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Hijo:
Para tener parte en los misterios de Cristo, tendrás que descubrir también los misterios de Su Cruz.
El Señor sella el compromiso con Sus compañeros ofreciéndoles beber del mismo Cáliz de Su Sangre derramada: Cáliz de la Voluntad Celestial que trasciende todo, la carne, la condición y la vida humana.
Para tener parte en la Gloria de Cristo, habrás de tener parte en Su Cruz, aceptando de Dios las renuncias y los sacrificios que Él te invita a vivir en este tiempo; no para hacerte sufrir, sino para que descubras la Gracia que se esconde en la renuncia hecha con amor y en el sacrificio vivido en paz por la reparación de los pecados del mundo.
Cristo vino a este mundo como parte viva de la Consciencia Divina y, siendo Él el mismo Dios, experimentó y vivió profundamente la condición humana. Fue tentado por todo el mal que rodeaba la Tierra; fue probado en el miedo que habitaba en Sus huesos de hombre, en Su íntima fragilidad humana. Padeció lo que el ser humano más teme, el sufrimiento, y convirtió el mayor pesar de Sus criaturas en un acto de Amor que transformó la historia de este Universo, así como el de toda su creación.
Después de haber vivido todo eso, dejó abierto para mundo el camino del calvario espiritual, de la entrega absoluta, del Amor superior. Y al haber vivido todo lo que ninguna criatura podría soportar, ahora solo te llama a cumplir con tu parte.
Tu cruz no pesa tanto como la Cruz de Dios; tu calvario no es tan largo como aquel por el cual pasaron los Pies del Señor; no tienes una corona de espinas clavadas en tu rostro; no te insultan ni te humillan los hombres, tus hermanos. Tienes al Padre que te tiende las Manos; tienes al Hijo que viene a tu encuentro y tienes al Espíritu Santo de Dios esperando en la puerta de tu casa interior para hacerte renacer como consciencia, como corazón.
Él quiere darte un corazón nuevo, digno de ser habitado por Aquel que te creó; y todo lo que tienes que hacer es seguir la Ley primera, el mandamiento sobre los mandamientos, en la cual se reúnen todos los designios del Padre: amar al prójimo como a ti mismo y a Dios por encima de todas las cosas.
En el camino hacia el Amor se encuentra tu calvario. No tienes más obstáculos que aquellos que tú mismo colocas en tu camino.
Decídete a darle más a Dios, porque Él, teniendo todas las cosas, lo dejó todo para ti.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Hoy los llevo a todos al importantísimo y luminoso momento del Bautismo de Jesús en el río Jordán; acontecimiento que, por intermedio del Salvador, llevó a que el mundo entero, durante aquel tiempo, recuperara la dignidad espiritual y el merecimiento del Amor del Creador.
El Bautismo de Jesús instituyó el propósito divino y espiritual de ese sagrado Sacramento para que las almas, mediante el Sacramento del Bautismo, recuperaran la dignidad interna de ser hijos de Dios.
Por eso, el sagrado Bautismo de Jesús en el río Jordán, no solo significó la iniciación del Divino Hijo en Su tarea pública, a partir de ese momento y tres años siguientes, sino que también abrió las puertas para que el Espíritu Santo pudiera obrar en el mundo hasta después de Su Ascensión.
La fuerza del Sacramento del Bautismo y la profunda humildad del Divino Hijo representaron, en aquel tiempo, la posibilidad de reintegrar la consciencia humana a las Leyes universales por medio de la vivencia de los Mandamientos entregados a Moisés; pero con la llave fundamental que Cristo reveló durante Su Vvda pública: “Amarás a Dios por encima de todas las cosas, así como amarás al prójimo como a ti mismo”.
Esto cerró, en aquel momento planetario, el ciclo de la aguda perdición en el cual todo el planeta por ignorancia se encontraba.
El Bautismo de Jesús en el río Jordán también representó la reintegración de los Siete Dones del Espíritu Santo, que una vez la humanidad vivió al principio, a través de Adán y Eva.
El Sacramento del Bautismo, instituido por medio del Bautismo de Jesús, le trajo al mundo la oportunidad de aprender todos los días a amar la vida del espíritu y a no separarse de ella, a pesar de lo que suceda.
Cristo representa el Sacramento de la Renovación por medio del Sacramento del Bautismo. Él es el principio de nuestro camino espiritual y, al mismo tiempo, Él es el fin de nuestra trayectoria en este planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
He venido al mundo, atravesando todos los tiempos y épocas, para pedirle a la humanidad un verdadero y sincero arrepentimiento.
Ahora, vengo fuera de la Iglesia de Mi Hijo, porque como Madre de la humanidad, vengo a llamar y a salvar a los que se distanciaron de Dios y de Su eterna Gracia.
Por eso, he decidido, bajo la autoridad celestial y la obediencia divina, llegar a cada una de las naciones del mundo, para recuperar los verdaderos valores de las culturas y los sagrados principios espirituales que hacen de cada raza o de cada pueblo, una única cultura universal.
En las últimas décadas, Mi adversario consiguió confundir y apartar a las almas de lo sagrado, inspirando la innovación en las mentes arcaicas y los progresos nefastos en continentes enteros, por medio del abuso incontrolable de los Reinos de la Naturaleza y de su propia humanidad.
Con esta realidad planetaria, su Madre y Gobernanta de los Espejos Sublimes de la Creación, juega en el tablero de la definición de los tiempos, a fin de poder retirar del mal camino a todos los pueblos, culturas y religiones que están siendo llevadas al olvido absoluto del camino del bien y de los Mandamientos. Así, las Leyes son ultrajadas en forma permanente y cada esencia pierde su inocencia original.
Es por eso, que he escogido, a pedido del Altísimo, a su grupo de almas para que, en la humildad, en la entrega y en el sacrificio por Nuestro Señor Jesucristo, represente en estos tiempos la síntesis de todas las religiones cristianas y no cristianas del mundo, a fin de que en esta civilización no se pierda el espíritu de la fe y de la religación con Dios.
Esta es una de las misiones más complejas en el fin de los tiempos. Por eso, he conseguido en todos los medios de esta sociedad humana, que las almas sintieran Mi Obra, a través de ustedes, de una forma ecuménica, basada en el Amor de Cristo.
En este sentido, aún queda mucho por hacer, hasta que esta Obra sea presentada en forma neutral y autónoma en las grandes organizaciones internacionales, con el fin de llevar el Mensaje de Paz sin citar religión ni creencia.
Después de que la Iglesia de Mi Hijo le abra las puertas a esta Obra, el Padre cumplirá la última parte de Su Propósito.
Es así, que la Obra de los Mensajeros Divinos se presentará a las organizaciones internacionales como un mensaje del universo para toda la raza humana, llamándola a la reflexión y no a la autodestrucción humana.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Aquí está el Arca Sagrada de Dios, que guarda los mayores tesoros del Universo.
Ella retornará Conmigo a la Tierra para instituir el nuevo Plan de Dios al momento que surja la nueva humanidad.
Retornaré más brillante que un sol y más luminoso que cientos de estrellas.
Mi Espíritu será tan fugaz como el viento, semejante a la fuerza de los océanos y de todos los mares.
Un Portal del Universo se abrirá sobre la Tierra, y los 144 mil lo sentirán porque escucharán Mi Voz en sus corazones y sabrán que la hora se aproxima.
Será el momento en que Dios habrá declarado Su Justicia sobre el mundo; y los impíos, los injustos, lo sabrán.
Por eso, vengo a ofrecer esta Arca Sagrada como última salvación de la humanidad.
He colocado dentro de ella Mi Sagrado Corazón lleno de espinas para que sea venerado, adorado y reparado por los hombres.
Los ángeles participarán de ese acontecimiento, de la Venida del Hijo del Hombre, y no habrá consciencia que quede sin saberlo, porque Dios ya está poniendo fin a las injusticias humanas, a todo lo que es pecado y a todo lo que está perdido.
Como hice hace más de dos mil años en Tierra Santa, vengo a ofrecer Mi Corazón como símbolo de expiación universal para que las almas encuentren un refugio seguro, para que sepan conducirse en los tiempos que vendrán y no pierdan la posibilidad de ser guiadas.
Con todo esto, vengo a revelarles los misterios de Mi Sagrado Corazón, los cuales no son verdaderamente contemplados ni buscados por todos, en estos tiempos.
Escogí este lugar para hacerlo porque aquí ha venido uno de los Míos; ha venido en Mi Nombre a dejar algo que la humanidad no ha comprendido y que ha convertido esa oportunidad en perdición para muchas almas.
Pero Mi Misericordia es infinita, más grande que todos los océanos y que todo el Universo.
Mi Fuente de Gracia nunca dejará de brotar, pero debo ser obediente a Mi Padre, así como ustedes deben ser obedientes a la Ley y a la Justicia.
Mi Gracia no terminará, pero deberé cerrarla en algún momento. Por eso, en estos tiempos, vengo a fortalecerlos para intentar hacer de sus vidas nuevos instrumentos que puedan corresponder a la necesidad de Mi Plan y de Mi urgente retorno al mundo.
Mientras el mundo sea injusto a todo lo que Yo le he dado a través de Mi Sacrificio y de la Cruz, por la profanación de la Palabra, del Divino Verbo, y de la Eucaristía, aún sufrirá más de lo que espera.
Por eso vengo, con tan pocos, a cambiar los acontecimientos y a hacer de sus encarnaciones un momento de renovación y de esperanza para el mundo.
Quisiera que todos los días Me oraran como Me oraron hoy.
Quisiera que todos los días caminaran hacia el Portal de la Paz así como caminaron hoy, con simplicidad, en amor y en sintonía.
Eso ha permitido que Yo viniera aquí, a recoger los purgatorios que existen en toda Europa.
Cuando sus pies caminan con determinación y firmeza hacia Mi Portal de la Paz, muchas cosas Yo puedo hacer a través de ustedes; y todas las que Yo puedo hacer, son muy desconocidas para la humanidad.
Hoy han permitido que Mi Padre concediera traer hasta aquí el Arca de la Santa Alianza, bajo la veneración profunda de Mi Sagrado Corazón, que está dentro de la misma, como esencia y energía.
Quiero que sus ojos observen el horizonte de Mi Corazón, el Universo de Mi Amor y la Divinidad de Mi Consciencia, y que puedan creer que más allá de todo esto existe algo mayor y verdadero, que el mundo aún desconoce.
Hoy pude dejar en sus corazones las Moradas de Mi Padre, aquellas moradas de las cuales Yo he hablado en el Evangelio, en el Nuevo Testamento.
Quiero que no solo oren por ustedes, sino también por el mundo infiel y egoísta; por aquellos que usan Mi Nombre y el Nombre de Mi Madre para promoverse y hacer creer a muchas consciencias que todo es verdad.
No saben cuánto siente Mi Corazón cuando desvirtúan las cosas, como propósito y como designio celestial.
No tengo nada más para entregarles que Mi Corazón y Mi Vida, Mi Alma y Mi Divinidad.
Aspiro a poder ser en los Míos mucho más de lo que Soy.
