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Queridísimos hijos Míos:
En este mes del Santo Rosario, quiero renovarlos en la fe y en la sagrada devoción a Mi Corazón Inmaculado. Quisiera que todos los días, por tan solo quince minutos de vuestro día, veneren Mi Inmaculado Corazón, Su Luz, Su Gloria y Su Gracia para con todos los hijos de la Tierra.
Prometo a quien venere Mi casto y puro Corazón Virginal durante todo el mes de octubre, derramar una Gracia especial que tendrá fruto y gloria en la próxima vida. Prometo a quien venere Mi Sagrado Corazón, darle fervor y espíritu de consuelo y de Gracia durante los últimos tiempos de la Tierra.
Quisiera, queridos hijos, que difundieran la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Y si esta veneración se realizara antes de orar el Santo Rosario, prometo confortar al alma que Me lo pida, pues tengo el permiso y la autoridad para hacerlo como la Madre de Dios. Esta promesa se cumplirá porque fue preciosamente concedida cuando Cristo Me entregó a todos como la Madre de la nueva humanidad.
A aquellos corazones que difundan el poder silencioso de Mi Corazón Inmaculado, Yo les prometo el total y absoluto amparo de las insidias de Mi adversario. Si esa santa imagen de Mi Inmaculado Corazón se colocara en la puerta de cada hogar, prometo la existencia de una fe inquebrantable, capaz de apartar todo deseo de maldad y de odio.
Pero si la santa imagen de Mi Corazón Inmaculado fuese venerada por las familias del mundo antes de orar el Santo Rosario, prometo la potentísima protección divina durante los tres días de oscuridad.
Quien en nombre de Jesucristo todo Me lo pida, por los méritos de Su Pasión, prometo durante este mes, conceder Gracias imposibles y transformaciones inconcebibles a todos los que Me veneren y Me entreguen su amor.
Deseo, que en este mes del rosario, la paz sea la tónica para las almas del mundo, porque especialmente cumpliré Mis obras pedidas por Cristo a través de los que piadosamente Me imploren de corazón una Gracia especial.
En este mes, la Misericordia purísima de Mi Corazón Inmaculado estará derramándose como océano de renovación y de esperanza para todos. No abandonaré a ningún hijo, pues Mi mirada estará en todo aquel que verdaderamente Me busque con sinceridad.
Quien durante su vida prosiga venerando Mi Inmaculado Corazón, ultrajado por las acciones impuras del mundo, prometo liberarlo de toda mancha en la hora de su muerte y especialmente elevarlo al Reino de Dios así como los ángeles Me elevaron en Mi Asunción.
Prometo, a quien se consagre de por vida a Mi Corazón Inmaculado, la Gracia de la alegría y de la paz eterna por todos los tiempos que vendrán. Prometo en la hora de su juicio ser la abogada e intercesora, pues Mis Gracias borrarán de su consciencia todos los agravios cometidos por ignorancia. En ese momento Mi Inmaculado Corazón triunfará en su existencia.
Les agradezco por venerar Mi Inmaculado Corazón.
Los consagra a Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Antes de que María apareciera, Padre Pio se manifestó delante de nosotros. Él traía en las manos una corona de flores y otras flores sueltas. Rezaba el rosario esperando a Nuestra Señora y, cuando los portales se comenzaron a abrir, colocó en el camino de María las flores que tenía en las manos y, en el lugar donde Ella colocaría los pies, la corona de flores. Cuando María apareció, Padre Pio se arrodilló y tocó con su cabeza los pies de la Madre, permaneciendo así durante todo el tiempo en el que Ella estuvo presente. En el final de la Aparición, él se despidió y se fue junto con María.
Yo soy la Madre de los perdidos y de los desamparados.
Yo soy la Madre de los arrepentidos, de los redimidos, de los rescatados.
Vengan a Mí los pecadores y Yo los santificaré.
Vengan a Mí los incrédulos y Yo les daré la fe absoluta.
Vengan a Mí los valerosos, porque construiré sobre ellos una fortaleza y los congregaré en Mi ejército de paz, que vencerá el mal a través de la oración y del amor al Creador de todas las cosas.
Vengan a Mí los imperfectos, pero valientes, pues se dejarán moldear en Mis santas manos y permitirán que Yo los conduzca en Mis brazos al Corazón del Universo, al Rey de reyes, al Cristo Redentor.
Hijos queridos, no llamo a Mi encuentro a los perfectos, porque Este ya se encuentra en el Reino de los Cielos a la derecha de Dios. Llamo a Mi lado a aquellos que permitirán ser transformados y purificados por el fuego de la oración, y por Mi presencia sacratísima en este mundo.
Hoy traigo a vuestro encuentro a San Pio de Pietrelcina para que vuestros corazones encuentren en él un ejemplo a seguir. Este Mi amado santo, hijos Míos, fue capaz de confiar en Cristo, en San José y en Mi Inmaculado Corazón, sobre todas las cosas. Él estuvo dispuesto a comprender los misterios del Cielo y a vivir en sí los dolores de la Pasión de Mi Hijo, aún cuando todo el mal que existía en el mundo fuera contrario a la misión que estaba recibiendo.
Como a Padre Pio, invito a cada uno de ustedes a entregarse a los Misterios del Reino de Dios, a no permanecer en la ilusión de los días de este mundo, atrapados en la vida común.
Los invito a trascender la comprensión humana y a comprender los milagros celestiales, porque los vivirán en sí mismos.
Pero sepan, Mis queridos, que aquellos que se disponen a seguirme, deberán estar dispuestos también a enfrentar al mundo y a sí mismos. Deberán vencer el miedo que habita en vuestras células, miedo de no ser aceptados por los demás, miedo de no ser amados por los seres de este mundo, miedo de no ser comprendidos, miedo de ser perseguidos.
Hoy les digo que la Gracia que les ofrezco es puramente interior, sin embargo aquel que la viva plenamente no dudará en negar la gloria del mundo y abrazar el sacrificio y la renuncia, por toda la Gloria que vivirá en los Cielos.
Mis amados, Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida y dio el ejemplo a todos de cómo se llega al Reino de los Cielos: amando sin ser amado, donando sin recibir nada a cambio, sufriendo por los que los persiguen, vertiendo sobre los injustos y pecadores la Misericordia que se imprimió en Su propia sangre.
Y aquellos que siguieron Su ejemplo, nuevamente dieron muestras al mundo de que es posible vivir la transformación en Cristo y fundirse con Él, incluso viviendo en sí mismos los misterios de Su Pasión.
Vengan a Mí los pecadores y Yo los santificaré.
Vengan a Mí los que, con coraje, abandonarán el mundo y sobre todo a sí mismos, porque Yo les mostraré el Reino de Dios.
Vengan a Mí los que no temen renunciar y que aprenderán a amar el sacrificio, porque Yo les mostraré el Rostro de Dios.
Esta, Mis amados, es Mi única promesa: sacrificio, renuncia y oración, para que aprendan a amar y perdonar, para que vivan la redención.
¿Quién extenderá las manos para aceptar lo que Yo les entrego?
¿Quién vendrá a Mí todos los días?
¿Quién se dejará guiar al Corazón de Cristo, más allá de la purificación de este mundo?
Los aguardo, los amo y los conduzco siempre.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
¡Alabado sea Jesucristo, en sus seres y en todas las almas del mundo!
Hoy deseo llamarles la atención sobre un punto importante que les habla del espíritu de la pacificación y de la mansedumbre, virtudes que Mi adversario desconoce por completo y por las que ni una pequeña pizca del mal puede sembrarse en el alma que vive esas santas virtudes.
Por eso, hijos, su paz y su mansedumbre los hará más humildes y al mismo tiempo más libres de ustedes mismos, para que puedan servir bajo el fuego del servicio y de la plenitud.
La falta de paz y de mansedumbre en las almas del mundo, las hace distanciar muy lejos del espíritu de la premeditación que los lleva a la sagrada sabiduría.
Hoy, por amor a Dios y a sus hermanos, observen cómo se encuentra su trabajo perpetuo con la mansedumbre.
Imiten a Mi Hijo. Hace pocos días vivieron, de corazón, el espíritu profundo de Su Pasión. Así, hoy podrán comprender que sin paz y sin mansedumbre no existe la humildad necesaria y urgente para estos tiempos.
Como su Madre Celeste, vengo para ayudarlos a crecer en el Amor de Dios y, a partir de ese Amor Divino, que puedan dar los pasos en el vacío de sí y en el despojamiento de los viejos patrones de una humanidad precaria y desorientada.
Hijos Míos, no será necesario que se martiricen a sí mismos con sus pensamientos e incertidumbres, por no ser humildes y agradecidos. Acepten la mano que se extiende hasta ustedes desde el Reino de los Cielos y así, vivan los nuevos atributos que reformarán a la Tierra entera.
Aunque muchos de Mis hijos no perciben que están tan separados de la esencia del amor humilde y de la mansedumbre, Mi adversario les hace creer que ya los viven y, en verdad, es toda una ilusión.
Por eso, recen y pídanle a Dios que destierre de sus corazones toda arrogancia y orgullo, serpientes rastreras que los llevarán por los abismos del mundo, lejos del paraíso de Nuestro Señor.
El primer paso será dado verdaderamente cuando reconozcan su falta de paz y de mansedumbre. Con la ayuda del Ángel de la Guarda, podrán renovar sus caminos y serán llamados para ingresar, decididos, en Mi escuela de los nuevos discípulos de Cristo.
De esa forma, recuerden, hijos amados, que el momento de su purificación ayudará en la recuperación de la inocencia que la humanidad negadora perdió por haberse separado de la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a mi llamado!
Los ayuda a encontrar la esencia del verdadero Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En este gran día, en el cual el mundo recuerda la crucifixión de Mi Hijo, deseo que ningún alma sea martirizada por las manos de sus propios hermanos, porque eso ha llevado a la pérdida de la inocencia interior de los seres.
Queridos hijos, para poder detener esta ola de flagelaciones, ultrajes y martirios de hermanos contra hermanos, hoy los invito a revivir conscientemente el sacrificio de Nuestro Señor como un hecho que jamás deberá repetirse en esta civilización.
Y como esto sigue sucediendo de otras maneras, que son ocultas a los ojos de muchos, yo vengo a rogarles que se detengan y ya no lastimen más. Tampoco sometan la vida que se está generando en los vientres de las madres, porque allí un alma escogida debe nacer a la luz que la llama.
Hijos, recen, recen mucho, y ofrezcan vuestras acciones y ejercicios diarios a Dios como una preciosa oración, así ayudarán a reconstruir espiritualmente todo lo que ha sido destruido por las manos de los hombre ingratos.
Hijos, vuestra Madre Celeste acompaña al mundo entero, el cual enfrenta, más que una pasión, una consecuencia que en ciertos casos parece irreversible. Por eso, con amor materno los invito a vivir hoy la crucifixión de Jesús como parte y esencia de vuestras vidas, porque vuestras pequeñas almas, al alcanzar esa unión interior, permitirán que códigos del Cielo sean derramados sobre la esfera planetaria bajo la intervención de los ángeles celestes.
Queridos hijos, aunque vuestra propia cruz parezca pesada e insoportable de cargar, recuerden que Mi Amado Hijo llevó sobre Sus Espaldas el mayor pecado y la mayor negación que ustedes pueden imaginar. Por eso, en entrega absoluta e inmediata, ingresen en el calvario y acompañen a los Mensajeros Celestes en esta transición que aún no acaba.
Hijos Míos, será a través de la aceptación incondicional de vuestra propia cruz que todas las cruces de los ingratos serán aliviadas y así, algún día, resucitarán a la conversión espiritual.
Muchos recuerdan el día viernes de crucifixión, pero pocos consiguen penetrar este sagrado misterio de amor que vivió Mi Hijo.
Ustedes, más conscientes de la Pasión de Cristo, ayuden a renovar ese momento con vuestra fe y, con el entusiasmo de siempre, acompañen al Señor a donde sea; de esa forma la humanidad entera reverenciará este día como algo sagrado y no lo considerará un día común como lo ha hecho hasta ahora.
Esto es así por la falta de consciencia y de amor a lo que Mi Hijo ofreció por todos.
Por eso, año a año son llamados a vivir y a repasar la Pasión del Señor; solo a través de Él hallarán la fuerza interior necesaria para traspasar el final de los tiempos, para el cual muy pocos están preparados.
Les agradezco por responder a mi llamado.
Los acompaña en el principio de este calvario interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
En cualquier parte de la Tierra en donde un alma celebre hoy junto a Mi Hijo la Última Cena, recibirá la Gracia de la transformación de su ser. Así evitará, en los tiempos que vendrán, desviarse del camino que Mi Hijo le ofreció desde el principio.
