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Cada nuevo año, en el que se celebra la victoria y el triunfo de la Pasión de su Maestro y Señor, las fuerzas contrarias a la evolución, que están gobernando al planeta, se ven amedrentadas por la aproximación de la Luz Cósmica de Cristo.
Es en estos días decisivos en los que los infiernos de la Tierra se sienten oprimidos y bloqueados por el descenso de la Luz Divina a través de Cristo.
Diversas acciones y movimientos contrarios son llevados adelante por Mi adversario, ya que la hora de su juicio se aproxima y nunca más volverá a escapar engañosamente.
Es así, que los Universos Superiores son movidos por los impulsos que emanan de la Fuente, y una especie de derrota universal se establece por los méritos alcanzados por el Amor de Cristo.
Todo lo contrario que suceda, será reflejo de esa inminente derrota, que el Arcángel Miguel llevará adelante para cerrar los espacios inciertos.
Mientras ustedes se mantengan en oración y en vigilia, estarán protegidos y amparados de todo peligro.
Por ese motivo, vengo para pedirles a los orantes que, por primera vez en esta próxima Sagrada Semana 2019, transmitan a través del canal “Orando por la Paz” la “Trilogía Espiritual de Oración, Devoción y Contemplación” a fin de amparar y de proteger todo lo que su Maestro llevará adelante durante los ocho días de la Sagrada Semana.
¡Les agradezco por acompañarme!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mi Cuerpo espiritual y divino está llagado por las indiferencias y las deudas del mundo.
Este Cuerpo espiritual, en el que mora el Dios vivo, está siendo ultrajado por los hombres y sus acciones, y por ahora nada lo puede detener.
Por los méritos de Mi Pasión y por las oraciones de los simples es que ese Cuerpo espiritual consigue alivio y restauración, porque las ofensas que emana la humanidad de hoy son realmente terribles.
Por la Sangre derramada del Cordero y la fe de los creyentes en Cristo será que el peso de esa deuda espiritual podrá ser aliviado, y al menos una parte de la humanidad podrá respirar un corto período de paz, antes de que todo se desate.
En Mi Cuerpo espiritual está la Iglesia Celestial de Dios y en ella, el Cuerpo Místico que es su pueblo en redención.
En esa unión del Padre con Sus hijos se encuentra la puerta para revertir las grandes deudas de la humanidad.
Ya estamos en el tiempo de la redención y esa Gracia estará siendo concedida a todos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Me entrego, de tiempo en tiempo, para que las almas aprendan algún día a amarme, a reverenciarme y a reconocerme.
Si Yo no Me hubiera entregado en la Pasión y en la Cruz por ustedes, nunca hubieran tenido la posibilidad de vivir una vida dedicada a la unión Conmigo y a la profesión de la fe.
Por eso, aún Me sigo entregando al mundo de diferentes formas y, a pesar de que la mayoría no Me reconozca, Su Maestro y Señor se sigue entregando porque algún día todos despertarán y tomarán consciencia de que el Hijo de Dios fue quien se entregó por verdadero amor a cada uno de ustedes.
Mientras tanto, en la mansedumbre de Mi Corazón espero a los que Me corresponderán, para que aprendan a servir a lo Divino y a lo Supremo.
Espero a los que en algún momento tomarán consciencia de lo que significa estar en Mí y de la oportunidad que representa vivir por medio del misterio de Mi Amor.
Algún día todos Me reconocerán, sin importar la religión o la fe, porque el Amor que Yo derramo es para todos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hermanos:
Vengan a Mi Templo de Luz. Las campanas ya están llamando. La hora de la ofrenda se aproxima. Preparen sus lámparas de aceite, porque el Sacerdote Mayor llegará. Vistan los atuendos de la consagración. Que las hijas del Altísimo cubran sus cabezas con el velo de la consagración.
Es hora de entrar al Templo y que los sacerdotes menores canten los himnos de la consumación final.
Prepárense, las campanas del Gran Templo ya están llamando y su sonido resuena en todos los mundos internos, en todas las almas, en todos los corazones.
El Señor del Universo está descendiendo bajo el poder de la Gloria de Dios. Mientras tanto, que sus corazones sientan el sagrado suspenso del Gran Momento en el que las puertas del Cielo se abrirán para conducir a las almas hacia el Reino del Señor.
