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Queridos hijos Míos:
Abriendo las puertas del Cielo hacia el planeta, su Madre Celeste los congrega hoy, en el oratorio de Su Corazón Inmaculado, para rezar e implorar por la Paz y la Misericordia para el mundo entero.
Queridos hijos, su Madre del Cielo los prepara a todos y, especialmente, a los futuros misioneros de la paz para enfrentar el terror humano y el flagelo continuo de los corazones, de las almas hermanas que padecen todos los días el resultado de un gran error sin fin.
Queridos hijos, será muy importante la misión humanitaria en Turquía y Hungría. Ustedes verán dos realidades paralelas que se encuentran en el mismo nivel, en la misma situación planetaria: la falta de paz.
Hijos Míos, la misión en África fue una importante preparación para esta próxima misión que deberá cumplirse en este tiempo crítico. África, a pesar de su sufrimiento aún no curado; vive, en lo profundo, un amor verdadero que poco a poco se está recuperando, a través de los actos de perdón y de reconciliación.
Medio Oriente se olvidó de Dios y, a pesar de las creencias, el Universo nunca les propondría lastimar a nadie ni imponer ninguna doctrina espiritual ni religiosa. Dios nos enseña, queridos hijos, que todo comienza y termina en el Amor; sin Amor nada es posible.
En este tiempo, las almas buscan la felicidad en sus semejantes y, aunque ese amor humano existe, la verdadera felicidad se encuentra en el Corazón de Dios, que siempre los impulsará a encontrar la esperanza y a trascender los miedos.
A través de los conflictos de este tiempo, las almas que son sometidas por el terror pierden el recuerdo y el sentimiento de amar a Dios y a sus semejantes. Eso hace que la consciencia se olvide totalmente de que el Amor y la Compasión divina existen; lo que genera odio, mortalidad y martirio, solo por querer conquistar un Reino que a nadie le pertenece, solo a la Creación.
Queridísimos hijos, por eso, Yo vengo a pedirles oración, rosarios y novenas. Si las almas y los servidores conscientes no se esforzaran, a través de las ofrendas y de los pequeños sacrificios, el odio y la ambición podrían abrazar a toda la humanidad y la vida material adquiriría más importancia que el propio Padre Eterno.
La preocupación de todo el universo es que la ignorancia y la falsa autoridad prevalezcan, para crear un reino humano de mentiras y de ambiciones.
Pero al final, Mi Inmaculado Corazón triunfará en los corazones que siempre hayan sido testigos de la Presencia misericordiosa de Cristo en el mundo. Será este testimonio interior, de fe y de esperanza, que Mis misioneros de la paz deberán llevar en sus corazones. Ese testimonio será la llama imperiosa y amorosa que los guiará ante la gran oscuridad y calamidad humana.
Pero sepan, Mis hijos, que Mi Gracia será su fortaleza, y, cuando ustedes pisen el suelo de Turquía y de Hungría será su Señor Jesucristo el que tocará la tierra con Sus luminosas Gracias.
Oremos, porque aún la guerra de la ambición no terminó.
Que la Paz esté presente en sus corazones.
¡Les agradezco a todos Mis hijos por concretar esta sagrada misión!
Los bendice, desde ahora, para esa sagrada tarea de Paz y de Misericordia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Por la Gracia que Dios Me concedió y en nombre del Amor de Mi Hijo, con alegría hoy vengo a esta casa para bendecirla a través del Espíritu Santo de Dios.
Después de la importante misión a África, uno de Mis siete dolores fue aliviado, porque como Madre encuentro corazones como los vuestros dispuestos a servirme en la caridad y el bien.
Así, Yo encuentro ejércitos verdaderamente formados por el Corazón de Cristo. Quisiera ver más ejércitos de luz como el vuestro, atentos al pedido del Cielo y abiertos a responder ante cualquier necesidad mayor.
Fue así que uno de Mis siete profundos dolores fue aliviado espiritualmente por la acción inmediata de vuestra donación al Plan de Mi Hijo. Desde Kibeho, Yo acogí a cada uno de los misioneros y los llevé hasta el Universo de Mi Corazón para que sintieran la fe de Mi Espíritu Inmaculado.
Fue a través de la sagrada misión a África que nuevas puertas se abrieron a la redención espiritual para la conversión de las almas del mundo. Fue a través de esta misión que se abrieron los caminos internos para comenzar con nuevas misiones, las que los llevarán hacia otras naciones distantes del África.
Por eso, hijos Míos, que vuestro fuego interior nunca se apague, a pesar de las adversidades que muchos enfrentarán en los próximos tiempos. Que Mi ardiente fuego sea vuestro fuego de oración, de devoción y de fe, así siempre vencerán, nada perderán y recibirán todo lo que siempre necesiten, porque en la obediencia al Corazón de Cristo, ustedes estarán respondiendo a la Voluntad de Dios.
En este día bendito, en el cual vuestra Madre se encuentra con Sus hijos en la casa de la donación abnegada e inmediata, deseo consagrar la casa misionera femenina con la imposición de Mis manos sobre ustedes, dándole el nombre de Casa de María, Rosa de la Paz para que, junto a San José, siempre vuestros pasos sean guiados en el amor y la unidad.