Por eso, en este día, sean testigos del gran acontecimiento universal al cual son llamados a participar y, de esa forma, dar el “sí” al Padre Celestial.
Es importante, hijos, comprender que cuando todos los años se celebra la memoria de la Última Cena de Jesús con Sus Apóstoles, nuevas puertas de redención, de misericordia y de rehabilitación espiritual se abren para todos aquellos que desean de alma y de corazón atravesarlas; detrás de ellas hallarán el sendero de la reinserción en el camino de la cristificación.
Por eso, queridos hijos, una vez al año, cuando es celebrada la Sagrada Cena del Señor, el Universo se dona por entero y todas las leyes universales se detienen para que la Misericordia alcanzada por Mi Hijo pueda derramarse sobre todo aquello muy impuro y que parece irreversible.
Despierten a este momento en el cual, todos ustedes, como dignos Hijos de Dios, serán depositarios de los mismos dones que permitieron cumplir la misión redentora del Hijo de Dios.
Hoy abro Mis brazos y vuestra Madre Celeste los recibe en Su Corazón Inmaculado, invitándolos a renovarse y a confirmarse en la misión que el Padre Eterno les confió por medio de la vivificación de la Pasión de Mi Hijo.
En este tiempo, ustedes son llevados a comprender los misterios del Universo a través de la voz de los Mensajeros Celestes. Por eso, con espíritu de regocijo, eleven vuestras súplicas a Dios y reciban en este día de la Sagrada Cena las llaves que el Maestro les dejará para que, cuando llegue la hora, ustedes abran las puertas que los conducirán al Paraíso de Dios.
Mientras estén en este mundo, mucho deberá ser hecho en nombre del Señor para que al menos algún alma más reciba la oportunidad de despertar al Universo Infinito que la aguarda. Eso, hijos Míos, será posible a través de vuestra consagración y búsqueda constante de permanecer fundidos dentro de ese Gran Infinito que es la esencia del Amor de Adonai.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los reúne en este día en torno a la Mesa Sacra de Jesús,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, comienza en sus vidas una oportunidad interna de poder recorrer un camino nuevo, que es posible a través del sacrificio de Amor que Mi Hijo realizó por todos ustedes.
En el comienzo de esta Sagrada Semana, Yo los llamo a ingresar profundamente en la esencia de cada una de las estaciones del Via Crucis. Así, ustedes, durante esta semana, podrán penetrar el misterio infinito que le permitió a Mi Hijo concretar la salvación de la humanidad.
Pero, como Su Madre de los Dolores, aún veo el martirio que muchos hijos Míos viven en este tiempo, martirios que son ocasionados por las ideas de Mi adversario y que llevan al pecado mortal a muchas almas prisioneras del abismo infernal de este ciclo.
Pero Yo, como Su Madre del Cielo, les traigo la Luz de Mi Gracia para que crean que, a pesar de todo, es posible vencer el miedo y alcanzar la victoria del Amor, más allá de los enemigos.
Deseo que esta Sagrada Pasión de Jesús sea ofertada al Creador por todos los corazones heridos, principalmente, por aquellos que no encuentran ni siquiera el consuelo interior.
Ante la gravedad de las cosas que suceden en la humanidad, sus pruebas son pequeñas frente a la inmensidad de los pecados y de los ultrajes que cometen los hombres de la Tierra.
Por eso, hijos Míos, que sus corazones se animen a alcanzar las esferas celestiales a través de la contemplación de la Pasión del Señor; así, comprenderán la grandeza de la Misericordia de Dios en estos tiempos.
Queridos hijos, Su Madre Celeste los llama a la preparación mediante la oración. Así, un escudo invencible de Luz surgirá en sus manos y ese escudo de oración los protegerá de los engaños de Mi enemigo.
En este día, en el que sus almas son llamadas a caminar al lado de Jesús, reciban de Mi Corazón la fortaleza necesaria para poder trascender el fin de este ciclo.
Su constante purificación cesará y no será necesario vivir más sufrimientos. Pero, para eso solo bastará la premisa de que las almas acepten la transformación, a través de la Fuente de la Misericordia que les está siendo ofrecida a todos. Así, harán triunfar también Mi Proyecto de Paz en el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva hasta el Calvario del Señor,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En vísperas del gran momento que vivió Mi Hijo en la Cruz, hoy los invito a preparar sus corazones en el camino de la perseverancia y de la fe, atributos que fueron vividos por Jesús momentos antes de Su entrega en la Cruz, antes de que todo fuese consumado.
Así, hijos Míos, ingresando en la escuela de la fe y de la perseverancia hallarán el camino de la constancia y de la fortaleza para que, ante las pruebas, se confirmen en el Plan del Padre Celestial y Él por Misericordia pueda realizar Sus Obras en el mundo a través de sus espíritus.
En este tiempo de preparación, su Maestro ya se encuentra en Jerusalén, trabajando intensamente por la redención de las almas, las que en estos tiempos no reciben ni siquiera la oportunidad de vivir el amor del corazón.
Que esta Sagrada Semana los lleve a comprender el misterio del Amor de Dios a través del sacrificio de Cristo, porque de esa forma serán depositarios de la esencia de Vida que creó las bases para trascender la Pasión del Señor.
Hijos, en este día caminamos juntos en la Voluntad del Señor, la que nos renueva y nos anima a vivir la entrega de la vida y del corazón. Estén siempre en Mi regazo, Yo tengo preparado un espacio de fortaleza interior que es capaz de llevarlos a vivir los Dones del Creador.
Queridos hijos, del Cielo los acompañaré en esta Semana Sagrada, así percibirán cuán importante es para estos tiempos recordar la Pasión de Cristo como una llave primordial para poder trascender el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice con el Agua de Vida,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En el inicio de esta Sagrada Semana, en la que juntos recordaremos el mayor sacrificio de amor de Nuestro Señor, Yo los invito a revivir internamente la Pasión de Cristo como un atributo de amor y de sacrificio absoluto por la humanidad y por el planeta.
Así, hijos Míos, ustedes extraerán de esa experiencia de amor la fortaleza para recibir los dones que transformarán vuestras vidas en soldados de Su Sagrado Corazón.
En este día en el que juntos iniciamos la Sagrada Semana de Nuestro Señor, ofrezcan a Dios esta Pasión de Jesús por el mundo y, principalmente, por aquellos que siguen hiriendo el Corazón Bendito de Mi Hijo.
Por eso, hijos, renuévense durante esta semana que llegará y que, este año, ustedes puedan despertar las virtudes de las que Mi Hijo espera servirse para cumplir el proyecto de Su segunda venida al mundo.
En este tiempo, la humanidad enfrenta su propia Pasión y, en muchos casos, son situaciones graves que afectan a sociedades y a pueblos sumergidos en la desesperación que transmite Mi adversario.
Pero recuerden, hijos queridos, que Mi Amado Jesús venció el temor y la tentación durante Su confirmación interna la noche de la última cena y, después, en el Huerto Getsemaní, cuando finalmente bebió del cáliz del sacrificio que Adonai le ofreció. En ese momento, la humanidad fue redimida.
Por eso, glorifiquemos al Señor y acompañémoslo bien despiertos por este calvario que comenzará a vivir por ustedes.
Despierten a la vida de los códigos divinos que Cristo alcanzó por medio de Su sagrada entrega en la cruz. No pierdan tiempo porque la hora de vuestra purificación manifestará el gran momento de aceptar o no el camino de los nuevos Cristos, de los nuevos Apóstoles de Mi Hijo.
Les pido, hijos Míos, que tengan un corazón manso, lleno del amor universal y divino para que así Mi Hijo pueda encontrar un refugio en donde poder reposar.
Quien ingrese en la Pasión de Jesús durante estos días ayudará espiritualmente a que las almas presas, las que están en las mismas condiciones que las que Jesús redimió hace más de dos mil años, reciban la Gracia de la Misericordia de Cristo.
Esta Sagrada Semana será definitiva para muchos, y los valientes contarán con la ayuda que necesitan para proseguir.
Queridos hijos, los que estarán presentes en el Reino de Aurora ¡alégrense! porque Yo les envío nuevos sacerdotes para que pueda ser revivida la Pasión de Mi Hijo hasta en vuestras células.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los prepara para vivir la Pasión de Nuestro Señor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Visiones sobre la Pasión de Nuestro Señor
Entonces, vi a Nuestro Señor sobre el Monte Calvario, viviendo la Crucifixión en la Cruz.
Esto sucedió durante la oración del Devocionario a la Cinco Sagradas Llagas de Jesús y después de la Coronilla a la Divina Misericordia a las tres de la tarde.
En ese momento, vi que le estiraban el Brazo derecho, de tal forma que generaron una luxación en Jesús.
Durante todo ese dolor que se expandió sobre el Monte Calvario, clavaron en Su Muñeca un gran clavo de hierro, que hirió el Brazo de lado a lado y lo hizo sangrar.
En ese momento apareció otro hombre que, colocándose cerca de Su Cabeza, mientras Jesús estaba siendo clavado en la Cruz a través de la Mano derecha, comenzó a presionar la Cabeza de Nuestro Señor sobre el madero de la Cruz, de tal forma que la Corona de Espinas se incrustaba en el cuero cabelludo y lo hacía sangrar mucho más.
Después recibió golpes en Su Cabeza, que eran dados con un garrote.
En una parte del Monte vi a la Virgen postrada en el suelo y colocándose las manos en Su cabeza en señal de imploración.
Más tarde, comencé a hacer la Señal de la Cruz por todo lo que veía y una nueva visión apareció.
Cuando orábamos la segunda Sagrada Llaga, vi que, en la Mano izquierda de Nuestro Señor, comenzaron a golpear Sus Dedos, al punto de hacer sangrar cada uno de ellos y, con una herramienta que tenían, arrancaban una a una Sus Uñas, dejando Sus Dedos en carne viva.
Esa sensación indescriptible fue irradiada por Nuestro Señor y, a pesar de todo ese padecimiento y dolor, en un momento vi que la Consciencia Mental de Jesús se colocó por encima de toda esa situación y, mientras el Maestro recibía esos martirios, Él suplicaba al Padre de la siguiente forma: “¡Eli, Eli, perdónalos!, ¡perdónalos!”.
En seguida, el Maestro me dijo: “Hijo, te muestro toda Mi Pasión para que escribas el libro de la Pasión de Jesús”.
Después el Señor nos transmitió:
Aún no te He dado a conocer los tiempos difíciles que llegarán, que serán desconocidos para todos. Por eso, te pido que defiendas Mi Congregación de ti mismo, de la misma forma que Yo esperaré que cada consagrado defienda Mi Obra de sí mismo, para así desviar nuevamente la tentación de Mi enemigo de crear instrumentos propios que flagelen Mi Corazón.
Que nadie se aparte de la prueba que Yo le He enviado para vivir. Los corderos deben escapar de las manos feroces de los lobos. Pero a muchos les hace falta aprender a reverenciar todo lo que recibieron por el poder de Mi Gloria.
Que nadie se olvide de lo que ha firmado Conmigo, aunque sé que aún muchos desistirán de seguir algo que no satisface al sentimiento humano.
Cuando algunos Me presentaron la carta de renuncia, solo recordé a Judas besándome la mejilla y entregándome en la noche oscura del Huerto Getsemaní. Las propias dificultades de las almas nacen como consecuencia de la resistencia y el control.
Lo que Yo tengo para cada discípulo, aún no lo He revelado ni entregado.
Hoy, Me presento para anunciar Mi última partida en este juego infinito de la salvación de las almas y de la redención de los males, ante los horrores que hacen llorar constantemente a Mis Ojos.
El corazón que no ama sus defectos e imperfecciones es un corazón que se cierra a la verdad; de la misma forma cuando el sol es ocultado por las nubes, todo se vuelve penumbras, por el simple hecho de no dejar de controlarse a sí mismo.
Yo les He dado las mayores perlas de Mi collar de Luz, pero pocos Me han agradado y menos han hecho lucir la Misericordia que Yo les derramé. Salir al mundo significa condenarse, dividirse al igual que dos ríos, los que terminarán en la garganta del gran abismo. Estoy siendo fiel ante los que Me respondieron.
Si en verdad amaran Mi Sacrificio y Mi Pasión, no Me quitarían el tiempo de abocarme a las grandes Obras planetarias. Para trabajar su vacío de sí y su humillación ante Mi Sagrado Corazón, les pido humildemente que vuelvan a repasar Mi Pasión durante esta noche y que todas las almas oigan Mis últimas Palabras que son para la humanidad.
