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Queridos hijos:
Hoy celebro junto a ustedes la oportunidad divina de haber descendido desde el Cielo a la Tierra para pedirles, como una vez en Fátima, oración por la paz.
Hoy, con Mi Inmaculado Corazón expuesto como luz para el mundo, vuelvo aquí después de noventa y nueve años para repetirles incansablemente el mismo pedido: recemos por la paz y por el fin de las guerras.
En aquel tiempo, Lis-Fátima despertó y trajo para la humanidad la Misericordia y la Pureza que ella había perdido, y Vuestra Madre Celeste vino para pedir a todos la consagración de las naciones al Inmaculado Corazón, una misión que aún está vigente para toda la humanidad.
Hoy Lis-Fátima muestra al mundo la pureza de su Santuario Interior, para que los corazones recuerden que deben despertar a su pureza original y vivirla.
En este día, queridos hijos, en el que Mis ojos observan al mundo y al mismo tiempo observan la gran tarea espiritual y divina del Centro de Fátima, quisiera que sus vidas estuvieran en verdadera ofrenda y donadas para el cumplimiento de Mis planes marianos en estos tiempos.
Traigo para ustedes la presencia angelical, la incalculable fuente de amor y de paz para un mundo indiferente. Por eso, Mis hijos, reparen Mi Corazón y así repararán el Corazón de Dios de todas las ofensas e indiferencias cometidas por los que no escuchan y por los que niegan Mi divino llamado.
Trabajen Conmigo como soldados de la oración y, por medio del verbo elevado, cierren las puertas a los infiernos de este mundo. Sean Mis testigos en este tiempo y confirmen su cooperación con el Plan de Dios, aún hay mucho por hacer y ya no hay tiempo.
Abiertos de corazón, alivien el Corazón de Vuestra Madre de tanta ingratitud. Unidos a Mí, proclamen la victoria de Mi Sagrado Corazón en todo el planeta.
Los jardines de Lis aún los esperan para que puedan entrar y renovar sus consciencias en la fuente de la pureza original.
Mi Gracia hoy se manifestará en cada peregrino, en cada alma que encienda su vela aquí en este Centro de Amor(1), como también en el Santuario de Fátima, para así responder al plan de paz y confirmar su fe ante el Señor.
Como el 13 de mayo de 1917, queridos hijos, hoy los estoy llamando a un servicio de amor por el planeta y por la humanidad. Mi pedido es que escuchen y respondan a los planes que Vuestra Madre les manifiesta en este tiempo. Para eso, hijos, los jardines de Lis manifiestan su belleza y su pureza esencial para que ustedes, en oración y alabanza, declaren al mundo que la Reina del Cielo nuevamente llegará.
Permitan, hijos, que finalmente sus vidas sean curadas y que renazcan por el impulso mariano de Mi Espíritu para que se formen como soldados de la paz.
Todos los campanarios de Lis-Fátima serán tocados por los ángeles del Cielo. Hoy todas las puertas del Universo de Dios estarán abiertas para recibir la ofrenda de cada corazón orante.
Yo estaré con Mis hijos en oración y unión maternal, estaré con las almas que acogerán a Lis-Fátima en sus corazones.
Contemplen Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Desde el Centro Sagrado de Fátima ora con ustedes por el mundo y por la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Santísimo Rosario
(1)La Virgen María se refiere al Centro Mariano de Aurora, en la ciudad de Paysandú, Uruguay
Queridos hijos:
Yo estoy presente todos los días en los lugares más simples e inhóspitos del mundo, por ejemplo, en este simple jardín consagrado a Mi materno Corazón.
Es de esa forma, hijos, que Yo desearía estar en vuestros corazones todo el tiempo, para guiarlos hacia Jesús y Su Divino Reino.
En este día, vengo también como la Señora de los Treinta y Tres para fortalecer en los planos internos la misión espiritual de Uruguay y de todo su pueblo, que debe decididamente crecer en la santidad y el servicio a Dios.
Por eso, en este mes de mayo, los grupos de la Red-Luz de Uruguay y luego los grupos de toda América serán colocados en una importante misión confederada que abrirá las puertas al conocimiento, al entrenamiento y, sobre todo, a la unión de todas las consciencias que quieren seguir la Ley de la Jerarquía.
Si esa adhesión y respuesta fuera tan positiva y madura, como otras respuestas anteriores que los grupos ya dieron, América como continente contará con un apoyo espiritual inexplicable durante el momento más agudo de su purificación, y en esa misión confederada los grupos estarán más firmes para ayudar ampliamente y sin fronteras durante la crisis planetaria.
Así, queridos hijos, vuestra Madre Celeste estará al comando interno de esa tarea espiritual que intentará desplazar del destino de las Américas, gravísimos problemas sociales, ambientales y políticos que descontrolarían a toda la humanidad aquí presente.
Es así, que hoy estoy fundando nuevamente la Red-Luz de oración, que será en este tiempo uno de los brazos actuantes de la Red-Luz planetaria. La Red-Luz de oración será una consciencia más abierta y acogerá a todos los que aspiren a vivir las pautas de oración de los Mensajeros Divinos, pero que hasta este momento no consiguen consagrarse como Red-Luz planetaria.
La Red-Luz de oración será como la Red-Luz de servicio o la Red-Luz de cura, y podrá estar integrada por colaboradores principiantes, servidores y peregrinos que estén aprendiendo a dar los primeros pasos en la tarea con la Jerarquía.
Por eso, los más de 300 grupos que forman la Red-Luz planetaria en el mundo serán los acogedores y guardianes de esas almas que se han formado dentro de la Red-Luz de oración, de servicio y de cura, y que estará unida a los núcleos de servicio como a las diferentes ciudades desde donde provengan nuevos integrantes.
La reestructuración de esta red de oración, de servicio y de cura es para responder a la demanda de nuevos integrantes que aún no pasaron por la instrucción, pero que tienen el impulso de unirse a una propuesta más abierta como es la oración, el servicio y la cura, tareas que también podrán estar unidas al servicio de la Red-Luz misionera.
En todo esto la Red-Luz planetaria en cada región y ciudad irá formando a los nuevos rebaños que irán llegando, esto será para todos los grupos de la Red-Luz planetaria un gran servicio por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la formación de los nuevos apóstoles,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Para que la Campaña por la Paz pueda ser una verdadera realidad en el mundo, primero la paz debe estar presente en sus corazones.
La Campaña de la Juventud por la Paz espera nacer en la ciudad de Florianópolis y que que esta campaña enseguida se difunda por los estados de Paraná y Rio Grande do Sul, los cuales junto con el estado de Santa Catarina serán el epicentro de esta campaña, que después se expandirá por todo el Brasil, América Latina y finalmente por el mundo.
