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Queridos hijos:
Todos los días Yo soy coronada por vuestras simples oraciones, y todas las coronas de amor que ustedes Me ofrecen, Yo las deposito a los pies del Creador para que Su Misericordia siga siendo derramada sobre el planeta como un poderoso caudal.
Hijos Míos, todas las oraciones se convierten en alimento espiritual de salvación para los más pecadores y, así, tengo el permiso de ayudar a las almas más perdidas, aquellas que hace tiempo niegan a Dios.
Es de esa forma, bajo la intercesión de Mi Corazón Misericordioso que Yo, vuestra Madre del Mundo, desciende para buscar a las esencias perdidas en los abismos de la Tierra. Cada vez que pronuncian: “Dios te salve María”, un ángel de Mis ejércitos enciende una antorcha de luz para que Yo pueda encontrar en los infiernos de este mundo al alma más condenada. Así, vuestra Madre Celeste activa la liberación del mal y esas almas reencuentran el camino de unión con Cristo y luego con el Padre Celestial.
Queridos hijos, las humildes oraciones son el escudo contra toda tentación, ellas salvan vidas perdidas y, especialmente, los corazones pueden llegar a recapacitar en su proceso de conversión.
Hijos amados, todas las honras que recibo de parte de Mis queridos hijos, Yo las derramo en Gracia y en Misericordia sobre los que más necesitan. Sigan trabajando unidos a Mí, así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los envuelve en el manto de la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En estos tiempos difíciles, vengo todos los días desde el Cielo para que algún día alcancen la paz. Por eso, con el rosario entre las manos, busquen en la oración la esencia y el atributo de la Paz de Dios, porque en verdad les digo que será la Paz de Dios, la que los llevará a encontrar la paciencia tan buscada en estos momentos.
Abracen la oración como el único escudo de protección contra todo el mal de Mi adversario. No desistan del camino de consagración y de entrega que Mi Hijo les propone. Por esta causa Yo estoy aquí para ayudarles, porque como vuestra Madre Celeste, deseo que den los mismos pasos que dio Mi hijo hasta la Cruz, logrando la redención del mundo por amor a todos. Por eso imítenlo y sean consecuentes con lo que el Universo les entrega.
Mi Corazón los acompaña por este sendero de transformación y de renuncia que algunos están siendo llamados a vivir en nombre de la humanidad.
¡Ámense! y juntos alcanzarán la meta que Dios les ha colocado.
La humanidad necesita de muchos más orantes, así la Tierra también podrá consagrarse.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los colma en el Sagrado Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Agradezco vuestros sacrificios y esfuerzos, porque es a través de esa entrega que vuestra Madre Celeste puede ayudar al planeta, principalmente a la grave situación de la humanidad.
Enfrentando ahora la primera parte del final de un tiempo, Mi Corazón Luminoso viene para guiarlos y alejarlos de los caminos que crea Mi adversario para engañar a las almas buenas.
A través del acto de la renuncia se encuentra la liberación del yo inferior y, así, la consciencia se ve totalmente libre de equivocarse y de desviarse de la Voluntad de Dios.
Es por medio de los sacrificios que vuestra Madre Santísima puede reparar muchas cosas, como las causas que ocasionan la perdición de los corazones y de las almas del mundo. Por eso vengo a recordarles el acto de vuestro sacrificio y penitencia como una llave para la liberación de sí y para la cura profunda del mundo.
Es a través de la oración que las bases fundamentales del nuevo cristianismo se manifestarán. Y serán estas bases las que crearán la condición interior en las almas para alcanzar la redención y especialmente la preparación para la segunda venida de Cristo al mundo.
Queridos hijos, día y noche rezo por ustedes para que se animen, a pesar de las consecuencias, a ser fundadores de estas nuevas bases, las que se formarán a través del amor y de la donación interna de todos al Plan de Dios.
Ni se imaginan, hijos Míos, cuánto puede hacer vuestra Madre Celeste para ayudar a las almas y al Plan de Evolución en toda la humanidad. Por eso vuestra sinceridad ante Dios les permitirá caminar hacia ese Propósito y así Yo también podré contar con vuestra ayuda inmediata.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los congrega para el apostolado de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El verdadero fruto de la oración es el Amor y del Amor nace la confianza en Dios; de esa confianza brota la Fe como semilla de luz, para que después sea la flor que estará a los pies del Altar de Dios.
El único camino es la Esperanza porque de ella nace la Sabiduría y de la Sabiduría se nutre la consciencia servidora para algún día vivir en la Paz. De la Paz surge la mansedumbre, que es el don de los pacificadores y esa mansedumbre es el escudo contra toda inquietud y perturbación.
El miedo existe por la falta de confianza, y el miedo es un arma engañosa que usa Mi adversario para hacer desistir a los corazones del Camino de Dios. De ese miedo nace la ira y de la ira surgen la culpa y la opresión, astucias del enemigo para impedir vuestra confirmación al Plan de Dios.
Pero el alma que ora se renueva y pierde todos los miedos, no tiene nada que ganar ni que perder porque está entregada a la Voluntad de Dios. Quien vive la oración, da buenos frutos, mas quien ora con sinceridad y sin automatismos se convertirá en una perla preciosa para Dios.
Por eso Yo vengo al mundo para enseñarles sobre esta escuela de oración. Si ustedes ingresan en este camino conocerán vuestros potenciales y virtudes. Solo basta dar el primer paso para que en poco tiempo se liberen de todos los códigos de la vida superflua y mezquina.
Sean en este día un gran espejo de luz que, a través de la oración amorosa, refleje al mundo la Luz de Cristo en medio de la oscuridad.
Sean pilares del nuevo tiempo para que Mi Hijo instituya Su Templo de Misericordia en ustedes, y así las bases de la Nueva Humanidad podrán manifestarse.
Destierren de vuestras consciencias el camino de la perdición y de la ceguera espiritual, abran los ojos y lean el mensaje que ha escrito para ustedes la Reina del Cielo.
Estos ya son los últimos anuncios, antes de que todo se desencadene. Vivan en la oración y algún día serán reflejo de una oración viva, permeada por el Espíritu de Cristo y libre de todo mal.
El mundo necesita espejos de oración, usinas de fuego cósmico y divino, que atraigan hacia el planeta las leyes de la Misericordia y de la Armonía en un tiempo de grandes desequilibrios.