Pues, Yo retornaré de una forma que muy pocos han percibido. Les di primero Mi Corazón para que lo vivieran y lo amaran, después les entregué la Voz de la Fuente Misericordiosa a través de Mis Palabras y por último los llamé a la consagración interior; y ahora algunos Me quieren abandonar y dejarme clavado en esta cruz de la maldad y de la indiferencia del mundo.
A los que persisten, que sigan adelante por aquellos que Me dan las espaldas y dejan de vivir en Mi Corazón Misericordioso.
A los que están dementes, que no se desesperen, mas que confíen en el Espíritu de Mi Infinita Compasión, y a los que se sienten cansados, que recuerden el momento de la Última Cena y el sacrificio mayor que Yo tuve que realizar para que el mundo y su sagrado proyecto no se perdiera.
Sé que Mis Palabras no serán suficientes, pero en verdad, les digo que tengan la suficiente memoria y un corazón más grande para no perder, por sus necedades, el manantial de Mis Gracias. Esta Orden deberá cumplir Mi Propósito, aunque lleguen a la cima del Monte de la Cruz solamente tres.
Miren con ojos de misericordia Mi humilde declaración. Ya no pueden ser ingenuos y egoístas, el Plan de Mi Padre los necesita para que, entre las tribulaciones, aprendan a retirar las raíces del mal durante la noche de mayor oscuridad.
Será en ese momento que Yo mismo veré con Mis propios Ojos Misericordiosos a aquellos que, habiendo pasado por la renuncia, la humillación y el sacrificio, glorificarán Mi Nombre Santo y lo harán carne en su propia carne. En ese instante, Yo seré Su Intercesor y los libraré a través del poder de Mi Gloria.
Alivien el peso que llevan Mis Manos, la cruz está cada vez más pesada y el mundo también.
¿Quién se arriesgará a defender Mi Voluntad y no la suya?
¿Quién será digno de alabar Mi Nombre y de cumplir Mis Promesas entregando su vida por los demás?
¿Quién esperará pacientemente el Retorno de su Maestro, aun cuando todo esté a punto de acabar?
Dichosos los que Me buscan a pesar de sus propias adversidades, porque les prometo a ellos que no seré el verdugo ni el juez, sino que seré la Puerta que los llevará después de esta vida al Reino Celestial.
Bajo la Piedad del Creador, sean consecuentes con Mis Preceptos.
Vuestro Rey, Cristo Jesús, el Dolorido Corazón
Mientras el mundo de hoy, en gran parte, se olvida de mirar a Dios y de reconocerlo, Yo vengo en este tiempo para anunciarles Mi último Llamado, aquel que los congregará por amor para una tarea espiritual y mayor Conmigo.
Pero las almas de hoy son diferentes a las almas de ayer, existe en los corazones una necesidad inculcada de buscar lo bueno y de satisfacer sus vidas.
Yo vengo a entregarles todo aquello que desconocen del universo. En nombre del Amor de Dios vengo a despertar a los últimos apóstoles que, en la noche fría, aguardarán Mi llegada.
A todos los conozco muy bien, sé de sus certezas y de sus dificultades; pero Yo necesito, todo el tiempo, el corazón pulsante de cada ser; aquel corazón y aquella alma que me permitirán obrar en tiempos críticos.
Vuestros esfuerzos de amor deberán ser mayores. Llegará el momento de amar lo que nunca han amado y de perdonar lo que nunca han perdonado.
Ahora, en este tiempo de cambios y de pruebas, les entrego la gran llave de la mansedumbre, algo que Yo viví por ustedes durante la Pasión.
Me reconforto de este mundo cuando las almas aman Mi Sagrada Pasión; misterio que, con precisión, he comenzado a revelarles para que el creyente y el ateo descubran la Luz de Cristo en tiempos de tribulación.
Por eso, busquen penetrar el misterio de Mi sacrificio y de Mi entrega, porque a través de Mi Corazón aprenderán a soportar los embates del enemigo, como muchos seres que vivieron y obraron en Mi santo Nombre.
Pobres de aquellos que me darán la espalda en este tiempo, su propia ignorancia y vanidad los hundirá como una barca en altamar.
Recen por todos los que no reconocerán a tiempo que Yo he retornado primero en Alma y en Divinidad.
Dichosos de los consecuentes y de los perseverantes, nunca perderán la oportunidad de conocerme en profundidad y en espíritu de paz.
Sean obreros en plenitud. Sean portadores vivientes y testimonios de Mi sagrado Mensaje, porque la hora indica el momento de vivir Mi Amor redentor.
Yo Soy aquel Ser que nació por obra y gracia del Espíritu Santo. Ustedes son aquellos que también nacieron de la Fuente del Amor.
Recuerden los principios de vuestros orígenes y sirvan a Dios en total paz.
Yo nunca les fallaré. Clamen por Mi Nombre, busquen Mi Palabra para saciar la sed interior. Sean siempre misericordiosos.
Bajo la Gloria que proviene de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar la Luz de Mi Glorificado Corazón!
Paz en toda la Tierra.
Cristo Jesús
Que vuestros pies caminen en dirección a Mí, pues el recorrido aún será largo y profundo, y muchos serán llamados por Mi Corazón a imitar Mi sagrada Pasión.
En un día viernes como este, Yo Me encontraba en la Cruz, entregándome completamente al mundo, salvando a muchas almas perdidas, encendiendo muchos corazones y resucitando a muchos que habían muerto.
Las tumbas se abrieron en Jerusalén y muchos dieron testimonio de Mi Resurrección, pues Mi Espíritu Divino, que no es de este mundo, despertó a todos aquellos que debían vivir en Dios.
Sagradas cruces cósmicas se expandieron sobre el mundo y reestablecieron el Plan de Dios, aunque Yo me encontrara en la Cruz.
Yo hice muchas cosas por ustedes y por toda la humanidad.
Aquellos que abrieron su corazón a Mi Llamado fueron partícipes de Mi Sangre preciosa, recibieron Mis códigos y Mi Agua brotó y se expandió por todo el mundo como una gran fuente espiritual de salvación.
Todos los que estaban caídos en aquel tiempo fueron levantados por Mí, resucitaron en el Espíritu de Dios, encontraron el camino de su evolución y su despertar. Y ahora en estos tiempos finales, Yo les vuelvo a recordar Mi sagrada Pasión en la Cruz, porque esa será la llave que los protegerá, que los mantendrá libres de ustedes mismos, y todos los códigos corruptos se transformarán en fuente de Vida y de Gracia. Yo tengo la potestad de transformarlos.
Les pido a aquellos que Me escuchan y Me siguen que ya no cierren más su corazón. Yo estoy intentando entrar cada vez más en vuestras vidas.
Ya no hay más tiempo, Mis compañeros. El tiempo de la tribulación se aproxima a la humanidad. Las tinieblas emergerán de la superficie del planeta y muchos deberán estar preparados antes de Mi Retorno.
Yo necesito que se definan como Mis apóstoles y que se arriesguen a dar más, cada día más, hasta que duela en vuestros huesos. Esa será la confirmación para Mí, de que Yo podré cumplir Mi Plan Divino en ustedes y que Mis palabras no han sido en vano en estos tiempos, porque habrán sido escuchadas por los corazones abiertos.
Los necesito despiertos y disponibles, que Me ayuden a sustentar la espada de Mi Misericordia, porque aún muchos están atados a este mundo material, especialmente aquellos que creen vivir la vida espiritual.
Mi Verdad se revela a ustedes en esta noche, pero muchos deberían haber estado aquí presentes. Los apóstoles llegan hasta el final del camino y, si fuera necesario, dan la vida por los otros.
Yo les vengo a entregar el verdadero testimonio de vida, la esencia de Mi Amor misericordioso y profundo. Mis Células crísticas deben encontrar un lugar en donde reposar para que todo se pueda cumplir como está previsto.
Hoy Mi Voz hace eco en los cuatro puntos de la Tierra. Los ángeles del Padre envían impulsos de Luz para todas las mónadas, para aquellos que quieran despertar a la vida espiritual.
Queridos compañeros, ya no son tiempos de vivir términos medios, defínanse profundamente por Mi Plan. Siempre han sido libres desde el principio de vuestro nacimiento. Yo necesito en esta noche que muchos cumplan los votos que Yo les vengo a presentar y que respeten el camino que muchos han decidido seguir, seguir al gran Maestro del Amor, el Maestro Redentor, el Maestro de la Paz.
Sean consecuentes Conmigo. Yo les presento en esta noche todas las fuentes de Mi Misericordia para que puedan estar fuertes hasta el final. No se permitan caer más. Levántense de donde han caído, ya tienen los instrumentos para poder hacerlo. Mi Padre tomará cuenta de todo esto y Él les preguntará qué han hecho con lo que Él les entregó.
Por eso, como Su Mensajero fiel, Yo vengo a anunciarles este último Llamado.
Les pido que todos los grupos de oración se unifiquen con la propuesta del Plan Divino. Les pido que ya no existan indiferencias, comentarios o ideas vanas; estarán debilitando el Plan de Dios.
Por eso, Yo los necesito transparentes y verdaderos, esa será la señal que permitirá que Yo los transforme.
Los tiempos no son iguales a los de ayer. El mundo se desarrolla equivocadamente y muchos no perciben esta gravedad. Por detrás de todo esto hay muchos que sufren, que padecen, que son olvidados y que nadie se acuerda de ellos. Pero Yo nunca los dejaré solos. Mi Corazón visita a todos los que Me invocan, visita a todos los hogares del mundo que abren la puerta correcta del corazón para que Yo pueda entrar y obrar.
En estos tiempos finales, los Mensajeros Divinos han intentado revelarles cuál es el camino a seguir, el camino de la Voluntad de Dios, del sagrado Propósito y de la verdadera misión para todos.
Ya no es tiempo de perder tiempo. Es tiempo de obrar, de reconstruir, de salvaguardar a la humanidad. Es tiempo de trabajar Conmigo en plenitud y en verdad, sin miedo y sin temor; arriesgándose a todo por este planeta azul que tanto los necesita, que clama por ustedes, que pocos lo escuchan.
Este es Mi Mensaje para ustedes. Es tiempo de reparación. Todos son llamados a la salvación, pero pocos perciben lo que esto significa. Por este motivo, Yo vengo aún a vuestro encuentro para que vuestras consciencias despierten a la esencia de Mi Voluntad.
Aún la humanidad está muy inmadura y muy pocos deberán remar esta gran barca, esta gran y pesada barca que representa a vuestro sagrado mundo.
¿Quién lo auxiliará? ¿Quién se arriesgará? ¿Quién dará más por amor a Dios y a Su Plan original? ¿Quién responderá? ¿Quién abrirá la puerta? ¿Quién la cerrará? ¿Quién esperará por el que ha sido olvidado, por aquel que nunca ha sido visto o por aquel que nunca fue mirado con compasión? ¿Quién se detendrá para reconocerme entre las calles de este mundo como el gran Moribundo que espera el alivio del Corazón?
Yo los llamo a la síntesis de la vida. Algo deben rescatar de todo esto, de estos encuentros Conmigo que son únicos y determinantes, pues queda poco tiempo para que Yo ya no esté más entre ustedes hasta que Mi Padre Me envíe en Gloria, y los que han confiado en Mí Me puedan encontrar sentado a su mesa para comulgar de la nueva comunión, de la alianza con Dios Padre, en la Nueva Humanidad.
Si ustedes no se sienten dignos no podrán cumplir con Mis Planes. Trabajen por vuestra dignidad espiritual a través de la pureza y de la humildad. Sean sinceros Conmigo y Yo los perdonaré.
Clamen a Mi Corazón cuando no puedan estar solos, cuando no consigan por ustedes mismos levantarse del suelo y seguir caminando hacia Mí.
Miren Mis Ojos, vean Mi compasión, vislumbren Mi Divina Misericordia y serán llenados de Mi Espíritu de Amor. Deben permitirlo, aun cuando no puedan, deben permitirlo y Yo actuaré.
En esta noche de unión con el infinito, les transmito Mis Palabras, con algunos silencios, pues Mis Palabras sagradas deben reverberar en vuestros corazones para que ellas permanezcan en vuestras esencias y sean frutos, dones de vida, para poder trabajar en Dios.
Ayúdenme, con la oración, a salvar a este mundo y a tantas almas que se pierden en cada segundo que pasa de vuestro reloj. Mientras Yo estoy aquí, bendiciéndolos, ¿han pensado cuántos se pierden y dejan de ver a Dios?
Necesito que ustedes sean raíces de Mi árbol para que otras criaturas puedan brotar en Mi Corazón y ser savia de vida por la eternidad.