A partir del comienzo de la Campaña por la Paz con el Festival de la Juventud por la Paz y que todos los jóvenes del Brasil se congreguen en Florianópolis para el primer encuentro, será el momento, hijos Míos, que se difunda en las diferentes universidades regionales de Santa Catarina, Paraná y Rio Grande do Sul. De la juventud estudiantil partirá el primer impulso que después se extenderá a las demás universidades del Brasil.
Es así, queridos hijos, que el primer Festival de la Juventud, a realizarse en el mes de julio en la ciudad de Florianópolis, tendrá espacios de servicio a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza; también espacios de arte y de música, fuentes de expresión de la juventud, que deberá expresar fraternidad, armonía y amor por el planeta.
Cuando se realice el primer Festival de la Juventud, encuentro ecuménico que estará apoyado por empresas que puedan contribuir con la Campaña de la Juventud por la Paz, las universidades de Brasil, a través de los jóvenes que participen de estos encuentros podrán extender esta invitación por la paz a otras universidades del mundo.
Será de esa forma, que el primer Festival de la Juventud por la Paz tendrá su propio sello discográfico, para que todo lo creado por los jóvenes pueda ser difundido a otros lugares del planeta. Ese sello discográfico será el mismo que fundará la Asociación María para amparar las artes musicales creadas.
Este impulso de la Campaña de la Juventud por la Paz espera llegar a los corazones no creyentes para que crean en Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión al espíritu de la juventud,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos presentes:
Con el Arcángel Miguel ante la presencia de ustedes, Me dirijo hoy especialmente a aquellos que nunca tuvieron la Gracia de conocerme porque, en este día, Vuestra Madre del Universo viene a su encuentro para abrir el camino a la conversión, a la misericordia y al perdón.
Cada uno de ustedes, hijos presentes, hasta ahora ha vivido una trayectoria en esta vida; ahora, el Padre de todo el Universo, los llama al despertar interior y al reencuentro de la verdadera vida espiritual a través de los impulsos sublimes de la oración, del servicio y de la fraternidad.
En este día, Mi Gracia de Madre los reúne para enseñarles el camino de su verdadera libertad y así, ustedes, ante el Sagrado Hijo del Universo, aprenderán a amar y a sonreír nuevamente a la vida, lejos del sufrimiento interior.
Es por eso, Mis hijos, que Vuestra Madre los ha escogido a cada uno de ustedes para que se consagren a Mi Inmaculado Corazón; Corazón puro y bondadoso que se dona a ustedes para sacarlos de la prisión de la vida material, del engaño y del error.
Hijos amados, en este día en donde el Universo abrió una puerta de liberación y de paz en este lugar, los llamo a dar ese sagrado paso en nombre de todos los jóvenes del mundo que son llevados al camino de la perdición y de la falsa realidad.
Yo los adoro a todos como almas, Mis amados jóvenes; permitan en esta hora aguda de la Tierra que despierte en ustedes definitivamente la semilla crística del amor y de la redención.
Ustedes, dando este primer paso que Yo les pido, conocerán la verdadera luz del Cielo que hoy amorosamente ha tocado este lugar por bendita y plena Misericordia.
No quiero convertirlos, hijos Míos, Yo deseo llevarlos a la verdad, al servicio y a la entrega por la humanidad.
Mi consuelo esté sobre ustedes para que, animados por Mí, alcancen la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz.
Al final del mensaje, la Madre Divina en la presencia de San José, pidió que en este lugar llamado “Pedra Branca” se levante dentro de la floresta una pequeña gruta con la imagen de la Reina de la Paz. También la Madre Divina pidió que se construya el piso de este lugar de oración con la ayuda de la Red-Luz y que la propia Red- Luz continúe apoyando la tarea de oración con los grupos de jóvenes.
Nuestra Señora les dijo a los jóvenes presentes:
“Queridos hijos, aquí Yo seré la Madre de todos los perdidos. Deseo tener aquí mediadores de la oración entre el Cielo y la Tierra”.
La Campaña Juvenil por la Paz que deberá nacer en Florianópolis y más tarde extenderse por el mundo entero, dará a todos Mis hijos la oportunidad de reencontrar el sentido de la vida espiritual elevada ya no más a través de las drogas, sino en una vida de servicio altruista y de oración, fuentes seguras que ellos encontrarán para la elevación de sus almas.
Esta Campaña Juvenil por la Paz espera atender las necesidades de los más jóvenes a través de la Instrucción sobre los verdaderos valores de una vida digna y espiritual en este tiempo.
Eso será posible, queridos hijos, porque la Campaña Juvenil por la Paz atenderá la solicitud de los más jóvenes sobre la comprensión de la vida espiritual y del Universo en su totalidad: del macro cosmos.
La Campaña Juvenil por la Paz pretende tener como base la fuente de la expresión a través de la música que irradie paz, armonía, equilibrio y en algunos casos, estados de unión con Cristo y con la Divinidad Celestial.
Para eso, la creatividad a través de los instrumentos llevará a los más jóvenes a sentirse motivados a crear músicas que ayuden en la armonización del planeta, como también algunos grupos de jóvenes se animarán a expresar su unión con Cristo.
El arte en los más jóvenes dentro de esta Campaña por la Paz se expresará mediante imágenes que apelen a la necesidad de paz en el mundo, así como en la expresión de mensajes elevados de amor, de hermandad y de esperanza, buscando disipar las ideas de violencia, de maltrato a los semejantes y de guerra.
Es por eso que esta Campaña amparada por la Asociación María, permitirá ayudar a que los jóvenes transmitan a sus semejantes esos valores que aprenderán y así toda la juventud algún día percibirá que no será necesario “buscar a Dios” a través de las influencias que imparte el adversario.
Una vida de oración nacerá en una parte de los jóvenes, esa será la base fundamental para que principios de redención y de cura se den en la humanidad.
Seguiremos trabajando en este proyecto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Por la Campaña de Paz en el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La Campaña Juvenil por la Paz espera abrazar, como propuesta evolutiva, a todos los jóvenes del Brasil y del mundo para que se sientan motivados a servir en pro de la humanidad y por el fin de la guerra.
Es por eso que la campaña juvenil por la paz, que estará amparada por la Asociación María, intentará responder a la demanda de los más jóvenes, los que necesitan renovar sus vidas y sus hábitos a través del servicio, de la caridad y del bien.
En este momento los jóvenes de Florianópolis están siendo llamados a difundir y a ampliar la obra de la Madre Celeste. Así, a través de la Campaña Juvenil por la Paz, los más jóvenes tendrán un espacio para poder expresar sus momentos de oración, de servicio y también el arte y la música como medios de elevación y de creatividad espiritual, basándose en el respeto mutuo, la fraternidad y la unión dentro del mismo propósito de paz.
Para eso, la Asociación María deberá ser el medio que motive e impulse la búsqueda de una vida ordenada, pacífica, de servicio y de oración por el planeta.
A través del arte se buscará expresar la belleza interior de cada alma y, la oración y la manifestación de la música serán un punto de encuentro y de paz con la humanidad.
