APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 7.° ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No dejes que se apague la luz de tu corazón.

Yo he venido aquí para ayudarte y acompañarte. He venido aquí por cada uno de Mis hijos, en este día especial en el que la consagración es la premisa para cada una de sus consciencias, porque el momento final se aproxima y ustedes lo están viviendo.

Anímate, hijo Mío, a ingresar en este calvario al que Nuestro Señor te llama a vivir y a experimentar.

En esta pausa sucedida, entre batalla y batalla, anímate a cargar con la cruz que Él te está entregando para que esta Cuaresma sea una victoria, sea un triunfo para Dios.

Tú sabes que el amor siempre triunfará, el amor nunca perecerá.

El mal no conoce el amor, por eso el mal agrede y ataca. Su furia es desconocida, pero su debilidad es muy grande.

Mientras ames y vivas en la fe, todo se transformará, por más difícil que parezca.

Ahora, la cruz que debes cargar en este calvario, al cual estás ingresando, es la cruz de la humanidad, la cruz espiritual que muy pocos se animan a llevar sobre sus espaldas, que muy pocos se arriesgan a sentir y a soportar, así como lo hizo Mi Hijo.

¿Acaso no crees que te es posible cargar con esta cruz?

Este es el camino de los Nuevos Cristos. Este es el camino de los soldados, de los Hijos de María.

No solo la oración, día a día, te sostendrá, te purificará y te elevará, sino también tu entrega y sacrificio verdaderos por Nuestro Señor, para poder compensar la gran deuda que tienen el mundo y la humanidad.

Dios no derrama sufrimientos sobre Sus hijos. Dios derrama Sus Misericordias y Sus Gracias, pero aún pocos las pueden reconocer, las pueden apreciar y valorar.

Por eso, hijo Mío e hija Mía, resígnense y sean humildes para poder percibir el vasto universo de Dios, para poder contemplar todo lo que Él quiere entregarles.

A medida que pase el tiempo, mayor será la definición. Este es el momento de vivirla y de experimentarla.

Esta es la Cruz del Apocalipsis.

Vestir parte de Mi Manto celeste no es solo una bendición y una Gracia, es un compromiso, es una responsabilidad, es vivir la fidelidad a Dios a través de Mi Corazón Inmaculado.

Yo los preparé en estos años para este momento y hoy recibo con amor las aspiraciones de muchos hijos Míos que quieren consagrarse.

Este tiempo material y los acontecimientos del mundo impiden que Mis hijos se reúnan. 

El mal ha llevado adelante un proyecto desconocido sobre ustedes. Ha paralizado a la humanidad entera, porque la humanidad es muy ignorante e inconsciente. Pero la fe puede renovar todas las cosas. La oración puede transmutar todas las cosas. El sacrificio repara y enmienda los errores del mundo entero.

Mi Hijo espera que existan corazones que se ofrezcan como víctimas de Su Amor, que existan corazones que puedan vivir lo que Cristo tanto espera; que no solo puedan recibir de Mi amado Hijo Su Misericordia, sino también Su dolor, Sus espinas y Sus llagas espirituales.

Este es el Encuentro de los Hijos de María que cierra un ciclo, por ser el séptimo.

En verdad, hijos Míos, Dios no esperaba que la humanidad llegara a este punto y a esta situación, pero llegó, y así está. 

Por eso, los invito a resurgir de las cenizas; los invito a resurgir de la tribulación, del desierto; a salir del pecado, de la mentira, de la soberbia, de la arrogancia y de la vanidad. Los invito a vivir la obediencia, la fidelidad, el compromiso, la responsabilidad, la lealtad y, sobre todo, el amor, el Amor Crístico.

En esos sagrados atributos, Mi Hijo se apoyará para hacer de sus vidas y corazones apóstoles de Cristo.

Su misión está en la convicción de vivir en Cristo y por Cristo, y no de vivir una vida de ilusión material o espiritual.

Hijos, este es el tiempo de asumir el pesado madero de la cruz de la humanidad, para que el mundo se libere para siempre del estado en el cual se encuentra, del lugar en donde se ha quedado desde hace siglos.

Yo solo puedo orar por ustedes y animarlos a seguir adelante, a no bajar los brazos y a atravesar este turbulento tiempo de inestabilidad y de desafíos; tiempo desconocido que nunca una humanidad vivió ni atravesó.

Ustedes son una raza en transición, un proyecto que ha quedado inconcluso y que debe finalizarse. Un proyecto humano que debe realizarse, así como comenzó una vez en el sagrado pueblo de Israel. Ustedes son su descendencia, son sus nuevas tribus.

Cristo necesita gestar, en los corazones verdaderos, Su Proyecto de Retorno. Mientras eso no suceda Él no llegará.

Ruego al Padre Eterno para que llegue ese momento, porque como Madre, sufro por un mundo en caos, en sufrimiento, en agonía y en dolor.

Todas las huestes angélicas, que Me acompañan, ayudan al planeta en todo lo que es posible. Mi Manto envuelve a todas las naciones, pero aún la humanidad no quiere desvincularse del mal.

Sean esa Luz de Cristo que el mundo necesita en este tiempo. Sean ese Sacramento realizado y concretado por la Misericordia de Mi Hijo, dando testimonio de Su Palabra y viviendo en la Eucaristía.

Los signos del Retorno de Cristo serán muy visibles para todos. Pero les pido, hijos amados, le pido al mundo entero que no forje el que se cumplan las profecías, no lo hagan, no lo hagan más. Que sus vidas sean una promesa y no un calvario. 

Que sus consciencias se unan al Proyecto de Dios y a Su Voluntad en estos tiempos en los que la batalla es muy dura y difícil; pero siempre vean a Mi Hijo, aquel Hombre de Nazaret que derramó Su Sangre por ustedes, hasta la última gota.

El suelo sagrado del planeta fue testigo de ese acontecimiento y no lo puede perder ni dejar de valorar.

Ahora aprendan, hijos Míos, a soportar su propia pasión, sus propias agonías e incertidumbres, para que triunfe la purificación del mundo y la liberación de las almas.

En este 13 de marzo de 2021, una puerta espiritual se abre para que todos los Hijos de María la atraviesen. Es la puerta del sacrificio maduro, de una cruz madurada que son invitados a cargar, espiritualmente, junto con Mi Hijo. 

Yo les pido que no se justifiquen ni tampoco se lamenten. Los invito a realizar este trabajo silenciosamente, unidos de corazón a corazón, al gran Corazón de Cristo, el Rey Universal.

Sus manos no conseguirán atender a muchas necesidades, no solo a las que están a su alrededor, sino a las que están en el mundo. Los soldados se reducen en las filas de los Comandos de Cristo. ¿Alguien más perecerá?

