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Queridos hijos:
En el tiempo que llega quiero invitarlos a vivir el espíritu del amor y de la paz, algo que siempre deberán buscar por medio de vuestras oraciones y comuniones con Mi Amado Hijo.
Con ese fin vengo desde el Cielo para anunciarles que la paz es posible en estos tiempos, a pesar de la gravedad en la que el mundo se encuentra.
Hijos Míos, Yo les traigo la posibilidad de encontrar el estado de silencio así como la paz del corazón. Día a día quiero verlos fuertes y más humildes para que puedan enfrentar los tiempos tan decisivos que pondrán a toda la humanidad ante el Juicio de la Ley y de la Justicia Divina, algo que nadie imagina cómo sucederá.
Pero Yo les abro las puertas de Mi Corazón para que sientan en todo momento que están en Mi regazo, a pesar de las batallas espirituales que la humanidad enfrentará en el último ciclo del tiempo final.
Hijos, Yo les revelo el único camino de paz porque si están en Mi Paz, a pesar de todo, podrán ver resplandecer el Rostro de Mi Amado Hijo en vuestros pequeños corazones.
Hijos, llegó la hora de actuar conforme lo indica la Voluntad de Dios. Como la Madre de todos sé que la mayoría sigue otros caminos, por eso día a día vengo, a través de estos mensajes, para guiarlos y principalmente para que valoren la Palabra de Dios.
Si eso sucediera al menos en una pequeña parte de la humanidad, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a la consciencia de la Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día, Mi mensaje es de Paz y de preparación interna para todos.
A las puertas de un nuevo tiempo, Mi Corazón los sigue guiando por el camino de la redención, camino al que todos están llamados a vivir antes del comienzo del Armagedón.
Mi Corazón se dona a ustedes como una flor cuando se abre a los rayos del sol. Mi único propósito es hacerles tomar consciencia de la verdad que muy pocos viven en este ciclo, verdad que es ocultada por las manos impuras de algunos hombres de la Tierra.
Para eso, Yo vengo fuera de la Iglesia para recuperar y rescatar la dignidad y la filiación de todas las almas con el Único Padre Celestial. En la Iglesia de Cristo Mi voz se pronunció muchas veces y aún lo sigue haciendo a través de Medjugorje en este tiempo, pero para Mis hijos, parece que muchos años de advertencias y de mensajes no son suficientes.
Para que ustedes no pierdan el tiempo precioso que Dios les da en este momento, vengo para que en este día 8 de agosto, ustedes aprendan a amar la palabra de la Jerarquía Celeste, la cual como vida y vibración los guía y les muestra el camino.
Hijos, el tiempo actual indica una realidad decadente en la vida de la humanidad, y no será necesario que hoy Yo relate sobre eso, porque ustedes ya lo ven a vuestro alrededor.
Es por esta causa, como también por tantas otras, que Mi Hijo viene en este ciclo para pedirles la consagración a Su Sacratísimo y Bendito Corazón para que vuestras vidas en la materia representen por lo menos el diez por ciento de la concreción del Plan de Dios para esta humanidad.
Hijos, así está el mundo y la consciencia de toda esta humanidad, ya que la omisión de la mayoría los ciega completamente y no les deja ver la gravedad de un mundo que arde en llamas todo el tiempo.
Por eso, como vuestra Madre del Apocalipsis, vengo para advertirles sobre la importancia de tener en los tiempos venideros un espíritu de paz, de neutralidad y sobre todo, de amor y de esperanza.
Cuando una consciencia se resiste a cambiar ciertos hábitos de vida, los que influyen ampliamente en la conquista atroz de las fuerzas contrarias al Plan de Dios, la esencia pierde el ciclo y entonces debe esperar una próxima oportunidad.
Pero Mi Gracia es infinita y es esta Gracia sublime de Dios la que reúne a todos bajo un mismo fin y una misma propuesta espiritual. Yo vengo para salvar a las últimas rosas de los incendios de este mundo, vengo para despertar la consciencia a las realidades superiores, en donde reina y habita el Sagrado Propósito de Dios.
Vengo para recordarles el camino sagrado de la oración, y al mismo tiempo vengo para quitarles las vendas de los ojos una y otra vez, y así podrán ver lo que Mis benditos ojos pueden ver sobre el destino de este mundo.
Vengo para que se cumpla la escritura de Juan el Evangelista, así como una vez Jesús la cumplió siendo el Mesías de Israel.
Ahora todo ya fue dicho, es hora de actuar de corazón pero sin apuros; la necesidad de Luz y de Misericordia es muy grande para ustedes y para todos los reinos de la naturaleza, que son el blanco de grandes desastres, errores humanos irreparables en el Corazón de Dios.
Cuando vuestra actitud es justa, el Universo muestra su equilibrio. Cuando vuestra acción es precipitada, falsamente poderosa y mezquina, el Universo será justo en todos los planos de la consciencia.
Ingresen en el nuevo ciclo con una expansión mayor de vuestros corazones y un poco menos de vuestras propias ideas. Dios los necesita plenos, humildes y dichosos para que finalmente sean columnas de un Plan que corre peligro de no poder cumplirse. Solo bastará orar, orar y orar y ser un cooperador de la Jerarquía Celeste, colaborando en el desarrollo de la misión de toda la Hermandad Celeste.
Bendigo este día que al fin llegó para que todos se purifiquen y en amor se consagren al Santo Espíritu de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado final!
Los une al Principio Divino de la Suprema Voluntad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los rayos de cura de Mi Corazón, que Yo traigo para las almas, son derramados en los seres que se abren a este sagrado conocimiento.
Los rayos de cura son las corrientes de luz que circulan por todos los espacios, trayendo una fuente de renovación y de esperanza donde no existe.
Hijos, Yo soy vuestra Madre Curadora, soy aquel sagrado afluente donde Dios deposita Sus Dones para que sean transmitidos a la humanidad. En los universos de la cura, los corazones pueden encontrar el sentido perfecto para realizar la Voluntad de Dios por encima de sí mismos.
