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Mis queridos hijos:
En la castísima presencia de San José Obrero, nos unimos a la divina Pureza Original presente en el corazón humano, que en estos tiempos ha perdido el sentido de la espiritualidad y de la sabiduría suprema.
Es por esa divina causa que hoy los Sagrados Corazones de María y de San José se presentan a la humanidad, con el fin de que renueve sus votos internos de servicio y de entrega al corazón del Padre Celestial.
Hoy, la Sagrada Familia, en este día 19 de mayo, llega a sus corazones y almas para sacarlos de la inercia planetaria y de la indiferencia para que, saliendo de ese punto de la consciencia, sus ojos se abran al infinito y supremo amor del corazón, capaz de transformar y de transmutar todas las cosas del planeta.
Venimos a la humanidad para darles a conocer la importancia y la urgencia de despertar interiormente a lo que son; para conseguir, finalmente, abandonar la indiferencia mundial.
Nuestra aspiración es que, a través de sus simples y orantes vidas, puedan reflejar lo que ha perdido la raza humana, ayudando así a restaurar el mental de la humanidad, permeándolo con códigos de amor, de simplicidad y de entrega.
Dios desea de toda Europa una consciencia más fraterna, que pueda corresponder por encima de la vida material a los designios celestiales que, a través del Centro de Amor de Fátima, esperan descender del universo y revelarse como un gran tesoro interno para sus corazones.
En este tiempo en donde todo está permitido, los Sagrados Corazones, los Mensajeros Celestiales, llegan nuevamente al mundo para retirarlo del hipnotismo mundial, pues la necesidad planetaria es muy grande, desde los niveles espirituales hasta la vida física.
Es por eso, que los invitamos, así como lo están haciendo algunos peregrinos aquí presentes, a vivir en Europa, sin resistencia y sin miedo, la vida del apostolado de estos tiempos. Porque dependerá de los europeos más conscientes, de su camino espiritual y de la vida universal que toda la Obra de los Sagrados Corazones pueda, en una próxima etapa, llegar no solamente a Asia, sino también a África, en donde Mi promesa maternal de visitar algunas naciones se deberá cumplir.
Su Mensajera y Sierva de Dios necesita llegar a los corazones de Mi amada África, porque deseo ardientemente que la Misericordia y la Cura universal de Dios llegue a cada uno de ellos.
Esa será una de Mis últimas misiones de paz en el planeta, porque después de Asia y de África, la humanidad ingresará en su etapa final, antes del Retorno de Mi Hijo a la humanidad.
Unidos, sigamos cumpliendo los Designios de Dios, los que están evitando la activación de guerras nucleares y de bombas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y, nuevamente, les agradece por estar concretando esta misión.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Esposa virginal de San José Castísimo
A los servidores del Plan de Amor de Oporto y de todo Portugal
Como ha dicho Mi Amado Hijo, hemos venido aquí por una Europa separada por la indiferencia, por la resistencia y por la vida material.
Venimos para reforzar la fe en los corazones y para demostrar que toda la Obra de Dios debe seguir gestándose en sus vidas, de lo contrario, ella no podría manifestarse.
Hoy, su Madre Celeste dedica este mensaje a los grupos y a los responsables de los grupos que acogen, de cuando en cuando, el llamado de los Mensajeros Celestiales y que, en estos últimos tiempos, quisieron desistir del camino por diferentes razones y situaciones.
En el momento de mayor crisis planetaria, las antiguas resistencias de las consciencias están resurgiendo. Desde ya les digo, hijos Míos, que no existe otra causa ni otro motivo en dónde encontrar la raíz de los problemas grupales.
Solo deben tener consciencia de lo que están formando parte, porque su compromiso es con el Universo y Sus Jerarquías Divinas, más que con la propia humanidad.
Pido a los grupos de Oporto y a los hermanos responsables de esos grupos de almas, que no se engañen, que abran sus ojos a la necesidad que está planteando la Jerarquía y que necesita ser atendida, sí o sí.
Para que ustedes, hijos de la ciudad de Oporto, que ya caminan al lado de la Madre Divina, puedan corresponder a todo lo que el Universo les pide amorosamente, deben dar el gran paso hacia la unidad entre las consciencias, para que, al fin dejen sus resistencias, las que solo los llevaron hasta el punto de detenerse y de no poder dar sus pasos.
Mi Hijo vino aquí para renovarlos y para que lo acompañen en la misión de difundir Su Mensaje ampliamente en esta parte del mundo.
Si todo el tiempo sus acciones son pequeñas, los resultados de la Obra serán pequeños y no podrán abrir, de manera correcta, la puerta a las almas que esperan por ayuda.
Deben arriesgarse, por fin, a dar un poco más, hasta que puedan percibir, por sus propios medios internos, que no estarán perdiendo nada en absoluto.
Su Madre Celeste los llama, como grupo de Oporto, al servicio a Dios, a colocar su mano en el corazón y preguntarse a sí mismos, con voz clara:
¿Qué es lo que hoy estoy haciendo?
Planteando con sabiduría esta pregunta, podrán tener la clara respuesta de que es necesario corregir actitudes y ampliar, aún más, el campo de servicio junto a la Jerarquía.
El Universo observa el esfuerzo de cada uno, pero no es suficiente. Es urgente que como grupo de almas reunido por la Voluntad de Dios, respondan a la necesidad de ayudar a liberar a su Europa del peso de sus faltas y de todas sus consecuencias, con su servicio, oración y entrega.
En uno de los peores momentos planetarios, Cristo los llama para que no lo abandonen y que tampoco dejen a un lado la misión y la responsabilidad que Dios les confió.
Para eso les pido que se sacrifiquen un poco más por su Madre Celeste, a fin de que puedan comprender, a través del corazón, que la obra que a ustedes les cabe cumplir debe ser protegida y no abandonada por sus dificultades.
Tienen todas las herramientas y todos los medios para vivir la fraternidad y para expresarla. El Universo aguarda que ahora den un paso mayor en la consciencia. La Hermandad Celestial estará atenta a la respuesta positiva de sus mundos internos.
Un Plan de redención espera ser realizado y ustedes están dentro de esa convocatoria.
¡Adelante!, ¡sigan adelante en la fe!
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Madre de los más simples entre los simples
Yo soy la Madre de los más simples entre los simples, porque así todos conocerán Mi Verdad.
Estoy en los simples gestos de amor, de servicio y de caridad.
Mi intención es que todos Mis hijos encuentren a su Madre en la verdadera simplicidad de las cosas, buscando lo mejor para el prójimo, para el enfermo o para el pobre.
El Amor de su Madre Celeste también se refleja en la simplicidad de Su pobreza. Así, las almas encuentran en la Madre de Dios un modelo de libertad y de entrega.
Soy la Madre de los más simples entre los simples, estoy donada a Mis hijos y cuido de sus almas para que ellas aprendan a cuidar de sus cuerpos.
Yo traigo un alivio desconocido, un alivio que surge desde el interior de Mi Corazón y que es una fuente de cura y de esperanza que se derrama en los que la invocan, a través de la simplicidad de sus corazones.
Soy la Madre de los más simples entre los simples y en ellos construyo fácilmente el Reino de Dios, porque encuentro en sus mundos internos una gran apertura, adhesión y consentimiento.
En los más simples entre los simples se puede regenerar la vida, y el espíritu de un ser puede ser colmado de otras Leyes cuando él ama la vida y su existencia con simplicidad.
Los hijos de la vida son los más simples, son los que consiguen sentir en el corazón la pobreza del semejante, a fin de querer suplirla por medio de sus oraciones y de sus servicios de amor.