La propuesta de convertir vuestras vidas está vigente. Adhiéranse al llamado e ingresen en el Universo de Mi Corazón para así redimir vuestras consciencias.
Allá en el Universo, siempre seremos uno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien enciende los espejos del corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Antes de que María apareciera, Padre Pio se manifestó delante de nosotros. Él traía en las manos una corona de flores y otras flores sueltas. Rezaba el rosario esperando a Nuestra Señora y, cuando los portales se comenzaron a abrir, colocó en el camino de María las flores que tenía en las manos y, en el lugar donde Ella colocaría los pies, la corona de flores. Cuando María apareció, Padre Pio se arrodilló y tocó con su cabeza los pies de la Madre, permaneciendo así durante todo el tiempo en el que Ella estuvo presente. En el final de la Aparición, él se despidió y se fue junto con María.
Yo soy la Madre de los perdidos y de los desamparados.
Yo soy la Madre de los arrepentidos, de los redimidos, de los rescatados.
Vengan a Mí los pecadores y Yo los santificaré.
Vengan a Mí los incrédulos y Yo les daré la fe absoluta.
Vengan a Mí los valerosos, porque construiré sobre ellos una fortaleza y los congregaré en Mi ejército de paz, que vencerá el mal a través de la oración y del amor al Creador de todas las cosas.
Vengan a Mí los imperfectos, pero valientes, pues se dejarán moldear en Mis santas manos y permitirán que Yo los conduzca en Mis brazos al Corazón del Universo, al Rey de reyes, al Cristo Redentor.
Hijos queridos, no llamo a Mi encuentro a los perfectos, porque Este ya se encuentra en el Reino de los Cielos a la derecha de Dios. Llamo a Mi lado a aquellos que permitirán ser transformados y purificados por el fuego de la oración, y por Mi presencia sacratísima en este mundo.
Hoy traigo a vuestro encuentro a San Pio de Pietrelcina para que vuestros corazones encuentren en él un ejemplo a seguir. Este Mi amado santo, hijos Míos, fue capaz de confiar en Cristo, en San José y en Mi Inmaculado Corazón, sobre todas las cosas. Él estuvo dispuesto a comprender los misterios del Cielo y a vivir en sí los dolores de la Pasión de Mi Hijo, aún cuando todo el mal que existía en el mundo fuera contrario a la misión que estaba recibiendo.
Como a Padre Pio, invito a cada uno de ustedes a entregarse a los Misterios del Reino de Dios, a no permanecer en la ilusión de los días de este mundo, atrapados en la vida común.
Los invito a trascender la comprensión humana y a comprender los milagros celestiales, porque los vivirán en sí mismos.
Pero sepan, Mis queridos, que aquellos que se disponen a seguirme, deberán estar dispuestos también a enfrentar al mundo y a sí mismos. Deberán vencer el miedo que habita en vuestras células, miedo de no ser aceptados por los demás, miedo de no ser amados por los seres de este mundo, miedo de no ser comprendidos, miedo de ser perseguidos.
Hoy les digo que la Gracia que les ofrezco es puramente interior, sin embargo aquel que la viva plenamente no dudará en negar la gloria del mundo y abrazar el sacrificio y la renuncia, por toda la Gloria que vivirá en los Cielos.
Mis amados, Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida y dio el ejemplo a todos de cómo se llega al Reino de los Cielos: amando sin ser amado, donando sin recibir nada a cambio, sufriendo por los que los persiguen, vertiendo sobre los injustos y pecadores la Misericordia que se imprimió en Su propia sangre.
Y aquellos que siguieron Su ejemplo, nuevamente dieron muestras al mundo de que es posible vivir la transformación en Cristo y fundirse con Él, incluso viviendo en sí mismos los misterios de Su Pasión.
Vengan a Mí los pecadores y Yo los santificaré.
Vengan a Mí los que, con coraje, abandonarán el mundo y sobre todo a sí mismos, porque Yo les mostraré el Reino de Dios.
Vengan a Mí los que no temen renunciar y que aprenderán a amar el sacrificio, porque Yo les mostraré el Rostro de Dios.
Esta, Mis amados, es Mi única promesa: sacrificio, renuncia y oración, para que aprendan a amar y perdonar, para que vivan la redención.
¿Quién extenderá las manos para aceptar lo que Yo les entrego?
¿Quién vendrá a Mí todos los días?
¿Quién se dejará guiar al Corazón de Cristo, más allá de la purificación de este mundo?
Los aguardo, los amo y los conduzco siempre.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que Mi Paz sea su paz, para que pudiendo ver todas las cosas de sus vidas desde la visión del Universo de Dios, en este tiempo difícil, puedan transformar a tiempo todo aquello que se volverá batalla espiritual en la vida de muchos de Mis hijos.
Que, en este día de concientización, sus consciencias puedan ingresar dentro del espíritu del Amor Divino y desde allí restaurar todo lo dañado por sus mentes y sentimientos.
Delante de su purificación, sean buscadores del espíritu de la Sagrada Unidad, porque estos ya son Mis últimos Mensajes para el mundo, son los últimos Mensajes preparatorios que les podrán dar la madurez necesaria para poder obrar en Cristo.
Mi Padre Eterno les dio a conocer el poder de la oración y de la vida divina a través de la Presencia de Cristo en el planeta.
Vivan por siempre la aspiración de no ser nada en esta vida, así estarán llegando más rápido al espíritu de la humildad.
Abandonen su arrogancia y díganle no a la desunión, así podré decir que crecieron en espíritu y que en verdad están en el lugar correcto, haciendo las cosas correctas.
Redención es igual a purificación. No sometan sus aspectos internos a pruebas que no podrían superar. Dios tiene un lugar para cada uno de Sus hijos.
Les doy la libertad de escoger el camino de Mi Hijo, camino de la perfección, o el camino del mundo, camino del dolor y de la superación.
Nuestros Sagrados Corazones los esperan a todos en el Reino de la Paz. Unifíquense y no pierdan de vista el sagrado Propósito de Dios.
Les agradezco por aliviar Mi Corazón ultrajado por los pecados del mundo.
Los sostiene entre los brazos de la Misericordia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Desde el Cielo contemplo las necesidades de redención del mundo y las causas que impiden a la humanidad alcanzar esa redención.
Por eso, queridos hijos, día y noche rezo por todos ustedes, para que los que más transgreden la Ley de Dios, al menos reciban su redención en el día definitivo.