Hoy vine para agradecerles y para bendecirlos. Me agradó profundamente que ustedes hayan preparado la casa para recibirme.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón Universal de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos,
En estos tiempos podrán ver cómo Mi presencia y Mi mensaje de Paz recorren el mundo a través de las sagradas peregrinaciones, las que son posibles por la ayuda amorosa de todos Mis hijos.
En este día, deseo colocarlos en consciencia delante de la magnitud de la tarea que vuestra Madre viene realizando en todo el mundo y principalmente en Medjugorje y en América del Sur. En estos momentos, hijos amados, esos dos lugares fueron escogidos por la Suprema Voluntad para que representen algunos de los últimos puntos de luz que Mi Inmaculado Corazón está encendiendo en el interior de las almas.
América entera necesita de la cordial visita de la Madre de Dios por medio de las peregrinaciones. Es por esta causa que vuelvo a anunciarles Mi tarea pendiente en los Andes y en los Estados Unidos. Como son misiones importantes, Mi Hijo ha permitido que Mi Luz Maternal se concentre en uno de los puntos más necesitados de cada una de esas dos regiones.
Por este fin mayor, hijos, hoy les anuncio que Mi Corazón Misericordioso y Materno desea llegar en los próximos meses a Bogotá, en Colombia, en donde Mi presencia luminosa realizará, como Ave del Sol, una tarea especial de bendición. Por eso, hoy también vengo para pedir a los grupos de oración de Colombia, de Ecuador, de Venezuela, de Nicaragua, de Cuba y de República Dominicana, que formen un solo grupo de oración semanal para orar y trabajar por esta divina causa. De esta manera vuestra Madre Celeste podrá ayudarles a concretar Su próxima presencia en Colombia.
En los Estados Unidos, vuestra Madre Santísima espera realizar junto a Su Hijo Amado, una misión espiritual de conversión, delante de la vida material y liberal. Para que esa conversión de los corazones sea posible y venidera, pediré a los grupos de oración de los Estados Unidos y de toda Europa, que se unan semanalmente en oración para concretar la aspiración de la Reina del Cielo de peregrinar amorosamente hasta la ciudad de Miami, en Florida y a las comunidades indígenas presentes en el Estado de Oklahoma en los Estados Unidos.
Hijos, grandes son las aspiraciones del Cielo y sepan que vuestros corazones tienen potencial y amor para llevarlas adelante. Por esta razón no les anuncio ninguna fecha, para que primeramente lo vayan trabajando en la consciencia interior. Cuando las bases para estas misiones de los Sagrados Corazones estén prontas y firmes, con ardiente amor iremos para anunciar el Llamado y derramar las Gracias necesarias para todos.
La misión en África tuvo el resultado esperado por el Plan de Dios y, por todas estas bendiciones, es que hoy vuestra Madre del Mundo les anuncia Su próximo Plan de rescate mundial.
¡Les agradezco a todos por responder Mis pedidos!
Los unifica en el Corazón del Padre Eterno,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La puerta de la gran misión de paz se está cerrando; vuestros hermanos misioneros se encaminan hacia Sudáfrica para retornar a uno de Mis Centros Marianos del mundo, donde vivirán unos días de reparación y de re-posicionamiento, meditando profundamente en todo lo que ha sucedido en Ruanda, Uganda y Congo.
De esa forma, hijos, vuestra Señora de Kibeho regresa al Universo para entrar en contemplación y oración, con el motivo de seguir trabajando silenciosamente por la paz en la humanidad.
En esta hora, los Ángeles de Dios depositan y entregan en los altares celestiales, todas las experiencias y servicios de amor realizados durante la misión. Los atributos de esta experiencia misionera en África fueron derramados como Gracias en los corazones de todos los inocentes.
Por eso, hijos, que este día sea de celebración y regocijo, vuestra Santa Madre de la Paz ya se encuentra gestando en Su Vientre Purísimo un nuevo principio de redención y de misericordia a través de una próxima misión de paz en África.
Ahora, que todos Mis hijos del mundo fueron partícipes de esta importante misión y que durante estos últimos días hicieron todo de forma más consciente, es importante para vuestro Padre Celestial que ustedes hayan aprendido cómo manifestar Mis designios.
Así, vuestro Inmaculado Corazón Eterno, el Mío, se prepara para volver a descender en el Brasil e impartir bendiciones a todos los corazones que se abran a recibirlas.
Como en Fátima, Yo les anuncio la revelación de secretos. Para poder conocerlos y vivirlos, vuestras almas deberán estar preparadas a través del servicio y de la paz; eso permitirá que vuestra Señora del Cielo les revele algunas cosas.
Hijos, el tiempo está marcando nuevas oportunidades y Gracias para todos; les pido que sepan aprovechar lo que el Universo les entrega. El tiempo de la Justicia está llegando para la humanidad, y ustedes deberán dar testimonio de vuestro apostolado y servicio a Dios; así todo se cumplirá como está escrito.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los reúne en este cenáculo de amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
Hoy Mi Corazón Luminoso desciende en Gloria y Amor sobre las almas que tienen sed de Dios. A través de la misión de paz, las puertas del mal y de la perdición fueron cerradas durante tres semanas de misión y de oración por parte de todos Mis grupos de oración.