No es tiempo de retroceder, hijos Míos; permitan que el Espíritu del Gobierno espiritual de Cristo, los guíe y los ampare; los impulse a encontrar día a día el camino de la trascendencia y de la redención de todos sus aspectos humanos, porque a quien sirva de verdad y se entregue, nada le faltará.

La llamada de Cristo en este tiempo es contundente y clara.

Anímense a ser ese último rebaño y esa última tribu de Israel que está sobreviviendo al fin de los tiempos, porque en medio de la oscuridad brillará la Estrella que traerá la gran consciencia de Cristo al mundo, y Él pondrá fin a todo lo que hoy vive la humanidad, pero primero el planeta se limpiará a sí mismo.

Que todos tengan la oportunidad de enderezar sus caminos y de no olvidar los Mandamientos, que tantas veces se los hemos dicho.

Cuando no puedan más, hijos Míos, los invito a quedarse en Mis brazos, los envolveré con Mi Manto y les cantaré una canción para que puedan dormir, así como dormía al Niño Jesús.

Mi Corazón está pronto para acompañarlos. ¿El corazón de ustedes está pronto? 

Que esta consagración y renovación de votos se profundice en cada hijo Mío. Es necesario orar más para que no se pierda la paz y, especialmente, para que las almas tengan discernimiento en sus decisiones, porque ya nadie más podrá decir que Dios los está castigando.

Las consecuencias son generadas por sus acciones, por sus elecciones, sean conscientes de esto y no sufrirán. Que la estrella del compromiso de los Hijos de María brille en el pecho de cada ser y la ayuda llegará.

Hoy sean ungidos por la señal luminosa de la cruz.

Hoy sean bendecidos por la Madre Celeste.

Les agradezco a todos por haber llegado hasta este momento y hasta este tiempo.

Sigan los pasos de la Madre de Dios, pero que sus pasos sean de pies descalzos, despojados de sí y entregados en confianza al Creador.

Yo los bendigo con la Luz de Mi Hijo y renuevo, en este día, los votos de su consagración.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL MUNICIPIO DE MILLE-ISLES, QUEBEC, CANADÁ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

El Universo se compadece por toda la situación planetaria de estos tiempos.

Por esa razón, él envía toda la ayuda posible para que las almas puedan encontrar el Portal de la Cura y de la Liberación.

Es así que todo el Universo se moviliza como nunca antes lo pudieron haber imaginado.

Todo el Universo se moviliza para ayudar a la humanidad y para que la humanidad pueda tener consciencia de lo que significan estos tiempos y el momento que está atravesando.

Por eso, la Jerarquía se reúne en los diferentes planos de consciencia, medita, reflexiona y a algunas consciencias de la Tierra las hace partícipes de la Verdad para que después puedan comunicar al mundo lo que verdaderamente sucede y no lo que se dice en cualquier lugar de la Tierra.

Es importante, hijos Míos, servirse de la verdadera información para que sus consciencias y las consciencias de sus hermanos no sean desorientadas.

Por eso, los invito a utilizar en este tiempo un rayo imprescindible que es el rayo de la neutralidad, para que nada los pueda sorprender, para que nada los pueda conmover y para que tengan sabiduría, en cada momento, en cada prueba que llegará, en cada movimiento que se presentará.

Por medio de Mi Presencia, hoy les traigo este movimiento del Universo y de sus Jerarquías, para que sepan que no están solos, para que sepan que los estamos apoyando y para que, en este momento tan agudo del planeta, se puedan servir de nuestra Luz espiritual, la Luz que es proporcionada por la Fuente de la Presencia Única.

Es allí en donde deben colocar sus consciencias, así como nosotros, sus Jerarquías, colocamos nuestras consciencias a los Pies de Dios; y somos colmados, bendecidos e invadidos por la Fuente del Amor y de la Sabiduría, que es lo que necesita la humanidad en este momento para aprender a tomar decisiones correctas y no precipitadas.

Es así que Yo les quiero enseñar a servirse del verdadero Conocimiento que viene de la Fuente y que desciende hacia todos los Universos, planetas, soles, estrellas y humanidades, para que aprendan a elevar su consciencia y su vibración en este momento planetario y para que no se dejen amedrentar ni perturbar por todo lo que se dice.

No estoy hablando de que sean omisos con lo que verdaderamente sucede, sino de que tengan discernimiento y sabiduría para poder decidir, y sobre todo para poder comprender.

Estos son los tiempos, así como lo ha dicho Mi Hijo, en los que todo se precipitará y muchas, pero muchas almas aprenderán de una forma inesperada a través de las pruebas y de lo que presentará el planeta como estado de consciencia y como naturaleza, como parte de la Creación.

El parto planetario se aproxima, y para que la Nueva Humanidad y el Nuevo Hombre puedan nacer, todo deberá purificarse porque ustedes, como humanidad, saben que se han desviado del Propósito y de la Ley.

Por esa razón, Yo vengo aquí, al mundo, para anunciarles la Palabra de Dios y para que recuerden la Misericordia del Padre en Su infinita manifestación universal, porque aún está abierta esa puerta hacia Su Divina Misericordia, esa puerta que muchas más almas pueden cruzar en este momento planetario, en el que el rescate es necesario para todos bajo el espíritu de la salvación.

Pero también es el tiempo de que las almas puedan servir a sus semejantes, puedan aliviar el sufrimiento, puedan ayudar a los que no tienen instrucción, porque la mayoría no está preparada para lo que llegará en poco tiempo.

Por eso, los llamamos a la oración permanente, ininterrumpida y constante en este momento, en el que todas las almas necesitan de sabiduría y de discernimiento para que, así, puedan ser guiadas y conducidas por el camino correcto.

Como Madre de la Sabiduría, hoy rezo por ustedes; como Madre de la Cura, intercedo por ustedes; porque los tiempos difíciles mostrarán muchos acontecimientos difíciles y es importante que puedan estar preparados e instruidos para esos momentos, en los que la vida material será removida completamente, tanto en el Cielo como en la Tierra, preparando el surgimiento de la Nueva Humanidad, la que ya no tendrá poder personal ni decisión, sino que aprenderá finalmente a vivir en adhesión a la Voluntad del Padre.

Al no cumplir las reglas y los Mandamientos surgen los sufrimientos, surge la decadencia humana, surge la desigualdad. Pero eso terminará, un nuevo tiempo llegará, pero no todos podrán estar en ese nuevo tiempo.

Muchos deberán aprender en otras escuelas lo que no aprendieron hasta ahora, porque el planeta sigue sufriendo y agonizando, así como los Reinos de la Naturaleza siguen sufriendo y agonizando, y el Padre colocará punto final a tanta maldad y sufrimiento; porque el Padre los creó para que fueran felices, alegres y vivieran en Su júbilo desde el principio.

