los valores de la cultura de Colombia son muy importantes para Dios al igual que los valores de la cultura azteca y de la cultura maya. Esos valores son los que necesitará la humanidad de hoy para poder vivir la transición de los tiempos y el Armagedón; para no olvidar los principios, los atributos y los mandamientos del Padre que son Leyes básicas para su evolución y su despertar; para que puedan profundizar en los grados de amor y en los grados de solidaridad.
Eso construirá entre ustedes y en muchos más que llegarán, la verdadera hermandad de superficie, ese sagrado Tercer Orden que debe expresarse en Sudamérica para poder sostener y contener el fin de los tiempos, el tiempo de la purificación, el tiempo de la tribulación.
Entre ustedes no pueden existir mentiras, engaños ni apariencias. Es algo que Yo les enseñé a Mis apóstoles en el pasado y es algo que vengo enseñando hace muchos años a todos ustedes.
No vengo a ver de ustedes la imperfección ni tampoco las miserias, porque Mi Misericordia les concede la transformación y la liberación de sus vidas.
Yo solo les pido, compañeros, la lealtad, la transparencia y la unidad cristalinas. Eso permitirá que Mi Obra se pueda expandir en Colombia y muchas más emergencias puedan ser atendidas por la Jerarquía.
Pero mientras tanto y a pesar de todo lo que reciben, de todos los impulsos que fueron entregados desde que la Jerarquía interna se expresó en este lugar de Guatavita, aún hay mucho por purificar.
Pero Yo, como un Espejo Solar, les tiendo Mi Mano para que se tomen fuerte, para que confíen, para que se arrepientan y se reconcilien.
Eso permitirá disolver en Colombia muchas corrientes de caos y de adversidad que aún circundan a este país y a este herido pueblo, al que hoy vengo a entregarle Mi Misericordia y Mi perdón para que pueda renacer y resurgir por el impulso que trae el Espíritu Santo como Esencia Solar.
Regresen a sus orígenes, retomen las raíces de su cultura y preserven de ustedes mismos todo lo que es sagrado, bendito y sublime; todo lo que proviene de la Jerarquía, sea Su conocimiento, sea Su palabra o sea Su amor o Su presencia.
Si ustedes, compañeros Míos, hoy están congregados aquí por Mi Presencia, y no otras personas, es por alguna razón espiritual que aún desconocen.
Nunca rompan las reglas, porque el Padre y sobre todo Su Hijo lo ven todo. Eleven sus corazones en el espíritu del arrepentimiento y recibirán algún día la llama sagrada de la redención, con los Códigos Crísticos, los méritos alcanzados por su Maestro y Señor cuando estuvo en la Tierra.
Y así serán Mis memorables apóstoles, los apóstoles del fin de los tiempos, que protegerán el legado de la Jerarquía no solo en la superficie sino también en los mundos internos y que podrán espejar y representar a la Hermandad donde sea y cuando sea.
Para eso, Yo los necesito firmes, disponibles y abiertos al cambio, no solo de la consciencia sino también del corazón, de la personalidad y del ego.
Eso permitirá que el legado que se guarda en la sagrada ciudad de Guatavita esté siempre protegido e irradie sus principios a la humanidad que tanto los necesita en este tiempo. Porque no solo ustedes recibirán la transformación y la renovación, sino también otros pueblos en otras partes del mundo que siguen perdiendo los valores y los principios de su cultura, lo que han recibido y vivido a lo largo de los tiempos y que Mi adversario se encargó de disolver, de dividir y de borrar de la memoria de los hombres y mujeres de la Tierra.
Por eso Sudamérica está en juego, no solo de una forma política, social y económica; Sudamérica está en juego de una forma espiritual y es en ese nivel en el que las verdaderas y graves situaciones se presentan y en el que la Jerarquía las debe enfrentar y atender en este tiempo.
Ustedes no solo deben ser soles en la superficie de la Tierra así como lo fue la sagrada ciudad de Guatavita, sino también deben ser espejos del amor, de la solidaridad, de la hermandad, del bien, de la transparencia. Ya es hora de que no viva en ustedes ningún resquicio del mal, ningún resquicio de adversidad ni de contrariedad.
Ya son depositarios del Amor Crístico de Mi Corazón y lo deben proteger y amparar para que él pueda crecer y expandirse hacia el mundo, porque muchas, muchas almas están perdiendo la oportunidad no solo de evolucionar sino también de despertar, de realizar su verdadera tarea y misión en este tiempo.
Este pueblo de Colombia ha tenido la gracia de ser bendecido por la Jerarquía y es en los pequeños grupos de almas en los que se realiza el Plan para después dar oportunidad y gracias a todas las demás almas del mundo.
Para que puedan hacer todo lo que les pido, compañeros, deben confiar en Mi Presencia, en Mi Palabra, en Mi sostén y, especialmente, en Mi Amor que es inconmensurable e incondicional para las almas.
Dejen que todo lo que ya no les pertenece sea retirado. Vacíense, vacíense en este momento y ofrezcan sus vidas, sus almas y sus corazones a Dios a través de la Presencia Solar del Hijo de Dios; y eleven sus aspiraciones a lo Alto, las aspiraciones de la redención, de la reconciliación, de la unidad y de la paz, para que esos atributos desciendan sobre ustedes y sobre sus hermanos y se construya esa hermandad sólida, firme y cristalina que vive por el Plan de Dios y su cumplimiento en este ciclo.
Les traigo esta ciudad dorada de Guatavita, la sagrada ciudad de Guatavita, para que puedan renacer y volver a descubrir, dentro de ustedes, sus orígenes; el motivo principal que los trajo hasta aquí, que no es personal ni tampoco individual; que es grupal, que es entre almas para servir a Dios y cumplir Sus aspiraciones no solo para Colombia sino también para el resto de Sudamérica.
Recuerden que cuentan con el apoyo y el sostén de los Recintos sagrados, en donde podrán depositar sus consciencias, almas y seres para que sean trabajados y curados y aun sigan viviendo el proceso de la redención.
Sean esas chispas de la redención de Mi Corazón, porque el mundo lo necesita para que algún día se dé cuenta que está equivocado y que se ha desviado completamente de la verdad.