Queridos hijos, en este día vengo trayendo las corrientes de cura espiritual que necesita la humanidad, así Mi Corazón les entrega el don de la Fe, para que esa fuente rebrote dentro de ustedes, sin tener que estar esperando mucho tiempo.
Hoy, Mis hijos, les dono la cura, la que debe despertar en ustedes para estar al servicio de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la Fuente de la Cura Interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A pesar de sus errores y pruebas, Yo siempre seré su Madre Celeste porque los comprendo, los acepto en plenitud, los amo y los ayudo a aceptar el tiempo de su purificación.
Por eso, hijos, vengo del Cielo todos los días para que crean que existe una Vida Mayor que evoluciona y que participa todo el tiempo del Reino de Dios. Todo lo que viven, piensan y sienten en su vida material representa una mínima parte ante el macrocosmos que vive otra realidad mayor a la de ustedes.
Queridos hijos Míos, sean pacientes con sus pruebas. El mundo está revuelto, pecador e indiferente, eso los separa de la verdadera realidad que existe en los Cielos superiores.
Hoy, los invito a colocar su mente en el lugar correcto y eso no significa que se aíslen de la realidad de su purificación, solo que utilicen el rayo de la inteligencia para evitar perder tiempo en cosas que no tienen sentido ni propósito.
Si ustedes fueran los que tuvieran que dar el mensaje de paz para el mundo; antes de comunicarlo, les aseguro que, como los Mensajeros Divinos, verían la situación grave de esta humanidad que todavía insiste en practicar algunas cosas que están fuera de la Ley.
Mi Corazón les trae la tabla de la salvación. Cuando existe un verdadero arrepentimiento, pueden ser liberadas muchas situaciones recurrentes y eso es posible por la acción de Mi Gracia maternal.
Queridos hijos, nuevamente les pido que amen su purificación y así sufrirán menos. Como consciencias maduras y preparadas por la Instrucción de Mi Hijo, vivan el fin de este tiempo libres de todos los males y dispuestos a concretar tareas mayores. Mi Corazón siempre los ayudará, cuando tan solo me invoquen en la oración del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los consagra al Gran Espíritu de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En estos tiempos difíciles, vengo todos los días desde el Cielo para que algún día alcancen la paz. Por eso, con el rosario entre las manos, busquen en la oración la esencia y el atributo de la Paz de Dios, porque en verdad les digo que será la Paz de Dios, la que los llevará a encontrar la paciencia tan buscada en estos momentos.
Abracen la oración como el único escudo de protección contra todo el mal de Mi adversario. No desistan del camino de consagración y de entrega que Mi Hijo les propone. Por esta causa Yo estoy aquí para ayudarles, porque como vuestra Madre Celeste, deseo que den los mismos pasos que dio Mi hijo hasta la Cruz, logrando la redención del mundo por amor a todos. Por eso imítenlo y sean consecuentes con lo que el Universo les entrega.
Mi Corazón los acompaña por este sendero de transformación y de renuncia que algunos están siendo llamados a vivir en nombre de la humanidad.
¡Ámense! y juntos alcanzarán la meta que Dios les ha colocado.
La humanidad necesita de muchos más orantes, así la Tierra también podrá consagrarse.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los colma en el Sagrado Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La tarea que Dios les encomienda es para cumplirla a través del amor y de la confianza. Así se puede vivir y expresar, por medio de ella, la gratitud al Plan del Altísimo.
Cada tarea encomendada recibe un impulso espiritual que es capaz de ayudar a aliviar los internos, para que estos cumplan con el Propósito.
En estos tiempos las tareas son profundas, porque abarcan no solo el estado de una consciencia, sino también alguna necesidad que debe ser resuelta en esta humanidad.
Así, se van formando los rebaños y los pueblos de Dios a través de las tareas que deben cumplir con madurez de espíritu como en la confianza absoluta al Plan de Dios.
Ahora que los ejércitos son convocados, las escuelas de instrucción interna se están formando para poder responder espiritualmente a la necesidad de educación de todas las almas.
Será de esa forma que Cristo contará con cierto número de ejércitos para concretar la misión de Su Retorno.
Para eso solo existe una premisa a cumplir: el esfuerzo permanente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los contiene y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Todos los días, el Universo de Dios viene a su encuentro para traerles el santo espíritu de la Paz y para que esta sagrada presencia, que nace de Nuestros Corazones Benditos, se pueda expresar en sus vidas y en toda la humanidad.
Hijos, en este día en el que la humanidad pierde la paz, sean portadores de la Paz de Mi Hijo, porque esa Paz los librará de todo mal y, principalmente como sus apóstoles, podrán profesar y testimoniar la vivencia de esa Paz que ya es mínima en algunos corazones.
El mundo está en una guerra espiritual. Por eso, Yo vengo a instituir el verdadero camino de retorno al Corazón de Cristo. Así, podrán reconocer, hijos Míos, que su escuela de oración y de adoración permanentes al Cuerpo Vivo de Mi Hijo, que está presente en la Eucaristía, les dará la fuerza necesaria para poder predicar en estos tiempos difíciles.
Por eso, hijos, con la valentía y el amor que los caracteriza, vayan e irradien Mi Espíritu de Paz; así, muchas almas que se sienten solas retornarán a los Brazos del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado todos los días!
Los reúne, en el Amor de Dios,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijos:
Siempre lleven Mi mensaje de paz al mundo y a todas las almas que desconocen el poder de Mi maternidad y de Mi Amor.
En vuestros caminos encontrarán corazones necesitados de la Misericordia de Dios, y será esa Misericordia Divina la que abrirá la puerta a la redención y a la liberación de los pecados.
Por eso, hijos, sean apóstoles de Cristo en el amor y en la verdad; el adversario teme a estas dos grandes virtudes, pues allí él no puede establecer su reinado de oscuridad. El amor y la verdad los llevará a comprender y aceptar la actual decadencia de una humanidad indiferente y materialista. En esta humanidad aún existen soles orantes que brillan y traen esperanza a un mundo desenfrenado e inquieto, sin paz ni unidad.
