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Después de abrir las puertas de tu corazón para vivir el don de la gratitud, deja, hijo, que tu ser reciba las bendiciones que provienen de Dios. Con las bendiciones del Altísimo deberás fortalecer tu mundo interior, tu misión en el servicio a este planeta, sobre todo a través de la oración.
Cada día que pasa, las naciones claman espiritualmente por auxilio, y el propio corazón de la Tierra se hace oír a los que son sensibles al amor y a la verdadera necesidad de este mundo.
Por eso, ora y ora con fervor, ofreciendo tantas Gracias y bendiciones que recibiste del Cielo, en nombre de todos aquellos que nada tienen.
Ora por el corazón de África, de forma especial, para que, a pesar de todo el sufrimiento, no pierda su pureza e inocencia.
África debe ser el símbolo del renacimiento de este mundo. De su seno proviene la vida, y después de todo lo que aprendieron, también de sus entrañas el amor se debe renovar y superar.
Ora para que las naciones transciendan las purificaciones de este tiempo, y que en el auge del calvario de este mundo estén los seres capaces de perdonar y de amar por encima de todas las cosas.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
En los cuarenta días del desierto, tu Señor no solo fortaleció Su Espíritu y Su unión con el Padre sino que Él experimentó en Su Corazón, por primera vez, el sufrimiento del mundo entero y supo lo que era cargar la Cruz de los pecados de cada ser de esta Tierra.
Su silencio sustentaba Su mundo interior y lo elevaba más allá de los dolores humanos, para llegar al Corazón del Padre y saber que Su Amor iba más allá de cualquier sacrificio.
Hoy, hijo, eres invitado a ingresar en el desierto de tu corazón, para contemplar allí este planeta, para preparar tu mundo interior para lo que vendrá, para experimentar en ti mismo lo que es la transición de los tiempos y, sobre todo, para fortalecer tu unión con Dios, ingresando en Su Corazón y sabiendo que no hay nada en esta Tierra que pueda superar la necesidad de llegar al Padre. Su Amor justifica todas las cosas.
Todo esfuerzo, sacrificio y oferta hechos con el propio corazón son justificados por el Amor de Dios.
Toda humillación, vacío, desierto, soledad y silencio son justificados por el Amor de Dios.
Todo servicio, entrega incansable, renuncia y pruebas son justificados por el Amor de Dios.
En el Amor de Dios todo se disuelve y se pacifica, todo encuentra sentido y valor, porque en Él todo se puede renovar. Por eso ve, hijo, y busca ese Amor. Él será tu sustento, él justificará tu existencia, él dará sentido a tu vida sobre la Tierra.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hijo e hija Mía:
Si tú no cambias, nadie podrá hacerte cambiar.
El cambio de tu consciencia prometerá transformaciones y renuncias, exigencias internas y desafíos.
Si tú no cambias, nunca te elevarás para poder reconocer en ti la acción de la Divina Voluntad.
Dios tiene para cada alma un perfecto Designio, pero el Padre Celestial nunca te exigirá vivirlo.
Esa es la razón por la cual las almas del mundo sufren y se lamentan por estar resistiéndose a vivir y a experimentar la Voluntad de Dios.
Vivir la Voluntad Divina es hacer y cumplir lo que va más allá del gusto o del parecer de la consciencia.
No cumplir, en este tiempo, con lo que el Padre necesita de cada uno de Sus hijos es darle la espalda al Universo.
Resistirse a cumplir la Voluntad Mayor para vivir la voluntad propia siempre desembocará en un destino incierto.
Hay ejemplos claros en la historia de la humanidad de los efectos de la propia voluntad.
Vivir la Voluntad de Dios es liberarse de sí mismo todos los días, es trabajar un poco más con la humildad, es entregarse completamente, incluso con limitaciones. Pero sobre todo, es confiar y amar más allá de sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Treinta y tres son las constelaciones principales de este Universo que llevan adelante la vida evolutiva, lugares de los cuales muchos provienen y que han venido con un motivo especial a la Tierra, para formar parte de esta escuela de redención y de perdón que Mi Hijo les viene ofreciendo desde el principio.
Nadie podrá entrar al Reino de Dios sin antes pasar por esta escuela.
Es necesario que el Universo se vuelva a recrear en base a sentimientos de paz, de amor y de caridad, en base a experiencias de redención y de perdón; de un sentimiento capaz de ir más allá de todo, así como lo hizo Mi Hijo hasta el último momento en lo alto de la Cruz.
