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40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"No existe dolor interno que no sea aliviado.
No existe angustia profunda que no sea disuelta.
No existe corazón herido que no sea curado, porque Mi Amor todo lo puede, del principio al fin.
En estos días de Cuaresma, despréndete de todo lo que te pesa, libérate de todo lo que te aprisiona, trasciende toda incomprensión.
No permitas que tus pies queden prisioneros de todo esto, sé valiente y ábrete a la sagrada cura de tu corazón. Así, conocerás otros horizontes; así, comprenderás la vida humana tal cual es y nada más te perturbará; porque quien vive en Mi Corazón recibe todas Mis Gracias, quien vive en Mi Corazón encuentra el camino hacia el vacío interior.
Yo te abro la puerta a lo nuevo. Yo te ofrezco la Palabra de Vida para que todo dentro de ti sea redimido".
Cristo Jesús
40 días con Jesús a través del camino cuaresmal
"Retira de tus flaquezas la fuerza del espíritu, y deja que tu espíritu te conduzca y te guíe para el cumplimiento del Propósito Espiritual.
Levántate de tus caídas, todas las veces que sea necesario, pero no te coloques como víctima, sino como responsable de tus propios actos.
Deja que el poder de la Misericordia Divina transforme todas tus miserias para que te puedas liberar de ti mismo, de tus propias resistencias.
Todo puede ser renovado, recuérdalo bien. Nada es fijo ni permanente, el universo es dinámico y cambia todo el tiempo.
Sé valiente para poder reconocer tus defectos, pero no te castigues con tus pensamientos.
Decídete a alcanzar la libertad interior que Yo te ofrezco. El desierto es para los valientes de corazón, para los que no temen ser otros".
Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, la Luz de Mis Espejos Mayores se refleja sobre este lago, para representarle al mundo el principio de la Creación de Dios, el origen de la Fuente Suprema, de donde todo una vez comenzó; de donde Dios emanó Su Primer Pensamiento, deseando ardientemente desde lo más profundo de Su Corazón Eterno, que pudieran existir Sus Hijos, todas las criaturas, para reconocerlo y amarlo, para adorarlo y alabarlo, así como Él también reconocería, amaría y abrazaría a cada uno de Sus Hijos.
De aquí provienen los Espejos de la Ciencia de Mi Paz. Y, a través de ellos, Yo le irradio al mundo y a todo el universo el atributo de Mi Paz, flameante llama de la Esperanza de la Madre del Mundo que penetra en todos los espacios, dimensiones y planos, en donde Mis Espejos trabajan por la pacificación y por la redención de las almas, las que algún día deberán retornar a la Fuente de Dios, de donde una vez surgieron, de donde una vez las esencias emanaron para formar parte de esta trayectoria del aprendizaje sideral.
Queridos hijos, que esta Paz, que proviene de Mis Espejos y de Mi Ciencia Suprema, pueda llegar a abarcar los espacios en donde existen conflictos en el mundo. Así, toda la vida planetaria será reparada, y esa vida se rehabilitará, dentro y fuera de los seres para que alcancen la dignidad de ser Hijos de Dios; porque nadie en este mundo ni en ningún lugar del universo, más allá de su error o de las consecuencias que haya vivido, pierde la dignidad de ser Hijo de Dios.
Aquellos que hoy todavía no son dignos Hijos de Dios es porque están lejos del Amor, es porque están lejos de la Verdad, es porque se apartaron de la Luz.
Por eso, como Madre del Amanecer y Madre de la Vida, como Reina de los Espejos del Cosmos y de la Ciencia Divina, hoy vengo a abrir una vez más la puerta hacia Mi Paz, hacia el Universo Espiritual; para que las almas y especialmente los mundos internos recuperen la oportunidad de ser dignos Hijos de Dios, de que sepan que, más allá de todo y más allá de toda prueba, está Dios, contemplando a Sus Criaturas, contemplando a Su Creación, renovándose a través de la renovación de Sus Hijos, santificándose a través de la santidad de Sus Hijos.
Y, así, la Creación se recrea una y otra vez.
Así como nace una nueva estrella o surge un nuevo sol, así como una nebulosa o una constelación se renueva, así también se renueva la vida de Mis hijos. Porque todo es parte de un dinamismo cósmico y evolutivo, es parte del Misterio Espiritual de Dios que surge como impulso desde la Fuente, un impulso continuo, permanente y renovador, que hace a todas Sus Criaturas participantes de la Vida Mayor, de la Vida Divina.
Así como hoy Mis Espejos descienden al mundo, los Espejos de la Ciencia de Mi Paz, así deseo que sus aspiraciones se eleven y, sobre todo, que sus corazones se eleven hacia el universo para ingresar a través del portal a la Fuente de la Creación del Padre Eterno, en donde los ángeles, los arcángeles y todas las Jerarquías trabajan, silenciosamente, por la evolución del Plan de Amor.
Delante de esa Fuente, contemplen sus orígenes. Delante de esa Fuente, recuerden el origen de sus esencias, de aquella pequeña partícula del Amor Cósmico de Dios que fue depositada en cada uno de Mis hijos. Esa partícula nunca podrá desaparecer ni disolverse, más allá del mal que exista en el mundo o de la oscuridad que vivan las almas.
La partícula crística del Amor de Dios es inextinguible y renovable, y les otorga la dignidad a todas las criaturas porque son parte de la Voluntad de Dios, del deseo ardiente de que el Padre Eterno tenga a Sus Hijos en Sus Brazos, así como su Madre Celeste tiene a Sus hijos debajo de Su Manto de Luz; hoy, debajo de Mi Manto estrellado del universo.
Que los Espejos de Mi Paz reintegren los atributos que la humanidad está perdiendo; para que las naciones vivan en la paz, para que los pueblos vivan en la paz, para que esta raza de la superficie del planeta pueda renacer, así como renace el amanecer todos los días, trayendo la luz de la Nueva Aurora, abriéndoles la puerta de la redención a las criaturas y consciencias, renovando la vida de Mis hijos por dentro y por fuera, para que vivan en la Felicidad y en la Alegría de Dios por sentirse amados y contemplados por el Padre Celestial.
Así como hoy, su Madre Celestial los contempla ante la Luz de todos los Espejos, ante la consciencia de todas las herramientas de la Jerarquía Espiritual que están en constante ofrenda y sacrificio por la redención del planeta y de esta raza; hoy, les habla su Madre Sideral, la Madre de toda la Creación y de toda la vida, que gestó en Su Vientre al Hijo de Dios, el Mesías, su Salvador y Redentor, Aquel que murió en la Cruz por ustedes y derramó Su Sangre por ustedes, por su conversión y salvación, para que tuvieran vida en abundancia a través del Sagrado Árbol de la Vida de Cristo, su Señor y Maestro, el Rey del Universo.
Que, ante la presencia de esta Ciencia Divina que se muestra a sus mundos internos y a sus almas, todos puedan volver a comulgar, para que todos puedan renacer en Cristo y por Cristo, en el nombre de Su Amor y de Su Misericordia, confiando plenamente en la esperanza venidera, en la promesa que llegará y que se cumplirá en el momento del Retorno de Cristo.
Así también, la Luz de todos los Espejos participará de ese momento; cuando los Cielos se abran y los Espejos se enciendan, el Hijo de Dios descenderá en Gloria, junto a todo el universo que lo seguirá en procesión y en júbilo.
Y así, en nombre de toda la Creación y de la Fuente Suprema, Él todo lo renovará, dentro y fuera de los seres. Y aquellos que hayan confiado hasta el final se alegrarán y recibirán Su bendición, la bendición del Hijo Supremo.
Y así como el Sol de la Vida de Cristo nutre a todo el universo y a toda la vida, así los Espejos de la Madre de Dios nutrirán y renovarán toda la vida y toda la superficie; reconstruyendo los pilares de los Atributos de Dios para esta humanidad y reabriendo los puentes de unión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios, así como Cristo lo hizo en lo alto del Monte Calvario.
En este día, vengo a bendecir a uno de Mis Espejos, de entre tantos Espejos de Mi Corazón Inmaculado. Vengo a bendecir a Mi hija Lucía de Jesús para que el esfuerzo siempre sea la llave de la superación, de la consagración y de la unión espiritual con Cristo, el Esposo Celestial.
Vengo a bendecir los pasos de Mi hija Lucía de Jesús como vidente y como instrumento de la Jerarquía Espiritual, para que siga siendo un instrumento que les otorgue Gracias a las almas sedientas de la Luz de la Jerarquía, sedientas del Amor de la Jerarquía, sedientas del abrazo de la Jerarquía, para que muchos instrumentos más puedan estar al servicio de Dios en este planeta sin nada a cambio, solo con el fin de morir a sí mismos todos los días un poco más.