Queridos hijos, los tiempos se complicarán porque la humanidad y principalmente algunos corazones sin Dios promoverán eventos inusitados para el mundo. Por eso vengo para pedirles que todos los días ofrezcan la oración del corazón, ella será vuestro escudo contra Mi adversario.
Quien no ora, ¿cómo se salvará? Esta es la ciencia del final de los tiempos: la oración del corazón, la oración del amor, la oración de la verdad, de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en la calma y en la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Vuestra Madre de Kibeho ya se encuentra trabajando en todo el Congo por intermedio de los misioneros de la paz. Por esta causa tan justa y honorable, el Padre Celestial está concediendo Gracias extraordinarias, las que a su tiempo serán depositadas en el corazón de todos Mis hijos del Congo.
Con alegría y también en oración, vuestra Madre Celeste se encuentra penetrando en los espacios de dolor y de pobreza para que, a través de la oración victoriosa de todos, las almas más perdidas encuentren el camino de regreso al Corazón del Padre Celestial.
En esta época en la cual la humanidad enfrenta las crisis agudas del final de los tiempos, encontrarán alivio principalmente por medio de la oración, de la fe y de la absoluta confianza en Dios.
Congo es una tierra herida por la destrucción, la conquista minera y el ultraje a los reinos de la naturaleza, los que siempre pagan el precio de las malas decisiones tomadas por los hombres. Ya que la humanidad no ve la destrucción de la Creación como algo grave, la propia Madre Naturaleza está gimiendo para que al menos exista un espacio de alivio y de reparación. Así, hijos, explotan los volcanes y se mueven las naciones a través de los terremotos y de las catástrofes.
¿Y dónde está el espíritu de amor de la humanidad?
Por eso, hijos, el Universo está haciendo descender Su Ley y no existirá en todo este mundo quien no reciba el efecto de lo que ha generado en años.
Hijos, vivan en Mi Gracia y confíen en ella, es un manantial de prodigios y de milagros para las almas.
En esta era necesito de vuestra cooperación y ayuda humanitaria para que incluso con tan pocos servidores, entregados y disponibles, el Plan y el planeta se puedan salvar. Mi Gracia no es conocida, ella es invencible y divina para todos los que la buscan de corazón y con amor.
Sigan rezando por Mis misioneros de la paz, el tiempo se acorta y la emergencia crece en toda la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega y los une para amar,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy les pido que miren hacia el lejano oriente y vean en este momento cómo vuestro planeta responde ante una humanidad indiferente y ciega.
Mientras las almas de Nepal son retiradas de entre los escombros, vuestra Madre Celeste se encuentra en perpetua oración para que el mundo no siga agitándose como en estos últimos días.
Hijos, toda la humanidad es llamada al despertar, a la búsqueda de la vida del espíritu y no a la vida materialista y de la modernidad. Pero para que la humanidad perciba que nada está bien, regiones de este planeta ya comienzan a vivir el resultado de una realidad que ella genera todos los días.
Algo debe cambiar y aunque no se espera que eso suceda con la mayoría, hoy queridos hijos, espero que ese cambio se produzca en ustedes, viviéndolo por toda la humanidad y especialmente por aquellos hijos que hace tiempo le dan la espalda a Dios.
La hora de la transición llegó y nadie está preparado para enfrentarla. Por eso, recen de corazón todos los días y comiencen a abandonar la vida normal. Así, hijos Míos, no quedarán vacíos y sin espíritu, como la mayoría de esta humanidad.
Hoy Mi llamado de oración por Nepal y Congo se extiende para todos, pues llegó el momento de trabajar para que el Plan de Dios se cumpla a pesar de todo. En tiempos de purificación, que vuestra unión con Mi Hijo sea el motivo principal para alcanzar la paz.
La humanidad está siendo llamada a cambiar y a fraternizar con aquellos que pierden todo y que son los más desprotegidos. ¡Recapaciten hijos, el tiempo está acabando!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los llama a la misión por la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En el corazón de África, la nación de Ruanda está siendo muy ayudada por las Gracias que Mis hijos misioneros están generando a través del servicio y de la transmutación. En la humanidad actual son pocas las almas conscientes que se ofrecen, así como lo hizo Mi Hijo, para sufrir por amor y por la redención de otros.
En este día Mis misioneros de la paz ingresan en una nueva escuela de conocimiento y de madurez de la tarea, profundizando en el espíritu del servicio por la paz y por el bien de la humanidad.
Hijos, Ruanda vive un tiempo de paz que fue generado por las oraciones y las peticiones de todos aquellos que vivieron las consecuencias de una decisión cultural y social. Después que la Madre del Divino Verbo estuvo en Kibeho, la humanidad de esa región sufrió lo que no quiso escuchar, aquello que pudo haber sido evitado.
La humanidad se caracteriza por vivir una necedad y una sordera bien marcadas, que la llevan a cerrar el corazón interior y no comprender las cosas que vienen del Cielo.
En Kibeho, la Señora del Verbo consiguió recuperar cierto grupo de almas que necesitaban de una ayuda que las motivara a vivir un camino de redención. Más tarde surgió el espíritu de la oración y de la restauración de todo lo que sucedió y, a pesar de que el mensaje de Kibeho no alcanzó mayores repercusiones durante la época del gran error, hubo almas que fueron capaces de mantener su fidelidad al llamado del Cielo y eso las protegió espiritualmente de cualquier deterioro interior, a pesar de lo que sucedió después.
El mensaje de Kibeho se basa en el pronto arrepentimiento, algo que la Madre de Dios ejemplificó a través de Ruanda, que caminaba hacia un destino inseguro. Así, la humanidad puede comprender que el acto del arrepentimiento verdadero y sincero es capaz de equilibrar cierto grado de deudas espirituales que comprometen el despertar profundo de un alma.
