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Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimoctavo poema
Santísima Madre de la Contemplación,
Guardiana Sagrada de las Reliquias de Cristo,
Mensajera de la Palabra de Amor de Tu Hijo,
en este día, Te pedimos
que nos ayudes a vivir integralmente
todas las enseñanzas de Cristo,
para que, en este tiempo definitivo,
podamos ser un ejemplo de Redención y de Gracia.
Santísima Madre de la Contemplación,
ayúdanos a que cada Palabra de Cristo
resuene como un impulso de Luz dentro de nosotros.
Que, a través del Evangelio, nos autoconvoquemos
para servir a Dios sin condiciones,
teniendo como meta
aliviar el Corazón herido de Cristo
por todo lo que Él observa en el mundo.
Santísima Señora de la Contemplación,
enséñanos a comprometernos con el Camino de Cristo,
porque en adhesión, ayudaremos a preparar Su Retorno
a través de las obras de amor.
Que nunca perdamos la alegría de servir
y de reconocer que somos hijos de Dios.
Cuando consigamos despojarnos de nosotros mismos,
Te pedimos, Madre, que nos lleves de la mano
hacia el camino de la verdad,
en el que seguiremos redimiendo nuestras vidas,
que estarán al servicio del Plan de Amor
de Nuestro Señor.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El Retorno de la Madre de Dios
Silenciosa como la brisa y más brillante que el Sol, también retornará la Madre del Sol, la Estrella de la Mañana.
Primero, hijos, será Mi silencio el que preparará a sus corazones y el que permitirá que maduren y que vivan aquellas experiencias que confirmarán a sus espíritus en la adhesión al Plan de Dios.
Antes de que todo suceda y que el Triunfo de Dios se manifieste, verán dentro de sí mismos, los frutos de los últimos años de Gracias y de enseñanzas. Y será la propia expresión de sus vidas el testimonio de esta Obra y de la Presencia Divina que los guió, los condujo y los instruyó por tantos años.
Llegará el día en el que Nuestros Sagrados Corazones se silenciarán para que se manifiesten los profetas, los apóstoles, los santos y los Cristos de los últimos días y del Nuevo Tiempo.
Nuestros Corazones se silenciarán porque es parte del Plan de Dios que ustedes puedan crecer por sí mismos y hacer fructificar las semillas crecidas de la Gracia y del Amor.
Así como Dios se silenció en el Corazón de Cristo para que Él manifestara el Amor y la Cristificación en Su Corazón humano, así también Dios se silenciará en el corazón de los hombres que hoy escuchan y responden a Su llamado.
Pero esto no es para castigarlos, hijos Míos; eso es para que nazca de su interior un amor único, que surge del potencial humano cuando este se ve ante una gran necesidad de amar.
Antes de que Nuestros Corazones se silencien, ya le habremos entregado todo a la humanidad, y nada les faltará para cumplir el Plan de Dios.
El Silencio de Dios tendrá un tiempo y durante ese tiempo parecerá eterno y doloroso. Buscarán al Padre dentro y fuera de sí mismos y parecerá que no lo encuentran, a pesar de que Él siempre estará allí.
Su Silencio es el símbolo de la noche oscura que todo el planeta vivirá, porque es necesario.
Es necesario que exista la noche para que el sol vuelva a nacer.
Es necesario que exista la oscuridad para que la luz tenga sentido, para que el día pueda existir.
Entonces, hijos, no teman, pero tengan fe en las nuevas promesas de Cristo y en las revelaciones de su Madre Celeste.
Cuando llegue la noche sobre el mundo, y el silencio y la soledad se apoderen de los corazones de los hombres, recuerden lo que ahora les diré: más brillante que el Sol, nacerá en el firmamento una Estrella que será el anuncio del retorno del día, del día físico y espiritual que volverá a iluminar dentro y fuera de los seres.
Esa Estrella traerá consigo un sentimiento profundo de paz, de amparo y de esperanza; traerá el alivio que los corazones necesitan para cruzar los últimos momentos, y los más intensos, de esta noche oscura.