En los más simples, Dios se muestra fácilmente, porque Él no tiene límites y puede mostrarse a través de sus criaturas, así como Él se mostró a Su Sierva la primera vez.
La simplicidad verdadera es una esencia poderosa capaz de mover montañas, así como de despertar la fe. La simplicidad del corazón lleva a despertar en sí una fe inquebrantable, capaz de generar en el mundo una corriente permeable de amor y de caridad.
Soy la Madre de los más simples entre los simples y Me veo reflejada en el alma que ara la Tierra, como en la dueña de casa que prepara el alimento para nutrir a sus hijos.
Soy la Madre de la Vida y en donde hay vida, Mi Consciencia maternal está presente para que Mis hijos puedan así encontrar el sentido de sus vidas y el propósito de su existencia dentro de la escuela del amor y de la unidad.
En los más simples se dibuja la cálida oración del corazón, porque en los más simples no existe ningún interés ni reclamo, solo existe el amor a la vida y a todo lo creado; porque la propia humildad y simplicidad de los corazones permite que comprendan muchas cosas y que sientan con amor todo lo que viven.
Soy la Madre de los más simples entre los simples, porque Mi Corazón se refleja en ellos, así como Dios se reflejó en su Madre Celeste, como en un gran Espejo de Amor y de Luz.
La entrega de Su Sierva hizo que la simplicidad y el Amor de Dios se mostraran en la humildad de Su Servidora y en el Amor de Su amado Hijo.
La simplicidad podría renovar la Tierra y a todas las consciencias, porque en los más simples no existe parecer, gusto ni deseo. Los más simples son permeados y colmados por el amor de su Cristo interior, algo que los fortalece para vivir sus pruebas diarias y para confirmar plenamente sus vidas en el camino de la fe y de la esperanza de poder estar en Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice con amor, fe y simplicidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Esta es la luz que Yo busco en el mundo, luz de sus corazones y esencias, la luz de la fe, la luz del amor, la luz que brota a través de la paz.
Esto es lo que Yo necesito de Mis hijos, para poder consumar el Plan de Mi Hijo en la Tierra, porque cuando Yo ya no este entre ustedes, deberé subir al Cielo para decirle a Mi Padre que la Obra está cumplida.
Por eso, en esta noche vengo a reconsagrar sus corazones, especialmente sus vidas y almas, para que se realice el Plan de Dios, a través de la ofrenda de cada uno de ustedes.
Hoy siento sus corazones, como nunca antes lo sentí, hoy siento sus almas, como nunca antes la sentí, hoy siento sus espíritus en un gozo que nunca antes he visto.
¿Por qué esto es posible queridos hijos? Es la llama de la fe que permite todas las cosas.
Deseo el camino del bien para todos Mis hijos, deseo el camino de la paz para todas las naciones del mundo y que las almas despierten a este gran esperado retorno de Mi Hijo.
Hoy, Mi Palabra hace eco en sus corazones. Mis amados hijos, hoy hago votos de confianza con cada uno de ustedes, asumiendo este compromiso de manifestar la redención de la humanidad y la liberación del mundo por medio de la fe y del amor.
Hoy, he venido del Cielo para darles Mi gesto de paz, la alianza con Mi amado Hijo y con toda Su Sagrada Obra. Ustedes son parte de esa expresión, de la expresión de la obra de amor y cada paso que den, diariamente, no solo en la oración sino también en el servicio, así como siempre lo han hecho, hará de esta humanidad, una humanidad rescatable al menos en su gran mayoría.
Hoy he venido, queridos hijos, para traerles Mi Amor que es el Amor que los hace confiar en Dios.
Vine del Universo como una gran Consciencia de luz, como la portadora de la paz, como el Ave Mensajera para estar cerca de Mis hijos, para que Mis hijos sientan, que Yo estoy entre ellos, y ellos están en Mí, en Mi corazón.
Para que esta, Mi aspiración, se realice y que todos los días estén en Mi corazón viviendo Mi Amor y Mi Paz, Yo vengo a bendecirlos fortaleciendo su consagración, y los votos que sus corazones hacen, diariamente, a Cristo.
Para que todo esto sea posible vengo a traerles algo nuevo, un don que despertará en el momento propicio, cuando Dios lo determine y cuando Mi Hijo lo impulse a través de cada uno de ustedes.
Quiero que sean un verdadero espejo y que puedan irradiar lo que nunca han conseguido irradiar. Es la Gracia y es el Amor de Mi corazón que les permiten todas estas cosas.
Necesito, queridos hijos, que vivan en Mi Corazón, para que Yo pueda vivir en ustedes, estar en sus grupos de oración, en sus familias, compartiendo la alegría y el dolor, la transformación y la liberación de sus vidas, para que, finalmente, se realice el Plan de Mi Hijo en cada uno de ustedes.
Iré hasta ustedes para bendecirlos y así en la simplicidad de Mi Corazón, agradecerles por lo que hacen por esta Obra de Redención, de Amor y de profunda Paz.
No he venido Sola, sino con todos los ángeles del Cielo, y los ángeles de su guarda que vienen a alabar a Dios en agradecimiento, en paz y en amor por todo lo que se ha realizado en este tiempo.
Eso es solo lo que hoy quiero, bendecirlos, consagrarlos, colocarlos a todos dentro de Mi Corazón Maternal. Hagamos eso ahora.
(Se recita el Ave María en portugués por cinco veces)
Estoy aquí, hijos, y hoy doy un mensaje simple, porque simples son sus almas, las que han orado en los planos internos por todas las naciones del mundo, para que la Llama de Cristo despierte en estos tiempos.
Vengo así, para cerrar esta jornada, este momento de instrucción, este momento de elevación, en este momento de oración, agradeciendo siempre al Padre Eterno, por cuanto Él nos da en estos tiempos de caos y crisis.
Es la confianza de sus corazones, por la que Mi Gracia puede descender a la humanidad. Por eso hoy,en esta noche, vuelvo a reconsagrar sus corazones al Poder de Mi Inmaculado Corazón.
Junto a los Ángeles Yo los bendigo, los consagro con la señal poderosa de la Cruz, y a todas sus familias.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Les agradezco por responder a Mi Llamado, y porque sigan respondiendo a Mi Voz, a la Voz de Dios, que es infinita e invencible.
Hoy sus almas han sido restauradas, hoy sus espíritus han despertado a un gran llamado que llegará.
Les agradezco.
Queridos hijos:
Como la Madre de la Consciencia Indígena norteamericana, vengo en este día para restablecer en los mundos internos el puente de unión y de contacto que existió entre esos pueblos y Dios.
Es así que después de haber pasado por las ciudades de Oklahoma y de Orlando, su Santa Madre comienza este nuevo ciclo en los Estados Unidos con la presencia de los monasterios de la Orden fundada por Mi Amado Hijo.
Estos monasterios en los Estados Unidos tendrán la misión de trabajar en el despertar de la consciencia a través de la oración y de la instrucción, estimulando en los corazones la búsqueda del servicio por los más olvidados en los hospitales, asilos y calles de las ciudades de este país.
De esa forma, la Misericordia Divina se volverá visible para todas las consciencias, y la posibilidad de vivir una reconciliación con el Padre será más real y verdadera para todos los norteamericanos.
Es así que los monasterios enseñarán a las almas a reconectarse con la Fuente Divina y, al mismo tiempo, los nuevos orantes que serán formados en las diferentes ciudades de Estados Unidos aprenderán a encender interiormente el espejo de sus corazones.
En este nuevo ciclo en los Estados Unidos, la Orden fundada por Mi Hijo creará las bases necesarias para que surjan nuevos miembros de la Red-Luz, esto fomentará en esa nación norteamericana una oportunidad de comenzar a tomar consciencia respecto del desequilibrio existente y del desperdicio generado en la vida material, como también de la recuperación de la dignidad humana.
