- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
La fortaleza de los que mantendrán a los otros de pie en los tiempos que vendrán será la oración profunda, que lleva al corazón a estar en la Presencia de Dios y a permanecer en ella. Será como estar en el mundo sin dejarse envolver por todo lo que sucede alrededor, viendo solo la verdad y la finalidad real de todas las cosas.
Aquellos que construyen dentro de sí la unión con Dios Padre y permiten que sea Él quien piense y sienta dentro de sus seres, así como el apóstol Juan, serán capaces de acompañar la transición, como Juan acompañó la Pasión de Cristo.
Juan aprendió a contemplar la verdad y, por la confianza absoluta que alcanzó en Jesús, veía en cada uno de Sus Pasos con la Cruz la manifestación de Sus Palabras y de Sus Enseñanzas. Así como Juan veía cumplirse lo que Jesús les había dicho en la última cena, él también recordaba que Jesús resurgiría. Se acordaba incluso de las instrucciones ocultas que Jesús les había entregado a los Suyos y que revelaban el verdadero sentido del sacrificio realizado por amor. Juan sabía que vería abrirse delante de sus ojos los portales de la Divina Misericordia.
Hoy quiero llamarlos a construir con Dios y con Cristo la misma unión de Juan con Jesús y que, así, puedan ver en los acontecimientos venideros el cumplimiento de las instrucciones entregadas en estos últimos años.
Sepan contemplar no el sufrimiento ni el dolor, sino la finalidad de todo lo que vivirán. Participen de este parto planetario con atención, no en las contracciones ni en los dolores del planeta, sino en el Hombre Nuevo que surgirá dentro de cada ser que acepte la redención, para renovar el Proyecto de Dios en la Tierra.
Queridos compañeros, los pasajes de la vida de Jesús perduraron a lo largo de los siglos porque ellos se repiten en las vidas de todos aquellos que siguen a Dios. Estudien el Evangelio de Cristo y encuentren ahí las llaves para atravesar los tiempos que viven y llegar a la manifestación del resurgimiento del Hombre,el renacimiento de Cristo dentro de cada ser.
Yo los amo y les dejo Mi paz.
San José Castísimo
Hoy no les pediré nada más que la oración sincera de sus corazones. Que sean pacíficos, fraternos y verdaderos en todo lo que hacen. Que hagan de este lugar, como de sus hogares, pequeñas luces que, poco a poco, iluminan el mundo.
Ya no podemos contar con tantos soldados, porque son pocos los que perseverarán ante todo lo que acontecerá en el mundo. Solo les pido que sean valientes de espíritu, de alma, de corazón; que descubran la verdad sobre cada una de sus vidas; que encuentren la fortaleza en la existencia del universo, en el Plan de Dios, en todos aquellos que los aguardan y que confían en el potencial de amar que existe dentro de cada uno de ustedes.
Encuentren la fortaleza en la esperanza y en la fe que Dios tiene en la humanidad porque, en ningún momento, el Creador desacreditó Su Proyecto. Su fe se mantiene encendida. Por eso, día a día, entrega al mundo lo mejor que tiene. Por eso, Su Hijo retornará, porque no siendo suficiente Su Pasión, el Señor pidió Su Retorno.
Reflexionen sobre esto, Mis amados. Busquen dentro de ustedes qué es eso tan perfecto que existe y que hace que Dios jamás desista del corazón humano, a pesar de todas las atrocidades que suceden en el planeta.
No solo Dios, sino también todas Sus criaturas que viven en el universo aguardan el triunfo de la humanidad que, en verdad, es el triunfo de la cristificación en el corazón humano.
Si Cristo vive y reina hoy entre los Bienaventurados, después de haber estado en este mundo, todo el universo aguarda que una raza de Cristos, uno a uno, pueda ir retornando a su origen para que, como soldados de Cristo, demuestren la grandeza de la Creación, abriendo las puertas del Cielo y trayendo la paz a todo lo que existe.
Hoy les agradezco por reconocer Nuestra Presencia y les pido que profundicen en el despertar de sus consciencias. Que vivan la paz, que vivan la unidad, hoy y siempre.
Bajo la bendición de su Madre María, Madre y Reina de este universo, sigan en paz y pacifiquen este mundo.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Al finalizar la Aparición, Frei Elías del Sagrado Corazón leyó el mensaje diario de la Virgen María y la Hermana Lucía de Jesús leyó el mensaje diario de San José.
Como el Soplo del Espíritu Santo sobre los apóstoles de Cristo, hoy este Soplo Divino inunda sus espíritus, para que viviendo el ciclo de la rehabilitación interior, confirmen ahora su unión con Cristo, Nuestro Señor.
Así, Mi Hijo encontrará apóstoles dispuestos a servirlo por encima de todo, porque verdaderamente su purificación es el preámbulo para ingresar al estado de la Consciencia Divina.
Entre sus seres terrestres y el alma de cada hijo Mío no puede existir ningún abismo que los separe del Propósito y del cumplimiento de la tarea que Mi Hijo les encomendó desde el principio.
Ahora, este Soplo Divino los llevará al descubrimiento de todo aquello a lo que le ha llegado la hora de vivir su muerte para que, cruzando el portal hacia los Cielos, sus células se divinicen en Cristo, el Señor.
Entre un ciclo y otro encontrarán los abismos de la consciencia, abismos que deben ser iluminados por el poder del amor y de la unidad entre las almas. Esta es la llave que les abrirá la puerta a la liberación de sí, y crean desde ahora que deben dejarse amar y deben abandonar el calvario que por incomprensión están viviendo en ustedes mismos.