Por eso, bendigo la valentía de Mi hija Lucía de Jesús; y que, bajo la protección espiritual de Mi Esposo, San José, pueda seguir reflejando y representando a la Hermandad Celestial en este planeta, hasta que la última alma atraviese el portal al Paraíso.
Es así que envuelvo a Mi hija Lucía de Jesús con la Luz de Mis Espejos y especialmente del Gran Espejo del Amor de Mi Corazón, del Amor de la Madre que acoge y que acepta, del Amor de la Madre que renueva y que cura, del Amor de la Madre que sana y que transfigura a las consciencias, del Amor de la Madre que consagra y que anima a Sus hijos a seguir los Pasos de Cristo hasta el fin.
Que las almas de este mundo reciban la Luz de Mis Espejos para que la paz sea una realidad en este planeta y, especialmente, en donde más se necesita en este momento.
Sigan orando Conmigo, con fervor y devoción.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Para que esta Luz de los Espejos penetre en lo más profundo de la consciencia planetaria, del alma del planeta y de la humanidad, vamos a orar ante la Madre de Dios, la Reina de los Espejos, tres veces la oración de la Madre Universal, para que los atributos se plasmen en la consciencia de nuestra humanidad, de las naciones y de los pueblos, y especialmente en los lugares donde más se necesitan.
Te alabamos,
¡Oh Madre Universal!
Plena es Tu Gracia,
la Unidad está en Ti.
Sagrada Energía Femenina,
gestas en Ti la Nueva Humanidad.
¡Oh suprema Madre Universal!,
intercede por nosotros,
seres de la superficie de la Tierra,
para que podamos consagrarnos
como dignos Hijos de Dios,
en la fe, la luz, la paz,
la protección, la cura, la unidad,
el amor, el perdón, la reconciliación,
la caridad, la humildad, la transmutación
y en la fraternidad,
ahora y en el momento de nuestra total
y definitiva entrega al Padre Creador.
Amén.
Y así como el Cielo se abre en el interior de Mis hijos, así abran siempre sus corazones a los Universos Superiores, para que esta comunión perpetua con la vida del universo y con la Jerarquía siempre esté presente, más allá de todas las consecuencias y de todos los acontecimientos.
Yo les doy Mi Paz y Mi bendición, agradeciéndoles por haber respondido una vez más a Mi llamado.
Los bendice la Reina de los Espejos y de la Vida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vayan en Mi Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí la Emperatriz de la Paz, la Suprema Consciencia del Amor de Dios, el Amor eterno e inextinguible por todas las criaturas, el Corazón de Madre que se dona por Sus hijos para que alcancen la paz, la Mano piadosa y servicial que se extiende para acariciar el rostro de los niños, de todos ustedes, Mis pequeños hijos.
He aquí la Madre de la Gracia Infinita, la Madre que ora incansablemente por todos, la Intercesora y Mediadora de las causas imposibles, la Reina de los ángeles y del universo.
He aquí el Corazón que siente el amor de Sus hijos, el amor de los que confían en Mi Presencia, aunque no Me puedan ver con sus propios ojos.
Mi Amor es una esencia desconocida que penetra en lo profundo del corazón humano para moldearlo con Mis propias Manos, para transformarlo en un Instrumento de Dios, para hacer de cada vida un servidor del Plan.
He aquí el Corazón de Madre que sufre por los que no la escuchan, el Corazón de Madre que sufre por los que la niegan, por aquellos que no se animaron a entrar en Mi Corazón Maternal.
Esta es la Madre que se dona por todos, de noche y de día, todo el tiempo. Mis Ojos de Madre están sobre los Hijos de Dios y envuelvo en Mi Manto a los que Me lo piden.
Descalza, marco la senda de su transformación, sin que le teman al sufrimiento o a la soledad; porque Yo Soy la Madre que ama sin condiciones, la Madre que ama aun a los que la niegan, a todos los que la reconocen como una simple mujer. Mi Corazón agradece que Me digan así, porque Yo Soy la Esclava de Dios en el Cielo y en la Tierra, en las dimensiones y en los planos de consciencia.
El Espejo de Mi Corazón es el sacrificio por Mis hijos, para que nunca pierdan la Luz de Mi Maternidad, la contención de su Madre Celeste, el abrazo de María de Nazaret, porque Yo Soy parte de su pueblo y a su pueblo volveré.
Así, volveré a compartir como lo hice con las santas mujeres, con los apóstoles y con todos los que caminaron con esperanza a Mi lado, aun después de la Ascensión de Mi Hijo a los Cielos. La Madre de Dios estuvo mucho tiempo aquí entre ustedes, como lo está ahora.
Yo Soy la Madre que no se rinde. Soy la Madre que no descansa y Mi Corazón se aflige cuando las almas pierden el camino del amor, de la unidad y de la verdad.
Por esa razón hoy, una vez más, estoy aquí, para darles la fortaleza a los que la necesitan, para darles Mi Fe a los que no la tienen, para donarles Mi Amor a los que no consiguen vivirlo; porque Mi único fin, queridos hijos, es que ustedes puedan ser a través de Mí y siendo en Mí serán en Mi Hijo Jesús, el Cristo.
Y así, alcanzarán las esferas celestiales. Los misterios ya no serán secretos. Su vida será parte de la gran red cósmica junto con todos los Espejos y seres de buena voluntad.
Cuando un alma ora de verdad a Mi Corazón, se convierte misteriosamente en Mi propio Espejo, en donde Mi Vida Espiritual se puede reflejar; porque Mi única meta y aspiración, hijos Míos, es la eterna donación de Mí misma, como lo he hecho a través de los siglos y de todos los tiempos por medio de todas las Apariciones. Por eso, Soy incansable porque sé que sus esencias Me pueden superar en el Amor.
Estamos aquí con Mi Hijo y con San José para ser testigos de esa aspiración en cada corazón humano; para alcanzar esa aspiración y llevarla a los Pies del Creador como una sagrada ofrenda para que el Amor de su Madre, que actúa, que obra y que concede a través del Amor de Dios, sea una realidad en la vida de cada ser.
Vengo aquí como la Madre de la Contemplación Espiritual, para que las almas ingresen en el universo de Mi Corazón; porque Yo, en nombre de Mi Hijo, las puedo renovar.
El Amor de Madre siempre los protegerá y siempre los llevará hacia Mi Hijo Jesús para que se sientan parte de Su Reino, para que sean parte de Su promesa todos los que aspiran a ser parte de la Nueva Humanidad.
En este tiempo confuso del planeta, que sus vidas sean Mis Espejos y que en el amor se puedan transformar para comprender la condición humana del semejante y no juzgarla ni castigarla.
Vengo a pedirles que abran la consciencia.
Mis Palabras son Agua de Vida, Fuente inagotable de Mis Gracias y Misericordias; porque Dios necesita, en este tiempo, que la vida de cada ser sea ese mismo modelo de redención que vive los grados del Amor de Cristo, que aspira a alcanzar la humildad y se esfuerza para que las santas virtudes despierten en las almas y se consagren de la misma forma que se consagraron los apóstoles y las santas mujeres en aquel tiempo.
Hoy, con el permiso de Mi Hijo, vengo a darles un testimonio y un ejemplo de la transformación de la vida a través del Amor de María, un Amor inmutable, perpetuo, abnegado e incondicional que, como pequeñas gotas de Luz, ingresa en la consciencia y en el corazón humano para convertir la vida de cada ser en un ejemplo digno para Dios y para todo Su Proyecto Universal.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
María dijo que no se preocupen, porque envió a los ángeles a jugar con los niños. Y ahora, Ella dejó de hablar porque está acompañando el juego de los niños, que le recuerda al Niño Jesús cuando les enseñaba a los más pequeños a través de juegos tan simples y puros.
Mi Hijo les dijo una vez que quien no es como un niño no puede entrar en el Reino de los Cielos. Aquí, a su alrededor, está el ejemplo a través de estos niños y de estas familias que son consideradas en el Reino de los Cielos.
¿Será que ustedes se han dado cuenta de esto?
Dios está vivo allí, a través de los que juegan y se alegran, porque Dios es pequeño y humilde como los niños. Así, bendice la vida de todos los niños y familias, que viviendo y compartiendo estos espacios consagrados por Dios, Dios se renueva en los más pequeños y simples, porque esto alivia el Corazón del Padre Eterno, de los niños que sufren, de los niños que se enferman, de los niños que desaparecen, de los niños que son abortados, de los niños que son traficados y esclavizados en este mundo.
¿Ahora, comprenden dónde está la esperanza de las Islas de Salvación? Todo debe renovarse y ampliarse a través de la vida de los niños.