Pero en la memoria de los Míos quedará el recuerdo de la Pasión del Señor. Así los creyentes y devotos se postrarán, cabeza al suelo, cuando escuchen en el cielo el estruendo y vean la luz de la llegada del Señor.
Todo se volverá a renovar y todos tendrán la gracia de poder hacer penitencia.
Las campanas están llamando. La Sagrada Semana se aproxima, y son invitados a comulgar de ese importante encuentro.
Despierten.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cada día que se aproxima a la conmemoración de la Pasión de tu Señor, prepara tu corazón.
Prepáralo con cantos y oraciones, prepáralo con silencio y con consciencia, sabiendo que Cristo traerá, con Su Presencia, un nuevo ciclo a la Tierra.
Deja que tu corazón inspire a otros y también a la propia consciencia de la Tierra, para que todos estén preparados para estar delante del Señor.
Hoy Él viene en Espíritu, mañana vendrá en Gloria y después llegará el tiempo de conocer Su verdadera Faz, pues un día las profecías se cumplirán; un día verán al Señor y a Sus misterios, cara a cara.
Será ante la Presencia de Cristo que comprenderán, verdaderamente, Sus Palabras guardadas en los Evangelios. Él les revelará, con una simple mirada y con el movimiento de Sus Manos, todo lo que estuvo oculto en Su enseñanza. En ese momento los hombres reconocerán sus limitaciones y su ignorancia y se abrirán, en humildad, a la nueva vida.
La Presencia de Cristo hablará por sí misma. Su mirada removerá el mal del interior de los hombres y Su Corazón se multiplicará en los corazones de los que lo hayan esperado con amor.
Preparen sus corazones para vivir lo que les digo y no tengan miedo.
Después de todas las pruebas de la humanidad, las profecías celestiales se cumplirán y todo será como fue dicho.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Llegó el momento de acompañar al Señor en el calvario de estos tiempos.
Pero ahora, ustedes ya no serán el Cireneo que acompaña Sus pasos; ya no serán las santas mujeres que lavan la Sangre del camino con sus lágrimas; ya no serán los verdugos que intentan contener sus almas en medio de tanto odio que no saben de dónde proviene y que, al final de todo, se curarán con la potencia del Amor de Dios; ya no serán aquellos que viven la Pasión del Señor con los ojos y con el corazón.
Hoy, Cristo será el Cireneo que acompaña sus caminos. Sus lágrimas lavarán las heridas de la Tierra y saciarán la sed de los que viven en el desierto de su propia cruz. Ahora, hijos, son ustedes los que deben dar ese paso.
La cruz del mundo no será como la Cruz del Calvario, porque sus méritos deben ser otros. Su propósito es renovar y superar todo el amor ya conocido en la Tierra como en el Cielo. Por eso, vivan el momento presente con gratitud y estén atentos a cada nuevo día que trae consigo un paso con la cruz.
Sepan decir "sí" al Cáliz que el Señor les da de beber y, como Su Hijo, sepan decir: "Que se cumpla Tu Voluntad y no la Mía".
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Cáliz ya está entre Mis Manos y desde ahora preparo el Altar para volver a celebrar la Pasión, la Muerte y la Resurrección de su Maestro y Señor.
Los ángeles también preparan el escenario en donde se oficiará la historia de la vida de su Señor.
Todo es preparado interiormente para que las almas, que serán recibidas durante la Semana Santa, sientan los impulsos de Luz de Mi Corazón.
Todo cambiará, todo mudará cuando las almas vuelvan a vivir y a sentir la alianza espiritual con su Maestro y Señor.
Ahora todo es preparado, hasta el más pequeño detalle, para que el caudal de la Divina Misericordia encuentre afluentes dentro de los corazones que se abrirán para reconocer el sagrado sacrificio de su Señor.
Todo es preparado con amor y devoción para que la unión entre el Cielo y la Tierra se establezca, más allá de todo lo que sucede en el mundo.
Este es el tiempo de más revelaciones. Este es el ciclo de las confirmaciones de los corazones con el Plan de Dios.
Está llegando la Sagrada Semana. Está llegando el Maestro, Señor y Redentor.
Ábranse desde ahora y participen del sagrado encuentro.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Acompaña con tu corazón el despertar de los Nuevos Cristos, que nacen del sacrificio, del martirio, de la entrega y, sobre todo, del amor.
Los Nuevos Cristos nacen del silencio, de la renuncia, de la castidad, de la vigilia y, sobretodo, de la unidad con el Padre.