La Campaña Juvenil por la Paz tendrá su propio portal y al mismo tiempo será difusora de los encuentros de oración para los jóvenes, y también de todos los momentos de servicio y de caridad hacia los semejantes.
Esta campaña debe aspirar a vivir como base la importancia y la urgencia de tener paz en estos tiempos y de irradiarla al mundo entero, para que así triunfe el Inmaculado Corazón.
Esta misión tiene la propuesta de ayudar a los jóvenes a reencontrar un sentido espiritual para sus vidas y su entorno habitual.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En Campaña de paz y de salvación,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Padre Nuestro...
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En esta tarde vengo como el Transfigurador de todas las cosas y presento para ustedes, compañeros, la Faz de Mi Transfiguración, aquella que ustedes también deben alcanzar en sus vidas, en el servicio y en la oración, para que al fin, el mundo y la humanidad se liberen de todos los pecados que desvían a las almas del propósito, del camino que Cristo, su Señor, los ha llamado a recorrer en esta hora.
Sé que muchos de ustedes deben ingresar en este camino, por eso las cosas son tan difíciles.
Pero Mi adversario no triunfará. El triunfo lo tendrá el Corazón de Dios Padre.
Hoy Yo vengo aquí, compañeros, con todo el regocijo del Cielo y del Universo, para presentarles nuevamente Mi Faz de Transfiguración, la que se irradia a sus seres para transformar sus células y átomos, en el precioso proyecto que Dios tiene previsto para ustedes.
Esto, compañeros, también es Obra de Mi Divina Misericordia.
Acepten la convocatoria que hoy les presento.
Vivan plenamente una vida de oración.
Sirvan a sus hermanos siempre que los encuentren delante de una gran necesidad. Y esa necesidad no solo debe ser material, sino también espiritual, porque las almas sufren en sus espíritus. Muchas almas sufren en esta hora aguda.
Quisiera que sus corazones percibieran estas cosas, porque el mundo necesita despertar de ese sueño profundo en el cual se ha colocado.
Viví la cruz por ustedes y ahora vivo la cruz espiritual por la humanidad. ¿Quién la compartirá Conmigo en esta hora?
Sé que sus seres no saben lo que es el sufrimiento verdadero. Por eso Yo lo viví por ustedes en aquel tiempo, para que ustedes no sufrieran en esta hora, tampoco sus hermanos, ni todos aquellos que desconocen en este momento actual de la humanidad.
Quisiera, para los que son nuevos, que adoptaran Mi Sagrado Corazón y dejaran los hábitos que adoptaron en sus vidas, los hábitos que no son de la evolución de Dios.
Por eso, los necesito purificados en este tiempo, para que puedan ingresar en consciencia al Reino de Mi Padre y participar de todos los tesoros que Yo quiero depositar en cada uno de ustedes.
Quisiera, compañeros, que aspiraran a la vida celestial, no como algo inalcanzable sino como algo próximo a ustedes, así como es hoy, en este sagrado encuentro Conmigo.
Por eso abro las Puertas de los Cielos, para que sus miserias sean transformadas y al planeta no le pese tanto el pecado del mundo.
Ustedes, compañeros, a partir de este día deberán ser consecuentes Conmigo en la actitud de la vida y en la práctica de los buenos ejemplos. Porque este es Mi último llamado para la humanidad, antes de que todo se precipite, que es algo que no espera la humanidad porque cree que nunca sucederá.
Así como ven nacer el Sol en el horizonte, así verán oscurecerse el día, y esa será la señal de que deberán estar listos y en permanente vigilia Conmigo.
Así, compañeros, sabrán en donde estar y no dejarán desesperarse por las cosas que dirá el mundo, porque en sus corazones estará la verdad, aquella que Yo vengo enseñando hace dos mil años y que hoy nuevamente les entrego para que puedan participar Conmigo de esta unión predilecta con Mi Espíritu.
Quisiera que contaran todas las veces que Yo ya estuve con ustedes y cuántas cosas Yo les he dicho a lo largo del tiempo. Así comprenderán, compañeros, que Mi Propósito continúa vivo en los corazones consecuentes y abiertos a responder al llamado del Altísimo, en la liberación de sus vidas y de todas las deudas que retardan su evolución.
Quisiera que abrieran sus ojos a lo que es verdadero y abandonaran la ilusión de esta humanidad, de una realización ficticia que no tiene nada que ver con el espíritu, porque, compañeros, su verdadero tesoro está en el corazón.
Partirán de esta Tierra llevando esta experiencia al lugar del Universo que les corresponderá y presentarán a los Señores de la Ley todos sus esfuerzos, todas las metas que han cumplido en la vida espiritual, en el trabajo de oración y de solidaridad para con sus semejantes.
Eso es lo verdadero para este tiempo, compañeros.
Así, sus vidas serán un milagro y verán los milagros acontecer a su alrededor y en cada uno de sus hermanos. Porque quien se transfigura todo lo alcanza y está en Dios, dentro de Su Propósito infinito.
Por eso he venido a bendecirlos en esta tarde, a desatar los nudos de la consciencia, todo lo que impide el caminar de las almas hacia Mi Corazón, porque si hoy ustedes Me escuchan, compañeros, sus hermanos también deberán escucharme a través de ustedes.
La energía, en el Universo, se economiza. Por eso nada se pierde y cada momento es bendito y sagrado para ustedes, porque al fin de todo deben vivir su misión y no estar más estarán perdidos en el mundo.
Reflejen a su Padre lo que verdaderamente son.
Expresen el amor que aún no han dado a sus hermanos.
Unifíquense como una sola hermandad y confírmense como Mis apóstoles del nuevo tiempo.
Así, cuando Yo vuelva por segunda vez en Gloria, no solo Me verán venir en Luz, sino con las trece legiones angélicas que Yo he escogido para reencender al mundo en la Liberación y en la Redención, y tornar este sagrado planeta, que es muy ultrajado por los hombres, en una bendita tierra sagrada, en el principio de una Nueva Humanidad.
Por eso, compañeros, no solo se cuiden ustedes, aprendan a cuidar de sus hermanos y conocidos.
No permitan que sus hermanos ingresen en las tinieblas.
Fervorosamente, por intermedio de la oración del corazón, imploren al Padre Celestial ofertando Mi Sagrado Corazón por el mundo y esperen; esperen en silencio, porque la respuesta llegará. La hora lo está marcando.
Y ahora, compañeros, recemos para que esta Transfiguración se dé en los que deben ser transfigurados por el Fuego de Mi Espíritu y de Mi divina Intercesión, para así realizar y cumplir el Proyecto de Dios en la Tierra en esta última era.
Repitamos (por tres veces):
¡Transfiguración, Transfiguración, Transfiguración!
Rayo de elevación y trascendencia, habita en nosotros.
Amén.
Y ahora, no solo vengo por sus almas sino por las almas del mundo y por todos aquellos que deben alcanzar la paz.