Deseo queridos hijos, que tengan presente la necesidad de continuar trabajando a través del espíritu de la oración, porque en el Verbo Divino se encuentra la salida y el camino para la salvación de las almas.
Hoy recorro las calles de Congo y veo los rostros del olvido, de la soledad y del dolor. Los ojos de Mis pequeños reflejan la ausencia de la paternidad y de la dignidad. Por eso hijos, que cada momento de servicio sea una verdadera y profunda expresión del amor, que vuestras manos y abrazos paternales puedan aliviar el peso de la negación de todos los niños del Congo. A través de vuestra caridad, la Misericordia de Mi Hijo promete obrar hasta los últimos momentos de vuestra presencia en Congo.
Ahora Mi Corazón les indica ofrecer la oración por la reparación de todas las almas inocentes, las que esperan en la soledad una ayuda mayor.
Vuestra Señora de Kibeho abre los brazos para recibir y proteger la niñez de todo el Congo. Por eso, que vuestro espíritu de fraternidad exprese la cura y la gracia de recibir la Luz del Reino de Dios.
En estos últimos días de misión por la paz interior planetaria, vuestra Madre Celeste derrama los códigos de la rehabilitación y de la misericordia.
Hijos Míos, llegó la hora de ayudar a todos Mis hijos de Congo para que abandonen ese eterno cautiverio. Y eso comenzará a suceder cuando permitan que se abran las puertas del Reino de la Paz.
Una misión importante está terminando, un ciclo se estará cumpliendo en la vida y en la existencia de todos Mis hijos de Ruanda, de Uganda y de Congo.
La semilla de la paz fue sembrada en los corazones empobrecidos de espíritu. La misión pasará a formar parte de la memoria del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice bajo el Espíritu de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados Míos:
Ya está finalizando la victoriosa y transmutadora misión de paz en el África. ¡Cuántas almas fueron merecedoras de la Misericordia de Mi Hijo! ¡Cuántos dolores y padecimientos internos fueron aliviados por el poder de la caridad! ¡Cuánto amor fue entregado y derramado a través de las manos servidoras de Mis misioneros de la paz! ¡Cuánto pudo hacer en este tiempo, y a través de esta sagrada misión, vuestra Madre Celeste!
Hijos, ni podrían imaginar cuántas almas pudieron reencontrar el camino de la rehabilitación y de la cura espiritual. Cuántos se vieron beneficiados por tantos días de oración en el cenáculo que fue gestado en las tres naciones africanas y principalmente en el corazón de todos los misioneros.
Hijos, cuánto tengo que agradecerles a todos por ayudar a cumplir Mis designios en este tiempo y así, Mis queridos, cuánto Yo pude mostrarles a través de cada nación, la necesidad que nunca termina de ser saciada y suplida por esta humanidad. Cuánto pudo hacer vuestra Santa Madre de Kibeho, cuántas Gracias fueron derramadas en los corazones olvidados y sometidos. Cuántas sonrisas y cuánto amor fraterno pudieron brotar de vuestros seres internos y todo esto cuánto pudo hacer en este tiempo de caos.
Si la humanidad viviera esta fórmula de paz y de caridad, el mal ya no existiría, y muchas almas podrían reencontrar el camino que perdieron. Hijos amados, cuánto hay por hacer todavía en este mundo, en cada continente, en cada nación y pueblo de este planeta. Cuántas puertas de liberación y de perdón fueron abiertas durante tres semanas seguidas, pero aún eso no basta hijos, porque hay gran necesidad de ayuda y de misericordia.
Ahora vean, misioneros Míos, cuánto hay por hacer en el Congo y en este mundo. Cuánto necesitan Mis niños del Congo de toda la maternidad y paternidad de los buenos corazones.
La última llave que les entregaré, misioneros Míos, es la llave de la filiación con Dios que cada pequeño corazón del Congo deberá recuperar; esa será vuestra última misión en África antes de partir hacia el Brasil.
Que el Congo y todos los corazones puedan volver a ligarse con Dios, con el Padre Celestial.
¡Agradezco a todos Mis hijos por haber concretado Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Hoy, Mi Manto de protección y de amparo se extiende como luz en este sagrado lugar de Adoración a Mi Hijo.
Hoy, los reúno en este cenáculo para que sigan orando Conmigo por esta misión de paz en África; que ha tenido, en los últimos días, repercusiones internas en la vida y en la existencia de las almas pecadoras.
Pero en este día, los estoy llamando al recogimiento, al silencio y a la oración interior, como un camino para alcanzar la paz en estos tiempos difíciles.
Su Señor Jesús, el Rey de la Misericordia, reencontró Su lugar de fe y de devoción en el corazón de África. Por esta causa, en estos días, la tarea de apoyo y de sustentación ha llevado a que algunos de Mis hijos dispusieran de sus instrumentos internos para hacer fluir la importante misión en otros planos de consciencia, en donde ni la mente ni el intelecto pueden llegar y solo la oración todo lo construye y lo transforma.