Pero Él reunió en aquel tiempo a todos los que necesitaban de redención y de perdón, no sólo los que estaban presentes durante el acontecimiento de la Pasión de Mi Hijo recibieron esa gran oportunidad universal, sino también todas las constelaciones que forman parte de este sistema de vida, del cual la Tierra también forma parte desde hace mucho tiempo.
Pero para que esta humanidad alcance un nuevo estado de consciencia, será necesario vivir la escuela de la redención y del perdón colocando a los pies del Creador todos los acontecimientos, todas las experiencias y todos los hechos que modificaron Su divino Plan de Amor.
Por eso, hijos Míos, hoy les digo a todas las criaturas de la Tierra que estamos ya en el tiempo de vivir esa redención, para poder definitivamente trascender el sufrimiento y las secuelas que el dolor deja en la vida de los seres humanos.
Ya no es necesario aprender más de los errores, es necesario aprender del amor, de un amor incondicional y vivo que es capaz de dar la vida por el otro, así como Mi Hijo la dio por cada uno de ustedes.
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo en la Tierra y vivió Su Pasión, se abrió la puerta de la gran oportunidad para la humanidad y aún esa puerta está abierta a pesar de los errores presentes, es la puerta que Nosotros cruzamos cada vez que venimos del Universo a la Tierra para anunciar la Palabra de Dios, para entregar las gracias a Mis hijos y para dar nuevas oportunidades a todos los que las despreciaron por alguna razón.
Todos, absolutamente todos, están ante esa puerta de redención. Esto va más allá de la religión, de la sociedad, de los pueblos o de las naciones. Va más allá de los errores que hayan cometido en el Universo porque esa puerta está abierta por el Amor de Dios, por el Amor que Él tiene por cada uno de Sus hijos, a pesar del desprecio que Él recibe en este tiempo.
Eso también es obra de la divina e insondable Misericordia, a fin de que todas las criaturas que vinieron del Universo, y que hoy están presentes en esta humanidad, no pierdan esa oportunidad de redimirse y de amar incondicionalmente así como Jesús los amó.
Ante la revelación de estos tiempos es importante tener consciencia de lo que estamos viviendo, hijos Míos, porque esa oportunidad que hoy ustedes reciben, también la pueden recibir sus hermanos del mundo entero, buscando de una manera precisa y objetiva que las almas puedan despertar a lo que vinieron a realizar a la Tierra y puedan hacer parte de sí el Plan Divino de nuestro amado Padre Creador.
El Universo no sólo gira en torno a este mundo. El Universo es algo más que el Universo en sí. Él es más amplio de lo que parece, más vasto de lo que tiene, más infinito de lo que posee.
El Universo aún está por mostrarse a la humanidad. Sólo en los últimos tiempos, el Universo se mostró a través de la Jerarquía espiritual, con el fin de buscar el despertar de la humanidad, con el fin de entregar la advertencia de estar desviándose del Propósito de Dios, yendo por el camino de la autodestrucción.
Por eso la intervención divina se da de tiempo en tiempo, así como la intervención de la Jerarquía espiritual en diferentes regiones del planeta, con diferentes culturas y con distintos impulsos de luz que llegan de la Fuente de la Creación para traer consciencia al hombre de superficie.
Es así que hoy el mundo entero, en este día 13 de marzo de 2019, está ante la presencia de su origen, de la oportunidad de recapacitar espiritualmente y de enmendar todos los hechos por más que ellos sean desconocidos y lejanos.
Hoy los primeros velos de la consciencia caen de sus rostros para que puedan ver la realidad que deberá ser redimida y perdonada, porque esa realidad ya no estará en la Nueva Tierra, no estará en el sentimiento ni en la consciencia de la Nueva Humanidad. Todo, absolutamente todo, será transformado especialmente en este tiempo de transición y de caos.
La ampliación y la profundización del amor en la consciencia del ser humano, será la gran llave del fin de estos tiempos que podrá remediar el caos que existe en las naciones, traer paz donde ya no existe y fraternidad donde hoy no se vive.
Esa llave del amor que está en sus manos y especialmente en sus corazones, será la puerta que Cristo utilizará para retornar a la Tierra.
No será una alegoría, será una realidad viva que llegará de la noche a la mañana.