Colombia aún debe despertar, debe despertar más profundamente de lo que ha despertado. Pero para que eso sea posible, primero la transformación y el cambio debe comenzar en ustedes, compañeros Míos, que Me representan ante Dios en esta tarea espiritual por Colombia y por todas las almas que aquí se encuentran.
Es en ese sentido, que la esclavitud espiritual y material terminará en este país y las almas podrán tomar consciencia de la importancia de volverse hacia Dios para poder volver a escucharlo y sentirlo profundamente.
Ofrezcan esta próxima Maratón de la Divina Misericordia como una oportunidad de volver a sus orígenes, a sus principios y a su cultura original; y que puedan servirse de la compañía de todos los seres internos que colaboran, en hermandad y en amor con la Jerarquía en este momento.
Que Colombia pueda renacer a los principios de su cultura, de su solidaridad y de su amor al Padre Celestial.
Por esa razón, compañeros, a todos ustedes y a todos sus hermanos que escuchan Yo les doy la bendición para que esta tarea, a través del Encuentro de Oración de Misericordia, sea bendecida y colmada por los dones del Espíritu Santo. Y les pido que confíen en la venida de esos dones que no solo transformarán e impulsarán sus espíritus y consciencias, sino también su vida material que día a día deberá ser un espejo de la Hermandad en la superficie.
Como el Sol del Universo, desde el centro de esta Galaxia, que brilla sobre esta ciudad sagrada de Guatavita que hoy refracta sus principios y sus orígenes hacia las almas que pertenecieron a ella, así como a todas las almas que pertenecieron a los pueblos originarios de los Andes, les doy la Paz y la bendición, deseando una bellísima y gloriosa tarea en este tiempo crucial en el que las almas deberán renacer al amor y al perdón.
Con los rayos del Sol Central que provienen de la emanación del Corazón de Dios y en unión a la Gran Confraternidad Universal, que Colombia se eleve, que los corazones estén firmes para vivir su redención en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a un lugar, a una ciudad, a un país que está viviendo los primeros momentos agudos de la humanidad. Por esa razón, Yo estoy aquí entre Mis compañeros, amigos y servidores.
Vengo para consolar al corazón afligido. Vengo para traer cura al corazón enfermo. Vengo para traer alegría al corazón que perdió la esperanza. Porque estos son tiempos cruciales para la humanidad, resultado de sus elecciones y decisiones de vida. Con nada de esto tiene que ver vuestro Dios, Nuestro Padre Celestial. Él envía a Su Hijo para auxiliarlos y socorrerlos porque ustedes, compañeros y servidores Míos, han dado testimonio de Mi Presencia en sus corazones y en las acciones de la vida. Por esa razón, también estoy aquí para que, unidos en la fe, aprendan a trascender el fin de los tiempos, primero dentro de ustedes, y para después ayudar a la humanidad, a todos sus hermanos y conocidos.
Estos son tiempos inexplicables, en los que las naciones están definiendo su destino y en ese destino hay millones de almas, muchas pero muchas almas inocentes, especialmente almas que deberían estar en este tiempo y en esta humanidad, y que no las quieren dejar estar debido a la libertad que hoy asume la mujer en la humanidad. Esto también es una aflicción para Dios, porque los hombres y mujeres de la Tierra no quieren vivir Sus Leyes, sino alterarlas. Es no tener consciencia de la Verdad y del resultado de lo que esto significa para la vida en la superficie de la Tierra.
Por eso, también son tiempos de Misericordia, porque la Misericordia concederá milagros, llevará a las almas hacia Dios y permitirá que los corazones se reconcilien, unos con otros, sabiendo que es necesario aún curar muchas heridas en los corazones y también en las naciones. Por eso, Nuestro peregrinar por las naciones del mundo se volverá, cada día más exigente, desafiante y diría, de una gran osadía, porque son tiempos en los que las fuerzas retrógradas del planeta quieren mantenerse en la humanidad para tenerla presa y oprimida. Pero la Luz y el Poder del Cetro de Dios llegará, de la Mano del Hijo del Hombre, para liberar a los corazones y a las almas de la Tierra que viven las prisiones de la vida, que viven la opresión, que viven la perdición.
No puedo prometerles, compañeros, tiempos de alegría porque lo que hoy vive la humanidad es por su propia elección. Pero si están Conmigo, Yo les puedo prometer tiempos de júbilo, de milagros, de conquistas internas y espirituales, tiempos de trascendencia y de cura, momentos de perdón, de reconciliación y de paz, aunque el mundo en su superficie esté en constante batalla.
Toda la Creación está llegando al momento de su Juicio Universal y, cada día que pasa, ese momento se aproxima a la consciencia humana. Nadie estará excluido de ese acontecimiento. No será un Juicio para castigar, sino que será un Juicio para rever, para reflexionar y madurar y, especialmente un Juicio para corregir.
El Padre Celestial Me ha enviado a la Argentina, en esta situación y circunstancia, y también Me envía por el mundo entero, por todas las almas, por todos los pueblos y todas las culturas, por todas las religiones, para que Yo les anuncie la Buena Nueva que debe despertar en sus corazones la oportunidad de volver a Dios y de estar ante Su Presencia; sabiendo que el Padre Celestial espera entregarles Su Amor y Su Bondad, Su Misericordia y Su Perdón para que, verdaderamente, compañeros Míos, aprendan a ser felices en la vida espiritual y material, uniéndose todos los días a la Fuente de Dios, sabiendo mantener, dentro de sí, el contacto interior.
Mas, lo que Me mueve a venir a las naciones del mundo es la adhesión de Mis compañeros, servidores y colaboradores, de los peregrinos, de los que intentan seguir fielmente el Camino de Cristo. Esto es lo que Me motiva a venir aquí, especialmente a la Argentina, porque sé que existe el potencial para gestar, dentro de cada corazón argentino, su proceso de redención y de perdón, para que vuelvan a ser como en los tiempos pasados, los apóstoles de Cristo.