Esto llevará prontamente a que algunos Estados de la nación ingresen, por medio de la ayuda espiritual del Centro de Amor de Monte Shasta, en una fase de regeneración de la consciencia espiritual de los seres de superficie, así como una profundización del contacto de cada ser con su alma.
Esta tarea requerirá muchos sacrificios y esfuerzos para que, a tiempo, el pueblo estadounidense abandone algunas situaciones y condiciones de opresión e ingrese en un estado de cura y de redención.
Por eso la colaboración de los norteamericanos y de los no norteamericanos será imprescindible y eso deberá ser bien organizado.
Contaré, en esta parte de la obra, con la ayuda de todos.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La fe puede colocarlos en otro lugar del plano del espíritu, la fe puede llevarlos a un estado desconocido, estado que se une a Dios y que está en Dios.
La fe es un don poderoso, que los eleva y los guía por el camino de la verdad y de la misericordia.
La fe es algo profundamente interno, porque es el testimonio vivo del alma orante que está ante su Amado Padre.
Es así, queridos hijos, que la fe es como el gozo que vive el alma cuando ella está cumpliendo con los Designios de Dios.
La fe es un atributo que los afirma día a día en su confianza en Dios y en Su infinito Propósito. Porque la fe tiene la capacidad de llevarlos a vivir un amor más profundo y verdadero, un momento de paz que puede impregnar toda la consciencia.
La fe como esencia es el timón para los humildes y simples de corazón, porque en la fe se construyen los puentes hacia la hermandad y esto consolida la unión entre las almas.
La fe los coloca en el servicio permanente a la humanidad y al planeta.
La llave de la fe será fundamental en estos tiempos, porque en la fe encontrarán la esperanza todas las almas.
Vivan en la fe y la fe los guiará siempre.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
En la fe los eleva hacia el Corazón de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras progresa espiritualmente Mi misión de paz en el mundo, todo lo que está fuera de ese Propósito es removido y transmutado por aquellos que Yo escogí para que me acompañaran en esa sagrada tarea.
Entretanto, su Madre Celeste desempeña con buenos resultados esta sagrada misión, que en los planos internos favorece de manera amplia a las almas del mundo entero.
Es así, que hoy les traigo la consciencia de que a pesar de todo, lo que acontece forma parte de un ciclo de sacrificios, para que situaciones mayores no se desencadenen en la humanidad y en especial en el planeta.
Quiero animarlos a servir con mayor entrega, porque de ese modo sus corazones y vidas estarán en el Propósito, respondiendo al Llamado que Dios les coloque día a día.
Viviendo ese sacrificio absoluto, así como lo vivió Cristo, Vuestro Señor, todo estará consumado, y por su entrega el planeta se mantendrá en un equilibrio superior.
Ánimo y valentía.
Les agradezco por acompañarme.
Los consuela y los cura,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La Pureza Original es lo que el hombre de superficie no puede perder, y es esa Divina Pureza la que Mi adversario intenta diezmar todos los días, haciéndola desaparecer de la consciencia de muchos.
Esa Pureza Original permite reformular, de tiempo en tiempo, el Plan de Dios en la humanidad. Es la que hace posible que las consciencias evolucionen, así como lo determina la divina Ley de la Creación.
Queridos hijos, esta Pureza Original es la que primero está siendo atacada por Mi adversario en las almas de Venezuela. Esta Pureza intenta ser disipada a través de los conflictos, de la ausencia de amor y de los enfrentamientos en el pueblo de ese país.
En esta hora, su Madre Celeste trabaja incansablemente para poder revertir dicha situación, su Madre del Amor lucha contra Su eterno rival. Todo está permitido.
Es por eso, hijos Míos, que les traigo en este día la consciencia sobre la verdadera necesidad de cooperar y de ayudar a los que más necesitan.
La Pureza Esencial no puede desaparecer del planeta ni tampoco de la humanidad. Trabajen todos los días para proteger esa energía divina; al menos, hijos, háganlo por aquellos que no la protegen y que viven el temor de estos tiempos.
Queridos hijos, Yo les doy la libertad interior para que, como colaboradores del Plan, estén atentos y despiertos al gran servicio por el planeta y por esta necesitada humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La caridad lleva a la pronta santidad, porque en el servicio se abren las puertas para ayudar y colaborar con los más necesitados, como también con los Reinos.
Hijos, en este tiempo todo lo que hagan debe ser en el nombre de la caridad, para que así la consciencia humana no pierda el impulso de donarse a los demás sin condiciones.
Es la caridad la que permite establecer la paz entre las naciones y los pueblos, porque la caridad es movida principalmente por la esencia del Amor de Dios.
En cada acto de caridad, como en cada nuevo servicio, se pueden dar los pasos dentro del Plan de Dios y de Su grandiosa obra.
La caridad, como esencia de la vida espiritual de los apóstoles de Cristo, representa la posibilidad de entregarse a través del servicio hacia los demás y de estar constantemente derramando el Amor de Cristo.
En la caridad se establece la pacificación de la consciencia, porque el alma que vive la caridad permanente está atrayendo hacia sí los códigos crísticos de la piedad y de la misericordia.
La caridad es una fuente directa de transformación para todos los corazones, porque ella genera en las almas y en el planeta un efecto altamente positivo para todo lo que aún se debe redimir.
El camino de la caridad los lleva en algún momento a abrazar el divino sacrificio, porque después de una larga caminata a través de la caridad, el alma aprende a renunciar por los otros y por el bien del Plan Divino.
La caridad es un impulso para vivir la redención interior.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los colma,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Elohim: Ángeles Dorados
En la Esencia del Corazón de Dios, surgió una vez el gran Propósito de crear la vida y los planos de consciencia.
Como les dije ayer, queridos hijos, los Arcángeles, los llamados Resplandecientes, nacieron de la Inspiración Divina, inspiración que permitió concretar y manifestar los seres arcangélicos y angélicos.
Dios expresó en el Universo Mental Sus doce principales manifestaciones, las que surgieron de la Fuente Purísima. Desde allí, los doce Elohim como Rayos e impulsos de fuego nacieron dentro de la consciencia del Universo Mental Superior.
Desde el momento en que el Eterno tuvo la sagrada voluntad que de Su Esencia Purísima nacieran los Arcángeles, el Universo Mental ya era una realidad vital dentro del Universo Espiritual.
Los Elohim fueron designados por el Altísimo para llevar adelante la organización y la manifestación de todos los universos, en donde en el futuro existiría la vida.
Fue así que, desde el momento en que los Elohim se manifestaron dentro del Universo Mental, las primeras legiones fueron creadas sutilmente en estanques de luz, que son grandes receptáculos y canalizadores de energía divina, anteriores a los Espejos.
Veamos entonces, queridos hijos, cómo la historia divina de la Creación anterior a la vida material fue considerada por el propio Dios un Proyecto de amor y de absoluta unidad.
Sobre la base del amor y de la unidad las Jerarquías Angélicas, los llamados Elohim, desenvolvieron el Proyecto del Padre Eterno y dieron continuidad a la Obra de la Creación.
Los estanques de luz también fueron creados a través de la esencia de la Voluntad Divina y fueron los primeros Elohim los que acompañaron la manifestación de estos estados de consciencia, los que guardaban en sí el surgimiento espiritual de la vida angelical.
Cada Arcángel, como Padre Creador, depositó en los estanques de luz una molécula de los doce Rayos espirituales que estuvieron presentes en el momento del nacimiento de los seres angélicos. Una consciencia angélica nace a partir de la expresión del amor en el Universo Mental y a través de un acto de profunda unión que el Arcángel establece con la Fuente Única.