Por eso, todo será reconfigurado para que pueda comenzar nuevamente, así como debió haberse cumplido en el principio y no se cumplió.

Extiendo Mis brazos hacia ustedes y les ofrezco Mis manos para que se puedan tomar fuerte, y sobre todo les ofrezco Mi Corazón para que puedan estar guardados en Mí y protegidos en Mí en este ciclo.

Llegó el tiempo de que se manifieste su consciencia madura para que, en adultez, asuman esta  escuela planetaria del fin de los tiempos, una escuela que nunca vivieron y que nunca experimentaron en ningún otro tiempo ni en ninguna otra época.

Por eso, todo será removido, desde lo material hasta lo espiritual, desde lo social hasta lo religioso, desde lo más puro hasta lo más impuro para que, finalmente, ya no exista dualidad, sino equilibrio, paz y armonía.

Con coraje y valentía, que cada uno de Mis hijos viva el calvario que Dios le entregó y que lo haga por la humanidad, así como lo hizo Mi Hijo, para que muchas más almas se puedan salvar y encontrar el camino de salida, el camino de retorno hacia la Casa del Padre.

Hoy vengo con estas palabras para hacerlos conscientes y no para asustarlos. Vengo con este grado de instrucción y de conocimiento, de verdad y de transparencia, así como he venido en otros tiempos y en otras Apariciones, en donde su Madre Celeste ha tenido que corregir a la humanidad y advertirla.

Este es el tiempo y este es el momento definitivo, hijos Míos, y eso deben tenerlo presente. Ya no hay espacio para la vida superflua, ya no hay espacio para lo mezquino, para la mediocridad, para la indiferencia, para el desamor, para la falta de compasión.

Este es el tiempo en el que ustedes deberán rehacer sus vidas bajo la Presencia de Dios y de Su Poder, para que sean contemplados por Su Misericordia y por Su Gracia, y así también ustedes puedan vivir el Plan de Rescate, aquel Plan que la Jerarquía Espiritual llevará adelante en este tiempo, en este ciclo.

A medida que se desarrollan los acontecimientos en la humanidad y las naciones viven sus pruebas, las Puertas del Universo se están cerrando, porque llegó el momento del Apocalipsis, del fin del tiempo para el comienzo del nuevo tiempo, porque está llegando el momento del Retorno de Cristo, y ese momento traerá para la humanidad un gran cambio a nivel universal.

Me tomo el tiempo de hablarles lentamente para que puedan memorizar Mis Palabras y no las olviden, porque Mi tarea con ustedes está finalizando y Mis hijos deben estar fuertes y firmes para atravesar lo que deberán atravesar en el fin de estos tiempos.

Yo, como Madre de cada uno de ustedes, Me recogeré en oración como lo estoy haciendo ahora, para orar por su salvación, conversión y redención y para que, sobre todo abiertos y entregados, a pesar de lo que suceda y acontezca en el mundo, puedan recibir a Cristo cuando Él retorne al mundo.

Deben terminar de beber de la Fuente del Conocimiento y de la Instrucción, porque todo lo que fue dicho a lo largo de los años no fue en vano, sino por una causa justa y mayor que va más allá de sus vidas, consciencias y almas.

Sírvanse de lo que les está siendo entregado, porque lo necesitarán en el momento más culminante del planeta. Es a través del amor a ese Conocimiento y del amor a la oración que estaremos unidos, a pesar de dónde se encuentre cada uno en el momento de los grandes acontecimientos. Allí no les faltará la Paz y la Luz para que sepan decidir con sabiduría y discernimiento, y lleven adelante todo lo que Dios les pida.

Yo les dejo este mensaje y los invito a revivirlo y a compartirlo, porque es para todos Mis hijos, independientemente de la religión, del credo o de la raza. Todos son Mis hijos.

Ese es el compromiso que Mi Hijo, en la Cruz, Me pidió vivir por cada uno de ustedes, hasta el fin de los días.

Que la Sabiduría de Dios bendiga sus consciencias y que esa Sabiduría les traiga la cura para el surgimiento del nuevo ser y de la Nueva Humanidad, libre de los errores, de los traumas, de los sufrimientos y del mal.

Que la Gracia de Mi Maternidad los envuelva y que en ustedes se pueda cumplir la Suprema Voluntad para que, en unidad de hermanos y de comunidad, guarden entre ustedes los tesoros sublimes de la Jerarquía para sostener al planeta y a la humanidad.

Yo los bendigo y les doy Mi Paz, la Paz que fortalece el espíritu, la Paz que eleva el alma hacia el Reino de los Cielos, hacia la Vida Mayor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En ofrenda a Dios y en unión a la Santísima Madre, respondiendo a Su pedido, vamos a rezar por tres veces la oración “Sagrada Unidad de Dios”, para que Su Unidad, la Unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo colme con Su Luz este momento y nuestras almas a fin de que tengamos la fortaleza necesaria para seguir los pasos de Cristo.

Sagrada Unidad de Dios
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro a ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das! ¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos Señor.

Y bajo la bendición del Amor del Inmaculado Corazón de María: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo Soy la Señora de Fátima. En este día preparo el advenimiento del aniversario de uno de los principales acontecimientos de la historia de su humanidad, que es la segunda redención de la humanidad después de la Llegada de Mi Hijo.

Por eso, preparen sus corazones para el camino de luz que Yo tejeré hacia Europa; abriendo puertas y corazones, curando almas y vidas que quieren estar en Mis brazos viviendo la consagración del corazón el próximo 13 de mayo.

Hoy, derramo Mi Inmaculado Corazón sobre el mundo y espero que cada una de sus vidas Me corone como la Reina de la Tierra, a través de la oración del Santo Rosario, la oración del corazón, la oración que los llevará siempre a la paz.

Proclamen, en este tiempo, Mi Palabra de Vida.

Los invito, día a día, a vivir los Mandamientos del Señor, de esta forma gestarán a la Nueva Humanidad que Dios espera.

Hoy, Me abro a acoger sus corazones en Mi Corazón y a preparar esta próxima Semana Santa, como la gran fertilidad para sus vidas, en la que el Señor depositará nuevas semillas para que las plantas y las flores puedan crecer y puedan ofertar sus dones a Dios en un tiempo tan definitivo y delicado.

Hoy, los llamo a reunir las fuerzas a través del corazón para que se unan a Mi camino inmaculado.

Yo vengo a preparar a la humanidad para algo importante. Por eso, siempre pido regresar a Aurora, esta es la cuna de un nuevo proyecto de Dios, en el que algo se vivirá plenamente por todos, cuando se abran al Llamado del Padre y vivan sin miedo la transformación de la vida y de la consciencia.