Permanecerá silenciosa en el Cielo, hasta que el Sol pueda volver a nacer, hasta que el Hijo del Hombre tenga el permiso de Su Padre para retornar al mundo y, como el Gran Agricultor, buscar los frutos que nacieron en los corazones de los seres, y multiplicarlos.
La Estrella de la Mañana, que anuncia la llegada del Sol para este momento, permanecerá silenciosa. Pero, después de que todo se cumpla, Mis Pies también tocarán la Tierra y, con Mi Hijo, vendré para concretar el Plan de Dios y revelarles Mi verdadera Faz.
El misterio de Mi Retorno, hijos Míos, es para terminar de unir pueblos, razas y religiones y para traer hacia Mi Inmaculado Corazón a aquellos que por ignorancia negaron Mi Maternidad universal.
Yo retornaré para recibir de Mi Hijo las almas más perdidas; las lavaré en las Fuentes de la Gracia y las encaminaré para que tengan un nuevo destino y reciban una nueva oportunidad.
El Retorno de la Madre del Mundo ocurrirá para sellar la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las diferentes Faces de Dios y Sus criaturas.
Y allí, hijos Míos, se les revelarán todas las verdades que hoy están ocultas, porque haré reflejar en los espejos de sus corazones la verdadera historia de la Creación y, solo allí, cuando todo se haya cumplido, es que comprenderán el verdadero sentido de esta experiencia en la Tierra.
A partir de ese momento, el Cetro de Dios será colocado en la Tierra y se establecerán un nuevo mundo y un nuevo ser.
Sientan la Gracia de Mis Palabras y despierten la fe en las nuevas y eternas Profecías de Dios, pues, se cumplirán, como se cumplió desde el principio todo lo que el Creador habló a través de los profetas.
Yo los bendigo y les agradezco por escuchar Mis Palabras y por responder a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Frutos de la Cristificación – Parte 2
Los Nuevos Cristos, habiendo congregado a multitudes un tiempo antes del Retorno de Cristo, darán a conocer al mundo el importantísimo valor que tiene la vida esencial de los seres y su profunda relación con el universo. Ellos incentivarán el despertar de la consciencia en relación al Conocimiento Divino que la propia Fuente de la Creación emanará.
Por medio de esos impulsos, los Nuevos Cristos harán que las almas descubran la libertad interior y cuánto cada una de ellas puede unirse a Dios de una forma verdadera y, al mismo tiempo, simple.
Los Nuevos Cristos recuperarán el sentido del Nuevo Testamento y, a pedido de Cristo, revelarán el sentido oculto de cada parte del Evangelio, sobre todo, las enseñanzas internas y universales que el propio Maestro Jesús le concedió a la humanidad.
Es así que el Nuevo Testamento será renovado y complementado; a partir de las enseñanzas que Cristo le está transmitiendo a la humanidad en este tiempo; sabiendo que toda instrucción que emana de la Palabra de Cristo es Sabiduría, Gracia y Misericordia que se propaga rápidamente en el mundo.
Por eso, los Nuevos Cristos llegarán para renovar la actual Iglesia y sacarla de su decadencia sacerdotal y religiosa.
Los Nuevos Cristos serán enviados ante importantes consejos mundiales, no para predicar ni con la intención de convertir, sino para revelar la esencia del verdadero Propósito a los diferentes pueblos, así como a las diferentes naciones.
Será un momento importante, porque las naciones del mundo tendrán la última oportunidad de alinearse con lo Divino y de corregir sus superfluas acciones.
Los Nuevos Cristos traerán dentro de sí la Presencia Crística, un Fuego espiritual y divino muy semejante al Espíritu Santo y con un poder de transformación desconocido por todos.
Será este Fuego Crístico del Maestro del Amor que removerá todos los hechos sucedidos y dejará en evidencia lo que permaneció oculto durante décadas.
En ese momento, la fe deberá estar fortalecida en los corazones, para no involucrarse ni envolverse con los desencuentros de las naciones, de los pueblos y hasta de la propia Iglesia.
Los Nuevos Cristos serán la base interior y silenciosa para que el último representante del apóstol Pedro, que estará presente en los días finales, defina el curso de la última parte de la Iglesia y así, se definan todos los que en ella habitan.