Aspiro a poder convertir lo que aún no Me permiten.
Aspiro a poder liberar lo que aún se resiste en ustedes, por miedo o por vergüenza.
Mis Ojos de Misericordia no vienen a ver lo que está mal; sino vienen a ver lo que Mi Padre ha creado en lo profundo de sus consciencias, desde el Principio.
Es por la esencia de las almas del mundo que rezo todos los días, a los pies de una luminosa cruz semejante a esta que está junto a Mi altar.
En esta Cruz Yo di todo por el todo y mucho más de lo que los hombres conocen por historias o por relatos, por experiencias o por visiones.
Dios nunca revelará totalmente Su Misterio, porque sabe que el hombre es débil en la carne y en la tentación.
Pero sí, Él podrá dar todos Sus tesoros y lo que existe más allá de este Universo, a los que tienen fe en Él, a los que creen en Su Palabra, a los que viven en Su Voluntad y la respetan, a los que confían plenamente en Su Misericordioso Amor.
El mundo está muy enfermo de cuerpo, de mente y de espíritu.
¿Quién socorrerá este mundo llagado y lleno de heridas?
Un mundo que sufre como consciencia, a través de la humanidad y de los Reinos que Mi Padre ha creado para su beneficio, para beneficio de Sus criaturas.
Estoy como un árbol, esperando que Me contemplen.
Estoy como las aves, esperando que Me alaben.
Estoy como el mar, para que Me busquen en el silencio.
Estoy en el viento, para que reconozcan la caricia de Mi Amor en todo lo creado.
Mi Amor, que es el Amor de Mi Padre, está en todo, esperando por reparación y cura.
Que los valientes se animen a seguirme.
Que los perseverantes no se cansen de seguir Mis pasos.
Que los imperfectos no se amedrenten.
Que los enfermos crean en el Poder de Mi Cura, y que los pacificadores no dejen de dar la paz, a pesar de lo que suceda.
Porque, en verdad les digo, dichosos serán los que hagan cosas más grandes que las que Yo hice, porque en el Cielo serán coronados por vivir y buscar Mi Humildad; porque en el Universo serán reconocidos como Mis siervos del fin de los tiempos, y como los santos de los últimos días.
Ofrezcan sus pequeños sufrimientos por los que más sufren.
El planeta, como un todo, como consciencia, es el mayor dolor de este Universo.
Retornaré en Gloria para corregir este proyecto humano y esta gran idea, divina e inmaculada, que Mi Padre emanó de Su Corazón al Infinito.
Cuando vean que el mal hace temblar todo y que las mayores dificultades de la Obra se presentan, sepan que Mi enemigo está inquieto, porque estoy dando pasos firmes, camino a Mi Retorno.
Que se enciendan las antorchas de los Nuevos Cristos.
Que se eleven los estandartes de la rehabilitación.
Que en lo alto de los montes se vean las banderas de la paz, porque el fin está llegando, aunque muchos no lo crean.
Refúgiense en el Inmaculado Corazón de Mi Madre.
Oren, adoren y esperen en silencio, porque una señal significativa pasará y no podrán estar distraídos, sin poder verla.
Esa señal indicará el fin del último fin y la llegada del Omega a la humanidad.
Los Libros Sagrados terminarán de ser escritos porque la Mujer Vestida de Sol abrirá el nuevo cofre, en donde las perlas más preciosas de la redención serán presentadas ante los Tronos de Nuestro Señor.
El Arcángel Gabriel anunciará a Sus ángeles el momento de Mi Llegada, y la última trompeta en el Universo Celestial se escuchará. ¡Ay de aquellos que no hagan penitencia!
La Justicia será muy grande por lo que la humanidad ha hecho, pero Mi Misericordia salvará a aquel que se rinda, de verdad, por él mismo y por sus hermanos.
Ya no busquen la paja en el ojo ajeno. Ya no juzguen, ya no critiquen.
Sean misericordiosos como Yo lo Soy, hasta el final de la cruz, hasta que sean traspasados por la Lanza del Amor de Nuestro Padre.
Aun en esa hora, no desistan porque, aunque aparentemente Yo no esté presente, Mi Espíritu Divino siempre estará en aquel que crea y que viva Mi Confianza.
Que esta Arca sea el símbolo de los nuevos redimidos que veneran, pacíficamente, Mi Sagrado Corazón y que lo hacen por una raza perdida e indiferente.
Alegres serán los que así lo hagan, porque nunca les faltará la fe.
El Reino de Dios se aproxima para derramar Su Justicia, y Yo haré todo lo posible y un poco más por los caídos. Que así sea.
Rezaré en estos días, junto con ustedes, para que estas rosas que han traído a Mi Altar sean bendecidas y, al tercer día de este encuentro, se las lleven como un presente de luz de Mi Sagrado Corazón y como parte de la donación de los Reinos de la Naturaleza a la humanidad, una donación incondicional.
Que en esta Maratón oremos por los que no viven Mis Mandamientos, por los que infringen las Leyes del Universo todos los días, por los que son religiosos y espirituales y no son verdaderos, para que el Espíritu Santo abra sus ojos y rompa los candados de sus corazones; para que descienda la Gracia de Mi Misericordioso Corazón y las almas sean rescatadas de sus abismos. Amén.
Mientras Me elevo al Universo con todas las súplicas recibidas, necesito en esta hora que alivien Mi Corazón de todo lo que ve, día a día, de este mundo.
Estoy aquí por los que Me escuchan, por los que Me viven, por los que Me buscan, por los que creen en su Divino Señor.
Necesito que reparen Mi Corazón, hoy, con una canción muy profunda para Mí.
Yo estoy aquí con ustedes, y ustedes, a través de esta canción dirán: Señor, Tú estás aquí, siempre.
Los bendigo con el poder salvador de la Cruz, con la señal luminosa de la redención y de la paz, para que los espíritus impuros sean liberados y para que las almas encuentren la paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Todos los días, el espíritu de la oración y del servicio al prójimo los ayudará a crecer interiormente y, sobre todo, a dar buenos ejemplos a los que los rodean y a los que los desconocen.
En todo deben imitar a Mi Hijo Jesús, porque Él estaba con los ricos, pero también estaba con los pobres y Su Divino Sentimiento no cambiaba ante las apariencias.
Con esto les quiero decir que un verdadero discípulo es aquel que sigue al pie de la letra lo que su Maestro le indica e intenta, todos los días, cumplirlo mejor, a pesar de sus limitaciones y pruebas, porque si el discípulo no aprende a moderarse ante los demás, ¿cómo las demás almas podrán encontrar al Cristo Vivo en ustedes?
Por eso, mediten en lo que les digo y vean cómo todos los días, ante diversas situaciones, sus corazones y sus vidas manifiestan los ejemplos y si éstos son en esencia verdaderamente crísticos y solemnes.
Deben tratar la vida, las cosas y, sobre todo, lo ajeno con solemnidad, porque ustedes no saben qué misterio hay por detrás de cada situación o acontecimiento.
Si moderan sus actos, si observan con amor las reglas, finalmente aprenderán en estos tiempos difíciles a representar a Mi Hijo en la Tierra. De lo contrario, si todavía no cuidan las cosas simples y las personas como si fueran verdaderos tesoros del Cielo dados por Dios, ¿cómo podrán ser misericordiosos con el semejante?
Recuerden los Mandamientos y vuélvanlos a poner en práctica; porque podrían estar robando y no lo percibirían, podrían estar matando el despertar interior de un semejante con sus actos y no lo percibirían, podrían estar ostentando y usando algo que no les corresponde y estarían infringiendo gravemente la Ley, estarían en serias deudas.
El Reino de Dios es la promesa de Dios para todos, búscalo primero dentro de ti en el día a día, no dejes que la soberbia, la infracción indebida o la indiferencia cieguen tu corazón, porque podrías no estar percibiéndolo.
Corrige tu vida todos los días y hazlo por Jesús, por el triunfo de Su Plan de Amor en las criaturas.
¡Les agradezco por escucharme de verdad y por poner en práctica Mis palabras!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.
Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.
Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.
Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.
La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.
Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.
Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.
Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.
Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.
Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.
En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.
Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.
Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.
Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.
Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.
Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.
Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.
De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.
Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.
Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.
Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.
Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.
Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.
Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?
¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?
No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.
Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.
Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.
Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.
Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.
El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.
Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.
¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?
No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.
Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?
Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.
Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.
Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.
Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.
Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.
Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.
Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.
Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.
Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.
¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?
¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?
¿Cómo nacerá una nueva consciencia?
¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?
¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?
Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.
Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.
Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.
Hoy, finaliza una etapa en México.
Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.
Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.
Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.
El corazón sincero es el que vive en Cristo.
El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.
El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.
El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.
El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.
El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.
El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.
Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.
Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.
El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.
Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.
El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.
El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.
El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.
El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.
El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.
El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.
El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.
Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.
Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.
Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)
Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.
Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.
Les agradezco.
Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”
No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.
Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.
Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.
Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)
No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.
Les agradezco.
(*) El coral entona “Corazón Sincero”.
Miseria mayor que la miseria de la materia es la de la falta de compasión y de unidad entre los hombres.
Carecer de lo necesario es consecuencia de una carencia aún mayor, una carencia que no es individual, sino que es humana: la carencia de amor en los corazones.
Ser pobre y miserable materialmente, hijos, no es el mayor de los males. Ser pobre de virtudes y miserable en el espíritu es lo que le impide al hombre repartir el pan para el cuerpo.
En donde no hay compasión, no hay igualdad. En donde hay indiferencia, no puede haber fraternidad ni equilibrio.
No se indignen con la miseria inhumana en la que viven sus hermanos, si aún les falta compasión y fraternidad y, con eso, colaboran con el crecimiento de la indiferencia y de la desigualdad social que viven hoy como civilización.
Hijos, que haya más acción y menos emoción en sus vidas. Que estén más listos para actuar y que no se dejen envolver por sentimientos que no hacen crecer el espíritu.
Si estuvieran delante de la miseria de sus hermanos, no les den solo un pan; además del pan, denles también la propia vida, ofreciendo su transformación en reparación de la carencia que hay en la consciencia humana y que resulta en esa miseria que ven plasmada en la materia.
Amen, sientan al prójimo por medio de la compasión, sean fraternos, venzan la indiferencia, venzan el egoísmo, ríndanse
a la fraternidad y borren de su consciencia el miedo de carecer de algo en el futuro; ese miedo que hace que guarden todo para sí mismos.
Son esos códigos, hijos, los que, cuando son depositados en la consciencia humana, hacen la diferencia.
¿Por qué reclaman tanto de los sistemas de gobierno y se indignan con la miseria social, si nada hacen para que la consciencia humana sea otra, e incluso, alimentan los viejos patrones que la mantienen en ese punto de involución?
Es hora de crecer y de forma muy neutra dar los pasos, comprendiendo el punto en el que ustedes se encuentran y esforzándose todos los días para que la humanidad reciba nuevos principios divinos.
No busquen virtudes para sí, para afirmar la miseria ajena y resaltarse a sí mismos; intenten ser virtuosos para que la humanidad entera lo sea. De esa forma, hijos, es como alcanzarán virtudes verdaderas.