Por eso hoy les entrego esta bendición, para que se puedan renovar ante Mi Presencia.
En cuanto estoy presente, ofrezcan estos elementos en adoración a Dios y santifiquen sus vidas en unión al Espíritu Santo
Canción: Tú eres el Rey
Y al Corazón de nuestro Padre elevaremos esta ofrenda, haciendo memoria de la Pasión de Nuestro Señor y de la sagrada oportunidad que su Maestro, Cristo Redentor, dejó para todos a través de la Comunión perpetua con Su Cuerpo y Su Sangre, divinizados en todos los espíritus de la Tierra que comulgan siempre con Su Sagrado Corazón.
En el nombre de esta sagrada ceremonia, compañeros y de todos los ángeles del Cielo que están aquí congregados por la Redención y por la Paz en todo el planeta, Yo instituyo la transustanciación de este pan y de este vino, para la redención de las almas y de los corazones que comerán y beberán del Espíritu del Rey.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Yo los bendigo y les agradezco por haberme recibido en este lugar.
Y mientras Me elevo, acompañen esta canción como la proclamación de sus almas, en unión al Sagrado Corazón de Jesús y a Su Amor infinito por cada ser de este planeta.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Vayan en paz y sean la paz en estos tiempos; por donde vayan y para quien encuentren, solo entreguen la paz.
¡Les agradezco!
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Con inmenso gozo y regocijo escuchen Mi Voz que viene del infinito a pronunciarse a ustedes y a todos vuestros hermanos que, en confianza y fe, caminaron a Mi lado a través de los años y especialmente en esta Obra que aquí es realizada por los Sagrados Corazones.
No saben, compañeros, cuánto se complace Mi Alma por estar hoy aquí con ustedes, en comunión perpetua y espiritual por todos aquellos que no están presentes y que están perdidos en el mundo en la tribulación.
Pero hoy Yo vengo a extenderles Mi Mano para que vean Mi Corazón que está luminoso entre ustedes. No dejo de actuar en este mundo para que Mis discípulos Me sientan cerca y caminen junto a Mí, en este desierto que parte de la humanidad está viviendo en este ciclo de transición.
Quiero que se aproximen a Mi Corazón, así como Yo se los ofrezco, para que puedan ingresar en Mi Espíritu y sentir la Voluntad de Mi Padre que se muestra a ustedes, por ejemplo, a través de este encuentro.
No quisiera dejar de pasar por aquí sin que Me sintieran, comprendiendo lo que Yo les pido como rebaño espiritual, como propósito para este último tiempo.
Vengo a traerles Mi Paz y también Mi gratitud por haber permitido que nuevas puertas del Cielo se abrieran sobre este necesitado lugar en donde los corazones claman, sin percibirlo, por Mi intercesión.
Esta Maratón traerá sus frutos a todos, abrirá nuevos caminos a los consecuentes, a aquellos que han hecho una promesa a Mi Corazón Sagrado dándole la victoria a Mi plan a través del servicio y de la oración en esta región del planeta en donde Dios ha podido espejar Su Presencia simplemente en la realización de Su Creación y de su belleza.
Hoy vengo a invitarlos a estar en Mi Cenáculo no solo para comulgar Conmigo, sino más allá de Mí, en el nombre de Mi Padre y de todo el universo que se congrega especialmente para bendecirlos, para transfigurarlos y elevarlos hacia Mi Corazón.
Necesito que sigan cumpliendo con Mi Propósito, a pesar de lo que suceda.
Hoy Mis Manos cicatrizan las heridas imposibles, las heridas más profundas, las que el hombre no puede curar. Esto es obra de Mi Misericordia, de Mi insondable Amor y Piedad no solo por ustedes, sino también por el mundo que se oscurece y está ciego por no reconocerme.
Ahora, compañeros, que ustedes sí Me conocen, háganme conocer en aquellos que duermen, que no Me vivifican y que no Me adoran.
Mi Corazón se ofrece en este último tiempo a todos, sin excepción, antes de que llegue la Justicia de Mi Padre a este mundo y a esta humanidad. Justicia que el mundo no comprenderá porque no la conoce ni tampoco la siente, pero Yo les traigo la fuente de Mi expiación, la cura para vuestros espíritus y almas, la renovación de vuestros caminos y entregas a Mi insondable Corazón.
Solo deseo instituir en sus vidas un espíritu de apostolado, de misión y de servicio.
Que esta Maratón represente la renovación del servicio a Dios, aquello que ustedes pueden entregarme más allá de las limitaciones y de las pruebas, de los miedos y de las incertidumbres.
Desearía que todos los días pudieran renovarse y dejaran de mirar hacia atrás, hacia el pasado, porque si Yo Soy vuestra sagrada Presencia renovadora y crística, ¿por qué se detienen en el pasado?
Cuando Yo estoy presente les traigo lo nuevo, lo que aún no conocen ni viven. Yo les traigo la presencia de otra Ley que participa en otros universos y que los congrega aquí para que Me puedan vivir y sentir.
Vuestros corazones son potenciales en el servicio y la oración. Aquí pueden existir columnas más fuertes de oración que propaguen esa Luz por el mundo a través del precioso verbo orante.
Vuestros corazones no solo deben orar, deben ser espejos vivos que reflejen lo que los demás no viven en este tiempo y en lo que muchos no ponen atención por no conocerme profundamente.
Yo necesito de vuestras manos para llegar a los otros y para que al mismo tiempo ustedes Me puedan ver en los que sufren, en los que se pierden, en los Reinos Menores.
Toda la Creación participó de Mi entrega en la Cruz y aún lo sigue haciendo en Mi Gloria y en Mi Divinidad. Nada está separado después de que Yo ascendí a los Cielos, a la Casa de Mi Padre.
Les dejé la tarea de ser hijos de la Madre del Mundo, de ser semillas de la Nueva Humanidad, espiritualmente hablando.
Les dejé la tarea de propagar Mi Evangelio a través de actos de caridad y de paz, paz que escasea en el mundo y en muchos corazones.
América tiene esa misión Conmigo y con los demás Sagrados Corazones, es parte de esta trilogía espiritual entre vuestro Maestro, Santa María y San José.
Ustedes y vuestros hermanos perdidos son llamados a vivir este proyecto que aún no es comprendido porque es un proyecto de Amor superior, de una existencia desconocida que hoy se aproxima a ustedes para que la puedan percibir y vivir.
Yo les proporciono esta Gracia y esta Misericordia para que vuestros caminos sean pacíficos y no conflictivos, para que vuestros corazones se unan a Mí, así como deben unirse a vuestros hermanos, sin diferencias ni negaciones.
Yo les abro una puerta para vivir la experiencia del amor y de la redención. Ustedes ya han experimentado estas cosas a través de la Obra que aquí realizan, hace tanto tiempo, en honra a Mi Dios. Es por eso que vengo aquí para entregarles Mis Gracias, el espíritu de Mi gratitud infinita y universal.