Por eso, es el tiempo de que el mundo entero resuelva sus deudas, perdone sus conflictos y trascienda los errores por la ayuda de la intervención divina que en este día el Universo les da.
Cada nueva consagración de Hijos de María es la oportunidad de ampliar ese conocimiento divino y de aproximar esta revelación a la consciencia humana, de lo que existe en el Universo, así como de lo que existe dentro del universo interior de cada ser.
Este es el momento en donde se puede profundizar el conocimiento, en donde las almas se pueden volver más conscientes de todo lo que hicieron para poder enmendarlo y perdonarlo, para poder vivir finalmente el propósito que los trajo aquí.
Por eso hoy la consagración de Hijos de María será especial para Mí, porque va más allá de su persona, va más allá de sus espíritus, llega muy cerca del Propósito Divino, del motivo principal y primordial que esta consagración generará en la humanidad y no solo en un grupo de personas.
Con esa expansión de consciencia es que hoy los llamo aquí para que vengan a consagrarse, porque estarán haciendo votos no solo con sus mundos internos, con el propósito que los trajo aquí, sino también estarán haciendo un voto con la humanidad, sabiendo que la humanidad finalmente deberá aprender a vivir la Voluntad de Dios, que ya no será necesario pasar por tantos errores y sufrimientos para poder aprender algo.
Hoy es la escuela del Amor que Yo les ofrezco a los Hijos de María, especialmente a los que hoy se consagran y colocan a Mis pies la oferta de su corazón y de su vida para alcanzar algún día la Voluntad de Dios.
Que hoy la llama espiritual de sus corazones esté encendida para que la sabiduría esté presente en la Tierra, más allá de los acontecimientos o de las pruebas, para que siempre la Sabiduría de Dios, como una llama viva, los lleve al Amor de Dios y a la experiencia del perdón, que deberá ser vivida en este tiempo con profunda sinceridad y verdad.
Escuchando el himno de su consagración, hoy volvemos a renovar los votos ante el Padre Celestial en el camino de la persistencia y de la fe, de la constancia, de la caridad y del bien por encima de todo mal o de toda prueba, de toda dificultad o de toda enfermedad, confiando plenamente en la Presencia de la Divina Gracia, en el Universo de la Misericordia de Dios, que en esta noche los congrega en la Presencia del Divino Espíritu para consagrarlos y bendecirlos, en el nombre del Amor.
Que estas flores que fueron colocadas hoy a Mis pies, no sólo sean recibidas por los que hoy se consagrarán, sino por todos los que están aquí, que Me acompañaron aquí, hasta Aurora, para apoyar a su Madre Celeste en este impulso de la nueva revelación que el Universo de Dios les está entregando para que se pueda vivir el perdón y la redención.
Que estas flores que hoy dejaron a Mis pies les recuerde el retorno a sus orígenes, a su esencia interior, a su pureza original, a su verdad, la verdad que Dios les colocó desde el principio como esencias, como almas, como espíritus.
Que estas flores, estas rosas, les recuerden siempre la Verdad de Dios, y especialmente la infinidad de Su Amor y de Su Sabiduría, presente y viva en toda la Creación.
Que sus vidas, hijos Míos, algún día se conviertan en una flor, para que la Luz del Cristo, del Cristo vivo, se irradie a la Tierra, Amén.
Yo los bendigo, los consagro y los despierto a la verdad universal, a la verdad del amor, a la verdad de la sabiduría y de la cura que todos los seres pueden vivir para alcanzar la felicidad celestial de estar en Dios y con Dios para siempre.
Yo los bendigo, con la autoridad que Mi Hijo Me concedió y por los méritos de Su preciosísima y divina Pasión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pueden cantar.
Les agradezco
Si las almas de la Tierra obedecieran, de corazón, los pedidos de Dios, no habría razón ni motivo de vivir el sufrimiento, las penas y el dolor.
La falta de obediencia es la falta de adhesión incondicional.
Hasta los días de hoy, el ser humano de superficie fortaleció su característica de ser desobediente e indiferente a lo divino, o al llamado de Dios.
Esa también es la razón por la cual las almas demoran mucho para poder encontrar el camino y el propósito que las trajo aquí a la Tierra.
Y aun cuando las almas finalmente encuentran el camino y la puerta del propósito está ante ellas, para que la puedan atravesar y transitar por el sendero de la obediencia a Dios, aun así, los seres humanos subestiman esa oportunidad, esa gracia, respondiendo a ese momento único con suma desobediencia.