A través del apostolado, que es el verdadero testimonio del amor a Cristo, la humanidad nuevamente recibe un llamado para que recuerde la Misericordia y el Amor del Creador; así las puertas de la conversión y de la reconciliación se abrirán para guiar a las almas por los caminos de la Santa Paz.
Ahora hijos, día a día los fundamentos del Evangelio de Mi Hijo y de Su Santa Palabra son el camino urgente para reencontrar la unión con el Padre Celestial, antes de que el mundo desencadene el tiempo de su purificación más aguda, en el que toda la Tierra se liberará de las deudas que durante siglos la oprimieron.
En este tiempo, en el cual Mi adversario despierta en las almas pecadoras ambiciones de conquista, aniquilación y muerte, Yo los llamo a buscar la serenidad, la oración y la paz. De esa forma hijos, permitirán que la Divina Justicia pueda actuar como el Universo lo prevé.
Hijos, recen Conmigo, quedándose todo el tiempo a Mi lado, así reconstruiremos esta vieja humanidad en una raza de esperanza y de perdón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado a la perpetua oración!
Los une al Amor Universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Vuestra Madre de Kibeho ya se encuentra trabajando en todo el Congo por intermedio de los misioneros de la paz. Por esta causa tan justa y honorable, el Padre Celestial está concediendo Gracias extraordinarias, las que a su tiempo serán depositadas en el corazón de todos Mis hijos del Congo.
Con alegría y también en oración, vuestra Madre Celeste se encuentra penetrando en los espacios de dolor y de pobreza para que, a través de la oración victoriosa de todos, las almas más perdidas encuentren el camino de regreso al Corazón del Padre Celestial.
En esta época en la cual la humanidad enfrenta las crisis agudas del final de los tiempos, encontrarán alivio principalmente por medio de la oración, de la fe y de la absoluta confianza en Dios.
Congo es una tierra herida por la destrucción, la conquista minera y el ultraje a los reinos de la naturaleza, los que siempre pagan el precio de las malas decisiones tomadas por los hombres. Ya que la humanidad no ve la destrucción de la Creación como algo grave, la propia Madre Naturaleza está gimiendo para que al menos exista un espacio de alivio y de reparación. Así, hijos, explotan los volcanes y se mueven las naciones a través de los terremotos y de las catástrofes.
¿Y dónde está el espíritu de amor de la humanidad?
Por eso, hijos, el Universo está haciendo descender Su Ley y no existirá en todo este mundo quien no reciba el efecto de lo que ha generado en años.
Hijos, vivan en Mi Gracia y confíen en ella, es un manantial de prodigios y de milagros para las almas.
En esta era necesito de vuestra cooperación y ayuda humanitaria para que incluso con tan pocos servidores, entregados y disponibles, el Plan y el planeta se puedan salvar. Mi Gracia no es conocida, ella es invencible y divina para todos los que la buscan de corazón y con amor.
Sigan rezando por Mis misioneros de la paz, el tiempo se acorta y la emergencia crece en toda la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega y los une para amar,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A través de la Gracia Suprema, la Misericordia de Dios desciende y se derrama sobre las impurezas de este mundo, para que al menos algunas almas despierten al camino de la consagración y de la redención.
Por eso, hijos, Mi voz maternal se pronuncia a ustedes para que reconozcan que en cualquier parte de este mundo se necesita mucha oración por aquellos que no hacen nada y se olvidan todo el tiempo de Mi Hijo.
En esta hora, en la que se inicia la tercera etapa de la misión en el Congo, su Madre Celeste quiere darles a conocer las injusticias graves que llevaron a esta nación a perder la paz interior.
Ustedes, misioneros Míos, que ya aprendieron a caminar por medio de la paz y de la oración del corazón, ofrezcan a su Padre Celestial la oportunidad de que los corazones cerrados descubran la Fuente de la salvación y de la redención: Mi amado Hijo.
Por eso, queridos Míos, en estos días en los que conocerán una realidad paralela a la que vive Ruanda y Uganda, su tarea de caridad deberá tener el motivo principal de penetrar en el espíritu y en el corazón de cada alma esclava de Mi amado Congo.
Su constancia en querer escuchar y sentir con el corazón el sufrimiento ajeno, los hará descubrir los diferentes abismos espirituales en donde Mis almas del Congo se sumergieron, por falta de consciencia y de amor entre las criaturas.
El camino a recorrer en estos días será amplio y al mismo tiempo profundo y desconocido.
Ustedes, misioneros Míos, estarán delante de una cultura sometida por la incredulidad y por el error constante de retirar los mejores beneficios y riquezas de un pueblo empobrecido espiritualmente. De allí, hijos, nacen y surgen las causas de la esclavitud y del trabajo esforzado que llevan a redoblar los esfuerzos físicos para poder sobrevivir y no perecer.
Por eso, queridos misioneros y orantes Míos, allí tienen una tarea de oración, y valederos son los motivos para poder hacer algo por sus hermanos del Congo, pidiéndole al Creador que este cautiverio sin fin pueda terminar.
Su Madre Santísima de Kibeho, llega al Congo para impartir un manantial de Gracias a todas las almas que mueren de sed.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica y los llama a la oración por la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
La negligencia ha llevado a la humanidad entera a tener acciones y actitudes contrarias al Plan del Creador, porque por detrás de cada estado interior, conocido o desconocido por ustedes, se encuentra un motivo que no está de acuerdo a la necesidad del Plan Mayor.
Por eso, hijos, su Madre Celeste, Madre de la Justicia de Dios, viene al mundo para desterrar estos estados que llevan al camino del error y del estancamiento del espíritu en cada ser.
Atentos a todo, abiertos a escuchar lo irreconocible y simples para recibir la instrucción del Cielo y de la Tierra; ustedes, Mis hijos, podrán percibir los diferentes grados de la condición humana y de su decadencia a lo largo de los tiempos.
Pero para que ese patrón de conducta, que fue gestado como algo normal, pueda cambiar, la constancia y el esmero en descubrirse a sí mismo serán las llaves que abrirán la puerta para poder liberar todas las condiciones humanas.