En los próximos tiempos, los Nuevos Cristos irán apareciendo y habrá algo inquebrantable que los unirá y que nadie podrá destruir, que es la hermandad, una hermandad que no es de este planeta y que impulsará los cambios de la vida y de la Tierra, en todos los sentidos.
A través de los Nuevos Cristos actuarán Leyes espirituales y divinas que, por intermedio del Cosmos, descenderán como una potente Luz sobre el mundo y su humanidad para iluminar lo que está oscuro.
Por eso, todo se purificará. Sus vidas deberán estar purificadas por la Gracia Divina para que ustedes, junto a los Nuevos Cristos, aprendan a vivir la Ley y a no salir más de ella, haciéndola parte de la vida y del camino espiritual.
Todo eso ayudará muchísimo a la actual humanidad para que, finalmente, abandone el camino de la perdición e ingrese en el camino del Amor y de la Luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo a ofrecer al mundo la cura de su corazón, la liberación de sus prisiones, la redención de la consciencia.
Como su Madre, vengo a ofrecerle al mundo la verdadera libertad de la vida y el despertar a Leyes más profundas, que harán de cada ser un discípulo de Cristo.
Vengo a ofrecer al mundo el camino de la verdadera luz, la alianza perfecta con el Amor del Padre y la unión predilecta con Mi Amado Hijo.
Vengo a ofrecer a la humanidad la salida de su cautiverio, el sentido de vivir en este planeta, la oportunidad de crecer interiormente siguiendo los ejemplos y las enseñanzas de Cristo.
Vengo a ofrecer a las almas todo lo que aún no pudieron alcanzar en su caminata espiritual, la posibilidad de estar en comunión perpetua con la Divina y Suprema Fuente.
Vengo para ofrecer a la humanidad los patrones que nunca encarnó, los valores de una vida crística, el sendero para poder encontrarse con el Redentor.
Todo esto es lo que ofrezco a las almas una y otra vez; pocos consiguen nadar en esos misterios y penetrar en el océano de la Misericordia de Dios.
Vengo para hacer de sus consciencias nuevos y renovados seres al servicio del Plan de Dios.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A los que transmutan como servicio
A lo largo de los tiempos, queridos hijos, existieron consciencias al servicio del Plan de Dios que, viviendo las enseñanzas de Cristo y Su plena imitación, fueron escogidas por el Universo para sustentar la consciencia planetaria y la humanidad.
Este servicio de transmutación no implica a todas las almas, porque en este tiempo la fuente de la purificación es lo que predomina en la humanidad, como un medio para la liberación del mal.
Pero en este siglo que ha comenzado, con una humanidad indiferente a los planes del Altísimo y a toda Su Obra Creadora, el propio Universo escogió a grupos de almas en el planeta para que ofrecieran silenciosamente este servicio que impide la destrucción espiritual de la humanidad.
Transmutar es un acto de pleno sacrificio y de profunda ofrenda por algo mayor que va más allá de una consciencia, de una nación o de un continente.
La Ley de la Transmutación está siendo aplicada en este momento sobre ciertos grupos de consciencias que ya pasaron por la escuela del discipulado de Cristo.
En el momento de la transmutación, el alma se encuentra con el sufrimiento, con la indignación y con el rechazo que siente el Padre Celestial, cuando Su Amor infinito es negado por las criaturas.
Por eso, nadie pasa por la transmutación sin antes haber vivido una estricta purificación, una vida de oración, de servicio y de entrega a Dios.
Los importantes monasterios del mundo que dedican la vida al servicio de Cristo, se han tornado columnas permanentes de transmutación planetaria y eso se divide entre los cristianos, los budistas, y los hindúes.
Dios deposita Su Voluntad en todas las consciencias que se abren a reconocer la verdadera necesidad de estos tiempos.
El mayor acto de transmutación de Cristo fue haberse dejado clavar en la Cruz, eso no significa que ustedes llegarán a ese estado, solo que la corriente de la transmutación se polariza positivamente cuando existe amor por lo que se está viviendo, así el proyecto de la humanidad es reconfigurado cuando existen almas que viven en este tiempo para transmutar como medio de concretar el proyecto de esta raza.