Yo les ofrezco, día y noche, Mi Corazón Inmaculado. Aquí lo tienen, Él está en Mis manos para ustedes, un Corazón que vivió en esta humanidad y que comprendió la condición humana de todos los seres.

Yo les traigo, a través de Mi Corazón, el Espíritu de Dios. Él debe reinar en sus hogares y familias para que sea la nueva Luz del mundo después de Mi Hijo, Corazón que prepare sus corazones para lo que vendrá en poco tiempo.

Por eso, es ahora, queridos hijos, que llegó el tiempo de vivir en la escuela de la oración, en la escuela de la cura y de la redención.

Mi Corazón Inmaculado también llegará a Fátima en el próximo mes. Mi Espíritu Virginal e Inmaterial circundará a todo ese lugar. Aquellos que quieran verme de verdad, sintonicen sus oraciones con el corazón, porque allí Me encontrarán con seguridad y sentirán la confianza para poder seguir caminando.

Pues Yo Soy su Maestra y Peregrina, Aquella que acompaña a los rebaños de Cristo, que no se cansa de andar en este mundo a lo largo de los tiempos para iluminar los caminos de los que están en la oscuridad.

Vengo a resucitar a aquellos que Mi Hijo Me ha pedido. Vengo a abrirles los ojos a los que están ciegos y a los que han endurecido el corazón por las experiencias de la vida.

Yo tengo la llave para su consagración, como también para su santidad. Cada uno sabe lo que puede darle al Padre.

Vivan, en este tiempo, Mi Mensaje de advenimiento. Mi Hijo Me envía para prepararlos verdaderamente y con consciencia. Yo vengo a preparar sus corazones para la Nueva Tierra.

¿Quién se arriesgará a seguir Mi camino?

¿Quién se animará a vivir por entero Mi llamado?

Estoy formando las nuevas filas de los soldados de la Luz, estoy congregando a los que han caído y a los que no han caído, estoy llamando a todos a vivir la Transfiguración de Mi Hijo.

Queridos hijos, vengo a anunciarles que Dios Me ha concedido un tiempo de perdón para el próximo mes de mayo, en el que el Reino de Fátima resplandecerá una vez más en el mundo y se verán sus Jardines de Luz sobre la superficie. Aférrense a Mi Manto Sagrado, Yo no los separaré del Reino de Mi Hijo, sino que los llevaré hacia el Reino del Padre, en donde viven la Unidad, el Amor y el Perdón.

Por eso, Me nombro como la Nueva Aurora, la Luz del Universo que está llegando a ustedes. Yo Soy la Supraconsciencia Maternal, la Estrella que llega del Universo directo a la Tierra. Dios Me ha concedido ser la Estrella en sus vidas.

Los invito a imitar Mi camino de simplicidad y humildad, así comenzarán a vivir en Dios.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hijos Míos:

Como Estrella de la Mañana, vengo a anunciar el Sol de un nuevo tiempo, que purifica sus vidas, que renueva sus pequeñas almas. Este Sol que llega, Mis queridos, es el Sacratísimo Corazón de Mi Hijo, que iluminará los abismos y rescatará de lo profundo de esos abismos hasta la última de las almas que deben manifestarse, en este tiempo, como imagen y semejanza de Su Sacratísimo Corazón.

Vengo a anunciarles, hijos Míos, una Nueva Aurora en sus vidas, Aurora que nacerá a través de la Presencia de Mi Hijo en este Reino. Quiero que preparen sus corazones con amor, con profunda gratitud, para que sus almas puedan vivir en estos próximos días, con plenitud y esperanza, la Presencia de Mi Hijo en el mundo.

A través de Mi Inmaculado Corazón, hoy ilumino sus consciencias para que puedan descubrir los misterios que están guardados en la Pasión de Mi Hijo, misterios que hasta hoy la humanidad aún no desvendó.

Hijos Míos, quiero que descubran, en sus pequeños corazones, la verdadera victoria que existe en el Sacrificio de Mi Hijo, y que sus preciosas vidas puedan renovarse, en este tiempo, a través de pequeños sacrificios, pequeñas renuncias que puedan vivir para aliviar el Corazón de Dios. 

Hoy, quiero que descubran en la Pasión de Cristo la alegría de la salvación, la alegría de la redención que, a pesar de todo sufrimiento, la alegría y la esperanza jamás desaparecieron de lo profundo del Corazón de Mi Hijo. 

Hijos Míos, el Corazón de Cristo encontraba la fuerza para levantarse de cada caída en la esperanza del renacimiento de este mundo, y deben aprender de este Sagrado Corazón el poder de renovarse en cada instante de la vida.

Por eso, hoy les digo que no coloquen sus corazones en las pruebas que viven, sino que alimenten la esperanza, la alegría de poder renacer en cada día. Vivan la Pasión de Mi Hijo, ofertando sus pequeñas vidas para renovar el sacrificio de Cristo y, así como Él lo realizó hace tanto tiempo, que la oferta de sus corazones pueda generar méritos para el mundo, para que la humanidad tenga una nueva oportunidad de redención y este mundo, hijos Míos, no desaparezca del universo.

Hoy, quiero que alimenten la fe y la devoción en sus vidas, y que el poder de la oración sea más poderoso que cualquier mal, que la valentía de sus almas pueda vencer el temor que muchas veces amedrenta a las almas del mundo.

Hijos Míos, quiero que, a través de sus corazones, den el ejemplo al mundo de que Mi Hijo ya retorna a esta Tierra, porque Él ya retornó a cada una de sus vidas, porque Su Sagrado Corazón pulsa en sus esencias y renueva sus vidas y sus almas a través de Su Sagrado Sacrificio, a través de Su Amor Infinito.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Vean, en esta noche, queridos hijos, nuevamente el ejemplo de la consagración a Mi Inmaculado Corazón, a través de estos hijos que Yo he llamado, que sirven a una gran parte del Plan de Dios.

Pero Mi Hijo dijo una vez, en un Mensaje, que en Su antiguo Sepulcro existieron violetas preciosas que lo restauraron, flores en Su Sepulcro de Amor que lo ayudaron a resucitar y a cumplir con el Plan de Dios en la Tierra.

Hoy, quiero llamar a una de esas violetas para que se consagre, como hija, a Mi Inmaculado Corazón y adorne a partir de este momento los Altares de Mi Reino Maternal.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de Nuestra Señora, vamos a escuchar el cántico: “Consagración”, para que Ella bendiga a estos hermanos y a todos estos objetos sagrados.