Den una oportunidad a los que quieren crecer en el amor y en la familia, porque allí está el Proyecto de Dios para la Nueva Tierra. Dios los creó para que vivieran así, bajo Su Felicidad y Alegría Espiritual.
En los niños está la alegría de la Madre de Dios, en los jóvenes está la madurez de los apóstoles, en los adultos debe estar la sabiduría y la aceptación, porque Nuestras Palabras vivirán en aquellos que las acepten y serán carne de su carne, espíritu de sus espíritus, para que algún día puedan comprender la Voluntad de Dios en la sagrada existencia de Su Proyecto en las familias.
Vengo a pedir perdón a las familias que no fueron comprendidas y aceptadas. Mi Corazón hoy enmienda los errores y hace renacer el amor en los que confían en la Familia de Nazaret.
Antes de despedirme y de volverles a agradecer por la valentía de acompañar estos encuentros con los Mensajeros Divinos; a través de un alma muy apreciada por Mí, les daré el ejemplo que les he prometido: cómo en la aparente derrota de la vida, en el sufrimiento o en la enfermedad, Dios no aleja Su Mano de los que ama, sino que, a través de las pruebas, fortalece los corazones para que puedan amar como Él amó en la Cruz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora está llamando aquí a Shadam.
Querida hija Mía, Me alegra tenerte aquí en este día, en nombre de Jesús, y que hayas encontrado la fuerza espiritual de tu corazón en la adoración.
A través de tus llagas, las Llagas de Mi Hijo fueron cerradas; a través de tus pruebas, la angustia de Mi Hijo fue disuelta; a través de tu fe, el Corazón de Mi Hijo fue ennoblecido en el universo y en la Tierra.
Que tus manos nunca se cansen de servir a Dios y que tu mirada nunca se aparte del Santísimo Sacramento del Altar. Que siempre lo hagas por tu país herido y ultrajado, por las almas de esa nación que están desesperadas y desamparadas. Y que el gran fantasma de la mentira sea disipado del alma de ese país; para que Argentina, a través de tus oraciones y de las oraciones de todos tus hermanos, vuelva a renacer en la esperanza, en la fe y en la alegría de ser la cuna en donde Cristo posará Sus Pies en las montañas sagradas, cuando Él retorne, con todos los Retiros Internos de Argentina.
Te agradezco que hayas traído aquí a tu otro hijo. Le abro la puerta a él, para su despertar y para su consagración como un apóstol fiel de Cristo. Oraré contigo por eso. Mi oración silenciosa siempre se unirá a ti, en las alegrías y en las tristezas, en los triunfos y en las derrotas, porque quien cree en Cristo nunca perecerá y tendrá vida eterna.
Hoy, te doy Mi bendición maternal y Mi agradecimiento. He aquí el ejemplo de la superación, de la perseverancia y de la fe en Cristo, así como fue Conmigo en Nazaret.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Sigan los pasos de Cristo por la redención de la humanidad y del planeta, por los Mil Años de Paz. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos vamos a poner de pie para despedir a Nuestra Señora, mientras Ella se eleva a los Cielos, llevando nuestras oraciones, intenciones y súplicas al Corazón de Dios.
Vamos cantar una canción que nos ha pedido y que, según María, refleja nuestra vida diaria.
Canción: “Esto que soy, eso Te doy”.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nunca puede faltar, en los hijos de Dios, el Don de la Luz, porque al faltar esta Luz en el mundo, reinan las tinieblas en muchas consciencias sumergidas por el caos y el mal.
Hoy, con todo el fervor de Mi Corazón, invoco para cada uno de ustedes el Don de la Luz, que hoy se enciende a través de esta Menorah como un símbolo de la trascendencia y de la transfiguración de las consciencias, así como hoy Me muestro a ustedes como el Cristo Transfigurado y Glorificado, como la propia victoria de la Cruz.
Les traigo a las almas estos Dones que se encuentran dentro del Don de la Luz, porque el Don de la Luz de Dios está basado en Su Amor Eterno y en Su Divina Unidad.
Estas dos poderosas corrientes del universo permiten que las almas despierten de la ilusión; así como la propia Luz de Dios, que encarnó a través de Su Hijo, hizo despertar, en aquel tiempo, a todos los que estaban dormidos, los despertó hacia el verdadero camino espiritual, el camino de la transformación, el camino de la cristificación.
Que esta Luz de Dios, que hoy necesita el mundo, impregne todos los espacios del planeta y de las consciencias; que extirpe de los seres humanos los códigos de los pecados capitales, que llevan a la perdición y a la distracción a las consciencias.
Hoy, a través de Andrómeda, les traigo este Don para que se animen a transfigurarse, a trascenderse y a elevarse, así como el propio Hijo de Dios se transfiguró y se elevó por un solo fin: por amor a todos.
Que esa sea la causa de sus vidas: estar dispuestos, abiertos y disponibles a vivir Mi Camino, el Camino de la Voluntad que intento trazar a través de sus consciencias. Un camino que no termina con la muerte, un camino que continúa a través de la vida eterna y de las experiencias y aprendizajes que ustedes podrán vivir en esa trayectoria evolutiva, entre las dimensiones y los planos de consciencia.
Sería muy limitado pensar que la vida termina aquí. Sus esencias recibieron estos cuerpos que ustedes tienen para poder desplazarse y aprender, para llevar en lo más profundo de sus células todos los códigos de perdón y de amor que puedan alcanzar en esta vida. Porque al fin de todo, la trayectoria de cada uno de los Míos será volcada en la Fuente Primordial para que, a través del triunfo del Amor y de la Redención que Cristo les proporciona en estos tiempos, ustedes, a través de sus experiencias y aprendizajes, puedan ser el resultado que Dios espera.
Sean las consciencias que se animen a recrear esta Creación, para que todo se pueda reparar y sanar.
Con esta puerta que les abro hacia lo desconocido, hoy los invito a subir, no al Monte Calvario, sino al Monte de la Victoria de Cristo, el Monte de los Bienaventurados, la Montaña de los Nuevos Cristos, desde donde podrán vislumbrar y contemplar la llegada de la Nueva Tierra, de la Nueva Raza, de una Nueva Humanidad que ya no estará vinculada con las puertas del mal, sino que estará redimida y también consagrada al Plan Divino; un Plan que no finaliza aquí, un Plan que no finaliza con la transición de la Tierra, porque es un Plan que continuará siendo escrito a través de la evolución de todas sus consciencias y de las consciencias de sus hermanos.
Ahora, podrán comprender ampliamente que la evolución no termina aquí, que los aprendizajes no terminan aquí, porque si su propio Maestro encarnó en el mundo, predicó en el mundo, murió en este mundo y ascendió a los Cielos, al Corazón del universo, la gran Constelación de Andrómeda, ¿acaso creen que no seguí aprendiendo?
Esto es lo más precioso de la evolución y de la Creación, que las consciencias no se acomoden en el camino espiritual o en el camino del servicio, porque la verdadera meta para cada uno de ustedes se encuentra en la Eternidad, en lo que llamamos Eterno Presente, en donde no existe el pasado ni existe el futuro, en donde existe lo que aquí, en el universo llamamos de cuarta dimensión.
¿Se animarán, interna y conscientemente, a expandir sus consciencias hacia el Universo Mayor, para ingresar en el Real Tiempo del universo, en donde está escrita su verdadera trayectoria del pasado y del futuro?
Ustedes son como piezas preciosas de este gran puzle de la Creación Universal, en el que el Padre Eterno aspira a tenerlos como joyas preciosas dentro de las moradas que Él tiene preparadas para cada uno.
Por eso, la vida no termina aquí. Es una constante elevación y esfuerzo por medio del ímpetu de vivir el Propósito, por medio del esfuerzo de vivir la Voluntad de Dios y por medio de la determinación de vivir la Verdad.
Por esa razón, Yo estoy aquí, porque sé que pueden seguir caminando, se pueden liberar del pasado, de aquellas cadenas y amarras que no los dejan caminar. Yo vengo a cortar con Mi propia Espada esas cadenas y vengo a liberarlos de los grilletes de la perdición para que, a través de la Consciencia del Arcángel Miguel, cada uno de sus espíritus se forme como un guerrero de la Paz, que sea capaz de contemplar y de celar por la Llama Sagrada del Divino Propósito que está viva y latente como un terafín en el corazón de Andrómeda.
Postúlense a ser discípulos de la Jerarquía Universal, vaciando sus corazones, purificando sus vidas, expandiendo sus consciencias hacia el Universo Sideral, porque allí está el verdadero sentido y la verdadera razón de todo lo que vivió su Maestro y Señor en la Pasión y en la Cruz.