La raíz de la desobediencia está en el abuso del uso del poder, de la autoridad o del “permiso” que los seres humanos creen tener en este planeta y dentro de este Universo.No existe nada más lejos para el ser humano y para las almas que creer tener poder o autoridad en alguna situación.
La llave que revierte este estado primitivo de consciencia es la humildad; una humildad que tiene que estar libre de intereses y libre de beneficios propios.
Pero para vencer la desobediencia no basta solo decir "sí" a la Divina Voluntad, sino que será necesario aprender a encarnar la obediencia en sí mismos para poder percibir cuántas veces el ser humano hace lo que piensa o lo que cree.
En este tiempo la desobediencia podría poner en riesgo el camino evolutivo de las almas. Solo basta mirar alrededor y ver cómo se encuentra la realidad planetaria por tanta desobediencia.
Una y otra vez hay que retomar el camino de la humildad hasta que la consciencia consiga salir de la creencia de que puede llevar adelante su vida sin Dios; así como de la creencia que lleva a la consciencia a colocar ciertos requisitos, aun siendo con Dios, que hacen de la vida espiritual un destino lleno de pruebas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy nos volvemos a reunir y a unir, de corazón a corazón, para atender y orar por la grave situación mundial, efecto del desequilibrio en todos los Reinos, principalmente en el Reino Humano por el uso desmedido del poder.
Todos estos acontecimientos, hijos Míos, llevan a que la humanidad viva y sufra un desorden que también se refleja en la vida del espíritu.
Por eso, hijos amados, este es el tiempo de la oración por las naciones, porque orando por cada uno de los pueblos y de las culturas estarán orando por su planeta, el que también padece, silenciosamente, las agresiones del ser humano.
Pero tengan fe en el despertar de la consciencia, en la posibilidad de que, a través de la oración y del servicio altruista, ustedes podrán aliviar la consciencia mental de la humanidad.
Mientras tanto, hijos Míos, necesito un ejército de almas orantes que acompañen a su Madre Celestial en el propósito de traer la paz al mundo, cada vez más, y alcanzar el fin del sufrimiento.
Este es el tiempo de ver despertar y florecer en su interior las virtudes que Mi Hijo les entregó, para que sus talentos estén al servicio del Plan de Amor y de Redención.
Orar por las naciones también significa orar por los ángeles de las naciones, los que en este tiempo padecen las consecuencias de las decisiones que los pueblos adoptan como modelo de vida social y espiritual.
Hoy, por medio de la unión de nuestras voces, abramos los Cielos, confiando y sintiendo el descenso de la Gracia como un afluente que purifica las naciones y cura los corazones ante toda adversidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Solo una madre sabe y siente lo que significa perder a un hijo.
Una buena madre conoce más allá de la apariencia o de los sentidos lo que significa perder a un hijo a nivel espiritual o material.
Solo una madre es capaz de comprender y de acompañar lo que significa perder a un hijo, en algún sentido.
Solo una buena madre es capaz de ver lo que significa no tener más a su hijo en el camino adecuado, que es el camino de la luz y de la consagración.
Solo una buena madre es capaz de sostener con su amor maternal lo que significa perder a un hijo y ver su partida.
Una buena madre que gestó a sus hijos sabe lo que representa una pérdida espiritual o humana.
La buena madre sabe lo que significa no tener más en su camino a quien nació de su vientre.
Por eso la madre es la que más padece y sufre porque ella solo desea que se cumpla el bien en quienes crio y amó con tanto esmero y entrega.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A veces las almas pierden la unión Conmigo, porque pierden la fe en todo lo que he pensado para ellas, lo que trae como resultado la vivencia y la experiencia del sufrimiento.
Por esa razón, la llave fundamental está en la entrega de las almas al Corazón del Redentor, porque en esa entrega las almas tienen la posibilidad de trascender el control y el poder sobre las cosas.
Al contrario, cuando las almas no viven de verdad esa entrega, por diferentes razones, ellas se sumergen en las corrientes del mundo y quedan vulnerables, sin protección ni resguardo de la energía divina.
Esto sucede porque las almas no tienen la seguridad y el impulso suficientes para dejarse transformar por algo superior y desconocido a sus raíces.