Para formar parte de la nueva sagrada familia de la humanidad, aunque estos estados internos y ocultos actúen y se manifiesten por sí solos, sin posibilidad de mantenerlos neutros; la oración, la instrucción y la perseverancia por encima de ustedes mismos, los ayudarán a encontrar el camino del vacío de sí, a pesar del gran desierto que enfrentan en estos tiempos.
La hora de su purificación marcará el momento de poder limpiar y curar todas estas cosas que como la negligencia, hasta los días de hoy, llevan a la humanidad por el camino incierto de una ilusión “renovadora y deseada por muchos”.
El manto de la humildad los protegerá de todo y sepan, hijos Míos, que en el momento de percibirlo todo, Yo estaré desde el Cielo alentándolos a la liberación de sí y a que reposen en los brazos de Mi sagrado recogimiento.
Cuando comiencen el camino de su purificación, será la hora de poder redimir todos los hechos y todas las acciones que ya no son parte de una vida santificada en el Señor.
Su unión inmediata y su amor al prójimo, a pesar de las diferencias, los harán libres y dichosos para recibir la Gracia del Reino de Dios. Pero mientras su búsqueda de todo lo que está equivocado queda visible ante los ojos internos de los valientes, no se desanimen hijos, esta escuela que viven promete la inserción en el camino espiritual del corazón, en el camino crístico de Mi Hijo amado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los instruye, en consciencia y amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En este gran día, en el cual el mundo recuerda la crucifixión de Mi Hijo, deseo que ningún alma sea martirizada por las manos de sus propios hermanos, porque eso ha llevado a la pérdida de la inocencia interior de los seres.
Queridos hijos, para poder detener esta ola de flagelaciones, ultrajes y martirios de hermanos contra hermanos, hoy los invito a revivir conscientemente el sacrificio de Nuestro Señor como un hecho que jamás deberá repetirse en esta civilización.
Y como esto sigue sucediendo de otras maneras, que son ocultas a los ojos de muchos, yo vengo a rogarles que se detengan y ya no lastimen más. Tampoco sometan la vida que se está generando en los vientres de las madres, porque allí un alma escogida debe nacer a la luz que la llama.
Hijos, recen, recen mucho, y ofrezcan vuestras acciones y ejercicios diarios a Dios como una preciosa oración, así ayudarán a reconstruir espiritualmente todo lo que ha sido destruido por las manos de los hombre ingratos.
Hijos, vuestra Madre Celeste acompaña al mundo entero, el cual enfrenta, más que una pasión, una consecuencia que en ciertos casos parece irreversible. Por eso, con amor materno los invito a vivir hoy la crucifixión de Jesús como parte y esencia de vuestras vidas, porque vuestras pequeñas almas, al alcanzar esa unión interior, permitirán que códigos del Cielo sean derramados sobre la esfera planetaria bajo la intervención de los ángeles celestes.
Queridos hijos, aunque vuestra propia cruz parezca pesada e insoportable de cargar, recuerden que Mi Amado Hijo llevó sobre Sus Espaldas el mayor pecado y la mayor negación que ustedes pueden imaginar. Por eso, en entrega absoluta e inmediata, ingresen en el calvario y acompañen a los Mensajeros Celestes en esta transición que aún no acaba.
Hijos Míos, será a través de la aceptación incondicional de vuestra propia cruz que todas las cruces de los ingratos serán aliviadas y así, algún día, resucitarán a la conversión espiritual.
Muchos recuerdan el día viernes de crucifixión, pero pocos consiguen penetrar este sagrado misterio de amor que vivió Mi Hijo.
Ustedes, más conscientes de la Pasión de Cristo, ayuden a renovar ese momento con vuestra fe y, con el entusiasmo de siempre, acompañen al Señor a donde sea; de esa forma la humanidad entera reverenciará este día como algo sagrado y no lo considerará un día común como lo ha hecho hasta ahora.
Esto es así por la falta de consciencia y de amor a lo que Mi Hijo ofreció por todos.
Por eso, año a año son llamados a vivir y a repasar la Pasión del Señor; solo a través de Él hallarán la fuerza interior necesaria para traspasar el final de los tiempos, para el cual muy pocos están preparados.
Les agradezco por responder a mi llamado.
Los acompaña en el principio de este calvario interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo Soy la Madre Eterna y Bendita que construye los nuevos caminos por donde las almas en redención pasarán para encontrar el océano de la misericordia de Mi Hijo.
En este día les enseño a preparar vuestros caminos internos para que el Rey pueda recorrerlos durante Su segunda venida al mundo. Por eso, hijos Míos, como buen rebaño del Pastor, acepten el regazo y los brazos de vuestra Madre para que, en el calor de Mi Amor, sientan el consuelo que tanto necesitan.
Mi caminar por el mundo a través de las peregrinaciones demuestra a todos la obra que vuestra Madre Celeste viene tejiendo con Sus propias manos de luz en todos los corazones del mundo.
Por esta santa causa, hijos, vuestra Madre Universal es la encargada de preparar, purificar y liberar los caminos que las almas deben recorrer hasta encontrar a Mi Hijo Jesús.
Con mirada de misericordia, vuestra Madre Celeste los reúne en el cenáculo de Su Corazón Purísimo para que, purificados por el don divino del amor, estén en el tiempo indicado de vivir el apostolado en esta escuela de oración y de discipulado que Yo les ofrezco.
De esa forma, el mundo tendrá oportunidad de remediar y cambiar los modos de vida que separan a las almas de los caminos de Dios por ignorancia e incredulidad.
Queridos hijos Míos, que en este día, siendo invitados a ingresar en el apostolado puedan percibir, con la esencia del corazón, que ya están en un nuevo ciclo lleno de desafíos y de pruebas para trascender así como para purificarse.
Pero sepan, hijos, que vuestra Madre Celeste está en este ciclo acompañándolos en el nombre del Amor de Dios para que algún día alcancen el Propósito, así como Cristo lo alcanzó en la cruz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los envuelve en el sagrado manto de luz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi adversario está decidido a destruir los planes de paz que Yo deposito como luz en los corazones de los seres. Pero él, que le tiene miedo al poder del Amor que a todo vence, viene en búsqueda de las buenas almas para hacer de todas ellas el polvo de sus pies.
La bestia nunca podrá parecerse a ningún ángel del Cielo. Su postura, aridez y robustez son las formas que maneja para engañar a las almas a través de la mentira, de la competencia y de la desunión.