La transmutación es una escuela de servicio silencioso, abnegado y puro, es el primer escalón que hace ingresar a la consciencia hacia un estado de servicio mayor.
Oremos por todos los que transmutan, porque en estos tiempos eso se volverá un ejercicio grupal para las almas.
La fortaleza de los que transmutan es la fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Ora por los que transmutan,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos,
Así como Mi Corazón jamás se cansa de venir a vuestro encuentro, también ustedes deberán ser incansables en la búsqueda de la consagración de la vida a Mi Inmaculado Corazón.
Ha llegado la hora de consolidar los pasos que ya se construyen en sus almas y, para eso, solo les pido que recuerden día a día la simplicidad del corazón.
Mi presencia ya vertió Gracias infinitas sobre vuestros pequeños corazones. La cura que existe en Mi Reino ya fue derramada sobre vuestras almas, curando así todo aquello que les impedía aproximarse a una realidad Divina. Deben ahora confiar en la grandeza de estos milagros que llegan al mundo y sobre ellos construir una morada segura en la cual recibirán a Mi Hijo.
Mis queridos, Mi Corazón se alegra porque llegó el momento que las almas se confirmen en este sagrado camino. Todas las puertas que conducen a Mi Reino hoy están abiertas y, a todos aquellos que necesiten de auxilio para ingresar en este Reino, les será concedida la ayuda que necesiten.
Es por eso, Mis amados, que contemplo con alegría el momento de pruebas que muchos de Mis hijos están viviendo, porque este momento no es nada más que una oportunidad de madurez y fortalecimiento del espíritu que el Señor entrega a Sus pequeñas criaturas.
En este tiempo quiero ver relucir una sonrisa en el rostro de Mis hijos y que, de esta forma, demuestren al mundo que les fue entregada la Alegría Divina de estar al lado de la Sierva fiel de Dios.
Mis amados, una vez más les digo que vengan sin demora a Mis brazos y que no esperen los pasos de otros para entregar vuestras vidas. Sean pioneros en el descubrimiento de un amor que nutre y hace renacer los espíritus que están caídos y, a través del ejemplo de vida, den al mundo el testimonio de Mi presencia.
El mayor milagro que realizaré al final de este tiempo es el milagro de la conversión de los pecadores más perdidos; es el milagro de enseñar a amar a los corazones que se sentían más cerrados; es el milagro de curar y redimir a todos los espíritus que jamás creyeron que podrían retornar a Mi Reino.
Hijos Míos, estar a Mi lado no es una Gracia concedida a pocos, es una oportunidad universal que el Señor entrega al mundo. Por eso, vengan a Mí todas las criaturas de la Tierra, los que se sienten dignos y los que se sienten indignos de acompañarme, porque para Mí no existe predilección. Las almas son todas iguales delante de Dios: criaturas salidas de una misma Fuente para la cual deben retornar en este tiempo, así como están.
Yo los bendigo y los recibo en Mis brazos.
Que la Divina Alegría que irradia Mi Corazón se exprese en vuestras vidas.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
Recordando el milagro de las Bodas de Caná, hoy les pido que, a través de la oración, vuestros corazones sean convertidos como Jesús convirtió el agua en vino. El misterio de este milagro se encuentra en el amor que ustedes pueden tener delante del Padre.
Por eso, hijos, en este día, acompañen a Jesús en la conversión de la humanidad, la cual necesita de Misericordia y de Perdón.
Queridos hijos, que vuestras vidas reflejen la enseñanza de Jesús en espíritu y en esencia. Que vuestros brazos estén abiertos, libres y preparados para recibir a los que más necesitan de Misericordia.
Pequeños hijos, hoy los estoy llamando a vivir este milagro de las Bodas de Caná en vuestros corazones para que vuestras consciencias vivan el gran ejemplo de conversión que Mi Hijo realizó en nombre del Amor de Dios.