El puente de la entrega permitirá que el alma siempre se beneficie, permitirá que todo se supere y se trascienda. Solo el alma debe dar el permiso para poder hacerlo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La Sangre que aún derraman Mis Llagas expresan el dolor que todavía Me ocasiona el mundo con sus actos, decisiones y engaños. Eso es proporcional a la Sangre que derraman Mis Manos, Pies y Costado.
¿Quién Me aliviará y Me curará?
Es verdad que no necesito de almas perfectas, sino de almas buenas, por más defectos que tengan.
Es muy grande lo que Me hace sentir el mundo todos los días, aunque en verdad no existe ningún remedio que Me pueda sanar.
Por eso, es a través de Mis servidores que Yo Me apoyo, completamente, para llevar adelante Mi Obra de Amor y de Redención.
Necesito que esta Sangre que Mis Llagas hoy derraman sea recogida por el cántaro de sus oraciones y súplicas, así el alivio interior llegará para todos.
Los animo a compartir Mi sufrimiento y a hacerlo parte de ustedes para que, dentro de este ciclo, la Misericordia pueda descender y actuar en todas las almas.
Que Mi Sacrificio, el que una vez viví, sea recordado todo el tiempo para que el mundo no pierda la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Yo Soy como el agua que sacia toda la sed interior, quien viene a Mí nunca sentirá sed y siempre estará colmado por Mi Manantial.
Soy el agua que sacia toda la sed interior, Soy quien proporciona la luz superior para las almas. Todos los que se dirigen a Mí recibirán lo que necesitan. Siempre atenderé todo lo que Me pidan, porque, para Mí, las almas y su salvación están primero.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy quien socorre al corazón que suplica y que clama por el Señor.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy quien escucha al espíritu sufrido, Soy quien lo alivia en su momento de mayor dolor.
Soy todo lo que tú creas que Soy, porque provengo de una Fuente infinita y hacia esa Fuente elevo a todos los que llaman por Mi Nombre.
Soy el agua que sacia la sed interior, Soy el Pastor, pero también Soy el Peregrino. Soy el motivo de tu vida y la razón de tu existir.
Yo Soy el que Soy.
¡Les agradezco por saciar su sed interior en Mí!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hoy vengo junto a Mi pequeño y amado Hijo, como la Señora de la Daga para poder cortar, a nivel espiritual, todo lo que causa el dolor y el sufrimiento en las almas que fielmente siguen a Cristo.
Hoy vengo como la Señora de la Daga para que Mis hijos encuentren el sendero del alivio y salgan del camino del sufrimiento.
Por eso, como la Señora de la Daga, Me presento para poder abrir los caminos de aquellos que los tienen cerrados, de los que están perturbados y perdidos por las fuerzas del caos.
Soy la Señora de la Daga y junto a Mi Hijo traemos la esencia de la Justicia de Dios, sin dejar de atender a los que más necesitan y precisan de la ayuda del Señor.
Hoy Me presento, junto a Mi Hijo, como la Señora de la Daga para dar testimonio a todos del poder de la divina protección, reflejado en la presencia de los ejércitos celestiales y de las huestes guerreras de San Miguel Arcángel.
Hoy llego como la Señora de la Daga y dejo para Mis hijos la emblemática confianza de Dios, aquella ciencia que siempre los protege y los ampara de cualquier peligro.
En Mi Daga de Luz está la redención del mal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El tiempo de la purificación de cada alma, de cada consciencia, remite al momento de poder librarse conscientemente de muchas experiencias espirituales pasadas, las que comprometieron el caminar y la evolución en los grados de amor.
Por esa razón, desprenderse de esa historia anterior significa abrirse sin miedo y dejar atrás cualquier resistencia que pueda interferir.
Este es el tiempo de hacer una síntesis de la vida para poder cerrar muchas puertas internas que solo los conducen hacia estados de consciencia de sufrimiento y de dolor.
El tiempo de la purificación permite poder pasar hacia una nueva etapa, la que colocará a cada consciencia en otro escalón del despertar y de la redención.
El momento de conocer la realidad de cada uno es como enfrentarse a algo que no tendría solución. Pero por medio de la Gracia y de la Misericordia las consciencias pueden curar el pasado, animándose a dar más pasos en el amor y en la compasión.
Siguiendo los pasos de la Jerarquía, las almas alcanzarán la paz al saber que ya están en otra escuela.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Compañeros Míos:
En el fin de este tiempo, en el que la situación planetaria demanda mucha asistencia, la Jerarquía Espiritual redobla los esfuerzos para poder auxiliar y socorrer en todas las necesidades internas y externas.