Vengo así a lavar vuestros pies, a bautizar vuestras cabezas en el nombre del Espíritu Santo, a ungirlos y a sanarlos en el nombre del Amor y de la Unidad, algo que la humanidad está perdiendo rápidamente, pero si ustedes atraviesan el fin de los tiempos Conmigo nada deberán temer.
Quiero que vuestras vidas se entreguen a Mí.
Quiero que abracen Conmigo la Cruz que Yo llevo por el mundo en este tiempo.
Quiero que retiren las espinas de Mi Corazón por todos los injustos y soberbios.
Quiero que contemplen la inmensidad de Mi amor y que se sumerjan en Mi Espíritu, viviendo cada una de Mis Palabras, así como las vivieron los apóstoles en el pasado.
Quiero que sean una pluma de luz entre Mis Manos para que Yo pueda escribir la nueva historia en el Libro de Mi Padre, vuestra historia de redención, de expiación, de perdón y de Misericordia, de liberación y de paz; porque llegará el tiempo, queridos compañeros, en el que deberán estar reunidos al igual que hoy, en este sagrado cenáculo que me están ofreciendo amorosamente.
Así como Yo reuní a los doce, hoy los reúno a ustedes y a los que espiritualmente no están aquí.
Dejo a ustedes el saludo de Mi Paz, la señal luminosa de Mi Cruz victoriosa y resplandeciente en todo el universo.
Dejo para ustedes Mi dolor por el mundo, la negación de los corazones, la indiferencia de los orgullosos, la pobreza de los no humildes, la soberbia de los ciegos, la maldad de los ingratos, para que los compartan Conmigo y para que vuestro amor, junto al Mío, pueda borrar todas las miserias y triunfe Mi Sagrado Corazón como está triunfando en vuestras vidas.
Que esta Maratón abra las puertas a los que deben llegar, a los jóvenes de esta región que deben encontrar también el Camino de Cristo, no un camino estricto, sino el camino del amor, de la redención y de la paz. El camino del apostolado orante, de la misión en el servicio y en la caridad por medio de la piedad.
Los invito a renovarse en el nombre de la Ley de la Jerarquía, en nombre de la unidad y del bien.
Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención para este planeta.
Amén.
(tres veces en portugués)
En esta noche de comunión Conmigo, les entrego la bendición de estos elementos y Mi abrazo paternal en la unión perfecta con Mi insondable Corazón de Amor para que, renovados por Mi Espíritu, vuestros caminos sean en Mis Caminos y vuestros corazones estén en Mi Corazón en honra y adoración al Padre.
Yo los renuevo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En cuanto Me elevo acepten Mi proclamación de Paz y confirmen vuestros conmigo, así como cada uno lo pueda vivir en este ofertorio que es elevado.
Volveré mañana para estar con ustedes en unión espiritual y en vigilia por el mundo.
Gracias por haber concedido este espacio para Mí en vuestros corazones. Los frutos serán vistos en el próximo mundo, en la nueva humanidad y en la alegría de vuestros rostros.
Recuerden que esto es hecho por toda la humanidad no solo por ustedes, sino por aquellos que más lo necesitan y que más sufren la tribulación.
Une tus oraciones a Mis plegarias de luz y deja que Yo cuide de todas las cosas.
Une tus aspiraciones a Mis planes de paz, así verás cuánto hay para hacer por esta humanidad.
Trabaja Conmigo, y a través de Mi Corazón con todos los necesitados; por medio de las obras simples lleva Mi Amor divino a todos.
Consolida en tu espíritu Mis doce atributos celestiales y sigue a la Madre Universal por los senderos que indico para las almas.
Abraza la caridad y el servicio como legado, así verás cuántos prodigios sucederán a través de todos los que se donan a los demás y a Mi Corazón.
Construye en Mí tu templo sagrado. Que tu vida y tu corazón sean el verdadero oratorio en estos tiempos, para que el desamor sea vencido y la indiferencia sea borrada de los corazones que no viven a Dios.
Con tus manos teje Conmigo el manto de la Misericordia y restaura en cada acto lo que necesita de perdón y compasión.
No dejes de ver a tu alrededor las necesidades de tus semejantes, porque Mi Amado Hijo podría estar escondido en los corazones sufrientes.
Vive Mi proyecto de paz todos los días; que tanto en la alegría como en la tristeza puedas ver la Voluntad de Mi Señor, así aprenderás a vivir tu propia cruz no como un peso, sino como la liberación de todo error.
Confía, soy Tu Madre. Yo no abandono a Mis pequeños hijos, rezo a tu lado para que algún día hagas cosas más humildes, así como Mi Hijo las realizó.
Te amo y oro por todos en el Sagrado Templo del Corazón de Dios.
Los bendice en gloria,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo puedo hacer humildes y mansos sus corazones con Mi Gracia maternal, porque a través de Mi Corazón les enseño día a día a amar el Plan del Creador por medio de la entrega y del sacrificio diario.
Quisiera que la humildad fuera apreciada y reconocida por todos Mis hijos, que la vivieran y dieran ejemplo en cada momento de servicio y de caridad al prójimo; así conquistarán la pureza y podrán desprenderse de todo lo que ya está viejo.
Como Vuestra Madre que los ama, los invito a encontrar en la humildad el camino de la superación de sí y la posibilidad de vivirla en nombre de todos los que niegan el Amor de Cristo. De esa forma, por medio de la humildad, es que el Corazón Materno de Vuestra Madre forma a los apóstoles de Cristo para que ellos pronto estén abiertos a realizar la Voluntad de Dios.
Delante de todas las pruebas que deberán ser superadas, Mi Corazón acogerá a todos los hijos que se dispongan a vivir este precioso aprendizaje en la sagrada escuela de la humildad; a todos ellos Yo les daré Mi aliento y Mi fuerza de Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a amar la santa humildad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El servicio dignifica al alma y le da al mundo el espíritu de la caridad, tan escaso en todos. Cuando un corazón descubre el amor al servicio, se torna pleno y encuentra un camino seguro para su consagración.
El segundo paso después del servicio abnegado, bajo el espíritu de la caridad, es el sacrificio consciente en nombre de los padecimientos de Cristo. Por más simple que les parezca lo que realizan, siempre que ofrezcan sus acciones en reparación del Corazón de Cristo, sus ofrendas son aceptadas y el Sagrado Corazón es aliviado.
Consagré esta casa a Mi Casto Corazón para que aquí vivan la simplicidad, la caridad y el amor entre todos. Quiero hacer de cada corazón servidor una fuente de paz para este planeta.
Muchos piensan que es necesario realizar grandes obras e ir muy lejos para que el servicio sea válido y verdadero, pero Yo les digo que fue dentro de una simple carpintería que presté el mayor servicio de Mi pequeño Espíritu y ahí encontré la santidad y la puerta a la Divinidad, que alcancé al lado de Mi Hijo.