Los Nuevos Cristos nacen del vacío, de la fe, del desierto y, sobretodo, de la incondicionalidad ante Dios.
Los Nuevos Cristos nacen delante de los Ojos del Creador y casi siempre serán conocidos solo por Él.
Entra, hijo, en diálogo con Dios, para que Él haga de ti parte de Su legado de Amor, una continuidad del Plan de Su Hijo, semilla de los méritos de Su Pasión, fruto de Su Sangre y de Su entrega.
Aspira a ser, tú también, un Cristo del Nuevo Tiempo, aquel que renueva el Amor del Padre y del Hijo colmado por el Espíritu Santo y que reconstruye, así, la unidad entre el Creador y Sus criaturas, dando a Dios la posibilidad de renovar Su Creación.
Tienes Mi Bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sin que ustedes lo esperaran, hoy he venido por expresa Voluntad de Mi Padre, para decirles que estaré regresando para entregarles Mis impulsos espirituales diarios a partir de este día, 20 de marzo de 2019, numéricamente especial para el Universo de Dios.
Toda la Jerarquía Espiritual está atenta a las grandes necesidades espirituales e internas de la humanidad.
Pero en este ciclo, en el que Mi Palabra deberá ser llevada a la práctica, los impulsaré y los guiaré con nuevas y precisas instrucciones para que sus mundos internos y sus almas se sientan guiadas.
Por esa razón, el Padre Me ha pedido que, por los méritos infinitos de Mi Pasión, ofrezca Mi Divina Consciencia a los que seguirán trabajando diariamente en su transformación y redención.
Es así que, a partir de hoy y por un periodo indeterminado, estaré regresando con toda la Gloria de Dios para acompañar a la humanidad en este momento crítico y decisivo que está atravesando.
Y especialmente vendré, a pedido de Mi Madre, por los que merecen y claman por los méritos de Mi Divina Misericordia.
Vendré en este ciclo para seguir revelándoles la Verdad y, sobre todo, para evitar la sustitución de la fe y de la enseñanza cristiana por la idolatría y el fanatismo mundial y religioso.
Durante la próxima Sagrada Semana sembraré las últimas semillas.
¡Les agradezco por guardar Mis impulsos en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mensaje transmitido en el huerto del Monasterio de la Asunción y del Divino Espíritu, en Uruguay, donde fue colocada una fuente con una imagen de Nuestra Señora del Huerto.
Como el agua que brota de las fuentes consagradas a la paz, que las bendiciones divinas se derramen sobre sus almas y corazones y que, a través de ustedes, lleguen al mundo entero.
Que las Bendiciones que Dios vierte sobre sus vidas se multipliquen y lleguen a cada corazón de este mundo.
En este huerto consagrado a la oración, a la contemplación y a la redención de las almas y de los Reinos de la Naturaleza, el Creador encuentra reparación y esperanza. Que cada ser que llegue aquí recuerde siempre que tiene la oportunidad de orar y reparar el Corazón de Dios, así como Su Hijo lo hizo en el Huerto Getsemaní, y así como Su Madre Divina lo continuó haciendo, una y otra vez, al recorrer en oración los sagrados lugares de la Pasión de Cristo.
María Santísima llegó al Huerto Getsemaní para revivir allí la agonía del Señor y así mantener vivos los méritos de Su Pasión y multiplicarlos. Su oración reparaba el Corazón de Dios y sobre todo el Corazón de Cristo, eternamente flagelado por la gran indiferencia de los hombres.
Que este huerto, hijos, sea para ustedes como entrar en el Huerto Getsemaní y compartir con el Señor Su agonía, reparando Sus Llagas y heridas, generando méritos para la salvación de las almas y para la institución de la Nueva Vida.
Siempre entren aquí con gratitud y alegría por poder servir al Corazón de Dios y en Él a todos los Reinos de la Naturaleza. A través de sus oraciones, unidas a los diferentes Reinos en comunión, los ángeles del Señor repararán el sufrimiento y el ultraje que viven los Reinos de este mundo. Por eso, encuentren aquí un espacio de servicio que, a pesar de ser oculto y silencioso, cruza las fronteras y las dimensiones, y toca el Corazón de Dios.
Por eso Él los bendijo, bendijo esta fuente, este lugar y sus vidas, para que los frutos de su redención sirvan de auxilio para muchas otras almas.