Recen a Mi Padre:
Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones en llamas sagradas
de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.
Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.
Amén.
El Cuerpo de Cristo es el que les da la Vida eterna. Dichosos los invitados a comer de Mi Cuerpo. porque se redimirán.
Padre Eterno,
Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre,
el Alma y la Divinidad,
de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo,
como expiación de nuestras faltas y las del mundo entero.
Sangre y Agua
que brotaste del Corazón de Jesús
como Fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.
Bienaventurados sean aquellos que beban de Mi Cáliz sagrado la Sangre preciosa de Cristo, por el bien y la restauración de todas las almas del mundo.
Bajo el espíritu de la paz y de la sagrada fraternidad, sean bienaventurados todos los que beben de Mi Sangre hasta el fin de los días.
Bajo el espíritu de la paz, Yo los bendigo y los absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través del Sagrado Cuerpo Eucarístico de Cristo Yo les doy la paz y vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
El mundo vive su propia perdición y no se da cuenta. Por eso, Yo vengo a rescatarlo, a advertirle y a socorrerlo.
Como en otros tiempos lo he hecho, queridos hijos, Yo los llamo a prestar atención en estos tiempos finales. Deben medir cada paso que dan en estos tiempos, cada actitud interior y cada expresión. Eso definirá, en ustedes, los próximos caminos; pero si ustedes se mantienen unidos a Mí, a través de la oración, nada les podrá pasar; solo podrán aprender y crecer, así como Dios lo prevé en cada una de sus vidas.
El mundo sufre, a lo largo y a lo ancho de este planeta, y Yo vengo a socorrerlo, día a día, a través de Mi oración. Si ustedes son perseverantes Conmigo, en la tarea mariana, podría seguir derramando Mis Gracias sobre aquellos que no las merecerían.
Yo necesito de ustedes corazones plenos y dispuestos a servirme, para que todos puedan cruzar el umbral de esta gran transición. Yo Me pongo delante de ese gran umbral para que ustedes puedan recogerse dentro de Mi Corazón Inmaculado, Aquel que está siendo llagado y herido por el mundo, Aquel que se oferta a ustedes todos los días de la vida como Espíritu pleno de Dios manifestado, como el Amor de Dios entre ustedes, y para que sus caminos sean caminos que los lleven al encuentro del Señor Jesús. Así, queridos hijos, ustedes construirán los nuevos puentes que muchos están rasgando y quebrando por acción de su propia voluntad.
Yo vengo aquí, queridos hijos, para que ustedes entren en comunión con el mundo espiritual, que está muy olvidado, en el que muchos no colocan su corazón y no pueden recibir las Gracias que tanto necesitan. El puente para llegar a ese gran mundo espiritual será la perseverancia y la constancia en su oración. Así, podrán encarnar, en ustedes, los atributos del Espíritu Santo; aquellos que aguardan estar vivos en ustedes para que el fuego los pueda iluminar, los pueda curar y convertir.
Queridos hijos, Yo pongo a disposición de ustedes al Espíritu Santo de Dios, Aquel que debe ser buscado en estos tiempos porque muchos lo olvidan, cambiándolo por otras cosas, por las cosas materiales y mundanas. Por eso, Yo emito Mi último eco, para que los oídos del corazón lo puedan escuchar y de esa forma se puedan preparar ardientemente con el fuego de la oración y de la devoción, que los mantendrá firmes y seguros en el camino de la paz, en el camino de la redención.
Hijos Míos, Yo vengo a buscar en ustedes aquello que nunca han querido darle a Dios. Sí, Yo vengo a buscar sus miserias y Me dispongo, como Madre Universal, a transformar sus miserias en Luz y en Amor. Por eso, Yo bajo a estos mundos para poder convertir a las almas y hacerles recordar que deben estar en Dios antes del gran ciclo de la transmutación del planeta. Por eso, a través de la unión con Mi Hijo Jesús, Yo los preparo, Yo los uno con Su Corazón Sagrado y no dejo que se separen ni un momento de Él; pero ustedes deben permitirlo para que todo se pueda curar y redimir.
Queridos hijos, Yo les repito en esta noche todas estas cosas porque sus corazones no las han escuchado bien y ustedes deben ser Mis apóstoles, apóstoles de Mi Hijo, apóstoles del Redentor, que representen en esta era tan definitiva la llama viva del Corazón de Cristo, Corazón que se redime y se purifica, que se transforma y se entrega plenamente a Dios.
Yo vengo a traerles, queridos hijos, la oportunidad que nunca habían recibido en sus vidas, de que retornen a Dios Padre, el Poderoso; que Me imiten como Yo lo hice en otros tiempos, de una forma simple, humilde y verdadera, viviendo a Dios en el corazón y en el alma, buscando Su Infinito y Su Cosmos para estar dentro de Su Universo Mayor.
Queridos hijos, la humanidad está caída y enferma. Muchos están ultrajando el Corazón de Mi Hijo; día a día, lo hieren profundamente con sus acciones y pensamientos. Por eso, Yo vengo a esta parte de América para poder restablecer la devoción a Su Sagrado Corazón; y esa devoción se alcanzará, queridos hijos, cuando ustedes den su sí verdadero a Dios, que les permitirá cambiar este mundo tan enfermo.
Yo vengo a advertirles, vengo a invitarlos a subir a esta barca salvadora; pues esta es la última vez que Yo paso por este mundo en Espíritu Inmaculado y en Espíritu de Pureza, intentando poder elevar sus células y átomos hacia una iluminación mayor, hacia una transformación rápida de cada partícula de sus pequeños cuerpos. Ustedes deben buscar todos los días vibrar en Dios, aspirar a fundirse en esa vida universal que está muy olvidada por esta humanidad.
Es tan fuerte esto, queridos hijos, que muchos se olvidan de mirar al Cielo e identificar su propia estrella. Como la Gran Estrella del Universo, Yo vengo a encender sus soles, fuego que Dios necesita en estos tiempos, en la misión de poder desterrar el mal de este mundo.
Queridos hijos, grande es la misión de todos ustedes y de los que Me escuchan. Este es Mi último llamado y en sus memorias lo guardarán hasta el fin de sus días.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy los invito, en humildad, a observar el ejemplo de aquellos que vienen a Mi encuentro por primera vez, porque vencieron el miedo de descubrir aquello que por tanto tiempo sabían que existía, porque finalmente confiaron en el amor que les fue entregado al corazón.
Hijos Míos, en estos tiempos definitivos, los invito a la humildad, a la aventura del espíritu, para que puedan lanzarse como niños al descubrimiento del Amor Universal. A aquellos que quieren seguir a Cristo, los invito a profundizar en Mis Palabras, porque transmitidas a lo largo de los últimos años, guardan el Propósito Divino para esta humanidad.
Muchos no escucharon lo que les fue dicho, otros no supieron el valor verdadero y hallaron que las Palabras de la Reina del Cielo eran muy simples y siempre iguales. Pero hoy, les digo, hijos Míos, que un tesoro infinito está guardado en cada una de esas Palabras, y aquel que, realmente sepa escucharlas, encontrará, paso a paso, cómo hacer para llegar al Reino de Dios y traer este Reino al mundo.
Hoy, los llamo, hijos Míos, a la renovación permanente de sus espíritus, para que no vean pasar el tiempo delante de sus ojos y al mundo transformarse en un mundo nuevo sin que lo puedan acompañar.
Hijos Míos, vivan la transformación junto con la transformación de este planeta para que puedan ver, delante de sus ojos, como también dentro de sus corazones, nacer la nueva raza redimida.
Mis queridos, muchas veces hablo cosas que no comprenden, pero solo les pido que abran el corazón, que guarden Mis Palabras en lo profundo de sus seres, porque allí ellas obrarán y, poco a poco, construirán en cada uno de ustedes esta morada perfecta, esta plena fortaleza; y, sin que lo perciban, vivirán el Plan de Dios, porque en realidad, hijos Míos, Él estará viviendo dentro de cada uno de ustedes.
Todas las oportunidades les están siendo entregadas. Solo abran sus brazos y reciban cada una de las dádivas que desciende de los Cielos. Aquel que realmente quiera dar este paso, rumbo al infinito y rumbo a lo desconocido, lo hará; porque, Mis queridos, hoy les digo que las puertas del universo están abiertas delante de sus ojos y de sus pequeños corazones, que mundos que desconocen pueden ser revelados a la humanidad a partir del sí de sus corazones. Pues, como representantes de este mundo, pueden escoger no pertenecer solo a él y decir un sí verdadero a Dios, para que Él revele otros universos, otras realidades celestiales que viven en este mundo y en muchos otros.
Hijos Míos, abran sus ojos, porque este momento planetario necesita encontrarlos despiertos. Hoy, delante de esta puerta universal, eleven sus ofertas a Dios, porque este camino los conducirá a los Pies del Creador, que escuchará sus súplicas y también las súplicas de toda la humanidad, que están guardadas en sus corazones.
Pero no se olviden, Mis queridos, que, ante esta oportunidad de estar frente al portal del Cielo, deben ser intercesores por toda la humanidad, por los Reinos de la Naturaleza, por los que padecen en el infierno y en el purgatorio y que aguardan sus oraciones.
Este es un momento único en el que las almas pueden ser auxiliadas, en el que aquellos que no generaron méritos para su salvación, sí, puedan ser salvados por el poder verdadero de sus oraciones.
Escucho el clamor de sus corazones en esta noche y dejo dentro de cada uno de ellos Mi respuesta maternal, para que ya no sufran por los acontecimientos de sus vidas y de este mundo, sino que aprendan a través de las pruebas que viven, y que maduren, porque verdaderamente les digo que todo lo que viven es solo el inicio de la purificación de este planeta.
Mucho aún está por venir, pero en ese momento ya estarán preparados suficientemente para vivirlo. Por eso, no teman, solo fortalézcanse a través de la oración, a través de la fraternidad y, sobre todo, a través de la unidad entre sus corazones.
Jamás permitan, hijos Míos, que la unidad que Yo construí en sus almas se pueda disolver. A través de Mi Manto, Yo siempre los uno y los protejo, para que nada pueda separar lo que fue unido por el Amor de Dios; para que, como un único ejército de Paz, puedan atraer esa Paz al mundo y disolver definitivamente todo el mal que desea apagar la esencia de Mis hijos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En la Pasión de Cristo, encontrarán el testimonio vivo para su conversión y el aliento para seguir adelante frente a las pruebas; porque nada es tan importante, queridos hijos, en sus vidas. En este momento, queridos hijos, deben buscar estar en Dios todo el tiempo; esa será la señal de su salvación para el Cielo.
En esta noche de Gracias y bendiciones, en la que se congregan todos los universos, he venido especialmente para bendecir a Mis queridos hijos, aquellos que en la perseverancia dieron sus pasos y están siendo testimonios para otros, testimonios de conversión, de amor y de perdón.
También vine a bendecir esta sagrada ermita, que representará la Luz de Cristo Redentor en estos tiempos.
La ermita es el Corazón de Mi Hijo vivo, adonde todos podrán entrar para sentirlo y reconocerlo. Cuando esa ermita palpite en la Luz de Cristo, será por la acción de sus obras. Me refiero, queridos hijos, a sus oraciones, que podrán llegar al Cielo para poder ser recibidas, como muchas veces Yo lo he hecho con ustedes y con muchas personas.
Por eso, con alegría, cantando y en alabanza, vayamos en procesión hasta la ermita para que Yo la bendiga. Que sus velas sean la señal de la luz de sus espíritus.
Canción: “Ave, Ave, Ave María”.
Queridos hijos Míos, en gloria a Dios y a Su Hijo primogénito, bendigo esta ermita que representará al Sagrado Corazón de Cristo vivo para todos, el puente que los unirá con el Universo Celestial, la Fuente de las Gracias y de la Redención.
Aquel que, en humildad, ingrese a este lugar, será tocado por el soplo del Espíritu de Cristo y deberá confiar plenamente que su vida cambiará, y todos sus seres queridos serán tocados por esa llama crística en esta noche de consagración en la que el Cielo y la Tierra comulgan y todas las almas se congregan alrededor del Gran Corazón de Dios para recibir Sus Dones y Sus Virtudes.
Honremos al Creador por esta gran oportunidad y enviemos a todo el mundo, como buenos corazones, un mensaje de paz y de unión que circule por esta Tierra y unifique a todos los espíritus dentro del Gran Propósito de Dios.
¡Clamemos al Dios de las Alturas! Que canten los coros celestiales, que los corazones se alegren, se rediman y se unan a la única Fuente de Dios que es el Amor eterno, la Unidad eterna y la Sabiduría eterna para todo lo que fue creado.