Sus almas deben estar en constante unidad y fraternidad, los pareceres y las ideas concretas ya no pueden reinar en el pensamiento colectivo de las almas. Su fuente de renovación debe ser el Amor de Dios, Amor que todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo entiende.
Así, estarán libres de mirar todo el tiempo la imperfección y despertarán a las virtudes de la unidad y del amor que Mi Hijo les enseñó. Por eso, hijos, están a tiempo de recapacitar y de no permitir que las ideas de Mi adversario invadan por completo sus consciencias.
Ya comenzó la batalla espiritual del fin de los tiempos que vendrá de la mano de la purificación acelerada e intensa que muchos enfrentarán, para después poder ingresar en el Reino de Dios.
Durante la batalla, será el momento en el que deberán estar más unidos que nunca, para que el Soplo Divino de la Sabiduría los coloque siempre en el camino correcto. De esa forma, podrán colaborar y ayudar a que todos los que se perderán, por ignorancia o por engaño, se coloquen en el camino correcto.
Sean testigos de todo el Legado Divino que les ha sido entregado. Nada es por acaso, ese Legado será su fortaleza y su conocimiento, así como también lo serán Nuestros Sagrados Corazones.
Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado por la paz, en este tiempo de batalla espiritual del fin de los tiempos.
Los reúne en el Corazón Luminoso de Cristo,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Emmanuel los escucha con Su profundo sentimiento de Amor y de Verdad.
La balanza de la Justicia está siendo equilibrada para algunas partes del mundo, en donde falta la paz y principalmente Mi Misericordia.
Como Ángel Solar les traigo lo que existe en el Reino de los Cielos, aquello que es más puro, entre todo lo que existe de puro en este Reino.
Y para cerrar este séptimo día, recemos, así como han venido haciéndolo en estos días.
Toda la Orden a los pies de Mi altar. Podrán quedar de pie aquellos que no puedan arrodillarse ante Mi Trono. La reverencia nace del espíritu y no de la materia. El espíritu es colmado por la Luz de Dios y así se vivifican en Su Amor.
Nuestro Señor pide a la Orden, rezar la oración que el ángel nos enseñó en Fátima, la oración de reparación, cuando Él lo indique.
Mientras tanto, compañeros, vean a Emmanuel aquí presente, en Su emanación más profunda, a través de Su Hijo amado que manifiesta Su Poder, Su Manantial y Su Amor para esta Tierra comprometida con las insignias del mal.
Reparación es lo que muchas almas necesitan para alcanzar la redención. Sin la reparación no habrá cura y la cura nace del Amor, y es el Amor el que repara todas las cosas profundas de las almas.
El fin se está aproximando. El Omega se está dibujando en el Universo Sideral. Esa es la señal visible de un gran cambio que llevará a la humanidad a un cambio en la consciencia, permanente y continuo, sin detenimientos, más allá de las horas y del tiempo.
Es la gran mudanza interior en los corazones abiertos, que viven en el Señor, que moran en Su Espíritu y que trascienden los tiempos sin que nada los lastime y los aleje de Dios. Pues es la comunión profunda que los llevará a la Paz.
Recemos, compañeros, la hora lo está marcando. Aquellos que no saben la oración, que se unan a través del corazón, a la gran vertiente que abriré en este séptimo día.
¡Oh! Señor amado,
¡oh! Cristo amado,
acepta nuestra reparación a través de nuestro amor,
de nuestra entrega y de nuestra oración,
para que Tu Corazón flagelado, Señor,
sea aliviado por nuestra devoción a Ti.
Amén.
(se repite siete veces)
Eleven a Dios vuestras plegarias e intercedan amorosamente por esta humanidad dormida, que precisa despertar al espíritu de la redención.
Liberados de las faltas y de los pecados, durante estos siete últimos días, sean dignos en el Señor para recibir nuevamente Su Gracia.
Y así preparados y dispuestos a enfrentar el fin de los tiempos, podrán ayudar a todos aquellos hermanos que necesitarán de vuestras manos y oraciones. Esto será un signo visible para todos y eso demostrará que el final llegó.
Emmanuel es la fuente de todas las causas justas para este Universo. De Su Corazón nace la Verdad y esa Verdad se proporciona para todos los cielos de este Universo, hasta que llega aquí, a vuestro plano en esta vida material y así muchas almas reconocen Su Voluntad.
Pero cuando la mayoría de esta humanidad está desconectada de esa Verdad de Emmanuel otros son los caminos que se recorren. No son los caminos del Señor, las almas se distancian del propósito y van perdiendo la fuerza de su luz interior.
Por esta razón, Mis compañeros, Mi Dios me envió al mundo; y Dios se manifestó ante ustedes en Cuerpo, Alma y Corazón. Lo flagelaron, lo martirizaron y lo humillaron, pero esto fue así para salvar a toda esta raza.
Muchos de los que hoy no están aquí y que serán testigos de que Yo he estado aquí, cuando conozcan Mi mensaje, agradecerán y se arrepentirán por haber perdido el tiempo y haberle dado las espaldas al Universo que los acoge y los llama a la redención.
Pero el Padre los necesita fuertes y purificados porque las señales vendrán una detrás de otra y, para ese momento, no habrá más tiempo que esperar.