Sirvan y sientan en el corazón el pesar por la miseria material e interior de sus hermanos, pero ¡no permanezcan allí! Cambien, crezcan, alcen vuelo y lleven consigo cada corazón humano.
La meta no es solo la propia santificación, la meta es la conversión de toda la humanidad y la cristificación de una raza entera, que sea capaz de amar al prójimo como a sí misma y a Dios sobre todas las cosas.
Que la paz y la unidad estén en sus corazones.
San José Castísimo
Las señales del tiempo ya fueron escritas y ahora estas se revelan para los tiempos que llegarán.
Los libros se abren ante su presencia y los sellos ocultos del Cielo son revelados para que los acontecimientos sucedan sobre la faz del planeta.
Mas la fe será la templanza para alcanzar el paraíso, y su persistencia se encontrará en seguir el camino ciegamente, aquel que les indica el Pastor, el que viene al fin de los tiempos, para manifestar Su gloria en los nuevos espíritus redimidos.
Ayer les entregué una parte de ese secreto. No es de importancia, compañeros, que sus corazones comprendan las Escrituras del Universo.
Es importante, compañeros, que sus espíritus se adhieran a las Leyes que Yo les manifiesto, para poder vivir en el Corazón de Dios.
Porque si ustedes viven los Mandamientos, las Leyes básicas proclamadas a Moisés, podrán vivir las Leyes que vendrán, aquellas que permearán el planeta, dentro de su nuevo tiempo cósmico, cuando el real tiempo del Universo vibre en sus células para encontrar el Reino de Dios, el cuál muchos están perdiendo por la severidad de estos tiempos, que compromete a las almas a seguir otros caminos, que no son de la Voluntad de Mi Señor.
Yo vengo a recordarles los Mandamientos y las Leyes, para que a tiempo puedan corregir sus vidas. Así, Mi Corazón se permeará en ustedes. Seremos uno en este nuevo Proyecto y podré caminar a su lado todos los días de sus vidas para que no se sientan solos entre las tinieblas de esta humanidad.
Pero sepan que Yo Soy esa Gran Estrella, que puede brillar fuertemente en sus corazones. Lo más importante para este nuevo tiempo que llega, después del día 8 de agosto, es que vivan esa comunión perfecta Conmigo y que recuerden unificar esa comunión con sus semejantes, amándolos cada día más, perdonándolos, aceptándolos y viviendo la cruz que ellos llevan, que es más pesada que la de ustedes.
Por eso, compañeros, Yo vengo a recuperar en sus vidas algo que aún no ha enseñado la humanidad que es el espíritu de la fraternidad, el cual muchas veces olvidan por la superficialidad de la vida, los compromisos que adquiere con esta vida material.
Esta fraternidad, de la cual Yo les hablo hoy, se trata de la unificación de sus corazones con el Propósito de Dios. Por eso, Yo vengo a estar en medio de ustedes, en esta jornada especial de oración y de paz, para que de esta casa santa ustedes salgan de aquí más fortalecidos y puedan corregir sus caminos.
Porque en verdad les digo, compañeros, que sus corazones saben lo que no está bien, lo que no hace bien a Mi Corazón Misericordioso cuando toman acciones tan normales y tan comunes para estos tiempos.
Pero Yo vengo a entregarles, compañeros, esa posibilidad, abriendo la puerta catorce de Mi Corazón para que los últimos puedan entrar en Mi Proyecto Redentor y que esté formado plenamente, no solo por servidores y colaboradores de Mi Misericordia, sino por todo el mundo, que en verdad no aspira a estar Conmigo, porque las cosas que Yo prometo son para el próximo tiempo de la humanidad.
Pero Yo vengo a recuperar de sus vidas, aquellos tesoros que una vez conocieron en sus corazones, lo que ustedes conocen como talentos, que serán de tanta urgencia y necesidad para que Mi Proyecto se pueda cumplir en esta humanidad. Si Yo no cuento con sus talentos, más allá de sus destrezas, ¿cómo se cumplirá la Obra de Dios en esta humanidad no redimida?
Hace 2000 años atrás encarné entre ustedes en Espíritu de Vida, de Misericordia y de Redención, para que a través de la instrucción de Mis parábolas y de los prodigios y milagros de Amor, ustedes pudieran evolucionar hacia el Espíritu de Dios y pudieran ser una civilización contemplada por la Fuente Única como un proyecto verdadero y eficiente, que aún no ha terminado.
El Omega aún llegará. Ustedes están cumpliendo esa promesa. Están cruzando una transición, que recién está en los primeros pasos de esta humanidad. Se enfrentarán a cosas desconocidas, verán cosas desconocidas, sentirán cosas desconocidas. Pero si están unidos a Mi Fuego Redentor y se dejan quemar por Mi Fuego Divino para que sus partículas se transfiguren, Yo podré mostrarles el verdadero camino y no perderán esta última barca que pasa para llamar a los últimos, aquellos que formarán la legión de los 144 000.
Hoy ante ustedes manifiesto, a través de Mi Corazón, la Estrella de la Luz, para que sea el símbolo de su guía y nunca pierdan la aspiración de encontrar Mis mundos sutiles, donde permanece el Reino de Dios junto a sus ángeles y arcángeles y a las humanidades que se santificaron en el nombre del Señor.
Ustedes deben llevar hacia sus orígenes, hacia ese paraíso infinito e interior, una excelente experiencia de vida, que tenga los mejores frutos, a través de su experiencia de fe y de unidad.
Yo necesito que estén unificados no solo en la oración, sino también en la vida diaria; que ustedes se unifiquen con sus familias para que ellas salgan del camino de la perdición que ofrecen estas modernidades del fin de los tiempos, olvidándose así de Mi Evangelio, que es la primera Ley de su vida y que ustedes deben aprender antes de su muerte; sino, ¿en dónde quedará ese tesoro que Yo sembré en ustedes hace tanto tiempo?
Yo prometí a Mis discípulos, a los profetas y patriarcas antes de Mí, a través de Mi Espíritu Divino, el Espíritu de Dios, que Yo retornaría en este tiempo, después de Mi Muerte y Resurrección, para traerles una palabra renovadora, un conocimiento celestial verdadero y cada vez más profundo para sus vidas.
Yo sé, queridos compañeros, que en este momento les digo muchas cosas y que sus mentes aún no pueden comprender absolutamente nada. Es en sus corazones donde está Mi Savia de Vida, es en sus corazones donde puede morar Dios, el Todopoderoso, que Yo traigo en este tiempo para que lo puedan reconocer a través de Mi Corazón Glorificado.
Escuché sus intenciones, recibí sus plegarias y hoy abro Mis Brazos; extiendo Mis Manos hacia ustedes bendiciéndolos con Mi Manto dorado de Luz, que representa la protección de Mi Gloria sobre ustedes, lo que los hará invisibles delante de los engaños de Mi adversario.
No dejen de orar, así como Mi Madre se los ha pedido. Los tiempos cambiarán rápido, como así está sucediendo hoy. Es algo que deben percibir pronto y no tomar las señales de la naturaleza como algo normal. El mundo enfrenta su primera transición, pero no sabe cómo será.
Aquel alma que ore de corazón, que devotamente se una a Mi Espíritu Misericordioso, sabrá donde estar y qué hacer en el momento justo, porque Yo la guiaré para que ingrese en Mi Corazón a través del portal que hoy les abro, el portal de Mi Divinidad y de Mi Espíritu, principio inmaculado de Dios para las criaturas de la Tierra.
Y hoy estarán frente a las enseñanzas que Yo les entregué una vez, que son los Sacramentos; renovación de sus espíritus y en consecuencia, de sus almas, de su vida material.
En todo este misterio del Sacramento de Mi Amor, se encuentra el principio de la renovación de su fe y de su esperanza, para que puedan cruzar el fin de los tiempos valientes y siempre reconocer al Padre Celestial en todas las cosas, en todos los aprendizajes de sus vidas y en todos los tiempos.
Yo no vengo a pedirles que hagan cosas difíciles. Yo les vengo a enseñar para que hagan cosas simples, porque allí está Dios con Su Espíritu de humildad, permeando todas las cosas, en todos los momentos de la vida.
Si confían, estarán haciendo lo correcto. Si siguen Mis Pasos, no perderán la senda porque siempre verán Mis Pies caminando delante de ustedes hacia el Propósito.
Bendeciremos los elementos sagrados como así Yo se los enseñé a los Apóstoles en Jerusalén. Recuerden este momento, el momento en que Yo fui bautizado y pedí que los Míos bautizaran en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Así, Yo Me hice Vida en ustedes a través de la Comunión. Yo lavé su pasado lavando sus pies con Mi Agua de Vida. Y a través de Mis Apóstoles, Yo los ungí para liberarlos del espíritu de la impureza.
¿En qué piensan mientras Yo estoy presente?
Deben estar unidos a Mí para vivir este momento como algo verdadero, para que, a través de este encuentro, sus corazones estén plenos en Mí. Así, todo se cumplirá como en el Cielo y en la Tierra.
Ante los ángeles del Cielo bendeciremos. Usufructúen de este momento, para que reciban su parte interior.
Padre Nuestro en arameo, en español y en portugués.
Madre María Shimani de Monserrat:
"Madre Clara, por favor, ¿puede presentarse en la Casa de Oración".
Canción: "Consagración de Santa Clara".
Canción: "Hijo Supremo de Dios...".
Los Sacramentos son oportunidad de renovación para las almas y un principio de redención para todos los seres, para los que lo viven en la sinceridad y en el amor del corazón, en donde Yo siempre estoy presente en todos.
¡Les agradezco!
Vayan en paz, por haber orado Conmigo, por ayudar al planeta en la aspiración de la nueva humanidad.
Yo los bendigo hasta un nuevo encuentro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que suenen las campanas para Mi Ascensión.
"Alabado sea Dios, glorioso Su Reino, Aleluya"
Fray Elías del Sagrado Corazón:
"Hermanos: en señal de recepción"
"Alabado sea Dios, glorioso Su Reino, Aleluya"
Fray Elías del Sagrado Corazón:
"Llevamos las manos a nuestro corazón y agradecemos".
Queridos hijos:
Como la Madre de la Justicia, a través de Mis pedidos, Yo les hago conocer la Ley de Dios y los efectos positivos que tiene en esta humanidad.
Para encontrar el camino de la Ley y vivir en ella, Yo les enseñé, hijos Míos, el verbo de la oración, porque la oración del corazón es una Ley poco conocida. Aquel que se une a ella, descubre y sabe cómo estar dentro de la Ley del Creador.
Hoy, la humanidad está lejos de la Ley del Equilibrio, de la Armonía y, principalmente y, principalmente de la Ley del Amor Divino, todo esto es consecuencia de que el hombre crea sus propias leyes y las lleva adelante ignorando por completo que la verdadera Ley es la del Amor y la de la Unidad Interior.
Las leyes de la Tierra dominan consciencias y regiones distantes y esto recae siempre sobre los más desprotegidos. Por eso, como su Madre de la Justicia, les enseño en este tiempo cómo deben buscar y encontrar la Ley Interior a través de los actos de amor y de caridad.