Su aliento es de fuego y azufre y fue manifestado por haberse alimentado del dolor y del sufrimiento ajeno. Con sus garras mantiene a muchos corazones presos, que están embriagados por la inercia, el placer y por todos los tipos y formas de apetitos. Además de estos corazones, otros más están presos inocentemente, porque la bestia sabe que no puede perder a sus prisioneros.
Ella es muy astuta, pero pierde la fuerza de acción en todo espacio en donde la verdadera unidad, el fuerte amor y la invencible oración se manifiestan; allí se siente débil. La bestia encuentra espacios profundos en los abismos del inconsciente, de la falsedad y del orgullo; por esta causa, muchos de los que están en el cautiverio de ese abismo es porque abrieron la puerta, desde la que espiritualmente llegaron hasta allí.
Sus diez cuernos atraen todas a las acciones del mundo, aquellas que la humanidad realiza injustamente y de las cuales nunca se ha arrepentido ante Dios. Cada cuerno de la bestia es la degeneración terrenal de un principio capital, que fueron activados por los pecados y las deudas descontroladas de las almas presas.
Sus patas delanteras son robustas, ellas son los pilares del falso poder y de la conquista de los hombres a través de las modernidades. Sus patas traseras son los pilares de la negación y de los constantes ultrajes a la vida de la Tierra, que son promovidos por sus aliados del mundo.
La bestia lleva sobre su lomo una capa que seimpuso para crear su falso reinado sobre las mentes de los que se creen maduros e inteligentes. La ceguera de muchos seres es provocada por la bestia y ella manipula el juego de las gratificaciones, para así poder ganar más terreno.
Su mirada refleja la desesperación y la soledad de todos los que fueron sumergidos en los abismos de su reino, a través de la ejecución, de la muerte y de las prisiones humanas.
Este es el falso reino y esta es la bestia que hace sucumbir, día a día, a la humanidad. Pero ella le teme a la Luz del Reino de Dios y no puede aproximarse ni siquiera a la Mujer coronada por las doce Estrellas de las tribus y apoyada sobre la gran Luna del renacimiento interior y de la esperanza.
La Santa Mujer del Sol ya está en el desierto, llevando a todos aquellos que lo permiten hacia las cuevas intraterrenas. Allí, una especie de pequeño paraíso fue creado y el propio Manto dorado de la Santa Mujer del Cielo protege y ampara todo ese lugar, que es impenetrable y desconocido por la bestia. En ese pequeño paraíso, que existe en el interior de muchos seres, se proclama el Verbo Divino de la oración, que hace fuerte y victoriosa a la fortaleza de ese lugar interior.
En ese recinto se vive el amor y todas las criaturas son colmadas por la esencia de la Misericordia de Dios. Todos conocen a la bestia, pero ninguno de ellos le teme, porque la fuerza de todas esas almas es la unidad y el amor donado al Creador.
La Mujer se prepara para enfrentar a Su adversario y el Arcángel Gabriel se unirá a la Santa Mujer. Ella se hará fuerte y mucho más invisible, penetrará los abismos oscuros como un gran Lucero universal. En esa hora, el dragón rojo ya habrá soltado su ira y muchos la sentirán; pero los ejércitos de la Luz estarán preparados para dar la respuesta a los comandos de la Santa Mujer, para poder actuar en la hora correcta.
Cuando la Mujer haya ingresado en el infierno terrestre, los Arcángeles descenderán a través de Sus más poderosas emanaciones de Luz y de Amor; y la bestia será retirada de la esfera de la Tierra. Ese será el momento de la gran liberación y así el mundo entero se iluminará por mil años seguidos.
Verán surgir en el horizonte la Luz solar del Rey y muchos se liberarán de los eternos naufragios. Se establecerá un nuevo principio de vida y muchas almas, que se mantuvieron en la fe, portarán los códigos de la victoria crística. Todo se desterrará de este mundo para que tenga espacio nuevamente el Reino de Dios.
Los ancianos tendrán sueños de esperanza, los jóvenes verán los mundos celestiales como parte de sus propias moradas y los niños enseñarán, a través del amor y de la alegría, lo que guarda el universo.
La Santa Mujer volverá a erguir el trono para el Hijo amado y los ángeles traerán entre sus manos la oferta de los puros de corazón. Al final, la humanidad recibirá su última Gracia si las almas responden al llamado del Cielo a tiempo; y los Sagrados Corazones triunfarán, al menos, en los más simples y verdaderos, porque en ellos estará el paraíso.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los instruye en la Sabiduría Celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Profeta del Salvador
Hijos:
Llegaron los tiempos de madurar la consciencia; ya nada quedará oculto para ustedes.
Por eso, la hora les indica el momento de la reflexión, porque siendo entrenados por Mi Divino Espíritu ustedes enfrentarán los desafíos de crecer y de aprender.
En este camino de transformación en el cual son colocados, aprenderán a reconocer lo que está bien dentro de ustedes, es decir, las virtudes más profundas; también podrán reconocer, siempre que lo permitan, todo lo que ya no forma parte del Gran Reino de Dios.
Para que ustedes, hijos, divinicen vuestras vidas, el ciclo de la purificación marcará notoriamente el momento de liberarse de los obstáculos inconscientes. La oración hecha con el corazón les mostrará el punto de partida para comenzar a trabajar internamente los aspectos referentes a los principios capitales de este mundo.
Amando vuestra purificación, vuestras consciencias ya no reclamarán, y vuestras almas, unidas a Dios, ayudarán, con vuestro íntimo permiso, a que los tiempos primero cambien dentro de ustedes antes de que el tiempo cambie en el mundo entero.
Son invitados a la búsqueda del desprendimiento de sí y de la renuncia a los placeres humanos que llevaron y llevan a millones de almas hacia el abismo de la tentación y del caos.
Pero ustedes, hijos Míos, con la consciencia espiritual que recibieron a través de la sagrada instrucción, serán capaces de purificarse y de desterrar las costumbres que forman parte de la degeneración de la humanidad no espiritualizada.
Mis rayos de luz hoy se derraman sobre ustedes y un gran espejo de consciencia refleja para todos lo que deberá cambiar a tiempo, antes del momento de la transición.
Son llamados a conocerse y a identificar las situaciones que despiertan y generan los obstáculos que, como consecuencia, impiden que puedan dar más pasos.
Hijos, la raíz de toda dificultad se encuentra en la falta de control y en la imposibilidad de expandirse que tiene el espíritu de cada ser como estaba previsto que lo lograra en este mundo.