 

Cántico: “Consagración”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, lleven la Paz de Mi Corazón en sus corazones y por donde vayan. Solo eso es lo que basta para este tiempo.

Recuerden que Yo estaré al lado de aquellos que se animen a vivir la Pasión de Cristo, confortándolos y consolándolos, animándolos a seguir adelante, porque Algo Mayor los espera: el Espíritu de Dios, su Padre Eterno.

¡Les agradezco! 

Dios quiera que nos veamos pronto en Portugal.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

La verdad es que no sabemos cómo lo vivieron ustedes, los que están detrás de la pantalla; pero nosotros aquí hemos vivido un gran momento, en el que Nuestra Señora ingresó definitivamente en nuestra consciencia.

Hoy, en forma singular, aquí, en este espacio en donde nosotros estamos, todos los hermanos que participamos desde el Centro Mariano de Aurora nos pudimos sentir como una sola mente y un solo corazón; y Nuestra Señora vino a envolver a todas estas consciencias en una sola.

Esperamos que los que están del otro lado de las pantallas hayan podido sentir, igual que nosotros, el Amor de la Reina del Cielo y de la Tierra.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Quisiéramos compartir con palabras lo que Nuestra Señora transmitió hoy, pero a veces nos vemos muy limitados por nuestro idioma terrestre. Pero el Amor, que fluye del Corazón de María, todo lo hace confirmar y sentir en nuestro ser.

Durante la Aparición, Nuestra Señora llegó como Nuestra Señora de Fátima, como escucharon. Una manifestación muy contundente y definida.

Traía Su Corazón Inmaculado derramando sangre, ofertándonos los sacrificios que Ella vivió por nosotros, ofertándonos la cura y la redención; pero Su suavidad y serenidad nos acompañó en todo momento.

Las Palabras de María confortaban nuestro corazón y nuestra alma, momento a momento. Percibíamos, detrás de María, la Presencia de Dios y en Ella también percibíamos a Dios.

Ella también, en algunos momentos, nos mostró algunos pasajes de Su vida en Galilea y Su acompañamiento durante la Pasión de Jesús.

Percibíamos que Nuestra Señora estaba activando registros de Luz en nuestras consciencias; llaves crísticas para nuestros seres, que las reconocían en el instante en que Ella las activaba. De esa forma, comulgábamos, a través de María, de toda la vida que vivió Jesús sobre toda la Tierra.

Cuando María se refirió a Fátima, la sentimos en casa, Fátima y Aurora eran una sola. Y aquellos Reinos que Ella expresó hoy tan singularmente, esos Jardines de Luz, llegaron hasta aquí y dejaron algo en nuestros corazones: energías, presencias angelicales y también códigos de Luz que ingresaban específicamente en nuestros espíritus.

María nos fue envolviendo con el Reino de Fátima y nos mostraba, en el futuro, ya Su tarea concretada en Europa, y todas las conversiones y redenciones que Ella realizaría al pasar por Europa.

El momento más especial fue cuando llamó a los hermanos para la consagración y cuando habló directamente sobre las violetas que estuvieron en el Sepulcro de Jesús. Eso no era una metáfora, era un hecho que María estaba revelándonos a través de una escena que Ella nos mostró.

En el momento en el que Jesús fue colocado en el Sepulcro, un grupo de mujeres que acompañaban a María, ungieron con óleos, con aceites, el Cuerpo de Nuestro Señor. Había una mujer muy particular que llevaba en sus manos, en sus brazos, un ramo de flores, y cada una de las flores las fue colocando alrededor del Sepulcro.

Esas flores no solo emitían un aroma muy particular y especial, sentíamos y percibíamos un aroma dulce, suave, que iba envolviendo el Cuerpo de Nuestro Señor y todo el Sepulcro.

Y eso, según Nuestra Señora, fue restaurando el Cuerpo de Nuestro Señor que estaba herido, por la fe de esa mujer, por la fe con la que ella había confiado en Jesús. Ella sabía internamente que era el Mesías, el Redentor; aunque estaba muerto en el Sepulcro, ella confió en el Espíritu de Jesús y ese acto de fe lo resucitó, fue uno de los tantos atributos que ayudó en la restauración de Jesús.

Fue así como nos explicó nuestra Madre hoy. Y hoy explicitó, Nuestra Señora, que cuando llama a consagrar a Sus hijos, no los llama para consagrarlos físicamente, llama a cada una de nuestras almas. Ella quiere intentar que recordemos nuestro compromiso con Su Corazón Inmaculado. Quiere consagrar a los que están sanos y a los que están enfermos, a los que están lúcidos y a los que están locos.

Ella hoy se nombró como la Madre de la humanidad para los que son creyentes y no creyentes. Ella sabe bien quiénes somos nosotros, nos conoce profundamente, aunque no confiemos en Ella o que a veces le hayamos dado vuelta el rostro cuando la hayamos visto en algún momento. Ella nos quiere rescatar y está decidida a conquistar nuestros corazones.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Después de tantas cosas, lo único que quisiera agregar es que durante la oración, antes de que Nuestra Señora apareciera, parece que los ángeles nos escucharon y ellos llegaron de una forma muy rápida, durante las primeras oraciones que comenzamos a rezar.

Y hoy, de una forma particular, ellos iban trabajando con nosotros con mucha alegría, derramaban flores sobre este salón. Y, cuando Nuestra Señora comenzó a aproximarse, veíamos el camino por el cual Ella venía desde el horizonte; y comenzamos a ver otro camino que venía del fondo de esta sala, por donde venían algunos santos que cantaban con mucha alegría. En la primera fila de estos santos, reconocimos al Santo Padre Pío que traía una corona de flores. Los otros santos, que venían detrás de Él, cantaban y derramaban flores sobre el camino. Ellos se detuvieron junto al altar y se quedaron esperando la llegada de Nuestra Señora. Ellos dijeron que venían a coronar a Santa María de Aurora.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Son muchas emociones para abrir nuestros corazones.

Bueno, queríamos terminar compartiendo con los hermanos, que nuestra Madre, en los días de ayer y de hoy, anunció la Semana Santa, la Sagrada Semana con mucha contundencia.

Queremos compartir que esta Sagrada Semana es una invitación de Nuestro Señor Cristo Jesús, Sagrada Semana que también se prolongará en otros Centros Marianos y que será una vivencia de oración, de paz y de cura para todos.

Y les dejamos, a todos, unas preguntas:

¿Por qué será que Jesús Cristo retorna en la Sagrada Semana?

¿Qué es lo que los Sagrados Corazones quieren rescatar en estos tiempos y que podamos vivir de forma verdadera y simple?

Después de este gran impulso de María, llevemos estas preguntas a nuestro corazón para que, en esa semana, pueda ser contestada por Nuestro Propio Señor.