Unan sus corazones y mentes al Pensamiento Divino de Dios; y capten en esta noche las señales verdaderas de Su Voluntad que los hará renacer y resurgir como servidores valientes, como apóstoles del nuevo tiempo, como siervos del Creador que lucharán hasta el fin de los días por la redención de este mundo, por la salvación de esta belleza que representa este planeta y de todos los que lo integran, en este gran universo local, en comunión con el infinito, con la vida universal y con el espíritu de la paz.
¡Que así sea! ¡Que así sea! ¡Que así sea!
Repitamos la siguiente oración:
¡Oh Sagrado Centro de la Luz de Cristo!
irrádiate sobre el mundo,
convierte a todas las almas,
para que en el tiempo que llegará,
reconozcamos, ahora y siempre,
Tu Venida Gloriosa a esta humanidad.
En victoria a Ti, Rey de los Reyes,
Supremo Amor,
Te imploramos, Te suplicamos y Te rogamos:
regresa pronto a este mundo!
para que todo sea curado,
para que las almas se liberen
y Tu Infinita Misericordia se proclame
por los siglos que vendrán.
Amén.
En esta unión con el Infinito, les agradezco por responder a Mi llamado. Hoy, Mi Amor es entregado especialmente a todos los peregrinos que, con esperanza y regocijo, vinieron a recibir una parte de Mi Cielo Universal.
Yo los bendigo a todos, a aquellos que se consagran y también a aquellos que se consagrarán a Mi Corazón, pues todos son hijos del mismo Padre y provienen de la misma Fuente, la Fuente del Amor.
Gracias a todos. Vayan en paz, en Cristo. No se olviden de elevar sus corazones a Dios, Él los escuchará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras parte del mundo se encuentra en una interminable guerra que desata la ira y el mal de los hombres, Mi Divina Misericordia se aproxima todos los días a las tres de la tarde para restaurar y curar los vicios de la humanidad.
Mi Divina Misericordia se derrama, principalmente, en los corazones que todos los días reviven Mi Sagrada Pasión. Así, a través de ellos, todos los dones y méritos alcanzados por Mi Corazón Sagrado son depositados como células de luz en los corazones simples y puros.
Para alcanzar Mi perdón solo bastará reconocerse como digno hijo de Dios y, a pesar de que el pecado sea grande e irreparable, Yo tengo la autoridad celestial de absolverlos de toda falta. De esa forma vuestras vidas se volverán cristalinas y límpidas cuando procuren vivir Mi Misericordia, más allá de profesarla y de confirmarla en vuestras vidas.
El Cielo se une en armonía y oración, todos los días, a las tres de la tarde con el fin de ayudar a equilibrar el desorden espiritual y material de este mundo. Por eso, solo a través de Mi Insondable Misericordia, las almas más empedernidas y pecadoras podrán hallar su tabla de salvación, lo mismo será para aquellos que Me sirven pero que enfrentan el juego de las tentaciones de este mundo.
Si en verdad se deciden buscar el manantial de Mi Divina e Insondable Misericordia, podrán disminuir sobre el mundo el peso de su propia ley, y muchas almas dejarán de ser condenadas al fuego del infierno, para ser reconocidas como almas rescatadas.
En esta última hora de la transición de la Tierra, busquen el camino directo hacia Mi Divina Misericordia porque, en estos tiempos de mayor confusión, solo les quedará aferrarse a Mi Camino de redención y de salvación.
Yo les entrego todo lo que tengo, Yo les doy la posibilidad de redimensionar vuestras vidas a través del fuego transmutador y purificador de Mi Divina Misericordia.
El tiempo indica una rápida y determinante decisión. Llegó el momento de colocarse a los pies de la Fuente Mayor para poder ser lavado, liberado de las manchas y reconducido hacia el Reino eterno de Dios.
Hoy oro especialmente por los que contraerán una unión espiritual Conmigo en los nuevos tiempos. Eso determinará la posibilidad de cumplir con Mi Proyecto redentor antes de Mi regreso al mundo.
Recen por los que perseveran en el camino de la transformación, pero también recen por los que con coraje me abandonaron, olvidándose de Mí. A todos los coloco en Mi Sagrado Corazón y esperaré verlos, algún día, en Mi Gloria Celestial.
Yo los determino, en esta era, a seguir un solo camino.
Bajo la Gracia suprema de Dios, sean consagrados a Mi Corazón.
Cristo Jesús Glorificado
Mi Corazón es la Eucaristía Viva para las almas del mundo. Mi Corazón disipa las sombras que viven en el interior de los hombres.
A través de la unión con el poder de este Sacramento, las consciencias se redimen y santifican los pasos de su caminar hacia Dios. Bendito sea el corazón sincero que comulgue con este Sacramento Eucarístico, porque tendrá la vida eterna cuando todos los días solo busque el camino a la perfección.
Envío a Mis ángeles celestiales para que en todo el mundo derramen los códigos crísticos que fueron alcanzados por Mí durante la Pasión, así Mi Gracia evita que el poder de las Leyes caiga sobre los justos, porque aún en la Tierra moran almas preciadas por Mi Padre.
Así, a través de Mi Cuerpo y Corazón Eucarístico, Yo estableceré en el mundo la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. De esta forma, aquellas consciencias que, todos los días de sus vidas, Me hayan buscado con sinceridad, superando y trascendiendo los límites de la materia, el día de la Justicia Divina, estas almas no serán causa de Mi Justicia, mas serán mediadoras para la salvación de otras almas que en esos tiempos serán prisioneras del mal.
Dichosos todos los que hayan buscado el camino de la Adoración. Los templos del corazón estarán preparados para llevar adelante obras universales de paz en la miseria y el caos, porque Yo, a través de la efusión del Espíritu Santo, realizaré Mis últimas obras magníficas sobre el consciente de la humanidad; así muchos sabrán quién en verdad Ha sido el Hijo de Dios.
Por eso, antes del gran momento universal, Mi Fuente Espiritual preparará a los rebaños. Llegada la hora de la gran revelación celestial en toda la esfera de la humanidad, aquellos que acompañen el transcurso de Mis Caminos serán como lanzas de fuego, que traspasarán el mal y liberarán, solo por su presencia, toda oscuridad. Pero nadie sabrá quién lo hará, colocaré un velo sobre todo este misterio, solo el amor y la humildad en los simples demostrará el poder de este gran misterio creador.
Y, aunque los espíritus impuros estén sueltos como lobos feroces en el actual mundo, los adoradores, que forman parte de Mi Cuerpo Místico, defenderán el poder de Mi Gloria y de Mi Retorno.
Los ángeles del Cielo serán las estrellas resplandecientes que guiarán el camino de los vigilantes y de los guardianes del Evangelio de Cristo, así llegará el momento de que Mi Iglesia Espiritual será solo una.
No será necesario que ningún hombre o ser sobre la Tierra reine en Mi Nombre, porque cuando Yo retorne revelaré el poder del Reino de Emmanuel a los que escucharon Mis Palabras con los oídos del corazón y del alma.
Entonces, los justos deberán ser compasivos con los injustos. Llegará el momento de ejecutar las obras de misericordia y de caridad, que librarán a los inocentes de envolverse con los enfrentamientos que muchos vivirán. Serán victoriosos aquellos que se hayan convertido en adoradores de Mi Divina Misericordia.
El Reino que se aproxima modificará la miseria espiritual y la indigencia injusta del desequilibrio corrupto que vive la humanidad. Pues Mi Luz Celestial corroerá con el poder del Fuego Divino todos los actos y los modos que llevaron a la perdición de millones de esencias en la humanidad.
En ese tiempo, nada quedará oculto, la vida entre hermanos se volverá como espejos que reflejarán la verdad que siempre se ha ocultado. Por eso, les pido a los valientes determinación rápida en la entrega, así pronto se liberarán del código corrosivo de las pasiones humanas y el espíritu inmaculado de cada ser establecerá el Reino Divino en todas las cosas.
El verdadero paso para la consagración se encuentra en el camino de la permanente fe del corazón, que les dará confianza y suma plenitud para vivir el universo desconocido. Los más simples sobrevivirán a las catástrofes que llegarán como purificación y fuego sobre la humanidad rebelde; así, cuando todo haya sido purificado, como el grano que es pisado en el granero, Yo vendré para restablecer Mi Reino Mayor, aquel que late perpetuamente en el corazón de este Universo Celestial.
Ahora, Mis peticiones se extienden a todos aquellos que quieran escuchar lo que el mundo ha generado. El tiempo próximo indica el camino de la superación de sí y esto será más verdadero cuando la constancia de vivir Mi Reino sea el propósito verdadero para los servidores. En todo paso y superación, Yo Me encontraré intercediendo e irradiando Mi Paz Celestial.
Volveré con el propósito de recuperar los caminos perdidos y confusos de todos los que una vez se quedaron atrás por las acciones y las actitudes de los otros, de aquellos que creyeron estar haciendo las cosas correctas; pero ahora ellos deberán pagar el mismo precio de lo que fue fracturado, molido y herido en el espíritu de los que fueron engañados.
Mi Reino es de Verdad. Yo les enseño, a través de Mi Amor, a ser luz suprema para el mundo, liberando de esa forma los códigos corruptos que se guardan en las células de la herencia humana. Por eso, Yo los reúno para vivir un camino de transparencia y de servicio inmediato al Plan del Padre Celestial. Necesito la rectitud de los servidores, que forjará, en sí mismos, los frutos y los potenciales que se resisten a donarse por un acto de suma apropiación. Pero de a poco, como una Buena Madre, Yo despierto los talentos divinos que servirán de socorro y de ayuda para el actual ciclo de la humanidad.
Hoy, les hablo con esta rectitud, porque todos los seres que ya responden a Mis Comandos están prontos para escuchar en la madurez de la consciencia.
Vigilen Conmigo y encontrarán la respuesta en todo lo que sea necesario aclarar. La Sabiduría de Mi Corazón hoy les derrama Infinita Misericordia. Recuerden que Mi Amor por ustedes es inmediato e inconfundible.
Abrazo a los que una vez Me dijeron sí y llevaron Mis Palabras al centro de su corazón, que ahora será el camino para la liberación de sí mismos.
Ámense crísticamente.
Únanse cósmicamente.
Trabajen fraternalmente, así Me agradarán.
Les agradezco por acompañarme en la Eucaristía, junto a los ángeles mayores.
Paz para todos, la Paz de Dios.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Cristo Jesús Misericordioso
Humíllate delante de los que, por error o temor, abandonan Mi precioso y predilecto camino.
Vierte las Gracias infinitas, que Yo he depositado en tu corazón, sobre los que las han perdido por ignorancia. Arriésgate al punto de dar la vida por tus amigos. Nunca habrá nada semejante o diferente que destruya el amor que con tanto esfuerzo se ha construido entre hermanos.
Dichoso es aquel que cree plenamente en Mi Verdad y la profesa, porque Yo prometo recompensarlo en el día de su gloria celestial.
Miren ahora Mi Costado espiritual herido, que es una señal de las angustias y de los desiertos que me ocasionan las almas en las cuales, desde el principio, Yo he derramado Mi infinita Misericordia.
Todos quieren beber de la Fuente, pero pocos se animan a buscarla a través del dolor, del desierto y del vacío.
¡Atentos!, Yo les he dado a conocer el camino de los desiertos y en verdad les digo que aún no han cruzado la primera parte de la gran aridez del corazón.
A veces, Yo les hago probar espiritualmente la sed que la humanidad Me ocasionó durante la Pasión, en la Cruz; pero sé que cuando esta sed insoportable e insostenible se agrava, muchos tienen el impulso de rendirse y al tiempo de abandonarme.
Sé que, después de todo, comprenderán el misterio que Yo les vengo a revelar, el misterio de sufrir por amor y de padecer las amarguras que castigarían al mundo. Por eso Yo, día y noche, Me sirvo de sus internos para depositar estados de vacío y de transmutación necesarios para evitar la Ley soberana sobre la humanidad.
Cuando aún creen que nunca Me verán, Yo los visitaré. Cuando aún creen que nunca Me sentirán, Yo Me haré sentir profundamente, pero Mi Ley es probar el grado de su amor y de la fidelidad inalterable de sus almas.
¡Ay de aquellos que no me han invocado verdaderamente!, pronto perderán todo lo que estaba previsto para ser recibido en sus moradas.
Pero tan grande y misterioso es el poder de Mi Divina Misericordia que Yo vengo a advertirles que si han pensado en abandonarme, están a tiempo de regresar al camino de Mi Corazón, a la bendecida Casa de Adonai.