De esa manera, hijos amados, estarán camino del encuentro de las Leyes de Dios. Recuerden, queridos hijos, que las primeras Leyes que Dios les entregó a través de Moisés fueron los Mandamientos, que en estos tiempos están completamente olvidados y no son cumplidos.
Las Leyes Divinas perduran y actúan a través de los tiempos, de los universos y de la humanidad. Cuando las Leyes no son cumplidas y son alteradas por la humanidad, se padece el resultado y la consecuencia de ello.
A través de los Mandamientos que Dios transmitió por medio de Moisés, toda la raza debía ser educada y preparada para encontrar el camino de la rehabilitación y de la paz. Ahora, que todos pueden ver cómo la humanidad transgrede la Ley, Yo los invito, hijos, de forma especial e inmediata, a vivir en las Leyes de Dios antes de que sea demasiado tarde.
La primera Ley que deberán practicar e implantar en sus vidas, es la Ley del Perdón y de la Reconciliación; solo con esos dos principios tendrán trabajo y esfuerzo para conseguirlo. Y recuerden, Mis amados, que su Madre de la Ley siempre está presente para ayudarlos a crecer desde el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva al conocimiento de las Leyes de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo Soy la Señora de Fátima. En este día preparo el advenimiento del aniversario de uno de los principales acontecimientos de la historia de su humanidad, que es la segunda redención de la humanidad después de la Llegada de Mi Hijo.
Por eso, preparen sus corazones para el camino de luz que Yo tejeré hacia Europa; abriendo puertas y corazones, curando almas y vidas que quieren estar en Mis brazos viviendo la consagración del corazón el próximo 13 de mayo.
Hoy, derramo Mi Inmaculado Corazón sobre el mundo y espero que cada una de sus vidas Me corone como la Reina de la Tierra, a través de la oración del Santo Rosario, la oración del corazón, la oración que los llevará siempre a la paz.
Proclamen, en este tiempo, Mi Palabra de Vida.
Los invito, día a día, a vivir los Mandamientos del Señor, de esta forma gestarán a la Nueva Humanidad que Dios espera.
Hoy, Me abro a acoger sus corazones en Mi Corazón y a preparar esta próxima Semana Santa, como la gran fertilidad para sus vidas, en la que el Señor depositará nuevas semillas para que las plantas y las flores puedan crecer y puedan ofertar sus dones a Dios en un tiempo tan definitivo y delicado.
Hoy, los llamo a reunir las fuerzas a través del corazón para que se unan a Mi camino inmaculado.
Yo vengo a preparar a la humanidad para algo importante. Por eso, siempre pido regresar a Aurora, esta es la cuna de un nuevo proyecto de Dios, en el que algo se vivirá plenamente por todos, cuando se abran al Llamado del Padre y vivan sin miedo la transformación de la vida y de la consciencia.
Yo les ofrezco, día y noche, Mi Corazón Inmaculado. Aquí lo tienen, Él está en Mis manos para ustedes, un Corazón que vivió en esta humanidad y que comprendió la condición humana de todos los seres.
Yo les traigo, a través de Mi Corazón, el Espíritu de Dios. Él debe reinar en sus hogares y familias para que sea la nueva Luz del mundo después de Mi Hijo, Corazón que prepare sus corazones para lo que vendrá en poco tiempo.
Por eso, es ahora, queridos hijos, que llegó el tiempo de vivir en la escuela de la oración, en la escuela de la cura y de la redención.
Mi Corazón Inmaculado también llegará a Fátima en el próximo mes. Mi Espíritu Virginal e Inmaterial circundará a todo ese lugar. Aquellos que quieran verme de verdad, sintonicen sus oraciones con el corazón, porque allí Me encontrarán con seguridad y sentirán la confianza para poder seguir caminando.
Pues Yo Soy su Maestra y Peregrina, Aquella que acompaña a los rebaños de Cristo, que no se cansa de andar en este mundo a lo largo de los tiempos para iluminar los caminos de los que están en la oscuridad.
Vengo a resucitar a aquellos que Mi Hijo Me ha pedido. Vengo a abrirles los ojos a los que están ciegos y a los que han endurecido el corazón por las experiencias de la vida.
Yo tengo la llave para su consagración, como también para su santidad. Cada uno sabe lo que puede darle al Padre.
Vivan, en este tiempo, Mi Mensaje de advenimiento. Mi Hijo Me envía para prepararlos verdaderamente y con consciencia. Yo vengo a preparar sus corazones para la Nueva Tierra.
¿Quién se arriesgará a seguir Mi camino?
¿Quién se animará a vivir por entero Mi llamado?
Estoy formando las nuevas filas de los soldados de la Luz, estoy congregando a los que han caído y a los que no han caído, estoy llamando a todos a vivir la Transfiguración de Mi Hijo.
Queridos hijos, vengo a anunciarles que Dios Me ha concedido un tiempo de perdón para el próximo mes de mayo, en el que el Reino de Fátima resplandecerá una vez más en el mundo y se verán sus Jardines de Luz sobre la superficie. Aférrense a Mi Manto Sagrado, Yo no los separaré del Reino de Mi Hijo, sino que los llevaré hacia el Reino del Padre, en donde viven la Unidad, el Amor y el Perdón.
Por eso, Me nombro como la Nueva Aurora, la Luz del Universo que está llegando a ustedes. Yo Soy la Supraconsciencia Maternal, la Estrella que llega del Universo directo a la Tierra. Dios Me ha concedido ser la Estrella en sus vidas.
Los invito a imitar Mi camino de simplicidad y humildad, así comenzarán a vivir en Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hijos Míos:
Como Estrella de la Mañana, vengo a anunciar el Sol de un nuevo tiempo, que purifica sus vidas, que renueva sus pequeñas almas. Este Sol que llega, Mis queridos, es el Sacratísimo Corazón de Mi Hijo, que iluminará los abismos y rescatará de lo profundo de esos abismos hasta la última de las almas que deben manifestarse, en este tiempo, como imagen y semejanza de Su Sacratísimo Corazón.
Vengo a anunciarles, hijos Míos, una Nueva Aurora en sus vidas, Aurora que nacerá a través de la Presencia de Mi Hijo en este Reino. Quiero que preparen sus corazones con amor, con profunda gratitud, para que sus almas puedan vivir en estos próximos días, con plenitud y esperanza, la Presencia de Mi Hijo en el mundo.
A través de Mi Inmaculado Corazón, hoy ilumino sus consciencias para que puedan descubrir los misterios que están guardados en la Pasión de Mi Hijo, misterios que hasta hoy la humanidad aún no desvendó.
Hijos Míos, quiero que descubran, en sus pequeños corazones, la verdadera victoria que existe en el Sacrificio de Mi Hijo, y que sus preciosas vidas puedan renovarse, en este tiempo, a través de pequeños sacrificios, pequeñas renuncias que puedan vivir para aliviar el Corazón de Dios.
Hoy, quiero que descubran en la Pasión de Cristo la alegría de la salvación, la alegría de la redención que, a pesar de todo sufrimiento, la alegría y la esperanza jamás desaparecieron de lo profundo del Corazón de Mi Hijo.
Hijos Míos, el Corazón de Cristo encontraba la fuerza para levantarse de cada caída en la esperanza del renacimiento de este mundo, y deben aprender de este Sagrado Corazón el poder de renovarse en cada instante de la vida.
Por eso, hoy les digo que no coloquen sus corazones en las pruebas que viven, sino que alimenten la esperanza, la alegría de poder renacer en cada día. Vivan la Pasión de Mi Hijo, ofertando sus pequeñas vidas para renovar el sacrificio de Cristo y, así como Él lo realizó hace tanto tiempo, que la oferta de sus corazones pueda generar méritos para el mundo, para que la humanidad tenga una nueva oportunidad de redención y este mundo, hijos Míos, no desaparezca del universo.
Hoy, quiero que alimenten la fe y la devoción en sus vidas, y que el poder de la oración sea más poderoso que cualquier mal, que la valentía de sus almas pueda vencer el temor que muchas veces amedrenta a las almas del mundo.
Hijos Míos, quiero que, a través de sus corazones, den el ejemplo al mundo de que Mi Hijo ya retorna a esta Tierra, porque Él ya retornó a cada una de sus vidas, porque Su Sagrado Corazón pulsa en sus esencias y renueva sus vidas y sus almas a través de Su Sagrado Sacrificio, a través de Su Amor Infinito.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vean, en esta noche, queridos hijos, nuevamente el ejemplo de la consagración a Mi Inmaculado Corazón, a través de estos hijos que Yo he llamado, que sirven a una gran parte del Plan de Dios.
Pero Mi Hijo dijo una vez, en un Mensaje, que en Su antiguo Sepulcro existieron violetas preciosas que lo restauraron, flores en Su Sepulcro de Amor que lo ayudaron a resucitar y a cumplir con el Plan de Dios en la Tierra.
Hoy, quiero llamar a una de esas violetas para que se consagre, como hija, a Mi Inmaculado Corazón y adorne a partir de este momento los Altares de Mi Reino Maternal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora, vamos a escuchar el cántico: “Consagración”, para que Ella bendiga a estos hermanos y a todos estos objetos sagrados.
Cántico: “Consagración”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, lleven la Paz de Mi Corazón en sus corazones y por donde vayan. Solo eso es lo que basta para este tiempo.
Recuerden que Yo estaré al lado de aquellos que se animen a vivir la Pasión de Cristo, confortándolos y consolándolos, animándolos a seguir adelante, porque Algo Mayor los espera: el Espíritu de Dios, su Padre Eterno.
¡Les agradezco!
Dios quiera que nos veamos pronto en Portugal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
La verdad es que no sabemos cómo lo vivieron ustedes, los que están detrás de la pantalla; pero nosotros aquí hemos vivido un gran momento, en el que Nuestra Señora ingresó definitivamente en nuestra consciencia.
Hoy, en forma singular, aquí, en este espacio en donde nosotros estamos, todos los hermanos que participamos desde el Centro Mariano de Aurora nos pudimos sentir como una sola mente y un solo corazón; y Nuestra Señora vino a envolver a todas estas consciencias en una sola.
Esperamos que los que están del otro lado de las pantallas hayan podido sentir, igual que nosotros, el Amor de la Reina del Cielo y de la Tierra.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Quisiéramos compartir con palabras lo que Nuestra Señora transmitió hoy, pero a veces nos vemos muy limitados por nuestro idioma terrestre. Pero el Amor, que fluye del Corazón de María, todo lo hace confirmar y sentir en nuestro ser.
Durante la Aparición, Nuestra Señora llegó como Nuestra Señora de Fátima, como escucharon. Una manifestación muy contundente y definida.
Traía Su Corazón Inmaculado derramando sangre, ofertándonos los sacrificios que Ella vivió por nosotros, ofertándonos la cura y la redención; pero Su suavidad y serenidad nos acompañó en todo momento.