La santidad en la vida de cada ser no depende de las circunstancias externas en que vive; depende solo de cada corazón, de la disposición de cada uno para tornar sagrada la propia existencia.
Si en el servicio que prestan ofrecen a Dios sus actos, descubrirán muchos misterios que les serán revelados como comprensiones, a veces inexplicables, que provienen del corazón y solo para él serán claras.
Me comprometo, como padre de todos los servidores, a estar presente entre ustedes siempre que invoquen Mi presencia a través de la oración, la caridad y los actos de compasión y de fraternidad.
Me comprometo a interceder por las almas y por los Reinos de la Naturaleza en este oratorio de caridad.
Solo les pediré que se acuerden de Mí y que hagan de este espacio un lugar de alegría, de caridad y de unidad entre los hombres y Dios.
Quisiera que en la entrada de esta casa estuviera la imagen de Mi Casto Corazón, consagrando y bendiciendo este lugar, que irradiará la inspiración al servicio para las almas que deben aproximarse en estos tiempos.
Yo los bendigo y los protejo.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
En este día los invito a prepararse para el encuentro de oración que llegará. Eso es motivo para que sus vidas estén disponibles para el cumplimiento de la Voluntad Divina.
Quisiera, hijos Míos, que sus corazones siempre caminaran en la fe para que desde ahora estén preparados para ser tocados por la llama del Espíritu Santo.
En esta hora, que sus corazones estén en oración y en comunión con Mi Hijo para que, fortalecidos en la fe, puedan dar pasos hacia la consagración al Padre Celestial.
Hijos, como Vuestra Madre, los conduzco por el camino de la santidad y del servicio a los más necesitados.
Aún muchas heridas espirituales deben ser curadas por el bálsamo que proporciona la propia oración.
En sintonía con todo lo que sucederá en el próximo encuentro de oración Yo les entrego, hijos Míos, las llaves del perdón y de la misericordia para que todo esté bajo el amparo del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En fe y amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El acto del servicio humanitario por las almas perdidas, que sufren o que están enfermas, tarde o temprano lleva a la consagración total de la vida a las manos de Dios.
El servicio humanitario en Turquía despertó en cada hijo misionero el don de un servicio más profundo y consciente en unión con la Jerarquía Celestial.
Queridos hijos, la obra interna realizada durante tantos días en Turquía permitió que todas las almas acogidas en el corazón de los misioneros, y en consecuencia en el Corazón de la Jerarquía Celestial, pudieran reencontrar el sentido material y espiritual de la vida.
El camino de servicio humanitario realizado por los misioneros en Medio Oriente, recorriendo cada región de Turquía, requirió un esfuerzo y principalmente una adaptación de cada misionero al estado de transmutación que hasta ahora continúa sucediendo con el apoyo íntimo de la Madre del Mundo.
Un servidor no solamente hace servicio para encontrar en algún momento de su vida la Divina Piedad, sino que un servidor también se dispone en estos tiempos críticos a colaborar abiertamente en lo que el Universo necesitará liberar de la sufrida humanidad.
Durante esta misión sucedida en Turquía la Jerarquía Celestial, en unión con los servicios de los misioneros, transmutó ampliamente los estados de indignación, de miedo y de desamor.
Cada acto de servicio misionero, que fue presentándose día a día, abrió una pequeña ventana por donde la luz espiritual pudo ingresar en consciencias de Medio Oriente que habían sido víctimas del adversario y de la falta de luz espiritual.
El triunfo de Mi Inmaculado Corazón se fue tejiendo como una nueva red de amor espiritual en cada región de Turquía por donde los misioneros pasaron y, principalmente, queridos hijos, esa red se tejió en los corazones de los refugiados que habían perdido la esperanza. Es así, hijos Míos, que el Ángel Regente de Turquía, por esta misión humanitaria y por medio de las oraciones de todos, fue liberado de la prisión a la que estaba sometido.
Una vez más la Luz de Mi Inmaculado Corazón sembró nuevas semillas para el futuro.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Como el humo del incienso sagrado que exorciza las tinieblas, las nubes del Cielo en las que posan Mis pies exorcizan las creaciones del mal y así, establezco el Reino de la Luz en donde antes no existía.
En esta guerra del fin del tiempo, queridos hijos, no hay nada que se pueda oponer a la Luz de la Madre del Sol, porque de lo contrario se quemaría por la intensidad del impulso solar que tiene el Fuego Divino.
Hijos Míos, las herramientas angelicales siempre estarán a disposición de los misioneros y de los soldados de la paz para que, en la aparente nada, surjan y se puedan defender de todo mal.
El Armagedón ya circunda al planeta, y muy pocos quieren aceptar que los tiempos cambiaron.
Las resistencias al cambio, aunque sean en una parte, repercuten en el mundo actual, y retrasan los pasos que la mayoría debe dar.
Nuevamente, les digo que en esta batalla final por la conquista espiritual del próximo reino no podrán existir interferencias de ningún tipo; porque si así fuera, las consciencias aún no estarían preparadas para sobrellevar la esperada purificación del planeta.
Que a través del servicio humanitario y de la donación de amor, sigan siendo desactivados los falsos reinos creados en las grandes regiones, reinos que existen para aterrorizar a las consciencias y apartarlas de Dios.
La verdadera victoria estará en los que perseveren de corazón. Mi Hijo nunca los dejará solos, cuando entre los corazones exista la certeza y la fe absoluta de que Jesús mora y vive en cada corazón humano, lo que no podrá ser quitado por nadie ni por ningún arma de exterminio físico ni espiritual.
El Amor de Cristo que vive en los corazones es el Amor del Padre que los abraza y los guía hasta la meta final.
Hoy les estoy hablando de los refugiados, de sus hermanos que perseveran hasta el final, en la sagrada esperanza de que algún día encontrarán la Tierra Prometida, después de este largo exilio.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Padre Celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
La Indiferecia: una dolencia mundial
Queridos hijos:
La humanidad en su mayoría está ciega, producto de la gran indiferencia que existe entre los seres humanos y hacia los Reinos de la Naturaleza.
La indiferencia llega hasta los más mínimos detalles de la vida diaria, al punto de que las almas indiferentes no perciben sus propios errores; ella agudiza la guerra en el mundo porque lo mantiene en una profunda ignorancia ante la verdadera realidad de estos tiempos. Es una de las patas traseras de la bestia; esta se apoya con fuerza sobre todas las indiferencias humanas y así, afila sus cuernos con la ilusión de las personas y con la vanidad de los orgullosos.
Es tan falsa la gloria que siente la bestia que, por sí misma y a pesar de su astucia, ella no percibe que está ilusionada dentro de su propia creación.
La bestia se apoya en todo lo que es indiferente, desde lo más pequeño hasta lo más grande de las naciones.
La aparente seguridad que siente la bestia, le hace vencer la débil fortaleza de los tibios de corazón. Ella es opulenta y se dice dichosa, porque todo el tiempo se alimenta del sufrimiento humano y de la indignación que sienten los que no son indiferentes.