De la fuente de esa Justicia nace el Omega y ese es el símbolo predestinado para el mundo, el que cerrará una etapa al final de la purificación para dar comienzo a otro ciclo, a una nueva Tierra liberada de todo mal.
Pero para que eso sea posible, compañeros, el esfuerzo será grande. La exigencia también lo será. Muchos darán todo para alcanzar esa meta, hasta sus propias vidas, como muchos lo hicieron en el pasado para mantener el equilibrio de la humanidad.
Pero no deberán pensar en esas cosas. Vuestro Señor es la verdadera existencia, debe ser la aspiración de vuestra confianza para que las bases sean construidas verdaderamente y ningún pilar quede torcido, para que el Templo de la Luz, en rectitud y armonía, se pueda elevar ante el Señor, vuestro Dios.
El suelo de vuestros pies deberá ser removido. La Tierra temblará porque dará el grito en el momento de su gran parto. Y allí los seres de la Luz se congregarán alrededor del Omega para dar inicio a la ceremonia final. Y verán brillar en algunos puntos de la Tierra luces protectoras que colmarán a las almas de un espíritu desconocido, de una fuerza desconocida que los fortalecerá y los llevará a la paz, delante de todas las cosas. Y eso servirá de apoyo para muchos corazones que no están destinados a servirse de esa Luz Mayor.
Ahora recuerden, compañeros, la Fuente de la Santa Justicia. Hoy, vuestro Señor, Cristo Jesús, revela a todos la esencia del tiempo final.
No piensen en vuestras familias y en vuestros hijos, pues si en verdad entregaron sus vidas a Mi Corazón, ¿qué deberán temer?, ¿acaso ya no son parte de Mi insondable Misericordia?
En los momentos difíciles deberán recordarme y allí más que nunca, compañeros, las virtudes y los dones que Yo les entregué en estos días, invisibles a vuestros ojos, deberán estar disponibles para el servicio al planeta. No será necesario gritar por las cosas que verán ni tampoco dividirse a través de vuestros fundamentos.
Recuerden buscar la esencia de la humildad que Yo les enseñé, esa es la verdadera casa invencible y fuerte, que no será destruida por el mal. Construyan en vuestras bases la esencia de la humildad, para que el templo sea erguido correctamente y ningún viento mayor a vuestra fortaleza los pueda derribar.
Así, Yo podré entrar a vuestros templos como muchas veces lo vengo haciendo para ayudar a las almas a la liberación.
Canten a Emmanuel, vuestro Padre Eterno. A través de Mi Corazón, Él escucha las ofertas de los simples, cuando la emanación interior nace de verdad desde el corazón de cada ser.
Canción: Emmanuel Padre-Madre Creador.
Cuando ustedes cantan, no solo las puertas del Universo se abren. Las almas son colmadas de un espíritu desconocido, al cual aman mucho desde el principio de su nacimiento. Ese espíritu es el del Amor, fortaleza invencible para los tiempos de caos.
En este séptimo día, compañeros, Mi última bendición será junto a los apóstoles, instituyendo en este pequeño espacio Mi Cenáculo Sagrado, en donde la imagen del Sagrado Corazón deberá ser erguida. Y así muchos recordarán que Yo estuve aquí entre ustedes, no solo caminando entre los naranjos, visitando vuestras almas, consolando vuestros sufrimientos y dando vida a lo que estaba muerto.
Si el Sagrado Corazón estuviera aquí presente como imagen y como luz, aquí encontrarán un lugar de alivio junto a la casa de Mi Madre y a la ermita de San Miguel.
El Universo les dona tres espacios espirituales y profundos, para que en esta vida material puedan encontrar la ayuda que tanto buscan. La cura siempre se dará en vuestro interior y así el cuerpo enfermo se curará.
Realicen ahora el camino correcto. Curen las cosas profundas. Libérense de vuestros seres y así hallarán la paz en este manantial que hoy dejo abierto para todos.
Sepan que en este lugar humilde, pequeño y simple, donde hoy se encuentra este altar estará Mi Presencia, el latir de Mi Corazón, no solo para este país que tanto le debe al Señor, sino para toda esta región de América.
Pero si vuestros espíritus se coligan con Mi Presencia aquí, a pesar de donde se encuentren, amigos Míos, Yo iré hacia vuestros hogares creando un puente de luz, desde aquí hacia vuestros hogares. Les derramaré Mis Gracias, siempre y cuando las necesiten.
Los tiempos de prueba llegarán, por eso les dono un pedacito del Cielo que se deposita en este lugar a través de Mi Corazón Sacratísimo. Este será el recinto del Rey, Aquel que no gobierna solamente en los corazones simples. Ese es el verdadero Rey.
A través de Mis Palabras e instrucciones, he consagrado todos los elementos. Y así como lo hicieron durante estos días de oración de Misericordia, invito a todos los fieles y congregados a que eleven sus rosarios para que lleven esta, Mi Luz, la Luz de Dios hacia donde vayan.
Recuerden que todo se distribuye con amor y caridad, sin manipulación ni poder porque así mi Luz no actuará. La sinceridad de vuestro corazón marcará el camino para llevar Mi Luz al mundo.
Agradezcan a Dios por este encuentro final y como el sol que brilla en esta galaxia, aquel que los alumbra hace muchos siglos y eras, hoy, derramo ese Sol que es la presencia de Mi Corazón, código perfecto para la salvación de las almas, cura profunda de las almas heridas, liberación de los espíritus perdidos y Misericordia para toda la humanidad.