Las Palabras de María confortaban nuestro corazón y nuestra alma, momento a momento. Percibíamos, detrás de María, la Presencia de Dios y en Ella también percibíamos a Dios.
Ella también, en algunos momentos, nos mostró algunos pasajes de Su vida en Galilea y Su acompañamiento durante la Pasión de Jesús.
Percibíamos que Nuestra Señora estaba activando registros de Luz en nuestras consciencias; llaves crísticas para nuestros seres, que las reconocían en el instante en que Ella las activaba. De esa forma, comulgábamos, a través de María, de toda la vida que vivió Jesús sobre toda la Tierra.
Cuando María se refirió a Fátima, la sentimos en casa, Fátima y Aurora eran una sola. Y aquellos Reinos que Ella expresó hoy tan singularmente, esos Jardines de Luz, llegaron hasta aquí y dejaron algo en nuestros corazones: energías, presencias angelicales y también códigos de Luz que ingresaban específicamente en nuestros espíritus.
María nos fue envolviendo con el Reino de Fátima y nos mostraba, en el futuro, ya Su tarea concretada en Europa, y todas las conversiones y redenciones que Ella realizaría al pasar por Europa.
El momento más especial fue cuando llamó a los hermanos para la consagración y cuando habló directamente sobre las violetas que estuvieron en el Sepulcro de Jesús. Eso no era una metáfora, era un hecho que María estaba revelándonos a través de una escena que Ella nos mostró.
En el momento en el que Jesús fue colocado en el Sepulcro, un grupo de mujeres que acompañaban a María, ungieron con óleos, con aceites, el Cuerpo de Nuestro Señor. Había una mujer muy particular que llevaba en sus manos, en sus brazos, un ramo de flores, y cada una de las flores las fue colocando alrededor del Sepulcro.
Esas flores no solo emitían un aroma muy particular y especial, sentíamos y percibíamos un aroma dulce, suave, que iba envolviendo el Cuerpo de Nuestro Señor y todo el Sepulcro.
Y eso, según Nuestra Señora, fue restaurando el Cuerpo de Nuestro Señor que estaba herido, por la fe de esa mujer, por la fe con la que ella había confiado en Jesús. Ella sabía internamente que era el Mesías, el Redentor; aunque estaba muerto en el Sepulcro, ella confió en el Espíritu de Jesús y ese acto de fe lo resucitó, fue uno de los tantos atributos que ayudó en la restauración de Jesús.
Fue así como nos explicó nuestra Madre hoy. Y hoy explicitó, Nuestra Señora, que cuando llama a consagrar a Sus hijos, no los llama para consagrarlos físicamente, llama a cada una de nuestras almas. Ella quiere intentar que recordemos nuestro compromiso con Su Corazón Inmaculado. Quiere consagrar a los que están sanos y a los que están enfermos, a los que están lúcidos y a los que están locos.
Ella hoy se nombró como la Madre de la humanidad para los que son creyentes y no creyentes. Ella sabe bien quiénes somos nosotros, nos conoce profundamente, aunque no confiemos en Ella o que a veces le hayamos dado vuelta el rostro cuando la hayamos visto en algún momento. Ella nos quiere rescatar y está decidida a conquistar nuestros corazones.
Hermana Lucía de Jesús:
Después de tantas cosas, lo único que quisiera agregar es que durante la oración, antes de que Nuestra Señora apareciera, parece que los ángeles nos escucharon y ellos llegaron de una forma muy rápida, durante las primeras oraciones que comenzamos a rezar.
Y hoy, de una forma particular, ellos iban trabajando con nosotros con mucha alegría, derramaban flores sobre este salón. Y, cuando Nuestra Señora comenzó a aproximarse, veíamos el camino por el cual Ella venía desde el horizonte; y comenzamos a ver otro camino que venía del fondo de esta sala, por donde venían algunos santos que cantaban con mucha alegría. En la primera fila de estos santos, reconocimos al Santo Padre Pío que traía una corona de flores. Los otros santos, que venían detrás de Él, cantaban y derramaban flores sobre el camino. Ellos se detuvieron junto al altar y se quedaron esperando la llegada de Nuestra Señora. Ellos dijeron que venían a coronar a Santa María de Aurora.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Son muchas emociones para abrir nuestros corazones.
Bueno, queríamos terminar compartiendo con los hermanos, que nuestra Madre, en los días de ayer y de hoy, anunció la Semana Santa, la Sagrada Semana con mucha contundencia.
Queremos compartir que esta Sagrada Semana es una invitación de Nuestro Señor Cristo Jesús, Sagrada Semana que también se prolongará en otros Centros Marianos y que será una vivencia de oración, de paz y de cura para todos.
Y les dejamos, a todos, unas preguntas:
¿Por qué será que Jesús Cristo retorna en la Sagrada Semana?
¿Qué es lo que los Sagrados Corazones quieren rescatar en estos tiempos y que podamos vivir de forma verdadera y simple?
Después de este gran impulso de María, llevemos estas preguntas a nuestro corazón para que, en esa semana, pueda ser contestada por Nuestro Propio Señor.
¡Gracias, Madre Divina, por cuanto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo Soy la Reina de la Paz y quiero que todos vivan en la paz que Mi Corazón pronuncia. Estamos en un tiempo difícil, pero la paz es posible.
Mi Corazón resplandece por estar hoy en la Argentina. He visto que Mis hijos respondieron a Mi llamado con más devoción.
Ustedes no saben, queridos hijos, la repercusión que esto tuvo en el Cielo; pues mientras ustedes trabajaban Conmigo, en este día, Yo permanecía orando por ustedes para que las almas fueran tocadas por Mi Luz Celestial.
De esta forma, vean, queridos hijos, qué simple es ser apóstol de Cristo; pronunciar la palabra verdadera en el momento cierto y proclamar la fe desde sus corazones para todos, abriendo puertas para aquellos que las tienen cerradas.
Mi Inmaculado Corazón hoy se aproxima a sus vidas, como una vez se aproximó en Fátima, Lourdes y Medjugorje. Yo Soy la misma de ayer y de hoy, Soy la Madre de la eternidad y del eterno presente. Conozco a cada una de sus vidas, a sus mundos internos y a sus intenciones.
Por eso, en esta noche, Yo los reúno en Mi Cenáculo de Oración, al igual que lo hice con los apóstoles, después de la partida victoriosa de Mi Hijo al Cielo.
De esta misma forma, Mi Hijo Me envía, en esta era, para que Yo pueda agrupar a los rebaños y llevarlos al establo de Su Corazón, en donde todos vivirán la Comunión eterna y perpetua. A pesar, queridos hijos, de que estén enfrentando un tiempo de purificación, Mi Corazón quiere sostenerlos fuerte, mantenerlos entre Mis brazos para que puedan sentir el calor y el Amor de Mi Corazón.
Hoy, Me anuncio en Argentina como la Reina de la Paz, al igual que Me anuncié en Venezuela hace poco tiempo. Comprendan, a través de este misterio de Mi Corazón, queridos hijos, cómo Dios Me envía a peregrinar entre las naciones y los pueblos, abriendo nuevas puertas de Luz para todos, reconciliando corazones y curando vidas.
Su verdadera cura del corazón, queridos hijos, se encuentra en la oración de Santo Rosario. Pero estos tiempos ameritan orar de una forma operativa.
El Cielo necesita aproximarse a sus consciencias para que el Espíritu Santo de Dios pueda actuar, los pueda reunir como almas al servicio del Creador y socorrer a la humanidad enferma.
Muchos espíritus, que están sobre la Tierra, se pierden ampliamente por sus acciones y engaños; pero Mi Luz Celestial y Maternal se anuncia desde el horizonte divino y la Estrella de la Paz se aproxima a sus corazones para recordarles su compromiso con Cristo.
Mi Corazón no viene a evangelizar sus vidas, sino a abrir sus corazones a la Fuente Mayor.
Queridos hijos, muchos de ustedes se han olvidado de Dios. La vida les ha quitado el tiempo de orar con Dios y, de esta forma, se han olvidado de los Mandamientos, tan importantes, que fueron dictados a Moisés.
En estos tiempos, queridos hijos, Cristo Me envía a darles Nuevos Mandamientos, Mandamientos que encontrarán en los Atributos de la Madre Universal.
Sean caritativos con el prójimo. Sean bondadosos con quién más lo necesita. Amen a quién nunca han amado y sostengan la fe verdadera en sus corazones.
El Cielo quiere derramar una Gracia especial sobre ustedes, pero cada una de sus almas tiene un tiempo para poder recibirla.
Queridos hijos, es necesario que creen una condición con la oración, para que esa Gracia, que proviene de Dios a través de Mi Corazón, se pueda derramar en sus vidas y en sus familias. Necesito que se consagren a Mi Corazón, todos los días.
Sepan, queridos hijos, que una buena Madre siempre protege a Sus hijos; los prepara para dormir en la noche y entregarlos en los brazos del Creador para que ningún mal los pueda atacar; males que se expanden en este mundo a través de las malas acciones y de los resentimientos de los hombres, de las perturbaciones que viven muchos corazones, de la ausencia de paz que muchos viven.
Queridos hijos, acepten Mi Universo de Paz, entren en Mi Océano de Paz. Mi Hijo Me ha concedido esa oportunidad para todos ustedes desde el principio, a los pies de la Cruz; cuando Él Me entregó, como su Madre, a todos los hijos que están sobre la Tierra. Pero debe existir un permiso interior, amados hijos, para que Dios pueda concretar Sus Planes en sus vidas.
Vendrán tiempos difíciles, pero también vendrán tiempos de Gracias. Yo los llamo a vivir en esa Gracia especial, y eso comenzará, queridos hijos, cuando ustedes coloquen su fe en Dios y alivien Su Corazón ofendido mediante la oración, la conversión y la paz. Los invito a ejercitar estas cosas simples. Lo vengo repitiendo a lo largo de los siglos, pero muy pocos corazones escuchan Mi llamado.
Si ustedes amaran la Ley del Señor, en sus vidas no existiría el sufrimiento.
Yo fui una Gran Mujer sobre la Tierra. Fui una Profetiza de Cristo, que llevé el Evangelio a todos, a través de las enseñanzas y del amor.
Yo sé lo que es ser un ser humano. Yo los necesito cerca de Mí, para que puedan percibir Mi energía celestial. Yo los reúno a todos en lo profundo de Mi Corazón. Estén atentos, queridos hijos, a las señales que vendrán. La Gracia Mayor los espera siempre.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Como les prometí, les traigo en esta noche la cura celestial a sus vidas, y esta cura de la cual les hablo, hijos Míos, es la cura del alma, la cura del espíritu, que se podrá manifestar en sus vidas solo si dicen sí y si abren las puertas del corazón para vivir algo nuevo, algo desconocido para sus consciencias.