Todos ustedes, en el fin de estos tiempos, y después de todo lo que han escuchado y aprendido a través de los años, ya tienen la capacidad y también tienen la razón para poder comprender la expansión de la Consciencia de Cristo después de Su Ascensión a los Cielos.
Porque si ustedes están en ese nivel de consciencia y con esa actitud, no solo permitirán que los Códigos de Mi Pasión se derramen sobre el mundo o que ustedes mismos se postulen como los Nuevos Cristos, sino que también Me permitirán, como el Gran Gobernante del Universo, como el Gran Espíritu de la Humildad de Dios, que despierte a las consciencias que necesitan despertar y recordar lo que verdaderamente fueron y no los errores que cometieron, porque Yo siempre les concederé el perdón y la reconciliación, siempre y cuando sean consecuentes con las Leyes y principalmente Conmigo.
Porque aquí, Yo no vengo como un juez. Yo vengo aquí como el Abogado de Dios, como el Intermediario y el Mediador de los corazones y de las consciencias que en estos tiempos deben reencontrar su origen, para que nada ni nadie los pueda derrotar ni vencer, ni siquiera Mi enemigo que también será vencido por Mí en algún momento. Pero no como muchos piensan o creen, porque será una entrega que Mi Corazón hará, semejante a lo que fue en la dolorosa Pasión.
Ahora, ¿pueden comprender el sentido oculto de Mi Venida a la Tierra?
Porque no solo fue anunciado y profetizado, o escrito en las Escrituras Sagradas. No solo reaparecí después de haber muerto en la Cruz, revelando el Poder de Mi Resurrección, sino que también traje un Mensaje más amplio a todas las consciencias que fueron fieles a Mí hasta el último momento. Una Gracia que Yo concedí, una promesa que Yo realicé hasta el último momento, a todos los que estuvieron a Mi lado sin comprender por qué Yo Me fui a los Cielos.
Si no hubiera ascendido al universo, ¿cómo podría haber concebido la unión de Mi Gobierno Espiritual con toda la Creación de Mi Padre?
Todo lo que estaba escrito, todo lo que estaba profetizado, hasta aun lo que era desconocido, ya estaba previsto y ha sucedido, se ha cumplido. Por eso, este momento y este tiempo que ahora ustedes viven Conmigo conscientemente, sin dar lugar a ninguna duda o a ningún cuestionamiento, ya estaba previsto.
¿Ahora comprenden que están dentro de Mi tiempo de revelación?, en donde los Sellos del Apocalipsis no solo se están abriendo, sino también el Relicario de Mi Corazón. El Templo de Mi Alma y Divinidad se muestra al mundo a través de estas Palabras y de estos impulsos que solo intentan hacerles recordar que su propia cruz puede convertirse en el triunfo que Yo tanto espero.
Por eso, les pido que ya no reclamen. Por eso, les pido que no escapen de su responsabilidad y de su compromiso, porque no habrá otro momento ni otro tiempo para que lo puedan vivir o cumplir. El tiempo y el momento es ahora.
Por eso, con valentía y coraje, amen su propia cruz. Con valentía y coraje, carguen su propia cruz, no con victimismo o pesimismo, sino con la madurez de un espíritu que comprende lo que es estar en Cristo, que no cede a fragilidades o a debilidades, que no se deja golpear tan fácilmente por cualquier viento contrario, sino que con su corazón abierto y sus brazos abiertos sostiene el estandarte de Mi Paz y de Mi Luz en el mundo, así como Yo sostengo sobre el centro de sus corazones, la poderosa Cruz de Emmanuel.
Yo siento que, en verdad, están abiertos para vivir el cambio de estos tiempos. No le den fuerza a aquello que no pueden hacer, denle fortaleza a aquello que sí pueden alcanzar, porque si hoy están encarnados y están aquí, a Mi lado, escuchándome una vez más después de dos mil años, ¿acaso el Padre se ha equivocado?
Comprendan que este es un tiempo de gran reconciliación y de perdón. Perdónense a ustedes mismos y aprenderán a perdonar a los demás. Ya no se juzguen a ustedes mismos y aprenderán a no juzgar a nadie más.
Por eso, les vuelvo a decir, como les dije a Mis apóstoles en la Última Cena, que es la Ley primera de todas las Leyes: Ámense los unos a los otros, así como Yo los amo en este momento.
Si sus consciencias se elevan a través de una amnistía inexplicable y extraordinaria, la consciencia arcaica de la humanidad también se eleva. Crean que eso es posible, Yo lo estoy diciendo.
Tengan fe y no perecerán.
Tengan fe y aprenderán a caminar correctamente hacia Mí.
Tengan fe y sabrán lo que es un guerrero de la Paz.
Tengan fe y sabrán qué es un guardián del Propósito Divino.
Porque llegará el tiempo en el que deberán unir sus espadas con la Mía para que ese Sagrado Propósito descienda, exorcizando y expulsando las corrientes del mal que, junto con las Huestes del Arcángel Miguel, liberaré y redimiré de este mundo para que los Cristos vuelvan a erguir sus cabezas y eleven su mirada hacia el universo. Y así, de una forma tan simple pero misteriosa, vean venir a Cristo en Su Retorno.
Las almas aún necesitan de los objetos sagrados para comprender Mis Misterios y eso no significa algo menor, sino que a través de los objetos sagrados las almas acceden a la develación de esos misterios espirituales e internos, que Mi Corazón le ofrece al mundo por medio de la Fuente de Gracia y de Misericordia que proporciona los méritos de la Pasión, vividos por su Maestro y Señor.
Por eso, como en todas las Sagradas Semanas y los Viernes Santos, vengo a bendecir estos objetos sagrados que hoy Me ofrecerán, para que puedan estar en contacto físico Conmigo a través del espíritu sagrado de la reverencia, de la devoción y de la paz.
Elévenlos.
“Señor y Padre del Universo,
que has concebido a Tus criaturas
a imagen y semejanza de Tu Corazón y Vida,
por los méritos de la dolorosa Pasión de Cristo,
por los méritos de Su Resurrección y Ascensión a los Cielos,
concede a través de estos objetos sagrados
la unión perfecta y predilecta de Tus hijos
con Tu Glorioso y Poderoso Corazón,
para que unidos a Tus Rayos de Amor y de Misericordia,
las almas alcancen la consagración y la cura de sus vidas,
a fin de que se establezca el tiempo de la redención y de la rehabilitación.
Que todos los que tengan fe en los objetos sagrados
se sientan en este momento protegidos
y también amparados bajo el Manto Poderoso de Cristo
que los hará invisibles ante las interferencias y asedios del mal.
Concédeles, Señor, las Gracias de Tu Reino
y que a través de estos objetos sagrados
las almas siempre vean el camino de la Luz,
por la victoria del Retorno de Cristo.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a pedir ahora, a los hermanos sacerdotes, que vengan aquí con el incienso y el agua para bendecir los objetos sagrados de todos los hermanos que están presentes. Y vamos a colocarnos de pie también para acompañar en este momento la bendición de los aceites que están siendo ofrecidos al Redentor para la unción de los enfermos y para el exorcismo de los cuerpos.
El Señor dice que le trajeron muchos aceites. Él está mirándolos.
Pueden venir aquí Madre María del Salvador, Madre María Fidelia, Madre María del Huerto y Madre María Shimani.
Vamos a participar juntos en este momento de la bendición de los aceites, de los santos óleos del Señor.
“Así como fui ungido por el amor de Mis esposas y Madres,
Santo Señor del Universo,
Padre de la Paz y de la Misericordia Divina,
Curador de toda la Creación,
Sanador de todas las heridas,
a través de la Fuente de Tu Amor Altísimo,
¡oh, Santo Padre del Universo!,
haz descender Tu Espíritu en este momento,
así como hiciste descender Tu Espíritu en el Huerto Getsemaní
para aliviar los tormentos de Tu Señor, de Tu Predilecto Hijo.
De la misma forma hoy Te pido, Padre Celestial,
que en nombre de estos objetos sagrados
puedas bendecir a la humanidad con Tu Presencia
y que como un Padre Amado,
Bondadoso y Prodigioso, Amoroso y Eterno,
tomes de la mano a Tus hijos
para guiarlos y conducirlos a Tu Reino Celestial,
a fin de que se cumpla Tu Voluntad
por los tiempos que vendrán.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Puede descender, Fray, a bendecir los objetos de los hermanos.
Y ahora, debo retornar al Cielo.
Hoy, vivimos juntos, en nombre de la humanidad, una comunión muy especial e íntima para Mí, que es la Comunión de Espíritu con el Espíritu de Dios.