Bajo el poder que Dios me concedió, en la base de la fe y la confianza de vuestras vidas, Yo los bendigo y los absuelvo de todo pecado para que no pequen más, se transformen y se conviertan en comunión perfecta con Mi Corazón.
Recuerden que siempre los perdonaré, pero el tiempo de la justicia está llegando y el manantial de Mi Misericordia se recoge. Beban de esa Fuente Mayor. Sumérjanse en ese Océano de Gracias pues la puerta se está cerrando.
Bajo los ángeles del Señor, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora, hermanos, coloquen vuestros rosarios sobre las palmas de las manos.
¡Oh! Sangre de Cristo,
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
(se repite tres veces)
Queridísimos hijos de Córdoba y del mundo entero:
En el nombre del Amor de Cristo, Vuestro Señor, Yo los reúno para renovarlos mediante la Fuente de los dones del Espíritu Santo.
Mi Inmaculado Corazón atrae hacia vuestras vidas el don de la Piedad, el don de la Fortaleza y el don de la Ciencia; estos tres dones serán los que reformarán la vida de las consciencias que participan en el Plan de Dios y, en consecuencia, muchos corazones se verán beneficiados cuando Mis servidores vivan y obren a través de estos tres dones.
Como Reina y Madre del Espíritu Santo los llamo, en este día, para reforzar los esfuerzos en la misión de la oración del corazón. Mi Espíritu Divino guiará los pasos de las almas que se dispongan a ser representantes activos del Espíritu de Dios en la Tierra pues, en este tiempo, solo a través de la fuerza y del poder sabio del Espíritu Santo se resolverán muchas situaciones confusas.
Ahora el Santo Espíritu los abraza y los acoge en la Esencia del Amor de Dios, para que en esta era se definan y confirmen totalmente su caminar en el Plan de Dios.
Nuevos soldados deberán surgir desde el caos planetario, por eso Mi Santo Espíritu Mariano acompañará a los servidores que difundan amorosamente la Ciencia y la Vida del Espíritu Santo.
Mi Corazón los invita a pensar e interiorizar en el corazón los dones del Espíritu Santo. El Santo Espíritu desea profundamente formar parte de vuestras vidas y transformar aquello que aún no se ha transformado; para eso será necesaria vuestra determinación, para que Él pueda obrar.
Hijos amados de Córdoba, de esta forma Mi Inmaculado Corazón regresa a vuestras moradas para encender el Fuego del Espíritu Santo. Solo en el Santo Espíritu de Dios ustedes encontrarán la fuerza interior y la determinación de proseguir cumpliendo con el Plan del Padre.
Córdoba y el norte de Argentina tienen la misión de representar al Espíritu Santo a través de Sus dones y de ser grupos de almas precursoras de los dones divinos.
A través de la oración diaria al Espíritu Santo y a la invocación de la Consciencia Suprema del Espíritu de Dios, nuevas y renovadas fuentes surgirán para la conversión y la redención de los corazones de vuestra nación.
El Universo Celestial del Espíritu Santo aguardará por ustedes, para que desciendan y se materialicen a través de vuestras vidas los dones que Argentina necesitará vivir y profesar de corazón.
La Reina del Espíritu Santo viene del Cielo para entregarles este impulso lumínico de devoción y de trabajo amoroso dedicado a Dios Altísimo.
Que este día, de encuentro y de celebración con el Santo Espíritu de Dios, sea el motivo para la renovación y la confirmación de vuestras vidas al Sagrado Universo.
¡Les agradezco, queridos hijos de Córdoba por haber confiado nuevamente en Mi llamado!
Los bendice en nombre del Santo Espíritu de Dios,
Vuestra Santa Madre María, Reina del Espíritu Santo
Hermana Lucía de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de María, vamos a rezar la oración "Ave Luminosa" y vamos a acompañarla en Su vuelo por toda esta ciudad y por toda esta nación, permitiendo que Su Luz se expanda por este lugar.
Oración: Ave Luminosa.
María nos pide que oremos con más fervor. Aquellos que podamos, vamos a orar de rodillas.
Hijos Míos:
Quiero construir en sus corazones la fortaleza en la que habitará Mi Hijo. Quiero que sus almas sean fuentes de Luz en este mundo y que, a través de cada uno de ustedes, la Luz que existe en Mi Reino pueda llegar a la Tierra.
En este tiempo, ustedes están aprendiendo a ser pacificadores, están fortaleciendo sus corazones y sus espíritus para un tiempo que llegará, tiempo en el que sus consciencias serán como reflectores de Luz en medio de la oscuridad que existirá en el mundo. Pero hoy les digo que jamás teman, porque Mi Corazón siempre estará a su lado y, siempre que clamen, Mi Paz llegará a sus vidas.
Quiero construir, en cada uno de ustedes, los apóstoles del nuevo tiempo, que llevarán la Palabra de Vida, que darán testimonio de la Presencia de Cristo en el mundo cuando Sus Pies toquen nuevamente la Tierra.
Hijos Míos, muchos no creerán en la Presencia de los Mensajeros de Dios; pero, a través del ejemplo de sus corazones, convertirán a las vidas, despertarán a las almas y traerán la paz al mundo.
Quiero que sepan que una Estrella de Mi Corazón es depositada hoy en sus esencias para que se sientan bajo Mi Manto, bajo Mi Protección Celestial, y así se fortalezcan para que puedan fortalecer a otros que no conocen la Luz, que no descubrieron el perdón y la paz.