En ese momento, el Arcángel proyecta sobre el estanque un potentísimo caudal de amor y de unidad y, en consecuencia, el estanque, a través de la agrupación de todas las moléculas de los Padres Creadores, emana una consciencia angélica que está dentro de un precioso cristal de color magenta, azul, verde, blanco o dorado. Cuando la consciencia angélica surge del estanque y hasta que termine de constituirse, el cristal queda suspendido sobre él por un período determinado, al igual que la gestación de un niño en el vientre de su madre. Es la energía creadora y divina que gesta interiormente el propósito de esa consciencia angélica.
El cristal puede contener alguno de los doce Rayos para mostrarle al Universo Mental cuál ha sido la Voluntad Mayor para la tarea y el servicio que el nuevo ángel cumplirá.
Es así que, después de su manifestación como consciencia mental y espiritual, el ángel vive una formación que lo ayuda a desarrollar su misión en el Universo Mental o en el Universo Material.
Después de ir formando los ejércitos de luz, los cuales desde su nacimiento viven el servicio incondicional y la unión perfecta con el Eterno, los Arcángeles comienzan con la construcción y la materialización de las Academias de los Rayos, para que cada ser angélico desenvuelva su propósito ante el Padre.
A continuación, se manifiesta la formación espiritual de los Siete Cielos o de los siete estados de Consciencia Divina, en donde los grandes ejércitos comienzan a poblar las dimensiones celestiales.
En ese momento los Arcángeles definen, bajo la Voluntad Máxima, la misión de cada consciencia angélica, lo que determina a cuál de los Cielos o de los estados de consciencia le corresponderá servir eternamente.
A partir de ese momento, los Padres Creadores asumen el gobierno de los Siete Cielos, para que desde el principio se cultive entre las consciencias la Ley de la Jerarquía.
Según como haya sido el surgimiento de la consciencia angélica dentro del cristal, será la misión que vivirá.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal magenta, significa que el Padre Creador le asignará la misión de vivir el amor, de irradiarlo y de protegerlo en los universos.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal azul, significa que el Padre Creador le asignará la misión de proteger y de vivificar la unidad en todos los universos, como también de ser guardián del conocimiento sagrado de las Leyes espirituales, mentales y materiales.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal verde, significa que el Padre Creador le asignará la misión de ejercer la Ley de Cura y de emanar continuamente la armonía en toda la Creación y en donde él se encuentre.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal blanco, significa que el Padre Creador le asignará la misión de atraer para sí los más altos grados de pureza y de expandirla como esencia hacia los universos.
Si un ángel surgió del estanque de luz en un cristal dorado, significa que el Padre Creador le asignará la misión de la eterna alabanza al Único, como miembro de los llamados Coros Celestiales, los que atraen hacia los universos los principios de la Fuente de Dios.
Es así que los Padres Creadores envían en misión a todos los ángeles que nacieron de la Fuente a través de los estanques de luz, para que junto a sus regentes arcangélicos asuman la misión de proteger y de amparar la evolución de los universos a través de los diferentes Rayos a los cuales pertenecen.
Los Elohim son parte del Propósito Divino y están representados a través de las doce principales emanaciones de Dios, lo que comprendemos como los arcángeles; a partir de allí, las doce emanaciones formaron los doce gobernantes, y de los gobernantes angélicos surgieron otras doce emanaciones hasta llegar a los ángeles de la guarda.
El Universo Mental no tiene límites y es un estado infinito formado por la Voluntad de Dios. Allí se vive el estado de resplandecencia, lo que significa que cada consciencia angélica genera en sí los más altos grados de amor y de unidad con el Único.
Toda la consciencia angélica existe para proteger y guardar la esencia del Proyecto de Dios dentro de los Universos Espiritual, Mental y Material. Es así que los Elohim pueden penetrar las dimensiones y los planos, aunque sean seres mentales, porque ellos se mueven todo el tiempo por el espíritu de la obediencia y del servicio eterno.
El Padre, desde el principio, concibió a los Elohim como los principales guardianes del Propósito de la Creación y de toda la vida existente en los universos.
Fue así que, a través de los Resplandecientes, surgió la primera experiencia de la Hermandad Cósmica, lo que más tarde se estableció como premisa para todas las consciencias presentes en los diferentes planos.
Los Elohim son considerados también los Mensajeros o los portavoces de la Fuente Primordial para el Universo Material; son los que llevan adelante la concreción del Propósito Divino y son los que impulsan a los ángeles de la guarda para que cada alma viva su misión dentro de la Creación, para así cumplir con la finalidad del Padre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión a cada ángel de la guarda,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Reina de los Ángeles
La recompensa del servidor de Dios es el eterno servicio. El Creador renueva a Sus siervos en el acto de servir, y los nutre con la certeza de estar cumpliendo con Su Plan.
Hijos, la gran escuela de los discípulos de Cristo, en este tiempo, es la eterna renuncia. Sin embargo, les hablo de la renuncia de las cosas del mundo, de las comodidades y de los placeres que la humanidad, en su totalidad, apreció mucho mantenerlos.
Aquellos que temen a la renuncia, es porque, en verdad, jamás conocieron la Gracia de servir a Dios. Porque es renunciando a todo lo pasajero, que se encuentra aquello que es eterno y que nutre al alma, al cuerpo y al espíritu, dejándolos plenos en Dios, más allá de las apariencias del mundo.
Aquellos que quieren sustentarse durante su propia purificación deben encontrar su paz en la renuncia de todo resultado sobre sí mismos, pues sufre mucho aquel que todo el día mira para su propia herida y no permite que cicatrice, por el poder de su pensamiento sobre ella.
Deben reconocer que las heridas están ahí, pero para que el dolor no les atormente la vida ni les impida hacer todo lo que son llamados a hacer en este tiempo, tienen que quitar los ojos de sí mismos.
Es por eso, hijos, que cuanto mayor sea su grado de consagración, mayor debe ser la renuncia, porque se les pedirá un perfeccionamiento profundo y serán llevados a vivirlo más allá de su propia voluntad. Sin embargo, no es eso lo que debe estar en su consciencia, porque el Plan de Dios se manifiesta viviéndolo y no pensando en él.
De esa forma, deben saber que aquel que da todo también recibirá todo y aquel que deja de lado sus propios procesos, sus purificaciones e, inclusive, sus necesidades, para ayudar a los otros, será recompensado por Dios y alcanzará la expresión de Su Plan, sin darse cuenta.
Por eso, hoy les señalo el camino del servicio y de la trascendencia y les agradezco por intentar superarse por amor al Plan del Creador. Es en esa eterna tentativa y en la verdadera aspiración, que él se cumple. Sigan adelante.
Su Padre y Compañero en el camino de la ascensión,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Mientras en el mundo y sobre las naciones se precipitan todos los acontecimientos, los invito a orar con el corazón, cada vez más profundamente.
Los invito a ser representantes de la paz que tanto necesita la humanidad. Con sus corazones valientes cambiaremos este planeta, y los oprimidos recibirán la oportunidad de estar rápidamente en libertad.
Vengo con Mi espada de Luz a liberar del error a cuantos se sumergieron en él. Vengo a mostrarles a Mis hijos que existe un camino verdadero de salida para liberarse de sí mismo.
Es hora de que los soldados de Cristo lleven en sus labios la Palabra de salvación y de consuelo que muchas almas esperan.
Por eso, hijos, vengo a motivarlos a vivir el servicio por el Plan, para que sus consciencias siempre estén prontas para saber responder al llamado del Cielo.
De esa forma, Mis queridos hijos, los preparo conscientemente para que sepan abrir las puertas en el momento de vivir su redención.