Yo los amo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Treinta y tres son las constelaciones principales de este Universo que llevan adelante la vida evolutiva, lugares de los cuales muchos provienen y que han venido con un motivo especial a la Tierra, para formar parte de esta escuela de redención y de perdón que Mi Hijo les viene ofreciendo desde el principio.
Nadie podrá entrar al Reino de Dios sin antes pasar por esta escuela.
Es necesario que el Universo se vuelva a recrear en base a sentimientos de paz, de amor y de caridad, en base a experiencias de redención y de perdón; de un sentimiento capaz de ir más allá de todo, así como lo hizo Mi Hijo hasta el último momento en lo alto de la Cruz.
Pero Él reunió en aquel tiempo a todos los que necesitaban de redención y de perdón, no sólo los que estaban presentes durante el acontecimiento de la Pasión de Mi Hijo recibieron esa gran oportunidad universal, sino también todas las constelaciones que forman parte de este sistema de vida, del cual la Tierra también forma parte desde hace mucho tiempo.
Pero para que esta humanidad alcance un nuevo estado de consciencia, será necesario vivir la escuela de la redención y del perdón colocando a los pies del Creador todos los acontecimientos, todas las experiencias y todos los hechos que modificaron Su divino Plan de Amor.
Por eso, hijos Míos, hoy les digo a todas las criaturas de la Tierra que estamos ya en el tiempo de vivir esa redención, para poder definitivamente trascender el sufrimiento y las secuelas que el dolor deja en la vida de los seres humanos.
Ya no es necesario aprender más de los errores, es necesario aprender del amor, de un amor incondicional y vivo que es capaz de dar la vida por el otro, así como Mi Hijo la dio por cada uno de ustedes.
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo en la Tierra y vivió Su Pasión, se abrió la puerta de la gran oportunidad para la humanidad y aún esa puerta está abierta a pesar de los errores presentes, es la puerta que Nosotros cruzamos cada vez que venimos del Universo a la Tierra para anunciar la Palabra de Dios, para entregar las gracias a Mis hijos y para dar nuevas oportunidades a todos los que las despreciaron por alguna razón.
Todos, absolutamente todos, están ante esa puerta de redención. Esto va más allá de la religión, de la sociedad, de los pueblos o de las naciones. Va más allá de los errores que hayan cometido en el Universo porque esa puerta está abierta por el Amor de Dios, por el Amor que Él tiene por cada uno de Sus hijos, a pesar del desprecio que Él recibe en este tiempo.
Eso también es obra de la divina e insondable Misericordia, a fin de que todas las criaturas que vinieron del Universo, y que hoy están presentes en esta humanidad, no pierdan esa oportunidad de redimirse y de amar incondicionalmente así como Jesús los amó.
Ante la revelación de estos tiempos es importante tener consciencia de lo que estamos viviendo, hijos Míos, porque esa oportunidad que hoy ustedes reciben, también la pueden recibir sus hermanos del mundo entero, buscando de una manera precisa y objetiva que las almas puedan despertar a lo que vinieron a realizar a la Tierra y puedan hacer parte de sí el Plan Divino de nuestro amado Padre Creador.
El Universo no sólo gira en torno a este mundo. El Universo es algo más que el Universo en sí. Él es más amplio de lo que parece, más vasto de lo que tiene, más infinito de lo que posee.
El Universo aún está por mostrarse a la humanidad. Sólo en los últimos tiempos, el Universo se mostró a través de la Jerarquía espiritual, con el fin de buscar el despertar de la humanidad, con el fin de entregar la advertencia de estar desviándose del Propósito de Dios, yendo por el camino de la autodestrucción.
Por eso la intervención divina se da de tiempo en tiempo, así como la intervención de la Jerarquía espiritual en diferentes regiones del planeta, con diferentes culturas y con distintos impulsos de luz que llegan de la Fuente de la Creación para traer consciencia al hombre de superficie.
Es así que hoy el mundo entero, en este día 13 de marzo de 2019, está ante la presencia de su origen, de la oportunidad de recapacitar espiritualmente y de enmendar todos los hechos por más que ellos sean desconocidos y lejanos.
Hoy los primeros velos de la consciencia caen de sus rostros para que puedan ver la realidad que deberá ser redimida y perdonada, porque esa realidad ya no estará en la Nueva Tierra, no estará en el sentimiento ni en la consciencia de la Nueva Humanidad. Todo, absolutamente todo, será transformado especialmente en este tiempo de transición y de caos.