Por eso, les pido que oren, que profundicen en Mi Presencia y que preparen un camino de Luz para Mi llegada mañana; porque si Me dicen sí, Mi Consciencia podrá actuar plenamente en este país y Mi Paz podrá instaurarse en este mundo, poco a poco.
Necesito la rendición total de sus corazones, porque los pocos que pueden decirle sí a Dios deben decirlo con todas sus fuerzas, con todo su ser y con todo su corazón. De esa forma, será posible que Mi Presencia llegue al mundo, una y otra vez, y que Mi Paz invada a los espíritus y a los corazones.
En este día, Mi Corazón les sonríe, para que su fortaleza sea construida a través de la alegría. Que jamás pierdan la alegría de sus corazones. Si en algún momento de sus vidas se encuentran con tristeza, recuerden que en esta tarde la Reina del Cielo y de la Tierra les irradia una sonrisa para que recuerden eternamente que la alegría siempre debe prevalecer, porque la alegría es un don de sus almas, es un don de esta nación que debe convertirse plenamente a Dios.
Les agradezco siempre por orar Conmigo. Llevo en Mis Manos sus súplicas e intercederé ante Dios por sus almas y por esta amada nación.
Les agradezco.
Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a darles un pequeño relato de la Aparición de hoy, a pedido de la Virgen María.
La Presencia de María ya llegaba hasta nosotros a partir de las últimas cuentas de nuestra oración. Ella, como una bola de fuego, como un Sol, recorría toda la ciudad.
Y cuando nos arrodillamos, cuando los portales se abrieron hasta este lugar, fue como si varios Cielos, a partir del Universo, comenzaran a abrirse. Primero descendieron los ángeles, muchas huestes de Luz que cantaban como coros infinitos; no daba para contar la cantidad de ángeles.
Y, en ese momento, ellos nos indicaron que nos aproximáramos al lugar donde María iba a aparecer. Ella llegó hasta nosotros como este Sol, hasta que en cierto momento se fue diseñando Su Silueta de Luz y entonces pudimos verla con todos los detalles.
Ella vino como la Reina de la Paz, pero hoy, de un modo diferente. Ella traía en Su Pecho una estrella dorada de seis puntas y en el centro de la estrella estaba Su Inmaculado Corazón. Esa estrella pulsaba e irradiaba Luz sobre todos nosotros.
Y, en el momento en el que Ella nos pidió que rezáramos la oración "Ave Luminosa", fue como si de alguna forma Su Consciencia se multiplicara y, en omnipresencia, Ella llegaba a muchos lugares de Venezuela. Podíamos verla como muchas Siluetas de Luz y al mismo tiempo que estaba aquí, con nosotros, llegaba hasta esos lugares.
Y cuando Ella nos dijo que una estrella de Su Corazón se depositaba en nuestra esencia, de esa estrella de seis puntas salían estrellas de seis puntas muy pequeñas que entraban en nuestras esencias. Y fue interesante porque, cuando entraban en nuestras esencias, traspasaban nuestro corazón e iban llegando a personas que estaban ligadas a nosotros.
Podíamos ver eso en otros planos. Es un poco difícil de explicar, pero era como si detrás de cada uno de nosotros hubiera muchas personas, una fila enorme, y esa estrella iba pasando de corazón a corazón, iba llegando a una infinidad de personas de nuestras familias y cercanas que están relacionados con nosotros de alguna forma.
Después, mientras los hermanos del coral entonaban la canción del Espíritu Santo, Ella volvió a convertirse en un Sol, que fue creciendo hasta abarcarnos a todos. Dejó Su Presencia impresa en las imágenes que trajimos hoy y después se elevó a los Cielos, agradeciéndonos a todos.
Y una cosa que recordé fue que al comienzo de la Aparición, parecía que Ella iba a permanecer silenciosa, pero nos dio algunas instrucciones y después nos habló a todos los presentes:
"Queridos hijos, están cursando una escuela de pacificación y de fortalecimiento. Cuenten Conmigo para descubrir esa escuela y para descubrir Mi Presencia en las dificultades de la vida".
Y así, Ella nos invitaba a fortalecernos, sobre todo los hermanos de Venezuela, ante las situaciones que vivimos, y a sentir que cada acontecimiento de nuestra vida nos invita a un aprendizaje diferente, del que nos podemos valer para madurar, para crecer en espíritu y en consciencia.
Muchas gracias a todos.
Cuando Me entregues todo, Yo te daré los bienes que se guardan en el Cielo.
Ahora te encuentras frente a las puertas de la donación y de la entrega, caminata que sin demora tu corazón deberá emprender. Pero sabes que Yo estoy allí para ayudarte a cruzar los puentes que estén rotos y para ayudarte a escalar las elevadas montañas hacia tu espíritu.
Esta es la hora de dar todo por el Todo. El Señor está construyendo en tu morada el camino de la ascensión y ninguna de tus expectativas se compara con tu verdadera posibilidad de servirme.
No hay nada más importante que tu vida interior; que tu pensamiento ni sentimiento se aflijan. En toda esta trayectoria Dios te acompañará en el silencio interior. Quiero ser en tu vida aquello que nadie ha conseguido ser, nunca te decepcionaré.
Mi Amor Interior no pertenece a este mundo; Mi Amor Crístico que viene del Universo, es una estrella resplandeciente que envía sus rayos de salvación durante todas las horas del día, para que puedas percibir que Mi Presencia está en todos los lugares.