Por esa razón, quisiera que Me despidieran cantando “¡Oh, Supremo Curador!” para que siempre recuerden que Dios les dará la Cura, les dará la Paz, les dará Su Amor. Siempre deben abrirse a esto y confiar.
¡Les agradezco, por hacer triunfar la Cruz del Redentor!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, vengo aquí para que estén a Mi lado. Vengo a este lugar, como muchas veces Yo fui a Kibeho, para anunciar el Mensaje de salvación, pero también para dar el Mensaje del fin de los tiempos.
Ese tiempo anunciado es ahora, están atravesando el fin de los tiempos; un tiempo de desafíos, pero también de momentos inciertos en los que las almas aún no saben qué camino seguir o qué dirección tomar para llegar al Corazón de Mi Padre. Por ese motivo, Yo estoy aquí y siempre lo estaré, aunque en el próximo tiempo no aparezca.
Mi Amor deberá hacer eco en cada corazón humano. Mis Palabras deberán resonar en cada alma como el precioso Legado, que les he entregado a través de los tiempos, que los llevará tarde o temprano a descubrir dentro de sí las virtudes que les he dejado con tanto amor. Dones preciosos que Dios necesita en este momento para que, a través de Sus hijos, lleve adelante la Obra de la Misericordia y de la Redención, el momento más culminante en el que todas las almas tendrán la oportunidad de vivir la salvación.
Hoy, contemplo un mundo aún en agonía, un mundo dividido por el poder y por la ambición, por las guerras y por los desplazamientos; un mundo herido, un mundo lastimado, un mundo destruido que aún no quiere cambiar.
Pero no se agobien, tampoco se amedrenten, la cruz que Yo le entrego a cada uno es una cruz definitiva, pero también es una cruz desconocida que los impulsa a ser valientes y determinados, que los impulsa a encontrar la realización de la Divina Voluntad.
Sé que muchos sufren por lo que están viviendo en este tiempo, sobre todo aquellos pueblos que son ultrajados por sus propios hermanos, lugares en donde reina la oscuridad y se disipa la paz. Yo los invito a ser perseverantes en el poder de la oración, que la oración pueda construir lo que parecería imposible, que la oración pueda concretar lo que parecería lejano. Tengan una fe determinante en este momento, porque así comprenderán todo lo que sucede en este tiempo.
Mientras estoy aquí, contemplo todas las necesidades, que son muchas y que necesitan de Mi auxilio. Pero quiero decirles algo que una vez dije en Kibeho: que, en este tiempo final, solo quien esté en Mi Corazón y viva en Mi Corazón, a pesar de lo que suceda, no perecerá y ayudará a aquellos que no puedan hacerlo.
Por eso, en esencia, todo lo que vivan y todo lo que hagan debe ser hecho por amor, por un amor sólido, por un amor consistente, por un amor que no apremia, por un amor que avanza y que construye, por un amor que se dona y que se entrega sin saber lo que sucederá después.
El Amor es una guía inmutable para ustedes, es el camino que los mantiene unidos a Dios, sobre todo en este tiempo definitivo, en el que cada paso y cada acción deben ser premeditados en el Amor y en los beneficios que este Amor construye en cada uno.
Si tan solo la humanidad pusiera su atención en este ejemplo que les doy, muchísimas situaciones caóticas no existirían. Pero la humanidad se ha apropiado del amor, al punto de creer que decide por sí misma si ama o no ama, si acepta o si rechaza.
Compañeros, eso no es Amor. El Amor aún es desconocido por ustedes, el Amor que viene de la Fuente, el Amor que proviene del Padre, un Amor que siempre los lleva al sacrificio para vivir en plenitud la sagrada renuncia, sin esperar nada a cambio.
Sé que ese es un paso que muchos no se animan a dar; pero si Yo estoy aquí y Soy su Maestro, ¿acaso es imposible vivir ese Amor?, un Amor incondicional y abnegado, un Amor que no tiene nada que perder, sino que tiene todo para dar, para construir y para evolucionar.
Si todos los días, ustedes no se replantean este punto, ¿cómo conseguirán salir de sus propios obstáculos?, y ¿cómo la humanidad saldrá de sus propios obstáculos?
¿Cómo será que el caos se desvanecerá si las almas no profundizan en los grados de amor? No es nada imposible de alcanzar; así como hoy se lo enseño a ustedes, también se lo enseñé a Mis apóstoles. Vean el resultado de la vida de cada apóstol, lo que alcanzaron y lo que hicieron por Mí, lo que hicieron por el Creador.
El Amor los llevará al vacío de sí mismos, a un vacío en donde se encuentra el Todo, en donde no existen las carencias, las insatisfacciones ni siquiera las perturbaciones.
Las almas deben vivir el Amor de Mi Corazón para aprender a vivir en el Corazón de Dios, dentro de su Amor infinito e insondable.
Si ustedes, en sus vidas y en la vida de sus hermanos, promueven el Amor Mayor, siembran y cultivan ese Amor todo el tiempo, permitirán que Mis bases del Retorno estén preparadas, porque tendré un lugar de reposo en el corazón de Mis compañeros, tendré un espacio en donde poder retornar para poner fin al sufrimiento del mundo.
Hoy, vengo con Mi Espíritu contemplativo, el Espíritu contemplativo del Sagrado Corazón de Jesús, porque quiero llevarlos hacia ese estado; quiero que, a pesar de lo que vivan en lo material o hasta en lo mental en este tiempo crítico y difícil, coloquen su corazón y su mente en el Universo de la Contemplación de Dios, en donde no existe dualidad, diferencias o conflictos. Así, elevarán a la consciencia y a la humanidad hacia ese estado de armonía y de paz, y permitirán que el afluente del Amor de Dios sea más real y vivo en este plano material, no solo por sus oraciones, sino también a través de sus acciones del día a día. Eso podrá irradiarse no solo a sus seres queridos, sino también hacia todos los espacios y lugares en donde ustedes estén.
El Amor es la llave para la cura de la humanidad, es la llave que abre la puerta para un nuevo tiempo, un tiempo diferente al de ahora, un tiempo real en donde se vivirá la Voluntad de Dios para siempre.
Que sus almas aspiren a ese camino hacia la Nueva Raza, hacia la Nueva Tierra, hacia un nuevo planeta, libre de la perversión, del uso del poder, de la impunidad, del sufrimiento y también de la enfermedad.
El corazón que ama nunca se enferma. Esto es una Ley, pero también es un principio en los tres planos de consciencia: espiritual, mental y material. Cuando no consigan amar, retornen al camino que perdieron, sean bondadosos en el amor y todo podrá ser curado.
No tengo nada más que decirles, sino esto. Sé que muchos esperan respuestas grandiosas o hasta respuestas desconocidas; pero es muy simple, compañeros, Yo estoy aquí y Soy el Sagrado Corazón de Jesús y vengo a enseñarles, pero también a irradiarles lo mismo que compartí, como un sentimiento profundo, con cada uno de Mis apóstoles.
De esa forma, en este Reaparecimiento de Cristo, así como fue en el Cenáculo, vengo a prepararlos para Mi Retorno, entregándoles llaves muy simples para que no pierdan el camino, para que tengan presente en sus vidas lo que es esencial.
El Padre Me enseñó todo esto cuando Yo estuve aquí, en este mundo, viviendo los cuarenta días en el desierto. Lo que hoy les traigo es esa experiencia de amor, vivida y también cumplida dentro de Mí en esa aparente desolación del desierto.
No solo los invito a encontrar a Dios en ese desierto que cada uno puede estar viviendo en este momento, pero sepan que Yo estoy ahí, invisible y silencioso, acompañando a cada uno de los Míos que se atreve a atravesar el desierto de su mundo interior para encontrar, en algún momento, la Luz del Reino de los Cielos.
Tengan alegría al sentir sed de Mí. Tengan alegría cuando no me encuentren; porque Yo los estoy fortaleciendo, los estoy convirtiendo en Mis apóstoles.
Mi Mano siempre estará extendida hacia todos los que la necesitan. Sigan Mi Camino y todo se renovará, principalmente dentro de ustedes; y para que eso suceda, no pueden resistirse ni tampoco hundirse por ustedes mismos. No creen condiciones innecesarias, sean inteligentes y tengan fe, porque el desierto no es para siempre; pero es la gran oportunidad de que se despojen de sí mismos, de que vuelvan a estar desnudos ante Dios, mostrando lo que verdaderamente son y no lo que aparentan, revelando lo que son sus almas en esencia y en espíritu, porque todo lo demás es pasajero.