La bestia es una gran estratega, recrea la indiferencia en las mentes humanas, y a los hombres débiles les hace sentir que siendo indiferentes se verán más fuertes. Esa indiferencia justifica los errores de las almas, y así ellas nunca consiguen salir del abismo en donde se colocaron.
La bestia se muestra poderosa en las falsas artes que ella imparte a la humanidad. Pero la atención en todo, hasta en lo más pequeño, no los hará indiferentes y, entonces, sabrán proteger el patrimonio espiritual que les fue confiado.
La indiferencia lleva a la irreverencia, y en ese estado no existe confianza en Dios. La bestia será derrotada cuando la mayoría deje de ser indiferente con el semejante y con toda la vida manifestada a su alrededor.
La indiferencia es como la gula, ella no para de crecer dentro de la consciencia. Quien actúa con inteligencia ya no sería tan indiferente. Pero la bestia se aprovecha de la limitación de los soldados. La acción determinante de la fe y de la consciencia, en estos tiempos, sacarían a muchos del abismo de la indiferencia.
Los ángeles del Cielo batallan con espadas de fuego para disipar la indiferencia que constantemente deja inmóvil la mente de las personas para que no puedan actuar y todo quede estático.
El camino hacia lo sagrado también protege a las consciencias, y la bestia no sabe que lo sagrado y lo reverente ascienden de plano a los buenos espíritus y los apartan de esa dolencia mundial.
La misión de los soldados de Cristo es cuidar los tesoros celestiales, así tendrán más consciencia espiritual para poder proteger todo el legado entregado.
La reverencia es el bálsamo protector de los autoconvocados; en donde existe reverencia no existe indiferencia. La reverencia podría ser el sendero que las almas recorrerían para sustituir la indiferencia planetaria y así cambiar los códigos humanos que llevan al deterioro de todo.
Para salir de la indiferencia, primero deben escuchar con humildad las indicaciones para dejar ese lugar.
Observen cómo muchas consciencias están muy ciegas por la indiferencia y no ven la verdadera necesidad de la humanidad, que es salir cuanto antes de esa indiferencia para caminar rumbo a la nueva humanidad.
El servicio los hará menos indiferentes y más despiertos para cambiar día a día un poco más.
La indiferencia ya tiene su soberanía en el mundo y ella debe ser exorcizada.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva hacia el Espíritu de la Reverencia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
El tiempo de oscuridad que vive el mundo desaparecerá del planeta en el momento en que Mi Hijo retorne en gloria a la humanidad. Allí se llevará adelante el Juicio Final, y la Tierra será reordenada para que comience una nueva humanidad y un nuevo mundo, libre de los pecados y de la falta de obediencia a las Leyes del Universo.
Para ese momento Yo los preparo, para eso Mi Hijo Me ha pedido enviarlos en misión de paz, para que el mayor número de regiones en el mundo reciban los rayos de la Misericordia de Dios y los códigos necesarios para la rehabilitación espiritual.
Queridos hijos, es en esa importante tarea que se encuentran Mis misioneros; en una misión espiritual y de servicio, guiada por la Jerarquía Celestial, para que el mayor número de almas tenga la Gracia de recibir algo de Misericordia Divina en estos tiempos de caos y de anormalidades.
Hijos Míos, el descenso de esos códigos celestiales de amor, de unidad, de perdón y de fraternidad se alcanzarán a través de la entrega espontánea de los corazones en redención, corazones como los de ustedes.
El servicio humanitario cumple una parte importante, y la tarea espiritual que lleva adelante la Jerarquía Celestial complementa ampliamente la otra parte que ustedes no pueden realizar. Es así, queridos hijos, que existe un trabajo en conjunto guiado por vuestra Madre Celeste, quien los encamina para atender y servir las necesidades que no son solamente materiales, sino también muy internas.
En esta hora Mis misioneros deben ampliar el campo de la visión interna delante de lo que irán a enfrentar en los próximos días. La misión los llevará a comprender aspectos de la consciencia de la humanidad que necesitan ser purificados y corregidos, y eso será posible a través de la Misericordia de Dios.
Sigan adelante con la fe que los caracteriza, no olviden que Yo siempre seré la llama en sus caminos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Padre Eterno,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Mientras las misiones se desarrollan ampliamente en la vida espiritual de las consciencias, su Madre Celeste junto con San José Castísimo oran para que los frutos y los resultados de cada misión humanitaria permitan motivar a otras consciencias a que vivan el espíritu del servicio humanitario. Es de esa forma, hijos Míos, que su Madre Santísima y San José Obrero van formando a las almas que se consagraron al Inmaculado Corazón como soldados al servicio de Cristo.
Ahora, queridos hijos, a través de estas misiones debe surgir en cada uno de ustedes no solo la fuerza para que se unan los grupos de oración, sino que también debe despertar en Mis hijos el alma misionera.
El alma misionera es un estado que puede sentir la consciencia que vive el Plan de Dios y que se ofrece por entero al universo para ayudar, para servir sin condiciones donde sea necesario.
El alma misionera, hijos Míos, podría transformar la Tierra, porque es el principio vivo del servicio donado en cualquier lugar.
Puede existir, queridos hijos, un alma misionera común, en donde todas las consciencias se unen, en ese nivel interno del espíritu, para confirmarse y entregarse a cumplir la Voluntad de Dios.
Entre los grupos orantes y entre los diferentes misioneros se está gestando un estado positivo de alma misionera; estado en el que muchas más consciencias lejanas a esta Obra serán atraídas por este espíritu de congregarse a servir a través de la oración y de la donación abnegada.
Es por eso, que el alma misionera está siendo formada espontáneamente por todos los corazones que, de forma independiente en donde se encuentren, están unidos en misión a través del llamado de los Mensajeros Celestiales.
Queridos hijos, el alma misionera es amparada por los Ángeles de la Guarda, que cuidan todo lo que se expresa como servicio y oración.
Este impulso del alma misionera, formada por los servidores, está llegando espiritualmente a la consciencia de las naciones, en este caso a Argentina y a Turquía.
Por eso, queridos hijos, los invito a proteger y avanzar en este espíritu de unidad fraterna que está siendo creado por el impulso orante de todos los grupos de oración, en apoyo a las misiones humanitarias.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en el Corazón del Padre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
A las puertas del servicio humanitario en Turquía, los misioneros de la paz seguirán rumbo al encuentro de nuevas necesidades espirituales, sociales y morales; todas ellas serán cubiertas por medio del amor fraterno.
Es así, queridos hijos, que Vuestra Madre Celeste está en este momento trabajando en unión a los misioneros con grupos de almas especiales, las que desde el principio de sus vidas esperaban una ayuda espiritual mayor.
Vean, hijos Míos, cómo el servicio humanitario verdadero, sin lucros ni aprovechamientos de ninguna parte, el servicio de corazón llega hasta lo más profundo del espíritu de cada ser.