Hijos Míos, en esta hora, los invito a encontrarme con la mirada del corazón. Pueden visualizar Mi Manto azul, Mi túnica rosada, Mi velo blanco que cae sobre los hombros, Mis pies descalzos que vienen a enseñarles el despojamiento de todo. Pueden contemplar Mi Corona de Estrellas, que representa el Amor que tengo por cada uno de sus corazones. Cada uno de sus seres, hijos Míos, es una de las Estrellas de Mi Corona, las que enciendo permanentemente a través del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Vean ahora, hijos Míos, cómo las huestes de Luz traen hasta esta Tierra la Luz de Mi Reino, y esta Luz permea cada uno de sus corazones, ingresa en sus vidas y va más allá de sus almas; porque Mi Ley no es de este mundo y puedo llegar a todos los corazones que están ligados a sus seres, puedo llegar a sus familias, a los seres próximos y queridos, porque si uno de ustedes Me dice sí, es como si toda la humanidad recibiera esa cura.
Hijos Míos, los invito a abrir verdaderamente el corazón, a permitir que Mi Voz resuene en su interior y, como niños, puros y simples, despierten a este llamado que hace tanto tiempo vengo realizando.
Hijos Míos, cada una de sus almas tiene un compromiso universal Conmigo; por eso, hoy están ante Mi Corazón, pero le cabe a cada uno de ustedes decidir si asumirá este compromiso y si ustedes se volverán apóstoles de Mi Paz o si seguirán en la vida ignorando la Luz que los llama.
Hijos Míos, son tiempos de definición para el mundo y nada más quiero de sus corazones, sino que vivan la Paz de Mi Reino, que puedan vivir una vida de fraternidad, de unidad con el prójimo, que puedan ser ejemplo para las almas del mundo que no tuvieron oportunidad de estar ante Mi Presencia.
Hijos Míos, es necesario en este tiempo que haya una gran conversión en la humanidad, conversión de las acciones, de los sentimientos y de los pensamientos humanos, conversión de la relación con los Reinos de la Naturaleza que tanto necesitan de su auxilio.
Hoy, una vez más les revelo que Mi Presencia Maternal está en todo y que Mi Corazón se expande en los Reinos de la Naturaleza. Por eso, cuando cuidan a estos Reinos, están comulgando de Mi Presencia y de la Pureza de Mi Inmaculado Corazón.
En esta noche, Mi Luz Celestial ingresa en sus vidas. Por eso, les pido que coloquen interiormente a Mis pies todas aquellas situaciones que necesitan luz, que necesitan redención y cura, porque, si confían en Mi Presencia, Yo siempre podré auxiliarlos, podré curarlos y guiarlos. En el silencio de sus corazones, clamen por Mi auxilio, porque elevaré la plegaria que hoy Me entregan al Señor que, por la Pureza de Su Sierva, le concederá la intercesión por toda la humanidad.
Hijos Míos, hoy los llamo a la consagración de la vida, para que muchos más se puedan consagrar al Divino, entregando sus corazones a una Vida Superior, abriéndose a lo desconocido y trayendo al mundo una Vida Mayor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
La cura comienza con la fe en Dios y a partir de allí, queridos hijos, se abren las puertas para la redención.
La Madre del Cielo ama a todos Sus hijos, la buena Madre del Cielo no tiene preferencia por nadie, ama a todos los corazones por igual, porque todos surgieron de la Fuente Mayor. Son chispas del Espíritu de Dios, llamas de devoción que se pueden encender en estos tiempos, para ayudar a la humanidad a la conversión y el perdón.
Por eso, Mi Hijo Me envía a las ciudades a despertar a aquellos que duermen y, como buena Madre, recordarles el compromiso con Cristo, la unión perfecta de sus seres con Su Espíritu Misericordioso.
Hoy, les daré un simple ejemplo, en una nueva consagración de tres preciosas almas, que en sus caminos Me encontraron y Me reconocieron como la Fiel Energía Femenina, la manifestación poderosa de Dios en este mundo y en otros, en los universos y en las estrellas, pues Mi Corazón proviene de la Fuente Mayor.
Yo Soy la emanación del Amor de Dios para la Tierra. Soy la Estrella incandescente para las almas que están en la oscuridad. Resucito en espíritu a todos los seres que están caídos, los levanto con Mis manos y los ayudo a caminar hacia Cristo para un encuentro mayor.
Bendigan sus corazones todos los días; es posible recibir una Gracia Mayor, encontrar el perdón y la paz, que muchos se han olvidado de vivir por las realidades de estos tiempos finales.
Pero Mi Corazón Misericordioso y Compasivo también recibió la Preciosa Sangre de Jesús. Yo adoré el misterio de Mi Hijo en la Cruz, y Soy la primera difusora de Sus poderes celestiales, a través de Su Cuerpo y de Su Sangre, en el misterio sagrado de la Comunión.
Yo los invito, en esta noche de Cenáculo, a que ingresen en Mi Corazón Inmaculado para que Yo los pueda bendecir y que puedan llevar a sus vidas la semilla crística de la Paz, que deberá brotar en el fin de este tiempo para que pueda servir a Dios y a los que más necesitan de Dios.
Son posibles apóstoles de Amor. Son los nuevos evangelizadores a través de la oración. Vivan la devoción de Mi Corazón. Abran las puertas de sus hogares para que Yo pueda entrar, solo necesito estar con ustedes para poder cumplir lo que vine a hacer en este tiempo: ser Madre de todos, de todas las criaturas, de todas las almas y de todos los corazones.
Por esta respuesta que le han dado a Mi Corazón, durante esta noche de oración, Yo les agradezco profundamente y eternamente.
Ahora, acérquense para que Yo los pueda bendecir, colocando Mis manos sobre sus cabezas y, así, Yo pueda interceder por todos Mis hijos, ante Cristo, su Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está esperando que vengan. Por favor, pónganse de pie y acérquense hacia acá.
Canción: “Inmaculado Corazón de María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, bendigo en esta noche esas sagradas imágenes, como muchas veces ya lo he hecho para Mis hijos. Ellas son un símbolo de unión predilecta entre los corazones y Dios, de los que confían en el misterio de Mi Divina Maternidad.
Pero del Cielo he venido en esta noche para bendecir estas tres preciosas criaturas que han escuchado Mi Voz, al igual que todos los presentes.
Hoy, derramo sobre ustedes Mi Amor Materno e Inmaculado, Mi Gracia se proyecta como Luz sobre sus seres; abriendo Mis brazos y extendiendo Mis manos los consagro y los bendigo, pidiéndole a Dios Altísimo Todopoderoso que interceda ante Cristo por todas estas almas preciosas que han encontrado un camino hacia Mi Hijo, en este tiempo final.
Por eso, les pido a los Arcángeles y Ángeles del Cielo, que acompañen estos preciosos espíritus, para que ellos se congreguen como un solo rebaño y cumplan con la promesa de Mi Hijo, preparando ardientemente con devoción Su Retorno a la Tierra.
Aspiro profundamente, como Madre Altísima, a que puedan reconocer a Mi Hijo cuando Él regrese, pues Él se mostrará a todos los que quieran escuchar el Regreso del Maestro en el corazón.
Les agradezco, ahora y siempre, bendiciéndolos con el Arcángel Rafael y Sus Rayos de cura y de transfiguración que nacen desde la Fuente de Dios para todas las dimensiones, los planos y existencias, que el Todopoderoso creó.
Por eso, Yo los bendigo bajo el Poder que Dios Me ha dado como Madre Universal, como Madre del Mundo, como Reina de la Paz y de todos los corazones, para que todos los seres se levanten de donde han caído y caminen hacia Cristo con confianza y en paz.
Mi Maternidad los protege, Mi Luz guiará sus caminos, Mi Corazón palpitará en sus corazones siempre que estemos unidos en la oración del corazón.
¡Alégrense! Este día es especial, la Gracia del Cielo está cerca de ustedes y Mi Corazón los contempla con Amor.
¡Les agradezco!
Canción: “Revelaciones en Aurora”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Para cerrar este encuentro con nuestra Madre Santísima, queremos relatarles brevemente lo que sucedió durante la Aparición de hoy.
Hermana Lucía de Jesús:
Hoy, como todos pudimos escuchar, Nuestra Madre Divina vino como la Reina de la Paz, como describió a todos, con un velo blanco, Manto azul celeste y una túnica rosa.
Y un poco antes de llegar nuestra Madre Divina, mientras estábamos orando, los Ángeles y Arcángeles ya se aproximaban a este lugar y empezaban a realizar una tarea intensa con nosotros y con toda esta ciudad.
Ellos nos liberaban de energías que estaban en nosotros y en el mundo, que son generadas por las acciones humanas, que, como todos sabemos, no siempre son las mejores. Entonces, por eso es la importancia de orar con fervor, de preparar este camino con todo nuestro corazón, porque hoy, como oramos con intensidad, nuestra Madre Divina pudo profundizar en la tarea que realizaba en este lugar.
Cuando Ella ya estaba presente, pudimos ver detrás de Ella varias puertas que llegaban hasta el Cielo. Era como si pudiéramos ver el Paraíso detrás de Ella, un lugar de mucha Luz donde caminaban los ángeles.
Y de este lugar descendía una luz intensa, que en el momento en que Ella hablaba sobre la cura, fue tornándose una luz de color verde. Y esa luz iba ingresando en cada uno de nuestros seres e iba limpiando nuestros corazones de todo aquello que tenemos dificultad en nuestras vidas.
Cuando Ella nos pidió que entregáramos aquellas situaciones que necesitamos transformar, era como si sus almas quedaran cristalinas. Y, aunque ustedes no dijeran nada, Ella podía ver a todos sus seres como si fueran transparentes. Y aquellos que tuvieron una pequeña abertura de corazón recibieron la intercesión de nuestra Madre.
Ella elevaba nuestras ofertas, que pasaban por ese portal por el que llegó hasta aquí e iban a un lugar que nosotros no veíamos, pero que Ella nos dijo que era a los Pies del Creador.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Tuvimos la misma visión con la Hermana Lucía. Solo queremos acrecentar que en un momento de la Aparición se manifestaron varios planetas y constelaciones que rodeaban el aura de nuestra Madre.
Cuando nuestra Madre pidió una intercesión ante el Padre, el Arcángel Rafael se aproximó y trabajó directamente con nuestras esencias y almas, con aquello que Nuestra Madre llama de divino; ese punto interno que cada uno de nosotros tiene, que nos conecta con Dios. Por ejemplo, cuando oramos, ese núcleo divino que es nuestro Dios interior se activa a través de la oración y entramos en comunión perfecta con el universo.
Nuestra Madre nos hacía mucho énfasis en eso y necesita que nosotros lo podamos recuperar conscientemente. Ella se ofertaba amorosamente para ayudarnos, no solo para curar nuestra vida interior, sino para que nos unamos a Dios cada día más.
En el momento de la bendición, Ella descendió un poco más, se aproximó un poco más a nosotros. Amorosamente, los llamó a todos ustedes para la bendición y colocó, como Ella dijo, Sus manos sobre nuestras cabezas y sentimos Su Amor Materno, Su protección, Su paz, Su profunda armonía y esperanza. Sentimos a Dios a través de Sus manos, por la energía que Ella derramaba como Luz; y, simbólicamente, Ella nos abrazó a todos, estrechándonos bien cerca de Su Corazón para que podamos, en esta noche y a partir de este momento, confiar en Ella, porque Ella es nuestra Mediadora. Ella viene a recuperar en nosotros aquello precioso que hemos perdido, como Ella nos dijo: la alegría, la esperanza, la fraternidad y principalmente la oración que nos ayudará, según nuestra Madre, a poder sobrevivir en estos tiempos difíciles.