La humanidad entera se tornó el resultado de un acto espiritual y mental fallido y nacido de la falta de obediencia y de amor que Adán y Eva expresaron en el principio de esta Tierra. Por eso, el Padre Eterno ha sido justo con todos y también muy misericordioso.
Para aquellos que son más conscientes y están comprometidos con el Retorno de Cristo, el Universo de Dios y Su Infinita Voluntad Divina plantearán el tiempo de dar el gran paso. Para ello el Cielo derrama sus bendiciones y envía a sus Mensajeros.
No permitan, Mis hijos, que las raíces del mal se regeneren en vuestros suelos internos; con voluntad, amor y determinación corten las alianzas con todo lo que deja al planeta en un constante estancamiento.
Mi Corazón ayudará a todo aquel que, sinceramente, ante el Plan, decida trabajarse a sí mismo y salir de la ilusión en donde la consciencia inferior lo colocó. Estén atentos a Mis instrucciones, porque muchos podrán creer estar realizando el camino, pero estarán presos de sus propias cosas.
Con amor interno y universal les reflejo el espejo de la Única Verdad para que sepan transformarse y ya no demoren dando más rodeos a lo que se resiste a la transmutación en vuestros seres.
De esta forma, más conscientes, podrán ser soldados en todos los espacios de la consciencia y así ayudarán a los que son más inconscientes de la Verdad Universal.
Mediten sobre el lugar interno en donde hoy ustedes se encuentran; reflexionando en lo que Yo les digo sabrán percibir, a través de la oración profunda, dónde está lo que debe ser transformado a tiempo.
Después ya no habrá posibilidades de atender la propia consciencia, sino de ayudar a la emergencia que tendrá el mundo.
Hoy los invito a la contemplación y a la meditación de la sagrada palabra de vuestra Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ayuda a crecer en consciencia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con África en Mi Corazón, Yo los preparo a todos para que en espíritu de oración peregrinen Conmigo hasta ese amado lugar para que así las almas que más sufren reciban la ayuda moral y espiritual que tanto necesitan.
Ustedes hijos, fortalecidos por los códigos de luz de Mi Corazón Inmaculado ya están `preparados para seguir encontrando el África en cada hermano, en cada alma y en cada lugar de este mundo. La necesidad de colaboración y de caridad es inmensa en todos los planos de la vida de las almas que sufren.
Como vuestra Madre del Consuelo, hoy Me aproximo a vuestra humanidad para revelarles y recordarles a todos, los lugares que necesitan de ayuda humanitaria y espiritual. La sociedad de este mundo prefiere dar vuelta su rostro para no encontrar la verdadera miseria que ya no solamente es física, sino espiritual, lo que genera la pérdida de la dignidad y del amor que las almas merecen.
Pero vuestro Padre Celestial que está en los Cielos envía a Sus Mensajeros Divinos para que, a través de Ellos, ustedes reconozcan la voluntad inmediata de responder a una necesidad que abraza a otros planos de consciencia.
Hijos Míos, en este día Yo ya les muestro en Mi Corazón al África necesitada, la que a través de los siglos se degeneró y perdió la posibilidad de recibir la caridad que las almas tanto esperaban.
En Mi Corazón Inmaculado habita el África de los pobres y de los indigentes. Desde el corazón interno de Mi ser, vuestra Madre Celeste espera que todos sus soldados alimenten la barriga hambrienta, curen al cuerpo empodrecido, laven y purifiquen las llagas de los moribundos y que, principalmente, reflejen la luz del Reino de los Cielos que está en ustedes sobretodos aquellos que viven la oscuridad eterna.
Por eso, queridos, que este sagrado encuentro los motive a renovar los votos con el servicio abnegado y amoroso por la humanidad que está enterrada en su propio desierto de aridez y de desespero.
Les pido, queridos hijos, que puedan ver en Mis brazos a esta gran África, la que por causa de los hombres no ha podido cumplir con los designios del Creador.
Como Madre de la Paz y de la Misericordia, vengo en este día para derramar las Gracias en todo lo que parece imposible de poder resolverse. Pero sepan, hijos, que ustedes, despertando al amor abnegado por el África interior, Me ayudarán a que las necesidades más básicas puedan ser suplidas por medio de los servidores de la paz.
En este día Yo ya los preparo para embarcar en una nueva misión que todos podrán acompañar de cerca. Con este fin, les pido que desde el primer día de misión hasta el retorno de los misioneros que Me llevarán como luz en sus corazones, deberán rezar el Santo Rosario, o sea, las cincuentas cuentas de un misterio en lengua africana, ofertando al Creador una súplica y un pedido interior para que Su Infinita Misericordia se derrame en los lugares más lastimados por Mi adversario.
Que este día de celebración y de renovación tenga para todos, como consecuencia, la inmediata respuesta a una emergencia planetaria de ayuda por la recuperación y por la restauración espiritual de la dignidad humana.
Recuerden, hijos, que el amor es capaz de transformar todo, pues en el Amor de Mi Hijo se encuentra la llave para revertir todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega en el Cenáculo predilecto del Corazón de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Reina de la Nueva Humanidad
Queridos hijos:
En tiempos de batalla espiritual ustedes no le teman a Mi adversario; él nunca podrá vencer a ninguno de los corazones que haya profesado su consagración a Mi Corazón Inmaculado. Él podrá hacerles temblar el templo, pero el templo nunca se derrumbará, pues la fuerza que les da Mi Corazón de Luz es invencible ante todo daño y todo mal.
Hijos, vivan el ciclo de vuestra purificación como el gran momento de vuestra rehabilitación espiritual ante el Padre Universal. Sepan, queridos hijos, que vuestra purificación tendrá su tiempo y su momento final, por eso, no pierdan las fuerzas internas que les proporciona la oración.
Yo les doy a beber de la Fuente de Cura que brota de Mi Corazón Castísimo para que, renovados por Mi Amor Maternal, reciban, en esta hora, la oportunidad de volver a comulgar con el Padre Celestial.
Queridos hijos, en los tiempos que llegarán, no despierte el pánico ni el falso miedo, pues la verdadera Voluntad de Dios es desconocida por la humanidad de la Tierra. Solo traten de ser buenas personas, llenas del Amor de Dios, el que los colma todo el tiempo y busquen servir sin preferencias, para que cada una de vuestras ofertas sea aceptada por el Universo Creador como un acto de amor reparador y de cura para el mundo entero.