Hoy abro sus ojos para quitarles el polvo de la ceguera. Hoy toco sus corazones para que puedan, ahora y siempre, creer que Yo Soy quien les habla: Jesús de Nazaret.
Bienaventurados los simples, porque siempre encontrarán la respuesta indicada.
Que sus pies no se cansen de seguirme, que todo desierto interior sea motivo de purificación y de afirmación concreta del Plan de Mi Padre.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados e inteligentes.
¡Gracias por persistir a través de Mi Corazón!
Cristo Jesús Misericordioso
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo Soy la Señora de Fátima. En este día preparo el advenimiento del aniversario de uno de los principales acontecimientos de la historia de su humanidad, que es la segunda redención de la humanidad después de la Llegada de Mi Hijo.
Por eso, preparen sus corazones para el camino de luz que Yo tejeré hacia Europa; abriendo puertas y corazones, curando almas y vidas que quieren estar en Mis brazos viviendo la consagración del corazón el próximo 13 de mayo.
Hoy, derramo Mi Inmaculado Corazón sobre el mundo y espero que cada una de sus vidas Me corone como la Reina de la Tierra, a través de la oración del Santo Rosario, la oración del corazón, la oración que los llevará siempre a la paz.
Proclamen, en este tiempo, Mi Palabra de Vida.
Los invito, día a día, a vivir los Mandamientos del Señor, de esta forma gestarán a la Nueva Humanidad que Dios espera.
Hoy, Me abro a acoger sus corazones en Mi Corazón y a preparar esta próxima Semana Santa, como la gran fertilidad para sus vidas, en la que el Señor depositará nuevas semillas para que las plantas y las flores puedan crecer y puedan ofertar sus dones a Dios en un tiempo tan definitivo y delicado.
Hoy, los llamo a reunir las fuerzas a través del corazón para que se unan a Mi camino inmaculado.
Yo vengo a preparar a la humanidad para algo importante. Por eso, siempre pido regresar a Aurora, esta es la cuna de un nuevo proyecto de Dios, en el que algo se vivirá plenamente por todos, cuando se abran al Llamado del Padre y vivan sin miedo la transformación de la vida y de la consciencia.
Yo les ofrezco, día y noche, Mi Corazón Inmaculado. Aquí lo tienen, Él está en Mis manos para ustedes, un Corazón que vivió en esta humanidad y que comprendió la condición humana de todos los seres.
Yo les traigo, a través de Mi Corazón, el Espíritu de Dios. Él debe reinar en sus hogares y familias para que sea la nueva Luz del mundo después de Mi Hijo, Corazón que prepare sus corazones para lo que vendrá en poco tiempo.
Por eso, es ahora, queridos hijos, que llegó el tiempo de vivir en la escuela de la oración, en la escuela de la cura y de la redención.
Mi Corazón Inmaculado también llegará a Fátima en el próximo mes. Mi Espíritu Virginal e Inmaterial circundará a todo ese lugar. Aquellos que quieran verme de verdad, sintonicen sus oraciones con el corazón, porque allí Me encontrarán con seguridad y sentirán la confianza para poder seguir caminando.
Pues Yo Soy su Maestra y Peregrina, Aquella que acompaña a los rebaños de Cristo, que no se cansa de andar en este mundo a lo largo de los tiempos para iluminar los caminos de los que están en la oscuridad.
Vengo a resucitar a aquellos que Mi Hijo Me ha pedido. Vengo a abrirles los ojos a los que están ciegos y a los que han endurecido el corazón por las experiencias de la vida.
Yo tengo la llave para su consagración, como también para su santidad. Cada uno sabe lo que puede darle al Padre.
Vivan, en este tiempo, Mi Mensaje de advenimiento. Mi Hijo Me envía para prepararlos verdaderamente y con consciencia. Yo vengo a preparar sus corazones para la Nueva Tierra.
¿Quién se arriesgará a seguir Mi camino?
¿Quién se animará a vivir por entero Mi llamado?
Estoy formando las nuevas filas de los soldados de la Luz, estoy congregando a los que han caído y a los que no han caído, estoy llamando a todos a vivir la Transfiguración de Mi Hijo.
Queridos hijos, vengo a anunciarles que Dios Me ha concedido un tiempo de perdón para el próximo mes de mayo, en el que el Reino de Fátima resplandecerá una vez más en el mundo y se verán sus Jardines de Luz sobre la superficie. Aférrense a Mi Manto Sagrado, Yo no los separaré del Reino de Mi Hijo, sino que los llevaré hacia el Reino del Padre, en donde viven la Unidad, el Amor y el Perdón.
Por eso, Me nombro como la Nueva Aurora, la Luz del Universo que está llegando a ustedes. Yo Soy la Supraconsciencia Maternal, la Estrella que llega del Universo directo a la Tierra. Dios Me ha concedido ser la Estrella en sus vidas.
Los invito a imitar Mi camino de simplicidad y humildad, así comenzarán a vivir en Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hijos Míos:
Como Estrella de la Mañana, vengo a anunciar el Sol de un nuevo tiempo, que purifica sus vidas, que renueva sus pequeñas almas. Este Sol que llega, Mis queridos, es el Sacratísimo Corazón de Mi Hijo, que iluminará los abismos y rescatará de lo profundo de esos abismos hasta la última de las almas que deben manifestarse, en este tiempo, como imagen y semejanza de Su Sacratísimo Corazón.
Vengo a anunciarles, hijos Míos, una Nueva Aurora en sus vidas, Aurora que nacerá a través de la Presencia de Mi Hijo en este Reino. Quiero que preparen sus corazones con amor, con profunda gratitud, para que sus almas puedan vivir en estos próximos días, con plenitud y esperanza, la Presencia de Mi Hijo en el mundo.
A través de Mi Inmaculado Corazón, hoy ilumino sus consciencias para que puedan descubrir los misterios que están guardados en la Pasión de Mi Hijo, misterios que hasta hoy la humanidad aún no desvendó.
Hijos Míos, quiero que descubran, en sus pequeños corazones, la verdadera victoria que existe en el Sacrificio de Mi Hijo, y que sus preciosas vidas puedan renovarse, en este tiempo, a través de pequeños sacrificios, pequeñas renuncias que puedan vivir para aliviar el Corazón de Dios.
Hoy, quiero que descubran en la Pasión de Cristo la alegría de la salvación, la alegría de la redención que, a pesar de todo sufrimiento, la alegría y la esperanza jamás desaparecieron de lo profundo del Corazón de Mi Hijo.
Hijos Míos, el Corazón de Cristo encontraba la fuerza para levantarse de cada caída en la esperanza del renacimiento de este mundo, y deben aprender de este Sagrado Corazón el poder de renovarse en cada instante de la vida.
Por eso, hoy les digo que no coloquen sus corazones en las pruebas que viven, sino que alimenten la esperanza, la alegría de poder renacer en cada día. Vivan la Pasión de Mi Hijo, ofertando sus pequeñas vidas para renovar el sacrificio de Cristo y, así como Él lo realizó hace tanto tiempo, que la oferta de sus corazones pueda generar méritos para el mundo, para que la humanidad tenga una nueva oportunidad de redención y este mundo, hijos Míos, no desaparezca del universo.
Hoy, quiero que alimenten la fe y la devoción en sus vidas, y que el poder de la oración sea más poderoso que cualquier mal, que la valentía de sus almas pueda vencer el temor que muchas veces amedrenta a las almas del mundo.
Hijos Míos, quiero que, a través de sus corazones, den el ejemplo al mundo de que Mi Hijo ya retorna a esta Tierra, porque Él ya retornó a cada una de sus vidas, porque Su Sagrado Corazón pulsa en sus esencias y renueva sus vidas y sus almas a través de Su Sagrado Sacrificio, a través de Su Amor Infinito.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vean, en esta noche, queridos hijos, nuevamente el ejemplo de la consagración a Mi Inmaculado Corazón, a través de estos hijos que Yo he llamado, que sirven a una gran parte del Plan de Dios.
Pero Mi Hijo dijo una vez, en un Mensaje, que en Su antiguo Sepulcro existieron violetas preciosas que lo restauraron, flores en Su Sepulcro de Amor que lo ayudaron a resucitar y a cumplir con el Plan de Dios en la Tierra.
Hoy, quiero llamar a una de esas violetas para que se consagre, como hija, a Mi Inmaculado Corazón y adorne a partir de este momento los Altares de Mi Reino Maternal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora, vamos a escuchar el cántico: “Consagración”, para que Ella bendiga a estos hermanos y a todos estos objetos sagrados.
Cántico: “Consagración”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, lleven la Paz de Mi Corazón en sus corazones y por donde vayan. Solo eso es lo que basta para este tiempo.
Recuerden que Yo estaré al lado de aquellos que se animen a vivir la Pasión de Cristo, confortándolos y consolándolos, animándolos a seguir adelante, porque Algo Mayor los espera: el Espíritu de Dios, su Padre Eterno.
¡Les agradezco!
Dios quiera que nos veamos pronto en Portugal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
La verdad es que no sabemos cómo lo vivieron ustedes, los que están detrás de la pantalla; pero nosotros aquí hemos vivido un gran momento, en el que Nuestra Señora ingresó definitivamente en nuestra consciencia.
Hoy, en forma singular, aquí, en este espacio en donde nosotros estamos, todos los hermanos que participamos desde el Centro Mariano de Aurora nos pudimos sentir como una sola mente y un solo corazón; y Nuestra Señora vino a envolver a todas estas consciencias en una sola.
Esperamos que los que están del otro lado de las pantallas hayan podido sentir, igual que nosotros, el Amor de la Reina del Cielo y de la Tierra.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Quisiéramos compartir con palabras lo que Nuestra Señora transmitió hoy, pero a veces nos vemos muy limitados por nuestro idioma terrestre. Pero el Amor, que fluye del Corazón de María, todo lo hace confirmar y sentir en nuestro ser.
Durante la Aparición, Nuestra Señora llegó como Nuestra Señora de Fátima, como escucharon. Una manifestación muy contundente y definida.
Traía Su Corazón Inmaculado derramando sangre, ofertándonos los sacrificios que Ella vivió por nosotros, ofertándonos la cura y la redención; pero Su suavidad y serenidad nos acompañó en todo momento.
Las Palabras de María confortaban nuestro corazón y nuestra alma, momento a momento. Percibíamos, detrás de María, la Presencia de Dios y en Ella también percibíamos a Dios.
Ella también, en algunos momentos, nos mostró algunos pasajes de Su vida en Galilea y Su acompañamiento durante la Pasión de Jesús.
Percibíamos que Nuestra Señora estaba activando registros de Luz en nuestras consciencias; llaves crísticas para nuestros seres, que las reconocían en el instante en que Ella las activaba. De esa forma, comulgábamos, a través de María, de toda la vida que vivió Jesús sobre toda la Tierra.
Cuando María se refirió a Fátima, la sentimos en casa, Fátima y Aurora eran una sola. Y aquellos Reinos que Ella expresó hoy tan singularmente, esos Jardines de Luz, llegaron hasta aquí y dejaron algo en nuestros corazones: energías, presencias angelicales y también códigos de Luz que ingresaban específicamente en nuestros espíritus.
María nos fue envolviendo con el Reino de Fátima y nos mostraba, en el futuro, ya Su tarea concretada en Europa, y todas las conversiones y redenciones que Ella realizaría al pasar por Europa.
El momento más especial fue cuando llamó a los hermanos para la consagración y cuando habló directamente sobre las violetas que estuvieron en el Sepulcro de Jesús. Eso no era una metáfora, era un hecho que María estaba revelándonos a través de una escena que Ella nos mostró.
En el momento en el que Jesús fue colocado en el Sepulcro, un grupo de mujeres que acompañaban a María, ungieron con óleos, con aceites, el Cuerpo de Nuestro Señor. Había una mujer muy particular que llevaba en sus manos, en sus brazos, un ramo de flores, y cada una de las flores las fue colocando alrededor del Sepulcro.
Esas flores no solo emitían un aroma muy particular y especial, sentíamos y percibíamos un aroma dulce, suave, que iba envolviendo el Cuerpo de Nuestro Señor y todo el Sepulcro.
Y eso, según Nuestra Señora, fue restaurando el Cuerpo de Nuestro Señor que estaba herido, por la fe de esa mujer, por la fe con la que ella había confiado en Jesús. Ella sabía internamente que era el Mesías, el Redentor; aunque estaba muerto en el Sepulcro, ella confió en el Espíritu de Jesús y ese acto de fe lo resucitó, fue uno de los tantos atributos que ayudó en la restauración de Jesús.