Nuevas ovejas, nuevas almas redimidas y rehabilitadas fueron incorporadas en las escrituras de los libros de Adonai para comenzar a caminar, a partir de ahora, al servicio de Dios y de Su Plan Divino. Para que esta salvación mayor de almas africanas pudiera darse, fue necesario, hijos Míos, que el Universo de la Luz Divina entregara a los instrumentos de la Madre Universal todos estos hechos internos que necesitaban de mucha oración, de transmutación y de compasión.
Y todo esto se consiguió, hijos queridos, pues la Voluntad de Adonai así lo determinó, y su Señora de Kibeho logró aplacar la Justicia de los ángeles del Creador.
Las deudas más difíciles fueron liberadas y perdonadas, poco a poco. Las acciones injustas y graves fueron reconvertidas por el espíritu de la oración y de la misericordia de todos.
La paz llegó a los espacios en donde nunca existió y las almas presas, y en su mayoría condenadas, encontraron el respiro de una nueva brisa divina. La misión continúa y Mis misioneros se preparan para ingresar en una de las naciones más necesitadas de ayuda espiritual y de oración.
En el Congo descubrirán los hechos y las causas que han llevado, por ejemplo, a la destrucción de los Reinos de la Naturaleza y a la falta de consciencia de lo que se está haciendo.
Hijos amados, el Congo es una realidad poco conocida, en donde la necesidad, la pobreza y la ceguera espiritual generan falta de consciencia y de sentido en la vida manifestada. En el Congo habrá mucho que perdonar y hacer para recuperar, al menos, una gota de Misericordia.
Mis hijos ya caminan hacia el último tramo de la intensa y profunda misión; por eso, sigan rezando por ellos, para que las obras puedan concretarse.
Pero hoy, les pido, hijos, que también recen por los videntes, para que se concrete Mi Plan de Paz en el mundo. Estos ya son los últimos momentos en que su Señora del Cielo dirige Sus Palabras a todo el mundo antes del Armagedón que está llegando.
Mis saludos de paz para todos Mis hijos de Goiania, por haber respondido con prontitud y esmero a Mi llamado. Les agradezco su comprensión y amor sincero.
Les agradezco por ayudar a concretar Mis planes.
Los congrega en el sagrado cenáculo del Corazón de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En el curso del servicio que está aconteciendo en África, Uganda es la nación que más necesita de oración, de adoración y de conversión. Por eso, en estos días en los que Mis hijos misioneros se encuentran trabajando en el corazón de África, pido a todos los grupos de oración que dediquen un momento de meditación por la paz en África y principalmente por las almas que son olvidadas.
A través de esta oferta vuestra, hijos Míos, vuestra Madre de Kibeho podrá recibir el permiso para dar ayuda espiritual a un cierto número de almas, que en esta vida pagan el precio de los errores cometidos durante años enteros.
Vuestro Lucero Universal, vuestra Santísima Madre, ha recorrido las regiones de Kampala y de los pueblos aledaños para derramar Sus Gracias en los corazones que, desde hace tiempo, están clamando por redención y liberación.
Ustedes, Mis hijos de América y del mundo, saben que Uganda es condenada todo el tiempo por la enfermedad y por todo aquello que producen las acciones de los hombres, que dicen ser más sabios que Dios. Esas acciones ingratas paralizan la evolución espiritual de la humanidad entera. La adhesión a las modernidades, a los placeres y a los gustos descontrolados hace perder y desvanecer el camino de la espiritualidad. Y son pocos, hijos amados, los que en verdad trabajan día y noche, y hasta luchan contra sí mismos para mantenerse dentro de la Ley de Dios y de Su Universo de Amor.
Queridos, estos son los tiempos del Apocalipsis, por eso recen Conmigo, vivan la oración como parte del camino de la salvación y de la redención y no se engañen más a ustedes mismos. Dios espera que, a través de vuestros pequeños sacrificios y oraciones diarias, el mundo alcance la Gracia de la liberación final.
Para eso, misioneros Míos, ustedes deben viajar a lugares remotos y olvidados como lo es África, para intentar despertar en los propios pueblos un mínimo de interés por ayudar al prójimo y mirar por un instante lo que sucede alrededor.
Hijos Míos, Uganda es la nación más marcada por la degeneración de la vida de las almas. Ruanda es la nación marcada por la soberbia y la conquista y Congo ha sido la nación que nunca ha encontrado la paz; y todos ustedes, como humanidad, son parte de esta realidad dolorosa. Ya no podrán decir que eso solo lo viven otros hermanos, ya no podrán estar ciegos ante una realidad que desborda.
Hijos Míos, humanidad Mía, ¡despierten!, antes de que la bestia salga de su abismo para barrer las últimas estrellas. Yo les hago un llamado a la consciencia porque los tiempos urgen.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los convoca para amar a través del servicio,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos y amados Míos:
Mi adversario lleva a muchas almas al pecado y a la perdición, buscando cada día hipnotizar más a las mentes y envenenar a los corazones sonámbulos. Por otro lado, Mi Corazón Inmaculado concreta la victoria del Reino de Dios en las almas más simples y orantes.