Dentro de cada uno de ustedes, dentro de cada uno de Mis hijos de Argentina, existe una luz desconocida que aún no han descubierto. Argentina tiene una tarea importante como país y como pueblo, como una parte de la humanidad que preparará, por su compromiso, el Retorno de Cristo. Y esto ayudará, beneficiará y favorecerá a las demás naciones del mundo, como por ejemplo a Uruguay que no se está abriendo para escuchar la Voz del Padre Eterno.
Este es el tiempo, compañeros, de saber luchar por medio del amor y sin espadas, porque el triunfo de Mi corazón se dará en la concreción del Plan Divino en sus vidas, con sus ejemplos, en su fidelidad Conmigo. Esto es lo que Yo necesito, algo tan simple pero profundo, algo que nace del corazón de aquel que comprende, más allá de Mis Palabras, el Propósito de su Maestro y Señor.
Vengo a colocar en Argentina un bálsamo de paz y de reconciliación, sabiendo que Dios, su Padre Celestial, no puede estar ausente de la consciencia de Argentina y no puede ser sustituido por las formas de vida y por las elecciones, tan inconscientes, de los hombres y mujeres de este país.
No pueden entrar, compañeros, en la misma corriente de conflicto, de adversidad o de caos. Por medio de la oración, activen el Rayo de la inteligencia, del discernimiento y de la ciencia; y tendrán fe y conocimiento para poder superar el fin de los tiempos y así poder ayudar a sus hermanos, a los más ignorantes, a los más perdidos, a los que no tienen a Dios y a los que lo niegan completamente.
Pero los tiempos más difíciles llegarán y no será necesario que los vivan. Aún tienen tiempo para poder recapacitar y reconciliarse con Dios, así como Mi Madre lo pidió una vez en Fátima a toda Europa, después de que Europa fue completamente destruida por la adversidad y el caos. Pero, en la Argentina, a pesar de sus tiempos difíciles, existe una pureza que aún es desconocida, una pureza especial que les ha dado Dios para que por medio de su Rayo de Voluntad-Poder aprendan a alinearse con el Propósito y a manifestar Su Voluntad. Sé que aún no alcanzaron esto, pero mantengan firmes sus aspiraciones para poder gestar, sobre la superficie de la Tierra, una verdadera familia espiritual que es parte de la Hermandad Divina de Nuestros Corazones y que, más allá de todo y de cualquier acontecimiento, se une a Dios de corazón y en fidelidad.
Hablo tanto de fidelidad, compañeros, porque es lo que los protegerá de ustedes mismos, no solo a Mis compañeros de Argentina, sino a todos Mis seguidores, servidores, colaboradores y consagrados. El mal no conoce la fidelidad, la fidelidad a Dios, a Su Propósito, a Su infinita Voluntad y Sabiduría. Si ustedes conocen la fidelidad, se volverán verdaderamente libres de las cadenas, de las amarras, de las opresiones de la vida y del caos planetario; porque la fidelidad siempre los podrá llevar a la paz, a la confianza y a la certeza absoluta de que Dios está en ustedes y en todo.
Argentina es el preámbulo de grandes acontecimientos que se avecinan y que se aproximan. La adhesión de los corazones, por poco que parezca, representa mucho para Dios. Por eso, Su aproximación a la consciencia de los argentinos se dará en estos meses de agosto y de septiembre de una forma especial, porque será la preparación para una nueva etapa de desafíos, de exigencias y de entregas cada vez más profundas y definitivas.
Sé que muchos podrían no sentirse preparados, aptos ni disponibles para lo que les estoy diciendo y pidiendo, pero crean y confíen que si siempre están Conmigo y Me llaman, lo podrán lograr porque conozco a sus personas, a sus almas, a sus espíritus y a toda su vida interna. No pediría algo que nunca pudieran alcanzar, pero hay una parte que ahora le corresponde a cada uno de Mis compañeros, servidores, colaboradores y consagrados.
Cada uno tendrá su momento de entrega y de profunda definición, que será entre el alma y Dios, para que la Gracia Divina siga descendiendo al planeta y a la humanidad. Y, a pesar de que en la superficie de la Tierra ya nada tenga sentido ni motivo, habrá una razón de seguir estando aquí, en este planeta azul, por esta creación y por esta sagrada naturaleza que les ha dado el Padre Celestial para que aprendan a contemplarlo, a adorarlo y a amarlo en todo lo que vive y vibra.
Sé que quisieran escuchar palabras preciosas, agradables y que consuelen a sus corazones, pero yo nací en la superficie de este planeta no solo para anunciarles la Buena Nueva, sino también para decirles siempre la Verdad que los hará madurar y crecer interiormente.
Que esta Maratón, tan importante para Mí, sea una Maratón de madurez y de crecimiento en la consciencia y en las acciones, para que nuevas responsabilidades puedan ser entregadas en sus manos y puedan seguir representándome en este tiempo crítico, en el que la mayoría de las almas no quiere ver a Dios.
Le pido al mundo entero que ya no culpe más al Padre Celestial por lo que le sucede, que asuman la responsabilidad de lo que hacen, día a día, sabiendo que el Universo les dió leyes y mandamientos para estar alineados con el Propósito y para saber seguirlo sin necesidad de perderse ni confundirse.
Coloquen sus consciencias en lo que es vertical, en lo que va hacia lo Alto, en lo que los une al Universo y así encontrarán la paz y la fuerza interior para seguir adelante, para seguir Mis pasos, de pies descalzos y humildes que los llevarán al encuentro de la Vida Crística.
Que esta Maratón sea un motivo de renovación, de conmemoración, porque se cumplen más de seis años desde que Yo les pedí, compañeros, ofrecer la Maratón de la Divina Misericordia en estos tiempos difíciles, para sostener el Plan de Dios en la humanidad y soportar las corrientes de la adversidad y del caos, aprendiendo a transmutarlas y a liberarlas con la fuerza y el poder que tiene el verbo en la oración.
En la confianza de Dios, Yo les doy la paz y la gratitud infinita por haber preparado cada detalle con amor, consciencia y entrega para su Señor, su Maestro y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En este día, compañeros, su Maestro se prepara, en recogimiento y en oración, para poder llevar adelante el importante momento de la liberación de Holanda.