Amados hijos, sean el testimonio de redención que Mi Hijo espera, reflejen a todos el espíritu de vuestra transformación espiritual, así animarán a todos aquellos que no quieren vivir la transformación.
Queridos hijos, vuestra Madre Celeste los acompaña en este tramo en donde muchos cruzan los umbrales para la purificación y para la liberación interior. Escuchen Mi llamado. Acepten la mano bondadosa que se extiende hacia ustedes para ayudarlos. Vivan el tiempo de vuestra purificación como el momento del despojamiento de sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los acompaña siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras las almas buenas rezan el Ave María durante todo el día, en este Centro Mariano que fue fundado por Mi Inmaculado Corazón, los ángeles de Dios congregan a las almas perdidas, llamándolas a vivir la redención y la rehabilitación inmediata de la vida.
Vuestra Madre Celeste cruza los universos como un haz de luz, el que se derrama sobre el mundo, para volverlo a liberar de la constante opresión que le causa Mi adversario.
Por eso, hijos queridos, el caudal inacabable de vuestras oraciones reconstruye espiritualmente muchas situaciones, las que se encuentran en el punto culminante de su propio colapso. Cuando las almas oran con la luz del corazón, vuestro Padre Eterno les pide a Sus ángeles que desciendan al mundo para ayudarlo.
Si siempre existiera una respuesta verdadera, que brote del amor de las almas por el Plan del Creador, existirá una puerta de luz, la que se abrirá a través de Cristo para liberar el sufrimiento y el dolor.
En estos tiempos de crisis, el instrumento de vuestra oración, unida a la oración perpetua de vuestra Madre Celeste, despertarán en el mundo una mayor esperanza y, sobre todo, la victoria de Mi Hijo se volverá a dar una vez más en la humanidad, pero esta vez será a través de Su Infinita Misericordia.
Cuando todos se reúnen mensualmente para orar las Mil Ave Marías, Mi Corazón siente el consuelo prometido por todos Sus hijos y así las espinas que rodean Mi Corazón Inmaculado son retiradas y, a Mis pies, los ángeles depositan las oraciones, como preciosas flores en los altares del Creador.
Hijos Míos hoy los invito a creer, por encima de todo, en el poder incalculable de la oración del corazón; algo que Mi adversario desconoce y teme, porque la oración hace invisible a todos los que rezan de corazón y, así, ellos son apartados del peligro de Mi enemigo.
Por este motivo, queridos hijos, que vuestras voces no se cansen de repetir y de pronunciar la glorificación que vuestra Madre Celeste recibió directamente de Su Amado Señor del Universo. Sean portavoces de la oración para que así vuestras vidas, viviendo el ciclo de la purificación, solo busquen elevarse como los ángeles lo hacen al vivir la eterna comunión con Dios.
Vuestra Madre del Verbo Divino, la Señora del Sagrado Verbo, les enseña a amar la oración y a practicarla en esta escuela de renovación que hoy ustedes viven Conmigo.
Mientras el mundo coloca su atención en otros caminos, los que no son los caminos del Señor, Vuestra Madre y Rosa de la Paz los intenta reeducar, para que en los tiempos de crisis ustedes se formen como ejércitos sagrados de Su Inmaculado y Divino Corazón.
Mi gratitud maternal hoy se extiende a todos los orantes, que mes a mes durante las mil “Ave Marías”, abren las puertas del Cielo para que Yo descienda al mundo y ore siempre a vuestro lado; aunque no me puedan ver Mi Espíritu Omnipresente los abrazará, así como el Padre Eterno los abraza con mucho amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los consagra a través del espíritu inmaculado de la oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Reciban en vuestros corazones Mi aliento, que es el último que recibirán antes del gran tiempo de la tribulación.
Sepan reconocer Mi presencia en vuestros corazones, porque en un tiempo futuro, solo podré orar por Mis hijos y observarlos y en ese momento, Mis queridos, sentirán Mi oración tocando vuestras esencias.
Aquellos que construyen, por medio de la oración, el camino que los conduce a Mi Corazón Inmaculado, sabrán estar unidos a Mi Consciencia Universal, aún cuando Yo ya no pueda llegar a este mundo como lo hago hoy.
Mis amados, todo lo que vengo a construir dentro de vuestros seres tendrá su verdadera repercusión solo después de esta vida.
Sepan que el hecho de estar a Mi lado no los hará libres de obstáculos y dificultades que el mundo impone a sus habitantes. Mas aquel que ora verá los acontecimientos venideros como quien no pertenece a este mundo. Y aunque le corresponda vivir cosas consideradas como sufrimiento por la humanidad común, él no lo sentirá de esa forma, sino que encontrará en todo la oportunidad de imitar a Mi Hijo y aprender como Él sobre la esencia del verdadero amor.
Mis amados, no los retiraré de este mundo cuando llegue el momento de la prueba final de vuestras vidas; les aseguro que aquel que persevere en el camino de la verdadera oración no perecerá por las contrariedades planetarias.
Quiero que sepan que el tiempo de purificación ya comenzó dentro de cada ser. Ahora es el momento de aprender a soportar las tempestades que viven en el propio interior para que así aprendan a vencer las dificultades, cuando ellas lleguen al mundo entero.
Hijos Míos, no deben temer, deben prepararse, pues aquel que se prepara muy bien para realizar una prueba no teme estar ante ella.
Vengo al mundo en este tiempo porque sé de la gran necesidad de los corazones. Aprendan a sentir, en Mi presencia diaria, la urgencia del momento planetario y la infinita Misericordia de Dios que Me envía al mundo una vez más para rescatar y despertar a las consciencias.
Estoy lanzando las últimas redes al mar de este mundo para llevar a la barca de la salvación a todos los que se pierden en las aguas de las ilusiones y las emociones de la vida sobre la Tierra.
Hijos queridos, les pido con amor: oren con una devoción que todavía no conocen. No permitan que la oración se vuelva una rutina común en vuestros días. Sepan orar con el clamor de vuestros espíritus.
Que en cada momento de oración sepan sentir la necesidad del mundo. Que en cada momento de oración sepan trascender los límites de los propios cuerpos, de la tensión y de la inercia hacia la cual la actual condición planetaria los lleva permanentemente.