Todo esto le revela a Dios Padre una posibilidad de seguir derramando Sus Gracias en un planeta que, de no ser así, a esta altura ya estaría destruido.
Pero su Madre Celeste se ha propuesto no dejar atrás a ningún corazón. Por eso, hijos Míos, cada vez que enfrenten la batalla espiritual del final de los tiempos, sepan que miles de almas están siendo ayudadas a reencontrar el camino del espíritu y motivadas a abandonar la vida de ilusión por una vida de conversión.
Por esta razón, Mi adversario ya no volverá a hacer sufrir a las almas que antes encadenaba y torturaba, sometiéndoles no solo el alma, sino toda la vida. Esto ya no sucederá más en los corazones de Mi amada África, porque su Señora de Kibeho está llamando y convocando a los últimos ejércitos que colaborarán y apoyarán en los tres ciclos de oscuridad, antes de que la Señora se recoja en el desierto para que el mundo viva el Juicio Final.
Hijos, no será necesario que esperen las señales que anunciarán el final del tiempo; vean ahora cómo su planeta agoniza y pide piedad y compasión. La naturaleza y el tiempo ya están hablando. Los Reinos menores ya hace mucho tiempo que están padeciendo. El mundo entero y su consciencia espiritual ya no soportan más.
En estos tiempos, Mi Corazón los está entrenando en el camino de la purificación, de la transmutación y de la entrega de la propia vida al Dios Creador. Desearía, hijos, que no existieran almas transmutadoras y que el sufrimiento eterno fuera liberado por otros caminos; pero en verdad les digo, que desde el principio de este mundo esto nunca ha sido diferente. Por eso, encarnó Mi Hijo en Poder y en Espíritu, para que el mundo encontrara una nueva oportunidad.
Hijos amados, los tiempos marcarán un nuevo ciclo y para eso deberán estar preparados, siempre contarán con Mi ayuda maternal.
En Uganda, una puerta a la redención de las almas ya está abierta y deberá favorecer a muchas almas más, principalmente a las que fueron más ingratas con Dios. A todas ellas les llegará la hora de su rendición.
Por eso, Mi adversario está determinado a hacer padecer a Mis soldados, pero quien está Conmigo no perecerá, porque una buena madre nunca abandona a Sus hijos.
Yo soy su estrella. Yo Soy su escudo. Yo Soy la Dama de la Paz y la Reina de todos los corazones que he conquistado.
Con Mis pies piso la serpiente y el mal algún día será liberado.
¡Les agradezco por acompañar Mi llamado!
Los restaura en la esencia del Amor Universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Dentro del corazón de Uganda ya podrán ver la urgencia de responder a la necesidad espiritual colectiva que existe en esa nación hermana.
Por esta razón y por muchas más, la Señora de Kibeho apareció en Ruanda para recordarle a la humanidad entera que existe un gran débito que deberá ser pagado con el servicio y la caridad de muchos hijos Míos. Eso equilibrará la balanza y servirse unos a otros será más justo para todos, para que surja nuevamente el espíritu de la fraternidad.
Hijos misioneros, ustedes son la parte de la humanidad que representa a todos los que les dan la espalda y no quieren ver la gravedad que viven Mis hijos de África.
Ustedes, hijos, hoy sirven y donan sus manos y su trabajo por todos aquellos que no quieren hacer nada, ni siquiera asumir la parte que les corresponde por orgullo y falta de humildad.
Mientras servidores del mundo se congregan en Mi amada África para dar alivio al sufrimiento, de la misma forma se unifican la Ley y la Justicia para actuar en el momento justo en toda la humanidad, antes del Retorno de Cristo.
Por eso, Yo preparo desde la esencia del corazón a todos los que Me escuchan y hacen oídos sordos para que, en el momento culminante de la purificación planetaria, den la ayuda necesaria, el servicio que los colocará en otro plano de la consciencia.
Cada hijo Mío, independientemente de que sea creyente o no creyente, tiene un compromiso ante el Creador y nadie quedará sin recibir y sin saber lo que ha venido a hacer a este mundo.
Los tiempos apremian y exigen un cambio en la consciencia y en la vida diaria, la que deberá estar dirigida a la búsqueda de Dios y a la unión con Su Sagrado Espíritu. ¡Ay de aquellas almas que no lo hagan!
Queridos hijos, Uganda es la representación de la gran enfermedad espiritual de todo el mundo, es el resultado de una acción equivocada y desmedida de algunas almas que no tienen a Dios. Por eso, hijos, que todos ustedes siempre puedan ver el Propósito por encima de todo, así algún día serán libres de sus propios errores.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a la consciencia de la única Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Vuestros hermanos, los misioneros de la paz, ya se encuentran camino a Uganda, hacia una nación marcada por las enfermedades internas, las que derivaron en la enfermedad del cuerpo.