Para eso, las grandes huestes angélicas también se preparan para llevar adelante la Voluntad de su Maestro y Señor y así, generar una renovación espiritual y un camino de redención para todas las almas que, siendo miserables, necesitan urgentemente Mi Divina Misericordia.
Por eso, este es el tiempo en el que el Universo del Amor y de la Sabiduría se aproxima a la humanidad para conceder a las consciencias un tiempo de reflexión, de penitencia y de redención.
Es ese Universo del Amor, muy desconocido por los hombres, el que permitirá que milagros espirituales se den en las almas que más necesitan de ayuda y de perdón.
Pero este trabajo crístico que sucederá en Holanda tendrá sus frutos internos en el tiempo, cuando las almas consigan por sí mismas reconciliarse con Dios y volver a ver la Luz del Corazón del Padre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando invocan Mi Divina Misericordia y se vuelven hacia Mí, Yo no contemplo sus miserias, sino el potencial de sus virtudes guardadas en lo profundo de la consciencia.
Por esa razón, remuevo sus estructuras antes de que ellas se endurezcan y nada pueda hacerlos mover del lugar en donde están.
Es así que Mi Divino Plan, que es dinámico y constante, les trae la consciencia del Propósito, del dinamismo constante que deben alcanzar para proseguir la Obra de Redención de su Señor.
Por ese motivo, también los envío a diferentes pueblos, para que las naciones vengan a Mí y Me encuentren en todos los que esperan, sinceramente, el camino de la reconciliación.
Este es el tiempo de que Yo no solo esté en ustedes a través de los Sacramentos, sino de que también esté entre ustedes por medio de Mi Palabra de Amor.
Este es el momento para hacer crecer en ustedes las Virtudes de Dios, así conocerán más conscientemente los Misterios del Cielo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte siempre a Dios, más allá de las pruebas y de las caídas, porque para Dios es importante que se cumpla Su Plan de Amor y de Redención en la humanidad.
Por Su Divino pedido coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte porque Él necesita que la reconciliación se establezca en el mundo y que sus hijos más perdidos de la Tierra puedan reconocer y encontrar el Amor de Dios como un medio de salvación y de alivio.
Coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte en el nombre de todos los que, de alguna forma, fracasan en la vida espiritual y por medio de este gesto de amor traigo, en este día, la oportunidad de volverte hacia Dios y de encontrar Su Infinita Misericordia.
Coloco Mi Mano sobre ti para bendecirte y consagrarte en el nombre de la redención y de la paz que debe despertar en todos los hijos del Padre, los que en algún momento se enfrentarán a la Verdad y deberán vivirla.
Coloco Mi Mano sobre ti para perdonarte, para fortalecerte, para animarte a decirme "sí" hasta el final.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo no busco hombres perfectos, sino almas verdaderas que se animen a seguirme y a representarme más allá de toda miseria y equivocación.
Porque lo que Yo construyo en los Míos es algo puramente inmaterial que, después de un tiempo, intentará manifestarse como un don en la materia.
Mientras tanto, las almas imperfectas, que deseen estar en Mí, nunca bajen los brazos, nunca desistan ni tampoco se dejen vencer o amedrentar por sus propios e inferiores aspectos.
Nada es para Mí más verdadero que la sinceridad del alma imperfecta, eso Me permite renovar todas las cosas porque más allá del error existe el impulso de la penitencia y de la reconciliación interior de cada uno con Dios.
Por eso, Yo no mido la cantidad de errores, sino las veces en las que el alma imperfecta se deja vencer por su personalidad.
Anímate, alma Mía, a seguir dando los pasos hasta que algún día encuentres el camino de la perfección.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hoy, Mi descenso al mundo contempla una Venezuela ultrajada por la extrema marginación, herida por las infidelidades de sus leyes, presa por el cautiverio generado por unos pocos, violentada por una opresión obsesiva.
¡Oh, Mi querida y alegre Venezuela!, que la impunidad no despierte más batallas, que el poder que creen tener algunos no obstruya tu sincera espiritualidad.
Mi querida Venezuela, la justicia que tú buscas no está en la Tierra; la esperanza que tú esperas no la verás en el corazón de ningún representante.
Líbrate, Venezuela, de tu constante dolor; perdona todo el mal que te hicieron; reconcilia, dentro de ti, todo lo que fue lastimado y transgredido.
Mi querida Venezuela, no pierdas la aspiración de realizarte, como pueblo, en libertad. Ya no luches con armas, pues el mal se derrota a sí mismo.
Ora, Venezuela, ora sin demora y sin descanso porque verás caer con tus propios ojos los ídolos que fueron erguidos.
Ora, Venezuela, para que siempre estés dentro del Reino de Dios. Tu salida y tu libertad no estarán ni en la guerra ni en los conflictos. Tu renacimiento y tu liberación los encontrarás en la fuerza de tu fe.
Venezuela, sé que esperas un fin rápido de este cautiverio; solo escoge a Dios como tu Gobernante, solo busca el bien mayor por encima de toda adversidad y así triunfarás.
Venezuela, tu alegría volverá a reflejarse en el rostro de tu pueblo y el amor imborrable de tus moradores los hará retornar al propósito de su creación.
Venezuela, es la hora de tu profundo despertar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primer Mensaje
Desde la Gran Estrella del Universo Yo los saludo y envío Mi Mensaje de paz para el mundo.
Hoy Mis Palabras emanan desde el corazón de Andrómeda, lugar desde donde se gobierna a este Universo y a muchos Universos más que son regidos por la Ley de la Jerarquía y que están bajo los cuidados de las grandes Consciencias universales.
He venido a la Argentina para corregirla en su propósito, para llevarla de nuevo hacia el camino de la luz.
Por eso extiendo Mi Mano hacia el Pueblo de Dios, para que se puedan tomar fuerte y seguirme por el sendero de la verdadera fe y de la nueva esperanza.
Desde Andrómeda emito Mi Voz para el mundo y especialmente para Argentina, sabiendo que es un pueblo que necesita enderezar sus caminos para poder cumplir el Propósito de Dios, para poder vivificarlo, para poder realizarlo en estos tiempos críticos en donde todo está en juego.