Así, Ella nos invitó, universalmente en esta noche, a unirnos al Universo de Dios mediante la oración, la reconciliación y la unión que cada uno de nosotros pueda generar día a día por su esfuerzo, colaborando por este planeta, por esta humanidad que nuestra Madre ve que está enferma espiritualmente y que necesita curarse, prepararse para recibir a Su Hijo. Y no es la primera vez que nuestra Madre nos dice que Su Hijo está regresando.
Ella verdaderamente, en esta noche, nos colocó entre Sus brazos a cada uno de nosotros y como una Madre amorosa contempló nuestros problemas y dificultades. Pero Ella, en esta noche, no veía nuestros problemas o dificultades; Ella contemplaba nuestras esencias, el amor que tenemos guardado dentro de nuestro corazón, y que dijo que necesitamos derramar en este tiempo para evitar algunos acontecimientos y para que podamos curarnos en Dios.
Hermana Lucía de Jesús:
Mientras el Fray relataba, yo recordé algo.
Cuando nuestra Madre Divina comenzó a hacer un movimiento, en el que la Luz descendía del Reino Celestial, y fuimos viendo que el Arcángel Rafael se aproximaba con una Luz verde intensa, y sentíamos la energía de cura llegando hasta este lugar; nuestra Madre Divina nos decía:
“Yo podré curar a sus almas, a sus corazones y a sus vidas, pero ¿estarán dispuestos a mantener lo que les entregaré?”.
Nos gustaría que todos quedáramos con esta pregunta en el corazón, porque de la misma forma en que es simple recibir esa cura, también es muy simple perderla por las acciones de nuestra vida. Porque, poco a poco, nos vamos olvidando de Dios, y si no mantenemos este momento a través de nuestra persistencia, de nuestra oración, este momento se va perdiendo de nuestra vida.
Entonces, nuestra Madre Divina nos dejó un compromiso, que es algo simple: que recordemos esa energía que Ella deja en nuestro interior y que, a través de nuestra devoción y de nuestra fe, podamos hacerla crecer y multiplicarse más allá de nosotros para que pueda llegar a nuestros hermanos, para que otros puedan recibir, a través de nosotros, lo que recibimos hoy.
Muchos de los que deberían estar junto a Mí fueron absorbidos por las realizaciones del mundo. Por eso Yo cuento con pocos discípulos para realizar Mi Obra Redentora en el mundo entero.
Algunos ojos humanos están ciegos espiritualmente y, por permanecer en una noche oscura, ni siquiera ven Mi Luz que se aproxima en el horizonte.
Estoy reuniendo a todos los rebaños, aquellos que respondieron y a los que no Me respondieron, porque Mi Padre enviará por segunda vez a Su Glorificado Hijo para separar la paja dura del trigo bello y bueno. Con el trigo que Yo consiga elaboraré con Mis Manos la nueva harina que dará el nuevo Pan de Vida a la humanidad.
Así, los que han acudido con fe a Mi Llamado comerán del Pan de Vida, y Yo enviaré a los que se han alejado de Dios hacia otros puntos, lejos de la Tierra para que, reconociendo sus pecados, sirvan a Dios en reparación, conversión y redención.
Esa nueva harina que muchos desconocen ya está siendo elaborada por Mis Santas Manos. Por eso, aquellos que quieran comer de ese Pan que les dará nuevamente la Vida Eterna, lo deberán buscar en el corazón. Esa harina es el fruto del trigo que ha sido bien cuidado desde el momento de su nacimiento, bien sembrado y después bien cosechado.
Aquellos trigos que han nacido y se han mantenido torcidos de por vida, recibirán la oportunidad de Mi Misericordia. Esto será antes de que los rayos del gran Sol, que alumbra sus días, irradie el Poder de Dios sobre el mundo, poder que quemará lo impuro y hará rebrotar lo que ha quedado seco por la mala obra de otras manos.
Por eso, procuren tener un corazón puro para que las tentaciones y las rivalidades de este mundo no los sumerjan como ya han sumergido a muchos de Mis rebaños, los que ahora están naufragando sin dirección y sin puerto. La Ley les permitirá corregir la vida. Muchos olvidaron las llaves que los Mandamientos contienen.
El tiempo que se aproxima los llama al crecimiento interior y para eso Me tienen a Mí, porque Mi Confianza nunca les fallará, sino que los nutrirá con Mi Amor Bueno y Supremo.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Alegren sus corazones, pues el tiempo del apostolado de Cristo se inicia. El Señor aguarda con Amor para saber cuáles de Sus hijos erguirán los brazos y anunciarán su nombre para este santo apostolado.
Ser un apóstol de Cristo, hijos Míos, es confiar plenamente en Su Corazón, es esforzarse con todo el ser para vivir Sus enseñanzas y, a través del ejemplo más que por el verbo, difundir Su Mensaje.
Hace mucho tiempo que el Cielo aguarda este momento, en el que la Buena Nueva del Señor volverá a ser anunciada sobre la Tierra, en el que los corazones nuevamente podrán arder en el amor a Cristo y la devoción será la fuerza de los caminantes.
Amados hijos, para Gloria de Dios, ha llegado el tiempo de vivir definitivamente de la fe, de consagrar sus corazones al Plan del Señor y de vivir para cumplir plenamente Su Voluntad.
Hijos Míos, hoy siembro en sus corazones la virtud de la fe y de la devoción ardiente para que, de esta forma, puedan estar prontos para dar el primer paso en dirección al Corazón Sacratísimo de Cristo.
Quiero encontrar, en Mis hijos, el ejemplo vivo de la fidelidad a Dios, para que una vez más el mundo pueda tener, delante de los ojos y del corazón, un impulso de aquellos que se entregaron santamente a las Palabras del Señor y cumplieron, con amor, Sus Mandamientos.
Yo los invito a ser valientes soldados de la Misericordia, para que Dios funda Su Misericordia en sus corazones y estos sean fuentes de Misericordia Divina para el mundo.
Hoy Yo los invito a seguir el ejemplo de aquellos que fueron locos a los ojos del mundo y vivieron el Evangelio de verdad y con fidelidad absoluta a Cristo.
Yo los invito a entregar el temor, que muchas veces permea sus corazones, para vivir algo nuevo, una libertad celestial que trasformará sus corazones en un puente hacia el Universo de Dios, donde Mi Reino es una realidad.
Aguardo que, en alegría, puedan responder a este llamado. Yo los tomaré de las manos y Conmigo descubrirán un mundo nuevo, que aguarda en sus corazones.
Permítanme, pequeños hijos, encender la llama de la devoción en sus corazones; una devoción que aún no conocen y que, muchas veces, los hará entregar la vida por amor a Dios.
No teman la intensidad de Mis Palabras ni la grandeza de Mi llamado. Es tiempo de grandes obras espirituales por amor al Señor, y Yo estaré siempre guiando sus corazones. Solo ábranse para descubrir Mi llamado y vivirlo con el corazón.
Yo los amo siempre y estoy a su lado.
María, su Madre y Reina de la Paz
Mi compañía al lado de ustedes es perpetua, así como Mi Amor es insondable para todos los que viven desde el corazón. Estoy aquí en Espíritu, en el Cenáculo del Amor, para que los Míos aprendan a vivir las Leyes de la Redención.
Siempre guarden un momento para un encuentro Conmigo, sea en la quietud o entre las almas, así permitirán que Mis Rayos siempre los impregnen y encontrarán un verdadero reposo en lo profundo de Mi Sagrado Corazón.
Hoy les traigo palabras renovadoras que puedan encender de nuevo sus corazones y madurar sus consciencias. Yo Soy el que todo lo renueva de época en época y que impregna todos los universos en Misericordia y Amor, porque Mi Espíritu proviene del Padre, y aquel que viene a Mí se encontrará directamente con el Reino del Amor y de la Paz.
Aquel que busca la Ley la encontrará, porque en la Ley podrá vivir y estar en el equilibrio y en la armonía del Universo. Por eso búsquenme sobre todas las cosas, sobre todo cuando no sientan fuerzas o vigor para llamarme. Yo Soy el que los impulsa a seguir por el camino de la liberación y de la trascendencia. Yo estoy con ustedes a pesar de todo.
Bajo la Unidad Espiritual del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Mandamientos en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos Míos:
Hoy vengo como el Pescador de Almas para que, reconociendo Mi Faz, puedan servirse de Mi Amor Predilecto para difundir Mi Mensaje Salvador en este mundo.
Sé que muchos parecen estar cansados de caminar hacia el Infinito. Yo les digo que carguen amorosamente con la cruz que Mi Reino les entrega y sean agradecidos de recibir, en Mi Nombre, los Rayos de la redención y de la conversión.
Les pido que no bajen los brazos y que abran sus corazones para recibir Mis Mandamientos, aquellos que les ordenarán la vida en el espíritu y en el servicio.
Queridos compañeros, las tareas de los servidores en el fin de los tiempos son bendecidas con la posibilidad del despertar de más corazones al camino de la redención y del perdón. Sepan que será a través de aquellos que se dispongan a servirme hasta el límite que Mi Plan Redentor en el mundo se cumplirá, y esto será antes de Mi Regreso al sufrido mundo.
Sus esencias deben ser como flores en Mis Manos para que Mi Espíritu las pueda presentar como ofrenda de redención ante Dios. Están Conmigo cuando Me dicen sí y Yo estaré más tiempo cuando tan solo Me abran la puerta del corazón.
Vengan y caminen Conmigo porque siempre los protegeré y los guiaré.
Gracias a todos aquellos que Me sirven sin demora y Me donan el tiempo para la Obra Mayor.
Bajo el Amor del Padre, sean misericordiosos.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Salvador y Señor de las Almas
Si Me llaman por Mi Nombre, Mi Corazón Misericordioso estará presente entre ustedes.
Si Me adoran como Consciencia Sacerdotal en la Eucaristía, Mi Corazón Redentor los redimirá y los librará del pecado.
Si Me llaman para que ingrese en su casa, así lo haré, porque estarán abriendo la puerta para que Mi Corazón habite perpetuamente entre ustedes.
Queridos, si están en Mi Fuego Celestial y Universal, Mis Llamas Sacratísimas quemarán todo aquello que no forma parte del Bien y de la Luz. Cuando ustedes purifican el cuerpo, el sentimiento y el pensamiento, Mis Prodigios los acompañan para aliviar la transición hasta la total trascendencia de sí.
No retorno para darles sufrimiento, eso Yo ya lo viví por ustedes y sé qué es el dolor aún no liberado del corazón de los hombres. Mi Fuego que los purifica, al mismo tiempo los consagra como almas dignas de vivir en el Reino de Mi Padre.