Que, en este tiempo desconocido que recién se inicia, el camino del servicio y de la paz sea la tónica de sus vidas porque el planeta lo necesita y la humanidad entera debe aprender a servir al Plan de Dios.
Que, en esta hora aguda del planeta, todos los soles de corazón puedan brillar y demostrarle a esta civilización humana que es tiempo de mirar a Dios y de servirlo con humilde prontitud, para que así la mayoría no se quede atrás.
La vida del mundo podrá ser tentadora, pero sepan que quien ama el Plan de Dios encuentra todos los recursos para poder vivirlo y así formar las bases de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los impulsa a servir,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Cada misión les ofrecerá un nuevo aprendizaje y una nueva forma de comprender la vida.
La verdadera razón de la existencia del grupo de misioneros no es tanto el servicio material que prestan, sino el acto de ir en dirección a la necesidad del prójimo para curar las raíces de los males que lo colocaron en esa condición de necesitado.
Lo más importante es la acción con el corazón y la experiencia que depositan en la consciencia humana de ese aprendizaje de servicio.
Con sus hermanos indígenas, aprendieron la mansedumbre; mansedumbre que trasciende la realidad material en que ellos viven.
Esos, sus hermanos, tenían todo, porque estaban unidos a todas las cosas, a toda la vida, al Creador, y todo les fue quitado, porque perdieron casi toda posibilidad de expresarse y, en muchos casos, ya no tienen un vehículo para unirse a Dios, o sea, un ambiente natural, preservado y armonioso; solo tienen el propio mundo interior.
La consciencia indígena, a pesar de todo, no deja de enseñar alguna cosa al corazón humano; pues en este tiempo, hijos, aun sin poder expresarse como pueblo, como cultura y como esencia, ellos están colocando en la consciencia de la humanidad, los principios de la perseverancia, de la fortaleza y de la paz, independientemente del estado en que se encuentra el mundo alrededor.
No les digo, con esto, que sus hermanos no sufren con el estado de degradación del planeta, porque el pesar de esos corazones, lo que cargan como dolor en la esencia indígena, no es comprensible para el hombre moderno de hoy.
Lo que les digo es que la paz interior de ellos, a pesar del sufrimiento, de la miseria y de la opresión, es algo que permanece. La lucha para no ser corrompidos por las fuerzas de hoy es constante y dura para todos, pero ellos no pierden la fe en que permanecerán como pueblo en la Tierra, e incluso, que un día podrán volver a los orígenes y recobrar la pureza que están perdiendo.
Aprendan de esa fe para que, cuando llegue la hora de reconstruir la Tierra, ustedes no pierdan la paz ni la certeza de ser capaces de mantenerse en pie y de recobrar la semejanza con Dios, la que perdieron por tantos desvíos.
Les dejo Mi paz y Mis votos para que nuevas misiones puedan surgir. Que despierten aquellos que se comprometieron con el servicio y con la vivencia de la caridad crística.
Su padre y compañero en las misiones,
San José Castísimo
A Mis hijos misioneros
Hijos:
Como síntesis interior de la misión en el Paraguay, reconozcan todo aquello que en los últimos días se fue transformando en cada uno de ustedes y ofrézcanlo a Dios.
Ofrezcan al Padre sus expectativas, sus aspiraciones de haber realizado más de lo que hicieron, de llevar a sus hermanos un auxilio más concreto que les trajese una vida más digna y más sana.
Ofrezcan al Padre la aspiración de haber enseñado y de haber aprendido con los pueblos originarios, de entregarles el amor y la caridad y de recibir de ellos el aprendizaje de la simplicidad y de la pureza.
Ofrezcan al Padre todo lo que, en los últimos días, fue curado y transmutado en la consciencia humana, como los errores del pasado.
Ofrezcan al Padre sus esfuerzos diarios por seguir lo que Yo les dije y también ofrezcan todas las veces en las que olvidaron Mis palabras.
Quisiera que esa misión marcara una profundización interior de la tarea misionera, una mayor disposición de los aprendices de la caridad crística para cumplir con un papel espiritual y no solo material. Que la misión, que sucede en el espíritu, sea cada día más la prioridad en sus vidas.
Cada vez que ustedes aprenden a valorar lo que ocurre en los mundos invisibles y comprenden que es allí donde la verdadera misión tiene su resultado, como Divinidad podemos abrir otros caminos en la consciencia humana y liberar situaciones cada vez más profundas y arraigadas, antiguas e inconscientes para la humanidad actual.
Hijos, no son muchos los misioneros que hoy sirven en la materia y que son conscientes del reflejo espiritual de su misión.
Por eso, el Creador está tan atento a sus movimientos y con tanto amor los acompaña por medio de Nuestra presencia y de Nuestras palabras.
Que el espíritu misionero pueda expandirse en la consciencia humana y que su disposición para profundizar en la transformación interior, como forma de prestar un servicio cada día más cristalino, sea como un código que impulse a la humanidad, un ejemplo que dé a otros servidores un sentido espiritual para el propio servicio.
Si ustedes se disponen a vivir la transformación y asumen dar pasos en su redención, ayudarán a muchos que deambulan por el mundo sin saber qué hacer y que, por sus ejemplos, descubrirán la esencia del servicio, que más que una acción social es un camino hacia la vida crística.
Les agradezco por proseguir y nunca desistir de la transformación. Crean, hijos, que la redención está al alcance de aquel que dice sí. Y si al mismo tiempo que caminan hacia la redención del espíritu prestan un servicio verdadero, abrirán las puertas para la redención de los ciegos y de los indiferentes.
Yo animo a toda la Red Misionera Planetaria a continuar profundizando en la esencia del servicio y a tomar contacto con los pueblos indígenas, como forma de reparar todo lo que ellos vivieron en todos los rincones del mundo.
Su padre y compañero en las misiones,
San José Castísimo
Escribe tu verdadera historia de amor y de pureza en lo más profundo del corazón y guarda cada experiencia como una riqueza inolvidable.
A través de la oración, permite que cada espacio de tu ser sea iluminado y construye, a través de la constancia, el camino hacia el infinito Corazón de Jesús.
No pierdas las fuerzas de tu espíritu por lo que suceda a tu alrededor, más busca todo el tiempo que tu transformación sea el ejemplo y el modelo de santidad para los otros.
Encuentra, en cada diálogo con Dios, el motivo para proseguir y deja que el Soplo de Su Divino Espíritu transfigure cada aspecto de tu ser. Para que eso pueda suceder, las puertas del corazón deben estar abiertas y así todo será maravillosamente transformado.
Para el Señor no hay herida que no pueda ser curada. Para Dios no hay obstáculo que no se pueda trascender. No hay separación que pueda desunir a los corazones si antes existe el verdadero amor.
Por eso, encuentra en cada nueva experiencia una oportunidad de crecer y deja que la resistencia se desvanezca de la consciencia.
Crece en humildad, en santidad y en servicio.
Dispone de cada momento de la vida para realizar los Planes del Creador.
Realiza cada servicio como si fuera el último. Ama al prójimo como si fuera la última vez. No dejes de expresar lo que verdaderamente eres y dile no a la soberbia y a la indiferencia humana.
Ama con el Amor de Jesús y expande la luz de tu espíritu.
Deja que los ángeles te guíen en tus caminos hacia el Templo sagrado del Corazón de Jesús, allí encontrarás el propósito de tu vida y el de toda la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Padre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras la mayoría de los hombres permanece en la ilusión de las formas, son pocos los que se abren al verdadero amor, para desarrollar el potencial del propio corazón
La humanidad, hijos, está más empeñada en el desarrollo de la mente, de las críticas, de los juicios, está más dispuesta a afirmarse en los errores del prójimo que en descubrir su esencia y razón por la cual el Creador los envió al mundo
Esta es la era del florecer del corazón, de la vida espiritual, del sentido de la maternidad. Es por eso, hijos, que Yo estoy a su lado todos los días, para enseñarles sobre la Piedad, la Compasión y la Misericordia de una Madre para Sus hijos.