La Madre del Mundo motiva a los misioneros de la paz para que ellos alcancen el mismo grado de donación y de entrega, así como lo vivió Mi Amado Hijo. Por ese camino de donación absoluta y abnegada de parte de los hijos de Dios, es que las puertas celestiales se mantienen abiertas y son estas puertas internas las que indican a los servidores el próximo lugar de servicio.
Cuando la plegaria también se colma por el servicio y por la fe, queridos hijos, las puertas de la Ley de la manifestación y de la no carencia se abren, y el espíritu de la providencia transforma la pobreza espiritual y material de las consciencias.
El servicio es un don, pero al mismo tiempo es un misterio que se presenta en la vida de las personas, para que ellas se animen a trascenderse a sí mismas y sobre todo para que en el servicio al prójimo se viva el verdadero amor.
La misión de paz en Medio Oriente, en este momento, está permitiendo que las almas con diferentes credos recuperen por algún camino su filiación íntima con el Padre Celestial. Cuando se recupera esa filiación y ese sentimiento de pertenencia a lo Divino, el alma que sufre y que carece, gana fuerzas internas para continuar adelante y así avanzar en el nombre de Dios.
Las religiones en este momento se volverán un punto de conflicto para la humanidad, porque como ha sido hasta ahora, estará en juego la fe y la confianza de las pobres almas en el Señor. Esa fe y ese testimonio de cada hijo de Medio Oriente han permitido que la Jerarquía Celeste enviara en misión humanitaria a los servidores del Plan desde América.
Ese clamor de parte de los corazones sufridos también permitió, queridos hijos, que las misiones humanitarias se expandieran por todo Medio Oriente, por los países árabes.
A través del servicio, la llama del Amor de Dios nunca se apagará porque el servicio deja viva al alma que se dona sin intereses ni reclamos; es así que por el servicio de Mis hijos Mi Inmaculado Corazón también triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva a la constante donación de sí,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Hijo:
Descubre en el servicio el ennoblecimiento del alma y del espíritu, el nacimiento del amor universal, porque solo cuando la necesidad del prójimo trasciende las tuyas es que puedes comprender un poco la esencia del verdadero amor que viniste a aprender en este mundo.
Comprende que, cuando sirves, no es solo el acto de servir lo que libera a las almas de los infiernos de este mundo, sino también el amor y la caridad fraterna que imprimes en tus acciones y la sinceridad con la que trasciendes tus miedos y limitaciones; es haciendo lo que jamás pensaste hacer, lo que realmente une tus manos a las Manos del Creador y torna sagrado tu servicio.
Ve, sí, al encuentro de los más pobres; ve lejos, buscando en los abismos a los que necesitan de tu unión con Dios. Ve donde los desamparados no conocen la esperanza, donde los enfermos no conocen la fe, donde los hambrientos no conocen la misericordia, donde los pobres no conocen la riqueza que es vivir pleno en el Espíritu de Dios. Imprime todos esos atributos en el silencio de tu boca y en los actos sinceros de tus manos, en el pulsar profundo de tu corazón.
Coloca en el servicio la esperanza de que este mundo alcance la redención, de que las almas reconozcan la unidad y el amor.
No necesitas predicar, porque las palabras, en estos tiempos, a veces, son muy imperfectas. Opta por dar un ejemplo de pacificación, de fraternidad, de entrega abnegada.
No esperes jamás que agradezcan por el servicio que prestas. No esperes retornos, no busques resultados. Coloca en el suelo la semilla de un árbol que tal vez no verás crecer, pero confía en que dará sus frutos para los hambrientos de un tiempo futuro y dará sombra para que los cansados de tanto andar encuentren en ella un lugar de reposo.
Así como enciendes tu corazón en el servicio a los más pobres, también enciéndelo en el servicio a los que tienes al lado. Muchas veces te preocupas con las almas que se pierden a lo lejos, pero no ves a los que se están perdiendo por no encontrar en ti un poco de sustento, de apoyo, de compasión y de fraternidad.
Sé que quieres curar al mundo, reconstruir la Tierra y no dejar que se hunda la barca de salvación para esta raza. Entonces, comienza por tu propia casa, por los Centros de Amor, por toda la vida a tu alrededor, porque aquel que aprende a amar no ama de vez en cuando o solo a algunos pocos, a los más miserables.
El amor, hijo, cuando habita verdaderamente en el corazón humano, contempla a toda la Creación; contempla a los semejantes y también a los Reinos de la Naturaleza; contempla a los pobres y a los ricos por igual, porque la mayor carencia es la carencia de amor.
El amor no tiene cultura, no tiene religión, no tiene un idioma, no tiene una etnia. El amor que se propone vivir en este mundo es el mismo Amor del Corazón de Dios. Por eso, vive en ese amor y sé ese amor a cada instante, con todo y con todos, en el silencio de tus acciones, en la soledad de tu corazón, de la misma forma que entre las multitudes. Así, aprenderás el mayor servicio que se vive en este mundo, que no es solo la caridad, es la cristificación.
Tu padre y compañero de siempre, aquel que te conduce al Corazón de Cristo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Que la Concepción Divina de Mi Pureza Original sirva de ayuda espiritual para aquellas almas que aspiren a alcanzar a Dios y a estar en Sus Brazos de Padre.
El servicio a la humanidad, queridos hijos, desprende de la consciencia la incapacidad de amar y mantiene las puertas del corazón abiertas a Dios.
Todos los días, cuando un misionero sirve, debe tener presente que lo está haciendo por el Plan de Dios, para el cumplimiento de esta Obra máxima por la paz en el mundo.
Es Mi Pureza Original, la Pureza de Dios, que los ayudará a encontrar el camino eterno de elevación y de amor por el mundo.
Queridos hijos, el servicio en Turquía tiene la intención interna de abrir aún más las puertas para que los corazones, en algún plano de consciencia, reencuentren a Dios.
Los dones que favorecen la paz, el amor y la fraternidad pueden llegar a ser inolvidables para las almas que reciben no solamente la ayuda humanitaria, sino también el amor de corazón a corazón.
Mis queridos hijos, necesito que en estos tiempos, aprendan a servir espiritualmente, buscando en este momento cumplir el Propósito del Creador en toda la humanidad.
Los misioneros en Turquía, junto con las asociaciones humanitarias que cuidan a los refugiados, establecieron un vínculo ecuménico de servicio por la paz, sin condiciones ni a favor de nadie. Este acto de cooperación y de caridad fraterna le muestra al universo la posibilidad de que los caminos del servicio se abran aún más y que otras consciencias puedan servir para olvidarse de sí y poner la atención en la necesidad del otro.
La Divinidad está aliviada por el trabajo voluntario, eso indica un camino abierto para nuevas oportunidades. El servicio a los demás los llevará a encontrar la pureza interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los conduce al eterno servicio,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más