Cuando Jesús convirtió el agua en vino estaba instruyéndonos sobre cómo el Amor de Dios convierte lo impuro en Puro, lo irreparable en Reparable, las faltas en Misericordia, la oscuridad en Luz. Por este motivo, queridos hijos, que hoy vuestra oración sea una nueva conversión de Caná, una demostración del amor que cada uno de ustedes guarda por Dios.
Pero ese amor que guardan debe irradiarse en hermandad para todos, porque así, todos estarán uniéndose a la gran red del amor y de la fraternidad.
Vuestra redención comenzará cuando reconozcáis que sois parte de Dios y que Dios es parte de vosotros, porque en este simple ejercicio estaréis colaborando en la elevación espiritual de la humanidad.
Por eso, es importante orar todos los días, aún más en este tiempo de exigentes cambios en cada uno de Mis hijos. Pero si están bajo la Luz del Espíritu Santo, vuestros corazones recibirán nuevamente la Gracia del Perdón.
Estén en Mi Paz y busquen estar en Mi Paz Maternal.
¡Les agradezco!
Gracias por responder en este día a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Si buscan vivir en la esencia de Mi Paz ustedes hallarán el Reino de Dios sobre la Tierra, y entre los corazones se disolverán los conflictos, conflictos que nacen desde la propia consciencia.
En este tiempo, principalmente, estén unidos de hermano a hermano a través de la oración y déjense conducir por el poder que ella tiene cuando es pronunciada con amor.
Queridos hijos, recogidos en este día dentro de Mi Corazón, busquen la presencia de Mi Hijo, practiquen las enseñanzas de Jesús mediante la oración diaria, el servicio y la fraternidad.
Ya no es momento de que algún corazón, de que algún hijo del Padre deje de cumplir su tarea diaria de oración porque, sin percibirlo, se estaría alejando del propósito y comenzaría a vivir bajo los principios humanos, incluso aquella alma que se haya consagrado.
La oración es la sal de vuestras vidas, es el condimento que provee la humildad y la sabiduría en estos tiempos. Hijos Míos, mientras caminen sobre este mundo, ustedes abrirán una pequeña puerta hacia el Cielo a través de la oración diaria para encontrar la paz y la mansedumbre.
Sean en todo momento misericordiosos aunque vuestros pensamientos y sentimientos digan algo diferente.
Únanse al Corazón de Mi Hijo para que todas las ovejas que se han separado de Él encuentren de nuevo el camino. Ustedes son parte del Plan de Dios, Plan que se está cumpliendo con esfuerzo en esta parte de América a través de los anuncios de Mi Inmaculada Faz.
Como Madre del Alivio, les doy Mi Bendición y los invito a recordar el camino de humildad para vuestros corazones, para que así, sobre este mundo, haya más paz y armonía.
¡Les agradezco!
¡Gracias por orar el rosario todos los días!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Bienaventurados hijos:
En respuesta al llamado urgente realizado en el día de ayer a Mis hijos para quienes Yo aparezco desde hace ya cinco años como la Bienaventurada Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, les anuncio que Mi Amado Hijo, Cristo Jesús, hoy Me envía hacia vuestros corazones para decirles que Dios Todopoderoso ha observado desde Su Corazón vuestra respuesta al llamado celestial de atención.
Queridos hijos, delante de la urgente necesidad de conversión y redención de todas las criaturas de Dios, hoy los llamo a la oración continua y, en especial, los llamo para que, durante todo este mes, vuestras vidas profundicen y donen tiempo a la meditación de cada uno de los santos Misterios del Rosario.
Allí, ustedes encontrarán las llaves para la conversión de vuestros corazones, que son: la paz, la entrega, la confianza en Dios, la caridad, el perdón, el Amor de Mi Hijo, el sacrificio y la resurrección junto a la glorificación de Cristo.
Hijos Míos, en este mes del Rosario quiero que se dediquen especialmente a unir vuestros corazones a cada uno de los pasajes de la vida de Jesús y de la vida silenciosa de Mi Inmaculado Corazón.
Pequeños Míos, que en este tiempo despierte en vuestras consciencias el llamado a la Redención y a la Entrega a Dios, llamado que Mi voz pronuncia día a día mediante los mensajes diarios.