En este sentido, la Jerarquía intenta contener y sostener las situaciones más urgentes de la humanidad, especialmente aquellas que implican más trabajo y esfuerzo.
Para poder sostener puntos de conflicto o de desorden social, como son las crisis humanitarias, la Jerarquía se sirve de aquellas consciencias que, viviendo un verdadero acto de donación, podrán contrarrestar el desequilibrio y la desigualdad.
Es así que el apoyo espiritual y humano necesario para esas misiones sociales tiene un límite de sustentación y de empeño.
Con esto quiero colocar el ejemplo de las misiones humanitarias actuales, las que están en permanente acción de servicio, a fin de resolver una situación, que le correspondería a todos como humanidad.
Pero en ciertos momentos debe haber una pausa, para poder recomponerse y reflexionar sobre los próximos pasos, porque existe una tarea oculta y silenciosa que se da en las misiones, una tarea que neutraliza muchas faltas cometidas y disuelve muchos sufrimientos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Soy la Madre de la Piedad infinita, recibo a todos Mis hijos en Mi Materno Corazón, sin importar su condición y su estado interior.
Soy la Madre de la Piedad infinita, la que contempla con ojos de misericordia a las criaturas de Dios y las colma con Su Luz y Su Fe.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la que comprende más allá de todo motivo. Soy la Madre que acoge las dificultades de Sus hijos. Soy la Madre que ayuda silenciosamente a resolver lo que parece imposible.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la que escucha el corazón dolido, el alma herida y el espíritu sufrido. Soy la Madre que guía y que muestra una solución. Soy la Madre que aconseja y que sostiene los casos más difíciles.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la Madre que auxilia a Sus hijos más perdidos. Soy la Madre que protege el camino de los que se entregaron a Cristo.
Soy la Madre de la Piedad infinita, Soy la Madre que los quiere llevar a la paz y al bien. Soy quien ama a cada hijo de Dios, así como es y sin preferencias. Soy la Madre que todo lo considera.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La luz de Aurora es una luz actuante y oculta. Ella anuncia el nuevo tiempo porque la luz de Aurora todo renovará.
Es la Luz de Dios que se dona incansablemente y solo deja señales marcadas en el cielo de su eterna gratitud.
Esta luz predomina a través de los tiempos. No puede ser derrotada ni disipada porque es luz, y la luz de Aurora es flameante como una llama en el día y, sobre todo, en la noche.
La luz de Aurora actúa en la cura y les promete a los corazones la redención para que se abran las puertas a la rehabilitación.
Esta luz abraza gran parte del Universo porque su origen no es de la Tierra.
La luz de Aurora derrama sus dones y sostiene a quien la invoca.
Es una luz que borra el dolor, el sufrimiento y eleva a la consciencia, solamente, para que viva el encuentro con Dios.
La luz de Aurora reaparecerá y los corazones cantarán su victoria.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Me verán venir al mundo, abriendo los Cielos como un poderoso haz de luz y bendeciré a toda la Tierra, de Oriente a Occidente y de Norte a Sur.
Tendré en Mi Mano el Cetro de la Luz de Dios e irradiaré, para todos, la Gracia de la Fuente Suprema.
No dejaré criatura ni alma alguna sin recibir la Gracia y la Misericordia de Mi Divino Espíritu.
Colmaré las esencias con los más preciosos Códigos del Cielo y coronaré a los corazones que se mantuvieron constantes y firmes en Mí hasta el final.
Concederé la paz a todos los que hayan clamado por ella y les daré el bálsamo de Mi Amor a los discípulos de los últimos tiempos. Así se concretará Mi Victoria.
Los corazones ya no recordarán ni el sufrimiento ni el dolor.
Los llevaré a todos hacia Mi Padre, para que lo puedan sentir y conocer de cerca.
Y los misterios del Universo al fin serán revelados, porque se cumplirá el Plan; primero dentro de los seres y, por último, en toda la Tierra.
¡Les agradezco por confiar en Mis Palabras!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Deja fluir dentro de ti el Amor Crístico del Señor para que, por medio de tu donación y entrega al Plan de Dios, cada espacio sea permeado por esa poderosa energía transfiguradora.