La ampliación y la profundización del amor en la consciencia del ser humano, será la gran llave del fin de estos tiempos que podrá remediar el caos que existe en las naciones, traer paz donde ya no existe y fraternidad donde hoy no se vive.
Esa llave del amor que está en sus manos y especialmente en sus corazones, será la puerta que Cristo utilizará para retornar a la Tierra.
No será una alegoría, será una realidad viva que llegará de la noche a la mañana.
Por eso, es el tiempo de que el mundo entero resuelva sus deudas, perdone sus conflictos y trascienda los errores por la ayuda de la intervención divina que en este día el Universo les da.
Cada nueva consagración de Hijos de María es la oportunidad de ampliar ese conocimiento divino y de aproximar esta revelación a la consciencia humana, de lo que existe en el Universo, así como de lo que existe dentro del universo interior de cada ser.
Este es el momento en donde se puede profundizar el conocimiento, en donde las almas se pueden volver más conscientes de todo lo que hicieron para poder enmendarlo y perdonarlo, para poder vivir finalmente el propósito que los trajo aquí.
Por eso hoy la consagración de Hijos de María será especial para Mí, porque va más allá de su persona, va más allá de sus espíritus, llega muy cerca del Propósito Divino, del motivo principal y primordial que esta consagración generará en la humanidad y no solo en un grupo de personas.
Con esa expansión de consciencia es que hoy los llamo aquí para que vengan a consagrarse, porque estarán haciendo votos no solo con sus mundos internos, con el propósito que los trajo aquí, sino también estarán haciendo un voto con la humanidad, sabiendo que la humanidad finalmente deberá aprender a vivir la Voluntad de Dios, que ya no será necesario pasar por tantos errores y sufrimientos para poder aprender algo.
Hoy es la escuela del Amor que Yo les ofrezco a los Hijos de María, especialmente a los que hoy se consagran y colocan a Mis pies la oferta de su corazón y de su vida para alcanzar algún día la Voluntad de Dios.
Que hoy la llama espiritual de sus corazones esté encendida para que la sabiduría esté presente en la Tierra, más allá de los acontecimientos o de las pruebas, para que siempre la Sabiduría de Dios, como una llama viva, los lleve al Amor de Dios y a la experiencia del perdón, que deberá ser vivida en este tiempo con profunda sinceridad y verdad.
Escuchando el himno de su consagración, hoy volvemos a renovar los votos ante el Padre Celestial en el camino de la persistencia y de la fe, de la constancia, de la caridad y del bien por encima de todo mal o de toda prueba, de toda dificultad o de toda enfermedad, confiando plenamente en la Presencia de la Divina Gracia, en el Universo de la Misericordia de Dios, que en esta noche los congrega en la Presencia del Divino Espíritu para consagrarlos y bendecirlos, en el nombre del Amor.
Que estas flores que fueron colocadas hoy a Mis pies, no sólo sean recibidas por los que hoy se consagrarán, sino por todos los que están aquí, que Me acompañaron aquí, hasta Aurora, para apoyar a su Madre Celeste en este impulso de la nueva revelación que el Universo de Dios les está entregando para que se pueda vivir el perdón y la redención.
Que estas flores que hoy dejaron a Mis pies les recuerde el retorno a sus orígenes, a su esencia interior, a su pureza original, a su verdad, la verdad que Dios les colocó desde el principio como esencias, como almas, como espíritus.
Que estas flores, estas rosas, les recuerden siempre la Verdad de Dios, y especialmente la infinidad de Su Amor y de Su Sabiduría, presente y viva en toda la Creación.
Que sus vidas, hijos Míos, algún día se conviertan en una flor, para que la Luz del Cristo, del Cristo vivo, se irradie a la Tierra, Amén.
Yo los bendigo, los consagro y los despierto a la verdad universal, a la verdad del amor, a la verdad de la sabiduría y de la cura que todos los seres pueden vivir para alcanzar la felicidad celestial de estar en Dios y con Dios para siempre.
Yo los bendigo, con la autoridad que Mi Hijo Me concedió y por los méritos de Su preciosísima y divina Pasión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pueden cantar.
Les agradezco
Queridos hijos:
Su Madre Celeste está preparando la llegada de Su Hijo a Aurora.