En Uganda existe la consciencia de la extrema pobreza y de carencia de recursos básicos para sobrevivir y persistir en la vida. Pero Dios, hijos, conoce y sabe de todas estas cosas y por eso ha enviado desde el principio misioneros de diferentes partes del mundo para aliviar el dolor que es desconocido por muchos.
Mediante esta misión humanitaria, Mi Amado Hijo Me ha permitido llegar a Uganda, lugar en donde nunca descendí, pero hoy, en nombre de la Misericordia Divina, desciendo para trabajar y curar a través de vuestras manos servidoras.
Realidades inmensas, diferentes a las vuestras existen en esta humanidad, solo que gran parte de ella sufre en silencio porque nadie quiere escuchar la verdad. Por eso desciendo sobre Uganda como la Madre del Alivio del Sufrimiento para liberar los cuerpos enfermos y lastimados y, como soy Madre de todos, traigo amorosamente una Gracia de liberación para las almas que tanto esperan entrar al Reino de Dios.
En este día de llegada a la consciencia de Uganda, todos descubrirán y conocerán una parte profunda de la miseria humana y del abandono de las almas más simples.
Por esta razón vuestra Madre del Verbo Divino apareció en Kibeho para llevar a toda África una oportunidad de revertir todas las causas y todos los males.
En estos días en los que irán conociendo la Uganda interior, preparen vuestros corazones para conocer sufrimientos muy semejantes a los que tuvo vuestro Maestro en la Cruz. Porque las cosas que hoy suceden en este mundo son parte del reflejo de la indignación y de la conquista transgresora.
Les enseño a caminar en el amor y al mismo tiempo a reconocer que sin amor no se llega a ninguna parte. Por eso, queridos hijos, esta misión existe para que ustedes ya no sean más los mismos y, a partir de ahí, se conviertan en soldados de Cristo.
Uganda es una nación marcada por lo más desagradable y desconocido por muchos. Los envío en misión de paz para ayudar a esas almas a reencontrar la misericordia y el perdón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los prepara con amor para descubrir lo inimaginable,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Por vuestra visita al Santuario de Kibeho, nuevos santuarios internos fueron elevados en honra al Dios del Amor. Esta acción pudo ser realizada en la esencia de todas las almas que hace tanto tiempo esperaban la redención, como resultado de las oraciones de todos Mis hijos y, principalmente, por la presencia del espíritu de la fraternidad entre las culturas de América y de África.
De esa forma, amados hijos, el Universo les demuestra, a través de esta misión de paz, que no existen diferencias ni barreras entre las almas que están unidas al gran Espíritu de Dios.
Por eso, hijos, fui a Kibeho no solo para evitar el genocidio, sino también para recordar a vuestra civilización que, desde el principio de este mundo, todos ustedes son una única raza colmada por el Amor de Dios, a pesar de las graves injusticias, y llena de Su Divina Misericordia, a pesar de sus constantes errores.
En Kibeho, la Señora del Verbo Divino descendió para despertar la redención y también para recordar, en aquel tiempo que, a pesar de las situaciones difíciles, llegarían ciclos de paz para el mundo.
Ahora que ustedes, misioneros Míos, saldrán de Kibeho colmados por el amor de vuestra Madre Celeste y tocados internamente por la devoción del pueblo de Ruanda, les digo que sigan adelante, sin buscar resultados, sino entregando cada día más momentos de servicio compartido.
Así, Mis hijos, Yo podré obrar a través del desapego de vuestros corazones, y juntos aprenderán que la unidad es la verdad que construye los puentes hacia el infinito.
Vuestra Madre Santísima ahora se prepara para llegar hasta el pueblo de Uganda; almas de esa región guardan la historia del abandono y del olvido absoluto de los hermanos que allí existen. Por esta razón, Mi Hijo ha enviado nuevos misioneros de diferentes partes del mundo para que, por medio del amor al servicio, las bases de la esperanza y de la confianza que muchos hijos ugandeses perdieron puedan volver a construirse.
Si el mundo tomara consciencia por un instante de cómo están otros hermanos, el Universo ya habría derramado Su Misericordia, pero son necesarios soldados de la luz que estén dispuestos a dar alivio al sufrimiento eterno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz!
Los prepara para seguir sirviendo de alma y de corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El Santuario de la Madre de Kibeho los recibirá con alegría y regocijo, porque los misioneros de la paz estarán recibiendo los dones sagrados de la palabra divina en sus corazones.
En este día, las culturas de América y de África se unirán por un instante, y la fusión entre las razas se manifestará por medio de la esencia del Amor de Dios. En esta hora importante, en la que la caridad y el servicio se unifican, la Señora de Kibeho trae entre Sus manos las últimas Gracias, las que servirán de ayuda para muchas almas presas.
Recuerden, hijos Míos, que Ruanda, Uganda y Congo fueron naciones marcadas por el sufrimiento, la indignación y la conquista, algo que hasta los días de hoy sigue sucediendo en otros planos de consciencia.
Pero las barbaridades de los tiempos deberán ser suprimidas por la Ley de la Justicia y antes de que eso suceda, vuestra Madre Celeste los acompaña por los caminos de la abnegación y de la confianza para que así algunas situaciones puedan ser revertidas a tiempo.