Deja que pueda fluir a través de ti el Amor Crístico de Dios, para que cada consciencia reciba lo que necesita y pueda sentir la paz de un apóstol de Cristo.
Deja fluir a través de ti el Amor Crístico del Señor, para que el sufrimiento de la humanidad sea aliviado y la cura interior sea alcanzada por la mayoría de las almas.
Deja fluir a través de ti el Amor Crístico del Señor, para que cada Reino de la Naturaleza pueda sentir el amor de los seres humanos.
Deja fluir a través de ti la Presencia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Un corazón arrepentido es un corazón que se aproxima a la verdad, porque él mismo pone en evidencia todo lo que vivió y experimentó, más allá de los errores o de los aciertos.
Un corazón arrepentido de verdad es un corazón que se abre a la conversión y, de esa forma, se le concede el Perdón de Dios.
Ese corazón arrepentido puede recorrer, nuevamente, el camino de la confianza y de la renovación. Es un corazón que aprende a perder sus más desconocidos miedos, porque los enfrenta y los trabaja de una manera consciente con el fin de transformar toda una experiencia de vida, de sufrimiento y de dolor.
Un corazón arrepentido de verdad vuelve a escuchar lo que antes se resistía y le producía conflicto, porque el propio arrepentimiento lo lleva a la caída de las estructuras de la consciencia, para dar lugar a la tarea y a la misión del mundo interno, el que deberá aportar, al Plan de Dios, los talentos que lo trajeron a cumplir el propósito de su encarnación.
Un corazón arrepentido es capaz de establecer la paz en su interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Acto de Reverencia y de Amor a los Reinos de la Naturaleza
Quisiera ser como un pájaro
para solo alabar y cantarle a Dios.
Quisiera ser como el agua de los océanos
para solo espejar la Paz de Dios.
Quisiera ser como un árbol
que se eleva hasta lo alto para alcanzar el Reino de Dios.
Quisiera ser como una flor
que se abre cada mañana para mostrar su devoción por Dios.
Quisiera ser como una planta
que adorna los ambientes para dejarlos llenos de armonía y de luz.
Quisiera ser como un delfín
que entre las olas se supera para alcanzar a Dios.
Quisiera ser como un girasol
que se abre todos los días para recibir la luz del Sol.
Quisiera ser como un cristal
que guarda lo más bello que tiene
para expresar su amor por la Creación.
Quisiera ser como el viento
que sopla fuerte y constante para llegar con el amor
a todos los rincones de la Tierra.
Quisiera ser como el fuego
para iluminar los días de oscuridad.
Quisiera ser como la tierra
que se dona incansablemente para ser el vientre
que gesta una y otra vez a la Creación.
Solo quisiera que no se cortaran los árboles
para no dejar al planeta sin seres que se elevan hacia Dios.
Solo quisiera que no se cazaran las aves
para que la Tierra no quedara sin seres que alaban a Dios con plenitud.
Solo quisiera que no se transgrediera más la tierra con tóxicos y químicos
para que la humanidad no se quedara sin alimentos vivos.
Solo quisiera que ya no se contaminaran más los océanos
para que la vida marina no muriera pronto
y los mares ya no espejaran la paz.
Solo quisiera que el ser humano tomara consciencia
de que el planeta es nuestra casa y que de él dependemos para poder vivir.
Solo aspiro a que todos estemos en comunión con los Reinos
para que, por un instante, podamos sentir su constante sufrimiento
y así los aliviemos, sin transgredir más a la Creación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ven, quédate refugiado dentro del Templo de Mi Corazón y sírvete de la plenitud del Amor que el Padre Celestial Me concedió.
Ven, despójate de los sufrimientos, de las agonías y de todo lo que te aleja de Mi Presencia.
Confía en Mí y renuévate. Renuévate todos los días, abrazando con gratitud y celebrando con alegría el triunfo del Padre Celestial en tu vida.
Ven, quédate en Mi Corazón. Siente el poder y la expansión de Mi Amor.
Guarda dentro de ti el ánimo inextinguible de poder estar en Dios y que, a pesar de lo que suceda, puedas seguir cumpliendo con la Divina Voluntad.
Ven, quédate dentro de Mi Corazón y te colmarás de nuevos atributos que te ayudarán a sostener la cruz de estos tiempos.
Ven, quédate en Mi Corazón. Recibe de Tu Maestro todo el Amor y toda la Gracia para que se cumpla Mi Victoria en ti.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más