¡Gracias, Madre Divina, por cuanto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE SANTA FE, ARGENTINA, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Yo Soy la Reina de la Paz y quiero que todos vivan en la paz que Mi Corazón pronuncia. Estamos en un tiempo difícil, pero la paz es posible. 

Mi Corazón resplandece por estar hoy en la Argentina. He visto que Mis hijos respondieron a Mi llamado con más devoción.

Ustedes no saben, queridos hijos, la repercusión que esto tuvo en el Cielo; pues mientras ustedes trabajaban Conmigo, en este día, Yo permanecía orando por ustedes para que las almas fueran tocadas por Mi Luz Celestial.

De esta forma, vean, queridos hijos, qué simple es ser apóstol de Cristo; pronunciar la palabra verdadera en el momento cierto y proclamar la fe desde sus corazones para todos, abriendo puertas para aquellos que las tienen cerradas.

Mi Inmaculado Corazón hoy se aproxima a sus vidas, como una vez se aproximó en Fátima, Lourdes y Medjugorje. Yo Soy la misma de ayer y de hoy, Soy  la Madre de la eternidad y del eterno presente. Conozco a cada una de sus vidas, a sus mundos internos y a sus intenciones.

Por eso, en esta noche, Yo los reúno en Mi Cenáculo de Oración, al igual que lo hice con los apóstoles, después de la partida victoriosa de Mi Hijo al Cielo.

De esta misma forma, Mi Hijo Me envía, en esta era, para que Yo pueda agrupar a los rebaños y llevarlos al establo de Su Corazón, en donde todos vivirán la Comunión eterna y perpetua. A pesar, queridos hijos, de que estén enfrentando un tiempo de purificación, Mi Corazón quiere sostenerlos fuerte, mantenerlos entre Mis brazos para que puedan sentir el calor y el Amor de Mi Corazón.

Hoy, Me anuncio en Argentina como la Reina de la Paz, al igual que Me anuncié en Venezuela hace poco tiempo. Comprendan, a través de este misterio de Mi Corazón, queridos hijos, cómo Dios Me envía a peregrinar entre las naciones y los pueblos, abriendo nuevas puertas de Luz para todos, reconciliando corazones y curando vidas.

Su verdadera cura del corazón, queridos hijos, se encuentra en la oración de Santo Rosario. Pero estos tiempos ameritan orar de una forma operativa. 

El Cielo necesita aproximarse a sus consciencias para que el Espíritu Santo de Dios pueda actuar, los pueda reunir como almas al servicio del Creador y socorrer a la humanidad enferma. 

Muchos espíritus, que están sobre la Tierra, se pierden ampliamente por sus acciones y engaños; pero Mi Luz Celestial y Maternal se anuncia desde el horizonte divino y la Estrella de la Paz se aproxima a sus corazones para recordarles su compromiso con Cristo.

Mi Corazón no viene a evangelizar sus vidas, sino a abrir sus corazones a la Fuente Mayor.

Queridos hijos, muchos de ustedes se han olvidado de Dios. La vida les ha quitado el tiempo de orar con Dios y, de esta forma, se han olvidado de los Mandamientos, tan importantes, que fueron dictados a Moisés. 

En estos tiempos, queridos hijos, Cristo Me envía a darles Nuevos Mandamientos, Mandamientos que encontrarán en los Atributos de la Madre Universal.

Sean caritativos con el prójimo. Sean bondadosos con quién más lo necesita. Amen a quién nunca han amado y sostengan la fe verdadera en sus corazones.

El Cielo quiere derramar una Gracia especial sobre ustedes, pero cada una de sus almas tiene un tiempo para poder recibirla.

Queridos hijos, es necesario que creen una condición con la oración, para que esa Gracia, que proviene de Dios a través de Mi Corazón, se pueda derramar en sus vidas y en sus familias. Necesito que se consagren a Mi Corazón, todos los días.

Sepan, queridos hijos, que una buena Madre siempre protege a Sus hijos; los prepara para dormir en la noche y entregarlos en los brazos del Creador para que ningún mal los pueda atacar; males que se expanden en este mundo a través de las malas acciones y de los resentimientos de los hombres, de las perturbaciones que viven muchos corazones, de la ausencia de paz que muchos viven.

Queridos hijos, acepten Mi Universo de Paz, entren en Mi Océano de Paz. Mi Hijo Me ha concedido esa oportunidad para todos ustedes desde el principio, a los pies de la Cruz; cuando Él Me entregó, como su Madre, a todos los hijos que están sobre la Tierra. Pero debe existir un permiso interior, amados hijos, para que Dios pueda concretar Sus Planes en sus vidas.

Vendrán tiempos difíciles, pero también vendrán tiempos de Gracias. Yo los llamo a vivir en esa Gracia especial, y eso comenzará, queridos hijos, cuando ustedes coloquen su fe en Dios y alivien Su Corazón ofendido mediante la oración, la conversión y la paz. Los invito a ejercitar estas cosas simples. Lo vengo repitiendo a lo largo de los siglos, pero muy pocos corazones escuchan Mi llamado.

Si ustedes amaran la Ley del Señor, en sus vidas no existiría el sufrimiento.

Yo fui una Gran Mujer sobre la Tierra. Fui una Profetiza de Cristo, que llevé el Evangelio a todos, a través de las enseñanzas y del amor. 

Yo sé lo que es ser un ser humano. Yo los necesito cerca de Mí, para que puedan percibir Mi energía celestial. Yo los reúno a todos en lo profundo de Mi Corazón. Estén atentos, queridos hijos, a las señales que vendrán. La Gracia Mayor los espera siempre.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Como les prometí, les traigo en esta noche la cura celestial a sus vidas, y esta cura de la cual les hablo, hijos Míos, es la cura del alma, la cura del espíritu, que se podrá manifestar en sus vidas solo si dicen sí y si abren las puertas del corazón para vivir algo nuevo, algo desconocido para sus consciencias.

Hijos Míos, en esta hora, los invito a encontrarme con la mirada del corazón. Pueden visualizar Mi Manto azul, Mi túnica rosada, Mi velo blanco que cae sobre los hombros, Mis pies descalzos que vienen a enseñarles el despojamiento de todo. Pueden contemplar Mi Corona de Estrellas, que representa el Amor que tengo por cada uno de sus corazones. Cada uno de sus seres, hijos Míos, es una de las Estrellas de Mi Corona, las que enciendo permanentemente a través del Amor de Mi Inmaculado Corazón.