A medida que el discípulo da pasos en el Plan de Dios, mayores serán los esfuerzos para vivir la transformación interior, pero tu fortaleza indestructible se encuentra en Mi Corazón, la gran muralla que soporta los embates de todos los fuegos.
Que ahora puedas mirarme a los Ojos y decirme: “Sí, Señor, aquí estoy a pesar de mis caídas y de mis dudas”.
Mi Corazón se regocija en las almas que solo Me confiesan la verdad, porque Mi Amor es infinito y cura cualquier herida interior.
Quédate en Mí y reconocerás en verdad quien eres para Dios.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por quedarse en Mi Corazón.
Cristo Jesús
En este día de piedad, Yo los invito nuevamente a recordar Mi Pasión en la Cruz. En estos hechos significativos encontrarán la fortaleza para los momentos de confirmación y de desafíos.
Los pasos que están dando algunos de Mis nuevos discípulos van cambiando el rumbo de la vida planetaria y, así, la Gracia de Dios está llegando a los corazones más dañados por las artes del mal.
En esta Hora de Infinita Misericordia, Mi Corazón reúne a los Míos para indicarles el próximo paso que deben dar en la senda de la cristificación del corazón. Por eso, estén atentos a Mis Anuncios. Guarden en sus corazones Mis Palabras de luz, las que les darán la vida eterna y, firmes, caminen en busca de Mi Divino Propósito Crístico.
Vayan en paz, y en reverencia glorifiquen al Dios del Amor, porque en este día de inmensa alegría y consagración del mundo entero, la humanidad está recibiendo la Gracia de la Redención.
Bajo la Luz Infinita de Dios, sean bienaventurados ahora y siempre.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Sol de la Eterna Gracia
El alma que busca todo el tiempo estar en Mí y se esfuerza, nunca se detendrá en el camino ni en el tiempo, porque Mi Amor siempre hará avanzar al alma que se dedica a estar Conmigo día a día. Así no será presa del enemigo y, en los momentos más difíciles, su espíritu estará tan fuerte como el Mío.
Por eso, el alma debe dedicar espacios importantes a Mi Corazón Misericordioso, porque la puerta de la redención la abre primero quien ejercita la oración misericordiosa y, así, Mi Manantial lo lavará y lo nutrirá de códigos nuevos.
A pesar de las circunstancias y de los tiempos actuales, perciban cuándo se separan de Mí tan solo por las cosas más externas. Antes de que eso suceda, retomen el camino infinito que han construido hacia Mi Sagrado Corazón y déjense renovar por Mi Fuego Purificador.
Las almas que no Me dedican tiempo son las almas más frágiles en el mundo, porque además del desafío de sus compromisos, incluso en el servicio, ellas son vulnerables a las asechanzas que con astucia articula el enemigo. Es necesario, en estos tiempos, no olvidarse de Mí y nutrirse de fuerzas de luz a través de la oración diaria; porque el ciclo de las almas se está redefiniendo en esta era, y la definición espiritual determinará el número total de rebaños que estarán preparados, desde la consciencia, para recibirme cuando Yo retorne.
Estén atentos a la unión diaria Conmigo, porque solo necesito que piensen en Mí para que Mi Gracia y Mi Misericordia puedan estar entre ustedes en estos tiempos.
Recen por las almas que infelizmente se están apartando de Mí.
Asuman que su consagración a Mi Sagrado Corazón es perpetua, es renovadora, es redentora.
Avancen sin miedos, porque quien está en Mí está en Dios.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mi Voz con atención.
Cristo Jesús
En los momentos de mayores pruebas es cuando Mi Espíritu Misericordioso está presente para todas las almas. Por eso, ante cualquier circunstancia de transición o de batalla, les pido que no pierdan la fe, porque en estos tiempos ella deberá ser más fuerte que un roble y más firme que el hierro.
La fe será la espada que junto al amor cortará todo mal.
Mis apóstoles, valientes y decididos, trabajarán para que Mi Plan Redentor sea una gran victoria sobre la Tierra.
Siempre deberán estar con el corazón en lo Alto y en lo Supremo para que nada les impida realizar con humildad la tarea que les fue encomendada.
Hoy Mis Ángeles de la Paz están sobre Mis servidores, guiándolos por el camino del bien y del amor.
Los amo y les agradezco por su perseverancia, porque con pocas ovejas Yo haré Mis grandes milagros de amor.
Adelante, Mis soldados de la Misericordia.
Bajo la Luz y la Protección del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Hijos Míos:
Recen, recen mucho para que en cada momento de vuestro día Dios los escuche y, así, Su magnífico Espíritu de Amor pueda obrar a través de todas las criaturas.
Queridos hijos, recen, recen mucho para que vuestras almas y las almas en todo el mundo reciban el consuelo y la Misericordia que ellas aguardan.
Recen y no se cansen de rezar porque en la oración se encuentra la fortaleza y el diálogo amoroso de vuestros corazones con Dios.
Recen, recen por el tiempo de cambios que llegará para que cada corazón en este mundo escuche con humildad los amorosos pedidos de Mi Inmaculado Corazón.
Recen para abrir las Puertas de los Cielos y para que los ángeles estén presentes con su amor y servicio sobre la Tierra y eso permita cambiar el corazón de muchas consciencias. Cuando alcancen una oración armoniosa y amorosa, ustedes estarán recorriendo el camino hacia la contemplación del Altísimo y vuestros seres serán como chispas de Luz en el universo.