Por eso desde el Cielo, vuestra Señora del Verbo manifiesta las obras que son parte de la Voluntad del Creador y, desde allí, todos Mis hijos son colocados en los estados de la oportunidad y de la Gracia para que todos los males puedan ser revertidos.
Kibeho fue el lugar escogido por vuestro Señor para que, desde el lugar más simple del mundo, en el corazón de Ruanda, se pronunciara la voz de la Madre del Verbo Divino, para que la humanidad colocara en la consciencia lo que ya no debía suceder jamás.
Por esta razón, cuando vuestra Madre Santísima los envía en misión a África, es porque existe la Gracia para que las secuelas del ayer sean borradas por las oraciones y las caridades de hoy. De esa forma, hijos Míos, las tres naciones africanas recibirán una Gracia de estado extraordinaria y, principalmente, las almas serán ayudadas para recapacitar y corregir sus caminos.
África es el continente del sometimiento y de la injusticia, y los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José se han propuesto ayudar a aliviar el peso que allí agobia debido a la falta de fe y de entrega a Dios.
También en esta hora, vuestra visita al Santuario de Kibeho despertará una unificación interna entre las culturas, es decir, las secuelas del genocidio serán borradas por el simple hecho de fraternizar y de volver a instituir el Espíritu de Cristo en los corazones heridos. Esto es obra de la Gracia y de la Misericordia.
Ahora, encaminados hacia el Santuario, ofrezcan a vuestra Madre el santísimo sacramento de la comunión en agradecimiento a todos vuestros hermanos, por haber llegado a África en espíritu de misión y por cuánto estará siendo curado espiritualmente por la colaboración orante de todos los grupos de oración.
De esa forma, hijos, a cada paso que es dado al responder al llamado divino, se abren puertas de luz que estaban cerradas, y las almas, que son las que más necesitan de auxilio y de piedad, reciben la liberación que tanto esperan; esto también es obra del Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege dentro del Santuario de Kibeho,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Verbo Divino
¡Salve Tierra de Dios, salve!
Vengo a retirar de tus entrañas el mal que somete a Mis hijos.
¡Salve Tierra de Dios, salve!
Vengo a liberar la perdición y el sufrimiento de tu corazón.
¡Salve Tierra de Dios, salve!
El Redentor derrama Sus últimas gotas de Misericordia para que tu espíritu se prepare para la purificación.
¡Salve Tierra de Dios, salve!
En Mis manos traigo el alivio para tus hijos, que son los Míos, porque parte de Mí eres tú.
¡Salve Tierra de Dios, salve!
Con Mis pies recorro tus espacios rescatando a las almas que, engañadas, sufren en los infiernos que el enemigo construyó donde había otros destinos.
En este tiempo de redención y liberación, de rescate y lucha por la supremacía de la Luz, miles de almas esperan, en la desesperación, que Mis soldados abran las puertas a través de la oración del corazón para que una oportunidad de liberación llegue hasta ellas.
Recorro junto a Mis hijos misioneros el África doliente y, por medio de cada palabra y cada servicio que ellos brindan, uno el Cielo con la Tierra y, a través de una puerta segura, las almas y las esencias son liberadas para que puedan seguir su camino de evolución.
La consciencia de cada hijo africano que es tocada por la Gracia que Yo derramo por medio de Mis misioneros, es conducida fuera de los infiernos y purgatorios de este mundo, hacia donde hallarán el camino que Dios Me ha permitido ofrecer a algunas criaturas de esta humanidad.
Por eso les pido a ustedes, hijos Míos, que no padecen lo que Mis hijos de África padecen, que oren con todo el corazón para que, por medio de cada oración, Yo pueda rescatar una alma más, una esencia más.
Cuando el Padre escucha cada una de vuestras plegarias hecha con el corazón, Me permite derramar una Gracia más sobre más hijos Míos que, desde hace tanto tiempo, padecen sin ninguna posibilidad de alivio.
Durante las próximas tres semanas, en las que Mis misioneros caminarán junto a Mí por esas tierras de dolor y sin paz, les ruego que nos mantengamos cada vez más unidos para que, con el más puro amor que emana de los Sagrados Corazones, podamos elevar la consciencia africana al Reino Celeste y así liberar de este planeta la deuda que la humanidad tiene con el Universo antes de que llegue la Gran Justicia Divina.
Estén atentos, hijos, a lo que les digo; sean conscientes del tiempo en el que viven, el cual deben aprovechar correctamente para colaborar, a través de la oración y de la caridad, con este Plan de Rescate que los Sacratísimos Corazones de José y de María llevamos adelante junto al Redentor, Cristo Jesús.
Hoy doy gracias infinitas a los valientes Hijos de María, aquellos que se esfuerzan por acompañarme en Mi vuelo de luz por toda la Tierra.
No olviden que siempre cuento con ustedes.
Los amo y los protejo bajo Mi manto de amor y luz.
Gracias por estar hoy Conmigo.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Hijos míos:
La misión en África recién comenzó, por eso vuestro espíritu de unidad y amor debe ser más fuerte que vuestras diferencias. Pronto ingresarán a la nación de Ruanda, altamente golpeada por el error y la muerte, eventos sucedidos 10 años después que Yo intenté evitar una masacre continental.