Quiero entregar hoy, la fuerza de Mi Fe a todos los que la necesitan, pidiéndole al Padre que los haga valientes y fuertes, desde su interior; pidiéndole al Padre Eterno que tengan coraje y mucha determinación para atravesar estos tiempos definitivos; y que Él les conceda la Gracia que le concedió a Su Hijo durante los cuarenta días en el desierto, en donde el Hijo Primogénito vivió su gran síntesis preparatoria para asumir la Cruz.
Por medio de la Fe de Mi Corazón misericordioso, reciban esta bendición, y que los caminos hacia el Padre sigan siendo construidos con los ejemplos de sus vidas por la redención de sus corazones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Cristo, vamos a entonar la canción: “Apóstoles del Amor”, permitiendo que cada una de nuestras almas se confirme en este camino del apostolado y estemos disponibles e íntegros para todo lo que haya que hacer y servir, sin esperar nada a cambio, como Él nos ha pedido.
Y que, delante del Sagrado Corazón de Jesús, nos podamos confirmar, pero también agradecer. Que esta canción, que todos juntos cantaremos, nos prepare para vivir el Sacramento de la Comunión Espiritual que enseguida será ofrecida a todos, a fin de que esta alianza con Cristo se fortalezca.
Cantemos.
Queridos hijos:
En este tiempo de tribulación, deben ser valientes y perseverantes para estar al lado de Mi Hijo.
Su Presencia misericordiosa y justa los hará conocer, de ustedes mismos, todo lo que deberá morir para que todo eso no modifique la evolución espiritual de sus vidas.
Estar al lado de Mi Hijo significa quedarse desnudo como consciencia y verse tal cual es, cada uno de ustedes, sin temor a conocer la verdad de sus existencias.
Mi Hijo los necesita cada día más vacíos; los necesita humildes para que Él, por medio de Su Amor redentor, los haga confiables depositarios de Su vida crística.
Así, hijos Míos, sus consciencias se transformarán verdaderamente. Así abrirán las puertas al mundo y a todo el género humano para que Su Misericordia y Su Corazón puedan obrar.
Él necesita que Sus compañeros se definan; que ya no ensucien sus pies con el barro impuro de este mundo; que realicen el camino de la redención para que, algún día, sean llamados dignos hijos de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Superar los errores y persistir, hijos, es una forma de crecer humana y espiritualmente.
Cuántas veces sus personalidades, y aun las resistencias de sus almas, los llevan a caer en abismos profundos y oscuros, de donde solo pueden salir a través de la humildad, de la obediencia y cuando abrazan y acogen el desierto.
Cuando una consciencia comete un gran error en el camino espiritual, tiende a querer desistir de todo, porque le es más fácil sucumbir de una vez en el abismo que erguirse con esfuerzo y valentía, con humillaciones y obediencia, yendo en contra de todo lo que antes la engrandecía.
Pero cuando esa consciencia se arrepiente y abraza el camino de retorno al Corazón de Dios, por más doloroso que parezca ser, y coloca sus pies en las huellas de la humildad, de la rendición y de la obediencia, es entonces, hijos, que esta consciencia conocerá verdaderamente el Amor, el Perdón y la Misericordia de Dios.
Es entonces que crecerá como hombre espiritual y forjará en su interior una fortaleza que no es humana, sino divina.
Es entonces que aprenderá que más vale caer y levantarse mil veces que sucumbir en las facilidades de los abismos del mundo, porque estos abismos solo traen sufrimiento y dolor, angustia y pena, mientras que levantarse de ellos trae un crecimiento forjado a fuego que imprime en el alma la unión con Dios. Y por más que los seres sean siempre probados en su camino, esa alma ya sabrá lo que debe hacer al caer y, en cada caída, crecerá más, humana y espiritualmente.
Aprendan de los errores. No se rindan ante las debilidades humanas, sino afírmense en la humildad y en la obediencia, y así seguirán en ascensión al Corazón de Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Sientan, hijos Míos, Mi Amor y Mi Paz, porque contemplo sus esfuerzos, sus dificultades y sus abismos más profundos, en los cuales hoy ingresa Mi Luz para que sus corazones encuentren la paz, el perdón y la redención de Dios.
Sientan, hijos Míos, Mi Gracia, porque contemplando su misión y la valentía de sus espíritus que, día a día, se levantan de las caídas e intentan no sucumbir a las tentaciones del mundo, derramo sobre ustedes una expiación divina. Que así, a través de Mi Gracia, reencuentren el camino para unirse a Dios y recobren la esperanza de trascender las propias miserias y de llegar al Corazón del Padre.
Mi corazón llega hoy al Centro Mariano del Niño Rey para enviar un mensaje al mundo, de que el auxilio llegará a aquellos que se esfuercen por transformarse y trascenderse, y mucho más allá de la oscuridad que habita en sus abismos internos, brillará la luz de sus esencias, porque Dios, con Sus propias Manos, abrirá los caminos, retirará los obstáculos y liberará a las tinieblas para que reconozcan que dentro de ustedes hay una verdad que está más allá de las apariencias y de las ilusiones.
Todos son puros a los Ojos de Dios y las manchas impresas en sus almas por el mundo y por las experiencias humanas podrán ser lavadas, curadas y limpiadas por la potencia de Mi Amor maternal.
Dejen que Mi Luz los toque, que Mi Paz los cure todas las veces que sea necesario, que Mi Amor los libere y les revele quiénes verdaderamente son.
Ustedes son Mis hijos, Mis pequeños y puros hijos, esencias que surgieron de Mi Vientre Creador, de la Fuente de Mi Pureza. Una parte de Mi Inmaculado Corazón habita en su interior. Por eso, hoy dejen que Yo Me revele en ustedes como una luz que ilumina a sus almas, como una alegría divina que brota de sus espíritus, como una nueva y divina esperanza.
Mi Corazón los abraza, Mi Amor los ampara, porque a través de ustedes auxilio al mundo. A través de sus esfuerzos puedo estar ante Dios con los méritos generados por sus vidas para interceder por las almas más perdidas, por aquellos que no conocen a Dios y que, día a día, se alejan de la pureza de sus esencias y de sus corazones. A través de sus vidas intercedo por la vida de este mundo, sobre todo de los niños y de los jóvenes que perdieron la esperanza de amar y de ser amados.
El futuro de la vida sobre la tierra se construye a través del esfuerzo de unos pocos. Por eso, hijos Míos, nunca se olviden de que, con cada esfuerzo que viven todos los días, Mi Corazón recupera a una esencia perdida, a un alma desamparada.
Su mayor servicio en estos tiempos es vivir en el Amor de Dios, es creer en el potencial de sus corazones de trascender todo el pasado vivido por ustedes y por sus familias para que, en nombre de la humanidad, anuncien la posibilidad del perdón y la Gracia de la redención.
Sus corazones son predilectos ante Dios. Sus esencias son puras a los Ojos del Padre. Encuentren hoy esa pureza en su interior.
Yo los amo, los acojo bajo Mi Manto y los amparo con la infinita gratitud de Mi Corazón.
¡Les agradezco!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oración del alma despojada
Si mi sufrimiento, Señor, aunque parezca pequeño,
sirve de alivio del sufrimiento de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi vacío, sequedad, agonía y abandono de Ti
sirvieran de auxilio, de aliento y de alegría para mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi cansancio, desierto y aridez,
sirvieran para llenar el vacío, la aridez y el desierto de mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mis noches de asedio, de batallas o de soledad,
sirvieran para dar fortaleza, ánimo y fe a mis hermanos,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si la falta que a veces siento de Ti, la ausencia de consuelo
y el aumento de trabajo agradaran a Tu Corazón herido,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si mi desesperación, mis tormentos y mis noches oscuras
ayudaran a salvar a las almas perdidas, abandonadas y no amadas,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Si no recibo amor y solo desprecio,
si no me siento comprendido y solo juzgado,
si en este momento no encuentro sentido de estar a Tu lado,
amado Cristo, que se haga Tu Voluntad, Señor.
Dame fuerza interior para no temer nada.
Dame valentía todos los días para aprender
a salir de mí mismo, cada día más.
Dame amor para aprender a amar y a aceptar al semejante,
porque si hasta ahora no siento nada,
si en esta noche de frío o en este día nublado
no consigo ver el Sol de Tu Corazón
y si esto sirve para que mis hermanos del mundo
consigan ver la Luz, el Amor y la Misericordia de Dios,
que se haga Tu Voluntad, Señor.
Solo espero agradarte en los pequeños detalles.
Solo quiero, Señor, ser un instrumento en Tus piadosas Manos,
para que en cualquier lugar de la Tierra
al que Tú me envíes Te puedan reconocer,
para que puedan sentir amor y esperanza,
para que así el sufrimiento, el dolor y el abandono
de los corazones desesperanzados sean aliviados
en honra a Tu Victoria Celestial.