Por eso, hijos, recuerden y revivan Mi mensaje de Kibeho, pues Mi verbo no solo se pronunció para aquel momento crítico, sino que también quedó presente en todos para que no se volvieran a cometer los mismos errores.
En Ruanda una gran herida está cicatrizando después de muchos años y eso comienza a suceder a través de las misiones de paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los encomienda a Dios Padre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En este gran día, en el cual el mundo recuerda la crucifixión de Mi Hijo, deseo que ningún alma sea martirizada por las manos de sus propios hermanos, porque eso ha llevado a la pérdida de la inocencia interior de los seres.
Queridos hijos, para poder detener esta ola de flagelaciones, ultrajes y martirios de hermanos contra hermanos, hoy los invito a revivir conscientemente el sacrificio de Nuestro Señor como un hecho que jamás deberá repetirse en esta civilización.
Y como esto sigue sucediendo de otras maneras, que son ocultas a los ojos de muchos, yo vengo a rogarles que se detengan y ya no lastimen más. Tampoco sometan la vida que se está generando en los vientres de las madres, porque allí un alma escogida debe nacer a la luz que la llama.
Hijos, recen, recen mucho, y ofrezcan vuestras acciones y ejercicios diarios a Dios como una preciosa oración, así ayudarán a reconstruir espiritualmente todo lo que ha sido destruido por las manos de los hombre ingratos.
Hijos, vuestra Madre Celeste acompaña al mundo entero, el cual enfrenta, más que una pasión, una consecuencia que en ciertos casos parece irreversible. Por eso, con amor materno los invito a vivir hoy la crucifixión de Jesús como parte y esencia de vuestras vidas, porque vuestras pequeñas almas, al alcanzar esa unión interior, permitirán que códigos del Cielo sean derramados sobre la esfera planetaria bajo la intervención de los ángeles celestes.
Queridos hijos, aunque vuestra propia cruz parezca pesada e insoportable de cargar, recuerden que Mi Amado Hijo llevó sobre Sus Espaldas el mayor pecado y la mayor negación que ustedes pueden imaginar. Por eso, en entrega absoluta e inmediata, ingresen en el calvario y acompañen a los Mensajeros Celestes en esta transición que aún no acaba.
Hijos Míos, será a través de la aceptación incondicional de vuestra propia cruz que todas las cruces de los ingratos serán aliviadas y así, algún día, resucitarán a la conversión espiritual.
Muchos recuerdan el día viernes de crucifixión, pero pocos consiguen penetrar este sagrado misterio de amor que vivió Mi Hijo.
Ustedes, más conscientes de la Pasión de Cristo, ayuden a renovar ese momento con vuestra fe y, con el entusiasmo de siempre, acompañen al Señor a donde sea; de esa forma la humanidad entera reverenciará este día como algo sagrado y no lo considerará un día común como lo ha hecho hasta ahora.
Esto es así por la falta de consciencia y de amor a lo que Mi Hijo ofreció por todos.
Por eso, año a año son llamados a vivir y a repasar la Pasión del Señor; solo a través de Él hallarán la fuerza interior necesaria para traspasar el final de los tiempos, para el cual muy pocos están preparados.
Les agradezco por responder a mi llamado.
Los acompaña en el principio de este calvario interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Castos y Purísimos Corazones venimos del Cielo para que puedan reconocer, en sus vidas, los valores y las Gracias celestiales que, durante estos últimos tres años, hemos depositado en sus espíritus.
Hijos Míos, ustedes, habiendo reconocido la necesidad de caridad y principalmente la falta de amor en los corazones sufrientes que, en este tiempo, su motivo primordial sea aliviar las necesidades que tiene la humanidad y los Reinos de la Naturaleza.
Muchos de ustedes, a través del servicio, vencieron y traspasaron las barreras de la gran resistencia interior y, abriendo sus manos para donarse a otros, descubrieron la fuente de servicio y de amor que habita dentro de cada una de sus almas.
Si la humanidad entera pudiera socorrer a los grandes desequilibrios y a las miserias que existen en todo el planeta, y si la donación fuera espontánea e inmediata, la Misericordia de Dios ya hubiera transformado todo el mal en Luz. Así, muchos corazones dejarían de sufrir el resultado de sus errores.
Por eso, hijos Míos, habiendo ingresado en la esencia del servicio a la humanidad, que es uno de los principales atributos de la Sagrada Familia, el mundo ya podría tornarse salvo y digno de recibir una oportunidad más.
Su Sagrada Madre Celeste los aproxima a las virtudes que harán posible que la Nueva Humanidad surja.
Mientras la Mujer Vestida de Sol desvía del camino a la bestia para que todos los hijos de Dios alcancen la paz, les pido que continúen trabajando para el despertar del servicio y del amor puro por toda la humanidad.
Su Padre Celestial espera que la acción de servicio sea fraternizada con otras consciencias que también deberán despertar al servicio por sus semejantes.
El amor del corazón, unido al servicio espontáneo, promete grandes transformaciones y alivio de todas las deudas que son generadas, día a día, por la humanidad actual.
Queridos hijos, así como mi Santo esposo San José, padre y guardián de Jesús, los invitó a servir sin preferencia ni gustos propios, continúen caminando en dirección a la Fuente y al manantial que surge para lavar y cicatrizar las grandes heridas espirituales de esta ultrajada humanidad.
Mi Inmaculado Corazón los encontrará obrando a través del servicio y de la oración, y así como lo pidió Mi amado Hijo, vayan de dos en dos y proclamen su redención al mundo.
Los Sagrados Corazones estarán atentos a la voz de sus súplicas y a las de todos los servidores del Amor.
Les agradezco, en este día, por responder a Mi llamado y por haberlo concretado.
Los reúne, en el espíritu del servicio por la paz en el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En la historia de la humanidad, se escribirá cada detalle de los días en que la Reina del Cielo extendió Su reinado sobre el mundo y, por medio de Su infinito Amor, conquistó uno a uno los corazones de Sus hijos; los despertó a su verdadero origen celestial y los condujo al cumplimiento de los Planes de Dios para cada una de Sus criaturas.