Si solo observaran Mis ejemplos de amor hacia el corazón humano, tendrían mil posibilidades de imitarme, de salir del punto de decadencia en el cual se encuentran como consciencia humana.
Aquel que vive en el Amor, en la Piedad, en la Compasión y en la Misericordia de Dios ingresa en Sus Leyes y es sustentado por ellas. Su alegría ya no dependerá de los éxitos en este mundo y descubrirá, en la propia esencia, que la verdadera plenitud se encuentra en sí mismo, en la unión que guarda con Dios.
La vida material, hijos Míos, será el vehículo de transformación y de redención de todo aquello que se separó del Creador a lo largo de su existencia. La vida material será para ustedes el desafío de demostrar a la Creación la grandeza del Amor del Padre que todo convierte y todo redime, transformando la esencia más distante de la Fuente divina en una esencia colmada por el Corazón de Cristo
Muchos piensan, Mis amados, que lo que les digo es imposible e inalcanzable, pero esos temen lanzarse a descubrir el amor y rendirse, entregando el falso reinado de sus mentes al gobierno del corazón que se une al Padre.
Otros no comprenden Mis palabras, porque están tan distantes de la verdad del propio corazón y porque ignoran casi completamente la vida del espíritu, creyendo que el hecho de conocer conceptos y filosofías los acerca a la Verdad.
Lo que realmente los acerca a la Verdad, hijos, es el Amor y la Unidad, que son la vivencia de la Verdad misma. Todos los atributos de Dios Altísimo se guardan dentro de estos principios divinos: Amor y Unidad. Pero para develarlos y conocerlos, primero deben arriesgarse a vivirlos.
El primer paso de todo es la oración; después la oración practicada en el servicio y en la convivencia.
Clamen por la Misericordia, pero también sean misericordiosos.
No hay secreto en este camino, Mis amados. No necesitan temer la mudanza de los tiempos o la purificación del mundo. Concéntrense en transformar sus corazones y en volverse verdaderos instrumentos de Dios. Concéntrense en develar los misterios de sus propias esencias y en amar al prójimo como él es, esforzándose para traspasar las capas de la materia y llegar a la esencia de cada ser
Dispónganse, hijos amados, a ser verdaderos soldados de oración, los que entregan su voluntad a la Voluntad de Dios y hacen suyo el Pensamiento divino.
Los amo y quiero verlos consagrados a Mi Inmaculado Corazón, para que, por medio de sus consagración, pueda consagrar a América y fecundar, en su suelo sagrado, la nueva vida.
Hoy los renuevo, los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con alegría, Mi Corazón maternal y peregrino retorna a Europa para reunir en el nombre del amor y de la paz a todos Mis hijos del hemisferio norte.
De esa forma, en este tiempo se cumple lo que una vez les dije: “enviaré a los videntes en misión a cada continente”. Esto muestra, queridos hijos, que los tiempos cambiaron y que las necesidades del planeta y de la humanidad son urgentes.
Cuento con cada ser orante de este mundo para que Me ayude a concretar los planes de paz que son alterados por las artes de Mi enemigo. De todas formas, hijos amados, Vuestra Madre Celeste fortalece la vida de los que se consagraron al Plan, y esa fortaleza, que es forjada por el sacrificio y el amor, hace que el Plan se pueda cumplir por medio de todos los que Me responden.
Queridos hijos, así Yo los voy preparando para lo que llegará; el tiempo que se aproxima es desconocido por todos, y solo la oración y el servicio irrestricto a Dios permitirán que nada se pierda dentro de ustedes, sino que florezcan los Atributos de Mi Hijo, los dones que Dios espera ver disponibles al servicio de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El sacrificio de amor de San José
Queridos hijos:
Mi Santo Esposo José vivió una vida plena en el Señor. Eso no lo eximió de todas las pruebas y renuncias humanas que tuvo que vencer, porque detrás del amoroso sacrificio de San José, el Casto Corazón estaba transmutando y trascendiendo la condición humana de la época.
Así, hijos Míos, José Castísimo profesó Su fe en Dios desde temprana edad y desde entonces el propio José fue conociéndose como hombre y después como consciencia divina.
José Castísimo tuvo que vencer el miedo, la tentación y la soledad de quienes lo rodeaban desde Sus primeros años hasta Su juventud.
Cuando San José hizo voto de castidad sabía que estaba ofreciendo la casta unión con el Universo para, de esa forma, apartar de la ilusión y de la pérdida espiritual a aquellos que las vivían.
Su silencio y quietud ayudaron a José a prepararse para la gran tarea de ser el padre y el guardián de Jesús.
Su reverencia y amor hacia los más necesitados hicieron del pobre Casto Corazón un ejemplo de santidad para muchos.
José tuvo que soportar en Su silencio la discriminación, las blasfemias y las indiferencias porque había escogido, en Su mayor y profundo recogimiento, vivir eternamente para Dios. Estos ataques morales y verbales eran insidias del adversario que, desde el primer momento, se vio vencido ante el poderoso y simple amor que San José emanaba por medio de las obras de caridad.
San José nunca renegó ni omitió nada de lo que recibía, vio desde el principio que todo lo que vivía era parte de Su redención y purificación.
Pero sin saberlo, San José ya era un hombre de plena santidad; Su Corazón humilde y manso nunca quería lo mejor para sí y siempre lo daba todo para que Sus semejantes tuvieran buen provecho de todas las Gracias que recibía. En este aspecto oculto, todos los bienes espirituales que recibía José Castísimo de parte del Eterno Padre, los derramaba a través de Su servicio y amor a los pobres.
San José se preparó de esa forma para ser el padre escogido por Dios para cuidar y acompañar la llegada del Mesías.
Era tanta la humildad y la castidad de José, que el día del nacimiento de Jesús, en el que los ángeles llenaban con su luz la gruta, el pobre San José, humilde obrero, salió a buscar paja para calentar el lugar para María durante el momento en que estaba naciendo el pequeño Niño Rey.
En Su santa bondad, José prefirió orar fuera de la gruta y dejar a la Santa Madre en la plenitud de Su éxtasis, mientras los santos ángeles ayudaban en el nacimiento de Jesús; ese acto de desapego y de renuncia de San José lo llevó a alcanzar en ese momento el cumplimiento de la Voluntad de Dios.
San José fue un hombre libre de sí, se transformó día a día a través de las palabras que decía el pequeño Niño, palabras que resonaban en Su Casto Corazón como una oración de un padre por su pequeño hijo.
En todo, San José reconoció la majestad de Dios en Jesús y en María encontró el reflejo de la maternidad y de la paternidad del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión al Casto y Humilde Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La conversión del corazón humano puede tener como modelo espiritual al Casto Corazón de San José.
A través del testimonio de San José ustedes, queridos hijos, podrán alcanzar las mismas aspiraciones que una vez San José vivió en este planeta. Dichas aspiraciones, hijos Míos, deben estar basadas en el amor y en la lealtad que San José demostraba en la simplicidad de Su vida diaria.
Por eso, José Castísimo fue escogido por Dios para llevar adelante el proyecto santo de la Sagrada Familia, una experiencia espiritual nunca antes vivida por San José y que más tarde se tornó realidad para Su santa consciencia.