Por este motivo, y por Su divina orden, los ángeles del Cielo aprisionaron a centenas de demonios que castigan e instigan a las almas a seguir el camino de la ilusión y de la perdición.
Estas criaturas inferiores, a pesar de estar prisioneras, deberán presenciar su derrota cuando Mi Hijo llegue a Aurora; porque ellas tendrán que ver cómo la victoria de Cristo se realiza en la confianza, en el amor y en la fe de los corazones.
Será algo semejante al día de la Pasión del Señor, cuando miles de criaturas inferiores presenciaron su derrota a través del Amor y del Silencio de Cristo.
Hijos Míos, este acontecimiento de la llegada de su Madre Celeste en el día del aniversario de Sus instrucciones diarias, preparará la redención y el cierre de muchas puertas inciertas en la consciencia de la humanidad.
Su fe, su devoción, su amor y su alegría, en estos próximos días, permitirán que la Jerarquía Divina tenga más espacio para poder intervenir en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando tu corazón te duele y se llena de angustias, ve a los pies de la Cruz, toca con tus manos a los Pies de Tu Señor y permanece allí.
Pon tus manos sobre las Manos de Cristo y comienza a sentir Sus Llagas. Cierra los ojos, permite que la memoria viva de Su Pasión te sea mostrada y permanece allí.
Deja que tu silencio te conduzca al Corazón de Tu Señor y que tu oración silenciosa se convierta en una oferta de reparación.
Sentirás en tu pecho un dolor mayor que el tuyo. Ese es el dolor de Cristo, una gota del océano infinito que Él asumió para salvarte. Aprende así, hijo, a convertir tu pesar en oración, tu petición en una oferta y tu silencio en un bálsamo que acoge al Corazón de Tu Señor.
Tu angustia se hará pequeña delante de la angustia de Cristo por el mundo. Tu pesar desaparecerá dentro de Su pesar por las almas.
Deja que tus lágrimas se conviertan en un puente para rescatar a aquellos que están perdidos. Ofrece tu silencio por los que no saben escuchar a Dios. Si no consigues orar deja que tu oración sea sostenida por las Manos de Cristo y, en un momento, percibirás que tus manos, que fueron a pedir, estarán allí para amparar y tu dolor se transformará en oferta. Buscando cura, repararás el Corazón de Dios.
Tu llanto se unirá al océano de Su Gracia y, aun pensando que estabas allí para pedir, estarás sirviendo a este mundo.
En este día de reparación, aprende en tu vida a hacer de todo una oportunidad para reparar el Corazón de Dios y aliviar el sufrimiento de las almas en este mundo.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
No existe preocupación más grande que Mi Amor, porque Mi Amor disuelve en luz toda preocupación. Nada opuesto al amor puede ser más grande.
Por eso, cuando hay preocupación es algo comprensible, es el punto de fricción que las almas encuentran cuando tienen que dar un gran paso por algo desconocido y mayor a sus pequeñas posibilidades.
La preocupación coloca a la consciencia en una tensión constante.
La preocupación se disuelve, también, a través de la confianza que el alma puede expresar por la Voluntad Mayor.
Hoy las almas se preocupan demasiado porque pierden el hilo conductor que las trajo hasta aquí, hasta esta vida, para cumplir el Propósito.
Pero también la preocupación sucede cuando el alma le teme al resultado de su destino o al destino del semejante.
Todos esos sentimientos, que son alimentados por la consciencia inferior de la humanidad, son vencidos a través de un amor confiante, de una fe capaz de ir más allá de toda dificultad y de todo obstáculo.
Yo, como Hombre y Consciencia encarnada, atravesé la preocupación y el miedo de enfrentar la Pasión. Pero la fe en Dios y la confianza en Mi Padre Me llevaron a darlo todo y a sostenerme en un propósito inquebrantable.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La luz de los primeros Cristos comienza a despuntar dentro del universo interior, porque ellos son congregados para la oración y sus voces proclaman las Bienaventuranzas del Cielo.
Los Nuevos Cristos comienzan a surgir porque ellos se comprometieron, de corazón, a testimoniar el Amor del Redentor y a retransmitirlo hacia toda la consciencia planetaria.
Estos Nuevos Cristos no quieren nada para sí, solo aspiran a cumplir con la oración diaria para que el Maestro del Amor guíe sus pequeños pasos.