No es nada nuevo lo que hoy Yo les pido, compañeros, sino solo recordar su compromiso para que puedan recordar su origen, sabiendo que esta vida material no termina aquí y que después de esta vida hay mucho más que aprender.
Los Universos se ofrecen para que puedan aprender en sus sagradas Escuelas, en donde todo está escrito y en donde todo se cumple.
Por eso, los invito en estos días a beber de Mi Misericordia para que puedan beber de la Fuente del Conocimiento, un conocimiento que les revela la Verdad, un conocimiento que les dará la paz y la sabiduría que necesitan para estos tiempos críticos.
Pero Mi venida a la Argentina no evitará muchas cosas más de las que suceden en estos días y en estos tiempos.
La libertad aún está en la mano de los hombres.
La libertad es lo que los puede llevar a Dios o es lo que los puede condenar sin que lo perciban.
Por eso, la elección está en cada corazón humano, la elección de vivir en Dios o de no estar en Dios, de sumergirse en el Amor de Dios o de apartarse del Amor de Dios.
Nadie será forzado a vivir una espiritualidad que aún no ha comprendido ni sentido en su interior.
Pero lo que Yo puedo prometer para la Argentina es solo Mi Amor y Mi Misericordia. Vertientes que los llevarán a encontrar el Propósito Divino, a encontrar la respuesta que tanto buscan desde hace tiempo.
Así Yo voy formando a Mis nuevos soldados, los soldados de los últimos tiempos. Voy construyendo en las moradas de todos los seres el Cristo interior, aquel que vivirá el fin de los tiempos, aquel que dará testimonio, en Mi Nombre, de que Yo estoy aquí entre ustedes y con ustedes.
Por eso hoy Mi Voz se emite desde Andrómeda, lugar en donde el Gobierno Universal mora y cumple las Leyes Divinas para este Universo Material; lugar en donde grandes decisiones se toman para la evolución y el despertar de las consciencias, para la expresión infinita de más grados de amor, de un Amor más grande que aquel que Yo pude concebir cuando estuve en la Tierra entre ustedes, hace tanto tiempo.
En aquella época Yo les dejé una llave que los ayudaría a trascender todos los tiempos y todas las generaciones, todas las experiencias y todos los aprendizajes.
Es el amor a la vida lo que reconstruirá a la Argentina, más allá de los errores y de las faltas.
El amor es lo que curará, es lo que colmará.
El amor les concederá la paz y así vivirán en justicia.
De nada servirá oponerse los unos a los otros, porque por más que hay desigualdades, que son vistas por todos, lo que importa para Dios, compañeros, es el destino de su nación y de su pueblo como una Tierra Prometida que ya no contará con injusticias ni desigualdades, que estará permeada por la Presencia de Dios en la vivencia perfecta de Su Amado Hijo en el corazón de los hombres.
No luchen por lo que es material, aunque sea injusto.
Construyan en ustedes lo que es verdadero y lo que proviene de Dios, aquello que realmente los hará libres, algún día, para alcanzar el Reino de Dios que está dentro de ustedes.
Viviendo en el Reino de Dios estarán en comunión con lo Alto y ya no se tratará más ni de una religión ni una doctrina, porque su religión, compañeros, independientemente de cualquier otra, será el amor.
Es el amor que los llevará a vivir el servicio y la fraternidad para con sus hermanos.
Es el amor que les permitirá construir la hermandad y así poder vivir la nueva vida que repoblará a la Tierra en los próximos tiempos.
Pero, mientras viven su transición interior y exterior, no luchen, ya no se opongan los unos a los otros. Busquen esa justicia en el Don de la Misericordia de Dios y todo pasará.
Así Dios hará justicia, como la Gran Consciencia Divina que Él es, y Sus hijos finalmente lo representarán en la Tierra, como Él tanto lo ha esperado desde el principio.
Sean capaces de vivir Mis Palabras más allá de los sentidos.
Sean capaces de arriesgarse a hacer un poco más de lo que hacen o de lo que han conseguido en sus vidas, porque todo volverá a comenzar en el amor y del amor partirá. Lo demás se hará polvo y al polvo volverá.
En sus espíritus está el Sagrado Relicario de Mi Corazón.
En sus almas puede estar la presencia de Mi Alma, para que estén en comunión con la Justicia Divina y en un perfecto equilibrio.
Por eso, desde Andrómeda se emite una Voz de igualdad y la Gran Estrella de este Universo los llama a la elevación de la consciencia para salir de las formas y de las batallas, para alcanzar el verdadero sentido de su existencia y de su misión en la Tierra, como individuos, como pueblo y como país.
Cierren las puertas al caos. Abran las puertas a Mi Divina Misericordia, porque así Mi Presencia triunfará en ustedes y Mi Energía triunfará en su nación.
Ha llegado la hora de percibir la realidad y no los engaños.
Ha llegado la hora, compañeros de Argentina, de subir un escalón más para aproximarse a Dios y sentir Su Amor que los colma y los colma de tiempo en tiempo.
Sean un pueblo merecedor de la Justicia Divina y no de la justicia humana. Así aprenderán a estar en equilibrio y en armonía con el Universo.
Andrómeda emite su voz, desde el Universo hacia su planeta, para que la puedan escuchar y puedan contar con su gran Gobierno que es celestial y cumple los comandos superiores que dicta el Padre Eterno.
Únanse a esta cadena de oración por la paz y eviten que el caos los sumerja.
Sean inteligentes y activen la oración del corazón para que sus propios Espejos internos disuelvan toda la oscuridad reinante.
Por eso, Andrómeda viene para bendecirlos y para consagrarlos, para que cada corazón humano y cada alma escuche la Voz del Universo y reciba, desde Andrómeda, el espíritu de la paz.
Que su ofertorio para este Maratón sea verdadero, como lo han demostrado en estos últimos días.
Porque el Universo está contemplando todos sus esfuerzos, por más pequeños que parezcan. Todos los esfuerzos suman para el descenso de la Divina Misericordia que permite amar a los enemigos y perdonar a los injustos.
Anímense a superarme en el amor y encontrarán la Verdad.