En los días 31 de diciembre de todos los años de este mundo, el Amor de Dios descenderá una vez más sobre el mundo y sobre las consciencias de las criaturas. Despertará los códigos depositados por la Madre del Cielo, los que permanecieron latentes en lo profundo de muchos seres.
Hijos Míos, todos esos años en los que estuve entre vuestras pequeñas almas, la luz del universo se expandió, no solo en vuestras vidas, sino sobre todas las almas del mundo, entregando a cada una de ellas la oportunidad de un día ser partícipes de los Planes del Señor y poder tener consciencia de su misión y de la misión que este planeta deberá cumplir con todo el universo.
Mis amados, ahora que Mi Corazón comienza a recogerse hacia lo profundo de vuestros seres, quiero que el mundo comprenda el verdadero motivo de Mi Presencia aquí en esta Tierra, que no es solo entregar un tiempo de mayor paz para la humanidad. La paz que vivirá el mundo será la consecuencia de la conversión de las almas y de su despertar.
Yo no llegué al mundo solo para enseñarles a orar, aunque la oración es el principio básico que abrió las puertas del universo interior de vuestros seres, sino para que en este tiempo pudiesen expresar la verdad de vuestras consciencias.
Todo este tiempo, como en todos los siglos en que Mi Presencia impregnó el mundo, estuve preparando los corazones y tornándolos fieles a Dios, para que en los tiempos finales no tuvieran temor de comprender una verdad superior, que tan distante está de todo lo que la humanidad comprende como vida superior.
Quiero que los que se sientan preparados, den un nuevo paso en la consciencia y permitan que el despertar verdadero sea una realidad para vuestras vidas.
Ya llegó el tiempo de olvidar el pasado y soltar todas las raíces que los atan a los errores cometidos, por ustedes mismos y por otros, para que desaten los nudos que no les permiten salir de esta realidad puramente material y que tan distante se encuentra de lo que verdaderamente son y lo que verdaderamente deberán manifestar.
Cada día 31 de diciembre se abrirá un nuevo ciclo para la humanidad, a través de los impulsos que enviará Mi Inmaculado Corazón.
Descubrirán año a año, lo que realmente sucedió en vuestras vidas y en la vida planetaria, cuando Yo estuve aquí en este mundo.
Descubrirán quien verdaderamente Soy y la grandeza de los momentos en que Yo los reuní alrededor de Mi manto universal de luz.
Descubrirán que en Mis palabras existieron verdades que nunca pudieron comprender, hasta que abrieran el corazón y la consciencia para hacerlo.
Descubrirán que creían saber lo que Yo hacía en el mundo, porque algunos ya tenían un poco más de conocimiento sobre la vida superior, pero que solo la vivencia de los principios superiores y de todo lo aprendido les permitirían ser verdaderos conocedores de Mis palabras y de las palabras de los Mensajeros Divinos.
Descubrirán que Yo Soy más que la presencia de la Virgen María de Nazaret y que, a pesar de haber sido la misma, comprenderán que Dios estaba en Mí, como en Su Hijo y, con una misión diferente, se expresaba en Su Sierva.
Descubrirán que este mundo es sagrado a los ojos de Dios y que todo el universo aguarda que aquí se manifieste la vida pensada por el Creador y que, hoy, está muy distante de la realidad humana.
Descubrirán que las semillas crecieron y dieron sus frutos y, entonces comprenderán lo que son, de donde provienen, lo que deberán manifestar y para donde retornarán cuando llegue la hora.
Yo los amo y les pido que, a pesar de ustedes mismos, persistan y coloquen todo el amor en el cumplimiento de lo que les digo, porque Dios habla en el Verbo de Su Sierva y revela al mundo Su Voluntad.
Los bendigo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Yo Soy la Luz que existe en los lugares y mundos donde no hay Luz. Yo Soy el Lucero del universo que disipa las penumbras.
Soy el que trae consigo la esencia de la Vida y de la Verdad y espero que todos los Míos, algún día, se vuelvan la misma Luz, la que venció al mal y despertó la Misericordia de Dios en el mundo.
Mientras el tiempo del universo anuncia nuevos cambios profundos, los Mensajeros Divinos nos preparamos para recoger Nuestros Corazones en el Gran Corazón de Dios.
Pero en esencia y en espíritu puro, nosotros estaremos con la humanidad hasta el final, esperando el momento indicado de ayudar en la redención de las últimas almas sobre la faz de la Tierra.
Mientras que ese momento aún está por suceder, tomen buenas decisiones espirituales en vuestras vidas, así estarán verdaderamente prontos y sinceros ante los Planes de Dios, porque así Su Fuente Mayor podrá confiar en ustedes hasta el final.
Vuestros corazones guardan el potencial para vivir una transformación ilimitada, capaz de trascender barreras y dificultades internas y externas.
A través de los últimos tiempos, Yo les he dado la posibilidad de conocer el camino del amor y del perdón, algo que deberá ser practicado cuando surja el momento de la tribulación en toda la humanidad.
Todos, a su debido tiempo, fueron testigos de Mi Presencia y de Mi retorno al corazón de los más simples y de los más pecadores. En todo este tiempo, ustedes fueron el testimonio, para muchos, de una gran oportunidad de piedad y de Misericordia.
Pero todo esto no podrá quedar atrás, olvidado, cuando se aproxime el tiempo de entregar la propia vida por amor.
En ese momento, Yo estaré a vuestro lado para animarlos, en confianza absoluta, a dar el gran paso por la salvación de este mundo perdido.
Vuestro sostén será Mi esperanza, vuestra alegría será el poder de Mi consolación, vuestra fortaleza será el don de Mi fe, vuestro paso inmediato será morir por Mí y por vuestros hermanos.
Cuando ese tiempo llegue para todos, cada ser podrá entender y saber claramente cuánto ha trabajado a Mi lado y cuánto, sin temor, Me ha entregado para que Yo pudiera transformar su ser.
El tiempo está señalando un momento diferente.