San José demostró en Sus primeros años de vida el amor profundo a Dios y a Su infinita existencia; desde allí José Castísimo fundó las primeras bases para la santidad mediante los votos que Él mismo se había propuesto.
El impulso que San José dio a toda la juventud de la época, desde que era adolescente, fue importante. San José impulsaba a quien estuviera a Su lado a amar y a practicar el servicio a los otros. Sobre todo la bondad de San José hacía que los demás jóvenes lo imitaran, porque el misterio que rodeaba a José Castísimo era Su infinita filiación con Dios y con Su santa Voluntad.
Desde joven, José era amado y apreciado por Su silencio, reverencia y pronta disposición. Heredó de Su padre de la Tierra el oficio de la carpintería y, por la santa creatividad que siempre lo inspiraba, se propuso enseñar las virtudes del servicio, de la oración y de la donación a los otros, a todos los pequeños que lo rodeaban.
El espíritu de paternidad fue el emblema que caracterizaba a San José; quien se acercaba a José Castísimo no solo sentía una divina protección, sino que también era motivado para amar la Voluntad de Dios.
San José es el modelo de superación humana alcanzado por medio del servicio, del esfuerzo, de la fe y de la oración, lo que permitía que José Castísimo expresara las ideas de Dios sobre la lealtad de las criaturas de la Tierra.
En San José se encuentra el proyecto de realización espiritual, el camino que impulsa a la consciencia a animarse, a pesar de los propios miedos, a dar un paso por el Plan Universal, para poder ingresar en el escenario principal del Proyecto de Dios.
San José sufrió pruebas, trascendió desafíos y fortaleció Su fe y amor a Dios, eso lo llevó como un humilde hombre a asumir ser el padre espiritual de Jesús, el guardián del Mesías; para agrado de Su santo y casto espíritu, San José recibió la Gracia de estar hasta los últimos días de Su vida en los brazos de la Santa Madre y Esposa, María.
Desde el momento en que San José fue escogido para llevar adelante el Proyecto redentor de amor, fue apoyado por la Madre de Jesús para dar los pasos hacia tareas mayores con la humanidad.
Momentos antes de la casta muerte del Santo Esposo José, María lo ayudó a superar Su último miedo de abandonar prematuramente a la Sagrada Familia, porque Su misión en la Tierra se había cumplido.
Cuando San José se encontró Conmigo durante Mi santa asunción, nos unimos nuevamente para que, desde ese momento, fuéramos padres de la humanidad y ayudáramos a impulsar el Proyecto del Creador para el planeta y toda la humanidad, como lo hacemos hasta los días de hoy.
Las virtudes y los dones de cada alma pueden consagrarse al Casto Corazón de San José, de esa manera el santo guardián de las almas los protegerá.
A San José agradezcamos por haber aceptado, como humilde hombre, el Proyecto pensado por el Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión al Casto Corazón de San José en este día,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y aún cuando el mundo no escucha a Dios, Su Amor se hace visible en los corazones humildes.
El poder de Su Simplicidad es grandioso, por eso hay muchos que no lo conocen. Mas aquellos corazones que son simples siempre lo conocerán, a pesar de que no tengan nada en su vida material.
El contacto con Dios se crea a través del amor, de la unión perfecta con Él, en la búsqueda incesante de Su Universo, para concretar Su Voluntad sobre la Tierra.
Hoy vengo como la Madre del Uruguay, porque aún tengo esperanza.
No demoraré en trabajar para que Mis hijos despierten; así como deben despertar, queridos hijos, todas las criaturas de este mundo, antes de que la purificación se acreciente en cada una de sus vidas.
Pero Dios no imparte castigo para nadie, Él solo desea que lo amen y que lo busquen todo el tiempo.
El Amor de Dios es lo que construye todas las cosas y es lo que permite manifestar las ideas divinas en todos los planos.
Si en sus corazones no está el Amor de Dios, el Amor del Único, ¿cómo lo conocerán?
El Padre no está lejos de nadie, solo que está muy olvidado y las almas sustituyen su despertar por las modernidades, por la búsqueda vanidosa de la espiritualidad, por la búsqueda de la energía que solo pertenece al Creador.
Por eso, queridos hijos, Yo les enseñé a orar. Con algo tan simple y profundo, he visto que sus vidas se han transformado con mucho esfuerzo.
Pero aún hay mucho por hacer. Tendré que cumplir con Mis Obras, las Obras que Yo he prometido al Padre, junto a sus corazones, y esas Obras no pueden finalizar sin que el mundo las conozca antes, así como Yo las he revelado en otros tiempos y en otras apariciones.
Hoy vengo bajo el esplendor del Amor, para que lo puedan reconocer en su interior. El Señor necesita que se unan a ese Amor para que aparten sus consciencias de la ilusión que promueve el mundo, una ilusión que promueve el aborto, la drogadicción, el fanatismo, la superstición, la soledad, el abandono, la falta de luz en el alma.
Pero es el Amor infinito de Dios lo que hoy Me ha traído aquí, queridos hijos, para compartir con ustedes lo que es la Verdad; la Verdad que no es profundamente conocida, pero que debe ser amada por ustedes para que estén dentro de la Verdad de Dios.
El Señor, que está en el Universo y rige en todos los cielos, no quiere el castigo de nadie; pero las decisiones del mundo, las actitudes de las almas llevan a que Sus Leyes se manifiesten en este tiempo con severidad.
Dios no podría ser Dios si no fuera el Dios del Amor.
El Amor fue lo que creó todos los universos, las estrellas, los planetas y la vida en todos los planos; pero si el Amor de Dios no está presente en sus corazones, nada de eso podrán conocer.
La vanidad espiritual es un arma muy peligrosa para este tiempo. Sé que existen almas, queridos hijos, que buscan la vida espiritual con arrogancia, con propiedad y control.
Las criaturas de la Tierra nunca tendrán nada para sí. Por eso les hemos enseñado, queridos hijos, a través de nuestra Presencia en el mundo, por medio de los Sagrados Corazones, que la humildad es la primera tabla de su salvación.
Sin humildad, nada conseguirán.
Sin humildad no podrán conocerse a ustedes mismos y desterrar lo que no es verdadero, lo que Yo llamo de falso.
Así el mundo, a través de los tiempos, de la guerra, de la aniquilación y del falso poder, creyó conquistar el planeta.
No será necesario, queridos hijos, que observen lo que sucede en el mundo. Miren a su lado y verán la verdadera necesidad.
Jesús también está dentro de los corazones que sufren y Él espera que lo puedan servir a través de sus hermanos.
El servicio en este tiempo es lo que promoverá la salvación de la humanidad; el servicio a los Reinos de la Naturaleza, a todo lo que encuentren en sus caminos como necesidad.
Hay mucho por hacer, queridos hijos, y son pocos los corazones y brazos que se disponen a hacerlo.
Uruguay tiene esa gran oportunidad.
El servicio en Uruguay no es la prioridad de las almas para su camino espiritual, porque significa rebajarse ante el prójimo.
¿Acaso Jesús, Vuestro Señor, no lavó sus pies por medio de los apóstoles?
Él se humilló ante ustedes para que Dios pudiera derramar la Misericordia sobre el mundo; Él se dejó morir en la Cruz, para que ustedes se pudieran salvar.
Él es la Verdad. No hay otra, queridos hijos, en este tiempo.
Los espíritus impuros podrán revelarles muchos secretos, o las energías que creen conocer podrán satisfacerlos; pero si no hay oración, no hay Amor de Dios, no hay servicio, no hay ascensión de la consciencia.
Estas bases que Yo les dicto los harán dignos ante el Señor.
Y creerán que orar será algo rutinario, pero en este tiempo es el portal que se abre para la liberación del mundo, en todos los Centros Marianos que Yo he consagrado a la devoción de Mi Inmaculado Corazón.