Queridos hijos, bajo la Gracia de Dios, ya estamos próximos a completar un año continuo, sin interrupciones, de bienaventurados mensajes diarios de Mi Inmaculado Corazón, de la Reina de la Paz, quien intenta guiarlos por el camino del Bien y de la Paz en el corazón.
Después de un año continuo de Gracias recibidas, hoy quiero que, en respuesta a esas Gracias, unan vuestras vidas a las enseñanzas clave de Cristo.
Por este motivo victorioso de Mi Inmaculado Corazón en cada una de vuestras vidas, Yo hoy les anuncio, en nombre del Amor Misericordioso de Cristo Jesús, que en el día de mañana, 21 de octubre de 2012, Mis hijos videntes estarán honrándome mediante una sencilla oración y una interna comunión en el Santuario de Aparecida, santuario que amo con predilección por la expresión humilde de la fe de todos Mis hijos peregrinos del Brasil.
Por esto, queridos hijos, la Honorable siempre Virgen María, Señora Aparecida del Brasil, los invita y llama a todos Sus hijos, para que junto a Mis hijos los videntes, realicen esta sencilla peregrinación hacia el Santuario de Aparecida y que, a través de la oferta de orar cincuenta cuentas del Santo Rosario y de la comunión interna con Cristo, reparen Mi Inmaculado Corazón.
En respuesta a los eventos acontecidos entre ustedes y Dios, Yo les prometo que, quien participe con un sincero espíritu de reconciliación y perdón delante del Altísimo, la Madre María, Reina de la Paz, les irradiará el poder de la Divina Misericordia desde el Cielo y vuestras vidas quedarán absueltas ante la Ley.
Queridos hijos, llevé rosas entre Mis manos, hasta el trono de Dios, y el Padre de la Fuente del Amor y de la Compasión ha aceptado Mi oferta por todos ustedes. Este ejercicio de fraternidad que Yo les pido realizar permitirá que una vez más vuestros corazones estén limpios y puros delante de Dios.
Una vez más, queridos hijos, ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
Gracias por responder a este llamado celestial.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hoy quiero ver en todos Mis hijos la alegría infinita de servir a Dios con el corazón y de aspirar a vivir en el Reino Celestial de la Eternidad.
Por este motivo, queridos hijos, hoy los invito a obrar en el nombre de la paz y de la esperanza misericordiosa que Mi Hijo quiere despertar en vuestros corazones. Mediante la sincera oración del corazón, vuestras moradas se prepararán para recibir el advenimiento del Espíritu Santo sobre la Tierra.
Por eso, hijos Míos, la oración diaria es importante en estos tiempos, ya que la humanidad debe reconciliarse con Dios a través del profundo diálogo orante que nace del corazón.
Queridos hijos, hoy también les pido que recuerden cada uno de los pasajes de Jesús por esta Tierra y cada una de las simples enseñanzas que Él les dejó para que todos puedan vivir la conversión del corazón.
Abriendo Mis brazos misericordiosos, irradio a todos con Mis Gracias para que Mis pequeños niños puedan caminar en la honestidad y en la verdad del corazón.
Queridos hijos, por eso, sean verdaderos y no pierdan tiempo para que así puedan transformar vuestros corazones, porque Cristo Jesús estará aproximándose a vuestras vidas para mostrarles la Voluntad del Señor.
Hijos Míos, hoy los llamo a abrir las puertas de vuestros corazones y a permanecer en la Luz Infinita del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Si cada alma aceptara estar en Mis brazos Maternales, la humanidad estaría guiada y acompañada por la Luz del Espíritu de Dios en cada pequeño corazón.
Para eso, queridos hijos, oren para que el Espíritu Santo traiga sabiduría a las consciencias. Oren para que el Espíritu del Amor nutra a los corazones que están vacíos. Oren para que la Redención de Mi Hijo vivifique cada una de las esencias.