Vuestra atención y silencio podrán ser las llaves precisas para comprender las últimas señales que el universo enviará.
Que vuestra sed por vivirme nunca se termine.
Que el amor renovador que Yo les ofrezco, en cada encuentro, sea la marca definitiva que quede grabada por siempre para que, en el gran momento de Mi regreso, Yo pueda reconocerlos como Mis apóstoles y no como Mis verdugos.
Amen la Ley de Dios, aunque no la entiendan, eso los protegerá de ustedes mismos.
Mis Rayos se derraman sobre los justos.
En la Paz del Nuevo Tiempo,
Jesucristo, Rey Solar
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Durante la Vigilia de Oración del 24 de diciembre de 2014, en el Centro Mariano de Aurora, Nuestra Señora anunció que el nuevo ciclo de los Mensajes mensuales de Cristo Jesús, que será realizado a través de un programa el tercer viernes de cada mes, será llamado “El Sagrado Llamado”.
Hoy, durante el último mensaje semanal de Cristo, el Maestro anunció nuevamente que, en el ciclo que llegará de Sus Mensajes mensuales, el programa será llamado “El Sagrado Llamado”.
Bienaventurados serán los que abren los ojos y el corazón a las verdades universales y que en vida recuerdan que existe un origen hacia el cual deben retornar.
Hijos, en estos tiempos en que la humanidad se pierde por las astucias del enemigo, los invito para que sean soldados de Mi ejército mariano, para que, a través de la oración, puedan sacar de las redes del mal a todos aquellos que se pierden cada día.
Quiero que en este tiempo también sean inteligentes y a través del corazón descubran que la oración es la llave que los liberará de toda oscuridad y mantendrá frente a sus ojos un camino iluminado, por el cual deberán seguir para cumplir con los Planes del Señor y con Su Divina Voluntad.
Hoy les digo que mientras el mal somete a muchas almas en este mundo, deben existir aquellos capaces de transformar en vida todas las palabras que les fueron entregadas a lo largo de estos siete años en los que estoy al lado de todos ustedes.
Mis amados, quiero que se esfuercen en este tiempo que llega, a vivir los atributos de Mi Inmaculado Corazón; atributos que hace tanto tiempo les entregué, para que pudieran alcanzar los principios de una nueva raza.
Mis palabras no deben volverse bellas palabras para los momentos en que necesitan consuelo. Mis palabras deben impulsarlos a un nuevo tiempo, a una nueva raza que sea capaz de reflejar la semejanza con el Creador de todas las cosas.
Mis queridos, cada día más la humanidad se aparta de la semejanza con Dios y la esencia Divina, que el Señor Todopoderoso depositó en todas Sus creaturas, en muchos comienza a apagarse. Por eso les pido que no escatimen esfuerzos para encender otra vez la esencia Divina en vuestros hermanos y en ustedes mismos. Para eso, no se cansen de orar y de cruzar los umbrales de este universo de oración, que aún es tan desconocido para todos.
Mis amados, respondan a Mi Llamado para que no sean sorprendidos en estos tiempos que vendrán. Comprendan ahora que todo lo que les pido es urgente y vital, no solo para vuestras vidas, sino para toda la humanidad.
Hoy quiero dejar Mi bendición sobre la ciudad de Buenos Aires y sobre todos los hogares del mundo, que de alguna forma Me abrieron las puertas. Les pido que estas bendiciones y gracias que les entregaré no queden solo en vuestras vidas, pues existen muchas almas que no Me conocen y que no saben que Yo estoy aquí, esperando que Me abran las puertas del corazón. Por eso, vayan y sean portadores de todas las gracias entregadas, para que los más olvidados de Dios sean tocados por las células de Su Reino Divino, que hoy les dejo a través de Mi Verbo, en vuestras vidas y en vuestras esencias.
Multipliquen las bendiciones que reciben por medio de la oración y del testimonio vivo de Mi presencia en el mundo. Anuncien que un nuevo tiempo deberá llegar.
A través del amor, enseñen a amar. A través del corazón, enseñen a orar. A través de la paz, enseñen a pacificar este mundo tan lleno de dolor.
Cuento con vuestros corazones, que deben ser en este tiempo, la puerta de ingreso para que Mi Inmaculado Corazón llegue al mundo.
Yo los amo y les agradezco a todos por escuchar Mi Llamado.
María, Madre y Reina de la Paz
Para estos tiempos de pruebas, de confirmaciones y de entregas, Yo los invito al camino de la superación. Vuestro Padre Eterno contempla con atención los pasos ciertos y seguros que todos Sus hijos amados están dando para este tiempo de crisis espiritual y material.
Vengo en este día para anunciarles un nuevo ciclo, después de todos estos años compartidos Conmigo a través de las sagradas instrucciones del Cielo que Yo les he entregado.
Queridos hijos, he venido en peregrinación a Santa Fe para recordarle a la humanidad que en estos tiempos solo la fe y el camino de la oración permanente los salvará. Ahora, Dios Me ha pedido que Sus hijos queridos aprendan a descubrir el universo del crecimiento interior por medio de las pruebas y de las experiencias.
Antes de que el enemigo los quiera quitar del camino, Yo he venido a rescatarlos, trayéndoles este importante mensaje de preparación para el final de los tiempos. Ustedes, Mis amados hijos, son llamados para formar un ejército de oración y de luz, capaz de ser receptáculos para las energías divinas y supremas. Pero para que eso sea posible, Yo he venido a anunciarles como síntesis espiritual el tiempo de vuestra transformación y purificación.
Toda la humanidad se encuentra hipnotizada y sonámbula, debido al efecto nocivo de las modernidades y de los avances humanos. Les pido, en nombre de Mi Hijo, que no teman desprenderse de aquello que los lastima artificialmente por dentro. Que vuestra verdadera comunicación sea con Dios y todo el Universo Mayor.
Si las almas en verdad buscaran la unión con lo Alto y lo Supremo, muchas circunstancias no pasarían en la vida material de Mis hijos. Para este siglo definitivo, como ya les he dicho, vengo para desatar el gran nudo de la inconsciencia y de la falta de atención.