Vean ahora, hijos Míos, cómo las huestes de Luz traen hasta esta Tierra la Luz de Mi Reino, y esta Luz permea cada uno de sus corazones, ingresa en sus vidas y va más allá de sus almas; porque Mi Ley no es de este mundo y puedo llegar a todos los corazones que están ligados a sus seres, puedo llegar a sus familias, a los seres próximos y queridos, porque si uno de ustedes Me dice sí, es como si toda la humanidad recibiera esa cura.

Hijos Míos, los invito a abrir verdaderamente el corazón, a permitir que Mi Voz resuene en su interior y, como niños, puros y simples, despierten a este llamado que hace tanto tiempo vengo realizando.

Hijos Míos, cada una de sus almas tiene un compromiso universal Conmigo; por eso, hoy están ante Mi Corazón, pero le cabe a cada uno de ustedes decidir si asumirá este compromiso y si ustedes se volverán apóstoles de Mi Paz o si seguirán en la vida ignorando la Luz que los llama.

Hijos Míos, son tiempos de definición para el mundo y nada más quiero de sus corazones, sino que vivan la Paz de Mi Reino, que puedan vivir una vida de fraternidad, de unidad con el prójimo, que puedan ser ejemplo para las almas del mundo que no tuvieron oportunidad de estar ante Mi Presencia.

Hijos Míos, es necesario en este tiempo que haya una gran conversión en la humanidad, conversión de las acciones, de los sentimientos y de los pensamientos humanos, conversión de la relación con los Reinos de la Naturaleza que tanto necesitan de su auxilio.

Hoy, una vez más les revelo que Mi Presencia Maternal está en todo y que Mi Corazón se expande en los Reinos de la Naturaleza. Por eso, cuando cuidan a estos Reinos, están comulgando de Mi Presencia y de la Pureza de Mi Inmaculado Corazón.

En esta noche, Mi Luz Celestial ingresa en sus vidas. Por eso, les pido que coloquen interiormente a Mis pies todas aquellas situaciones que necesitan luz, que necesitan  redención y cura, porque, si confían en Mi Presencia, Yo siempre podré auxiliarlos, podré curarlos y guiarlos. En el silencio de sus corazones, clamen por Mi auxilio, porque elevaré la plegaria que hoy Me entregan al Señor que, por la Pureza de Su Sierva, le concederá la intercesión por toda la humanidad.

Hijos Míos, hoy los llamo a la consagración de la vida, para que muchos más se puedan consagrar al Divino, entregando sus corazones a una Vida Superior, abriéndose a lo desconocido y trayendo al mundo una Vida Mayor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

La cura comienza con la fe en Dios y a partir de allí, queridos hijos, se abren las puertas para la redención.

La Madre del Cielo ama a todos Sus hijos, la buena Madre del Cielo no tiene preferencia por nadie, ama a todos los corazones por igual, porque todos surgieron de la Fuente Mayor. Son chispas del Espíritu de Dios, llamas de devoción que se pueden encender en estos tiempos, para ayudar a la humanidad a la conversión y el perdón. 

Por eso, Mi Hijo Me envía a las ciudades a despertar a aquellos que duermen y, como buena Madre, recordarles el compromiso con Cristo, la unión perfecta de sus seres con Su Espíritu Misericordioso.

Hoy, les daré un simple ejemplo, en una nueva consagración de tres preciosas almas, que en sus caminos Me encontraron y Me reconocieron como la Fiel Energía Femenina, la manifestación poderosa de Dios en este mundo y en otros, en los universos y en las estrellas, pues Mi Corazón proviene de la Fuente Mayor.

Yo Soy la emanación del Amor de Dios para la Tierra. Soy la Estrella incandescente para las almas que están en la oscuridad. Resucito en espíritu a todos los seres que están caídos, los levanto con Mis manos y los ayudo a caminar hacia Cristo para un encuentro mayor.

Bendigan sus corazones todos los días; es posible recibir una Gracia Mayor, encontrar el perdón y la paz, que muchos se han olvidado de vivir por las realidades de estos tiempos finales.

Pero Mi Corazón Misericordioso y Compasivo también recibió la Preciosa Sangre de Jesús. Yo adoré el misterio de Mi Hijo en la Cruz, y Soy la primera difusora de Sus poderes celestiales, a través de Su Cuerpo y de Su Sangre, en el misterio sagrado de la Comunión.

Yo los invito, en esta noche de Cenáculo, a que ingresen en Mi Corazón Inmaculado para que Yo los pueda bendecir y que puedan llevar a sus vidas la semilla crística de la Paz, que deberá brotar en el fin de este tiempo para que pueda servir a Dios y a los que más necesitan de Dios. 

Son posibles apóstoles de Amor. Son los nuevos evangelizadores a través de la oración. Vivan la devoción de Mi Corazón. Abran las puertas de sus hogares para que Yo pueda entrar, solo necesito estar con ustedes para poder cumplir lo que vine a hacer en este tiempo: ser Madre de todos, de todas las criaturas, de todas las almas y de todos los corazones.

Por esta respuesta que le han dado a Mi Corazón, durante esta noche de oración, Yo les agradezco profundamente y eternamente.

Ahora, acérquense para que Yo los pueda bendecir, colocando Mis manos sobre sus cabezas y, así, Yo pueda interceder por todos Mis hijos, ante Cristo, su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Madre está esperando que vengan. Por favor, pónganse de pie y acérquense hacia acá.

 

Canción: “Inmaculado Corazón de María”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, bendigo en esta noche esas sagradas imágenes, como muchas veces ya lo he hecho para Mis hijos. Ellas son un símbolo de unión predilecta entre los corazones y Dios, de los que confían en el misterio de Mi Divina Maternidad. 

Pero del Cielo he venido en esta noche para bendecir estas tres preciosas criaturas que han escuchado Mi Voz, al igual que todos los presentes. 

Hoy, derramo sobre ustedes Mi Amor Materno e Inmaculado, Mi Gracia se proyecta como Luz sobre sus seres; abriendo Mis brazos y extendiendo Mis manos los consagro y los bendigo, pidiéndole a Dios Altísimo Todopoderoso que interceda ante Cristo por todas estas almas preciosas que han encontrado un camino hacia Mi Hijo, en este tiempo final.

Por eso, les pido a los Arcángeles y Ángeles del Cielo, que acompañen estos preciosos espíritus, para que ellos se congreguen como un solo rebaño y cumplan con la promesa de Mi Hijo, preparando ardientemente con devoción Su Retorno a la Tierra.

Aspiro profundamente, como Madre Altísima, a que puedan reconocer a Mi Hijo cuando Él regrese, pues Él se mostrará a todos los que quieran escuchar el Regreso del Maestro en el corazón.