Amén.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Regreso a un lugar llamado Aurora, el que a través de los tiempos se donó completamente y que en el silencio de su imperceptible Reino sostuvo el Estandarte del Redentor, a pesar de los desafíos y de las pruebas.
Hoy regreso a un lugar que fue testigo de la Presencia de Dios, un lugar que fue escogido por el mismo Padre para llevar adelante una tarea planetaria.
Hoy regreso al origen y al lugar en donde todo comenzó una vez y todo eso Me alegra, porque sé que Aurora nunca será olvidada, será como el ave que renace para volver a dar testimonio de Mi Presencia en el mundo.
Por esa razón, escogí regresar a Aurora para que todos los que alguna vez y a través de los tiempos se sirvieron de ella, nunca olviden que le deben mucho a ese Reino de Amor.
Aurora renacerá como un Espejo y se sostendrá firme como una espada.
Aurora siempre irá al encuentro de los valientes y colmará con su luz a los que con humildad la busquen.
Aurora es el portal que nos llevará de nuevo hacia el sentimiento de la eterna gratitud.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A pesar de que Mi adversario, como un lobo, agite a Mis ovejas, manténganse unidos al gran Corazón de su Pastor.
A pesar de que grandes tempestades vengan a su encuentro, manténganse unidos al gran Corazón de su Pastor.
No busquen huir de las dificultades o de los embates, porque los encontrarán.
Asuman que en este ciclo ya llegó el tiempo, así como le llegó a los apóstoles, de testimoniar que Mi Presencia es verdadera.
Por eso, estén atentos y vigilantes para que nada más allá de sus posibilidades los sorprenda.
Permitan que Mi Luz brille en su interior durante este tiempo de tinieblas.
Déjenme transformar y quebrar en su interior lo que Yo necesito romper, para que sus espíritus aprendan a ser tan valientes como Yo lo fui hasta en lo alto de la Cruz.
No quiero ni necesito que se parezcan a Mí. Aspiro a que sean igual a lo que Soy en verdad, en amor y en compasión.
Dejo por escrito todo esto para que no piensen diferente, para que no crean que estoy esperando algo distinto de ustedes.
Como ovejas entre lobos, llegará el momento de defender la Obra de su Pastor de todos los que querrán destruirla.
¿Están dispuestos a seguirme?
Todo será por tan solo unos segundos y después conocerán la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
No tengan miedo de morir por Mí, porque Yo siempre estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado y por guardar Mis Palabras en el corazón de cada discípulo!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Cuarto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor mío,
que los Rayos de Tu Corazón
disuelvan cualquier posible
ceguera espiritual en mí,
para que tenga la dicha
de reconocer Tus humildes pasos.
Hazme valiente
así como Tú lo fuiste, querido Jesús,
en cada paso de la Cruz.
Que no tema cargar
con mis propias miserias,
que tema no poder encontrarte.
Pero sé que como Tú eres
bondadoso y misericordioso, Señor,
me concederás la Gracia de encontrarte,
de sentirte y de reconocerte
en mi mundo interior.
Que Tú seas esa Llama Divina
dentro de nosotros
que todo transmuta y purifica.
Aléjame, Señor,
de las ilusiones de la vida,
de todo lo que sea superficial.
Que nunca pierda la sed
de beber de Tu Sangre
y de comer de Tu Divino Cuerpo.
Hazme semejante a todos
Tus humildes siervos y mártires
que dieron hasta el último
minuto de sus vidas
por reconocerte y dar testimonio de Ti.
Que no le tema a los desiertos
en los cuales Tú me coloques.
Que no le tema a la aridez
ni a la falta de sensibilidad
o de ánimo.
Solo te pido, queridísimo Jesús,
que me renueves,
que me redimas,
que hagas en mí
según Tu Palabra y Tu Voluntad,
porque así conoceré la libertad
y la alegría infinita
de servirte hasta el final.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Amado Jesús,
que mi confianza, aunque sea pobre, se una a la Tuya,
para que Tu Presencia fortalezca mi corazón
en las pruebas que pronto viviré.
Amado Hijo de Dios,
Siervo del Padre Inmutable,
hazme pequeño y simple en todo,
déjame conocer los misterios
más profundos de Tu Corazón.
Revélame, Señor,
la intimidad de Tu Alma
y la grandeza de Tu Amor redentor.
¡Oh, Señor del Universo!,
que en el vacío de mi ser
encuentre la entrega absoluta de mi alma,
para que alguna parte de este imperfecto ser
pueda representarte en la Tierra
como un nuevo apóstol de Tu Corazón.
Amado Jesús,
hazme querer y amar a los semejantes
así como Tú me amas de forma incondicional y eterna.
No me dejes estancado en los defectos del prójimo.
Más bien, Señor, muéstrame mis defectos
para que según Tu Palabra y energía
yo los pueda transformar.
Deseo, Señor,
verte reflejado en el corazón que sufre,
en el alma que desespera.
En todo lugar deseo verte
y, así, poder participar de Ti,
para que, hasta el más pequeño gesto de mi caridad,
pueda saciar la sed que Tú sientes
por las almas que no te aceptan.
Dame valentía
y me abandonaré en Tus Brazos.
Hazme el instrumento que Tú necesitas.
Hazme el proyecto que tanto esperas
para que en nada yo interfiera, Señor,
sino que seas Tú, Cristo,
quien obre a través de esta pequeña vida.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Escucha la Voz de tu Maestro y hazla parte de ti en cada momento.
Yo Soy el Señor del Universo y el Redentor del Mundo que viene en este tiempo a sumergirse en los abismos internos en donde las consciencias viven su realidad, en donde deben enfrentar lo que nunca enfrentaron y desde donde deben buscar la salida hacia Mi Corazón Sagrado.
Yo Soy el Señor del Universo y vengo a sumergirme en los abismos más oscuros de la consciencia planetaria e intento, a través de Mis discípulos, retirar a las almas de la perdición.
Nadie está libre de vivir su propio abismo y de poder conocerlo en cualquier momento de este tiempo final.
Deben animarse a vencer esas dificultades por intermedio de Mi Amor Misericordioso.
Porque Mi Amor Misericordioso es una llama incandescente que todo ilumina, que todo transforma y pacifica.
No hay otro remedio que puedan buscar, sino esa llama Misericordiosa de Mi Corazón, que en este momento se irradia al mundo para poder ayudarlo.
Vivan entonces la transición de estos abismos de la consciencia y del gran abismo de la humanidad, en el cual millones de almas están sumergidas sin siquiera percibirlo.
No teman conocer esa verdad que es el abismo de la consciencia humana. No teman atravesarlo.
No teman cruzar ese desierto en donde algún día se sentirán solos, como si nada tuviera sentido ni respuesta.
El mundo y su humanidad nunca enfrentaron este abismo, en ningún otro tiempo ni en ninguna otra época.
Son parte de una transición definitiva que camina rumbo al gran despertar.
Para eso, deberán trascender los obstáculos, deberán saber superar las pruebas, deberán saber estar por encima de los desafíos.
Por eso Yo no Me cansaré de buscarlos y de llamarlos.
La humanidad es un gran abismo que debe ser revertido por el Amor y la Luz, por el triunfo de los corazones pacificadores, por la donación absoluta de los servidores, por la expresión del amor de los corazones, en todos los sentidos.
Y aunque su propio abismo interior les pueda doler, sigan adelante.
No hay mayor abismo que el que vive este mundo en este momento, de donde muchos no consiguen salir por no tener fuerza interior o valentía para poder hacerlo.
El gran abismo de la humanidad es el espejo de la purificación planetaria, de esas raíces tan profundas que en este tiempo deberán ser retiradas del suelo para que la tierra sea arada y se siembren nuevas semillas de Luz y de despertar, se siembren nuevos conocimientos, nuevas formas de vida que hasta ahora la humanidad no ha vivido y no ha conocido.
Por eso, ante el abismo interior de sus consciencias, deben hacer brillar el Sol interior, aquella Estrella que el Padre les entregó, su esencia, que es el principio de toda la Creación y de esta vida universal.
Aférrense al Sol de su esencia interior y superen los abismos de estos tiempos, para que así aprendan a superarlo todo y a ayudar a los que no lo conseguirán hacer por sí mismos.
Yo les doy las herramientas más emblemáticas para que lo puedan hacer, para que puedan trascender los tiempos primero en ustedes mismos y después en la humanidad.
Yo les doy la llave de la Comunión Conmigo todos los días, porque es algo que se vuelve inextinguible ante la oscuridad, porque es el Amor que triunfa en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo cuando cada ser comulga Conmigo con humildad y en penitencia.