Aurora es ese Centro que Yo consagré desde el principio, cuando Mi Luz, la Luz del Amor de Dios, posó Sus Pies sobre este lugar.
Muchos creen que esto todo fue una locura y que aún lo sigue siendo. Miren el interior de sus hermanos y verán los frutos que Yo he conseguido realizar, de forma simple pero verdadera.
El mundo busca lo que satisface sus deseos y se aparta de Dios. Por eso sufre y no encuentra la Luz, se pierde en las tinieblas y sucumbe en los infiernos de la consciencia; cuando están sumergidos en el error, en la perdición, en el engaño y el sufrimiento, ¡ahí recuerdan a Dios!
Pero como Él sabe que la humanidad es muy frágil y débil, Él envía a Su Sierva para que sus ojos del corazón se abran a reconocer la Luz que viene del Cielo y de todo el Universo.
Queridos hijos, trabajaré con los que estén Conmigo hasta el final. No necesito que Me prometan nada, solo que hagan lo que les pido de la mejor forma posible.
Agraden al Corazón de vuestro Dios ofendido y mediten en Su Presencia a través de la Eucaristía; y que la oración siempre los eleve a lo Alto, así como Yo los elevo en Mis brazos a la Casa del Padre Celestial.
Hoy vengo a traer la quietud para sus espíritus, la serenidad para sus almas y la restauración para sus cuerpos.
No podré prometer, queridos hijos, que las batallas espirituales en este mundo cesarán. Mientras haya guerra y matanza de animales en la humanidad, el sufrimiento existirá.
Por eso, Yo los llamo a la oración; para que sus cuerpos, células y átomos se puedan elevar y perciban, finalmente, que no es necesario comerse a otro, a otro Reino semejante, tan amoroso e insignificante a sus ojos.
El Amor de Dios es lo que permite mantenerlos en la unidad.
Por más que lo que hoy les digo, queridos hijos, sean siempre las mismas palabras, es porque hoy todavía no han elevado sus corazones hacia Mis pedidos.
No cierren sus corazones por nada. Yo siempre los mantengo en Mis brazos para que puedan ver a Jesús y Su Corazón, que resplandece en este Universo.
Él es el Sol que los guía.
Yo Soy la Estrella que les indica el camino para poder encontrar su verdadero amanecer en la presencia de Aurora.
No se desesperen, pero no sean ingenuos. Acepten vivir la reconciliación, para que en el mundo se establezca la paz.
Estoy unida a cada corazón que hoy ha orado Conmigo sinceramente; porque Dios reconoce las ofrendas de todos Sus hijos y agradece su esfuerzo.
Ahora, queridos hijos, ante los Tronos del Padre, de los arcángeles, de los elohim, de los coros y ejércitos celestiales y de los ángeles de la guarda, que han sigo desterrados por las criaturas de este mundo que no aceptan el Amor de Dios, junto a ustedes y a cada peregrino oraré por el mundo con una simple proclamación.
Coloquen sus manos en recepción para que reciban el mayor regalo del Universo: el Amor de Dios que se fundirá en sus corazones y en el Corazón de Dios.
Padre del Universo, escucha la Voz de Tu Servidora
y enciende en los corazones la Llama de Tu Sagrada Presencia.
Perdona a la humanidad por su continuo sueño y despierta,
a través de Mi Aurora, a todos los que duermen.
Líbéralos de la ingenuidad. Llévalos hacia el servicio
para que encuentren Tu Paz y Tu Amor.
Derrama, a través de Mi Corazón bondadoso y servicial, todos Tus Dones
y concreta Tus Obras en todos los corazones del mundo.
Envía a Adonai, ¡Oh Padre Amado!, a Tus ángeles de Luz, para que derramen
Tu Misericordia sobre aquellos que Te niegan y no Te escuchan.
Ten Piedad, Señor, por los que son ignorantes y cierran su corazón a Tu Llamado.
Que en la última hora de este mundo las almas encuentren Tu Camino
para llegar a Jesús, y que Jesús los lleve a todos hacia Tu Reino de Poder Celestial.
Hoy dejo a Tus Pies, Padre Universal, a cada una de Tus criaturas,
para que no hagas temblar en ellos Tu Justicia,
sino que enciendas en sus corazones la Compasión infinita de Tu Espíritu.
¡Oh, Señor del Universo!, cierra las puertas inciertas en este mundo.
Perdona a los que no hacen bien las cosas y se olvidan de Ti.
Compadécete de los que destierran, de los que sufren el exilio.
Y muéstrate con Tu Faz, con Tu Gloria y con Tu Amor
a cada ser de este planeta, para que por Mi imploración y Mi alabanza a Ti,
Emmanuel, el Plan pensado por Tu Mente Única se cumpla hasta la Nueva Humanidad.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos Ave María, en la Presencia de nuestra Madre.
Los encontraré siempre en la oración del corazón, sagrado refugio de las almas que esperan el retorno de Cristo.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por orar por la consagración de las Américas a Mi Inmaculado Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, siempre es muy bueno que intentemos guardar en nuestro corazón ese Amor que nos trae María, este Amor que todo lo comprende, que todo lo alcanza, que todo lo puede, y que Ella sabe, por encima de todo, que está dentro de nosotros: el Amor de Dios.
Ella vino con ese Amor de Dios, con esa Fuente del Amor y de la Unidad del Padre, a ofrecerlo no solo a nosotros, sino también a todos aquellos que no lo quieren aceptar.
Y María, pacientemente, a través de cada encuentro, nos decía que va intentando reconstruir, trabajar en cada uno de nuestros seres, esa conquista, ese triunfo del Amor de Dios en nuestros corazones, en nuestras vidas.
Que es ese Amor de Dios, según María, lo que nos va a ayudar a enfrentar estos tiempos, estos momentos difíciles que está viviendo la humanidad y que Dios se servirá del amor que nosotros le ofrezcamos para que también Su Obra se pueda cumplir.
Queríamos, sintéticamente, simplemente relatar cómo fue la Aparición de hoy, pues es importante, para que todos puedan llevar esa imagen, esa misión que María trajo a través de Su Presencia.
Cuando llegó aquí, Ella se mostró, como siempre se muestra, como la Virgen María. Hoy, su Manto, el Manto que la cubría, era la Bandera del Uruguay.
Y en un momento, cuando comenzó a dirigir Sus palabras, se aproximó más hacia nosotros para irradiar ese Amor de Dios, el Manto que caía por detrás de Ella, que formaba ese Velo que iba hasta los Pies, tenía las banderas de todas las Américas, de todas las naciones de América.
Y mientras hablaba, a pesar de que hablaba, Ella iba orando por cada una de las naciones, por cada uno de los miembros que forman las naciones y por cada uno de los presentes que estaban coligados con Ella en este momento.
Y cuando comenzó a aproximarse aquí, a aparecer como siempre lo hace a través de una esfera dorada de luz que viene del Universo Celestial, que comienza a dirigirse hacia el planeta hasta localizar este lugar espiritualmente, Ella comenzó a descender y a abrir varios Cielos a través de una columna de luz.
Y mientras esa columna de luz descendía con cantos de los ángeles, las almas perdidas, las almas que estaban presas en los infiernos de este mundo, comenzaban a elevarse a medida que Ella descendía.
Y allí fue cuando Ella apareció, y se mostró esa Madre que estaba con el Manto del Uruguay.
Así que, solamente queríamos relatarles eso para ustedes, para que realmente confiemos que todo lo que está sucediendo es lo que tiene que suceder y que tenemos que, como Ella decía hoy, amar esa Voluntad del Padre.
¡Gracias Madre por cuanto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más