Anímense a ser Mis testimonios y serán libres, así como tanto lo esperan.
El Reino de Dios está dentro de ustedes y él allí debe permanecer, a través de los tiempos, para que se cumpla la Sagrada Voluntad.
Les agradezco por haberme dicho “sí” para este encuentro, porque eso significa mucho para Mí, como Consciencia Divina y Universal.
Aquí existen almas muy valiosas y espíritus muy importantes para la Creación. Por eso están en la Argentina y no en otro lugar.
Todo en la Creación tiene un sentido divino y un Propósito superior para manifestarse.
Sean parte de esa corriente universal que proviene de Andrómeda y reconozcan en estos tiempos su misión para con la humanidad.
Que en esta Maratón de primavera florezca el amor de sus corazones.
Que sus manos, brazos y pies den los frutos del servicio y caminen al encuentro de los necesitados para que la Misericordia llegue a todos, sin distinción.
Que la Luz del Espíritu de Andrómeda los bendiga en el nombre de la Sagrada Hermandad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Segunda Serie de Poemas
Décimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Libera mi alma, querido Jesús,
de todas las invenciones del mundo,
que ella pueda despertar
a la pureza y al amor compasivo
por medio de Tu divina
y poderosa intercesión.
Señor, hazme libre
de resentimientos y de culpas.
Construye a través de mi servicio a Ti
todos los planes y dones
que Tú, amado Señor,
has pensado.
Conságrame a Ti, Señor,
aun en los momentos de prueba
y de desafíos de la vida.
Hazme partícipe
del Sacramento de la Reconciliación,
y que todos los días yo pueda
confesarme Contigo abiertamente
para que mi pequeño espíritu sea renovado
todo el tiempo que Tú,
Maestro del Amor,
consideres.
Abrázame, Señor,
en las noches de frío.
Cobíjame, Señor, en Tu regazo
para que cerca de Tu Corazón bondadoso
pueda adorarte como el gran Templo vivo
y divino de Dios.
Te doy las gracias
por concederme Tu eterna Paz.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Que la alegría de servirme nunca se pierda y que esa alegría llegue hasta los confines de la Tierra para que todo sea transformado.
Que la alegría por servirme expanda la consciencia de los hombres y que todos participen del momento de la reconciliación y del perdón.
Que la alegría por servirme establezca la cura de la humanidad y la unidad de propósito entre la almas y Dios.
Que la alegría por servirme todo lo renueve, dentro y fuera de los seres.
Que esa alegría atraiga hacia el mundo la oportunidad de amar y de sentir grados de amor cada vez más grandes .
Que la alegría por servirme conceda el perdón que los librará de los errores y despertará, en sus vidas, las acciones poderosas de la Gracia para esta humanidad.
Que la alegría por servirme pueda cambiar la condición de la humanidad para siempre.
Sea esta alegría por servirme fuente de reparación y de cura.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Concentra tu atención en Mi Corazón, que es el predilecto refugio de las almas simples y amorosas.
Unido a cada una de ellas, su Maestro y Señor hace prodigios, porque, así como las almas buenas entran en Mi Corazón, Yo puedo comulgar de las almas humildes.
El primer paso es sentirte dentro de Mi plenitud celestial.
El segundo paso, para estar en Mi Corazón, es reconocer el Océano de Mi Misericordia porque allí todo se lavará y estarás purificado.
El tercer paso es perdonarte a ti mismo o al semejante y establecer, así, un acto de reparación capaz de disolver los sufrimientos humanos para que reine el Amor de Dios.
Entra en Mi Corazón en confianza y, allí, todo se aclarará desde el primer momento.
Siéntete partícipe de la Obra de Mi Misericordia para que, por medio de tu alma, esa Obra de Misericordia y Redención se refleje al mundo.
Decídete, ahora, a permanecer en Mi manso Corazón y Yo te abrigaré y te protegeré de las tempestades del espíritu.
Comulga Conmigo en este día y siéntete renovado por la acción poderosa del Espíritu Santo.
Ten mucha fe.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los absuelve,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Y verán venir al Hijo de Dios con la victoriosa Cruz de Emmanuel, iluminando los cuatro puntos de la Tierra, a todas las razas y a todos los pueblos, para que triunfe nuevamente el Amor Misericordioso de Mi Corazón y se abran las puertas a la reconciliación de las almas con el Universo y la vida.
Esta victoriosa Cruz de Emmanuel anunciará un nuevo tiempo para el planeta y su humanidad.
Dichosos serán aquellos que la veneren con la humildad del corazón, porque en el próximo tiempo serán reconocidos como Hijos de Dios.
Dichosos serán los que creen en Su poder, porque serán congregados a los pies de la Cruz de Emmanuel para ser bendecidos y colmados por el Espíritu Santo.
Y finalmente, compañeros, por la poderosa Cruz de Emmanuel, toda adversidad y mal serán vencidos y, en la unidad con el Padre, sus corazones florecerán en el amor y en la fe.
Cuando vean venir al Hijo de Dios con la victoriosa Cruz de Emmanuel, será la señal de que se aproxima el último tiempo, será el momento en el que sus corazones deberán estar preparados para recibir lo que tanto esperaban.
Esta Cruz viene a cerrar todo lo que es incierto y a abrir la Fuente del Amor para los corazones.
La Cruz de Emmanuel trae el espíritu de la redención para las almas y para todos los espíritus caídos. Ella tiene la potestad de traer la liberación para el mundo y la redención para las naciones, porque en ella se guardan los códigos de los sagrados méritos de la Pasión de su Señor.
En la Sagrada Cruz de Emmanuel se guarda la experiencia vivida por Cristo en la Tierra, el incalculable valor de Sus padecimientos, de todos Sus sufrimientos y de todas Sus agonías por la conversión y la redención de los espíritus caídos en este planeta; y también por Su preciosísima Sangre derramada durante Su Pasión y hasta Su Muerte en la Cruz.
La victoriosa Cruz de Emmanuel guarda, en esencia, hasta el último momento en que su Maestro y Señor expiró en la Cruz entregando Su Espíritu al Padre para que al tercer día lo resucitara.