Acuérdense que Mis ojos y Mi Corazón están atentos a los corazones orantes del mundo y, delante de la mínima puerta que se abre, puedo rescatar a aquellos que sufren de verdad, pues perdieron la unión con Dios.
Mis amados, estudien Mis palabras, practíquenlas y no las olviden ni un solo minuto. Mi Verbo Divino viene para construir la fortaleza necesaria para los tiempos que vendrán.
Yo los bendigo hoy y siempre. Y los espero en oración.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quédate hoy en Mis brazos, hijo Mío, porque Mi manto de luz te hará invisible a los ojos de Mi adversario. Quédate entre Mis manos, porque Mi Amor Materno te hará más fuerte que el dolor del mundo.
No dejes que la gran puerta de la purificación se abra, pues Dios que está en los Cielos, ya tiene contados los segundos y los minutos en donde cada hijo Mío deberá enfrentar la última batalla.
Quédate Conmigo y reza a Mi lado.
A pesar de que la tempestad sea mayor que las propias fortalezas, que con Mi Amor he construído, el suelo no temblará porque los cimientos que Yo construyo son inamovibles. Quédate hoy entre Mis brazos y no temas por nada, el ciclo de la rendición y de la humillación deberá ser vivido por cada hijo Mío, pues para que pueda nacer el próximo tiempo de paz, todos Mis hijos deberán vivir su purificación.
Deja hoy, hijo Mío, que Vuestra Madre Celeste lave tu cuerpo y tus impurezas con el agua divina de Mi Gracia; recuéstate y entrégate en Mis brazos para que Yo pueda purificarte y convertirte en el modelo que Dios Me ha pedido, en el modelo de la gran redención.
Descansa hoy, hijo, entre Mis brazos y no mires tanto las constantes caídas; vengo para levantarte del suelo y para llevarte al regazo eterno del Corazón de Mi Hijo. Su Misericordia es tan grande como Su Justicia, por eso, ven en confianza hacia Mí y no desistas antes del gran tiempo.
Por Mis hijos cumplo las obras de Dios, por eso los protejo como una leona protege a sus crías, nada podrá amedrentarlos.
Abre espacio, hijo Mío, para que las impurezas del viejo sean desterradas. Así como Mi Corazón ora e implora por cada uno de ustedes, Mis manos de Madre desatan a tiempo los nudos del egoísmo y de la necedad que viven en cada uno de ustedes. La oración es la fuente de toda solución, siempre reencenderá el corazón que esté apagado y sin luz interior.
El dragón rojo aproxima sus ejércitos antes de enfrentar a la Mujer Vestida de Sol. Ya las estrellas de Mi Corona son lanzadas a la Tierra para demarcar los espacios en donde el dragón no podrá pisar ni encontrar a ninguno de ustedes.
Cuando la Mujer Vestida de Sol haya lanzado Su última estrella de salvación a la Tierra, se abrirá la gran puerta y el gran ciclo se desatará y no tendrá fin.
Los ejércitos de la luz deberán estar formados para que, a través del verbo divino de la oración, se manifiesten las islas de salvación, que fueron marcadas por las estrellas.
Y la gran señal llegará, por lo que todos deberán estar más fusionados que unidos, ya que en ese espacio de la consciencia el dragón no ingresará, porque él lo desconocerá. Ese tiempo, hijo Mío, aún no llegó, pero no falta mucho para que suceda.
Los sellos del Apocalipsis están siendo abiertos y los ángeles esperarán la respuesta de las criaturas de Dios. La purificación es el preámbulo de un tiempo diferente para todos, tiempo que desconoce la humanidad.
Que vuestra purificación sea, en este tiempo inmediato, la preparación y la liberación de las deudas, pues la unidad y la oración serán los instrumentos que vencerán a Mi adversario.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Lean los mensajes todos los días.
Los entrena en los ejércitos de la luz celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Así como es urgente que vivan la redención y la paz, también es urgente que muchos lugares en el mundo, como este(1), vivan su ciclo de purificación, para que a través de la Gracia de Dios, las almas reencuentren el camino del corazón de Mi Hijo, el cual perdieron por las cosas superficiales.
A través de los tiempos, Yo les traigo desde el universo la consciencia de la Vida Mayor; así, vuestra Madre Celeste los ayuda a direccionar vuestras pequeñas vidas hacia el Señor.
El tiempo indica un cambio, no solamente en la consciencia, sino también en la actitud de cada hijo de Dios. El mundo ya no puede llevar la misma vida y ser de la misma forma como si nada sucediera alrededor.
Por eso, hijos, trabajen todo el tiempo por vuestra purificación, así confirmarán al Padre Celestial que este proyecto creado por la Fuente Purísima del Amor, podrá vivir su tiempo de transformación.
En la oración se encuentra el impulso para poder trascender los obstáculos internos y los engaños que el enemigo imparte.
Yo estoy pisando la cabeza de la serpiente, para impedir que ella penetre con su veneno dañino en los corazones que en este ciclo se decidieron a ayudarme a cumplir con Mis planes de Paz.
Por vuestra donación permanente se abrirán las puertas de las Gracias para todos y los más desprotegidos recibirán la parte que les corresponde.
Vivan a través de la Luz de Mi Hijo y disipen de vuestros seres internos cualquier oscuridad o prueba que los quiera hacer sucumbir. La victoria que Mi Hijo alcanzó a través de ustedes, aún no ha terminado. La hora indicada está señalando el momento de la redención de las almas y la liberación de los infiernos que viven sobre vuestro mundo.
El universo celestial abre las puertas para guiarlos e indicarles el camino de la verdad y de la constante transformación interior. Mi Corazón siempre los bendecirá y a pesar de que los soldados caigan por sí mismos, Mis manos los elevarán hacia la Misericordia de Dios.
No olviden que ustedes, Mis queridos, participan de un propósito infinito que Dios conduce por medio de los Sagrados Corazones. Por esta razón mayor, colaboren todo el tiempo en poder construir entre ustedes un espíritu de paz y sin rivalidades.
No dejen entrar por la pequeña puerta ninguna influencia del mal. Mis rayos protegen vuestros pasos diarios de consagración y de servicio. Algún día comprenderán todo lo que les he dicho.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los redime en nombre de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
(1) La Virgen María se refiere al lugar donde se estaba recibiendo el mensaje.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más