Como Vuestra Madre Celestial, deseo que den los pasos al despertar de una nueva vida, unida a toda la Creación Universal a la cual pertenecen. Mi urgencia es sacarlos del sueño que generan las modernidades y la falta de conexión con las Leyes Supremas.
Todos ustedes nacieron para vivir en la felicidad y el amor; el desorden del mundo y la falta de equilibrio generaron efectos irreversibles en la vida de Mis hijos y muchos fueron conducidos por el camino de la tristeza, del dolor y de la enfermedad.
Dios Me ha pedido avisarles por última vez, que el Cielo se abrirá para recibirlos a todos; Él derramará las Gracias y las bendiciones sobre todos los que no las merecerían.
Por eso, hijos, con valentía enfrenten este último ciclo de duras pruebas y confirmaciones, para que pueda florecer en ustedes la luz de Cristo.
Aguardo día y noche por ustedes y desde el Cielo oro por todos, para que la mayoría de Mis queridos hijos comprendan que llegó la hora de dejar de pensar en sí mismos, para comenzar a pensar en el mundo y en la necesidad de servicio y de oración por esta última humanidad.
De esa forma Mi Corazón se ofrece a ustedes, para que en consciencia y entrega reconozcan la Voz de Dios, la que resuena en el Universo y los llama al despertar.
En este último mensaje mensual, los invito a realizar una recopilación de todos los mensajes, para que puedan vivirlos y practicarlos, así podrán estar preparados para lo que vendrá.
Por este encuentro de Dios, quedemos unidos en oración para estos momentos.
Les agradece por la atención interior,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Yo siempre estaré al lado de los que clamen por Mi presencia. Siempre acompañaré a los que trabajan día y noche para que Mi Obra Mariana sea una realidad en este mundo.
Mis sagrados ojos están siempre fijos en los que Me permiten llegar a los más olvidados y permiten que Mi llamado se difunda en este mundo. Mi manto siempre estará sobre los que permiten que Mi presencia sea una realidad en la vida de todos los seres, porque a través de sus vidas, dan testimonio de la presencia divina en el mundo.
Mis amados, siempre estoy presente en vuestras vidas, a pesar que pocos Me pueden ver. Siempre acompaño vuestras oraciones porque cada una de ellas son preciosas delante de Dios. Yo estoy en cada letra que escriben, mientras trabajan; en cada palabra que pronuncian cuando buscan soluciones ante las dificultades de la vida y de esta sagrada misión.
Quiero estar en vuestros corazones, diciéndoles como seguir adelante. Quiero que oigan Mi voz y no desconfíen de que Soy Yo la que habla, aun cuando Mi presencia se esté recogiendo de a poco. Quiero recogerme en vuestros corazones y aunque Mis videntes un día no repitan más Mis palabras sagradas, quiero que en este tiempo, este verbo divino este latiendo en vuestros seres y se renueve cada día en vuestros corazones.
Yo vine al mundo y estuve tan cerca de todos ustedes, para que Me reconocieran y aprendieran a sentir Mi Corazón y saber cuando Yo estoy presente.
Mis amados, Yo jamás los abandonaré, porque Mi Inmaculado Corazón es omnipresente y desea vivir dentro de cada uno de vuestros corazones, así como Mi Hijo. Quiero hacer de vuestros corazones la simple y sagrada morada de Nazaret; morada que fue el refugio de la Sagrada Familia, que vio al Niño Jesús crecer y transformarse en el Cristo Vivo; morada donde la Sagrada Familia vivió la perfecta comunión con Dios y consiguió vivir el arquetipo divino, aún estando sobre la Tierra.
Mis queridos, alégrense pues hoy un nuevo ciclo se inicia y cada vez que Yo Me recojo un poco más de este mundo, tanto más presente debo estar en vuestros corazones. Cada vez que dejan de escuchar Mi voz resonando en la voz de Mis vidente, tanto más esa voz deberá resonar en vuestro interior.
Mis amados, cuanto más se aproximan los tiempos finales, tanto más deben estar preparados y fortalecidos para vivir lo que deben vivir como humanidad y, siempre que vean que uno de ustedes bajó los brazos, mayor debe ser vuestro esfuerzo y la esperanza de que un día este hermano pueda retornar a su misión original.
Por cada uno que deje de trabajar en este Plan, ustedes deben multiplicar los esfuerzos y no dejar que se apague el amor en vuestros corazones, mas sí, crecer en el amor y en la comprensión que disuelven la oscuridad y protegen de las dificultades.
En este tiempo, Mis amados, Yo les digo, sino existe amor en vuestros corazones no habrá paz. Amen para ser pacificadores y comprendan para saber amar.
Yo les agradezco por abrirme la puerta de esta sagrada casa, a la cual llego todos los días, pero donde muchos aún no Me percibieron.
Sepan que estoy aquí todo el tiempo y quiero encontrarlos en oración y fe. Conversen Conmigo y pídanme consejos delante de las dificultades, Yo les hablaré al corazón.
Los amo y los bendigo.
María, Señora de la Sagrada Figueira
Queridos hijos Míos:
Con Gracia y Misericordia elevo sus corazones al Cielo, para ofertarle al Padre Celestial la hermosura y la belleza de sus vidas.
Hoy, por última vez, envío Mis Mensajes de Paz al mundo. Hoy se cierra un ciclo en el que la humanidad debió haber atendido a Mi llamado y escuchado Mi Mensaje de advertencia.
En esta noche de Gracias y de redenciones, he rezado por todos ustedes y he recibido en Mi regazo a sus esencias, que son de verdadera importancia evolutiva para su Padre Celestial.
Mientras el mundo coloca su atención en las cosas de la vida material, Yo vengo aquí con el objetivo y con la divina misión de que me lleven a sus casas como corredentora y Madre de todos los corazones. De esa forma ustedes, Mis queridos hijos, permitirán que Yo pueda interceder por sus semejantes para que también alcancen la redención del corazón.