Fue así como nos explicó nuestra Madre hoy. Y hoy explicitó, Nuestra Señora, que cuando llama a consagrar a Sus hijos, no los llama para consagrarlos físicamente, llama a cada una de nuestras almas. Ella quiere intentar que recordemos nuestro compromiso con Su Corazón Inmaculado. Quiere consagrar a los que están sanos y a los que están enfermos, a los que están lúcidos y a los que están locos.
Ella hoy se nombró como la Madre de la humanidad para los que son creyentes y no creyentes. Ella sabe bien quiénes somos nosotros, nos conoce profundamente, aunque no confiemos en Ella o que a veces le hayamos dado vuelta el rostro cuando la hayamos visto en algún momento. Ella nos quiere rescatar y está decidida a conquistar nuestros corazones.
Hermana Lucía de Jesús:
Después de tantas cosas, lo único que quisiera agregar es que durante la oración, antes de que Nuestra Señora apareciera, parece que los ángeles nos escucharon y ellos llegaron de una forma muy rápida, durante las primeras oraciones que comenzamos a rezar.
Y hoy, de una forma particular, ellos iban trabajando con nosotros con mucha alegría, derramaban flores sobre este salón. Y, cuando Nuestra Señora comenzó a aproximarse, veíamos el camino por el cual Ella venía desde el horizonte; y comenzamos a ver otro camino que venía del fondo de esta sala, por donde venían algunos santos que cantaban con mucha alegría. En la primera fila de estos santos, reconocimos al Santo Padre Pío que traía una corona de flores. Los otros santos, que venían detrás de Él, cantaban y derramaban flores sobre el camino. Ellos se detuvieron junto al altar y se quedaron esperando la llegada de Nuestra Señora. Ellos dijeron que venían a coronar a Santa María de Aurora.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Son muchas emociones para abrir nuestros corazones.
Bueno, queríamos terminar compartiendo con los hermanos, que nuestra Madre, en los días de ayer y de hoy, anunció la Semana Santa, la Sagrada Semana con mucha contundencia.
Queremos compartir que esta Sagrada Semana es una invitación de Nuestro Señor Cristo Jesús, Sagrada Semana que también se prolongará en otros Centros Marianos y que será una vivencia de oración, de paz y de cura para todos.
Y les dejamos, a todos, unas preguntas:
¿Por qué será que Jesús Cristo retorna en la Sagrada Semana?
¿Qué es lo que los Sagrados Corazones quieren rescatar en estos tiempos y que podamos vivir de forma verdadera y simple?
Después de este gran impulso de María, llevemos estas preguntas a nuestro corazón para que, en esa semana, pueda ser contestada por Nuestro Propio Señor.
¡Gracias, Madre Divina, por cuanto nos das!
Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones
en llamas sagradas de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.
Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.
Amén.
A través de este Mensaje, Yo les he dejado una poderosa llave de conversión, como también les entregué el Orandio de la Pasión y de la Trasfiguración.
Son llaves importantes para la redención en estos tiempos. Aquel que las utilice de verdad y con honestidad, se transformará y no se reconocerá en el pasado, sino en el eterno presente de Mi Corazón.
Que los corazones se alegren en esta tarde y que nunca se cansen de buscarme.
Mis Oídos escuchan todas vuestras plegarias. Yo Soy vuestro misericordioso Pastor y ustedes son Mis ovejas que deben dirigirse hacia Mi Establo, hacia el Templo de Mi Corazón. En ese lugar nada los hará temer y no tendrán miedo de nada porque estarán en Mi Amor y en Mi Misericordia.
Me despido, bendiciendo los elementos sagrados, los cuales pueden traer hasta aquí en Mi Presencia.
La Comunión unifica el Cosmos y la Tierra, unidad perfecta entre las almas y Dios. Aquellos que comulgan de Mi Corazón, están unificados con el universo y reconocerán, al fin de los tiempos, las señales visibles que Yo traeré en Mi Retorno.
Les agradezco.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hoy tuvimos una experiencia genética con Cristo, y vamos a explicar de qué se trata esa experiencia genética que Él llevó adelante con cada uno de nosotros.
Cuando Él apareció, llegó como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús. En un momento de la Aparición, mostró que entre Sus Manos llevaba un símbolo.
Al principio no entendíamos qué era lo que nos quería transmitir, pero solo pidió que observáramos para pudiéramos compartir con ustedes.
Él siempre abre Sus Brazos cuando aparece para acogernos, para recibirnos, irradiando un gesto de amor y de fraternidad para nosotros.
Pero cuando Él abrió Sus Brazos, en la palma de Su Mano derecha había cinco gotas de Sangre, aquella Sangre que Él había derramado en la Pasión. Y no supimos bien como sucedió, pero cuando Él mostró estas cinco gotas de Sangre, Él se convirtió en un manantial de Sangre preciosa y un fuerte rayo de luz color sangre comenzó a traspasar nuestro ser físico, nuestra alma, nuestros cuerpos.
En un momento todo quedó en blanco y solamente sentimos Su Conciencia presente.
En una cuestión de segundos, Cristo nos llevó al momento de Su Pasión y a algunos momentos culminantes que Él vivió. Por ejemplo, Él nos llevó al momento en que fue flagelado y derramó Su Sangre, y nos mostró a nuestra Madre María recogiendo esa Sangre preciosa.
Cuando recibió la corona de espinas fue otro momento al que Él nos llevó, lo que Él sintió y lo que Dios realizó a través de ese sacrificio que Él ofertó.
Y también nos mostró el momento de la Cruz de una forma diferente a la que hemos conocido en la historia de la humanidad, porque hoy Cristo se propuso mostrarnos verdaderamente lo que sucedió cuando Él murió en la Cruz.
Él nos pidió que nos sintonizáramos, que meditáramos sobre Su Sangre, porque nos dijo que fue tratando varios aspectos durante Su Pasión. Por eso, Él nos pidió que nos concentráramos específicamente en el poder de Su Sangre.
En un momento le preguntamos por qué quería trasmitirnos esto en este momento. Porque el poder de Su sangre, decía Él, preparará el retorno del Salvador a la Tierra.
El ejercicio de concentración en la Sangre de Jesús, en la visualización de esa Sangre preciosa, como Él la llama, puede revelar a nuestras vidas y a nuestro espíritu muchos poderes que Él llama poderes divinos, poderes celestiales.
Después de que Él nos llevó por esos momentos de Su Pasión, nos vimos, como grupo, sumergidos dentro de esa historia de la Pasión de Jesús, al punto de que Él nos mostró los aspectos diferentes que teníamos en ese tiempo, cómo éramos físicamente, qué ropa vestíamos y qué papel cumplía cada uno en ese momento de la Pasión de Jesús.
Entonces, delante de todas esas cosas, le preguntamos por qué hacía todo eso, en ese momento, y Él no contestaba nada, estaba en silencio, y luego dijo: Yo lo revelaré en el Mensaje.
Lo más importante fue la experiencia que Cristo nos trasmitió para que pudiéramos comprender el poder de Su Sangre, porque Él necesita que nosotros adoremos y contemplemos Su Sangre de una forma espiritual. Así es como nos lo pidió en este día, porque Él dijo que quien se coligue con esa Sangre preciosa podría resolver y curar muchas cosas irreparables.
Entonces, hoy nos vimos delante de una importante experiencia espiritual para cada uno de nosotros, que vino directamente del Corazón del Maestro.
Fray Elías lee el Mensaje de Cristo Jesús para el día 5 de marzo de 2014.
En ese momento el Maestro empieza a trasmitir el Devocionario a la Poderosa Sangre de Jesús, como parte del Mensaje.
Y Él nos dijo al final:
Mediten sobre lo que hoy les entregué. Son llaves secretas de Mi Trasfiguración.
Bajo el Poder de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por caminar a Mi lado!
Cristo Jesús
Madre María Shimani:
Mientras el Fray estaba leyendo, estaba recordando que tanto Cristo como nuestra Madre Divina nos dijeron que para este nuevo ciclo en este año, Ellos nos iban a revelar nuevos misterios celestiales, mucha información crística que la humanidad necesita saber para poder enfrentar esta purificación que estamos comenzamos a vivir, este apocalipsis que esperábamos hace tanto tiempo.
Así que están llegando todas estas dádivas y estas Gracias desde el Cielo, para que cualquier persona sobre la Tierra sea salva.
Quedemos con esta reflexión en el corazón y hoy antes de dormir, agradezcamos mucho con nuestra consciencia. La gratitud es uno de los caminos más cortos para llegar a Dios.
¡Gracias a Dios por cuánto nos das!
Gracias a todos los que nos acompañaron hoy.
Queridos hijos:
En este día especial, abro nuevamente Mis brazos para derramar sobre el mundo la Misericordia de Dios. Mi Inmaculado Corazón en este día desciende en Gloria y en Espíritu sobre Curitiba, aportándoles para vuestra rápida madurez doce pasos para alcanzar la humildad:
Primero, ver la necesidad del prójimo antes que la propia.
Segundo, reconocer que sin Dios nada se puede hacer.
Tercero, tener un corazón puro, para poder tener una mente pura y en consecuencia un sentimiento puro.
Cuarto, saber que sin Cristo los caminos quedarán inconclusos.
Quinto, considerar como vital la oración permanente y devota.
Sexto, aprender a ser humilde mediante las enseñanzas del Evangelio de Cristo.
Séptimo, ser un instrumento de bien y de caridad para todos.
Octavo, reconocerse como un apóstol y servidor de Cristo.
Noveno, renovarse todos los días a través de los buenos gestos de amor y de hermandad entre los semejantes.
Décimo, vivir todos los días la Pasión de Cristo como un acto y un sacrificio de amor.
Décimo primero, vivir plenamente la unidad con Dios.
Décimo segundo, vaciarse de sí mismo para poder ser llenado por el Espíritu Santo.
Si estos doce simples pasos son experimentados por los buenos corazones, el Señor los ayudará y les mostrará cuán importante es aceptar y vivir la humildad del corazón. Un corazón humilde escucha, no juzga ni cuestiona, se abre para recibir la instrucción del Cielo, después ora y medita en su interior con gratitud y alegría.
Hijos Míos, el mundo ha perdido la humildad, por eso Dios viene nuevamente a vuestro encuentro por intermedio de Mi Corazón Materno. Oremos para que la santa humildad, aquella que les permitirá que se reconozcan como dignos hijos de Dios, pueda gestarse como nueva semilla en vuestros corazones.
Como Madre y Guardiana de todos los corazones, hoy Yo estoy aquí para transmitirles Mi Sagrada Humildad.
Si en verdad el mundo entero orara de corazón y realizara al menos un pequeño acto de caridad y de bien, encontraría el camino de la humildad; pero el enemigo ha conseguido retirar de los buenos corazones esta Sacratísima Llama de la Humildad, por medio de las tentaciones y de los deseos por las cosas modernas y avanzadas.
Queridos hijos, en oración día y noche, Yo clamo a Mi Amadísimo Hijo para que los pocos que hoy son humildes ante los ojos de Dios no pierdan la luz en el camino. Como Madre y Defensora de las almas de Mi Padre, Yo vengo al mundo por última vez para derramar el don de la humildad, sobre aquellos corazones que en verdad se abran para dejar de vivir para sí mismos y, desde este nuevo tiempo, comenzar a vivir en la santa humildad.
El camino de la humildad es para los valientes y en verdad Yo solo lo encuentro entre las almas más simples.
Conságrense todos los días a la Sagrada Familia, para que los tres Sagrados Corazones de Jesús, María y José reflejen, como espejos celestiales, los dones de la humildad y de la nueva vida sobre la Tierra.
Recuerden, queridos hijos, la proclamación que Dios una vez envió para Mi Sagrado Corazón diciendo:
"Mi Alma glorifica al Señor,
Mi Espíritu se alegra en Dios Mi Salvador,
porque miró a Su pobre Sierva.
Por eso de ahora en adelante,
me proclamarán Bienaventurada todas las generaciones,
porque en Mí realizó maravillas Aquel que es poderoso
y cuyo nombre es santo.
Su Misericordia se extiende de generación en generación
sobre los que Le temen.
Manifestó el poder de Su brazo:
derribó a los corazones soberbios.
Derrumbó del trono a los poderosos y glorificó a los humildes.
Sació de bienes a los indigentes
y dejó con las manos vacías a los ricos.
Acogió a Israel, Su Siervo,
recordándole Su Misericordia,
conforme lo prometió a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su posterioridad para siempre".
Guarden en vuestros corazones este lema celestial y pidan a Dios por la santa humildad.
¡Les agradezco por responder en humildad a Mi llamado!