Por eso, hijos Míos, fueron llamados para colaborar conscientemente en la liberación y perdón del sufrimiento ocasionado a los ruandeses durante estos últimos años. A través del corazón misionero de todos los que sirven al Plan del Redentor, vuestra Madre Celeste se introduce en el continente africano por segunda vez y, a través de los misioneros de la Paz, Mi Corazón podrá llegar a todos ellos.
Mis hijos misioneros en esta nación no solo verán el resultado material de todo lo que fue gestado por Mi adversario, también encontrarán en los rostros de sus hermanos las secuelas de la degeneración de la cultura y de la fraternidad.
Pero la victoria de Mi Corazón Inmaculado se logrará mediante la ayuda amorosa y abnegada de todos. Por eso, la oración del corazón de todos los misioneros consagrados será la puerta de entrada al Reino de Dios.
Vuestra Madre Santísima ya está descendiendo sobre la nación de Ruanda para impartir nuevamente el espíritu de la paz y de la restauración espiritual a las consciencias.
Hijos Míos, será importante que todos estén bien unidos de alma y de corazón, como también será importante que vuestras ideas y diferencias no prevalezcan entre los grupos que son congregados para servir por el espíritu de la misericordia.
Hijos amados, no abran las puertas a Mi adversario; él intentará hacer temblar vuestro suelo, pero recuerden que la fortaleza de Mi Corazón siempre los socorrerá en cualquier perdición.
Sigan los pasos que les pido. Pronto visitarán el santuario de Kibeho, donde la fe de todos Mis hijos de Ruanda expresa una sincera recuperación de la sociedad y de la dignidad humana.
Mientras Mi plan en África, especialmente en Ruanda, Uganda y Congo, comienza a proyectarse en el corazón de los servidores, Yo les pido que busquen la esencia de la unificación, eso los protegerá de ustedes mismos y evitarán perderse en las cosas superficiales.
Mis hijos misioneros ya ingresan en el primer ciclo de la purificación a través del servicio transmutador, pero Mis manos los sustentarán.
Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz.
Los lleva hasta el corazón de Ruanda,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ahora vengo todos los días del Supremo Cielo para concelebrar junto a Mi Hijo la comunión reparadora del primer sábado de los próximos cinco meses, ejercicio espiritual que deberá ser retomado por todos Mis hijos.
Quien reciba esta comunión reparadora podrá ayudar a que las promesas que Yo he hecho a la humanidad se cumplan. En los próximos cinco meses, el primer sábado de cada mes, todos ustedes están invitados a recordar y a meditar en los misterios del Santo Rosario. Por eso, hijos, aquellos que mediten al menos en un pasaje del Santo Rosario tendrán como Gracia Mi ayuda maternal y divina.
Hoy vengo desde el Universo para recordar a todos que no olviden realizar este acto de reparación de forma seria y consciente, pues la humanidad sigue caminando hacia su autodestrucción y esto podría tener repercusiones mayores.
Para eso, hijos Míos, y para atender Mis pedidos, los invito a leer las promesas y los efectos que tiene esta comunión reparadora con Mi Amado Hijo Jesús, promesas que fueron transmitidas a Lúcia dos Santos, después de Mi presencia en Fátima.
Dios desea que los buenos corazones, los que hasta ahora no están presos por los martirios de los otros, puedan ofrecer al universo el acto sincero y reparador de esta comunión; principalmente para que hoy se alcance la Paz, el fin de las aniquilaciones y así descienda la Misericordia de Mi Hijo sobre los pecadores.
De esta forma, ofreciendo la comunión reparadora por la humanidad y en unión al Padre Eterno, ustedes Mis pequeños, crearán universalmente una condición más favorable para que la ley cambie y el mundo alcance la Paz.
Hoy enciendo en todos la llama de la pureza original para que se unan a ella y reconozcan que solo a través de la pureza de corazón la humanidad entera recuperará la inocencia.
Abran vuestros ojos y vean en el Cielo la señal de la Mujer Vestida de Sol, la que llega a vuestro encuentro para derramar Sus últimas Gracias sobre la humanidad.
Queridos hijos, hoy también deseo dedicar Mi gratitud a todos Mis hijos amados que están haciendo posible la Misión de Paz en África; les digo que la necesidad espiritual podrá ser atendida y las almas de los que sufren tendrán un mejor destino. Por este importante fin, Mi Corazón los acompañará en esta nueva misión, que tendrá como ejercicio llevar la Divina Misericordia a los que más sufren.
Queridos, hoy recibo en este Centro Sagrado la visita de los peregrinos que, colmados de fe, adquirieron la fuerza necesaria para subir hasta lo alto de Mi Colina de Luz. A todos ellos les entrego Mi Amor y Mis bendiciones y les recuerdo que aquí encontrarán una Fuente de alivio interior y de cura profunda.
¡Les agradezco a todos por responder a Mi importante llamado!
Los reúne en el Santo Cenáculo del Corazón de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más