Los Nuevos Cristos comienzan a manifestarse y ellos sorprenderán porque serán las personas que menos imaginan. Ellos son testigos y adoradores de la Pasión del Señor, son capaces de darlo todo por amor, bajo cualquier circunstancia.
Los Cristos del Nuevo Tiempo comienzan de cero todas las veces que sea necesario, hasta que, por sí mismos y por todos los medios que les ha dado la Jerarquía, consigan expresar los pasos del Plan; y también son los que se mantienen neutros para no confundirse con nada del mundo.
Los Nuevos Cristos solo dicen “sí” y por ese “sí” viven, además de todo lo que pueden entregar para que la Creación sea renovada.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Novena al Sagrado Corazón Espinado de Jesús
Quinto día
Retira, hijo Mío, la espina dolorosa de la ingratitud de los hombres.
Después de todo el auxilio que recibieron a través de la Pasión y de la Muerte del Señor, la humanidad en este tiempo es muy ingrata Conmigo.
Alíviame completamente de esta pena y por medio de tu fervorosa oración retira de Mi Corazón esa flageladora espina.
Pídele al Padre Eterno que, por el Nacimiento y por la Muerte de Su Hijo, tenga piedad y misericordia por todas las almas que, a través de los tiempos, se olvidaron de agradecer y de reconocer que la Divina Providencia es perfecta para todos, tanto en la abundancia como en la carencia de algo.
Ahora, delante de esta revelación, reconoce tus posibles faltas y aquellos momentos en que no tuviste gratitud con la Providencia y cuantas veces pensaste, sentiste desprecio, o incluso rechazo, por lo que el Universo te colocaba como prueba o como instrumento.
La gratitud de las almas debe estar presente en todo. Un alma que no expresa ni vive la gratitud es como un alma perdida, desorientada en un vasto desierto, que, moribunda, siente mucha sed.
La gratitud por todo lo recibido se perdió completamente de la consciencia de la humanidad. Por esa razón, la espina de la ingratitud lastima mucho a Mi Sagrado Corazón, porque sé que las almas no tienen consciencia ni discernimiento sobre lo que están expresando como ingratitud.
¡Cuántos fueron beneficiados por la Suprema Providencia y hoy se dan el gusto de desmentir Mi Obra y de vivir una vida superflua como si nunca Me hubieran conocido!, ¡y todavía siguen creyendo que están en Mí!
¡Pobres de esas almas! ¿Qué será de ellas en poco tiempo?, ¿alguien lo sabe?
Por eso, alegra Mi Corazón con la gratitud de tu corazón, porque eso vale más que muchos conocimientos, que muchas habilidades o destrezas.
La gratitud es la puerta directa hacia el Amor de Mi Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Compañeros:
Con el poder y la fuerza de Mi Luz Celestial, cada vez que Me presento ante el mundo exorcizo y libero a la humanidad de una gran presión planetaria, a fin de que el plano psíquico sea aliviado de las corrientes del conflicto y de la perturbación.
Por esa razón, en la Hora de la Misericordia, su Maestro y Señor concede oportunidades únicas para la redención y la conversión de los corazones.
En la Hora de la Misericordia se abren los grandes espacios de la Conciencia de Dios para que las almas sean sumergidas en el océano del Amor y así se puedan curar espiritualmente.
Que en la Hora de la Misericordia sea recordada la Pasión de su Maestro, a fin de que todos los méritos de Su Muerte, de Su Resurrección y de Su Gloria sean depositados como bálsamo de reparación y de alivio interior en la humanidad, para que las almas encuentren el camino para vivir su salvación.
Que en la Hora de la Misericordia sea vivificada la presencia del Hijo de Dios para que, por los méritos de Su Pasión, la redención interior se irradie al mundo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Durante la Hora de la Misericordia, cuando el mayor caudal del Manantial de Mi Corazón piadoso se abre, todos tienen la oportunidad única de poder sumergirse en Mi Océano de Amor para que las faltas más graves sean perdonadas y las heridas más profundas sean curadas.
En la Hora de la Misericordia, compañeros, se abre la Llaga de Luz de Mi Costado para derramar el potentísimo afluente de la Piedad de Dios sobre los pecadores que, en sinceridad y en verdad, pidan por Misericordia.