Bienaventurado será quien contemple con humildad la victoriosa Cruz de Emmanuel y quien le pida algo al Padre por alguna consciencia que está perdida o caída, porque al tercer día el Padre lo escuchará y responderá a su súplica.
Esta poderosa Cruz de Emmanuel es el símbolo para los mundos visibles e invisibles, para el plano espiritual, mental y material.
En ella, el Padre ha dejado los méritos que Su amado Hijo alcanzó desde Su Nacimiento hasta Su Ascensión a los Cielos, hasta antes de salir de este planeta y elevarse al Universo.
La sagrada y poderosa Cruz de Emmanuel trae la alianza y la unión de las almas con Dios, con Su Divino Proyecto, con Su Divina Idea, con Su Divino Pensamiento y con el propósito que cada ser y criatura de esta humanidad debe manifestar en el fin de estos tiempos.
Ella es el símbolo azul que vence a las tinieblas.
No hay espíritu o consciencia que se pueda resistir a la victoriosa Cruz de Emmanuel y a los méritos que ella guarda, méritos alcanzados por Cristo durante Su pasaje en la Tierra.
La victoriosa Cruz de Emmanuel es el símbolo de unión del Universo Espiritual con el Universo Material, de la Fuente del Padre con la esencia de Sus criaturas en todo este Universo y en otros.
Su Hijo Amado y los santos ángeles del Cielo se postran ante la victoriosa Cruz de Emmanuel, porque ella vence al enemigo, derrota a los impíos, purifica a los injustos y redime a los que están perdidos.
Abran sus corazones a este gran momento del descenso de la Poderosa Luz de Emmanuel para que las almas abandonen sus desiertos internos y todas sus agonías, para que los espíritus de esta Tierra se reenciendan por la Poderosa Luz de Emmanuel que viene al encuentro del espíritu de sus hijos para colmarlos con sus Dones y con todas sus Gracias.
Cuando vivan algún obstáculo o alguna dificultad, póstrense ante la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel y contémplenla, encendida y brillante, y vean cómo ella penetra en los espacios y los planos, llenándolos de Luz y de Misericordia, y así, sus penas se disolverán.
¡Poderoso Padre del Universo, Amado y Resplandeciente Emmanuel!
Tu Hijo, hoy ofrece el símbolo para la redención de las almas y de todo este planeta.
Tu Hijo coloca en Tu Altar celestial la poderosa Cruz de Emmanuel para que, por todos los sacrificios, padecimientos y sufrimientos vividos por Tu Amado Hijo, todas Tus Gracias y Misericordias retornen a las almas a fin de que se disuelva la esencia del mal y brille en los corazones Tu Divina y Gloriosa Esperanza.
¡Oh, gloriosa Cruz de Emmanuel que llegas al mundo para socorrer a las almas, que desciendes en Gloria para encender a los corazones, que vienes al auxilio de los no redimidos!
¡Oh, Santo Padre!
Que Tu poderosa Cruz Azul haga cumplir en las almas Tu Propósito para que el mal sea disuelto y la alegría regrese a los corazones limpios, y así vivamos en la comunión con Tu Espíritu y Tu Divinidad.
Hoy los ilumino con la poderosa Cruz de Emmanuel para que todo sea transformado y transmutado.
Verán brillar en los Centros Marianos el Espíritu del Padre que, siendo imperceptible y silencioso, llega al mundo para reunir a los rebaños de Dios y llevarlos al encuentro del Retorno de Cristo.
El Cielo les entrega un símbolo más de redención y de misericordia.
Que la Cruz sea el impulso para el retorno a sus orígenes y, en esencia, a su principio.
Así podrán vivir el Plan como lo ha diseñado Dios en Su Corazón Misericordioso.
No teman, el sufrimiento del mundo terminará, pero aún la humanidad deberá aprender lo que no aprendió.
Mi Corazón y Mi Vida les entregan la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para que ilumine los caminos de los discípulos de Cristo, de los pueblos de Dios, de los servidores del Plan durante el tiempo de la gran tribulación.
Cuando Yo ya no esté entre ustedes ni siquiera aquí, tendrán de qué servirse: de la poderosa Cruz de Emmanuel, y recordarán a cada momento el Sacrificio del Hijo de Dios y todos los méritos que Él alcanzó por Su dolorosa Pasión.
Que el Espíritu del Padre descienda a los Centros Sagrados y que las almas escuchen en su interior la Voz y el Eco de Dios, para que caminen al encuentro de la victoriosa Cruz de Emmanuel que será el portal de unión con el Universo y las estrellas.
¡Oh Santo Propósito de Emmanuel, hazte visible a las almas del mundo!
Que las cadenas de la perdición se rompan, que los corazones se liberen y que las almas encuentren la comunión con Tu Espíritu.
Después de dos mil dieciocho años, su Maestro y Señor desciende en Aurora, con la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para iluminar los espacios visibles e invisibles, para dar la Gracia de la redención y de la cura a todos los espíritus caídos.
Y junto a Sus Ángeles del Cielo, el Maestro canta Aleluya porque se cumple, en el fin del ciclo, Su esperado Retorno a la humanidad bajo la Gloria y el Poder de Emmanuel.
Que en esta Maratón las almas puedan revivir su compromiso con lo Alto y no con lo bajo.
Que las almas puedan volver a despertar a la esencia de su propósito para cumplir con la Voluntad del Padre y así responder a Su llamado en el fin de este tiempo.
Vengo aquí trayendo entre Mis Manos la poderosa y victoriosa Cruz de Emmanuel para que las puertas se cierren y el Reino de Dios descienda, a fin de transfigurar los corazones y las vidas de todas las personas.
¡Amado Padre Emmanuel, Soplo del Espíritu Poderoso de Dios, Esencia inextinguible e irrefutable, Poderoso código de redención y de liberación cósmica!
Reconstruye, en esta raza, Tus sagrados Principios, para que bajo la poderosa Luz Azul de Tu Consciencia Divina las almas alcen vuelo en dirección a Tu Fuente y así, se fundan en Tu Corazón Glorioso y Vivo.