Les agradezco, ahora y siempre, bendiciéndolos con el Arcángel Rafael y Sus Rayos de cura y de transfiguración que nacen desde la Fuente de Dios para todas las dimensiones, los planos y existencias, que el Todopoderoso creó.

Por eso, Yo los bendigo bajo el Poder que Dios Me ha dado como Madre Universal, como Madre del Mundo, como Reina de la Paz y de todos los corazones, para que todos los seres se levanten de donde han caído y caminen hacia Cristo con confianza y en paz. 

Mi Maternidad los protege, Mi Luz guiará sus caminos, Mi Corazón palpitará en sus corazones siempre que estemos unidos en la oración del corazón.

¡Alégrense! Este día es especial, la Gracia del Cielo está cerca de ustedes y Mi Corazón los contempla con Amor.

¡Les agradezco!

 

Canción: “Revelaciones en Aurora”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Para cerrar este encuentro con nuestra Madre Santísima, queremos relatarles brevemente lo que sucedió durante la Aparición de hoy.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Hoy, como todos pudimos escuchar, Nuestra Madre Divina vino como la Reina de la Paz, como describió a todos, con un velo blanco, Manto azul celeste y una túnica rosa.

Y un poco antes de llegar nuestra Madre Divina, mientras estábamos orando, los Ángeles y Arcángeles ya se aproximaban a este lugar y empezaban a realizar una tarea intensa con nosotros y con toda esta ciudad. 

Ellos nos liberaban de energías que estaban en nosotros y en el mundo, que son generadas por las acciones humanas, que, como todos sabemos, no siempre son las mejores. Entonces, por eso es la importancia de orar con fervor, de preparar este camino con todo nuestro corazón, porque hoy, como oramos con intensidad, nuestra Madre Divina pudo profundizar en la tarea que realizaba en este lugar.

Cuando Ella ya estaba presente, pudimos ver detrás de Ella varias puertas que llegaban hasta el Cielo. Era como si pudiéramos ver el Paraíso detrás de Ella, un lugar de mucha Luz donde caminaban los ángeles. 

Y de este lugar descendía una luz intensa, que en el momento en que Ella hablaba sobre la cura, fue tornándose una luz de color verde. Y esa luz iba ingresando en cada uno de nuestros seres e iba limpiando nuestros corazones de todo aquello que tenemos dificultad en nuestras vidas.

Cuando Ella nos pidió que entregáramos aquellas situaciones que necesitamos transformar, era como si sus almas quedaran cristalinas. Y, aunque ustedes no dijeran nada, Ella podía ver a todos sus seres como si fueran transparentes. Y aquellos que tuvieron una pequeña abertura de corazón recibieron la intercesión de nuestra Madre. 

Ella elevaba nuestras ofertas, que pasaban por ese portal por el que llegó hasta aquí e iban a un lugar que nosotros no veíamos, pero que Ella nos dijo que era a los Pies del Creador.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Tuvimos la misma visión con la Hermana Lucía. Solo queremos acrecentar que en un momento de la Aparición se manifestaron varios planetas y constelaciones que rodeaban el aura de nuestra Madre.

Cuando nuestra Madre pidió una intercesión ante el Padre, el Arcángel Rafael se aproximó y trabajó directamente con nuestras esencias y almas, con aquello que Nuestra Madre llama de divino; ese punto interno que cada uno de nosotros tiene, que nos conecta con Dios. Por ejemplo, cuando oramos, ese núcleo divino que es nuestro Dios interior se activa a través de la oración y entramos en comunión perfecta con el universo.

Nuestra Madre nos hacía mucho énfasis en eso y necesita que nosotros lo podamos recuperar conscientemente. Ella se ofertaba amorosamente para ayudarnos, no solo para curar nuestra vida interior, sino para que nos unamos a Dios cada día más.

En el momento de la bendición, Ella descendió un poco más, se aproximó un poco más a nosotros. Amorosamente, los llamó a todos ustedes para la bendición y colocó, como Ella dijo, Sus manos sobre nuestras cabezas y sentimos Su Amor Materno, Su protección, Su paz, Su profunda armonía y esperanza. Sentimos a Dios a través de Sus manos, por la energía que Ella derramaba como Luz; y, simbólicamente, Ella nos abrazó a todos, estrechándonos bien cerca de Su Corazón para que podamos, en esta noche y a partir de este momento, confiar en Ella, porque Ella es nuestra Mediadora. Ella viene a recuperar en nosotros aquello precioso que hemos perdido, como Ella nos dijo: la alegría, la esperanza, la fraternidad y principalmente la oración que nos ayudará, según nuestra Madre, a poder sobrevivir en estos tiempos difíciles.

Así, Ella nos invitó, universalmente en esta noche, a unirnos al Universo de Dios mediante la oración, la reconciliación y la unión que cada uno de nosotros pueda generar día a día por su esfuerzo, colaborando por este planeta, por esta humanidad que nuestra Madre ve que está enferma espiritualmente y que necesita curarse, prepararse para recibir a Su Hijo. Y no es la primera vez que nuestra Madre nos dice que Su Hijo está regresando.

Ella verdaderamente, en esta noche, nos colocó entre Sus brazos a cada uno de nosotros y como una Madre amorosa contempló nuestros problemas y dificultades. Pero Ella, en esta noche, no veía nuestros problemas o dificultades; Ella contemplaba nuestras esencias, el amor que tenemos guardado dentro de nuestro corazón, y que dijo que necesitamos derramar en este tiempo para evitar algunos acontecimientos y para que podamos curarnos en Dios.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Mientras el Fray relataba, yo recordé algo. 

Cuando nuestra Madre Divina comenzó a hacer un movimiento, en el que la Luz descendía del Reino Celestial, y fuimos viendo que el Arcángel Rafael se aproximaba con una Luz verde intensa, y sentíamos la energía de cura llegando hasta este lugar; nuestra Madre Divina nos decía: 

“Yo podré curar a sus almas, a sus corazones y a sus vidas, pero ¿estarán dispuestos a mantener lo que les entregaré?”. 

Nos gustaría que todos quedáramos con esta pregunta en el corazón, porque de la misma forma en que es simple recibir esa cura, también es muy simple perderla por las acciones de nuestra vida. Porque, poco a poco, nos vamos olvidando de Dios, y si no mantenemos este momento a través de nuestra persistencia, de nuestra oración, este momento se va perdiendo de nuestra vida. 

Entonces, nuestra Madre Divina nos dejó un compromiso, que es algo simple: que recordemos esa energía que Ella deja en nuestro interior y que, a través de nuestra devoción y de nuestra fe, podamos hacerla crecer y multiplicarse más allá de nosotros para que pueda llegar a nuestros hermanos, para que otros puedan recibir, a través de nosotros, lo que recibimos hoy.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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