Les pido, en nombre del bendito Amor de Dios, que lleven Mi Palabra sagrada a todos los lugares a donde vayan, así Yo también podré realizar Mis planes en las almas que día y noche se pierden en este mundo de ilusión.
Como Madre del Verbo Divino, Me anuncio a todos ustedes como una vez Me anuncié en Fátima, en Lourdes y recientemente en Medjugorje, porque Dios Me ha permitido aparecerme en todos los lugares que corren un verdadero riesgo espiritual.
Con este fin, en esta noche abro Mis brazos, los elevo al Cielo e imploro por la humanidad y por todos los Reinos de la Naturaleza que son ultrajados por esta raza. Vengo para retirarles la ceguera de sus ojos y para que a través de Mi cura universal y de Mi maternidad, ustedes puedan despertar al Retorno de Cristo, Nuestro Señor.
Mis ojos iluminarán sus caminos cuando tan solo oren Conmigo por los sacerdotes y consagrados, para que ellos consigan ser el espejo luminoso de la Faz de Mi Hijo Jesús; porque, hijos amados, esta humanidad se cierra a escuchar lo que viene del Cielo, para corregirlos y colocarlos en el camino de la paz.
Como Reina del Santo Rosario, les pido que recen Conmigo por Mis planes, antes de que el enemigo consiga convencerlos de vivir una vida de ilusión material.
Mis hijos, deseo que, desde aquí como desde todo el mundo, nazcan los apóstoles del amor y de la redención que podrán dar el fiel testimonio del regreso de Cristo.
Por eso, les pido que se consagren a Mi Inmaculado Corazón para que estén protegidos y resguardados de todo mal, porque cuando todos ustedes consigan abrir las puertas del corazón, Dios podrá entregarles Su Amor reparador y misericordioso.
Están a tiempo de tomar el rosario y de ponerse a orar por la paz, paz que no existe en el hombre ni en ninguna alma. Ustedes tienen la verdad entre sus manos. Recen con devoción, pidan perdón, reconcíliense a tiempo y serán dignos de vivir la cena redentora con Mi Hijo, el Sacerdote Mayor.
A través de Mi Inmaculado Corazón, les abro las puertas del Reino de Dios para que pronto se eleven en espíritu y disipen los códigos del mal de sus vidas.
Por su sí, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Agradezco la compañía grandiosa de todos Mis hijos durante estos tres últimos años de Gracias y de conversiones.
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz y de toda la humanidad
Nuevamente vengo a vuestro encuentro como Madre y Señora de Kibeho, Señora del Verbo Divino, para que sepan que en este tiempo aspiro ardientemente concretar Mis Planes de Paz en el mundo. Planes que la humanidad no fue capaz de seguir, pero que ya llegó la hora de la madurez espiritual donde podrán reconocer verdades que antes no comprendían.
Mis queridos, Mi presencia en el mundo no es solo un milagro que les trae paz y alivio en las necesidades diarias. Quiero construir en este mundo el espejo del Reino de Dios y en vuestras almas las imitaciones perfectas del Alma Gloriosa de Cristo, de Su Sacratísimo Amor y Unidad.
Mis amados, Mi Corazón viene al mundo, con un motivo mayor de lo que pueden imaginar con vuestras pequeñísimas mentes. Hay un Propósito que manifestar, una inspiración divina, que proviene de la mente de Dios, para este planeta, con la finalidad de volverlo sagrado.
Ya muchas veces y en diferentes partes del mundo, Mi voz se hizo escuchar y Mi Inmaculado Corazón se mostró a distintos hijos Míos, que tenían un compromiso Conmigo: entregar sus vidas, para llevar al mundo Mi mensaje y, más que las palabras, llevar el despertar del Espíritu Crístico, presente en cada una de ellas.
Estuve en Guadalupe, en Japón, en Egipto, en Portugal, en Ruanda, en España, en Francia, en Bosnia; de todas formas intenté que las almas despertaran a Mi Llamado.
Estuve entre los Incas, entre los pueblos originarios, entre los cristianos, entre los ateos, para que no hubiese quien quedara sin escuchar Mi Llamado.
Ahora, Mis Amados, estoy aquí intentando otra vez que las consciencias del mundo puedan abrir los ojos y despertar definitivamente.
A través de este grupo de almas que convoqué para difundir Mi Llamado, reúno todas Mis manifestaciones en el mundo, para depositar por última vez, todos los códigos que el Creador Me permitió traer al mundo y a cada una de vuestras vidas.
Por un pedido Mío, este grupo tiene como religión la Esencia Crística presente en todas las cosas, para que no exista ningún alma que, por credo o religión, no pueda escuchar Mi Llamado.
Estos son tiempos de emergencia; por ese motivo, tamaña es la Gracia que desciende desde el Cielo.
Hoy los convoco con amor, para que se unan a este ejército de Paz, que a través de la oración recorre el mundo aliviando la sed de las almas y generando méritos, para que la Justicia Divina no descienda sobre la humanidad como ella merecería por sus acciones.
Mis queridos, lo que les ofrezco es entrega y sacrificio, mas también Paz y Fraternidad.
No será simple llevar Mis palabras al mundo. No todos creerán en lo que les puedo mostrar, cuando retire los velos que cubren vuestros ojos. Pero el ejemplo de conversión y de vida será la herramienta más poderosa con la que podrán contar en este tiempo.
No importa lo que les suceda en este mundo. Yo les prometo vida eterna en el Paraíso de Dios, donde el Amor es el tesoro más grande, la espada más poderosa y el escudo de mayor protección, con los que lucha el ejército celestial.
Mis amados, que Dios ilumine cada una de vuestras almas, para que puedan finalmente vivir la redención y el despertar.
Yo los amo profundamente y les agradezco, una vez más por responder a Mi Llamado y por recorrer esta senda de conversión.
María, Nuestra Señora de Kibeho
Para que el Verbo Divino impregne vuestras almas y vuestras vidas eternamente.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más