Recen por los que no rezan. Recen por los que no aman. Recen por toda la humanidad porque la oración del corazón los guiará como una madre guía a su pequeño hijo.
Por eso, queridos hijos, Mi Corazón Maternal y Devocional está entre ustedes para enseñarles a andar por el camino de la oración y de la conversión.
A lo largo de estos últimos meses ustedes han conocido la Faz de la Reina de la Paz, de la Madre de Dios, pero aún hijos Míos, deben amar la oración diaria hasta que vuestros corazones reconozcan que la oración de todos los grupos cambiará al mundo.
Cuando en Lourdes hice el llamado a la penitencia, Yo estaba llamando al mundo a la reflexión, al despertar de la consciencia ante las acciones.
En Fátima, llamé al mundo a la oración diaria para que las almas tejieran, mediante el rosario, una nueva red de paz y redención que pudiera auxiliar al mundo.
En Medjugorje los llamé al ayuno y a la oración al igual que en Aurora donde, desde hace ya cinco años, Yo estoy pidiendo a la humanidad un poco más de sacrificio y de esfuerzo para que ella pueda equilibrarse delante de los acontecimientos que están fuera de la Ley de Dios.
En Salta, Argentina, los llamé a curar el corazón mediante la adoración al Corazón Eucarístico de Mi Hijo. Yo los estaba llamando a todos para que consideraran la importancia de la unión diaria con Mi Hijo, el Redentor, a través de la comunión con Su Santo Cuerpo y Su Sagrada Sangre.
Hoy, queridos hijos, los llamo al despertar del nuevo tiempo en ustedes, a la preparación de vuestros corazones a través de la oración, de la adoración, de la confesión, del ayuno y de la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Hijos Míos, después de tantos llamados y advertencias a la humanidad, hoy los llamo para que vivan vuestra conversión y vuestra redención mediante la oración y la paz.
Queridísimos hijos, ustedes son parte del hermoso Proyecto de Dios, ustedes pueden ser una expresión de Mi Paz y de la Divina Paz de Mi Hijo.
Niños de Mi Padre, ahora, reconociendo el poder de Mis Pedidos Maternales, nuevamente los llamo a la oración del corazón porque la oración socorrerá al mundo entero.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre de los cristianos y de los no cristianos, en el nombre de la Luz de Mi Hijo, intento, día a día, retirar a muchas almas del largo desierto interior en el que viven por la falta de fe y de amor en el corazón.
En estos tiempos, queridos hijos, que vuestros corazones sean precursores activos de Mi llamado por la paz y por la salvación de las criaturas.
Queridos hijos, como Madre y Puerta del Cielo, hoy les pido que busquen a Dios dentro de vuestros seres internos, al Amor del Padre, al Espíritu Inmaculado de la Paz, porque ese Espíritu les permitirá crecer y los fortalecerá para las decisiones en la vida, en la mente y en el espíritu de cada uno.
Hoy los estoy llamando a preparar, con consciencia, vuestras moradas para que en poco tiempo, Jesús, el Rey del Universo, el Maestro de los maestros, encuentre reposo en moradas puras y cristalinas donde se pueda derramar Su Absoluta e Insondable Misericordia.
Queridos hijos, el mundo está viviendo grandes pruebas en la fe y en la vida de muchos corazones; por este motivo Yo les pido que coloquen a los millones de hijos que tengo a Mi resguardo en el verdadero ejercicio de vuestras oraciones para que ellos ingresen en la definitiva Ley del Perdón y de la Misericordia.
Como les he dicho, queridos hijos, este es un último ciclo para la confirmación de los corazones delante de los Planes de Dios. La humanidad puede vivir en el nuevo Plan de Dios, Plan que los llevará a permanecer en el verdadero estado de la paz y de la reconciliación.
Hijos Míos, es muy importante mantener encendido el fuego de la oración del corazón, oración que los une con el Sagrado Espíritu Divino de Mi Hijo. Pero para que eso suceda, queridos hijos, vuestros labios solo deben pronunciar palabras de amor y de paz, palabras que broten desde el corazón, palabras que alivien el gran sufrimiento que viven muchas almas solitarias.
Hijos Míos, hoy de nuevo les suplico y les hablo con el inmenso Amor de Mi Inmaculado Corazón, porque como ustedes saben, estos ya son los últimos anuncios que Dios Me envía a transmitir para todos los corazones.
Delante del nuevo tiempo que llegará, hijos Míos, que vuestros corazones, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos sean misericordiosos para que dentro de ustedes reine Dios, reine por siempre el Amor de Mi Hijo.
Guarden en ustedes la gratitud para que ella irradie humildad y Misericordia.
Gracias por responder a Mi llamado.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Continúen orando por la venida del Espíritu Santo y por la Sagrada Paz porque ya muchos de Mis hijos se están acercando a vivir la conversión del corazón. Esta conversión comienza reconociéndose como hijo de Dios redimido por Cristo y perdonado por Su Misericordioso Amor delante de Dios.
Sepan hoy, queridos hijos, que los llamo a la esperanza y a la persistencia en cada uno de vuestros corazones, pues de esa manera podrán estar delante del Corazón del Padre en constante contemplación.
Queridos hijos, ante cualquier situación externa o interna de vuestras vidas, Yo les digo que confíen en Dios y que se unan al principio redentor de Mi Hijo porque así Mi Manto de Protección los amparará sobre todas las cosas.