En la hora más culminante de la Misericordia, cuando todos los días se recuerda la Muerte dolorosa del Señor en la Cruz, las almas, y el mundo entero, tienen la oportunidad de poder purificar su corazón de toda mancha espiritual y de poder ingresar en el Reino de los Cielos, tan solamente recordando la dolorosa Pasión de Jesús.
Anuncien al mundo que todavía las entrañas más profundas de Mi Misericordia están abiertas, para que las almas, durante esta hora definitiva de la humanidad, alcancen la salvación espiritual y el perdón universal.
Que sus vidas sean testimonio de Mi Misericordia.
Que sus ejemplos y sus actos sean misericordiosos, a fin de que, en el gran universo de Mi Misericordia, las almas y el mundo alcancen la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás perdió la alegría y la esperanza.
Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás dejó de colocar en los corazones de los Suyos la Paz y el Amor. Él les enseñó a establecer una nueva vida y a atraer el Reino de Dios al mundo, aunque sobrevinieran sobre ellos persecuciones y sombras. Cristo les enseñó que jamás perdieran la esperanza y la alegría que les traía el Reino de Dios que habitaba en su interior.
Hoy, hijo, Dios te anuncia una cruz, una purificación y una entrega absoluta; Él anuncia una Pasión que se extiende más allá de los corazones de los hombres y llega a las consciencias de las naciones, llega a las entrañas más profundas de los pueblos y de las religiones.
Dios te anuncia un ciclo difícil, desconocido, porque es diferente a todo lo que viviste y a todo lo que la humanidad y la Creación Divina vivieron a lo largo de su evolución; es diferente de la Pasión de Cristo que, en verdad, fue una preparación y un anuncio de lo que ustedes vivirán en estos tiempos, tanto como seres como humanidad.
Sin embargo, hijo, Dios también le habla directamente a tu corazón para que no pierdas la esperanza, no pierdas la fe, no pierdas la alegría y el ánimo de anunciar y de proclamar, hasta el fin de tu vida, que un nuevo tiempo y un nuevo hombre están por venir.
Anúnciale al mundo que basta con abrirse al amor y no resistir a la transformación; basta con vivir la obediencia y no rendirse al cansancio y a la soledad; basta con clamarle a Dios y saber encontrarlo en todos y en todas las situaciones de la vida; porque el amor triunfa más allá de los miedos humanos, el amor triunfa más allá de sus orgullos y vanidades, el amor triunfa más allá del sufrimiento y la desesperanza.
El amor hace de la Cruz, una fuente de Misericordia; convierte el sacrificio en la superación del Amor de Dios y hace que, de la entrega del viejo hombre, surja el Nuevo Hombre y la nueva vida, los que finalmente expresarán la semejanza con el Corazón y el Reino de Dios.
Con atención, escucha Mis palabras y no dejes que ellas pasen como el viento, porque, en su simplicidad, con ellas te entrego las llaves para superar todos los males y reencontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Reverencia los misterios de Dios, reconociendo tu ignorancia y amando adentrarte en la Sabiduría Divina.
Reverencia al Dios que se esconde en la Eucaristía y que se revela, en un profundo diálogo de amor, cuando el corazón se abre y es capaz de escucharlo.
Reverencia los misterios de Dios, porque Su Voluntad está más allá de toda comprensión y lógica humana. La Mente y la Voluntad de Dios no se mueven como la mente y la voluntad de los hombres. Por eso, cree que el Padre Creador se esconde en el pan y en el vino y coloca Su Consciencia Divina en los elementos sagrados, escogidos para guardar la memoria de la Pasión de Su Hijo, para que, así, los seres aprendan a revivir esa Pasión y a encontrarla reflejada, en este tiempo, en todas las situaciones de la vida.
Dios no disminuye Su Grandeza para estar en el pan y en el vino; Él revela Su Omnipresencia y, de esa forma, invita a los seres a profundizar en el conocimiento de Su Espíritu, de Su Ciencia Divina.
Hoy, hijo, solo reverencia la Presencia de Dios y deja que Él te renueve y te revele la verdad de tu corazón.
Hoy vengo como Aquel que contempla el Corazón de Dios en la Eucaristía, así como en el Universo, para enseñarte que Dios es Uno solo, presente en el Cosmos, así como en la Eucaristía, presente en el Infinito, así como en la esencia de cada ser.
Busca el camino para encontrarlo, establece una comunicación con el Padre, porque solo Él te sustentará en el tiempo que llegará.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más