Les doy la llave de la Adoración, para que puedan encontrar Mi Existencia en la Eucaristía, Mi Espíritu y Mi Divinidad en todo lo creado, para que crucen el portal hacia Mi Reino.
Cuando sus ojos contemplan Mi Cuerpo Vivo, todo Yo lo puedo renovar, aunque parezca imposible.
En ese ánimo de poder superarlo todo con humildad y valentía, no teman sumergirse en el abismo de la humanidad, porque algunos, en representación de la mayoría, deberán aprender, por todos los medios, a buscar la salida hacia el nuevo portal en donde el Sol de Dios despuntará en el horizonte para disipar las tinieblas y los abismos de la consciencia.
Por Mi Dolorosa Pasión ya tienen la base para poder hacerlo.
Su Maestro y Señor conoció el abismo de la consciencia humana y del planeta, padeció y sufrió esa realidad, pero nunca, nunca se dejó vencer, sabiendo que el Padre lo había colocado ante una prueba de gran Amor.
Que ese Amor que viene de Mí, nunca se vacíe en ustedes, sino que él aumente en grados y en pasos de confianza y unidad.
Ya están aprendiendo a acompañar a su Maestro en una Obra que es por toda la humanidad y que no se restringe a un grupo de almas, a una comunidad o a un centro espiritual; estamos hablando de cosas grandes y desconocidas, de tener la visión en el todo y no solo en un solo lugar, de ampliar la consciencia, así como la amplía Dios para abrazar a Sus hijos en el amor y en la paz.
Así, vengo a darles las mismas fuerzas internas que Yo recibí durante Mi Agonía, para que aprendan a soportarlo todo, al menos por Mí; para que aprendan a vivirlo todo, al menos por Mí, y así puedan en este tiempo dar grandes testimonios de amor y de trascendencia, más grandes que los que Yo viví en el pasado.
Porque lo que ustedes viven en este tiempo, como humanidad y como planeta, Yo no lo podría haber vivido en aquel tiempo, ni en el Huerto Getsemaní, ni en la Pasión.
Lo que debe definirse en este tiempo es muy grande y supera todas las fronteras y todos los límites.
Por eso, el trabajo de vencer la dualidad interior será muy esforzado, el trabajo de mantener un equilibrio será muy grande, y todo eso será por un Propósito Mayor que Yo deseo concebir en las almas del mundo y en los que despiertan.
Tengan ánimo para vencer los abismos de la consciencia humana y de no tener restricciones para pedir perdón cuántas veces sea necesario, porque así sus corazones estarán en la paz, estarán en el bien, estarán en Mi Misericordia.
No dejen de atravesar estos abismos del final de los tiempos, porque del otro lado los espera su Maestro y Señor para conducirlos hacia la Luz que es eterna e invencible.
Es así que los vengo a fortalecer con todos los impulsos posibles para que en este tiempo den testimonio al mundo de su transformación y que no solo sea una teoría, sino una realidad que motive a otros corazones a vivir la gran transformación.
Que sus esencias sean las que hoy estén en lo alto del Cielo, en lo más sublime del Universo, para que puedan brillar y así sus abismos internos se cierren para que reinen la paz y la Luz.
Reciban, entonces, Mi Bendición Sacerdotal, recordándoles que esta Maratón es un momento de gran reflexión para las almas a fin de prepararse para dar un nuevo paso, aunque crean que no están prontos.
Yo los bendigo y les doy Mi Misericordia a todos los que escuchen en el amor y en la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sé valiente ante las pruebas y aprenderás, todos los días, a superarte a ti mismo.
Que esa valentía la impulse tu corazón a fin de que puedas proyectar en tu camino pasos mayores, los que nunca imaginaste dar.
Abraza la propuesta de la valentía como el medio de poder trascender los posibles obstáculos y haz de cada experiencia una victoria para el Reino Celestial.
Que tu transformación permanente muestre al mundo la constancia de querer estar cerca del Señor para vivir de Su Gozo y estar en Su Divina Presencia.
Asume entonces, el camino de la valentía para que aprendas a avanzar, sin retroceder ni un solo paso.
Deja hijo, que esa valentía promueva la llegada del Sagrado Espíritu de Dios para que más almas sean transformadas por el Fuego de Dios.
Que en la valentía encuentres el impulso para dar grandes saltos, decidido a trascender las barreras de la inercia planetaria.
Anímate a decir “sí” a cada nuevo desafío y no te sientas derrotado.
Mi Hijo aún espera por los apóstoles de la transformación, los que a través de los buenos ejemplos testimoniarán Su Santa Palabra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La fuerza proveniente del Sagrado Espíritu de Dios te dará valentía para superar todas las barreras y disipar todos los obstáculos.
Es la fuerza proveniente del Sagrado Espíritu de Dios la que impulsa toda transformación, redención y perdón.
Porque el Sagrado Espíritu de Dios está lleno de Amor y de Compasión infinitos; eso hace de cada etapa, una oportunidad de ampliar los grados de amor a través del Sagrado Espíritu de Dios que todo colma, vivifica y comprende.
Que el Sagrado Espíritu de Dios sea siempre esa Llama Rosa de Amor que todo enciende interiormente, que todo cura y libera para que sus criaturas estén libres para poder dar sus pasos.
Que el Sagrado Espíritu de Dios guíe y reúna a los rebaños de Cristo, a los navegantes que deben encontrar el puerto del Corazón del Redentor, y que todo eso los consagre, finalmente, como soldados de Su Divino Plan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Limpia, todos los días, tu corazón con la oración luminosa y así irás alcanzando, de tiempo en tiempo, los códigos de la perfección.
Mientras estés en este mundo aprenderás a sobrevivir a tus propias y miserables dificultades humanas.
Pero ten espíritu de ánimo y de valentía porque cada vez que atravieses una prueba y la consigas trascender o superar, hallarás fuerza interior y coraje para que, algún día, todo sea transformado.
La condición humana es el mayor obstáculo para las almas que deben expresar sus virtudes y sus potenciales.
La condición humana es la prueba principal de superación para los discípulos que están dispuestos a rendirse al Señor.
Mientras tanto, con coraje interior, vive todos los días los desafíos que te coloca la vida, no como una dificultad, sino como el momento oportuno de dar pasos directos hacia la luz que habita en tu interior, hacia el Dios interno.
Sigue adelante sin pensar que no conseguirás redimirte a ti mismo; al contrario, afirma, día a día, que tienes la posibilidad de encontrar en esta vida el sentido de tu misión y de tu existencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que hoy no pese tu cruz, la cruz que te ha dado Dios para aprender a liberarte de la materia.
Que hoy tu cruz sea liviana, que sea como las alas de los ángeles que te elevan al estado de la constante redención.
Siente que Yo estoy aquí, en nombre de Mi amado Hijo, para renovar todas las cosas, llegando a lo profundo de la esencia de la Vida para que todo sea redimido pronto.
Ya no sientas el peso de esa cruz como un castigo o una derrota, complace al Señor cargándola con valentía, coraje y resignación.
Sírvete de esta cruz para hacer, de cada momento, una victoria de Cristo no solo en la entrega, sino también en el servicio, en la oración, así como en cada acto de amor que tu corazón puede ofrecerle a la humanidad.
Siente que puedes dar los pasos y que ya no te detienes en el camino.
Avanza con tu cruz, así como Cristo avanzó hasta el final por cada uno de ustedes.
Vive cada etapa como si fuera la última y sírvete de cada prueba para poder realizar el Plan.
Que esta sagrada cruz de la vida, que cargas en tus espaldas, hoy sea el símbolo del triunfo del amor y de la caridad infinita por este herido planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Estos tiempos exigirán, de las almas y de todos los seres de superficie, una apertura lo suficientemente grande para poder acompañar los cambios que son necesarios.
Estos cambios se darán a partir de una receptividad verdadera, que construirá las bases para poder vivir lo que es nuevo y aún muy desconocido.
En ese sentido, queridos hijos, estos tiempos, que son parte de una transición, deben ser vividos con mucha valentía, neutralidad y paz. Esto permitirá, en todo momento, construir dentro de ustedes una consciencia positiva y atenta para vivir los cambios necesarios, sin necesidad de atravesar el sufrimiento.
Por eso, es importante, para esta humanidad de superficie, tener un gesto constante de gratitud y de amor, para comprender y aceptar cambios y situaciones de la vida que parecerían imposibles.
Es hora de abrir los mundos internos, mucho más de lo que habitualmente están abiertos, para poder ver, sentir y comprender que todo cambio o ciclo nuevo es una oportunidad de salir de lo estático de este mundo, para poder vencer las propias barreras que impiden que la humanidad se exprese espiritualmente como consciencia, dentro de este planeta escuela.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más