Mi Fuente es otro de los Dones Glorificados que Mi Padre Me concedió para bautizar, con Mi Amor, a todos aquellos que se han comprometido Conmigo para este tiempo final.
Soy el Vigía, Soy el Guardián Primordial de todas las esencias crísticas; no teman en este tiempo por lo que puedan estar viendo de sí mismos. Eso es lo que hoy les entrego, Mis amigos, la verdadera faz de lo que Mis ovejas son.
Por eso vuelvo, vuelvo entre nubes, rayos, estrellas, luces y soles para demostrar al mundo que el Hijo del Hombre es quien cumple con los Supremos Pedidos del Creador. Llevo entre Mis Brazos sus corazones y los contemplo como Mi única aspiración, la de que ustedes, en la simplicidad, alcancen la Eternidad.
Mi Reino, el que fue anunciado, está próximo, más de lo que todos Mis rebaños podrían imaginar. Primero vendrá el Espíritu Santo, que preparará en la sabiduría a los soldados para que enfrenten la batalla entre el Cielo y la Tierra.
Todo se curará, hasta la mínima partícula creada por Mi Padre; al final todo se redimirá y se consagrará por los siglos de los siglos a Mi Santo Señor. Anímense por la presencia de Mi Corazón, vivan todos los días en Mi Ley Redentora.
Bajo la Gracia de Mi Padre, sean misericordiosos.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Al final del mensaje diario, el Maestro abrió Sus Brazos e irradió hacia los presentes una intensa luz de amor y dijo:
Sé que aún no todos entienden los Mandamientos, por eso les digo que Mis Bienaventuranzas también son Mandamientos.
En ese momento el Maestro Jesús transmitió la siguiente oración:
Oración Para Vivir los Mandamientos del Señor
Que las Leyes sean la vida manifestada entre el Cielo y la Tierra.
Que la Ley del Propósito Divino
se impregne como Luz en nuestras células.
Que las Leyes Celestiales
sean expresadas por las leyes de la Tierra.
Que me consagre todos los días a la Ley Mayor de Dios.
Que el Espíritu Santo
sea el camino para vivir los Sagrados Mandamientos.
Que a través del Sacratísimo Corazón de Jesús
nuestras almas encuentren la vivencia de las Leyes Divinas.
Que la humanidad sea redimida y perdonada
por la Misericordiosa Ley.
Que en el Padre Celestial
vivamos por siempre la Ley Eterna de Su Gracia.
Amén.
Cristo Jesús, vuestro Eterno Señor
Yo vendré desde los Cielos a curar sus corazones y, finalmente, a retirar de sus esencias cualquier partícula del mal.
El lugar del cual Yo provengo es Belén; Belén fue y será la estrella radiante que alumbrará sus vidas, así como Mi Nacimiento en el pesebre encendió con mucho amor Mi Pequeño Corazón.
Queridos, vengan a Mí, apoyen sus manos sobre Mis Hombros, recuesten sus cabezas sobre Mi Pecho porque Mi Amor Redentor los librará y los llevará a encontrar al Padre en todas las cosas de la vida. Quiero que Me hablen, que Me cuenten y Me digan qué necesitan, porque si confían en Mí sabrán pronto cómo proceder en la vida, todos los días.
Hijos, quiero que aguarden Mi llegada porque Yo preparo a los corazones para recibirme, y Mi Luz remueve secuelas profundas, las retira y las purifica. Sepan que Yo Soy quien sostiene sus vidas sobre todas las cosas porque los conozco muy bien desde antes de que ustedes Me conocieran a Mí.
Aguardo por ustedes todos los días; el Pastor ama a sus ovejas y las ovejas deben amar al gran Pastor del Amor. Sé que muchos están cansados por lo que viven dentro de ustedes, pero recuerden que Yo Soy la Luz Victoriosa que procede y viene del Padre Celestial para alumbrar sus caminos, sus esencias y sus corazones. Solo quiero que en cada momento del día Me tengan presente, que Me llamen, que clamen por Mí, que Me quieran tener lo más cerca posible, para que Mi Amor los pueda reparar y perdonar.
No conozco peor mal que la falta de amor de los unos a los otros. Esa es la primera lección de Mi Retorno, Mi Primer Mandamiento, el que hoy renuevo para ustedes como una premisa para la vida. Si aún no saben amar Yo les enseñaré, pero deben abandonarse a Mí por entero para que Yo aparte de sus corazones todo conflicto interior.
Mis queridos, crean en la próxima venida de Mi Reino. Aquellos que serán partícipes del encuentro Conmigo deberán tener el corazón limpio y purificado para que Mi Eternidad pueda entrar en sus moradas. Estoy alumbrando con Mi Luz sus caminos; en cada prueba vean la transformación de su pequeño corazón.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis Mandamientos.
Cristo Jesús
Hijos de Mi Sagrado Corazón:
No pierdan las fuerzas del corazón interior por ninguna causa.
Ustedes, Mis compañeros, alcen sus voces hacia lo Alto porque Dios escuchará su proclamación de amor; así podrán ser rehabilitados espiritualmente por Mi Amor Redentor y sus vidas se volverán benditas y sagradas ante el Trono de Dios.
Mi Señor del Universo Me pide alentarlos, guiarlos, acogerlos, amarlos y sustentarlos a todos dentro de Mi Sagrado y Bendito Corazón; por lo tanto, si ustedes como almas Me abren la puerta de su existencia Yo, bajo el Poder del Padre y del Espíritu Santo, los podré liberar de cualquier mal que los engañe y los perturbe.
Como las asechanzas del enemigo se vuelven incontrolables para las almas, desde el Cielo viene el poder del Rayo de la Misericordia para rescatar y amparar a cada corazón que vive sobre la Tierra. Que Me abran la puerta de su templo interior significa desatar los nudos que controlan la propia vida de la consciencia y que alimentan la lentitud que les impide caminar libremente hacia Mi Luz.
Yo les enseño a amar sobre todas las cosas, a caminar a pesar de los grandes abismos que existan a su lado y los aliento, sobre todo, a confiar en el poder de Mi Amor Salvador y Redentor. Por eso, Mis queridos, no teman por nada; el Juicio está próximo, se realizará desde los Cielos hacia la Tierra y ustedes deberán ejercitar el Amor Compasivo que Yo les he enseñado.
Vivan Mis Mandamientos expresados en las parábolas; todo se renueva y, ahora, Mi nueva Parábola es la Gracia de estos mensajes que Mi Corazón les está entregando y derramando como Luz.
Queridos Míos, sigan adelante, aunque no Me vean, no Me sientan o no Me escuchen, estoy a su lado, caminando en silencio y vigilando el movimiento de su interior. No teman ser purificados por Mi Fuego ni teman enfrentarse a la verdad de sus vidas. Sepan que Yo estoy aquí, retornando primero en Espíritu para ayudarlos ante cualquier situación y para tenderles Mi Mano, la que los llevará al Nuevo Paraíso.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados desde el corazón.
Gracias por guardar en el corazón Mis Mandamientos.
Cristo Jesús
Mientras la humanidad aún busca la satisfacción en la vida, Mi Corazón Materno llama a todas las almas al nuevo y último rebaño de Cristo.
Como mediadora delante de las almas que han encontrado el camino espiritual hacia Dios, quiero que ellas puedan auxiliar a otras almas que se desvían rápidamente del camino de la fe y del Amor de Dios.
Por eso, hijos Míos, pido hoy a todos los orantes que no pierdan tiempo y oren con mucha aspiración hacia lo Alto y aguarden la Infinita Misericordia de Mi Hijo.
Espero de Mis soldados el despertar de la consciencia y que se ofrezcan a colaborar para que la mayor parte de la humanidad pueda vivir un tiempo más de paz. Y como el tiempo pasa rápido, Yo les pido que oren con el corazón, atentamente, para que algo pueda cambiar en la humanidad.
Queridos hijos, ¡recen, recen, recen y recen! Recen con la voz de vuestros corazones para que la Piedad y la Compasión de Dios toquen a los corazones que se han separado de la Ley del Señor.
Recordando la enseñanza de los mandamientos de Moisés, hoy les pido que los tengan presentes en vuestras vidas como las primeras reglas básicas para un buen hijo de Dios.
Queridos hijos, a lo largo del tiempo, la humanidad ha sido llamada a cambiar desde el corazón; por eso ustedes, abran vuestros ojos y vean la Luz Misericordiosa que Mi Inmaculado Corazón está irradiando para todos.
Les recuerdo la importancia de vivir en la fidelidad a Mi Hijo para que vuestros corazones sean guiados y estén protegidos en estos tiempos finales.
¡Les agradezco por responder en estos tiempos a la voz de Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Un día como este once de agosto pero del mes de febrero de 1858 en Lourdes, Mi Inmaculado Corazón trajo a este mundo el Manto Universal de la Cura para todos Mis hijos. A Mi hija Bernarda le pedí que cavara la fuente para que todas las generaciones se sirvieran de ella en la unión amorosa que todas las almas deben buscar con Dios.
Hoy, en estos tiempos de grandes definiciones, Yo los acompaño desde hace ya cinco años, los contemplo y solo les pido que sean inagotables fuentes de oración.
Queridos hijos, aún el mundo no se ha postrado a los pies del Creador y, como Madre de la cura del alma, les pido que continúen orando, orando con el poder del amor de cada uno de vuestros corazones. Eso permitirá que el Universo de Dios actúe sobre todas las consciencias, aún más sobre todas aquellas que necesitan de la Luz Redentora de Mi Hijo.
Queridos hijos, Yo los invito de manera especial en este once de agosto, a convertir vuestra vida en un estado de oración, en un nuevo proverbio de Luz que pueda irradiarse hacia la humanidad.
Yo los conduzco por los nuevos caminos de los pastores, pastores a los que ustedes deben amar y respetar, porque Mi Hijo los eligió para que proclamen el Reino de Dios.
Queridos y pequeños hijos, está llegando el tiempo de unir lo que la consciencia de todos Mis hijos ha separado a lo largo del tiempo. La única religación para todas las almas es el Corazón Divino de Mi Hijo, porque es en Mi Hijo que podrán hallar la Paz y el Perdón de Dios que muchos necesitan.
La humanidad prosigue por el camino de las ofensas y eso repercute en la vida del espíritu; por eso, como Intercesora de todas las almas, los llamo a orar con el corazón para que más Luz pueda encenderse en los que caminan por las penumbras.
Mi Hijo es la Luz del mundo y ustedes son posibles chispas del brillo eterno de Su Sagrado Corazón.
Hijos Míos, es momento de que a través de la oración, levanten los brazos y clamen por Misericordia para que el Universo Creador pueda transformar todo lo que aún la humanidad no logra cambiar.
Sepan, todos Mis pequeños, que están en el último tiempo de Misericordia, y tal como fue anunciado por Mi Hijo al mundo: llegará el tiempo de la Justicia Divina. Amen la Ley para poder amar el Universo de Dios. Recuerden los mandamientos, renueven vuestros votos con el Creador.
Yo los guío, los coloco cerca de Mi Hijo.
¿Aceptan la venida de Su Reino?
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más