Así como la Cruz poderosa y victoriosa de Emmanuel, les entrego el Sacramento de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre para que vuelvan a vivificar su compromiso con el Padre y Su sagrado Plan.
Como hace más de dos mil dieciocho años, vuelvo a decirles que coman porque este es Mi Cuerpo, que ha sido entregado por los injustos y los traidores para la redención de todas las almas y de todos los pecadores, a fin de que algún día despierten a la Verdad que es el Amor y la Unidad con el Padre.
De la misma forma les digo que beban porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que viene para purificarlos y santificarlos en comunión con la humildad y con la verdad.
Reciban este Sacramento en nombre de Emmanuel, para que no solo el Universo cumpla el Divino Propósito, sino que todas las almas, todos los pueblos y todas las razas despierten en estos tiempos a la redención y a la cura.
Así, Yo los dejo con la Bendición de Emmanuel preparándolos para el día de la consagración de Su victoriosa y poderosa Cruz, en el que muchos más espíritus, dispersos por este planeta, se rendirán cuando la Cruz sea encendida y se una al Padre, y el Padre se una a Sus hijos.
Los bendigo, y ofrezcan este Encuentro de oración por los que ya no están aquí y por los que han cerrado su corazón a la Verdad por miedo, por temor o por disociación.
Que una pequeña partícula de la Sagrada Luz de Emmanuel llegue a esas almas para que el Plan se reconstruya, así como Dios lo ha pensado.
Llevando en Mi Mano la Poderosa Cruz de Emmanuel, encendida y resplandeciente, trayendo el Cielo a la Tierra, trayendo a Dios hacia Aurora, los preparo para estos días de reconfirmación y de vivencia del Amor Crístico.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Bienaventurados los que viven y proclaman Mi Fe, porque serán llamados Hijos Convertidos de Dios.
Hijos:
Vengo en esta mañana para anunciar que la Estrella de la Mañana, la Madre del Universo, proclama la venida gloriosa de Su Hijo Predilecto.
Después del resplandor de la gran Estrella de la Señora, vendrá en Gloria el Hijo, resplandeciente como el Sol, para verter la luz sobre las consciencias en redención.
En ese momento, sus corazones deberán estar abiertos al Nuevo Tiempo que la Estrella de la Mañana anunciará. Regocíjense en Mi Corazón Glorificado para que Mi Corazón Santo pueda ser un signo visible ante la humanidad.
Hoy les dejo Mi Compasión Misericordiosa, porque como humanidad necesitarán reconciliarse con el Señor Altísimo. El Padre ama a todas Sus criaturas, pero aún muchos de Sus hijos no aman al Dios Único.
Estoy presente entre ustedes para ser el puente que los lleve a través de Mi Sagrado Corazón hacia Dios Padre, hacia Su Reino de Amor y de Unidad.
Queridos siervos, nunca pierdan la aspiración de imitar Mi Camino y de animarse a consagrar sus consciencias a Mi Divino y Sagrado Corazón; si así lo hicieran, aliviarían las llagas que las acciones del mundo Me abren día a día. Como Redentor, les doy Mi Amorosa Absolución y Mi Paz a todos.
Bajo la Gracia Infinita de Dios, sean bienaventurados.
Gracias hijos por recibirme amorosamente durante esta mañana.
Cristo Jesús, el Salvador
Queridos Míos:
Si viven todos los días en Mi Eterna Reconciliación, en sus corazones reconocerán Mi Sagrado Corazón de Amor. Si aspiran a estar en Mi Espíritu sabrán por dónde andar porque Mi Luz los guiará hasta en los caminos que están distantes de Mí.
Mis compañeros, hoy les muestro que todos ustedes pueden vivir en Mi Gloriosa Piedad y Redención, porque como Alma y como Corazón reconozco sus limitaciones y aspiraciones. Por eso no bajen los brazos, permitan con los brazos abiertos que Mi Corazón pueda irradiar sus esencias, para que los pueda purificar y formar como los nuevos y esperados Cristos del Nuevo Tiempo.
Los Nuevos Cristos son los que más Me fallan, pero al final Me reconocen. Los Nuevos Cristos son los que Me sirven, incluso sin trascender sus limitaciones. Los Nuevos Cristos son los que menos se transforman, sin embargo al momento del encuentro Conmigo, Mi Corazón los colma.
Los Nuevos Cristos son aquellos que aún no están preparados, son los que están más inmaduros, los que más Me sirven, los que más se entregan, los que más se vacían y son más humildes y olvidados de sí. Esos son Mis servidores, los que prepararán la tierra para que la nueva cosecha llegue; para que llegue la nueva presencia de los Cristos.
Nada más les pido que sean fieles a Mi Causa y a Mi Voluntad porque eso les permitirá consagrar sus corazones a Mi Esencia Eterna. Si aún están en el propio desierto interior, caminen, caminen hacia Mí, aun entre las penumbras, porque Mi Misericordia guiará cada uno de sus pasos.
Espero que se entreguen totalmente a Mi Corazón. Aguardo ese momento para poder amarlos y fortalecerlos en la misión que Mi Padre les encomendó. El desierto de la vida vacía la consciencia y permite, en la reflexión, fortalecer el amor en su esencia. Recuerden que ustedes son Mis esencias crísticas, ustedes son Mis discípulos de la nueva era de la redención.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mi Corazón en sus corazones.
Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cristo nos dijo al final del mensaje diario:
Id en Paz, id en Paz.
Y dictó la siguiente oración:
Id en Mi Paz
Id en Mi Paz, que el Señor os fortalece.
Id en Mi Paz, que el Pastor os encamina.
Id en Mi Paz, que el Señor os acompaña.
Id en Mi Paz, que Mi Corazón os resguarda.
Id en Mi Paz, que Mi Misericordia os perdona.
Id en Mi Paz, que el Señor cuida de vuestra fe.
Id en Mi Paz, porque el Señor os ama y os conoce.
Id en Mi Paz, porque estaréis en la Paz de Dios
y seréis el fruto de la Paz para vuestros hermanos.
Recordad estar en Mi Paz,
porque Mi Divinidad os guiará hasta la Eternidad.
Id en Mi Paz, Mis compañeros.
Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más