Los ama, los bendice y los cura,
María, Reina de la Paz y de la Santa Humildad
Las almas más preciosas son las que todos los días alegran Mi Corazón porque Me adoran y se consagran a Mi Presencia Eterna.
Por eso, todo el tiempo debo cuidar de esas almas que por varias razones han venido al mundo para redimir sus vidas y sus pasados. Por Mi Infinita Misericordia esas almas pueden liberarse de las condiciones pasadas, las que no les permiten dar los pasos seguros hacia Mí. Yo sostengo en Mis Brazos a cada una de las almas para llevarlas Conmigo hacia el Reino Mayor de Mi Padre.
En estos tiempos, las almas consagradas ingresan en el ápice de fuertes experiencias y aprendizajes, lo que les permitirá madurar con sabiduría y discernimiento. Todas estas almas son tesoros en Mi Reino porque en ellas Yo derramo Mis Gracias y Mi Paz, para que por siempre irradien al mundo los Dones Sagrados del Cielo.
Bajo el Amor Infinito de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar sus almas en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Fray Elías del Sagrado Corazón: Al final del mensaje, Cristo transmitió un nuevo sagrado ejercicio de oración que, según Sus Instrucciones, nos ayudará a enfrentar el fin de los tiempos y, sobre todo, a anular la influencia de los pecados capitales. Este ejercicio es considerado por Cristo un escudo de protección contra esas energías.
La Poderosa Novena a Jesucristo Misericordioso proviene de una emanación interior de oración que brota perpetuamente del Corazón de Jesús.
Esta novena es un diálogo directo con la Fuente Creadora, de la cual han surgido las esencias de todas las criaturas. El alma que Me venere por medio de esta sagrada novena ingresará en el momento histórico en que Cristo vivió Su Vida Pública y Su Pasión; así recogerá, en espíritu, los Frutos Divinos que el Maestro dejó grabados en la consciencia de este mundo.
Quien invoque a Jesús por medio de esta sagrada novena, se aproximará a los Poderes Celestiales que el Padre le concedió en el momento de Su Nacimiento y en los primeros momentos de Su Vida Pública, de Su Pasión, de Su Muerte y de Su Resurrección.
Este ejercicio de oración deberá rezarse durante nueve días con la intención purísima de poder recibir los mismos Méritos Espirituales que Jesús recibió cuando Él estaba sobre este mundo. Esta Gracia, que hoy Yo les concedo en este tiempo de caos, es semejante a la del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración² . Las señales de la Transfiguración y de la Pasión de Jesús representan para las almas la primera escuela de aproximación a Jesús.
Ahora, la Poderosa Novena a Jesucristo Misericordioso simboliza el ingreso en un estado más profundo de consciencia y de oración. Les revelo que podrán permanecer en la misma vibración crística, en el mismo estado de Cristo.
Esta poderosa novena intentará ayudar a todos, en especial a los que de manera consciente se han consagrado, de por vida, a Cristo Jesús. Ella intentará transubstanciar, es decir, cambiar de estado celular y mental todos los hechos que han condicionado el despertar espiritual de las almas a la Vida Divina. Esta poderosa novena les traerá el impulso de los Méritos Divinos que Cristo alcanzó durante Su trayectoria sobre la Tierra.
Este ejercicio aspira a transfigurar los estados internos de cada ser, tornándolos principios divinos y sublimes. Para eso, el trabajo de oración con la poderosa novena deberá ser constante, sin prever tiempo de término en semanas, meses o años. Ahora cada alma sabrá reconocer la importancia de volverse un fiel instrumento de Dios.
Esta Gracia es vertida especialmente para transformar algo que ahoga al mundo, que son los llamados pecados capitales; esta novena servirá de escudo ante la presencia de esas energías.
Buen trabajo de interiorización y de expansión de consciencia.
Vuestro querido Maestro, Cristo Jesús
Poderosa Novena
a Jesucristo Misericordioso
Primer día
En el primer día orarán para trascender el control humano por medio de la Santísima Pureza que Cristo encarnó durante Su especial nacimiento en el pesebre de la ciudad de Belén. En este hecho, podrán ver manifestado el primer poder del Espíritu Santo, que fue la encarnación sublime de Dios con la venida del Mesías Jesús.
Con todo fervor y determinación interior rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por el poderoso nacimiento de Cristo en la Tierra,
Santísimo Espíritu de Dios,
trasciende nuestra materia
para que encarne en nosotros
el Poder de la Divina Pureza.
Amén.
Segundo día
En el segundo día orarán para expulsar de la consciencia la condición humana que a lo largo de los tiempos ha despertado, por obra del enemigo, la tentación, el orgullo, la avaricia y la gula, energías capitales que cercaron los caminos de luz de las almas buenas.
Con fe y convicción rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por la Sagrada Humildad
expresada por la Divina Familia
y a través del Amor Puro
que Jesús Niño irradió al mundo,
Señor, expulsa de nuestros seres
todo el dominio que el enemigo ha construido.
Amén.
Tercer día
En el tercer día orarán a Dios implorándole Misericordia por intermedio de la Divina Piedad que Jesús derramó durante Su Vida Pública. Suplicarán al Señor que libere a los corazones de los pecados de vanidad, de posesión, de soberbia y de maldición que hayan vivido alguna vez.
Con consciencia y verdad rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por el Sagrado Milagro de Jesús
en las bodas de Caná,
sean convertidos todos los seres
para que al fin despierte en el mundo
el amor verdadero por el Creador.
Amén.
Cuarto día
En el cuarto día recordarán las benditas curas que Jesús realizó a ciegos, paralíticos y mudos. Así pedirán a Dios la cura profunda de sus almas y de los aspectos que marcaron heridas imborrables en su evolución. Solicitarán a Dios que, por el poder curador de Jesucristo, todos los hechos sucedidos en la vida de las simples almas sean curados por Jesús, como Él curó a los enfermos, en aquel tiempo.
Con devoción y misericordia rezarán 33 veces la siguiente oración:
Que las Poderosas Manos de Jesús
y Sus Rayos de Misericordia
se posen sobre nuestros corazones
para que la Luz del Reino de Dios libere las amarras
y cure para siempre todas nuestras heridas.
Amén.
Quinto día
En el quinto día glorificarán a Dios porque Él envió al Hijo Salvador para que quitara la sed espiritual del mundo. Recordarán, entonces, el momento en el que la samaritana le ofrece a Jesús el agua fresca del pozo, y Cristo a cambio le ofrece el Agua de Vida.
Que en este Misterio Divino sus vidas puedan ser lavadas por la Bendita Agua que brotó intensamente del Costado de Jesús en la Cruz, para que omisiones, crueldades, agravios, ultrajes e indiferencias, pecados que la humanidad generó a lo largo de los siglos, sean transmutados por los Códigos Sagrados del Agua de Vida, y que la cura se manifieste en todas las consciencias.
Con amor y compasión rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por el Agua de Vida y Redención
que brotó del Costado de Jesús,
los poderes bautismales de liberación y perdón
desciendan sobre nuestras vidas.
Amén.
Sexto día
En el sexto día orarán al Padre para implorarle Misericordia por los que perpetuamente se culpan y se condenan sin haber cambiado nada en sus vidas. Recordarán ahora el momento en que Jesús es condenado a muerte; meditarán en este Misterio de Vida que Cristo entregó para todos y así entenderán que en la absoluta entrega de sí se encuentra la llave de la transformación de la consciencia.
Contemplando este Misterio de la Entrega de Jesús por la humanidad, rezarán con esperanza y alegría 33 veces la siguiente oración:
Por la grandiosa Entrega de Amor de Jesús
en los brazos de la Cruz,
Emmanuel, Sagrado Padre,
concédenos la Gracia de la Entrega permanente
por nuestros semejantes.
Amén.
Séptimo día
En el séptimo día de la poderosa novena volverán con la memoria hacia el momento del encuentro de Jesús con Su Madre en el camino del Calvario.
Que el poder maternal del amor, que todo sustenta y todo resuelve, permita liberar al mundo de todas las constantes caídas y perdiciones a las que se encaminó.
Que por ese importante hecho de amor absoluto entre el Hijo de Dios y la Madre de Dios, las almas más débiles reciban la Gracia de afirmarse en el camino del espíritu por medio de la fortaleza suprema que Cristo vivió durante Su Pasión.
Que esa misma fortaleza lleve a los consagrados a Cristo a abstenerse de toda tentación y energía que los seduzca a desviarse del camino del buen peregrino. Que la Fe de Cristo remueva los obstáculos para que los hijos del Padre caminen en libertad hasta el Paraíso.
Con apertura y piedad rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por la divina y suprema Fortaleza de Jesús
durante Su Sagrada Pasión,
Padre, afirma en nuestros seres la Fe eterna,
sublime fuego de eterna ascensión.
Amén.
Octavo día
En el octavo día, abrirán la puerta celestial para recibir la Divina Piedad que Cristo, glorificado en espíritu y en consciencia, expresó después de haber sido bajado de la Cruz.
Que ese Misterio del Amor Invencible que todo restaura y todo transforma, a pesar de los errores cometidos, pueda encarnar como luz infinita y permanente en los corazones que se decidieron a vivir el camino del apostolado.
Que la Divina Piedad Crística transfigure, sin detenimiento, los duros aspectos de la inconsciencia, aquellos que se guardan y que prevalecen amedrentando a los servidores. Que el sublime fuego de la Piedad que Jesús expresó después de la Cruz, para el mundo entero, remueva las dificultades de los que no pueden vivir la castidad, la austeridad, el desapego, la impersonalidad ni la entrega de corazón a Dios.
Con paz y firmeza rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por la Divina y Poderosa Piedad
que Cristo esparció por amor al mundo entero
en los brazos de la Santísima Virgen María,
Suprema Madre, acógenos ahora y siempre
en el corazón de Tu Reino.
Amén.
Noveno día
En el noveno y último día de la poderosa novena, meditarán sobre cada uno de los ocho Misterios anteriores que Jesús dejó grabados como luz para el mundo. En este día deberá surgir la síntesis de todo el trabajo orante y espiritual. Los Códigos Crísticos ya deberán estar latentes en los corazones que, con tanto amor, invocaron los anteriores ocho poderosos Misterios Divinos de Cristo.
Hoy, recordarán el momento de la Sagrada Resurrección de Jesús al tercer día y verán en este hecho el poder del Hijo de Dios que, en profunda humildad después de haber sido condenado, martirizado y humillado, resucitó glorioso venciendo la muerte espiritual que condenaba al mundo entero.
Que por medio de ese Misterio las almas que luchan sin descanso, las que trabajan verdaderamente por cumplir el Plan de Dios, sean liberadas de todo mal y que ellas consigan, a través del amor a la Resurrección de Cristo, redimir los aspectos profundos que condenan a la consciencia. Que se levanten de donde han caído y así puedan vencer como Jesús la muerte espiritual que genera el pecado del mundo, y que todos los corazones se eleven hasta los pies del Sagrado Altar del Creador.
Con presencia y fidelidad rezarán 33 veces la siguiente oración:
Por la Gloriosa y Victoriosa Resurrección de Jesús,
que los Sagrados Rayos Celestiales
desciendan sobre nuestras vidas
para que reine la Vida Omnipresente de Dios.
Amén.
Cristo Jesús, el Instructor Al término de la novena, si el orante quisiera recomenzarla, deberá hacer una pausa por lo menos de un día.
2. Ejercicio espiritual entregado por Cristo Jesús en abril de 2012. Para más informaciones, ver el libro 7 días con el Maestro Jesús de Nazareth, de los mismos autores, Editorial Irdin.
En este día de piedad, Yo los invito nuevamente a recordar Mi Pasión en la Cruz. En estos hechos significativos encontrarán la fortaleza para los momentos de confirmación y de desafíos.
Los pasos que están dando algunos de Mis nuevos discípulos van cambiando el rumbo de la vida planetaria y, así, la Gracia de Dios está llegando a los corazones más dañados por las artes del mal.
En esta Hora de Infinita Misericordia, Mi Corazón reúne a los Míos para indicarles el próximo paso que deben dar en la senda de la cristificación del corazón. Por eso, estén atentos a Mis Anuncios. Guarden en sus corazones Mis Palabras de luz, las que les darán la vida eterna y, firmes, caminen en busca de Mi Divino Propósito Crístico.
Vayan en paz, y en reverencia glorifiquen al Dios del Amor, porque en este día de inmensa alegría y consagración del mundo entero, la humanidad está recibiendo la Gracia de la Redención.
Bajo la Luz Infinita de Dios, sean bienaventurados ahora y siempre.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Sol de la Eterna Gracia
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más