Si oran, queridos hijos, habrá una Gracia Mayor que actuará para la salvación de la humanidad. Queridos hijos, hoy derramo sobre ustedes Mis Rayos Misericordiosos para que sean guiados por el Insondable Espíritu de la Paz.
Hijos Míos, Mi voz puede expandirse como Gracia y como llamado a través de los buenos ejemplos de caridad y de amor que vuestras vidas puedan expresar. Por eso, pequeños niños, recuerden que han venido al mundo a vivir las enseñanzas de Mi Hijo. Acepten vivir en el Amor Sacerdotal de Jesús y, en alegría, comulguen de Su Presencia Celestial.
Queridos hijos, cada acto de amor en el nombre de Jesús ayudará a curar la ignorancia y la soberbia de los corazones que están ciegos ante la Presencia de Dios.
Por este motivo, Yo los invito a orar, porque deben saber que todos pueden recibir la Gracia del Perdón y de la Reconciliación.
Queridos hijos, estamos en un tiempo de inmensas obras mediante el poder infinito de la oración. La oración que nazca de vuestros corazones será la base para construir el puente por donde la humanidad podrá elevarse hacia Dios, el Amor Eterno.
Extiendan vuestros brazos y, a través de vuestras manos, donen caridad, donen sin restricciones el Amor de Mi Hijo, el Redentor.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras el mundo y la humanidad definen su camino hacia la eternidad de Dios, el tiempo de la Justicia Divina se aproxima para revertir todas las causas que se han generado en la humanidad.
Por eso, queridos hijos, en estos tiempos de emergencia, los llamo a todos a ser pacificadores y difusores del Propósito de Dios en la Tierra. De esa manera y mediante la oración del corazón, habrá más tiempo para que la Misericordia pueda seguir obrando en el corazón de todos Mis hijos.
Como Madre de la Justicia Divina, Yo les pido, queridos hijos, que no pierdan tiempo y abran vuestros corazones, porque como en Medjugorje, estos son Mis últimos avisos para que la consciencia de todos Mis niños reflexione y despierte a la realidad de este tiempo.
Queridos hijos, no vean a la Justicia como un castigo; la Justicia Divina ordenará lo que los hombres han desviado de la Voluntad de Dios.
Por eso, pequeños hijos, ¡oren!, ¡oren! y ¡solo oren! para que el Amor de Dios pueda tocar a todos Mis niños. Sepan que vuestra honesta y sincera oración del corazón definirá, como lo fue en Fátima, el próximo camino de la humanidad.
Como Mediadora, les pido que vuestras voces orantes socorran a la humanidad colocando cada una de vuestras súplicas a los pies del Creador.
Queridos hijos, un gran mediador es Mi Hijo Jesús; por eso, unan vuestras almas a la voluntad de Mi Hijo para que vuestros corazones encuentren una guía verdadera. En Jesús resucitarán a la vida. En Jesús remediarán el dolor del pasado. En Cristo seguirán por el sendero de la Misericordia y de la Redención.
No sientan miedo porque hoy Yo estoy entre ustedes y con todos los corazones del mundo, llamándolos a orar por la paz y la conversión de toda esta humanidad.
Rediman, a través del perdón, todo el pasado y, en alegría, junto a Mi Hijo, sacien vuestra sed de amor. Sean consecuentes los unos para con los otros, porque para el fin de este ciclo en el mundo, ha llegado la hora de manifestar las sagradas enseñanzas que Mi Hijo les entregó:
- Amar es perdonar
- Donar es entregarse
- Confiar es vivir en la fe.
¡Les agradezco por responder en este día a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
La Virgen María retomó la transmisión diciendo:
Hijos Míos, he visto y he considerado dentro de Mi Plan de Amor que, por los tiempos de emergencia, Mi Voz debe seguir teniendo eco en los corazones que aún no Me escuchan. Por eso, a partir de hoy, todas las apariciones mensuales serán públicas y abiertas a todos para que Mi mensaje reverbere en las consciencias.
El único camino de salvación: Jesús.
La verdadera y fuerte esperanza en todo: Cristo.
La firmeza delante de las pruebas y los desafíos que pueden vivir Mis hijos: Jesús Cristo.