Hoy también les recuerdo la importancia de estar en la adoración al Sacratísimo Corazón de Jesús a través de la comunión eterna con Su Bendito Espíritu de Amor. Quien está en Jesús encuentra fortaleza y ánimo para trascender los límites de la propia transformación del corazón.
Recojan sus corazones en el Corazón de Mi Hijo, porque en este simple ejercicio de adoración, permitirán que la llama de la compasión y del amor fraterno se manifieste en cada uno de ustedes.
Abran sus consciencias para que la Fuente de las Gracias que está auxiliando a gran parte de la humanidad pueda aproximarse a vuestros corazones como un Don de Paz y de Luz de Dios.
Sepan, hijitos, que los acompaño. Pero ahora llegó el momento de que sus vidas maduren como los frutos y que sus corazones crezcan como los árboles. Con el corazón convertido en una bella flor para el Creador estarán correspondiendo al Plan de Paz para el mundo.
Oremos por amor a todos Mis hijos. ¡La tarea comienza ahora! ¡ya es el tiempo!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
No teman a las tinieblas porque el triunfo de Mi Inmaculado Corazón resguardará cada una de sus vidas.
Queridos hijos, nunca pierdan el camino de la fe que han construido a través de la oración.
Hoy Yo estoy entre sus corazones para que puedan sentirme como Madre del Amor y de la Paz. Nunca teman por lo que aún no ha sucedido. Sepan que a través de Mi Hijo podrán encontrar la fortaleza para caminar por el mundo. Por eso, deben afianzar la oración en sus corazones para que el manantial que proviene de la Fuente Divina descienda sobre los corazones del mundo.
Amados hijos, la alianza de sus corazones con Cristo les permitirá ver el horizonte de luz que se aproxima. Aguarden día a día la presencia de Mi Hijo y sepan que aún estamos en un tiempo de Gracia. Caminando en la oración, la humanidad alcanzará el triunfo en el Amor de Dios, aunque para eso es necesario que muchos corazones animen sus vidas a través de la oración. Así, todos podrán renovar la vida del corazón en el amor y en el perdón.
Queridos hijos, acepten y vivan el perdón de Mi Hijo. De ese modo recibirán los Rayos de Su Divina Misericordia. Este es el camino que deben transitar juntos, imitando la peregrinación de José y de Mi Corazón hacia Belén.
¿Por qué les digo esto? Porque sus vidas deben nacer como nació Jesús, quien despertó en Misericordia para el mundo. Yo los necesito en la pureza para que puedan sentir a través de Mi Corazón.
Queridos Míos, espero que a través de la oración ustedes estén perdonando todo con el corazón. Así el sufrimiento para el mundo será menor, porque si las almas oran con el corazón podrán ser salvadas.
Queridos hijos, sientan Mi Paz y vivan Mi Paz. Yo los necesito firmes en el corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
¡Misericordia y Paz para la humanidad!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Una lección de Amor Maternal
Queridos hijos,
Hoy celebremos con inmenso gozo porque el Señor Me ha enviado a ustedes para anunciarles Mis Mensajes Diarios. Conmemoremos hoy el primer mes de Anuncios Celestiales que Mi Corazón Inmaculado entrega a sus pequeños corazones.
Acompañen Mi camino de Madre y Peregrina de almas para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo entero.
Amados Míos, de esta forma vayan preparando sus corazones para el encuentro Conmigo en este fin de mes. Contemplen, en la oración, el Amor Infinito que Mi Corazón de Paz tiene por cada una de las almas.
Por eso, Mis pequeños, les digo que Mi Corazón Inmaculado cuenta con cada uno de sus corazoncitos. Mis pies están posando sobre el mundo para establecer el Reino de la Paz de nuestro Reverendísimo y Misericordioso Padre. Mi Manto está sobre el mundo para proteger y resguardar a los corazones que en confianza se abren a Mi Amor Maternal. Nada Yo podré hacer por todos aquellos hijos que diariamente se alejan del camino de Dios. Solo podré orar e interceder como Madre de la Misericordia.
Pero, Mis queridos hijos, sus corazones podrán ayudarme en el alivio de los grandes sufrimientos del alma y del corazón que muchos hijos viven en el mundo, y eso se dará a través de la fortaleza diaria de sus oraciones. Cuando alcancen a amar el poder de la oración, Mis pequeños, podré decirles que sus corazones estarán haciendo obras de humildad y de donación.
Sepan, Mis pequeños, que Mis ojos están sobre el mundo para contemplarlo y para rescatarlo en esta última hora decisiva que llega para muchas almas. Alcen con fervor las oraciones hacia los Cielos; allí Yo podré irradiar Mis prodigios sobre los corazones afligidos.
Mi última hora de paz quiere anunciarse a todos los corazones. Divulguen Mi llamado en las moradas que aún no Me buscan. Proclamen Mi Buena Nueva de Paz y de Redención hacia todos Mis hijos, para que la conversión del espíritu se manifieste en los corazones.
A todos los que necesiten de Mí, allí Yo estaré. Soy la Madre de la Paz. Soy la Madre de la Misericordia. Soy el Ave del Sol que ilumina la oscuridad en los corazones. Yo los hago renacer a la vida a través de la fuente inagotable del Amor de Mi Hijo.
Oremos por lo que Nuestro Señor necesita. Él tiene sed de almas buenas.
Intercederé por sus corazones,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más