Él es el Pastor Primordial para sus corazones. Cristo es la Estrella Guía que se anunciará al mundo por segunda vez.
Por eso, queridos hijos, hoy los invito a orar para que la Estrella Guía de Cristo, que es Su Sagrado Corazón, pueda estar entre ustedes como estuvo una vez entre los apóstoles. No solo sus vidas pueden consagrarse al Propósito de Cristo en este tiempo en la Tierra, sino también cada uno de ustedes puede, en confianza, ser un amigo fiel de Jesús.
Quiero, hijos Míos, que ustedes puedan aprender a amar a través del ejemplo de humildad que Cristo expresó cuando vivió en el mundo y compartió Conmigo, Su Madre, Sus Prodigios y Enseñanzas de Amor. Aún en la Cruz, hasta el último momento, Él contempló la miseria de la humanidad a través de Su Infinita y Divina Misericordia.
Queridos hijos, quiero que aprendan, a través del acto diario de la oración y de la aspiración, a permanecer siempre en Jesús. Esto los ayudará a trascender los límites humanos que, en muchos, impiden dar los pasos hacia el Dios Eterno.
Aún están en los últimos tiempos de la Gracia. Por eso, Yo los llamo para que, mediante la oración sincera, intercedan por todos los hijos que están lejos de Dios. Y más aún, por todos aquellos que no quieren escuchar a la Sierva de Dios que viene de nuevo al mundo para darles el perdón, la salvación y el auxilio en el final de estos tiempos.
A través de la oración diaria, queridos hijos, sus pequeñas consciencias se preparan para los nuevos tiempos en los que la fe y el amor en Mi Hijo serán llaves para la gran salvación.
Es hora, hijitos, de que todos corran hacia la Fuente de la Misericordia de Jesús y que sus corazones se coloquen bajo los Rayos eternos de la Reparación y del Perdón. Para eso, como Madre de las Gracias, les ilumino el camino para que avancen por el sendero correcto hacia el Salvador.
Cuento con las oraciones de todos.
Los llevo a todos en Mi Corazón Maternal.
Gracias por responder a Mi llamado.
Paz para todos Mis pequeños.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Sean como niños y vengan hacia Mí porque Yo los protegeré.
Queridos hijos, hoy los invito a contemplar Mi Inmaculado Corazón. Quiero enseñarles a vivir en la humildad de la vida para que sus corazones se fortalezcan día a día.
Quiero decirles, Mis pequeños, que debemos orar por el mundo y por todas las almas que carecen de la verdadera humildad del corazón. Si ustedes, queridos hijos, oran con el alma y con el corazón, podrán ayudar a que nuestro Padre derrame Su Amor y Su Misericordia sobre este caótico mundo sin paz.
Por eso, pequeños, Yo vengo como la Reina Mensajera de la Paz. Vengo a enseñarles cómo ustedes deben actuar con sus corazones delante de la vida. Quiero que, desde Mi Corazón, recojan Mi vida de Sierva como María, la Madre de Jesús, para que ustedes guarden los momentos gloriosos que Mi Hijo brindó a todas las almas a través de los episodios de cada parábola. Cada una de ellas los ayudará a meditar con el corazón sobre el Amor en las palabras de Cristo. Por eso, Yo los invito a recuperar lo que siempre, desde niños, les enseñaron sobre la vida real de cada Evangelio. Unidos así, en oración, las almas podrán reencontrar un camino de verdadera comunión con Cristo. Ustedes estarán junto a Mí haciendo renacer el espíritu de la lectura en los corazones que deben aprender a amar en cada nuevo día.
Queridos hijos, guarden Mis palabras en sus corazones para que ellas crezcan como flores en cada amanecer. El Señor los llama a reconciliarse con las enseñanzas que Cristo dictó a la humanidad.
Mis pequeños, Yo los acompañaré por esta nueva senda de oración y de comunión con Mi bendito y misericordioso Hijo. Si ustedes abren sus corazones al llamado que viene desde los Cielos, será la señal de que más almas perdidas se podrán reconciliar con Mi Inmaculado Corazón.
Los guía con Divino Amor,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más